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Pedro Enríquez de Castilla

Pedro Enríquez de Castilla[a]​ (c. 1355[1]​ - Orense, 2 de mayo de 1400) fue un magnate castellano e hijo ilegítimo de Fadrique Alfonso de Castilla, maestre de la Orden de Santiago.[2][3][4]

Pedro Enríquez de Castilla
Conde de Trastámara, Lemos y Sarria

Escudo de armas del conde Pedro Enríquez de Castilla.
Información personal
Otros títulos Condestable de Castilla y pertiguero mayor de Santiago
Nacimiento c. 1355
Fallecimiento 2 de mayo de 1400
Orense
Sepultura Convento de San Francisco de Lugo
Familia
Casa real Casa de Trastámara
Padre Fadrique Alfonso de Castilla
Madre Véase Orígenes familiares
Cónyuge Isabel de Castro
Heredero Fadrique Enríquez de Castilla
Hijos Véase Descendencia

Fue conde de Trastámara, Lemos, Sarria, Viana y El Bollo,[1]​ señor de Traba y Castro Caldelas, y también pertiguero mayor de Santiago, comendero mayor de los obispados de Mondoñedo[5]​ y Lugo[6]​ y de numerosos monasterios gallegos, como el de Santa María de Meira y San Juan de Poyo,[7]​ lo que le convertía en el magnate «más poderoso»[8]​ o «gran señor de Galicia»[9]​ y en continuador de la saga de miembros de la realeza o vinculados con ella,[10]​ como el infante Felipe de Castilla, Pedro Fernández de Castro, Fernán Ruiz de Castro[11]​ y Enrique de Trastámara,[12]​ que tuvieron grandes posesiones y ejercieron destacados cargos en ese territorio.[11]

En el último periodo de su vida ejerció el cargo de condestable de Castilla[1]​ y consiguió los señoríos de Ponferrada, Villafranca del Bierzo, Alba de Tormes y Paredes de Nava,[13]​ y aunque todas sus posesiones fueron confiscadas en 1384 y en 1394, consiguió recuperarlas en ambas ocasiones.[14]​ Y el prestigioso medievalista Juan Torres Fontes señaló que «su actividad en el terreno político fue grande, aunque siempre sin suerte y en un segundo piano, (y) nada hizo en el aspecto militar y menos aún ejerció su oficio de condestable, sólo útil para cobrar los emolumentos que le correspondían».[15]

Fue nieto del rey Alfonso XI de Castilla.[4]

Orígenes familiares

Fue hijo ilegítimo, al igual que su hermana Leonor Enríquez de Castilla, de Fadrique Alfonso de Castilla,[16][17][18]​ maestre de la Orden de Santiago y señor de Haro,[3]​ y por parte paterna era nieto del rey Alfonso XI de Castilla[19]​ y de su amante Leonor de Guzmán,[20]​ pero existe una gran confusión en cuanto a la identidad de su madre, que sin embargo según la mayoría de los historiadores pertenecía a la familia Angulo de Córdoba.[21][16][22]

Algunos autores aseguran que la madre de Pedro y de su hermana Leonor se llamaba Inés[23]​ o Constanza de Angulo,[24]​ y otros afirmaron que esta dama era hija de los nobles cordobeses Lope Alfonso de Angulo y de Elvira Díaz de Aguayo, que falleció en 1370, y que otorgó testamento el 16 de mayo de ese mismo año en Córdoba[25][26][27]​ ante Juan González y Antón Ruiz,[28]​ afirmando que era la madre del conde Pedro Enríquez y del futuro almirante de Castilla Alfonso Enríquez,[27]​ aunque otros autores indican que en él solo manifestó ser la madre del conde Pedro[29]​ Enríquez,[30]​ como ya señaló en el siglo XVIII el padre Francisco Ruano en su obra Casa de Cabrera en Córdoba,[31]​ donde mencionó que Leonor Enríquez, el conde Pedro y el almirante Alfonso eran hijos de la misma mujer, Constanza de Angulo.[32]

La madre del conde Pedro Enríquez y de su hermana Leonor, según otros autores, se llamaba Leonor[20][33]​ o Leonor Manuel de Angulo,[34][35]​ y José Pellicer aseguró que fue señora de Mansilla e hija de Luis Manuel y de Beatriz Angulo de Córdoba.[18][b]​ La hermana del conde Pedro, Leonor Enríquez, fue señora de Salinas de Añana y esposa de Diego Gómez Sarmiento,[24][35]​ que fue mariscal de Castilla,[36][37][38]adelantado mayor de Castilla y de Galicia[39]​ y repostero mayor del rey Juan I de Castilla.

El conde Pedro fue además hermano[40][27]​ o hermanastro por parte paterna, aunque la mayoría de los historiadores afirman esto último, del almirante Alfonso Enríquez,[41][23]​ que según la mayoría de los autores[3]​ era hijo de una judía a quien llamaban «la Paloma» por su belleza.[42]​ Pero hay constancia, a pesar de que ello no es mencionado por la mayoría de los autores, de que Pedro Enríquez tuvo también otro hermano llamado Alfonso Enríquez[43]​ que fue cazador mayor del rey Juan I de Castilla, aunque Martínez Sopena afirmó que pudo tratarse de una confusión por parte del cronista Fernão Lopes.[44]​ Y el conde Pedro Enríquez era sobrino del rey Enrique II de Castilla,[45]​ primo carnal del rey Juan I, y tío de Enrique III, durante cuyos reinados ocupó un destacado lugar debido a su parentesco con ellos y a sus inmensas posesiones concentradas sobre todo en Galicia y en el reino de León.[3]

Biografía

Infancia y juventud

 
Patio de las Doncellas en los Reales Alcázares de Sevilla.

Se desconoce su fecha exacta de nacimiento, aunque debió de ocurrir alrededor del año 1355, según afirmó Jaime de Salazar y Acha.[1]​ Su padre, Fadrique Alfonso de Castilla, que fue maestre de la Orden de Santiago, señor de Haro y adelantado mayor de la frontera de Andalucía, fue asesinado el día 29 de mayo de 1358 en Sevilla por orden de su hermanastro, Pedro I de Castilla,[46][47]​ cuando Pedro Enríquez debía contar con unos tres años de edad. Además, Fernán Pérez de Guzmán describió del siguiente modo en sus Generaciones y semblanzas la apariencia y personalidad del conde Pedro Enríquez:[48]

Fué este Conde D. Pedro de assaz buen cuerpo y gesto, un poco grueso, é franco, é gracioso, é acogedor de los buenos: pero en sus maneras é costumbres concordábase con la tierra donde vivia, que es en Galicia. Fue hombre que amó mucho a mujeres. No ovo fama de muy esforzado; no sé si fué por su defecto, o porque no ovo dó lo probar. El fué el segundo Condestable de Castilla.

La descripción anterior, como señaló Correa Arias, descalificaba no solo al conde Pedro sino también a toda la nobleza gallega y a la propia Galicia, difundiendo así una idea sobre ese territorio que se extendería posteriormente por toda Castilla,[49]​ y el eclesiástico e historiador Antonio López Ferreiro afirmó, como subrayó Eduardo Pardo de Guevara y Valdés,[50]​ que el conde Pedro Enríquez «dió muestras de ser más experto en el manejo de la lengua que en el de la espada», y también que «el ejercicio de las armas nunca fué la pasión favorita del Conde D. Pedro Enríquez».[51]​ Y Pardo de Guevara y Valdés señaló, al compararlo con otros de los personajes retratados por Fernán Pérez de Guzmán en sus Generaciones y semblanzas, que:[50]

La descripción desde luego para nada evoca el prototipo del caballero medieval; nada dice, por ejemplo, que fuera esforcado y sabio en las guerras, como don Pedro Suárez de Quiñones, o diligente o de buena ordenanza, como don Lorenzo Suárez de Figueroa, ni tan siquiera que fuera de razón breve e corta, pero discreto e atentado, como su hermano el almirante don Alfonso Enríquez.

En la Crónica del Rey don Pedro, como destacó Pardo de Guevara y Valdés,[50]​ consta que Pedro Enríquez, al igual que otros miembros de la realeza como los condes Tello y Sancho de Castilla y Alfonso Enríquez,[52]​ estuvo presente en 1367 en la aldea de Añastro, cercana al municipio de Treviño, poco antes de que se librara la batalla de Nájera.[50]​ Y también consta en dicha Crónica que durante esa batalla, en la que las tropas de Pedro I de Castilla derrotaron completamente a sus adversarios, Pedro Enríquez combatió junto a Enrique de Trastámara,[53]​ que mandaba el cuerpo principal del ejército,[54]​ y junto a uno de los hijos ilegítimos de este último, el conde Alfonso Enríquez,[53]​ aunque este y Pedro Enríquez fueron apresados durante la batalla al igual que Sancho de Castilla, conde de Alburquerque, y otros muchos nobles, entre los que figuraba el célebre cronista Pedro López de Ayala.[55]​ Y su victoria en la batalla de Nájera y la huida al reino de Francia de Enrique de Trastámara permitieron a Pedro I asentarse firmemente, aunque momentáneamente, en el trono castellano.[56]

El reinado de Enrique II de Castilla (1369-1379)

 
Retrato imaginario de Enrique II de Castilla. José María Rodríguez de Losada. (Ayuntamiento de León).

Tras el asesinato de su padre Pedro Enríquez había quedado bajo la protección de su tío carnal, Enrique de Trastámara,[57]​ y fue el primero de sus hermanos que alcanzó un «gran estado en la Corte» castellana, como señaló Menéndez Pidal de Navascués.[58]​ Y en 1369, y siendo ya rey de Castilla, Enrique II prohijó a Pedro y a su hermano o hermanastro Alfonso, el futuro almirante, y les permitió usar el apellido Enríquez,[41]​ por lo que ambos, según Fernando Suárez Bilbao, disfrutaron jurídicamente de un rango equivalente al que tenían el duque de Benavente, Fadrique de Castilla, y el conde de Noreña, Alfonso Enríquez, que eran hijos ilegítimos de Enrique II.[59]​ Conviene señalar que el apellido patronímico «Enríquez», con el que se conoce al conde Pedro y a muchos de sus familiares, ha sido usado por numerosos historiadores, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, «para denominar de forma genérica» a muchos miembros de la Casa de Trastámara, aunque dicho autor subrayó el hecho de que en su época únicamente «correspondió» utilizarlo a los hijos del rey Enrique II.[60]​ Y González Crespo afirmó que tanto Pedro como su hermano o hermanastro Alfonso llegaron a ocupar, debido a sus vínculos familiares con la realeza, «los primeros puestos en la nueva nobleza trastamarista».[2]

Se desconoce la fecha exacta en que fue nombrado conde de Trastámara y Lemos por su tío Enrique II,[c]​ ya que algunos autores antiguos, como fray Malaquías de la Vega, afirmaron que lo fue en 1367, otros que en 1370,[61][62][49]​ y otros que debió serlo en 1371,[63]​ antes de ese año,[64]​ o con total seguridad en el mismo,[65][d]​ aunque lo importante, como señaló Pardo de Guevara, es que a principios de la década de 1370 el conde Pedro Enríquez,[61]​ gracias a las grandes mercedes que recibió del rey, y especialmente en el reino de Galicia,[66]​ pasó a ser el «indiscutible abanderado» de los nobles de ese territorio.[61]​ Su condición de miembro de la familia real le convertía también en el «representante» de la realeza en Galicia, como señaló Muñoz Gómez.[9]

El condado de Trastámara había pertenecido a Enrique II antes de su subida al trono,[66]​ y tras convertirse en rey este último también concedió grandes posesiones a su hija Leonor de Trastámara, que posteriormente sería reina consorte de Navarra por su matrimonio con Carlos III, a sus hijos ilegítimos Alfonso Enríquez y Fadrique de Castilla, y al marqués de Villena, Alfonso de Aragón el Viejo, que era nieto del rey Jaime II de Aragón.[67]​ El «antiguo» condado de Trastámara, como señaló Correa Arias, fue siendo progresivamente controlado por la Corona, y hasta que se le concedió a Pedro Enríquez, los mayores señores de Galicia habían sido los miembros de la Casa de Castro.[68]​ Pero aun así el nuevo conde tuvo que compartir los resortes del poder con el adelantado mayor de Galicia y con los merinos mayores de dicho territorio o sus sustitutos, que eran los representantes de la Corona y a veces miembros de la familia real,[68]​ aunque en vida de Pedro Enríquez el adelantamiento mayor de Galicia siempre estuvo en poder de la familia Sarmiento.[69]

Pardo de Guevara y Valdés subrayó el hecho de que los títulos y las inmensas posesiones que Pedro Enríquez recibió de Enrique II no se debieron ni a sus cualidades ni tampoco «a su valor personal, sus dotes cortesanas o sus excepcionales servicios a la Corona», sino al cariño y predilección que su tío sentía hacia él, ya que desde el asesinato de su padre había quedado a su cargo.[57]​ Uría Maqua, por su parte, señaló que Enrique II concedió a sus familiares más cercanos «títulos y tierras», aunque no cargos.[70]​ Arcaz Pozo afirmó que con la subida al trono de Enrique II, tanto el conde Pedro Enríquez, por su condición de sobrino del rey y de pertiguero mayor de Santiago, como Pedro Ruiz Sarmiento,[71]​ que fue adelantado mayor de Galicia entre los años 1379 y 1384,[39]​ pasaron a ser los más destacados miembros de la «nobleza nueva» o «trastamarista» de la región y los «jefes políticos de la nueva nobleza gallega», ya que bajo la protección de ambos comenzaron a medrar y a subir en la escala social numerosos caballeros de la pequeña nobleza como, entre otros muchos,[72]Fernán Pérez de Andrade,[71]​ que mantuvo muy buenas relaciones con Pedro Enríquez y a quien acompañaría posteriormente en su campaña de abusos y extorsiones contra iglesias y monasterios gallegos,[73]​ Juan Rodríguez de Biedma, Alvar Pérez Osorio, García Rodríguez de Valcárcel, Juan Pérez de Noboa, Martín Sánchez de las Mariñas, Alfonso Vázquez de Vaamonde y Juan Núñez Pardo de Cela,[74][71]​ cuyas familias consiguieron el control de extensas zonas de Galicia y protagonizaron la llamada revolución nobiliaria gallega, bajo el amparo del rey Enrique II y gracias a las célebres «mercedes enriqueñas».[75]

El 29 de enero de 1372 el arzobispo de Santiago de Compostela, Rodrigo de Moscoso, nombró a Pedro Enríquez pertiguero mayor de Santiago, cargo que hasta entonces había estado en poder del conde Fernán Ruiz de Castro,[76][e]​ y «la entrega de la pértica» tuvo lugar en presencia del cabildo catedralicio compostelano y bajo las mismas condiciones con las que el arzobispo compostelano Berenguel de Landoria la había concedido en 1328, durante el reinado de Alfonso XI de Castilla, a Pedro Fernández de Castro.[77]​ El conde Pedro, que seguramente fue nombrado pertiguero mayor por voluntad del rey,[78]​ realizó el juramento acostumbrado en presencia del arzobispo Moscoso, y también hizo pleito homenaje sobre las manos del caballero Andrés Sánchez de Gres[77]​, siendo testigos, entre otros, el alguacil Ramil Núñez de las Cuevas, Gonzalo Díaz de Mesía, Fernán López de Medín, Gómez Prego y Juan Fernández de Benavente.[79][f]

El 10 de abril de 1372, y hallándose en Tuy,[80]​ el conde Pedro Enríquez confirmó a Vasco Pérez de Vaamonde la posesión de las feligresías de «Santa María do Castro e de San Mamed de Nodar e de San Pedro de Anafreita», que pertenecían al alfoz de la villa de Otero de Rey y le habían sido concedidas a dicho noble por Enrique II como recompensa por su apoyo en la Guerra Civil Castellana.[80][81]​ El 6 de septiembre de 1373 Pedro Enríquez concedió a Alfonso Vázquez de Vaamonde, que según Pardo de Guevara y Valdés probablemente sería nieto de Vasco Pérez, y a su esposa Leonor los cotos de Molgas, San Vicencio y Piñeiro por los servicios que le habían prestado,[82]​ halándose probablemente relacionadas entre sí ambas donaciones según dicho historiador[83]​ y siendo la última confirmada por Juan I de Castilla en las Cortes de Burgos de 1379.[84]

El 18 de mayo de 1372, y hallándose en Santiago de Compostela, el conde Pedro cedió la villa coruñesa de Puentes de García Rodríguez, que pertenecía al condado de Trastámara, y junto con todos sus términos, alfoz, jurisdicción, señorío y todos sus derechos al escudero García Rodríguez de Valcárcel,[85]​ que era hijo de Juan Freire de Andrade y de Constanza García y a quien el rey deseaba recompensar por sus servicios. Pedro Enríquez recibió como compensación de manos del rey la villa coruñesa de Cedeira.[83][86]

En el aspecto heráldico conviene señalar que tanto el conde Pedro Enríquez como su hijo y heredero, Fadrique Enríquez, utilizaron, al contrario que la mayoría de los nobles, dos escudos de armas diferentes, como señalan varios historiadores, ya que en Galicia utilizaron frecuentemente uno en el que aparecía un castillo y un león y los «palos vibrados u ondados» que indicaban la posesión del condado de Trastámara, aunque esto último ha sido cuestionado por algunos autores pero ha quedado demostrado plenamente por otros.[87][g]​ Sin embargo, fuera de Galicia ambos individuos utilizaron un «castillo mantelado de leones», que es su escudo más conocido[87][h]​ y casi idéntico al utilizado por el almirante Alfonso Enríquez, hermano o hermanastro del conde Pedro, aunque exactamente a la inversa, ya que el del almirante consiste en un león mantelado de castillos.[88][89]

En 1376 el rey Enrique II le entregó a Pedro Enríquez la villa de Sarria junto con «sus pueblas, e alfoz, e términos, e jurisdicción e vasallos, rentas, pechos e derechos», según consignó fray Malaquías de la Vega en su Cronología de los Jueces de Castilla,[77]​ aunque en un documento de mayo de 1372 expedido en Santiago de Compostela y citado por Pardo de Guevara y Valdés Pedro Enríquez ya aparece como «conde de Trastámara, de Lemos e de Sarria, del Bollo e de Viana, e señor de Robreda e pertiguero mayor de Santiago».[85]​ Y según dicho historiador la concesión de tantas mercedes al conde Pedro por parte de Enrique II pudo deberse a:[77]

Un plan estudiado y medido con antelación. Exactamente como si el rey don Enrique se hubiera propuesto recrear el antiguo orden jerárquico gallego y propiciar, tras analizar cuidadosamente cada uno de los pasos a seguir, el resurgimiento de aquel impresionante dominio territorial que habían encabezado los carismáticos Castro, pero ahora bajo un titular tan afecto a la Corona como lo era su sobrino don Pedro. Premeditado o no, el hecho fue que este don Pedro, convertido entonces en conde de Trastámara, Lemas y Sarria, así como en flamante Pertiguero mayor de Santiago, actuó ya desde estos primeros momentos al estilo del viejo comes Galliciae. Sus dominios se extendían sobre una buena parte de Galicia y, al tiempo que representaba a la nueva monarquía, trató también de imitarla en muchos de sus gestos, para lo cual gustó en rodearse de toda una constelación de caballeros, entre los cuales empezó pronto a sembrar afectos y lealtades por medio de continuas y espléndidas donaciones.
 
Torre del Batallón del castillo de Sarria (Provincia de Lugo).

De ese modo Pedro Enríquez consiguió la posesión, «aunque no por largo tiempo», de las tierras de los condados de Trastámara, Lemos y Sarria, que según dicho autor siempre había sido «el sueño» de los miembros de la familia Castro, aunque a esta inmensa acumulación de poder siempre se había opuesto la «política real castellana».[90]​ Además, el modo de actuar del conde Pedro Enríquez como si fuera el «gran señor de Galicia», en palabras de Pardo de Guevara y Valdés, hacía imprescindible la posesión de cuantiosos recursos que ni siquiera sus enormes posesiones podían aportarle, y por ello comenzó a apropiarse, al igual que otros muchos nobles de Galicia, de las posesiones de la Iglesia, ya que a fin de obtener el control de dicho territorio intentó crear una extensa red de nobles a los que recompensó generosamente.[91]​ A causa de ello el conde comenzó a actuar como el «despiadado» comendero de numerosos monasterios de Galicia, entre los cuales ya figuraban en esos momentos los de San Juan de Poyo, San Julián de Moraime y Santa María de Sobrado.[84]

La encomienda era un sistema de protección frecuentemente empleado por los monasterios gallegos, aunque con el paso del tiempo, como señalan algunos autores, se convirtió en la «coartada perfecta» para que los nobles extorsionasen a aquellos que debían proteger e incluso se apoderasen de los bienes eclesiásticos y los ocupasen imponiendo tributos a sus propietarios.[92]​ En Galicia el problema de las encomiendas, debido al aislamiento de la zona, a la introversión de sus nobles y al rumbo político que siguieron el conde Pedro Enríquez y su hijo y heredero Fadrique, fue especialmente virulento.[93]

Fernán Pérez de Andrade, contando seguramente con el permiso o incluso animado por el conde de Trastámara, intentó recaudar en 1376 y 1377 entre los hidalgos de Trasancos y Pedroso algunos tributos de los que estaban exentos por su condición de nobles, y el mismo noble también intentó hacer eso en los «cotos privilegiados» de Balón y Mougá, posiblemente respaldado también por el conde de Trastámara,[94]​ quien en 1379 cedió a Ruy Soneira de Rioboo, que era un «fidalgo notorio» y vasallo suyo, las feligresías de Corcoesto y de San Martín de Rioboo.[84]​ En la Crónica de Enrique II,[95]​ que fue citada por Uría Maqua, consta que el conde de Trastámara acompañó al infante Juan de Castilla, que era el hijo y heredero de Enrique II, cuando invadió en 1378 el reino de Navarra con su ejército,[96]​ y también que en esa campaña participaron el conde Alfonso Enríquez, hijo ilegítimo de Enrique II, y Alfonso de Aragón el Viejo, que era marqués de Villena y nieto del rey Jaime II de Aragón.[97]

Enrique II confirmó en abril de 1379, y mientras se hallaba en Briones, todas las donaciones y limosnas que el conde Pedro y otros individuos habían realizado a favor del monasterio de Sancti Spiritus de Mellid, y al mismo tiempo el monarca pasó a ser el protector de todas las posesiones del mencionado monasterio, de su hospital, y de sus frailes, y ordenó al adelantado mayor de Galicia, Pedro Ruiz Sarmiento, que observara e hiciera observar estas mercedes, que serían confirmadas por los Reyes Católicos el 9 de abril de 1481 en Valladolid.[98]​ De una bula de julio de 1448 se deduce, como señaló Mejuto Sesto, que gracias al conde de Trastámara se pudo construir «por entero» el monasterio de Sancti Spiritus de Mellid, que donó al mismo la feligresía de Santa María y todas las posesiones que la Orden del Temple había tenido en Abeancos, Ventosa y Mellid, y también que donó al mismo monasterio todo el coto de Basandre y el lugar de Vila Nova, que también habían sido de los templarios y le habían sido cedidas al conde por su tío Enrique II el día 11 de abril de 1375, y al mismo tiempo el conde revocó cualquier otra donación que sobre esos bienes pudiera haber hecho a Vasco Gómez das Seixas, lo que provocó un pleito entre este último y el monasterio de Sancti Spiritus.[99]​ Además, las donaciones que Pedro Enríquez hizo al monasterio fueron confirmadas por Enrique II en abril de 1379 y por Juan I de Castilla el día 8 de agosto de 1379,[100]​ y poco después el conde ordenó a Martín Cabanas que entregara a fray Alonso de Mellid, que era una destacada figura de los terciarios franciscanos en Galicia, y en nombre del monasterio de Sancti Spiritus, todos esos bienes junto con los de Mellid y Vila Nova,[100]​ y conviene señalar que la primera parte de las obras en ese monasterio se llevaron a cabo entre 1372 y 1375 con el apoyo del conde de Trastámara, aunque desde 1375 hasta principios del siglo XV los Ulloa fueron los promotores de la construcción.[101]

La muerte de Enrique II de Castilla, ocurrida el día 29 de mayo de 1379 en Santo Domingo de la Calzada, privó al conde Pedro Enríquez, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, de su principal protector, ya que el rey Juan I de Castilla, el hijo y heredero de Enrique II, consideraba a su primo Pedro Enríquez, debido a sus enormes posesiones en Galicia, un grave riesgo «para la paz del Reino»,[102]​ por lo que planeó acabar con sus ansias expansionistas.[103]​ Por otra parte, en un privilegio que Juan I otorgó a la villa de Madrid en 1379, y como advirtió Falcó y Osorio, el conde apareció entre los confirmantes como: «D. Pedro, primo del rey, Conde de Trastámara, Lemos y Sarria».[104]

El reinado de Juan I de Castilla (1379-1390)

Violencias y abusos en Galicia (1380-1383)

 
Retrato imaginario del rey Juan I de Castilla. Vicente Rodríguez y Arbiol. (Congreso de los Diputados de España).

En esta época el abad del monasterio de San Esteban de Ribas de Sil se quejó al rey de los abusos cometidos por Pedro Enríquez y por su vasallo Juan Pérez de Novoa en su monasterio, ya que el primero, contra los deseos del abad, se había adueñado de veinte casares en la zona de Lemos y de la encomienda de un coto, «embolsándose veinte moyos de pan y vino por los mismos», y además exigió a los vasallos del cenobio entregas de «pan y dineros» y les obligó a construir una cerca en su villa de Monforte de Lemos.[105]​ El vasallo del conde, Juan Pérez de Novoa, que era comendero del monasterio de San Esteban, se apoderaba en esa época de cien maravedís anuales por protegerlo, de otros mil que impuso como tributo a los habitantes del coto de San Esteban, y de las rentas de seis de los casares del monasterio.[105]

Las extorsiones y abusos del conde Pedro Enríquez y de Juan Pérez de Novoa, que actuaba en representación del primero en calidad de comendero, también se llevaron a cabo en el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil. El conde también practicó esos abusos y extorsiones en los monasterios de Santa María de Sobrado, Santa María la Real de Oseira, San Salvador de Lérez, Santa María de Meira, y en algunos cotos sujetos a la diócesis de Lugo.[105]​ El conde y Álvaro Pérez Osorio, Alfonso López de Saavedra y Fernán Pérez de Andrade se repartieron posiblemente entre ellos las posesiones del monasterio de Santa María de Meira y cada uno de ellos comenzó a ejercer «su particular protectorado» en las tierras que les correspondían,[106]​ llegando a afirmar Mariño Veiras que:[107]

Poderosos nobles se erigen en encomenderos de porciones del patrimonio monástico en contra de la voluntad de los monjes: el conde D. Pedro, pertiguero mayor de la tierra de Santiago, domina el coto de Meira; Fernán Pérez de Andrade domina los montes de Sor y Roupar; Álvaro Pérez Osorio, la tierra de San Tirso de Abrés; y Alfonso López Saavedra, la de Trabada...

En el caso del monasterio de Meira, las malas cosechas y las enfermedades, entre otros factores, provocaron una grave crisis que se tradujo en un grave descenso de las rentas que el monasterio y por tanto sus comenderos recibían de los campesinos, por lo que los nobles comenzaron a extorsionar a los monjes y a los vasallos del cenobio en lugar de protegerlos.[108]​ La situación llegó a tal grado de opresión que el abad de Santa María de Meira se quejó al rey de que los comenderos se apoderaban ilegalmente de:[109]

Dineros et pan et otras cosas et fasendolos servir por sus cuerpos asi en las labores de sus heredades como de castiellos e fortalezas que fasian et en todo servidumbre así como sy fueren sus vasallos exenptos.

El conde de Trastámara y Pedro Ruiz Sarmiento, que era el adelantado mayor de Galicia, iniciaron una dura política de «expoliación», como señaló Correa Arias, contra los bienes de toda clase de personas ya fueran seglares o religiosos,[6]​ y ambos cometieron frecuentemente y en «connivencia» toda clase de desmanes contra los monasterios de Oseira, Meira, Pallares y Guntín, entre otros muchos, y el adelantado mayor también les exigió a los vasallos y clérigos de la diócesis de Lugo el pago de algunos impuestos.[110]​ Al mismo tiempo, la mayor parte de las «suculentas» posesiones del célebre Fernán Pérez de Andrade se hallaban en el territorio del antiguo condado de Trastámara, y junto con el conde Pedro Enríquez, los Andrade tomaron parte en las «campañas de rapiña y latrocinio» que llevó a cabo contra numerosos monasterios gallegos, pues hay que tener presente que el conde tenía además un gran poder y numerosos puntos de apoyo en las diócesis de Mondoñedo y Lugo,[111]​ de las que era comendero mayor,[5][6]​ y en el arzobispado de Santiago, donde ocupaba la pertiguería mayor.[111]​ El apoyo que el conde y el adelantado mayor de Galicia proporcionaron a los miembros de la nueva nobleza gallega, como los Valcárcel, permitió a estos y a otros destacados caballeros el apoderarse de una cantidad de recursos «inagotable» perteneciente a los monasterios.[111]

En las Cortes de Soria de 1380, que se reunieron en el verano de ese año, el rey Juan I de Castilla, tras haber recibido numerosas quejas de los prelados del reino por causa de los abusos cometidos por los comenderos en los monasterios, estableció en qué casos las encomiendas gozarían de legitimidad, abolió la mayoría de las mismas,[112]​ y conminó a todos los comenderos a que en el plazo de tres meses presentaran los títulos de las encomiendas ante un tribunal del que formaba parte el célebre cronista Pedro López de Ayala,[113]​ Juan Martínez de Rojas, y los oidores Pedro Fernández de Burgos y Álvar Martínez de Villarreal,[112]​ a fin de que los cuatro sentenciaran «con urgencia la validez o nulidad» de las quejas presentadas por los eclesiásticos. César Olivera Serrano señaló que Juan I, debido a los abusos cometidos por los comenderos, «había decidido» abolir las encomiendas establecidas en numerosos monasterios de Asturias, Galicia, León y Castilla la Vieja, y también que el tribunal mencionado anteriormente falló en la mayoría de los casos a favor de los cenobios.[112]

A finales de diciembre de 1380 el rey tomó la decisión de tomar bajo su protección personal a muchos monasterios,[114]​ y entre los días 22 y 28 de diciembre de ese año se pronunciaron numerosas sentencias, de las que se conocen veintinueve, en las que se les ordenaba a numerosos magnates gallegos, como los condes Pedro y Alfonso Enríquez y el adelantado mayor de Galicia, que abandonasen sus encomiendas,[115]​ pero López Ferreiro señaló que como el mal estaba tan arraigado, las órdenes del rey surtieron poco efecto, ya que «los Grandes querían cobrarse del favor y ayuda que habían prestado á la nueva dinastía»,[114]​ y otros autores también destacan que las disposiciones del rey se limitaron a «buenas intenciones» con ausencia de efectividad real y de socorro a los monasterios.[105][i]​ Al conde Pedro Enríquez se le ordenó que renunciara a las encomiendas de los monasterios de San Juan de Poyo, de San Julián de Moraime,[116]​ y de Pedroso, y algunos años después volvió a exigírsele al célebre Fernán Pérez de Andrade que renunciara a la de este último, lo que prueba que este último y el conde actuaban de modo parecido y tal vez de mutuo acuerdo.[94]

Juan I de Castilla prohibió el día 22 de diciembre de 1380 al conde Pedro Enríquez que ejerciera cualquier clase de encomienda sobre el territorio del obispado de Mondoñedo o en las tierras de su obispo, y al mismo tiempo le ordenó que le devolviera a este último y a su diócesis todas las tierras y propiedades de las que se hubiera apoderado con el «pretexto» de su encomienda.[117]​ Un día después el conde fue conminado, a través de una sentencia pronunciada contra los nobles que se habían apoderado de los bienes del monasterio de Sobrado, a que renunciara a varios cotos del mismo entre los que figuraban los de «San Pedro de la Igreja Nueva, e el coto de San Julián de Grijalva, e el coto de Santa Maria de Fojado, e el coto de San Martiño de Cabruno et piezas de otros cotos e logares e felegresías».[102][j]​ El 28 de diciembre de 1380, el rey ordenó al conde de Trastámara, a Fernán Pérez de Andrade, a Álvaro Pérez Osorio y a Alfonso López de Saavedra que renunciaran a la encomienda que ejercían sobre el monasterio de Meira, aunque de los documentos del monasterio se infiere, como señaló González Paz, que los cuatro nobles ignoraron la orden del rey y siguieron disponiendo en su propio beneficio de los hombres y bienes del cenobio.[108][118]

El 14 de mayo de 1381, y mediante una carta emitida en Salamanca, el rey ordenó nuevamente al conde Pedro que renunciara a la encomienda que ejercía sobre el obispado de Mondoñedo,[119]​ y hay constancia de que la carta fue leída ante él y entregada en sus manos el 25 de mayo de 1381 en Zamora, en presencia del canónigo Lope Peres, que formaba parte del cabildo catedralicio mindoniense.[120]​ El conde se comprometió a dejar la encomienda y a servir fielmente al rey,[120][k]​ y este último le envió esa carta no solamente porque el conde había seguido ejerciendo la encomienda de esa diócesis por medio de Juan Núñez de Pardo, que según Pardo de Guevara y Valdés posiblemente sería el padre del célebre mariscal Pedro Pardo de Cela, sino porque había apresado a algunos vasallos del obispo y les había extorsionado hasta obtener de ellos grandes sumas de dinero.[102]

 
Vista general de la ciudad de Mondoñedo. (Provincia de Lugo).

En opinión de Pardo de Guevara y Valdés las sentencias pronunciadas contra el conde y las órdenes que recibió para que renunciara a numerosas encomiendas, como a la del obispado de Mondoñedo, fue no solamente una «clara advertencia» al conde por parte del rey para que pusiera término a su «política expansionista», sino también un presagio de los avatares ý reveses que sufriría pocos años más tarde,[121]​ ya que el conde de Trastámara, el duque de Benavente y el conde de Noreña fueron los familiares del rey más perjudicados por las medidas que Juan I adoptó en las Cortes sorianas de 1380.[122]​ En un privilegio otorgado por Juan I de Castilla en 1382, que fue citado por Villaamil y Castro, el monarca ordenaba al conde Pedro y al adelantado mayor de Galicia, Pedro Ruiz Sarmiento, que amparasen y defendiesen a los monjes del monasterio de Villaoriente:[123]

Al conde don Pedro, nuestro primo, pertiguero mayor de Santiago, é comendero mayor del obispado de Mondoñedo, é á los otros pertigueros é comenderos que por nos ó por él andodieren en la dicha pertiguería é encomienda, é á Pero Ruys Sarmiento, nuestro adelantado mayor del Reyno de Gallizia, é al merino é merinos que por el é por nos andodieren en las merindádes del dicho adelantamiento...que amparen é defiendan á los frayres del dicho monasterio.

El privilegio citado anteriormente demuestra, en opinión de Villaamil y Castro, que tal vez el conde tenía como subalternos a sus órdenes a otros pertigueros y comenderos en la pertiguería mayor de Santiago y en la encomienda mayor del obispado de Mondoñedo.[123]​ En esta época el conde cometió numerosos desafueros, crímenes, violencias y extorsiones en todo el territorio de la archidiócesis de Santiago de Compostela, de cuya tierra él era desde 1372 pertiguero mayor, a pesar de que cuando fue designado para ejercer este cargo se comprometió, entre otras cosas, a no tener vasallos ni en la ciudad de Santiago de Compostela ni en su diócesis, a no poseer castillos ni casas fuertes ni a edificarlos en dicho territorio, y a no exigir tributos ni «pedidos» en el mismo.[124]​ El conde, sin embargo, quebrantó todas las disposiciones que había jurado cumplir, entre las que también figuraban la de «no tener posada ni casas de moradores» en tierras de la diócesis compostelana, y la de «no usar de jurisdicción alguna, ni de hacer justicia, ni de prender, ni matar, ni llagar, ni punir dentro de la dicha ciudad, villas y lugares del arzobispado», según consta en la sentencia de 1383 que privó de la pertiguería mayor al conde Pedro Enríquez, y que fue citada por Pardo de Guevara y Valdés al señalar que el conde de Trastámara únicamente respetó aquellas disposiciones que podrían reportarle «algún beneficio».[124]

De hecho, López Ferreiro calificó de «furiosa persecución contra la Iglesia Compostelana» los desmanes y violencias cometidos por Pedro Enríquez, que según dicho historiador aprovechó la debilidad mostrada en su opinión por el rey de Castilla para, por ejemplo, imponer contra la ley tributos a los habitantes, entre otros lugares, de Santiago de Compostela, Pontevedra y Noya, o para exigir un real de plata por cada carga de vino que entrara en Santiago de Compostela.[125]​ El conde, quebrantando con ello la disposición que le obligaba a no poseer castillos o casas fuertes en tierras de Santiago,[126]​ reedificó por completo la llamada por López Ferreiro «famosa» torre de la Barreira, que está situada en la parroquia de San Martín de Riobó y cuya feligresía el conde había cedido en 1379 a su vasallo Ruy Soneira de Rioboo.[125]

 
Castillo de Monforte de Lemos. (Provincia de Lugo).

Pedro Enríquez también quebrantó las obligaciones de su cargo de pertiguero mayor al ejercer algunos «actos de jurisdicción» en la zona de Tabeirós y en otras partes de la diócesis compostelana, al nombrar y destituir jueces «a su albedrío», y al apoderarse de una casa que el canónigo Rodrigo Rodríguez había cedido en 1375 a la diócesis de Santiago y que el conde empleó como morada propia,[125]​ quebrantando una vez más las disposiciones que le obligaban a «no tener posada ni casas de moradores» en tierras compostelanas. En cierta ocasión en que el arzobispo Rodrigo de Moscoso impidió al conde penetrar en la ciudad de Santiago, este derribó la Puerta de Mamóa, que según dicho historiador era la más transitada por los compostelanos, y poco después el conde se encontró con el arzobispo en el pórtico del Obradoiro, le injurió públicamente y profirió contra él toda clase de «improperios».[127]​ Pardo de Guevara y Valdés subrayó el hecho de que:[102]

Lo que empujaba al nuevo conde de Trastámara y Lemos a combatir el poderío compostelano no era ya la necesidad de recursos económicos, sino que se había reactivado con más violencia todavía que antes la tradicional enemistad entre los arzobispos y el gran señor de Galicia. Los desmanes, pero sobre todo las insolencias y agravios, se harían cada vez más directos e hirientes para la dignidad de la Iglesia. La situación de ésta era, pues, verdaderamente trágica.

El arzobispo Rodrigo de Moscoso falleció el 26 de abril de 1382, aunque su muerte, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, no impidió que Pedro Enríquez continuara cometiendo desmanes y abusos.[126]​ De hecho el conde, al que López Ferreiro calificó de «pérfido e ingrato», aprovechó el periodo de Sede vacante en que se hallaba la archidiócesis compostelana por la muerte del prelado para proseguir con su campaña de desmanes, violencias y saqueos incluso contra los miembros del cabildo compostelano,[128]​ ya que envió a su alguacil para que se apoderara de todo lo que hubiera en la casa del canónigo Gonzalo Pérez y ordenó al alcaide del castillo de Peñaflor,[129]​ que estaba a su servicio, que prendiera[130]​ a dicho canónigo en cualquier lugar donde fuera hallado.

El conde detuvo en casa del deán Juan Núñez a un criado de este último llamado Fernando Núñez, lo condujo a Monforte de Lemos, y exigió como rescate por él cierta cantidad de dinero; y en señal de duelo por haber quebrantado las libertades de los eclesiásticos, se puso en entredicho a la ciudad de Santiago y la celebración de los Oficios divinos quedó suspendida durante dos meses, aunque en una ocasión en que el cabildo catedralicio compostelano se hallaba reunido en capítulo, Pedro Enríquez se presentó y «con la mayor insolencia y llenándoles de injurias», en palabras de López Ferreiro, les reprochó «la actitud que habían tomado».[129]​ Los seglares no eran mejor tratados que los clérigos en tierras compostelanas por el conde Enríquez, ya que hay constancia de que algunos de sus hombres asesinaron en Santiago de Compostela a un familiar del canónigo Álvaro Alfonso y también a un carpintero que trabajaba en la calle de la Fuente Sequelo, y en Mellid apresó a Alonso Yáñez de Furelos y exigió a cambio de su vida y libertad un grueso rescate.[131]​ El conde sitió también la villa de Noya y la tuvo rodeada con sus hombres hasta que sus habitantes le entregaron cierta cantidad de dinero, y durante el periodo de sede vacante en el arzobispado de Santiago se llevaron a cabo frecuentemente «muchos hechos semejantes» por parte del conde, según López Ferreiro.[131]

 
Iglesia de San Martín de Noya. (Provincia de La Coruña).

