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Comunión Tradicionalista

Comunión Tradicionalista es uno de los nombres que adquirió el movimiento carlista como fuerza política desde 1869,[1][2][3][4]​ junto con otros como Partido Tradicionalista, Comunión Católico-Monárquica (habitual durante el Sexenio Revolucionario), Partido Carlista (hasta 1909), Partido Jaimista (entre 1909 y 1931) o Comunión Legitimista —entre otros— que quedaron en desuso en la década de 1930. A partir de entonces, también se conoció en ocasiones como Comunión Tradicionalista Carlista, denominación dada por Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este.[5]

Comunión Tradicionalista
Partido Carlista
Asociación Católico Monárquica
Partido Jaimista
Comunión Legitimista
Presidente Carlos de Borbón y de Austria-Este, Jaime de Borbón y Borbón-Parma, Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este y Javier de Borbón-Parma
Secretario/a general Francisco Javier Fernández de Henestrosa y Santisteban,
Cándido Nocedal,
Francisco Navarro Villoslada,
Enrique de Aguilera,
Matías Barrio y Mier,
Bartolomé Feliú,
Luis Hernando de Larramendi,
José Selva Mergelina,
Tomás Domínguez Arévalo,
Manuel Fal Conde,
José María Valiente
Líder Carlos de Borbón,
Jaime de Borbón y
Alfonso Carlos de Borbón
Fundación 1869 [1]
Disolución 1937 [2]
1971
Ideología Catolicismo
Carlismo
Tradicionalismo
Monarquismo
Posición Extrema derecha
País España
Colores      Blanco
Ala paramilitar Requetés
Publicación La Esperanza
El Cuartel Real
El Siglo Futuro
El Correo Catalán
El Correo Español
El Siglo Futuro
El Pensamiento Navarro
1 Establecimiento del carlismo como partido político
2 Integración forzosa en FET y de las JONS. Actuación de la Comunión Tradicionalista en semiclandestinidad hasta la década de 1970.

Algunos autores utilizan la expresión «Comunión Tradicionalista» para hacer referencia al partido que surgió a comienzos de la década de 1930 a raíz de la fusión de las tres ramas del tradicionalismo: jaimista, mellista e integrista,[6][7][8][9]​ aunque el nombre se había empleado ya de manera habitual para definir al carlismo desde el último tercio del siglo XIX, cuando se establece como fuerza parlamentaria,[1][2][3]​ siendo usado también durante la Restauración,[10][11][12]​ y el nombre casi exclusivo de la organización del carlismo durante la Segunda República y el Franquismo hasta la década de 1970, cuando se produce el cambio ideológico de un sector del movimiento.

Desde el siglo XIX el tradicionalismo defendía lo que consideraba la tradición política de España sintetizada en su lema: «Dios, Patria, Rey».[13]​ Obtuvo representación parlamentaria en casi todas las convocatorias electorales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y fue una de las fuerzas que protagonizó el Golpe de Estado en España de julio de 1936, actuando después en situación de semiclandestinidad durante el Franquismo, con periodos de oposición y colaboración con el régimen.

Con el nombre de «Comunión Tradicionalista» fue reconstituida en la década de 1970 la organización carlista partidaria del príncipe Sixto Enrique de Borbón y del ideario clásico del carlismo, y fue legalizada como partido político en 1977,[14]​ aunque otras agrupaciones políticas se declararían también herederas de la organización histórica del Carlismo.

Concepto de comunión

En el siglo XIX era de uso corriente en castellano el vocablo «comunión» para definir a un partido de naturaleza política.[15]​ En este sentido del término, ya en 1844 se hacía referencia al carlismo como «una comunión no menos numerosa que respetable» que había sido excluida del seno de la nación, según podía leerse en las primeras líneas del prospecto de La Esperanza, el primer diario carlista que existió en Madrid.[16]​ Su director, Pedro de la Hoz, aludiría en ocasiones al carlismo como «comunión carlista»,[17]​ «comunión monárquica»[18]​ o incluso «la España católica».[19]

Antes de la Revolución de 1868, carlistas y nocedalistas emplearían ya los nombres de «Comunión monárquico-religiosa»[20][21]​ y «Comunión Católico-Monárquica».[22]​ Y tras la caída de Isabel II, ambos se unirían en un mismo partido que llevaría este último nombre,[23]​ si bien se conocería también como «partido carlista».

El posterior uso preferente entre los carlistas del término «comunión» en lugar del de «partido», podría haberse debido al rechazo del sistema parlamentario de partidos políticos. El carlista José María Codón, por ejemplo, postuló en 1961 que la Comunión Tradicionalista no había sido nunca un partido, sino un «antipartido, el germen de la estructura de la sociedad sin partidos».[24]

Desde al menos el Sexenio Revolucionario se afirmó en repetidas ocasiones desde la prensa católico-monárquica que el carlismo no era propiamente un partido. Por ejemplo, en las columnas de La Esperanza se dijo en 1871 que los carlistas formaban «una colectividad política á la cual no corresponde el nombre de partido»[25]​ y en las de El Pensamiento Español se afirmó por esas mismas fechas que «siendo nacionales nuestros principios, no formamos los carlistas propiamente un partido».[26]​ Asimismo, en la Tercera Guerra Carlista el general en jefe carlista de Cataluña, Rafael Tristany, aludía en una proclama al carlismo como «nuestra gran comunion nacional, eterno símbolo y personificacion perpétua del leal y verdadero pueblo español» y a los carlistas como «los defensores de las instituciones, cuyo conjunto vulgar y malamente se califica de partido».[27]

Durante el régimen de la Restauración los carlistas reiteraron con frecuencia su oposición a los partidos, e incluso en ocasiones a que se hablase del carlismo como tal. En un artículo de 1905 titulado «Las parcialidades, los partidos y la Comunión carlista», Eneas llegaba a afirmar en el diario El Correo Español (órgano de prensa del carlismo):

Calcúlese, pues, si no será contrasentido mayúsculo é impropiedad extraordinaria bautizar con el mote de partido á la España antigua, á una comunión de hombres, á un ejército de soldados que llevan por lema la destrucción de los partidos, la condenación, no solamente de los partidos, sino hasta del principio en que los partidos se fundan.

Los partidos son el mal —decimos los carlistas,— y por eso tenemos que protestar contra ese nombre. —Nuestra bandera es la de España —añadimos,— y dentro de España, no solamente cabe, sino que se impone como necesaria la unión de todos los católicos, de todos los hombres de bien, de todos los patriotas [...]

Creo que he demostrado que los carlistas ni somos ni queremos ser partido, y que la palabraja partido es un mote que sienta bien á los liberales, pero que lleva dentro de sí algo antagónico, algo repugnante al modo de ser, á la fe, á la caridad, al corazón de los católicos.[28]

En esta misma línea, en 1923, el exgerente de El Correo Español Gustavo Sánchez Márquez afirmaba:

Precisamente los tradicionalistas, a la par que abominábamos de la división del país en partidos, nos hemos preciado siempre de ser los únicos españoles que no constituíamos partido: representantes de la vieja España, vivíamos agrupados al amparo de nuestras creencias como «Comunión tradicionalista».[29]

Igualmente, Luis Hernando de Larramendi, secretario general del pretendiente Don Jaime, proclamaba en 1919 que «El tradicionalismo español no ha sido nunca, por su naturaleza originaria, un partido», pero añadía que «con repugnancia, ante la fuerza irremediable de las circunstancias, junto a la existencia de tantos, nacidos del régimen de opinión imperante, ha venido, en cierto modo, a resignarse siéndolo».[30]​ De hecho, hasta la década de 1930 las expresiones «partido carlista», «partido tradicionalista» y «partido jaimista» fueron comunes, aun entre los propios carlistas.[31]​ Durante la Segunda República, el jefe delegado carlista, Manuel Fal Conde, pondría aun mayor empeño en afirmar que la organización tradicionalista que dirigía era «una Comunión y no un partido».[32]

Historia

Sexenio Revolucionario

 
Carlos María de Borbón, conocido entre sus partidarios como Carlos VII.

El movimiento carlista no tomó carta de naturaleza como partido político hasta la Revolución de 1868, puesto que hasta entonces los carlistas habían preferido los procedimientos bélicos, dejando la defensa de sus ideas en la política parlamentaria durante el reinado de Isabel II a los llamados neocatólicos, aunque estos no planteaban un conflicto dinástico.

