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Parábola de la oveja perdida

La parábola de la oveja perdida, llamada a veces parábola de la oveja extraviada,[1][2]​ o parábola de la oveja descarriada,[3]​ es una comparación (mashal) contenida en el Evangelio de Lucas (15, 3-7) que tiene en un pasaje del Evangelio de Mateo (18, 12-14) un texto con paralelismos evidentes que ilustra la misma idea general. En ambos casos la parábola se presenta puesta en labios de Jesús de Nazaret. Si bien esos dos pasajes del Nuevo Testamento tienen marcos diferentes y algunas características propias, presentan un núcleo central con tres elementos en común:

Estatua del Buen Pastor. La versión original —el altorrelieve de un sarcófago— fue hallada en las catacumbas de Roma y datada del siglo III d. C.. La estatua de casi 1 m de altura fue restaurada en el Settecento. Representa a un joven con túnica sin mangas y una cesta en bandolera que carga sobre sus hombros un cordero. Hoy se encuentra en el Museo Pío Cristiano de la Ciudad del Vaticano.
Grabado de Jan Luyken que ilustra el versículo del Evangelio de Mateo 18,12 en la Biblia Bowyer. Bolton, Inglaterra.
  1. Un hombre que tiene cien ovejas pierde una.
  2. Al darse cuenta, deja las otras noventa y nueve para ir en busca de la oveja perdida.
  3. Al encontrarla siente alegría por ella, con mayor gozo que por las noventa y nueve que no se extraviaron.

En el Evangelio de Lucas, la parábola de la oveja perdida es una de las parábolas de la misericordia —también llamadas parábolas de la alegría—,[4][5]​ junto con la parábola de la moneda perdida y la del hijo pródigo. El conjunto de esas tres parábolas caracteriza la figura y el mensaje misericordioso de Jesús de Nazaret tal como lo muestra el evangelista Lucas, a punto tal que llegó a considerárselas «el corazón del tercer evangelio».[6]​ En el Evangelio de Mateo, la parábola es más breve y forma parte de una regla de vida que tiene por objeto mostrar a los pastores de la Iglesia el espíritu con el que deben ejercer su ministerio, particularmente hacia los más pequeños y desprotegidos.[7]

También existe una versión en el extracanónico Evangelio de Tomás –el logion 107–[8]​ que, por los cambios que presenta, se diferencia del carácter más novedoso del mensaje de la parábola tal como lo transmiten las versiones de Lucas y de Mateo: que se ha de buscar a quien está extraviado, no porque sea bueno sino porque se ha perdido.[9]​ Una cuarta versión de la parábola, con formato de comentario y lenguaje manifiestamente gnóstico, aparece en el Evangelio de la Verdad.[10]

El cuidado individual de que es objeto la oveja perdida por parte del pastor tiene su correlato en el Evangelio de Juan, donde Jesús se presenta como el Buen Pastor que llama una por una a sus ovejas por su nombre (Juan 10, 3b). Así, suele asociarse la parábola de la oveja perdida con la advocación de Jesucristo como Buen Pastor:[11]​ «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas» (Juan 10, 11). Joseph A. Fitzmyer sugirió que la atención del pastor por la oveja perdida depende de la tradición del Evangelio de Juan.[12]

En palabras de otro teólogo y biblista contemporáneo:

No se debe del todo a confusión de ideas el que, desde el comienzo de la tradición cristiana, se identifique al Buen Pastor con la figura que lleva un cordero a hombros, que procede de la parábola de la oveja perdida.[13]

Entre las expresiones artísticas que en número considerable aluden a la parábola de la oveja perdida destacan las referencias que a ella hicieron varios literatos de primer orden del Siglo de Oro español: Miguel de Cervantes, Lope de Vega, Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Francisco de Quevedo, entre otros, encontraron en esta parábola una fuente de inspiración.

La parábola en el Evangelio de Lucas y en el de Mateo

La parábola de la oveja perdida se encuentra en dos evangelios del Nuevo Testamento, el de Lucas (15, 3-7) y el de Mateo (18, 12-14), cuyos textos originales se escribieron en griego koiné. Existen papiros y códices muy antiguos que contienen la parábola, entre los que destacan particularmente los siguientes, catalogados según la clasificación de Aland y Aland en la Categoría I:

 
El papiro 75 ( 75), datado de 175-225 d. C., es el manuscrito más antiguo conocido que presenta unidos a dos evangelios, el Evangelio de Lucas y el de Juan. También es el material conservado más antiguo que contiene la parábola de la oveja perdida.

Esta parábola —o, en palabras de Bultmann, «semejanza»—[15]​ es un relato que describe breve pero vivamente el interés que muestra una persona que al perder una oveja —considerada quizá por otros como insignificante en comparación con el conjunto del rebaño— sale en su búsqueda, y la alegría que siente al encontrarla. Las dos versiones canónicas de la parábola son las siguientes:

1Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él (a Jesús) para oírle, 2y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este acoge a los pecadores y come con ellos.» 3 Entonces les dijo esta parábola. 4«¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdió hasta que la encuentra? 5Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; 6y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: “Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me había perdido.” 7Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión.[A]
1En aquel momento se acercaron a Jesús los discípulos […](*)

12¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? 13Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. 14De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños.[B]
Evangelio de Mateo 18, 12-14
(*) El versículo 1 se incluye a efectos
de indicar el auditorio de la parábola.

Originalidad y origen

 
Un pastor contemporáneo. Para cargar una oveja en una zona montañosa durante una distancia prudencial, debe colocarla sobre los hombros y sujetar las patas delanteras y las traseras con cada mano. En caso de usar su cayado, debe sujetar las cuatro patas fuertemente contra el pecho. Entre las distintas versiones de la parábola de la oveja perdida, la única en la que el pastor carga la oveja sobre sus hombros es la del Evangelio de Lucas: el evangelista expresa con esa imagen la delicadeza que caracteriza el verdadero cuidado pastoral.

No existe unanimidad de criterios sobre cuál de las dos versiones canónicas de la parábola es la más próxima a la versión inicial. Rudolf Karl Bultmann,[15]​ Eta Linnemann,[16]​ y Joseph A. Fitzmyer[17]​ sugirieron que la versión mateana es la más cercana a la original. Por su parte, Joachim Jeremias y Josef Schmid señalaron que la forma más próxima a la original es la del Evangelio de Lucas.[18]​ Claude Montefiore comentó que la forma original de la parábola podría conservarse de manera compartida: en algunos puntos el Evangelio de Mateo y en otros el de Lucas podrían preservar el material original de forma más precisa.[19]​ Por su parte, Charles Harold Dodd y François Bovon consideraron que posiblemente ninguna de las versiones que llegaron hasta nosotros sea la original,[20]​ aunque Dodd sugiere que la versión lucana parece ajustarse mejor a los términos de la parábola.[21]

La mayoría de los especialistas actuales acepta que la parábola de la oveja perdida tendría por origen la fuente Q,[22][23][24][25][26][27]​ una fuente hipotética común al Evangelio de Mateo y al de Lucas.

Auditorio, motivo y características de la parábola en Mateo y Lucas

En el Evangelio de Lucas, Jesús formula la parábola de la oveja perdida como respuesta a la murmuración indignada de los fariseos y escribas, quienes cuestionaban su conducta de recibir a los pecadores y admitirlos a su mesa.[28]​ Se trata del escenario y del motivo de la parábola,[29]​ es decir, en el Evangelio de Lucas la parábola está dirigida a los enemigos y críticos de Jesús.[30]​ Es una respuesta a los rabinos fariseos que mantenían un principio de no relación con aquellas personas consideradas pecadoras por su oficio o condición: «El hombre no debe relacionarse con el impío ni para enseñarle la Ley».[31]

En el Evangelio de Mateo la parábola presenta un auditorio diferente, puesto que Jesús no la dirige a los fariseos adversos a él sino a sus propios discípulos. En el marco histórico en el que se escribe ese evangelio, datado de los años 80 a 90 por la mayoría de los biblistas,[32][33][34]​ «los discípulos» significan los jefes de la comunidad cristiana.[35]​ Según Joachim Jeremias y Josef Schmid, la situación real que dio origen a la parábola se aproxima más a la descripta en el Evangelio de Lucas.[36][18]

Ambos relatos tienen un punto llamativo en común: ninguno de los dos nombra explícitamente el término «pastor» o «buen pastor», lo que sí hace el Evangelio de Juan (10, 11-14). Por otra parte, existen otros detalles diferentes en ambas versiones de la parábola. En Mateo, el pastor deja a sus ovejas en la montaña, mientras que en Lucas lo hace en el desierto. El Evangelio de Lucas es el único que presenta al dueño llevando a la oveja descarriada en sus hombros. Los autores cristianos de los primeros siglos tendieron a aunar las dos versiones para crear una nueva versión de la parábola con elementos obtenidos, en distinta proporción, tanto de los textos de Mateo y de Lucas como del Evangelio de Juan. Los relatos de Mateo y de Lucas se impusieron en los primeros siglos del cristianismo, mientras que el pasaje del Evangelio de Juan empezó a tener más notoriedad a finales del siglo IV y comienzos del siglo V.[37]

La parábola en el Evangelio de Tomás y en el de la Verdad

La parábola de la oveja perdida está también presente en el extracanónico Evangelio de Tomás (logión 107),[8]​ y existe consenso en que ese pasaje del evangelio apócrifo guarda cierto paralelismo con las parábolas de los evangelios sinópticos de Lucas y de Mateo. Podría haberse generado en una tradición independiente de la de los sinópticos.[38]​ Algunos autores han supuesto que este pasaje es más antiguo que los de Lucas y de Mateo,[38][39]​ pero Joseph A. Fitzmyer desestima esa opinión.[12]​ Otros autores consideraron este pasaje del Evangelio de Tomás, como derivado de los de Lucas y de Mateo,[40]​ y hasta como una distorsión de aquellos.[41]

La versión del Evangelio de Tomás presenta varias diferencias respecto de la parábola de los evangelios sinópticos de Lucas y de Mateo.

Jesús dijo: «El Reino es como un pastor que tenía cien ovejas. Una de ellas, la mayor (*), se perdió. Dejó a las noventa y nueve y fue a buscar esa una hasta que la halló. Tras haberse esforzado, dijo a la oveja: "Te quiero más que a las noventa y nueve".»[42]

(*) En otras traducciones: "la más grande", "la más gorda".[9][43]

En primer lugar, no se trata tanto de una parábola apologética signada por la misericordia como en el Evangelio de Lucas, ni una parábola de carácter eclesial como en el Evangelio de Mateo, sino de un pasaje kerigmático, [10]​ con el formato de una parábola del Reino: «El Reino se asemeja a un pastor...».[8]

Además, añade que la oveja perdida era la más gorda, [44][43]​ y la más amada,[45]​ con lo que encuentra una justificación diferente para la búsqueda de la oveja: era la más apreciada por el pastor, la mejor.[9][45]​ Esa aclaración elimina el aspecto más original, paradójico y hasta escandaloso de la parábola de Jesús tal como la presentan los evangelios de Mateo y Lucas, en los cuales el pastor buscaba la oveja, no porque fuera buena o valiosa sino porque estaba perdida.[9][45]

Existe una cuarta versión, que aparece en el Evangelio de la Verdad,[46][47]​ atribuido a Valentín el gnóstico. En palabras de François Bovon, esta versión «parece más un comentario que una cita».[10]

La imagen del pastor y las ovejas en tiempos de Jesús

En la época de Jesús de Nazaret se conceptuaba a los pastores de forma muy dispar.[48]​ Se los mencionaba en varias listas de trabajos considerados despreciables: se trataba de uno de los oficios que un padre no debería enseñar a sus hijos por ser «oficios de ladrones».[49]

Si bien en varios pasajes de la Biblia hebrea se presentaba a Moisés, a David y al propio Yahvé como pastores, la literatura rabínica en general contenía juicios desfavorables sobre quienes ejercían ese oficio.[49]​ De hecho, se igualaba a los pastores con los publicanos y recaudadores de impuestos. Se decía: «A los pastores, a los recaudadores de impuestos y a los publicanos les es difícil la penitencia», debido a que supuestamente no podían conocer a todos aquellos a quienes habían dañado o engañado como para hacer una reparación.[49]​ En el Evangelio de Lucas Jesús se presenta criticado por los escribas y fariseos en razón de que acoge a los publicanos. En respuesta, pronuncia una parábola en la que el protagonista misericordioso es un pastor, figura igualmente menospreciada. De allí que se haya llamado a este conjunto el «Evangelio de los marginados», ya que parece tener como uno de sus objetivos mostrar la cercanía de Dios y su misericordia para con quienes viven agobiados por el desdén y el rechazo de los demás.[50]

Temas y significados de la parábola

Comprendamos, pues, la realidad escondida bajo estas imágenes. Esta oveja no era realmente una oveja, y este pastor es diferente a un pastor.[51]

La parábola de la oveja perdida fue objeto de variadas interpretaciones desde el cristianismo primitivo hasta el presente. Entre los significados más atribuidos y los matices más comentados destacan los siguientes.

