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Órdenes militares españolas

Las Órdenes militares de los reinos ibéricos son un conjunto de instituciones religioso-militares que surgieron en el contexto de la Reconquista, las más importantes surgidas en el siglo XII en las Coronas de León y de Castilla (Orden de Santiago, Orden de Alcántara y Orden de Calatrava) y en el siglo XIV en la Corona de Aragón (Orden de Montesa); precedidas por muchas otras que no han perdurado, como las Militia Christi aragonesas de Alfonso I el Batallador, la Cofradía de Belchite (fundada en 1122) o la orden de Monreal (creada en 1124), que tras ser reformadas por Alfonso VII de León tomaron el nombre de Cesaraugustana y en 1149, con Ramón Berenguer IV, se integran en la Orden del Temple.

Cruces de las cuatro órdenes militares españolas.
De izquierda a derecha: Orden de Calatrava, Orden de Santiago y Orden de Alcántara en el Libro de órdenes de caballeros y condecoraciones de honor de todas las naciones, 1858.

En 1174 se crea en el Reino de Aragón la Orden de Monte Gaudio, por Rodrigo Álvarez III Conde de Sarria, tras la donación del castillo de Alfambra y su señorío por Alfonso II el Casto.[1]​ La portuguesa Orden de Avis respondía a idénticas circunstancias, en el restante reino cristiano peninsular.

Durante la Edad Media, al igual que en otros lugares de la cristiandad, en la península ibérica aparecieron órdenes militares autóctonas, que, si bien compartían muchas similitudes con otras órdenes internacionales, también presentaban peculiaridades propias, debido a las especiales circunstancias históricas peninsulares marcadas por el enfrentamiento entre musulmanes y cristianos.

El nacimiento y expansión de estas órdenes autóctonas se produjo fundamentalmente en la fase de la Reconquista en que se ocuparon los territorios al sur del Ebro y del Tajo, por lo que su presencia en esas zonas de la Mancha, Extremadura y el Sistema Ibérico (Campo de Calatrava, Maestrazgo, etc.) vino a marcar la característica principal de la repoblación, en grandes extensiones en las que cada Orden, a través de sus encomiendas, ejercía un papel político y económico similar al del señorío feudal. La presencia de otras órdenes militares foráneas, como la del Temple o la de San Juan fue simultánea, y en el caso de los caballeros templarios, su supresión en el siglo XIV benefició significativamente a las españolas.

La implantación social de las órdenes militares entre las familias nobles fue muy significativa, extendiéndose incluso a través de órdenes femeninas vinculadas (Comendadoras de Santiago y otras similares).

Después del turbulento periodo de la crisis bajomedieval, en que el cargo de Gran Maestre de las órdenes era objeto de violentas disputas entre la aristocracia, la monarquía y los validos (infantes de Aragón, Álvaro de Luna, etc.); Fernando el Católico, a finales del siglo XV consiguió neutralizarlas políticamente al obtener la concesión papal de la unificación en su persona de ese cargo para todas ellas, y su sucesión conjunta para sus herederos. La incorporación definitiva de las órdenes a los reyes de la Monarquía Hispánica se consiguió en 1523, bajo Carlos I. La Corona las administraba a través del Consejo de Órdenes.

Perdida paulatinamente toda función militar a lo largo del Antiguo Régimen, la riqueza territorial de las órdenes militares fue objeto de desamortización en el siglo XIX, quedando reducidas éstas a partir de entonces a la función social de representar, como cargos honoríficos, un aspecto de la condición nobiliaria.[2]

Nacimiento y evolución

 
Escenas de la Reconquista por las Órdenes Militares. Monasterio de Uclés, Cuenca

Aunque la aparición de las órdenes militares hispánicas puede interpretarse como pura imitación de las internacionales surgidas a raíz de las cruzadas, tanto su nacimiento como su posterior evolución presentan rasgos diferenciales, pues jugaron un papel de primer orden en la lucha de los reinos cristianos contra los musulmanes, en la repoblación de extensos territorios, especialmente entre el Tajo y el Guadalquivir, y se convirtieron en una fuerza política y económica de primera magnitud, teniendo además gran protagonismo en las luchas nobiliarias habidas entre los siglos XIII a XV, cuando finalmente los Reyes Católicos lograron hacerse con su control.

Para los arabistas, el nacimiento de las órdenes militares españolas estuvo inspirado en los ribat musulmanes, pero otros autores opinan que su aparición fue fruto de un proceso de fusión de hermandades y milicias concejiles teñidas de religiosidad que, mediante absorción y concentración, dieron lugar a las grandes órdenes en un momento en que la lucha contra el poderío almohade requería de todos los esfuerzos posibles por parte del lado cristiano.

