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Índice de libros prohibidos de la Inquisición española

El Índice de libros prohibidos de la Inquisición española (en latín, desde 1612, Index Librorum Prohibitorum et Derogatorum) fue la relación de libros establecida por la Inquisición española cuya difusión y lectura estaba prohibida en los territorios de la Monarquía Hispánica. La primera edición data de 1551, trece años antes de la promulgación por el papa del Index Librorum Prohibitorum -relación de los libros prohibidos que afectaba a todos los católicos. Fue reeditado, corregido y ampliado en 1559, 1583-1584, 1612, 1632, 1640, 1667, 1707, 1747 y 1790. El 29 de mayo de 1819 apareció el último decreto de la Inquisición española al respecto. La última recopilación fue elaborada por el integrista León Carbonero y Sol y se publicó en 1873, junto con los libros prohibidos por los prelados españoles hasta diciembre de 1872.

Índice de libros prohibidos de la Inquisición española.
Edición de 1583.

Orígenes

Desde su fundación en 1478, la Inquisición española mostró gran interés por los libros que podían inducir a la herejía a los creyentes. Así cuando encontraban en poder de judeoconversos el Talmud u otros libros hebreos los confiscaban y los destruían. Lo mismo hicieron los inquisidores con los libros de astrología y magia, de los que hacia 1490 hubo una quema de gran cantidad de ellos procedentes de la Universidad de Salamanca. Sin embargo, el control de los libros impresos en la Corona de Castilla -y de los importados de otros estados- correspondía a las autoridades civiles, según lo dispuesto en la pragmática de 8 de julio de 1502 promulgada por los Reyes Católicos, y que sería ratificada y ampliada por la pragmática de 1558 de Felipe II. Así pues, la Inquisición sólo actuaba después de que el libro fuera publicado.[1]

La pragmática de 1502, inspirada en la bula Inter multiplices (1501) del papa Alejandro VI que otorgaba a tres arzobispos alemanes la potestad de ejercer la censura previa en sus respectivas diócesis, establecía que en la Corona de Castilla ningún libro podría imprimirse si no obtenía la licencia real que era otorgada por las Chancillerías de Ciudad Real –trasladada más tarde a Granada-[2]​ y de Valladolid y por los arzobispos de Toledo, Sevilla y Granada –y los obispos de Burgos y Salamanca-.[3]​ En 1554 esta prerrogativa se reservó al Consejo de Castilla.[4]

En 1515 el papa León X establece la censura previa para toda la Cristiandad latina, siguiendo lo acordado en el V Concilio de Letrán que dictó la prohibición de imprimir libros sin la autorización del obispo. Estas órdenes son aplicadas especialmente cuando se produce la ruptura de la Cristiandad occidental con motivo de la difusión de la Reforma protestante que hallará en la imprenta un formidable aliado. Así en 1523 Carlos V prohíbe la difusión de las obras de Martin Lutero en todos sus dominios, incluida la Monarquía Hispánica y el Imperio Germánico, lo que será ratificado al año siguiente para todo el orbe católico por el papa Clemente VII.[5]

 
El inquisidor general Fernando de Valdés y Salas fue el responsable de la primera y la segunda edición (1551 y 1559, respectivamente) del Índice de libros prohibidos de la Inquisición española.

En este contexto de crisis religiosa –y política- algunas autoridades e instituciones "católicas" –fieles a la ortodoxia romana y papal frente los protestantes, partidarios de las ideas de Lutero y de otros reformadores- confeccionan listas o "índices" de libros prohibidos por ser considerados "heréticos". El primer "índice" lo ordena el rey de Inglaterra Enrique VIII y es publicado en 1529 –antes de su ruptura con Roma-. Carlos V encarga esta tarea a la Universidad de Lovaina que hace pública su lista de libros prohibidos en 1546 –en 1542 había publicado su "índice" la Sorbona de París-.[6]​ En 1551 la Inquisición española adopta como propio el índice de Lovaina, y lo edita, con un apéndice dedicado a los libros escritos en castellano,[6]​ naciendo así el primer Index Librorum Prohibitorum de la Inquisición española.[7]​ En este primer Índice se prohibió la obra completa de dieciséis autores, la mayoría de ellos los líderes de la Reforma. Tres años después el inquisidor general Valdés añadió una lista de 56 ediciones de Biblias y Nuevos Testamentos, la mayoría de ellas impresas en París y en Lyon, ya que contenían traducciones o comentarios que podían inducir a la herejía.

La Inquisición… ordenó a sus tribunales… que recogieran todos los ejemplares que fueran hallados. El resultado fue asombroso: sólo en Sevilla, los inquisidores reunieron 450 volúmenes; en Zaragoza el tribunal confiscó 218 Biblias sin licencia, la mayoría de las cuales habían sido impresas en Lyon; en Valencia se localizaron al menos 20 Biblias, carentes de licencia; en Salamanca se encontró un buen número también.

En 1558 la Inquisición descubre en Sevilla y en Valladolid dos núcleos importantes de luteranos, lo que causa una honda conmoción, especialmente en la corte y en la Iglesia. Como en ese momento el rey Felipe II se encuentra en los Países Bajos, la regente doña Juana, hermana del rey, toma la decisión de promulgar la Pragmática de 1558 —que contará con la total aprobación del monarca— por la que se establece un riguroso sistema de censura previa de los libros, prohibiéndose además la importación de libros escritos en castellano, y aplicándose la pena de muerte y la confiscación de bienes a los que incumplieran lo dispuesto en ella. Esta orden fue completada con la pragmática de 22 de noviembre de 1559, promulgada por Felipe II nada más volver de Bruselas, por la que prohibía que sus súbditos castellanos pudieran estudiar o enseñar en las universidades de fuera, excepto en los colegios de Bolonia y Roma –que eran los más frecuentados por los castellanos que estudiaban en el extranjero-, Nápoles y Coímbra. En 1568 la prohibición se extendió a la Corona de Aragón, aunque "las fronteras nunca llegaron a cerrarse del todo, y mucho menos con Francia", afirma Henry Kamen.[8]​ "El viejo ideal de una república de las letras de ámbito internacional comenzó a desmoronarse entre los humanistas y los universitarios. Mientras había existido una única fe en Europa, los intelectuales habían podido viajar atravesando libremente las fronteras; después tenderían a permanecer en los límites nacionales".[9]