Por ello, la dirección del partido carlista quedaba supeditada a las necesidades de la organización militar. Después de que Juan III cediera sus derechos dinásticos a su hijo, Carlos VII, este previó que se produciría una nueva guerra, por lo que creó las Comisarías Regias de Regiones y Provincias, bajo el mando unificado de Ramón Cabrera, capitán general de los Reales Ejércitos carlistas, que residía en Londres y era muy conocido en España por su actuación militar en la Primera Guerra Carlista. Cabrera intentó iniciar la actividad política legal del partido y, alentado por el resultado de las elecciones para las Cortes Constituyentes de 1869, dispuso organizar la campaña electoral en las primeras elecciones parciales pero, por falta de organización, los carlistas sufrieron un fuerte revés.

 
Carlistas durante la Tercera Guerra Carlista.

Ramón Cabrera consideró que era difícil dirigir el partido desde el extranjero en su vida legal, de manera que nació la Junta Central Católico-Monárquica, que tuvo mucha importancia en aquel período. Las diferencias respecto a Carlos VII hicieron que Cabrera presentara su dimisión, que le fue aceptada tras ser rechazado por el aspirante al trono su proyecto de constitución parlamentaria.

En las elecciones de 1871, los carlistas pasaron de 20 a 51 escaños, gracias a la actividad y propaganda de la Junta Central presidida por Francisco Javier Fernández de Henestrosa y Santisteban, marqués de Villadarias. Por orden de Don Carlos, debía desempeñar provisionalmente la jefatura de esta minoría carlista en Cortes Matías de Vall, por ser el representante carlista de mayor edad.[33]​ Sin embargo, según el diario La Correspondencia, los diputados católico-monárquicos acordaron enseguida por unanimidad designar como jefe suyo a Cándido Nocedal,[34]​ mientras que los senadores eligieron para dirigirles a Gabino Tejado. El pretendiente intervino entonces disponiendo que el conde de Orgaz fuese el jefe común de las minorías del Congreso y el Senado.[33]​ Según Melchor Ferrer, Nocedal realizó una hábil labor en el Congreso en defensa de los intereses de la Iglesia y llegó a hacer una proposición parlamentaria invitando a Amadeo de Saboya a irse de España.[35]

En enero de 1872 Don Carlos nombró a Nocedal presidente de la Junta Central Católico-Monárquica[36]​ en sustitución del marqués de Villadarias, gracias a la mediación de Emilio de Arjona, secretario del pretendiente. Ello motivó que Antonio Aparisi y Guijarro se apartara de la vida política activa, falleciendo poco después, y generó disgustos y divisiones entre los carlistas que tendrían repercusiones 9 años después, con motivo de la creación de la Unión Católica de Pidal.[37]

Gracias al celo de la Junta y del secretario de la Sección Electoral, el dramaturgo Manuel Tamayo y Baus, los carlistas obtuvieron unos buenos resultados de las elecciones de 1872, aunque algo menos favorables. Pero aunque la Junta Central se ocupaba de la organización política y de los planes electorales, también participó en los preparativos bélicos de la insurrección que dio lugar a la Tercera Guerra Carlista, con la que los carlistas habían amenazado desde la elección de Amadeo de Saboya.

Restauración alfonsina

Terminada la guerra en 1876 con derrota militar para los carlistas y uno de sus principales dirigentes, Ramón Cabrera abandonando la causa carlista y habiendo reconocido como rey a Alfonso XII el año anterior, Don Carlos trató de recuperar desde el exilio la moral de sus fuerzas. Para ello, nombró su Delegado General en España a Cándido Nocedal, exministro de Gobernación de Isabel II y antiguo jefe de la minoría carlista en 1871. La labor de Nocedal consistió en reorganizar el partido y preservar su doctrina política ante los avances del catolicismo liberal y la Unión Católica de Alejandro Pidal y Mon, cuyos dirigentes tentaban a las masas carlistas, al tratarse de hombres procedentes del carlismo a los que habían seguido y admirado.[38]

Posteriormente reapareció la prensa carlista, siendo algunos de sus periódicos más duraderos El Siglo Futuro, fundado por Ramón Nocedal[39]​ (posteriormente escindido) y El Correo Catalán, por Manuel Milá de la Roca. En las segundas elecciones de la Restauración, en 1879, Ramón Altarriba y Villanueva, barón de Sangarren, representará al tradicional distrito carlista de Azpeitia.[40]

 
«A Cándido muerto, Cándido puesto», en La Araña, 1 de agosto de 1885, caricatura en la que se hace referencia a cómo tras la muerte de Cándido Nocedal pasó a ejercer Don Carlos la dirección política de la formación.[41]

Tras la muerte de Cándido Nocedal, Don Carlos decidió asumir personalmente la dirección de la Comunión Tradicionalista y designó como su representante al periodista y novelista Francisco Navarro Villoslada. En esta etapa se desarrolló mucho la prensa tradicionalista y se produjo el enfrentamiento interno con los integristas.[42]​ El conflicto acabó con la unidad de la Comunión, que acabaría reflejándose en 1888 en «El Pensamiento del Duque de Madrid»,[43]​ por Luis María de Llauder, por parte de los leales a Don Carlos, y en el «Manifiesto de Burgos»,[44]​ por parte de los integristas, liderados por Ramón Nocedal.

Don Carlos dotó al partido de una nueva organización más descentralizada y también más militar, por el carácter de los delegados. Entre 1887 y 1890, se dividió en cuatro zonas el liderazgo del carlismo en España. La primera que correspondía a la región de León, Asturias y Galicia, tuvo por Delegado a León Martínez de Fortún, conde de San León y mariscal de Campo. La segunda región, correspondiente a Andalucía y Extremadura, fue confiada a Juan María Maestre, general de artillería. La tercera tuvo por delegado a Francisco Cavero y Álvarez de Toledo, marqués de Lácar, y comprendía la antigua Corona de Aragón (Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón), Murcia y Castilla la Nueva. La última zona, que comprendía Castilla la Vieja, las Provincias Vascongadas y Navarra fue asignada al teniente general Juan Nepomuceno de Orbe y Mariaca, marqués de Valde-Espina.[45]

Esta división en cuatro zonas duró hasta 1890, cuando Carlos VII dispuso que las cuatro delegaciones se reunieran en una sola persona, Enrique de Aguilera y Gamboa, marqués de Cerralbo, que logró cicatrizar las heridas abiertas por la escisión integrista y organizó la participación en las elecciones generales de 1891 (las primeras que se celebraron con sufragio universal masculino) consiguiendo una minoría parlamentaria que no fue igualada hasta 1907.[46]​ Recorrió España haciendo propaganda y supo dar una buena organización al movimiento. A raíz de la pérdida de Cuba y Filipinas en 1898, se produjeron intentos de levantamiento armado que fracasaron debido a la defección del general Weyler,[47]​ y en 1899 el marqués de Cerralbo tuvo que dimitir y expatriarse.[48]

Don Carlos designó entonces como delegado a Matías Barrio y Mier, catedrático de la Universidad Central y diputado por Cervera de Pisuerga. Iniciada su gestión de delegado, en octubre de 1900 se producía el asalto al cuartel de la Guardia Civil de Badalona por la partida carlista capitaneada por José Torrens[49]​ y José Grandia levantaba en Gironella otra importante partida con obreros de las fábricas de la zona, manteniéndose durante medio mes en las montañas de Berga,[50]​ acción que fue defendida por el diputado Víctor Pradera en las Cortes. Barrio prefería el tacto político y logró la reconciliación del marqués de Cerralbo y Juan Vázquez de Mella con Don Carlos, que se materializó en la candidatura de Vázquez de Mella por Barcelona, y un movimiento de renacimiento de la Comunión Tradicionalista que culminó en las elecciones generales de 1907.

A partir de entonces comenzaron los aplecs carlistas, que movilizaron grandes masas, y muchos nuevos títulos de prensa tradicionalista que propagaron la doctrina del movimiento. También empezó a haber buenas relaciones entre el líder del Partido Integrista, Ramón Nocedal, y Vázquez de Mella, desapareciendo el enfrentamiento entre las dos formaciones tradicionalistas.

Carlos VII falleció el 18 de julio de 1909, pasando su hijo Don Jaime a asumir el liderazgo del movimiento. Ese mismo año había fallecido también el delegado Barrio y Mier, que fue sustituido por el diputado navarro Bartolomé Feliu, a quien Don Jaime mantuvo en el cargo.