Tradicionalmente se admite que la primera en aparecer fue la de Orden de Calatrava, nacida en esa villa del reino castellano en 1158, seguida de la de Orden de Santiago, surgida en la ciudad de Cáceres, en el reino leonés, en 1170. Seis años después se creó la Orden de Alcántara, en principio denominada de San Julián del Pereiro. La última en aparecer fue la Orden de Montesa que lo hizo más tardíamente, durante el siglo XIV, en la Corona de Aragón debido a la disolución de la Orden del Temple.

Organización jerárquica

A imitación de las órdenes internacionales, las españolas adoptaron su organización. El maestre fue la máxima autoridad de la orden, con un poder casi absoluto, tanto en lo militar, como en lo político o en lo religioso. Era elegido por el consejo, compuesto por trece frailes, de donde les viene a sus componentes el nombre de «Treces». El cargo de maestre es vitalicio y a su muerte los Trece, convocados por el prior mayor de la orden, eligen al nuevo. Cabe la destitución del maestre por incapacidad o por conducta perniciosa para la orden. Para llevarla a cabo se necesita el acuerdo de sus órganos superiores: consejo de los trece, «prior mayor» y «convento mayor».

El capítulo general es una especie de asamblea representativa que controla toda la orden. Lo forman los trece, los priores de todos los conventos y todos los comendadores. Se debe reunir anualmente un día determinado en el convento mayor, aunque en la práctica estas reuniones se celebraron donde y cuando el maestre quiso.

En cada reino existió un «comendador mayor», con sede en una localidad o fortaleza. Los priores de cada convento eran elegidos por los canónigos, pues hay que tener en cuenta que dentro de las órdenes existían freyles milites (caballeros) y freyles clérigos, monjes profesos que instruían y administraban los sacramentos.

Organización territorial

 
Territorios de las órdenes militares de los reinos ibéricos hacia finales del siglo XV:      Orden de Montesa      Orden de Santiago      Orden de Calatrava      Orden de San Juan (Castilla)      Orden de Alcántara      Orden de Christo      Orden de Santiago de la Espada      Orden de Avis      Orden de San Juan (Portugal)   Residencia del Gran Maestre

Dado su doble carácter de instituciones militares y religiosas, en lo territorial las órdenes desarrollan una doble organización separada para cada una de estas esferas, aunque a veces no totalmente desligadas.

En lo político-militar se dividían en «encomiendas mayores», existiendo una encomienda mayor por cada reino peninsular en el que estuviera presente la orden en cuestión. Al frente de ellas estaba el comendador mayor. Le seguían las encomiendas, que eran un conjunto de bienes, no siempre territoriales ni agrupados, pero que generalmente constituían demarcaciones territoriales. Las encomiendas eran administradas por un comendador. Las fortalezas, que por cualquier tipo de causa no estaban bajo el mando del comendador, tenían a su frente un alcaide nombrado por aquel.

En lo religioso se organizaban por conventos, existiendo un convento mayor, que constituía la sede de la orden. En el caso de la orden de Santiago estuvo radicado en Uclés, tras las desavenencias de la orden con el monarcas leonés Fernando II. La orden de Alcántara lo tuvo en la villa cacereña que le dio nombre.

Los conventos no eran sólo lugares donde vivían los monjes profesos, sino que constituían prioratos, demarcaciones territoriales religiosas donde los respectivos priores con el tiempo tuvieron las mismas atribuciones que los obispados, resultando que las órdenes militares se sustrajeron al poder episcopal en extensos territorios.

El ejército

El mando del ejército lo ejercían las más altas dignidades de cada orden. En la cúspide se hallaba el maestre, seguido de los comendadores mayores. La figura del alférez fue destacada en un principio, pero en la Baja Edad Media había desaparecido. El mando de las fortalezas estaba en manos del comendador o de un alcaide nombrado por él.

El reclutamiento se solía hacer por encomiendas, contribuyendo presumiblemente cada una de ellas con un número de lanzas u hombres relacionado con el valor económico de la demarcación.

Hay que destacar la sorprendente belicosidad de las órdenes y su rigurosa promesa de combatir al infiel, lo que en muchos casos se manifestó en la continuación de auténticas «guerras privadas» contra los musulmanes cuando, por diversas causas, los reyes cristianos abandonaron la lucha, debido a la firma de treguas o bien por dirigir sus acciones bélicas en otros sentidos, como cuando Fernando III, coronado rey de León, abandonó los intereses de este reino para dedicarse a la conquista de Andalucía en beneficio de la Corona de Castilla.

