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Auto de fe

El auto de fe era un acto público organizado por la Inquisición en el que los condenados por el tribunal abjuraban de sus pecados y mostraban su arrepentimiento —lo que hacía posible su reconciliación con la Iglesia católica—, para que sirvieran de lección a todos los fieles que se habían congregado en la plaza pública o en la iglesia donde se celebraba (y a quienes se invitaba también a que proclamaran solemnemente su adhesión a la fe católica).

Francisco Rizi, Auto de fe en la plaza Mayor de Madrid, 1683, óleo sobre lienzo, 277 x 438 cm, Madrid, Museo del Prado.

El mencionado era el sentido buscado del auto de fe, en el que, en contra de lo que suele creerse, no se ejecutaba a nadie, sino que los condenados a muerte —los relapsos (reincidentes)— eran relajados al brazo secular, es decir, entregados a los tribunales reales que eran los encargados de pronunciar la sentencia de muerte —la Inquisición era un tribunal eclesiástico y no podía condenar a la pena capital— y de conducir a los reos al lugar donde iban a ser quemados —estrangulados previamente si eran penitentes, y quemados vivos si eran impenitentes, es decir, si no habían reconocido su herejía o no se arrepentían—.

El auto de fe que se realizaba discretamente en las dependencias de la Inquisición se llamaba autillo.

Finalidad

El propósito de los procesos de la Inquisición no era salvar el alma de los condenados sino garantizar el bien público «extirpando» la herejía. De ahí que la lectura de las sentencias y de las abjuraciones tuviera que hacerse públicamente "para edificación de todos y también para inspirar miedo", como señalaba el jurista Francisco Peña en 1578 en su comentario del Manual del Inquisidor de Nicholas Eymerich. Así pues, era imprescindible que el condenado afirmara ante el público congregado que había pecado y que se arrepentía, para que sirviera de lección a todos los que le escuchaban, y a quienes se invitaba también a que proclamaran solemnemente su fe. Esa era la finalidad del auto de fe.[1]

Sin embargo, según Henry Kamen, "lo que comenzó como un acto religioso de penitencia y justicia acabó siendo una fiesta pública más o menos parecida a las corridas de toros o a los fuegos artificiales". "La gente acudía en tropel a verlos porque eran un espectáculo extraño, ajeno a su fe habitual, a sus prácticas religiosas, a la existencia cotidiana". A la popularidad de los autos de fe también contribuyó el prestigio que alcanzaron a partir de los autos de fe de 1559 porque asistió el rey —hasta entonces los reyes de la Monarquía Hispánica no habían participado, excepto uno celebrado en Valencia en el que estuvo presente Carlos I—, y los cambios que introdujo la Inquisición a partir de esa fecha para aumentar su solemnidad y magnificencia con el fin de deslumbrar a los fieles.[2]

Según el mismo Kamen, entre los extranjeros que visitaron España los autos de fe provocaron "asombro y repugnancia ante una práctica que era desconocida en el resto de Europa. El flamenco Jean Lhermite, quien asistió a un auto de fe en compañía de Felipe II, en Toledo en febrero de 1591, fue después a contemplar las ejecuciones, describiendo todo el asunto como un "espectáculo muy triste, desagradable de ver". No hay duda de que debía ser espantoso ver a clérigos presidiendo una ceremonia en la que se ejecutaba a los condenados, pero en realidad las ejecuciones públicas en otros países no diferían mucho de un auto de fe y, a veces, lo superaban en salvajismo".[3]

Historia

Los primeros autos de fe fueron obra de la inquisición pontificia medieval, bajo el nombre de Sermo Publicus o Sermo Generalis Fide -llamado así porque comenzaba con un sermón—, pero se realizaron solo en la región de Toulouse con motivo de la represión de la herejía cátara.[4]

 
Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzmán (c. 1500) de Pedro Berruguete (Museo del Prado. Según Joseph Pérez, "la composición (152x92 cm.) tiende a acentuar el dramatismo de la escena, puesto que el pintor representa la hoguera donde arden los condenados. Santo Domingo aparece de pie sobre una tribuna, rodeado de seis inquisidores, entre los que se encuentra un dominico y otro que lleva el estandarte del Santo Oficio; otros doce inquisidores completan el grupo; dos herejes... esperan su turno".[5]

El primer auto de fe de la Inquisición española tuvo lugar en Sevilla el 6 de febrero de 1481, y en los primeros tiempos eran actos sobrios y austeros.[6]"El público casi no asistía a los autos; en lugar de un elaborado ceremonial, había poco más que un simple rito religioso en el que se determinaban las penas para los herejes detenidos. La ceremonia ni siquiera se celebraba necesariamente en un día festivo, prueba de que no se contaba con la asistencia del público".[7]​ Contamos con un relato del primer auto de fe celebrado en Toledo el domingo 12 de febrero de 1486, en el que se dice que 750 judeoconversos reconciliados salieron en procesión de la Iglesia de San Pedro Mártir. "Con el gran frío que hazía, y la desonra y mengua que recebían por la gran gente que los mirava, porque vino mucha gente de las comarcas a los mirar, yvan dando muy grandes alaridos, y llorando algunos se mesavan; créense más por la desonra que recebían que no por la ofensa que a Dios hizieron". Cuando la procesión llegó a la "iglesia mayor" en la puerta "estavan dos capellanes, los quales fazían la señal de la cruz a cada uno en la frente, diziendo estas palabras: «Recibe la señal de la cruz, la qual negaste e mal engañado perdiste»". Dentro de la iglesia, "donde les dixeron misa y les predicaron", fueron llamados uno por uno leyéndose a continuación "todas las cosas en que avía judayzado". "E de que esto fue acabado, allí públicamente les dieron la penitencia".[8]

En 1504 se celebró en Córdoba uno de los más importantes autos de fe de la Inquisición. Tras pasar por el tribunal cientos de casos, fueron quemadas vivas 107 personas, hombres y mujeres, posiblemente el mayor auto de fe que nunca hubo.[9]

A lo largo del siglo XVI los autos de fe fueron ganando en solemnidad y duración.[6]​ A su difusión contribuyó el cuadro de Pedro Berruguete Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzmán (c. 1500), que fue un encargo del inquisidor general Torquemada para el retablo del Convento de Santo Tomás de Ávila.[5]​ Henry Kamen destaca que el cuadro es "totalmente inventado" y que es posible que sirviera de modelo para el nuevo ceremonial de los autos de fe establecido en las Instrucciones de 1561.[7]

 
Auto de fe en Valladolid.