El perdón y la misericordia de Dios

Tradicionalmente se considera que la parábola de la oveja perdida –particularmente en la versión del Evangelio de Lucas– constituye un pasaje que tiene por nota la misericordia de Dios para con los pecadores,[52]​ y una referencia directa al carácter positivo del perdón, en el marco de una enseñanza que diferencia el pecado del pecador.[53]

Según Agustín de Hipona, la misericordia es la compasión que experimenta el corazón humano ante la miseria del otro, sentimiento que compele a socorrer si está a nuestro alcance.[54]​ En la teología cristiana, se considera la misericordia como el atributo de Dios por excelencia: la misma misericordia está presente en todo su actuar.[55]​ Cuando Tomás de Aquino se preguntó cuál es la virtud más eminente, concluyó que en el ser humano es la caridad teologal porque es la que une al alma con Dios, el ser supremo; pero en Dios, que no tiene superior, la virtud más eminente es la misericordia (Suma Teol. II-II, q. 30, a.4).[56]Hans Urs von Balthasar hace referencia a Karl Barth al decir que «el Dios de Jesucristo es, en su esencia, misericordioso» y «que en su propio y libre poder (es), en su esencia más íntima, abierto, dispuesto, inclinado (propensus) a la compasión por el dolor ajeno y, por lo tanto, al apoyo, a la propia intervención ante este dolor ajeno».[57]

Este aspecto supone una subversión de ciertos procederes establecidos. En palabras de José María Cabodevilla, entre los hombres suele practicarse una variante de la parábola que no es trivial, la de «la oveja sarnosa»,[Nota 2]​ que manifiesta que para evitar el contagio debe arrojarse tal oveja fuera del aprisco.[58]​ Cabodevilla sugiere con sutileza el aire de superioridad de quien así opera, «el celoso guardián de las ovejas sanas y robustas, orgullo de su redil». Tal principio de intransigencia no halla respaldo alguno en las páginas del evangelio, sino que entra en abierta oposición con la enseñanza de Jesús de Nazaret,[58]​ expresada en parábolas como la de la oveja perdida.

La búsqueda de lo perdido y la alegría por lo encontrado

[…] el perdón es la más alta expresión del amor y la más genuina. Pero lo que asombra en el perdón evangélico es otra cosa: que más alegría siente el que perdona que el que es perdonado. […] Si se pierde una oveja entre los riscos, el Padre no se desentiende de ella […][59]
—Ignacio Larrañaga, Del sufrimiento a la paz

La parábola no se interesa tanto por la historia de la oveja, que según el propio relato simboliza al hombre pecador caído en desgracia («Os digo que, de igual modo, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta...»). El personaje central de la parábola es el pastor, con el que se representa a Dios Padre («De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños») o por extensión al propio Jesucristo. La psicología del pastor se manifiesta en dos cuadros:[60]

  1. en el primero se pone en evidencia su afán por buscar lo perdido, y
  2. en el segundo, su alegría por haberlo encontrado.
[…] el relato (y la otra parábola de la moneda perdida sigue la misma línea) describe con vivos colores el interés de una persona cuando pierde algo que un tercero podría juzgar relativamente insignificante, así como su correspondiente gozo cuando lo encuentra. […] las parábolas se refieren al extraño interés (así lo estimaban algunos) que Jesús mostraba por las clases deprimidas de la comunidad judía. Y posiblemente por algunos habitantes de Galilea que no eran judíos. No necesitamos preguntar si el que busca lo perdido es Jesús mismo o Dios. El reino de Dios ha llegado en el ministerio de Jesús, y uno de los rasgos de esa llegada era este inédito interés por lo «perdido».[61]

Al percibir la pérdida de la oveja, el pastor no manifiesta sentimientos de cólera, simplemente la preocupación por encontrarla. La pena y el dolor lo obligan a entrar en acción, a buscar afanosamente.[62]Charles Péguy enfatizó el tema en estos términos: «El pecador, que se apartó y estaba a punto de perderse, ha provocado la angustia en el corazón de Dios» [...] «La angustia de no encontrar la oveja perdida. De no estar seguro.»[63]

Si bien la búsqueda en el primer cuadro de la parábola refiere el amor del pastor por lo extraviado, la alegría por haber encontrado lo perdido constituye el núcleo central del relato.[64]​ En la bula Misericordiae Vultus con la que se convocó el Jubileo extraordinario de la misericordia, el papa Francisco hizo referencia a la alegría como aspecto fundamental de la parábola de la oveja perdida:

 
Jesús como el Buen Pastor. Pintura realizada en un techo de las catacumbas de San Calixto en Roma, y datada de mediados del siglo III d. C.. La imagen es una alegoría de Cristo como pastor.[65]
En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas; tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los dos hijos (cfr Lc 15,1-32). En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena de amor el corazón y que consuela con el perdón.[66]
Francisco, Misericordiae Vultus, 9

José María Cabodevilla enfatiza aún más los alcances interpretativos de las parábolas de la misericordia, en particular la de la oveja perdida y la de la moneda perdida.

[…] me sorprende mucho que tanto los comentaristas que he leído como los predicadores que he escuchado se detengan todos ahí, en la ponderación de la misericordia divina, y no digan nada sobre ese otro punto que para mí es mucho más asombroso y maravilloso: la alegría de Dios cuando recupera a un pecador. Y la verdad es que en las dos primeras parábolas (la de la oveja perdida y la de la moneda perdida) es eso precisamente lo único que cabría resaltar. Aun admitiendo que una oveja puede ser responsable de su extravío, cosa que me parece improbable, convendrá usted conmigo en que una moneda no tiene ninguna culpa de haber ido a caer debajo de la cama; lo único que ahí se pone de manifiesto es la alegría, la felicidad de la mujer al recobrar su moneda perdida. En cualquier caso, aunque la alegría de Dios suponga el ejercicio de su misericordia, ciertamente añade otra cosa más, añade algo que la simple noción de misericordia no implica, algo que no es menos admirable sino más admirable: el hecho de que Dios se alegre tanto cuando un hombre vuelve sus ojos a Él, el hecho de que una criatura pueda dar alegría a su Creador.[67]
José María Cabodevilla

Figura del «descenso de Jesucristo»

 
Icono del Buen Pastor. Fines del siglo XIX.

Los padres de la Iglesia consideraron con frecuencia la parábola como una figura del «descenso de Cristo»,[Nota 3]​ es decir, como una figura de su encarnación,[68][69]​ de su pasión y de su descenso a los infiernos.[70][71]​ Así como en el Evangelio de Mateo el pastor deja los montes y desciende para buscar la oveja perdida, Jesucristo descendió en su encarnación y se anonadó en su pasión para salvar a cada hombre, al género humano. Algunos ejemplos son los siguientes:

El Señor ha venido a buscar a la oveja que había perecido y es el hombre el que había perecido.[72]
Ireneo de Lyon, Demostración de la predicación apostólica, 22
Una oveja había perecido pero el buen pastor, dejando las noventa y nueve restantes en la montaña, descendió a nuestro valle de lágrimas, la buscó, y al encontrarla la puso sobre sus hombros.[72]
Orígenes, Homilías sobre los números 19, 4
(Cristo) «aunque de condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios, sino que se anonadó, tomando la condición de esclavo, haciéndose obediente hasta la muerte e incluso la muerte de cruz» (Filipenses 2, 6-8). Descendió a la tierra precisamente para salvar a la única sola ovejita perdida, es decir, al género humano.[73]
Jerónimo de Estridón, Comentario a Mateo 18, 12
Descendió porque nosotros estábamos abajo y subió para que nosotros no nos quedáramos abajo.[74]
Agustín de Hipona, Sermón Dolbeau 26, 48

Llamado a la atención pastoral

 
Palio del papa Juan XXIII, hecho de lana de cordero.

Entre los padres de la Iglesia, la parábola también fue ocasión de prédica para instar a no dejar en el desamparo a los demás ni desentenderse de su suerte.[51]​ En el Evangelio de Mateo la parábola se dirige a los discípulos como parte de una «regla de vida» de las primeras comunidades cristianas y una de las obligaciones de los pastores de la Iglesia. La parábola evoca que los responsables de las comunidades cristianas deben cuidar de los más desprotegidos, de igual forma que Dios cuida de esos «pequeños».[7]

En la Iglesia católica, el cuidado de los máximos pastores hacia los destinatarios de su ministerio se simboliza con el uso del palio, una faja o banda circular tradicionalmente hecha con lana de cordero. Se coloca sobre los hombros del sumo pontífice y de los arzobispos como símbolo del pastoreo y recordatorio de que deben cargar con las ovejas como el pastor lo hizo en la parábola de la oveja perdida.[75]

Así lo recordó Benedicto XVI, en la misa de inicio de su ministerio petrino, al asociar la imposición del palio con la invitación de llevarnos unos a otros sobre los hombros:

La parábola de la oveja perdida, que el pastor busca en el desierto, fue para los padres de la Iglesia una imagen del misterio de Cristo y de la Iglesia. La humanidad —todos nosotros— es la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda. El Hijo de Dios […] la pone sobre sus hombros, carga con nuestra humanidad, nos lleva a nosotros mismos, pues Él es el Buen Pastor, que ofrece su vida por las ovejas. El palio indica primeramente que Cristo nos lleva a todos nosotros. Pero, al mismo tiempo, nos invita a llevarnos unos a otros.[76]
Benedicto XVI
 
Representación del Buen Pastor, con una oveja sobre sus hombros, en medio de ovejas, palomas y ramas de olivo, datada del siglo III. Catacumbas de Priscila, Roma.
 
El Buen Pastor (1660) de Bartolomé Murillo. Museo del Prado, Madrid. A diferencia de las representaciones tradicionales, Murillo caracteriza al Buen Pastor como un niño que apoya la mano sobre la oveja como forma de demostrar su cuidado pastoral, sustituyendo así la clásica carga sobre sus hombros.

La parábola en las artes plásticas y literarias

Junto con los numerosos análisis que se hicieron de la parábola de la oveja perdida, se puso de manifiesto su profundidad, que supera el marco estrictamente religioso y que, a través del tiempo, alcanzó diversos campos de la cultura y de las artes.

Desde los tiempos del cristianismo primitivo se asoció la imagen del pastor que sale en busca de la oveja perdida con la de Cristo como Buen Pastor.[13]​ La profusión de representaciones escultóricas y pictóricas del tema del pastor y la oveja en el arte paleocristiano es notable:[77]​ se identificaron hasta 892 representaciones,[78]​ datadas en su mayoría de los siglos III y IV. La representación del Buen Pastor comenzó a menguar en su frecuencia hacia fines del siglo IV y prácticamente desapareció en el siglo V.[79]

Más tarde, el tema del Buen Pastor y de la oveja perdida se entrecruzaron nuevamente en representaciones pictóricas como El Buen Pastor de Bartolomé Esteban Murillo. Tiene su inspiración en el Evangelio de Juan (10, 11-14) donde Jesucristo se identifica con el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas. En el primer plano de esa obra, Jesús niño apoya su mano izquierda sobre una oveja. Madrazo sugirió que esa oveja haría referencia a la oveja perdida del Evangelio de Mateo (18, 12).[80][81]

En la literatura, distintos elementos de la parábola sirvieron de modelo a varios autores de primer orden del Siglo de Oro español. La parábola de la oveja perdida facilitó la incorporación de elementos dramáticos a un subgénero pastoril ya popularizado por las églogas de Gómez Manrique, Juan del Encina, y Garcilaso de la Vega.[82]

Miguel de Cervantes aludió a la parábola de la oveja perdida en el final de la jornada primera de su obra La Gran Sultana, Doña Catalina de Oviedo (1615), en la que Sultana se asimila a una cordera alejada del aprisco que puede ser presa fácil de la «infernal serpiente».[83][84]​ En el romance A la oveja perdida, Lope de Vega presentó a Cristo como un pastor enamorado en busca de su oveja extraviada, que es el alma.[85]​ Lope era un poeta de una espiritualidad intensa, razón por la que el tema de la oveja perdida aparece además como central en El pastor lobo y cabaña celestial,[86]​ y como tema de segundo orden en La venta de la zarzuela, La fianza satisfecha y La buena guarda.[87]Tirso de Molina se inspiró en la parábola del buen pastor para la composición de algunos pasajes de la obra El condenado por desconfiado.[88]​ También Calderón de la Barca destacó por los varios autos sacramentales en los que hizo referencia a la parábola de la oveja perdida,[89]​ entre ellos, El pastor Fido.[90]

En uno de sus Salmos del Heráclito cristiano, Francisco de Quevedo utilizó el «yo poético» a través de pronombres, verbos y posesivos para presentarse como la oveja perdida que se aleja del rebaño:[91]

¡Cuán fuera voy, Señor, de tu rebaño,
llevado del antojo y gusto mío!
Llévame mi esperanza el tiempo frío,
y a mí con ella un disfrazado engaño.[92]

Notas

  1. Las dos versiones canónicas de la parábola se encuentran también presentes en otros códices antiguos no alejandrinos: en el Códice de Beza (c. 400; categoría IV), en el Códice Washingtoniano (siglo V; categoría III), etc.
  2. San Jerónimo de Estridón utilizó la expresión «oveja sarnosa» en Commentariorum in Epistolam ad Galatas Libri 3,5.9 (ML 26,430): «[…] a la oveja sarnosa hay que separarla del aprisco, no sea que toda la casa arda, la masa se corrompa, la carne se pudra y el ganado se pierda.» Santo Tomás de Aquino utilizó la misma expresión en su Suma Teológica (II-II, q. 11, a.3) al referirse a los herejes. Sin citar, Cabodevilla hizo uso de esta expresión como contraria a los valores evangélicos.
  3. La contemplación de la vida de Jesús como un continuo «descenso» se presentó en diferentes teólogos y místicos a través de la Historia del cristianismo, hasta las reflexiones contemporáneas de Carlos de Foucauld:
    «Jesús no hizo otra cosa que bajar: bajar en la encarnación, bajar haciéndose criatura, bajar obedeciendo, bajar haciéndose pobre, abandonado, desterrado, perseguido, ejecutado, poniéndose siempre en el último lugar.»
    Ver: Six, Jean-François (1988). Carlos de Foucauld. Itinerario espiritual (4ª edición). Barcelona: Editorial Herder. p. 76. ISBN 978-84-254-0048-3. Consultado el 28 de enero de 2016. 