Repoblación y política social

El papel militar jugado por las órdenes militares fue muy importante pero además carácter repoblador, económico y social. Porque no bastaba con arrebatar territorios al enemigo si éstos no se poblaban suficientemente como para ocuparlos y administrarlos, facilitando así su defensa.

Las órdenes recibieron grandes extensiones de terreno, cuya repoblación les reportó gran poder político y económico. Para atraer pobladores a las tierras adquiridas, utilizaron métodos similares a los usados por otras instituciones. Uno de ellos consistía en otorgar fueros a las villas de su jurisdicción que las hicieran atractivas a gentes del norte. En general se copiaron los modelos de fueros más generosos, como el de Cáceres o el de Sepúlveda. Un ejemplo de esta generosidad fue el de las exenciones fiscales por nupcialidad, tomadas del fuero de Usagre.

Por otra parte, unas tierras improductivas resultaban inútiles, por lo que se preocuparon de su desarrollo económico. En este sentido, y además de las ventajas dadas a los nuevos pobladores, como las donaciones de baldíos, se consiguieron ferias para sus villas o se realizaron importantes obras de infraestructura en la red de comunicaciones. Las ferias tenían la ventaja de estar libres de impuestos, lo que fomentaba el comercio, que también era impulsado por la mejora de comunicaciones (puentes, caminos, etc.).

Relaciones con otras instituciones

Las relaciones de las órdenes militares hispánicas con otros poderes e instituciones fueron diversas. En general gozaron del apoyo papal, pues constituían una base sólida para la reconquista y dependían directamente de su autoridad. Los papas otorgaron atribuciones episcopales a los priores de las órdenes en su pugna con los obispos, lo que les dio una gran independencia.

En cuanto a la relación con los reyes, siguió varias etapas. Al principio los monarcas impulsaron las Órdenes porque llegaron a considerarlas el «florón más preciado» de sus coronas. Conscientes de sus enormes posibilidades en la tarea reconquistadora, y repobladora después, los reyes las fomentaron e introdujeron en sus respectivos reinos. Como ocurrió con Alfonso I el Batallador, cuando en 1122 fundó la hermandad de Belchite, o con Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León, quienes ofrecieron posesiones a las órdenes de Santiago y Calatrava, respectivamente, para atraérselas a sus reinos. Aunque las donaciones reales en su mayor parte estuvieron constituidas por territorios, para hacerlas eficaces en la lucha contra los musulmanes, también recibieron de los monarcas otro tipo de donaciones de carácter no estrictamente militar o político, tales como las motivadas por razones de caridad, merced, hospitalidad o amistad. A menudo el favor de los reyes también se manifestó en los numerosos pleitos que se plantearon con otros poderes, en los que generalmente los monarcas fallaron a favor de las órdenes. Los privilegios tributarios o de otro tipo fueron igualmente frecuentes, lo que a veces ocasionó la irritación de los concejos de realengo, cuyos vecinos tributaban en mayor medida.

A cambio del favor real, las órdenes llevaban a cabo las misiones que tenían encomendadas y eran leales a los monarcas, en cuyo bando se situaron desde que a finales del siglo XIII las disputas nobiliarias se hicieron tan frecuentes. A partir de entonces, los reyes tomaron consciencia del enorme poder de las órdenes y del peligro que podía suponer el tenerlas en contra, de ahí que con Alfonso XI comenzase una pugna por conseguir su control, a través de la designación del maestre. Esta pugna continuó a lo largo de toda la Baja Edad Media hasta la consecución absoluta de los propósitos regios por parte de los Reyes Católicos, quienes lograron ostentar el maestrazgo de todas ellas a perpetuidad. Con sus descendientes este maestrazgo se convirtió en hereditario.

Más problemática resultó la relación con los concejos de realengo (los municipios en territorio regio), sobre todo con aquellos dotados de extensos dominios de difícil control y ocupación. A menudo sufrieron la depredación de zonas despobladas por parte de las órdenes, hasta que los reyes pusieron fin a las usurpaciones, aunque a partir del siglo XIV estos concejos sufrieron la misma depredación por parte de señores laicos. También hubo pleitos con los colindantes, a veces prolongados e incluso tan vehementes que llegaron a producir enfrentamientos físicos.

Igualmente diversa resultó la relación con el resto del clero. El concurso de este fue fundamental para la configuración de las órdenes, como ocurrió con el apoyo del arzobispo de Santiago de Compostela respecto de la orden santiaguista o con el obispo de Salamanca respecto de la de Alcántara. Pero más adelante hubo de todo, desde piadosas donaciones a pleitos y refriegas interminables, e incluso algún hecho de armas, como el ataque a los obispos de Cuenca y Sigüenza por parte del comendador santiaguista de Uclés. Y es que las tensiones con los obispos fueron frecuentes en la lucha por la jurisdicción eclesiástica, a la que se sustrajeron los priores, quienes recibieron finalmente el apoyo papal.