Dos de los actos de fe más célebres por su solemnidad fueron celebrados en la Plaza Mayor de Valladolid los días 21 de mayo y 8 de octubre de 1559. En el primero de los dos fueron quemadas catorce personas y los huesos y estatua de otra más, y se reconciliaron dieciséis con penitencia. En el segundo, se quemaron trece personas y los huesos de otra, y hubo también otros dieciséis penitenciados. Seguramente estos dos actos históricos inspiraron a Miguel Delibes el descrito en su novela El hereje. Otra referencia literaria la encontramos en la novela Auto de fe del autor búlgaro-austriaco-inglés, Elias Canetti, escrita en 1935, prohibida por los nazis y desconocida hasta los años 60 del siglo XX.

Los autos de fe de 1559 celebrados en Valladolid y en Sevilla para eliminar los focos protestantes que habían surgido en esas dos ciudades, sirvieron de modelo para los posteriores y así lo estipularon las Instrucciones dictadas en 1561 por el inquisidor general Fernando de Valdés.[6]

La asistencia de las autoridades y de los funcionarios en el auto de fe se hará obligatoria a partir de 1598 bajo pena de excomunión. La Inquisición concede la presidencia del acto a un miembro de la alta nobleza y cuando se celebra en la Corte intentará que asista el rey. Fue lo que sucedió con los dos autos de fe celebrados en Valladolid en 1559 en los que fueron condenados los protestantes de la ciudad. Al primero asistió la regente Juana de Austria y al segundo el rey Felipe II que acababa de volver de los Países Bajos. Al año siguiente el tribunal de Toledo organizó un auto de fe con ocasión del matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois y en 1564 se organizó otro en Barcelona con motivo de la visita del rey para celebrar las Cortes de Cataluña. Felipe II presidió otros autos de fe —en Lisboa en 1582; en Toledo en 1591— ya que, según Joseph Pérez, "al parecer, le gustaban mucho estas ceremonias, y no por sadismo, como se ha dicho muchas veces —recordemos que los condenados a muerte son ejecutado después del auto de fe, y que las autoridades no asisten a la ejecución—, sino por pompa: procesión, misa, sermón...".[10]

 
Auto de Fe en 1651. Museo del Greco, Toledo.

Felipe III también presidió algún auto de fe, como el que se celebró el 6 de marzo de 1600 en Toledo, y Felipe IV pidió que se realizara uno en la corte en 1632 para celebrar la curación de su esposa, Isabel de Borbón. Con el pretexto de la boda del rey Carlos II y María Luisa de Orleans, se celebró en Madrid en 1680 uno de los autos de fe más célebres debido al cuadro de Francisco Rizi y a la "Relación" del mismo escrita por José del Olmo, quien como familiar del Santo Oficio había sido uno de los organizadores de la ceremonia y de los diseñadores del estrado donde se sentaron las autoridades. El rey escogió la fecha, el 30 de junio, fiesta de San Pablo, "para destacar el gran triunfo de la fe católica y la derrota de la obstinación judía". En el siglo XVIII los autos de fe son cada vez más escasos y discretos y el último al que asistió el rey se celebró en 1720, bajo Felipe V.[11]

Una de las razones de la progresiva disminución del número de autos de fe fue que eran caros y la Inquisición, que no era tan rica como la gente creía, no siempre disponía de los fondos necesarios. El descenso ya se puede apreciar en el siglo XVII. Así mientras en Sevilla en la segunda mitad del siglo XVI se celebraron al menos veintitrés autos de fe, en Madrid entre 1632 y 1680 no se celebró ninguno.[12]

El último auto de fe

En Portugal, el 1 de octubre de 1774, Sebastião José de Carvalho e Melo, publicó un decreto que obligaba a que los veredictos del Santo Oficio necesitaran una sanción real, lo que en la práctica acababa con la Inquisición portuguesa. Ya no se organizaron en Portugal Autos de fe.

Según Emilio La Parra y María Ángeles Casado, el último auto de fe general que se celebró en España tuvo lugar en Sevilla en 1781. La víctima fue María de los Dolores López, una mujer de baja condición social, acusada de fingir revelaciones divinas y de mantener relaciones sexuales con sus sucesivos confesores ("dormía con ellos en paños menores, estaba con mucha frecuencia en cueros, y después la azotaban ellos mismos porque así convenía para su salvación, bien que no constan que hubiesen actos completos", según relató un fraile conocedor de caso). Fue denunciada por uno de los confesores, que fue condenado por haber cometido el delito de solicitación. La mujer no se arrepintió de sus errores porque según ella "nada [de lo que había hecho] era pecado" y fue condenada a muerte. Tras la celebración del auto de fe, que duró doce horas y en el que la condenada compareció vestida con un sambenito y una coroza pintados con llamas y diablos, fue relajada al brazo secular para ser ejecutada. Se le aplicó el garrote vil y después el cadáver fue arrojado a una "gran hoguera".[13]

Se suele afirmar que el último auto de fe fue el celebrado en Valencia en 1826 en el que el maestro de Ruzafa Cayetano Ripoll fue condenado a ser ejecutado en la horca y quemado después por hereje, pero en aquel momento la Inquisición no existía porque el rey Fernando VII no la había restablecido tras su abolición por los liberales durante el Trienio (1820-1823).

Desarrollo

 
Estandarte de la Inquisición española que encabezaba la procesión de la Cruz Verde, que tenía lugar la víspera del auto de fe.