Al mismo tiempo el rey ordenó a la Inquisición que elaborara un nuevo Índice de libros prohibidos a la mayor brevedad. El inquisidor general Fernando de Valdés, con la colaboración de su colega dominico y amigo Melchor Cano, cumplió con el encargo y en el verano de 1559 se publicó la lista con alrededor de 700 libros. Esta fue la segunda edición del Índice, pero en realidad fue la primera que no fue una simple copia de otras listas, como había ocurrido con el Índice de 1551 que prácticamente se había limitado a reproducir el de la universidad de Lovaina de 1546.[10]​ En 1664 el papa Pío IV promulgaba el Index Librorum Prohibitorum, pero en la Monarquía Hispánica el que se aplicará será el de la Inquisición española.[7]

Las diversas ediciones del Índice

 
El Lazarillo de Tormes, edición de Juan de Junta (Burgos, 1554). Fue prohibido por el Índice en su edición de 1559. Más tarde pudo volver a ser publicado después de expurgar determinados pasajes.

El Índice de 1559 contenía 700 libros prohibidos, pero dos tercios de los mismos estaban escritos en latín y en su inmensa mayoría no habían sido editados en la Monarquía Hispánica, lo que demostraría, según Henry Kamen, que «el objetivo principal del Índice era mantener fuera de España libros que, en su mayor parte, nunca habían entrado en el país». En cuanto a los libros escritos en castellano, destacaba la prohibición de catorce libros de Erasmo de Róterdam, lo que levantó las protestas de algunos sectores eclesiásticos –en el Índice de 1612 fue incluida su obra completa y Erasmo pasó a la categoría de los auctores damanti- y la de 19 obras literarias, de Gil Vicente, Hernando de Talavera, Bartolomé Torres Naharro, Juan del Encina y Jorge de Montemayor, además de El Lazarillo de Tormes y el Cancionero general. Además se prohibieron varias obras de carácter piadoso como Audi, Filia de Juan de Ávila, el Libro de la oración de fray Luis de Granada y Las obras del cristiano del jesuita Francisco de Borja –quien temiendo ser procesado por la Inquisición se refugió en Roma y nunca regresó a España-. También fueron prohibidos los Ejercicios espirituales del fundador de la Compañía de Jesús, Ignacio de Loyola. Según Henry Kamen, la proscripción de las obras piadosas respondía al temor de los inquisidores al resurgimiento del movimiento de los alumbrados y a su posible relación con el luteranismo.[11]​ En la lista también aparece el Diálogo de Mercurio y Carón de Alfonso de Valdés, lo que se entiende perfectamente, según Joseph Pérez, ya que «se trataba de un ataque feroz contra la Iglesia y de una defensa ferviente del cristianismo espiritual».[12]

 
Fray Luis de Granada, cuyo Libro de oración fue puesto en el Índice. Fray Luis de Granada protestó y consiguió que fuera aprobado por el Concilio de Trento y por el papa pero esto no le sirvió de nada, por lo que se vio obligado a introducir correcciones al texto para que circulara libremente.

En el preámbulo del Índice aparecen los criterios que se han seguido para prohibir los libros, que se volverán a encontrar con correcciones y añadidos en las ediciones posteriores: los libros condenados por los papas o los concilios anteriores a 1515; los libros escritos por herejes, o por judíos o musulmanes cuyo objetivo sea atacar al catolicismo; las traducciones de la Biblia en lengua vulgar; "las disputas y las controversias de carácter religioso entre católicos y herejes, así como las refutaciones de Mahoma en lengua vulgar" porque pueden dar una idea de las creencias de los infieles; los libros de ciencias ocultas o de astrología predictiva; los libros que utilizan la Biblia con fines profanos o los poemas que la interpretan de forma irrespetuosa o contraria a las enseñanzas de la Iglesia; las interpretaciones irrespetuosas de los santos o de los miembros de la jerarquía eclesiástica; los que contengan tesis contrarias a las sostenidas por la Iglesia. A continuación se precisaba que la prohibición de determinados libros se debía a que "no era bueno leerlos en lengua vulgar" o "porque el contenido está hecho de cosas vanas, inútiles, apócrifas y supersticiosas".[13]

Los ejemplares de los libros "heréticos" fueron quemados en público siguiendo una orden de marzo de 1552, que contaba con precedentes en la historia de la Inquisición española: la quema de libros judíos en Toledo en mayo de 1490, ordenada por el inquisidor general Torquemada; y la de libros árabes encontrados en Granada de octubre de 1501, por mandato del cardenal Cisneros. Al parecer la primera quema de libros del Índice tuvo lugar en una ceremonia celebrada en Valladolid en enero de 1558, en la que ardieron 27 libros. "Una enorme cantidad de obras fue así destruida". En 1559 un inquisidor de Barcelona informaba que "por siete o ocho vezes hemos quemado aquí en casa montones de libros".[14]​ Sin embargo, desde finales del siglo XVI los libros incautados en los registros de librerías, bibliotecas o barcos llegados desde el exterior, eran enviados a la sede de los tribunales donde eran almacenados, y a veces a la biblioteca de El Escorial –en 1639 se informó que poseía 932 libros prohibidos-. La mayor parte de estos libros se perdieron, "de manera que de algunas obras condenadas por la Inquisición no queda rastro", afirma Kamen.[15]​ Pero esto no quiere decir que la quema de libros desapareciera completamente. En Toledo por orden del Consejo de la Suprema Inquisición ardieron en la hoguera el 29 de junio de 1634 muchos libros y documentos.[16]