Citas bíblicas

  1. Escuela bíblica de Jerusalén (febrero de 2009). Biblia de Jerusalén (Edición Española) (4ª edición). Bilbao: Desclée de Brouwer. pp. 1457-1458. ISBN 978-84-330-2322-3. 
  2. Escuela bíblica de Jerusalén (febrero de 2009). Biblia de Jerusalén (Edición Española) (4ª edición). Bilbao: Desclée de Brouwer. pp. 1414-1415. ISBN 978-84-330-2322-3. 

Referencias

  1. Mateo-Seco, Lucas F. (2003). Teología trinitaria: Dios Padre. Madrid: Rialp. p. 126. ISBN 978-84-321-3464-7. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  2. Sheed, Francis Joseph (2003). Conocer a Jesucristo (12ª edición). Madrid: Ediciones Palabra. p. 296. ISBN 978-84-8239-767-2. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  3. Fernández-Carvajal, Francisco (2013). El misterio de Jesús de Nazaret. Madrid: Ediciones Palabra. p. 108. ISBN 978-84-9840-960-4. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  4. Segundo, Juan Luis (1984). Teología abierta. Vol. III. Reflexiones críticas. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 85. Consultado el 28 de enero de 2016. «[…] "parábolas de la alegría" que trae Lucas a continuación una de otra. Se llaman con justicia "de la alegría", porque este término figura como central en las tres. Se trata de la oveja perdida, la dracma perdida y del hijo perdido (o pródigo).» 
  5. Fitzmyer, 1987, p. 650. «[…] todas tienen en común la centralidad del clima de "alegría" por la recuperación del objeto perdido.»
  6. Ramaroson, Léonard (1979). «Le coeur du Troisième Évangile: Lc 15». Biblica (en francés) 60 (3): 348-360. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  7. Schmid, Josef (1981). El Evangelio según san Mateo. Barcelona: Herder. pp. 389-390. ISBN 84-254-0080-5. «[…] tiene que ser entendida como una instrucción para mostrar la solicitud pastoral como algo querido por Dios. […] destaca el aprecio que a los ojos de Dios tienen los pequeños, esto es, los más insignificantes […] a los ojos del mundo y de la comunidad.» 
  8. Jeremias, 1974, p. 127. «[…] el Evangelio de Tomás (107), donde la parábola de la oveja perdida (Mt 18, 12-14; Lc 15, 4-7) se ha convertido en una parábola de la βασιλεία =«reino»: "El Reino se asemeja a un pastor..." […]»
  9. Aguirre, Rafael (1999). «Jesús, parábola de Dios Padre». En Aguirre, Rafael; Armendáriz, L.M.; del Cura, S., ed. Dios Padre de Jesucristo. Cuadernos de Teología Deusto, número 22. Bilbao: Universidad de Deusto, Facultad de Teología. p. 16. ISBN 978-84-9830-926-3. Consultado el 28 de enero de 2016. «El Evangelio de Tomás […] dice que el pastor deja las noventa y nueve y busca con todo su afán a la oveja perdida porque era la mejor y más gorda. Esta lectura recupera la parábola para los convencionalismos dominantes […] Lo que dice Jesús es muy diferente: se remite al amor escandaloso de Dios, que va en busca de lo perdido, precisamente porque es lo perdido […]». 
  10. Bovon, 2004, p. 37. «Lucas no es el único que transmite esta parábola. Los evangelios de Mateo y de Tomás, así como el Evangelio de la Verdad, la conocen también. Puesto que esta última versión es más un comentario que una cita, basta con comparar las tres recensiones de Lucas, de Mateo y de Tomás. Cada una de ellas sitúa la parábola en un cuadro diferente: kerigmático en Tomás, en el que una introducción evoca el Reino; eclesial en Mateo, en el que el capítulo 18 pone de relieve la disciplina; y apologético en Lucas.»
  11. Brown, Raymond E. (1999). El Evangelio según Juan. vol. 1. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 704. ISBN 84-7057-426-4. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  12. Fitzmyer, 1987, p. 654. «W. L. Petersen […] apura su argumentación para imponer la prioridad de la forma apócrifa sobre las dos recensiones evangélicas, no puedo aceptar su teoría. A mi juicio, la predilección del pastor por la extraviada depende de la tradición del cuarto Evangelio, que presenta directamente a Jesús como «el Buen Pastor» (cf. Jn 10,11-17) […]»
  13. Dodd, C. H. (1978). La Tradición histórica en el cuarto Evangelio. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 382. ISBN 978-84-7057-216-6. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  14. Aland, Kurt; Aland, Barbara (1995). The Text of the New Testament: An Introduction to the Critical Editions and to the Theory and Practice of Modern Textual Criticism (Erroll F. Rhodes, trad.). Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company. p. 101. ISBN 978-0-8028-4098-1. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  15. Bultmann, Rudolf Karl (1968). The History of the Synoptic Tradition. Nueva York: Harper & Row. p. 171. 
  16. Linnemann, Eta (1966). Parables of Jesus: Introduction and Exposition. Londres: SPCK Publishing. p. 67. ISBN 978-0-281-00857-5. 
  17. Fitzmyer, 1987, p. 653. «En lo que sí tiene razón Bultmann es en considerar que la formulación de Mateo como la versión más primitiva de la parábola de la oveja.»
  18. Schmid, Josef (1981). El Evangelio según san Mateo. Barcelona: Herder. p. 389. ISBN 84-254-0080-5. «Sin duda alguna es Lucas quien ha conservado las dos parábolas (la de la oveja perdida y la de la dracma perdida) en su marco original en el que queda también de manera clara y evidente la idea central común a ambas.» 
  19. Montefiore, C.G. (1927). The Synoptic Gospels. Vol. II. (Edited with an Introduction and a Commentary). Londres: Macmillan and Co. p. 521. Consultado el 28 de enero de 2016. «In some points Matthew, in others Luke, may have preserved the text of the original parable more accurately.» 
  20. Bovon, 2004, p. 38. «Las diferencias de contenido prueban también que ninguna de las formas de la parábola corresponde exactamente al original.»
  21. Dodd, 1974, pp. 117-118. «[…] La situación que señala Lucas es seguramente correcta […]
  22. Theissen, Gerd; Merz, Annette (1999). El Jesús histórico. Salamanca: Ediciones Sígueme. p. 118. ISBN 84-301-1349-5. «[...] la oveja perdida de Q [...]». 
  23. Pannenberg, Wolfhart (1992). Teología sistemática. Vol. I. Madrid: Universidad Pontificia Comillas. p. 459. ISBN 84-87840-18-3. Consultado el 28 de enero de 2016. «[…] parábola de la oveja perdida […] una parábola transmitida por la fuente Q […]». 
  24. Brown, Raymond E. (2002). Introducción al Nuevo Testamento. I. Cuestiones preliminares, evangelios y obras conexas. Madrid: Editorial Trotta. p. 272. ISBN 84-8164-538-9. «[…] la parábola de la oveja perdida […] tomada de Q […].» 
  25. McKenzie, John L. (1972). «Evangelio según san Mateo». En Brown, Raymond E.; Fitzmyer, Joseph A.; Murphy, Roland E., eds. Comentario Bíblico «San Jerónimo» III. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 245. «[…] Esta parábola procede de Q; pero adopta diferentes formas y tiene distinta aplicación en Mateo y en Lucas […]». 
  26. Kloppenborg, John S. (2008). Q, the Earliest Gospel: An Introduction to the Original Stories and Sayings of Jesus. Louisville/Londres: Westminster John Knox Press. p. 47. ISBN 978-0-664-23222-1. Consultado el 28 de enero de 2016. «[…] the Q parable of the Lost Sheep […]». 
  27. Painter, John (1991). «Tradition, history and interpretation in John 10». En Beutler, Johannes; Fortna, Robert T., ed. The Shepherd Discourse of John 10 and Its Context. Cambridge/Nueva York: Cambridge University Press. p. 56. ISBN 978-0-521-39211-2. Consultado el 28 de enero de 2016. «[…] the Q parable of the Lost Sheep […]». 
  28. Jeremias, 1974, p. 49. «[…] Según Lucas, la parábola de la oveja perdida tiene por motivo la pregunta indignada de los fariseos: "¿Por qué (ὂτι — τί ὂτι) recibe este a los pecadores (en su casa) y los admite a su mesa?" (Lc 15,2) y termina con estas palabras: "Así Dios (en el juicio final) se alegrará más por un pecador que hace penitencia que por 99 hombres justos que no necesitan penitencia" (15, 7). El fin de Jesús es la justificación de la Buena Nueva frente a sus críticos. Cuando explica en la parábola cómo el pastor, cuando conduce su rebaño al redil, es feliz por la oveja que ha sido encontrada de nuevo; del mismo modo se alegra Dios por el pecador que se arrepiente. Se alegra de poder perdonar.»
  29. Farmer, William R. (1962). «Notes on a Literary and Form-Critical Analysis of Some of the Synoptic Material Peculiar to Luke». New Testament Studies 8 (4): 301-316. doi:10.1017/S0028688500007943. 
  30. Dodd, C. H. (1977). El fundador del cristianismo. Barcelona: Herder. p. 76. ISBN 84-254-0939-X. ««Va en busca de la que se le ha perdido hasta que la encuentra». [...] Jesús era censurado por hacer esto mismo. La parábola de la oveja perdida era de hecho (así nos dice Lucas) su réplica a tales censuras. La imagen tradicional del pastor divino se veía reanimada en sus acciones igual que en sus palabras.» 
  31. Leal, 1973, pp. 204.
  32. Duling, Dennis C. (2010). «The Gospel of Matthew». En Aune, David E., ed. The Blackwell Companion to the New Testament. Wiley-Blackwell. pp. 298-299. ISBN 978-1-4051-0825-6. 
  33. Brown, Raymond E. (2002). Introducción al Nuevo Testamento. I. Cuestiones preliminares, evangelios y obras conexas. Madrid: Editorial Trotta. p. 248. ISBN 84-8164-538-9. «Fecha (de redacción): 80-90 (más/menos una década).» 
  34. Piñero, Antonio (2009). Todos los Evangelios. Madrid: Edaf. p. 45. ISBN 978-84-414-2116-5. «Fecha de composición aproximada: después de Marcos, posterior a la destrucción de Jerusalén (año 70, que se presupone en Mateo 22:7 y Mateo 23:38) y anterior al Evangelio de Juan (que conoce el material sinóptico). Por tanto, en torno al año 80 o 90 del siglo I 
  35. Jeremias, 1974, p. 49. «[…] En Mateo la parábola tiene un auditorio totalmente distinto. No se dirige, como en Lucas, a los adversarios de Jesús sino según Mt 18, 1, a sus discípulos. […] la frase final (versículo 14) significa: Dios quiere que vosotros vayáis tras el hermano caído —y precisamente el "pequeño", débil, desamparado— tan fielmente como el pastor de la parábola tras la oveja descarriada. La parábola, por tanto, es en Mateo una parábola de discípulos, que llama a los jefes de la comunidad a una fidelidad de pastor frente a los apóstatas; el acento no recae, como en Lucas, en la alegría del pastor, sino en la ejemplaridad de su búsqueda. Esta gran instrucción para los jefes de la comunidad que representa Mateo 18 […]»
  36. Jeremias, 1974, p. 50. «Para la cuestión de la situación original en la vida de Jesús, que le dio motivo para la parábola de la oveja perdida, el contexto de Mateo no nos da ningún punto de apoyo. No hay duda de que Lucas nos ha conservado la situación original.»
  37. Dulaey, 1993, p. 6. La autora señala que los tres evangelios involucrados (Lucas, Mateo y Juan) están lejos de ser incorporados por igual en la amalgama propuesta por la tradición. Del Evangelio de Juan se toma la expresión «buen pastor». Del Evangelio de Lucas los autores conservan la imagen del pastor que carga la oveja sobre sus hombros (que recibe el nombre de «pastor crióforo»). De la narración del Evangelio de Mateo se impuso la idea general de que el pastor estaba cuidando su rebaño en las montañas. La referencia de Lucas al desierto solo interviene para introducir otra interpretación secundaria, como es el caso de la del Pseudo-Cipriano, o en los comentarios al Evangelio de Lucas, entre los que destacan solo dos ejemplos bastante tardíos: los comentarios de Agustín de Hipona y de Cirilo de Alejandría. Incluso Ambrosio de Milán, que comenta el Evangelio de Lucas nos dice, como Mateo, que el pastor dejó a sus ovejas en las montañas. Como era de esperar en la Iglesia primitiva, fue la historia de los evangelios sinópticos la que destacó, y no la del Evangelio de Juan. No fue hasta finales del siglo IV o principios del siglo V que aparecieron en el comentario de la parábola de la oveja perdida otras características tomadas del Evangelio de Juan 10, seguidas del resto de la exégesis de la «parábola joánica».
  38. Petersen, William L. (1981). «The parable of the lost sheep in the Gospel of Thomas and the synoptics». Novum Testamentum 23 (2): 128-147. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  39. Lorenzo Molinari, A. (2007). «The Parable of the Lost Sheep and Its Lost Interpretation: A Proposal for Gospel of Thomas 107 as Stage I in an Early Christian Jesus Trajectory». En Painchaud, L.; Poirier, P.-H., ed. Colloque internationale: L'Évangile selon Thomas et les textes de Nag Hammadi. Quebec: Peeters Publishers. pp. 299-322. ISBN 978-90-429-2055-2. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  40. Schnider, F. (1977). «Das Gleichnis vom verlorenen Schaf und seine Redaktoren: Ein intertextueller Vergleich». Kairos 19: 146-154. 
  41. Derrett, J. Duncan M. (1979). «Fresh Light on the Lost Sheep and the Lost Coin». New Testament Studies 26 (1): 36-60. doi:10.1017/S0028688500008663. 
  42. Piñero, Antonio (2009). Todos los evangelios. Canónicos y apócrifos. Madrid: Edaf. p. 451. ISBN 978-84-414-2116-5. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  43. Rocchetta, Carlo (2001). Teología de la ternura: un «evangelio» por descubrir. Salamanca: Ediciones Secretariado Trinitario. p. 117. ISBN 84-88643-69-1. Consultado el 28 de enero de 2016. «En el Evangelio apócrifo de Tomás se añade que la oveja perdida era la más gorda.» 
  44. Bovon, 2004, p. 37. «Esta versión se distingue de las otras dos por la descripción de la oveja, caracterizada como "la más grande" […]»
