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Real Fábrica de Artillería de La Cavada

Se conoce por Real Fábrica de Artillería de La Cavada a unas importantes instalaciones fabriles y mineras, cuyos altos hornos estuvieron situados en las poblaciones próximas de Liérganes y La Cavada, en los municipios de Liérganes y Riotuerto, en Cantabria (España). Fue la primera siderurgia e industria armamentística del país y produjo durante más de dos siglos, entre 1622 y 1835, elementos de artillería y munición de hierro destinados a la defensa del Imperio español y a garantizar su dominio de los mares.

Real Fábrica de Artillería de La Cavada
Bien de Interés Cultural
Patrimonio histórico de España

Arco de acceso a la Real Fábrica en 1890, cuando esta ya se hallaba abandonada.
Localización
Ubicación La Cavada (Riotuerto, Cantabria)
Coordenadas 43°21′07″N 3°42′31″O / 43.35191111, -3.70853056Coordenadas: 43°21′07″N 3°42′31″O / 43.35191111, -3.70853056
Datos generales
Categoría Conjunto histórico
Código RI-53-0000563
Declaración 1 de abril de 2004
Construcción 1622 - 1835
Mapa de localización
Real Fábrica de Artillería de La Cavada
Ubicación en Cantabria.
Localización de las Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y La Cavada. La franja azul muestra el valle del río Miera, de especial importancia para el desarrollo de la actividad en las dos instalaciones.

El desarrollo de la artillería en el siglo XV y su eficacia en los campos de batalla europeos propició una revolución tecnológica y una carrera armamentística de las potencias continentales. A partir de finales del siglo XVI y a medida que más estancado se mostraba el combate terrestre, más se esforzaban las principales potencias en buscar la determinación mediante la fuerza naval y el perfeccionamiento de sus técnicas militares. Es en este periodo cuando surgen las primeras flotas de guerra nacionales capaces de prolongar el conflicto a gran distancia de la metrópoli. En los siglos sucesivos quedaría bien patente que aquellas naciones que no pudieran abastecerse de miles de cañones para artillar sus barcos[nota 1]​ se verían relegadas de las principales rutas comerciales marítimas, dejando el protagonismo en el dominio de los océanos, nuevo escenario principal de confrontación, a otros países.[1]

España no fue ajena a este cambio estratégico en el escenario bélico mundial y a los nuevos modelos de hacer la guerra.[nota 2][nota 3]​ En el centro de la revolución militar marina estaba la artillería, el cañón, que permitió la expansión militar europea por todo el mundo conocido. La creación de flotas armadas que protegiesen las rutas comerciales marítimas requirió el cambio de producción de las ferrerías y el forjado de los caros cañones de bronce al moldeado de los más modernos cañones de hierro colado.[2]​ Ello supuso una revolución industrial debido al uso de nuevas técnicas de fundición.[nota 4]​ La apremiante, y en algunos casos angustiosa, necesidad de artillería al servicio de unas políticas que fomentaban los conflictos y las guerras continuas (la fábrica de La Cavada llegó a producir hasta mil cañones anuales con destino a la marina y al ejército),[3]​ obligó a dar respuesta mediante un sistema de producción autárquico. Un sistema basado en la construcción de plantas industriales en el propio territorio capaces de satisfacer las necesidades de material bélico del país sin recurrir a operaciones de diplomacia secreta y comercio no manifiesto que pudiesen provocar caer en la órbita política de la potencia suministradora. Esta política fue común a la mayoría de las potencias europeas en mayor o menor medida.

La puesta en funcionamiento de estos centros de producción al abrigo de políticas mercantilistas, con la creación de Manufacturas Reales para la fabricación de bienes considerados estratégicos por los gobiernos, requerían un gran volumen de capital especialmente si se trataba de la producción de piezas de gran tamaño.[nota 5]​ Se necesitaban unas importantes instalaciones[nota 6]​ para albergar altos hornos de gran capacidad con unas condiciones geográficas particulares donde asentarse y mano de obra muy cualificada. Estas condiciones no eran fáciles de reunir en la Europa del siglo XVI y buena prueba de ello fueron las tentativas fallidas que se dieron en España y en sus territorios de ultramar de instalar fundiciones similares.

Actualmente, existen numerosos restos del conjunto de instalaciones y factorías que llegaron a formar la Real Fábrica de Artillería en las localidades de Liérganes, La Cavada y en la ría de Tijero, pero únicamente el conjunto histórico del Real Sitio de La Cavada está declarado Bien de Interés Cultural.

Historia de las fábricas

 
Retrato de Curtius.
 
Los cañones fundidos en las fábricas, como el de la imagen, eran más ligeros que los franceses debido a la utilización de hierro procedente de las minas de Somorrostro.

Primeros intentos

A principios del Siglo XVII la escasez de artillería era tal en los ejércitos reales que la Junta de Fábricas de Navíos elevó a Felipe III una angustiosa consulta por la que se decidió hacer venir de Flandes fundidores de hierro para establecerse en Vizcaya, Guipúzcoa o «Las Montañas». En el año 1602 el embajador Baltasar de Zúñiga fue comisionado para la búsqueda de los fundidores, poniéndose este en relación con Jean Curtius, hombre de gran prestigio entre los industriales, poseedor de una gran fortuna y que habitaba la Maison Curtius (hoy Museo Arqueológico de Lieja).[4]

La intervención del empresario propició la contratación de dos casas de fundición en hierro. Pero al llegar a Vizcaya encontraron tales dificultades para su implantación por parte del Señorío, que siempre vio con recelo la intromisión de la Real Hacienda en el beneficio y laboreo de sus riquísimos veneros de hierro, que regresaron a Flandes en septiembre de 1603 indemnizados con 16 000 florines.[4]

Los inicios

Enterado Curtius de este fracaso y entendiendo que la empresa era de brillantes posibilidades, se ofreció él mismo a implantar su fabricación trayendo a su costa la mano de obra necesaria.[4]

Tan pronto como conoció la decisión del Consejo de Estado por la cual se le autorizaba a llevar a cabo tal empresa, se trasladó a España con el fin de reconocer los territorios del norte en busca del lugar más adecuado para su propósito, decidiéndose por la localidad de Liérganes ya que el encajonado río Miera, de curso más caudaloso y regular que el de hoy en día, se prestaba para obtener la energía necesaria. Además el lugar era idóneo porque estaba rodeado de extensos y frondosos bosques, en sus proximidades se descubrieron las minas de hierro de los montes Montecillo y Vizmaya, y porque al ser una comarca empobrecida la mano de obra auxiliar sería abundante y barata.[4]

En un principio, a partir de 1616, Curtius aprovechó la ferrería de La Vega sobre el río Miera 43°20′33.49″N 3°44′29.53″O / 43.3426361, -3.7415361 y empezó a construir las fraguas, hornos, carboneras y muros exteriores del complejo fabril de Liérganes. Es el 9 de julio de 1622 cuando una Real cédula aprueba un generoso contrato que garantizaba a Curtius el monopolio de la fabricación de numerosos productos.

Para su trabajo se trajeron de Flandes numerosos oficiales fundidores.[5]​ La localización de la fundición respondía a criterios de aprovisionamiento de materia prima en los bosques cercanos, a priori inagotables, el caudal abundante y regular del encajado río Miera durante seis a ocho meses al año (diferente al de la actualidad y en su mayor parte modificado por la propia actividad de deforestación de las fábricas en los montes de la cabecera del valle del Miera), la existencia de canteras cercanas de piedra refractaria, arenas y arcillas para los moldes, las cercanas salidas de los productos a los astilleros de Camargo y el puerto de Santander en el Mar Cantábrico y la proximidad a minas de hierro,[nota 7]​ canteras y tierras de arena y barro, así como la abundante mano de obra. Desde el inicio de la actividad, las fábricas de Liérganes y La Cavada llevaban seis tipos de clientelas principales para su producción militar: la marina de guerra española, el ejército, las fortalezas en plazas peninsulares y de ultramar, los armadores de la marina mercante y de corso y las exportaciones a otros países, siempre que estos no fueran «infieles ni a otro ningún enemigo de la Corona, sino a amigos y confederados de ella, prefiriendo siempre amigos, vasallos y súbditos fieles».[6]

En 1618 se contrató la construcción de dos altos hornos de tipo valón llamados San Francisco y Santo Domingo.[nota 8]​ Estos hornos eran «moles inmensas de cantería a modo de pirámide cuadrangular truncada».[7]​ Sus calderas medían 6,30 metros de alto más 11 metros de foso.[8]

 
Ruinas del alto horno de Santa Teresa a finales del siglo XIX. El método de fundición utilizado era a la valona, que consistía en hacer arrabio en los altos hornos para luego refinarlo en una forja fina.[9]​ Actualmente no existe vestigio alguno de estos hornos, cuya cantería fue reaprovechada para la construcción de edificios tras el cierre de la fábrica.

Ese mismo año empezaron las pruebas con la llegada de cuarenta oficiales fundidores traídos de Flandes junto con sus familias.[nota 9]​ El coste de todos estos trabajos y el mantenimiento de los flamencos ascendía a 100 000 ducados y Curtius apremiaba la confirmación del Consejo de Estado para que le confirmasen los Privilegios de fabricación de artillería de hierro, municiones y otras manufacturas. La confirmación llegó por Real Cédula en el año 1622. Pero el retraso de los pedidos y la delicada situación de sus empresas en Flandes llevó a Curtius a la ruina y en 1628 se vio obligado a ceder sus derechos a un consorcio integrado por el contador Salcedo Aranguren, Jean de Croÿ, Charles Baudequin y Georges de Bande, un luxemburgués inteligente y hábil en los negocios. A la muerte de un Curtius casi arruinado, De Bande desplazó a sus socios y se hizo con la dirección de la empresa, decidiendo en 1634 la construcción de un nuevo ingenio en la población de La Cavada 43°21′7.3″N 3°42′28.6″O / 43.352028, -3.707944.[nota 10][8]

 
El mineral de hierro para abastecer las fábricas de cañones provenía de las minas de Heras, Somorrostro y Monte Vizmaya. En la imagen, la antigua explotación minera al aire libre en el Monte Vizmaya (Entrambasaguas). La excavación y extracción de los nódulos de óxido de hierro ha permitido dejar al descubierto interesantes formas kársticas en la roca caliza.

Bande mejoró la producción, mezclando el mineral montañés con el de Somorrostro (tras obtener autorización del Señoría de Vizcaya).[4]​ El aumento de la demanda supuso además la puesta en marcha en 1636 de un proyecto mayor: la instalación de una nueva fábrica llamada Santa Bárbara en el paraje de La Cavada (hoy una localidad), en el Concejo de Riotuerto.[nota 11]​ El lugar se situaba más próximo a por donde llegaba la vena vizcaína y también a donde se almacenaba la artillería producida, que por entonces era el castillo de San Felipe, en Santander.[4]

En este lugar, a cinco kilómetros de Liérganes, es donde se construyeron entre 1635 y 1637 dos altos hornos (de los cuatro que llegó a tener) llamados San José y Santa Teresa, acompañados de otras innovaciones tecnológicas en años posteriores.[nota 12]​ A partir de esta época, la Fábrica de Artillería de La Cavada será la denominación de todas las instalaciones asociadas al complejo (Liérganes, Valdelazón, Tijero, y demás minas y montes). Con De Bande en la dirección también se construyó una capilla y el muelle de Tijero, donde se daba salida a las piezas de artillería para ser almacenadas en el citado castillo de San Felipe. La nueva factoría quedó terminada en 1637 con un costo de 24 000 ducados.[4]

Las fábricas alcanzaron entre 1635 y 1640 una alta producción, fruto de la demanda de armamento de la monarquía con el fin de mantener a la España de Felipe IV como gran potencia europea y poder controlar las rutas marítimas hacia Flandes. Se fundieron en este periodo un total de 939 cañones de calibres superiores, 195 000 balas, 4010 bombas y unas 8500 granadas. Es durante este periodo, en 1635, cuando se levantaron dos nuevos altos hornos también tipo valón de dimensiones gigantescas para la época: 12 metros de alto en piedra de cantería, de los cuales 7,30 metros corresponderían a la caldera. Los hornos, bautizados como San José y Santa Teresa, serán los mayores del mundo en aquel momento teniendo en cuenta que el de Sharpley Pool, en Inglaterra, que medía 30 centímetros más se levantó en 1652.[8]

La derrota naval de las Dunas y los alzamientos de Cataluña y Portugal significaron un debilitamiento de la demanda de cañones para la Armada. La sobreproducción de la fábrica cambió los esfuerzos de fabricación, que se dedicaron a las municiones y la pólvora frente a la artillería. La conveniencia de instalar otra fábrica cerca del Rosellón, teatro de operaciones francoespañol, hizo a Georges De Bande levantar otras instalaciones en el Señorío de Molina.[nota 13]​ Lo próspera de su industria le permitió hacer fortuna y aumentar su prestigio en un lugar como el montañés tan sensible por entonces a títulos y preeminencias, comprando el privilegio de hidalguía, el título de señor de Villasana de Mena y ser nombrado tesorero de millones de Laredo.[4]

Dos direcciones

 
El proceso de fundición de los cañones de hierro, continuado desde mayo hasta octubre, se realizaba de la siguiente forma. Desde la parte superior de los altos hornos, que se encontraban al mismo nivel que la carbonera, se iba cargando la cápsula. Primero sólo con carbón vegetal, para después de trascurridos varios días y una vez alcanzada la temperatura deseada, añadir alternativamente capas de carbón y mineral de hierro (A). El carbono del carbón vegetal arrebataba el oxígeno al mineral de hierro, el cual se iba depositando en el fondo de la caldera al tener una mayor densidad. En la parte inferior del horno existían unas toberas por donde se forzaba la entrada de aire mediante unos grandes fuelles accionados por mecanismos hidráulicos (B). El aire insuflado favorecía la oxigenación y con ello la combustión. En el crisol del horno se encontraba un orificio por el que fluía el arrabio cuando se sangraba el alto horno y se dirigía al foso en el que se hallaba enterrado el molde del cañón (C). Encima de esta abertura, pero debajo de las toberas, había otra boca por donde salía la escoria, de menor densidad que el hierro (D).
 
Un cañón de avancarga del calibre 48 recuperado para el Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada. La Armada Real prefería los cañones de mayor calibre pues los barcos españoles practicaban la denominada guerra a la española, acercándose al enemigo y usando cañones de alto calibre aunque de menor alcance ya que producían efectos más contundentes. En cambio otras marinas europeas, como la Marina Real Británica, preferían utilizar la artillería para hundir a distancia a los buques enemigos, por lo que solían utilizar cañones de menor calibre y mayor alcance, pero menos efectivos.[10]

A la muerte de Bande en 1643, ya enriquecido enormemente, su mujer Mariana de Brito dirigió la fundición operada por los técnicos flamencos (cerca de setenta familias se asentaron en la zona) alcanzando altos rendimientos. La considerable fortuna de Jorge de Bande suscitó recelos y envidias que originaron una intervención del estado. El historiador José Alcalá-Zamora cuenta como su importante fortuna fue tema de conversación en la alta burocracia del Estado que tras averiguaciones reclamó a la viuda de Bande unos fuertes intereses por una supuesta falta de incumplimiento en la entrega de unas piezas de artillería para Flandes en 1631 y cómo fueron intervenidos los bienes del luxemburgués.[5]​ Mariana de Brito pudo retener la factoría de La Cavada recomprándosela en subasta al Estado con bienes de sus hijos tras su apropiación.[5]

Mariana y sus hijos habitarían en la casa solar de Olivares de Riotuerto, «casas estas muy principales» llamadas de La Cavada, con su iglesia adosada de la advocación de Santa Bárbara, en los meses de mayor actividad industrial (de noviembre a abril, en el que el caudal del río Miera podía mover mejor los ingenios). En los restantes residirían en sus casas de la villa de Santander.[4]

El estancamiento de la producción de la fábrica a partir de este periodo fue patente, provocado por la conclusión de las políticas guerreras de la monarquía española y la reducción de márgenes de beneficio impuesto por el estado. El difícil mantenimiento de los nuevos precios por parte de Mariana de Brito y la inminente caducidad del asiento de la fábrica hizo que se incorporara Diego de Noja y Castillo como asentista de la fábrica de Liérganes y doña Mariana a la de La Cavada.

La situación de escasa demanda estatal fue ligeramente atenuada por la compra de piezas por Holanda, enfrentada a Inglaterra, y por medios particulares. Sin embargo, se sufrieron frecuentes crisis y paros en la producción que no serían superados hasta 1716.