La hermandad y coordinación fueron las actitudes dominantes en las relaciones entre órdenes. Calatrava y Alcántara estaban unidas por relaciones de filiación, sin que ello supusiera falta de autonomía de Alcántara. Hubo pactos entre órdenes de ayuda mutua y reparto de lo conquistado. Incluso acuerdos, como el tripartito de amistad, defensa mutua, coordinación y centralización firmado en 1313 por la de Santiago, Calatrava y Alcántara.

Siglo XX

Las órdenes militares quedaron disueltas por Decreto de 29 de abril de 1931 del gobierno republicano. Las protestas del cardenal Segura motivaron un segundo Decreto, de 5 de agosto de 1931, que aplicaba a las órdenes lo dispuesto para las maestranzas, quedando sometidas a la Ley de asociaciones. La Ley de 16 de septiembre otorgó fuerza de ley, con carácter retroactivo, a estas disposiciones. El balance de caballeros de 1931 a 1935 es el siguiente:

Durante la Guerra Civil Española el bando republicano saqueó su sede e incautó su biblioteca, pasando sus fondos a la Biblioteca Nacional. Se habla[¿quién?] de más de cien muertos entre sus miembros, además del obispo-prior de las Órdenes, Narciso de Esténaga.

Tras la contienda, las órdenes reanudan sus actividades y el cruzamiento de caballeros nombrados por Alfonso XIII con anterioridad al 14 de abril de 1931 y que no habían podido tomar posesión tras la proclamación de la República. La Biblioteca Nacional restituyó sus fondos, que fueron depositados en el Convento de las Comendadoras de Santiago, en Madrid. Sendos convenios de 1941 y 1946 con el Gobierno franquista procuran restablecer la normalidad. No obstante, la relación con las órdenes fue bastante ambigua, si bien eran invitadas a actos institucionales no eran instituciones del Estado. Además, con el fallecimiento de Alfonso XIII en 1941, las órdenes quedaban privadas de una cabeza que procediera a nombrar nuevos caballeros. Cabía la posibilidad de que el obispo-prior, con dispensa papal, cumpliera esta función, pero para ello tenía que ser caballero de alguna de las órdenes. Franco, haciendo valer su derecho de presentación de los candidatos a obispos, no permitió que un caballero fuera nombrado obispo-prior, si bien incluyó alguno como candidato en las ternas.

El Concordato de 1953 con la Santa Sede no introduce ningún régimen particular, manteniendo la existencia del Priorato con sede en Ciudad Real.

Los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede de 1979 crea la actual Diócesis de Ciudad Real como sufragánea de la Archidiócesis de Toledo, si bien su obispo sigue ostentando la condición de prior de las Órdenes. Pasan a ser organizaciones nobiliarias, honoríficas y religiosas, hasta la actualidad.

La restauración de la monarquía hace que Juan de Borbón sea nombrado en 1981 presidente del Real Consejo, siendo Juan Carlos I gran maestre. En la primera reunión, celebrada el 14 de octubre de 1981, solo quedaban quince miembros, todos nombrados con anterioridad a 1931.

Tras el fallecimiento Juan de Borbón en 1993, Carlos de Borbón-Dos Sicilias ocupó el puesto de presidente hasta su fallecimiento en 2015. En la actualidad es desempeñado por Pedro de Borbón-Dos Sicilias y Orleans. El cargo de gran maestre pasó a Felipe VI tras su proclamación como rey de España en 2014, pasando a ser Juan Carlos I gran maestre emérito.[3]

Siglo XXI

En la actualidad, las órdenes cuentan con 257 miembros, repartidos de la siguiente manera:

Referencias

  1. Barragán, Juan José (2015). Alfambra en la Edad Media y Moderna. Una visión de su historia y su arte a través del conjunto mural de la Ermita de Santa Ana. Sarrión: Muñoz Moya Editores. pp. 34-35. ISBN 978-84-8010-264-3. 
  2. Miguel Artola, Enciclopedia de Historia de España, Alianza Editorial, tomo 5 pg. 892
  3. http://www.ordenesmilitares.es/real-consejo/antecedentes-historicos-de-las-ordenes-militares/i-historia-de-las-ordenes-militares-espanolas-durante-los-siglos-xix-yxx/

Enlaces externos

  •   Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Órdenes militares españolas.
  • Página web Oficial de las Órdenes Militares Españolas
  • Seminario Internacional para el estudio de las Órdenes Militares
  • El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en español bajo la licencia Creative Commons Compartir-Igual 3.0.
  •   Datos: Q6174678
  •   Multimedia: Orders of knighthood of Spain