Se aceleró aún más la revitalización del carlismo (conocido a partir de entonces como jaimismo) iniciada en el período anterior. En 1910 Joaquín Llorens y Fernández de Córdoba fue nombrado jefe del Requeté, una organización paramilitar carlista creada tres años antes como organización juvenil del movimiento.[51]

En 1913 se estableció una nueva organización para el liderazgo de la Comunión Tradicionalista, creándose la Junta Nacional, de la que fue designado presidente el marqués de Cerralbo, que tuvo que actuar durante el período de la Primera Guerra Mundial. Las diferencias entre la Junta Nacional (germanófila) y Jaime III (aliadófilo), fueron la causa del nuevo cisma de Vázquez de Mella. En 1919 el aragonés Pascual Comín y Moya fue nombrado representante de Don Jaime con el título de secretario.[52]

Aunque el prestigio de Comín permitió que el partido no se desmoronara por completo y que fuertes núcleos se mantuvieran fieles, mantuvo su cargo por poco tiempo. Don Jaime necesitaba a alguien de menor edad para la ardua labor de reorganización, de manera que en 1919 fue designado secretario general Luis Hernando de Larramendi, abogado, escritor y orador que se había destacado en la Juventud Tradicionalista de Madrid.[53]

Hernando de Larramendi comenzó a reorganizar el movimiento con grandes dificultades, ya que entre los mismos leales a Don Jaime había enfrentamientos. En la Junta de Biarritz, pudo presentar la estructura reconstituida de la Comunión Tradicionalista y su actividad le permitió reunir a elementos disgregados, aunque el partido ya no tenía la fuerza de los años anteriores. Las minorías parlamentarias jaimistas quedaron reducidas a unos pocos diputados y senadores. Al finalizar la dirección de Hernando de Larramendi en 1922, el movimiento había disminuido su volumen, pero contaba con unas juventudes llenas de entusiasmo, particularmente en las regiones donde la escisión mellista había hecho menos estragos, Cataluña y Navarra.[54]

Dictadura de Primo de Rivera y Segunda República

José Selva y Mergelina, marqués de Villores, nuevo secretario de Don Jaime en 1922, centralizó la dirección de la Comunión desde Valencia, donde residía.[55]​ Gracias a su labor logró hacer renacer el movimiento en la Región Valenciana, pero la Dictadura de Primo de Rivera, junto con el período prerrevolucionario que desembocó en la proclamación de la Segunda República en 1931, le proporcionaron nuevas dificultades. No obstante, la gran actividad del marqués de Villores permitió reorganizar el partido en Guipúzcoa, Vizcaya y la Rioja y posteriormente presidió la reconciliación de mellistas, integristas y jaimistas, con todos los matices del Tradicionalismo unidos en un solo programa, en una sola aspiración y bajo la jefatura de Don Alfonso Carlos, sucesor de Don Jaime, que había muerto en 1931.[56]

El marqués de Villores falleció en 1932, cuando las campañas de propaganda tradicionalistas habían extendido la vitalidad de la Comunión por todas las regiones de España.[57]​ Los diputados de la minoría parlamentaria tradicionalista lograda ese año (elegidos en las constituyentes del año anterior) fueron Joaquín Beunza, el conde de Rodezno, José María Lamamié de Clairac, Julio de Urquijo, Ricardo Gómez Rojí, Francisco Estévanez Rodríguez, Marcelino Oreja Elósegui y José Luis Oriol, una minoría solamente comparable a la de 1869.[58]

Antes de morir el marqués de Villores, se había creado una Junta Suprema, que se encargó de la dirección del partido a su muerte, bajo la presidencia del conde de Rodezno, que dirigió el movimiento con gran esfuerzo de propaganda y actividad.[59]​ Las persecuciones que los gobernantes del bienio azañista emprendieron contra el Tradicionalismo solamente animaron la llama, y los propagandistas tradicionalistas recorrieron España. En esa época, las organizaciones, especialmente de Boinas Rojas y Margaritas, florecieron por doquier. El centro neurálgico siguió estando en Navarra y País Vasco, así como en Cataluña. Pero la novedad fue la incorporación de nuevos territorios como es el caso de Andalucía.[60]

El 24 de junio de 1932 se constituyó el Consejo de Cultura de la Comunión Tradicionalista. Estaba presidido por Víctor Pradera y tuvo por consejeros a figuras relevantes del tradicionalismo como José Roca y Ponsa, el conde de Rodezno, Luis Hernando de Larramendi, Esteban Bilbao, Manuel Senante, monseñor Pedro Lisbona, Fernando de Contreras, el conde de Castellano, Ricardo Gómez Rojí, Agustín González de Amezua, Miguel Junyent, Emilio Ruiz Muñoz, Eustaquio Echave Sustaeta, el marqués de Santa Cara, Marcial Solana, Jesús Comín y Domingo Tejera.[61]

El gran resurgimiento tradicionalista producido a comienzos de 1933 se materializó en la provincia de Castellón, por ejemplo, en la formación de más de 40 juntas locales, 13 círculos, 20 organizaciones de «Margaritas» y 3 de Requetés. De acuerdo con Antonio González Sobaco, la Comunión Tradicionalista —que gustaba presentarse como «antipartido», por su oposición al régimen de democracia liberal— rebasaba los límites de un partido político y tenía un carácter distinto debido a la formación religiosa que impartía a sus asociados, el carácter paramilitar del Requeté, la tensión de sus actos y sus labores de beneficencia.[62]

En las elecciones legislativas de 1933 se sentaron 21 diputados tradicionalistas en las Cortes, liderados por el conde de Rodezno.

Al aparecer nuevas formaciones de extrema derecha durante la Segunda República, y particularmente el fascismo de las JONS y la Falange, los tradicionalistas afirmarían ser el único partido antiliberal que había existido en España desde hacía un siglo, y consideraban que los nuevos partidos antiliberales y anticomunistas se inspiraban en buena medida en su programa. Ejemplo de ello serán las palabras de Constancio en 1934:[63]

Lo que tiene de español el programa del "Fascio", como los diecisiete puntos de la juventud de Acción Popular, como el programa de Renovación Española, ha sido tomado del programa tradicionalista. Lo que ocurre es que nosotros lo servimos entero y los demás a retazos.

El 3 de mayo de 1934 Alfonso Carlos nombró a Manuel Fal Conde, abogado y católico ferviente, secretario regio y secretario general de la Comunión Tradicionalista, centralizando la organización en su equipo. Ese mismo año, Fal Conde organizó el Acto del Quintillo, demostración de fuerza del carlismo andaluz, frente a la denostada República.[64]​ Los periódicos tradicionalistas, especialmente El Siglo Futuro, lo compararon entonces con el caudillo carlista navarro Tomás de Zumalacárregui.

Gracias a la labor de Fal Conde, el carlismo andaluz, sin una gran tradición hasta entonces, consiguió un enorme auge, llegando a ser conocida Andalucía como la "Navarra del Sur", con cuatro diputados tradicionalistas electos por la región: Miguel Martínez de Pinillos Sáenz, Juan José Palomino Jiménez, Domingo Tejera de Quesada y el obrero Ginés Martínez Rubio.[65]

En marzo de 1934 Antonio Lizarza, en representación de la Comunión Tradicionalista, el teniente general Barrera, por la Unión Militar Española, y Antonio Goicoechea, por Renovación Española, viajaron a Roma. Tras reunirse con Benito Mussolini y explicarle su plan de derrocar a la República, el gobierno fascista les proporcionó dinero y armamento, acordando además el envío de jóvenes requetés a Italia para su adiestramiento militar.[66]

Aunque dicho viaje se produjo cuando todavía era jefe delegado de la Comunión Tradicionalista el conde de Rodezno, este no habría sido muy partidario de una sublevación. El envío de jóvenes se intensificaría desde el momento en que empezó a dirigir la Comunión Manuel Fal Conde, quien dispuso la preparación militar de los requetés. En grupos de 30, requetés de toda España, y especialmente de Navarra, viajaron secretamente a Italia, donde permanecerían alrededor de un mes. Unos 500 de ellos serían instruidos en el manejo de las más avanzadas armas modernas.[67]

En las elecciones de 1936 fueron elegidos 15 diputados tradicionalistas, pero se redujeron a 9 tras ser anuladas varias actas. La victoria del Frente Popular y el posterior clima de tensión social acelerarían los preparativos de la sublevación contra la República.