  45. González Faus, José Ignacio (1984). La humanidad nueva. Ensayo de Cristología (9ª edición). Santander: Sal Terrae. p. 97. ISBN 978-84-293-0693-4. Consultado el 28 de enero de 2016. «[...] el Evangelio apócrifo de Tomás, descubierto en 1945 en Nag Hamádi, cuenta esta misma parábola; pero hace que el pastor diga a la oveja perdida en cuanto la encuentra: a ti te quiero yo más que a todas las otras. Con ello el acento recae en el hecho de que la que se había perdido era precisamente la preferida del pastor. En los evangelios no existe tal posibilidad de preferencia [...] La oveja es la más querida, no ya antes de perderse, sino por haberse perdido. Aquí radica el elemento conflictivo o provocativo de la parábola.» 
  46. Piñero, Antonio, y col. (2009) [1999]. Textos Gnósticos - Biblioteca Nag Hammadi. Volumen II: Evangelios, Hechos, Cartas (3ª edición). Madrid: Editorial Trotta. pp. 146-161. ISBN 84-816-4138-3. 
    Ha llegado a ser un camino para los que iban descarriados y conocimiento para aquellos que eran ignorantes, descubrimiento para los que buscaban y apoyo para los indecisos y pureza para aquellos que estaban manchados. (Cristo) Es el pastor que ha dejado las noventa y nueve ovejas que no estaban perdidas y ha ido a buscar a la que estaba extraviada. Se regocijó cuando la encontró, porque noventa y nueve es un número que está en la mano izquierda, que lo contiene. Pero cuando se encuentra el uno, el número entero pasa a la mano derecha. Del mismo modo sucede al que le falta el uno, es decir, la mano derecha completa, que atrae a lo que era deficiente y lo toma del lado de la mano izquierda y lo lleva a la derecha, y de este modo también el número llega a ser una centena. Se trata del signo del que está en su sonido, o sea, del Padre. Incluso en sábado ha trabajado por la oveja que encontró caída en el pozo. Ha reanimado a la oveja subiéndola desde el pozo para que sepáis íntimamente, vosotros, los hijos del conocimiento interior, cuál es el sábado, en el que no es conveniente que la salvación descanse, para que podáis hablar del día de lo alto, que carece de noche, y de la luz que no se oculta, porque es perfecta. Decid, pues, desde el corazón que sois el día perfecto y que en vosotros mora la luz que no desfallece. Hablad de la verdad con los que la buscan y [del] conocimiento a los que han pecado en su error.
  47. Attridge, Harold W.; MacRae, George W. (1996). «The Gospel of Truth (I, 3 and XII, 2)». En McConkey Robinson, James; Smith, Richard, ed. The Nag Hammadi Library in English. Coptic Gnostic Library Project (4ª edición). Leiden: Brill. p. 46. ISBN 90-04-08856-3. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  48. Lesquivit, Colombán; Léon-Dufour, Xavier (1978). «Pastor y rebaño». En Léon-Dufour, Xavier, ed. Vocabulario de teología bíblica (10.ª edición). Barcelona: Biblioteca Herder. pp. 651-654. ISBN 978-84-254-0809-0. 
  49. Jeremias, Joachim (1980). Jerusalén en tiempos de Jesús: estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento. Madrid: Ediciones Cristiandad. pp. 316-317 y 322. ISBN 84-7057-209-1. 
  50. Fitzmyer, 1987, p. 648. «T. W. Manson (The Sayings of Jesús as Recorded in the Gospels according to St. Matthew and St. Luke, 282) denomina el conjunto de esta sección como «el Evangelio de los marginados» […] parece tener como objetivo mostrar la cercanía y la misericordia de Dios para con los que, dentro del pueblo, cargan generalmente con el desprecio, e incluso la condena, por parte de sus semejantes. En las parábolas del capítulo 15 eso es evidente: el pastor que busca la oveja que se le ha perdido […]»
  51. Asterio de Amasea (1857-1866). «Homilía nº 13, sobre la conversión». En Migne, Jacques Paul, ed. Patrologiae Cursus Completus: Series Graeca (PG) 40. París: Imprimerie Catholique. pp. 356-357, 361.  Como meditación de la parábola de la oveja perdida, Asterio de Amasea predicó sobre la realidad escondida bajo las imágenes de la oveja y el pastor, y agregó:
    «No desesperemos fácilmente de las personas, no dejemos en el abandono a los que están en peligro. Busquemos ardientemente a aquel que está amenazado, reconduciéndolo al buen camino, alegrémonos de su regreso introduciéndolo de nuevo a la comunidad de los creyentes».
  52. Stuhlmueller, Carroll (1972). «Evangelio según san Lucas». En Brown, Raymond E.; Fitzmyer, Joseph A.; Murphy, Roland E, eds. Comentario Bíblico "San Jerónimo" III. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 380. ISBN 978-84-705-7117-6. 
  53. Crespo, Mariano (2004). El perdón. Una investigación filosófica. Madrid: Ediciones Encuentro. p. 97. ISBN 978-84-7490-739-1. Consultado el 28 de enero de 2016. «[…] Cristo enseñó una nueva doctrina acerca del perdón que contiene ciertos elementos de las concepciones "paganas" de este fenómeno como, por ejemplo, la prioridad de la misericordia frente a la dureza. En esta doctrina encontramos los primeros rastros de una distinción entre el "pecador" y el "pecado". El carácter positivo del perdón es claramente perceptible en parábolas como la del hijo pródigo y la de la oveja perdida, entre otras.» 
  54. San Agustín de Hipona (2007). Obras completas. Vol. 16: La ciudad de Dios. (Introducción y notas por Victorino Capánaga. Traducción por Santos Santamarta del Río y Miguel Fuertes Lanero) (6ª edición). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. ISBN 978-84-7914-880-5.  Libro IX, capítulo 5: «¿Y qué es la misericordia sino cierta compasión de nuestro corazón por la miseria ajena, que nos fuerza a socorrerlo si está en nuestra mano?»
  55. Loarte, José Antonio (1998). El tesoro de los Padres. Madrid: Ediciones Rialp. p. 187. ISBN 84-321-3216-0. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  56. Tomás de Aquino (1990). Suma de Teología. Vol. III, parte II-II (a). (Introducción de Luis Lago Alba). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 284-285. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  57. von Balthasar, Hans Urs (1997). Teológica. Volumen II: Verdad de Dios. Madrid: Encuentro. pp. 141-142. ISBN 978-84-7490-449-9. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  58. Cabodevilla, José María (1986). Discurso del padrenuestro. Ruegos y preguntas (2ª edición). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. p. 330. ISBN 84-220-0288-4. 
  59. Larrañaga, Ignacio (2009). Del sufrimiento a la paz. Lima: Paulinas. pp. 226-227. ISBN 978-9972-05-096-1. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  60. Leal, 1973, pp. 203. «[…] empeño por encontrar lo perdido durante el primer cuadro de la pérdida y luego fiesta y alegría en el segundo cuadro del encuentro.»
  61. Dodd, 1974, pp. 117-118.
  62. Cabodevilla, José María (2004). Cristo vivo. Edición conjunta, Señora nuestra - Cristo vivo. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. p. 710. ISBN 84-7914-700-8. 
  63. von Balthasar, Hans Urs (1997). Gloria. Una estética teológica. Tomo 3. Estilos laicales: Dante, Juan de la Cruz, Pascal, Hamamm, Solov'ëv, Hopkins, Péguy. Madrid: Encuentro. p. 489. ISBN 84-7490-161-8. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  64. Leal, 1973, pp. 203. «De los dos cuadros, el fundamental no es el negativo (pérdida) sino el positivo (encuentro)».
  65. Grabard, André (1968). Christian Iconography: A Study of Its Origins (en inglés). Volumen 10, A.W. Mellon lectures in the fine arts. Princeton: Princeton University Press. ISBN 0-691-01830-8. «The figure […] is an allegory of Christ as the shepherd.» 
  66. Francisco, obispo de Roma (2015). Misericordiae Vultus. El rostro de la misericordia. Bula de convocación del Jubileo extraordinario de la misericordia. Madrid: Ediciones Palabra. pp. 10-11. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  67. Cabodevilla, José María (1989). La jirafa tiene ideas muy elevadas. Para un estudio cristiano sobre el humor (4ª edición). Madrid: San Pablo. p. 188. ISBN 84-285-2045-3. 
  68. Dulaey, 1993, pp. 5-9.
  69. Esto se verifica en numerosos escritos de los padres de la Iglesia: Ireneo de Lyon, Exposición sobre la predicación apostólica 33; Ambrosio de Milán, Apología de David 1, 5, 20; Jerónimo de Estridón, Contra Juan de Jerusalén 34, entre otros.
  70. Dulaey, 1993, pp. 15-16.
  71. Ireneo de Lyon, Adversus haereses 3, 19, 3, entre otros.
  72. Dulaey, 2003, p. 85.
  73. Dulaey, 2003, p. 86.
  74. Dulaey, 2003, p. 87.
  75. Martí Bonet, José María (2008). El palio: Insignia pastoral de los papas y arzobispos. Estudios y ensayos, volumen 111. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. p. 245. ISBN 978-84-7914-916-1. «[…] el palio continúa la significación entrañable de la oveja (perdida primero y después hallada) colocada alrededor de la espalda y cuello del pastor.» 
  76. Benedicto XVI (24 de abril de 2005). «Santa misa, imposición del palio y entrega del anillo del Pescador en el solemne inicio del ministerio petrino del obispo de Roma. Homilía de su santidad Benedicto XVI». Ciudad del Vaticano: Libr. Editrice Vaticana. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  77. Pijoán, J. (1954). Summa Artis – Historia General del Arte. Vol. VII: Arte cristiano primitivo. Arte bizantino. Madrid: Espasa Calpe. pp. 97-98. 
  78. Dulaey, 1993, p. 3. «La figure du berger est sans doute celle qu'on rencontre le plus fréquemment dans l'art paléochrétien : on a pu en recenser jusqu'à 892 représentations!»
  79. Cartlidge, David R.; Elliott, J. Keith (2001). Art and the Christian Apocrypha. Nueva York: Routledge. p. 55. ISBN 978-0-415-23392-7. Consultado el 28 de enero de 2016. «The popularity of the Good Shepherd began to wane in the latter fourth century, and it virtually disappears in the fifth century.» 
  80. Morales y Marín, José Luis (2000). «Escuela Española». El Prado. Colecciones de Pintura. Madrid: Lumwerg Editores. p. 140. ISBN 84-9785-127-7. 
  81. Martínez, María José (1992). «Su vida y su época». Murillo. Los genios de la pintura. Valencia: Edicicones Rayuela. p. 87. ISBN 84-7915-082-3. 
  82. Dietz, Donald Thaddeus (1973). The Auto Sacramental and the Parable in Spanish Golden Age Literature. Publications of the Department of Romance Languages, 132. Carolina del Norte: University of North Carolina, Department of Romance Languages. p. 50. «The early eglogas of Gómez Manrique, Juan del Encina, and Garcilaso de la Vega had already popularized the pastoral motif in dramatic literature, and the Parable of the Lost Sheep with its shepherds and rustic setting enabled the auto dramatics to manipulate an already popular theme.» 
  83. Cervantes Saavedra, Miguel de (2016 [1615]). La gran sultana doña Catalina de Oviedo. Barcelona: Red ediciones. p. 40. ISBN 978-84-96428-54-6. Consultado el 28 de enero de 2016. 
    ¡A Ti, Pastor bendito, que buscaste
    de las cien ovejuelas la perdida,
    y, hallándola del lobo perseguida,
    sobre tus hombros santos te la echaste!
    ¡A Ti me vuelvo en mi aflición amarga,
    y a Ti toca, Señor, el darme ayuda:
    que soy cordera de tu aprisco ausente,
    y temo que, a carrera corta o larga,
    cuando a mi daño tu favor no acuda,
    me ha de alcanzar esta infernal serpiente!
  84. Fine, Ruth; López Navia, Santiago, ed. (2008). Cervantes y las religiones. Actas del Coloquio International de la Asociación de Cervantistas. (Universidad Hebrea de Jerusalén, Israel, 19 al 21 de diciembre de 2005). Madrid: Universidad de Navarra / Iberoamericana. pp. 188-189. ISBN 978-84-8489-314-1. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  85. Carreño, Antonio (1979). El romancero lírico de Lope de Vega: Premio Ramón Menéndez Pidal, 1976. Volumen 285 de Biblioteca románica hispánica: Estudios y ensayos. Madrid: Gredos. p. 217. ISBN 978-84-249-0789-1. 
  86. Lope de Vega, Félix (selección, notas e introducción general de Nicolás González Ruiz) (1997). «El pastor lobo y cabaña celestial». Autos Sacramentales (4ª edición). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. pp. 93-115. 
  87. Lope de Vega, Félix (2002). La buena guarda. (Edición crítica y anotada por María del Carmen Artigas). Madrid: Verbum. p. 21. ISBN 84-7962-237-7. Consultado el 28 de enero de 2016. 
  88. Tirso de Molina (2016). El condenado por desconfiado. Barcelona: Red ediciones. pp. 124-125. ISBN 978-84-9816-498-5. Consultado el 28 de enero de 2016. 
    Yo soy el pastor
    que en vuestras riberas
    guardé un tiempo alegre
    cándidas ovejas.
    […]
    Pero desde el día
    que una, la más buena,
    huyó del rebaño,
    lágrimas me anegan.
  89. Arellano, Ignacio (2000). Diccionario de los autos sacramentales de Calderón. Edition Reichenberger. Pamplona: Universidad de Navarra. p. 166. ISBN 3-935004-02-8.  Entre varios ejemplos, se puede citar el siguiente:
    Gracias
    os doy, Señor, de que sea
    ya en vuestro rebaño yo
    aquella perdida oveja
    que Vos llevasteis en hombros
    al redil de la ley vuestra.
  90. Calderón de la Barca, Pedro (2003). El pastor Fido. (Edición crítica de Fernando Plata Parga). Pamplona / Kassel: Universidad de Navarra / Reichenberger. p. 167. ISBN 3-935004-60-5. Consultado el 28 de enero de 2016. 
    ¿A ajeno pastor admites
    de tan traidoras cautelas
    que león de tus ejidos,
    que lobo de tus ovejas,
    trata más de devorarlas
    que de guardarlas, y dejas
    al que en la defensa suya
    tantos desvelos le cuestas,
    que escarchas, que resisteros,
    montes penetrando y selvas,
    pasó hambre, sed y cansancio,
    porque una no se pierda?
  91. Arellano, Ignacio, ed. (2013). Poesía del Siglo de Oro (Antología). Pozuelo de Alarcón, Madrid: Editex. p. 175. ISBN 978-84-9771-210-1. 
  92. Arellano, Ignacio (1996). «Quevedo: lectura e interpretación. (Hacia la anotación de la poesía quevediana)». En Fernández Mosquera, S., ed. Estudios sobre Quevedo: Quevedo desde Santiago entre dos aniversarios. Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela. pp. 133-160. Consultado el 28 de enero de 2016.  También en la Biblioteca Virtual Universal.

