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Arquitectura efímera barroca española

La arquitectura efímera tuvo una especial relevancia en el Barroco español, por cuanto cumplió diversas funciones tanto estéticas como políticas, religiosas y sociales. Por un lado, fue un componente indispensable de apoyo a las realizaciones arquitectónicas, efectuado de forma perecedera y transitoria, lo que permitía un abaratamiento de los materiales y una forma de plasmar nuevos diseños y soluciones más atrevidas y originales del nuevo estilo Barroco, que no se podían hacer en construcciones convencionales. Por otro lado, su volubilidad hacía posible la plasmación de un amplio abanico de producciones diseñadas según su diversa funcionalidad: arcos de triunfo para el recibimiento de reyes y personajes de la aristocracia, catafalcos para ceremonias religiosas, túmulos para pompas fúnebres y diversos escenarios para actos sociales o religiosos, como la fiesta del Corpus o la Semana Santa.

Llegada de Carlos III a Madrid (1759), óleo de Lorenzo Quirós.

Estas realizaciones solían estar profusamente decoradas, y desarrollaban un programa iconográfico que enfatizaba el poder de las clases dirigentes de la época, tanto político como religioso: en el ámbito político exaltaba el poder omnímodo de la monarquía absolutista, mientras que en el religioso loaba el dominio espiritual de la Iglesia contrarreformista. Solían tener un alto componente propagandístico, como vehículos de ostentación de estas clases dominantes, por lo que iban dirigidas principalmente al pueblo, que era el receptor de estas magnas ceremonias y espectáculos.

Aunque no han quedado vestigios materiales de este tipo de realizaciones, son conocidas gracias a dibujos y grabados, así como a relatos literarios de la época, que los describían con todo lujo de detalles. Muchos escritores y cronistas se dedicaron a este tipo de descripciones, dando lugar incluso a un nuevo género literario, las «relaciones».

El Barroco: una cultura de la imagen

 
Entrada de Felipe V en Sevilla (1729), grabado de Pedro Tortolero.

La arquitectura es el arte y técnica de construir edificios, de proyectar espacios y volúmenes con una finalidad utilitaria, principalmente la vivienda, pero también diversas construcciones de signo social, o de carácter civil o religioso. El espacio, al ser modificado por el ser humano, se transmuta, adquiere un nuevo sentido, una nueva percepción, con lo que adquiere una dimensión cultural, al tiempo que cobra una significación estética, por cuanto es percibido de forma intelectualizada y artística, como expresión de unos valores socioculturales inherentes a cada pueblo y cultura. Este carácter estético puede otorgar al espacio un componente efímero, al ser utilizado en actos y celebraciones públicas, rituales, fiestas, mercados, espectáculos, oficios religiosos, actos oficiales, eventos políticos, etc.[1]

En el Barroco las artes confluyeron para crear una obra de arte total, con una estética teatral, escenográfica, una puesta en escena que ponía de manifiesto el esplendor del poder dominante (Iglesia o Estado). La interacción de todas las artes expresaba la utilización del lenguaje visual como un medio de comunicación de masas, plasmado en una concepción dinámica de la naturaleza y el espacio envolvente, en una cultura de la imagen.[2]

 
Monte Parnaso, proyecto de decoración efímera con motivo de la entrada de Felipe V en Madrid (1701), de Teodoro Ardemans.

Una de las principales características del arte barroco es su carácter ilusorio y artificioso: «el ingenio y el diseño son el arte mágico a través del cual se llega a engañar a la vista hasta asombrar» (Gian Lorenzo Bernini). Se valoraba especialmente lo visual y efímero, por lo que cobraron auge el teatro y los diversos géneros de artes escénicas y espectáculos: danza, pantomima, drama musical (oratorio y melodrama), espectáculos de marionetas, acrobáticos, circenses, etc. Existía el sentimiento de que el mundo es un teatro (theatrum mundi) y la vida una función teatral: «todo el mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres meros actores» (Como gustéis, William Shakespeare, 1599).[3]​ De igual manera se tendía a teatralizar las demás artes, especialmente la arquitectura. Era un arte que se basaba en la inversión de la realidad: en la «simulación», en convertir lo falso en verdadero, y en la «disimulación», pasar lo verdadero por falso. No se muestran las cosas como son, sino como se querría que fuesen, especialmente en el mundo católico, donde la Contrarreforma tuvo un éxito exiguo, ya que media Europa se pasó al protestantismo. En la literatura se manifestó dando rienda suelta al artificio retórico, como un medio de expresión propagandístico en que la suntuosidad del lenguaje pretendía reflejar la realidad de forma edulcorada, recurriendo a figuras retóricas como la metáfora, la paradoja, la hipérbole, la antítesis, el hipérbaton, la elipsis, etc. Esta transposición de la realidad, que se ve distorsionada y magnificada, alterada en sus proporciones y sometida al criterio subjetivo de la ficción, pasó igualmente al terreno de la pintura, donde se abusa del escorzo y la perspectiva ilusionista en aras de efectos mayores, llamativos y sorprendentes.[4]

El arte barroco buscaba la creación de una realidad alternativa a través de la ficción y la ilusión. Esta tendencia tuvo su máxima expresión en la fiesta y la celebración lúdica: edificios como iglesias o palacios, o bien un barrio o una ciudad entera, se convertían en teatros de la vida, en escenarios donde se mezclaba la realidad y la ilusión, donde los sentidos se sometían al engaño y el artificio. En ese aspecto tuvo especial protagonismo la Iglesia contrarreformista, que buscaba a través de la pompa y el boato mostrar su superioridad sobre las iglesias protestantes, con actos como misas solemnes, canonizaciones, jubileos, procesiones o investiduras papales. Pero igual de fastuosas eran las celebraciones de la monarquía y la aristocracia, con eventos como coronaciones, bodas y nacimientos reales, funerales, victorias militares, visitas de embajadores o cualquier acontecimiento que permitiese al monarca desplegar su poder para admirar al pueblo. Las fiestas barrocas suponían una conjugación de todas las artes, desde la arquitectura y las artes plásticas hasta la poesía, la música, la danza, el teatro, la pirotecnia, arreglos florales, juegos de agua, etc. Arquitectos como Bernini o Pietro da Cortona, o Alonso Cano y Sebastián Herrera Barnuevo en España, aportaron su talento a tales eventos, diseñando estructuras, coreografías, iluminaciones y demás elementos, que a menudo les servían como campo de pruebas para futuras realizaciones más serias.[5]

Durante el Barroco, el carácter ornamental, artificioso y recargado del arte de este tiempo traslucía un sentido vital transitorio, relacionado con el memento mori, el valor efímero de las riquezas frente a la inevitabilidad de la muerte, en paralelo al género pictórico de la vanitas. Este sentimiento llevó a valorar de forma vitalista la fugacidad del instante, a disfrutar de los leves momentos de esparcimiento que otorga la vida, o de las celebraciones y actos solemnes. Así, los nacimientos, bodas, defunciones, actos religiosos, o las coronaciones reales y demás actos lúdicos o ceremoniales, se revestían de una pompa y una artificiosidad de carácter escenográfico, donde se elaboraban grandes montajes que aglutinaban arquitectura y decorados para proporcionar una magnificencia elocuente a cualquier celebración, que se convertía en un espectáculo de carácter casi catártico, donde cobraba especial relevancia el elemento ilusorio, la atenuación de la frontera entre realidad y fantasía.[6]

Arquitectura barroca española

 
Arco de triunfo para la llegada de María Luisa de Orleans a Madrid (1680), obra de Matías de Torres.