Hacia 1569 el rey Felipe II encargó al eminente hebraísta Benito Arias Montano que elaborara un Índice expurgatorio, para evitar que los libros fueran prohibidos completamente, aunque contuvieran pasajes perfectamente ortodoxos. Montano acabó su encargo en 1571. En el nuevo Índice expurgatorio se señalaban las frases, los párrafos o las páginas que contenían ideas sospechosas de ser heréticas, que serían suprimidas o tachadas de los libros.[14]

 
Gaspar de Quiroga y Vela, inquisidor general responsable del Índice de 1583-1584.

Tomando como base el Índice de Montano y el Index Librorum Prohibitorum promulgado por el papa en 1564, se preparó una nueva edición del Índice, bajos los auspicios del inquisidor general Gaspar de Quiroga, en dos gruesos volúmenes publicados en 1583 (el de libros prohibidos) y 1584 (el de libros expurgados) –lo que lo diferenció del Índice papal que sólo incluía libros prohibidos: "en este aspecto, el sistema español era más liberal", según Kamen, porque las obras "podían circular si los pasajes relevantes citados en el Índice [expurgatorio] eran eliminados"-. El aumento del número de libros prohibidos fue impresionante pues se triplicó: incluía 2.315, de los que el 74% estaban escritos en latín; el 8,5% en castellano; y el 17% en otras lenguas. Pero según Kamen esto puede resultar engañoso, ya que lo que se hizo fue añadir la lista del Índice papal –que incluía "la totalidad del mundo intelectual europeo pasado y presente": Rabelais, Pedro Abelardo, Guillermo de Ockam, Savonarola, Jean Bodin, Maquiavelo, Juan Luis Vives, Marsilio de Padua, Ariosto, Dante y Tomás Moro-, pero en cuanto a los libros publicados en la península apenas hubo cambios –sólo se añadieron unos 40 libros al Índice de 1559-. "Una aplastantes mayoría de libros prohibidos eran desconocidos para los españoles, nunca habían penetrado en España y estaban escritos en lenguas que los españoles no eran capaces de leer".[17]

 
Ejemplo de libro expurgado. Página de un libro de Erasmo que ha sido tachada con tinta, incluido el grabado.

En la justificación se dice que algunos libros, como los de Francisco de Borja, fray Luis de Granada o Juan de Ávila, han sido puestos en el Índice "no porque sus autores se hayan apartado de la Santa Iglesia Romana"[18]

sino porque, o bien se les han atribuido erróneamente, o porque contienen citas de otros autores…, o incluso porque no es conveniente que ciertas tesis sean accesibles en lengua vulgar…: aun cuando los autores en cuestión actúen de buena fe y se mantengan fieles a la santa doctrina, la malicia puede incitar a los enemigos de la fe a interpretarlos en un sentido desviado

En 1605, por iniciativa del Consejo de la Suprema Inquisición se inició una nueva edición del Índice, que tardó siete años en ser completada. El inquisidor general Bernardo de Sandoval y Rojas decidió publicarlo en 1612 en un solo volumen por lo que pasó a llamarse Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum. Las ediciones siguientes fueron la de 1632, por iniciativa del inquisidor general Antonio Zapata y Cisneros, y la de 1640, de Antonio de Sotomayor –en este último se expurgó una frase del capítulo 36 del libro II de El Quijote de Cervantes: las obras de caridad que hazen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada-.[19]​ En la edición de 1632 se prohibieron los libros de Copérnico, con lo que, según Joseph Pérez, "se puso fin a un largo período de apertura científica" –desde 1561 la teoría de Copérnico se venía enseñando sin problemas en la Universidad de Salamanca-. También las obras de Kepler, pero porque en ellas se hablaba del "hereje" rey de Inglaterra como fidei defensor ('defensor de la fe').[20]

En la página 63 de la edición de 1632 se indica que en el Dioscórides de Andrés Laguna, un libro de Materia medica, debe tacharse la frase «siémbranse con maldiciones las Albahacas y, según Plinio, crecen muy viciosas con ellas» («viciosas» alude aquí a vigorosas). En la misma página se explica que frases como la anterior deben borrarse por encontrarse en lengua vulgar, accesible pues al vulgo, pero que no lo necesitarían si estuvieran en latín o griego. La labor del expurgado de los libros correspondía a los bibliotecarios, que debían ocuparse de ella antes de dejar los libros en manos de los lectores. Los autores contemporáneos a la decisión censora podían elegir omitir ellos mismos en sucesivas ediciones los párrafos censurados. El Index fomentaba así la autocensura.

La aplicación del Índice y el impacto sobre la literatura y la ciencia

Una primera dificultad para su aplicación era la disponibilidad de ejemplares del propio Índice, pues los libreros se negaban a comprarlos porque decían que el libro era muy caro –además les servía de excusa para seguir vendiendo libros prohibidos. Kamen cita el ejemplo de la Inquisición en Cataluña, que sólo dispuso de ocho ejemplares del Índice de Quiroga de 1583-1584 para todo el Principado. Por otro lado, era muy difícil que la Inquisición pudiera controlar todos los puertos por donde entraban los libros del exterior, a pesar de que periódicamente recibía informes de los embajadores sobre envíos sospechosos, también a causa de la falta de preparación intelectual de muchos inquisidores para advertir qué libros eran heréticos, lo que dio lugar a frecuentes errores que restaron eficacia al control de la importación de libros. Así «inevitablemente, algunos de los títulos prohibidos conseguían ser introducidos en el país», afirma Kamen.[21]