En las Instrucciones dictadas en 1561 por el inquisidor general Fernando de Valdés se decía:[14]

Cuando se hayan terminado los procesos y se hayan establecido las sentencias, los inquisidores fijarán un día festivo para celebrar el auto de fe; se comunicará la fecha a los canónigos y a las autoridades municipales y, si se da el caso, al presidente y a los auditores del tribunal de justicia, para invitarles a asistir a la ceremonia. Los inquisidores procurarán que no empiece demasiado tarde, a fin de que la ejecución de los relajados puede llevarse a cabo de día y sin incidentes

Los autos de fe se realizaban en domingo o en día festivo porque, según el Manual de inquisidores de Nicholas Eymerich, "conviene que una gran multitud asista al suplicio y a los tormentos de los culpables, a fin de que el temor les aparte del mal". "Es un espectáculo que llena de terror a los asistentes y una imagen terrorífica del Juicio Final. Pues bien, éste es el sentimiento que conviene inspirar". Por otro lado, "la presencia de los capítulos, de las iglesias y de los magistrados da mayor esplendor a la ceremonia".[15]

Los preparativos comenzaban un mes antes de la fecha fijada porque había que construir el estrado en una plaza pública o en un templo, con bancos para los condenados para que pudieran ser vistos por la multitud, una tribuna para las autoridades, y gradas para los espectadores. También había que preparar los sambenitos que llevarían los condenados, las efigies de los que habían huido o habían muerto, los estandartes y las urnas que contenían las sentencias. Además había que disponer las colgaduras y en ocasiones los toldos para dar sombra a los asistentes. Todo ello suponía una suma importante de dinero por lo que la Inquisición, cuyas finanzas nunca fueron muy boyantes, siempre tuvo dificultades para organizarlos, y no siempre pudo contar con la ayuda financiera de los municipios donde se celebraban. La consecuencia de todo ello fue que "con el tiempo, los autos de fe tendieran a hacerse cada vez más raros".[16]

Unos días antes de su celebración se leía una proclama pública en la que se invitaba a la población a asistir al auto de fe. En el de Madrid de 1680 el pregonero leyó por las plazas y calles lo siguiente:[17]

Se informa a los habitantes de Madrid, sede de la corte de Su Majestad, de que el Santo Oficio de la Inquisición de la villa y reino de Toledo celebrará un auto de fe público en la plaza Mayor, el domingo 30 de junio; con esta ocasión, el soberano pontífice concede gracias especiales e indulgencias a todos los que asistan.

A las dos de la tarde de la víspera comenzaba la procesión de la Cruz Verde acompañada del estandarte del Santo Oficio, que era llevado por una persona importante —en el auto de fe de 1680 fue portado por el duque de Medinaceli, "primer ministro" de Carlos II—. Detrás de él desfilaban los familiares, comisarios y notarios de la Inquisición, así como los representantes del clero regular y secular. El objeto de la procesión era llevar la Cruz Verde y el estandarte de la Inquisición al lugar donde al día siguiente se iba a celebrar el auto de fe. La cruz quedaba cubierta con un velo negro y "familiares y monjas velaban toda la noche, protegidos por un destacamento de soldados".[18]

 
Escena de la Inquisición (1814-1816). "Goya presenta la escena de un autillo. Los condenados a muerte, así identificados por la corona con llamas hacia arriba que portan, escuchan la sentencia, leída por un fraile desde una tribuna o púlpito. La arquitectura de la sala evoca un edificio de siglos anteriores, tal vez la sede de un tribunal inquisitorial. El amplio espacio está ocupado por religiosos de distintas órdenes (se adivinan, sobre todo, los hábitos de franciscanos y dominicos y por un numeroso grupo de personas de las que no se sabe su sexo y condición social, salvo un grupo de mujeres ataviadas con mantilla situadas en un palco. En el centro, un inquisidor vestido de negro, adornado con una cruz, señala a los condenados sin mirarlos, dando a entender su profundo desprecio hacia ellos".[19]

Al amanecer del día del auto de fe comenzaba la procesión de la Cruz Blanca, así llamada porque estaba encabezada por una cruz, llamada también de la zarza, que contenía a modo de símbolo unos pedazos de leña que se iban a utilizar en la hoguera donde arderían los condenados a muerte. Detrás de la Cruz Blanca, iba el clero, seguido por las efigies ["imágenes de cartón de tamaño natural", según un relato de la época] de los condenados huidos o muertos antes de ser juzgados —"cuyos huesos eran asimismo traídos en baúles, en las que habían pintadas llamas", según el relato del auto de 1680—[20]​ y por los condenados portando un cirio en la mano, tocados con una coroza o capirote y vestidos con los sambenitos que indicaban el tipo de delito y la condena.[21]

Al igual que en una representación teatral, el cortejo que se formaba para llegar hasta el lugar de celebración del auto de fe tenía sus normas en cuanto al orden y distribución de los participantes. Los reos eran conducidos de madrugada desde la prisión de la Inquisición hasta la capilla del Santo Oficio de donde salía formada toda la procesión. La cruz iba a la cabeza de la comitiva enarbolada por el fiscal del Tribunal que solía marchar a caballo. Detrás de él, a pie, caminaban los reos reconciliados portando cirios en señal de penitencia. A continuación iban los frailes dominicos precediendo a los reos relajados, es decir, a los condenados a muerte. Estos reos iban vestidos con una especie de casulla llamada sambenito, pintada con escenas del infierno, con terribles llamas y figuras de condenados. En la cabeza soportaban la coroza o capirote, una especie de cucurucho también pintado con símbolos infernales, generalmente hecho de cartón, que resultaba grotesco y humillante. Tras ellos iban los llamados familiares de la Inquisición que en algunos escritos figuran como "los ojos" y cerraban el cortejo, primero los lanceros a caballo (u otra delegación militar) y después los representantes de las comunidades religiosas existentes en la ciudad.

 
"Condenados por la Inquisición", de Eugenio Lucas (siglo XIX, Museo del Prado). "La Inquisición generalmente condenaba al culpable a ser "azotado mientras recorría las calles", en cuyo caso (si se trataba de un varón) tenía que aparecer desnudo hasta la cintura, a menudo montado sobre un asno para que sufriera una mayor deshonra, siendo debidamente azotado por el verdugo con el número señalado de latigazos. Durante este recorrido por las calles, los transeúntes y los chiquillos mostraban su odio por la herejía tirando piedras a la víctima.[22]

En cuanto la procesión de la Cruz Blanca llegaba a la plaza pública o al templo donde iba a tener el lugar el auto de fe y los condenados, los inquisidores y las autoridades ocupaban los asientos que tenían reservados, comenzaba el acto con un sermón de un predicador dedicado a exaltar la fe y atacar a la herejía. En el mismo también se exhortaba a los condenados impenitentes a que se arrepintieran antes de morir quemados vivos —si lo hacían serían estrangulados a garrote vil antes de ser llevados a la hoguera— ya que "a los inquisidores les preocupaba mucho obtener la conversión de todos los condenados: nadie debía morir sin haberse confesado y haber recibido la eucaristía", recuerda Joseph Pérez. Con estos impenitentes se tomaban precauciones especiales para que no pudieran dirigirse al público y era frecuente que comparecieran amordazados.[23]