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Las ordenes militares de los reinos ibericos son un conjunto de instituciones religioso militares que surgieron en el contexto de la Reconquista las mas importantes surgidas en el siglo XII en las Coronas de Leon y de Castilla Orden de Santiago Orden de Alcantara y Orden de Calatrava y en el siglo XIV en la Corona de Aragon Orden de Montesa precedidas por muchas otras que no han perdurado como las Militia Christi aragonesas de Alfonso I el Batallador la Cofradia de Belchite fundada en 1122 o la orden de Monreal creada en 1124 que tras ser reformadas por Alfonso VII de Leon tomaron el nombre de Cesaraugustana y en 1149 con Ramon Berenguer IV se integran en la Orden del Temple Cruces de las cuatro ordenes militares espanolas De izquierda a derecha Orden de Calatrava Orden de Santiago y Orden de Alcantara en el Libro de ordenes de caballeros y condecoraciones de honor de todas las naciones 1858 En 1174 se crea en el Reino de Aragon la Orden de Monte Gaudio por Rodrigo Alvarez III Conde de Sarria tras la donacion del castillo de Alfambra y su senorio por Alfonso II el Casto 1 La portuguesa Orden de Avis respondia a identicas circunstancias en el restante reino cristiano peninsular Durante la Edad Media al igual que en otros lugares de la cristiandad en la peninsula iberica aparecieron ordenes militares autoctonas que si bien compartian muchas similitudes con otras ordenes internacionales tambien presentaban peculiaridades propias debido a las especiales circunstancias historicas peninsulares marcadas por el enfrentamiento entre musulmanes y cristianos El nacimiento y expansion de estas ordenes autoctonas se produjo fundamentalmente en la fase de la Reconquista en que se ocuparon los territorios al sur del Ebro y del Tajo por lo que su presencia en esas zonas de la Mancha Extremadura y el Sistema Iberico Campo de Calatrava Maestrazgo etc vino a marcar la caracteristica principal de la repoblacion en grandes extensiones en las que cada Orden a traves de sus encomiendas ejercia un papel politico y economico similar al del senorio feudal La presencia de otras ordenes militares foraneas como la del Temple o la de San Juan fue simultanea y en el caso de los caballeros templarios su supresion en el siglo XIV beneficio significativamente a las espanolas La implantacion social de las ordenes militares entre las familias nobles fue muy significativa extendiendose incluso a traves de ordenes femeninas vinculadas Comendadoras de Santiago y otras similares Despues del turbulento periodo de la crisis bajomedieval en que el cargo de Gran Maestre de las ordenes era objeto de violentas disputas entre la aristocracia la monarquia y los validos infantes de Aragon Alvaro de Luna etc Fernando el Catolico a finales del siglo XV consiguio neutralizarlas politicamente al obtener la concesion papal de la unificacion en su persona de ese cargo para todas ellas y su sucesion conjunta para sus herederos La incorporacion definitiva de las ordenes a los reyes de la Monarquia Hispanica se consiguio en 1523 bajo Carlos I La Corona las administraba a traves del Consejo de ordenes Perdida paulatinamente toda funcion militar a lo largo del Antiguo Regimen la riqueza territorial de las ordenes militares fue objeto de desamortizacion en el siglo XIX quedando reducidas estas a partir de entonces a la funcion social de representar como cargos honorificos un aspecto de la condicion nobiliaria 2 Indice 1 Nacimiento y evolucion 2 Organizacion jerarquica 3 Organizacion territorial 4 El ejercito 5 Repoblacion y politica social 6 Relaciones con otras instituciones 7 Siglo XX 8 Siglo XXI 9 Referencias 10 Enlaces externosNacimiento y evolucion Editar Escenas de la Reconquista por las ordenes Militares Monasterio de Ucles Cuenca Aunque la aparicion de las ordenes militares hispanicas puede interpretarse como pura imitacion de las internacionales surgidas a raiz de las cruzadas tanto su nacimiento como su posterior evolucion presentan rasgos diferenciales pues jugaron un papel de primer orden en la lucha de los reinos cristianos contra los musulmanes en la repoblacion de extensos territorios especialmente entre el Tajo y el Guadalquivir y se convirtieron en una fuerza politica y economica de primera magnitud teniendo ademas gran protagonismo en las luchas nobiliarias habidas entre los siglos XIII a XV cuando finalmente los Reyes Catolicos lograron hacerse con su control Para los arabistas el nacimiento de las ordenes militares espanolas estuvo inspirado en los ribat musulmanes pero otros autores opinan que su aparicion fue fruto de un proceso de fusion de hermandades y milicias concejiles tenidas de religiosidad que mediante absorcion y concentracion dieron lugar a las grandes ordenes en un momento en que la lucha contra el poderio almohade