Los inquisidores visitaban las librerías y las bibliotecas en busca de los libros prohibidos, para lo que pedían la colaboración de los obispos y de las universidades, pero eran escasas y espaciadas, y los libreros alegaban ignorancia cuando se encontraban en sus locales libros prohibidos. Por otro lado, expurgar los libros resultaba más costoso que prohibirlos –un censor notificó a la Inquisición que expurgar una biblioteca le había costado cuatro meses con jornadas de ocho horas diarias- y frecuentemente se ocasionaban daños irreparables a los libros, con páginas desgarradas, cortadas o deformadas al eliminar pasajes o grabados tachándolos con tinta.[22]

 
Fray Luis de León, procesado por la Inquisición, permaneció en prisión cuatro años hasta que pudo volver a su cátedra en la Universidad de Salamanca.

Kamen concluye que «ni el Índice ni el sistema de censura crearon una maquinaria adecuada de control» por lo que «el Índice resultó, por varias razones, menos significativo de lo que se ha pensado a menudo. Primero, la mayor parte de los libros prohibidos en él no estaban ni remotamente al alcance de los lectores españoles… Segundo, el Índice era voluminoso, caro, difícil de conseguir en las librerías e inevitablemente imperfecto y obsoleto… En tercer lugar, el Índice tuvo que hacer frente a fuertes críticas por parte de los libreros y de aquellos que tenían la impresión de que sus criterios estaban equivocados. Finalmente, el grueso de la literatura de creación y los libros científicos a los que los españoles tenían acceso no fueron incluidos en el Índice». A estas cuatro razones, Kamen añade una quinta: «los que realmente querían obtener los libros que habían sido prohibidos pero que revestían un interés especial –por ser de astrología, medicina o de contenido erudito- tenían que hacer frente a pocos obstáculos: traían los libros en persona, o bien a través de canales comerciales, o pedían a amigos en el extranjero que se los enviaran. La completa libertad de movimientos existente entre la península por un lado y Francia e Italia por el otro garantizaban la circulación sin trabas de gente, libros y –en un escalón más allá- ideas».[23]​ Kamen concluye: «La imagen de una nación hundida en la inercia y la superstición debido a la Inquisición fue parte de la mitología creada alrededor del tribunal». Sin embargo, reconoce que «a partir de mediados del siglo XVII los intelectuales españoles comenzaron a ver en el Santo Oficio el gran obstáculo para el saber. Las quejas del joven médico Juan de Cabriada en 1687 se hacen eco de este punto de vista de su generación: "Que es lastimosa y aun vergonzosa cosa que, como si fuéramos indios, hayamos de ser los últimos en recibir las noticias y luces públicas que ya están esparcidas por Europa".»[24]

Una visión más negativa del impacto de la Inquisición sobre la vida intelectual española es la que ofrece Joseph Pérez. Este hispanista francés, aunque reconoce que «las publicaciones extranjeras nunca dejaron de penetrar en España», afirma que «al prevenir a los fieles en contra de ciertas lecturas peligrosas, se acabó inculcando la desconfianza ante cualquier lectura» y, sobre todo, que la Inquisición «representó un obstáculo importante para el ejercicio del libre examen y del espíritu crítico» ya que «mucho más que la ciencia y la literatura, el humanismo fue el blanco de las sospechas y de la hostilidad de los inquisidores», porque según ellos "el espíritu crítico conduce a la herejía». Pérez pone de ejemplo a Fray Antonio de Arce, uno de los jueces del proceso que la Inquisición instruyó contra Fray Luis de León a causa del cual pasó cuatro años en la cárcel, que se jactaba de no saber ni griego, ni hebreo y que afirmaba que los humanistas eran unos seres insolentes y mordaces. «Así fue como se acabó esterilizando la investigación y el pensamiento en la España inquisitorial», concluye Pérez.[25]​ Sin embargo, Pérez afirma que la responsabilidad de la Inquisición respecto del atraso científico español en el siglo XVII fue limitada, ya que él lo atribuye «al hecho de haber descuidado la investigación básica en beneficio casi exclusivo de la investigación aplicada», –por ejemplo, «¿cómo perfeccionar los instrumentos náuticos que permitirían calcular mejor la longitud y la latitud?»-.[26]

Referencias

  1. Kamen, 2011, pp. 104-105.
  2. Pérez, 2012, p. 162.
  3. Kamen, 2011, p. 104.
  4. Escolar, 1998, p. 158.
  5. Martínez de Sousa, 1992, pp. 131-133.
  6. Kamen, 2011, p. 109.
  7. Martínez de Sousa, 1992, p. 133.
  8. Kamen, 2011, pp. 104-105; 108.
  9. Kamen, 2011, p. 108.
  10. Kamen, 2011, pp. 109-110.
  11. Kamen, 2011, pp. 110-112.
  12. Pérez, 2012, p. 165.
  13. Pérez, 2012, pp. 167-168.
  14. Kamen, 2011, p. 113.
  15. Kamen, 2011, p. 122.
  16. Pérez, 2012, p. 173.
  17. Kamen, 2011, p. 114.
  18. Pérez, 2012, p. 168.
  19. Kamen, 2011, pp. 116-117; 325.
  20. Pérez, 2012, p. 170.
  21. Kamen, 2011, pp. 118-120.
  22. Kamen, 2011, pp. 120-122.
  23. Kamen, 2011, pp. 131-132.
  24. Kamen, 2011, p. 134.
  25. Pérez, 2012, pp. 168; 172-177.
  26. Pérez, 2012, p. 171.