Tras el sermón se leían las sentencias. Cada condenado se adelantaba para escuchar la suya y si se trataba de un reconciliado abjuraba públicamente de sus errores y prometía no volverlos a cometer. En esa ocasión un inquisidor le preguntaba sobre los dogmas católicos y él, junto con el público, contestaba: «Sí, creo». A continuación se cantaban varios himnos religiosos —Miserere mei, Veni Creator— y se rezaban oraciones, procediéndose después a descubrir la Cruz Verde que desde el día anterior había permanecido cubierta con un paño negro. Finalmente el inquisidor absolvía a los reconciliados y relajaba al brazo secular a los condenados a muerte para que se pronunciara la sentencia y se ejecutara.[24]

El auto de fe duraba varias horas y podía alargarse durante todo el día, sobre todo si se cerraba con la celebración de una misa solemne. Hubo algún caso en que tuvo que suspenderse en la noche del domingo y reanudarse el lunes siguiente.[25]

"Al día siguiente, se ejecutaban las penas pronunciadas contra los reconciliados: latigazos, desfile por las calles principales para ser expuestos a la vista de todos; los que habían sido condenados a penas de prisión eran conducidos a sus celdas".[26]

Un ejemplo: el auto de fe de las «brujas de Zugarramurdi» (Logroño, 1610)

El domingo 7 de noviembre de 1610 se había congregado en la ciudad de Logroño "gran multitud de gente" venida también de Francia para asistir al acontecimiento —se calcula que estuvieron presentes treinta mil personas—.[27]​ El auto de fe se inició con una procesión encabezada por el pendón del Santo Oficio al que seguían mil familiares, comisarios y notarios de la Inquisición —que lucían pendientes de oro y cruces en el pecho— y varios cientos de miembros de las órdenes religiosas. A continuación iba la Santa Cruz verde, insignia de la Inquisición, que fue plantada en lo más alto de un gran cadalso. Aparecieron después veintiún penitentes con un cirio en la mano —y seis de ellos con una soga en la garganta para indicar que habían de ser azotados— y veintiuna personas con sambenitos y grandes corozas con aspas, velas y sogas, lo que indicaba que eran reconciliados. A continuación salieron cinco personas portando estatuas de difuntos con sambenitos de relajados, acompañadas de cinco ataúdes que contenían sus huesos desenterrados —se trataba de dos mujeres y dos hombres que se habían negado a reconocer que eran brujas y brujos, y de otra que sí lo había hecho pero que sería quemada por ser una de las instigadoras de la secta-. Seguidamente, aparecieron cuatro mujeres y dos hombres, también con los sambenitos de relajados, que iban a ser entregados al brazo secular para que fueran quemados vivos porque se habían negado a admitir que eran brujas y brujos. Cerraban el cortejo, cuatro secretarios de la Inquisición a caballo acompañados de un burro que portaba un cofre guarnecido de terciopelo que guardaba las sentencias, y los tres inquisidores del tribunal de Logroño, también a caballo. Una vez aposentados en el cadalso los acusados y enfrente los inquisidores, con el estado eclesiástico a su derecha y las autoridades civiles a su izquierda, un inquisidor dominico predicó el sermón y a continuación comenzó la lectura de las sentencias por los secretarios inquisitoriales. La lectura duró tanto que el auto de fe tuvo que alargarse al lunes 8 de noviembre.[28]

Clases de autos de fe

 
Fausto Socino forzado de asistir al auto de fe de sus libros en Cracovia, dibujo de Pierre Méjanel.

Se distinguen los siguientes tipos de autos de fe:[6]

  • Auto de fe general: es el que se celebraba con gran número de reos de todas clases (impenitentes o penitentes relapsos, confitentes arrepentidos y penitenciados, etc.)
  • Auto de fe especial: es el que se celebraba con algunos reos sin el aparato ni la solemnidad del auto de fe general por lo que no concurrían las autoridades y corporaciones sino solo el Santo-Oficio y el juez real ordinario en caso de haber algún relajado.
  • Auto de fe singular: es el que se celebraba con un solo reo sea en el templo sea en la plaza pública según las circunstancias.
  • Autillo: es el auto de fe que se celebraba dentro de las salas del tribunal de la Inquisición. Podía ser a puertas abiertas para que concurrieran los que quisieran y cupieran en la sala o a puertas cerradas no entrando sino las personas autorizadas para ello. En este segundo caso era a veces con número fijo de personas de fuera del Tribunal y las designaba el inquisidor decano o con ministros del secreto y entonces solo asistían los secretarios.[29]

Véase también

Referencias

  1. Pérez, 2012, p. 140.
  2. Kamen, 2011, pp. 198-199.
  3. Kamen, 2011, p. 198.
  4. Pérez, 2012, pp. 140-141.
  5. Pérez, 2012, p. 144.
  6. Pérez, 2012, p. 141.
  7. Kamen, 2011, p. 199.
  8. Kamen, 2011, p. 201.
  9. «Enrique Soria: “Yo sí creo en la convivencia de las tres culturas”». Diario Cordópolis. 4 de diciembre de 2016. 
  10. Pérez, 2012, pp. 142-143.
  11. Pérez, 2012, pp. 143-144.
  12. Pérez, 2012, p. 145.
  13. La Parra López y Casado, 2013, p. 30.
  14. Pérez, 2012, pp. 141-142.
  15. Pérez, 2012, p. 142.
  16. Pérez, 2012, pp. 144-145.
  17. Pérez, 2012, pp. 145-146.
  18. Pérez, 2012, p. 146.
  19. La Parra López y Casado, 2013, p. 149.
  20. Kamen, 2011, p. 202.
  21. Pérez, 2012, pp. 146-147.
  22. Kamen, 2011, p. 196.
  23. Pérez, 2012, pp. 148-149.
  24. Pérez, 2012, pp. 149-150.
  25. Pérez, 2012, p. 150.
  26. Pérez, 2012, p. 153.
  27. Lisón Tolosana, 1992, p. 136.
  28. Lisón Tolosana, 1992, pp. 134-136.
  29. Historia crítica de la inquisición de España, 1, Juan Antonio Llorente, 1835