El 17 de mayo de 1383 Juan I de Castilla y la infanta Beatriz de Portugal, que era hija de Fernando I de Portugal y de Leonor Téllez de Meneses, contrajeron matrimonio en la catedral de Badajoz en una solemne ceremonia concelebrada por los arzobispos de Sevilla y Santiago de Compostela y por los obispos de Calahorra, Badajoz, Coímbra, Guarda, Coria, Lisboa y Ávila.[132]​ Pero cuatro días antes de la ceremonia nupcial, el 13 de mayo de 1383, el rey de Castilla había jurado en la catedral de Badajoz, y ante los embajadores del reino de Portugal, que respetaría y cumpliría todas las disposiciones incluidas en las capitulaciones matrimoniales[133]​ suscritas en Elvas en agosto de 1382, donde figuraba la condición de que ni el monarca castellano ni sus herederos directos podrían ocupar jamás el trono de Portugal.[134]

Para rubricar de modo más legal y solemne lo que había jurado en la catedral de Badajoz, Juan I de Castilla dispuso que varios de sus súbditos hicieran lo mismo y que se comprometieran a abandonar el reino de Castilla y a luchar contra él si se atrevía a violar los acuerdos que había establecido con Portugal.[133]​ Entre los nobles que prestaron ese juramento figuraban el conde Pedro Enríquez, los maestres de las órdenes de Santiago y Alcántara, Juan Sánchez Manuel, conde de Carrión, Juan Téllez de Castilla, señor de Aguilar de Campoo, Gonzalo Fernández de Córdoba, señor de Aguilar de la Frontera, Diego Gómez Sarmiento, que era cuñado del conde de Trastámara, el canciller y escritor Pedro López de Ayala, Alfonso Fernández Portocarrero, Juan Martínez de Rojas, Per Afán de Ribera el Viejo, Lope Fernández de Padilla y Alfonso Fernández de Montemayor, así como los obispos de Calahorra, Ávila, Coria y Badajoz y el arzobispo de Sevilla.[135]

El cabildo catedralicio compostelano eligió poco después como nuevo arzobispo a Juan García Manrique, obispo de Burgos y canciller mayor de Castilla, que disfrutaba de la confianza del monarca y tenía reputación de ser un individuo «hábil, experimentado y sobre todo, de firmísimo carácter», lo que le convertía en el más indicado para quebrantar el poderío del conde Pedro Enríquez.[121]​ Poco después de haber tomado posesión como nuevo arzobispo, Juan García Manrique impulsó la confección de una «extensa y detallada» recopilación de los abusos y violencias cometidos por el conde en la figuraban los desmanes mencionados anteriormente, los insultos y afrentas dirigidos contra el cabildo y la Iglesia compostelana, y el escándalo de que el excomulgado Fernán Pérez Churruchao, que había dado muerte al arzobispo Suero Gómez de Toledo, se hubiera convertido en criado del conde.[136]​ Por todo ello el arzobispo García Manrique pronunció una sentencia en Valladolid el 9 de agosto de 1383 por la que se desposeía al conde Pedro Enríquez de la pertiguería mayor de Santiago y se decretaba que ni él ni sus descendientes hasta el séptimo grado podrían recibir de la Iglesia compostelana ningún beneficio, oficio, dignidad o merced, según consta en un fragmento de la sentencia citado por Pardo de Guevara y Valdés:[137][l]

Que dicho conde nin algunt otro de su generación descendiente fasta el séptimo grado non ayan nin pueden aver officio nin beneficio nin dignidat nin gracia nin merced nin donadío de nos nin de nuestros sucesores nin de nuestra iglesia.
 
El eclesiástico e historiador Antonio López Ferreiro, autor de la Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compostela.

La pérdida de la pertiguería mayor de Santiago, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, supuso para el conde la privación de «uno de los más importantes resortes» sobre los que se asentaba su enorme poderío e inmensa influencia en Galicia,[138]​ y dicho historiador también mencionó que aunque solo habían transcurrido cuatro años desde que la muerte de su tío y protector, Enrique II, la posición del conde había comenzado a ser inestable y era posible ya presagiar un futuro lleno de incertidumbre y «amenazador», ya que el arzobispo García Manrique no solamente era el titular de la sede compostelana, sino que también era canciller mayor del rey, capellán mayor del monarca y notario mayor del reino de León, y Juan I de Castilla, que era primo carnal del conde, no «aparentaba» sentir mucho afecto por él.[139]

No hay constancia de que el conde Pedro solicitara una revisión de la sentencia que le privó de la pertiguería mayor de Santiago, y en caso de que lo intentara el resultado «no debió haberle sido favorable», como señaló Antonio López Ferreiro, y este último también afirmó que al privar a Pedro Enríquez de ese cargo tal vez pretendía el prelado evitar que mermara el poderío político de los arzobispos compostelanos si se concentraban en una sola mano, como había sido el caso, el título de conde de Trastámara y la pertiguería mayor de Santiago.[140]​ Además, no hay pruebas de que el arzobispo García Manrique nombrara a nadie para reemplazar en el cargo a Pedro Enríquez, aunque sí se sabe que nombró pertigueros menores para «ciertas jurisdicciones» a diversos individuos, como a Pero Gómez Darganedo, que en 1388 era pertiguero de la Rocha, y a Lope Pérez de Hamusco, que en 1396 lo era de las Torres del Oeste.[140]​ Según López Ferreiro la pertiguería mayor de Santiago quedó vacante hasta que en 1400 el arzobispo Lope de Mendoza se la concedió a su sobrino Juan de Mendoza,[141]​ aunque Villaamil y Castro erró al señalar que el conde Pedro posiblemente había ocupado ilegalmente el cargo de pertiguero mayor y que tal vez lo hizo con la aquiescencia del monarca y la oposición de la Iglesia compostelana.[142]

La nobleza gallega experimentó profundos cambios durante el reinado de Enrique II, ya que muchas familias perdieron su influencia o se extinguieron y el poder era ejercido ahora por un conjunto de magnates, entre los que figuraba en primera línea el conde Pedro, que ejercían su poderío e influencia exclusivamente en Galicia, donde se aliaban y luchaban frecuentemente entre sí, y donde comenzaron a aislarse del resto del reino de Castilla y de la Corte, cuya presencia únicamente era ostensible a través de los oficiales reales como el adelantado mayor de Galicia.[139]

 
Plaza de Mazarelos. (Santiago de Compostela).

Según Pardo de Guevara y Valdés, Pedro Enríquez «debió comprender muy bien» que a pesar de sus inmensas posesiones e influencia en Galicia, resultaba inútil intentar ejercer un dominio real en esa zona si no contaba con el suficiente respaldo político por parte de su primo, el monarca castellano, por lo que su siguiente objetivo consistió en intentar reintroducirse en la vida cortesana y conseguir mediante su aproximación al centro neurálgico del poder «un prestigio y una influencia que respaldara su deseada posición de gran señor de Galicia».[139]​ A mediados de 1383 el conde de Trastámara participó junto a Juan I en el asedio de Gijón, donde se hallaba el conde Alfonso Enríquez, que era hermanastro del monarca castellano y se había rebelado contra él.[143]​ En el asedio también estuvieron presentes el infante Carlos de Navarra, que era el hijo y heredero de Carlos II de Navarra, el conde de Mayorga, Pedro de Lara, y Fernando Sánchez de Tovar, almirante de Castilla.[143]​ Todos ellos, como señaló Uría Maqua, suscribieron la concordia que el rey y el conde Alfonso Enríquez firmaron, tras la rendición de este último, el 18 de julio de 1383 en Gijón en presencia del obispo de Oviedo, Gutierre de Toledo.[143]

En esta época el arzobispo de Santiago de Compostela, Juan García Manrique, y el conde Pedro Enríquez mantuvieron un pleito por la posesión de diversos bienes, entre los que figuraban las casas que el conde había ocupado ilegalmente en la plaza de las Mazarelas de Santiago, el territorio y la fortaleza de Castro de Montes, y la torre de la Barreira, que estaba situada en la Tabeirós y era reclamada por amabas partes junto con las tierras de esa zona.[144]​ El pleito se intentó resolver ante la Real Audiencia, siendo los oidores en esos momentos el arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, el obispo de Oviedo, Gutierre de Toledo, y los doctores Álvar Martínez, Juan Alfonso y Pero Fernández. En la sentencia que se pronunció en Torrijos acerca del pleito el 17 de marzo de 1384[145]​ quedó establecido que el conde debería entregar todos esos bienes al arzobispo compostelano en un plazo de treinta días a contar desde la publicación del veredicto, y que debería abonar los costes del proceso, que ascendieron a 1.359 maravedís.[146]

Complot contra Juan I de Castilla y confiscación de bienes (1384)

 
Fernando I de Portugal.

A la muerte de Fernando I de Portugal, ocurrida el 23 de octubre de 1383,[147]​ Juan I de Castilla reclamó los derechos de su esposa, la reina Beatriz, en contra de los deseos de la mayoría de los portugueses,[134]​ y se autoproclamó rey de Portugal, lo que provocó la guerra entre ese reino y el de Castilla, aunque esa era la «oportunidad» que el conde Pedro Enríquez, según Pardo de Guevara y Valdés, aguardaba para culminar sus aspiraciones de reintegrarse en la Corte y de aumentar su prestigio.[147]​ Las tropas de Juan I de Castilla comenzaron a asediar en marzo de 1384 la ciudad portuguesa de Coímbra, que era defendida por el hermano de la reina Leonor Téllez de Meneses, el conde Gonzalo Téllez, y hay constancia de que el conde Pedro Enríquez y sus dos hermanos, llamados ambos Alfonso Enríquez, formaron parte del séquito del monarca castellano.[148][149]

Pero en 1384 se produjo una «oscura» conjura en el bando castellano[150]​ en la que tomaron parte el conde Pedro Enríquez,[m]​ su hermano o hermanastro Alfonso Enríquez, Beatriz de Castro, que era hija del conde Álvar Pérez de Castro, y la reina Leonor Téllez de Meneses, viuda de Fernando I de Portugal.[151][150]​ Además, Alfonso Enríquez había sido criado y protegido por su hermano o hermanastro, el conde de Trastámara, y le acompañó, como señaló Luis Suárez Fernández, en sus «aventuras portuguesas».[152]​ El cronista Fernão Lopes consignó en referencia a esta conjura, y con cierto aire «novelesco» según Pardo de Guevara y Valdés, que Alfonso Enríquez amaba a Beatriz de Castro, una de las hijas del conde Álvar Pérez de Castro, y que esta última se comprometió a acceder a los deseos de su enamorado si este lograba persuadir a su hermano Pedro para que liberaran a la reina Leonor Téllez de Meneses, que en esos momentos estaba en poder del rey Juan I de Castilla.[150]

Cuando el complot fue descubierto, y por causa también de las maniobras que los soldados ejecutaron para capturarle, el conde Pedro Enríquez huyó una noche con algunos de sus hombres, entre los que figuraba su hermano o hermanastro Alfonso,[153]​ y se refugió en la ciudad de Coímbra, traicionando al monarca castellano y enojándole enormemente, según consta en la Crónica del rey don Juan I, que fue citada por algunos autores.[154][150]​ En esa crónica se afirma que el conde se refugió en Coímbra junto con sus hombres por temor al rey cuando fue informado de que este último dudaba de su lealtad hacia él, y también que cuando el monarca castellano fue informado de la huida de sus primos, y tras diversas deliberaciones con sus consejeros, ordenó que la reina Leonor Téllez de Meneses fuera llevada a Castilla[155]​ y encerrada en el monasterio de Santa Clara de Tordesillas[156]​ junto a otras «dueñas» que se hallaban allí.[155]

 
Atrio del monasterio de Santa Clara de Tordesillas. (Provincia de Valladolid).

Además, los historiadores no coinciden al señalar los motivos de esta conjura, ya que algunos cronistas portugueses afirmaron que la intención del conde Pedro Enríquez había sido la de asesinar al rey Juan I de Castilla debido a los recelos que sentía por la enorme confianza que este último había depositado en Pedro Fernández de Velasco, que era el camarero mayor del rey.[157]​ Ferreira da Vera señaló en el siglo XVII que Pedro Enríquez planeaba asesinar al monarca castellano, casarse con la reina Leonor Téllez de Meneses, y gobernar junto con ella el reino de Portugal, que es la opinión más extendida actualmente entre los historiadores.[158][150]​ Suárez Fernández, que en relación con la conjura señaló que no debe creerse lo manifestado por Lopes «en todos sus extremos», aunque tampoco «sería prudente» rechazarla por entero, coincidió plenamente con la versión anterior y añadió que los planes de la reina Leonor y del conde Pedro, según reveló al monarca castellano con el mayor secreto un judío llamado David el Negro, eran proclamarse regentes de Portugal en nombre de la reina Beatriz, hija de Leonor Téllez y esposa de Juan I de Castilla,[159][160]​ lo que también coincide con lo manifestado por Fernão Lopes en su Chronica de El-Rei D. João I, donde señaló que en los planes de los conjurados figuraba el proyecto de asesinar a Juan I de Castilla, de que la reina Leonor Téllez se refugiara posteriormente en Coímbra, que estaba en poder de su hermano Gonzalo Téllez de Meneses, y de que Leonor se casara con Pedro Enríquez para que ambos gobernaran los destinos de Portugal.[153][151][n]

Tras su entrada en Portugal Pedro Enríquez y sus hermanos pasaron a formar parte del grupo de portugueses que luchaban contra los castellanos y, en los meses siguientes, desarrollaron una intensa actividad, ya que desde Coímbra se dirigieron a Oporto con Gonzalo Téllez y se pusieron a las órdenes del maestre de Avís,[157]​ pretendiente al trono lusitano y enemigo de Juan I de Castilla.[161]​ Hay constancia de que en los primeros meses de 1384 Pedro Enríquez combatió en la región portuguesa de Entre Douro e Minho contra los partidarios del rey de Castilla,[150]​ según consta en la Crónica del rey Don Juan I.[162]​ Poco después los dos hermanos de Pedro Enríquez, llamados ambos Alfonso Enríquez, formaron parte, junto con el marino portugués Ruy Pereira, que fue el verdadero jefe de la expedición, de la flota que, dirigida en teoría por el conde Gonzalo Téllez y reunida en Oporto,[163]​ intentó romper el bloqueo marítimo que los castellanos habían puesto sobre Lisboa, cumpliendo órdenes del maestre de Avís,[161]​ aunque el conde Pedro permaneció en el norte de Portugal tras haber sido herido en un torneo por su hermano Alfonso Enríquez, y no se unió a la flota que se reunió en Oporto.[164][157][o]

Entre mayo y junio de 1384,[165]​ según consta en el capítulo CXXV de la Chronica de El-Rei D. João I,[166]​ donde es descrita minuciosamente la campaña, y aprovechando que los puertos gallegos se hallaban desguarnecidos por hallarse muchos de sus barcos en el sitio de Lisboa, el conde Pedro Enríquez y los portugueses, como señaló Burgoa Fernández, llevaron a cabo una rápida campaña contra varios puertos de Galicia y quemaron varias localidades, siendo el conde el comandante de la flota portuguesa, que estaba compuesta por naves procedentes de Oporto y de Lisboa.[165]​ Entre los municipios atacados por la flota portuguesa, que estaba compuesta por trece galeras y cuyo objetivo era el de extorsionar a los gallegos a cambio de no atacar e incendiar sus poblaciones, figuraban los de Bayona, Mugía,[167]​ donde quemaron dos barcos,[73]​ y La Coruña, donde permaneció parte de la flota mientras seis galeras portuguesas atacaban El Ferrol y Neda, aunque posteriormente las seis regresaron a La Coruña, y conviene señalar que tanto esta última como Bayona y Neda se libraron de la destrucción tras entregar cada una a los portugueses la suma de 400 francos, aunque El Ferrol, debido a la fuerte resistencia que opuso a los portugueses, fue incendiado y únicamente quedó en pie una iglesia de la ciudad, como señaló Burgoa Fernández.[168]

La Coruña también hubo de entregar a la flota del conde Pedro 600 francos a cambio de que no la destruyeran,[73][169]​ y desde allí la flota portuguesa se dirigió a Sada, que fue conquistada, y posteriormente a Betanzos, que comenzaron a asediar.[168]​ Pero en opinión de Correa Arias, que se basó en el relato de Fernâo Lopes, más que de un enfrentamiento entre portugueses y betanceiros se trató de un acuerdo o «avenencia» entre Fernán Pérez de Andrade y Pedro Enríquez, que habían colaborado en numerosas extorsiones a diversos monasterios gallegos en años anteriores.[170]​ Dicho autor señaló que pese a lo anterior la historiografía tradicional siempre ha considerado a Fernán Pérez de Andrade,[73]​ cuya actuación considera ambigua y controvertida, el «gran defensor» de Betanzos,[169][73]​ ya que tras la llegada de sus tropas al municipio Pedro Enríquez y los suyos abandonaron la idea de apoderarse del lugar.[171]

La traición y huida a territorio portugués del conde Pedro Enríquez «enojó sobremanera», como señaló Pardo de Guevara y Valdés, a su primo Juan I de Castilla,[172]​ quien el 12 de junio de 1384, y hallándose en el asedio de Lisboa, ordenó que todos los bienes del conde de Trastámara fueran confiscados[157]​ y entregados a su hijo, el infante Fernando.[14]​ El soberano encargó el cumplimiento de esa orden al adelantado mayor de Galicia, Pedro Ruiz Sarmiento, a Gómez Manrique, pertiguero mayor de Santiago, a Fernán Pérez de Andrade, a Pedro Fernández de Andrade, a Vasco Gomes das Seixas, y a todos los concejos, alcaldes, jurados, jueces, justicias, merinos y demás oficiales del reino de Galicia.[173][p]

En el testamento que Juan I de Castilla otorgó en Celorico da Beira el día 21 de julio de 1385,[174]​ volvió a expresar su deseo de que los bienes del conde Pedro Enríquez fueran entregados a su hijo, el infante Fernando, y aunque en ese documento no se mencionó expresamente la villa de Paredes de Nava, Muñoz Gómez señaló que también «se vería afectada» por la confiscación.[175][q]​ Pero el mismo autor afirmó que la confiscación de los bienes del conde no se llevó a cabo por la trayectoria posterior seguida por él,[176]​ y Pardo de Guevara afirmó que el conde se vio obligado a suprimir todos sus «vínculos» con el reino de Castilla.[172]

Pardo de Guevara y Valdés señaló que en esta época,[177]​ aunque Jaime de Salazar y Acha especificó que fue en 1385,[1]​ Pedro Enríquez contrajo matrimonio con Isabel de Castro, que según la mayoría de los historiadores modernos era hija de Alvar Pérez de Castro, conde de Arraiolos,[90]​ y de María Ponce de León[1][178][179]​ y sobrina del célebre Fernán Ruiz de Castro,[8]​ aunque Falcó y Osorio afirmó que se casaron en 1391.[104]​ Y la mayoría de los autores antiguos, como Pedro de Salazar y Mendoza[23]​ o Gonzalo Argote de Molina, entre otros muchos,[180]​ e incluso algunos modernos,[181]​ señalaron erróneamente que Isabel de Castro era hija del conde Fernán Ruiz de Castro,[182][22]​ que era hermanastro de Álvar Pérez de Castro.

 
Escudo de la Casa de Castro.

Franco Silva aseguró que fue el rey Enrique II, que había fallecido en 1379, quien concertó el matrimonio de su sobrino Pedro Enríquez con Isabel de Castro, ya que deseaba que los bienes de esta última pertenecieran a los «afectos a su familia»,[183]​ y otros autores afirman que la Corona castellana, aunque sin precisar qué monarca, fue la que dispuso ese matrimonio, aunque al mismo tiempo y según su versión la Corona impidió que los miembros de la familia Castro recuperasen sus antiguas posesiones.[184]​ El suegro del conde Pedro Enríquez, Álvar Pérez de Castro, fue conde de Arraiolos, primer condestable de Portugal y hermanastro de la célebre Inés de Castro,[185][186]​ por lo que con ese matrimonio, como señaló el padre García Oro, «la sangre vieja hecha de historia y grandeza épica se une a la fibra nueva dispuesta a abrirse camino en la concurrencia despiadada por la hegemonía».[187]​ Además, su boda con Isabel de Castro aportó al conde Pedro Enríquez todo el prestigio social y la «vitalidad política» que algunos de los miembros más distinguidos de la familia de su esposa, como Pedro Fernández de Castro y sus hijos Fernán Ruiz de Castro y Álvar Pérez de Castro, habían conseguido acumular en Galicia durante más de dos siglos.[188]​ Aunque Isabel no pertenecía a la rama principal del linaje de los Castro, el conde Pedro Enríquez consiguió rentabilizar «hábilmente», en palabras de Pardo de Guevara y Valdés, toda la influencia y prestigio de su familia en su propio beneficio y en el de sus descendientes,[189]​ ya que poseía en esos momentos la mayoría de los bienes que le habían sido confiscados a Fernán Ruiz de Castro por su apoyo al rey Pedro I de Castilla durante la Guerra Civil Castellana.[190]

Por otra parte, Ferreira da Vera afirmó que Pedro Enríquez abandonó la causa del maestre de Avís y que volvió a sus «lealtades castellanas», y también señaló que Juan I de Castilla le ofreció el perdón por su traición, debido al parentesco que les unía, y le prometió convertirle en el «mayor señor» de Castilla y de todos sus reinos si le ayudaba a eliminar al maestre de Avís, pero en opinión de Pardo de Guevara y Valdés las afirmaciones de Ferreira da Vera «parecen responder más a sus propias fantasías que a lo que realmente ocurrió».[177]

Complot contra el maestre de Avís y exilio en Francia (1385)

López Ferreiro señaló que tal vez se debiera a «manejos del conde» Pedro Enríquez el hecho de que el alcalde del rey, Fernán Sánchez de León, exigiese a principios de 1385 que el castillero o alcaide de la torre de la Barreira, cuya posesión se disputaban el conde y el arzobispo Juan García Manrique, rindiera pleito homenaje, pero hay constancia de que Juan I de Castilla prohibió el 3 de febrero de ese mismo año que la pleitesía se llevara a cabo.[191]

 
El cronista portugués Fernão Lopes.

El conde Pedro se involucró a principios de 1385 en otra conjura que en esta ocasión iba dirigida contra el maestre de Avís, a quien se pretendía asesinar, y que estuvo protagonizada por los miembros de la familia Castro afincados en Portugal que eran familiares de la esposa de Pedro Enríquez, Isabel de Castro.[177]​ La conjura para eliminar al maestre de Avís, que fue dirigida por Pedro Enríquez, Juan Alfonso de Baeza y el escudero García González de Valdés,[r]​ fue respaldada por Juan I de Castilla,[164]​ aunque Pardo de Guevara y Valdés señaló que es poco probable que el monarca castellano hubiera apoyado o intervenido en la misma,[177]​ ya que en su opinión su origen se hallaba en que los hijos que el rey Pedro I de Portugal había tenido con la dama gallega Inés de Castro, Juan y Dionisio de Portugal, fueron excluidos en las Cortes de Coímbra de 1385, junto con la reina Leonor Téllez de Meneses, y por diversos motivos, de la sucesión al trono de Portugal. Y el 6 de abril de 1385, durante esas Cortes, el maestre de Avís fue reconocido como legítimo soberano de Portugal y cinco días después fue coronado y comenzó a reinar como Juan I de Portugal.[192]

Tras el fracaso del complot, Juan Alfonso de Baeza, el conde Pedro Enríquez y su cuñado Pedro de Castro, que era hijo del difunto conde Álvar Pérez de Castro, se refugiaron en el municipio portugués de Torres Vedras,[193]​ que se halla en las cercanías de Lisboa y que en esos momentos estaba siendo asediado por las tropas del maestre de Avís.[157]​ En la Crónica del rey don Juan I,[162]​ que es citada expresamente por algunos autores,[193]​ se afirma que Pedro Enríquez y sus acompañantes tenían la intención de someterse a la autoridad de Juan I de Castilla y de volver a este reino, lo que agradó al monarca[194]​ y le benefició en cierto modo, ya que ello privaba de algunos refuerzos a los partidarios de Juan I de Portugal.[195]​ Y Pedro Enríquez y sus acompañantes, tras pasarse al bando castellano, informaron a Juan I de Castilla de que en esos momentos algunos nobles portugueses comenzaban a oponerse al rey de Portugal,[196]​ pero a pesar de que el conde de Trastámara «fue perdonado» por el monarca castellano,[197]​ su regreso a Castilla no debió ser muy bien visto por este último, ya que no hay constancia de que el rey suspendiera la condena y confiscación de bienes que pesaba sobre su «rebelde y peligroso pariente»,[193]​ por lo que el conde, como señaló Villarroel González, se vio obligado a «exiliarse».[197]

El conde Pedro Enríquez huyó a Francia, donde también se encontraba su hermano o hermanastro, el futuro almirante Alfonso Enríquez, y se benefició de las recomendaciones que el rey Pedro IV de Aragón había hecho al rey Carlos VI de Francia acerca de su hermano, el futuro almirante.[193]​ El 12 de enero de 1385 Pedro IV de Aragón solicitó en una carta al monarca francés que concediera su protección al conde Pedro,[198]​ y Pardo de Guevara y Valdés señaló que en esta época la situación de Pedro Enríquez era casi desesperada, ya que su intento de conseguir en la Corte castellana la suficiente influencia como para «respaldar su política» de gran señor de Galicia le había acarreado «la ruina total», y era considerado un traidor y un desertor por los portugueses y los castellanos, ya que en Castilla había perdido todas sus posesiones, y en Portugal habían confiscado las propiedades constituían la dote de su esposa, Isabel de Castro.[193]​ Esto último, como señalaron diversos autores, es mencionado en el capítulo CLXXVIII de la Chronica de El-Rei D. João I, en la que se afirma que Juan I de Portugal ordenó que fueran confiscados los bienes muebles y raíces que poseían en Portugal Pedro Enríquez, su suegra María Ponce de León, viuda del conde Álvar Pérez de Castro, y el hijo de estos últimos, Pedro de Castro.[199]

Regreso a Castilla y conflictos con Juan García Manrique (1386-1390)

 
Miniatura medieval que representa la batalla de Aljubarrota.

El exilio de Pedro Enríquez no se prolongó demasiado, y en el verano de 1385, tras la estrepitosa derrota castellana en la batalla de Aljubarrota, solicitó el perdón a su primo Juan I de Castilla y este último le perdonó[200][157]​ por la intervención, en el mes de enero de 1386, del rey Pedro IV de Aragón y del hijo y heredero de este, el duque de Gerona.[201]​ Pero aunque el rey le devolvió todas sus tierras, posesiones y títulos, el conde Pedro Enríquez no consiguió recuperar, durante lo que restaba del reinado de Juan I, el inmenso poderío que antes había ostentado en Galicia.[200]

Diversos autores sostienen que el regreso de Pedro Enríquez a Castilla y el perdón que le concedió el rey de Castilla no fue «un simple gesto magnánimo» por parte de este último, ya que también fue propiciado por las solicitudes de perdón que Pedro IV de Aragón y su hijo y heredero, el duque de Gerona, hicieron en ese sentido al monarca castellano[200]​ y por el hecho de que en esos momentos, tras la derrota castellana en Aljubarrota, el duque de Lancaster, Juan de Gante, que era hijo de Eduardo III de Inglaterra y estaba casado con Constanza de Castilla, hija de Pedro I de Castilla, reclamaba el trono castellano en nombre de su esposa y había aglutinado en torno a sí a los llamados «legitimistas», es decir, a los partidarios del monarca asesinado en Montiel en 1369.[202]​ La reclamación del duque de Lancaster provocó en toda Europa, junto con otros muchos factores, un «complicado juego de intereses políticos cuyo alcance y fines no es posible averiguar»,[200]​ pero que en opinión de diversos autores influyeron notablemente en el regreso a Castilla del conde Pedro Enríquez.[202]​ El 8 de enero de 1386, hallándose Pedro IV de Aragón en Barcelona, ordenó que se le entregaran 150 florines de oro de Aragón a Pedro Enríquez, a quien se refieren en el documento como «conde de Trastámara», para costear su viaje de regreso a Castilla.[203]

En 1385[9]​ o 1386,[204]​ Juan I de Castilla cedió al conde Pedro Enríquez la villa de Paredes de Nava para compensarle por la pérdida de su señorío de Alba de Tormes, que el monarca había entregado al infante Juan de Portugal cuando contrajo matrimonio[9]​ con Constanza Enríquez, hija ilegítima de Enrique II de Castilla.[201]​ La villa de Paredes de Nava había sido anteriormente del conde Alfonso Enríquez, que había sido encarcelado por orden de su hermanastro, Juan I de Castilla, y Uría Maqua afirmó que le fue entregada al conde de Trastámara mientras Alfonso Enríquez se hallaba en prisión,[205]​ siendo parte de ello mencionado, como señaló Pardo de Guevara y Valdés,[200]​ en un pasaje de la Crónica del rey don Juan I en el que también fue relatado el retorno a Castilla del conde de Trastámara:[206]

 
Juan de Gante, duque de Lancaster e hijo de Eduardo III de Inglaterra. (Badminton House, Reino Unido).
Segund avemos contado, por saña que el Rey oviera del Conde Don Pedro mandole salir del Regno: é él fízolo asi, é fuése para el Rey de Francia. E agora quando sopo esta perdida de la batalla, envió sus cartas al Rey como le quería venir á servir, si su merced fuese. É el Rey le respondió muy bien é le tornó toda su tierra. E por quanto quando el Rey Don Juan casára al Infante Don Juan de Portugal con Doña Costanza su hermana le diera á Alva de Tormes, que fuera del Conde Don Pedro, agora quando el Conde vino al Rey dióle á Paredes de Nava en emienda de Alva de Tormes: el qual logar fuera del Conde Don Alfonso, é ge lo tomára el Rey quando le prisó.

La restitución de sus bienes y títulos al conde Pedro Enríquez no significó para este último la recuperación de toda la influencia de la que antes había disfrutado, lo que motivó que en los dos años siguientes sus acciones no tuvieran una relevancia «especialmente destacada» en Castilla ni en tierras gallegas, ya que Pardo de Guevara y Valdés subrayó el hecho de que cuando el duque de Lancaster, Juan de Gante, invadió Galicia en julio de 1386 para reclamar el trono castellano, el nombre de Pedro Enríquez no es mencionado en ninguna actuación destacada contra los ingleses a pesar de que se hallaba en Galicia y de que la situación era de «extrema gravedad» para Juan I de Castilla.[200]​ Aunque Victoria Armesto afirmó que el conde Pedro Enríquez defendió la ciudad de Lugo del asalto de las tropas del duque de Lancaster, Pardo de Guevara y Valdés señaló que esa afirmación «no ha podido comprobarse documentalmente»,[200]​ y López Ferreiro, por su parte, aseguró que «el ejercicio de las armas nunca fue la pasión favorita del Conde D. Pedro Enríquez» y que el conde no destacó en este conflicto por sus proezas.[207]

Sin embargo, en el privilegio de donación de la villa de Medina de Rioseco al almirante Alfonso Enríquez, que data de 1420 y fue citado por Pascual Martínez Sopena, consta que el conde Pedro, el mariscal de Castilla Diego Fernández de Córdoba y Mosén Rubín se situaron junto con sus tropas a tres leguas de Monforte de Lemos mientras el hermano o hermanastro del conde Pedro, Alfonso Enríquez, resistía en el interior de dicho municipio los ataques de los hombres del duque de Lancaster, que se repitieron en varias ocasiones a lo largo del año 1386.[208]​ Pardo de Guevara y Valdés subrayó el hecho de que durante la invasión inglesa de Galicia, la defensa de los territorios de León y Galicia fue confiada al arzobispo Juan García Manrique y no al conde Pedro, ya que en esos momentos el «poder político en Galicia» y la influencia ante la Corte castellana estaban en manos de dicho prelado y no del conde de Trastámara, por lo que este último se vio obligado a esperar «tiempos más afortunados».[144]

El 1 de septiembre de 1387, hallándose en el monasterio de Aguas Santas, el conde cedió a Alfonso Ougea los cotos de Amoeiro y Nogueira junto con todas «sus rentas e pertenencias así de pan como de vino, carne, dinero, derechos y derechuras, con el mero mixto imperio, señorío y jurisdicción». Pardo de Guevara y Valdés afirmó que aunque casi con toda seguridad las donaciones que el conde hizo a sus partidarios y vasallos fueron muy numerosas, solo hay constancia de un pequeño número de ellas, y la mayoría de estas solamente aparecen en los escritos de fray Malaquías de la Vega, que pudo observar los documentos del archivo de los condes de Lemos antes de que un incendio destruyese la mayor parte de los mismos.[209]

En esta época, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, «apenas» hay noticias sobre el conde Pedro, aunque los pleitos que inició en 1384 contra el arzobispo Juan García Manrique por la posesión de diversos bienes, evolucionaron ahora por la «vía legal» y no mediante el recurso a las armas,[144]​ lo que llevó a José García Oro a señalar que las relaciones entre ambos pasaron «de las armas a las togas».[210]​ El conde, que tal vez estaba «impresionado» por el «firme carácter» del prelado compostelano, resolvió en lo sucesivo todos sus pleitos con este último con arreglo a las leyes de la época,[144]​ y los bienes que el conde reclamaba, a pesar sobre la sentencia que se pronunció en 1384 en Torrijos sobre los mismos, eran las casas que él mismo había ocupado ilegalmente en la plaza de las Mazarelas de Santiago, el territorio y la fortaleza de Castro de Montes, y la torre de la Barreira, que estaba situada en la zona de Tabeirós y era reclamada por ambos personajes junto con las tierras de esa zona.[144]

 

En la sentencia emitida en Torrijos en 1384 había quedado establecido que todos esos bienes deberían ser devueltos por el conde al arzobispo compostelano, pero el primero, alegando diversos derechos y con «un pretexto detrás de otro», consiguió posponer la aplicación de la sentencia y los retuvo, ya que en el caso de la torre de la Barreira alegaba que la había recibido de Pedro Yáñez Saraza, y a través del testamento que este último otorgó en 1371 en la ciudad de Oporto, y que la había reconstruido a sus expensas,[211]​ aunque Antonio López Ferreiro, irónicamente, señaló que se desconocía cómo Pedro Yáñez Saraza había llegado a ser el dueño de esa torre.[212]​ En el caso de Castro de Montes el conde afirmaba que anteriormente su fortaleza y territorio habían pertenecido a su suegro, el conde Álvar Pérez de Castro, y que cuando este último se refugió en Portugal la había cedido a su hija Isabel de Castro, la esposa del conde. En cuanto a las casas de la plaza de las Mazarelas, el conde alegaba para retenerlas que se habían realizado en ellas trabajos considerables a sus expensas, pero admitió que las había tomado por su «propia autoridad».[211]

El 24 de noviembre de 1388, y mientras el arzobispo Juan García Manrique y el conde Pedro Enríquez se encontraban en Medina del Campo,[211]​ ambos acordaron someterse al veredicto que emitiera una comisión, a la que otorgaron amplios poderes, y que estaba compuesta por Lope Gómez de Lira, Fernán Pérez de Andrade y Juan Rodríguez de Biedma.[213]​ Quedó establecido que esa comisión tendría potestad para hacer cumplir el veredicto que se estableciera sobre la posesión de esos bienes y para sancionar con una multa de 10 000 doblas de oro castellanas al arzobispo o al conde en caso de que alguno de ellos no lo acatase.[211]​ López Ferreiro señaló que la estancia en noviembre de 1388 del prelado y del conde de Trastámara en Medina del Campo probablemente estuvo relacionada con el «espléndido recibimiento» que Juan I de Castilla concedió en dicho lugar a su prima Constanza de Castilla, duquesa de Lancaster e hija del rey Pedro I. Dicho «recibimiento» fue narrado, como señaló López Ferreiro,[191]​ en un pasaje de la Crónica del rey don Juan I.[214]

El 10 de diciembre de 1388, en Medina del Campo,[213]​ los miembros de la comisión antes mencionada fallaron que el conde de Trastámara jamás había tenido «derecho alguno» ni sobre el territorio de Tabeirós, ni sobre la torre de la Barreira, ni sobre las casas de la plaza de las Mazarelas de Santiago, ni tampoco sobre el territorio y la fortaleza de Castro de Montes, por lo que fue obligado a «desembargar» y a devolver todas esas propiedades al arzobispo y a conseguir que su esposa, la condesa Isabel de Castro, aceptara la sentencia y se comprometiera a respetarla:[215]

Fagades a la condesa doña Guisabel, fija de don Álvar Pérez de Castro, vuestra mujer, que consienta libremente en la dicha cesión, et donación et traspasamiento que vos fazedes...
 
Sepulcro de Juan I de Castilla. (Capilla de los Reyes Nuevos de la catedral de Toledo).

La importancia del texto citado anteriormente radica en que, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, en él se menciona expresamente, en un documento «donde no era posible ningún error» y «en vida» del conde Pedro Enríquez y de su esposa, que esta última era hija del conde Álvar Pérez de Castro y no de Fernán Ruiz de Castro, como muchos genealogistas afirmaron en siglos pasados.[216]​ Sin embargo, la sentencia de la comisión no fue totalmente desfavorable para el conde, ya que para evitar que en el futuro se produjeran «discordias et contiendas et debates» quedó establecido que el arzobispo entregaría al conde en dos plazos 300 marcos de plata como compensación por las sumas que había invertido en esas propiedades, y también otros 30.000 maravedís «de la moneda vieja» por lo que el conde había gastado en las casas de la plaza de las Mazarelas de Santiago.[215]

El fallo emitido en Medina del Campo perseguía conseguir que el arzobispo y el conde quedaran satisfechos o al menos aceptaran la resolución de la comisión y que el pleito quedara resuelto para siempre, por lo que la compensación económica que «diplomáticamente» recibió el conde debía ser, en palabras de Pardo de Guevara y Valdés, «entendida a modo de consolación» por su derrota.[217]​ El veredicto fue aceptado «sin reserva alguna» por el conde y por su esposa, y ambos se comprometieron «bajo juramento» a respetarlo en lo sucesivo, mencionando además López Ferreiro que en el Archivo arzobispal de Santiago se conservaban las «cartas de pago dadas por el conde» sobre los 300 marcos de plata y los 30.000 maravedís que recibió a modo de compensación.[215]​ Sin embargo, Pardo de Guevara y Valdés subrayó el hecho de que aunque la sentencia no hería o desairaba ni al conde ni al arzobispo, sí era una nueva y clara victoria del prelado y ponía de relieve la débil y «poco brillante» posición del conde de Trastámara en la Corte, ya que el arzobispo había sabido defender los intereses de la sede compostelana y contaba, gracias al apoyo de Juan I de Castilla, con una inmensa «influencia».[218]

Pero no todo fue negativo para el conde, y a pesar de que en esa época no tuvo ningún «protagonismo político» y de que su posición en la Corte, a pesar de su estrecho parentesco con el monarca, fue «meramente decorativa», sus enormes posesiones y su poder e influencia aún seguían siendo inmensos en ciertos «círculos», como señaló Pardo de Guevara y Valdés, ya que contaba con el apoyo de gran cantidad de miembros de la pequeña nobleza a los que cada cierto tiempo concedía numerosas mercedes, y las «maneras gallegas» del conde, como señaló dicho medievalista, seguían causando «respeto» y terror sobre todo entre los miembros del clero.[219]​ Y dicho autor concluyó que, a pesar de su precaria situación ante la Corte, y del hecho de haber sido remplazado en el liderazgo o «supremacía» en Galicia por el arzobispo Juan García Manrique, el conde aún conservaba «intactas» sus esperanzas de volver a ocupar ese liderazgo por creer posiblemente que:[219]

Todo era -así debió pensarlo- cuestión de conducirse con prudencia, de no embarcarse en aventuras de dudoso éxito y de mantener aquella política de prestigio, o de expansión, limitándola a las posibilidades reales de ese difícil momento.
 
Monasterio de San Salvador de Lorenzana. (Provincia de Lugo).

A pesar de todo lo que se había dispuesto en las Cortes de Soria de 1380 contra los comenderos y demás individuos que ocupaban ilegalmente las propiedades de los monasterios o los extorsionaban, los nobles gallegos, entre los que figuraba el conde de Trastámara, que seguía necesitando grandes recursos para poder hacer frente a las generosas mercedes que otorgaba a sus caballeros, continuaron haciéndolo y siguieron abusando de su posición de poder, aunque Pardo de Guevara y Valdés señaló que en esta época el caso del conde «no era desde luego el más escandaloso», ya que hay constancia de que en esta época el adelantado Pedro Ruiz Sarmiento se apoderó ilegalmente de los beneficios de ocho monasterios gallegos.[220]

El 12 de agosto de 1389, aunque algunos autores señalaron equivocadamente que fue en 1398, el abad del monasterio de Lorenzana nombró comendero del mismo al conde Pedro Enríquez, que en esos momentos también disfrutaba de las de los monasterios de Sobrado, Oseira y Poyo.[221]​ En 1389 Juan I de Castilla cedió a Alfonso Enríquez, hermano o hermanastro del conde Pedro, el señorío de Aguilar de Campos, comenzando el futuro almirante de Castilla de ese modo a adquirir su propio «patrimonio personal» e independiente del de su hermano.[222]

Juan I de Castilla falleció el 9 de octubre de 1390 tras haberse caído accidentalmente de su caballo,[223][224]​ y en Castilla comenzó a reinar su hijo y heredero, Enrique III, aunque debido a su corta edad se constituyó una Regencia en la que los parientes más cercanos del monarca, como el conde Pedro Enríquez, que aún aguardaba «el momento de la revancha» en palabras de Pardo de Guevara y Valdés, se propusieron acaparar el poder.[225]

El reinado de Enrique III de Castilla (1390-1400)

Minoría de edad de Enrique III (1390-1393)

 
Privilegio rodado de Juan I de Castilla por el que confirmó el fuero de Castrojeriz.