Bibliografía


  •   Datos: Q16652177

Índice, libros, prohibidos, inquisición, española, para, Índice, libros, prohibidos, iglesia, católica, véase, index, librorum, prohibitorum, latín, desde, 1612, index, librorum, prohibitorum, derogatorum, relación, libros, establecida, inquisición, española, . Para el Indice de libros prohibidos de la Iglesia catolica vease Index librorum prohibitorum El Indice de libros prohibidos de la Inquisicion espanola en latin desde 1612 Index Librorum Prohibitorum et Derogatorum fue la relacion de libros establecida por la Inquisicion espanola cuya difusion y lectura estaba prohibida en los territorios de la Monarquia Hispanica La primera edicion data de 1551 trece anos antes de la promulgacion por el papa del Index Librorum Prohibitorum relacion de los libros prohibidos que afectaba a todos los catolicos Fue reeditado corregido y ampliado en 1559 1583 1584 1612 1632 1640 1667 1707 1747 y 1790 El 29 de mayo de 1819 aparecio el ultimo decreto de la Inquisicion espanola al respecto La ultima recopilacion fue elaborada por el integrista Leon Carbonero y Sol y se publico en 1873 junto con los libros prohibidos por los prelados espanoles hasta diciembre de 1872 Indice de libros prohibidos de la Inquisicion espanola Edicion de 1583 Indice 1 Origenes 2 Las diversas ediciones del Indice 3 La aplicacion del Indice y el impacto sobre la literatura y la ciencia 4 Referencias 5 BibliografiaOrigenes EditarVease tambien Reforma Protestante en Espana Desde su fundacion en 1478 la Inquisicion espanola mostro gran interes por los libros que podian inducir a la herejia a los creyentes Asi cuando encontraban en poder de judeoconversos el Talmud u otros libros hebreos los confiscaban y los destruian Lo mismo hicieron los inquisidores con los libros de astrologia y magia de los que hacia 1490 hubo una quema de gran cantidad de ellos procedentes de la Universidad de Salamanca Sin embargo el control de los libros impresos en la Corona de Castilla y de los importados de otros estados correspondia a las autoridades civiles segun lo dispuesto en la pragmatica de 8 de julio de 1502 promulgada por los Reyes Catolicos y que seria ratificada y ampliada por la pragmatica de 1558 de Felipe II Asi pues la Inquisicion solo actuaba despues de que el libro fuera publicado 1 La pragmatica de 1502 inspirada en la bula Inter multiplices 1501 del papa Alejandro VI que otorgaba a tres arzobispos alemanes la potestad de ejercer la censura previa en sus respectivas diocesis establecia que en la Corona de Castilla ningun libro podria imprimirse si no obtenia la licencia real que era otorgada por las Chancillerias de Ciudad Real trasladada mas tarde a Granada 2 y de Valladolid y por los arzobispos de Toledo Sevilla y Granada y los obispos de Burgos y Salamanca 3 En 1554 esta prerrogativa se reservo al Consejo de Castilla 4 En 1515 el papa Leon X establece la censura previa para toda la Cristiandad latina siguiendo lo acordado en el V Concilio de Letran que dicto la prohibicion de imprimir libros sin la autorizacion del obispo Estas ordenes son aplicadas especialmente cuando se produce la ruptura de la Cristiandad occidental con motivo de la difusion de la Reforma protestante que hallara en la imprenta un formidable aliado Asi en 1523 Carlos V prohibe la difusion de las obras de Martin Lutero en todos sus dominios incluida la Monarquia Hispanica y el Imperio Germanico lo que sera ratificado al ano siguiente para todo el orbe catolico por el papa Clemente VII 5 El inquisidor general Fernando de Valdes y Salas fue el responsable de la primera y la segunda edicion 1551 y 1559 respectivamente del Indice de libros prohibidos de la Inquisicion espanola En este contexto de crisis religiosa y politica algunas autoridades e instituciones catolicas fieles a la ortodoxia romana y papal frente los protestantes partidarios de las ideas de Lutero y de otros reformadores confeccionan listas o indices de libros prohibidos por ser considerados hereticos El primer indice lo ordena el rey de Inglaterra Enrique VIII y es publicado en 1529 antes de su ruptura con Roma Carlos V encarga esta tarea a la Universidad de Lovaina que hace publica su lista de libros prohibidos en 1546 en 1542 habia publicado su indice la Sorbona de Paris 6 En 1551 la Inquisicion espanola adopta como propio el indice de Lovaina y lo edita con un apendice dedicado a los libros escritos en castellano 6 naciendo asi el primer Index Librorum Prohibitorum de la Inquisicion espanola 7 En este primer Indice se prohibio la obra completa de dieciseis autores la mayoria de ellos los lideres de la Reforma Tres anos despues el inquisidor general Valdes anadio una lista de 56 ediciones de Biblias y Nuevos Testamentos la mayoria de ellas impresas en Paris y en Lyon ya que contenian traducciones o comentarios que podian inducir a la herejia La Inquisicion ordeno a sus tribunales que recogieran todos los ejemplares que fueran hallados El resultado fue asombroso solo en Sevilla los inquisidores reunieron 450 volumenes en Zaragoza el tribunal confisco 218 Biblias sin licencia la mayoria de las cuales habian sido impresas en Lyon en Valencia se localizaron al menos 20 Biblias carentes de licencia en Salamanca se encontro un buen numero tambien Kamen 2011 p 109 En 1558 la Inquisicion descubre en Sevilla y en Valladolid dos nucleos importantes de luteranos lo que causa una honda conmocion especialmente en la corte y en la Iglesia Como en ese momento el rey Felipe II se encuentra en los Paises Bajos la regente dona Juana hermana del rey toma la decision de promulgar la Pragmatica de 1558 que contara con la total aprobacion del monarca por la que se establece un riguroso sistema de censura previa de los