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Enlaces externos

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La parabola de la oveja perdida llamada a veces parabola de la oveja extraviada 1 2 o parabola de la oveja descarriada 3 es una comparacion mashal contenida en el Evangelio de Lucas 15 3 7 que tiene en un pasaje del Evangelio de Mateo 18 12 14 un texto con paralelismos evidentes que ilustra la misma idea general En ambos casos la parabola se presenta puesta en labios de Jesus de Nazaret Si bien esos dos pasajes del Nuevo Testamento tienen marcos diferentes y algunas caracteristicas propias presentan un nucleo central con tres elementos en comun Estatua del Buen Pastor La version original el altorrelieve de un sarcofago fue hallada en las catacumbas de Roma y datada del siglo III d C La estatua de casi 1 m de altura fue restaurada en el Settecento Representa a un joven con tunica sin mangas y una cesta en bandolera que carga sobre sus hombros un cordero Hoy se encuentra en el Museo Pio Cristiano de la Ciudad del Vaticano Grabado de Jan Luyken que ilustra el versiculo del Evangelio de Mateo 18 12 en la Biblia Bowyer Bolton Inglaterra Un hombre que tiene cien ovejas pierde una Al darse cuenta deja las otras noventa y nueve para ir en busca de la oveja perdida Al encontrarla siente alegria por ella con mayor gozo que por las noventa y nueve que no se extraviaron En el Evangelio de Lucas la parabola de la oveja perdida es una de las parabolas de la misericordia tambien llamadas parabolas de la alegria 4 5 junto con la parabola de la moneda perdida y la del hijo prodigo El conjunto de esas tres parabolas caracteriza la figura y el mensaje misericordioso de Jesus de Nazaret tal como lo muestra el evangelista Lucas a punto tal que llego a considerarselas el corazon del tercer evangelio 6 En el Evangelio de Mateo la parabola es mas breve y forma parte de una regla de vida que tiene por objeto mostrar a los pastores de la Iglesia el espiritu con el que deben ejercer su ministerio particularmente hacia los mas pequenos y desprotegidos 7 Tambien existe una version en el extracanonico Evangelio de Tomas el logion 107 8 que por los cambios que presenta se diferencia del caracter mas novedoso del mensaje de la parabola tal como lo transmiten las versiones de Lucas y de Mateo que se ha de buscar a quien esta extraviado no porque sea bueno sino porque se ha perdido 9 Una cuarta version de la parabola con formato de comentario y lenguaje manifiestamente gnostico aparece en el Evangelio de la Verdad 10 El cuidado individual de que es objeto la oveja perdida por parte del pastor tiene su correlato en el Evangelio de Juan donde Jesus se presenta como el Buen Pastor que llama una por una a sus ovejas por su nombre Juan 10 3b Asi suele asociarse la parabola de la oveja perdida con la advocacion de Jesucristo como Buen Pastor 11 Yo soy el buen pastor El buen pastor da su vida por las ovejas Juan 10 11 Joseph A Fitzmyer sugirio que la atencion del pastor por la oveja perdida depende de la tradicion del Evangelio de Juan 12 En palabras de otro teologo y biblista contemporaneo No se debe del todo a confusion de ideas el que desde el comienzo de la tradicion cristiana se identifique al Buen Pastor con la figura que lleva un cordero a hombros que procede de la parabola de la oveja perdida 13 Charles Harold Dodd Entre las expresiones artisticas que en numero considerable aluden a la parabola de la oveja perdida destacan las referencias que a ella hicieron varios literatos de primer orden del Siglo de Oro espanol Miguel de Cervantes Lope de Vega Tirso de Molina Calderon de la Barca y Francisco de Quevedo entre otros encontraron en esta parabola una fuente de inspiracion Indice 1 La parabola en el Evangelio de Lucas y en el de Mateo 1 1 Originalidad y origen 1 2 Auditorio motivo y caracteristicas de la parabola en Mateo y Lucas 2 La parabola en el Evangelio de Tomas y en el de la Verdad 3 La imagen del pastor y las ovejas en tiempos de Jesus 4 Temas y significados de la parabola 4 1 El perdon y la misericordia de Dios 4 2 La busqueda de lo perdido y la alegria por lo encontrado 4 3 Figura del descenso de Jesucristo 4 4 Llamado a la atencion pastoral 5 La parabola en las artes plasticas y literarias 6 Notas 7 Citas biblicas 8 Referencias 9 Bibliografia 10 Enlaces externosLa parabola en el Evangelio de Lucas y en el de Mateo EditarLa parabola de la oveja perdida se encuentra en dos evangelios del Nuevo Testamento el de Lucas 15 3 7 y el de Mateo 18 12 14 cuyos textos originales se escribieron en griego koine Existen papiros y codices muy antiguos que contienen la parabola entre los que destacan particularmente los siguientes catalogados segun la clasificacion de Aland y Aland en la Categoria I El papiro 75 P displaystyle mathfrak P 75 datado de 175 225 d C es el manuscrito mas antiguo conocido que presenta unidos a dos evangelios el Evangelio de Lucas y el de Juan Tambien es el material conservado mas antiguo que contiene la parabola de la oveja perdida Papiro 75 datado de 175 225 contiene la version lucana de la parabola y constituye entre los papiros del Nuevo Testamento que han llegado hasta el presente el mas antiguo que la incluye 14 Los cuatro grandes codices unciales de la Biblia en griego contienen ambas versiones mateana y lucana el Codex Vaticanus c 325 350 el Codex Sinaiticus c 330 360 el Codex Alexandrinus c 400 440 y el Codex Ephraemi Rescriptus siglo V Nota 1 Esta parabola o en palabras de Bultmann semejanza 15 es un relato que describe breve pero vivamente el interes que muestra una persona que al perder una oveja considerada quiza por otros como insignificante en comparacion con el conjunto del rebano sale en su busqueda y la alegria que siente al encontrarla Las dos versiones canonicas de la parabola son las siguientes 1Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a el a Jesus para oirle 2y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo Este acoge a los pecadores y come con ellos 3 Entonces les dijo esta parabola 4 Quien de vosotros que tiene cien ovejas si pierde una de ellas no deja las noventa y nueve en el desierto y va a buscar la que se perdio hasta que la encuentra 5Y cuando la encuentra la pone contento sobre sus hombros 6y llegando a casa convoca a los amigos y vecinos y les dice Alegraos conmigo porque he hallado la oveja que se me habia perdido 7Os digo que de igual modo habra mas alegria en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversion A Evangelio de Lucas 15 1 7 1En aquel momento se acercaron a Jesus los discipulos 12 Que os parece Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarria una de ellas no dejara en los montes las noventa y nueve para ir en busca de la descarriada 13Y si llega a encontrarla os digo de verdad que tiene mas alegria por ella que por las noventa y nueve no descarriadas 14De la misma manera no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequenos B Evangelio de Mateo 18 12 14 El versiculo 1 se incluye a efectos de indicar el auditorio de la parabola Originalidad y origen Editar Un pastor contemporaneo Para cargar una oveja en una zona montanosa durante una distancia prudencial debe colocarla sobre los hombros y sujetar las patas delanteras y las traseras con cada mano En caso de usar su cayado debe sujetar las cuatro patas fuertemente contra el pecho Entre las distintas versiones de la parabola de la oveja perdida la unica en la que el pastor carga la oveja sobre sus hombros es la del Evangelio de Lucas el evangelista expresa con esa imagen la delicadeza que caracteriza el verdadero cuidado pastoral No existe unanimidad de criterios sobre cual de las dos versiones canonicas de la parabola es la mas proxima a la version inicial Rudolf Karl Bultmann 15 Eta Linnemann 16 y Joseph A Fitzmyer 17 sugirieron que la version mateana es la mas cercana a la original Por su parte Joachim Jeremias y Josef Schmid senalaron que la forma mas proxima a la original es la del Evangelio de Lucas 18 Claude Montefiore comento que la forma original de la parabola podria conservarse de manera compartida en algunos puntos el Evangelio de Mateo y en otros el de Lucas podrian preservar el material original de forma mas precisa 19 Por su parte Charles Harold Dodd y Francois Bovon consideraron que posiblemente ninguna de las versiones que llegaron hasta nosotros sea la original 20 aunque Dodd sugiere que la version lucana parece ajustarse mejor a los terminos de la parabola 21 La mayoria de los especialistas actuales acepta que la parabola de la oveja perdida tendria por origen la fuente Q 22 23 24 25 26 27 una fuente hipotetica comun al Evangelio de Mateo y al de Lucas Auditorio motivo y caracteristicas de la parabola en Mateo y Lucas Editar En el Evangelio de Lucas Jesus formula la parabola de la oveja perdida como respuesta a la murmuracion indignada de los fariseos y escribas quienes cuestionaban su conducta de recibir a los pecadores y admitirlos a su mesa 28 Se trata del escenario y del motivo de la parabola 29 es decir en el Evangelio de Lucas la parabola esta dirigida a los enemigos y criticos de Jesus 30 Es una respuesta a los rabinos fariseos que mantenian un principio de no relacion con aquellas personas consideradas pecadoras por su oficio o condicion El hombre no debe relacionarse con el impio ni para ensenarle la Ley 31 En el Evangelio de Mateo la parabola presenta un auditorio diferente puesto que Jesus no la dirige a los fariseos adversos a el sino a sus propios discipulos En el marco historico en el que se escribe ese evangelio datado de los anos 80 a 90 por la mayoria de los biblistas 32 33 34 los discipulos significan los jefes de la comunidad cristiana 35 Segun Joachim Jeremias y Josef Schmid la situacion real que dio origen a la parabola se aproxima mas a la descripta en el Evangelio de Lucas 36 18 Ambos relatos tienen un punto llamativo en comun ninguno de los dos nombra explicitamente el termino pastor o buen pastor lo que si hace el Evangelio de Juan 10 11 14 Por otra parte existen otros detalles diferentes en ambas versiones de la parabola En Mateo el pastor deja a sus ovejas en la montana mientras que en Lucas lo hace en el desierto El Evangelio de Lucas es el unico que presenta al dueno llevando a la oveja descarriada en sus hombros Los autores cristianos de los primeros siglos tendieron a aunar las dos versiones para crear una nueva version de la parabola con elementos obtenidos en distinta proporcion tanto de los textos de Mateo y de Lucas como del Evangelio de Juan Los relatos de Mateo y de Lucas se impusieron en los primeros siglos del cristianismo mientras que el pasaje del Evangelio de Juan empezo a tener mas notoriedad a finales del siglo IV y comienzos del siglo V 37 La parabola en el Evangelio de Tomas y en el de la Verdad EditarLa parabola de la oveja perdida esta tambien presente en el extracanonico Evangelio de Tomas logion 107 8 y existe consenso en que ese pasaje del evangelio apocrifo guarda cierto paralelismo con las parabolas de los evangelios sinopticos de Lucas y de Mateo Podria haberse generado en una tradicion independiente de la de los sinopticos 38 Algunos autores han supuesto que este pasaje es mas antiguo que los de Lucas y de Mateo 38 39 pero Joseph A Fitzmyer desestima esa opinion 12 Otros autores