En 1661 se incorporan a la dirección de la fábrica los hijos de Mariana de Brito (fallecida en 1673): Juan y José de Olivares, quedando finalmente Juan a cargo de la fábrica de La Cavada y José con la de Corduente. Al fallecimiento de Diego de Noja, su nieto Pedro de Helguera Alvarado ocupó su puesto. De esta forma, las familias Noja y Olivares fueron dirigiendo las fábricas de Liérganes y La Cavada, respectivamente, haciendo cada una la mitad de las entregas oficiales, aunque en la realidad fue la de Liérganes algo superior. La innovación tecnológica en este periodo vino de la mano de la munición terrestre: morteros y bombas fueron de interés para la guerra y el asedio. Y todo ello hasta 1715.[5]

El periodo expansivo

De 1716 a 1800 vino la gran época de las fábricas, asentada en la importante expansión de las rutas del Atlántico y el mayor crecimiento de la Armada española por la protección de los barcos que hacían las rutas por las Indias. De 1716 a 1800 se construyeron en España, no sin problemas, un total de 103 navíos de línea con más de 6900 cañones. En 1773 la Armada española disponía de 60 navíos con más de 6000 piezas de artillería. No obstante, se perdieron 49 buques entre 1761 y 1805, sobre todo por combates navales. Esta época fue el gran despegue de los cañones de hierro colado[nota 14]​ y supuso un renombrado prestigio para las piezas hechas en las fábricas de Liérganes y La Cavada por su ligereza y seguridad. Era de sobra conocida en el mundo la calidad de estos cañones, que a pesar de disponer de poco ornato, tenían una gran virtud: no solían reventar aunque se sometieran a un prolongado fuego y «avisaban» antes con la aparición de grietas o pedazos expulsados, a diferencia de otros cañones que reventaban de improviso con el peligro que suponía para la dotación a su cargo.[11]​ A este respecto, el Marqués de la Ensenada escribiría el 26 de junio de 1748:

Las fábricas de hierro de La Cavada y Liérganes en La Montaña eran las más celebradas de Europa, porque la materia de las de Francia, Holanda, Inglaterra y Alemania es muy vidriosa, no resiste tanto el cañón y revienta en pedazos, y la de acá no se distingue del bronce más que en no ser de tanta duración, porque por lo demás tiene la misma suavidad y blandura
Zenón de Somodevilla y Bengoechea, marqués de la Ensenada

Las dos factorías de Liérganes y La Cavada son regidas en esta época por el nieto de Mariana de Brito, Nicolás Xavier de Olivares, que alcanzó los niveles de producción de la época de Jorge de Blande. Es en este tiempo cuando en las fábricas se realizan además las cañerías de las fuentes de Aranjuez y San Ildefonso, importantes por el volumen de fundición. En 1738 el hijo de Nicolás Xavier, Joaquín, se hizo cargo del asiento de los Altos Hornos y alcanza en 1742 el título de Marqués de Villacastel. En esta época fueron asignados privilegios y prerrogativas a los asentistas y operarios de las fábricas, algo que no gustó a los habitantes de las localidades y que fue origen de problemas de convivencia.[12]

Se inaugura un nuevo horno y un reverbero con el que se alcanzan los máximos volúmenes de producción de la historia de las fábricas (1756-59) con 800 piezas de artillería y obra civil y 400 000 piezas de munición.[nota 15]​ En 1759 muere Joaquín, y las fábricas de Liérganes y La Cavada las posee su hija María Teresa del Pilar, que se casaría con el conde de Murillo.

La nacionalización de las instalaciones

 
El arco conmemorativo de Carlos III en La Cavada sirvió de entrada principal al complejo fabril. El edificio adosado estuvo destinado al cuerpo de la guardia y la administración.

Con la llegada de Carlos III en 1759 se revocan los privilegios concedidos a los Villacastell, se interviene y expropia la fundición, convirtiéndola en Real Fábrica en 1763,[nota 16]​ y se nombra director de esta al teniente coronel Vicente Xiner. María Teresa del Pilar y el conde Murillo son compensados con una cantidad importante a pagar por la Corona: más de cinco millones de reales.[5]

La poca autonomía de las Reales Fábricas ya estatales frente a la iniciativa privada, y la excesiva burocracia, introdujo dificultades en su desarrollo, tanto de gestión como de producción e innovación. Los hornos redujeron su volumen de producción y las innovaciones tecnológicas en países como Inglaterra fueron complemento a su deterioro. No abrió su producción a las posibilidades de la demanda civil y privada sino que se limitó ha satisfacer los encargos militares con la excesiva dependencia de la Armada, que a la postre sería su perdición por el colapso de esta.[nota 17]​ A ello hay que sumar un mal planteamiento financiero en la expropiación, que supuso el pago de unas rentas muy altas a los herederos de la Casa de Villacastell durante 80 años por encima de los problemas del Erario público[5]

Las directrices y los experimentos técnicos del Cuerpo de Artillería del Ejército en la fábrica de La Cavada, que incluían nuevas técnicas de fundición en sólido con moldes de barro y posterior torneado, supusieron un fracaso en la calidad de las piezas[nota 18]​ y un desecho de armamento inútil. Los hechos ocurridos a finales de 1771 en Ferrol, donde reventaron dos cañones fundidos en La Cavada, hicieron someter a todas las piezas fundidas en sólido a varias pruebas de las que se obtuvieron un penoso resultado: el 80% de un millar y medio de cañones reventaron o se agrietaron.[nota 19]​ Todo ello provocó un estrangulamiento de la hacienda.

Desde la Secretaría de Estado de La Marina hubo preocupación, pues estos incidentes en la principal fábrica de artillería española provocaban que la Armada estuviese desartillada. Se concluyó en las investigaciones que el deterioro de las piezas no se debía al método de fundición, sino a los minerales de hierro utilizados y al método de torneado.[11]

 
La fábrica llegó a producir en torno a 23 000 cañones. La mayoría de estas piezas tenían su destino en las baterías costeras del imperio y su Armada real. Muchos de los barcos fueron construidos en las atarazanas de Guarnizo, a donde se enviaban gran parte de los cañones. El de la imagen protegió el fuerte de San Carlos en Santoña.

La producción de cañones que necesitaba la flota española (diez mil piezas de 1764 a 1793, contando también los buques mercantes y corsarios) no se consiguió, llegando únicamente a las 6000 unidades. Se recurrió a los excedentes en Inglaterra[nota 20]​ para alcanzar el programa naval de armamento hasta la guerra de España con este país en 1778. En 1790 se construye un sexto horno con la finalidad de cubrir este déficit y ayudar, en principio, a la fortificación de las plazas en las Indias. La Cavada empieza a fundir carronadas, elementos que ya eran utilizados en las marinas inglesas y francesas y que se empiezan a producir tras su prueba en buques españoles.[nota 21]​ La necesidad de producción con nuevas técnicas también hizo reclutar a fundidores franceses pero ni por esas se llegó a las cantidades requeridas y en 1768 el maestro fundidor principal de la fábrica y responsable de los altos hornos, Francisco Richters, reconoce estar confundido ante los nuevos métodos metalúrgicos introducidos y los fracasos técnicos acumulados.[nota 22]

Demanda naval de cañones para la Armada Española (1764 - 1796)[5]
Años Navíos de línea Cañones Promedio anual
1764-1765 3 262 131
1766-1770 17 1346 269,2
1771-1775 10 740 148
1776-1780 7 558 111,6
1781-1785 10 782 156,4
1786-1790 13 1112 224,4
1791-1796 8 680 85
Total 98 5480 166

En 1781 se encomienda al Ministerio de Marina la dirección de la fábrica de La Cavada y se vuelve a los antiguos métodos de fundición de los años de Villacastel de la mano de Antonio Valdés y Fernández Bazán, nuevo director. Se consiguen buenos resultados y se construye en 1783 un cercado de tapia alrededor de todo el complejo y un arco triunfal a modo de portada que daba entrada a la fábrica y que aún se conserva en La Cavada.

A partir de 1787 se vuelven a fundir en los hornos objetos para la industria privada, como escudos, piezas de maquinaria, caños, herramientas para obras en caminos, etc. Ese mismo año, el ingeniero de la Marina, Fernando Casado de Torres conoce al ingeniero austriaco Wolfgang de Mucha en Viena. Este contacto influirá de forma notable en el devenir de la fábrica de La Cavada durante los siguientes años. Los encuentros que tuvieron Casado de Torre y de Mucha en Austria estuvieron marcados por un carácter secreto que bien podría calificarse de espionaje industrial-militar y que llevó al ofrecimiento de trabajo en el Reino de España. Así, en 1790 y una vez aceptado el ofrecimiento y siguiendo órdenes reales dadas por el ya Ministro de la Marina, Antonio Valdés, el embajador en Venecia Simón de las Casas acompaña a Wolfgang de Mucha en su viaje a España. En La Cavada, y tras reconocer el estado de las instalaciones, se hace cargo de la construcción de un sistema de conducción de maderas por flotación a lo largo del río Miera. Mediante una serie de importantes infraestructuras de canalización y represamiento de su cauce, la madera era transportada hasta la fábrica. Esta empresa consume numerosos recursos económicos y supone un importante esfuerzo de construcción nunca realizado hasta el momento en España. La empresa fue parcialmente completada y únicamente funcionó unos pocos años. Las razones de su abandono fueron variadas pero sobre todo se debieron al alto coste de su desarrollo, la oposición de las gentes, y a las demasiado optimistas previsiones en el volumen de madera transportada.[nota 23]​ En 1792 se introducen importantes reformas en los hornos de Liérganes.

El declive

 
Fernando Casado de Torres e Irala, por Eusebio Zarza (Museo Naval de Madrid).

El declive de la marina española con la derrota en la batalla de Trafalgar afectó a la fábrica, que entró en crisis de sobreproducción y desde los últimos años del siglo XVIII su rendimiento cae en picado por tres factores: falta de demanda de la Marina Real, escasez de dinero y falta de carbón.

 
Hacia 1688 los nuevos navíos de línea estaban capacitados para operar tanto en el mar Caribe como en el océano Índico y en el Pacífico, a fin de lograr tanto la superioridad táctica como la estratégica. En la imagen el navío español Santísima Trinidad (1769), que con sus cuatro puentes y 140 cañones fue el mayor de su época, hundiéndose en la Batalla de Trafalgar. La artillería naval española y sus municiones procedían en su mayor parte de las instalaciones de Liérganes y La Cavada.

La Marina de guerra española experimentó una vertiginosa reducción de sus buques debido a los hundimientos en confrontaciones con el imperio inglés. Así, y según José Alcalá-Zamora, en 1796 constaba de 77 navíos de línea, 66 en 1800, 39 en 1806, 21 en 1814, 7 en 1823 y 3 en 1830.[5]

Respecto al último factor, la Corona expidió una Célula que obligaba a que se dieran los montes a los precios acostumbrados, y que a petición de los asentistas se repararan los caminos para hacer llegar el transporte de la madera. El abuso de estos privilegios provocó el recelo de los habitantes y la desaparición de las ferrerías de la zona. En 1754 y con el fin de asegurar el aprovisionamiento de madera, el marqués de Villacastel decide ampliar el área de restricción forestal a cinco leguas de radio, y tal fue la búsqueda desesperada de carbón vegetal que se extrajo madera de los bosques de Espinosa de los Monteros,[nota 24]​ construyendo en 1796 un resbaladero de troncos en Lunada, un colosal tobogán de 2400 metros de longitud para cuya construcción se emplearon 5000 hayas.[nota 25][13]

Como ya se indicó antes, estuvo en servicio poco tiempo, ya que para el año 1800 no tenía actividad.[14]

Otra medida fue la prohibición del corte de árboles en los montes correspondientes a la dotación de la Real Fábrica bajo pena de severos castigos a los vecinos.[nota 26]​ En este sentido José Alcalá-Zamora relata un suceso acontecido en la noche del 27 de mayo de 1784:

Dos pobres labriegos, Antonio Cuesta y Manuel Gutiérrez, para hacer salir a un zorro que les había matado dos ovejas prendieron fuego a un matorral. A consecuencia, se quemó un quejigo, a pesar de los desesperados esfuerzos para evitarlo. El Tribunal de La Cavada, tras haberles incautado en los preliminares una sábana y otras prendas, como únicos bienes que tenían, les condenó a dos años de presidio en África, apercibiéndoles de que serían diez a la siguiente transgresión. Intervino Madrid, rebajando la pena a destierro por igual tiempo a seis leguas de su domicilio, atendiendo a la falta de ánimo y dolo y evidenciándose que el incendio se hizo para evitar continuase el riesgo de su ganado, único objeto de mantener aquellos infelices.
José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano. Historia de una empresa siderúrgica española: Los Altos Hornos de Liérganes y La Cavada, 1622-1834, pág. 46

Si bien, sobre este hecho José Bonifacio Sánchez opina en su libro Historia y Guía Geológica y Minera de Cantabria que la pobreza en la disculpa ante este incidente se debe de relacionar con la idiosincrasia del campesino y la práctica tradicional de quema de monte asociada a la agricultura y la ganadería.[15]​ Por el contrario, cuenta también el hecho de que existieron gratificaciones por la plantación de árboles que según indicaba Melchor de Jovellanos nadie nunca cobraba:

se premia con medio real al que planta un árbol y años hace que nadie se presenta a cobrar el premio.

Independientemente de todo ello, estas prohibiciones en las cortas de leñas y maderas de los montes provocaron quejas de la muchedumbre, que se veía perjudicada en la obtención de recursos para su subsistencia [nota 27]​ y que a la larga supuso la deforestación de los montes orientales de Cantabria y Burgos, especialmente tras la incorporación de las fábricas a la Corona y la Ordenanza de la Marina de 1741.[nota 28]

En 1795 cierra, tras 160 años de actividad, la fábrica de Liérganes y produce las últimas piezas para la guerra contra Francia. El ingeniero de la Marina y director de la fábrica de La Cavada, Fernando Casado de Torres, recibe la orden de buscar la forma de sustituir en La Cavada la fundición con carbón vegetal por el de mineral y para este fin comienza una serie de experimentos y observaciones a fin de conseguir su utilización y la explotación de las minas de la localidad próxima de Penagos. Viajará a Alemania y traerá de Westfalia a Francisco Stievenard en 1790, un facultativo con amplios conocimientos en la explotación de minas de carbón.[nota 29]​ No obstante, la utilización de carbón mineral para la fundición de La Cavada no logra los resultados deseados y se vuelve al carbón vegetal. A partir de 1800, sólo funcionaban dos de los cuatro hornos disponibles, algo causado en gran parte por la escasez de materia prima.[nota 30]​ Los años previos a la invasión napoleónica supusieron un efímero incremento del número de fundiciones entre 1806 y 1808. No obstante, el rendimiento de la fábrica seguiría siendo escaso.

 
Las crecidas del río Miera en 1801 y 1834 hicieron que el caudal de sus aguas en la localidad de La Cavada superase el puente del Real Sitio, infraestructura que sirvió de entrada al recinto fabril.[16]

La invasión francesa ocupó en sus inicios el País Vasco y Navarra. La fábrica de La Cavada y Liérganes se convirtió en un punto estratégico de importancia. Con la llegada del ejército napoleónico a Santander el 23 de junio de 1808, La Cavada no tuvo una ocupación continua debido a la geografía del lugar, aislada y entre montañas y a que los franceses necesitarían de una fuerte guarnición para poner en marcha unas fundiciones con escasa lealtad de sus operarios y una producción inútil para la ya muy reducida flota francesa. Además, la preocupación de las tropas imperiales de Napoleón era ocupar la costa ante la incertidumbre de una invasión inglesa.

La Guerra de la Independencia trajo a la zona tiempos de penuria y hambre ante la dejadez en el cobro de sueldo de los operarios de las fábricas y la incorporación de los jóvenes al ejército. El rendimiento de la fábrica se redujo considerablemente. El apoyo de la fábrica de La Cavada a la causa del rey Fernando VII fue un hecho, prestando material clandestino tanto a la guerrilla como a las tropas regulares. Algunos de los operarios llegaron a instalar una forja y armería en Peña Rocías, en el valle de Soba, que suministró balas de fusil y turquesas para las tropas españolas hasta que fue descubierta.

Si bien el ejército napoleónico se llevó lo que pudo, y en sus incursiones a la fábrica hubo apresamientos y fusilamientos, también es cierto que fueron algunas bandas de guerrilleros los que hicieron mayores excesos, hasta tal punto que las gentes locales se sintieron aliviadas por la captura por parte de las tropas napoleónicas de algunos de ellos, cuyas actividades se podrían considerar más próximas al bandolerismo. En cambio, estuvo también por Liérganes y La Cavada la guerrilla de Juan López Campillo, futuro ídolo de la Guerra de la Independencia.[nota 31]

Pero la verdadera repercusión negativa que tuvo esta contienda para las fábricas fue las penurias sufridas por sus trabajadores, que sin sustento por dejar de cobrar los sueldos en una zona de agricultura pobre, muchos emigraron con sus familias, los más jóvenes se enrolaron en el ejército y aquellos más desafortunados murieron de hambre o enfermedades. Al final de la guerra solo un tercio de los operarios seguía en las fábricas e incluso el personal directivo hubo de escapar u ocultarse. Así, Juan Francisco de Aguirre, director de la fábrica durante esa época, se escondió en Solares hasta su muerte el 26 de febrero de 1811 y el mando de las fábricas quedaron a cargo de Alonso Arias, cuarto jefe en rango, que hizo un ejercicio de gran diplomacia para lidiar entre los ímpetus de las guerrillas y las autoridades invasoras.[5]

Tras la Guerra de la Independencia, en 1818 se comienza una nueva fundición con resultados desastrosos. La llegada del Gobierno liberal y el impulso de los ayuntamientos obstaculizaron las operaciones carboneras de La Cavada, tan denostadas por los aldeanos, pues les impedían el uso libre de los bosques y la creación de tierras agrarias.