Bibliografía

Enlaces externos

  •   Datos: Q209966
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El auto de fe era un acto publico organizado por la Inquisicion en el que los condenados por el tribunal abjuraban de sus pecados y mostraban su arrepentimiento lo que hacia posible su reconciliacion con la Iglesia catolica para que sirvieran de leccion a todos los fieles que se habian congregado en la plaza publica o en la iglesia donde se celebraba y a quienes se invitaba tambien a que proclamaran solemnemente su adhesion a la fe catolica Francisco Rizi Auto de fe en la plaza Mayor de Madrid 1683 oleo sobre lienzo 277 x 438 cm Madrid Museo del Prado El mencionado era el sentido buscado del auto de fe en el que en contra de lo que suele creerse no se ejecutaba a nadie sino que los condenados a muerte los relapsos reincidentes eran relajados al brazo secular es decir entregados a los tribunales reales que eran los encargados de pronunciar la sentencia de muerte la Inquisicion era un tribunal eclesiastico y no podia condenar a la pena capital y de conducir a los reos al lugar donde iban a ser quemados estrangulados previamente si eran penitentes y quemados vivos si eran impenitentes es decir si no habian reconocido su herejia o no se arrepentian El auto de fe que se realizaba discretamente en las dependencias de la Inquisicion se llamaba autillo Indice 1 Finalidad 2 Historia 2 1 El ultimo auto de fe 3 Desarrollo 3 1 Un ejemplo el auto de fe de las brujas de Zugarramurdi Logrono 1610 4 Clases de autos de fe 5 Vease tambien 6 Referencias 7 Bibliografia 8 Enlaces externosFinalidad EditarEl proposito de los procesos de la Inquisicion no era salvar el alma de los condenados sino garantizar el bien publico extirpando la herejia De ahi que la lectura de las sentencias y de las abjuraciones tuviera que hacerse publicamente para edificacion de todos y tambien para inspirar miedo como senalaba el jurista Francisco Pena en 1578 en su comentario del Manual del Inquisidor de Nicholas Eymerich Asi pues era imprescindible que el condenado afirmara ante el publico congregado que habia pecado y que se arrepentia para que sirviera de leccion a todos los que le escuchaban y a quienes se invitaba tambien a que proclamaran solemnemente su fe Esa era la finalidad del auto de fe 1 Sin embargo segun Henry Kamen lo que comenzo como un acto religioso de penitencia y justicia acabo siendo una fiesta publica mas o menos parecida a las corridas de toros o a los fuegos artificiales La gente acudia en tropel a verlos porque eran un espectaculo extrano ajeno a su fe habitual a sus practicas religiosas a la existencia cotidiana A la popularidad de los autos de fe tambien contribuyo el prestigio que alcanzaron a partir de los autos de fe de 1559 porque asistio el rey hasta entonces los reyes de la Monarquia Hispanica no habian participado excepto uno celebrado en Valencia en el que estuvo presente Carlos I y los cambios que introdujo la Inquisicion a partir de esa fecha para aumentar su solemnidad y magnificencia con el fin de deslumbrar a los fieles 2 Segun el mismo Kamen entre los extranjeros que visitaron Espana los autos de fe provocaron asombro y repugnancia ante una practica que era desconocida en el resto de Europa El flamenco Jean Lhermite quien asistio a un auto de fe en compania de Felipe II en Toledo en febrero de 1591 fue despues a contemplar las ejecuciones describiendo todo el asunto como un espectaculo muy triste desagradable de ver No hay duda de que debia ser espantoso ver a clerigos presidiendo una ceremonia en la que se ejecutaba a los condenados pero en realidad las ejecuciones publicas en otros paises no diferian mucho de un auto de fe y a veces lo superaban en salvajismo 3 Historia EditarLos primeros autos de fe fueron obra de la inquisicion pontificia medieval bajo el nombre de Sermo Publicus o Sermo Generalis Fide llamado asi porque comenzaba con un sermon pero se realizaron solo en la region de Toulouse con motivo de la represion de la herejia catara 4 Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzman c 1500 de Pedro Berruguete Museo del Prado Segun Joseph Perez la composicion 152x92 cm tiende a acentuar el dramatismo de la escena puesto que el pintor representa la hoguera donde arden los condenados Santo Domingo aparece de pie sobre una tribuna rodeado de seis inquisidores entre los que se encuentra un dominico y otro que lleva el estandarte del Santo Oficio otros doce inquisidores completan el grupo dos herejes esperan su turno 5 El primer auto de fe de la Inquisicion espanola tuvo lugar en Sevilla el 6 de febrero de 1481 y en los primeros tiempos eran actos sobrios y austeros 6 El publico casi no asistia a los autos en lugar de un elaborado ceremonial habia poco mas que un simple rito religioso en el que se determinaban las penas para los herejes detenidos La ceremonia ni siquiera se celebraba necesariamente en un dia festivo prueba de que no se contaba con la asistencia del publico 7 Contamos con un relato del primer auto de fe celebrado en Toledo el domingo 12 de febrero de 1486 en el que se dice que 750 judeoconversos reconciliados salieron en procesion de la Iglesia de San Pedro Martir Con el gran frio que hazia y la desonra y mengua que recebian por la gran gente que los mirava porque vino mucha gente de las comarcas a los mirar yvan dando muy grandes alaridos y llorando algunos se mesavan creense mas por la desonra que recebian que no por la ofensa que a Dios hizieron Cuando la procesion llego a la iglesia mayor en la puerta estavan dos capellanes los quales fazian la senal de la cruz a cada uno en la frente diziendo estas palabras Recibe la senal de la cruz la qual negaste e mal enganado perdiste Dentro de la iglesia donde les dixeron misa y les predicaron fueron llamados uno por uno leyendose a continuacion todas las cosas en que avia judayzado E de que esto fue acabado alli publicamente les dieron la penitencia 8 En 1504 se celebro en Cordoba uno de los mas importantes autos de fe de la Inquisicion Tras pasar por el tribunal cientos de casos fueron quemadas vivas 107 personas hombres y mujeres posiblemente el mayor auto de fe que nunca hubo 9 A lo largo del siglo XVI los autos de fe fueron ganando en solemnidad y duracion 6 A su difusion contribuyo el cuadro de Pedro Berruguete Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzman c 1500 que fue un encargo del inquisidor general Torquemada para el