En España, la arquitectura de la primera mitad del siglo XVII acusó la herencia herreriana, con una austeridad y simplicidad geométrica de influencia escurialense. Lo barroco se fue introduciendo paulatinamente sobre todo en la recargada decoración interior de iglesias y palacios, donde los retablos fueron evolucionando hacia cotas de cada vez más elevada magnificencia. En este período fue Juan Gómez de Mora la figura más destacada,[7]​ con realizaciones como la Clerecía de Salamanca (1617), el Ayuntamiento (1644-1702) y la Plaza Mayor de Madrid (1617-1619). Otros arquitectos de la época fueron Alonso Carbonel, autor del Palacio del Buen Retiro (1630-1640), o Pedro Sánchez y Francisco Bautista, autores de la Colegiata de San Isidro de Madrid (1620-1664).[8]

Hacia mediados de siglo fueron ganando terreno las formas más ricas y los volúmenes más libres y dinámicos, con decoraciones naturalistas (guirnaldas, cartelas vegetales) o de formas abstractas (molduras y baquetones recortados, generalmente de forma mixtilínea). En esta época conviene recordar los nombres de Pedro de la Torre, José de Villarreal, José del Olmo, Sebastián Herrera Barnuevo y, especialmente, Alonso Cano, autor de la fachada de la Catedral de Granada (1667).[9]

Entre finales de siglo y comienzos del XVIII se dio el estilo churrigueresco (por los hermanos Churriguera), caracterizado por su exuberante decorativismo y el uso de columnas salomónicas: José Benito Churriguera fue autor del Retablo Mayor de San Esteban de Salamanca (1692) y la fachada del palacio-iglesia de Nuevo Baztán en Madrid (1709-1722); Alberto Churriguera proyectó la Plaza Mayor de Salamanca (1728-1735); y Joaquín Churriguera fue autor del Colegio de Calatrava (1717) y el claustro de San Bartolomé (1715) en Salamanca, de influencia plateresca. Otras figuras de la época fueron: Teodoro Ardemans, autor de la fachada del Ayuntamiento de Madrid y el primer proyecto para el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso (1718-1726); Pedro de Ribera, autor del Puente de Toledo (1718-1732), el Cuartel del Conde-Duque (1717) y la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat de Madrid (1720); Narciso Tomé, autor del Transparente de la Catedral de Toledo (1721-1734); el alemán Konrad Rudolf, autor de la fachada de la Catedral de Valencia (1703); Jaime Bort, artífice de la fachada de la Catedral de Murcia (1736-1753); Vicente Acero, que proyectó la Catedral de Cádiz (1722-1762); y Fernando de Casas Novoa, autor de la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela (1739-1750).[10]

Lo efímero en la arquitectura barroca española

 
Catafalco para las exequias de María Luisa de Orleans en la iglesia del Real Monasterio de la Encarnación (1689), obra de José Benito de Churriguera.

El esplendor de la arquitectura efímera se produjo en la Edad Moderna, en el Renacimiento y —especialmente— el Barroco, épocas de consolidación de la monarquía absoluta, cuando los monarcas europeos buscaban elevar su figura sobre la de sus súbditos, recurriendo a todo tipo de actos propagandísticos y enaltecedores de su poder, en ceremonias políticas y religiosas o celebraciones de carácter lúdico, que ponían de manifiesto la magnificencia de su gobierno.[11]

Cabe remarcar que si bien este período fue de una cierta decadencia política y económica, en el ámbito cultural fue de un gran esplendor —el llamado Siglo de Oro—, con un magnífico florecimiento de la literatura y las artes. Por otro lado, si bien en el terreno político la monarquía se mostraba resueltamente autoritaria, el modo de gobernar traslucía un fuerte componente populista; mientras que en el ámbito religioso se conjugaba la fe estricta con una visión del mundo de carácter realista y crítico.[12]​ Estos elementos coadyuvaron la voluntad de un arte cercano al pueblo, que mostrase de forma fácil y directa los aspectos morales e ideológicos que las clases dominantes querían transmitir a sus súbditos. Así, según el historiador José Antonio Maravall, el arte y la cultura barroca era «dirigida», ya que su objetivo era la comunicación; «masiva», ya que se dirigía al pueblo; y «conservadora», ya que buscaba perpetuar los valores tradicionales.[13]

Estas distracciones ayudaban al populacho a sobrellevar sus penurias: según Jerónimo de Barrionuevo, «bien son menester estos divertimentos para poder llevar tantas adversidades».[14]​ Esta evasión de la realidad lleva a Antonio Bonet Correa a calificar este período de «espacio y tiempo utópicos», ya que no deja de suponer un alivio pasajero a la cruda realidad de la mayoría de la población, sumida en la miseria.[15]

La arquitectura efímera se realizaba generalmente con materiales pobres y perecederos, como madera, cartón, tela, estuco, caña, papel, estopa, cal o escayola, que sin embargo quedaban realzados por la monumentalidad de las obras y por sus diseños originales y fantasiosos, así como por la suntuosidad de la decoración ornamental. Eran obras donde participaban tanto la arquitectura como la escultura, la pintura y las artes decorativas, y donde cobraba especial relevancia la escenografía. Se podía realizar tanto en el interior de edificios —generalmente templos religiosos— como en las calles de pueblos y ciudades, a través de numerosas tipologías constructivas, como arcos de triunfo, castillos, pórticos, templetes, catafalcos, pabellones, galerías, columnatas, logias, edículos, pirámides, obeliscos, pedestales, baldaquinos, tramoyas, altares, doseles, etc.[16]​ También tenían relevancia las esculturas, tapices, telas y pinturas; estas últimas a menudo representaban arquitecturas fingidas o paisajes, siendo habitual la representación de «parnasos», montes con vegetación, ríos y fuentes en los que figuraban dioses, musas y personajes históricos.[17]​ Otros elementos decorativos eran enramadas, tapices florales, guirnaldas, cornucopias, espejos, candelabros, escudos y banderas. Además de todo ello, hay que tener en cuenta elementos móviles como carruajes o pasos de procesiones, séquitos y comitivas, mascaradas, mojigangas, juegos de cañas y autos de fe, además de otros elementos como fuegos artificiales, corridas de toros, naumaquias, justas y simulacros bélicos, música, danza, teatro y otros géneros del espectáculo.[18]

 
Entrevista entre Luis XIV y Felipe IV en la Isla de los Faisanes (1659), con estructuras efímeras diseñadas por Diego Velázquez.

Quizá el elemento más emblemático de la arquitectura efímera barroca era el túmulo funerario, ya que significaba más que ningún otro la concepción de lo transitorio, la fugacidad de la vida, que se traduce en la fugacidad de la fiesta, de la celebración efímera. Las pompas fúnebres representan, al igual que la arquitectura efímera, el azar, el vacío, lo fugaz de la existencia, contraponiendo la temporalidad corporal a la inmortalidad del alma. Son por ello frecuentes en la decoración de túmulos y catafalcos las referencias a la muerte, a través de esqueletos, calaveras, relojes de arena, cirios y otros elementos alusivos al fin de la existencia humana. La evolución tipológica de los túmulos derivó de los catafalcos tipo monumento heredados del Renacimiento manierista a los catafalcos tipo pira del pleno Barroco, de planta turriforme y templete con cúpula, derivando hacia finales del Barroco en catafalcos tipo baldaquino; ya a finales del siglo XVIII evolucionarían al catafalco tipo obelisco, de corte neoclásico. Cabe señalar que los túmulos funerarios estaban reservados a la familia real, hasta que en 1696 Carlos II aprobó su apertura a miembros de la aristocracia y la jerarquía eclesiástica.[19]

Muchos arquitectos utilizaron la arquitectura efímera como banco de pruebas para fórmulas y soluciones originales y más audaces que en la arquitectura convencional, que luego probaban en realizaciones estables, con lo que esta modalidad ayudó poderosamente al progreso de la arquitectura española. Algunos de los arquitectos de más renombre efectuaron este tipo de obras, como Juan Gómez de Mora, Pedro de la Torre, José Benito Churriguera, Alonso Cano, José del Olmo y Sebastián Herrera Barnuevo.[20]​ Incluso artistas de renombre intervinieron en este tipo de obras, como El Greco, en el diseño del túmulo de Margarita de Austria-Estiria (1612);[21]Rubens, en la entrada del cardenal-infante Fernando de Austria en Amberes en 1635;[22]Velázquez, en la decoración de los esponsales de Luis XIV y María Teresa de Austria, en la Isla de los Faisanes (1660); o Murillo, en la celebración de la Inmaculada Concepción en Sevilla (1665).[23]

 
Túmulo del cardenal Juan Tomás de Boxadors, convento de Santa Catalina (Barcelona), obra de Salvador Gurri (1781); grabado de Pere Pasqual Moles.