Instaurado, de nuevo, el régimen absolutista de Fernando VII, siguió la fábrica su actividad sin conseguir producir a precios competitivos. Vistos los resultados de explotación de la fundición, muchos operarios comenzaron a buscar nuevos trabajos.

El deseo de privatización de la Real Fábrica de La Cavada por el gobierno de Fernando VII no logró atraer el capital extranjero, más interesado en las zonas mineras asturianas. Y si bien un tal José Infante Vallecillo propuso en 1832 la restauración de las instalaciones de Liérganes y La Cavada, no se llegó a un acuerdo dado las concesiones abusivas que exigía, incluyendo tierras laborables en Cuba.[nota 32]​ En 1831 el catedrático Gregorio González Azaola es nombrado director interino de las instalaciones de La Cavada. Conocedor de las nuevas industrias en Europa apoyadas en la minería del carbón, había viajado en 1826 en busca de avances tecnológicos que pudiesen aplicarse a La Cavada pero la complejidad en las reformas que la fábrica necesitaba hace que de por perdidas las viejas instalaciones reales, sugiriendo que fuesen aprovechadas como fábrica de harina, curtidos o tejidos.

Una inundación del río Miera en la tarde del 19 de agosto de 1834 destruyó parte de las instalaciones y las presas que movían las máquinas de La Cavada, que ya se habían reparado tres años atrás. Ya no se volvieron a reconstruir y desde el Gobierno se pidió al ministro de Marina que «se deshiciese con prontitud de una carga tan pesada». [17]

Las incursiones de las tropas carlistas saquearon las instalaciones durante todo ese año. Esos dos hechos fueron el punto final de una fábrica que cerró en 1835 y que se estima produjo en sus más de 200 años de actividad 26 000 cañones, centenares de miles de balas de distinto calibre y millares de piezas de orden civil.[18]

 
La imagen, del año 1926, muestra aún un cañón abandonado en la orilla del río Miera junto a los restos de la fábrica.

Tras el abandono de las instalaciones en los años posteriores a 1830, «los comarcanos se apresuraron a irse llevando todo lo que pudieron de los edificios y talleres, entre otras ideas, probablemente con la ingenua de impedir la restauración de las instalaciones»,[nota 33]​ debido en parte al enfrentamiento durante años con el Estado sobre el uso y trabajo en los montes. En 1838, ante la amenaza de los carlistas, las últimas piezas de artillería que quedaban almacenadas en La Cavada y que databan de antes de la guerra napoleónica fueron transportadas a Santander. Allí estarían hasta 1847 que, a excepción de algunos cañones que fueron llevados a Algeciras, el resto se subastó para refundición. Se planteó incluso la demolición de los hornos de reverbero para evitar ser usados por los enemigos de los cristinos, algo que nunca ocurrió. En 1840 ya solo quedaban al mantenimiento y custodia de la fábrica un fundidor, nueve empleados y quince soldados sin prácticamente ninguna labor. En 1848 el Ministerio de la Marina vende el denominado Sitio de las Máquinas de Valdelazón, 43°21′22″N 3°42′39″O / 43.356085, -3.710804 utilizado para las labores de barrenado y pruebas de tiro a Juan de la Pedraja, que construirá una fábrica de tejidos e hilados de algodón con continuidad hasta finales de los años 60 del siglo XX.[5]

Ya en 1850, Pascual Madoz en su diccionario geográfico-estadístico-histórico describía el lugar de La Cavada indicando que:

No hay pluma que baste a pintar los destrozos que este sitio ha sufrido de pocos años a esta parte.[...] Las famosas obras de presas, cauces y demás han sido arrebatadas por las corrientes: las enormes ruedas que componían las máquinas, y todos los útiles han desaparecido; las abundantes maderas de caoba, cedro y encina que llenaban los depósitos y maestranzas, han sido presa del abandono y del pillaje; y cerca de 2000 cañones de hierro de todo calibre, un sin número de balas y otros muchos efectos, se han transportado a Santander otras partes. En el sitio solo han quedado las casas de las máquinas, el cuartel, el palacio, la capilla, el reloj puesto en una torrecita, que esta parado, y varias mesas de hierro colocadas en diferentes puntos para juego, refresco, etc. [...] Existe hoy una guarnición de 11 artilleros y un sargento, un invalido, y el contador que habita el palacio.

En 1881 casi no quedaba rastro ya de la fábrica.[19]

Los técnicos y operarios

 
Una diligencia cruzando el antiguo puente de La Cavada sobre el río Miera a finales del siglo XIX y que daba acceso a la fábrica de artillería. Pascual Madoz lo describía como un puente «de 2 arcos de piedra labrada con unos 30 pies de altura en su parte media, y la anchura suficiente para dar paso á un carruaje mayor; tiene soberbios tajamares, algunos de ellos de cañones de hierro y lo que presenta de más notable es su gran fortaleza, pues nada ha desmerecido a pesar de las fuertes avenidas que ha sufrido».
 
Gancheros encauzando los troncos para su transporte por flotación en 1929 en un lugar indeterminado de España. Las técnicas de maderada no deberían distinguirse mucho de las practicadas por aquel entonces en el río Miera.

La instalación de las fábricas de Liérganes y La Cavada supusieron la llegada de técnicos provenientes de Flandes con el fin de difundir e instruir a los operarios españoles autóctonos la experiencia que aquellos tenían en el arte de la fundición. Estos grupos de especialistas fueron los que pusieron en marcha entre 1617 y 1628, con el decidido apoyo de la Corona, la fábrica de Liérganes y a cada dificultad o progreso en Europa se procuraba traer el personal más capacitado. De tal forma que incluso todavía en 1679 era preciso conseguir nuevos técnicos flamencos porque «no se había podido conseguir que los naturales de estos reinos se hubiesen aplicado a esta facultad».[nota 34]

Los maestros flamencos, sabedores del trabajo en las minas, formaban además a prácticos encargados de las labores de localización del mineral y el seguimiento de su explotación para el aprovisionamiento de material para los hornos.

Unas setenta familias vinieron a Liérganes y La Cavada a principios del siglo XVII, principalmente de la zona de Lieja, para poner en marcha las fábricas de artillería y fueron el germen de cinco o seis generaciones de flamencos asentados en la región que trabajaron alrededor de las instalaciones durante los siglos XVII y XVIII. Esta comunidad, que se favorecía de un monopolio en las funciones de la fundición, tuvo que sufrir durante 200 años un aislamiento por parte de los aldeanos próximos a las fábricas. Fueron objeto de reticencias, desvíos y malos tratos por parte de las gentes del lugar (posiblemente no tanto por los propios obreros que trabajaban en las fábricas) tratándolos, aún incluso a sus bisnietos, como extranjeros y formando una especie de linaje por casi endogamia forzosa y calificándolos de rabudos, término despectivo de la época con el que se aludía a los flamencos. Fueron privados de los oficios concejiles y honores sociales. Se les concedió el fuero de Artillería «por ser conveniente en España» pero existieron numerosos pleitos debido a la oposición de la población a que dispusiesen de títulos de hidalguía.[nota 35]​ El privilegio fue concedido por Felipe V en 1718, reiterado en 1784 y nuevamente en el año 1794, cuando se les confirma el derecho a llevar un uniforme militar.[15][nota 36]​ Durante años fueron constantes las contiendas entre lugareños y operarios para obtener sutiles ventajas unos y suprimirlas los otros con el apoyo del Estado.[nota 37]​ Llegaron las ofensas incluso hasta en el momento de los entierros, como recoge un texto de un legajo recuperado en el libro de José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano:

...hasta en la misma iglesia les tienen lugar destinado para enterrar los cadáveres y se ha verificado el caso de que, habiendo fallecido una mujer del lugar de Rucandio en el de Riotuerto, cuya parroquia corresponde a La Cavada, advirtiendo los parientes de la difunta la daban sepultura cerca de donde la tienen los flamencos, exclamaron en tono y voces descompuestas dentro de la propia iglesia quería llevarla a su lugar, porque no era razón quedara una española junto a tan mala compañía.[20]

Estas injurias podían llegar en algunos casos a la extorsión y así lo denuncia en 1698 un tal Tomás Baldor, en nombre de sus compañeros, cuyos vecinos les tratan «penándoles y entrando en sus habitaciones con violencia y sacándoles prendas para hacerse pago de las penas que les hacían».[21]

La descendencia de estos técnicos de Flandes, orgullosos de su trabajo, ha llegado hasta nuestros días. Sus apellidos, en su mayoría flamencos, pasaron a castellanizarse en el siglo XVIII. En Riotuerto, Liérganes o municipios limítrofes, es fácil encontrar hoy vecinos con algún apellido Arche, Baldor o Valdor, Del Val, Bernó, Cubría, Guate, Lombó, Marqué, Oslé o Uslé, Otí, Rojí, Roqueñí, Sart, etc.[22]

El número de trabajadores variaba dependiendo de la época del año, siendo los meses de fundición el tiempo en que las fábricas requerían más empleados. En noviembre se solía empezar a encender los hornos, que tardaban unos 40 días en prepararse para comenzar la fundición. En verano, el bajo nivel del río Miera obligaba a parar y se aprovechaban estos meses para realizar tareas de limpieza y construcción de nuevos crisoles. Esta eventualidad de la mayoría de los trabajadores y los bajos sueldos obligaban a la realización simultánea de tareas agrícolas. La temporalidad también se reflejaba en los trabajos de minería, transporte y carboneo asociados a la producción de las instalaciones. En muchos casos la obligatoriedad de trabajar en la corta y acarreo de maderas en los montes de Cantabria y Burgos ocasionaba numerosas quejas de los vecinos que veían desatendiendo sus labores agrarias por meses con unos salarios que consideraban escasos.[5]

No obstante, la localización del complejo fabril en la zona presentó oportunidades de trabajo para las familias de Riotuerto, Liérganes, Entrambasaguas, Miera u otros municipios cercanos, extremadamente miserables y pobres. Estas expectativas supusieron el aumento sensible de población en la Junta de Cudeyo, antigua división comarcal. El crecimiento entre 1636 a 1750 fue de un 40%, hasta llegar a los 8000 habitantes.

Las condiciones del trabajo tanto en la fábrica como en las minas y los montes eran muy duras, incorporándose mujeres y niños a muchas tareas. A modo de ejemplo, diversos autores hacen referencia a la utilización de las neveras del cercano puerto de Alisas 43°17′57″N 3°38′08″O / 43.29925944112073, -3.6355427873695807 o de la localidad de La Cantolla, en el lugar conocido como Fiñúmiga 43°17′29.43″N 3°44′14.28″O / 43.2915083, -3.7373000 para el tratamiento de quemados de la fábrica: [23]

El origen de las neveras que hasta el momento conocemos en Cantabria está relacionado, por todos los indicios, con la demanda de hielo de las fábricas de cañones de Liérganes y La Cavada, que generaban gran cantidad de quemados y otros heridos.
Virgilio Fernández Acebo. Boletín número 5 del Museo de las Villas Pasiegas.

El sueldo, aun siendo bajo en comparación con otras fábricas de España, resultaba superior a la media de la región y suponía un interesante complemento a las tareas agrícolas en una zona «pobre y miserable». José Alcalá-Zamora cuantifica en una media de 4,82 reales de vellón los salarios de los 274 operarios que trabajaban en las fábricas en marzo de 1799. No obstante, las diferencias eran muy grandes, y así los ayudantes de fundición cobraban 800 reales al mes y un director 3000.[5]

Se obtenían otros beneficios, como los retiros a operarios veteranos que cayesen imposibilitados o enfermos, aunque existía a veces la obligación de asistir a las fundiciones mientras hubiera fuerzas. A las viudas o huérfanos de viejos empleados se les otorgaba una pensión a través de limosna. Estos retiros fueron desapareciendo a medida que la situación económica de la fábrica fue empeorando. Mejor suerte tenían aquellos trabajadores fijos y los que disponían de casa dentro del recinto fabril, ya que podían disponer de huerto, adquirir artículos a precios económicos en la «tabernilla» de La Cavada, primas por resultado, carbón, etc. En total la fábrica llegó a dar trabajo a unas mil personas en los tiempos de mayor bonanza.

Arqueología industrial y legado histórico

En la actualidad aún existen restos de las Real Fábrica de La Cavada, aunque la mayor parte de las construcciones fabriles han desaparecido o sus restos han sido reutilizados para nuevas edificaciones.

 
Límite y elementos actualmente observables del antiguo recinto del Real Sitio en la localidad de La Cavada.
1. Puente.
2. Portada de Carlos III.
3. Edificios de la guardia y administrativo.
4. Almacenes.
5. Casa Redonda.
6. Casas de los operarios y las caballerizas.
7. Retén de troncos y rampa.
8. Canal.
9. Puerta de Ceceñas.
10. Huerta del Ministro.
11. Huerta del Comandante.
12. Huerta del Tesorero.
13. Venta.
14. Huerta de las casa de oficial contador y del cuartel.

En La Cavada se pueden ver restos de los cierres del complejo que pudo llegar hasta la cercana población de Los Prados. Existe un alto muro de mampostería junto a la carretera que lleva al pueblo de Rucandio, en el lugar de Entrambosríos, el cual sirvió también de cerco al recinto (43°21′0.84″N 3°42′25.69″O / 43.3502333, -3.7071361).[24]​ Esta construcción, que no aparece en los planos originales del Real Sitio, son los restos de un perímetro levantado para guardar la madera que descendía del río Miera desde el puerto de Lunada, malogrado proyecto de Wolfgang de Mucha.[nota 38]​ A este proyecto también pertenecen unos retenes levantados en el río Miera y la rampa de arrastre de la madera, hoy en estado ruinoso pero perfectamente visibles (43°20′57.3″N 3°42′34.61″O / 43.349250, -3.7096139).[25]

 
Panorámica del Real Sitio en La Cavada. La imagen señala algunas de las estructuras conservadas de las antiguas instalaciones (pulsar para ampliar).
1. Puente.
2. Portada de Carlos III.
3. Almacenes.
4. Casa Redonda (Antigua capilla).
5. Casas de los operarios y las caballerizas.
 
Restos de un contrafuerte del retén de troncos en el río Miera.

La portada de entrada en honor a Carlos III, declarada Bien de Interés Cultural en 1985, es una de las tres puertas que tenía el recinto junto con la de Ceceñas y la de Liérganes. Fue construida entre 1783 y 1784 por el arquitecto Francisco de Salcines y responde a un estilo neoclásico, con arco de medio punto, pilastras a ambos lados y frontón triangular en el que se lee la inscripción:[26]

CARLOS III REY. AÑO 1784.

Los sillares se encuentran soldados por coladuras de plomo y hierro.

El puente sobre el río Miera y que daba acceso al recinto del Real Sitio fue levantado en el siglo XVII. La estructura sufrió diferentes daños a causa de las avenidas, en especial las de los años 1801 y 1834. En 1999 el puente fue afectado por una importante transformación con motivo de la ampliación de la carretera a Liérganes.

Actualmente también se pueden apreciar estructuras verticales, llamadas retenes, levantadas en el cauce del Miera y que permitían agrupar la madera que circulaba a favor de la corriente y que era incorporada al río desde el resbaladero de Lunada a 20 km del retén, lugar desde donde llegaba la madera de los montes de Espinosa de los Monteros y Quintanilla. Estos retenes tenían una potente cimentación y el cuerpo estaba construido con cantos y mortero. Existieron al menos cinco retenes en una doble hilera diagonal y que originariamente tendrían un entablado de madera en su parte superior a modo de puente. Entre los pilares se levantaba una celosía de madera que cumplía la función de retener los troncos. Estos eran desalojados a través de una rampa que todavía es observable. El transporte de troncos por el río supuso la ejecución de obras en el cauce del Miera, en el que se barrenaron grandes rocas, se rellenaron pozos y se encauzó el río en algunos tramos. Las medidas de los troncos debían presentar un estándar de siete pies de largo (195 cm) con un extremo menos grueso con el fin de evitar el bloqueo del cauce.

Entre las viviendas se conservan la Casa del Puente, construcción junto al Miera y fuera de la fortificación, que podría haber estado destinada a la guardia, las casas de la calle de Arriba, edificios para el alojamiento de operarios y para caballerizas, un edificio de viviendas junto al antiguo arco de Carlos III y que podría cumplir la función de conserjería u oficinas administrativas, y la Casa Redonda o El Palacio, cuya edificación principal ha desaparecido y sólo se conserva la capilla, ya muy transformada.