requeria de todos los esfuerzos posibles por parte del lado cristiano Tradicionalmente se admite que la primera en aparecer fue la de Orden de Calatrava nacida en esa villa del reino castellano en 1158 seguida de la de Orden de Santiago surgida en la ciudad de Caceres en el reino leones en 1170 Seis anos despues se creo la Orden de Alcantara en principio denominada de San Julian del Pereiro La ultima en aparecer fue la Orden de Montesa que lo hizo mas tardiamente durante el siglo XIV en la Corona de Aragon debido a la disolucion de la Orden del Temple Organizacion jerarquica EditarA imitacion de las ordenes internacionales las espanolas adoptaron su organizacion El maestre fue la maxima autoridad de la orden con un poder casi absoluto tanto en lo militar como en lo politico o en lo religioso Era elegido por el consejo compuesto por trece frailes de donde les viene a sus componentes el nombre de Treces El cargo de maestre es vitalicio y a su muerte los Trece convocados por el prior mayor de la orden eligen al nuevo Cabe la destitucion del maestre por incapacidad o por conducta perniciosa para la orden Para llevarla a cabo se necesita el acuerdo de sus organos superiores consejo de los trece prior mayor y convento mayor El capitulo general es una especie de asamblea representativa que controla toda la orden Lo forman los trece los priores de todos los conventos y todos los comendadores Se debe reunir anualmente un dia determinado en el convento mayor aunque en la practica estas reuniones se celebraron donde y cuando el maestre quiso En cada reino existio un comendador mayor con sede en una localidad o fortaleza Los priores de cada convento eran elegidos por los canonigos pues hay que tener en cuenta que dentro de las ordenes existian freyles milites caballeros y freyles clerigos monjes profesos que instruian y administraban los sacramentos Organizacion territorial Editar Territorios de las ordenes militares de los reinos ibericos hacia finales del siglo XV Orden de Montesa Orden de Santiago Orden de Calatrava Orden de San Juan Castilla Orden de Alcantara Orden de Christo Orden de Santiago de la Espada Orden de Avis Orden de San Juan Portugal Residencia del Gran Maestre Dado su doble caracter de instituciones militares y religiosas en lo territorial las ordenes desarrollan una doble organizacion separada para cada una de estas esferas aunque a veces no totalmente desligadas En lo politico militar se dividian en encomiendas mayores existiendo una encomienda mayor por cada reino peninsular en el que estuviera presente la orden en cuestion Al frente de ellas estaba el comendador mayor Le seguian las encomiendas que eran un conjunto de bienes no siempre territoriales ni agrupados pero que generalmente constituian demarcaciones territoriales Las encomiendas eran administradas por un comendador Las fortalezas que por cualquier tipo de causa no estaban bajo el mando del comendador tenian a su frente un alcaide nombrado por aquel En lo religioso se organizaban por conventos existiendo un convento mayor que constituia la sede de la orden En el caso de la orden de Santiago estuvo radicado en Ucles tras las desavenencias de la orden con el monarcas leones Fernando II La orden de Alcantara lo tuvo en la villa cacerena que le dio nombre Los conventos no eran solo lugares donde vivian los monjes profesos sino que constituian prioratos demarcaciones territoriales religiosas donde los respectivos priores con el tiempo tuvieron las mismas atribuciones que los obispados resultando que las ordenes militares se sustrajeron al poder episcopal en extensos territorios El ejercito EditarEl mando del ejercito lo ejercian las mas altas dignidades de cada orden En la cuspide se hallaba el maestre seguido de los comendadores mayores La figura del alferez fue destacada en un principio pero en la Baja Edad Media habia desaparecido El mando de las fortalezas estaba en manos del comendador o de un alcaide nombrado por el El reclutamiento se solia hacer por encomiendas contribuyendo presumiblemente cada una de ellas con un numero de lanzas u hombres relacionado con el valor economico de la demarcacion Hay que destacar la sorprendente belicosidad de las ordenes y su rigurosa promesa de combatir al infiel lo que en muchos casos se manifesto en la continuacion de autenticas guerras privadas contra los musulmanes cuando por diversas causas los reyes cristianos abandonaron la lucha debido a la firma de treguas o bien por dirigir sus acciones belicas en otros sentidos como cuando Fernando III coronado rey de Leon abandono los intereses de este reino para dedicarse a la conquista de Andalucia en beneficio de la Corona de Castilla Repoblacion y politica social EditarEl papel militar jugado por las ordenes militares fue muy importante pero ademas caracter repoblador economico y social