Conspiración y Guerra Civil

La Comunión Tradicionalista participó activamente en la preparación de la sublevación militar que acabaría con la República junto con algunos elementos de Renovación Española y la Falange. En un principio debía acaudillar el Movimiento el general Sanjurjo, que ya había protagonizado una intentona en 1932. En la primavera de 1936 actuaba como representante del general Sanjurjo (que se hallaba exiliado en Portugal), el general Varela, de simpatías tradicionalistas. Pero debido a las presiones de la policía, fue sustituido por el general Mola, gobernador militar de Pamplona.[68]

En nombre de Alfonso Carlos, jefe supremo de la Comunión Tradicionalista, el príncipe Javier de Borbón Parma se entrevistó en Lisboa con Sanjurjo, y según los propios carlistas, acordó con él que:

Los Requetés cooperarían, desde el primer instante, al Movimiento, si lo iniciaba el Ejército; pero si éste no podía, los Requetés empezarían, siempre mandados por el general Sanjurjo, y para ello, el teniente coronel de E. M. Baselga formó el plan del alzamiento, constituido en principio por dos fuertes grupos de Requetés que aparecerían en la Sierra de Huelva y en la Sierra de Gata, en el sudoeste de España, sobre la frontera de Portugal, por razones obvias y fáciles de comprender.[68]

Al atraer las fuerzas del gobierno, debían actuar inmediatamente los requetés navarros y vascos, al par que los catalanes y aragoneses, en un doble movimiento sobre Madrid. Supuestamente el general Sanjurjo no era partidario de la guerra de carreteras, sino que pretendía dar una batalla decisiva, tan pronto hubiese reunido los elementos dispuestos a secundarle. Según la revista bonaerense El Requeté, aunque Sanjurjo no informó de ello, dicha batalla probablemente hubiera tenido lugar por el norte de Madrid.[68]

Se habían convenido dos contraseñas con el general Sanjurjo, una que tenía por mitad y debía mandar el general Mola, si el Ejército se decidía a iniciar el Movimiento, y otra que tenía Fal Conde, también por mitad con el general Sanjurjo, cuyo envío significaba que los requetés empezaban el Movimiento, al que luego, por el prestigio del general Sanjurjo, suponían que el Ejército se plegaría.[69]

El asesinato de José Calvo Sotelo precipitaría el Alzamiento. Tras largas y complicadas negociaciones con el general Mola, Fal Conde comprometió la participación de los boinas rojas en el levantamiento del Ejército. El Requeté se unió al pronunciamiento militar del 18 de julio de 1936 junto con las milicias de Falange Española de las JONS, combatiendo en la Guerra Civil, llegando a integrar a más de 60.000 combatientes voluntarios[70]​ repartidos en 67 tercios de Requetés.[71]

Pocos días después de iniciado el Alzamiento, Alfonso Carlos manifestó en carta a Fal Conde: «En momentos como los actuales no deben mirarse las cuestiones personales de partidos, sino tratar de salvar todos juntos la Religión y la Patria», por lo que la voz del Alzamiento debía ser para los carlistas solo «por Dios y por España», por encima de sus intereses dinásticos.[72]​ No obstante, los carlistas que habían participado en la conspiración confiaban en que Sanjurjo restablecería en España una monarquía tradicional, pues era hijo de un capitán carlista muerto al frente de su escuadrón en la Tercera guerra carlista, y sobrino del general Joaquín Sacanell, que fuera Secretario de Carlos VII en Venecia. El propio José Sanjurjo habría manifestado además que quería siempre mandar requetés.[69]​ Sin embargo, la muerte accidental de Sanjurjo el 20 de julio, cuando se disponía a pasar a España, variaría el rumbo del Movimiento.[69]

Entre los sublevados el 18 de julio, el general Barrera era el único general que había tenido actividad contrarrevolucionaria desde el año 1932, pero finalmente se contentó con la presidencia del Tribunal Supremo de Guerra y Marina,[67]​ y el general Franco, de mayor prestigio que Mola, acabaría imponiéndose al frente de los sublevados.

Tras la muerte de Alfonso Carlos el 29 de septiembre de 1936, la primera disposición del regente Javier fue la confirmación de la Junta Delegada en la persona de Fal Conde, y se mantuvo la misma organización de los Comisarios de Guerra en lugar de Jefes Regionales.[72]

La Comunión Tradicionalista desapareció formalmente en 1937 como consecuencia del Decreto de Unificación que fundió la Falange y Comunión Tradicionalista en un partido único denominado Falange Española Tradicionalista de las JONS, posteriormente conocido como Movimiento Nacional. No obstante, una parte de los tradicionalistas, encabezados por Fal Conde, no aceptaron el decreto, y los llamados javieristas continuaron actuando y empleando la denominación de Comunión Tradicionalista en semiclandestinidad durante el franquismo.

División de la Comunión Tradicionalista

Debido tanto al Decreto de Unificación como a la extinción de la dinastía carlista por vía agnada, se produjeron diversas fracturas en el tradicionalismo. Los tradicionalistas partidarios de Carlos Pío de Habsburgo-Borbón (carlooctavistas), de Juan de Borbón y Battenberg (juanistas) y de la llamada Regencia Nacional y Carlista de Estella de Mauricio de Sivatte (sivattistas), se separarían de la agrupación leal a Javier de Borbón Parma, quien en 1936 había sido nombrado sucesor de Alfonso Carlos como regente hasta que se dilucidase la cuestión sucesoria.

Debía suceder a Alfonso Carlos el príncipe que tuviese más derechos a la corona de España y que asumiese al mismo tiempo los principios políticos del tradicionalismo para poder ser considerado rey legítimo «de origen y de ejercicio». Animado por sus partidarios, en 1952, con ocasión del XXXV Congreso Eucarístico Internacional en Barcelona, Don Javier reclamaría finalmente para sí los derechos a la corona, si bien posteriormente se mostraría ambiguo respecto a dicha reclamación.[73]

Los javieristas, dirigidos por Manuel Fal Conde, mantuvieron durante dos décadas su oposición al Decreto de Unificación y una fuerte intransigencia política y religiosa, llegando a ser calificados por el general Franco, en declaraciones al diario Arriba en 1955, como «un diminuto grupo de integristas seguidores de un príncipe extranjero, apartados desde la primera hora del Movimiento».[74]

Ante el acercamiento de Franco a Don Juan y en medio de un clima de división en el campo tradicionalista,[75]​ en 1955 Fal Conde cesó como Jefe delegado de la Comunión Tradicionalista, y en enero de 1956 Don Javier nombró un Secretariado Nacional compuesto por Juan Sáenz-Díez, José María Arauz de Robles e Ignacio Hernando de Larramendi, bajo la presidencia de José María Valiente,[76]​ que en octubre de 1960 sería elevado a Jefe delegado.[77]​ El programa de la política de colaboración trataría, en primer lugar, de conseguir la unidad interna de la Comunión y ofrecer una estructura ideológica apoyada en una masa de opinión que, por encima de toda vinculación personal, garantizase la continuidad histórica de «los principios del 18 de julio».[78]

Aunque los javieristas recabaron para sí el nombre de «Comunión Tradicionalista», juanistas, carlooctavistas y sivattistas también se declararon herederos de la Comunión Tradicionalista histórica. Según Antonio María de Oriol (uno de los pocos ministros tradicionalistas que tuvo Franco), la Comunión Tradicionalista la formaban no solo los javieristas, sino todos los que comulgaban con los ideales del tradicionalismo.[79]

Cuando en 1968 Mariano Robles Romero-Robledo presentó una denuncia ante el Tribunal de Orden Público, afirmando que la Comunión Tradicionalista —cuyos nuevos mandos directivos se anunciaban abiertamente en la prensa— era una organización ilegal al margen del Movimiento, el Tribunal abrió el correspondiente sumario, pero finalmente resolvió abstenerse de entrar en el fondo del asunto y archivar las actuaciones, afirmando que:

La Comunión Tradicionalista, según el Decreto de 19 de abril de 1937, integró con Falange Española una entidad de carácter nacional, en tanto se declaraban disueltas las demás organizaciones y partidos políticos, de donde se obtiene una legitimidad de origen y, por consiguiente, una imposibilidad de subsumir a dicha Comunión en las previsiones penales sobre asociaciones políticas, pues ni está prohibida por la Ley ni ha dejado de cumplir los requisitos o trámites exigidos para constituirla.[80]

En 1975 los tradicionalistas seguidores de Sixto Enrique de Borbón y partidarios del ideario clásico del carlismo, que no aceptaron los cambios del Partido Carlista establecido en 1970 ni reconocieron la legitimidad de ejercicio de Carlos Hugo de Borbón (en quien Javier había abdicado en 1975), constituyeron nuevamente una organización con el nombre de Comunión Tradicionalista, que afirmó ser continuadora de la Comunión Tradicionalista histórica.