Existen asimismo restos de algunos almacenes y hornos, contrafuertes y paramentos sobre el río que servían de estructura defensiva y protegían de las avenidas, túneles, restos de presa y canales.

El 27 de julio de 2006 se inauguró en La Cavada un museo que recoge la actividad llevada a cabo por estas instalaciones en la fundición de cañones que se emplearon en la Armada Real Española y en todo el Imperio. Se pueden observar cañones, las diferentes municiones utilizadas, maquinaria, escudos nobiliarios y diversas maquetas tanto de barcos como de las instalaciones.

Por otra parte, en la población de Liérganes se conservan diversas casonas de los siglos XVII y XVIII, como la Casa de los Cañones, y restos del canal y construcciones dedicados al barrenado de cañones en el sitio de Valdelazón.[nota 39]​ Todo ello recuerdo de una época de auge económico apoyada en la fábrica de artillería.

Las fábricas de cañones de Liérganes y La Cavada fueron durante la Edad Moderna el complejo siderúrgico más importante de España y durante siglos el único lugar donde se produjeron cañones de hierro colado para el sustento del Imperio.[27]​ Pero quizás el mayor legado histórico venga de la transformación del paisaje de la zona oriental de Cantabria y norte de Burgos donde desapareció la mayor parte de las masas arbóreas, ayudado por los procesos de pradificación asociados a la actividad ganadera pasiega, y de los apellidos provenientes de las familias flamencas que pusieron en marcha y trabajaron durante años las instalaciones y que actualmente llevan multitud de vecinos en aquellos lugares donde se desarrollaron las actividades de la factoría.

A lo largo de los siglos XVII y XVIII, y con independencia de los navíos de guerra de la Armada, miles de cañones de hierro colado fundidos en la Real Fábrica salieron de sus hornos con destino a fortificar y armar las numerosas baterías costeras que España poseía repartidas por todo el mundo. Durante esta época todas las fortificaciones de los puertos en los que el Imperio tenía posesiones recibieron cañones de La Cavada, muchos de los cuales se conservan y se exponen en la actualidad.[11]

Bien de Interés Cultural

 
Portada de Carlos III de la Real Fábrica de Artillería (foto de 2014).

El 17 de enero de 1985 se declaró la Portalada de Carlos III como Bien de Interés Cultural, y el 13 de abril de 2004 se incorporó a esta figura todo el conjunto histórico del Real Sitio, situado en La Cavada. Estos dos bienes pueden ser observados libremente ya que en buena parte se encuentran en la vía pública. No obstante, hay partes del conjunto del Real Sitio que se hallan en propiedades privadas sin régimen de visitas, como pueden ser los almacenes, las casas de alojamiento para operarios, restos de estructuras hidráulicas, etc.[24]

Actualmente, de todas las instalaciones que componían la sociedad Real Fábrica de Artillería de La Cavada, solo este conjunto histórico del núcleo de La Cavada está declarado Bien de Interés Cultural, quedando fuera, por ejemplo, el sitio de Valdelazón, próximo a La Cavada y donde se realizaban el barrenado de las ánimas de los cañones o las pruebas de tiro, así como los muelles de Tijero o la factoría de Liérganes.

Cronograma de acontecimientos

 
Panorámica del Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada.

Véase también

Notas

  1. Señala José Alcalá-Zamora que en aquellos momentos y hasta las Guerras Napoleónicas un solo buque de batalla llevaba más y mayores cañones que todo un ejército y aún llegados a ese periodo bélico el peso de la artillería de un ejército de cien mil hombres no sobrepasaba al de un navío de línea de tres puentes.
  2. El historiador e hispanista británico Geoffrey Parker señala en su libro La revolución militar que «a partir del decenio de 1650, apenas hubo guerra alguna en Europa que no se desbordase hacia una lucha por el dominio de los mares y, aún más allá, hacia una contienda por el poder y la influencia en ultramar. También allí descolló el triunfo de la "revolución militar"».
  3. Los barcos europeos, y en especial los españoles, inicialmente utilizaban la táctica militar consistente en batir al enemigo a corta distancia para pasar a continuación al abordaje, la denominada guerra a la española. El cambio en la guerra naval consistió en utilizar la artillería para hundir a distancia a los buques enemigos, táctica esta llamada sarcásticamente por los marineros españoles como guerra galana.
  4. La armada fue la gran beneficiada de este cambio, dado que para ella fueron el mayor número de piezas, mientras que el ejército, con menos requerimientos de cañones, podía seguir adquiriendo los caros y ligeros cañones de bronce.
  5. El peso medio de cada cañón oscilaba entre una y tres toneladas.
  6. Siguiendo a Alcalá-Zamora, los iniciales ingenios de Liérganes ocupaban una extensión de 7700 m². La fábrica de La Cavada tenía una superficie de 44 500 m² a los que hay que sumar los situados en el sitio de Valdelazón con 8800 m² más, donde se realizaban labores de barrenado y pruebas de tiro.
  7. Se abastecía principalmente de las minas de hierro existentes en Peña Cabarga, el Monte Vizmaya de Entrambasaguas y Valle de Somorrostro.
  8. Estos dos primeros altos hornos supusieron un importante cambio en la tecnología de fundición de metales en España, ya que introdujeron en el reino un sistema de fundición mucho más sofisticado que el de las ferrerías que se aplicaba hasta entonces. Cronológicamente la construcción de hornos altos en España sería Liérganes (1620) La Cavada (1635), Sargadelos (1794), Trubia (1797), Marbella (1822), Sabero (1845).
  9. A principios del siglo XVII para la Corona española Flandes eran todas sus posesiones en Centroeuropa: Bélgica, Luxemburgo, Nord-Pas-de-Calais y el Ducado de Limburgo. Pero esto difiere en el actual contexto geopolítico, en el que diferenciamos claramente entre la Región Flamenca, al norte de Bélgica, y la valona al sur.
  10. Aunque para José Manuel Maza Uslé es más propio hablar de la ruina de las empresas que del propio Curtius, ya que a su hijo Pierre le fueron trasmitidas todas sus propiedades y a su otro hijo Miguel Ángel, monje capuchino, le apartó dinero para que construyese un hospital y un orfanato en Lieja.
  11. En la Edad Moderna, el territorio correspondiente al actual municipio de Riotuerto estaba incluido en la merindad de Trasmiera y se dividía en dos concejos, el de Riotuerto, con la parroquia de San Juan Bautista, y el de Rucandio al que pertenecía la parroquia de Santa María Magdalena. A la vez, sendos concejos estaban incluidos en la Junta de Cudeyo.
  12. El libro de José Manuel Maza Uslé, La Real Fábrica de Artillería de La Cavada: Liérganes. La Cavada. Valdelazón, señala la existencia de algunos problemas con los vecinos de Riotuerto durante la construcción de las instalaciones.
  13. La Fábrica de Municiones de Hierro Colado de Corduente, en el Señorío de Molina (Guadalajara), inaugurada por Felipe IV en 1640, pretendía ser similar a la de La Cavada aunque en realidad nunca se fundieron cañones de tal calibre, fabricando únicamente balas, granadas y municiones de cañón cuyo peso correspondía a unos ochenta kilogramos. La fábrica de Corduente dejaría de funcionar tras la guerra de la Independencia española.
  14. Los hornos de La Cavada fundieron 300 000 toneladas de mineral para producir 100 000 de hierro colado. Esta fundición, producto de la fusión del arrabio, conseguía un hierro que pertenecía a la clase denominada gris, la menos carbonada de todas y de extraordinaria calidad.
  15. También había aumentado el número de cañones en los buques de guerra de primera clase, pasando de 30, 40 o 60 piezas en 1630 a 74, 90 ó 120 en el primer tercio del siglo XVIII, según José Alcalá-Zamora
  16. José Alcalá-Zamora apunta a tres factores que provocaron la estatalización de la fábrica: un nuevo monarca inclinado a la intervención del Estado en el desarrollo económico del país, la animadversión de la Corte hacia Joaquín de Olivares por su rápido ascenso social e influencia y, por último, la presión de la burguesía industrial con Juan Fernández de Isla a la cabeza, con intereses en la fabricación de artillería y munición en las ferrerías locales
  17. José Alcalá-Zamora hace referencia al libro de Alcalá-Galiano, El combate de Trafalgar, donde se expone el adelanto tecnológico en la artillería de los buques ingleses desde los años 80 del siglo XVIII y también las manufacturas a precio de costo que fue obligada a realizar por la pérdida de autonomía de la fábrica
  18. Ensayos aparte, los cañones españoles fundidos en La Cavada ya tenían buena fama por su calidad, a pesar de su escaso ornato, y por poseer la ventaja de avisar antes de explotar porque se desquebrajaban cuando estaban a punto de estallar, lo cual daba tiempo al artillero a alejarse. No obstante, carecerían hasta Trafalgar de buenas llaves de fuego para el disparo de las piezas.
  19. Formando los denominados «escarabajos», hendiduras en el interior del cañón que resultaban peligrosas, pues podían contener restos del fuego y prender la pólvora que se introducía de nuevo.
  20. Se adquirieron miles de piezas a la Carron Company Ironworks (Carron, Escocia), instalación que fabricaba y abastecía con muy buenos cañones, realizados mediante la fundición con carbón mineral, a diversas marinas europeas, según indica Juan Torrejón Chaves en su trabajo La Artillería en la Marina española del siglo XVIII.
  21. Juan Torrejón Chaves en su trabajo La Artillería en la Marina española del siglo XVIII describe este tipo de piezas que toman su nombre de las instalaciones que las idearon, la Carron Company Ironworks, y eran cañones navales cortos cuya ánima no era completamente cilíndrica en toda su extensión, acabando en semiesfera de diámetro más reducido. Sus ventajas eran: ocupaba menos espacio, era atendido por un menor número de hombres, su utilización era más sencilla y rápida, necesitaba menos pólvora, tenía un mejor sistema de puntería y su efecto de disparo era mayor. Era un arma muy efectiva a corta distancia y causaba graves destrozos en la parte del barco por encima de la línea de flotación (obra muerta). Según algunos expertos, la ausencia generalizada de carronadas en los buques españoles que participaron en la batalla de Trafalgar ocasionó, en parte, la derrota de la escuadra franco-española
  22. Conclusiones sobre el informe acerca de La Cavada entregado a Aranda (Archivo Histórico Nacional, Estado, Legajo 3000-1), referenciado por Alcalá-Zamora).
  23. En relación con este capítulo, es interesante destacar el trabajo del profesor de geografía de la Universidad de Cantabria, José Sierra Álvarez, que repasa toda la historia de este proyecto, desde los contactos que llevaron a la «adquisición para España» de Wolfgang de Mucha hasta las labores de construcción y la oposición que hubo en la realización de esta obra.
  24. El fondo Imago Hispaniae del Archivo General de Simancas dispone de un mapa del año 1773 donde se observa la jurisdiciones incluidas en la dotación de la Real Fábrica. Puede consultarse desde Internet.
  25. Según cálculos, diez millones de árboles acabaron siendo cortados con el fin de ser convertidos en carbón vegetal, deforestándo unas 150.000 hectáreas de montes. Las importantes masas boscosas de robles y hayas que existían en torno a la fábrica no pudieron recuperarse del importante ritmo de talas y nunca más recobraron su tamaño original.
  26. Se tiene constancia de privilegios para acotamiento de bosques en 1718 que se revalidarían en los años 1726, 1738 y 1747. A modo de ejemplo, el Archivo histórico provincial de Cantabria tiene recogido un legajo de 1742 titulado
  27. Carmen Ceballos Cuerno, en su trabajo Las ferrerías de la Cuenca del Río Asón: Nuevas aportaciones al estudio de la industria siderúrgica tradicional de Cantabria, indica por ejemplo que «La [ferrería] de 'Bado de San Juan' se levantó en el sitio honónimo y Manuel Herrero (copropietario de varías ferrerías de la zona) estaba construyendo en 1752 otra de martinete para tirar hierro clavilla. Tuvo problemas para abastecerse de leña «carboneable» debido al derecho de dotación que los altos hornos de Liérganes y La Cavada se hacían valer.»
  28. «En 1797, después de haber instalado la ya dicha enseñanza de humanidades castellanas, recibí dos reales órdenes, expedidas por los Ministerios de Estado y Marina. En la primera, aprobando los arbitrios que, de acuerdo con la Diputación General del Principado, había yo propuesto para continuar el importante camino de León, se me mandaba ya dar principio a sus obras. Por la segunda, que pasase reservadamente a reconocer el estado de los montes de Espinosa y fabricación de carbones en La Cavada y el de la mina de fierro en Jarrezuela, en Vizcaya, destinada para el mismo establecimiento; y con remisión de un voluminoso expediente, formado en la vía reservada de Marina, se me mandaba informar sobre una muchedumbre de recursos y quejas, así de los pueblos de Espinosa, acerca de los perjuicios causados por las cortas de leñas y maderas de aquellos montes, como del Señorío de Vizcaya, que pretendía ser contra sus fueros la adjudicación hecha a S. M. de aquella mina para las dichas fundiciones de La Cavada» en D. Gaspar de Jovellanos a sus compatriotas: Memoria en que se rebaten las calumnias divulgadas contra los individuos de la Junta Central y se da razón de la conducta y opiniones del autor desde que recobró su libertad.
  29. El libro Jovellanos y la minería en Asturias de Luis Adaro Ruíz-Falcó detalla los hechos de su traída a España y de su valía.
  30. Diego Prieto, segundo comandante de la fábrica, hablaba de las asoladas y calvas montañas que nos circulan en una carta a Godoy en 1802 citada por José Alcalá-Zamora.
  31. José Alcalá-Zamora y Queipo de Llana recoge en su obra un legajo del Archivo General de la Marina Álvaro de Bazán denominado «Noticia de lo ocurrido en estas Reales Fábricas de Artillería de La Cavada y Liérganes, que se gobiernan bajo la dirección del Ministerio de Marina, durante la dominación enemiga», escrito por Alonso Árias y que relata los sucesos y penurias ocurridas entre 1816 y 1818 en La Cavada
  32. Parece ser que también realizó otra propuesta de recuperación para una antigua fábrica de seda en Murcia, cuyo informe del Ministerio de Comercio se puede consultar en el Archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Murcia.
  33. Informe de Vázquez de Figueroa, ministro de Marina, a la Junta Superior de la Armada, el 3 de septiembre de 1834, Museo Naval. Referenciado por José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano .
  34. En el primer asiento de 1622, y en relación a la actitud de guarda celosa de los conocimientos de algunos fundidores extranjeros, se lee este texto recogido por la obra de José Alcalá-Zamora:
    Que haya de tener y tenga en los dichos de sus Ingenios y oficinas ordinariamente gente natural de estos reinos, a quienes enseñe y haga pláticos en el arte y uso de ellos y en las fundiciones y demás cosas que labran y por lo menos ha de ser natural la mitad de la gente que en esto se ocupare
    .
  35. Según la historiadora Mar Díaz Saiz, en la obra Historia de Cantabria, a diferencia de la España meridional, en el norte el número de nobles era elevado y sus diferencias con el pueblo llano escasas. El 50% de la población tenía algún título de hidalguía. En el caso de Cantabria esta cifra fue mayor, alcanzando el 83% de la población en el siglo XVI y superando el 90% en torno a 1740. Así pues, poseer un título nobiliario durante la Edad Moderna en Cantabria no era raro, dado el número importante de hidalgos.
  36. De color rojo, azul y dorado, según cuenta José Bonifacio Sánchez en su libro «Historia y guía Geológica y Minera de Cantabria».
  37. En los padrones conservados en el archivo municipal del Ayuntamiento de Medio Cudeyo se guardan algunos documentos complementarios que justifican el estado de los empadronados. Entre ellos existen varios donde se recogen la guarda de privilegios o hidalguía para algunos flamencos. A modo de ejemplo, en un documento de 1705 se recoge un testimonio de una ejecutoria de los flamencos para que se los tenga por vecinos y que sean empadronados como flamencos y no como pecheros, o una Real Cédula de S.M. fechada en 1794 en la que concede el título de hidalgos a los flamencos descendientes de las Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y La Cavada.
  38. El trabajo de José Sierra Álvarez sobre la empresa del Miera para la conducción de madera a La Cavada hace referencia a la petición de dinero para levantar este cercado debido al robo de madera.
  39. Desde 1622 hasta 1764 los cañones se fundían en hueco y desde 1764 hasta 1781 estos se fundieron en sólido, es decir que salían del molde macizos, abriéndoles después el ánima con una barrena.