libros prohibiendose ademas la importacion de libros escritos en castellano y aplicandose la pena de muerte y la confiscacion de bienes a los que incumplieran lo dispuesto en ella Esta orden fue completada con la pragmatica de 22 de noviembre de 1559 promulgada por Felipe II nada mas volver de Bruselas por la que prohibia que sus subditos castellanos pudieran estudiar o ensenar en las universidades de fuera excepto en los colegios de Bolonia y Roma que eran los mas frecuentados por los castellanos que estudiaban en el extranjero Napoles y Coimbra En 1568 la prohibicion se extendio a la Corona de Aragon aunque las fronteras nunca llegaron a cerrarse del todo y mucho menos con Francia afirma Henry Kamen 8 El viejo ideal de una republica de las letras de ambito internacional comenzo a desmoronarse entre los humanistas y los universitarios Mientras habia existido una unica fe en Europa los intelectuales habian podido viajar atravesando libremente las fronteras despues tenderian a permanecer en los limites nacionales 9 Al mismo tiempo el rey ordeno a la Inquisicion que elaborara un nuevo Indice de libros prohibidos a la mayor brevedad El inquisidor general Fernando de Valdes con la colaboracion de su colega dominico y amigo Melchor Cano cumplio con el encargo y en el verano de 1559 se publico la lista con alrededor de 700 libros Esta fue la segunda edicion del Indice pero en realidad fue la primera que no fue una simple copia de otras listas como habia ocurrido con el Indice de 1551 que practicamente se habia limitado a reproducir el de la universidad de Lovaina de 1546 10 En 1664 el papa Pio IV promulgaba el Index Librorum Prohibitorum pero en la Monarquia Hispanica el que se aplicara sera el de la Inquisicion espanola 7 Las diversas ediciones del Indice Editar El Lazarillo de Tormes edicion de Juan de Junta Burgos 1554 Fue prohibido por el Indice en su edicion de 1559 Mas tarde pudo volver a ser publicado despues de expurgar determinados pasajes El Indice de 1559 contenia 700 libros prohibidos pero dos tercios de los mismos estaban escritos en latin y en su inmensa mayoria no habian sido editados en la Monarquia Hispanica lo que demostraria segun Henry Kamen que el objetivo principal del Indice era mantener fuera de Espana libros que en su mayor parte nunca habian entrado en el pais En cuanto a los libros escritos en castellano destacaba la prohibicion de catorce libros de Erasmo de Roterdam lo que levanto las protestas de algunos sectores eclesiasticos en el Indice de 1612 fue incluida su obra completa y Erasmo paso a la categoria de los auctores damanti y la de 19 obras literarias de Gil Vicente Hernando de Talavera Bartolome Torres Naharro Juan del Encina y Jorge de Montemayor ademas de El Lazarillo de Tormes y el Cancionero general Ademas se prohibieron varias obras de caracter piadoso como Audi Filia de Juan de Avila el Libro de la oracion de fray Luis de Granada y Las obras del cristiano del jesuita Francisco de Borja quien temiendo ser procesado por la Inquisicion se refugio en Roma y nunca regreso a Espana Tambien fueron prohibidos los Ejercicios espirituales del fundador de la Compania de Jesus Ignacio de Loyola Segun Henry Kamen la proscripcion de las obras piadosas respondia al temor de los inquisidores al resurgimiento del movimiento de los alumbrados y a su posible relacion con el luteranismo 11 En la lista tambien aparece el Dialogo de Mercurio y Caron de Alfonso de Valdes lo que se entiende perfectamente segun Joseph Perez ya que se trataba de un ataque feroz contra la Iglesia y de una defensa ferviente del cristianismo espiritual 12 Fray Luis de Granada cuyo Libro de oracion fue puesto en el Indice Fray Luis de Granada protesto y consiguio que fuera aprobado por el Concilio de Trento y por el papa pero esto no le sirvio de nada por lo que se vio obligado a introducir correcciones al texto para que circulara libremente En el preambulo del Indice aparecen los criterios que se han seguido para prohibir los libros que se volveran a encontrar con correcciones y anadidos en las ediciones posteriores los libros condenados por los papas o los concilios anteriores a 1515 los libros escritos por herejes o por judios o musulmanes cuyo objetivo sea atacar al catolicismo las traducciones de la Biblia en lengua vulgar las disputas y las controversias de caracter religioso entre catolicos y herejes asi como las refutaciones de Mahoma en lengua vulgar porque pueden dar una idea de las creencias de los infieles los libros de ciencias ocultas o de astrologia predictiva los libros que utilizan la Biblia con fines profanos o los poemas que la interpretan de forma irrespetuosa o contraria a las ensenanzas de la Iglesia las interpretaciones irrespetuosas de los santos o de los miembros de la jerarquia eclesiastica los que contengan tesis contrarias a las sostenidas por la Iglesia A continuacion se precisaba que la prohibicion de determinados libros se debia a que no era bueno leerlos en lengua vulgar o porque el contenido esta hecho de cosas vanas inutiles apocrifas y supersticiosas 13 Los ejemplares de los libros hereticos fueron quemados en publico siguiendo una orden de marzo de 1552 que contaba con precedentes en la historia de la Inquisicion espanola la quema de libros judios en Toledo en mayo de 1490 ordenada por el inquisidor general Torquemada y la de libros arabes encontrados en Granada de octubre de 1501 por mandato del cardenal Cisneros Al parecer la primera quema de libros del Indice tuvo lugar en una ceremonia celebrada en Valladolid en enero de 1558 en la que ardieron 27 libros Una enorme cantidad de obras fue asi destruida En 1559 un inquisidor de Barcelona informaba que por siete o ocho vezes hemos quemado aqui en