Véase también

Referencias

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comunión, tradicionalista, para, otros, usos, este, término, véase, 1975, para, historia, general, carlismo, véase, carlismo, nombres, adquirió, movimiento, carlista, como, fuerza, política, desde, 1869, junto, otros, como, partido, tradicionalista, comunión, . Para otros usos de este termino vease Comunion Tradicionalista 1975 Para la historia general del carlismo vease Carlismo Comunion Tradicionalista es uno de los nombres que adquirio el movimiento carlista como fuerza politica desde 1869 1 2 3 4 junto con otros como Partido Tradicionalista Comunion Catolico Monarquica habitual durante el Sexenio Revolucionario Partido Carlista hasta 1909 Partido Jaimista entre 1909 y 1931 o Comunion Legitimista entre otros que quedaron en desuso en la decada de 1930 A partir de entonces tambien se conocio en ocasiones como Comunion Tradicionalista Carlista denominacion dada por Alfonso Carlos de Borbon y Austria Este 5 Comunion TradicionalistaPartido CarlistaAsociacion Catolico MonarquicaPartido JaimistaComunion LegitimistaPresidenteCarlos de Borbon y de Austria Este Jaime de Borbon y Borbon Parma Alfonso Carlos de Borbon y Austria Este y Javier de Borbon ParmaSecretario a generalFrancisco Javier Fernandez de Henestrosa y Santisteban Candido Nocedal Francisco Navarro Villoslada Enrique de Aguilera Matias Barrio y Mier Bartolome Feliu Luis Hernando de Larramendi Jose Selva Mergelina Tomas Dominguez Arevalo Manuel Fal Conde Jose Maria ValienteLiderCarlos de Borbon Jaime de Borbon y Alfonso Carlos de BorbonFundacion1869 1 Disolucion1937 2 1971IdeologiaCatolicismoCarlismo TradicionalismoMonarquismoPosicionExtrema derechaPaisEspanaColores BlancoAla paramilitarRequetesPublicacionLa Esperanza El Cuartel Real El Siglo Futuro El Correo Catalan El Correo Espanol El Siglo Futuro El Pensamiento Navarro1 Establecimiento del carlismo como partido politico2 Integracion forzosa en FET y de las JONS Actuacion de la Comunion Tradicionalista en semiclandestinidad hasta la decada de 1970 editar datos en Wikidata Algunos autores utilizan la expresion Comunion Tradicionalista para hacer referencia al partido que surgio a comienzos de la decada de 1930 a raiz de la fusion de las tres ramas del tradicionalismo jaimista mellista e integrista 6 7 8 9 aunque el nombre se habia empleado ya de manera habitual para definir al carlismo desde el ultimo tercio del siglo XIX cuando se establece como fuerza parlamentaria 1 2 3 siendo usado tambien durante la Restauracion 10 11 12 y el nombre casi exclusivo de la organizacion del carlismo durante la Segunda Republica y el Franquismo hasta la decada de 1970 cuando se produce el cambio ideologico de un sector del movimiento Desde el siglo XIX el tradicionalismo defendia lo que consideraba la tradicion politica de Espana sintetizada en su lema Dios Patria Rey 13 Obtuvo representacion parlamentaria en casi todas las convocatorias electorales de finales del siglo XIX y principios del siglo XX y fue una de las fuerzas que protagonizo el Golpe de Estado en Espana de julio de 1936 actuando despues en situacion de semiclandestinidad durante el Franquismo con periodos de oposicion y colaboracion con el regimen Con el nombre de Comunion Tradicionalista fue reconstituida en la decada de 1970 la organizacion carlista partidaria del principe Sixto Enrique de Borbon y del ideario clasico del carlismo y fue legalizada como partido politico en 1977 14 aunque otras agrupaciones politicas se declararian tambien herederas de la organizacion historica del Carlismo Indice 1 Concepto de comunion 2 Historia 2 1 Sexenio Revolucionario 2 2 Restauracion alfonsina 2 3 Dictadura de Primo de Rivera y Segunda Republica 2 4 Conspiracion y Guerra Civil 2 5 Division de la Comunion Tradicionalista 3 Vease tambien 4 Referencias 5 BibliografiaConcepto de comunion EditarEn el siglo XIX era de uso corriente en castellano el vocablo comunion para definir a un partido de naturaleza politica 15 En este sentido del termino ya en 1844 se hacia referencia al carlismo como una comunion no menos numerosa que respetable que habia sido excluida del seno de la nacion segun podia leerse en las primeras lineas del prospecto de La Esperanza el primer diario carlista que existio en Madrid 16 Su director Pedro de la Hoz aludiria en ocasiones al carlismo como comunion carlista 17 comunion monarquica 18 o incluso la Espana catolica 19 Antes de la Revolucion de 1868 carlistas y nocedalistas emplearian ya los nombres de Comunion monarquico religiosa 20 21 y Comunion Catolico Monarquica 22 Y tras la caida de Isabel II ambos se unirian en un mismo partido que llevaria este ultimo nombre 23 si bien se conoceria tambien como partido carlista El posterior uso preferente entre los carlistas del termino comunion en lugar del de partido podria haberse debido al rechazo del sistema parlamentario de partidos politicos El carlista Jose Maria Codon por ejemplo postulo en 1961 que la Comunion Tradicionalista no habia sido nunca un partido sino un antipartido el germen de la estructura de la sociedad sin partidos 24 Desde al menos el Sexenio Revolucionario se afirmo en repetidas ocasiones desde la prensa catolico monarquica que el carlismo no era propiamente un partido Por ejemplo en las columnas de La Esperanza se dijo en 1871 que los carlistas formaban una colectividad politica a la cual no corresponde el nombre de partido 25 y en las de El Pensamiento Espanol se afirmo por esas mismas fechas que siendo nacionales nuestros principios no formamos los carlistas propiamente un partido 26 Asimismo en la Tercera Guerra Carlista el general en jefe carlista de Cataluna Rafael Tristany aludia en una proclama al carlismo como nuestra gran comunion nacional eterno simbolo y personificacion perpetua del leal y verdadero pueblo espanol y a los carlistas como los defensores de las instituciones cuyo conjunto vulgar y malamente se califica de partido 27 Durante el regimen de la Restauracion los carlistas reiteraron con frecuencia su oposicion a los partidos e incluso en ocasiones a que se hablase del carlismo como tal En un articulo de 1905 titulado Las parcialidades los partidos y la Comunion carlista Eneas llegaba a afirmar en el diario El Correo Espanol organo de prensa del carlismo Calculese pues si no sera contrasentido mayusculo e impropiedad extraordinaria bautizar con el mote de partido a la Espana antigua a una comunion de hombres a un ejercito de soldados que llevan por lema la destruccion de los partidos la condenacion no solamente de los partidos sino hasta del principio en que los partidos se fundan Los partidos son el mal decimos los carlistas y por eso tenemos que protestar contra ese nombre Nuestra bandera es la de Espana anadimos y dentro de Espana no solamente cabe sino que se impone como necesaria la union de todos los catolicos de todos los hombres de bien de todos los patriotas Creo que he demostrado que los carlistas ni somos ni queremos ser partido y que la palabraja partido es un mote que sienta bien a los liberales pero que lleva dentro de si algo antagonico algo repugnante al modo de ser a la fe a la caridad al corazon de los catolicos 28 En esta misma linea en 1923 el exgerente de El Correo Espanol Gustavo Sanchez Marquez afirmaba Precisamente los tradicionalistas a la par que abominabamos de la division del pais en partidos nos hemos preciado siempre de ser los unicos espanoles que no constituiamos partido representantes de la vieja Espana viviamos agrupados al amparo de nuestras creencias como Comunion tradicionalista 29 Igualmente Luis Hernando de Larramendi secretario general del pretendiente Don Jaime proclamaba en 1919 que El tradicionalismo espanol no ha sido nunca por su naturaleza originaria un partido pero anadia que con repugnancia ante la fuerza irremediable de las circunstancias junto a la existencia de tantos nacidos del regimen de opinion imperante ha venido en cierto modo a resignarse siendolo 30 De hecho hasta la decada de 1930 las expresiones partido carlista partido tradicionalista y partido jaimista fueron comunes aun entre los propios carlistas 31 Durante la Segunda Republica el jefe delegado carlista Manuel Fal Conde pondria aun mayor empeno en afirmar que la organizacion tradicionalista que dirigia era una Comunion y no un partido 32 Historia EditarSexenio Revolucionario Editar Carlos Maria de Borbon conocido entre sus partidarios como Carlos VII El movimiento carlista no tomo carta de naturaleza como partido politico hasta la Revolucion de 1868 puesto que hasta