Referencias

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  16. Para José Manuel Maza Uslé sería la gran riada del año 1801 la que supondría la puntilla definitiva para el abandono de las instalaciones.
  17. Informe del ministro Vázquez Figueroa, ministro de Marina, a la Junta Superior de la Armada, el 3 de septiembre de 1834. Museo Naval. Referenciado por José Alcalá-Zamora y Queipo de Llano.
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  26. Según la sección Patrimonio Histórico de la web de El Diario Montañés, la inscripción sustituyó a un escudo de armas reales que existió inicialmente.
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Enlaces externos

  •   Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Real Fábrica de Artillería de La Cavada.
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  • Patrimonio histórico de Cantabria. Portalada de Carlos III. Web mantenida por El Diario Montañés
  • En defensa de un Imperio
  • Moderna técnica de Fundición y altos hornos, secreto Sueco, militares
  • Altos hornos de la Cavada, militares
  • Altos Hornos militares, revista metalurgia
  •   Datos: Q9067067
  •   Multimedia: Royal Artillery Factory, La Cavada

real, fábrica, artillería, cavada, conoce, unas, importantes, instalaciones, fabriles, mineras, cuyos, altos, hornos, estuvieron, situados, poblaciones, próximas, liérganes, cavada, municipios, liérganes, riotuerto, cantabria, españa, primera, siderurgia, indu. Se conoce por Real Fabrica de Artilleria de La Cavada a unas importantes instalaciones fabriles y mineras cuyos altos hornos estuvieron situados en las poblaciones proximas de Lierganes y La Cavada en los municipios de Lierganes y Riotuerto en Cantabria Espana Fue la primera siderurgia e industria armamentistica del pais y produjo durante mas de dos siglos entre 1622 y 1835 elementos de artilleria y municion de hierro destinados a la defensa del Imperio espanol y a garantizar su dominio de los mares Real Fabrica de Artilleria de La CavadaBien de Interes CulturalPatrimonio historico de EspanaArco de acceso a la Real Fabrica en 1890 cuando esta ya se hallaba abandonada LocalizacionUbicacionLa Cavada Riotuerto Cantabria Coordenadas43 21 07 N 3 42 31 O 43 35191111 3 70853056 Coordenadas 43 21 07 N 3 42 31 O 43 35191111 3 70853056Datos generalesCategoriaConjunto historicoCodigoRI 53 0000563Declaracion1 de abril de 2004Construccion1622 1835Mapa de localizacionReal Fabrica de Artilleria de La Cavada Ubicacion en Cantabria editar datos en Wikidata Localizacion de las Reales Fabricas de Artilleria de Lierganes y La Cavada La franja azul muestra el valle del rio Miera de especial importancia para el desarrollo de la actividad en las dos instalaciones El desarrollo de la artilleria en el siglo XV y su eficacia en los campos de batalla europeos propicio una revolucion tecnologica y una carrera armamentistica de las potencias continentales A partir de finales del siglo XVI y a medida que mas estancado se mostraba el combate terrestre mas se esforzaban las principales potencias en buscar la determinacion mediante la fuerza naval y el perfeccionamiento de sus tecnicas militares Es en este periodo cuando surgen las primeras flotas de guerra nacionales capaces de prolongar el conflicto a gran distancia de la metropoli En los siglos sucesivos quedaria bien patente que aquellas naciones que no pudieran abastecerse de miles de canones para artillar sus barcos nota 1 se verian relegadas de las principales rutas comerciales maritimas dejando el protagonismo en el dominio de los oceanos nuevo escenario principal de confrontacion a otros paises 1 Espana no fue ajena a este cambio estrategico en el escenario belico mundial y a los nuevos modelos de hacer la guerra nota 2 nota 3 En el centro de la revolucion militar marina estaba la artilleria el canon que permitio la expansion militar europea por todo el mundo conocido La creacion de flotas armadas que protegiesen las rutas comerciales maritimas requirio el cambio de produccion de las ferrerias y el forjado de los caros canones de bronce al moldeado de los mas modernos canones de hierro colado 2 Ello supuso una revolucion industrial debido al uso de nuevas tecnicas de fundicion nota 4 La apremiante y en algunos casos angustiosa necesidad de artilleria al servicio de unas politicas que fomentaban los conflictos y las guerras continuas la fabrica de La Cavada llego a producir hasta mil canones anuales con destino a la marina y al ejercito 3 obligo a dar respuesta mediante un sistema de produccion autarquico Un sistema basado en la construccion de plantas industriales en el propio territorio capaces de satisfacer las necesidades de material belico del pais sin recurrir a operaciones de diplomacia secreta y comercio no manifiesto que pudiesen provocar caer en la orbita politica de la potencia suministradora Esta politica fue comun a la mayoria de las potencias europeas en mayor o menor medida La puesta en funcionamiento de estos centros de produccion al abrigo de politicas mercantilistas con la creacion de Manufacturas Reales para la fabricacion de bienes considerados estrategicos por los gobiernos requerian un gran volumen de capital especialmente si se trataba de la produccion de piezas de gran tamano nota 5 Se necesitaban unas importantes instalaciones nota 6 para albergar altos hornos de gran capacidad con unas condiciones geograficas particulares donde asentarse y mano de obra muy cualificada Estas condiciones no eran faciles de reunir en la Europa del siglo XVI y buena prueba de ello fueron las tentativas fallidas que se dieron en Espana y en sus territorios de ultramar de instalar fundiciones similares Actualmente existen numerosos restos del conjunto de instalaciones y factorias que llegaron a formar la Real Fabrica de Artilleria en las localidades de Lierganes La Cavada y en la ria de Tijero pero unicamente el conjunto historico del Real Sitio de La Cavada esta declarado Bien de Interes Cultural Indice 1 Historia de las fabricas 1 1 Primeros intentos 1 2 Los inicios 1 3 Dos direcciones 1 4 El periodo expansivo 1 5 La nacionalizacion de las instalaciones 1 6 El declive 2 Los tecnicos y operarios 3 Arqueologia industrial y legado historico 4 Bien de Interes Cultural 5 Cronograma de acontecimientos 6 Vease tambien 7 Notas 8 Referencias 9 Bibliografia 10 Enlaces externosHistoria de las fabricas Editar Retrato de Curtius Los canones fundidos en las fabricas como el de la imagen eran mas ligeros que los franceses debido a la utilizacion de hierro procedente de las minas de Somorrostro Primeros intentos Editar A principios del Siglo XVII la escasez de artilleria era tal en los ejercitos reales que la Junta de Fabricas de Navios elevo a Felipe III una angustiosa consulta por la que se decidio hacer venir de Flandes fundidores de hierro para establecerse en Vizcaya Guipuzcoa o Las Montanas En el ano 1602 el embajador Baltasar de Zuniga fue comisionado para la busqueda de los fundidores poniendose este en relacion con Jean Curtius hombre de gran prestigio entre los industriales poseedor de una gran fortuna y que habitaba la Maison Curtius hoy Museo Arqueologico de Lieja 4 La intervencion del empresario propicio la contratacion de dos casas de fundicion en hierro Pero al llegar a Vizcaya encontraron tales dificultades para su implantacion por parte del Senorio que siempre vio con recelo la intromision de la Real Hacienda en el beneficio y laboreo de sus riquisimos veneros de hierro que regresaron a Flandes en septiembre de 1603 indemnizados con 16 000 florines 4 Los inicios Editar Enterado Curtius de este fracaso y entendiendo que la empresa era de brillantes posibilidades se ofrecio el mismo a implantar su fabricacion trayendo a su costa la mano de obra necesaria 4 Tan pronto como conocio la decision del Consejo de Estado por la cual se le autorizaba a llevar a cabo tal empresa se traslado a Espana con el fin de reconocer los territorios del norte en busca del lugar mas adecuado para su proposito decidiendose por la localidad de Lierganes ya que el encajonado rio Miera de curso mas caudaloso y regular que el de hoy en dia se prestaba para obtener la energia necesaria Ademas el lugar era idoneo porque estaba rodeado de extensos y frondosos bosques en sus proximidades se descubrieron las minas de hierro de los montes Montecillo y Vizmaya y porque al ser una comarca empobrecida la mano de obra auxiliar seria abundante y barata 4 En un principio a partir de 1616 Curtius aprovecho la ferreria de La Vega sobre el rio Miera 43 20 33 49 N 3 44 29 53 O 43 3426361 3 7415361 y empezo a construir las fraguas hornos carboneras y muros exteriores del complejo fabril de Lierganes Es el 9 de julio de 1622 cuando una Real cedula aprueba un generoso contrato que garantizaba a Curtius el monopolio de la fabricacion de numerosos productos Para su trabajo se trajeron de Flandes numerosos oficiales fundidores 5 La localizacion de la fundicion respondia a criterios de aprovisionamiento de materia prima en los bosques cercanos a priori inagotables el caudal abundante y regular del encajado rio Miera durante seis a ocho meses al ano diferente al de la actualidad y en su mayor parte modificado por la propia actividad de deforestacion de las fabricas en los montes de la cabecera del valle del Miera la existencia de canteras cercanas de piedra refractaria arenas y arcillas para los moldes las cercanas salidas de los productos a los astilleros de Camargo y el puerto de Santander en el Mar Cantabrico y la proximidad a minas de hierro nota 7 canteras y tierras de arena y barro asi como la abundante mano de obra Desde el inicio de la actividad las fabricas de Lierganes y La Cavada llevaban seis tipos de clientelas principales para su produccion militar la marina de guerra espanola el ejercito las fortalezas en plazas peninsulares y de ultramar los armadores de la marina mercante y de corso y las exportaciones a otros paises siempre que estos no fueran infieles ni a otro ningun enemigo de la Corona sino a amigos y confederados de ella prefiriendo siempre amigos vasallos y subditos fieles 6 En 1618 se contrato la construccion de dos altos hornos de tipo valon llamados San Francisco y Santo Domingo nota 8 Estos hornos eran moles inmensas de canteria a modo de piramide cuadrangular truncada 7 Sus calderas median 6 30 metros de alto mas 11 metros de foso 8 Ruinas del alto horno de Santa Teresa a finales del siglo XIX El metodo de fundicion utilizado era a la valona que consistia en hacer arrabio en los altos hornos para luego refinarlo en una forja fina 9 Actualmente no existe vestigio alguno de estos hornos cuya canteria fue reaprovechada para la construccion de edificios tras el cierre de la fabrica Ese mismo ano empezaron las pruebas con la llegada de cuarenta oficiales fundidores traidos de Flandes junto con sus familias nota 9 El coste de todos estos trabajos y el mantenimiento de los flamencos ascendia a 100 000 ducados y Curtius apremiaba la confirmacion del Consejo de Estado para que le confirmasen los Privilegios de fabricacion de artilleria de hierro municiones y otras manufacturas La confirmacion llego por Real Cedula en el ano 1622 Pero el retraso de los pedidos y la delicada situacion de sus empresas en Flandes llevo a Curtius a la ruina y en 1628 se vio obligado a ceder sus derechos a un consorcio integrado por el contador Salcedo Aranguren Jean de Croy Charles Baudequin y Georges de Bande un luxemburgues inteligente y habil en los negocios A la muerte de un Curtius casi arruinado De Bande desplazo a sus socios y se hizo con la direccion de la empresa decidiendo en 1634 la construccion de un nuevo ingenio en la poblacion de La Cavada 43 21 7 3 N 3 42 28 6 O 43 352028 3 707944 nota 10 8 El mineral de hierro para abastecer las fabricas de canones provenia de las minas de Heras Somorrostro y Monte Vizmaya En la imagen la antigua explotacion minera al aire libre en el Monte Vizmaya Entrambasaguas La excavacion y extraccion de los nodulos de oxido de hierro ha permitido dejar al descubierto interesantes formas karsticas en la roca caliza Bande mejoro la produccion mezclando el mineral montanes con el de Somorrostro tras obtener autorizacion del Senoria de Vizcaya 4 El aumento de la demanda supuso ademas la puesta en marcha en 1636 de un proyecto mayor la instalacion de una nueva fabrica llamada Santa Barbara en el paraje de La Cavada hoy una localidad en el Concejo de Riotuerto nota 11 El lugar se situaba mas proximo a por donde llegaba la vena vizcaina y tambien a donde se almacenaba la artilleria producida que por entonces era el castillo de San Felipe en Santander 4 En este lugar a cinco kilometros de Lierganes es donde se construyeron entre 1635 y 1637 dos altos hornos de los cuatro que llego a tener llamados San Jose y Santa Teresa acompanados de otras innovaciones tecnologicas en anos posteriores nota 12 A partir de esta epoca la Fabrica de Artilleria de La Cavada sera la denominacion de todas las instalaciones asociadas al complejo Lierganes Valdelazon Tijero y demas minas y montes Con De Bande en la direccion tambien se construyo una capilla y el muelle de Tijero donde se daba salida a las piezas de artilleria para ser almacenadas en el citado castillo de San Felipe La nueva factoria quedo terminada en 1637 con un costo de 24 000 ducados 4 Las fabricas alcanzaron entre 1635 y 1640 una alta produccion fruto de la demanda de armamento de la monarquia con el fin de mantener a la Espana de Felipe IV como gran potencia europea y poder controlar las rutas maritimas hacia Flandes Se fundieron en este periodo un total de 939 canones de calibres superiores 195 000 balas 4010 bombas y unas 8500 granadas Es durante este periodo en 1635 cuando se levantaron dos nuevos altos hornos tambien tipo valon de dimensiones gigantescas para la epoca 12 metros de alto en piedra de canteria de los cuales 7 30 metros corresponderian a la caldera Los hornos bautizados como San Jose y Santa Teresa seran los mayores del mundo en aquel momento teniendo en cuenta que el de Sharpley Pool en Inglaterra que media 30 centimetros mas se levanto en 1652 8 La derrota naval de las Dunas y los alzamientos de Cataluna y Portugal significaron un debilitamiento de la demanda de canones para la Armada La sobreproduccion de la fabrica cambio los esfuerzos de fabricacion que se dedicaron a las municiones y la polvora frente a la artilleria La conveniencia de instalar otra fabrica cerca del Rosellon teatro de operaciones francoespanol hizo a Georges De Bande levantar otras instalaciones en el Senorio de Molina nota 13 Lo prospera de su industria le permitio hacer fortuna y aumentar su prestigio en un lugar como el montanes tan sensible por entonces a titulos y preeminencias comprando el privilegio de hidalguia el titulo de senor de Villasana de Mena y ser nombrado tesorero de millones de Laredo 4 Dos direcciones Editar El proceso de fundicion de los canones de hierro continuado desde mayo hasta octubre se realizaba de la siguiente forma Desde la parte superior de los altos hornos que se encontraban al mismo nivel que la carbonera se iba cargando la capsula Primero solo con carbon vegetal para despues de trascurridos varios dias y una vez alcanzada la temperatura deseada anadir alternativamente capas de carbon y mineral de hierro A El carbono del carbon vegetal arrebataba el oxigeno al mineral de hierro el cual se iba depositando en el fondo de la caldera al tener una mayor densidad En la parte inferior del horno existian unas toberas por donde se forzaba la entrada de aire mediante unos grandes fuelles accionados por mecanismos hidraulicos B El aire insuflado favorecia la oxigenacion y con ello la combustion En el crisol del horno se encontraba un orificio por el que fluia el arrabio cuando se sangraba el alto horno y se dirigia al foso en el que se hallaba enterrado el molde del canon C Encima de esta abertura pero debajo de las toberas habia otra boca por donde salia la escoria de menor densidad que el hierro D Un canon de avancarga del calibre 48 recuperado para el Museo de la Real Fabrica de Artilleria de La Cavada La Armada Real preferia los canones de mayor calibre pues los barcos espanoles practicaban la denominada guerra a la espanola acercandose al enemigo y usando canones de alto calibre aunque de menor alcance ya que producian efectos mas contundentes En cambio otras marinas europeas como la Marina Real Britanica preferian utilizar la artilleria para hundir a distancia a los buques enemigos por lo que solian utilizar canones de menor calibre y mayor alcance pero menos efectivos 10 A la muerte de Bande en 1643 ya enriquecido enormemente su mujer Mariana de Brito dirigio la fundicion operada por los tecnicos flamencos cerca de setenta familias se asentaron en la zona alcanzando altos rendimientos La considerable fortuna de Jorge de Bande suscito recelos y envidias que originaron una intervencion del estado El historiador Jose Alcala Zamora cuenta como su importante fortuna fue tema de conversacion en la alta burocracia del Estado que tras averiguaciones reclamo a la viuda de Bande unos fuertes intereses por una supuesta falta de incumplimiento en la entrega de unas piezas de artilleria para Flandes en 1631 y como fueron intervenidos los bienes del luxemburgues 5 Mariana de Brito pudo retener la factoria de La Cavada recomprandosela en subasta al Estado con bienes de sus hijos tras su apropiacion 5 Mariana y sus hijos habitarian en la casa solar de Olivares de Riotuerto casas estas muy principales llamadas de La Cavada con su iglesia adosada de