Cualquier evento era adecuado para la celebración efímera: los monarcas celebraban de forma fastuosa cada hecho relevante en sus vidas, como nacimientos, bautizos, onomásticas, bodas, ceremonias de entronización, visitas a ciudades, victorias militares, acuerdos diplomáticos, funerales, etc.[24]​ En cuanto a las celebraciones religiosas, destacaban las del Corpus Christi y Semana Santa, celebradas con procesiones, viacrucis, rogativas, misas colectivas y autos sacramentales, donde se solían montar grandes tramoyas para los festejos, y junto a las procesiones religiosas se añadían elementos folclóricos como máscaras, mojigones, fanfarrias, gigantes y cabezudos.[25]​ También formaban parte de las celebraciones efímeras los llamados Monumentos de Semana Santa que se montaban con gran pomposidad en el interior de los templos e iglesias (el caso de la Catedral de Sevilla es en el barroco el ejemplo más paradigmático). Otras celebraciones estuvieron motivadas por actos puntuales, generalmente canonizaciones, como la de Luis Bertrán en 1608, Francisco Javier, Ignacio de Loyola, Isidro Labrador y Teresa de Jesús en 1622, Tomás de Villanueva en 1658, Francisco de Borja en 1671 o Pascual Baylón en 1690; o bien decretos pontificios, como el breve de Alejandro VII en que reconocía la Inmaculada Concepción de la Virgen (1662). [26]​ Una especial significación tuvo la canonización de Fernando III en 1671, ya que aglutinó en un mismo interés a Iglesia y monarquía, conjugando los valores de las clases dirigentes del Antiguo Régimen.[27]

El mecenazgo de la monarquía y la Iglesia comportó un cierto soporte a profesionales de la arquitectura, las artes plásticas y decorativas y la artesanía, que contaban así con encargos laborales en una época de crisis económica en que había escaso trabajo a nivel civil.[28]​ Por otro lado, la arquitectura efímera llegó a un nivel de popularidad que otorgaba un gran prestigio al profesional que la realizaba: así el concurso celebrado para la adjudicación de las exequias de María Luisa de Orleans en 1689, ganado por un desconocido hasta entonces José Benito de Churriguera, sirvió a este para lanzar con gran éxito su carrera profesional.[29]

Cabe señalar que de estas realizaciones efímeras no han quedado vestigios materiales, y son solo conocidas por grabados y dibujos, y por relatos escritos que describían pormenorizadamente todos los detalles de estas celebraciones. Dichos relatos dieron origen a un nuevo género literario, el de las «relaciones», las cuales tienen como principal referente de partida a Juan Calvete de Estrella, autor de El túmulo Imperial, adornado de historias y letreros y epitaphios en prosa y verso latino (1559).[30]​ Esta literatura abundaba en descripciones minuciosas de los eventos celebrados por la monarquía y la Iglesia, con especial énfasis en los elementos simbólicos, plasmados a menudo en jeroglíficos y escudos, cuyos lemas, generalmente en latín, traducían al castellano en verso. Por otro lado, estas crónicas no dejaban de traslucir los valores políticos, sociales y morales que abanderaban los poderosos personajes que patrocinaban estos fastos.[31]

En el siglo XVIII siguieron las mismas tipologías festivas, ya que los Borbones mantuvieron los mismos protocolos y repertorios de celebraciones y solemnidades. La evolución en las arquitecturas efímeras fue principalmente estilística, sobre todo a partir del primer tercio del siglo, en que el fomento de la Academia de Bellas Artes de San Fernando promovió las líneas clasicistas, en un movimiento que sería bautizado como neoclasicismo. Por otro lado, el auge de la Ilustración comportó la disminución de los grandes fastos religiosos de signo contrarreformista. Los nuevos eventos tenían un carácter más didáctico, con una distinción más clara entre lo sacro y lo profano, y cobraron mayor relevancia la música y la ópera.[32]

Principales realizaciones

 
Arco triunfal para la llegada de Felipe III a Lisboa (1619).
 
Monumento al Triunfo de San Fernando en el trascoro de la Catedral de Sevilla (1671), obra de Bernardo Simón de Pineda.
 
Túmulo de Felipe V en la Universidad de Cervera (1746), obra de Pere Costa.
 