entonces los carlistas habian preferido los procedimientos belicos dejando la defensa de sus ideas en la politica parlamentaria durante el reinado de Isabel II a los llamados neocatolicos aunque estos no planteaban un conflicto dinastico Por ello la direccion del partido carlista quedaba supeditada a las necesidades de la organizacion militar Despues de que Juan III cediera sus derechos dinasticos a su hijo Carlos VII este previo que se produciria una nueva guerra por lo que creo las Comisarias Regias de Regiones y Provincias bajo el mando unificado de Ramon Cabrera capitan general de los Reales Ejercitos carlistas que residia en Londres y era muy conocido en Espana por su actuacion militar en la Primera Guerra Carlista Cabrera intento iniciar la actividad politica legal del partido y alentado por el resultado de las elecciones para las Cortes Constituyentes de 1869 dispuso organizar la campana electoral en las primeras elecciones parciales pero por falta de organizacion los carlistas sufrieron un fuerte reves Carlistas durante la Tercera Guerra Carlista Ramon Cabrera considero que era dificil dirigir el partido desde el extranjero en su vida legal de manera que nacio la Junta Central Catolico Monarquica que tuvo mucha importancia en aquel periodo Las diferencias respecto a Carlos VII hicieron que Cabrera presentara su dimision que le fue aceptada tras ser rechazado por el aspirante al trono su proyecto de constitucion parlamentaria En las elecciones de 1871 los carlistas pasaron de 20 a 51 escanos gracias a la actividad y propaganda de la Junta Central presidida por Francisco Javier Fernandez de Henestrosa y Santisteban marques de Villadarias Por orden de Don Carlos debia desempenar provisionalmente la jefatura de esta minoria carlista en Cortes Matias de Vall por ser el representante carlista de mayor edad 33 Sin embargo segun el diario La Correspondencia los diputados catolico monarquicos acordaron enseguida por unanimidad designar como jefe suyo a Candido Nocedal 34 mientras que los senadores eligieron para dirigirles a Gabino Tejado El pretendiente intervino entonces disponiendo que el conde de Orgaz fuese el jefe comun de las minorias del Congreso y el Senado 33 Segun Melchor Ferrer Nocedal realizo una habil labor en el Congreso en defensa de los intereses de la Iglesia y llego a hacer una proposicion parlamentaria invitando a Amadeo de Saboya a irse de Espana 35 En enero de 1872 Don Carlos nombro a Nocedal presidente de la Junta Central Catolico Monarquica 36 en sustitucion del marques de Villadarias gracias a la mediacion de Emilio de Arjona secretario del pretendiente Ello motivo que Antonio Aparisi y Guijarro se apartara de la vida politica activa falleciendo poco despues y genero disgustos y divisiones entre los carlistas que tendrian repercusiones 9 anos despues con motivo de la creacion de la Union Catolica de Pidal 37 Gracias al celo de la Junta y del secretario de la Seccion Electoral el dramaturgo Manuel Tamayo y Baus los carlistas obtuvieron unos buenos resultados de las elecciones de 1872 aunque algo menos favorables Pero aunque la Junta Central se ocupaba de la organizacion politica y de los planes electorales tambien participo en los preparativos belicos de la insurreccion que dio lugar a la Tercera Guerra Carlista con la que los carlistas habian amenazado desde la eleccion de Amadeo de Saboya Restauracion alfonsina Editar Candido Nocedal retrato al aguafuerte de Bartolome Maura y Montaner Biblioteca Nacional de Espana Terminada la guerra en 1876 con derrota militar para los carlistas y uno de sus principales dirigentes Ramon Cabrera abandonando la causa carlista y habiendo reconocido como rey a Alfonso XII el ano anterior Don Carlos trato de recuperar desde el exilio la moral de sus fuerzas Para ello nombro su Delegado General en Espana a Candido Nocedal exministro de Gobernacion de Isabel II y antiguo jefe de la minoria carlista en 1871 La labor de Nocedal consistio en reorganizar el partido y preservar su doctrina politica ante los avances del catolicismo liberal y la Union Catolica de Alejandro Pidal y Mon cuyos dirigentes tentaban a las masas carlistas al tratarse de hombres procedentes del carlismo a los que habian seguido y admirado 38 Posteriormente reaparecio la prensa carlista siendo algunos de sus periodicos mas duraderos El Siglo Futuro fundado por Ramon Nocedal 39 posteriormente escindido y El Correo Catalan por Manuel Mila de la Roca En las segundas elecciones de la Restauracion en 1879 Ramon Altarriba y Villanueva baron de Sangarren representara al tradicional distrito carlista de Azpeitia 40 A Candido muerto Candido puesto en La Arana 1 de agosto de 1885 caricatura en la que se hace referencia a como tras la muerte de Candido Nocedal paso a ejercer Don Carlos la direccion politica de la formacion 41 Tras la muerte de Candido Nocedal Don Carlos decidio asumir personalmente la direccion de la Comunion Tradicionalista y designo como su representante al periodista y novelista Francisco Navarro Villoslada En esta etapa se desarrollo mucho la prensa tradicionalista y se produjo el enfrentamiento interno con los integristas 42 El conflicto acabo con la unidad de la Comunion que acabaria reflejandose en 1888 en El Pensamiento del Duque de Madrid 43 por Luis Maria de Llauder por parte de los leales a Don Carlos y en el Manifiesto de Burgos 44 por parte de los integristas liderados por Ramon Nocedal Francisco Navarro Villoslada Don Carlos doto al partido de una nueva organizacion mas descentralizada y tambien mas militar por el caracter de los delegados Entre 1887 y 1890 se dividio en cuatro zonas el liderazgo del carlismo en Espana La primera que correspondia a la region de Leon Asturias y Galicia tuvo por Delegado a Leon Martinez de Fortun conde de San Leon y mariscal de Campo La segunda region correspondiente a Andalucia y Extremadura fue confiada a Juan Maria Maestre general de artilleria La tercera tuvo por delegado a Francisco Cavero y Alvarez de Toledo marques de Lacar y comprendia la antigua Corona de Aragon Cataluna Valencia Baleares y Aragon Murcia y Castilla la Nueva La ultima zona que comprendia Castilla la Vieja las Provincias Vascongadas y Navarra fue asignada al teniente general Juan Nepomuceno de Orbe y Mariaca marques de Valde Espina 45 Esta division en cuatro zonas duro hasta 1890 cuando Carlos VII dispuso que las cuatro delegaciones se reunieran en una sola persona Enrique de Aguilera y Gamboa marques de Cerralbo que logro cicatrizar las heridas abiertas por la escision integrista y organizo la participacion en las elecciones generales de 1891 las primeras que se celebraron con sufragio universal masculino consiguiendo una minoria parlamentaria que no fue igualada hasta 1907 46 Recorrio Espana haciendo propaganda y supo dar una buena organizacion al movimiento A raiz de la perdida de Cuba y Filipinas en 1898 se produjeron intentos de levantamiento armado que fracasaron debido a la defeccion del general Weyler 47 y en 1899 el marques de Cerralbo tuvo que dimitir y expatriarse 48 Matias Barrio y Mier Don Carlos designo entonces como delegado a Matias Barrio y Mier catedratico de la Universidad Central y diputado por Cervera de Pisuerga Iniciada su gestion de delegado en octubre de 1900 se producia el asalto al cuartel de la Guardia Civil de Badalona por la partida carlista capitaneada por Jose Torrens 49 y Jose Grandia levantaba en Gironella otra importante partida con obreros de las fabricas de la zona manteniendose durante medio mes en las montanas de Berga 50 accion que fue defendida por el diputado Victor Pradera en las Cortes Barrio preferia el tacto politico y logro la reconciliacion del marques de Cerralbo y Juan Vazquez de Mella con Don Carlos que se materializo en la candidatura de Vazquez de Mella por Barcelona y un movimiento de renacimiento de la Comunion Tradicionalista que culmino en las elecciones generales de 1907 A partir de entonces comenzaron los aplecs carlistas que movilizaron grandes masas y muchos nuevos titulos de prensa tradicionalista que propagaron la doctrina del movimiento Tambien empezo a haber buenas relaciones entre el lider del Partido Integrista Ramon Nocedal y Vazquez de Mella desapareciendo el enfrentamiento entre las dos formaciones tradicionalistas Carlos VII fallecio el 18 de julio de 1909 pasando su hijo Don Jaime a asumir el liderazgo del movimiento Ese mismo ano habia fallecido tambien el delegado Barrio y Mier que fue sustituido por el diputado navarro Bartolome Feliu a quien Don Jaime mantuvo en el cargo Se acelero aun mas la