La minoría de edad del monarca provocó que los nobles comenzaran a disputar entre sí por hacerse con el poder, aunque los familiares más cercanos del rey, que fueron conocidos como los «epigonos Trastámaras» y que ya habían recuperado su influencia, formaron un «compacto y poderoso» partido[226]​ que estuvo integrado por el conde Pedro Enríquez, la reina Leonor de Trastámara, que era hija de Enrique II de Castilla y esposa de Carlos III de Navarra, Fadrique de Castilla, duque de Benavente, y Alfonso Enríquez, conde de Noreña y Gijón,[9]​ siendo los dos últimos hijos ilegítimos de Enrique II.[226]​ Isabel Montes señaló que al arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio, que tras la muerte del rey se hizo con el control de la situación, lo que más le inquietaba era «la reacción» de los parientes del rey y, especialmente, la del duque de Benavente, la del conde Pedro Enríquez, y la del marqués de Villena, Alfonso de Aragón, ya que el conde de Noreña y Gijón, Alfonso Enríquez, se hallaba en prisión en esos momentos por haberse rebelado contra Juan I.[227]

Contra el conde de Trastámara y sus deudos luchaban los miembros de la mediana nobleza, donde figuraban «mayoritariamente» los servidores o funcionarios de la Corona que actuaron bajo el liderazgo del arzobispo de Santiago de Compostela, Juan García Manrique, y del arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio,[226]​ aunque conviene señalar que ambos prelados estaban enemistados entre sí[228]​ y que García Manrique era apoyado por los Zúñiga, los Ayala, los Fajardo, los Manrique, los Mendoza y los Ponce de León. El arzobispo de Toledo era respaldado a su vez por los Velasco, los Guzmán, los Mendoza de Guadalajara y los descendientes que aún vivían del infante Manuel de Castilla, hijo del rey Fernando III de Castilla.[226]

Desde la muerte de Juan I, el conde Pedro apoyó a sus familiares y, lleno de «ambición» y de «deseos de revancha» por su alejamiento de la Corte desde 1384, se convirtió en uno de los principales protagonistas de los conflictos que surgieron durante la minoría de edad de Enrique III, ya que formó parte del Consejo de Regencia y, al igual que el resto de sus parientes, consiguió de la Corona gruesas sumas de dinero procedentes de las rentas y derechos que aquella recaudaba.[229]​ Pero la realidad es que a pesar de las intrigas del conde de Trastámara con los miembros de uno y otro bando, sus esfuerzos, como señaló Juan Torres Fontes, no tuvieron «el menor éxito».[19]

 
Sepulcro del canciller Pedro López de Ayala y de su esposa en el convento de San Juan de Quejana. (Provincia de Álava).

En los conflictos de la minoría de edad de Enrique III también intervinieron los procuradores de las Cortes de Castilla, aunque unas veces como «testigos de excepción» y otras en calidad de «verdaderos protagonistas», y a causa de ello, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, alcanzaron una gran influencia que se oponía a los deseos del «jovencísimo» Enrique III, ya que este último pretendía reforzar el poder de la Corona.[230]​ En las Cortes de Madrid de 1391, que fueron las primeras del reinado de Enrique III, se barajó la posibilidad de que durante su minoría de edad el reino fuera gobernado por un Consejo de Regencia que aglutinase a todas las «fuerzas políticas del reino», que era el deseo que Juan I manifestó en las Cortes de Guadalajara de 1390, o la de que se aplicase lo dispuesto por el mismo monarca en el testamento que otorgó[231]​ el 21 de julio de 1385 en Celorico da Beira,[174]​ aunque la mayoría de los asistentes a las Cortes de Madrid se decantaron por lo primero.[231]

Para hallar los documentos en los que Juan I hubiera manifestado su voluntad respecto a lo que debería hacerse durante la minoría de edad de su hijo se formó una comisión, cuyo principal objetivo era según el arzobispo Pedro Tenorio el de hallar el testamento del difunto monarca, aunque el cronista Pedro López de Ayala señaló que lo que se intentaba localizar eran los documentos concernientes a las Cortes de Guadalajara de 1390, en las que Juan I manifestó su deseo de que el reino fuera gobernado por un Consejo de Regencia.[232]​ La comisión estuvo formada por el conde Pedro Enríquez, por los arzobispos de Toledo y de Santiago de Compostela, por Pedro López de Ayala, y por los maestres de las órdenes de Calatrava y Santiago.[233][234]​ Los comisionados abrieron las arcas donde se guardaban los documentos del difunto monarca y hallaron su testamento, y aunque en él se detallaban los deseos del monarca aquellos decidieron ignorarlo e incluso pensaron en destruirlo, pero el arzobispo Tenorio lo impidió arguyendo que debía cumplir las mandas piadosas establecidas en el mismo, quedando de ese modo patente que la voluntad de los nobles y de los procuradores del reino era que este fuera gobernado por un Consejo de Regencia, aunque ello debería ser ratificado por las Cortes.[234]

En las Cortes de Madrid de 1391 se formaron dos bandos, siendo uno de ellos encabezado por el arzobispo de Santiago, que aspiraba a que el reino fuera gobernado por un Consejo de Regencia, y el otro por el arzobispo Tenorio, que pretendía ser nombrado tutor del rey Enrique III junto con el conde Pedro Enríquez y el duque de Benavente, los más destacados parientes del rey, ya que en caso de cumplirse lo establecido en la Segunda Partida a ellos les correspondería ser con toda probabilidad los tres «tutores del rey-niño».[235][236]​ Pero esa opción no triunfó[235]​ porque en Castilla, como señaló Isabel Montes, se habían producido grandes cambios desde las minorías de edad de Fernando IV y de su hijo Alfonso XI, que dejaron un «amargo recuerdo» en todo el reino.[236]

 
Pedro Tenorio, arzobispo de Toledo. (Sala capitular de la catedral de Toledo).

Entre finales de enero y finales de abril de 1391, aproximadamente, estuvieron reunidas las Cortes en Madrid, y a ellas asistieron ciento veintitrés procuradores en nombre de cuarenta y nueve ciudades y quedó establecido que el reino de Castilla sería gobernado por un Consejo de Regencia compuesto por veinticuatro miembros, de los que once serían de la alta nobleza y los trece restantes «representantes de las ciudades»,[s]​ y que dicho Consejo decidiría los destinos del reino hasta que el rey cumpliese dieciséis años y alcanzase la mayoría de edad, lo que ocurriría el 4 de octubre de 1395.[237]​ Cuando esto ocurriera Enrique III asumiría el poder y comenzaría a gobernar personalmente, aunque en las Partidas también se incluyó la posibilidad de que las Cortes siguieran gobernando hasta que el monarca cumpliera veinte años de edad.[238]​ Y los once «señores» o miembros de la alta nobleza que formaron el Consejo de Regencia fueron el conde Pedro Enríquez, los arzobispos de Toledo y de Santiago de Compostela, el duque de Benavente, los maestres de las órdenes de Santiago y Calatrava, el cronista Pedro López de Ayala, que era alcalde mayor de Toledo, el mariscal de Castilla Garcí González de Herrera, Pedro Suárez de Quiñones, que era adelantado mayor de León y de Asturias, Ruy Ponce de León y Álvar Pérez Osorio.[238]

Pero el arzobispo Tenorio contaba con el apoyo del conde de Trastámara y del duque de Benavente y se resistió a aceptar la solución del Consejo de Regencia como instrumento para gobernar el reino, por lo que comenzó a esgrimir el testamento de Juan I como argumento para deslegitimarlo.[239]​ El arzobispo de Toledo, como señaló Isabel Montes, envió copias del testamento al cismático papa Clemente VII, que residía en Aviñón, a los reyes europeos aliados con Castilla, a las ciudades y cabildos catedralicios del reino y a los tutores del rey Enrique III que el difunto Juan I había designado en su testamento, como Juan Alonso Pérez de Guzmán, que era conde de Niebla.[239]

Poco después surgió un enfrentamiento entre el duque de Benavente y el arzobispo de Santiago de Compostela, y el duque abandonó la Corte y se dirigió a sus tierras, lo que provocó que el prelado compostelano se hiciera con el control de la situación e intentara alcanzar un acuerdo con el arzobispo Tenorio, lo que en opinión de Isabel Montes no sería difícil por «las aspiraciones políticas, de cortas miras, de altos nobles como el marqués de Villena, el duque de Benavente y el conde de Trastámara, cuyo carácter pusilánime le hacía girar en torno a sus amigos».[240]​ Los problemas en Castilla comenzaban a agravarse ante la ausencia de un poder efectivo, y los sevillanos intentaron, aunque sin conseguirlo, asaltar la judería de su ciudad, por lo que el arzobispo de Santiago intentó llegar a un acuerdo con Pedro Tenorio, estando aún reunidas las Cortes de Madrid de 1391, pero este último, al contar con el apoyo de los condes de Trastámara y de Niebla, del marqués de Villena, del duque de Benavente, del maestre de la Orden de Alcántara, y de Diego Hurtado de Mendoza, entre otros, casi se negó a dialogar. Y el arzobispo García Manrique, en vista de ello, decidió no disolver las Cortes e intentar seguir negociando con sus opositores, aunque Pedro Tenorio insistió en que el testamento de Juan I debía ser aplicado, exigió que se le garantizase su seguridad cuando acudiera a Madrid, y que el conde Pedro Enríquez y el maestre de la Orden de Santiago, Lorenzo I Suárez de Figueroa, garantizasen con «doscientas lanzas» la seguridad de los reunidos en las Cortes.[241]

 

A finales de abril de 1391 finalizaron las Cortes de Madrid, y el arzobispo de Santiago intentó seguir negociando con Pedro Tenorio, aunque este continuó insistiendo en su postura, y mientras tanto el Consejo de Regencia gobernó Castilla y recibió a los embajadores que acudían de otros países.[242]​ Pero cuando los miembros del Consejo fueron informados de que el arzobispo Pedro Tenorio estaba escribiendo a numerosos lugares del reino por causa del incumplido testamento de Juan I, y de que el maestre de la Orden de Alcántara y el duque de Benavente planeaban unir sus tropas a las del arzobispo, intentaron como «último recurso» enviar ante este último, que se encontraba en Illescas, al maestre de Santiago y al conde Pedro Enríquez, que había sido un «antiguo aliado» del arzobispo de Toledo, para que negociaran sus posturas.[243]Fernando Suárez Bilbao señaló erróneamente que fue el arzobispo de Santiago el que acudió a Illescas, pero la entrevista fracasó y Pedro Tenorio insistió en sus argumentos y se dirigió a Talavera de la Reina para reunirse con el maestre de Alcántara,[244]​ y el conde de Trastámara y el maestre de Santiago, por su parte, volvieron a la Corte.[243]​ Pero los problemas en Castilla se agravaban y los nobles que apoyaban al Consejo de Regencia comenzaron a exigirle a este a cambio de su apoyo la concesión de grandes mercedes, y el conde de Trastámara solicitó que se le concediera la condestabilía de Castilla,[245]​ que estaba en manos de Alfonso de Aragón el Viejo, marqués de Villena, conde de Denia y nieto del rey Jaime II de Aragón.[19]

En mayo de 1391 el conde consiguió ser nombrado condestable de Castilla[19]​ con la colaboración del arzobispo Juan García Manrique,[246]​ que controlaba el Consejo de Regencia, y de la reina Leonor de Trastámara,[19]​ y se le concedieron 70.000 maravedís anuales de salario, a pesar de que ese nombramiento atentaba contra lo establecido en las Cortes de Madrid de 1391,[246]​ pero Suárez Bilbao señaló que el conde encontró a algunos individuos en la Corte que estaban dispuestos a manifestar públicamente que el difunto monarca Juan I de Castilla había dicho en las Cortes de Guadalajara de 1390 que planeaba realizar ese nombramiento.[247]

Isabel Montes afirmó que el arzobispo García Manrique «actuó con cautela» e invitó al marqués de Villena a que acudiera a la Corte para que de ese modo el conde de Trastámara, en vez de ser nombrado condestable, recibiera las 60.000 doblas que reportaba el cargo a modo de «compensación»[245]​ y desempeñando otros cargos, y aunque Alfonso Yáñez Fajardo intentó convencer al marqués de que viajara a Castilla,[247]​ este último, que era uno de los aliados del arzobispo Pedro Tenorio, continuó siéndole fiel e ignoró la petición, provocando que el conde Pedro Enríquez fuera nombrado condestable.[245]​ Los acontecimientos que llevaron a su nombramiento como condestable fueron narrados, como señaló Isabel Montes,[245]​ en los capítulos XXI y XXII de la Crónica de Enrique III.[248]

La condestabilía de Castilla,[t]​ era tal vez en esa época, como señalaron algunos autores, el oficio de «mayor peso e influencia» en la Corte castellana, y al conde le fue concedida por el apoyo que había prestado al arzobispo García Manrique en los conflictos que se desarrollaron en torno al Consejo de Regencia.[249]​ A este último, como señaló Isabel Montes, «le resultó muy beneficiosa» la decisión de nombrar condestable al conde de Trastámara, ya que este logró que Leonor de Trastámara, reina consorte de Navarra y tía carnal de Enrique III, apoyara al Consejo de Regencia, que en esos momentos ya estaba comenzando a ser una «liga nobiliaria», en palabras de dicha autora.[245]

 
Sepulcro de Carlos III de Navarra y de la reina Leonor de Trastámara. (Catedral de Pamplona).

En la Concordia de Perales, que se celebró entre los días 27 y 29 de agosto de 1391 en la población vallisoletana de Perales, que está situada en el «camino viejo» que comunicaba Simancas con Valladolid,[250]​ los dos bandos que se disputaban el poder en Castilla parecieron llegar a un acuerdo y establecieron que se respetaría lo dispuesto en el testamento de Juan I y que los seis tutores o regentes que este último había nombrado en el mismo para Enrique III serían aumentados a nueve. Los tres nuevos tutores que se incorporaron al grupo fueron el conde Pedro Enríquez, el duque de Benavente y el maestre de la Orden de Santiago, aunque todo ello debería ser ratificado en las Cortes que se reunirían en Burgos a finales de ese mismo año.[251]​ Pero esa concordia, como señaló Isabel Montes, solo sirvió para que el Consejo de Regencia fuera eliminado y para que se retornara a la situación producida tras la muerte de Juan I.[252]

Poco después el Consejo de Regencia, que era encabezado por el arzobispo García Manrique y por el maestre de Santiago, decidió conceder la libertad al conde de Gijón y Noreña, Alfonso Enríquez, ya que no deseaban que pudiera unir sus fuerzas a las de su hermanastro, el duque de Benavente, cuya influencia los miembros del Consejo pretendían «neutralizar»,[252]​ y Suárez Bilbao añadió que el conde de Trastámara y la reina Leonor también estuvieron conformes con que fuera liberado por «razones de parentesco».[253]​ Tras ser liberado el conde de Noreña fue a Burgos y el rey le devolvió todas las posesiones que tenía antes de su encierro y por las que hubo de rendirle homenaje,[254]​ aunque con ello se granjeó el enojo de sus hermanastros, la reina Leonor y el duque de Benavente, ya que por ese homenaje el conde Alfonso quedaba unido a sus rivales.[255]

El padre Leonardo Cardeñoso señaló que tras ser liberado el conde Alfonso se apoderó por medio de las armas de la villa de Paredes de Nava, y aunque se desconoce la fecha exacta en que ocurrió, sí hay constancia de que el 29 de agosto de 1392 uno de los condes, aunque se ignora si fue Pedro Enríquez o Alfonso Enríquez, estuvo en Paredes de Nava con sus «compañías», y de que el concejo de la villa tuvo que entregarle a dos clérigos, y para racionar a las compañías, «mil quinientos maravedises, valor de 250 cántaras de vino».[256]​ Como en agosto de 1392 el conde de Noreña ya había recobrado la libertad, Cardeñoso señaló que probablemente sería él quien estuvo en esa villa palentina.[256]​ Pero la liberación del conde Alfonso Enríquez provocó el enfurecimiento de los otros familiares del monarca, como el conde de Trastámara, la reina Leonor y el duque de Benavente, Fadrique de Castilla, que no deseaban que el conde de Noreña se uniera a los tutores o regentes del rey, por lo que todos ellos se reunieron en el convento de Santa Clara de Burgos[257]​ y acordaron que no admitirían ningún punto[258]​ que no figurara en la Concordia de Perales, siendo todo ello relatado, como señaló Isabel Montes,[252]​ en los capítulos XXVIII y XXIX de la Crónica de Enrique III.[248]

 
Convento de Santa Clara de Burgos.

Suárez Bilbao señaló que el arzobispo Pedro Tenorio no estuvo entre los reunidos en ese convento burgalés probablemente porque él defendía «principios, pero no linajes», y los reunidos allí parecían formar un grupo de miembros de la realeza dispuestos a aunar sus fuerzas, aunque al conde Alfonso Enríquez, que era pariente suyo, le consideraban un traidor por apoyar al bando contrario cuando habían sido ellos los que solicitaron su excarcelación.[258]​ Y de ese modo, el arzobispo García Manrique y sus partidarios continuaron abogando por el cumplimiento de lo dispuesto en el testamento de Juan I, aunque aceptaban la posibilidad de que el conde Alfonso Enríquez sustituyera a su hermanastro, el duque de Benavente, como tutor o regente del rey, y los que apoyaban al arzobispo Tenorio, entre los que figuraba el conde de Trastámara, insistieron en que debería aplicarse lo dispuesto en la Concordia de Perales.[259]​ El 1 de octubre de 1391 el conde Pedro Enríquez cedió a Ares Rodríguez de Castillón o de los Castillones, que era vasallo suyo, los palacios y heredades de Canaval y las feligresías de San Vicente de Castillones y San Romao de Paderne.[260]

En las Cortes que se reunieron en Burgos a finales de 1391 los enfrentamientos entre ambos bandos continuaron, y los procuradores sentenciaron que deberían ser ellos los que dilucidaran «el destino del reino», aunque la reina Leonor de Trastámara, temerosa de que los representantes de las ciudades desbarataran los planes de la alta nobleza e impusieran su criterio, convenció a su hermanastro, el duque de Benavente, de que el conde Alfonso Enríquez, que era hermanastro de ambos, debería ser incluido en el grupo de los tutores o regentes del rey,[261]​ y de que los nobles deberían decidirlo todo entre ellos para que los procuradores hubieran de limitarse a «ratificar su decisión».[262]

Los nobles acordaron poco después que los tutores o regentes del rey serían los arzobispos de Toledo y de Santiago, los maestres de las Órdenes de Santiago y Calatrava, el conde Pedro Enríquez, el duque de Benavente, el conde Alfonso Enríquez y Juan Hurtado de Mendoza el Limpio, a los que habría que añadir, como señaló Isabel Montes, el marqués de Villena y el conde de Niebla, aunque «se creía» que estos últimos no irían a la Corte, y el número de seis tutores que Juan I dispuso en su testamento había aumentado por la incorporación al grupo del duque de Benavente y del conde de Noreña.[263]​ A los anteriores se unirían, si se respetaba lo establecido en el mencionado testamento, otros seis procuradores de las ciudades, por lo que el Consejo de Regencia contaría, si se exceptuaban al marqués de Villena y al conde de Niebla, con «al menos» catorce miembros, número que parecía «demasiado numeroso» a sus componentes.[263]

 
Fachada principal de la catedral de Mondoñedo. (Provincia de Lugo).

Se acordó que los miembros del Consejo de Regencia gobernarían en turnos de seis meses,[264]​ aunque todos preferían, como señaló Isabel Montes, formar parte del primer turno, pues creían que cuando sus componentes lo hubieran ejercido por primera vez, ya «no renunciarían a él», y el arzobispo Pedro Tenorio consiguió ser uno de los miembros del primero junto con el duque de Benavente, el maestre de Santiago y Diego Hurtado de Mendoza, por lo que forzosamente en el segundo turno entrarían el conde de Trastámara, el maestre de Calatrava, el arzobispo de Santiago de Compostela y el conde Alfonso Enríquez.[263]​ Al mismo tiempo se acordó que los guardianes del rey serían Juan Hurtado de Mendoza y Diego López de Zúñiga,[264]​ que era el alcaide del castillo de Burgos, pero cuando se extendió el rumor de que los partidarios del duque de Benavente habían asesinado al noble Día Sánchez de Rojas, que era uno de los aliados del conde Alfonso Enríquez, el duque perdió toda credibilidad como futuro regente del reino y este volvió a dividirse en dos bandos.[265]

El 9 de mayo de 1392 el obispo de Mondoñedo y el cabildo catedralicio de dicha ciudad concedieron nuevamente al conde Pedro Enríquez la encomienda de la diócesis de Mondoñedo,[266]​ a pesar de que en 1381 había renunciado a ella por las presiones que había recibido de su primo, Juan I de Castilla.[221]​ Pero en 1392 «el casi moribundo obispo don Francisco», como señaló Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, se vio obligado a nombrar comendero al conde de Trastámara por «el mal y daño y pérdida y deshonra que recibían sus hombres y vasallos», según consta en el documento de concesión de la encomienda al conde, y en él también se menciona, como señaló el mismo historiador, que entre las obligaciones del nuevo comendero figurarían las de proteger «al obispo, canónigos racioneros, clérigos y servidores de aquella Iglesia y a sus hombres y cosas de los peones de Fernán Rodríguez de Aguiar, Lope Díaz Teixeiro, Ares Fernández Miranda y otros cualesquier».[221]

Barrantes Maldonado señaló que tras las Cortes de Burgos de 1392, los parientes del rey quedaron muy descontentos por la pérdida de gran cantidad de tierras y de dinero que recibían de la Corona a modo de «quitaciones» y que pasaron a manos de los nuevos consejeros y favoritos del monarca.[267]​ Y también afirmó que los parientes del monarca se retiraron a sus tierras y que el duque de Benavente comenzó a recaudar en toda Castilla «los dineros que se avian repartido de las monedas», siendo apresados o castigados todos aquellos que no lo abonaban.[267]​ Pero Suárez Bilbao indicó que en las Cortes de Burgos los procuradores concedieron al duque de Benavente y al conde de Noreña, por su condición de hijos, aunque ilegítimos, de Enrique II, un millón de maravedís anuales para cada uno procedentes de diversas rentas de la Corona, y también que la reina Leonor siguió intentando mantener unidos al grupo de los familiares del monarca, ya que si se unían el duque de Benavente, que poseía grandes dominios en León y Zamora, el conde Alfonso, que los tenía en Asturias, y el conde de Trastámara, que era el mayor magnate en Galicia, podrían conformar «un bloque de poder equivalente al antiguo reino de León».[268]​ El mismo autor también señaló que esta época el conde de Trastámara estuvo cerca de lograr «un entendimiento» con Pedro Ruiz Sarmiento, el adelantado mayor de Galicia.[269]

Mayoría de edad de Enrique III y Liga de Lillo (1393-1394)

 
Retrato imaginario de Enrique III de Castilla. José María Rodríguez de Losada. (Ayuntamiento de León).

El caos existente en Castilla, los conflictos entre los nobles, y el «agrio enfrentamiento» entre los arzobispos Pedro Tenorio y Juan García Manrique provocaron que el 2 de agosto de 1393,[249]​ para desgracia del conde de Trastámara y de sus «ambiciones», como señaló Pardo de Guevara y Valdés, y mientras el Consejo de Regencia estaba reunido en el monasterio de las Huelgas de Burgos, el rey Enrique III decidiera asumir el poder y comenzar a gobernar sus reinos, siendo animado a ello por sus «consejeros más próximos», Diego López de Zúñiga y Juan Hurtado de Mendoza.[270]​ Debido a los grandes problemas que padecía Castilla, el rey empezó a gobernar aunque aún faltaban dos meses para que cumpliera los catorce años de edad, que era la «edad mínima» indispensable para que un rey castellano pudiera regir los destinos del reino.[270]

Con la mayoría de edad de Enrique III, el Consejo de Regencia pasó a ser el Consejo Real por la «maniobra» del arzobispo Tenorio, y los servidores más inmediatos del rey, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, se convirtieron en los personajes más relevantes de la Corte y en los más cercanos al joven monarca. Entre ellos figuraban Diego López de Zúñiga, que pasó a ser justicia mayor del rey,[249]​ Juan Hurtado de Mendoza, que fue el nuevo mayordomo mayor del rey, y Pedro López de Ayala, que se convirtió en el canciller mayor de Castilla.[271]​ Cuando Enrique III alcanzó la mayoría de edad, el monarca se vio obligado a combatir a los que algunos autores, como Miguel Ángel Ladero Quesada, han llamado los «epígonos Trastámara», entre los que figuraban el duque de Benavente, la reina Leonor de Trastámara y el conde Alfonso Enríquez, que eran hijos ilegítimos de Enrique II, y también el conde Pedro Enríquez y otros nobles como el conde de Niebla,[272]​ ya que estos no podían aceptar, como señaló Isabel Montes, que el rey les despojara del protagonismo que hasta entonces habían tenido.[273][274]

Eduardo Pardo de Guevara y Valdés afirmó que durante las Cortes de Madrid de 1393 los regentes y tutores del monarca cometieron algunos desaciertos, y que por ello Enrique III decidió invalidar «todas las gracias, e mercedes, e dávidas, e hemiendas e oficios, oidorías, refrendaríaas, escribanías e generalmente todas las otras cosas» establecidas por el Consejo del Reino durante su minoría de edad.[275]​ En esas Cortes se redujeron las rentas que el Consejo de Regencia había concedido en nombre de la Corona a la reina Leonor, a los condes de Trastámara y de Noreña y al duque de Benavente, y se dispuso que recibirían las que el rey Juan I de Castilla había estipulado en las Cortes de Guadalajara de 1390,[273]​ aunque Suárez Bilbao afirmó que en esas Cortes se concedieron algunas rentas a la reina Leonor y a los condes de Trastámara y Noreña y que se cancelaron las que el Consejo de Regencia les había otorgado en años anteriores.[276]​ Pero para satisfacer las exigencias de los familiares del monarca se les concedieron numerosas «compensaciones» que no consiguieron contentarles, ya que la reina Leonor de Trastámara, el conde Alfonso Enríquez, el duque de Benavente, el infante Juan de Portugal y numerosos nobles quedaron muy insatisfechos por las grandes sumas de la Corona que dejarían de percibir[277]​ durante el año 1394.[275]

 
El castillo de Pambre, edificado a finales del siglo XIV por Gonzalo Ozores de Ulloa. (Provincia de Lugo).

En la Corte castellana también despuntaron en esta época el maestre de la Orden de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa, Juan Fernández de Velasco, el mariscal de Castilla Garcí González de Herrera, y Alfonso Enríquez, futuro almirante de Castilla y hermano o hermanastro del conde Pedro Enríquez, ya que según Pardo de Guevara y Valdés fue «el más hábil» de todos los hijos del maestre Fadrique Alfonso de Castilla al conseguir formar parte del grupo de nobles con más influencia en la Corte.[249]​ La baja nobleza, como señaló Luis Suárez Fernández, creó un frente común para intentar desplazar a los más destacados magnates y neutralizar o «mantener sumisas» a las Cortes de Castilla,[271]​ y los familiares del rey fueron desplazados en beneficio de los nobles «de segunda fila», siendo el conde de Trastámara desposeído de algunas de sus rentas y del cargo de condestable de Castilla, que «finalmente» fue concedido a Ruy López Dávalos.[278]​ Suárez Fernández aseguró que en esta época Ruy López Dávalos pasó a ser el condestable de Castilla,[271]​ pero la mayoría de los autores insisten en que el conde Pedro Enríquez ejerció ese cargo desde el año 1391 hasta el momento de su muerte, en mayo de 1400,[1][245][247]​ pero Juan Torres Fontes señaló que Ruy López Dávalos «se intitulaba» ya condestable en 1397 y 1398, y que en un documento del 18 de octubre de 1399 conservado en el Archivo General de Navarra aparecía con ese título.[19]

El 1 de octubre de 1393[279]​ el conde de Trastámara devolvió a su merino mayor, Gonzalo Ozores de Ulloa,[280]​ las tierras de Monterroso y Ulloa,[281]​ que le habían sido confiscadas junto con otros bienes a su familia por apoyar a Pedro I de Castilla durante la Guerra Civil Castellana[280]​ y que junto con el territorio de Repostería, que Gonzalo Ozores adquirió en 1400, fueron los tres puntos principales de sus posesiones.[282]​ Y hay constancia de que esa cesión fue confirmada dos veces por Enrique III en 1399,[u]​ y de que el 9 de abril de 1401, en Valladolid, el conde Fadrique Enríquez, que era el hijo y heredero de Pedro Enríquez y aún no había sido nombrado duque de Arjona, confirmó también esa donación que su padre había hecho de los cotos y tierras de Ulloa y Monterroso junto con todos sus derechos, vasallos, jurisdicción alta y baja y el mero y mixto imperio sobre ellas.[283]

La pérdida de algunas de sus rentas y de su influencia en la Corte posiblemente enojaron enormemente al conde de Trastámara e impulsaron sus deseos de venganza, ya que su «empecinamiento» por mantener se su elevado estatus en la Corte le llevó a ser uno de los miembros más destacados de la «célebre» Liga de Lillo, que constituyó el último y «desesperado» intento de los familiares más cercanos del rey por mantener su influencia en la Corte, controlar los resortes del poder, y ser los más directos colaboradores de Enrique III,[275]​ ya que no aceptaban que el rey tuviera cerca de sí a privados procedentes de la nobleza «de segunda fila», como señaló Uría Maqua.[277]

 
Miniatura medieval que representa a unos caballeros combatiendo. Chroniques de France o de St Denis. (British Library).

La Liga que se formó en la población leonesa de Lillo[v]​ en marzo de 1394 incluyó al conde de Trastámara, a la reina Leonor de Trastámara, al duque de Benavente, al conde Alfonso Enríquez, al infante Juan de Portugal, que era el candidato respaldado por los confabulados para ocupar el trono portugués por su condición de hijo de Pedro I de Portugal, y al arzobispo de Santiago de Compostela,[271]Juan García Manrique, que fue el último en adherirse a ella y aún seguía enemistado con el arzobispo Pedro Tenorio, ya que este último era «por convicción» uno de los partidarios del poder absoluto de los reyes.[275]​ Aunque se desconoce cuáles fueron los acuerdos alcanzados en Lillo, sí hay constancia de que los implicados se reunieron en los primeros meses de 1394, y de que Enrique III intentó negociar con sus parientes, aunque sus primeras gestiones fracasaron.[277]​ Y el marqués de Villena, Alfonso de Aragón, acudió a Castilla para apoyar a Enrique III, debido a las presiones que recibió desde el reino de Aragón, y en la primavera de 1394 los confabulados empezaron a reunir a sus hombres para iniciar la rebelión contra el monarca castellano.[271]

La situación política empeoró notablemente cuando el duque de Benavente se posicionó en el municipio palentino de Cisneros con un ejército de dos mil peones y seiscientas lanzas, y cuando el arzobispo García Manrique reunió en Amusco, que era la cabeza de sus señoríos, mil hombres de a pie y quinientas lanzas.[275]​ Y el conde de Trastámara comenzó a reunir a sus hombres en Galicia, la reina Leonor se atrincheró en la villa burgalesa de Roa y el conde Alfonso Enríquez reunió a sus vasallos y «gentes de armas» en Asturias, por lo que Enrique III y sus consejeros, que deseaban evitar una guerra civil, comenzaron a negociar por separado con los rebeldes para intentar deshacer la alianza que habían forjado.[275]

Poco después el arzobispo de Santiago abandonó a los parientes del rey y fue convencido por Juan Hurtado de Mendoza y por Diego López de Zúñiga para que volviera a someterse a la autoridad del rey, y el prelado viajó velozmente a Valladolid y rindió pleitesía a Enrique III.[284]​ El duque de Benavente también disolvió su ejército poco después y acudió «humildemente» ante el monarca y se disculpó ante él por su actitud y su rebeldía,[285]​ y el conde Pedro Enríquez, que se hallaba en Galicia, fue a León para negociar con su hermano o hermanastro, Alfonso Enríquez, que había sido enviado por Enrique III junto con algunas tropas para conseguir que el conde abandonara a los rebeldes, siendo todo ello relatado, como señaló Pardo de Guevara y Valdés,[285]​ en el capítulo XVIII de la Crónica de Enrique III:[286]

Despues quel Duque de Benavente ovo asosegado con el Rey sus fechos segun avedes oído, llegó al Rey un Caballero hermano del Conde Don Pedro, que decian Alfonso Enriquez, é dió al Rey una carta de creencia del dicho Conde, é dixole, quel Conde era en tierra de Leon, é venia de Galicia, é que le enviaba pedir por merced que le asegurase, é que vernia á la su merced, é al Rey plogó dello, é envióle sus cartas de seguro con el dicho Alfonso Enriquez. É luego dende a pocos días llegó y el Conde Don Pedro, é fizo al Rey sus salvas, como él siempre fuera en su servicio, é asi le amaba: é que le pedia por merced que non quisiese creer al. Otrosi se querelló, é dixo, que bien sabia la su merced como el Rey Don Juan su padre le tomára la villa de Alva de Tormes, é la diera al Infante Don Juan de Portugal, é después, en enmienda desta villa, le diera á Paredes de Nava: é quel estando en posesion pacifica de Paredes, el Conde Don Alfonso, después que fuera suelto de la prision, le tomara el dicho logar; é maguer que por muchas veces le avia requerido é mostrado sus cartas, por las quales le mandaba que ge le desembargase, que lo non quisiera facer: é que le pedia por merced que le quisiese facer justicia desto. E el Rey, desque oyó todas las razones quel Conde Don Pedro le dixo, plógole por quanto se viniera á la su merced segun debía. É en razon de lo que se querellaba del Conde Don Alfonso que le tomára á Paredes de Nava, dixo, que le compliria de justicia.
 
Vista del municipio de Paredes de Nava. (Provincia de Palencia).

En el verano de 1394 Enrique III, que se hallaba en Valladolid, fue a la villa de Paredes de Nava,[9]​ de la que se había apoderado el conde Alfonso Enríquez[204]​ cuando salió de prisión,[205]​ tomó posesión de ella, y la puso provisionalmente en manos de su camarero mayor, Ruy López Dávalos, aunque concedió al conde de Noreña un plazo de sesenta días para que expusiera las razones que alegaba para conservar la villa o de lo contrario la perdería definitivamente.[287]​ Todo ello fue relatado, como señaló Muñoz Gómez,[9]​ en el capítulo XX de la Crónica de Enrique III,[288]​ aunque con la entrega de Paredes de Nava al conde de Trastámara Enrique III provocó un enfrentamiento entre dos magnates que podrían haberse opuesto a su política de reforzamiento de la autoridad de la Corona.[285]

Tras la reconciliación del monarca con el conde de Trastámara, el duque de Benavente, y el arzobispo García Manrique, la liga que habían formado los parientes del rey perdió muchos de sus apoyos, y Enrique III, gracias a su sólida posición, pudo continuar dialogando con los rebeldes en «su anterior tono conciliador», como señaló Pardo de Guevara y Valdés,[285]​ pero para estar seguro de que no se rebelarían nuevamente contra él, al duque de Benavente le solicitó la entrega de varios rehenes y le forzó a que rubricara, con ciertas condiciones, la Concordia de Valladolid, que fue firmada en esa ciudad el 20 de junio de 1394.[285]

Pero poco después Enrique III de Castilla cambió de postura y «la cólera y la dureza más implacable», en palabras de Pardo de Guevara y Valdés, reemplazaron el «tono conciliador» que el monarca había empleado anteriormente con sus parientes. Y cuando el rey, que se hallaba en Burgos, fue informado de que el conde de Trastámara, junto con «doscientas lanzas», se había reunido en Roa con la reina Leonor de Trastámara, ordenó que el duque de Benavente fuera encerrado en prisión por miedo a que se uniera nuevamente a los rebeldes, y después el monarca se dirigió a Roa acompañado por mil hombres de armas y por todos los bastimentos necesarios para poder derrotar rápidamente a los que allí se oponían a su autoridad.[289]​ El conde de Tratámara huyó rápidamente a Galicia,[290]​ de donde según Suárez Fernández jamás volvió a salir,[271]​ aunque esa afirmación es falsa, y Enrique III consiguió capturar en Roa a su tía, la reina Leonor de Trastámara. La Liga de Lillo empezó a disolverse y el conde Alfonso Enríquez, que tal vez creía tener garantizada su seguridad en sus señoríos asturianos, fue el último de los que persistieron en su rebelión contra el monarca, aunque este acabó enviando sus tropas contra él.[290]

Aunque Suárez Fernández señaló que el conde de Trastámara se refugió en Galicia por temor al monarca, Pardo de Guevara y Valdés afirmó que tal vez al dirigirse allí intentaba hallar una «salida más airosa ante el estrepitoso fracaso de la Liga de Lillo», y de ahí que cuando fue informado de que Enrique III y sus tropas se aproximaban a Roa prefiriera «refugiarse» en su villa de Monforte de Lemos.[290]​ En el capítulo XXVI de la Crónica de Enrique III, que fue citado por Pardo de Guevara, consta que cuando el monarca fue informado de que el conde se dirigía a sus tierras de Galicia, ordenó a Álvar Pérez Osorio y a todos los concejos y caballeros de los territorios por los que pasaría el conde antes de llegar a Galicia que lo apresaran «si pudieran».[291]​ El mismo autor aseguró que:[290]

 
Puente romano de Monforte de Lemos. (Provincia de Lugo).
Mientras se producían todas estas maniobras, el conde don Pedro rumiaba el nuevo fracaso en sus tierras de Galicia. Una vez más volvía a encontrarse al borde de la ruina política, aunque ahora su situación era todavía más crítica, por cuanto no estaba en disposición de diseñar una estrategia que le permitiera salir con bien de aquella difícil coyuntura. Ocurría, en realidad, que una nueva casta nobiliaria se había afirmado sólidamente en el poder, desplazando a la alta nobleza de parientes, de la cual él formaba parte y con la que hasta aquel mismo momento se había sentido irremediablemente comprometido. En buena medida, pues, el fracaso de ésta se había convertido también en su propio fracaso.

Enrique III ordenó el 25 de julio de 1394 que el duque de Benavente fuera apresado en Burgos,[271]​ y también encomendó poco después al adelantado mayor de Galicia, Diego Pérez Sarmiento, que confiscara en nombre de la Corona todas las posesiones del conde de Trastámara, por haber ido este último a Roa sin el permiso del rey y contra su voluntad. El adelantado, que era «uno de los más leales» vasallos del rey, recibió los documentos y cartas «que para esto menester fueron»,[290]​ según consta en el capítulo XXV de la Crónica de Enrique III[292]​ y como indicó Pardo de Guevara y Valdés.

Los representantes del concejo de Paredes de Nava, como señaló Muñoz Gómez, aprovecharon la caída en desgracia de los condes de Trastámara y Noreña para solicitar al monarca que su villa volviera a pertenecer al realengo, pero el 2 de agosto de 1394, y desde Roa, Enrique III respondió evasivamente al concejo afirmando que dispondría lo más conveniente para su propio «servicio»,[293]​ aunque conviene señalar que ese mismo autor indicó en otro artículo suyo que el concejo de Paredes de Nava ya había solicitado en 1393 al monarca que su villa volviera al realengo, al que había pertenecido entre 1383 y 1385.[294]​ El conde de Trastámara, por su parte, se propuso acatar la autoridad del monarca, y cuando este último llegó a León mientras se dirigía a Asturias para terminar con la resistencia del conde de Noreña, el de Trastámara solicitó su perdón, y Enrique III le perdonó y envió para que negociaran con él en su nombre a Juan de Velasco, que era el camarero mayor del rey, y a Diego López de Zúñiga, que era el alguacil mayor del monarca.[295]

 
Enrique III y los nobles, por Dionisio Fierros (Universidad de Barcelona).