Túmulo de la reina María Amalia en la Catedral de Barcelona (1761), obra de Manuel y Francesc Tramulles.
  • Entrada de Felipe III en Lisboa (1619): fue homenajeada con la construcción de trece arcos de triunfo, costeados por los gremios de la ciudad, decorados con dioses y héroes mitológicos, figuras alegóricas y referencias literarias tomadas de autores clásicos como Ovidio o Virgilio, o bien de Dante y de textos bíblicos, además de escudos y emblemas de carácter simbólico. Los arcos traslucían un estilo arquitectónico de reminiscencias manieristas, inspirado en la obra de Serlio y Vignola.[33]
  • Entrada de Mariana de Austria en Madrid (1649): fue planificada por Alonso Cano, quien construyó cuatro arcos de triunfo dedicados a los cuatro principales continentes y los cuatro elementos, en esta relación: Europa-Aire, Asia-Tierra, África-Fuego y América-Agua. Construyó también una portada noble en el Buen Retiro, sobre pedestales de piedra berroqueña, con seis columnas de orden dórico y cornisas decoradas con castillos y leones. Junto a esta portada, sobre la fuente del Olivo del Prado Viejo de San Jerónimo, se levantó un Monte Parnaso con dos cumbres, una presidida por Hércules-Sol y otra por Pegaso, con Apolo en el centro y nueve estatuas dedicadas a las musas y a poetas españoles.[34]
  • Reconocimiento de la Inmaculada Concepción en Valencia (1662): se celebró durante medio año con mascaradas y cabalgatas, y se construyeron por toda la ciudad altares provisionales, algunos con tramoyas que arrojaban copos de algodón simulando la nieve, en alusión a la pureza de la Virgen.[35]​ Uno de los más elaborados se situó en la Facultad de Filosofía, cubierto de tapices y bordados de seda y oro, coronado por una alegoría del Triunfo de la Iglesia, flanqueada por el papa Alejandro VII y el arzobispo de Valencia, Martín López de Ontiveros.[36]
  • Celebración de la Inmaculada Concepción en Sevilla (1665): fue diseñada por Bartolomé Esteban Murillo, y celebrada en la iglesia de Santa María la Blanca, en cuyo exterior se colocaron dos arcos de triunfo, uno dedicado al Misterio de la Inmaculada Concepción y otro al Triunfo de la Eucaristía, junto a un perímetro acotado cubierto de toldos y ocupado por altares decorados con temas marianos. En la puerta de la iglesia se colocó un gran cuadro de la Virgen de Juan Valdés Leal.[19]
  • Canonización de Fernando III (1671): se celebró en Sevilla, ciudad reconquistada por el santo rey, cuya catedral fue adornada por diversos monumentos y emblemas realizados por Bernardo Simón de Pineda, en colaboración con el pintor Juan Valdés Leal y el escultor Pedro Roldán. Se engalanó todo el conjunto catedralicio hispalense con lienzos pintados, incluida la Giralda y el Patio de los Naranjos; se ornamentaron todas las capillas, y en el trascoro se erigió un arco de triunfo con la efigie del homenajeado en el coronamiento, rodeado de figuras alegóricas; además, en el retablo del sagrario se colocó una tramoya con una pintura de Murillo. Este conjunto de monumentos ejerció una notable influencia en la arquitectura de la época, que perduró hasta el reinado de Felipe V, como expresión de un Barroco netamente español, de formas dinámicas y profusamente decorativas. Cabe señalar que los diseños para este evento fueron impresos en una “relación” escrita por Fernando de la Torre Farfán, considerado el más bello libro impreso en la España del Barroco.[37]
  • Entrada de María Luisa de Orleans en Madrid (1680): fue organizada por Claudio Coello y José Jiménez Donoso con ayuda de Matías de Torres y Francisco Solís entre otros pintores, José Ratés y José Acedo en lo arquitectónico y Pedro Alonso de los Ríos, Enrique de Cardona y Mateo Rodríguez, encargados de los trabajos de escultura, entre otros muchos artistas. Se levantaron cinco arcos de triunfo, en la calle del Prado, Italianos, Puerta del Sol, Puerta de Guadalajara y Santa María, junto a pórticos, fuentes y esculturas decorativas en el Retiro, San Felipe, plaza de la Villa y plaza de Palacio.[38]​ Todos los elementos eran muy recargados ornamentalmente, en una apoteosis del Barroco más decorativista, con abundancia de motivos vegetales y pétreos.[19]
  • Catafalco de María Luisa de Orleans en Madrid (1689): obra de José Benito de Churriguera, su diseño sirvió de modelo para los túmulos funerarios hasta bien entrado el siglo XVIII.[39]​ Se situó en la iglesia del Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, y estaba formado por una alta plataforma con cuatro graderías de escaleras, sobre la que se elevaban dos cuerpos con una profusa decoración de molduras, follajes, tarjas y estípites, así como diversas esculturas de figuras alegóricas e imágenes de la difunta.[40]
  • Túmulo de Luis XIV en Barcelona (1715): obra de Josep Vives, tenía planta cuadrada con pedestales en los ángulos, coronados con estatuas, volutas y florones, representando a las Virtudes con ángeles que aguantaban un retrato del difunto, todo coronado por un baldaquino con la corona real.[43]
  • Entrada de Felipe V en Sevilla (1729): celebró la llegada del monarca, que convirtió la ciudad andaluza en sede de la corte durante cinco años. La ciudad se engalanó con colgaduras, pinturas y tapices, y diversas construcciones como pirámides y arcos de triunfo, así como estatuas de héroes mitológicos, unas columnas de Hércules con una león que arrojaba agua por la boca y un Coloso de Rodas bajo el que pasaba un barco.[44]
  • Nombramiento arzobispal del cardenal-infante Luis de Borbón (1742): se desarrolló en Sevilla, donde se organizó una mascarada y un desfile de carruajes ornamentados, además de fuegos artificiales, la iluminación de la Giralda y el surgimiento de vino de las fuentes del palacio episcopal durante tres días.[45]
  • Catafalco de Felipe V en Madrid (1746): obra de Juan Bautista Sacchetti, presentaba un basamento con dos escalinatas con balaustradas que representaban las figuras de Neptuno y Cibeles, sobre el que se elevaba un templete de aspecto aéreo y diáfano, decorado con esqueletos. Inspirado en la obra de la familia italiana de escenógrafos Galli Bibbiena, su estilo se enmarca en un Barroco más clasicista y de filiación internacional, alejándose del Barroco hispano heredado de la centuria anterior.[46]
  • Túmulo de Felipe V en Cervera (1746): obra de Pere Costa, se erigió en la capilla de la Universidad de Cervera. Tenía un zócalo octogonal, a cuyos costados figuraban unas pirámides con alegorías de la Teología, el Derecho Canónico, la Filosofía y las Matemáticas; en la cornisa se representaban el Derecho Civil, la Medicina, la Poesía y la Retórica; en el coronamiento había una figura de la Muerte pisando coronas y cetros, y un escudo con la inscripción Philippi quod potui rapui, alusiva a que la Muerte le arrebataba su mortalidad, pero no sus hazañas inmortales.[47]
  • Proclamación de Fernando VI en Sevilla (1747): se festejó con una procesión de ocho carros engalanados, realizados en madera y recubiertos de estuco, con decoración de vivos colores. El primer carro era el Pregón de la Máscara, seguido del de la Común Alegría, cuatro dedicados a los cuatro elementos, el de Apolo y el de los Reyes, que llevaba los retratos de los nuevos monarcas.[48]
  • Llegada de Carlos III a Barcelona (1759): para su llegada al puerto se construyó un puente, una escalera y un arco triunfal, decorados con figuras de la mitología marina y alegorías astrológicas. A continuación había diversos arcos con representaciones de la historia de la ciudad, aludiendo a su mítica fundación por Hércules. En la Lonja de Mar se situó una gran pantalla que representaba el sistema solar, poniendo al rey como centro del universo. Se realizó también una mascarada y una procesión de cinco carros que recorrieron la ciudad durante tres noches, decorados con una estética rococó.[49]
  • Llegada de Carlos III a Madrid (1759): se construyeron diversas estructuras a cargo del arquitecto de moda del momento, Ventura Rodríguez, con la colaboración del escultor Felipe de Castro; las inscripciones de las telas ornamentales fueron redactadas por Pedro Rodríguez de Campomanes y Vicente Antonio García de la Huerta. Las calles de Madrid fueron ornamentadas con tapices y colgaduras, de vivos colores como dorados, azules pasteles y lapislázulis; en la Puerta del Sol se construyó un templo rotondo (tholos), con imitaciones de jaspe para las columnas, de bronce en basas y capiteles y de mármol en cornisas y pedestales; en la calle Carretas se erigió un arco de triunfo, decorado con relieves y trofeos; otro arco se situó en la calle Mayor, con representaciones alusivas a la piedad y liberalidad del rey, junto a una doble galería de orden compuesto que agradecía al nuevo monarca la suspensión de las deudas tributarias. Todos estos ornatos se diseñaron en un estilo más sobrio que el habitual, apuntando ya al neoclasicismo de finales de siglo, aunque su concepción era todavía básicamente barroca.[50]
  • Túmulo de la reina María Amalia de Sajonia en Barcelona (1761): realizado en la Catedral, fue obra de Manuel y Francesc Tramulles. En la fachada se colocó un portal barroco con cartelas y símbolos mortuorios, así como una alegoría de Cataluña en duelo. En el interior se situaron escudos de los reinos de la Monarquía Hispánica, Sajonia y los cuatro continentes. En el trascoro se emplazó un portal con una alegoría de Barcelona en forma de ninfa llorosa. Por último, entre el coro y el presbiterio se instaló un mausoleo, que presentaba un cuerpo bajo con alegorías de Tarragona, Tortosa, Lérida, Gerona, Vich, Manresa, Mataró y Cervera; en los intercolumnios había esculturas del Dolor, el Amor, la Lealtad y la Gratitud y, en el centro, el féretro real con cetro y corona; en el segundo cuerpo figuraban unas esculturas sedentes de la Generosidad, la Constancia, la Inteligencia y la Obediencia; en el cuerpo superior, la Caridad, la Religión, la Humildad, la Oración y, en el centro, Barcelona; por último, en el coronamiento, la Felicidad Eterna.[51]