retablo del Convento de Santo Tomas de Avila 5 Henry Kamen destaca que el cuadro es totalmente inventado y que es posible que sirviera de modelo para el nuevo ceremonial de los autos de fe establecido en las Instrucciones de 1561 7 Auto de fe en Valladolid Dos de los actos de fe mas celebres por su solemnidad fueron celebrados en la Plaza Mayor de Valladolid los dias 21 de mayo y 8 de octubre de 1559 En el primero de los dos fueron quemadas catorce personas y los huesos y estatua de otra mas y se reconciliaron dieciseis con penitencia En el segundo se quemaron trece personas y los huesos de otra y hubo tambien otros dieciseis penitenciados Seguramente estos dos actos historicos inspiraron a Miguel Delibes el descrito en su novela El hereje Otra referencia literaria la encontramos en la novela Auto de fe del autor bulgaro austriaco ingles Elias Canetti escrita en 1935 prohibida por los nazis y desconocida hasta los anos 60 del siglo XX Los autos de fe de 1559 celebrados en Valladolid y en Sevilla para eliminar los focos protestantes que habian surgido en esas dos ciudades sirvieron de modelo para los posteriores y asi lo estipularon las Instrucciones dictadas en 1561 por el inquisidor general Fernando de Valdes 6 La asistencia de las autoridades y de los funcionarios en el auto de fe se hara obligatoria a partir de 1598 bajo pena de excomunion La Inquisicion concede la presidencia del acto a un miembro de la alta nobleza y cuando se celebra en la Corte intentara que asista el rey Fue lo que sucedio con los dos autos de fe celebrados en Valladolid en 1559 en los que fueron condenados los protestantes de la ciudad Al primero asistio la regente Juana de Austria y al segundo el rey Felipe II que acababa de volver de los Paises Bajos Al ano siguiente el tribunal de Toledo organizo un auto de fe con ocasion del matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois y en 1564 se organizo otro en Barcelona con motivo de la visita del rey para celebrar las Cortes de Cataluna Felipe II presidio otros autos de fe en Lisboa en 1582 en Toledo en 1591 ya que segun Joseph Perez al parecer le gustaban mucho estas ceremonias y no por sadismo como se ha dicho muchas veces recordemos que los condenados a muerte son ejecutado despues del auto de fe y que las autoridades no asisten a la ejecucion sino por pompa procesion misa sermon 10 Auto de Fe en 1651 Museo del Greco Toledo Felipe III tambien presidio algun auto de fe como el que se celebro el 6 de marzo de 1600 en Toledo y Felipe IV pidio que se realizara uno en la corte en 1632 para celebrar la curacion de su esposa Isabel de Borbon Con el pretexto de la boda del rey Carlos II y Maria Luisa de Orleans se celebro en Madrid en 1680 uno de los autos de fe mas celebres debido al cuadro de Francisco Rizi y a la Relacion del mismo escrita por Jose del Olmo quien como familiar del Santo Oficio habia sido uno de los organizadores de la ceremonia y de los disenadores del estrado donde se sentaron las autoridades El rey escogio la fecha el 30 de junio fiesta de San Pablo para destacar el gran triunfo de la fe catolica y la derrota de la obstinacion judia En el siglo XVIII los autos de fe son cada vez mas escasos y discretos y el ultimo al que asistio el rey se celebro en 1720 bajo Felipe V 11 Una de las razones de la progresiva disminucion del numero de autos de fe fue que eran caros y la Inquisicion que no era tan rica como la gente creia no siempre disponia de los fondos necesarios El descenso ya se puede apreciar en el siglo XVII Asi mientras en Sevilla en la segunda mitad del siglo XVI se celebraron al menos veintitres autos de fe en Madrid entre 1632 y 1680 no se celebro ninguno 12 El ultimo auto de fe Editar En Portugal el 1 de octubre de 1774 Sebastiao Jose de Carvalho e Melo publico un decreto que obligaba a que los veredictos del Santo Oficio necesitaran una sancion real lo que en la practica acababa con la Inquisicion portuguesa Ya no se organizaron en Portugal Autos de fe Segun Emilio La Parra y Maria Angeles Casado el ultimo auto de fe general que se celebro en Espana tuvo lugar en Sevilla en 1781 La victima fue Maria de los Dolores Lopez una mujer de baja condicion social acusada de fingir revelaciones divinas y de mantener relaciones sexuales con sus sucesivos confesores dormia con ellos en panos menores estaba con mucha frecuencia en cueros y despues la azotaban ellos mismos porque asi convenia para su salvacion bien que no constan que hubiesen actos completos segun relato un fraile conocedor de caso Fue denunciada por uno de los confesores que fue condenado por haber cometido el delito de solicitacion La mujer no se arrepintio de sus errores porque segun ella nada de lo que habia hecho era pecado y fue condenada a muerte Tras la celebracion del auto de fe que duro doce horas y en el que la condenada comparecio vestida con un sambenito y una coroza pintados con llamas y diablos fue relajada al brazo secular para ser ejecutada Se le aplico el garrote vil y despues el cadaver fue arrojado a una gran hoguera 13 Se suele afirmar que el ultimo auto de fe fue el celebrado en Valencia en 1826 en el que el maestro de Ruzafa Cayetano Ripoll fue condenado a ser ejecutado en la horca y quemado despues por hereje pero en aquel momento la Inquisicion no existia porque el rey Fernando VII no la habia restablecido tras su abolicion por los liberales durante el Trienio 1820 1823 Desarrollo Editar Estandarte de la Inquisicion espanola que encabezaba la procesion de la Cruz Verde que tenia lugar la vispera del auto de fe En las Instrucciones dictadas en 1561 por el inquisidor general Fernando de Valdes se decia 14 Cuando se hayan terminado los procesos y se hayan establecido las sentencias los inquisidores fijaran un dia festivo para celebrar el auto de fe se comunicara la fecha a los canonigos y a las autoridades municipales y si se da el caso al presidente y a los auditores del tribunal de justicia para invitarles a asistir a la ceremonia Los inquisidores procuraran que no empiece demasiado tarde a fin de que la ejecucion de los relajados puede llevarse a cabo de dia y sin incidentes Los autos de fe se realizaban en domingo o en dia festivo porque segun el Manual de inquisidores de Nicholas Eymerich conviene que una gran multitud asista al suplicio y a los tormentos de los culpables a fin de que el temor les aparte del mal Es un espectaculo que llena de terror a los asistentes y una imagen