Como el conde creía que el rey sería benigno con él, acudió al asedio de Gijón, que pertenecía al conde Alfonso Enríquez y donde se hallaba el rey, y este último, debido a la gran cantidad de rentas que el conde de Trastámara había perdido y que habían provocado su participación en la Liga de Lillo,[296]​ le recompensó con dos señoríos que habían pertenecido al duque de Benavente, las villas de Ponferrada y de Villafranca de Valcárcel.[297][298]​ Y cabe la posibilidad de que el conde de Trastámara participara en las negociaciones que condujeron finalmente a la firma de una tregua de seis meses entre Enrique III y el conde Alfonso Enríquez, que fue rubricada 3 de noviembre de 1394.[299]​ Además, la participación del conde en el asedio de Gijón y su definitiva reconciliación con Enrique III fue relatada, como señaló Pardo de Guevara y Valdés,[296]​ en el capítulo XXX de la Crónica de Enrique III,[300]​ y el rey ordenó desde Valladolid el 26 de noviembre de 1394 al concejo de Villafranca de Valcárcel que acataran como señor al conde Pedro y no al duque de Benavente, a quien había pertenecido anteriormente esa villa, y en 1396, dos años después, el mismo monarca escribió al concejo de Villafranca para recordarles que debían aceptar al conde de Trastámara como señor.[301][w]

La orden para confiscar los bienes del conde de Trastámara fue anulada, y no solamente los recuperó en su totalidad sino que se vieron aumentados con los señoríos de Villafranca de Valcárcel y Ponferrada,[296]​ aunque al conde no se le dio licencia para que volviera a la Corte.[271]​ Pardo de Guevara y Valdés aseguró que si el rumbo de los acontecimientos hubiera sido distinto, desde esos señoríos el conde «habría articulado» más fácilmente su penetración en territorio castellano, ya que la mayoría de sus posesiones se hallaban en Galicia. Pero aunque los acontecimientos fueron favorables para el conde, su participación en la Liga de Lillo solo le sirvió, en palabras de dicho historiador, como «eficaz y definitivo escarmiento para sus veleidades»,[296]​ y su alejamiento de la Corte le permitió volver a ser nuevamente el mayor magnate de Galicia.[302]

El señorío de Paredes de Nava también pasó en 1394 a manos del conde, gracias a su «influencia» sobre el monarca y a la completa derrota del conde Alfonso Enríquez, que había huido a Francia tras ser desposeído de sus extensos dominios.[303]​ A pesar de que el concejo de Paredes de Nava solicitó al monarca que su villa volviera al realengo, el conde Pedro no tomó represalias contra ellos y, aunque los documentos de la época, como señaló Muñoz Gómez, no son muy reveladores al respecto, parece que la relación del conde con esa villa palentina fue «correcta y distante», ya que su estancia en tierras gallegas le mantuvo alejado de ella.[293]​ Precisamente esto último permitió que Fernando de Noroña, que era hijo del conde Alfonso Enríquez, residiera habitualmente en Paredes de Nava y ejerciera sin el permiso del conde de Trastámara algunas de las «prerrogativas» propias del titular del señorío.[204][x]

 
Castillo de Villafranca del Bierzo. (Provincia de León).

La derrota completa que sufrieron los familiares del rey confirmó el triunfo rotundo en la Corte de Ruy López Dávalos, de Diego López de Zúñiga y de Juan Hurtado de Mendoza, que encabezaban en esos momentos la «oligarquía de cortesanos», en palabras de Luis Suárez Fernández, con mayor influencia sobre el monarca.[271]​ Debido a su alejamiento de la Corte, el conde volvió de nuevo a sus intereses en Galicia, ya que su posición allí, debido a sus enormes dominios, estaba «sólidamente afirmada», y tal vez se dio cuenta, en opinión de Fernando Suárez Bilbao, de que su alejamiento de los rebeldes y su sometimiento a Enrique III «le había permitido» conservar y ampliar sus dominios.[304]​ Y conviene recordar que el conde era en esos momentos:[296]

Conde de Trastámara, de Lemos y de Sarria, del Bollo y de Viana; ejercía además su dominio señorial sobre las villas y tierras de Sarria, Monforte, Caldelas, Tribes, Viana del Bollo, Trasancos, Neda, Toldaos, Cedeira, Castro de Rey, Otero de Rey... y ahora, mirando hacia Castilla, también sobre las de Ponferrada, Villafranca de Valcárcel y Paredes de Nava.

El conde reinició nuevamente su «interrumpida política gallega», como señaló Pardo de Guevara y Valdés, y las circunstancias eran extremadamente favorables para él, ya que la Iglesia gallega adoptó en general una actitud humilde y temerosa ante el conde debido a sus «duras y ya bien conocidas respuestas».[305]​ En 1394 se reanudó en Orense el pleito entre el conde, que poseía en dicha ciudad la fortaleza de Castelo Ramiro y el puente sobre el río Miño junto con su pontazgo, constituyendo ambos su base de poder en esa ciudad, y el cabildo catedralicio orensano, que reclamaba la posesión de ambos.[306]​ En el caso de la fortaleza, el conde nombró alcaide de la misma a Vasco Lorenzo de Lira, que supo «realizar muy bien su papel y rechazar los requerimientos» para que la entregara al cabildo catedralicio aduciendo que él había realizado ante el conde pleito homenaje por la fortaleza, y que la conservaría hasta que el mismo le ordenara que la devolviera.[306]​ En el caso del puente sobre el Miño el conde resultó más beneficiado, ya que el alcaide del mismo, Juan de Novoa, que era yerno suyo por estar casado con su hija Leonor Enríquez[306]​ y uno de los nobles más destacados de Galicia en esos momentos,[307]​ retuvo el puente y el derecho de pontazgo y llegó a arrendar el «servicio de barcas de Portobello», que pertenecía al cabildo catedralicio y al que se negó a abonar la renta correspondiente por ese arrendamiento.[306]​ En 1394 el conde cedió a su yerno, Juan de Novoa, que era uno de sus principales partidarios en Orense, los cotos de Nogales y Moreiro, que habían pertenecido a la Orden del Temple hasta principios del siglo XIV y habían sido cedidos al conde por su tío, el rey Enrique II.[308]​ El conde también entregó a su yerno el 8 de junio de 1394 los cotos de San Vicente y de Molgas, que se encontraban en «tierras de Limia».[309]

 
Puente medieval de Orense.

El 3 de enero de 1394 el adelantado mayor de Galicia, Diego Pérez Sarmiento, consiguió ser nombrado comendero del obispado de Orense, ya que el obispo Pedro Díaz necesitaba defenderse de los ataques del conde de Trastámara. En una carta que el cabildo catedralicio orensano envió al rey Enrique III se afirmó que la situación del obispado y de los canónigos era muy miserable, ya que había cuatro familias nobles, los Novoa, los Cadórniga, los Espinosa y los Mosquera, que se habían adueñado ilegalmente de las rentas del obispado al tiempo que el adelantado mayor de Galicia estimulaba el deseo de las villas de independizarse del señorío de los obispos de Orense, al que se hallaban sometidas, a fin de que entraran a formar parte de las posesiones personales del propio adelantado mayor.[310]​ El obispo Pedro Díaz, que no se encontraba en su diócesis, utilizó a esas cuatro familias para mantener un «mínimo de autoridad» en su territorio y poder percibir sus rentas, lo que provocó aún más miseria en la zona.[311]

El conde entregó en 1394 a Men Rodríguez de los Castillones la feligresía de Sietevientos, aunque solo en tanto durase su vida, y en esa época también cedió a su hermano o hermanastro Alfonso Enríquez las feligresías de Toldaos y Pantón, aunque este último las vendió posteriormente a Pedro Díaz de Cadórniga, que era yerno del conde Pedro por su matrimonio con su hija Constanza Enríquez y tal vez «nieto suyo» por ser hijo según algunos autores de otra de sus hijas, Leonor Enríquez.[308]

Los últimos años del conde (1395-1400)

 
Iglesia del monasterio de Santa María de Melón. (Provincia de Orense).

La posición del arzobispo de Santiago de Compostela, Juan García Manrique, era muy débil, y en esos momentos era ya casi un «cadáver político», en palabras de Eduardo Pardo de Guevara y Valdés, ya que había perdido en la Corte la mayor parte de su prestigio e influencia[312]​ y al final el conde había conseguido ser el magnate más poderoso de Galicia.[204]​ Conviene tener presente que en la década de 1380 el arzobispo García Manrique había conseguido derrotar al conde, le había despojado en 1383 de la pertiguería mayor de Santiago, y había frustrado sus planes de convertirse en el «gran señor de Galicia».[312]

Entre 1395 y 1400, que fueron los últimos cinco años de la vida del conde, su influencia y poder en Galicia quedaron confirmados y volvió a tener cerca de sí a una «lucida corte señorial» de hidalgos y caballeros a los que entregó numerosas recompensas en forma de tierras u otras mercedes, pero su relación con la Iglesia gallega y compostelana fue pésima, ya que volvió a extorsionar a las iglesias y se apoderó de sus rentas, como ya había hecho en épocas pasadas. Y en sus últimos años el conde se convirtió en el enemigo más encarnizado de la Iglesia gallega y con sus métodos coactivos consiguió amedrentarla incluso sin llegar a emplear la violencia.[313]​ Tras su regreso a Galicia, los pleitos del conde con las autoridades eclesiásticas se reanudaron velozmente y, aunque se produjeron algunos nuevos, también se reiniciaron otros que parecían haber quedado resueltos en el pasado, como en el caso del pleito por la torre de la Barreira y por la torre-fortaleza de Castro de Montes, aunque en algunos de esos pleitos, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, el fallo de los jueces o la simple intervención de la Corona bastó para que fueran resueltos.[306]

En febrero de 1395 Enrique III ordenó al conde de Trastámara y a otros nobles gallegos que no quebrantaran los privilegios y libertades del monasterio de Santa María de Melón, ya que el rey lo había colocado bajo su protección personal y había confirmado sus privilegios, pero poco después el rey escribió al conde y a otros nobles gallegos para informarles de las quejas que le habían transmitido desde el monasterio de Meira por causa de sus abusos.[314]​ En los últimos años del conde sus «ambiciones», en palabras de Muñoz Gómez, se centraron en Galicia, y aunque Enrique III le mantuvo alejado de la Corte y de los «círculos del poder»,[204]​ su poderío en Galicia fue de tal magnitud que el monarca «se abstuvo de intervenir allí» e ignoró los desmanes y violencias que el conde llevó a cabo.[91][315][19]

El 5 de abril de 1395, y hallándose en Alcalá de Henares, el rey ordenó al conde Pedro Enríquez, a quien se refiere en el documento como «mi tio et mi condeestavel», al adelantado mayor de Galicia, Diego Pérez Sarmiento, y al merino o merinos que ejerciesen sus funciones en Galicia que no consintieran, como señaló Méndez Pérez, que los nobles Fernán Yáñez de Limia y su esposa, Juana das Seixas, continuaran apropiándose indebidamente de los bienes del monasterio de Chantada, al que habían ocasionado, como era frecuente entre los miembros de la nobleza, muchos «malles et danos et robos».[316]​ El 15 de junio de 1395, mientras se hallaba en Valladolid, Enrique III ordenó que se realizara una pesquisa ante notario público y que se cuantificaran los daños que los nobles mencionados anteriormente habían ocasionado al concejo de Chantada y a los monasterios de Chouzán y Chantada, y que los resultados de dicha pesquisa fueran remitidos a su tío, el conde Pedro Enríquez, y al adelantado mayor de Galicia, a fin de que estos se encargaran de hacer pagar a dichos cónyuges los daños que hubieran ocasionado.[317]

 
Catedral de Orense.

El 23 de octubre de 1395 el conde fue al claustro de Santa María de Orense y exigió a los miembros del cabildo catedralicio, que en su mayoría estaban reunidos allí, que firmaran y sellaran unas cartas dirigidas al obispo de Orense y al rey Enrique III en relación con el chantre de la catedral de Orense, y aunque Ares Lourenzo y los canónigos beneficiados de Orense no deseaban firmarlas, al final Martín Montes accedió a hacerlo aunque indicando que lo hacía por miedo y recelo a las posibles represalias del conde.[318]​ Pero este último también se mostraba al mismo tiempo como el «gran señor de Galicia» y ofrecía generosas donaciones a sus vasallos o partidarios, y su generosidad en ese sentido, como señaló Pardo de Guevara, volvió a ser «proverbial» en sus últimos años de vida.[318]

En sus últimos años el conde volvió a disfrutar del respaldo de numerosos nobles gallegos, como Pedro Díaz de Cadórniga, que era su yerno, Alfonso López de Saavedra, Gonzalo Ozores de Ulloa, Alfonso Vázquez de Vaamonde, Men Rodríguez de Castillón, Alfonso de Castro, Vasco Lorenzo de Lira, García Rodríguez de Valcárcel, Vasco Mosquera, Juan de Novoa, Álvaro González, Juan Núñez Pardo de Cela, Lope Pérez de Taboada y Gonzalo López de Goyanes, pertenecientes todos ellos a destacadas familias nobles de Galicia y recompensados con grandes mercedes por el conde.[319]​ La opulencia que este último llegó a alcanzar quedó probada en que, como señaló fray Malaquías de la Vega, en su casa había de modo permanente ochenta escuderos «con salarios señalados», por lo que tal vez al final de su vida el conde consiguió hacer «realidad», como señaló Pardo de Guevara y Valdés, el proyecto de su tío Enrique II de convertirle en el mayor magnate de Galicia y en el representante de la monarquía en aquellas tierras, aunque:[319]

La fortuna, sin embargo, sonrió demasiado tarde al ya viejo conde don Pedro. Su larga y agitada vida, cargada de atropellos y violencias en Galicia, muchas difícilmente justificables, y de graves errores políticos en Castilla, tocaba a su fin, cerrando un largo y agitado capítulo histórico de la Casa de Lemos.

El 7 de febrero de 1398 el conde Pedro Enríquez cedió a García Rodríguez de Valcárcel y a su hijo Pedro García diversas feligresías que «no es posible identificar», como señaló Pardo de Guevara y Valdés erróneamente,[308]​ aunque otros autores afirman que fueron las feligresías de «Porrageen de Sebrero y de tierra de Trasancos, y de las de Lamas y Cerdido».[104]​ Pedro García de Valcárcel debió fallecer en ese mismo año, ya que el conde de Trastámara le entregó a su padre esas feligresías, como señaló fray Malaquías de la Vega, afirmando en el documento que habían estado en poder de su hijo, por lo que es muy posible que este último ya hubiera muerto.[320]​ El 24 de octubre de 1398 el cabildo catedralicio compostelano concedió un «poder» a los canónigos Domingo Fernández de Cándamos, que era doctor en Decretos, a Juan Vázquez de Collora, que era licenciado en Leyes, y a Alfonso Arias, para que «siguiesen» el pleito que el conde Pedro mantenía en la Corte con dicho cabildo por la posesión de los castillos y territorios de Trastámara, la Barreira y Castro de Montes.[321]

 
Vista de Moraña. (Provincia de Pontevedra).

Enrique III de Castilla ordenó al conde de Trastámara el 2 de diciembre de 1398 que dejara libres y desembargados los bienes que Enrique II había concedido en 1371 al cabildo catedralicio compostelano en tierras de Salnés, Moraña y Arcos de la Condesa, situadas en la provincia de Pontevedra, ya que el conde los retenía ilegalmente con la colaboración de su mayordomo, Gonzalo López de Moyanes.[322]​ El conde, a quien su tío el rey se refirió en dicha orden como «aquel que mucho amo et prescio et de quien mucho fio», alegó para conservar esas posesiones que «supuestamente» el cabildo, como señaló Antonio López Ferreiro, se las había cedido, aunque en 1381 los oidores de la Real Audiencia ya habían resuelto el pleito a favor del cabildo.[322]

El 12 de diciembre de 1398 el conde de Trastámara exigió al cabildo catedralicio compostelano la entrega de una gran suma de dinero, y en este caso el chantaje,[323]​ como señaló Pardo de Guevara y Valdés, fue «más humillante», ya que el conde exigió que se le entregara ese mismo día o de lo contrario serían apresados y sufrirían sus injurias y vituperios.[318]​ Para satisfacer las exigencias del magnate los canónigos tomaron cierta cantidad que se guardaba en el tesoro catedralicio, que según algunos autores eran varios «miles de maravedís»,[324]​ y la Mesa capitular compostelana quedó obligada a restituirlos al mencionado tesoro.[318][y]Fernando Suárez Bilbao subrayó que en la época de la muerte del conde Pedro, que falleció en 1400, el obispo de Lugo, llamado Lope, fue asesinado en el transcurso de un motín popular que contó con el respaldo del adelantado mayor de Galicia, Diego Pérez Sarmiento, y que a 19 personas se les confiscaron sus bienes y fueron sentenciadas a muerte,[325]​ aunque el asesinato de ese prelado tuvo lugar en realidad en 1403.[326]

Testamento y muerte (1400)

Tres días antes de su muerte, el 29 de abril de 1400, y hallándose en la ciudad de Orense,[327]​ el conde otorgó testamento, y Pardo de Guevara y Valdés señaló que en él quedó patente el deseo del testador de manifestar la «magnanimidad con que se había conducido durante sus últimos años, que sin duda fueron los más brillantes y venturosos de su trayectoria como gran señor de Galicia».[328]

Pedro Enríquez de Castilla falleció el día 2 de mayo de 1400[329][19][9][104]​ «en sus casas» de la ciudad de Orense.[330]​ Fray Malaquías de la Vega, que basó sus afirmaciones, como señaló Muñoz Gómez, en numerosos documentos desaparecidos del antiguo archivo de los condes de Lemos, afirmó que el día 22 de mayo de ese mismo año el rey Enrique III de Castilla confirmó a su hijo y heredero, Fadrique Enríquez, el título de conde de Trastámara, y que este último intentó apoderarse de la villa de Villafranca de Valcárcel, que era de su padre.[331]​ Tras la muerte del conde Pedro Enríquez el rey Enrique III decidió intervenir más activamente en Galicia y nombró arzobispo de Santiago de Compostela a Lope de Mendoza.[315]

Sepultura

 
Sepulcro que según la mayoría de los historiadores contiene los restos mortales del conde Pedro Enríquez. (Iglesia de San Pedro de Lugo).

Fue sepultado en la iglesia del convento de San Francisco de Lugo,[1][104]​ que actualmente recibe el nombre de iglesia de San Pedro y donde también sería enterrada su esposa Isabel y dos de sus hijos, según consta en el testamento que el duque Fadrique Enríquez, hijo del conde, otorgó en 1425,[332][z]​ aunque Franco Silva señaló erróneamente que fue enterrado en el convento de San Francisco de Villafranca del Bierzo.[333]​ En el sepulcro del conde se hallaba el siguiente epitafio, que no se conserva en la actualidad:[334][329][335]

AQUÍ YACE EL CONDE DON PEDRO, FILLO DE DON FADRIQUE, MAESTRE DE SANTIAGO, NIETO DEL REY DON ALONSO QUE MURIÓ SOBRE GIBRALTAR. FUE CONDE DE TRASTÁMARA, LEMOS, SARRIA, DEL BOLLO Y VIANA, SEÑOR DE VILLAFRANCA Y PONFERRADA. FUE CONDESTABLE DE CASTILLA, PERTIGUERO MAYOR DE SANTIAGO. MURIÓ EN ORENSE, A DOS DE MAYO. AÑO DE MCCCC.

Aunque no hay certeza absoluta sobre ello, la mayoría de los historiadores afirman,[336]​ y algunos incluso rotundamente,[337]​ que los restos del conde reposan en un sepulcro ubicado en la capilla del lado de la Epístola de la iglesia de San Pedro,[338]​ aunque otros indicaron «terminantemente» que en el siglo XVII estuvo en la capilla mayor del templo,[339]​ cuya construcción había sido patrocinada por el conde aunque se ignora hasta qué punto.[340]​ Pero en el lugar donde debería estar colocado el desaparecido epitafio del conde, que era en el frente de la urna, se halla en la actualidad un frontal de cemento sin inscripción alguna, aunque la mayoría de los autores tienen por cierto que ese es su sepulcro.[339][aa]

Matrimonio y descendencia

Contrajo matrimonio en 1385, según Jaime de Salazar y Acha,[1]​ aunque otros afirman que fue en 1391,[104]​ con Isabel de Castro, que era hija de Álvar Pérez de Castro, I conde de Arraiolos, I conde de Viana da Foz do Lima y I condestable de Portugal, y de María Ponce de León,[178][341][ab]​ aunque existe una gran confusión acerca de cuáles fueron los hijos legítimos o ilegítimos de Pedro Enríquez,[ac]​ ya que algunos autores afirman que Fadrique, Beatriz, Enrique y Alfonso fueron legítimos, pero únicamente hay certeza absoluta de que lo fueran los dos siguientes:[342][343][344][4]

Tanto el conde Pedro como su hijo, el duque Fadrique, que en su momento aspiraron a ser los mayores señores de Galicia, utilizaron a las mujeres de su familia, como era habitual en su época, para conseguir el apoyo de algunos «caballeros de acostamiento».[350]​ Aunque en un documento del año 1445 consta que Enrique y Constanza Enríquez fueron hijos legítimos del conde,[351]​ Pardo de Guevara y Valdés, basándose en las obras de otros autores y en sus propias investigaciones,[ad]​ afirmó que los siguientes fueron extramatrimoniales:[342][343]

  • Enrique Enríquez.[21]​ Fue hijo ilegítimo del conde Pedro Enríquez y de María Bernal, según consta en algunos documentos, y recibió de su padre las villas de Viana de Robreda y de El Bollo. Contrajo matrimonio con Leonor Álvarez de Robleda, señora de Veigas de Camba, Valdetunga y Sierraseca,[352]​ y fue sepultado junto con sus padres y su hermana Constanza en el convento de San Francisco de Lugo.[353]​ Y además fue el padre de Pedro Enríquez, obispo de Mondoñedo[354]​ entre 1426 y 1445.[352]
  • Constanza Enríquez (m. c. 1425).[332]
  • Álvar Pérez de Castro (m. 1423). Según Amparo Rubio Martínez falleció en 1423.[355]
  • Fernando Enríquez.[21]​ Fue tenente del castillo de Allariz y acompañó a su hermano o hermanastro, el duque Fadrique Enríquez, en sus campañas de Andalucía. Sin embargo, Luis de Salazar y Castro lo incluyó en uno de sus apuntes genealógicos entre los hijos legítimos de su padre.[356]
  • Leonor Enríquez (m. después de 1424).[333]
  • Alfonso Enríquez.
  • Juan Enríquez.
  • Luis Enríquez.
  • Isabel Enríquez.
  • Juana Enríquez.


Véase también

Notas

  1. Algunos autores también lo mencionan con el nombre de Pedro Enríquez o, en menor medida, con los de Pedro de Castilla, Pedro de Castro o Pedro Enríquez de Castro. Y el eclesiástico e historiador Antonio López Ferreiro señaló que tal vez adoptó este último nombre tras su matrimonio con Isabel de Castro, hija del conde Álvar Pérez de Castro. Cfr. López Ferreiro (1903), p. 222. Y otros autores aseguran que el conde Pedro y sus descendientes son «mal llamados Enríquez» y que deberían apellidarse Castilla. Cfr. Presedo Garazo y Framiñán Santas (2005), p. 113.
  2. Luis Manuel era hijo de Sancho Manuel de Villena y nieto del célebre magnate Don Juan Manuel, y fue asesinado en 1363 junto al infante Fernando de Aragón. Cfr. Losa Serrano (1997), pp. 29-31. Sin embargo, ni Juan Manuel Losa Serrano ni Juan Torres Fontes mencionaron nada sobre el matrimonio o los descendientes de Luis Manuel. Cfr. Torres Fontes (2003), p. 13.
  3. En 1366, durante la Guerra Civil Castellana, el rey Enrique II nombró al célebre condestable de Francia Bertrand du Guesclin, como reconocimiento por sus servicios, conde de Trastámara, Lemos y Sarria, aunque nunca llegó a disfrutar realmente de esos bienes. Y ese mismo año el rey Pedro I de Castilla concedió esos mismos títulos al célebre Fernán Ruiz de Castro, que había heredado el dominio directo sobre esos territorios de su padre, Pedro Fernández de Castro, aunque cuando la Guerra Civil finalizó en 1369 Fernán Ruiz de Castro fue hecho prisionero por Enrique II y privado de todos sus títulos y posesiones. Cfr. Pardo de Guevara y Valdés (2000a), p. 210.
  4. Alonso López de Haro también señaló que Pedro Enríquez recibió el condado de Trastámara en 1371, y afirmó que aparecía ostentando ese título en un privilegio de ese año en el que se confirmaron sus franquezas a los monederos de la ciudad de Toledo. Cfr. López de Haro (1622), p. 39.
  5. Aunque López Ferreiro no mencionó al personaje en su Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compostela, Villaamil y Castro señaló erróneamente que entre 1378 y 1382 la pertiguería mayor de Santiago fue ocupada por Martín Sánchez de Moscoso, que era sobrino del arzobispo Rodrigo de Moscoso. Cfr. Villaamil y Castro (1873), p. 54.
  6. El convenio alcanzado entre el arzobispo Berenguel de Landoria y Pedro Fernández de Castro acerca del ejercicio del cargo de pertiguero mayor de Santiago figura en el Tumbo C de la catedral de Santiago de Compostela, y fue publicado íntegramente por Antonio López Ferreiro en el tomo VI de su Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compostela. Cfr. López Ferreiro (1903), pp. 86-90.
  7. Fray Malaquías de la Vega describió y dibujó un sello de placa del conde Pedro Enríquez en cuya parte superior aparecía un castillo y un león y en la inferior tres o cinco «palos ondeados o vibrados», que tal vez fueran de color azul en campo de plata. Ese mismo escudo de armas, como señaló Faustino Menéndez Pidal de Navascués, aparece colocado en el claustro del convento de San Francisco de Lugo, donde fue sepultado Pedro Enríquez, aunque hay constancia de que dicho claustro se edificó después de 1450, por lo que debió ser colocado varias décadas después de la muerte del conde, que falleció en 1400. Cfr. Menéndez Pidal de Navascués (1982), pp. 144-145.
  8. Alonso López de Haro, en su Nobiliario genealógico de los reyes y títulos de España, que compuso en 1622, describió el escudo de armas del conde Pedro Enríquez del siguiente modo: «partido en mantel, a la parte de arriba dos caftillos de oro en campo de fangre, y en lo baxo leon de purpura coronado en campo de plata». Cfr. López de Haro (1622), p. 39. Morales Talero señaló que a Fadrique Enríquez, el hijo y heredero del conde Pedro, le concedieron como escudo de armas «un escudo partido en mantel con dos castillos de oro en campo de gules, y en punta un león también de gules en campo de plata». En representación del apellido Castro que había heredado de su madre, utilizó «un escudo con seis roeles de azur en campo de plata», Cfr. Morales Talero (1964), p. 19.
  9. A pesar de las sentencias pronunciadas en 1380 contra los comenderos que cometían abusos, como el conde Pedro Enríquez, Olivera Serrano manifestó que ello no puso fin al conflicto, ya que en las Cortes de Guadalajara de 1390, que fueron las últimas del reinado de Juan I de Castilla, volvieron a decretarse algunas leyes que pretendían, en palabras de dicho historiador, eliminar «de raíz» las encomiendas laicas, lo que demuestra en su opinión que las sentencias promulgadas en 1380 no pusieron fin al problema. Y el mismo autor manifestó que el conflicto persistió durante los reinados posteriores. Cfr. Olivera Serrano (2013), pp. 803-804.
  10. En la sentencia pronunciada el día 23 de diciembre de 1380 contra los comenderos que se habían apoderado ilegalmente de bienes pertenecientes al monasterio de Sobrado constan los nombres de los ocho: el conde Pedro Enríquez, Fernán Pérez de Andrade, Lope Pérez de Moscoso, Martín Sánchez das Mariñas, Gómez Suárez Prego, Vasco Gómez das Seixas, García Rodríguez de Valcárcel y Pedro Fernández de Andrade. En dicha sentencia, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, constan algunos de los abusos cometidos por el conde Pedro contra el monasterio de Sobrado, ya que el rey le reprochó «que echábades piezas de pechos e pedidos, e les faciades facer otros servicios así en labores de fuertelezas, como de viandas, e en coghetas que demandábades al dicho monesterio e a sus grañas, e en todas las otras cosas que demandábades en sus cotos e logares, así como si fuesen vuestros vasallos esemptos solariegos e mucho más, en tal manera que más conocían a vos por señor los moradores de los dichos cotos e logares que al dicho Abad e convento». Cfr. Pardo de Guevara y Valdés (2000a), pp. 217-218.
  11. Las cartas que Juan I de Castilla envió al conde Pedro en 1380 y 1381 para que renunciara a la encomienda del obispado de Mondoñedo fueron publicadas íntegramente por Enrique Cal Pardo en su Colección diplomática medieval do Arquivo da Catedral de Mondoñedo: Transcrición íntegra dos documentos. Cfr. Cal Pardo (2005), pp. 320-324 y 324-330.
  12. La sentencia que el arzobispo García Manrique dictó en Valladolid el 9 de agosto de 1383 contra el conde de Trastámara fue publicada por López Ferreiro en el suplemento del tomo VI de su Historia de la Santa A. M. Iglesia de Santiago de Compostela, y en ella se menciona expresamente, entre otras muchas cosas, que el conde, quebrantando las condiciones que se le habían exigido para hacerse cargo de la pertiguería mayor de Santiago, «tenía por vasallos a Rodrigo Álvarez de Bóveda et Aras Gonçález Xarpa et Aras Pérez da Cana, Pay Pérez Bugueyrete et otros algunos çibdadanos» en Santiago de Compostela. Cfr. López Ferreiro (1903), pp. 182-190.
  13. Hay constancia de que en esa época, a pesar de la guerra entre los reinos de Castilla y Portugal, el conde Pedro Enríquez solicitó de la Curia pontificia, al igual que otros miembros de la Corte castellana, ciertos beneficios eclesiásticos para algunos conocidos suyos. Cfr. Olivera Serrano (2001), p. 237. Y Villarroel González señaló erróneamente que la conjura se produjo en marzo de 1383, pero en realidad tuvo lugar en los primeros meses de 1384. Cfr. Villarroel González (2008a), p. 321.
  14. La conjura contra Juan I de Castilla, como señaló Pardo de Guevara y Valdés, fue narrada con todo detalle por Fernão Lopes en los capítulos LXXX, LXXXI, LXXXII, LXXXIII, LXXXIV y LXXXV de su Chronica de El-Rei D. João I, que fueron dedicados exclusivamente por dicho cronista a narrar este complot y también la huida del conde Pedro Enríquez a Coimbra y el encierro de la reina Leonor en Tordesillas. Cfr. Lopes (1897-1898), Vol. II pp. 28-43.
  15. Fernão Lopes afirmó en su Chronica de El-Rei D. João I que en esta época el conde Pedro Enríquez recibió una herida en su mano derecha durante un torneo en el que luchó con su hermano Alfonso Enríquez. Cfr. Lopes (1897-1898), Vol. II pp. 157-158. Pero Manuel de Castro y Castro ya advirtió que no se trata del Alfonso Enríquez que llegaría a ser almirante de Castilla en 1405, sino del que fue montero mayor de Juan I de Castilla. Cfr. Castro y Castro (1982), p. 38.
  16. El documento donde se consignó la orden de Juan I de Castilla de confiscar todos los bienes del conde Pedro Enríquez fue publicado íntegramente por Eduardo Pardo de Guevara y Valdés en el segundo tomo de su obra Los señores de Galicia: tenentes y condes de Lemos en la Edad Media. Cfr. Pardo de Guevara y Valdés (2000b), pp. 43-46.
  17. El testamento de Juan I de Castilla fue publicado íntegramente en el capítulo VI del año 1392 de la Crónica de Enrique III, y en uno de sus párrafos consta expresamente que «Otrosi, por los yerros muy grandes que nos fizo el Conde Don Pedro, segund que es público é notorio á todos los nuestros naturales, asi de los nuestros Regnos de Castilla é de Leon, como de Portogal é de diversas partidas, él mereció, sin otras mayores penas que debía aver, perder todas las tierras, asi del Condado, como de otras cualesquier que el avia en el nuestro Señorio: por lo qual nos le tiramos todas las tierras del dicho Condado, é logares que de nos tenia, é propusimos de las dar al dicho Infante Don Ferrando, é mandamosle dar nuestras cartas para que los dichos logares é tierras le obedesciesen. Pero por quanto agora entendemos que non es cosa que le cumple aver los dichos logares é tierras que fueron del dicho Condado, mandamos a los dichos nuestros Testamentarios que los tengan en sí fasta tanto que sepan si podimos nos dar sin cargo de nuestra consciencia ciertos logares que nos dimos del Señorio de Vizcaya». Cfr. López de Ayala (1780), p. 427.
  18. La conjura contra el maestre de Avís, sus repercusiones y los castigos que sufrieron los culpables fueron descrito, como señalaron diversos autores, en los capítulos CLXXV, CLXXVI y CLXXVII de la Chronica de El-Rei D. João I. Cfr. Lopes (1897-1898), Vol. III pp. 141-165.
  19. Sin embargo, el cronista Pedro López de Ayala, como señaló Isabel Montes, pareció dar a entender que de los veinticuatro miembros del Consejo ocho serían nobles y los dieciséis restantes procuradores de las ciudades. El arzobispo Pedro Tenorio, por su parte, afirmó que el Consejo de Regencia estaría integrado por cuarenta y siete individuos, de los que nueve serían «señores», otros dieciséis caballeros y el resto procuradores, que serían nombrados por una comisión de veintidós miembros «designados previamente al efecto». Cfr. Montes Romero-Camacho (1998b), p. 447. Y Fernando Suárez Bilbao aseguró que el Consejo estaría formado por 25 hombres, de los que once serían ricoshombres y caballeros y los catorce restantes procuradores. Cfr. Suárez Bilbao (1994), pp. 20-21.
  20. Juan Torres Fontes señaló que el marqués de Villena, Alfonso de Aragón, no intentó ejercer el oficio de condestable a pesar de las múltiples ocasiones en que se le instó a que regresara a Castilla, ya que debido a su alto cargo su presencia en la Corte era necesaria para decidir quienes integrarían el Consejo de Regencia. Pero como Alfonso no volvió a Castilla y el conde Pedro Enríquez había solicitado en varias ocasiones que se le concediera ese cargo, los tutores del rey Enrique III accedieron a su petición y en 1391 le nombraron condestable de Castilla. Pero cuando en 1394 Alfonso de Aragón volvió a Castilla y solicitó que se le devolviera su oficio, se le prometió que lo conseguiría si servía «leal y continuadamente» a Enrique III, ya que en esa época el conde Pedro Enríquez había perdido el favor del rey, pero al regresar el marqués en ese mismo año al reino de Aragón, su intento de recuperar el cargo fue inútil. Cfr. Torres Fontes (1971), p. 66.
  21. Enrique III confirmó ese privilegio el 26 de febrero de 1399, el 4 de mayo del mismo año en Arévalo, y el 14 de septiembre de 1401 en Valladolid. Y el rey Juan II de Castilla también lo confirmó en dos ocasiones a petición de Lope Sánchez de Ulloa, el hijo primogénito de Gonzalo, y la primera vez lo hizo en Tordesillas el 9 de enero de 1430, y la segunda en Valladolid el 20 de enero del mismo año. Cfr. Falcó y Osorio (1898), pp. 239 y 241.
  22. Juan Uría Maqua señaló que el lugar de Lillo se encuentra en las «altas tierras de la montaña leonesa», que pertenecía al conde Alfonso Enríquez, y que era el «punto clave» de sus dominios, que se hallaban casi en su totalidad situados en Asturias. Cfr. Uría Maqua (1975), p. 226.
  23. La carta en la que Enrique III ordenaba al concejo de Villafranca de Valcárcel que recibiera como señor al conde de Trastámara, y que fue otorgada en Valladolid el 26 de noviembre de 1394, fue publicada íntegramente por Alfonso Franco Silva en su artículo sobre el señorío de Villafranca del Bierzo. Cfr. Franco Silva (1982), p. 143.
  24. En 1396 el concejo de Paredes de Nava entregó a Fernando de Noroña 20.000 maravedís que formaban parte del «pedido» de ese año, y en 1397 le entregó otros 12.000 maravedís más «a cuenta del pedido», aunque Fernando se comprometió a devolver esta última cantidad al concejo o a deducirlos del «pedido» de ese año. Y Muñoz Gómez señaló que no hay constancia de que el conde de Trastámara intentara impedir esos abusos en su señorío, y que posiblemente no lo intentó por tener su residencia habitual en Galicia y por estar alejado de los «círculos del poder en la Corte». Los pleitos entre Fernando de Noroña y el concejo de Paredes de Nava no quedaron resueltos hasta 1399, fecha en que Enrique III ordenó que ese noble no pudiera aproximarse a menos de «cinco leguas de la villa». Cfr. Muñoz Gómez (2009), pp. 296-298.
  25. El conde de Trastámara, según consta en el folio 45 del Tumbo II de la catedral compostelana, que fue citado por López Ferreiro, le exigió al cabildo catedralicio de allí «grandes contias de froliis douro que dezia que a el foran postes em poemento eno dito deán et cabidoo de parte de noso señor el Rey de Castela das contias de floriis que ao dito señor Rey foram outorgadas pela clerizia de seus Regnos; as quaes contias de froliis o dito conde lies demandaua que lie pagasen logo em este mesmo dia. Et en outra maneyra que quería por eles prender et peñerar a eles por sy et por toda a clerecía et fazerlles outras enjurias et vitoperios que eles temyan moito». También consta en el mismo documento que para satisfacer las exigencias del conde el cabildo tomó «certa contia de diñeiros douro (hasta 14.645 maravedises y dos dineros) que siían en huns almarios do dito thesouro o qual fora das capas dos coengos», y las propiedades de la Mesa Capitular compostelana servirían «para tornar outras tantas contias de dineyros ao dito almario para as ditas capas». Cfr. López Ferreiro (1903), p. 267.
  26. En el testamento que el duque Fadrique Enríquez, hijo y heredero del conde Pedro, otorgó en 1425, y del que únicamente se han conservado los fragmentos mencionados por fray Malaquías de la Vega, el duque dispuso que deberían terminarse de labrar en el convento de San Francisco de Lugo los sepulcros de sus padres, los de sus hermanos Enrique y Constanza, y el de Fernando de Castro. Cfr. Pérez Martínez (1996), pp. 72 y 112-113.
  27. Luis López Pombo afirmó que el castillo y los dos leones que aparecen en el escudo de la ciudad de Lugo tal vez fueran colocados «en recuerdo» del conde Pedro Enríquez, que fue sepultado en el convento de San Francisco de Lugo y en cuyo escudo de armas aparecían esos emblemas, aunque también se han aventurado otras hipótesis al respecto. Cfr. López Pombo (2003-2004), p. 180.
  28. Isabel de Castro, según algunos autores, heredó de su padre y de su abuelo paterno, Pedro Fernández de Castro, los señoríos de Valdeorras y de Manzaneda de Trives, y aunque algunos documentos señalan que en 1451 aún era la señora de ambos lugares, es muy posible, como señaló Amparo Rubio Martínez, que en esa ápoca ya pertenecieran a alguno de sus descendientes. Cfr. Rubio Martínez (2008), pp. 423-424.
  29. Presedo Garazo y Framiñán Santas publicaron en 2005 un estudio sobre la evolución «biológica y social» del conde Pedro Enríquez y de sus descendientes, que según ambos autores son «mal llamados Enríquez» y deberían apellidarse Castilla. Cfr. Presedo Garazo y Framiñán Santas (2008), pp. 113 y 136-137.
  30. No obstante, la duquesa María del Rosario Falcó y Osorio afirmó en su Catálogo de las colecciones del Palacio de Liria que el conde Pedro tuvo los siguientes hijos legítimos y también una hija ilegítima: «D. Fadrique, D. Enrique, D. Fernando, ó D. Juan, según otros, D.ª Beatriz, D. Alonso, D. Luis, D.ª Constanza y D.ª Juana. Tuvo también otra hija natural, D.ª Leonor Enríquez, que casó antes de 1394 con Juan Pérez de Novoa, y en segundas nupcias con García ó Pedro Díaz de Cadórniga». Cfr. Falcó y Osorio (1998), p. 15.