casa montones de libros 14 Sin embargo desde finales del siglo XVI los libros incautados en los registros de librerias bibliotecas o barcos llegados desde el exterior eran enviados a la sede de los tribunales donde eran almacenados y a veces a la biblioteca de El Escorial en 1639 se informo que poseia 932 libros prohibidos La mayor parte de estos libros se perdieron de manera que de algunas obras condenadas por la Inquisicion no queda rastro afirma Kamen 15 Pero esto no quiere decir que la quema de libros desapareciera completamente En Toledo por orden del Consejo de la Suprema Inquisicion ardieron en la hoguera el 29 de junio de 1634 muchos libros y documentos 16 Hacia 1569 el rey Felipe II encargo al eminente hebraista Benito Arias Montano que elaborara un Indice expurgatorio para evitar que los libros fueran prohibidos completamente aunque contuvieran pasajes perfectamente ortodoxos Montano acabo su encargo en 1571 En el nuevo Indice expurgatorio se senalaban las frases los parrafos o las paginas que contenian ideas sospechosas de ser hereticas que serian suprimidas o tachadas de los libros 14 Gaspar de Quiroga y Vela inquisidor general responsable del Indice de 1583 1584 Tomando como base el Indice de Montano y el Index Librorum Prohibitorum promulgado por el papa en 1564 se preparo una nueva edicion del Indice bajos los auspicios del inquisidor general Gaspar de Quiroga en dos gruesos volumenes publicados en 1583 el de libros prohibidos y 1584 el de libros expurgados lo que lo diferencio del Indice papal que solo incluia libros prohibidos en este aspecto el sistema espanol era mas liberal segun Kamen porque las obras podian circular si los pasajes relevantes citados en el Indice expurgatorio eran eliminados El aumento del numero de libros prohibidos fue impresionante pues se triplico incluia 2 315 de los que el 74 estaban escritos en latin el 8 5 en castellano y el 17 en otras lenguas Pero segun Kamen esto puede resultar enganoso ya que lo que se hizo fue anadir la lista del Indice papal que incluia la totalidad del mundo intelectual europeo pasado y presente Rabelais Pedro Abelardo Guillermo de Ockam Savonarola Jean Bodin Maquiavelo Juan Luis Vives Marsilio de Padua Ariosto Dante y Tomas Moro pero en cuanto a los libros publicados en la peninsula apenas hubo cambios solo se anadieron unos 40 libros al Indice de 1559 Una aplastantes mayoria de libros prohibidos eran desconocidos para los espanoles nunca habian penetrado en Espana y estaban escritos en lenguas que los espanoles no eran capaces de leer 17 Ejemplo de libro expurgado Pagina de un libro de Erasmo que ha sido tachada con tinta incluido el grabado En la justificacion se dice que algunos libros como los de Francisco de Borja fray Luis de Granada o Juan de Avila han sido puestos en el Indice no porque sus autores se hayan apartado de la Santa Iglesia Romana 18 sino porque o bien se les han atribuido erroneamente o porque contienen citas de otros autores o incluso porque no es conveniente que ciertas tesis sean accesibles en lengua vulgar aun cuando los autores en cuestion actuen de buena fe y se mantengan fieles a la santa doctrina la malicia puede incitar a los enemigos de la fe a interpretarlos en un sentido desviado En 1605 por iniciativa del Consejo de la Suprema Inquisicion se inicio una nueva edicion del Indice que tardo siete anos en ser completada El inquisidor general Bernardo de Sandoval y Rojas decidio publicarlo en 1612 en un solo volumen por lo que paso a llamarse Index Librorum Prohibitorum et Expurgatorum Las ediciones siguientes fueron la de 1632 por iniciativa del inquisidor general Antonio Zapata y Cisneros y la de 1640 de Antonio de Sotomayor en este ultimo se expurgo una frase del capitulo 36 del libro II de El Quijote de Cervantes las obras de caridad que hazen tibia y flojamente no tienen merito ni valen nada 19 En la edicion de 1632 se prohibieron los libros de Copernico con lo que segun Joseph Perez se puso fin a un largo periodo de apertura cientifica desde 1561 la teoria de Copernico se venia ensenando sin problemas en la Universidad de Salamanca Tambien las obras de Kepler pero porque en ellas se hablaba del hereje rey de Inglaterra como fidei defensor defensor de la fe 20 En la pagina 63 de la edicion de 1632 se indica que en el Dioscorides de Andres Laguna un libro de Materia medica debe tacharse la frase siembranse con maldiciones las Albahacas y segun Plinio crecen muy viciosas con ellas viciosas alude aqui a vigorosas En la misma pagina se explica que frases como la anterior deben borrarse por encontrarse en lengua vulgar accesible pues al vulgo pero que no lo necesitarian si estuvieran en latin o griego La labor del expurgado de los libros correspondia a los bibliotecarios que debian ocuparse de ella antes de dejar los libros en manos de los lectores Los autores contemporaneos a la decision censora podian elegir omitir ellos mismos en sucesivas ediciones los parrafos censurados El Index fomentaba asi la autocensura La aplicacion del Indice y el impacto sobre la literatura y la ciencia EditarUna primera dificultad para su aplicacion era la disponibilidad de ejemplares del propio Indice pues los libreros se negaban a comprarlos porque decian que el libro era muy caro ademas les servia de excusa para seguir vendiendo libros prohibidos Kamen cita el ejemplo de la Inquisicion en Cataluna que solo dispuso de ocho ejemplares del Indice de Quiroga de 1583 1584 para todo el Principado Por otro lado era muy dificil que la Inquisicion pudiera controlar todos los puertos por donde entraban los libros del exterior a pesar de que periodicamente recibia informes de los embajadores sobre envios sospechosos tambien a causa de la falta de