la advocacion de Santa Barbara en los meses de mayor actividad industrial de noviembre a abril en el que el caudal del rio Miera podia mover mejor los ingenios En los restantes residirian en sus casas de la villa de Santander 4 El estancamiento de la produccion de la fabrica a partir de este periodo fue patente provocado por la conclusion de las politicas guerreras de la monarquia espanola y la reduccion de margenes de beneficio impuesto por el estado El dificil mantenimiento de los nuevos precios por parte de Mariana de Brito y la inminente caducidad del asiento de la fabrica hizo que se incorporara Diego de Noja y Castillo como asentista de la fabrica de Lierganes y dona Mariana a la de La Cavada La situacion de escasa demanda estatal fue ligeramente atenuada por la compra de piezas por Holanda enfrentada a Inglaterra y por medios particulares Sin embargo se sufrieron frecuentes crisis y paros en la produccion que no serian superados hasta 1716 En 1661 se incorporan a la direccion de la fabrica los hijos de Mariana de Brito fallecida en 1673 Juan y Jose de Olivares quedando finalmente Juan a cargo de la fabrica de La Cavada y Jose con la de Corduente Al fallecimiento de Diego de Noja su nieto Pedro de Helguera Alvarado ocupo su puesto De esta forma las familias Noja y Olivares fueron dirigiendo las fabricas de Lierganes y La Cavada respectivamente haciendo cada una la mitad de las entregas oficiales aunque en la realidad fue la de Lierganes algo superior La innovacion tecnologica en este periodo vino de la mano de la municion terrestre morteros y bombas fueron de interes para la guerra y el asedio Y todo ello hasta 1715 5 El periodo expansivo Editar De 1716 a 1800 vino la gran epoca de las fabricas asentada en la importante expansion de las rutas del Atlantico y el mayor crecimiento de la Armada espanola por la proteccion de los barcos que hacian las rutas por las Indias De 1716 a 1800 se construyeron en Espana no sin problemas un total de 103 navios de linea con mas de 6900 canones En 1773 la Armada espanola disponia de 60 navios con mas de 6000 piezas de artilleria No obstante se perdieron 49 buques entre 1761 y 1805 sobre todo por combates navales Esta epoca fue el gran despegue de los canones de hierro colado nota 14 y supuso un renombrado prestigio para las piezas hechas en las fabricas de Lierganes y La Cavada por su ligereza y seguridad Era de sobra conocida en el mundo la calidad de estos canones que a pesar de disponer de poco ornato tenian una gran virtud no solian reventar aunque se sometieran a un prolongado fuego y avisaban antes con la aparicion de grietas o pedazos expulsados a diferencia de otros canones que reventaban de improviso con el peligro que suponia para la dotacion a su cargo 11 A este respecto el Marques de la Ensenada escribiria el 26 de junio de 1748 Las fabricas de hierro de La Cavada y Lierganes en La Montana eran las mas celebradas de Europa porque la materia de las de Francia Holanda Inglaterra y Alemania es muy vidriosa no resiste tanto el canon y revienta en pedazos y la de aca no se distingue del bronce mas que en no ser de tanta duracion porque por lo demas tiene la misma suavidad y blanduraZenon de Somodevilla y Bengoechea marques de la Ensenada Las dos factorias de Lierganes y La Cavada son regidas en esta epoca por el nieto de Mariana de Brito Nicolas Xavier de Olivares que alcanzo los niveles de produccion de la epoca de Jorge de Blande Es en este tiempo cuando en las fabricas se realizan ademas las canerias de las fuentes de Aranjuez y San Ildefonso importantes por el volumen de fundicion En 1738 el hijo de Nicolas Xavier Joaquin se hizo cargo del asiento de los Altos Hornos y alcanza en 1742 el titulo de Marques de Villacastel En esta epoca fueron asignados privilegios y prerrogativas a los asentistas y operarios de las fabricas algo que no gusto a los habitantes de las localidades y que fue origen de problemas de convivencia 12 Se inaugura un nuevo horno y un reverbero con el que se alcanzan los maximos volumenes de produccion de la historia de las fabricas 1756 59 con 800 piezas de artilleria y obra civil y 400 000 piezas de municion nota 15 En 1759 muere Joaquin y las fabricas de Lierganes y La Cavada las posee su hija Maria Teresa del Pilar que se casaria con el conde de Murillo La nacionalizacion de las instalaciones Editar El arco conmemorativo de Carlos III en La Cavada sirvio de entrada principal al complejo fabril El edificio adosado estuvo destinado al cuerpo de la guardia y la administracion Con la llegada de Carlos III en 1759 se revocan los privilegios concedidos a los Villacastell se interviene y expropia la fundicion convirtiendola en Real Fabrica en 1763 nota 16 y se nombra director de esta al teniente coronel Vicente Xiner Maria Teresa del Pilar y el conde Murillo son compensados con una cantidad importante a pagar por la Corona mas de cinco millones de reales 5 La poca autonomia de las Reales Fabricas ya estatales frente a la iniciativa privada y la excesiva burocracia introdujo dificultades en su desarrollo tanto de gestion como de produccion e innovacion Los hornos redujeron su volumen de produccion y las innovaciones tecnologicas en paises como Inglaterra fueron complemento a su deterioro No abrio su produccion a las posibilidades de la demanda civil y privada sino que se limito ha satisfacer los encargos militares con la excesiva dependencia de la Armada que a la postre seria su perdicion por el colapso de esta nota 17 A ello hay que sumar un mal planteamiento financiero en la expropiacion que supuso el pago de unas rentas muy altas a los herederos de la Casa de Villacastell durante 80 anos por encima de los problemas del Erario publico 5 Las directrices y los experimentos tecnicos del Cuerpo de Artilleria del Ejercito en la fabrica de La Cavada que incluian nuevas tecnicas de fundicion en solido con moldes de barro y posterior torneado supusieron un fracaso en la calidad de las piezas nota 18 y un desecho de armamento inutil Los hechos ocurridos a finales de 1771 en Ferrol donde reventaron dos canones fundidos en La Cavada hicieron someter a todas las piezas fundidas en solido a varias pruebas de las que se obtuvieron un penoso resultado el 80 de un millar y medio de canones reventaron o se agrietaron nota 19 Todo ello provoco un estrangulamiento de la hacienda Desde la Secretaria de Estado de La Marina hubo preocupacion pues estos incidentes en la principal fabrica de artilleria espanola provocaban que la Armada estuviese desartillada Se concluyo en las investigaciones que el deterioro de las piezas no se debia al metodo de fundicion sino a los minerales de hierro utilizados y al metodo de torneado 11 La fabrica llego a producir en torno a 23 000 canones La mayoria de estas piezas tenian su destino en las baterias costeras del imperio y su Armada real Muchos de los barcos fueron construidos en las atarazanas de Guarnizo a donde se enviaban gran parte de los canones El de la imagen protegio el fuerte de San Carlos en Santona La produccion de canones que necesitaba la flota espanola diez mil piezas de 1764 a 1793 contando tambien los buques mercantes y corsarios no se consiguio llegando unicamente a las 6000 unidades Se recurrio a los excedentes en Inglaterra nota 20 para alcanzar el programa naval de armamento hasta la guerra de Espana con este pais en 1778 En 1790 se construye un sexto horno con la finalidad de cubrir este deficit y ayudar en principio a la fortificacion de las plazas en las Indias La Cavada empieza a fundir carronadas elementos que ya eran utilizados en las marinas inglesas y francesas y que se empiezan a producir tras su prueba en buques espanoles nota 21 La necesidad de produccion con nuevas tecnicas tambien hizo reclutar a fundidores franceses pero ni por esas se llego a las cantidades requeridas y en 1768 el maestro fundidor principal de la fabrica y responsable de los altos hornos Francisco Richters reconoce estar confundido ante los nuevos metodos metalurgicos introducidos y los fracasos tecnicos acumulados nota 22 Demanda naval de canones para la Armada Espanola 1764 1796 5 Anos Navios de linea Canones Promedio anual1764 1765 3 262 1311766 1770 17 1346 269 21771 1775 10 740 1481776 1780 7 558 111 61781 1785 10 782 156 41786 1790 13 1112 224 41791 1796 8 680 85Total 98 5480 166En 1781 se encomienda al Ministerio de Marina la direccion de la fabrica de La Cavada y se vuelve a los antiguos metodos de fundicion de los anos de Villacastel de la mano de Antonio Valdes y Fernandez Bazan nuevo director Se consiguen buenos resultados y se construye en 1783 un cercado de tapia alrededor de todo el complejo y un arco triunfal a modo de portada que daba entrada a la fabrica y que aun se conserva en La Cavada A partir de 1787 se vuelven a fundir en los hornos objetos para la industria privada como escudos piezas de maquinaria canos herramientas para obras en caminos etc Ese mismo ano el ingeniero de la Marina Fernando Casado de Torres conoce al ingeniero austriaco Wolfgang de Mucha en Viena Este contacto influira de forma notable en el devenir de la fabrica de La Cavada durante los siguientes anos Los encuentros que tuvieron Casado de Torre y de Mucha en Austria estuvieron marcados por un caracter secreto que bien podria calificarse de espionaje industrial militar y que llevo al ofrecimiento de trabajo en el Reino de Espana Asi en 1790 y una vez aceptado el ofrecimiento y siguiendo ordenes reales dadas por el ya Ministro de la Marina Antonio Valdes el embajador en Venecia Simon de las Casas acompana a Wolfgang de Mucha en su viaje a Espana En La Cavada y tras reconocer el estado de las instalaciones se hace cargo de la construccion de un sistema de conduccion de maderas por flotacion a lo largo del rio Miera Mediante una serie de importantes infraestructuras de canalizacion y represamiento de su cauce la madera era transportada hasta la fabrica Esta empresa consume numerosos recursos economicos y supone un importante esfuerzo de construccion nunca realizado hasta el momento en Espana La empresa fue parcialmente completada y unicamente funciono unos pocos anos Las razones de su abandono fueron variadas pero sobre todo se debieron al alto coste de su desarrollo la oposicion de las gentes y a las demasiado optimistas previsiones en el volumen de madera transportada nota 23 En 1792 se introducen importantes reformas en los hornos de Lierganes El declive Editar Fernando Casado de Torres e Irala por Eusebio Zarza Museo Naval de Madrid El declive de la marina espanola con la derrota en la batalla de Trafalgar afecto a la fabrica que entro en crisis de sobreproduccion y desde los ultimos anos del siglo XVIII su rendimiento cae en picado por tres factores falta de demanda de la Marina Real escasez de dinero y falta de carbon Hacia 1688 los nuevos navios de linea estaban capacitados para operar tanto en el mar Caribe como en el oceano Indico y en el Pacifico a fin de lograr tanto la superioridad tactica como la estrategica En la imagen el navio espanol Santisima Trinidad 1769 que con sus cuatro puentes y 140 canones fue el mayor de su epoca hundiendose en la Batalla de Trafalgar La artilleria naval espanola y sus municiones procedian en su mayor parte de las instalaciones de Lierganes y La Cavada La Marina de guerra espanola experimento una vertiginosa reduccion de sus buques debido a los hundimientos en confrontaciones con el imperio ingles Asi y segun Jose Alcala Zamora en 1796 constaba de 77 navios de linea 66 en 1800 39 en 1806 21 en 1814 7 en 1823 y 3 en 1830 5 Respecto al ultimo factor la Corona expidio una Celula que obligaba a que se dieran los montes a los precios acostumbrados y que a peticion de los asentistas se repararan los caminos para hacer llegar el transporte de la madera El abuso de estos privilegios provoco el recelo de los habitantes y la desaparicion de las ferrerias de la zona En 1754 y con el fin de asegurar el aprovisionamiento de madera el marques de Villacastel decide ampliar el area de restriccion forestal a cinco leguas de radio y tal fue la busqueda desesperada de carbon vegetal que se extrajo madera de los bosques de Espinosa de los Monteros nota 24 construyendo en 1796 un resbaladero de troncos en Lunada un colosal tobogan de 2400 metros de longitud para cuya construccion se emplearon 5000 hayas nota 25 13 Como ya se indico antes estuvo en servicio poco tiempo ya que para el ano 1800 no tenia actividad 14 Otra medida fue la prohibicion del corte de arboles en los montes correspondientes a la dotacion de la Real Fabrica bajo pena de severos castigos a los vecinos nota 26 En este sentido Jose Alcala Zamora relata un suceso acontecido en la noche del 27 de mayo de 1784 Dos pobres labriegos Antonio Cuesta y Manuel Gutierrez para hacer salir a un zorro que les habia matado dos ovejas prendieron fuego a un matorral A consecuencia se quemo un quejigo a pesar de los desesperados esfuerzos para evitarlo El Tribunal de La Cavada tras haberles incautado en los preliminares una sabana y otras prendas como unicos bienes que tenian les condeno a dos anos de presidio en Africa apercibiendoles de que serian diez a la siguiente transgresion Intervino Madrid rebajando la pena a destierro por igual tiempo a seis leguas de su domicilio atendiendo a la falta de animo y dolo y evidenciandose que el incendio se hizo para evitar continuase el riesgo de su ganado unico objeto de mantener aquellos infelices Jose Alcala Zamora y Queipo de Llano Historia de una empresa siderurgica espanola Los Altos Hornos de Lierganes y La Cavada 1622 1834 pag 46 Si bien sobre este hecho Jose Bonifacio Sanchez opina en su libro Historia y Guia Geologica y Minera de Cantabria que la pobreza en la disculpa ante este incidente se debe de relacionar con la idiosincrasia del campesino y la practica tradicional de quema de monte asociada a la agricultura y la ganaderia 15 Por el contrario cuenta tambien el hecho de que existieron gratificaciones por la plantacion de arboles que segun indicaba Melchor de Jovellanos nadie nunca cobraba se premia con medio real al que planta un arbol y anos hace que nadie se presenta a cobrar el premio Independientemente de todo ello estas prohibiciones en las cortas de lenas y maderas de los montes provocaron quejas de la muchedumbre que se veia perjudicada en la obtencion de recursos para su subsistencia nota 27 y que a la larga supuso la deforestacion de los montes orientales de Cantabria y Burgos especialmente tras la incorporacion de las fabricas a la Corona y la Ordenanza de la Marina de 1741 nota 28 En 1795 cierra tras 160 anos de actividad la fabrica de Lierganes y produce las ultimas piezas para la guerra contra Francia El ingeniero de la Marina y director de la fabrica de La Cavada Fernando Casado de Torres recibe la orden de buscar la forma de sustituir en La Cavada la fundicion con carbon vegetal por el de mineral y para este fin comienza una serie de experimentos y observaciones a fin de conseguir su utilizacion y la explotacion de las minas de la localidad proxima de Penagos Viajara a Alemania y traera de Westfalia a Francisco Stievenard en 1790 un facultativo con amplios conocimientos en la explotacion de minas de carbon nota 29 No obstante la utilizacion de carbon mineral para la fundicion de La Cavada no logra los resultados deseados y se vuelve al carbon vegetal A partir de 1800 solo funcionaban dos de los cuatro hornos disponibles algo causado en gran parte por la escasez de materia prima nota 30 Los anos previos a la invasion napoleonica supusieron un efimero incremento del numero de fundiciones entre 1806 y 1808 No obstante el rendimiento de la fabrica seguiria siendo escaso Las crecidas del rio Miera en 1801 y 1834 hicieron que el caudal de sus aguas en la localidad de La Cavada superase el puente del Real Sitio infraestructura que sirvio de entrada al recinto fabril 16 La invasion francesa ocupo en sus inicios el Pais Vasco y Navarra La fabrica de La Cavada y Lierganes se convirtio en un punto estrategico de importancia Con la llegada del ejercito napoleonico a Santander el 23 de junio de 1808 La Cavada no tuvo una ocupacion continua debido a la geografia del lugar aislada y entre montanas y a que los franceses necesitarian de una fuerte guarnicion para poner en marcha unas fundiciones con escasa lealtad de sus operarios y una produccion inutil para la ya muy reducida flota francesa Ademas la preocupacion de las tropas imperiales de Napoleon era ocupar la costa ante la incertidumbre de una invasion inglesa La Guerra de la Independencia trajo a la zona tiempos de penuria y hambre ante la dejadez en el cobro de sueldo de los operarios de las fabricas y la incorporacion de los jovenes al ejercito El rendimiento de la fabrica se redujo considerablemente El apoyo de la fabrica de La Cavada a la causa del rey Fernando VII fue un hecho prestando material clandestino tanto a la guerrilla como a las tropas regulares Algunos de los operarios llegaron a instalar una forja y armeria en Pena Rocias en el valle de Soba que suministro balas de fusil y turquesas para las tropas espanolas hasta que fue descubierta Si bien el ejercito napoleonico se llevo lo que pudo y en sus incursiones a la fabrica hubo apresamientos y fusilamientos tambien es cierto que fueron algunas bandas de guerrilleros los que hicieron mayores excesos hasta tal punto que las gentes locales se sintieron aliviadas por la captura por parte de las tropas napoleonicas de algunos de ellos cuyas actividades se podrian considerar mas proximas al bandolerismo En cambio estuvo tambien por Lierganes