Referencias

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pedro, enríquez, castilla, 1355, orense, mayo, 1400, magnate, castellano, hijo, ilegítimo, fadrique, alfonso, castilla, maestre, orden, santiago, conde, trastámara, lemos, sarriaescudo, armas, conde, información, personalotros, títuloscondestable, castilla, pe. Pedro Enriquez de Castilla a c 1355 1 Orense 2 de mayo de 1400 fue un magnate castellano e hijo ilegitimo de Fadrique Alfonso de Castilla maestre de la Orden de Santiago 2 3 4 Pedro Enriquez de CastillaConde de Trastamara Lemos y SarriaEscudo de armas del conde Pedro Enriquez de Castilla Informacion personalOtros titulosCondestable de Castilla y pertiguero mayor de SantiagoNacimientoc 1355Fallecimiento2 de mayo de 1400OrenseSepulturaConvento de San Francisco de LugoFamiliaCasa realCasa de TrastamaraPadreFadrique Alfonso de CastillaMadreVease Origenes familiaresConyugeIsabel de CastroHerederoFadrique Enriquez de CastillaHijosVease Descendencia editar datos en Wikidata Para otras personas del mismo nombre vease Pedro Enriquez Fue conde de Trastamara Lemos Sarria Viana y El Bollo 1 senor de Traba y Castro Caldelas y tambien pertiguero mayor de Santiago comendero mayor de los obispados de Mondonedo 5 y Lugo 6 y de numerosos monasterios gallegos como el de Santa Maria de Meira y San Juan de Poyo 7 lo que le convertia en el magnate mas poderoso 8 o gran senor de Galicia 9 y en continuador de la saga de miembros de la realeza o vinculados con ella 10 como el infante Felipe de Castilla Pedro Fernandez de Castro Fernan Ruiz de Castro 11 y Enrique de Trastamara 12 que tuvieron grandes posesiones y ejercieron destacados cargos en ese territorio 11 En el ultimo periodo de su vida ejercio el cargo de condestable de Castilla 1 y consiguio los senorios de Ponferrada Villafranca del Bierzo Alba de Tormes y Paredes de Nava 13 y aunque todas sus posesiones fueron confiscadas en 1384 y en 1394 consiguio recuperarlas en ambas ocasiones 14 Y el prestigioso medievalista Juan Torres Fontes senalo que su actividad en el terreno politico fue grande aunque siempre sin suerte y en un segundo piano y nada hizo en el aspecto militar y menos aun ejercio su oficio de condestable solo util para cobrar los emolumentos que le correspondian 15 Fue nieto del rey Alfonso XI de Castilla 4 Indice 1 Origenes familiares 2 Biografia 2 1 Infancia y juventud 2 2 El reinado de Enrique II de Castilla 1369 1379 2 3 El reinado de Juan I de Castilla 1379 1390 2 3 1 Violencias y abusos en Galicia 1380 1383 2 3 2 Complot contra Juan I de Castilla y confiscacion de bienes 1384 2 3 3 Complot contra el maestre de Avis y exilio en Francia 1385 2 3 4 Regreso a Castilla y conflictos con Juan Garcia Manrique 1386 1390 2 4 El reinado de Enrique III de Castilla 1390 1400 2 4 1 Minoria de edad de Enrique III 1390 1393 2 4 2 Mayoria de edad de Enrique III y Liga de Lillo 1393 1394 2 4 3 Los ultimos anos del conde 1395 1400 3 Testamento y muerte 1400 4 Sepultura 5 Matrimonio y descendencia 6 Vease tambien 7 Notas 8 Referencias 9 Bibliografia 10 Enlaces externosOrigenes familiares EditarFue hijo ilegitimo al igual que su hermana Leonor Enriquez de Castilla de Fadrique Alfonso de Castilla 16 17 18 maestre de la Orden de Santiago y senor de Haro 3 y por parte paterna era nieto del rey Alfonso XI de Castilla 19 y de su amante Leonor de Guzman 20 pero existe una gran confusion en cuanto a la identidad de su madre que sin embargo segun la mayoria de los historiadores pertenecia a la familia Angulo de Cordoba 21 16 22 Interior de la Mezquita catedral de Cordoba Algunos autores aseguran que la madre de Pedro y de su hermana Leonor se llamaba Ines 23 o Constanza de Angulo 24 y otros afirmaron que esta dama era hija de los nobles cordobeses Lope Alfonso de Angulo y de Elvira Diaz de Aguayo que fallecio en 1370 y que otorgo testamento el 16 de mayo de ese mismo ano en Cordoba 25 26 27 ante Juan Gonzalez y Anton Ruiz 28 afirmando que era la madre del conde Pedro Enriquez y del futuro almirante de Castilla Alfonso Enriquez 27 aunque otros autores indican que en el solo manifesto ser la madre del conde Pedro 29 Enriquez 30 como ya senalo en el siglo XVIII el padre Francisco Ruano en su obra Casa de Cabrera en Cordoba 31 donde menciono que Leonor Enriquez el conde Pedro y el almirante Alfonso eran hijos de la misma mujer Constanza de Angulo 32 La madre del conde Pedro Enriquez y de su hermana Leonor segun otros autores se llamaba Leonor 20 33 o Leonor Manuel de Angulo 34 35 y Jose Pellicer aseguro que fue senora de Mansilla e hija de Luis Manuel y de Beatriz Angulo de Cordoba 18 b La hermana del conde Pedro Leonor Enriquez fue senora de Salinas de Anana y esposa de Diego Gomez Sarmiento 24 35 que fue mariscal de Castilla 36 37 38 adelantado mayor de Castilla y de Galicia 39 y repostero mayor del rey Juan I de Castilla El conde Pedro fue ademas hermano 40 27 o hermanastro por parte paterna aunque la mayoria de los historiadores afirman esto ultimo del almirante Alfonso Enriquez 41 23 que segun la mayoria de los autores 3 era hijo de una judia a quien llamaban la Paloma por su belleza 42 Pero hay constancia a pesar de que ello no es mencionado por la mayoria de los autores de que Pedro Enriquez tuvo tambien otro hermano llamado Alfonso Enriquez 43 que fue cazador mayor del rey Juan I de Castilla aunque Martinez Sopena afirmo que pudo tratarse de una confusion por parte del cronista Fernao Lopes 44 Y el conde Pedro Enriquez era sobrino del rey Enrique II de Castilla 45 primo carnal del rey Juan I y tio de Enrique III durante cuyos reinados ocupo un destacado lugar debido a su parentesco con ellos y a sus inmensas posesiones concentradas sobre todo en Galicia y en el reino de Leon 3 Biografia EditarInfancia y juventud Editar Patio de las Doncellas en los Reales Alcazares de Sevilla Se desconoce su fecha exacta de nacimiento aunque debio de ocurrir alrededor del ano 1355 segun afirmo Jaime de Salazar y Acha 1 Su padre Fadrique Alfonso de Castilla que fue maestre de la Orden de Santiago senor de Haro y adelantado mayor de la frontera de Andalucia fue asesinado el dia 29 de mayo de 1358 en Sevilla por orden de su hermanastro Pedro I de Castilla 46 47 cuando Pedro Enriquez debia contar con unos tres anos de edad Ademas Fernan Perez de Guzman describio del siguiente modo en sus Generaciones y semblanzas la apariencia y personalidad del conde Pedro Enriquez 48 Fue este Conde D Pedro de assaz buen cuerpo y gesto un poco grueso e franco e gracioso e acogedor de los buenos pero en sus maneras e costumbres concordabase con la tierra donde vivia que es en Galicia Fue hombre que amo mucho a mujeres No ovo fama de muy esforzado no se si fue por su defecto o porque no ovo do lo probar El fue el segundo Condestable de Castilla La descripcion anterior como senalo Correa Arias descalificaba no solo al conde Pedro sino tambien a toda la nobleza gallega y a la propia Galicia difundiendo asi una idea sobre ese territorio que se extenderia posteriormente por toda Castilla 49 y el eclesiastico e historiador Antonio Lopez Ferreiro afirmo como subrayo Eduardo Pardo de Guevara y Valdes 50 que el conde Pedro Enriquez dio muestras de ser mas experto en el manejo de la lengua que en el de la espada y tambien que el ejercicio de las armas nunca fue la pasion favorita del Conde D Pedro Enriquez 51 Y Pardo de Guevara y Valdes senalo al compararlo con otros de los personajes retratados por Fernan Perez de Guzman en sus Generaciones y semblanzas que 50 La descripcion desde luego para nada evoca el prototipo del caballero medieval nada dice por ejemplo que fuera esforcado y sabio en las guerras como don Pedro Suarez de Quinones o diligente o de buena ordenanza como don Lorenzo Suarez de Figueroa ni tan siquiera que fuera de razon breve e corta pero discreto e atentado como su hermano el almirante don Alfonso Enriquez En la Cronica del Rey don Pedro como destaco Pardo de Guevara y Valdes 50 consta que Pedro Enriquez al igual que otros miembros de la realeza como los condes Tello y Sancho de Castilla y Alfonso Enriquez 52 estuvo presente en 1367 en la aldea de Anastro cercana al municipio de Trevino poco antes de que se librara la batalla de Najera 50 Y tambien consta en dicha Cronica que durante esa batalla en la que las tropas de Pedro I de Castilla derrotaron completamente a sus adversarios Pedro Enriquez combatio junto a Enrique de Trastamara 53 que mandaba el cuerpo principal del ejercito 54 y junto a uno de los hijos ilegitimos de este ultimo el conde Alfonso Enriquez 53 aunque este y Pedro Enriquez fueron apresados durante la batalla al igual que Sancho de Castilla conde de Alburquerque y otros muchos nobles entre los que figuraba el celebre cronista Pedro Lopez de Ayala 55 Y su victoria en la batalla de Najera y la huida al reino de Francia de Enrique de Trastamara permitieron a Pedro I asentarse firmemente aunque momentaneamente en el trono castellano 56 El reinado de Enrique II de Castilla 1369 1379 Editar Retrato imaginario de Enrique II de Castilla Jose Maria Rodriguez de Losada Ayuntamiento de Leon Tras el asesinato de su padre Pedro Enriquez habia quedado bajo la proteccion de su tio carnal Enrique de Trastamara 57 y fue el primero de sus hermanos que alcanzo un gran estado en la Corte castellana como senalo Menendez Pidal de Navascues 58 Y en 1369 y siendo ya rey de Castilla Enrique II prohijo a Pedro y a su hermano o hermanastro Alfonso el futuro almirante y les permitio usar el apellido Enriquez 41 por lo que ambos segun Fernando Suarez Bilbao disfrutaron juridicamente de un rango equivalente al que tenian el duque de Benavente Fadrique de Castilla y el conde de Norena Alfonso Enriquez que eran hijos ilegitimos de Enrique II 59 Conviene senalar que el apellido patronimico Enriquez con el que se conoce al conde Pedro y a muchos de sus familiares ha sido usado por numerosos historiadores como senalo Pardo de Guevara y Valdes para denominar de forma generica a muchos miembros de la Casa de Trastamara aunque dicho autor subrayo el hecho de que en su epoca unicamente correspondio utilizarlo a los hijos del rey Enrique II 60 Y Gonzalez Crespo afirmo que tanto Pedro como su hermano o hermanastro Alfonso llegaron a ocupar debido a sus vinculos familiares con la realeza los primeros puestos en la nueva nobleza trastamarista 2 Se desconoce la fecha exacta en que fue nombrado conde de Trastamara y Lemos por su tio Enrique II c ya que algunos autores antiguos como fray Malaquias de la Vega afirmaron que lo fue en 1367 otros que en 1370 61 62 49 y otros que debio serlo en 1371 63 antes de ese ano 64 o con total seguridad en el mismo 65 d aunque lo importante como senalo Pardo de Guevara es que a principios de la decada de 1370 el conde Pedro Enriquez 61 gracias a las grandes mercedes que recibio del rey y especialmente en el reino de Galicia 66 paso a ser el indiscutible abanderado de los nobles de ese territorio 61 Su condicion de miembro de la familia real le convertia tambien en el representante de la realeza en Galicia como senalo Munoz Gomez 9 El condado de Trastamara habia pertenecido a Enrique II antes de su subida al trono 66 y tras convertirse en rey este ultimo tambien concedio grandes posesiones a su hija Leonor de Trastamara que posteriormente seria reina consorte de Navarra por su matrimonio con Carlos III a sus hijos ilegitimos Alfonso Enriquez y Fadrique de Castilla y al marques de Villena Alfonso de Aragon el Viejo que era nieto del rey Jaime II de Aragon 67 El antiguo condado de Trastamara como senalo Correa Arias fue siendo progresivamente controlado por la Corona y hasta que se le concedio a Pedro Enriquez los mayores senores de Galicia habian sido los miembros de la Casa de Castro 68 Pero aun asi el nuevo conde tuvo que compartir los resortes del poder con el adelantado mayor de Galicia y con los merinos mayores de dicho territorio o sus sustitutos que eran los representantes de la Corona y a veces miembros de la familia real 68 aunque en vida de Pedro Enriquez el adelantamiento mayor de Galicia siempre estuvo en poder de la familia Sarmiento 69 Pardo de Guevara y Valdes subrayo el hecho de que los titulos y las inmensas posesiones que Pedro Enriquez recibio de Enrique II no se debieron ni a sus cualidades ni tampoco a su valor personal sus dotes cortesanas o sus excepcionales servicios a la Corona sino al carino y predileccion que su tio sentia hacia el ya que desde el asesinato de su padre habia quedado a su cargo 57 Uria Maqua por su parte senalo que Enrique II concedio a sus familiares mas cercanos titulos y tierras aunque no cargos 70 Arcaz Pozo afirmo que con la subida al trono de Enrique II tanto el conde Pedro Enriquez por su condicion de sobrino del rey y de pertiguero mayor de Santiago como Pedro Ruiz Sarmiento 71 que fue adelantado mayor de Galicia entre los anos 1379 y 1384 39 pasaron a ser los mas destacados miembros de la nobleza nueva o trastamarista de la region y los jefes politicos de la nueva nobleza gallega ya que bajo la proteccion de ambos comenzaron a medrar y a subir en la escala social numerosos caballeros de la pequena nobleza como entre otros muchos 72 Fernan Perez de Andrade 71 que mantuvo muy buenas relaciones con Pedro Enriquez y a quien acompanaria posteriormente en su campana de abusos y extorsiones contra iglesias y monasterios gallegos 73 Juan Rodriguez de Biedma Alvar Perez Osorio Garcia Rodriguez de Valcarcel Juan Perez de Noboa Martin Sanchez de las Marinas Alfonso Vazquez de Vaamonde y Juan Nunez Pardo de Cela 74 71 cuyas familias consiguieron el control de extensas zonas de Galicia y protagonizaron la llamada revolucion nobiliaria gallega bajo el amparo del rey Enrique II y gracias a las celebres mercedes enriquenas 75 El 29 de enero de 1372 el arzobispo de Santiago de Compostela Rodrigo de Moscoso nombro a Pedro Enriquez pertiguero mayor de Santiago cargo que hasta entonces habia estado en poder del conde Fernan Ruiz de Castro 76 e y la entrega de la pertica tuvo lugar en presencia del cabildo catedralicio compostelano y bajo las mismas condiciones con las que el arzobispo compostelano Berenguel de Landoria la habia concedido en 1328 durante el reinado de Alfonso XI de Castilla a Pedro Fernandez de Castro 77 El conde Pedro que seguramente fue nombrado pertiguero mayor por voluntad del rey 78 realizo el juramento acostumbrado en presencia del arzobispo Moscoso y tambien hizo pleito homenaje sobre las manos del caballero Andres Sanchez de Gres 77 siendo testigos entre otros el alguacil Ramil Nunez de las Cuevas Gonzalo Diaz de Mesia Fernan Lopez de Medin Gomez Prego y Juan Fernandez de Benavente 79 f Fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago de Compostela El 10 de abril de 1372 y hallandose en Tuy 80 el conde Pedro Enriquez confirmo a Vasco Perez de Vaamonde la posesion de las feligresias de Santa Maria do Castro e de San Mamed de Nodar e de San Pedro de Anafreita que pertenecian al alfoz de la villa de Otero de Rey y le habian sido concedidas a dicho noble por Enrique II como recompensa por su apoyo en la Guerra Civil Castellana 80 81 El 6 de septiembre de 1373 Pedro Enriquez concedio a Alfonso Vazquez de Vaamonde que segun Pardo de Guevara y Valdes probablemente seria nieto de Vasco Perez y a su esposa Leonor los cotos de Molgas San Vicencio y Pineiro por los servicios que le habian prestado 82 halandose probablemente relacionadas entre si ambas donaciones segun dicho historiador 83 y siendo la ultima confirmada por Juan I de Castilla en las Cortes de Burgos de 1379 84 El 18 de mayo de 1372 y hallandose en Santiago de Compostela el conde Pedro cedio la villa corunesa de Puentes de Garcia Rodriguez que pertenecia al condado de Trastamara y junto con todos sus terminos alfoz jurisdiccion senorio y todos sus derechos al escudero Garcia Rodriguez de Valcarcel 85 que era hijo de Juan Freire de Andrade y de Constanza Garcia y a quien el rey deseaba recompensar por sus servicios Pedro Enriquez recibio como compensacion de manos del rey la villa corunesa de Cedeira 83 86 En el aspecto heraldico conviene senalar que tanto el conde Pedro Enriquez como su hijo y heredero Fadrique Enriquez utilizaron al contrario que la mayoria de los nobles dos escudos de armas diferentes como senalan varios historiadores ya que en Galicia utilizaron frecuentemente uno en el que aparecia un castillo y un leon y los palos vibrados u ondados que indicaban la posesion del condado de Trastamara aunque esto ultimo ha sido cuestionado por algunos autores pero ha quedado demostrado plenamente por otros 87 g Sin embargo fuera de Galicia ambos individuos utilizaron un castillo mantelado de leones que es su escudo mas conocido 87 h y casi identico al utilizado por el almirante Alfonso Enriquez hermano o hermanastro del conde Pedro aunque exactamente a la inversa ya que el del almirante consiste en un leon mantelado de castillos 88 89 En 1376 el rey Enrique II le entrego a Pedro Enriquez la villa de Sarria junto con sus pueblas e alfoz e terminos e jurisdiccion e vasallos rentas pechos e derechos segun consigno fray Malaquias de la Vega en su Cronologia de los Jueces de Castilla 77 aunque en un documento de mayo de 1372 expedido en Santiago de Compostela y citado por Pardo de Guevara y Valdes Pedro Enriquez ya aparece como conde de Trastamara de Lemos e de Sarria del Bollo e de Viana e senor de Robreda e pertiguero mayor de Santiago 85 Y segun dicho historiador la concesion de tantas mercedes al conde Pedro por parte de Enrique II pudo deberse a 77 Un plan estudiado y medido con antelacion Exactamente como si el rey don Enrique se hubiera propuesto recrear el antiguo orden jerarquico gallego y propiciar tras analizar cuidadosamente cada uno de los pasos a seguir el resurgimiento de aquel impresionante dominio territorial que habian encabezado los carismaticos Castro pero ahora bajo un titular tan afecto a la Corona como lo era su sobrino don Pedro Premeditado o no el hecho fue que este don Pedro convertido entonces en conde de Trastamara Lemas y Sarria asi como en flamante Pertiguero mayor de Santiago actuo ya desde estos primeros momentos al estilo del viejo comes Galliciae Sus dominios se extendian sobre una buena parte de Galicia y al tiempo que representaba a la nueva monarquia trato tambien de imitarla en muchos de sus gestos para lo cual gusto en rodearse de toda una constelacion de caballeros entre los cuales empezo pronto a sembrar afectos y lealtades por medio de continuas y esplendidas donaciones Torre del Batallon del castillo de Sarria Provincia de Lugo De ese modo Pedro Enriquez consiguio la posesion aunque no por largo tiempo de las tierras de los condados de Trastamara Lemos y Sarria que segun dicho autor siempre habia sido el sueno de los miembros de la familia Castro aunque a esta inmensa acumulacion de poder siempre se habia opuesto la politica real castellana 90 Ademas el modo de actuar del conde Pedro Enriquez como si fuera el gran senor de Galicia en palabras de Pardo de Guevara y Valdes hacia imprescindible la posesion de cuantiosos recursos que ni siquiera sus enormes posesiones podian aportarle y por ello comenzo a apropiarse al igual que otros muchos nobles de Galicia de las posesiones de la Iglesia ya que a fin de obtener el control de dicho territorio intento crear una extensa red de nobles a los que recompenso generosamente 91 A causa de ello el conde comenzo a actuar como el despiadado comendero de numerosos monasterios de Galicia entre los cuales ya figuraban en esos momentos los de San Juan de Poyo San Julian de Moraime y Santa Maria de Sobrado 84 La encomienda era un sistema de proteccion frecuentemente empleado por los monasterios gallegos aunque con el paso del tiempo como senalan algunos autores se convirtio en la coartada perfecta para que los nobles extorsionasen a aquellos que debian proteger e incluso se apoderasen de los bienes eclesiasticos y los ocupasen imponiendo tributos a sus propietarios 92 En Galicia el problema de las encomiendas debido al aislamiento de la zona a la introversion de sus nobles y al rumbo politico que siguieron el conde Pedro Enriquez y su hijo y heredero Fadrique fue especialmente virulento 93 Fernan Perez de Andrade contando seguramente con el permiso o incluso animado por el conde de Trastamara intento recaudar en 1376 y 1377 entre los hidalgos de Trasancos y Pedroso algunos tributos de los que estaban exentos por su condicion de nobles y el mismo noble tambien intento hacer eso en los cotos privilegiados de Balon y Mouga posiblemente respaldado tambien por el conde de Trastamara 94 quien en 1379 cedio a Ruy Soneira de Rioboo que era un fidalgo notorio y vasallo suyo las feligresias de Corcoesto y de San Martin de Rioboo 84 En la Cronica de Enrique II 95 que fue citada por Uria Maqua consta que el conde de Trastamara acompano al infante Juan de Castilla que era el hijo y heredero de Enrique II cuando invadio en 1378 el reino de Navarra con su ejercito 96 y tambien que en esa campana participaron el conde Alfonso Enriquez hijo ilegitimo de Enrique II y Alfonso de Aragon el Viejo que era marques de Villena y nieto del rey Jaime II de Aragon 97 Monasterio de San Juan de Poyo Provincia de Pontevedra Enrique II confirmo en abril de 1379 y mientras se hallaba en Briones todas las donaciones y limosnas que el conde Pedro y otros individuos habian realizado a favor del monasterio de Sancti Spiritus de Mellid y al mismo tiempo el monarca paso a ser el protector de todas las posesiones del mencionado monasterio de su hospital y de sus frailes y ordeno al adelantado mayor de Galicia Pedro Ruiz Sarmiento que observara e hiciera observar estas mercedes que serian confirmadas por los Reyes Catolicos el 9 de abril de 1481 en Valladolid 98 De una bula de julio de 1448 se deduce como senalo Mejuto Sesto que gracias al conde de Trastamara se pudo construir por entero el monasterio de Sancti Spiritus de Mellid que dono al mismo la feligresia de Santa Maria y todas las posesiones que la Orden del Temple habia tenido en Abeancos Ventosa y Mellid y tambien que dono al mismo monasterio todo el coto de Basandre y el lugar de Vila Nova que tambien habian sido de los templarios y le habian sido cedidas al conde por su tio Enrique II el dia 11 de abril de 1375 y al mismo tiempo el conde revoco cualquier otra donacion que sobre esos bienes pudiera haber hecho a Vasco Gomez das Seixas lo que provoco un pleito entre este ultimo y el monasterio de Sancti Spiritus 99 Ademas las donaciones que Pedro Enriquez hizo al monasterio fueron confirmadas por Enrique II en abril de 1379 y por Juan I de Castilla el dia 8 de agosto de 1379 100 y poco despues el conde ordeno a Martin Cabanas que entregara a fray Alonso de Mellid que era una destacada figura de los terciarios franciscanos en Galicia y en nombre del monasterio de Sancti Spiritus todos esos bienes junto con los de Mellid y Vila Nova 100 y conviene senalar que la primera parte de las obras en ese monasterio se llevaron a cabo entre 1372 y 1375 con el apoyo del conde de Trastamara aunque desde 1375 hasta principios del siglo XV los Ulloa fueron los promotores de la construccion 101 La muerte de Enrique II de Castilla ocurrida el dia 29 de mayo de 1379 en Santo Domingo de la Calzada privo al conde Pedro Enriquez como senalo Pardo de Guevara y Valdes de su principal protector ya que el rey Juan I de Castilla el hijo y heredero de Enrique II consideraba a su primo Pedro Enriquez debido a sus enormes posesiones en Galicia un grave riesgo para la paz del Reino 102 por lo que planeo acabar con sus ansias expansionistas 103 Por otra parte en un privilegio que Juan I otorgo a la villa de Madrid en 1379 y como advirtio Falco y Osorio el conde aparecio entre los confirmantes como D Pedro primo del rey Conde de Trastamara Lemos y Sarria 104 El reinado de Juan I de Castilla 1379 1390 Editar Violencias y abusos en Galicia 1380 1383 Editar Retrato imaginario del rey Juan I de Castilla Vicente Rodriguez y Arbiol Congreso de los Diputados de Espana En esta epoca el abad del monasterio de San Esteban de Ribas de Sil se quejo al rey de los abusos cometidos por Pedro Enriquez y por su vasallo Juan Perez de Novoa en su monasterio ya que el primero contra los deseos del abad se habia aduenado de veinte casares en la zona de Lemos y de la encomienda de un coto embolsandose veinte moyos de pan y vino por los mismos y ademas exigio a los vasallos del cenobio entregas de pan y dineros y les obligo a construir una cerca en su villa de Monforte de Lemos 105 El vasallo del conde Juan Perez de Novoa que era comendero del monasterio de San Esteban se apoderaba en esa epoca de cien maravedis anuales por protegerlo de otros mil que impuso como tributo a los habitantes del coto de San Esteban y de las rentas de seis de los casares del monasterio 105 Las extorsiones y abusos del conde Pedro Enriquez y de Juan Perez de Novoa que actuaba en representacion del primero en calidad de comendero tambien se llevaron a cabo en el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil El conde tambien practico esos abusos y extorsiones en los monasterios de Santa Maria de Sobrado Santa Maria la Real de Oseira San Salvador de Lerez Santa Maria de Meira y en algunos cotos sujetos a la diocesis de Lugo 105 El conde y Alvaro Perez Osorio Alfonso Lopez de Saavedra y Fernan Perez de Andrade se repartieron posiblemente entre ellos las posesiones del monasterio de Santa Maria de Meira y cada uno de ellos comenzo a ejercer su particular protectorado en las tierras que les correspondian 106 llegando a afirmar Marino Veiras que 107 Poderosos nobles se erigen en encomenderos de porciones del patrimonio monastico en contra de la voluntad de los monjes el conde D Pedro pertiguero mayor de la tierra de Santiago domina el coto de Meira Fernan Perez de Andrade domina los montes de Sor y Roupar Alvaro Perez Osorio la tierra de San Tirso de Abres y Alfonso Lopez Saavedra la de Trabada En el caso del monasterio de Meira las malas cosechas y las enfermedades entre otros factores provocaron una grave crisis que se tradujo en un grave descenso de las rentas que el monasterio y por tanto sus comenderos recibian de los campesinos por lo que los nobles comenzaron a extorsionar a los monjes y a los vasallos del cenobio en lugar de protegerlos 108 La situacion llego a tal grado de opresion que el abad de Santa Maria de Meira se quejo al rey de que los comenderos se apoderaban ilegalmente de 109 Dineros et pan et otras cosas et fasendolos servir por sus cuerpos asi en las labores de sus heredades como de castiellos e fortalezas que fasian et en todo servidumbre asi como sy fueren sus vasallos exenptos El conde de Trastamara y Pedro Ruiz Sarmiento que era el adelantado mayor de Galicia iniciaron una dura politica de expoliacion como senalo Correa Arias contra los bienes de toda clase de personas ya fueran seglares o religiosos 6 y ambos cometieron frecuentemente y en connivencia toda clase de desmanes contra los monasterios de Oseira Meira Pallares y Guntin entre otros muchos y el adelantado mayor tambien les exigio a los vasallos y clerigos de la diocesis de Lugo el pago de algunos impuestos 110 Al mismo tiempo la mayor parte de las suculentas posesiones del celebre Fernan Perez de Andrade se hallaban en el territorio del antiguo condado de Trastamara y junto con el conde Pedro Enriquez los Andrade tomaron parte en las campanas de rapina y latrocinio que llevo a cabo contra numerosos monasterios gallegos pues hay que tener presente que el conde tenia ademas un gran poder y numerosos puntos de apoyo en las diocesis de Mondonedo y Lugo 111 de las que era comendero mayor 5 6 y en el arzobispado de Santiago donde ocupaba la pertigueria mayor 111 El apoyo que el conde y el adelantado mayor de Galicia proporcionaron a los miembros de la nueva nobleza gallega como los Valcarcel permitio a estos y a otros destacados caballeros el apoderarse de una cantidad de recursos inagotable perteneciente a los monasterios 111 En las Cortes de Soria de 1380 que se reunieron en el verano de ese ano el rey Juan I de Castilla tras haber recibido numerosas quejas de los prelados del reino por causa de los abusos cometidos por los comenderos en los monasterios establecio en que casos las encomiendas gozarian de legitimidad abolio la mayoria de las mismas 112 y conmino a todos los comenderos a que en el plazo de tres meses presentaran los titulos de las encomiendas ante un tribunal del que formaba parte el celebre cronista Pedro Lopez de Ayala 113 Juan Martinez de Rojas y los oidores Pedro Fernandez de Burgos y Alvar Martinez de Villarreal 112 a fin de que los cuatro sentenciaran con urgencia la validez o nulidad de las quejas presentadas por los eclesiasticos Cesar Olivera Serrano senalo que Juan I debido a los abusos cometidos por los comenderos habia decidido abolir las encomiendas establecidas en numerosos monasterios de Asturias Galicia Leon y Castilla la Vieja y tambien que el tribunal mencionado anteriormente fallo en la mayoria de los casos a favor de los cenobios 112 Concatedral de San Pedro de Soria Provincia de Soria A finales de diciembre de 1380 el rey tomo la decision de tomar bajo su proteccion personal a muchos monasterios 114 y entre los dias 22 y 28 de diciembre de ese ano se pronunciaron numerosas sentencias de las que se conocen veintinueve en las que se les ordenaba a numerosos magnates gallegos como los condes Pedro y Alfonso Enriquez y el adelantado mayor de Galicia que abandonasen sus encomiendas 115 pero Lopez Ferreiro senalo que como el mal estaba tan arraigado las ordenes del rey surtieron poco efecto ya que los Grandes querian cobrarse del favor y ayuda que habian prestado a la nueva dinastia 114 y otros autores tambien destacan que las disposiciones del rey se limitaron a buenas intenciones con ausencia de efectividad real y de socorro a los monasterios 105 i Al conde Pedro Enriquez se le ordeno que renunciara a las encomiendas de los monasterios de San Juan de Poyo de San Julian de Moraime 116 y de Pedroso y algunos anos despues volvio a exigirsele al celebre Fernan Perez de Andrade que renunciara a la de este ultimo lo que prueba que este ultimo y el conde actuaban de modo parecido y tal vez de mutuo acuerdo 94 Juan I de Castilla prohibio el dia 22 de diciembre de 1380 al conde Pedro Enriquez que ejerciera cualquier clase de encomienda sobre el territorio del obispado de Mondonedo o en las tierras de su obispo y al mismo tiempo le ordeno que le devolviera a este ultimo y a su diocesis todas las tierras y propiedades de las que se hubiera apoderado con el pretexto de su encomienda 117 Un dia despues el conde fue conminado a traves de una sentencia pronunciada contra los nobles que se habian apoderado de los bienes del monasterio de Sobrado a que renunciara a varios cotos del mismo entre los que figuraban los de San Pedro de la Igreja Nueva e el coto de San Julian de Grijalva e el coto de Santa Maria de Fojado e el coto de San Martino de Cabruno et piezas de otros cotos e logares e felegresias 102 j El 28 de diciembre de 1380 el rey ordeno al conde de Trastamara a Fernan Perez de Andrade a Alvaro Perez Osorio y a Alfonso Lopez de Saavedra que renunciaran a la encomienda que ejercian sobre el monasterio de Meira aunque de los documentos del monasterio se infiere como senalo Gonzalez Paz que los cuatro nobles ignoraron la orden del rey y siguieron disponiendo en su propio beneficio de los hombres y bienes del cenobio 108 118 El 14 de mayo de 1381 y mediante una carta emitida en Salamanca el rey ordeno nuevamente al conde Pedro que renunciara a la encomienda que ejercia sobre el obispado de Mondonedo 119 y hay constancia de que la carta fue leida ante el y entregada en sus manos el 25 de mayo de 1381 en Zamora en presencia del canonigo Lope Peres que formaba parte del cabildo catedralicio mindoniense 120 El conde se comprometio a dejar la encomienda y a servir fielmente al rey 120 k y este ultimo le envio esa carta no solamente porque el conde habia seguido ejerciendo la encomienda de esa diocesis por medio de Juan Nunez de Pardo que segun Pardo de Guevara y Valdes posiblemente seria el padre del celebre mariscal Pedro Pardo de Cela sino porque habia apresado a algunos vasallos del obispo y les habia extorsionado hasta obtener de ellos grandes sumas de dinero 102 Vista general de la ciudad de Mondonedo Provincia de Lugo En opinion de Pardo de Guevara y Valdes las sentencias pronunciadas contra el conde y las ordenes que recibio para que renunciara a numerosas encomiendas como a la del obispado de Mondonedo fue no solamente una clara advertencia al conde por parte del rey para que pusiera termino a su politica expansionista sino tambien un presagio de los avatares y reveses que sufriria pocos anos mas tarde 121 ya que el conde de Trastamara el duque de Benavente y el conde de Norena fueron los familiares del rey mas perjudicados por las medidas que Juan I adopto en las Cortes sorianas de 1380 122 En un privilegio otorgado por Juan I de Castilla en 1382 que fue citado por Villaamil y Castro el monarca ordenaba al conde Pedro y al adelantado mayor de Galicia Pedro Ruiz Sarmiento que amparasen y defendiesen a los monjes del monasterio de Villaoriente 123 Al conde don Pedro nuestro primo pertiguero mayor de Santiago e comendero mayor del obispado de Mondonedo e a los otros pertigueros e comenderos que por nos o por el andodieren en la dicha pertigueria e encomienda e a Pero Ruys Sarmiento nuestro adelantado mayor del Reyno de Gallizia e al merino e merinos que por el e por nos andodieren en las merindades del dicho adelantamiento que amparen e defiendan a los frayres del dicho monasterio El privilegio citado anteriormente demuestra en opinion de Villaamil y Castro que tal vez el conde tenia como subalternos a sus ordenes a otros pertigueros y comenderos en la pertigueria mayor de Santiago y en la encomienda mayor del obispado de Mondonedo 123 En esta epoca el conde cometio numerosos desafueros crimenes violencias y extorsiones en todo el territorio de la archidiocesis de Santiago de Compostela de cuya tierra el era desde 1372 pertiguero mayor a pesar de que cuando fue designado para ejercer este cargo se comprometio entre otras cosas a no tener vasallos ni en la ciudad de Santiago de Compostela ni en su diocesis a no poseer castillos ni casas fuertes ni a edificarlos en dicho territorio y a no exigir tributos ni pedidos en el mismo 124 El conde sin embargo quebranto todas las disposiciones que habia jurado cumplir entre las que tambien figuraban la de no tener posada ni casas de moradores en tierras de la diocesis compostelana y la de no usar de jurisdiccion alguna ni de hacer justicia ni de prender ni matar ni llagar ni punir dentro de la dicha ciudad villas y lugares del arzobispado segun consta en la sentencia de 1383 que privo de la pertigueria mayor al conde Pedro Enriquez y que fue citada por Pardo de Guevara y Valdes al senalar que el conde de Trastamara unicamente respeto aquellas disposiciones que podrian reportarle algun beneficio 124 De hecho Lopez Ferreiro califico de furiosa persecucion contra la Iglesia Compostelana los desmanes y violencias cometidos por Pedro Enriquez que segun dicho historiador aprovecho la debilidad mostrada en su opinion por el rey de Castilla para por ejemplo imponer contra la ley tributos a los habitantes entre otros lugares de Santiago de Compostela Pontevedra y Noya o para exigir un real de plata por cada carga de vino que entrara en Santiago de Compostela 125 El conde quebrantando con ello la disposicion que le obligaba a no poseer castillos o casas fuertes en tierras de Santiago 126 reedifico por completo la llamada por Lopez Ferreiro famosa torre de la Barreira que esta situada en la parroquia de San Martin de Riobo y cuya feligresia el conde habia cedido en 1379 a su vasallo Ruy Soneira de Rioboo 125 Castillo de Monforte de Lemos Provincia de Lugo Pedro Enriquez tambien quebranto las obligaciones de su cargo de pertiguero mayor al ejercer algunos actos de jurisdiccion en la zona de Tabeiros y en otras partes de la diocesis compostelana al nombrar y destituir jueces a su albedrio y al apoderarse de una casa que el canonigo Rodrigo Rodriguez habia cedido en 1375 a la diocesis de Santiago y que el conde empleo como morada propia 125 quebrantando una vez mas las disposiciones que le obligaban a no tener posada ni casas de moradores en tierras compostelanas En cierta ocasion en que el arzobispo Rodrigo de Moscoso impidio al conde penetrar en la ciudad de Santiago este derribo la Puerta de Mamoa que segun dicho historiador era la mas transitada por los compostelanos y poco despues el conde se encontro con el arzobispo en el portico del Obradoiro le injurio publicamente y profirio contra el toda clase de improperios 127 Pardo de Guevara y Valdes subrayo el hecho de que 102 Lo que empujaba al nuevo conde de Trastamara y Lemos a combatir el poderio compostelano no era ya la necesidad de recursos economicos sino que se habia reactivado con mas violencia todavia que antes la tradicional enemistad entre los arzobispos y el gran senor de Galicia Los desmanes pero sobre todo las insolencias y agravios se harian cada vez mas directos e hirientes para la dignidad de la Iglesia La situacion de esta era pues verdaderamente tragica El arzobispo Rodrigo de Moscoso fallecio el 26 de abril de 1382 aunque su muerte como senalo Pardo de Guevara y Valdes no impidio que Pedro Enriquez continuara cometiendo desmanes y abusos 126 De hecho el conde al que Lopez Ferreiro califico de perfido e ingrato aprovecho el periodo de Sede vacante en que se hallaba la archidiocesis compostelana por la muerte del prelado para proseguir con su campana de desmanes violencias y saqueos incluso contra los miembros del cabildo compostelano 128 ya que envio a su alguacil para que se apoderara de todo lo que hubiera en la casa del canonigo Gonzalo Perez y ordeno al alcaide del castillo de Penaflor 129 que estaba a su servicio que prendiera 130 a dicho canonigo en cualquier lugar donde fuera hallado El conde detuvo en casa del dean Juan Nunez a un criado de este ultimo llamado Fernando Nunez lo condujo a Monforte de Lemos y exigio como rescate por el cierta cantidad de dinero y en senal de duelo por haber quebrantado las libertades de los eclesiasticos se puso en entredicho a la ciudad de Santiago y la celebracion de los Oficios divinos quedo suspendida durante dos meses aunque en una ocasion en que el cabildo catedralicio compostelano se hallaba reunido en capitulo Pedro Enriquez se presento y con la mayor insolencia y llenandoles de injurias en palabras de Lopez Ferreiro les reprocho la actitud que habian tomado 129 Los seglares no eran mejor tratados que los clerigos en tierras compostelanas por el conde Enriquez ya que hay constancia de que algunos de sus hombres asesinaron en Santiago de Compostela a un familiar del canonigo Alvaro Alfonso y tambien a un carpintero que trabajaba en la calle de la Fuente Sequelo y en Mellid apreso a Alonso Yanez de Furelos y exigio a cambio de su vida y libertad un grueso rescate 131 El conde sitio tambien la villa de Noya y la tuvo rodeada con sus hombres hasta que sus habitantes le entregaron cierta cantidad de dinero y durante el periodo de sede vacante en el arzobispado de Santiago se llevaron a cabo frecuentemente muchos hechos semejantes por parte del conde segun Lopez Ferreiro 131 Iglesia de San Martin de Noya Provincia de La Coruna El 17 de mayo de 1383 Juan I de Castilla y la infanta Beatriz de Portugal que era hija de Fernando I de Portugal y de Leonor Tellez de Meneses contrajeron matrimonio en la catedral de Badajoz en una solemne ceremonia concelebrada por los arzobispos de Sevilla y Santiago de Compostela y por los obispos de Calahorra Badajoz Coimbra Guarda Coria Lisboa y Avila 132 Pero cuatro dias antes de la ceremonia nupcial el 13 de mayo de 1383 el rey de Castilla habia jurado en la catedral de Badajoz y ante los embajadores del reino de Portugal que respetaria y cumpliria todas las disposiciones incluidas en las capitulaciones matrimoniales 133 suscritas en Elvas en agosto de 1382 donde figuraba la condicion de que ni el monarca castellano ni sus herederos directos podrian ocupar jamas el trono de Portugal 134 Para rubricar de modo mas legal y solemne lo que habia jurado en la catedral de Badajoz Juan I