revitalizacion del carlismo conocido a partir de entonces como jaimismo iniciada en el periodo anterior En 1910 Joaquin Llorens y Fernandez de Cordoba fue nombrado jefe del Requete una organizacion paramilitar carlista creada tres anos antes como organizacion juvenil del movimiento 51 Enrique de Aguilera y Gamboa marques de Cerralbo En 1913 se establecio una nueva organizacion para el liderazgo de la Comunion Tradicionalista creandose la Junta Nacional de la que fue designado presidente el marques de Cerralbo que tuvo que actuar durante el periodo de la Primera Guerra Mundial Las diferencias entre la Junta Nacional germanofila y Jaime III aliadofilo fueron la causa del nuevo cisma de Vazquez de Mella En 1919 el aragones Pascual Comin y Moya fue nombrado representante de Don Jaime con el titulo de secretario 52 Aunque el prestigio de Comin permitio que el partido no se desmoronara por completo y que fuertes nucleos se mantuvieran fieles mantuvo su cargo por poco tiempo Don Jaime necesitaba a alguien de menor edad para la ardua labor de reorganizacion de manera que en 1919 fue designado secretario general Luis Hernando de Larramendi abogado escritor y orador que se habia destacado en la Juventud Tradicionalista de Madrid 53 Hernando de Larramendi comenzo a reorganizar el movimiento con grandes dificultades ya que entre los mismos leales a Don Jaime habia enfrentamientos En la Junta de Biarritz pudo presentar la estructura reconstituida de la Comunion Tradicionalista y su actividad le permitio reunir a elementos disgregados aunque el partido ya no tenia la fuerza de los anos anteriores Las minorias parlamentarias jaimistas quedaron reducidas a unos pocos diputados y senadores Al finalizar la direccion de Hernando de Larramendi en 1922 el movimiento habia disminuido su volumen pero contaba con unas juventudes llenas de entusiasmo particularmente en las regiones donde la escision mellista habia hecho menos estragos Cataluna y Navarra 54 Dictadura de Primo de Rivera y Segunda Republica Editar Jose Selva Mergelina marques de Villores Jose Selva y Mergelina marques de Villores nuevo secretario de Don Jaime en 1922 centralizo la direccion de la Comunion desde Valencia donde residia 55 Gracias a su labor logro hacer renacer el movimiento en la Region Valenciana pero la Dictadura de Primo de Rivera junto con el periodo prerrevolucionario que desemboco en la proclamacion de la Segunda Republica en 1931 le proporcionaron nuevas dificultades No obstante la gran actividad del marques de Villores permitio reorganizar el partido en Guipuzcoa Vizcaya y la Rioja y posteriormente presidio la reconciliacion de mellistas integristas y jaimistas con todos los matices del Tradicionalismo unidos en un solo programa en una sola aspiracion y bajo la jefatura de Don Alfonso Carlos sucesor de Don Jaime que habia muerto en 1931 56 El marques de Villores fallecio en 1932 cuando las campanas de propaganda tradicionalistas habian extendido la vitalidad de la Comunion por todas las regiones de Espana 57 Los diputados de la minoria parlamentaria tradicionalista lograda ese ano elegidos en las constituyentes del ano anterior fueron Joaquin Beunza el conde de Rodezno Jose Maria Lamamie de Clairac Julio de Urquijo Ricardo Gomez Roji Francisco Estevanez Rodriguez Marcelino Oreja Elosegui y Jose Luis Oriol una minoria solamente comparable a la de 1869 58 Antes de morir el marques de Villores se habia creado una Junta Suprema que se encargo de la direccion del partido a su muerte bajo la presidencia del conde de Rodezno que dirigio el movimiento con gran esfuerzo de propaganda y actividad 59 Las persecuciones que los gobernantes del bienio azanista emprendieron contra el Tradicionalismo solamente animaron la llama y los propagandistas tradicionalistas recorrieron Espana En esa epoca las organizaciones especialmente de Boinas Rojas y Margaritas florecieron por doquier El centro neuralgico siguio estando en Navarra y Pais Vasco asi como en Cataluna Pero la novedad fue la incorporacion de nuevos territorios como es el caso de Andalucia 60 El 24 de junio de 1932 se constituyo el Consejo de Cultura de la Comunion Tradicionalista Estaba presidido por Victor Pradera y tuvo por consejeros a figuras relevantes del tradicionalismo como Jose Roca y Ponsa el conde de Rodezno Luis Hernando de Larramendi Esteban Bilbao Manuel Senante monsenor Pedro Lisbona Fernando de Contreras el conde de Castellano Ricardo Gomez Roji Agustin Gonzalez de Amezua Miguel Junyent Emilio Ruiz Munoz Eustaquio Echave Sustaeta el marques de Santa Cara Marcial Solana Jesus Comin y Domingo Tejera 61 El gran resurgimiento tradicionalista producido a comienzos de 1933 se materializo en la provincia de Castellon por ejemplo en la formacion de mas de 40 juntas locales 13 circulos 20 organizaciones de Margaritas y 3 de Requetes De acuerdo con Antonio Gonzalez Sobaco la Comunion Tradicionalista que gustaba presentarse como antipartido por su oposicion al regimen de democracia liberal rebasaba los limites de un partido politico y tenia un caracter distinto debido a la formacion religiosa que impartia a sus asociados el caracter paramilitar del Requete la tension de sus actos y sus labores de beneficencia 62 Tomas Dominguez Arevalo conde de Rodezno En las elecciones legislativas de 1933 se sentaron 21 diputados tradicionalistas en las Cortes liderados por el conde de Rodezno Al aparecer nuevas formaciones de extrema derecha durante la Segunda Republica y particularmente el fascismo de las JONS y la Falange los tradicionalistas afirmarian ser el unico partido antiliberal que habia existido en Espana desde hacia un siglo y consideraban que los nuevos partidos antiliberales y anticomunistas se inspiraban en buena medida en su programa Ejemplo de ello seran las palabras de Constancio en 1934 63 Lo que tiene de espanol el programa del Fascio como los diecisiete puntos de la juventud de Accion Popular como el programa de Renovacion Espanola ha sido tomado del programa tradicionalista Lo que ocurre es que nosotros lo servimos entero y los demas a retazos El 3 de mayo de 1934 Alfonso Carlos nombro a Manuel Fal Conde abogado y catolico ferviente secretario regio y secretario general de la Comunion Tradicionalista centralizando la organizacion en su equipo Ese mismo ano Fal Conde organizo el Acto del Quintillo demostracion de fuerza del carlismo andaluz frente a la denostada Republica 64 Los periodicos tradicionalistas especialmente El Siglo Futuro lo compararon entonces con el caudillo carlista navarro Tomas de Zumalacarregui Gracias a la labor de Fal Conde el carlismo andaluz sin una gran tradicion hasta entonces consiguio un enorme auge llegando a ser conocida Andalucia como la Navarra del Sur con cuatro diputados tradicionalistas electos por la region Miguel Martinez de Pinillos Saenz Juan Jose Palomino Jimenez Domingo Tejera de Quesada y el obrero Gines Martinez Rubio 65 En marzo de 1934 Antonio Lizarza en representacion de la Comunion Tradicionalista el teniente general Barrera por la Union Militar Espanola y Antonio Goicoechea por Renovacion Espanola viajaron a Roma Tras reunirse con Benito Mussolini y explicarle su plan de derrocar a la Republica el gobierno fascista les proporciono dinero y armamento acordando ademas el envio de jovenes requetes a Italia para su adiestramiento militar 66 Aunque dicho viaje se produjo cuando todavia era jefe delegado de la Comunion Tradicionalista el conde de Rodezno este no habria sido muy partidario de una sublevacion El envio de jovenes se intensificaria desde el momento en que empezo a dirigir la Comunion Manuel Fal Conde quien dispuso la preparacion militar de los requetes En grupos de 30 requetes de toda Espana y especialmente de Navarra viajaron secretamente a Italia donde permanecerian alrededor de un mes Unos 500 de ellos serian instruidos en el manejo de las mas avanzadas armas modernas 67 En las elecciones de 1936 fueron elegidos 15 diputados tradicionalistas pero se redujeron a 9 tras ser anuladas varias actas La victoria del Frente Popular y el posterior clima de tension social acelerarian los preparativos de la sublevacion contra la Republica Conspiracion y Guerra Civil Editar La Comunion Tradicionalista participo activamente en la preparacion de la sublevacion militar que acabaria con la Republica junto con algunos elementos de Renovacion Espanola y la Falange En un principio debia acaudillar el Movimiento el general Sanjurjo que ya habia protagonizado una intentona en 1932 En la primavera de 1936 actuaba como representante del general Sanjurjo que se hallaba