consideraron este pasaje del Evangelio de Tomas como derivado de los de Lucas y de Mateo 40 y hasta como una distorsion de aquellos 41 La version del Evangelio de Tomas presenta varias diferencias respecto de la parabola de los evangelios sinopticos de Lucas y de Mateo Jesus dijo El Reino es como un pastor que tenia cien ovejas Una de ellas la mayor se perdio Dejo a las noventa y nueve y fue a buscar esa una hasta que la hallo Tras haberse esforzado dijo a la oveja Te quiero mas que a las noventa y nueve 42 En otras traducciones la mas grande la mas gorda 9 43 Evangelio de Tomas 107 En primer lugar no se trata tanto de una parabola apologetica signada por la misericordia como en el Evangelio de Lucas ni una parabola de caracter eclesial como en el Evangelio de Mateo sino de un pasaje kerigmatico 10 con el formato de una parabola del Reino El Reino se asemeja a un pastor 8 Ademas anade que la oveja perdida era la mas gorda 44 43 y la mas amada 45 con lo que encuentra una justificacion diferente para la busqueda de la oveja era la mas apreciada por el pastor la mejor 9 45 Esa aclaracion elimina el aspecto mas original paradojico y hasta escandaloso de la parabola de Jesus tal como la presentan los evangelios de Mateo y Lucas en los cuales el pastor buscaba la oveja no porque fuera buena o valiosa sino porque estaba perdida 9 45 Existe una cuarta version que aparece en el Evangelio de la Verdad 46 47 atribuido a Valentin el gnostico En palabras de Francois Bovon esta version parece mas un comentario que una cita 10 La imagen del pastor y las ovejas en tiempos de Jesus EditarEn la epoca de Jesus de Nazaret se conceptuaba a los pastores de forma muy dispar 48 Se los mencionaba en varias listas de trabajos considerados despreciables se trataba de uno de los oficios que un padre no deberia ensenar a sus hijos por ser oficios de ladrones 49 Si bien en varios pasajes de la Biblia hebrea se presentaba a Moises a David y al propio Yahve como pastores la literatura rabinica en general contenia juicios desfavorables sobre quienes ejercian ese oficio 49 De hecho se igualaba a los pastores con los publicanos y recaudadores de impuestos Se decia A los pastores a los recaudadores de impuestos y a los publicanos les es dificil la penitencia debido a que supuestamente no podian conocer a todos aquellos a quienes habian danado o enganado como para hacer una reparacion 49 En el Evangelio de Lucas Jesus se presenta criticado por los escribas y fariseos en razon de que acoge a los publicanos En respuesta pronuncia una parabola en la que el protagonista misericordioso es un pastor figura igualmente menospreciada De alli que se haya llamado a este conjunto el Evangelio de los marginados ya que parece tener como uno de sus objetivos mostrar la cercania de Dios y su misericordia para con quienes viven agobiados por el desden y el rechazo de los demas 50 Temas y significados de la parabola EditarComprendamos pues la realidad escondida bajo estas imagenes Esta oveja no era realmente una oveja y este pastor es diferente a un pastor 51 Asterio de AmaseaLa parabola de la oveja perdida fue objeto de variadas interpretaciones desde el cristianismo primitivo hasta el presente Entre los significados mas atribuidos y los matices mas comentados destacan los siguientes El perdon y la misericordia de Dios Editar Tradicionalmente se considera que la parabola de la oveja perdida particularmente en la version del Evangelio de Lucas constituye un pasaje que tiene por nota la misericordia de Dios para con los pecadores 52 y una referencia directa al caracter positivo del perdon en el marco de una ensenanza que diferencia el pecado del pecador 53 Segun Agustin de Hipona la misericordia es la compasion que experimenta el corazon humano ante la miseria del otro sentimiento que compele a socorrer si esta a nuestro alcance 54 En la teologia cristiana se considera la misericordia como el atributo de Dios por excelencia la misma misericordia esta presente en todo su actuar 55 Cuando Tomas de Aquino se pregunto cual es la virtud mas eminente concluyo que en el ser humano es la caridad teologal porque es la que une al alma con Dios el ser supremo pero en Dios que no tiene superior la virtud mas eminente es la misericordia Suma Teol II II q 30 a 4 56 Hans Urs von Balthasar hace referencia a Karl Barth al decir que el Dios de Jesucristo es en su esencia misericordioso y que en su propio y libre poder es en su esencia mas intima abierto dispuesto inclinado propensus a la compasion por el dolor ajeno y por lo tanto al apoyo a la propia intervencion ante este dolor ajeno 57 Este aspecto supone una subversion de ciertos procederes establecidos En palabras de Jose Maria Cabodevilla entre los hombres suele practicarse una variante de la parabola que no es trivial la de la oveja sarnosa Nota 2 que manifiesta que para evitar el contagio debe arrojarse tal oveja fuera del aprisco 58 Cabodevilla sugiere con sutileza el aire de superioridad de quien asi opera el celoso guardian de las ovejas sanas y robustas orgullo de su redil Tal principio de intransigencia no halla respaldo alguno en las paginas del evangelio sino que entra en abierta oposicion con la ensenanza de Jesus de Nazaret 58 expresada en parabolas como la de la oveja perdida La busqueda de lo perdido y la alegria por lo encontrado Editar el perdon es la mas alta expresion del amor y la mas genuina Pero lo que asombra en el perdon evangelico es otra cosa que mas alegria siente el que perdona que el que es perdonado Si se pierde una oveja entre los riscos el Padre no se desentiende de ella 59 Ignacio Larranaga Del sufrimiento a la pazLa parabola no se interesa tanto por la historia de la oveja que segun el propio relato simboliza al hombre pecador caido en desgracia Os digo que de igual modo habra mas alegria en el cielo por un solo pecador que se convierta El personaje central de la parabola es el pastor con el que se representa a Dios Padre De la misma manera no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequenos o por extension al propio Jesucristo La psicologia del pastor se manifiesta en dos cuadros 60 en el primero se pone en evidencia su afan por buscar lo perdido y en el segundo su alegria por haberlo encontrado dd dd dd el relato y la otra parabola de la moneda perdida sigue la misma linea describe con vivos colores el interes de una persona cuando pierde algo que un tercero podria juzgar relativamente insignificante asi como su correspondiente gozo cuando lo encuentra las parabolas se refieren al extrano interes asi lo estimaban algunos que Jesus mostraba por las clases deprimidas de la comunidad judia Y posiblemente por algunos habitantes de Galilea que no eran judios No necesitamos preguntar si el que busca lo perdido es Jesus mismo o Dios El reino de Dios ha llegado en el ministerio de Jesus y uno de los rasgos de esa llegada era este inedito interes por lo perdido 61 Charles Harold Dodd Al percibir la perdida de la oveja el pastor no manifiesta sentimientos de colera simplemente la preocupacion por encontrarla La pena y el dolor lo obligan a entrar en accion a buscar afanosamente 62 Charles Peguy enfatizo el tema en estos terminos El pecador que se aparto y estaba a punto de perderse ha provocado la angustia en el corazon de Dios La angustia de no encontrar la oveja perdida De no estar seguro 63 Si bien la busqueda en el primer cuadro de la parabola refiere el amor del pastor por lo extraviado la alegria por haber encontrado lo perdido constituye el nucleo central del relato 64 En la bula Misericordiae Vultus con la que se convoco el Jubileo extraordinario de la misericordia el papa Francisco hizo referencia a la alegria como aspecto fundamental de la parabola de la oveja perdida Jesus como el Buen Pastor Pintura realizada en un techo de las catacumbas de San Calixto en Roma y datada de mediados del siglo III d C La imagen es una alegoria de Cristo como pastor 65 En las parabolas dedicadas a la misericordia Jesus revela la naturaleza de Dios como la de un Padre que jamas se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y superado el rechazo con la compasion y la misericordia Conocemos estas parabolas tres en particular la de la oveja perdida y de la moneda extraviada y la del padre y los dos hijos cfr Lc 15 1 32 En estas parabolas Dios es presentado siempre lleno de alegria sobre todo cuando perdona En ellas encontramos el nucleo del Evangelio y de nuestra fe porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence que llena de amor el corazon y que consuela con el perdon 66 Francisco Misericordiae Vultus 9 Jose Maria Cabodevilla enfatiza aun mas los alcances interpretativos de las parabolas de la misericordia en particular la de la oveja perdida y la de la moneda perdida me sorprende mucho que tanto los comentaristas que he leido como los predicadores que he escuchado se detengan todos ahi en la ponderacion de la misericordia divina y no digan nada sobre ese otro punto que para mi es mucho mas asombroso y maravilloso la alegria de Dios cuando recupera a un pecador Y la verdad es que en las dos primeras parabolas la de la oveja perdida y la de la moneda perdida es eso precisamente lo unico que cabria resaltar Aun admitiendo que una oveja puede ser responsable de su extravio cosa que me parece improbable convendra usted conmigo en que una moneda no tiene ninguna culpa de haber ido a caer debajo de la cama lo unico que ahi se pone de manifiesto es la alegria la felicidad de la mujer al recobrar su moneda perdida En cualquier caso aunque la alegria de Dios suponga el ejercicio de su misericordia ciertamente anade otra cosa mas anade algo que la simple nocion de misericordia no implica algo que no es menos admirable sino mas admirable el hecho de que Dios se alegre tanto cuando un hombre vuelve sus ojos a El el hecho de que una criatura pueda dar alegria a su Creador 67 Jose Maria Cabodevilla Figura del descenso de Jesucristo Editar Icono del Buen Pastor Fines del siglo XIX Los padres de la Iglesia consideraron con frecuencia la parabola como una figura del descenso de Cristo Nota 3 es decir como una figura de su encarnacion 68 69 de su pasion y de su descenso a los infiernos 70 71 Asi como en el Evangelio de Mateo el pastor deja los montes y desciende para buscar la oveja perdida Jesucristo descendio en su encarnacion y se anonado en su pasion para salvar a cada hombre al genero humano Algunos ejemplos son los siguientes El Senor ha venido a buscar a la oveja que habia perecido y es el hombre el que habia perecido 72 Ireneo de Lyon Demostracion de la predicacion apostolica 22 Una oveja habia perecido pero el buen pastor dejando las noventa y nueve restantes en la montana descendio a nuestro valle de lagrimas la busco y al encontrarla la puso sobre sus hombros 72 Origenes Homilias sobre los numeros 19 4 Cristo aunque de condicion divina no hizo alarde de su categoria de Dios sino que se anonado tomando la condicion de esclavo haciendose obediente hasta la muerte e incluso la muerte de cruz Filipenses 2 6 8 Descendio a la tierra precisamente para salvar a la unica sola ovejita perdida es decir al genero humano 73 Jeronimo de Estridon Comentario a Mateo 18 12 Descendio porque nosotros estabamos abajo y subio para que nosotros no nos quedaramos abajo 74 Agustin de Hipona Sermon