terrorifica del Juicio Final Pues bien este es el sentimiento que conviene inspirar Por otro lado la presencia de los capitulos de las iglesias y de los magistrados da mayor esplendor a la ceremonia 15 Los preparativos comenzaban un mes antes de la fecha fijada porque habia que construir el estrado en una plaza publica o en un templo con bancos para los condenados para que pudieran ser vistos por la multitud una tribuna para las autoridades y gradas para los espectadores Tambien habia que preparar los sambenitos que llevarian los condenados las efigies de los que habian huido o habian muerto los estandartes y las urnas que contenian las sentencias Ademas habia que disponer las colgaduras y en ocasiones los toldos para dar sombra a los asistentes Todo ello suponia una suma importante de dinero por lo que la Inquisicion cuyas finanzas nunca fueron muy boyantes siempre tuvo dificultades para organizarlos y no siempre pudo contar con la ayuda financiera de los municipios donde se celebraban La consecuencia de todo ello fue que con el tiempo los autos de fe tendieran a hacerse cada vez mas raros 16 Unos dias antes de su celebracion se leia una proclama publica en la que se invitaba a la poblacion a asistir al auto de fe En el de Madrid de 1680 el pregonero leyo por las plazas y calles lo siguiente 17 Se informa a los habitantes de Madrid sede de la corte de Su Majestad de que el Santo Oficio de la Inquisicion de la villa y reino de Toledo celebrara un auto de fe publico en la plaza Mayor el domingo 30 de junio con esta ocasion el soberano pontifice concede gracias especiales e indulgencias a todos los que asistan A las dos de la tarde de la vispera comenzaba la procesion de la Cruz Verde acompanada del estandarte del Santo Oficio que era llevado por una persona importante en el auto de fe de 1680 fue portado por el duque de Medinaceli primer ministro de Carlos II Detras de el desfilaban los familiares comisarios y notarios de la Inquisicion asi como los representantes del clero regular y secular El objeto de la procesion era llevar la Cruz Verde y el estandarte de la Inquisicion al lugar donde al dia siguiente se iba a celebrar el auto de fe La cruz quedaba cubierta con un velo negro y familiares y monjas velaban toda la noche protegidos por un destacamento de soldados 18 Escena de la Inquisicion 1814 1816 Goya presenta la escena de un autillo Los condenados a muerte asi identificados por la corona con llamas hacia arriba que portan escuchan la sentencia leida por un fraile desde una tribuna o pulpito La arquitectura de la sala evoca un edificio de siglos anteriores tal vez la sede de un tribunal inquisitorial El amplio espacio esta ocupado por religiosos de distintas ordenes se adivinan sobre todo los habitos de franciscanos y dominicos y por un numeroso grupo de personas de las que no se sabe su sexo y condicion social salvo un grupo de mujeres ataviadas con mantilla situadas en un palco En el centro un inquisidor vestido de negro adornado con una cruz senala a los condenados sin mirarlos dando a entender su profundo desprecio hacia ellos 19 Al amanecer del dia del auto de fe comenzaba la procesion de la Cruz Blanca asi llamada porque estaba encabezada por una cruz llamada tambien de la zarza que contenia a modo de simbolo unos pedazos de lena que se iban a utilizar en la hoguera donde arderian los condenados a muerte Detras de la Cruz Blanca iba el clero seguido por las efigies imagenes de carton de tamano natural segun un relato de la epoca de los condenados huidos o muertos antes de ser juzgados cuyos huesos eran asimismo traidos en baules en las que habian pintadas llamas segun el relato del auto de 1680 20 y por los condenados portando un cirio en la mano tocados con una coroza o capirote y vestidos con los sambenitos que indicaban el tipo de delito y la condena 21 Al igual que en una representacion teatral el cortejo que se formaba para llegar hasta el lugar de celebracion del auto de fe tenia sus normas en cuanto al orden y distribucion de los participantes Los reos eran conducidos de madrugada desde la prision de la Inquisicion hasta la capilla del Santo Oficio de donde salia formada toda la procesion La cruz iba a la cabeza de la comitiva enarbolada por el fiscal del Tribunal que solia marchar a caballo Detras de el a pie caminaban los reos reconciliados portando cirios en senal de penitencia A continuacion iban los frailes dominicos precediendo a los reos relajados es decir a los condenados a muerte Estos reos iban vestidos con una especie de casulla llamada sambenito pintada con escenas del infierno con terribles llamas y figuras de condenados En la cabeza soportaban la coroza o capirote una especie de cucurucho tambien pintado con simbolos infernales generalmente hecho de carton que resultaba grotesco y humillante Tras ellos iban los llamados familiares de la Inquisicion que en algunos escritos figuran como los ojos y cerraban el cortejo primero los lanceros a caballo u otra delegacion militar y despues los representantes de las comunidades religiosas existentes en la ciudad Condenados por la Inquisicion de Eugenio Lucas siglo XIX Museo del Prado La Inquisicion generalmente condenaba al culpable a ser azotado mientras recorria las calles en cuyo caso si se trataba de un varon tenia que aparecer desnudo hasta la cintura a menudo montado sobre un asno para que sufriera una mayor deshonra siendo debidamente azotado por el verdugo con el numero senalado de latigazos Durante este recorrido por las calles los transeuntes y los chiquillos mostraban su odio por la herejia tirando piedras a la victima 22 En cuanto la procesion de la Cruz Blanca llegaba a la plaza publica o al templo donde iba a tener el lugar el auto de fe y los condenados los inquisidores y las autoridades ocupaban los asientos que tenian reservados comenzaba el acto con un sermon de un predicador dedicado a exaltar la fe y atacar a la herejia En el mismo tambien se exhortaba a los condenados impenitentes a que se arrepintieran antes de morir quemados vivos si lo hacian serian estrangulados a garrote vil antes de ser llevados a la hoguera ya que a los inquisidores les preocupaba mucho obtener la conversion de todos los condenados nadie debia morir sin haberse confesado y haber recibido la eucaristia recuerda Joseph Perez Con estos impenitentes se tomaban precauciones especiales para que no pudieran dirigirse al publico y era frecuente que comparecieran