Véase también

Referencias

  1. Fernández Arenas, 1988, p. 17-19.
  2. Martínez Ripoll, 1989, p. 5-6.
  3. William Shakespeare. «Como gustéis». Consultado el 28 de octubre de 2012. 
  4. Martínez Ripoll, 1989, p. 16-17.
  5. Martínez Ripoll, 1989, p. 17-18.
  6. Giorgi, 2007, p. 82.
  7. Azcárate Ristori, Pérez Sánchez y Ramírez Domínguez, 1983, p. 543.
  8. Toman, 2007, p. 86-90.
  9. Azcárate Ristori, Pérez Sánchez y Ramírez Domínguez, 1983, p. 545-546.
  10. Azcárate Ristori, Pérez Sánchez y Ramírez Domínguez, 1983, p. 546-550.
  11. Suárez Quevedo, 1989, p. 135-141.
  12. Antonio Sáenz, 1989, p. 5.
  13. Antonio Sáenz, 1989, p. 6-9.
  14. Soto Caba, 1992, p. 10-12.
  15. Soto Caba, 1992, p. 12.
  16. Antonio Sáenz, 1989, p. 52.
  17. Soto Caba, 1992, p. 21.
  18. Soto Caba, 1992, p. 10.
  19. Antonio Bonet Correa. «La arquitectura efímera del Barroco en España». Consultado el 19 de julio de 2015. 
  20. Antonio Sáenz, 1989, p. 53.
  21. Hernández Díaz, Martín González y Pita Andrade, 1999, p. 439-440.
  22. Soto Caba, 1992, p. 18.
  23. Soto Caba, 1992, p. 19.
  24. Soto Caba, 1992, p. 6.
  25. Soto Caba, 1992, p. 22-23.
  26. Soto Caba, 1992, p. 23-24.
  27. Soto Caba, 1992, p. 25.
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La arquitectura efimera tuvo una especial relevancia en el Barroco espanol por cuanto cumplio diversas funciones tanto esteticas como politicas religiosas y sociales Por un lado fue un componente indispensable de apoyo a las realizaciones arquitectonicas efectuado de forma perecedera y transitoria lo que permitia un abaratamiento de los materiales y una forma de plasmar nuevos disenos y soluciones mas atrevidas y originales del nuevo estilo Barroco que no se podian hacer en construcciones convencionales Por otro lado su volubilidad hacia posible la plasmacion de un amplio abanico de producciones disenadas segun su diversa funcionalidad arcos de triunfo para el recibimiento de reyes y personajes de la aristocracia catafalcos para ceremonias religiosas tumulos para pompas funebres y diversos escenarios para actos sociales o religiosos como la fiesta del Corpus o la Semana Santa Llegada de Carlos III a Madrid 1759 oleo de Lorenzo Quiros Estas realizaciones solian estar profusamente decoradas y desarrollaban un programa iconografico que enfatizaba el poder de las clases dirigentes de la epoca tanto politico como religioso en el ambito politico exaltaba el poder omnimodo de la monarquia absolutista mientras que en el religioso loaba el dominio espiritual de la Iglesia contrarreformista Solian tener un alto componente propagandistico como vehiculos de ostentacion de estas clases dominantes por lo que iban dirigidas principalmente al pueblo que era el receptor de estas magnas ceremonias y espectaculos Aunque no han quedado vestigios materiales de este tipo de realizaciones son conocidas gracias a dibujos y grabados asi como a relatos literarios de la epoca que los describian con todo lujo de detalles Muchos escritores y cronistas se dedicaron a este tipo de descripciones dando lugar incluso a un nuevo genero literario las relaciones Indice 1 El Barroco una cultura de la imagen 2 Arquitectura barroca espanola 3 Lo efimero en la arquitectura barroca espanola 4 Principales realizaciones 5 Vease tambien 6 Referencias 7 Bibliografia 8 Enlaces externosEl Barroco una cultura de la imagen Editar Entrada de Felipe V en Sevilla 1729 grabado de Pedro Tortolero La arquitectura es el arte y tecnica de construir edificios de proyectar espacios y volumenes con una finalidad utilitaria principalmente la vivienda pero tambien diversas construcciones de signo social o de caracter civil o religioso El espacio al ser modificado por el ser humano se transmuta adquiere un nuevo sentido una nueva percepcion con lo que adquiere una dimension cultural al tiempo que cobra una significacion estetica por cuanto es percibido de forma intelectualizada y artistica como expresion de unos valores socioculturales inherentes a cada pueblo y cultura Este caracter estetico puede otorgar al espacio un componente efimero al ser utilizado en actos y celebraciones publicas rituales fiestas mercados espectaculos oficios religiosos actos oficiales eventos politicos etc 1 En el Barroco las artes confluyeron para crear una obra de arte total con una estetica teatral escenografica una puesta en escena que ponia de manifiesto el esplendor del poder dominante Iglesia o Estado La interaccion de todas las artes expresaba la utilizacion del lenguaje visual como un medio de comunicacion de masas plasmado en una concepcion dinamica de la naturaleza y el espacio envolvente en una cultura de la imagen 2 Monte Parnaso proyecto de decoracion efimera con motivo de la entrada de Felipe V en Madrid 1701 de Teodoro Ardemans Una de las principales caracteristicas del arte barroco es su caracter ilusorio y artificioso el ingenio y el diseno son el arte magico a traves del cual se llega a enganar a la vista hasta asombrar Gian Lorenzo Bernini Se valoraba especialmente lo visual y efimero por lo que cobraron auge el teatro y los diversos generos de artes escenicas y espectaculos danza pantomima drama musical oratorio y melodrama espectaculos de marionetas acrobaticos circenses etc Existia el sentimiento de que el mundo es un teatro theatrum mundi y la vida una funcion teatral todo el mundo es un escenario y todos los hombres y mujeres meros actores Como gusteis William Shakespeare 1599 3 De igual manera se tendia a teatralizar las demas artes especialmente la arquitectura Era un arte que se basaba en la inversion de la realidad en la simulacion en convertir lo falso en verdadero y en la disimulacion pasar lo verdadero por falso No se muestran las cosas como son sino como se querria que fuesen especialmente en el mundo catolico donde la Contrarreforma tuvo un exito exiguo ya que media Europa se paso al protestantismo En la literatura se manifesto dando rienda suelta al artificio retorico como un medio de expresion propagandistico en que la suntuosidad del lenguaje pretendia reflejar la realidad de forma edulcorada recurriendo a figuras retoricas como la metafora la paradoja la hiperbole la antitesis el hiperbaton la elipsis etc Esta transposicion de la realidad que se ve distorsionada y magnificada alterada en sus proporciones y sometida al criterio subjetivo de la ficcion paso igualmente al terreno de la pintura donde se abusa del escorzo y la perspectiva ilusionista en aras de efectos mayores llamativos y sorprendentes 4 El arte barroco buscaba la creacion de una realidad alternativa a traves de la ficcion y la ilusion Esta tendencia tuvo su maxima expresion en la fiesta y la celebracion ludica edificios como iglesias o palacios o bien un barrio o una ciudad entera se convertian en teatros de la vida en escenarios donde se mezclaba la realidad y la ilusion donde los sentidos se sometian al engano y el artificio En ese aspecto tuvo especial protagonismo la Iglesia contrarreformista que buscaba a traves de la pompa y el boato mostrar su superioridad sobre las iglesias protestantes con actos como misas solemnes canonizaciones jubileos procesiones o investiduras papales Pero igual de fastuosas eran las celebraciones de la monarquia y la aristocracia con eventos como coronaciones bodas y nacimientos reales funerales victorias militares visitas de embajadores o cualquier acontecimiento que permitiese al monarca desplegar su poder para admirar al pueblo Las fiestas barrocas suponian una conjugacion de todas las artes desde la arquitectura y las artes plasticas hasta la poesia la musica la danza el teatro la pirotecnia arreglos florales juegos de agua etc Arquitectos como Bernini o Pietro da Cortona o Alonso Cano y Sebastian Herrera Barnuevo en Espana aportaron su talento a tales eventos disenando estructuras coreografias iluminaciones y demas elementos que a menudo les servian como campo de pruebas para futuras realizaciones mas serias 5 Durante el Barroco el caracter ornamental artificioso y recargado del arte de este tiempo traslucia un sentido vital transitorio relacionado con el memento mori el valor efimero de las riquezas frente a la inevitabilidad de la muerte en paralelo al genero pictorico de la vanitas Este sentimiento llevo a valorar de forma vitalista la fugacidad del instante a disfrutar de los leves momentos de esparcimiento que otorga la vida o de las celebraciones y actos solemnes Asi los nacimientos bodas defunciones actos religiosos o las coronaciones reales y demas actos ludicos o ceremoniales se revestian de una pompa