y La Cavada la guerrilla de Juan Lopez Campillo futuro idolo de la Guerra de la Independencia nota 31 Pero la verdadera repercusion negativa que tuvo esta contienda para las fabricas fue las penurias sufridas por sus trabajadores que sin sustento por dejar de cobrar los sueldos en una zona de agricultura pobre muchos emigraron con sus familias los mas jovenes se enrolaron en el ejercito y aquellos mas desafortunados murieron de hambre o enfermedades Al final de la guerra solo un tercio de los operarios seguia en las fabricas e incluso el personal directivo hubo de escapar u ocultarse Asi Juan Francisco de Aguirre director de la fabrica durante esa epoca se escondio en Solares hasta su muerte el 26 de febrero de 1811 y el mando de las fabricas quedaron a cargo de Alonso Arias cuarto jefe en rango que hizo un ejercicio de gran diplomacia para lidiar entre los impetus de las guerrillas y las autoridades invasoras 5 Tras la Guerra de la Independencia en 1818 se comienza una nueva fundicion con resultados desastrosos La llegada del Gobierno liberal y el impulso de los ayuntamientos obstaculizaron las operaciones carboneras de La Cavada tan denostadas por los aldeanos pues les impedian el uso libre de los bosques y la creacion de tierras agrarias Instaurado de nuevo el regimen absolutista de Fernando VII siguio la fabrica su actividad sin conseguir producir a precios competitivos Vistos los resultados de explotacion de la fundicion muchos operarios comenzaron a buscar nuevos trabajos El deseo de privatizacion de la Real Fabrica de La Cavada por el gobierno de Fernando VII no logro atraer el capital extranjero mas interesado en las zonas mineras asturianas Y si bien un tal Jose Infante Vallecillo propuso en 1832 la restauracion de las instalaciones de Lierganes y La Cavada no se llego a un acuerdo dado las concesiones abusivas que exigia incluyendo tierras laborables en Cuba nota 32 En 1831 el catedratico Gregorio Gonzalez Azaola es nombrado director interino de las instalaciones de La Cavada Conocedor de las nuevas industrias en Europa apoyadas en la mineria del carbon habia viajado en 1826 en busca de avances tecnologicos que pudiesen aplicarse a La Cavada pero la complejidad en las reformas que la fabrica necesitaba hace que de por perdidas las viejas instalaciones reales sugiriendo que fuesen aprovechadas como fabrica de harina curtidos o tejidos Una inundacion del rio Miera en la tarde del 19 de agosto de 1834 destruyo parte de las instalaciones y las presas que movian las maquinas de La Cavada que ya se habian reparado tres anos atras Ya no se volvieron a reconstruir y desde el Gobierno se pidio al ministro de Marina que se deshiciese con prontitud de una carga tan pesada 17 Las incursiones de las tropas carlistas saquearon las instalaciones durante todo ese ano Esos dos hechos fueron el punto final de una fabrica que cerro en 1835 y que se estima produjo en sus mas de 200 anos de actividad 26 000 canones centenares de miles de balas de distinto calibre y millares de piezas de orden civil 18 La imagen del ano 1926 muestra aun un canon abandonado en la orilla del rio Miera junto a los restos de la fabrica Tras el abandono de las instalaciones en los anos posteriores a 1830 los comarcanos se apresuraron a irse llevando todo lo que pudieron de los edificios y talleres entre otras ideas probablemente con la ingenua de impedir la restauracion de las instalaciones nota 33 debido en parte al enfrentamiento durante anos con el Estado sobre el uso y trabajo en los montes En 1838 ante la amenaza de los carlistas las ultimas piezas de artilleria que quedaban almacenadas en La Cavada y que databan de antes de la guerra napoleonica fueron transportadas a Santander Alli estarian hasta 1847 que a excepcion de algunos canones que fueron llevados a Algeciras el resto se subasto para refundicion Se planteo incluso la demolicion de los hornos de reverbero para evitar ser usados por los enemigos de los cristinos algo que nunca ocurrio En 1840 ya solo quedaban al mantenimiento y custodia de la fabrica un fundidor nueve empleados y quince soldados sin practicamente ninguna labor En 1848 el Ministerio de la Marina vende el denominado Sitio de las Maquinas de Valdelazon 43 21 22 N 3 42 39 O 43 356085 3 710804 utilizado para las labores de barrenado y pruebas de tiro a Juan de la Pedraja que construira una fabrica de tejidos e hilados de algodon con continuidad hasta finales de los anos 60 del siglo XX 5 Ya en 1850 Pascual Madoz en su diccionario geografico estadistico historico describia el lugar de La Cavada indicando que No hay pluma que baste a pintar los destrozos que este sitio ha sufrido de pocos anos a esta parte Las famosas obras de presas cauces y demas han sido arrebatadas por las corrientes las enormes ruedas que componian las maquinas y todos los utiles han desaparecido las abundantes maderas de caoba cedro y encina que llenaban los depositos y maestranzas han sido presa del abandono y del pillaje y cerca de 2000 canones de hierro de todo calibre un sin numero de balas y otros muchos efectos se han transportado a Santander otras partes En el sitio solo han quedado las casas de las maquinas el cuartel el palacio la capilla el reloj puesto en una torrecita que esta parado y varias mesas de hierro colocadas en diferentes puntos para juego refresco etc Existe hoy una guarnicion de 11 artilleros y un sargento un invalido y el contador que habita el palacio En 1881 casi no quedaba rastro ya de la fabrica 19 Los tecnicos y operarios Editar Una diligencia cruzando el antiguo puente de La Cavada sobre el rio Miera a finales del siglo XIX y que daba acceso a la fabrica de artilleria Pascual Madoz lo describia como un puente de 2 arcos de piedra labrada con unos 30 pies de altura en su parte media y la anchura suficiente para dar paso a un carruaje mayor tiene soberbios tajamares algunos de ellos de canones de hierro y lo que presenta de mas notable es su gran fortaleza pues nada ha desmerecido a pesar de las fuertes avenidas que ha sufrido Gancheros encauzando los troncos para su transporte por flotacion en 1929 en un lugar indeterminado de Espana Las tecnicas de maderada no deberian distinguirse mucho de las practicadas por aquel entonces en el rio Miera La instalacion de las fabricas de Lierganes y La Cavada supusieron la llegada de tecnicos provenientes de Flandes con el fin de difundir e instruir a los operarios espanoles autoctonos la experiencia que aquellos tenian en el arte de la fundicion Estos grupos de especialistas fueron los que pusieron en marcha entre 1617 y 1628 con el decidido apoyo de la Corona la fabrica de Lierganes y a cada dificultad o progreso en Europa se procuraba traer el personal mas capacitado De tal forma que incluso todavia en 1679 era preciso conseguir nuevos tecnicos flamencos porque no se habia podido conseguir que los naturales de estos reinos se hubiesen aplicado a esta facultad nota 34 Los maestros flamencos sabedores del trabajo en las minas formaban ademas a practicos encargados de las labores de localizacion del mineral y el seguimiento de su explotacion para el aprovisionamiento de material para los hornos Unas setenta familias vinieron a Lierganes y La Cavada a principios del siglo XVII principalmente de la zona de Lieja para poner en marcha las fabricas de artilleria y fueron el germen de cinco o seis generaciones de flamencos asentados en la region que trabajaron alrededor de las instalaciones durante los siglos XVII y XVIII Esta comunidad que se favorecia de un monopolio en las funciones de la fundicion tuvo que sufrir durante 200 anos un aislamiento por parte de los aldeanos proximos a las fabricas Fueron objeto de reticencias desvios y malos tratos por parte de las gentes del lugar posiblemente no tanto por los propios obreros que trabajaban en las fabricas tratandolos aun incluso a sus bisnietos como extranjeros y formando una especie de linaje por casi endogamia forzosa y calificandolos de rabudos termino despectivo de la epoca con el que se aludia a los flamencos Fueron privados de los oficios concejiles y honores sociales Se les concedio el fuero de Artilleria por ser conveniente en Espana pero existieron numerosos pleitos debido a la oposicion de la poblacion a que dispusiesen de titulos de hidalguia nota 35 El privilegio fue concedido por Felipe V en 1718 reiterado en 1784 y nuevamente en el ano 1794 cuando se les confirma el derecho a llevar un uniforme militar 15 nota 36 Durante anos fueron constantes las contiendas entre lugarenos y operarios para obtener sutiles ventajas unos y suprimirlas los otros con el apoyo del Estado nota 37 Llegaron las ofensas incluso hasta en el momento de los entierros como recoge un texto de un legajo recuperado en el libro de Jose Alcala Zamora y Queipo de Llano hasta en la misma iglesia les tienen lugar destinado para enterrar los cadaveres y se ha verificado el caso de que habiendo fallecido una mujer del lugar de Rucandio en el de Riotuerto cuya parroquia corresponde a La Cavada advirtiendo los parientes de la difunta la daban sepultura cerca de donde la tienen los flamencos exclamaron en tono y voces descompuestas dentro de la propia iglesia queria llevarla a su lugar porque no era razon quedara una espanola junto a tan mala compania 20 Estas injurias podian llegar en algunos casos a la extorsion y asi lo denuncia en 1698 un tal Tomas Baldor en nombre de sus companeros cuyos vecinos les tratan penandoles y entrando en sus habitaciones con violencia y sacandoles prendas para hacerse pago de las penas que les hacian 21 La descendencia de estos tecnicos de Flandes orgullosos de su trabajo ha llegado hasta nuestros dias Sus apellidos en su mayoria flamencos pasaron a castellanizarse en el siglo XVIII En Riotuerto Lierganes o municipios limitrofes es facil encontrar hoy vecinos con algun apellido Arche Baldor o Valdor Del Val Berno Cubria Guate Lombo Marque Osle o Usle Oti Roji Roqueni Sart etc 22 El numero de trabajadores variaba dependiendo de la epoca del ano siendo los meses de fundicion el tiempo en que las fabricas requerian mas empleados En noviembre se solia empezar a encender los hornos que tardaban unos 40 dias en prepararse para comenzar la fundicion En verano el bajo nivel del rio Miera obligaba a parar y se aprovechaban estos meses para realizar tareas de limpieza y construccion de nuevos crisoles Esta eventualidad de la mayoria de los trabajadores y los bajos sueldos obligaban a la realizacion simultanea de tareas agricolas La temporalidad tambien se reflejaba en los trabajos de mineria transporte y carboneo asociados a la produccion de las instalaciones En muchos casos la obligatoriedad de trabajar en la corta y acarreo de maderas en los montes de Cantabria y Burgos ocasionaba numerosas quejas de los vecinos que veian desatendiendo sus labores agrarias por meses con unos salarios que consideraban escasos 5 No obstante la localizacion del complejo fabril en la zona presento oportunidades de trabajo para las familias de Riotuerto Lierganes Entrambasaguas Miera u otros municipios cercanos extremadamente miserables y pobres Estas expectativas supusieron el aumento sensible de poblacion en la Junta de Cudeyo antigua division comarcal El crecimiento entre 1636 a 1750 fue de un 40 hasta llegar a los 8000 habitantes Las condiciones del trabajo tanto en la fabrica como en las minas y los montes eran muy duras incorporandose mujeres y ninos a muchas tareas A modo de ejemplo diversos autores hacen referencia a la utilizacion de las neveras del cercano puerto de Alisas 43 17 57 N 3 38 08 O 43 29925944112073 3 6355427873695807 o de la localidad de La Cantolla en el lugar conocido como Finumiga 43 17 29 43 N 3 44 14 28 O 43 2915083 3 7373000 para el tratamiento de quemados de la fabrica 23 El origen de las neveras que hasta el momento conocemos en Cantabria esta relacionado por todos los indicios con la demanda de hielo de las fabricas de canones de Lierganes y La Cavada que generaban gran cantidad de quemados y otros heridos Virgilio Fernandez Acebo Boletin numero 5 del Museo de las Villas Pasiegas El sueldo aun siendo bajo en comparacion con otras fabricas de Espana resultaba superior a la media de la region y suponia un interesante complemento a las tareas agricolas en una zona pobre y miserable Jose Alcala Zamora cuantifica en una media de 4 82 reales de vellon los salarios de los 274 operarios que trabajaban en las fabricas en marzo de 1799 No obstante las diferencias eran muy grandes y asi los ayudantes de fundicion cobraban 800 reales al mes y un director 3000 5 Se obtenian otros beneficios como los retiros a operarios veteranos que cayesen imposibilitados o enfermos aunque existia a veces la obligacion de asistir a las fundiciones mientras hubiera fuerzas A las viudas o huerfanos de viejos empleados se les otorgaba una pension a traves de limosna Estos retiros fueron desapareciendo a medida que la situacion economica de la fabrica fue empeorando Mejor suerte tenian aquellos trabajadores fijos y los que disponian de casa dentro del recinto fabril ya que podian disponer de huerto adquirir articulos a precios economicos en la tabernilla de La Cavada primas por resultado carbon etc En total la fabrica llego a dar trabajo a unas mil personas en los tiempos de mayor bonanza Arqueologia industrial y legado historico EditarEn la actualidad aun existen restos de las Real Fabrica de La Cavada aunque la mayor parte de las construcciones fabriles han desaparecido o sus restos han sido reutilizados para nuevas edificaciones Limite y elementos actualmente observables del antiguo recinto del Real Sitio en la localidad de La Cavada 1 Puente 2 Portada de Carlos III 3 Edificios de la guardia y administrativo 4 Almacenes 5 Casa Redonda 6 Casas de los operarios y las caballerizas 7 Reten de troncos y rampa 8 Canal 9 Puerta de Cecenas 10 Huerta del Ministro 11 Huerta del Comandante 12 Huerta del Tesorero 13 Venta 14 Huerta de las casa de oficial contador y del cuartel En La Cavada se pueden ver restos de los cierres del complejo que pudo llegar hasta la cercana poblacion de Los Prados Existe un alto muro de mamposteria junto a la carretera que lleva al pueblo de Rucandio en el lugar de Entrambosrios el cual sirvio tambien de cerco al recinto 43 21 0 84 N 3 42 25 69 O 43 3502333 3 7071361 24 Esta construccion que no aparece en los planos originales del Real Sitio son los restos de un perimetro levantado para guardar la madera que descendia del rio Miera desde el puerto de Lunada malogrado proyecto de Wolfgang de Mucha nota 38 A este proyecto tambien pertenecen unos retenes levantados en el rio Miera y la rampa de arrastre de la madera hoy en estado ruinoso pero perfectamente visibles 43 20 57 3 N 3 42 34 61 O 43 349250 3 7096139 25 Panoramica del Real Sitio en La Cavada La imagen senala algunas de las estructuras conservadas de las antiguas instalaciones pulsar para ampliar 1 Puente 2 Portada de Carlos III 3 Almacenes 4 Casa Redonda Antigua capilla 5 Casas de los operarios y las caballerizas Restos de un contrafuerte del reten de troncos en el rio Miera La portada de entrada en honor a Carlos III declarada Bien de Interes Cultural en 1985 es una de las tres puertas que tenia el recinto junto con la de Cecenas y la de Lierganes Fue construida entre 1783 y 1784 por el arquitecto Francisco de Salcines y responde a un estilo neoclasico con arco de medio punto pilastras a ambos lados y fronton triangular en el que se lee la inscripcion 26 CARLOS III REY ANO 1784 Los sillares se encuentran soldados por coladuras de plomo y hierro El puente sobre el rio Miera y que daba acceso al recinto del Real Sitio fue levantado en el siglo XVII La estructura sufrio diferentes danos a causa de las avenidas en especial las de los anos 1801 y 1834 En 1999 el puente fue afectado por una importante transformacion con motivo de la ampliacion de la carretera a Lierganes Actualmente tambien se pueden apreciar estructuras verticales llamadas retenes levantadas en el cauce del Miera y que permitian agrupar la madera que circulaba a favor de la corriente y que era incorporada al rio desde el resbaladero de Lunada a 20 km del reten lugar desde donde llegaba la madera de los montes de Espinosa de los Monteros y Quintanilla Estos retenes tenian una potente cimentacion y el cuerpo estaba construido con cantos y mortero Existieron al menos cinco retenes en una doble hilera diagonal y que originariamente tendrian un entablado de madera en su parte superior a modo de puente Entre los pilares se levantaba una celosia de madera que cumplia la funcion de retener los troncos Estos eran desalojados a traves de una rampa que todavia es observable El transporte de troncos por el rio supuso la ejecucion de obras en el cauce del Miera en el que se barrenaron grandes rocas se rellenaron pozos y se encauzo el rio en algunos tramos Las medidas de los troncos debian presentar un estandar de siete pies de largo 195 cm con un extremo menos grueso con el fin de evitar el bloqueo del cauce Entre las viviendas se conservan la Casa del Puente construccion junto al Miera y fuera de la fortificacion que podria haber estado destinada a la guardia las casas de la calle de Arriba edificios para el alojamiento de operarios y para caballerizas un edificio de viviendas junto al antiguo arco de Carlos III y que podria cumplir la funcion de conserjeria u oficinas administrativas y la Casa Redonda o El Palacio cuya edificacion principal ha desaparecido y solo se conserva la capilla ya muy transformada Existen asimismo restos de algunos almacenes y hornos contrafuertes