exiliado en Portugal el general Varela de simpatias tradicionalistas Pero debido a las presiones de la policia fue sustituido por el general Mola gobernador militar de Pamplona 68 En nombre de Alfonso Carlos jefe supremo de la Comunion Tradicionalista el principe Javier de Borbon Parma se entrevisto en Lisboa con Sanjurjo y segun los propios carlistas acordo con el que Los Requetes cooperarian desde el primer instante al Movimiento si lo iniciaba el Ejercito pero si este no podia los Requetes empezarian siempre mandados por el general Sanjurjo y para ello el teniente coronel de E M Baselga formo el plan del alzamiento constituido en principio por dos fuertes grupos de Requetes que aparecerian en la Sierra de Huelva y en la Sierra de Gata en el sudoeste de Espana sobre la frontera de Portugal por razones obvias y faciles de comprender 68 Al atraer las fuerzas del gobierno debian actuar inmediatamente los requetes navarros y vascos al par que los catalanes y aragoneses en un doble movimiento sobre Madrid Supuestamente el general Sanjurjo no era partidario de la guerra de carreteras sino que pretendia dar una batalla decisiva tan pronto hubiese reunido los elementos dispuestos a secundarle Segun la revista bonaerense El Requete aunque Sanjurjo no informo de ello dicha batalla probablemente hubiera tenido lugar por el norte de Madrid 68 Se habian convenido dos contrasenas con el general Sanjurjo una que tenia por mitad y debia mandar el general Mola si el Ejercito se decidia a iniciar el Movimiento y otra que tenia Fal Conde tambien por mitad con el general Sanjurjo cuyo envio significaba que los requetes empezaban el Movimiento al que luego por el prestigio del general Sanjurjo suponian que el Ejercito se plegaria 69 El asesinato de Jose Calvo Sotelo precipitaria el Alzamiento Tras largas y complicadas negociaciones con el general Mola Fal Conde comprometio la participacion de los boinas rojas en el levantamiento del Ejercito El Requete se unio al pronunciamiento militar del 18 de julio de 1936 junto con las milicias de Falange Espanola de las JONS combatiendo en la Guerra Civil llegando a integrar a mas de 60 000 combatientes voluntarios 70 repartidos en 67 tercios de Requetes 71 Pocos dias despues de iniciado el Alzamiento Alfonso Carlos manifesto en carta a Fal Conde En momentos como los actuales no deben mirarse las cuestiones personales de partidos sino tratar de salvar todos juntos la Religion y la Patria por lo que la voz del Alzamiento debia ser para los carlistas solo por Dios y por Espana por encima de sus intereses dinasticos 72 No obstante los carlistas que habian participado en la conspiracion confiaban en que Sanjurjo restableceria en Espana una monarquia tradicional pues era hijo de un capitan carlista muerto al frente de su escuadron en la Tercera guerra carlista y sobrino del general Joaquin Sacanell que fuera Secretario de Carlos VII en Venecia El propio Jose Sanjurjo habria manifestado ademas que queria siempre mandar requetes 69 Sin embargo la muerte accidental de Sanjurjo el 20 de julio cuando se disponia a pasar a Espana variaria el rumbo del Movimiento 69 Entre los sublevados el 18 de julio el general Barrera era el unico general que habia tenido actividad contrarrevolucionaria desde el ano 1932 pero finalmente se contento con la presidencia del Tribunal Supremo de Guerra y Marina 67 y el general Franco de mayor prestigio que Mola acabaria imponiendose al frente de los sublevados Tras la muerte de Alfonso Carlos el 29 de septiembre de 1936 la primera disposicion del regente Javier fue la confirmacion de la Junta Delegada en la persona de Fal Conde y se mantuvo la misma organizacion de los Comisarios de Guerra en lugar de Jefes Regionales 72 La Comunion Tradicionalista desaparecio formalmente en 1937 como consecuencia del Decreto de Unificacion que fundio la Falange y Comunion Tradicionalista en un partido unico denominado Falange Espanola Tradicionalista de las JONS posteriormente conocido como Movimiento Nacional No obstante una parte de los tradicionalistas encabezados por Fal Conde no aceptaron el decreto y los llamados javieristas continuaron actuando y empleando la denominacion de Comunion Tradicionalista en semiclandestinidad durante el franquismo Division de la Comunion Tradicionalista Editar Debido tanto al Decreto de Unificacion como a la extincion de la dinastia carlista por via agnada se produjeron diversas fracturas en el tradicionalismo Los tradicionalistas partidarios de Carlos Pio de Habsburgo Borbon carlooctavistas de Juan de Borbon y Battenberg juanistas y de la llamada Regencia Nacional y Carlista de Estella de Mauricio de Sivatte sivattistas se separarian de la agrupacion leal a Javier de Borbon Parma quien en 1936 habia sido nombrado sucesor de Alfonso Carlos como regente hasta que se dilucidase la cuestion sucesoria Debia suceder a Alfonso Carlos el principe que tuviese mas derechos a la corona de Espana y que asumiese al mismo tiempo los principios politicos del tradicionalismo para poder ser considerado rey legitimo de origen y de ejercicio Animado por sus partidarios en 1952 con ocasion del XXXV Congreso Eucaristico Internacional en Barcelona Don Javier reclamaria finalmente para si los derechos a la corona si bien posteriormente se mostraria ambiguo respecto a dicha reclamacion 73 Los javieristas dirigidos por Manuel Fal Conde mantuvieron durante dos decadas su oposicion al Decreto de Unificacion y una fuerte intransigencia politica y religiosa llegando a ser calificados por el general Franco en declaraciones al diario Arriba en 1955 como un diminuto grupo de integristas seguidores de un principe extranjero apartados desde la primera hora del Movimiento 74 Ante el acercamiento de Franco a Don Juan y en medio de un clima de division en el campo tradicionalista 75 en 1955 Fal Conde ceso como Jefe delegado de la Comunion Tradicionalista y en enero de 1956 Don Javier nombro un Secretariado Nacional compuesto por Juan Saenz Diez Jose Maria Arauz de Robles e Ignacio Hernando de Larramendi bajo la presidencia de Jose Maria Valiente 76 que en octubre de 1960 seria elevado a Jefe delegado 77 El programa de la politica de colaboracion trataria en primer lugar de conseguir la unidad interna de la Comunion y ofrecer una estructura ideologica apoyada en una masa de opinion que por encima de toda vinculacion personal garantizase la continuidad historica de los principios del 18 de julio 78 Aunque los javieristas recabaron para si el nombre de Comunion Tradicionalista juanistas carlooctavistas y sivattistas tambien se declararon herederos de la Comunion Tradicionalista historica Segun Antonio Maria de Oriol uno de los pocos ministros tradicionalistas que tuvo Franco la Comunion Tradicionalista la formaban no solo los javieristas sino todos los que comulgaban con los ideales del tradicionalismo 79 Cuando en 1968 Mariano Robles Romero Robledo presento una denuncia ante el Tribunal de Orden Publico afirmando que la Comunion Tradicionalista cuyos nuevos mandos directivos se anunciaban abiertamente en la prensa era una organizacion ilegal al margen del Movimiento el Tribunal abrio el correspondiente sumario pero finalmente resolvio abstenerse de entrar en el fondo del asunto y archivar las actuaciones afirmando que La Comunion Tradicionalista segun el Decreto de 19 de abril de 1937 integro con Falange Espanola una entidad de caracter nacional en tanto se declaraban disueltas las demas organizaciones y partidos politicos de donde se obtiene una legitimidad de origen y por consiguiente una imposibilidad de subsumir a dicha Comunion en las previsiones penales sobre asociaciones politicas pues ni esta prohibida por la Ley ni ha dejado de cumplir los requisitos o tramites exigidos para constituirla 80 En 1975 los tradicionalistas seguidores de Sixto Enrique de Borbon y partidarios del ideario clasico del carlismo que no aceptaron los cambios del Partido Carlista establecido en 1970 ni reconocieron la legitimidad de ejercicio de Carlos Hugo de Borbon en quien Javier habia abdicado en 1975 constituyeron nuevamente una organizacion con el nombre de Comunion Tradicionalista que afirmo ser continuadora de la Comunion Tradicionalista historica Vease tambien EditarCarlismo Carlismo electoral Restauracion Comunion Tradicionalista 1975 Union Carlista Comunion Catolico Monarquica 1977 Referencias Editar a b Tunon de Lara Manuel 1985 La guerra civil espanola Labor p 461 ISBN 9788433594006 a b Egana Inaki 1996 Diccionario historico politico de Euskal 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