y una artificiosidad de caracter escenografico donde se elaboraban grandes montajes que aglutinaban arquitectura y decorados para proporcionar una magnificencia elocuente a cualquier celebracion que se convertia en un espectaculo de caracter casi catartico donde cobraba especial relevancia el elemento ilusorio la atenuacion de la frontera entre realidad y fantasia 6 Arquitectura barroca espanola EditarArticulo principal Arquitectura barroca en Espana Arco de triunfo para la llegada de Maria Luisa de Orleans a Madrid 1680 obra de Matias de Torres En Espana la arquitectura de la primera mitad del siglo XVII acuso la herencia herreriana con una austeridad y simplicidad geometrica de influencia escurialense Lo barroco se fue introduciendo paulatinamente sobre todo en la recargada decoracion interior de iglesias y palacios donde los retablos fueron evolucionando hacia cotas de cada vez mas elevada magnificencia En este periodo fue Juan Gomez de Mora la figura mas destacada 7 con realizaciones como la Clerecia de Salamanca 1617 el Ayuntamiento 1644 1702 y la Plaza Mayor de Madrid 1617 1619 Otros arquitectos de la epoca fueron Alonso Carbonel autor del Palacio del Buen Retiro 1630 1640 o Pedro Sanchez y Francisco Bautista autores de la Colegiata de San Isidro de Madrid 1620 1664 8 Hacia mediados de siglo fueron ganando terreno las formas mas ricas y los volumenes mas libres y dinamicos con decoraciones naturalistas guirnaldas cartelas vegetales o de formas abstractas molduras y baquetones recortados generalmente de forma mixtilinea En esta epoca conviene recordar los nombres de Pedro de la Torre Jose de Villarreal Jose del Olmo Sebastian Herrera Barnuevo y especialmente Alonso Cano autor de la fachada de la Catedral de Granada 1667 9 Entre finales de siglo y comienzos del XVIII se dio el estilo churrigueresco por los hermanos Churriguera caracterizado por su exuberante decorativismo y el uso de columnas salomonicas Jose Benito Churriguera fue autor del Retablo Mayor de San Esteban de Salamanca 1692 y la fachada del palacio iglesia de Nuevo Baztan en Madrid 1709 1722 Alberto Churriguera proyecto la Plaza Mayor de Salamanca 1728 1735 y Joaquin Churriguera fue autor del Colegio de Calatrava 1717 y el claustro de San Bartolome 1715 en Salamanca de influencia plateresca Otras figuras de la epoca fueron Teodoro Ardemans autor de la fachada del Ayuntamiento de Madrid y el primer proyecto para el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso 1718 1726 Pedro de Ribera autor del Puente de Toledo 1718 1732 el Cuartel del Conde Duque 1717 y la fachada de la Iglesia de Nuestra Senora de Montserrat de Madrid 1720 Narciso Tome autor del Transparente de la Catedral de Toledo 1721 1734 el aleman Konrad Rudolf autor de la fachada de la Catedral de Valencia 1703 Jaime Bort artifice de la fachada de la Catedral de Murcia 1736 1753 Vicente Acero que proyecto la Catedral de Cadiz 1722 1762 y Fernando de Casas Novoa autor de la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela 1739 1750 10 Lo efimero en la arquitectura barroca espanola Editar Catafalco para las exequias de Maria Luisa de Orleans en la iglesia del Real Monasterio de la Encarnacion 1689 obra de Jose Benito de Churriguera El esplendor de la arquitectura efimera se produjo en la Edad Moderna en el Renacimiento y especialmente el Barroco epocas de consolidacion de la monarquia absoluta cuando los monarcas europeos buscaban elevar su figura sobre la de sus subditos recurriendo a todo tipo de actos propagandisticos y enaltecedores de su poder en ceremonias politicas y religiosas o celebraciones de caracter ludico que ponian de manifiesto la magnificencia de su gobierno 11 Cabe remarcar que si bien este periodo fue de una cierta decadencia politica y economica en el ambito cultural fue de un gran esplendor el llamado Siglo de Oro con un magnifico florecimiento de la literatura y las artes Por otro lado si bien en el terreno politico la monarquia se mostraba resueltamente autoritaria el modo de gobernar traslucia un fuerte componente populista mientras que en el ambito religioso se conjugaba la fe estricta con una vision del mundo de caracter realista y critico 12 Estos elementos coadyuvaron la voluntad de un arte cercano al pueblo que mostrase de forma facil y directa los aspectos morales e ideologicos que las clases dominantes querian transmitir a sus subditos Asi segun el historiador Jose Antonio Maravall el arte y la cultura barroca era dirigida ya que su objetivo era la comunicacion masiva ya que se dirigia al pueblo y conservadora ya que buscaba perpetuar los valores tradicionales 13 Estas distracciones ayudaban al populacho a sobrellevar sus penurias segun Jeronimo de Barrionuevo bien son menester estos divertimentos para poder llevar tantas adversidades 14 Esta evasion de la realidad lleva a Antonio Bonet Correa a calificar este periodo de espacio y tiempo utopicos ya que no deja de suponer un alivio pasajero a la cruda realidad de la mayoria de la poblacion sumida en la miseria 15 La arquitectura efimera se realizaba generalmente con materiales pobres y perecederos como madera carton tela estuco cana papel estopa cal o escayola que sin embargo quedaban realzados por la monumentalidad de las obras y por sus disenos originales y fantasiosos asi como por la suntuosidad de la decoracion ornamental Eran obras donde participaban tanto la arquitectura como la escultura la pintura y las artes decorativas y donde cobraba especial relevancia la escenografia Se podia realizar tanto en el interior de edificios generalmente templos religiosos como en las calles de pueblos y ciudades a traves de numerosas tipologias constructivas como arcos de triunfo castillos porticos templetes catafalcos pabellones galerias columnatas logias ediculos piramides obeliscos pedestales baldaquinos tramoyas altares doseles etc 16 Tambien tenian relevancia las esculturas tapices telas y pinturas estas ultimas a menudo representaban arquitecturas fingidas o paisajes siendo habitual la representacion de parnasos montes con vegetacion rios y fuentes en los que figuraban dioses musas y personajes historicos 17 Otros elementos decorativos eran enramadas tapices florales guirnaldas cornucopias espejos candelabros escudos y banderas Ademas de todo ello hay que tener en cuenta elementos moviles como carruajes o pasos de procesiones sequitos y comitivas mascaradas mojigangas juegos de canas y autos de fe ademas de otros elementos como fuegos artificiales corridas de toros naumaquias justas y simulacros belicos musica danza teatro y otros generos del espectaculo 18 Entrevista entre Luis XIV y Felipe IV en la Isla de los Faisanes 1659 con estructuras efimeras disenadas por Diego Velazquez Quiza el elemento mas emblematico de la arquitectura efimera barroca era el tumulo funerario ya que significaba mas que ningun otro la concepcion de lo transitorio la fugacidad de la vida que se traduce en la fugacidad de la fiesta de la celebracion efimera Las pompas funebres representan al igual que la arquitectura efimera el azar el vacio lo fugaz de la existencia contraponiendo la temporalidad corporal a la inmortalidad del alma Son por ello frecuentes en la decoracion de tumulos y catafalcos las referencias a la muerte a traves de esqueletos calaveras relojes de arena cirios y otros elementos alusivos al fin de la existencia humana La evolucion tipologica de los tumulos derivo de los catafalcos tipo monumento heredados del Renacimiento manierista a los catafalcos tipo pira del pleno Barroco de planta turriforme y templete con cupula derivando hacia finales del Barroco en catafalcos tipo baldaquino ya a finales del siglo XVIII evolucionarian al catafalco tipo obelisco de corte neoclasico Cabe senalar que los tumulos funerarios estaban reservados a la familia real hasta que en 1696 Carlos II aprobo su apertura a miembros de la aristocracia y la jerarquia eclesiastica 19 Muchos arquitectos utilizaron la arquitectura efimera como banco de pruebas para formulas y soluciones originales y mas audaces que en la arquitectura convencional que luego probaban en realizaciones estables con lo que esta modalidad ayudo poderosamente al progreso de la arquitectura espanola Algunos de los arquitectos de mas renombre efectuaron este tipo de obras como Juan Gomez de Mora Pedro de la Torre Jose Benito Churriguera Alonso Cano Jose del Olmo y Sebastian Herrera Barnuevo 20 Incluso artistas de renombre intervinieron en este tipo de obras como El Greco en el diseno del tumulo de Margarita de Austria Estiria 1612 21 Rubens