Porque no bastaba con arrebatar territorios al enemigo si estos no se poblaban suficientemente como para ocuparlos y administrarlos facilitando asi su defensa Las ordenes recibieron grandes extensiones de terreno cuya repoblacion les reporto gran poder politico y economico Para atraer pobladores a las tierras adquiridas utilizaron metodos similares a los usados por otras instituciones Uno de ellos consistia en otorgar fueros a las villas de su jurisdiccion que las hicieran atractivas a gentes del norte En general se copiaron los modelos de fueros mas generosos como el de Caceres o el de Sepulveda Un ejemplo de esta generosidad fue el de las exenciones fiscales por nupcialidad tomadas del fuero de Usagre Por otra parte unas tierras improductivas resultaban inutiles por lo que se preocuparon de su desarrollo economico En este sentido y ademas de las ventajas dadas a los nuevos pobladores como las donaciones de baldios se consiguieron ferias para sus villas o se realizaron importantes obras de infraestructura en la red de comunicaciones Las ferias tenian la ventaja de estar libres de impuestos lo que fomentaba el comercio que tambien era impulsado por la mejora de comunicaciones puentes caminos etc Relaciones con otras instituciones EditarLas relaciones de las ordenes militares hispanicas con otros poderes e instituciones fueron diversas En general gozaron del apoyo papal pues constituian una base solida para la reconquista y dependian directamente de su autoridad Los papas otorgaron atribuciones episcopales a los priores de las ordenes en su pugna con los obispos lo que les dio una gran independencia En cuanto a la relacion con los reyes siguio varias etapas Al principio los monarcas impulsaron las ordenes porque llegaron a considerarlas el floron mas preciado de sus coronas Conscientes de sus enormes posibilidades en la tarea reconquistadora y repobladora despues los reyes las fomentaron e introdujeron en sus respectivos reinos Como ocurrio con Alfonso I el Batallador cuando en 1122 fundo la hermandad de Belchite o con Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de Leon quienes ofrecieron posesiones a las ordenes de Santiago y Calatrava respectivamente para atraerselas a sus reinos Aunque las donaciones reales en su mayor parte estuvieron constituidas por territorios para hacerlas eficaces en la lucha contra los musulmanes tambien recibieron de los monarcas otro tipo de donaciones de caracter no estrictamente militar o politico tales como las motivadas por razones de caridad merced hospitalidad o amistad A menudo el favor de los reyes tambien se manifesto en los numerosos pleitos que se plantearon con otros poderes en los que generalmente los monarcas fallaron a favor de las ordenes Los privilegios tributarios o de otro tipo fueron igualmente frecuentes lo que a veces ocasiono la irritacion de los concejos de realengo cuyos vecinos tributaban en mayor medida A cambio del favor real las ordenes llevaban a cabo las misiones que tenian encomendadas y eran leales a los monarcas en cuyo bando se situaron desde que a finales del siglo XIII las disputas nobiliarias se hicieron tan frecuentes A partir de entonces los reyes tomaron consciencia del enorme poder de las ordenes y del peligro que podia suponer el tenerlas en contra de ahi que con Alfonso XI comenzase una pugna por conseguir su control a traves de la designacion del maestre Esta pugna continuo a lo largo de toda la Baja Edad Media hasta la consecucion absoluta de los propositos regios por parte de los Reyes Catolicos quienes lograron ostentar el maestrazgo de todas ellas a perpetuidad Con sus descendientes este maestrazgo se convirtio en hereditario Mas problematica resulto la relacion con los concejos de realengo los municipios en territorio regio sobre todo con aquellos dotados de extensos dominios de dificil control y ocupacion A menudo sufrieron la depredacion de zonas despobladas por parte de las ordenes hasta que los reyes pusieron fin a las usurpaciones aunque a partir del siglo XIV estos concejos sufrieron la misma depredacion por parte de senores laicos Tambien hubo pleitos con los colindantes a veces prolongados e incluso tan vehementes que llegaron a producir enfrentamientos fisicos Igualmente diversa resulto la relacion con el resto del clero El concurso de este fue fundamental para la configuracion de las ordenes como ocurrio con el apoyo del arzobispo de Santiago de Compostela respecto de la orden santiaguista o con el obispo de Salamanca respecto de la de Alcantara Pero mas adelante hubo de todo desde piadosas donaciones a pleitos y refriegas interminables e incluso algun hecho de armas como el ataque a los obispos de Cuenca y Siguenza por parte del comendador santiaguista de Ucles Y es que las tensiones con los obispos fueron frecuentes en la lucha por la