preparacion intelectual de muchos inquisidores para advertir que libros eran hereticos lo que dio lugar a frecuentes errores que restaron eficacia al control de la importacion de libros Asi inevitablemente algunos de los titulos prohibidos conseguian ser introducidos en el pais afirma Kamen 21 Los inquisidores visitaban las librerias y las bibliotecas en busca de los libros prohibidos para lo que pedian la colaboracion de los obispos y de las universidades pero eran escasas y espaciadas y los libreros alegaban ignorancia cuando se encontraban en sus locales libros prohibidos Por otro lado expurgar los libros resultaba mas costoso que prohibirlos un censor notifico a la Inquisicion que expurgar una biblioteca le habia costado cuatro meses con jornadas de ocho horas diarias y frecuentemente se ocasionaban danos irreparables a los libros con paginas desgarradas cortadas o deformadas al eliminar pasajes o grabados tachandolos con tinta 22 Fray Luis de Leon procesado por la Inquisicion permanecio en prision cuatro anos hasta que pudo volver a su catedra en la Universidad de Salamanca Kamen concluye que ni el Indice ni el sistema de censura crearon una maquinaria adecuada de control por lo que el Indice resulto por varias razones menos significativo de lo que se ha pensado a menudo Primero la mayor parte de los libros prohibidos en el no estaban ni remotamente al alcance de los lectores espanoles Segundo el Indice era voluminoso caro dificil de conseguir en las librerias e inevitablemente imperfecto y obsoleto En tercer lugar el Indice tuvo que hacer frente a fuertes criticas por parte de los libreros y de aquellos que tenian la impresion de que sus criterios estaban equivocados Finalmente el grueso de la literatura de creacion y los libros cientificos a los que los espanoles tenian acceso no fueron incluidos en el Indice A estas cuatro razones Kamen anade una quinta los que realmente querian obtener los libros que habian sido prohibidos pero que revestian un interes especial por ser de astrologia medicina o de contenido erudito tenian que hacer frente a pocos obstaculos traian los libros en persona o bien a traves de canales comerciales o pedian a amigos en el extranjero que se los enviaran La completa libertad de movimientos existente entre la peninsula por un lado y Francia e Italia por el otro garantizaban la circulacion sin trabas de gente libros y en un escalon mas alla ideas 23 Kamen concluye La imagen de una nacion hundida en la inercia y la supersticion debido a la Inquisicion fue parte de la mitologia creada alrededor del tribunal Sin embargo reconoce que a partir de mediados del siglo XVII los intelectuales espanoles comenzaron a ver en el Santo Oficio el gran obstaculo para el saber Las quejas del joven medico Juan de Cabriada en 1687 se hacen eco de este punto de vista de su generacion Que es lastimosa y aun vergonzosa cosa que como si fueramos indios hayamos de ser los ultimos en recibir las noticias y luces publicas que ya estan esparcidas por Europa 24 Una vision mas negativa del impacto de la Inquisicion sobre la vida intelectual espanola es la que ofrece Joseph Perez Este hispanista frances aunque reconoce que las publicaciones extranjeras nunca dejaron de penetrar en Espana afirma que al prevenir a los fieles en contra de ciertas lecturas peligrosas se acabo inculcando la desconfianza ante cualquier lectura y sobre todo que la Inquisicion represento un obstaculo importante para el ejercicio del libre examen y del espiritu critico ya que mucho mas que la ciencia y la literatura el humanismo fue el blanco de las sospechas y de la hostilidad de los inquisidores porque segun ellos el espiritu critico conduce a la herejia Perez pone de ejemplo a Fray Antonio de Arce uno de los jueces del proceso que la Inquisicion instruyo contra Fray Luis de Leon a causa del cual paso cuatro anos en la carcel que se jactaba de no saber ni griego ni hebreo y que afirmaba que los humanistas eran unos seres insolentes y mordaces Asi fue como se acabo esterilizando la investigacion y el pensamiento en la Espana inquisitorial concluye Perez 25 Sin embargo Perez afirma que la responsabilidad de la Inquisicion respecto del atraso cientifico espanol en el siglo XVII fue limitada ya que el lo atribuye al hecho de haber descuidado la investigacion basica en beneficio casi exclusivo de la investigacion aplicada por ejemplo como perfeccionar los instrumentos nauticos que permitirian calcular mejor la longitud y la latitud 26 Referencias Editar Kamen 2011 pp 104 105 Perez 2012 p 162 Kamen 2011 p 104 Escolar 1998 p 158 Martinez de Sousa 1992 pp 131 133 a b Kamen 2011 p 109 a b Martinez de Sousa 1992 p 133 Kamen 2011 pp 104 105 108 Kamen 2011 p 108 Kamen 2011 pp 109 110 Kamen 2011 pp 110 112 Perez 2012 p 165 Perez 2012 pp 167 168 a b Kamen 2011 p 113 Kamen 2011 p 122 Perez 2012 p 173 Kamen 2011 p 114 Perez 2012 p 168 Kamen 2011 pp 116 117 325 Perez 2012 p 170 Kamen 2011 pp 118 120 Kamen 2011 pp 120 122 Kamen 2011 pp 131 132 Kamen 2011 p 134 Perez 2012 pp 168 172 177 Perez 2012 p 171 Bibliografia EditarEscolar Hipolito 1998 Historia del libro espanol Madrid Gredos ISBN 84 249 1897 5 Kamen Henry 2011 1999 La Inquisicion Espanola Una revision historica 3ª edicion Barcelona Critica ISBN 978 84 9892 198 4 Martinez de Sousa Jose 1992 Pequena historia del libro 2ª edicion Barcelona Labor ISBN 84 335 3526 9 Perez Joseph 2012 2009 Breve Historia de la Inquisicion en Espana Barcelona Critica ISBN 978 84 08 00695 4 Datos Q16652177 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Indice de libros prohibidos de la Inquisicion espanola amp oldid 136126312, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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