y paramentos sobre el rio que servian de estructura defensiva y protegian de las avenidas tuneles restos de presa y canales El 27 de julio de 2006 se inauguro en La Cavada un museo que recoge la actividad llevada a cabo por estas instalaciones en la fundicion de canones que se emplearon en la Armada Real Espanola y en todo el Imperio Se pueden observar canones las diferentes municiones utilizadas maquinaria escudos nobiliarios y diversas maquetas tanto de barcos como de las instalaciones Por otra parte en la poblacion de Lierganes se conservan diversas casonas de los siglos XVII y XVIII como la Casa de los Canones y restos del canal y construcciones dedicados al barrenado de canones en el sitio de Valdelazon nota 39 Todo ello recuerdo de una epoca de auge economico apoyada en la fabrica de artilleria Las fabricas de canones de Lierganes y La Cavada fueron durante la Edad Moderna el complejo siderurgico mas importante de Espana y durante siglos el unico lugar donde se produjeron canones de hierro colado para el sustento del Imperio 27 Pero quizas el mayor legado historico venga de la transformacion del paisaje de la zona oriental de Cantabria y norte de Burgos donde desaparecio la mayor parte de las masas arboreas ayudado por los procesos de pradificacion asociados a la actividad ganadera pasiega y de los apellidos provenientes de las familias flamencas que pusieron en marcha y trabajaron durante anos las instalaciones y que actualmente llevan multitud de vecinos en aquellos lugares donde se desarrollaron las actividades de la factoria A lo largo de los siglos XVII y XVIII y con independencia de los navios de guerra de la Armada miles de canones de hierro colado fundidos en la Real Fabrica salieron de sus hornos con destino a fortificar y armar las numerosas baterias costeras que Espana poseia repartidas por todo el mundo Durante esta epoca todas las fortificaciones de los puertos en los que el Imperio tenia posesiones recibieron canones de La Cavada muchos de los cuales se conservan y se exponen en la actualidad 11 Fuerte de San Miguel en la Isla de Nutka Canada Castillo de San Marcos en Florida EE UU Bateria del fuerte de San Pedro en Cebu Filipinas Fuerte de Niebla en Valdivia Chile Cartagena de Indias Colombia Castillo del Morro en La Habana Cuba Fuerte Nuestra Senora de la Soledad en Guam EE UU Castillo de San Juan de Ulua en Veracruz Mexico Castillo de Santa Rosa en Isla Margarita Venezuela Castillo de San Anton en La Coruna Espana Ciudad Alta de Ibiza Espana Castillo de San Jeronimo en Portobelo Panama Castillo de Santa Barbara en Alicante Espana Fortaleza de San Felipe en Puerto Plata Republica Dominicana Fuerte de San Juan del Bayou en Nueva Orleans EE UU Bien de Interes Cultural Editar Portada de Carlos III de la Real Fabrica de Artilleria foto de 2014 El 17 de enero de 1985 se declaro la Portalada de Carlos III como Bien de Interes Cultural y el 13 de abril de 2004 se incorporo a esta figura todo el conjunto historico del Real Sitio situado en La Cavada Estos dos bienes pueden ser observados libremente ya que en buena parte se encuentran en la via publica No obstante hay partes del conjunto del Real Sitio que se hallan en propiedades privadas sin regimen de visitas como pueden ser los almacenes las casas de alojamiento para operarios restos de estructuras hidraulicas etc 24 Actualmente de todas las instalaciones que componian la sociedad Real Fabrica de Artilleria de La Cavada solo este conjunto historico del nucleo de La Cavada esta declarado Bien de Interes Cultural quedando fuera por ejemplo el sitio de Valdelazon proximo a La Cavada y donde se realizaban el barrenado de las animas de los canones o las pruebas de tiro asi como los muelles de Tijero o la factoria de Lierganes Cronograma de acontecimientos EditarLinea cronologica con los principales hitos de la Real Fabrica de Artilleria Panoramica del Museo de la Real Fabrica de Artilleria de La Cavada Vease tambien EditarCasa de la Pila Resbaladero de Lunada Real Fabrica de Artilleria de Sevilla Personajes relacionados con la Real Fabrica de Artilleria de La Cavada Edad Moderna en Cantabria Anexo Patrimonio Industrial de EspanaNotas Editar Senala Jose Alcala Zamora que en aquellos momentos y hasta las Guerras Napoleonicas un solo buque de batalla llevaba mas y mayores canones que todo un ejercito y aun llegados a ese periodo belico el peso de la artilleria de un ejercito de cien mil hombres no sobrepasaba al de un navio de linea de tres puentes El historiador e hispanista britanico Geoffrey Parker senala en su libro La revolucion militar que a partir del decenio de 1650 apenas hubo guerra alguna en Europa que no se desbordase hacia una lucha por el dominio de los mares y aun mas alla hacia una contienda por el poder y la influencia en ultramar Tambien alli descollo el triunfo de la revolucion militar Los barcos europeos y en especial los espanoles inicialmente utilizaban la tactica militar consistente en batir al enemigo a corta distancia para pasar a continuacion al abordaje la denominada guerra a la espanola El cambio en la guerra naval consistio en utilizar la artilleria para hundir a distancia a los buques enemigos tactica esta llamada sarcasticamente por los marineros espanoles como guerra galana La armada fue la gran beneficiada de este cambio dado que para ella fueron el mayor numero de piezas mientras que el ejercito con menos requerimientos de canones podia seguir adquiriendo los caros y ligeros canones de bronce El peso medio de cada canon oscilaba entre una y tres toneladas Siguiendo a Alcala Zamora los iniciales ingenios de Lierganes ocupaban una extension de 7700 m La fabrica de La Cavada tenia una superficie de 44 500 m a los que hay que sumar los situados en el sitio de Valdelazon con 8800 m mas donde se realizaban labores de barrenado y pruebas de tiro Se abastecia principalmente de las minas de hierro existentes en Pena Cabarga el Monte Vizmaya de Entrambasaguas y Valle de Somorrostro Estos dos primeros altos hornos supusieron un importante cambio en la tecnologia de fundicion de metales en Espana ya que introdujeron en el reino un sistema de fundicion mucho mas sofisticado que el de las ferrerias que se aplicaba hasta entonces Cronologicamente la construccion de hornos altos en Espana seria Lierganes 1620 La Cavada 1635 Sargadelos 1794 Trubia 1797 Marbella 1822 Sabero 1845 A principios del siglo XVII para la Corona espanola Flandes eran todas sus posesiones en Centroeuropa Belgica Luxemburgo Nord Pas de Calais y el Ducado de Limburgo Pero esto difiere en el actual contexto geopolitico en el que diferenciamos claramente entre la Region Flamenca al norte de Belgica y la valona al sur Aunque para Jose Manuel Maza Usle es mas propio hablar de la ruina de las empresas que del propio Curtius ya que a su hijo Pierre le fueron trasmitidas todas sus propiedades y a su otro hijo Miguel Angel monje capuchino le aparto dinero para que construyese un hospital y un orfanato en Lieja En la Edad Moderna el territorio correspondiente al actual municipio de Riotuerto estaba incluido en la merindad de Trasmiera y se dividia en dos concejos el de Riotuerto con la parroquia de San Juan Bautista y el de Rucandio al que pertenecia la parroquia de Santa Maria Magdalena A la vez sendos concejos estaban incluidos en la Junta de Cudeyo El libro de Jose Manuel Maza Usle La Real Fabrica de Artilleria de La Cavada Lierganes La Cavada Valdelazon senala la existencia de algunos problemas con los vecinos de Riotuerto durante la construccion de las instalaciones La Fabrica de Municiones de Hierro Colado de Corduente en el Senorio de Molina Guadalajara inaugurada por Felipe IV en 1640 pretendia ser similar a la de La Cavada aunque en realidad nunca se fundieron canones de tal calibre fabricando unicamente balas granadas y municiones de canon cuyo peso correspondia a unos ochenta kilogramos La fabrica de Corduente dejaria de funcionar tras la guerra de la Independencia espanola Los hornos de La Cavada fundieron 300 000 toneladas de mineral para producir 100 000 de hierro colado Esta fundicion producto de la fusion del arrabio conseguia un hierro que pertenecia a la clase denominada gris la menos carbonada de todas y de extraordinaria calidad Tambien habia aumentado el numero de canones en los buques de guerra de primera clase pasando de 30 40 o 60 piezas en 1630 a 74 90 o 120 en el primer tercio del siglo XVIII segun Jose Alcala Zamora Jose Alcala Zamora apunta a tres factores que provocaron la estatalizacion de la fabrica un nuevo monarca inclinado a la intervencion del Estado en el desarrollo economico del pais la animadversion de la Corte hacia Joaquin de Olivares por su rapido ascenso social e influencia y por ultimo la presion de la burguesia industrial con Juan Fernandez de Isla a la cabeza con intereses en la fabricacion de artilleria y municion en las ferrerias locales Jose Alcala Zamora hace referencia al libro de Alcala Galiano El combate de Trafalgar donde se expone el adelanto tecnologico en la artilleria de los buques ingleses desde los anos 80 del siglo XVIII y tambien las manufacturas a precio de costo que fue obligada a realizar por la perdida de autonomia de la fabrica Ensayos aparte los canones espanoles fundidos en La Cavada ya tenian buena fama por su calidad a pesar de su escaso ornato y por poseer la ventaja de avisar antes de explotar porque se desquebrajaban cuando estaban a punto de estallar lo cual daba tiempo al artillero a alejarse No obstante carecerian hasta Trafalgar de buenas llaves de fuego para el disparo de las piezas Formando los denominados escarabajos hendiduras en el interior del canon que resultaban peligrosas pues podian contener restos del fuego y prender la polvora que se introducia de nuevo Se adquirieron miles de piezas a la Carron Company Ironworks Carron Escocia instalacion que fabricaba y abastecia con muy buenos canones realizados mediante la fundicion con carbon mineral a diversas marinas europeas segun indica Juan Torrejon Chaves en su trabajo La Artilleria en la Marina espanola del siglo XVIII Juan Torrejon Chaves en su trabajo La Artilleria en la Marina espanola del siglo XVIII describe este tipo de piezas que toman su nombre de las instalaciones que las idearon la Carron Company Ironworks y eran canones navales cortos cuya anima no era completamente cilindrica en toda su extension acabando en semiesfera de diametro mas reducido Sus ventajas eran ocupaba menos espacio era atendido por un menor numero de hombres su utilizacion era mas sencilla y rapida necesitaba menos polvora tenia un mejor sistema de punteria y su efecto de disparo era mayor Era un arma muy efectiva a corta distancia y causaba graves destrozos en la parte del barco por encima de la linea de flotacion obra muerta Segun algunos expertos la ausencia generalizada de carronadas en los buques espanoles que participaron en la batalla de Trafalgar ocasiono en parte la derrota de la escuadra franco espanola Conclusiones sobre el informe acerca de La Cavada entregado a Aranda Archivo Historico Nacional Estado Legajo 3000 1 referenciado por Alcala Zamora En relacion con este capitulo es interesante destacar el trabajo del profesor de geografia de la Universidad de Cantabria Jose Sierra Alvarez que repasa toda la historia de este proyecto desde los contactos que llevaron a la adquisicion para Espana de Wolfgang de Mucha hasta las labores de construccion y la oposicion que hubo en la realizacion de esta obra El fondo Imago Hispaniae del Archivo General de Simancas dispone de un mapa del ano 1773 donde se observa la jurisdiciones incluidas en la dotacion de la Real Fabrica Puede consultarse desde Internet Segun calculos diez millones de arboles acabaron siendo cortados con el fin de ser convertidos en carbon vegetal deforestando unas 150 000 hectareas de montes Las importantes masas boscosas de robles y hayas que existian en torno a la fabrica no pudieron recuperarse del importante ritmo de talas y nunca mas recobraron su tamano original Se tiene constancia de privilegios para acotamiento de bosques en 1718 que se revalidarian en los anos 1726 1738 y 1747 A modo de ejemplo el Archivo historico provincial de Cantabria tiene recogido un legajo de 1742 titulado Orden de Juan Jose de Rebollar de la Concha juez conservador de las reales fabricas de artilleria de Lierganes y La Cavada sobre prohibicion de cortar arboles y vigilancia de los que se corten para carbones de dichas fabricas Carmen Ceballos Cuerno en su trabajo Las ferrerias de la Cuenca del Rio Ason Nuevas aportaciones al estudio de la industria siderurgica tradicional de Cantabria indica por ejemplo que La ferreria de Bado de San Juan se levanto en el sitio hononimo y Manuel Herrero copropietario de varias ferrerias de la zona estaba construyendo en 1752 otra de martinete para tirar hierro clavilla Tuvo problemas para abastecerse de lena carboneable debido al derecho de dotacion que los altos hornos de Lierganes y La Cavada se hacian valer En 1797 despues de haber instalado la ya dicha ensenanza de humanidades castellanas recibi dos reales ordenes expedidas por los Ministerios de Estado y Marina En la primera aprobando los arbitrios que de acuerdo con la Diputacion General del Principado habia yo propuesto para continuar el importante camino de Leon se me mandaba ya dar principio a sus obras Por la segunda que pasase reservadamente a reconocer el estado de los montes de Espinosa y fabricacion de carbones en La Cavada y el de la mina de fierro en Jarrezuela en Vizcaya destinada para el mismo establecimiento y con remision de un voluminoso expediente formado en la via reservada de Marina se me mandaba informar sobre una muchedumbre de recursos y quejas asi de los pueblos de Espinosa acerca de los perjuicios causados por las cortas de lenas y maderas de aquellos montes como del Senorio de Vizcaya que pretendia ser contra sus fueros la adjudicacion hecha a S M de aquella mina para las dichas fundiciones de La Cavada en D Gaspar de Jovellanos a sus compatriotas Memoria en que se rebaten las calumnias divulgadas contra los individuos de la Junta Central y se da razon de la conducta y opiniones del autor desde que recobro su libertad El libro Jovellanos y la mineria en Asturias de Luis Adaro Ruiz Falco detalla los hechos de su traida a Espana y de su valia Diego Prieto segundo comandante de la fabrica hablaba de las asoladas y calvas montanas que nos circulan en una carta a Godoy en 1802 citada por Jose Alcala Zamora Jose Alcala Zamora y Queipo de Llana recoge en su obra un legajo del Archivo General de la Marina Alvaro de Bazan denominado Noticia de lo ocurrido en estas Reales Fabricas de Artilleria de La Cavada y Lierganes que se gobiernan bajo la direccion del Ministerio de Marina durante la dominacion enemiga escrito por Alonso Arias y que relata los sucesos y penurias ocurridas entre 1816 y 1818 en La Cavada Parece ser que tambien realizo otra propuesta de recuperacion para una antigua fabrica de seda en Murcia cuyo informe del Ministerio de Comercio se puede consultar en el Archivo de la Real Sociedad Economica de Amigos del Pais de Murcia Informe de Vazquez de Figueroa ministro de Marina a la Junta Superior de la Armada el 3 de septiembre de 1834 Museo Naval Referenciado por Jose Alcala Zamora y Queipo de Llano En el primer asiento de 1622 y en relacion a la actitud de guarda celosa de los conocimientos de algunos fundidores extranjeros se lee este texto recogido por la obra de Jose Alcala Zamora Que haya de tener y tenga en los dichos de sus Ingenios y oficinas ordinariamente gente natural de estos reinos a quienes ensene y haga platicos en el arte y uso de ellos y en las fundiciones y demas cosas que labran y por lo menos ha de ser natural la mitad de la gente que en esto se ocupare Segun la historiadora Mar Diaz Saiz en la obra Historia de Cantabria a diferencia de la Espana meridional en el norte el numero de nobles era elevado y sus diferencias con el pueblo llano escasas El 50 de la poblacion tenia algun titulo de hidalguia En el caso de Cantabria esta cifra fue mayor alcanzando el 83 de la poblacion en el siglo XVI y superando el 90 en torno a 1740 Asi pues poseer un titulo nobiliario durante la Edad Moderna en Cantabria no era raro dado el numero importante de hidalgos De color rojo azul y dorado segun cuenta Jose Bonifacio Sanchez en su libro Historia y guia Geologica y Minera de Cantabria En los padrones conservados en el archivo municipal del Ayuntamiento de Medio Cudeyo se guardan algunos documentos complementarios que justifican el estado de los empadronados Entre ellos existen varios donde se recogen la guarda de privilegios o hidalguia para algunos flamencos A modo de ejemplo en un documento de 1705 se recoge un testimonio de una ejecutoria de los flamencos para que se los tenga por vecinos y que sean empadronados como flamencos y no como pecheros o una Real Cedula de S M fechada en 1794 en la que concede el titulo de hidalgos a los flamencos descendientes de las Reales Fabricas de Artilleria de Lierganes y La Cavada El trabajo de Jose Sierra Alvarez sobre la empresa del Miera para la conduccion de madera a La Cavada hace referencia a la peticion de dinero para levantar este cercado debido al robo de madera Desde 1622 hasta 1764 los canones se fundian en hueco y desde 1764 hasta 1781 estos se fundieron en solido es decir que salian del molde macizos abriendoles despues el anima con una barrena Referencias Editar Parker Geoffrey 1990 La revolucion militar Barcelona Editorial 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