jurisdiccion eclesiastica a la que se sustrajeron los priores quienes recibieron finalmente el apoyo papal La hermandad y coordinacion fueron las actitudes dominantes en las relaciones entre ordenes Calatrava y Alcantara estaban unidas por relaciones de filiacion sin que ello supusiera falta de autonomia de Alcantara Hubo pactos entre ordenes de ayuda mutua y reparto de lo conquistado Incluso acuerdos como el tripartito de amistad defensa mutua coordinacion y centralizacion firmado en 1313 por la de Santiago Calatrava y Alcantara Siglo XX EditarLas ordenes militares quedaron disueltas por Decreto de 29 de abril de 1931 del gobierno republicano Las protestas del cardenal Segura motivaron un segundo Decreto de 5 de agosto de 1931 que aplicaba a las ordenes lo dispuesto para las maestranzas quedando sometidas a la Ley de asociaciones La Ley de 16 de septiembre otorgo fuerza de ley con caracter retroactivo a estas disposiciones El balance de caballeros de 1931 a 1935 es el siguiente Orden militar de Santiago 68 de 116 Orden militar de Calatrava 89 de 139 Orden militar de Alcantara 19 de 42 Orden militar de Montesa 51 de 70 Durante la Guerra Civil Espanola el bando republicano saqueo su sede e incauto su biblioteca pasando sus fondos a la Biblioteca Nacional Se habla quien de mas de cien muertos entre sus miembros ademas del obispo prior de las ordenes Narciso de Estenaga Tras la contienda las ordenes reanudan sus actividades y el cruzamiento de caballeros nombrados por Alfonso XIII con anterioridad al 14 de abril de 1931 y que no habian podido tomar posesion tras la proclamacion de la Republica La Biblioteca Nacional restituyo sus fondos que fueron depositados en el Convento de las Comendadoras de Santiago en Madrid Sendos convenios de 1941 y 1946 con el Gobierno franquista procuran restablecer la normalidad No obstante la relacion con las ordenes fue bastante ambigua si bien eran invitadas a actos institucionales no eran instituciones del Estado Ademas con el fallecimiento de Alfonso XIII en 1941 las ordenes quedaban privadas de una cabeza que procediera a nombrar nuevos caballeros Cabia la posibilidad de que el obispo prior con dispensa papal cumpliera esta funcion pero para ello tenia que ser caballero de alguna de las ordenes Franco haciendo valer su derecho de presentacion de los candidatos a obispos no permitio que un caballero fuera nombrado obispo prior si bien incluyo alguno como candidato en las ternas El Concordato de 1953 con la Santa Sede no introduce ningun regimen particular manteniendo la existencia del Priorato con sede en Ciudad Real Los Acuerdos entre el Estado espanol y la Santa Sede de 1979 crea la actual Diocesis de Ciudad Real como sufraganea de la Archidiocesis de Toledo si bien su obispo sigue ostentando la condicion de prior de las ordenes Pasan a ser organizaciones nobiliarias honorificas y religiosas hasta la actualidad La restauracion de la monarquia hace que Juan de Borbon sea nombrado en 1981 presidente del Real Consejo siendo Juan Carlos I gran maestre En la primera reunion celebrada el 14 de octubre de 1981 solo quedaban quince miembros todos nombrados con anterioridad a 1931 Tras el fallecimiento Juan de Borbon en 1993 Carlos de Borbon Dos Sicilias ocupo el puesto de presidente hasta su fallecimiento en 2015 En la actualidad es desempenado por Pedro de Borbon Dos Sicilias y Orleans El cargo de gran maestre paso a Felipe VI tras su proclamacion como rey de Espana en 2014 pasando a ser Juan Carlos I gran maestre emerito 3 Siglo XXI EditarEn la actualidad las ordenes cuentan con 257 miembros repartidos de la siguiente manera Orden militar de Santiago 69 Orden militar de Calatrava 81 Orden militar de Alcantara 47 Orden militar de Montesa 60 Referencias Editar Barragan Juan Jose 2015 Alfambra en la Edad Media y Moderna Una vision de su historia y su arte a traves del conjunto mural de la Ermita de Santa Ana Sarrion Munoz Moya Editores pp 34 35 ISBN 978 84 8010 264 3 Miguel Artola Enciclopedia de Historia de Espana Alianza Editorial tomo 5 pg 892 http www ordenesmilitares es real consejo antecedentes historicos de las ordenes militares i historia de las ordenes militares espanolas durante los siglos xix yxx Enlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre ordenes militares espanolas Pagina web Oficial de las ordenes Militares Espanolas Seminario Internacional para el estudio de las ordenes MilitaresEl contenido de este articulo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal publicada en espanol bajo la licencia Creative Commons Compartir Igual 3 0 Datos Q6174678 Multimedia Orders of knighthood of SpainObtenido de https es wikipedia org w index php title ordenes militares espanolas amp oldid 131159965, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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