en la entrada del cardenal infante Fernando de Austria en Amberes en 1635 22 Velazquez en la decoracion de los esponsales de Luis XIV y Maria Teresa de Austria en la Isla de los Faisanes 1660 o Murillo en la celebracion de la Inmaculada Concepcion en Sevilla 1665 23 Tumulo del cardenal Juan Tomas de Boxadors convento de Santa Catalina Barcelona obra de Salvador Gurri 1781 grabado de Pere Pasqual Moles Cualquier evento era adecuado para la celebracion efimera los monarcas celebraban de forma fastuosa cada hecho relevante en sus vidas como nacimientos bautizos onomasticas bodas ceremonias de entronizacion visitas a ciudades victorias militares acuerdos diplomaticos funerales etc 24 En cuanto a las celebraciones religiosas destacaban las del Corpus Christi y Semana Santa celebradas con procesiones viacrucis rogativas misas colectivas y autos sacramentales donde se solian montar grandes tramoyas para los festejos y junto a las procesiones religiosas se anadian elementos folcloricos como mascaras mojigones fanfarrias gigantes y cabezudos 25 Tambien formaban parte de las celebraciones efimeras los llamados Monumentos de Semana Santa que se montaban con gran pomposidad en el interior de los templos e iglesias el caso de la Catedral de Sevilla es en el barroco el ejemplo mas paradigmatico Otras celebraciones estuvieron motivadas por actos puntuales generalmente canonizaciones como la de Luis Bertran en 1608 Francisco Javier Ignacio de Loyola Isidro Labrador y Teresa de Jesus en 1622 Tomas de Villanueva en 1658 Francisco de Borja en 1671 o Pascual Baylon en 1690 o bien decretos pontificios como el breve de Alejandro VII en que reconocia la Inmaculada Concepcion de la Virgen 1662 26 Una especial significacion tuvo la canonizacion de Fernando III en 1671 ya que aglutino en un mismo interes a Iglesia y monarquia conjugando los valores de las clases dirigentes del Antiguo Regimen 27 El mecenazgo de la monarquia y la Iglesia comporto un cierto soporte a profesionales de la arquitectura las artes plasticas y decorativas y la artesania que contaban asi con encargos laborales en una epoca de crisis economica en que habia escaso trabajo a nivel civil 28 Por otro lado la arquitectura efimera llego a un nivel de popularidad que otorgaba un gran prestigio al profesional que la realizaba asi el concurso celebrado para la adjudicacion de las exequias de Maria Luisa de Orleans en 1689 ganado por un desconocido hasta entonces Jose Benito de Churriguera sirvio a este para lanzar con gran exito su carrera profesional 29 Cabe senalar que de estas realizaciones efimeras no han quedado vestigios materiales y son solo conocidas por grabados y dibujos y por relatos escritos que describian pormenorizadamente todos los detalles de estas celebraciones Dichos relatos dieron origen a un nuevo genero literario el de las relaciones las cuales tienen como principal referente de partida a Juan Calvete de Estrella autor de El tumulo Imperial adornado de historias y letreros y epitaphios en prosa y verso latino 1559 30 Esta literatura abundaba en descripciones minuciosas de los eventos celebrados por la monarquia y la Iglesia con especial enfasis en los elementos simbolicos plasmados a menudo en jeroglificos y escudos cuyos lemas generalmente en latin traducian al castellano en verso Por otro lado estas cronicas no dejaban de traslucir los valores politicos sociales y morales que abanderaban los poderosos personajes que patrocinaban estos fastos 31 En el siglo XVIII siguieron las mismas tipologias festivas ya que los Borbones mantuvieron los mismos protocolos y repertorios de celebraciones y solemnidades La evolucion en las arquitecturas efimeras fue principalmente estilistica sobre todo a partir del primer tercio del siglo en que el fomento de la Academia de Bellas Artes de San Fernando promovio las lineas clasicistas en un movimiento que seria bautizado como neoclasicismo Por otro lado el auge de la Ilustracion comporto la disminucion de los grandes fastos religiosos de signo contrarreformista Los nuevos eventos tenian un caracter mas didactico con una distincion mas clara entre lo sacro y lo profano y cobraron mayor relevancia la musica y la opera 32 Principales realizaciones Editar Arco triunfal para la llegada de Felipe III a Lisboa 1619 Monumento al Triunfo de San Fernando en el trascoro de la Catedral de Sevilla 1671 obra de Bernardo Simon de Pineda Tumulo de Felipe V en la Universidad de Cervera 1746 obra de Pere Costa Tumulo de la reina Maria Amalia en la Catedral de Barcelona 1761 obra de Manuel y Francesc Tramulles Entrada de Felipe III en Lisboa 1619 fue homenajeada con la construccion de trece arcos de triunfo costeados por los gremios de la ciudad decorados con dioses y heroes mitologicos figuras alegoricas y referencias literarias tomadas de autores clasicos como Ovidio o Virgilio o bien de Dante y de textos biblicos ademas de escudos y emblemas de caracter simbolico Los arcos traslucian un estilo arquitectonico de reminiscencias manieristas inspirado en la obra de Serlio y Vignola 33 Entrada de Mariana de Austria en Madrid 1649 fue planificada por Alonso Cano quien construyo cuatro arcos de triunfo dedicados a los cuatro principales continentes y los cuatro elementos en esta relacion Europa Aire Asia Tierra Africa Fuego y America Agua Construyo tambien una portada noble en el Buen Retiro sobre pedestales de piedra berroquena con seis columnas de orden dorico y cornisas decoradas con castillos y leones Junto a esta portada sobre la fuente del Olivo del Prado Viejo de San Jeronimo se levanto un Monte Parnaso con dos cumbres una presidida por Hercules Sol y otra por Pegaso con Apolo en el centro y nueve estatuas dedicadas a las musas y a poetas espanoles 34 Reconocimiento de la Inmaculada Concepcion en Valencia 1662 se celebro durante medio ano con mascaradas y cabalgatas y se construyeron por toda la ciudad altares provisionales algunos con tramoyas que arrojaban copos de algodon simulando la nieve en alusion a la pureza de la Virgen 35 Uno de los mas elaborados se situo en la Facultad de Filosofia cubierto de tapices y bordados de seda y oro coronado por una alegoria del Triunfo de la Iglesia flanqueada por el papa Alejandro VII y el arzobispo de Valencia Martin Lopez de Ontiveros 36 Celebracion de la Inmaculada Concepcion en Sevilla 1665 fue disenada por Bartolome Esteban Murillo y celebrada en la iglesia de Santa Maria la Blanca en cuyo exterior se colocaron dos arcos de triunfo uno dedicado al Misterio de la Inmaculada Concepcion y otro al Triunfo de la Eucaristia junto a un perimetro acotado cubierto de toldos y ocupado por altares decorados con temas marianos En la puerta de la iglesia se coloco un gran cuadro de la Virgen de Juan Valdes Leal 19 Canonizacion de Fernando III 1671 se celebro en Sevilla ciudad reconquistada por el santo rey cuya catedral fue adornada por diversos monumentos y emblemas realizados por Bernardo Simon de Pineda en colaboracion con el pintor Juan Valdes Leal y el escultor Pedro Roldan Se engalano todo el conjunto catedralicio hispalense con lienzos pintados incluida la Giralda y el Patio de los Naranjos se ornamentaron todas las capillas y en el trascoro se erigio un arco de triunfo con la efigie del homenajeado en el coronamiento rodeado de figuras alegoricas ademas en el retablo del sagrario se coloco una tramoya con una pintura de Murillo Este conjunto de monumentos ejercio una notable influencia en la arquitectura de la epoca que perduro hasta el reinado de Felipe V como expresion de un Barroco netamente espanol de formas dinamicas y profusamente decorativas Cabe senalar que los disenos para este evento fueron impresos en una relacion escrita por Fernando de la Torre Farfan considerado el mas bello libro impreso en la Espana del Barroco 37 Entrada de Maria Luisa de Orleans en Madrid 1680 fue organizada por Claudio Coello y Jose Jimenez Donoso con ayuda de Matias de Torres y Francisco Solis entre otros pintores Jose Rates y Jose Acedo en lo arquitectonico y Pedro Alonso de los Rios Enrique de Cardona y Mateo Rodriguez encargados de los trabajos de escultura entre otros muchos artistas Se levantaron cinco arcos de triunfo en la calle del Prado Italianos Puerta del Sol Puerta de Guadalajara y Santa Maria junto a porticos fuentes y esculturas decorativas en el Retiro San Felipe plaza de la Villa y plaza de Palacio 38 Todos los elementos eran muy recargados ornamentalmente en una apoteosis del Barroco mas decorativista con abundancia de motivos vegetales y petreos 19 Catafalco de Maria Luisa