de Castilla dispuso que varios de sus subditos hicieran lo mismo y que se comprometieran a abandonar el reino de Castilla y a luchar contra el si se atrevia a violar los acuerdos que habia establecido con Portugal 133 Entre los nobles que prestaron ese juramento figuraban el conde Pedro Enriquez los maestres de las ordenes de Santiago y Alcantara Juan Sanchez Manuel conde de Carrion Juan Tellez de Castilla senor de Aguilar de Campoo Gonzalo Fernandez de Cordoba senor de Aguilar de la Frontera Diego Gomez Sarmiento que era cunado del conde de Trastamara el canciller y escritor Pedro Lopez de Ayala Alfonso Fernandez Portocarrero Juan Martinez de Rojas Per Afan de Ribera el Viejo Lope Fernandez de Padilla y Alfonso Fernandez de Montemayor asi como los obispos de Calahorra Avila Coria y Badajoz y el arzobispo de Sevilla 135 El cabildo catedralicio compostelano eligio poco despues como nuevo arzobispo a Juan Garcia Manrique obispo de Burgos y canciller mayor de Castilla que disfrutaba de la confianza del monarca y tenia reputacion de ser un individuo habil experimentado y sobre todo de firmisimo caracter lo que le convertia en el mas indicado para quebrantar el poderio del conde Pedro Enriquez 121 Poco despues de haber tomado posesion como nuevo arzobispo Juan Garcia Manrique impulso la confeccion de una extensa y detallada recopilacion de los abusos y violencias cometidos por el conde en la figuraban los desmanes mencionados anteriormente los insultos y afrentas dirigidos contra el cabildo y la Iglesia compostelana y el escandalo de que el excomulgado Fernan Perez Churruchao que habia dado muerte al arzobispo Suero Gomez de Toledo se hubiera convertido en criado del conde 136 Por todo ello el arzobispo Garcia Manrique pronuncio una sentencia en Valladolid el 9 de agosto de 1383 por la que se desposeia al conde Pedro Enriquez de la pertigueria mayor de Santiago y se decretaba que ni el ni sus descendientes hasta el septimo grado podrian recibir de la Iglesia compostelana ningun beneficio oficio dignidad o merced segun consta en un fragmento de la sentencia citado por Pardo de Guevara y Valdes 137 l Que dicho conde nin algunt otro de su generacion descendiente fasta el septimo grado non ayan nin pueden aver officio nin beneficio nin dignidat nin gracia nin merced nin donadio de nos nin de nuestros sucesores nin de nuestra iglesia El eclesiastico e historiador Antonio Lopez Ferreiro autor de la Historia de la Santa A M Iglesia de Santiago de Compostela La perdida de la pertigueria mayor de Santiago como senalo Pardo de Guevara y Valdes supuso para el conde la privacion de uno de los mas importantes resortes sobre los que se asentaba su enorme poderio e inmensa influencia en Galicia 138 y dicho historiador tambien menciono que aunque solo habian transcurrido cuatro anos desde que la muerte de su tio y protector Enrique II la posicion del conde habia comenzado a ser inestable y era posible ya presagiar un futuro lleno de incertidumbre y amenazador ya que el arzobispo Garcia Manrique no solamente era el titular de la sede compostelana sino que tambien era canciller mayor del rey capellan mayor del monarca y notario mayor del reino de Leon y Juan I de Castilla que era primo carnal del conde no aparentaba sentir mucho afecto por el 139 No hay constancia de que el conde Pedro solicitara una revision de la sentencia que le privo de la pertigueria mayor de Santiago y en caso de que lo intentara el resultado no debio haberle sido favorable como senalo Antonio Lopez Ferreiro y este ultimo tambien afirmo que al privar a Pedro Enriquez de ese cargo tal vez pretendia el prelado evitar que mermara el poderio politico de los arzobispos compostelanos si se concentraban en una sola mano como habia sido el caso el titulo de conde de Trastamara y la pertigueria mayor de Santiago 140 Ademas no hay pruebas de que el arzobispo Garcia Manrique nombrara a nadie para reemplazar en el cargo a Pedro Enriquez aunque si se sabe que nombro pertigueros menores para ciertas jurisdicciones a diversos individuos como a Pero Gomez Darganedo que en 1388 era pertiguero de la Rocha y a Lope Perez de Hamusco que en 1396 lo era de las Torres del Oeste 140 Segun Lopez Ferreiro la pertigueria mayor de Santiago quedo vacante hasta que en 1400 el arzobispo Lope de Mendoza se la concedio a su sobrino Juan de Mendoza 141 aunque Villaamil y Castro erro al senalar que el conde Pedro posiblemente habia ocupado ilegalmente el cargo de pertiguero mayor y que tal vez lo hizo con la aquiescencia del monarca y la oposicion de la Iglesia compostelana 142 La nobleza gallega experimento profundos cambios durante el reinado de Enrique II ya que muchas familias perdieron su influencia o se extinguieron y el poder era ejercido ahora por un conjunto de magnates entre los que figuraba en primera linea el conde Pedro que ejercian su poderio e influencia exclusivamente en Galicia donde se aliaban y luchaban frecuentemente entre si y donde comenzaron a aislarse del resto del reino de Castilla y de la Corte cuya presencia unicamente era ostensible a traves de los oficiales reales como el adelantado mayor de Galicia 139 Plaza de Mazarelos Santiago de Compostela Segun Pardo de Guevara y Valdes Pedro Enriquez debio comprender muy bien que a pesar de sus inmensas posesiones e influencia en Galicia resultaba inutil intentar ejercer un dominio real en esa zona si no contaba con el suficiente respaldo politico por parte de su primo el monarca castellano por lo que su siguiente objetivo consistio en intentar reintroducirse en la vida cortesana y conseguir mediante su aproximacion al centro neuralgico del poder un prestigio y una influencia que respaldara su deseada posicion de gran senor de Galicia 139 A mediados de 1383 el conde de Trastamara participo junto a Juan I en el asedio de Gijon donde se hallaba el conde Alfonso Enriquez que era hermanastro del monarca castellano y se habia rebelado contra el 143 En el asedio tambien estuvieron presentes el infante Carlos de Navarra que era el hijo y heredero de Carlos II de Navarra el conde de Mayorga Pedro de Lara y Fernando Sanchez de Tovar almirante de Castilla 143 Todos ellos como senalo Uria Maqua suscribieron la concordia que el rey y el conde Alfonso Enriquez firmaron tras la rendicion de este ultimo el 18 de julio de 1383 en Gijon en presencia del obispo de Oviedo Gutierre de Toledo 143 En esta epoca el arzobispo de Santiago de Compostela Juan Garcia Manrique y el conde Pedro Enriquez mantuvieron un pleito por la posesion de diversos bienes entre los que figuraban las casas que el conde habia ocupado ilegalmente en la plaza de las Mazarelas de Santiago el territorio y la fortaleza de Castro de Montes y la torre de la Barreira que estaba situada en la Tabeiros y era reclamada por amabas partes junto con las tierras de esa zona 144 El pleito se intento resolver ante la Real Audiencia siendo los oidores en esos momentos el arzobispo de Toledo Pedro Tenorio el obispo de Oviedo Gutierre de Toledo y los doctores Alvar Martinez Juan Alfonso y Pero Fernandez En la sentencia que se pronuncio en Torrijos acerca del pleito el 17 de marzo de 1384 145 quedo establecido que el conde deberia entregar todos esos bienes al arzobispo compostelano en un plazo de treinta dias a contar desde la publicacion del veredicto y que deberia abonar los costes del proceso que ascendieron a 1 359 maravedis 146 Complot contra Juan I de Castilla y confiscacion de bienes 1384 Editar Fernando I de Portugal A la muerte de Fernando I de Portugal ocurrida el 23 de octubre de 1383 147 Juan I de Castilla reclamo los derechos de su esposa la reina Beatriz en contra de los deseos de la mayoria de los portugueses 134 y se autoproclamo rey de Portugal lo que provoco la guerra entre ese reino y el de Castilla aunque esa era la oportunidad que el conde Pedro Enriquez segun Pardo de Guevara y Valdes aguardaba para culminar sus aspiraciones de reintegrarse en la Corte y de aumentar su prestigio 147 Las tropas de Juan I de Castilla comenzaron a asediar en marzo de 1384 la ciudad portuguesa de Coimbra que era defendida por el hermano de la reina Leonor Tellez de Meneses el conde Gonzalo Tellez y hay constancia de que el conde Pedro Enriquez y sus dos hermanos llamados ambos Alfonso Enriquez formaron parte del sequito del monarca castellano 148 149 Pero en 1384 se produjo una oscura conjura en el bando castellano 150 en la que tomaron parte el conde Pedro Enriquez m su hermano o hermanastro Alfonso Enriquez Beatriz de Castro que era hija del conde Alvar Perez de Castro y la reina Leonor Tellez de Meneses viuda de Fernando I de Portugal 151 150 Ademas Alfonso Enriquez habia sido criado y protegido por su hermano o hermanastro el conde de Trastamara y le acompano como senalo Luis Suarez Fernandez en sus aventuras portuguesas 152 El cronista Fernao Lopes consigno en referencia a esta conjura y con cierto aire novelesco segun Pardo de Guevara y Valdes que Alfonso Enriquez amaba a Beatriz de Castro una de las hijas del conde Alvar Perez de Castro y que esta ultima se comprometio a acceder a los deseos de su enamorado si este lograba persuadir a su hermano Pedro para que liberaran a la reina Leonor Tellez de Meneses que en esos momentos estaba en poder del rey Juan I de Castilla 150 Cuando el complot fue descubierto y por causa tambien de las maniobras que los soldados ejecutaron para capturarle el conde Pedro Enriquez huyo una noche con algunos de sus hombres entre los que figuraba su hermano o hermanastro Alfonso 153 y se refugio en la ciudad de Coimbra traicionando al monarca castellano y enojandole enormemente segun consta en la Cronica del rey don Juan I que fue citada por algunos autores 154 150 En esa cronica se afirma que el conde se refugio en Coimbra junto con sus hombres por temor al rey cuando fue informado de que este ultimo dudaba de su lealtad hacia el y tambien que cuando el monarca castellano fue informado de la huida de sus primos y tras diversas deliberaciones con sus consejeros ordeno que la reina Leonor Tellez de Meneses fuera llevada a Castilla 155 y encerrada en el monasterio de Santa Clara de Tordesillas 156 junto a otras duenas que se hallaban alli 155 Atrio del monasterio de Santa Clara de Tordesillas Provincia de Valladolid Ademas los historiadores no coinciden al senalar los motivos de esta conjura ya que algunos cronistas portugueses afirmaron que la intencion del conde Pedro Enriquez habia sido la de asesinar al rey Juan I de Castilla debido a los recelos que sentia por la enorme confianza que este ultimo habia depositado en Pedro Fernandez de Velasco que era el camarero mayor del rey 157 Ferreira da Vera senalo en el siglo XVII que Pedro Enriquez planeaba asesinar al monarca castellano casarse con la reina Leonor Tellez de Meneses y gobernar junto con ella el reino de Portugal que es la opinion mas extendida actualmente entre los historiadores 158 150 Suarez Fernandez que en relacion con la conjura senalo que no debe creerse lo manifestado por Lopes en todos sus extremos aunque tampoco seria prudente rechazarla por entero coincidio plenamente con la version anterior y anadio que los planes de la reina Leonor y del conde Pedro segun revelo al monarca castellano con el mayor secreto un judio llamado David el Negro eran proclamarse regentes de Portugal en nombre de la reina Beatriz hija de Leonor Tellez y esposa de Juan I de Castilla 159 160 lo que tambien coincide con lo manifestado por Fernao Lopes en su Chronica de El Rei D Joao I donde senalo que en los planes de los conjurados figuraba el proyecto de asesinar a Juan I de Castilla de que la reina Leonor Tellez se refugiara posteriormente en Coimbra que estaba en poder de su hermano Gonzalo Tellez de Meneses y de que Leonor se casara con Pedro Enriquez para que ambos gobernaran los destinos de Portugal 153 151 n Tras su entrada en Portugal Pedro Enriquez y sus hermanos pasaron a formar parte del grupo de portugueses que luchaban contra los castellanos y en los meses siguientes desarrollaron una intensa actividad ya que desde Coimbra se dirigieron a Oporto con Gonzalo Tellez y se pusieron a las ordenes del maestre de Avis 157 pretendiente al trono lusitano y enemigo de Juan I de Castilla 161 Hay constancia de que en los primeros meses de 1384 Pedro Enriquez combatio en la region portuguesa de Entre Douro e Minho contra los partidarios del rey de Castilla 150 segun consta en la Cronica del rey Don Juan I 162 Poco despues los dos hermanos de Pedro Enriquez llamados ambos Alfonso Enriquez formaron parte junto con el marino portugues Ruy Pereira que fue el verdadero jefe de la expedicion de la flota que dirigida en teoria por el conde Gonzalo Tellez y reunida en Oporto 163 intento romper el bloqueo maritimo que los castellanos habian puesto sobre Lisboa cumpliendo ordenes del maestre de Avis 161 aunque el conde Pedro permanecio en el norte de Portugal tras haber sido herido en un torneo por su hermano Alfonso Enriquez y no se unio a la flota que se reunio en Oporto 164 157 o Entre mayo y junio de 1384 165 segun consta en el capitulo CXXV de la Chronica de El Rei D Joao I 166 donde es descrita minuciosamente la campana y aprovechando que los puertos gallegos se hallaban desguarnecidos por hallarse muchos de sus barcos en el sitio de Lisboa el conde Pedro Enriquez y los portugueses como senalo Burgoa Fernandez llevaron a cabo una rapida campana contra varios puertos de Galicia y quemaron varias localidades siendo el conde el comandante de la flota portuguesa que estaba compuesta por naves procedentes de Oporto y de Lisboa 165 Entre los municipios atacados por la flota portuguesa que estaba compuesta por trece galeras y cuyo objetivo era el de extorsionar a los gallegos a cambio de no atacar e incendiar sus poblaciones figuraban los de Bayona Mugia 167 donde quemaron dos barcos 73 y La Coruna donde permanecio parte de la flota mientras seis galeras portuguesas atacaban El Ferrol y Neda aunque posteriormente las seis regresaron a La Coruna y conviene senalar que tanto esta ultima como Bayona y Neda se libraron de la destruccion tras entregar cada una a los portugueses la suma de 400 francos aunque El Ferrol debido a la fuerte resistencia que opuso a los portugueses fue incendiado y unicamente quedo en pie una iglesia de la ciudad como senalo Burgoa Fernandez 168 Juan I de Portugal Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa La Coruna tambien hubo de entregar a la flota del conde Pedro 600 francos a cambio de que no la destruyeran 73 169 y desde alli la flota portuguesa se dirigio a Sada que fue conquistada y posteriormente a Betanzos que comenzaron a asediar 168 Pero en opinion de Correa Arias que se baso en el relato de Fernao Lopes mas que de un enfrentamiento entre portugueses y betanceiros se trato de un acuerdo o avenencia entre Fernan Perez de Andrade y Pedro Enriquez que habian colaborado en numerosas extorsiones a diversos monasterios gallegos en anos anteriores 170 Dicho autor senalo que pese a lo anterior la historiografia tradicional siempre ha considerado a Fernan Perez de Andrade 73 cuya actuacion considera ambigua y controvertida el gran defensor de Betanzos 169 73 ya que tras la llegada de sus tropas al municipio Pedro Enriquez y los suyos abandonaron la idea de apoderarse del lugar 171 La traicion y huida a territorio portugues del conde Pedro Enriquez enojo sobremanera como senalo Pardo de Guevara y Valdes a su primo Juan I de Castilla 172 quien el 12 de junio de 1384 y hallandose en el asedio de Lisboa ordeno que todos los bienes del conde de Trastamara fueran confiscados 157 y entregados a su hijo el infante Fernando 14 El soberano encargo el cumplimiento de esa orden al adelantado mayor de Galicia Pedro Ruiz Sarmiento a Gomez Manrique pertiguero mayor de Santiago a Fernan Perez de Andrade a Pedro Fernandez de Andrade a Vasco Gomes das Seixas y a todos los concejos alcaldes jurados jueces justicias merinos y demas oficiales del reino de Galicia 173 p En el testamento que Juan I de Castilla otorgo en Celorico da Beira el dia 21 de julio de 1385 174 volvio a expresar su deseo de que los bienes del conde Pedro Enriquez fueran entregados a su hijo el infante Fernando y aunque en ese documento no se menciono expresamente la villa de Paredes de Nava Munoz Gomez senalo que tambien se veria afectada por la confiscacion 175 q Pero el mismo autor afirmo que la confiscacion de los bienes del conde no se llevo a cabo por la trayectoria posterior seguida por el 176 y Pardo de Guevara afirmo que el conde se vio obligado a suprimir todos sus vinculos con el reino de Castilla 172 Pardo de Guevara y Valdes senalo que en esta epoca 177 aunque Jaime de Salazar y Acha especifico que fue en 1385 1 Pedro Enriquez contrajo matrimonio con Isabel de Castro que segun la mayoria de los historiadores modernos era hija de Alvar Perez de Castro conde de Arraiolos 90 y de Maria Ponce de Leon 1 178 179 y sobrina del celebre Fernan Ruiz de Castro 8 aunque Falco y Osorio afirmo que se casaron en 1391 104 Y la mayoria de los autores antiguos como Pedro de Salazar y Mendoza 23 o Gonzalo Argote de Molina entre otros muchos 180 e incluso algunos modernos 181 senalaron erroneamente que Isabel de Castro era hija del conde Fernan Ruiz de Castro 182 22 que era hermanastro de Alvar Perez de Castro Escudo de la Casa de Castro Franco Silva aseguro que fue el rey Enrique II que habia fallecido en 1379 quien concerto el matrimonio de su sobrino Pedro Enriquez con Isabel de Castro ya que deseaba que los bienes de esta ultima pertenecieran a los afectos a su familia 183 y otros autores afirman que la Corona castellana aunque sin precisar que monarca fue la que dispuso ese matrimonio aunque al mismo tiempo y segun su version la Corona impidio que los miembros de la familia Castro recuperasen sus antiguas posesiones 184 El suegro del conde Pedro Enriquez Alvar Perez de Castro fue conde de Arraiolos primer condestable de Portugal y hermanastro de la celebre Ines de Castro 185 186 por lo que con ese matrimonio como senalo el padre Garcia Oro la sangre vieja hecha de historia y grandeza epica se une a la fibra nueva dispuesta a abrirse camino en la concurrencia despiadada por la hegemonia 187 Ademas su boda con Isabel de Castro aporto al conde Pedro Enriquez todo el prestigio social y la vitalidad politica que algunos de los miembros mas distinguidos de la familia de su esposa como Pedro Fernandez de Castro y sus hijos Fernan Ruiz de Castro y Alvar Perez de Castro habian conseguido acumular en Galicia durante mas de dos siglos 188 Aunque Isabel no pertenecia a la rama principal del linaje de los Castro el conde Pedro Enriquez consiguio rentabilizar habilmente en palabras de Pardo de Guevara y Valdes toda la influencia y prestigio de su familia en su propio beneficio y en el de sus descendientes 189 ya que poseia en esos momentos la mayoria de los bienes que le habian sido confiscados a Fernan Ruiz de Castro por su apoyo al rey Pedro I de Castilla durante la Guerra Civil Castellana 190 Por otra parte Ferreira da Vera afirmo que Pedro Enriquez abandono la causa del maestre de Avis y que volvio a sus lealtades castellanas y tambien senalo que Juan I de Castilla le ofrecio el perdon por su traicion debido al parentesco que les unia y le prometio convertirle en el mayor senor de Castilla y de todos sus reinos si le ayudaba a eliminar al maestre de Avis pero en opinion de Pardo de Guevara y Valdes las afirmaciones de Ferreira da Vera parecen responder mas a sus propias fantasias que a lo que realmente ocurrio 177 Complot contra el maestre de Avis y exilio en Francia 1385 EditarLopez Ferreiro senalo que tal vez se debiera a manejos del conde Pedro Enriquez el hecho de que el alcalde del rey Fernan Sanchez de Leon exigiese a principios de 1385 que el castillero o alcaide de la torre de la Barreira cuya posesion se disputaban el conde y el arzobispo Juan Garcia Manrique rindiera pleito homenaje pero hay constancia de que Juan I de Castilla prohibio el 3 de febrero de ese mismo ano que la pleitesia se llevara a cabo 191 El cronista portugues Fernao Lopes El conde Pedro se involucro a principios de 1385 en otra conjura que en esta ocasion iba dirigida contra el maestre de Avis a quien se pretendia asesinar y que estuvo protagonizada por los miembros de la familia Castro afincados en Portugal que eran familiares de la esposa de Pedro Enriquez Isabel de Castro 177 La conjura para eliminar al maestre de Avis que fue dirigida por Pedro Enriquez Juan Alfonso de Baeza y el escudero Garcia Gonzalez de Valdes r fue respaldada por Juan I de Castilla 164 aunque Pardo de Guevara y Valdes senalo que es poco probable que el monarca castellano hubiera apoyado o intervenido en la misma 177 ya que en su opinion su origen se hallaba en que los hijos que el rey Pedro I de Portugal habia tenido con la dama gallega Ines de Castro Juan y Dionisio de Portugal fueron excluidos en las Cortes de Coimbra de 1385 junto con la reina Leonor Tellez de Meneses y por diversos motivos de la sucesion al trono de Portugal Y el 6 de abril de 1385 durante esas Cortes el maestre de Avis fue reconocido como legitimo soberano de Portugal y cinco dias despues fue coronado y comenzo a reinar como Juan I de Portugal 192 Tras el fracaso del complot Juan Alfonso de Baeza el conde Pedro Enriquez y su cunado Pedro de Castro que era hijo del difunto conde Alvar Perez de Castro se refugiaron en el municipio portugues de Torres Vedras 193 que se halla en las cercanias de Lisboa y que en esos momentos estaba siendo asediado por las tropas del maestre de Avis 157 En la Cronica del rey don Juan I 162 que es citada expresamente por algunos autores 193 se afirma que Pedro Enriquez y sus acompanantes tenian la intencion de someterse a la autoridad de Juan I de Castilla y de volver a este reino lo que agrado al monarca 194 y le beneficio en cierto modo ya que ello privaba de algunos refuerzos a los partidarios de Juan I de Portugal 195 Y Pedro Enriquez y sus acompanantes tras pasarse al bando castellano informaron a Juan I de Castilla de que en esos momentos algunos nobles portugueses comenzaban a oponerse al rey de Portugal 196 pero a pesar de que el conde de Trastamara fue perdonado por el monarca castellano 197 su regreso a Castilla no debio ser muy bien visto por este ultimo ya que no hay constancia de que el rey suspendiera la condena y confiscacion de bienes que pesaba sobre su rebelde y peligroso pariente 193 por lo que el conde como senalo Villarroel Gonzalez se vio obligado a exiliarse 197 El conde Pedro Enriquez huyo a Francia donde tambien se encontraba su hermano o hermanastro el futuro almirante Alfonso Enriquez y se beneficio de las recomendaciones que el rey Pedro IV de Aragon habia hecho al rey Carlos VI de Francia acerca de su hermano el futuro almirante 193 El 12 de enero de 1385 Pedro IV de Aragon solicito en una carta al monarca frances que concediera su proteccion al conde Pedro 198 y Pardo de Guevara y Valdes senalo que en esta epoca la situacion de Pedro Enriquez era casi desesperada ya que su intento de conseguir en la Corte castellana la suficiente influencia como para respaldar su politica de gran senor de Galicia le habia acarreado la ruina total y era considerado un traidor y un desertor por los portugueses y los castellanos ya que en Castilla habia perdido todas sus posesiones y en Portugal habian confiscado las propiedades constituian la dote de su esposa Isabel de Castro 193 Esto ultimo como senalaron diversos autores es mencionado en el capitulo CLXXVIII de la Chronica de El Rei D Joao I en la que se afirma que Juan I de Portugal ordeno que fueran confiscados los bienes muebles y raices que poseian en Portugal Pedro Enriquez su suegra Maria Ponce de Leon viuda del conde Alvar Perez de Castro y el hijo de estos ultimos Pedro de Castro 199 Regreso a Castilla y conflictos con Juan Garcia Manrique 1386 1390 Editar Miniatura medieval que representa la batalla de Aljubarrota El exilio de Pedro Enriquez no se prolongo demasiado y en el verano de 1385 tras la estrepitosa derrota castellana en la batalla de Aljubarrota solicito el perdon a su primo Juan I de Castilla y este ultimo le perdono 200 157 por la intervencion en el mes de enero de 1386 del rey Pedro IV de Aragon y del hijo y heredero de este el duque de Gerona 201 Pero aunque el rey le devolvio todas sus tierras posesiones y titulos el conde Pedro Enriquez no consiguio recuperar durante lo que restaba del reinado de Juan I el inmenso poderio que antes habia ostentado en Galicia 200 Diversos autores sostienen que el regreso de Pedro Enriquez a Castilla y el perdon que le concedio el rey de Castilla no fue un simple gesto magnanimo por parte de este ultimo ya que tambien fue propiciado por las solicitudes de perdon que Pedro IV de Aragon y su hijo y heredero el duque de Gerona hicieron en ese sentido al monarca castellano 200 y por el hecho de que en esos momentos tras la derrota castellana en Aljubarrota el duque de Lancaster Juan de Gante que era hijo de Eduardo III de Inglaterra y estaba casado con Constanza de Castilla hija de Pedro I de Castilla reclamaba el trono castellano en nombre de su esposa y habia aglutinado en torno a si a los llamados legitimistas es decir a los partidarios del monarca asesinado en Montiel en 1369 202 La reclamacion del duque de Lancaster provoco en toda Europa junto con otros muchos factores un complicado juego de intereses politicos cuyo alcance y fines no es posible averiguar 200 pero que en opinion de diversos autores influyeron notablemente en el regreso a Castilla del conde Pedro Enriquez 202 El 8 de enero de 1386 hallandose Pedro IV de Aragon en Barcelona ordeno que se le entregaran 150 florines de oro de Aragon a Pedro Enriquez a quien se refieren en el documento como conde de Trastamara para costear su viaje de regreso a Castilla 203 En 1385 9 o 1386 204 Juan I de Castilla cedio al conde Pedro Enriquez la villa de Paredes de Nava para compensarle por la perdida de su senorio de Alba de Tormes que el monarca habia entregado al infante Juan de Portugal cuando contrajo matrimonio 9 con Constanza Enriquez hija ilegitima de Enrique II de Castilla 201 La villa de Paredes de Nava habia sido anteriormente del conde Alfonso Enriquez que habia sido encarcelado por orden de su hermanastro Juan I de Castilla y Uria Maqua afirmo que le fue entregada al conde de Trastamara mientras Alfonso Enriquez se hallaba en prision 205 siendo parte de ello mencionado como senalo Pardo de Guevara y Valdes 200 en un pasaje de la Cronica del rey don Juan I en el que tambien fue relatado el retorno a Castilla del conde de Trastamara 206 Juan de Gante duque de Lancaster e hijo de Eduardo III de Inglaterra Badminton House Reino Unido Segund avemos contado por sana que el Rey oviera del Conde Don Pedro mandole salir del Regno e el fizolo asi e fuese para el Rey de Francia E agora quando sopo esta perdida de la batalla envio sus cartas al Rey como le queria venir a servir si su merced fuese E el Rey le respondio muy bien e le torno toda su tierra E por quanto quando el Rey Don Juan casara al Infante Don Juan de Portugal con Dona Costanza su hermana le diera a Alva de Tormes que fuera del Conde Don Pedro agora quando el Conde vino al Rey diole a Paredes de Nava en emienda de Alva de Tormes el qual logar fuera del Conde Don Alfonso e ge lo tomara el Rey quando le priso La restitucion de sus bienes y titulos al conde Pedro Enriquez no significo para este ultimo la recuperacion de toda la influencia de la que antes habia disfrutado lo que motivo que en los dos anos siguientes sus acciones no tuvieran una relevancia especialmente destacada en Castilla ni en tierras gallegas ya que Pardo de Guevara y Valdes subrayo el hecho de que cuando el duque de Lancaster Juan de Gante invadio Galicia en julio de 1386 para reclamar el trono castellano el nombre de Pedro Enriquez no es mencionado en ninguna actuacion destacada contra los ingleses a pesar de que se hallaba en Galicia y de que la situacion era de extrema gravedad para Juan I de Castilla 200 Aunque Victoria Armesto afirmo que el conde Pedro Enriquez defendio la ciudad de Lugo del asalto de las tropas del duque de Lancaster Pardo de Guevara y Valdes senalo que esa afirmacion no ha podido comprobarse documentalmente 200 y Lopez Ferreiro por su parte aseguro que el ejercicio de las armas nunca fue la pasion favorita del Conde D Pedro Enriquez y que el conde no destaco en este conflicto por sus proezas 207 Sin embargo en el privilegio de donacion de la villa de Medina de Rioseco al almirante Alfonso Enriquez que data de 1420 y fue citado por Pascual Martinez Sopena consta que el conde Pedro el mariscal de Castilla Diego Fernandez de Cordoba y Mosen Rubin se situaron junto con sus tropas a tres leguas de Monforte de Lemos mientras el hermano o hermanastro del conde Pedro Alfonso Enriquez resistia en el interior de dicho municipio los ataques de los hombres del duque de Lancaster que se repitieron en varias ocasiones a lo largo del ano 1386 208 Pardo de Guevara y Valdes subrayo el hecho de que durante la invasion inglesa de Galicia la defensa de los territorios de Leon y Galicia fue confiada al arzobispo Juan Garcia Manrique y no al conde Pedro ya que en esos momentos el poder politico en Galicia y la influencia ante la Corte castellana estaban en manos de dicho prelado y no del conde de Trastamara por lo que este ultimo se vio obligado a esperar tiempos mas afortunados 144 El 1 de septiembre de 1387 hallandose en el monasterio de Aguas Santas el conde cedio a Alfonso Ougea los cotos de Amoeiro y Nogueira junto con todas sus rentas e pertenencias asi de pan como de vino carne dinero derechos y derechuras con el mero mixto imperio senorio y jurisdiccion Pardo de Guevara y Valdes afirmo que aunque casi con toda seguridad las donaciones que el conde hizo a sus partidarios y vasallos fueron muy numerosas solo hay constancia de un pequeno numero de ellas y la mayoria de estas solamente aparecen en los escritos de fray Malaquias de la Vega que pudo observar los documentos del archivo de los condes de Lemos antes de que un incendio destruyese la mayor parte de los mismos 209 En esta epoca como senalo Pardo de Guevara y Valdes apenas hay noticias sobre el conde Pedro aunque los pleitos que inicio en 1384 contra el arzobispo Juan Garcia Manrique por la posesion de diversos bienes evolucionaron ahora por la via legal y no mediante el recurso a las armas 144 lo que llevo a Jose Garcia Oro a senalar que las relaciones entre ambos pasaron de las armas a las togas 210 El conde que tal vez estaba impresionado por el firme caracter del prelado compostelano resolvio en lo sucesivo todos sus pleitos con este ultimo con arreglo a las leyes de la epoca 144 y los bienes que el conde reclamaba a pesar sobre la sentencia que se pronuncio en 1384 en Torrijos sobre los mismos eran las casas que el mismo habia ocupado ilegalmente en la plaza de las Mazarelas de Santiago el territorio y la fortaleza de Castro de Montes y la torre de la Barreira que estaba situada en la zona de Tabeiros y era reclamada por ambos personajes junto con las tierras de esa zona 144 Castillo de La Mota en Medina del Campo Provincia de Valladolid En la sentencia emitida en Torrijos en 1384 habia quedado establecido que todos esos bienes deberian ser devueltos por el conde al arzobispo compostelano pero el primero alegando diversos derechos y con un pretexto detras de otro consiguio posponer la aplicacion de la sentencia y los retuvo ya que en el caso de la torre de la Barreira alegaba que la habia recibido de Pedro Yanez Saraza y a traves del testamento que este ultimo otorgo en 1371 en la ciudad de Oporto y que la habia reconstruido a sus expensas 211 aunque Antonio Lopez Ferreiro ironicamente senalo que se desconocia como Pedro Yanez Saraza habia llegado a ser el dueno de esa torre 212 En el caso de Castro de Montes el conde afirmaba que anteriormente su fortaleza y territorio habian pertenecido a su suegro el conde Alvar Perez de Castro y que cuando este ultimo se refugio en Portugal la habia cedido a su hija Isabel de Castro la esposa del conde En cuanto a las casas de la plaza de las Mazarelas el conde alegaba para retenerlas que se habian realizado en ellas trabajos considerables a sus expensas pero admitio que las habia tomado por su propia autoridad 211 El 24 de noviembre de 1388 y mientras el arzobispo Juan Garcia Manrique y el conde Pedro Enriquez se encontraban en Medina del Campo 211 ambos acordaron someterse al veredicto que emitiera una comision a la que otorgaron amplios poderes y que estaba compuesta por Lope Gomez de Lira Fernan Perez de Andrade y Juan Rodriguez de Biedma 213 Quedo establecido que esa comision tendria potestad para hacer cumplir el veredicto que se estableciera sobre la posesion de esos bienes y para sancionar con una multa de 10 000 doblas de oro castellanas al arzobispo o al conde en caso de que alguno de ellos no lo acatase 211 Lopez Ferreiro senalo que la estancia en noviembre de 1388 del prelado y del conde de Trastamara en Medina del Campo probablemente estuvo relacionada con el esplendido recibimiento que Juan I de Castilla concedio en dicho lugar a su prima Constanza de Castilla duquesa de Lancaster e hija del rey Pedro I Dicho recibimiento fue narrado como senalo Lopez Ferreiro 191 en un pasaje de la Cronica del rey don Juan I 214 El 10 de diciembre de 1388 en Medina del Campo 213 los miembros de la comision antes mencionada fallaron que el conde de Trastamara jamas habia tenido derecho alguno ni sobre el territorio de Tabeiros ni sobre la torre de la Barreira ni sobre las casas de la plaza de las Mazarelas de Santiago ni tampoco sobre el territorio y la fortaleza de Castro de Montes por lo que fue obligado a desembargar y a devolver todas esas propiedades al arzobispo y a conseguir que su esposa la condesa Isabel de Castro aceptara la sentencia y se comprometiera a respetarla 215 Fagades a la condesa dona Guisabel fija de don Alvar Perez de Castro vuestra mujer que consienta libremente en la dicha cesion et donacion et traspasamiento que vos fazedes Sepulcro de Juan I de Castilla Capilla de los Reyes Nuevos de la catedral de Toledo La importancia del texto citado anteriormente radica en que como senalo Pardo de Guevara y Valdes en el se menciona expresamente en un documento donde no era posible ningun error y en vida del conde Pedro Enriquez y de su esposa que esta ultima era hija del conde Alvar Perez de Castro y no de Fernan Ruiz de Castro como muchos genealogistas afirmaron en siglos pasados 216 Sin embargo la sentencia de la comision no fue totalmente desfavorable para el conde ya que para evitar que en el futuro se produjeran discordias et contiendas et debates quedo establecido que el arzobispo entregaria al conde en dos plazos 300 marcos de plata como compensacion por las sumas que habia invertido en esas propiedades y tambien otros 30 000 maravedis de la moneda vieja por lo que el conde habia gastado en las casas de la plaza de las Mazarelas de Santiago 215 El fallo emitido en Medina del Campo perseguia conseguir que el arzobispo y el conde quedaran satisfechos o al menos aceptaran la resolucion de la comision y que el pleito quedara resuelto para siempre por lo que la compensacion economica que diplomaticamente recibio el conde debia ser en palabras de Pardo de Guevara y Valdes entendida a modo de consolacion por su derrota 217 El veredicto fue aceptado sin reserva alguna por el conde y por su esposa y ambos se comprometieron bajo juramento a respetarlo en lo sucesivo mencionando ademas Lopez Ferreiro que en el Archivo arzobispal de Santiago se conservaban las cartas de pago dadas por el conde sobre los 300 marcos de plata y los 30 000 maravedis que recibio a modo de compensacion 215 Sin embargo Pardo de Guevara y Valdes subrayo el hecho de que aunque la sentencia no heria o desairaba ni al conde ni al arzobispo si era una nueva y clara victoria del prelado y ponia de relieve la debil y poco brillante posicion del conde de Trastamara en la Corte ya que el arzobispo habia sabido defender los intereses de la sede compostelana y contaba gracias al apoyo de Juan I de Castilla con una inmensa influencia 218 Pero no todo fue negativo para el conde y a pesar de que en esa epoca no tuvo ningun protagonismo politico y de que su posicion en la Corte a pesar de su estrecho parentesco con el monarca fue meramente decorativa sus enormes posesiones y su poder e influencia aun seguian siendo inmensos en ciertos circulos como senalo Pardo de Guevara y Valdes ya que contaba con el apoyo de gran cantidad de miembros de la pequena nobleza a los que cada cierto tiempo concedia numerosas mercedes y las maneras gallegas del conde como senalo dicho medievalista seguian causando respeto y terror sobre todo entre los miembros del clero 219 Y dicho autor concluyo que a pesar de su precaria situacion ante la Corte y del hecho de haber sido remplazado en el liderazgo o supremacia en Galicia por el arzobispo Juan Garcia Manrique el conde aun conservaba intactas sus esperanzas de volver a ocupar ese liderazgo por creer posiblemente que 219 Todo era asi debio pensarlo cuestion de conducirse con prudencia de no embarcarse en aventuras de dudoso exito y de mantener aquella politica de prestigio o de expansion limitandola a las posibilidades reales de ese dificil momento Monasterio de San Salvador de Lorenzana Provincia de Lugo A pesar de todo lo que se habia dispuesto en las Cortes de Soria de 1380 contra los comenderos y demas individuos que ocupaban ilegalmente las propiedades de los monasterios o los extorsionaban los nobles gallegos entre los que figuraba el conde de Trastamara que seguia necesitando grandes recursos para poder hacer frente a las generosas mercedes que otorgaba a sus caballeros continuaron haciendolo y siguieron abusando de su posicion de poder aunque Pardo de Guevara y Valdes senalo que en esta epoca el caso del conde no era desde luego el mas escandaloso ya que hay constancia de que en esta epoca el adelantado Pedro Ruiz Sarmiento se apodero ilegalmente de los beneficios de ocho monasterios gallegos 220 El 12 de agosto de 1389 aunque algunos autores senalaron equivocadamente que fue en 1398 el abad del monasterio de Lorenzana nombro comendero del mismo al conde Pedro Enriquez que en esos momentos tambien disfrutaba de las de los monasterios de Sobrado Oseira y Poyo 221 En 1389 Juan I de Castilla cedio a Alfonso Enriquez hermano o hermanastro del conde Pedro el senorio de Aguilar de Campos comenzando el futuro almirante de Castilla de ese modo a adquirir su propio patrimonio personal e independiente del de su hermano 222 Juan I de Castilla fallecio el 9 de octubre de 1390 tras haberse caido accidentalmente de su caballo 223 224 y en Castilla comenzo a reinar su hijo y heredero Enrique III aunque debido a su corta edad se constituyo una Regencia en la que los parientes mas cercanos del monarca como el conde Pedro Enriquez que aun aguardaba el momento de la revancha en palabras de Pardo de Guevara y Valdes se propusieron acaparar el poder 225 El reinado de Enrique III de Castilla 1390 1400 Editar Minoria de edad de Enrique III 1390 1393 Editar Privilegio rodado de Juan I de Castilla por el que confirmo el fuero de Castrojeriz La minoria de edad del monarca provoco que los nobles comenzaran a disputar entre si por hacerse con el poder aunque los familiares mas cercanos del rey que fueron conocidos como los epigonos Trastamaras y que ya habian recuperado su influencia formaron un compacto y poderoso partido 226 que estuvo integrado por el conde Pedro Enriquez la reina Leonor de Trastamara que era hija de Enrique II de Castilla y esposa de Carlos III de Navarra Fadrique de Castilla duque de Benavente y Alfonso Enriquez conde de Norena y Gijon 9 siendo los dos ultimos hijos ilegitimos de Enrique II 226 Isabel Montes senalo que al arzobispo de Toledo Pedro Tenorio que tras la muerte del rey se hizo con el control de la situacion lo que mas le inquietaba era la reaccion de los parientes del rey y especialmente la del duque de Benavente la del conde Pedro Enriquez y la del marques de Villena Alfonso de Aragon ya que el conde de Norena y Gijon Alfonso Enriquez se hallaba en prision en esos momentos por haberse rebelado contra Juan I 227 Contra el conde de Trastamara y sus deudos luchaban los miembros de la