Dolbeau 26 48 Llamado a la atencion pastoral Editar Palio del papa Juan XXIII hecho de lana de cordero Entre los padres de la Iglesia la parabola tambien fue ocasion de predica para instar a no dejar en el desamparo a los demas ni desentenderse de su suerte 51 En el Evangelio de Mateo la parabola se dirige a los discipulos como parte de una regla de vida de las primeras comunidades cristianas y una de las obligaciones de los pastores de la Iglesia La parabola evoca que los responsables de las comunidades cristianas deben cuidar de los mas desprotegidos de igual forma que Dios cuida de esos pequenos 7 En la Iglesia catolica el cuidado de los maximos pastores hacia los destinatarios de su ministerio se simboliza con el uso del palio una faja o banda circular tradicionalmente hecha con lana de cordero Se coloca sobre los hombros del sumo pontifice y de los arzobispos como simbolo del pastoreo y recordatorio de que deben cargar con las ovejas como el pastor lo hizo en la parabola de la oveja perdida 75 Asi lo recordo Benedicto XVI en la misa de inicio de su ministerio petrino al asociar la imposicion del palio con la invitacion de llevarnos unos a otros sobre los hombros La parabola de la oveja perdida que el pastor busca en el desierto fue para los padres de la Iglesia una imagen del misterio de Cristo y de la Iglesia La humanidad todos nosotros es la oveja descarriada en el desierto que ya no puede encontrar la senda El Hijo de Dios la pone sobre sus hombros carga con nuestra humanidad nos lleva a nosotros mismos pues El es el Buen Pastor que ofrece su vida por las ovejas El palio indica primeramente que Cristo nos lleva a todos nosotros Pero al mismo tiempo nos invita a llevarnos unos a otros 76 Benedicto XVI Representacion del Buen Pastor con una oveja sobre sus hombros en medio de ovejas palomas y ramas de olivo datada del siglo III Catacumbas de Priscila Roma El Buen Pastor 1660 de Bartolome Murillo Museo del Prado Madrid A diferencia de las representaciones tradicionales Murillo caracteriza al Buen Pastor como un nino que apoya la mano sobre la oveja como forma de demostrar su cuidado pastoral sustituyendo asi la clasica carga sobre sus hombros La parabola en las artes plasticas y literarias EditarJunto con los numerosos analisis que se hicieron de la parabola de la oveja perdida se puso de manifiesto su profundidad que supera el marco estrictamente religioso y que a traves del tiempo alcanzo diversos campos de la cultura y de las artes Desde los tiempos del cristianismo primitivo se asocio la imagen del pastor que sale en busca de la oveja perdida con la de Cristo como Buen Pastor 13 La profusion de representaciones escultoricas y pictoricas del tema del pastor y la oveja en el arte paleocristiano es notable 77 se identificaron hasta 892 representaciones 78 datadas en su mayoria de los siglos III y IV La representacion del Buen Pastor comenzo a menguar en su frecuencia hacia fines del siglo IV y practicamente desaparecio en el siglo V 79 Mas tarde el tema del Buen Pastor y de la oveja perdida se entrecruzaron nuevamente en representaciones pictoricas como El Buen Pastor de Bartolome Esteban Murillo Tiene su inspiracion en el Evangelio de Juan 10 11 14 donde Jesucristo se identifica con el Buen Pastor que da su vida por sus ovejas En el primer plano de esa obra Jesus nino apoya su mano izquierda sobre una oveja Madrazo sugirio que esa oveja haria referencia a la oveja perdida del Evangelio de Mateo 18 12 80 81 En la literatura distintos elementos de la parabola sirvieron de modelo a varios autores de primer orden del Siglo de Oro espanol La parabola de la oveja perdida facilito la incorporacion de elementos dramaticos a un subgenero pastoril ya popularizado por las eglogas de Gomez Manrique Juan del Encina y Garcilaso de la Vega 82 Miguel de Cervantes aludio a la parabola de la oveja perdida en el final de la jornada primera de su obra La Gran Sultana Dona Catalina de Oviedo 1615 en la que Sultana se asimila a una cordera alejada del aprisco que puede ser presa facil de la infernal serpiente 83 84 En el romance A la oveja perdida Lope de Vega presento a Cristo como un pastor enamorado en busca de su oveja extraviada que es el alma 85 Lope era un poeta de una espiritualidad intensa razon por la que el tema de la oveja perdida aparece ademas como central en El pastor lobo y cabana celestial 86 y como tema de segundo orden en La venta de la zarzuela La fianza satisfecha y La buena guarda 87 Tirso de Molina se inspiro en la parabola del buen pastor para la composicion de algunos pasajes de la obra El condenado por desconfiado 88 Tambien Calderon de la Barca destaco por los varios autos sacramentales en los que hizo referencia a la parabola de la oveja perdida 89 entre ellos El pastor Fido 90 En uno de sus Salmos del Heraclito cristiano Francisco de Quevedo utilizo el yo poetico a traves de pronombres verbos y posesivos para presentarse como la oveja perdida que se aleja del rebano 91 Cuan fuera voy Senor de tu rebano llevado del antojo y gusto mio Llevame mi esperanza el tiempo frio y a mi con ella un disfrazado engano 92 Notas Editar Las dos versiones canonicas de la parabola se encuentran tambien presentes en otros codices antiguos no alejandrinos en el Codice de Beza c 400 categoria IV en el Codice Washingtoniano siglo V categoria III etc San Jeronimo de Estridon utilizo la expresion oveja sarnosa en Commentariorum in Epistolam ad Galatas Libri 3 5 9 ML 26 430 a la oveja sarnosa hay que separarla del aprisco no sea que toda la casa arda la masa se corrompa la carne se pudra y el ganado se pierda Santo Tomas de Aquino utilizo la misma expresion en su Suma Teologica II II q 11 a 3 al referirse a los herejes Sin citar Cabodevilla hizo uso de esta expresion como contraria a los valores evangelicos La contemplacion de la vida de Jesus como un continuo descenso se presento en diferentes teologos y misticos a traves de la Historia del cristianismo hasta las reflexiones contemporaneas de Carlos de Foucauld Jesus no hizo otra cosa que bajar bajar en la encarnacion bajar haciendose criatura bajar obedeciendo bajar haciendose pobre abandonado desterrado perseguido ejecutado poniendose siempre en el ultimo lugar Ver Six Jean Francois 1988 Carlos de Foucauld Itinerario espiritual 4ª edicion Barcelona Editorial Herder p 76 ISBN 978 84 254 0048 3 Consultado el 28 de enero de 2016 Citas biblicas Editar Escuela biblica de Jerusalen febrero de 2009 Biblia de Jerusalen Edicion Espanola 4ª edicion Bilbao Desclee de Brouwer pp 1457 1458 ISBN 978 84 330 2322 3 Escuela biblica de Jerusalen febrero de 2009 Biblia de Jerusalen Edicion Espanola 4ª edicion Bilbao Desclee de Brouwer pp 1414 1415 ISBN 978 84 330 2322 3 Referencias Editar Mateo Seco Lucas F 2003 Teologia trinitaria Dios Padre Madrid Rialp p 126 ISBN 978 84 321 3464 7 Consultado el 28 de enero de 2016 Sheed Francis Joseph 2003 Conocer a Jesucristo 12ª edicion Madrid Ediciones Palabra p 296 ISBN 978 84 8239 767 2 Consultado el 28 de enero de 2016 Fernandez Carvajal Francisco 2013 El misterio de Jesus de Nazaret Madrid Ediciones Palabra p 108 ISBN 978 84 9840 960 4 Consultado el 28 de enero de 2016 Segundo Juan Luis 1984 Teologia abierta Vol III Reflexiones criticas Madrid Ediciones Cristiandad p 85 Consultado el 28 de enero de 2016 parabolas de la alegria que trae Lucas a continuacion una de otra Se llaman con justicia de la alegria porque este termino figura como central en las tres Se trata de la oveja perdida la dracma perdida y del hijo perdido o prodigo Fitzmyer 1987 p 650 todas tienen en comun la centralidad del clima de alegria por la recuperacion del objeto perdido Ramaroson Leonard 1979 Le coeur du Troisieme Evangile Lc 15 Biblica en frances 60 3 348 360 Consultado el 28 de enero de 2016 a b Schmid Josef 1981 El Evangelio segun san Mateo Barcelona Herder pp 389 390 ISBN 84 254 0080 5 tiene que ser entendida como una instruccion para mostrar la solicitud pastoral como algo querido por Dios destaca el aprecio que a los ojos de Dios tienen los pequenos esto es los mas insignificantes a los ojos del mundo y de la comunidad a b c Jeremias 1974 p 127 el Evangelio de Tomas 107 donde la parabola de la oveja perdida Mt 18 12 14 Lc 15 4 7 se ha convertido en una parabola de la basileia reino El Reino se asemeja a un pastor a b c d Aguirre Rafael 1999 Jesus parabola de Dios Padre En Aguirre Rafael Armendariz L M del Cura S ed Dios Padre de Jesucristo Cuadernos de Teologia Deusto numero 22 Bilbao Universidad de Deusto Facultad de Teologia p 16 ISBN 978 84 9830 926 3 Consultado el 28 de enero de 2016 El Evangelio de Tomas dice que el pastor deja las noventa y nueve y busca con todo su afan a la oveja perdida porque era la mejor y mas gorda Esta lectura recupera la parabola para los convencionalismos dominantes Lo que dice Jesus es muy diferente se remite al amor escandaloso de Dios que va en busca de lo perdido precisamente porque es lo perdido a b c Bovon 2004 p 37 Lucas no es el unico que transmite esta parabola Los evangelios de Mateo y de Tomas asi como el Evangelio de la Verdad la conocen tambien Puesto que esta ultima version es mas un comentario que una cita basta con comparar las tres recensiones de Lucas de Mateo y de Tomas Cada una de ellas situa la parabola en un cuadro diferente kerigmatico en Tomas en el que una introduccion evoca el Reino eclesial en Mateo en el que el capitulo 18 pone de relieve la disciplina y apologetico en Lucas Brown Raymond E 1999 El Evangelio segun Juan vol 1 Madrid Ediciones Cristiandad p 704 ISBN 84 7057 426 4 Consultado el 28 de enero de 2016 a b Fitzmyer 1987 p 654 W L Petersen apura su argumentacion para imponer la prioridad de la forma apocrifa sobre las dos recensiones evangelicas no puedo aceptar su teoria A mi juicio la predileccion del pastor por la extraviada depende de la tradicion del cuarto Evangelio que presenta directamente a Jesus como el Buen Pastor cf Jn 10 11 17 a b Dodd C H 1978 La Tradicion historica en el cuarto Evangelio Madrid Ediciones Cristiandad p 382 ISBN 978 84 7057 216 6 Consultado el 28 de enero de 2016 Aland Kurt Aland Barbara 1995 The Text of the New Testament An Introduction to the Critical Editions and to the Theory and Practice of Modern Textual Criticism Erroll F Rhodes trad Grand Rapids William B Eerdmans Publishing Company p 101 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Bovon 2004 p 38 Las diferencias de contenido prueban tambien que ninguna de las formas de la parabola corresponde exactamente al original Dodd 1974 pp 117 118 La situacion que senala Lucas es seguramente correcta Theissen Gerd Merz Annette 1999 El Jesus historico Salamanca Ediciones Sigueme p 118 ISBN 84 301 1349 5 la oveja perdida de Q Pannenberg Wolfhart 1992 Teologia sistematica Vol I Madrid Universidad Pontificia Comillas p 459 ISBN 84 87840 18 3 Consultado el 28 de enero de 2016 parabola de la oveja perdida una parabola transmitida por la fuente Q Brown Raymond E 2002 Introduccion al Nuevo Testamento I Cuestiones preliminares evangelios y obras conexas Madrid Editorial Trotta p 272 ISBN 84 8164 538 9 la parabola de la oveja perdida tomada de Q McKenzie John L 1972 Evangelio segun san Mateo En Brown Raymond E Fitzmyer Joseph A Murphy Roland E eds Comentario Biblico San Jeronimo III Madrid Ediciones Cristiandad p 