de Orleans en Madrid 1689 obra de Jose Benito de Churriguera su diseno sirvio de modelo para los tumulos funerarios hasta bien entrado el siglo XVIII 39 Se situo en la iglesia del Real Monasterio de la Encarnacion de Madrid y estaba formado por una alta plataforma con cuatro graderias de escaleras sobre la que se elevaban dos cuerpos con una profusa decoracion de molduras follajes tarjas y estipites asi como diversas esculturas de figuras alegoricas e imagenes de la difunta 40 Catafalco de Carlos II en Barcelona 1700 obra de Josep Vives era un tumulo turriforme con una base ochavada con escudos sostenidos por aguilas y leones sobre la que se elevaba una piramide escalonada ornamentada con calaveras y roleos y rematada por un baldaquino hexagonal con los emblemas reales 41 El programa iconografico constaba de alegorias de los reinos hispanicos Castilla Aragon Cataluna Indias Milan Napoles Sicilia Flandes los cuatro continentes Europa America Africa Asia los cuatro principales rios de la peninsula iberica Ebro Duero Tajo Guadalquivir las virtudes teologales Fe Esperanza Caridad y cardinales Prudencia Justicia Fortaleza Templanza la Victoria y el Ave Fenix 42 Tumulo de Luis XIV en Barcelona 1715 obra de Josep Vives tenia planta cuadrada con pedestales en los angulos coronados con estatuas volutas y florones representando a las Virtudes con angeles que aguantaban un retrato del difunto todo coronado por un baldaquino con la corona real 43 Entrada de Felipe V en Sevilla 1729 celebro la llegada del monarca que convirtio la ciudad andaluza en sede de la corte durante cinco anos La ciudad se engalano con colgaduras pinturas y tapices y diversas construcciones como piramides y arcos de triunfo asi como estatuas de heroes mitologicos unas columnas de Hercules con una leon que arrojaba agua por la boca y un Coloso de Rodas bajo el que pasaba un barco 44 Nombramiento arzobispal del cardenal infante Luis de Borbon 1742 se desarrollo en Sevilla donde se organizo una mascarada y un desfile de carruajes ornamentados ademas de fuegos artificiales la iluminacion de la Giralda y el surgimiento de vino de las fuentes del palacio episcopal durante tres dias 45 Catafalco de Felipe V en Madrid 1746 obra de Juan Bautista Sacchetti presentaba un basamento con dos escalinatas con balaustradas que representaban las figuras de Neptuno y Cibeles sobre el que se elevaba un templete de aspecto aereo y diafano decorado con esqueletos Inspirado en la obra de la familia italiana de escenografos Galli Bibbiena su estilo se enmarca en un Barroco mas clasicista y de filiacion internacional alejandose del Barroco hispano heredado de la centuria anterior 46 Tumulo de Felipe V en Cervera 1746 obra de Pere Costa se erigio en la capilla de la Universidad de Cervera Tenia un zocalo octogonal a cuyos costados figuraban unas piramides con alegorias de la Teologia el Derecho Canonico la Filosofia y las Matematicas en la cornisa se representaban el Derecho Civil la Medicina la Poesia y la Retorica en el coronamiento habia una figura de la Muerte pisando coronas y cetros y un escudo con la inscripcion Philippi quod potui rapui alusiva a que la Muerte le arrebataba su mortalidad pero no sus hazanas inmortales 47 Proclamacion de Fernando VI en Sevilla 1747 se festejo con una procesion de ocho carros engalanados realizados en madera y recubiertos de estuco con decoracion de vivos colores El primer carro era el Pregon de la Mascara seguido del de la Comun Alegria cuatro dedicados a los cuatro elementos el de Apolo y el de los Reyes que llevaba los retratos de los nuevos monarcas 48 Llegada de Carlos III a Barcelona 1759 para su llegada al puerto se construyo un puente una escalera y un arco triunfal decorados con figuras de la mitologia marina y alegorias astrologicas A continuacion habia diversos arcos con representaciones de la historia de la ciudad aludiendo a su mitica fundacion por Hercules En la Lonja de Mar se situo una gran pantalla que representaba el sistema solar poniendo al rey como centro del universo Se realizo tambien una mascarada y una procesion de cinco carros que recorrieron la ciudad durante tres noches decorados con una estetica rococo 49 Llegada de Carlos III a Madrid 1759 se construyeron diversas estructuras a cargo del arquitecto de moda del momento Ventura Rodriguez con la colaboracion del escultor Felipe de Castro las inscripciones de las telas ornamentales fueron redactadas por Pedro Rodriguez de Campomanes y Vicente Antonio Garcia de la Huerta Las calles de Madrid fueron ornamentadas con tapices y colgaduras de vivos colores como dorados azules pasteles y lapislazulis en la Puerta del Sol se construyo un templo rotondo tholos con imitaciones de jaspe para las columnas de bronce en basas y capiteles y de marmol en cornisas y pedestales en la calle Carretas se erigio un arco de triunfo decorado con relieves y trofeos otro arco se situo en la calle Mayor con representaciones alusivas a la piedad y liberalidad del rey junto a una doble galeria de orden compuesto que agradecia al nuevo monarca la suspension de las deudas tributarias Todos estos ornatos se disenaron en un estilo mas sobrio que el habitual apuntando ya al neoclasicismo de finales de siglo aunque su concepcion era todavia basicamente barroca 50 Tumulo de la reina Maria Amalia de Sajonia en Barcelona 1761 realizado en la Catedral fue obra de Manuel y Francesc Tramulles En la fachada se coloco un portal barroco con cartelas y simbolos mortuorios asi como una alegoria de Cataluna en duelo En el interior se situaron escudos de los reinos de la Monarquia Hispanica Sajonia y los cuatro continentes En el trascoro se emplazo un portal con una alegoria de Barcelona en forma de ninfa llorosa Por ultimo entre el coro y el presbiterio se instalo un mausoleo que presentaba un cuerpo bajo con alegorias de Tarragona Tortosa Lerida Gerona Vich Manresa Mataro y Cervera en los intercolumnios habia esculturas del Dolor el Amor la Lealtad y la Gratitud y en el centro el feretro real con cetro y corona en el segundo cuerpo figuraban unas esculturas sedentes de la Generosidad la Constancia la Inteligencia y la Obediencia en el cuerpo superior la Caridad la Religion la Humildad la Oracion y en el centro Barcelona por ultimo en el coronamiento la Felicidad Eterna 51 Vease tambien EditarHistoria de la arquitectura Arquitectura del Barroco Arte efimero Arquitectura efimera Historia de la esteticaReferencias Editar Fernandez Arenas 1988 p 17 19 Martinez Ripoll 1989 p 5 6 William Shakespeare Como gusteis Consultado el 28 de octubre de 2012 Martinez Ripoll 1989 p 16 17 Martinez Ripoll 1989 p 17 18 Giorgi 2007 p 82 Azcarate Ristori Perez Sanchez y Ramirez Dominguez 1983 p 543 Toman 2007 p 86 90 Azcarate Ristori Perez Sanchez y Ramirez Dominguez 1983 p 545 546 Azcarate Ristori Perez Sanchez y Ramirez Dominguez 1983 p 546 550 Suarez Quevedo 1989 p 135 141 Antonio Saenz 1989 p 5 Antonio Saenz 1989 p 6 9 Soto Caba 1992 p 10 12 Soto Caba 1992 p 12 Antonio Saenz 1989 p 52 Soto Caba 1992 p 21 Soto Caba 1992 p 10 a b c Antonio Bonet Correa La arquitectura efimera del Barroco en Espana Consultado el 19 de julio de 2015 Antonio Saenz 1989 p 53 Hernandez Diaz Martin Gonzalez y Pita Andrade 1999 p 439 440 Soto Caba 1992 p 18 Soto Caba 1992 p 19 Soto Caba 1992 p 6 Soto Caba 1992 p 22 23 Soto Caba 1992 p 23 24 Soto Caba 1992 p 25 Soto Caba 1992 p 6 8 Soto Caba 1992 p 21 22 Soto Caba 1992 p 8 Soto Caba 1992 p 8 10 Soto Caba 1992 p 26 27 Soto Caba 1992 p 14 Diego Suarez Quevedo 2001 Alonso Cano y el arte efimero Consultado el 18 de julio de 2015 Soto Caba 1992 p 24 Soto Caba 1992 p IV Soto Caba 1992 p 25 26 Zapata Fernandez de la Hoz Maria Teresa 1993 Claudio Coello dibujos festivos Archivo Espanol de Arte 66 263 257 286 Soto Caba 1992 p 22 Soto Caba 1992 p V Soto Caba 1992 p VI Triado y Barral i Altet 1999 p 89 Triado y Barral i Altet 1999 p 116 Soto Caba 1992 p 27 Soto Caba 1992 p 27 28 Soto Caba 1992 p VII Triado y Barral i Altet 1999 p 116 117 Soto Caba 1992 p 28 Soto Caba 1992 p 30 Soto Caba 1992 p 30 31 Triado y Barral i Altet 1999 p 117 Bibliografia EditarAntonio Saenz Trinidad de 1989 El siglo XVII espanol Madrid Historia 16 Azcarate Ristori Jose Maria de Perez Sanchez Alfonso Emilio Ramirez Dominguez Juan Antonio 1983 Historia del Arte Madrid Anaya ISBN 84 207 1408 9 Fernandez Arenas Jose 1988 Arte efimero y espacio estetico Barcelona Anthropos ISBN 84 7658 078 9 Giorgi Rosa 2007 El siglo XVII Barcelona Electa ISBN 978 84 8156 420 4 Hernandez 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