amordazados 23 Tras el sermon se leian las sentencias Cada condenado se adelantaba para escuchar la suya y si se trataba de un reconciliado abjuraba publicamente de sus errores y prometia no volverlos a cometer En esa ocasion un inquisidor le preguntaba sobre los dogmas catolicos y el junto con el publico contestaba Si creo A continuacion se cantaban varios himnos religiosos Miserere mei Veni Creator y se rezaban oraciones procediendose despues a descubrir la Cruz Verde que desde el dia anterior habia permanecido cubierta con un pano negro Finalmente el inquisidor absolvia a los reconciliados y relajaba al brazo secular a los condenados a muerte para que se pronunciara la sentencia y se ejecutara 24 El auto de fe duraba varias horas y podia alargarse durante todo el dia sobre todo si se cerraba con la celebracion de una misa solemne Hubo algun caso en que tuvo que suspenderse en la noche del domingo y reanudarse el lunes siguiente 25 Al dia siguiente se ejecutaban las penas pronunciadas contra los reconciliados latigazos desfile por las calles principales para ser expuestos a la vista de todos los que habian sido condenados a penas de prision eran conducidos a sus celdas 26 Un ejemplo el auto de fe de las brujas de Zugarramurdi Logrono 1610 Editar Articulo principal Brujas de Zugarramurdi El domingo 7 de noviembre de 1610 se habia congregado en la ciudad de Logrono gran multitud de gente venida tambien de Francia para asistir al acontecimiento se calcula que estuvieron presentes treinta mil personas 27 El auto de fe se inicio con una procesion encabezada por el pendon del Santo Oficio al que seguian mil familiares comisarios y notarios de la Inquisicion que lucian pendientes de oro y cruces en el pecho y varios cientos de miembros de las ordenes religiosas A continuacion iba la Santa Cruz verde insignia de la Inquisicion que fue plantada en lo mas alto de un gran cadalso Aparecieron despues veintiun penitentes con un cirio en la mano y seis de ellos con una soga en la garganta para indicar que habian de ser azotados y veintiuna personas con sambenitos y grandes corozas con aspas velas y sogas lo que indicaba que eran reconciliados A continuacion salieron cinco personas portando estatuas de difuntos con sambenitos de relajados acompanadas de cinco ataudes que contenian sus huesos desenterrados se trataba de dos mujeres y dos hombres que se habian negado a reconocer que eran brujas y brujos y de otra que si lo habia hecho pero que seria quemada por ser una de las instigadoras de la secta Seguidamente aparecieron cuatro mujeres y dos hombres tambien con los sambenitos de relajados que iban a ser entregados al brazo secular para que fueran quemados vivos porque se habian negado a admitir que eran brujas y brujos Cerraban el cortejo cuatro secretarios de la Inquisicion a caballo acompanados de un burro que portaba un cofre guarnecido de terciopelo que guardaba las sentencias y los tres inquisidores del tribunal de Logrono tambien a caballo Una vez aposentados en el cadalso los acusados y enfrente los inquisidores con el estado eclesiastico a su derecha y las autoridades civiles a su izquierda un inquisidor dominico predico el sermon y a continuacion comenzo la lectura de las sentencias por los secretarios inquisitoriales La lectura duro tanto que el auto de fe tuvo que alargarse al lunes 8 de noviembre 28 Clases de autos de fe Editar Fausto Socino forzado de asistir al auto de fe de sus libros en Cracovia dibujo de Pierre Mejanel Se distinguen los siguientes tipos de autos de fe 6 Auto de fe general es el que se celebraba con gran numero de reos de todas clases impenitentes o penitentes relapsos confitentes arrepentidos y penitenciados etc Auto de fe especial es el que se celebraba con algunos reos sin el aparato ni la solemnidad del auto de fe general por lo que no concurrian las autoridades y corporaciones sino solo el Santo Oficio y el juez real ordinario en caso de haber algun relajado Auto de fe singular es el que se celebraba con un solo reo sea en el templo sea en la plaza publica segun las circunstancias Autillo es el auto de fe que se celebraba dentro de las salas del tribunal de la Inquisicion Podia ser a puertas abiertas para que concurrieran los que quisieran y cupieran en la sala o a puertas cerradas no entrando sino las personas autorizadas para ello En este segundo caso era a veces con numero fijo de personas de fuera del Tribunal y las designaba el inquisidor decano o con ministros del secreto y entonces solo asistian los secretarios 29 Vease tambien EditarInquisicion espanola Inquisicion en America Brujeria en Espana Relajacion Inquisicion Referencias Editar Perez 2012 p 140 Kamen 2011 pp 198 199 Kamen 2011 p 198 Perez 2012 pp 140 141 a b Perez 2012 p 144 a b c d Perez 2012 p 141 a b Kamen 2011 p 199 Kamen 2011 p 201 Enrique Soria Yo si creo en la convivencia de las tres culturas Diario Cordopolis 4 de diciembre de 2016 Perez 2012 pp 142 143 Perez 2012 pp 143 144 Perez 2012 p 145 La Parra Lopez y Casado 2013 p 30 Perez 2012 pp 141 142 Perez 2012 p 142 Perez 2012 pp 144 145 Perez 2012 pp 145 146 Perez 2012 p 146 La Parra Lopez y Casado 2013 p 149 Kamen 2011 p 202 Perez 2012 pp 146 147 Kamen 2011 p 196 Perez 2012 pp 148 149 Perez 2012 pp 149 150 Perez 2012 p 150 Perez 2012 p 153 Lison Tolosana 1992 p 136 Lison Tolosana 1992 pp 134 136 Historia critica de la inquisicion de Espana 1 Juan Antonio Llorente 1835Bibliografia EditarKamen Henry 2011 1999 La Inquisicion Espanola Una revision historica 3ª edicion Barcelona Critica ISBN 978 84 9892 198 4 La Parra Lopez Emilio Casado Maria Angeles 2013 La Inquisicion en Espana Agonia y abolicion Madrid Los Libros de la Catarata ISBN 978 84 8319 793 6 Lea Henry Charles A History of the Inquisition of Spain 4 volumes New York and London 1906 1907 Lison Tolosana Carmelo 1992 Las brujas en la historia de Espana Madrid Temas de Hoy ISBN 84 7880 219 3 Perez Joseph 2012 2009 Breve Historia de la Inquisicion en Espana Barcelona Critica ISBN 978 84 08 00695 4 Simon Whitechapel Flesh Inferno Atrocities of Torquemada and the Spanish Inquisition Creation Books 2003 ISBN 1 84068 105 5Enlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre Auto de fe Datos Q209966 Multimedia Auto da feObtenido de https es wikipedia org w index php title Auto de fe amp oldid 138256924, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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