mediana nobleza donde figuraban mayoritariamente los servidores o funcionarios de la Corona que actuaron bajo el liderazgo del arzobispo de Santiago de Compostela Juan Garcia Manrique y del arzobispo de Toledo Pedro Tenorio 226 aunque conviene senalar que ambos prelados estaban enemistados entre si 228 y que Garcia Manrique era apoyado por los Zuniga los Ayala los Fajardo los Manrique los Mendoza y los Ponce de Leon El arzobispo de Toledo era respaldado a su vez por los Velasco los Guzman los Mendoza de Guadalajara y los descendientes que aun vivian del infante Manuel de Castilla hijo del rey Fernando III de Castilla 226 Desde la muerte de Juan I el conde Pedro apoyo a sus familiares y lleno de ambicion y de deseos de revancha por su alejamiento de la Corte desde 1384 se convirtio en uno de los principales protagonistas de los conflictos que surgieron durante la minoria de edad de Enrique III ya que formo parte del Consejo de Regencia y al igual que el resto de sus parientes consiguio de la Corona gruesas sumas de dinero procedentes de las rentas y derechos que aquella recaudaba 229 Pero la realidad es que a pesar de las intrigas del conde de Trastamara con los miembros de uno y otro bando sus esfuerzos como senalo Juan Torres Fontes no tuvieron el menor exito 19 Sepulcro del canciller Pedro Lopez de Ayala y de su esposa en el convento de San Juan de Quejana Provincia de Alava En los conflictos de la minoria de edad de Enrique III tambien intervinieron los procuradores de las Cortes de Castilla aunque unas veces como testigos de excepcion y otras en calidad de verdaderos protagonistas y a causa de ello como senalo Pardo de Guevara y Valdes alcanzaron una gran influencia que se oponia a los deseos del jovencisimo Enrique III ya que este ultimo pretendia reforzar el poder de la Corona 230 En las Cortes de Madrid de 1391 que fueron las primeras del reinado de Enrique III se barajo la posibilidad de que durante su minoria de edad el reino fuera gobernado por un Consejo de Regencia que aglutinase a todas las fuerzas politicas del reino que era el deseo que Juan I manifesto en las Cortes de Guadalajara de 1390 o la de que se aplicase lo dispuesto por el mismo monarca en el testamento que otorgo 231 el 21 de julio de 1385 en Celorico da Beira 174 aunque la mayoria de los asistentes a las Cortes de Madrid se decantaron por lo primero 231 Para hallar los documentos en los que Juan I hubiera manifestado su voluntad respecto a lo que deberia hacerse durante la minoria de edad de su hijo se formo una comision cuyo principal objetivo era segun el arzobispo Pedro Tenorio el de hallar el testamento del difunto monarca aunque el cronista Pedro Lopez de Ayala senalo que lo que se intentaba localizar eran los documentos concernientes a las Cortes de Guadalajara de 1390 en las que Juan I manifesto su deseo de que el reino fuera gobernado por un Consejo de Regencia 232 La comision estuvo formada por el conde Pedro Enriquez por los arzobispos de Toledo y de Santiago de Compostela por Pedro Lopez de Ayala y por los maestres de las ordenes de Calatrava y Santiago 233 234 Los comisionados abrieron las arcas donde se guardaban los documentos del difunto monarca y hallaron su testamento y aunque en el se detallaban los deseos del monarca aquellos decidieron ignorarlo e incluso pensaron en destruirlo pero el arzobispo Tenorio lo impidio arguyendo que debia cumplir las mandas piadosas establecidas en el mismo quedando de ese modo patente que la voluntad de los nobles y de los procuradores del reino era que este fuera gobernado por un Consejo de Regencia aunque ello deberia ser ratificado por las Cortes 234 En las Cortes de Madrid de 1391 se formaron dos bandos siendo uno de ellos encabezado por el arzobispo de Santiago que aspiraba a que el reino fuera gobernado por un Consejo de Regencia y el otro por el arzobispo Tenorio que pretendia ser nombrado tutor del rey Enrique III junto con el conde Pedro Enriquez y el duque de Benavente los mas destacados parientes del rey ya que en caso de cumplirse lo establecido en la Segunda Partida a ellos les corresponderia ser con toda probabilidad los tres tutores del rey nino 235 236 Pero esa opcion no triunfo 235 porque en Castilla como senalo Isabel Montes se habian producido grandes cambios desde las minorias de edad de Fernando IV y de su hijo Alfonso XI que dejaron un amargo recuerdo en todo el reino 236 Pedro Tenorio arzobispo de Toledo Sala capitular de la catedral de Toledo Entre finales de enero y finales de abril de 1391 aproximadamente estuvieron reunidas las Cortes en Madrid y a ellas asistieron ciento veintitres procuradores en nombre de cuarenta y nueve ciudades y quedo establecido que el reino de Castilla seria gobernado por un Consejo de Regencia compuesto por veinticuatro miembros de los que once serian de la alta nobleza y los trece restantes representantes de las ciudades s y que dicho Consejo decidiria los destinos del reino hasta que el rey cumpliese dieciseis anos y alcanzase la mayoria de edad lo que ocurriria el 4 de octubre de 1395 237 Cuando esto ocurriera Enrique III asumiria el poder y comenzaria a gobernar personalmente aunque en las Partidas tambien se incluyo la posibilidad de que las Cortes siguieran gobernando hasta que el monarca cumpliera veinte anos de edad 238 Y los once senores o miembros de la alta nobleza que formaron el Consejo de Regencia fueron el conde Pedro Enriquez los arzobispos de Toledo y de Santiago de Compostela el duque de Benavente los maestres de las ordenes de Santiago y Calatrava el cronista Pedro Lopez de Ayala que era alcalde mayor de Toledo el mariscal de Castilla Garci Gonzalez de Herrera Pedro Suarez de Quinones que era adelantado mayor de Leon y de Asturias Ruy Ponce de Leon y Alvar Perez Osorio 238 Pero el arzobispo Tenorio contaba con el apoyo del conde de Trastamara y del duque de Benavente y se resistio a aceptar la solucion del Consejo de Regencia como instrumento para gobernar el reino por lo que comenzo a esgrimir el testamento de Juan I como argumento para deslegitimarlo 239 El arzobispo de Toledo como senalo Isabel Montes envio copias del testamento al cismatico papa Clemente VII que residia en Avinon a los reyes europeos aliados con Castilla a las ciudades y cabildos catedralicios del reino y a los tutores del rey Enrique III que el difunto Juan I habia designado en su testamento como Juan Alonso Perez de Guzman que era conde de Niebla 239 Poco despues surgio un enfrentamiento entre el duque de Benavente y el arzobispo de Santiago de Compostela y el duque abandono la Corte y se dirigio a sus tierras lo que provoco que el prelado compostelano se hiciera con el control de la situacion e intentara alcanzar un acuerdo con el arzobispo Tenorio lo que en opinion de Isabel Montes no seria dificil por las aspiraciones politicas de cortas miras de altos nobles como el marques de Villena el duque de Benavente y el conde de Trastamara cuyo caracter pusilanime le hacia girar en torno a sus amigos 240 Los problemas en Castilla comenzaban a agravarse ante la ausencia de un poder efectivo y los sevillanos intentaron aunque sin conseguirlo asaltar la juderia de su ciudad por lo que el arzobispo de Santiago intento llegar a un acuerdo con Pedro Tenorio estando aun reunidas las Cortes de Madrid de 1391 pero este ultimo al contar con el apoyo de los condes de Trastamara y de Niebla del marques de Villena del duque de Benavente del maestre de la Orden de Alcantara y de Diego Hurtado de Mendoza entre otros casi se nego a dialogar Y el arzobispo Garcia Manrique en vista de ello decidio no disolver las Cortes e intentar seguir negociando con sus opositores aunque Pedro Tenorio insistio en que el testamento de Juan I debia ser aplicado exigio que se le garantizase su seguridad cuando acudiera a Madrid y que el conde Pedro Enriquez y el maestre de la Orden de Santiago Lorenzo I Suarez de Figueroa garantizasen con doscientas lanzas la seguridad de los reunidos en las Cortes 241 Emblemas de las ordenes militares espanolas A finales de abril de 1391 finalizaron las Cortes de Madrid y el arzobispo de Santiago intento seguir negociando con Pedro Tenorio aunque este continuo insistiendo en su postura y mientras tanto el Consejo de Regencia goberno Castilla y recibio a los embajadores que acudian de otros paises 242 Pero cuando los miembros del Consejo fueron informados de que el arzobispo Pedro Tenorio estaba escribiendo a numerosos lugares del reino por causa del incumplido testamento de Juan I y de que el maestre de la Orden de Alcantara y el duque de Benavente planeaban unir sus tropas a las del arzobispo intentaron como ultimo recurso enviar ante este ultimo que se encontraba en Illescas al maestre de Santiago y al conde Pedro Enriquez que habia sido un antiguo aliado del arzobispo de Toledo para que negociaran sus posturas 243 Fernando Suarez Bilbao senalo erroneamente que fue el arzobispo de Santiago el que acudio a Illescas pero la entrevista fracaso y Pedro Tenorio insistio en sus argumentos y se dirigio a Talavera de la Reina para reunirse con el maestre de Alcantara 244 y el conde de Trastamara y el maestre de Santiago por su parte volvieron a la Corte 243 Pero los problemas en Castilla se agravaban y los nobles que apoyaban al Consejo de Regencia comenzaron a exigirle a este a cambio de su apoyo la concesion de grandes mercedes y el conde de Trastamara solicito que se le concediera la condestabilia de Castilla 245 que estaba en manos de Alfonso de Aragon el Viejo marques de Villena conde de Denia y nieto del rey Jaime II de Aragon 19 En mayo de 1391 el conde consiguio ser nombrado condestable de Castilla 19 con la colaboracion del arzobispo Juan Garcia Manrique 246 que controlaba el Consejo de Regencia y de la reina Leonor de Trastamara 19 y se le concedieron 70 000 maravedis anuales de salario a pesar de que ese nombramiento atentaba contra lo establecido en las Cortes de Madrid de 1391 246 pero Suarez Bilbao senalo que el conde encontro a algunos individuos en la Corte que estaban dispuestos a manifestar publicamente que el difunto monarca Juan I de Castilla habia dicho en las Cortes de Guadalajara de 1390 que planeaba realizar ese nombramiento 247 Isabel Montes afirmo que el arzobispo Garcia Manrique actuo con cautela e invito al marques de Villena a que acudiera a la Corte para que de ese modo el conde de Trastamara en vez de ser nombrado condestable recibiera las 60 000 doblas que reportaba el cargo a modo de compensacion 245 y desempenando otros cargos y aunque Alfonso Yanez Fajardo intento convencer al marques de que viajara a Castilla 247 este ultimo que era uno de los aliados del arzobispo Pedro Tenorio continuo siendole fiel e ignoro la peticion provocando que el conde Pedro Enriquez fuera nombrado condestable 245 Los acontecimientos que llevaron a su nombramiento como condestable fueron narrados como senalo Isabel Montes 245 en los capitulos XXI y XXII de la Cronica de Enrique III 248 La condestabilia de Castilla t era tal vez en esa epoca como senalaron algunos autores el oficio de mayor peso e influencia en la Corte castellana y al conde le fue concedida por el apoyo que habia prestado al arzobispo Garcia Manrique en los conflictos que se desarrollaron en torno al Consejo de Regencia 249 A este ultimo como senalo Isabel Montes le resulto muy beneficiosa la decision de nombrar condestable al conde de Trastamara ya que este logro que Leonor de Trastamara reina consorte de Navarra y tia carnal de Enrique III apoyara al Consejo de Regencia que en esos momentos ya estaba comenzando a ser una liga nobiliaria en palabras de dicha autora 245 Sepulcro de Carlos III de Navarra y de la reina Leonor de Trastamara Catedral de Pamplona En la Concordia de Perales que se celebro entre los dias 27 y 29 de agosto de 1391 en la poblacion vallisoletana de Perales que esta situada en el camino viejo que comunicaba Simancas con Valladolid 250 los dos bandos que se disputaban el poder en Castilla parecieron llegar a un acuerdo y establecieron que se respetaria lo dispuesto en el testamento de Juan I y que los seis tutores o regentes que este ultimo habia nombrado en el mismo para Enrique III serian aumentados a nueve Los tres nuevos tutores que se incorporaron al grupo fueron el conde Pedro Enriquez el duque de Benavente y el maestre de la Orden de Santiago aunque todo ello deberia ser ratificado en las Cortes que se reunirian en Burgos a finales de ese mismo ano 251 Pero esa concordia como senalo Isabel Montes solo sirvio para que el Consejo de Regencia fuera eliminado y para que se retornara a la situacion producida tras la muerte de Juan I 252 Poco despues el Consejo de Regencia que era encabezado por el arzobispo Garcia Manrique y por el maestre de Santiago decidio conceder la libertad al conde de Gijon y Norena Alfonso Enriquez ya que no deseaban que pudiera unir sus fuerzas a las de su hermanastro el duque de Benavente cuya influencia los miembros del Consejo pretendian neutralizar 252 y Suarez Bilbao anadio que el conde de Trastamara y la reina Leonor tambien estuvieron conformes con que fuera liberado por razones de parentesco 253 Tras ser liberado el conde de Norena fue a Burgos y el rey le devolvio todas las posesiones que tenia antes de su encierro y por las que hubo de rendirle homenaje 254 aunque con ello se granjeo el enojo de sus hermanastros la reina Leonor y el duque de Benavente ya que por ese homenaje el conde Alfonso quedaba unido a sus rivales 255 El padre Leonardo Cardenoso senalo que tras ser liberado el conde Alfonso se apodero por medio de las armas de la villa de Paredes de Nava y aunque se desconoce la fecha exacta en que ocurrio si hay constancia de que el 29 de agosto de 1392 uno de los condes aunque se ignora si fue Pedro Enriquez o Alfonso Enriquez estuvo en Paredes de Nava con sus companias y de que el concejo de la villa tuvo que entregarle a dos clerigos y para racionar a las companias mil quinientos maravedises valor de 250 cantaras de vino 256 Como en agosto de 1392 el conde de Norena ya habia recobrado la libertad Cardenoso senalo que probablemente seria el quien estuvo en esa villa palentina 256 Pero la liberacion del conde Alfonso Enriquez provoco el enfurecimiento de los otros familiares del monarca como el conde de Trastamara la reina Leonor y el duque de Benavente Fadrique de Castilla que no deseaban que el conde de Norena se uniera a los tutores o regentes del rey por lo que todos ellos se reunieron en el convento de Santa Clara de Burgos 257 y acordaron que no admitirian ningun punto 258 que no figurara en la Concordia de Perales siendo todo ello relatado como senalo Isabel Montes 252 en los capitulos XXVIII y XXIX de la Cronica de Enrique III 248 Convento de Santa Clara de Burgos Suarez Bilbao senalo que el arzobispo Pedro Tenorio no estuvo entre los reunidos en ese convento burgales probablemente porque el defendia principios pero no linajes y los reunidos alli parecian formar un grupo de miembros de la realeza dispuestos a aunar sus fuerzas aunque al conde Alfonso Enriquez que era pariente suyo le consideraban un traidor por apoyar al bando contrario cuando habian sido ellos los que solicitaron su excarcelacion 258 Y de ese modo el arzobispo Garcia Manrique y sus partidarios continuaron abogando por el cumplimiento de lo dispuesto en el testamento de Juan I aunque aceptaban la posibilidad de que el conde Alfonso Enriquez sustituyera a su hermanastro el duque de Benavente como tutor o regente del rey y los que apoyaban al arzobispo Tenorio entre los que figuraba el conde de Trastamara insistieron en que deberia aplicarse lo dispuesto en la Concordia de Perales 259 El 1 de octubre de 1391 el conde Pedro Enriquez cedio a Ares Rodriguez de Castillon o de los Castillones que era vasallo suyo los palacios y heredades de Canaval y las feligresias de San Vicente de Castillones y San Romao de Paderne 260 En las Cortes que se reunieron en Burgos a finales de 1391 los enfrentamientos entre ambos bandos continuaron y los procuradores sentenciaron que deberian ser ellos los que dilucidaran el destino del reino aunque la reina Leonor de Trastamara temerosa de que los representantes de las ciudades desbarataran los planes de la alta nobleza e impusieran su criterio convencio a su hermanastro el duque de Benavente de que el conde Alfonso Enriquez que era hermanastro de ambos deberia ser incluido en el grupo de los tutores o regentes del rey 261 y de que los nobles deberian decidirlo todo entre ellos para que los procuradores hubieran de limitarse a ratificar su decision 262 Los nobles acordaron poco despues que los tutores o regentes del rey serian los arzobispos de Toledo y de Santiago los maestres de las ordenes de Santiago y Calatrava el conde Pedro Enriquez el duque de Benavente el conde Alfonso Enriquez y Juan Hurtado de Mendoza el Limpio a los que habria que anadir como senalo Isabel Montes el marques de Villena y el conde de Niebla aunque se creia que estos ultimos no irian a la Corte y el numero de seis tutores que Juan I dispuso en su testamento habia aumentado por la incorporacion al grupo del duque de Benavente y del conde de Norena 263 A los anteriores se unirian si se respetaba lo establecido en el mencionado testamento otros seis procuradores de las ciudades por lo que el Consejo de Regencia contaria si se exceptuaban al marques de Villena y al conde de Niebla con al menos catorce miembros numero que parecia demasiado numeroso a sus componentes 263 Fachada principal de la catedral de Mondonedo Provincia de Lugo Se acordo que los miembros del Consejo de Regencia gobernarian en turnos de seis meses 264 aunque todos preferian como senalo Isabel Montes formar parte del primer turno pues creian que cuando sus componentes lo hubieran ejercido por primera vez ya no renunciarian a el y el arzobispo Pedro Tenorio consiguio ser uno de los miembros del primero junto con el duque de Benavente el maestre de Santiago y Diego Hurtado de Mendoza por lo que forzosamente en el segundo turno entrarian el conde de Trastamara el maestre de Calatrava el arzobispo de Santiago de Compostela y el conde Alfonso Enriquez 263 Al mismo tiempo se acordo que los guardianes del rey serian Juan Hurtado de Mendoza y Diego Lopez de Zuniga 264 que era el alcaide del castillo de Burgos pero cuando se extendio el rumor de que los partidarios del duque de Benavente habian asesinado al noble Dia Sanchez de Rojas que era uno de los aliados del conde Alfonso Enriquez el duque perdio toda credibilidad como futuro regente del reino y este volvio a dividirse en dos bandos 265 El 9 de mayo de 1392 el obispo de Mondonedo y el cabildo catedralicio de dicha ciudad concedieron nuevamente al conde Pedro Enriquez la encomienda de la diocesis de Mondonedo 266 a pesar de que en 1381 habia renunciado a ella por las presiones que habia recibido de su primo Juan I de Castilla 221 Pero en 1392 el casi moribundo obispo don Francisco como senalo Eduardo Pardo de Guevara y Valdes se vio obligado a nombrar comendero al conde de Trastamara por el mal y dano y perdida y deshonra que recibian sus hombres y vasallos segun consta en el documento de concesion de la encomienda al conde y en el tambien se menciona como senalo el mismo historiador que entre las obligaciones del nuevo comendero figurarian las de proteger al obispo canonigos racioneros clerigos y servidores de aquella Iglesia y a sus hombres y cosas de los peones de Fernan Rodriguez de Aguiar Lope Diaz Teixeiro Ares Fernandez Miranda y otros cualesquier 221 Barrantes Maldonado senalo que tras las Cortes de Burgos de 1392 los parientes del rey quedaron muy descontentos por la perdida de gran cantidad de tierras y de dinero que recibian de la Corona a modo de quitaciones y que pasaron a manos de los nuevos consejeros y favoritos del monarca 267 Y tambien afirmo que los parientes del monarca se retiraron a sus tierras y que el duque de Benavente comenzo a recaudar en toda Castilla los dineros que se avian repartido de las monedas siendo apresados o castigados todos aquellos que no lo abonaban 267 Pero Suarez Bilbao indico que en las Cortes de Burgos los procuradores concedieron al duque de Benavente y al conde de Norena por su condicion de hijos aunque ilegitimos de Enrique II un millon de maravedis anuales para cada uno procedentes de diversas rentas de la Corona y tambien que la reina Leonor siguio intentando mantener unidos al grupo de los familiares del monarca ya que si se unian el duque de Benavente que poseia grandes dominios en Leon y Zamora el conde Alfonso que los tenia en Asturias y el conde de Trastamara que era el mayor magnate en Galicia podrian conformar un bloque de poder equivalente al antiguo reino de Leon 268 El mismo autor tambien senalo que esta epoca el conde de Trastamara estuvo cerca de lograr un entendimiento con Pedro Ruiz Sarmiento el adelantado mayor de Galicia 269 Mayoria de edad de Enrique III y Liga de Lillo 1393 1394 Editar Retrato imaginario de Enrique III de Castilla Jose Maria Rodriguez de Losada Ayuntamiento de Leon El caos existente en Castilla los conflictos entre los nobles y el agrio enfrentamiento entre los arzobispos Pedro Tenorio y Juan Garcia Manrique provocaron que el 2 de agosto de 1393 249 para desgracia del conde de Trastamara y de sus ambiciones como senalo Pardo de Guevara y Valdes y mientras el Consejo de Regencia estaba reunido en el monasterio de las Huelgas de Burgos el rey Enrique III decidiera asumir el poder y comenzar a gobernar sus reinos siendo animado a ello por sus consejeros mas proximos Diego Lopez de Zuniga y Juan Hurtado de Mendoza 270 Debido a los grandes problemas que padecia Castilla el rey empezo a gobernar aunque aun faltaban dos meses para que cumpliera los catorce anos de edad que era la edad minima indispensable para que un rey castellano pudiera regir los destinos del reino 270 Con la mayoria de edad de Enrique III el Consejo de Regencia paso a ser el Consejo Real por la maniobra del arzobispo Tenorio y los servidores mas inmediatos del rey como senalo Pardo de Guevara y Valdes se convirtieron en los personajes mas relevantes de la Corte y en los mas cercanos al joven monarca Entre ellos figuraban Diego Lopez de Zuniga que paso a ser justicia mayor del rey 249 Juan Hurtado de Mendoza que fue el nuevo mayordomo mayor del rey y Pedro Lopez de Ayala que se convirtio en el canciller mayor de Castilla 271 Cuando Enrique III alcanzo la mayoria de edad el monarca se vio obligado a combatir a los que algunos autores como Miguel Angel Ladero Quesada han llamado los epigonos Trastamara entre los que figuraban el duque de Benavente la reina Leonor de Trastamara y el conde Alfonso Enriquez que eran hijos ilegitimos de Enrique II y tambien el conde Pedro Enriquez y otros nobles como el conde de Niebla 272 ya que estos no podian aceptar como senalo Isabel Montes que el rey les despojara del protagonismo que hasta entonces habian tenido 273 274 Eduardo Pardo de Guevara y Valdes afirmo que durante las Cortes de Madrid de 1393 los regentes y tutores del monarca cometieron algunos desaciertos y que por ello Enrique III decidio invalidar todas las gracias e mercedes e davidas e hemiendas e oficios oidorias refrendariaas escribanias e generalmente todas las otras cosas establecidas por el Consejo del Reino durante su minoria de edad 275 En esas Cortes se redujeron las rentas que el Consejo de Regencia habia concedido en nombre de la Corona a la reina Leonor a los condes de Trastamara y de Norena y al duque de Benavente y se dispuso que recibirian las que el rey Juan I de Castilla habia estipulado en las Cortes de Guadalajara de 1390 273 aunque Suarez Bilbao afirmo que en esas Cortes se concedieron algunas rentas a la reina Leonor y a los condes de Trastamara y Norena y que se cancelaron las que el Consejo de Regencia les habia otorgado en anos anteriores 276 Pero para satisfacer las exigencias de los familiares del monarca se les concedieron numerosas compensaciones que no consiguieron contentarles ya que la reina Leonor de Trastamara el conde Alfonso Enriquez el duque de Benavente el infante Juan de Portugal y numerosos nobles quedaron muy insatisfechos por las grandes sumas de la Corona que dejarian de percibir 277 durante el ano 1394 275 El castillo de Pambre edificado a finales del siglo XIV por Gonzalo Ozores de Ulloa Provincia de Lugo En la Corte castellana tambien despuntaron en esta epoca el maestre de la Orden de Santiago Lorenzo Suarez de Figueroa Juan Fernandez de Velasco el mariscal de Castilla Garci Gonzalez de Herrera y Alfonso Enriquez futuro almirante de Castilla y hermano o hermanastro del conde Pedro Enriquez ya que segun Pardo de Guevara y Valdes fue el mas habil de todos los hijos del maestre Fadrique Alfonso de Castilla al conseguir formar parte del grupo de nobles con mas influencia en la Corte 249 La baja nobleza como senalo Luis Suarez Fernandez creo un frente comun para intentar desplazar a los mas destacados magnates y neutralizar o mantener sumisas a las Cortes de Castilla 271 y los familiares del rey fueron desplazados en beneficio de los nobles de segunda fila siendo el conde de Trastamara desposeido de algunas de sus rentas y del cargo de condestable de Castilla que finalmente fue concedido a Ruy Lopez Davalos 278 Suarez Fernandez aseguro que en esta epoca Ruy Lopez Davalos paso a ser el condestable de Castilla 271 pero la mayoria de los autores insisten en que el conde Pedro Enriquez ejercio ese cargo desde el ano 1391 hasta el momento de su muerte en mayo de 1400 1 245 247 pero Juan Torres Fontes senalo que Ruy Lopez Davalos se intitulaba ya condestable en 1397 y 1398 y que en un documento del 18 de octubre de 1399 conservado en el Archivo General de Navarra aparecia con ese titulo 19 El 1 de octubre de 1393 279 el conde de Trastamara devolvio a su merino mayor Gonzalo Ozores de Ulloa 280 las tierras de Monterroso y Ulloa 281 que le habian sido confiscadas junto con otros bienes a su familia por apoyar a Pedro I de Castilla durante la Guerra Civil Castellana 280 y que junto con el territorio de Reposteria que Gonzalo Ozores adquirio en 1400 fueron los tres puntos principales de sus posesiones 282 Y hay constancia de que esa cesion fue confirmada dos veces por Enrique III en 1399 u y de que el 9 de abril de 1401 en Valladolid el conde Fadrique Enriquez que era el hijo y heredero de Pedro Enriquez y aun no habia sido nombrado duque de Arjona confirmo tambien esa donacion que su padre habia hecho de los cotos y tierras de Ulloa y Monterroso junto con todos sus derechos vasallos jurisdiccion alta y baja y el mero y mixto imperio sobre ellas 283 La perdida de algunas de sus rentas y de su influencia en la Corte posiblemente enojaron enormemente al conde de Trastamara e impulsaron sus deseos de venganza ya que su empecinamiento por mantener se su elevado estatus en la Corte le llevo a ser uno de los miembros mas destacados de la celebre Liga de Lillo que constituyo el ultimo y desesperado intento de los familiares mas cercanos del rey por mantener su influencia en la Corte controlar los resortes del poder y ser los mas directos colaboradores de Enrique III 275 ya que no aceptaban que el rey tuviera cerca de si a privados procedentes de la nobleza de segunda fila como senalo Uria Maqua 277 Miniatura medieval que representa a unos caballeros combatiendo Chroniques de France o de St Denis British Library La Liga que se formo en la poblacion leonesa de Lillo v en marzo de 1394 incluyo al conde de Trastamara a la reina Leonor de Trastamara al duque de Benavente al conde Alfonso Enriquez al infante Juan de Portugal que era el candidato respaldado por los confabulados para ocupar el trono portugues por su condicion de hijo de Pedro I de Portugal y al arzobispo de Santiago de Compostela 271 Juan Garcia Manrique que fue el ultimo en adherirse a ella y aun seguia enemistado con el arzobispo Pedro Tenorio ya que este ultimo era por conviccion uno de los partidarios del poder absoluto de los reyes 275 Aunque se desconoce cuales fueron los acuerdos alcanzados en Lillo si hay constancia de que los implicados se reunieron en los primeros meses de 1394 y de que Enrique III intento negociar con sus parientes aunque sus primeras gestiones fracasaron 277 Y el marques de Villena Alfonso de Aragon acudio a Castilla para apoyar a Enrique III debido a las presiones que recibio desde el reino de Aragon y en la primavera de 1394 los confabulados empezaron a reunir a sus hombres para iniciar la rebelion contra el monarca castellano 271 La situacion politica empeoro notablemente cuando el duque de Benavente se posiciono en el municipio palentino de Cisneros con un ejercito de dos mil peones y seiscientas lanzas y cuando el arzobispo Garcia Manrique reunio en Amusco que era la cabeza de sus senorios mil hombres de a pie y quinientas lanzas 275 Y el conde de Trastamara comenzo a reunir a sus hombres en Galicia la reina Leonor se atrinchero en la villa burgalesa de Roa y el conde Alfonso Enriquez reunio a sus vasallos y gentes de armas en Asturias por lo que Enrique III y sus consejeros que deseaban evitar una guerra civil comenzaron a negociar por separado con los rebeldes para intentar deshacer la alianza que habian forjado 275 Poco despues el arzobispo de Santiago abandono a los parientes del rey y fue convencido por Juan Hurtado de Mendoza y por Diego Lopez de Zuniga para que volviera a someterse a la autoridad del rey y el prelado viajo velozmente a Valladolid y rindio pleitesia a Enrique III 284 El duque de Benavente tambien disolvio su ejercito poco despues y acudio humildemente ante el monarca y se disculpo ante el por su actitud y su rebeldia 285 y el conde Pedro Enriquez que se hallaba en Galicia fue a Leon para negociar con su hermano o hermanastro Alfonso Enriquez que habia sido enviado por Enrique III junto con algunas tropas para conseguir que el conde abandonara a los rebeldes siendo todo ello relatado como senalo Pardo de Guevara y Valdes 285 en el capitulo XVIII de la Cronica de Enrique III 286 Despues quel Duque de Benavente ovo asosegado con el Rey sus fechos segun avedes oido llego al Rey un Caballero hermano del Conde Don Pedro que decian Alfonso Enriquez e dio al Rey una carta de creencia del dicho Conde e dixole quel Conde era en tierra de Leon e venia de Galicia e que le enviaba pedir por merced que le asegurase e que vernia a la su merced e al Rey plogo dello e enviole sus cartas de seguro con el dicho Alfonso Enriquez E luego dende a pocos dias llego y el Conde Don Pedro e fizo al Rey sus salvas como el siempre fuera en su servicio e asi le amaba e que le pedia por merced que non quisiese creer al Otrosi se querello e dixo que bien sabia la su merced como el Rey Don Juan su padre le tomara la villa de Alva de Tormes e la diera al Infante Don Juan de Portugal e despues en enmienda desta villa le diera a Paredes de Nava e quel estando en posesion pacifica de Paredes el Conde Don Alfonso despues que fuera suelto de la prision le tomara el dicho logar e maguer que por muchas veces le avia requerido e mostrado sus cartas por las quales le mandaba que ge le desembargase que lo non quisiera facer e que le pedia por merced que le quisiese facer justicia desto E el Rey desque oyo todas las razones quel Conde Don Pedro le dixo plogole por quanto se viniera a la su merced segun debia E en razon de lo que se querellaba del Conde Don Alfonso que le tomara a Paredes de Nava dixo que le compliria de justicia Vista del municipio de Paredes de Nava Provincia de Palencia En el verano de 1394 Enrique III que se hallaba en Valladolid fue a la villa de Paredes de Nava 9 de la que se habia apoderado el conde Alfonso Enriquez 204 cuando salio de prision 205 tomo posesion de ella y la puso provisionalmente en manos de su camarero mayor Ruy Lopez Davalos aunque concedio al conde de Norena un plazo de sesenta dias para que expusiera las razones que alegaba para conservar la villa o de lo contrario la perderia definitivamente 287 Todo ello fue relatado como senalo Munoz Gomez 9 en el capitulo XX de la Cronica de Enrique III 288 aunque con la entrega de Paredes de Nava al conde de Trastamara Enrique III provoco un enfrentamiento entre dos magnates que podrian haberse opuesto a su politica de reforzamiento de la autoridad de la Corona 285 Tras la reconciliacion del monarca con el conde de Trastamara el duque de Benavente y el arzobispo Garcia Manrique la liga que habian formado los parientes del rey perdio muchos de sus apoyos y Enrique III gracias a su solida posicion pudo continuar dialogando con los rebeldes en su anterior tono conciliador como senalo Pardo de Guevara y Valdes 285 pero para estar seguro de que no se rebelarian nuevamente contra el al duque de Benavente le solicito la entrega de varios rehenes y le forzo a que rubricara con ciertas condiciones la Concordia de Valladolid que fue firmada en esa ciudad el 20 de junio de 1394 285 Pero poco despues Enrique III de Castilla cambio de postura y la colera y la dureza mas implacable en palabras de Pardo de Guevara y Valdes reemplazaron el tono conciliador que el monarca habia empleado anteriormente con sus parientes Y cuando el rey que se hallaba en Burgos fue informado de que el conde de Trastamara junto con doscientas lanzas se habia reunido en Roa con la reina Leonor de Trastamara ordeno que el duque de Benavente fuera encerrado en prision por miedo a que se uniera nuevamente a los rebeldes y despues el monarca se dirigio a Roa acompanado por mil hombres de armas y por todos los bastimentos necesarios para poder derrotar rapidamente a los que alli se oponian a su autoridad 289 El conde de Tratamara huyo rapidamente a Galicia 290 de donde segun Suarez Fernandez jamas volvio a salir 271 aunque esa afirmacion es falsa y Enrique III consiguio capturar en Roa a su tia la reina Leonor de Trastamara La Liga de Lillo empezo a disolverse y el conde Alfonso Enriquez que tal vez creia tener garantizada su seguridad en sus senorios asturianos fue el ultimo de los que persistieron en su rebelion contra el monarca aunque este acabo enviando sus tropas contra el 290 Aunque Suarez Fernandez senalo que el conde de Trastamara se refugio en Galicia por temor al monarca Pardo de Guevara y Valdes afirmo que tal vez al dirigirse alli intentaba hallar una salida mas airosa ante el estrepitoso fracaso de la Liga de Lillo y de ahi que cuando fue informado de que Enrique III y sus tropas se aproximaban a Roa prefiriera refugiarse en su villa de Monforte de Lemos 290 En el capitulo XXVI de la Cronica de Enrique III que fue citado por Pardo de Guevara consta que cuando el monarca fue informado de que el conde se dirigia a sus tierras de Galicia ordeno a Alvar Perez Osorio y a todos los concejos y caballeros de los territorios por los que pasaria el conde antes de llegar a Galicia que lo apresaran si pudieran 291 El mismo autor aseguro que 290 Puente romano de Monforte de Lemos Provincia de Lugo Mientras se producian todas estas maniobras el conde don Pedro rumiaba el nuevo fracaso en sus tierras de Galicia Una vez mas volvia a encontrarse al borde de la ruina politica aunque ahora su situacion era todavia mas critica por cuanto no estaba en disposicion de disenar una estrategia que le permitiera salir con bien de aquella dificil coyuntura Ocurria en realidad que una nueva casta nobiliaria se habia afirmado solidamente en el poder desplazando a la alta nobleza de parientes de la cual el formaba parte y con la que hasta aquel mismo momento se habia sentido irremediablemente comprometido En buena medida pues el fracaso de esta se habia convertido tambien en su propio fracaso Enrique III ordeno el 25 de julio de 1394 que el duque de Benavente fuera apresado en Burgos 271 y tambien encomendo poco despues al adelantado mayor de Galicia Diego Perez Sarmiento que confiscara en nombre de la Corona todas las posesiones del conde de Trastamara por haber ido este ultimo a Roa sin el permiso del rey y contra su voluntad El adelantado que era uno de los mas leales vasallos del rey recibio los documentos y cartas que para esto menester fueron 290 segun consta en el capitulo XXV de la Cronica de Enrique III 292 y como indico Pardo de Guevara y Valdes Los representantes del concejo de Paredes de Nava como senalo Munoz Gomez aprovecharon la caida en desgracia de los condes de Trastamara y Norena para solicitar al monarca que su villa volviera a pertenecer al realengo pero el 2 de agosto de 1394 y desde Roa Enrique III respondio evasivamente al concejo afirmando que dispondria lo mas conveniente para su propio servicio 293 aunque conviene senalar que ese mismo autor indico en otro articulo suyo que el concejo de Paredes de Nava ya habia solicitado en 1393 al monarca que su villa volviera al realengo al que habia pertenecido entre 1383 y 1385 294 El conde de Trastamara por su parte se propuso acatar la autoridad del monarca y cuando este ultimo llego a Leon mientras se dirigia a Asturias para terminar con la resistencia del conde de Norena el de Trastamara solicito su perdon y Enrique III le perdono y envio para que negociaran con el en su nombre a Juan de Velasco que era el camarero mayor del rey y a Diego Lopez de Zuniga que era el alguacil mayor del monarca 295 Enrique III y los nobles por Dionisio Fierros Universidad de Barcelona Como el conde creia que el rey seria benigno con el acudio al asedio de Gijon que pertenecia al conde Alfonso Enriquez y donde se hallaba el rey y este ultimo debido a la gran cantidad de rentas que el conde de Trastamara habia perdido y que habian provocado su participacion en la Liga de Lillo 296 le recompenso con dos senorios que habian pertenecido al duque de Benavente las villas de Ponferrada y de Villafranca de Valcarcel 297 298 Y cabe la posibilidad de que el conde de Trastamara participara en las negociaciones que condujeron finalmente a la firma de una tregua de seis meses entre Enrique III y el conde Alfonso Enriquez que fue rubricada 3 de noviembre de 1394 299 Ademas la participacion del conde en el asedio de Gijon y su definitiva reconciliacion con Enrique III fue relatada como senalo Pardo de Guevara y Valdes 296 en el capitulo XXX de la Cronica de Enrique III 300 y el rey ordeno desde Valladolid el 26 de noviembre de 1394 al concejo de Villafranca de Valcarcel que acataran como senor al conde Pedro y no al duque de Benavente a quien habia pertenecido anteriormente esa villa y en 1396 dos anos despues el mismo monarca escribio al concejo de Villafranca para recordarles que debian aceptar al conde de Trastamara como senor 301 w La orden para confiscar los bienes del conde de Trastamara fue anulada y no solamente los recupero en su totalidad sino que se vieron aumentados con los senorios de Villafranca de Valcarcel y Ponferrada 296 aunque al conde no se le dio licencia para que volviera a la Corte 271 Pardo de Guevara y Valdes aseguro que si el rumbo de los acontecimientos hubiera sido distinto desde esos senorios el conde habria articulado mas facilmente su penetracion en territorio castellano ya que la mayoria de sus posesiones se hallaban en Galicia Pero aunque los acontecimientos fueron favorables para el conde su participacion en la Liga de Lillo solo le sirvio en palabras de dicho historiador como eficaz y definitivo escarmiento para sus veleidades 296 y su alejamiento de la Corte le permitio volver a ser nuevamente el mayor magnate de Galicia 302 El senorio de Paredes de Nava tambien paso en 1394 a manos del conde gracias a su influencia sobre el monarca y a la completa derrota del conde Alfonso Enriquez que habia huido a Francia tras ser desposeido de sus extensos dominios 303 A pesar de que el concejo de Paredes de Nava solicito al monarca que su villa volviera al realengo el conde Pedro no tomo represalias contra ellos y aunque los documentos de la epoca como senalo Munoz Gomez no son muy reveladores al respecto parece que la relacion del conde con esa villa palentina fue correcta y distante ya que su estancia en tierras gallegas le mantuvo alejado de ella 293 Precisamente esto ultimo permitio que Fernando de Norona que era hijo del conde Alfonso Enriquez residiera habitualmente en Paredes de Nava y ejerciera sin el permiso del conde de Trastamara algunas de las prerrogativas propias del titular del senorio 204 x Castillo de Villafranca del Bierzo Provincia de Leon La derrota completa que sufrieron los