245 Esta parabola procede de Q pero adopta diferentes formas y tiene distinta aplicacion en Mateo y en Lucas Kloppenborg John S 2008 Q the Earliest Gospel An Introduction to the Original Stories and Sayings of Jesus Louisville Londres Westminster John Knox Press p 47 ISBN 978 0 664 23222 1 Consultado el 28 de enero de 2016 the Q parable of the Lost Sheep Painter John 1991 Tradition history and interpretation in John 10 En Beutler Johannes Fortna Robert T ed The Shepherd Discourse of John 10 and Its Context Cambridge Nueva York Cambridge University Press p 56 ISBN 978 0 521 39211 2 Consultado el 28 de enero de 2016 the Q parable of the Lost Sheep Jeremias 1974 p 49 Segun Lucas la parabola de la oveja perdida tiene por motivo la pregunta indignada de los fariseos Por que ὂti ti ὂti recibe este a los pecadores en su casa y los admite a su mesa Lc 15 2 y termina con estas palabras Asi Dios en el juicio final se alegrara mas por un pecador que hace penitencia que por 99 hombres justos que no necesitan penitencia 15 7 El fin de Jesus es la justificacion de la Buena Nueva frente a sus criticos Cuando explica en la parabola como el pastor cuando conduce su rebano al redil es feliz por la oveja que ha sido encontrada de nuevo del mismo modo se alegra Dios por el pecador que se arrepiente Se alegra de poder perdonar Farmer William R 1962 Notes on a Literary and Form Critical Analysis of Some of the Synoptic Material Peculiar to Luke New Testament Studies 8 4 301 316 doi 10 1017 S0028688500007943 Dodd C H 1977 El fundador del cristianismo Barcelona Herder p 76 ISBN 84 254 0939 X Va en busca de la que se le ha perdido hasta que la encuentra Jesus era censurado por hacer esto mismo La parabola de la oveja perdida era de hecho asi nos dice Lucas su replica a tales censuras La imagen tradicional del pastor divino se veia reanimada en sus acciones igual que en sus palabras Leal 1973 pp 204 Duling Dennis C 2010 The Gospel of Matthew En Aune David E ed The Blackwell Companion to the New Testament Wiley Blackwell pp 298 299 ISBN 978 1 4051 0825 6 Brown 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comunidad a una fidelidad de pastor frente a los apostatas el acento no recae como en Lucas en la alegria del pastor sino en la ejemplaridad de su busqueda Esta gran instruccion para los jefes de la comunidad que representa Mateo 18 Jeremias 1974 p 50 Para la cuestion de la situacion original en la vida de Jesus que le dio motivo para la parabola de la oveja perdida el contexto de Mateo no nos da ningun punto de apoyo No hay duda de que Lucas nos ha conservado la situacion original Dulaey 1993 p 6 La autora senala que los tres evangelios involucrados Lucas Mateo y Juan estan lejos de ser incorporados por igual en la amalgama propuesta por la tradicion Del Evangelio de Juan se toma la expresion buen pastor Del Evangelio de Lucas los autores conservan la imagen del pastor que carga la oveja sobre sus hombros que recibe el nombre de pastor crioforo De la narracion del Evangelio de Mateo se impuso la idea general de que el pastor estaba cuidando su rebano en las montanas La referencia de Lucas al desierto solo interviene para introducir otra interpretacion secundaria como es el caso de la del Pseudo Cipriano o en los comentarios al Evangelio de Lucas entre los que destacan solo dos ejemplos bastante tardios los comentarios de Agustin de Hipona y de Cirilo de Alejandria Incluso Ambrosio de Milan que comenta el Evangelio de Lucas nos dice como Mateo que el pastor dejo a sus ovejas en las montanas Como era de esperar en la Iglesia primitiva fue la historia de los evangelios sinopticos la que destaco y no la del Evangelio de Juan No fue hasta finales del siglo IV o principios del siglo V que aparecieron en el comentario de la parabola de la oveja perdida otras caracteristicas tomadas del Evangelio de Juan 10 seguidas del resto de la exegesis de la parabola joanica a b Petersen William L 1981 The parable of the lost sheep in the Gospel of Thomas and the synoptics Novum Testamentum 23 2 128 147 Consultado el 28 de enero de 2016 Lorenzo Molinari A 2007 The Parable of the Lost 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se distingue de las otras dos por la descripcion de la oveja caracterizada como la mas grande a b c Gonzalez Faus Jose Ignacio 1984 La humanidad nueva Ensayo de Cristologia 9ª edicion Santander Sal Terrae p 97 ISBN 978 84 293 0693 4 Consultado el 28 de enero de 2016 el Evangelio apocrifo de Tomas descubierto en 1945 en Nag Hamadi cuenta esta misma parabola pero hace que el pastor diga a la oveja perdida en cuanto la encuentra a ti te quiero yo mas que a todas las otras Con ello el acento recae en el hecho de que la que se habia perdido era precisamente la preferida del pastor En los evangelios no existe tal posibilidad de preferencia La oveja es la mas querida no ya antes de perderse sino por haberse perdido Aqui radica el elemento conflictivo o provocativo de la parabola Pinero Antonio y col 2009 1999 Textos Gnosticos Biblioteca Nag Hammadi Volumen II Evangelios Hechos Cartas 3ª edicion Madrid Editorial Trotta pp 146 161 ISBN 84 816 4138 3 Ha llegado a ser un camino para los que iban descarriados y conocimiento para aquellos que eran ignorantes descubrimiento para los que buscaban y apoyo para los indecisos y pureza para aquellos que estaban manchados Cristo Es el pastor que ha dejado las noventa y nueve ovejas que no estaban perdidas y ha ido a buscar a la que estaba extraviada Se regocijo cuando la encontro porque noventa y nueve es un numero que esta en la mano izquierda que lo contiene Pero cuando se encuentra el uno el numero entero pasa a la mano derecha Del mismo modo sucede al que le falta el uno es decir la mano derecha completa que atrae a lo que era deficiente y lo toma del lado de la mano izquierda y lo lleva a la derecha y de este modo tambien el numero llega a ser una centena Se trata del signo del que esta en su sonido o sea del Padre Incluso en sabado ha trabajado por la oveja que encontro caida en el pozo Ha reanimado a la oveja subiendola desde el pozo para que sepais intimamente vosotros los hijos del conocimiento interior cual es el sabado en el que no es conveniente que la salvacion descanse para que podais hablar del dia de lo alto que carece de noche y de la luz que no se oculta porque es perfecta Decid pues desde el corazon que sois el dia perfecto y que en vosotros mora la luz que no desfallece Hablad de la verdad con los que la buscan y del conocimiento a los que han pecado en su error Attridge Harold W MacRae George W 1996 The Gospel of Truth I 3 and XII 2 En McConkey Robinson James Smith Richard ed The Nag Hammadi Library in English Coptic Gnostic Library Project 4ª edicion Leiden Brill p 46 ISBN 90 04 08856 3 Consultado el 28 de enero de 2016 Lesquivit Colomban Leon Dufour Xavier 1978 Pastor y rebano En Leon Dufour Xavier ed Vocabulario de teologia biblica 10 ª edicion Barcelona Biblioteca Herder pp 651 654 ISBN 978 84 254 0809 0 a b c Jeremias Joachim 1980 Jerusalen en tiempos de Jesus estudio economico y social del mundo del Nuevo Testamento Madrid Ediciones Cristiandad pp 316 317 y 322 ISBN 84 7057 209 1 Fitzmyer 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alegremonos de su regreso introduciendolo de nuevo a la comunidad de los creyentes Stuhlmueller Carroll 1972 Evangelio segun san Lucas En Brown Raymond E Fitzmyer Joseph A Murphy Roland E eds Comentario Biblico San Jeronimo III Madrid Ediciones Cristiandad p 380 ISBN 978 84 705 7117 6 Crespo Mariano 2004 El perdon Una investigacion filosofica Madrid Ediciones Encuentro p 97 ISBN 978 84 7490 739 1 Consultado el 28 de enero de 2016 Cristo enseno una nueva doctrina acerca del perdon que contiene ciertos elementos de las concepciones paganas de este fenomeno como por ejemplo la prioridad de la misericordia frente a la dureza En esta doctrina encontramos los primeros rastros de una distincion entre el pecador y el pecado El caracter positivo del perdon es claramente perceptible en parabolas como la del hijo prodigo y la de la oveja perdida entre otras San Agustin de Hipona 2007 Obras completas Vol 16 La ciudad de Dios Introduccion y notas por Victorino Capanaga Traduccion por Santos 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ausente y temo que a carrera corta o larga cuando a mi dano tu favor no acuda me ha de alcanzar esta infernal serpiente Fine Ruth Lopez Navia Santiago ed 2008 Cervantes y las religiones Actas del Coloquio International de la Asociacion de Cervantistas Universidad Hebrea de Jerusalen Israel 19 al 21 de diciembre de 2005 Madrid Universidad de Navarra Iberoamericana pp 188 189 ISBN 978 84 8489 314 1 Consultado el 28 de enero de 2016 Carreno Antonio 1979 El romancero lirico de Lope de Vega Premio Ramon Menendez Pidal 1976 Volumen 285 de Biblioteca romanica hispanica Estudios y ensayos Madrid Gredos p 217 ISBN 978 84 249 0789 1 Lope de Vega Felix seleccion notas e introduccion general de Nicolas Gonzalez Ruiz 1997 El pastor lobo y cabana celestial Autos Sacramentales 4ª edicion Madrid Biblioteca de Autores Cristianos pp 93 115 Lope de Vega Felix 2002 La buena guarda Edicion critica y anotada por Maria del Carmen Artigas Madrid Verbum p 21 ISBN 84 7962 237 7 Consultado el 28 de enero de 2016 Tirso de Molina 2016 El condenado por desconfiado Barcelona Red ediciones pp 124 125 ISBN 978 84 9816 498 5 Consultado el 28 de enero de 2016 Yo soy el pastorque en vuestras riberasguarde un tiempo alegrecandidas ovejas Pero desde el diaque una la mas buena huyo del rebano lagrimas me anegan Arellano Ignacio 2000 Diccionario de los autos sacramentales de Calderon Edition Reichenberger Pamplona Universidad de Navarra p 166 ISBN 3 935004 02 8 Entre varios ejemplos se puede citar el siguiente Graciasos doy Senor de que seaya en vuestro rebano yoaquella perdida ovejaque Vos llevasteis en hombrosal redil de la ley vuestra Calderon de la Barca Pedro 2003 El pastor Fido Edicion critica de Fernando Plata Parga Pamplona Kassel Universidad de Navarra Reichenberger p 167 ISBN 3 935004 60 5 Consultado el 28 de enero de 2016 A ajeno pastor admitesde tan traidoras cautelasque leon de tus ejidos que lobo de tus ovejas trata mas de devorarlasque de guardarlas y dejasal que en la defensa suyatantos desvelos le cuestas que escarchas que resisteros montes penetrando y selvas paso hambre sed y cansancio porque una no se pierda Arellano Ignacio ed 2013 Poesia del Siglo de Oro Antologia Pozuelo de Alarcon Madrid Editex p 175 ISBN 978 84 9771 210 1 Arellano Ignacio 1996 Quevedo lectura e interpretacion Hacia la anotacion de la poesia quevediana En Fernandez Mosquera S ed Estudios sobre Quevedo Quevedo desde Santiago entre dos aniversarios Santiago de Compostela Universidad de Santiago de Compostela pp 133 160 Consultado el 28 de enero de 2016 Tambien en la Biblioteca Virtual Universal Bibliografia EditarBovon Francois 2004 El Evangelio segun san Lucas Lc 15 1 19 27 Vol III Salamanca Ediciones Sigueme ISBN 84 301 1535 8 Dodd Charles Harold 1974 Las parabolas del Reino Madrid Ediciones Cristiandad ISBN 84 7057 151 6 Dulaey Martine 1993 La parabole de la brebis perdue dans l Eglise ancienne de l exegese a l iconographie La parabola de la oveja perdida en la Iglesia primitiva de la 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