familiares del rey confirmo el triunfo rotundo en la Corte de Ruy Lopez Davalos de Diego Lopez de Zuniga y de Juan Hurtado de Mendoza que encabezaban en esos momentos la oligarquia de cortesanos en palabras de Luis Suarez Fernandez con mayor influencia sobre el monarca 271 Debido a su alejamiento de la Corte el conde volvio de nuevo a sus intereses en Galicia ya que su posicion alli debido a sus enormes dominios estaba solidamente afirmada y tal vez se dio cuenta en opinion de Fernando Suarez Bilbao de que su alejamiento de los rebeldes y su sometimiento a Enrique III le habia permitido conservar y ampliar sus dominios 304 Y conviene recordar que el conde era en esos momentos 296 Conde de Trastamara de Lemos y de Sarria del Bollo y de Viana ejercia ademas su dominio senorial sobre las villas y tierras de Sarria Monforte Caldelas Tribes Viana del Bollo Trasancos Neda Toldaos Cedeira Castro de Rey Otero de Rey y ahora mirando hacia Castilla tambien sobre las de Ponferrada Villafranca de Valcarcel y Paredes de Nava El conde reinicio nuevamente su interrumpida politica gallega como senalo Pardo de Guevara y Valdes y las circunstancias eran extremadamente favorables para el ya que la Iglesia gallega adopto en general una actitud humilde y temerosa ante el conde debido a sus duras y ya bien conocidas respuestas 305 En 1394 se reanudo en Orense el pleito entre el conde que poseia en dicha ciudad la fortaleza de Castelo Ramiro y el puente sobre el rio Mino junto con su pontazgo constituyendo ambos su base de poder en esa ciudad y el cabildo catedralicio orensano que reclamaba la posesion de ambos 306 En el caso de la fortaleza el conde nombro alcaide de la misma a Vasco Lorenzo de Lira que supo realizar muy bien su papel y rechazar los requerimientos para que la entregara al cabildo catedralicio aduciendo que el habia realizado ante el conde pleito homenaje por la fortaleza y que la conservaria hasta que el mismo le ordenara que la devolviera 306 En el caso del puente sobre el Mino el conde resulto mas beneficiado ya que el alcaide del mismo Juan de Novoa que era yerno suyo por estar casado con su hija Leonor Enriquez 306 y uno de los nobles mas destacados de Galicia en esos momentos 307 retuvo el puente y el derecho de pontazgo y llego a arrendar el servicio de barcas de Portobello que pertenecia al cabildo catedralicio y al que se nego a abonar la renta correspondiente por ese arrendamiento 306 En 1394 el conde cedio a su yerno Juan de Novoa que era uno de sus principales partidarios en Orense los cotos de Nogales y Moreiro que habian pertenecido a la Orden del Temple hasta principios del siglo XIV y habian sido cedidos al conde por su tio el rey Enrique II 308 El conde tambien entrego a su yerno el 8 de junio de 1394 los cotos de San Vicente y de Molgas que se encontraban en tierras de Limia 309 Puente medieval de Orense El 3 de enero de 1394 el adelantado mayor de Galicia Diego Perez Sarmiento consiguio ser nombrado comendero del obispado de Orense ya que el obispo Pedro Diaz necesitaba defenderse de los ataques del conde de Trastamara En una carta que el cabildo catedralicio orensano envio al rey Enrique III se afirmo que la situacion del obispado y de los canonigos era muy miserable ya que habia cuatro familias nobles los Novoa los Cadorniga los Espinosa y los Mosquera que se habian aduenado ilegalmente de las rentas del obispado al tiempo que el adelantado mayor de Galicia estimulaba el deseo de las villas de independizarse del senorio de los obispos de Orense al que se hallaban sometidas a fin de que entraran a formar parte de las posesiones personales del propio adelantado mayor 310 El obispo Pedro Diaz que no se encontraba en su diocesis utilizo a esas cuatro familias para mantener un minimo de autoridad en su territorio y poder percibir sus rentas lo que provoco aun mas miseria en la zona 311 El conde entrego en 1394 a Men Rodriguez de los Castillones la feligresia de Sietevientos aunque solo en tanto durase su vida y en esa epoca tambien cedio a su hermano o hermanastro Alfonso Enriquez las feligresias de Toldaos y Panton aunque este ultimo las vendio posteriormente a Pedro Diaz de Cadorniga que era yerno del conde Pedro por su matrimonio con su hija Constanza Enriquez y tal vez nieto suyo por ser hijo segun algunos autores de otra de sus hijas Leonor Enriquez 308 Los ultimos anos del conde 1395 1400 Editar Iglesia del monasterio de Santa Maria de Melon Provincia de Orense La posicion del arzobispo de Santiago de Compostela Juan Garcia Manrique era muy debil y en esos momentos era ya casi un cadaver politico en palabras de Eduardo Pardo de Guevara y Valdes ya que habia perdido en la Corte la mayor parte de su prestigio e influencia 312 y al final el conde habia conseguido ser el magnate mas poderoso de Galicia 204 Conviene tener presente que en la decada de 1380 el arzobispo Garcia Manrique habia conseguido derrotar al conde le habia despojado en 1383 de la pertigueria mayor de Santiago y habia frustrado sus planes de convertirse en el gran senor de Galicia 312 Entre 1395 y 1400 que fueron los ultimos cinco anos de la vida del conde su influencia y poder en Galicia quedaron confirmados y volvio a tener cerca de si a una lucida corte senorial de hidalgos y caballeros a los que entrego numerosas recompensas en forma de tierras u otras mercedes pero su relacion con la Iglesia gallega y compostelana fue pesima ya que volvio a extorsionar a las iglesias y se apodero de sus rentas como ya habia hecho en epocas pasadas Y en sus ultimos anos el conde se convirtio en el enemigo mas encarnizado de la Iglesia gallega y con sus metodos coactivos consiguio amedrentarla incluso sin llegar a emplear la violencia 313 Tras su regreso a Galicia los pleitos del conde con las autoridades eclesiasticas se reanudaron velozmente y aunque se produjeron algunos nuevos tambien se reiniciaron otros que parecian haber quedado resueltos en el pasado como en el caso del pleito por la torre de la Barreira y por la torre fortaleza de Castro de Montes aunque en algunos de esos pleitos como senalo Pardo de Guevara y Valdes el fallo de los jueces o la simple intervencion de la Corona basto para que fueran resueltos 306 En febrero de 1395 Enrique III ordeno al conde de Trastamara y a otros nobles gallegos que no quebrantaran los privilegios y libertades del monasterio de Santa Maria de Melon ya que el rey lo habia colocado bajo su proteccion personal y habia confirmado sus privilegios pero poco despues el rey escribio al conde y a otros nobles gallegos para informarles de las quejas que le habian transmitido desde el monasterio de Meira por causa de sus abusos 314 En los ultimos anos del conde sus ambiciones en palabras de Munoz Gomez se centraron en Galicia y aunque Enrique III le mantuvo alejado de la Corte y de los circulos del poder 204 su poderio en Galicia fue de tal magnitud que el monarca se abstuvo de intervenir alli e ignoro los desmanes y violencias que el conde llevo a cabo 91 315 19 El 5 de abril de 1395 y hallandose en Alcala de Henares el rey ordeno al conde Pedro Enriquez a quien se refiere en el documento como mi tio et mi condeestavel al adelantado mayor de Galicia Diego Perez Sarmiento y al merino o merinos que ejerciesen sus funciones en Galicia que no consintieran como senalo Mendez Perez que los nobles Fernan Yanez de Limia y su esposa Juana das Seixas continuaran apropiandose indebidamente de los bienes del monasterio de Chantada al que habian ocasionado como era frecuente entre los miembros de la nobleza muchos malles et danos et robos 316 El 15 de junio de 1395 mientras se hallaba en Valladolid Enrique III ordeno que se realizara una pesquisa ante notario publico y que se cuantificaran los danos que los nobles mencionados anteriormente habian ocasionado al concejo de Chantada y a los monasterios de Chouzan y Chantada y que los resultados de dicha pesquisa fueran remitidos a su tio el conde Pedro Enriquez y al adelantado mayor de Galicia a fin de que estos se encargaran de hacer pagar a dichos conyuges los danos que hubieran ocasionado 317 Catedral de Orense El 23 de octubre de 1395 el conde fue al claustro de Santa Maria de Orense y exigio a los miembros del cabildo catedralicio que en su mayoria estaban reunidos alli que firmaran y sellaran unas cartas dirigidas al obispo de Orense y al rey Enrique III en relacion con el chantre de la catedral de Orense y aunque Ares Lourenzo y los canonigos beneficiados de Orense no deseaban firmarlas al final Martin Montes accedio a hacerlo aunque indicando que lo hacia por miedo y recelo a las posibles represalias del conde 318 Pero este ultimo tambien se mostraba al mismo tiempo como el gran senor de Galicia y ofrecia generosas donaciones a sus vasallos o partidarios y su generosidad en ese sentido como senalo Pardo de Guevara volvio a ser proverbial en sus ultimos anos de vida 318 En sus ultimos anos el conde volvio a disfrutar del respaldo de numerosos nobles gallegos como Pedro Diaz de Cadorniga que era su yerno Alfonso Lopez de Saavedra Gonzalo Ozores de Ulloa Alfonso Vazquez de Vaamonde Men Rodriguez de Castillon Alfonso de Castro Vasco Lorenzo de Lira Garcia Rodriguez de Valcarcel Vasco Mosquera Juan de Novoa Alvaro Gonzalez Juan Nunez Pardo de Cela Lope Perez de Taboada y Gonzalo Lopez de Goyanes pertenecientes todos ellos a destacadas familias nobles de Galicia y recompensados con grandes mercedes por el conde 319 La opulencia que este ultimo llego a alcanzar quedo probada en que como senalo fray Malaquias de la Vega en su casa habia de modo permanente ochenta escuderos con salarios senalados por lo que tal vez al final de su vida el conde consiguio hacer realidad como senalo Pardo de Guevara y Valdes el proyecto de su tio Enrique II de convertirle en el mayor magnate de Galicia y en el representante de la monarquia en aquellas tierras aunque 319 La fortuna sin embargo sonrio demasiado tarde al ya viejo conde don Pedro Su larga y agitada vida cargada de atropellos y violencias en Galicia muchas dificilmente justificables y de graves errores politicos en Castilla tocaba a su fin cerrando un largo y agitado capitulo historico de la Casa de Lemos El 7 de febrero de 1398 el conde Pedro Enriquez cedio a Garcia Rodriguez de Valcarcel y a su hijo Pedro Garcia diversas feligresias que no es posible identificar como senalo Pardo de Guevara y Valdes erroneamente 308 aunque otros autores afirman que fueron las feligresias de Porrageen de Sebrero y de tierra de Trasancos y de las de Lamas y Cerdido 104 Pedro Garcia de Valcarcel debio fallecer en ese mismo ano ya que el conde de Trastamara le entrego a su padre esas feligresias como senalo fray Malaquias de la Vega afirmando en el documento que habian estado en poder de su hijo por lo que es muy posible que este ultimo ya hubiera muerto 320 El 24 de octubre de 1398 el cabildo catedralicio compostelano concedio un poder a los canonigos Domingo Fernandez de Candamos que era doctor en Decretos a Juan Vazquez de Collora que era licenciado en Leyes y a Alfonso Arias para que siguiesen el pleito que el conde Pedro mantenia en la Corte con dicho cabildo por la posesion de los castillos y territorios de Trastamara la Barreira y Castro de Montes 321 Vista de Morana Provincia de Pontevedra Enrique III de Castilla ordeno al conde de Trastamara el 2 de diciembre de 1398 que dejara libres y desembargados los bienes que Enrique II habia concedido en 1371 al cabildo catedralicio compostelano en tierras de Salnes Morana y Arcos de la Condesa situadas en la provincia de Pontevedra ya que el conde los retenia ilegalmente con la colaboracion de su mayordomo Gonzalo Lopez de Moyanes 322 El conde a quien su tio el rey se refirio en dicha orden como aquel que mucho amo et prescio et de quien mucho fio alego para conservar esas posesiones que supuestamente el cabildo como senalo Antonio Lopez Ferreiro se las habia cedido aunque en 1381 los oidores de la Real Audiencia ya habian resuelto el pleito a favor del cabildo 322 El 12 de diciembre de 1398 el conde de Trastamara exigio al cabildo catedralicio compostelano la entrega de una gran suma de dinero y en este caso el chantaje 323 como senalo Pardo de Guevara y Valdes fue mas humillante ya que el conde exigio que se le entregara ese mismo dia o de lo contrario serian apresados y sufririan sus injurias y vituperios 318 Para satisfacer las exigencias del magnate los canonigos tomaron cierta cantidad que se guardaba en el tesoro catedralicio que segun algunos autores eran varios miles de maravedis 324 y la Mesa capitular compostelana quedo obligada a restituirlos al mencionado tesoro 318 y Fernando Suarez Bilbao subrayo que en la epoca de la muerte del conde Pedro que fallecio en 1400 el obispo de Lugo llamado Lope fue asesinado en el transcurso de un motin popular que conto con el respaldo del adelantado mayor de Galicia Diego Perez Sarmiento y que a 19 personas se les confiscaron sus bienes y fueron sentenciadas a muerte 325 aunque el asesinato de ese prelado tuvo lugar en realidad en 1403 326 Testamento y muerte 1400 EditarArticulo principal Testamento de Pedro Enriquez de Castilla Tres dias antes de su muerte el 29 de abril de 1400 y hallandose en la ciudad de Orense 327 el conde otorgo testamento y Pardo de Guevara y Valdes senalo que en el quedo patente el deseo del testador de manifestar la magnanimidad con que se habia conducido durante sus ultimos anos que sin duda fueron los mas brillantes y venturosos de su trayectoria como gran senor de Galicia 328 Pedro Enriquez de Castilla fallecio el dia 2 de mayo de 1400 329 19 9 104 en sus casas de la ciudad de Orense 330 Fray Malaquias de la Vega que baso sus afirmaciones como senalo Munoz Gomez en numerosos documentos desaparecidos del antiguo archivo de los condes de Lemos afirmo que el dia 22 de mayo de ese mismo ano el rey Enrique III de Castilla confirmo a su hijo y heredero Fadrique Enriquez el titulo de conde de Trastamara y que este ultimo intento apoderarse de la villa de Villafranca de Valcarcel que era de su padre 331 Tras la muerte del conde Pedro Enriquez el rey Enrique III decidio intervenir mas activamente en Galicia y nombro arzobispo de Santiago de Compostela a Lope de Mendoza 315 Sepultura Editar Sepulcro que segun la mayoria de los historiadores contiene los restos mortales del conde Pedro Enriquez Iglesia de San Pedro de Lugo Fue sepultado en la iglesia del convento de San Francisco de Lugo 1 104 que actualmente recibe el nombre de iglesia de San Pedro y donde tambien seria enterrada su esposa Isabel y dos de sus hijos segun consta en el testamento que el duque Fadrique Enriquez hijo del conde otorgo en 1425 332 z aunque Franco Silva senalo erroneamente que fue enterrado en el convento de San Francisco de Villafranca del Bierzo 333 En el sepulcro del conde se hallaba el siguiente epitafio que no se conserva en la actualidad 334 329 335 AQUI YACE EL CONDE DON PEDRO FILLO DE DON FADRIQUE MAESTRE DE SANTIAGO NIETO DEL REY DON ALONSO QUE MURIo SOBRE GIBRALTAR FUE CONDE DE TRASTAMARA LEMOS SARRIA DEL BOLLO Y VIANA SENOR DE VILLAFRANCA Y PONFERRADA FUE CONDESTABLE DE CASTILLA PERTIGUERO MAYOR DE SANTIAGO MURIo EN ORENSE A DOS DE MAYO ANO DE MCCCC Aunque no hay certeza absoluta sobre ello la mayoria de los historiadores afirman 336 y algunos incluso rotundamente 337 que los restos del conde reposan en un sepulcro ubicado en la capilla del lado de la Epistola de la iglesia de San Pedro 338 aunque otros indicaron terminantemente que en el siglo XVII estuvo en la capilla mayor del templo 339 cuya construccion habia sido patrocinada por el conde aunque se ignora hasta que punto 340 Pero en el lugar donde deberia estar colocado el desaparecido epitafio del conde que era en el frente de la urna se halla en la actualidad un frontal de cemento sin inscripcion alguna aunque la mayoria de los autores tienen por cierto que ese es su sepulcro 339 aa Matrimonio y descendencia EditarContrajo matrimonio en 1385 segun Jaime de Salazar y Acha 1 aunque otros afirman que fue en 1391 104 con Isabel de Castro que era hija de Alvar Perez de Castro I conde de Arraiolos I conde de Viana da Foz do Lima y I condestable de Portugal y de Maria Ponce de Leon 178 341 ab aunque existe una gran confusion acerca de cuales fueron los hijos legitimos o ilegitimos de Pedro Enriquez ac ya que algunos autores afirman que Fadrique Beatriz Enrique y Alfonso fueron legitimos pero unicamente hay certeza absoluta de que lo fueran los dos siguientes 342 343 344 4 Fadrique Enriquez de Castilla 1388 1430 A la muerte de su padre heredo los condados de Lemos y Trastamara 345 y el senorio de Sarria 333 entre otros y en 1423 fue nombrado duque de Arjona por el rey Juan II de Castilla 346 347 y pertiguero mayor de Santiago por el arzobispo de Santiago de Compostela 45 Lope de Mendoza 348 Beatriz Enriquez de Castilla 1398 1455 Heredo la mayoria de las posesiones de su hermano y de sus padres 349 Tanto el conde Pedro como su hijo el duque Fadrique que en su momento aspiraron a ser los mayores senores de Galicia utilizaron a las mujeres de su familia como era habitual en su epoca para conseguir el apoyo de algunos caballeros de acostamiento 350 Aunque en un documento del ano 1445 consta que Enrique y Constanza Enriquez fueron hijos legitimos del conde 351 Pardo de Guevara y Valdes basandose en las obras de otros autores y en sus propias investigaciones ad afirmo que los siguientes fueron extramatrimoniales 342 343 Enrique Enriquez 21 Fue hijo ilegitimo del conde Pedro Enriquez y de Maria Bernal segun consta en algunos documentos y recibio de su padre las villas de Viana de Robreda y de El Bollo Contrajo matrimonio con Leonor Alvarez de Robleda senora de Veigas de Camba Valdetunga y Sierraseca 352 y fue sepultado junto con sus padres y su hermana Constanza en el convento de San Francisco de Lugo 353 Y ademas fue el padre de Pedro Enriquez obispo de Mondonedo 354 entre 1426 y 1445 352 Constanza Enriquez m c 1425 332 Alvar Perez de Castro m 1423 Segun Amparo Rubio Martinez fallecio en 1423 355 Fernando Enriquez 21 Fue tenente del castillo de Allariz y acompano a su hermano o hermanastro el duque Fadrique Enriquez en sus campanas de Andalucia Sin embargo Luis de Salazar y Castro lo incluyo en uno de sus apuntes genealogicos entre los hijos legitimos de su padre 356 Leonor Enriquez m despues de 1424 333 Alfonso Enriquez Juan Enriquez Luis Enriquez Isabel Enriquez Juana Enriquez Predecesor Fernan Ruiz de Castro Conde de Trastamara Lemos y Sarriac 1371 1400 Sucesor Fadrique Enriquez de CastillaPredecesor Alfonso de Aragon el Viejo Condestable de Castilla1391 1400 Sucesor Ruy Lopez DavalosPredecesor Fernan Ruiz de Castro Pertiguero mayor de Santiago1372 1383 Sucesor Juan de MendozaVease tambien EditarCondado de Lemos Condado de Trastamara Condado de Sarria Testamento de Pedro Enriquez de Castilla Pedro Ruiz Sarmiento Fernan Perez de AndradeNotas Editar Algunos autores tambien lo mencionan con el nombre de Pedro Enriquez o en menor medida con los de Pedro de Castilla Pedro de Castro o Pedro Enriquez de Castro Y el eclesiastico e historiador Antonio Lopez Ferreiro senalo que tal vez adopto este ultimo nombre tras su matrimonio con Isabel de Castro hija del conde Alvar Perez de Castro Cfr Lopez Ferreiro 1903 p 222 Y otros autores aseguran que el conde Pedro y sus descendientes son mal llamados Enriquez y que deberian apellidarse Castilla Cfr Presedo Garazo y Framinan Santas 2005 p 113 Luis Manuel era hijo de Sancho Manuel de Villena y nieto del celebre magnate Don Juan Manuel y fue asesinado en 1363 junto al infante Fernando de Aragon Cfr Losa Serrano 1997 pp 29 31 Sin embargo ni Juan Manuel Losa Serrano ni Juan Torres Fontes mencionaron nada sobre el matrimonio o los descendientes de Luis Manuel Cfr Torres Fontes 2003 p 13 En 1366 durante la Guerra Civil Castellana el rey Enrique II nombro al celebre condestable de Francia Bertrand du Guesclin como reconocimiento por sus servicios conde de Trastamara Lemos y Sarria aunque nunca llego a disfrutar realmente de esos bienes Y ese mismo ano el rey Pedro I de Castilla concedio esos mismos titulos al celebre Fernan Ruiz de Castro que habia heredado el dominio directo sobre esos territorios de su padre Pedro Fernandez de Castro aunque cuando la Guerra Civil finalizo en 1369 Fernan Ruiz de Castro fue hecho prisionero por Enrique II y privado de todos sus titulos y posesiones Cfr Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 210 Alonso Lopez de Haro tambien senalo que Pedro Enriquez recibio el condado de Trastamara en 1371 y afirmo que aparecia ostentando ese titulo en un privilegio de ese ano en el que se confirmaron sus franquezas a los monederos de la ciudad de Toledo Cfr Lopez de Haro 1622 p 39 Aunque Lopez Ferreiro no menciono al personaje en su Historia de la Santa A M Iglesia de Santiago de Compostela Villaamil y Castro senalo erroneamente que entre 1378 y 1382 la pertigueria mayor de Santiago fue ocupada por Martin Sanchez de Moscoso que era sobrino del arzobispo Rodrigo de Moscoso Cfr Villaamil y Castro 1873 p 54 El convenio alcanzado entre el arzobispo Berenguel de Landoria y Pedro Fernandez de Castro acerca del ejercicio del cargo de pertiguero mayor de Santiago figura en el Tumbo C de la catedral de Santiago de Compostela y fue publicado integramente por Antonio Lopez Ferreiro en el tomo VI de su Historia de la Santa A M Iglesia de Santiago de Compostela Cfr Lopez Ferreiro 1903 pp 86 90 Fray Malaquias de la Vega describio y dibujo un sello de placa del conde Pedro Enriquez en cuya parte superior aparecia un castillo y un leon y en la inferior tres o cinco palos ondeados o vibrados que tal vez fueran de color azul en campo de plata Ese mismo escudo de armas como senalo Faustino Menendez Pidal de Navascues aparece colocado en el claustro del convento de San Francisco de Lugo donde fue sepultado Pedro Enriquez aunque hay constancia de que dicho claustro se edifico despues de 1450 por lo que debio ser colocado varias decadas despues de la muerte del conde que fallecio en 1400 Cfr Menendez Pidal de Navascues 1982 pp 144 145 Alonso Lopez de Haro en su Nobiliario genealogico de los reyes y titulos de Espana que compuso en 1622 describio el escudo de armas del conde Pedro Enriquez del siguiente modo partido en mantel a la parte de arriba dos caftillos de oro en campo de fangre y en lo baxo leon de purpura coronado en campo de plata Cfr Lopez de Haro 1622 p 39 Morales Talero senalo que a Fadrique Enriquez el hijo y heredero del conde Pedro le concedieron como escudo de armas un escudo partido en mantel con dos castillos de oro en campo de gules y en punta un leon tambien de gules en campo de plata En representacion del apellido Castro que habia heredado de su madre utilizo un escudo con seis roeles de azur en campo de plata Cfr Morales Talero 1964 p 19 A pesar de las sentencias pronunciadas en 1380 contra los comenderos que cometian abusos como el conde Pedro Enriquez Olivera Serrano manifesto que ello no puso fin al conflicto ya que en las Cortes de Guadalajara de 1390 que fueron las ultimas del reinado de Juan I de Castilla volvieron a decretarse algunas leyes que pretendian en palabras de dicho historiador eliminar de raiz las encomiendas laicas lo que demuestra en su opinion que las sentencias promulgadas en 1380 no pusieron fin al problema Y el mismo autor manifesto que el conflicto persistio durante los reinados posteriores Cfr Olivera Serrano 2013 pp 803 804 En la sentencia pronunciada el dia 23 de diciembre de 1380 contra los comenderos que se habian apoderado ilegalmente de bienes pertenecientes al monasterio de Sobrado constan los nombres de los ocho el conde Pedro Enriquez Fernan Perez de Andrade Lope Perez de Moscoso Martin Sanchez das Marinas Gomez Suarez Prego Vasco Gomez das Seixas Garcia Rodriguez de Valcarcel y Pedro Fernandez de Andrade En dicha sentencia como senalo Pardo de Guevara y Valdes constan algunos de los abusos cometidos por el conde Pedro contra el monasterio de Sobrado ya que el rey le reprocho que echabades piezas de pechos e pedidos e les faciades facer otros servicios asi en labores de fuertelezas como de viandas e en coghetas que demandabades al dicho monesterio e a sus granas e en todas las otras cosas que demandabades en sus cotos e logares asi como si fuesen vuestros vasallos esemptos solariegos e mucho mas en tal manera que mas conocian a vos por senor los moradores de los dichos cotos e logares que al dicho Abad e convento Cfr Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 217 218 Las cartas que Juan I de Castilla envio al conde Pedro en 1380 y 1381 para que renunciara a la encomienda del obispado de Mondonedo fueron publicadas integramente por Enrique Cal Pardo en su Coleccion diplomatica medieval do Arquivo da Catedral de Mondonedo Transcricion integra dos documentos Cfr Cal Pardo 2005 pp 320 324 y 324 330 La sentencia que el arzobispo Garcia Manrique dicto en Valladolid el 9 de agosto de 1383 contra el conde de Trastamara fue publicada por Lopez Ferreiro en el suplemento del tomo VI de su Historia de la Santa A M Iglesia de Santiago de Compostela y en ella se menciona expresamente entre otras muchas cosas que el conde quebrantando las condiciones que se le habian exigido para hacerse cargo de la pertigueria mayor de Santiago tenia por vasallos a Rodrigo Alvarez de Boveda et Aras Goncalez Xarpa et Aras Perez da Cana Pay Perez Bugueyrete et otros algunos cibdadanos en Santiago de Compostela Cfr Lopez Ferreiro 1903 pp 182 190 Hay constancia de que en esa epoca a pesar de la guerra entre los reinos de Castilla y Portugal el conde Pedro Enriquez solicito de la Curia pontificia al igual que otros miembros de la Corte castellana ciertos beneficios eclesiasticos para algunos conocidos suyos Cfr Olivera Serrano 2001 p 237 Y Villarroel Gonzalez senalo erroneamente que la conjura se produjo en marzo de 1383 pero en realidad tuvo lugar en los primeros meses de 1384 Cfr Villarroel Gonzalez 2008a p 321 La conjura contra Juan I de Castilla como senalo Pardo de Guevara y Valdes fue narrada con todo detalle por Fernao Lopes en los capitulos LXXX LXXXI LXXXII LXXXIII LXXXIV y LXXXV de su Chronica de El Rei D Joao I que fueron dedicados exclusivamente por dicho cronista a narrar este complot y tambien la huida del conde Pedro Enriquez a Coimbra y el encierro de la reina Leonor en Tordesillas Cfr Lopes 1897 1898 Vol II pp 28 43 Fernao Lopes afirmo en su Chronica de El Rei D Joao I que en esta epoca el conde Pedro Enriquez recibio una herida en su mano derecha durante un torneo en el que lucho con su hermano Alfonso Enriquez Cfr Lopes 1897 1898 Vol II pp 157 158 Pero Manuel de Castro y Castro ya advirtio que no se trata del Alfonso Enriquez que llegaria a ser almirante de Castilla en 1405 sino del que fue montero mayor de Juan I de Castilla Cfr Castro y Castro 1982 p 38 El documento donde se consigno la orden de Juan I de Castilla de confiscar todos los bienes del conde Pedro Enriquez fue publicado integramente por Eduardo Pardo de Guevara y Valdes en el segundo tomo de su obra Los senores de Galicia tenentes y condes de Lemos en la Edad Media Cfr Pardo de Guevara y Valdes 2000b pp 43 46 El testamento de Juan I de Castilla fue publicado integramente en el capitulo VI del ano 1392 de la Cronica de Enrique III y en uno de sus parrafos consta expresamente que Otrosi por los yerros muy grandes que nos fizo el Conde Don Pedro segund que es publico e notorio a todos los nuestros naturales asi de los nuestros Regnos de Castilla e de Leon como de Portogal e de diversas partidas el merecio sin otras mayores penas que debia aver perder todas las tierras asi del Condado como de otras cualesquier que el avia en el nuestro Senorio por lo qual nos le tiramos todas las tierras del dicho Condado e logares que de nos tenia e propusimos de las dar al dicho Infante Don Ferrando e mandamosle dar nuestras cartas para que los dichos logares e tierras le obedesciesen Pero por quanto agora entendemos que non es cosa que le cumple aver los dichos logares e tierras que fueron del dicho Condado mandamos a los dichos nuestros Testamentarios que los tengan en si fasta tanto que sepan si podimos nos dar sin cargo de nuestra consciencia ciertos logares que nos dimos del Senorio de Vizcaya Cfr Lopez de Ayala 1780 p 427 La conjura contra el maestre de Avis sus repercusiones y los castigos que sufrieron los culpables fueron descrito como senalaron diversos autores en los capitulos CLXXV CLXXVI y CLXXVII de la Chronica de El Rei D Joao I Cfr Lopes 1897 1898 Vol III pp 141 165 Sin embargo el cronista Pedro Lopez de Ayala como senalo Isabel Montes parecio dar a entender que de los veinticuatro miembros del Consejo ocho serian nobles y los dieciseis restantes procuradores de las ciudades El arzobispo Pedro Tenorio por su parte afirmo que el Consejo de Regencia estaria integrado por cuarenta y siete individuos de los que nueve serian senores otros dieciseis caballeros y el resto procuradores que serian nombrados por una comision de veintidos miembros designados previamente al efecto Cfr Montes Romero Camacho 1998b p 447 Y Fernando Suarez Bilbao aseguro que el Consejo estaria formado por 25 hombres de los que once serian ricoshombres y caballeros y los catorce restantes procuradores Cfr Suarez Bilbao 1994 pp 20 21 Juan Torres Fontes senalo que el marques de Villena Alfonso de Aragon no intento ejercer el oficio de condestable a pesar de las multiples ocasiones en que se le insto a que regresara a Castilla ya que debido a su alto cargo su presencia en la Corte era necesaria para decidir quienes integrarian el Consejo de Regencia Pero como Alfonso no volvio a Castilla y el conde Pedro Enriquez habia solicitado en varias ocasiones que se le concediera ese cargo los tutores del rey Enrique III accedieron a su peticion y en 1391 le nombraron condestable de Castilla Pero cuando en 1394 Alfonso de Aragon volvio a Castilla y solicito que se le devolviera su oficio se le prometio que lo conseguiria si servia leal y continuadamente a Enrique III ya que en esa epoca el conde Pedro Enriquez habia perdido el favor del rey pero al regresar el marques en ese mismo ano al reino de Aragon su intento de recuperar el cargo fue inutil Cfr Torres Fontes 1971 p 66 Enrique III confirmo ese privilegio el 26 de febrero de 1399 el 4 de mayo del mismo ano en Arevalo y el 14 de septiembre de 1401 en Valladolid Y el rey Juan II de Castilla tambien lo confirmo en dos ocasiones a peticion de Lope Sanchez de Ulloa el hijo primogenito de Gonzalo y la primera vez lo hizo en Tordesillas el 9 de enero de 1430 y la segunda en Valladolid el 20 de enero del mismo ano Cfr Falco y Osorio 1898 pp 239 y 241 Juan Uria Maqua senalo que el lugar de Lillo se encuentra en las altas tierras de la montana leonesa que pertenecia al conde Alfonso Enriquez y que era el punto clave de sus dominios que se hallaban casi en su totalidad situados en Asturias Cfr Uria Maqua 1975 p 226 La carta en la que Enrique III ordenaba al concejo de Villafranca de Valcarcel que recibiera como senor al conde de Trastamara y que fue otorgada en Valladolid el 26 de noviembre de 1394 fue publicada integramente por Alfonso Franco Silva en su articulo sobre el senorio de Villafranca del Bierzo Cfr Franco Silva 1982 p 143 En 1396 el concejo de Paredes de Nava entrego a Fernando de Norona 20 000 maravedis que formaban parte del pedido de ese ano y en 1397 le entrego otros 12 000 maravedis mas a cuenta del pedido aunque Fernando se comprometio a devolver esta ultima cantidad al concejo o a deducirlos del pedido de ese ano Y Munoz Gomez senalo que no hay constancia de que el conde de Trastamara intentara impedir esos abusos en su senorio y que posiblemente no lo intento por tener su residencia habitual en Galicia y por estar alejado de los circulos del poder en la Corte Los pleitos entre Fernando de Norona y el concejo de Paredes de Nava no quedaron resueltos hasta 1399 fecha en que Enrique III ordeno que ese noble no pudiera aproximarse a menos de cinco leguas de la villa Cfr Munoz Gomez 2009 pp 296 298 El conde de Trastamara segun consta en el folio 45 del Tumbo II de la catedral compostelana que fue citado por Lopez Ferreiro le exigio al cabildo catedralicio de alli grandes contias de froliis douro que dezia que a el foran postes em poemento eno dito dean et cabidoo de parte de noso senor el Rey de Castela das contias de floriis que ao dito senor Rey foram outorgadas pela clerizia de seus Regnos as quaes contias de froliis o dito conde lies demandaua que lie pagasen logo em este mesmo dia Et en outra maneyra que queria por eles prender et penerar a eles por sy et por toda a clerecia et fazerlles outras enjurias et vitoperios que eles temyan moito Tambien consta en el mismo documento que para satisfacer las exigencias del conde el cabildo tomo certa contia de dineiros douro hasta 14 645 maravedises y dos dineros que siian en huns almarios do dito thesouro o qual fora das capas dos coengos y las propiedades de la Mesa Capitular compostelana servirian para tornar outras tantas contias de dineyros ao dito almario para as ditas capas Cfr Lopez Ferreiro 1903 p 267 En el testamento que el duque Fadrique Enriquez hijo y heredero del conde Pedro otorgo en 1425 y del que unicamente se han conservado los fragmentos mencionados por fray Malaquias de la Vega el duque dispuso que deberian terminarse de labrar en el convento de San Francisco de Lugo los sepulcros de sus padres los de sus hermanos Enrique y Constanza y el de Fernando de Castro Cfr Perez Martinez 1996 pp 72 y 112 113 Luis Lopez Pombo afirmo que el castillo y los dos leones que aparecen en el escudo de la ciudad de Lugo tal vez fueran colocados en recuerdo del conde Pedro Enriquez que fue sepultado en el convento de San Francisco de Lugo y en cuyo escudo de armas aparecian esos emblemas aunque tambien se han aventurado otras hipotesis al respecto Cfr Lopez Pombo 2003 2004 p 180 Isabel de Castro segun algunos autores heredo de su padre y de su abuelo paterno Pedro Fernandez de Castro los senorios de Valdeorras y de Manzaneda de Trives y aunque algunos documentos senalan que en 1451 aun era la senora de ambos lugares es muy posible como senalo Amparo Rubio Martinez que en esa apoca ya pertenecieran a alguno de sus descendientes Cfr Rubio Martinez 2008 pp 423 424 Presedo Garazo y Framinan Santas publicaron en 2005 un estudio sobre la evolucion biologica y social del conde Pedro Enriquez y de sus descendientes que segun ambos autores son mal llamados Enriquez y deberian apellidarse Castilla Cfr Presedo Garazo y Framinan Santas 2008 pp 113 y 136 137 No obstante la duquesa Maria del Rosario Falco y Osorio afirmo en su Catalogo de las colecciones del Palacio de Liria que el conde Pedro tuvo los siguientes hijos legitimos y tambien una hija ilegitima D Fadrique D Enrique D Fernando o D Juan segun otros D ª Beatriz D Alonso D Luis D ª Constanza y D ª Juana Tuvo tambien otra hija natural D ª Leonor Enriquez que caso antes de 1394 con Juan Perez de Novoa y en segundas nupcias con Garcia o Pedro Diaz de Cadorniga Cfr Falco y Osorio 1998 p 15 Referencias Editar a b c d e f g h i Salazar y Acha 2000 p 449 a b Gonzalez Crespo 1988 pp 297 298 a b c d Martinez Sopena 1977 p 27 a b c Acuna Rubio 2006 pp 22 23 a b Villaamil y Castro 1873 pp 27 y 33 a b c Correa Arias 2008 p 175 Villaamil y Castro 1873 p 27 a b Mugica Seco 2012 p 449 a b c d e f g h VV AA y Munoz Gomez 2008 p 125 Cendon Fernandez y Barral Rivadulla 2003 pp 371 373 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 128 131 Valdeon Baruque 1996 p 17 Ruano 1779 p 243 a b VV AA y Munoz Gomez 2008 p 127 Torres Fontes 1971 p 68 a b Salazar y Mendoza 1794 pp 220 222 y 357 San Cecilio 1669 pp 388 y 390 a b Pellicer de Ossau Salas y Tovar 1663 pp 36 y 71 72 a b c d e f g h Torres Fontes 1971 p 67 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 210 a b c Trelles Villademoros 1739 p 716 a b Lopez de Ayala 1780 p 658 a b c Salazar y Mendoza 1770 p 189 a b Salazar y Acha 2000 pp 449 y 492 Ruano 1779 pp 241 242 Ramos 1781 p 401 a b c Marquez de Castro 1981 p 153 Ruano 1779 p 242 Nieto Cumplido 1979 p 206 Ramos 1781 pp 401 402 Ruano 1779 pp 242 243 Ruano 1779 pp 243 244 Lamingueiro Fernandez 2006 p 149 Argaiz 1668 pp 321 322 a b Rodicio Garcia 1991 p 360 Salazar y Castro 1696 p 382 Ruano 1779 pp 242 244 Lopez de Ayala 1779 p 242 a b Canas Galvez 2011 p 179 Iglesias Almeida 2001 pp 274 275 a b Suarez Bilbao 1994 p 70 Salazar y Acha 2003 pp 90 91 Castro y Castro 1982 p 34 Martinez Sopena 1977 pp 27 y 29 a b Gonzalez Sanchez 2010 p 331 Morel Fatio 1889 p 155 Gonzalez Crespo 1988 pp 296 298 Gomez de Ciudad Real y Perez de Guzman 1790 pp 364 365 a b Correa Arias 2008 p 208 a b c d Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 211 Lopez Ferreiro 1903 pp 214 y 228 Lopez de Ayala 1779 p 440 a b Lopez de Ayala 1779 p 441 Castillo Caceres 1991 p 135 Valdeon Baruque 1996 p 49 Castillo Caceres 1991 pp 137 139 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 211 212 Menendez Pidal de Navascues 2011 p 215 Suarez Bilbao 1994 pp 70 71 Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 208 a b c Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 212 Gonzalez Lopez 1963 p 200 Morel Fatio 1899 p 147 Menendez Pidal de Navascues 2011 p 216 Moxo y Montoliu 1992 1993 p 138 a b VV AA 2012 p 24 Valdeon Baruque 1996 p 52 a b Correa Arias 2008 p 120 Correa Arias 2008 pp 175 176 Uria Maqua 1975 p 178 a b c Arcaz Pozo 2002 pp 106 319 y 344 Arcaz Pozo 1995 pp 127 y 143 a b c d e Correa Arias 2006 p 109 Arcaz Pozo 1995 p 127 Cendon Fernandez y Barral Rivadulla 2003 pp 372 373 Lopez Ferreiro 1903 p 194 a b c d Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 213 Villaamil y Castro 1873 p 31 Lopez Ferreiro 1903 pp 194 195 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 214 VV AA y Pardo de Guevara y Valdes 2001 pp 88 89 Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 160 y 214 215 a b Pardo de Guevara y Valdes 2005 p 274 a b c Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 215 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000b pp 41 42 Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 213 214 a b Pardo de Guevara y Valdes 2012 p 113 Menendez Pidal de Navascues 1982 pp 142 144 Menendez Pidal de Navascues 2011 pp 216 219 a b Gonzalez Lopez 1963 p 177 a b Baz Vicente 1998 p 76 Baz Vicente 1998 p 75 Baz Vicente 1998 pp 75 76 a b Correa Arias 2008 p 211 Lopez de Ayala 1780 p 93 Uria Maqua 1975 p 202 Uria Maqua 1975 pp 201 202 Mejuto Sesto 2010 pp 439 440 Mejuto Sesto 2010 pp 440 441 a b Mejuto Sesto 2010 p 441 Mejuto Sesto 2010 p 440 a b c d Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 217 Gonzalez Paz 2003 2004 p 30 a b c d e f Falco y Osorio 1898 p 15 a b c d Lopez Sabatel 2010 p 139 Gonzalez Paz 2003 2004 p 27 28 Marino Veiras 1983 p 405 a b Gonzalez Paz 2003 2004 p 28 Marino Veiras 1983 pp 405 406 Correa Arias 2008 p 176 a b c Correa Arias 2008 p 212 a b c Olivera Serrano 2013 p 803 Lopez Ferreiro 1903 p 208 a b Lopez Ferreiro 1903 pp 208 209 Suarez Fernandez 1994 pp 30 31 Lopez Ferreiro 1903 p 209 Cal Pardo 2005 p 320 Marino Veiras 1983 p 418 Cal Pardo 2005 p 324 a b Cal Pardo 2005 pp 327 330 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 218 Uria Maqua 1975 p 204 a b Villaamil y Castro 1873 p 42 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 215 216 a b c Lopez Ferreiro 1903 p 213 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 216 Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 216 217 Lopez Ferreiro 1903 p 217 a b Lopez Ferreiro 1903 pp 217 218 Gonzalez Paz 2003 2004 pp 30 31 a b Lopez Ferreiro 1903 p 218 Olivera Serrano 2001 p 88 a b Olivera Serrano 2001 pp 86 87 a b Burgoa Fernandez 2011 p 577 Olivera Serrano 2001 p 87 Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 218 219 Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 219 Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 219 220 a b c Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 220 a b Lopez Ferreiro 1903 p 223 Lopez Ferreiro 1904 p 19 Villaamil y Castro 1873 pp 35 36 a b c Uria Maqua 1975 p 213 a b c d e Pardo de Guevara y Valdes 2000a p 225 Lopez Ferreiro 1903 pp 224 225 Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 225 226 a b Pardo de Guevara y Valdes 2000a pp 220 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