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Mercenarios de la Antigua Grecia

El modelo básico de los mercenarios durante el primer milenio a. C., es el griego, derivado de la transformación de las estructuras de organización social que propiciaron el surgimiento de las ciudades-estados (polis) en sustitución del sistema palacial propio de la época micénica en que los guerreros defendían de un monarca, organización de la que pueden ser un reflejo los poemas homéricos.

La polis y la condición de ciudadanos implicó a todos sus habientes varones libres en la defensa del estado, surgiendo un nuevo tipo de guerrero, el hoplita, soldado de infantería pesadamente armado que combatía agrupado en un nuevo sistema de formación cerrada: la falange, alejada del combate heroico que, probablemente, caracterizó las batallas durante la Edad del Bronce.

Las armas de los nuevos guerreros, los llamados «hombres de bronce», eran esencialmente el escudo redondo (hoplon), la coraza anatómica, el casco y las grebas, empleando una larga lanza como principal arma ofensiva y una espada para el combate a corta distancia, armas que ya se encuentran, en mayor o menor medida, en la iconografía micénica, especialmente en el Vaso de los guerreros de Micenas, en el que ya se incluyen las piezas de armamento indicadas, difundiéndose el modelo de panoplia prehoplítica en otras áreas del mediterráneo oriental a través de las migraciones de finales del segundo milenio a. C., en las que pudieron tomar parte los ahhiyawa identificados como griegos micénicos, siendo el relato de la lucha entre David y Goliat un claro ejemplo de la difusión de este tipo de armamento.

Salió al centro, de entre las filas de los filisteos, un hombre llamado Goliat, de Gat que medía seis codos y un palmo de altura. Se cubría la cabeza con un casco de bronce y llevaba una coraza de escamas también de bronce, de 5.000 siclos de peso. En los pies llevaba botas de bronce, y en la izquierda un escudo, también de bronce. El asta de su lanza era como el plegador de un telar, y la punta, de hierro, pesaba seiscientos siclos. Delante de él caminaba su escudero.
Recreación moderna de una fila de hoplitas. Los mercenarios formaron parte de las falanges hoplíticas.

El sistema hoplítico

La organización de la guerra en Grecia derivada del nuevo sistema hoplítico se basaba en el combate cerrado y la formación compacta.

Las unidades variaron a lo largo del tiempo, pero un sistema representativo era el espartano. La dificultad y el tiempo necesarios para formar un hoplita propiciaría que el número total de ciudadanos que constituían el ejército, de no más de 9000 espartiatas en el siglo VII a. C., descendiera hasta los 3600 en el siglo IV a. C.

El sistema de división propio de los ejércitos ciudadanos se mantendrá entre los contingentes mercenarios como en el caso de los hombres reclutados por Ciro y mandados por Clearco. (Véase Anábasis de Jenofonte)

Los primeros mercenarios

Los hombres de bronce (kalkei andres) buscaron a partir del siglo VII a. C. soluciones para los problemas de subsistencia que se sucedieron en muchas polis como consecuencia de las crisis económicas derivadas de la falta de tierra (stenochoria) y, tras descartar la emigración hacia las colonias del mediterráneo central, pusieron sus conocimientos técnicos al servicio de diversos imperios, desde Egipto a Babilonia y Lidia entre los siglos VII a. C. y V a. C., interviniendo alternativamente en las luchas entre los sátrapas persas y el Imperio Aqueménida durante el siglo V a. C., como en el caso del contingente mandado por Licón de Atenas que apoyó a Pisutnes de Sardes contra Darío II en el 420 a. C., o al servicio de estos en las luchas entre las ciudades de Jonia y Atenas, como el contingente de epicuroi enviado por el sátrapa de Sardes en apoyo de los samios el 440 a. C., obteniendo un prestigio agrandado por la retirada de los mercenarios griegos por espacio de 15 meses desde Cunaxa hasta el mar Negro sin que pudieran ser derrotados.[1]

Auge del mercenariado

El éxito motivó la participación constante de mercenarios griegos en los ejércitos persas en diversas zonas del imperio, desde Egipto a Chipre y las satrapías occidentales, a lo largo del siglo IV a. C., hasta finalizar con el apoyo que Artajerjes III Oco prestó a la ciudad de Perinto asediada por Filipo II de Macedonia, enviando un ejército mercenario al mando del estratego ateniense Apolodoro que obligó a la retirada a los ejército macedonios.
Esta derrota, unida a la del cuerpo macedonio de Parmenio en la Tróade, en el 335 al 334 a. C. ante los mercenario de Memnón de Rodas, pesó en el recuerdo y condicionó sin duda la actuación de Alejandro Magno en la batalla del río Granico el mismo año cuando masacró a los mercenarios griegos.

Creta, Etolia y Arcadia, alguna de las regiones más desfavorecidas de Grecia y que por ello contaban con menos recursos, fueron el origen de una gran parte de los mercenarios, uniéndose a la razón económica la política en muchos casos.

Los cambios en los gobiernos de las ciudades, el surgimiento de las tiranías, la inestabilidad en general, serán causa y efecto de la disponibilidad y contratación de mercenarios, soldados que, superado el concepto de la lucha por la patria que alumbraba el sistema del ciudadano en armas establecido por las polis, combatirán esencialmente por su supervivencia.

Los mistophoros (los que cobran la paga, misthos), llamados también xenoi (extraños) por su origen, o apachar (auxiliares), caracterizarán con su presencia las grandes guerras mediterráneas hasta la caída definitiva de Cartago.

Jenofonte relata en la Anábasis la organización y estructura del contingente de mercenarios griegos (los Diez Mil) durante su retirada después de la muerte de Ciro II en la batalla de Cunaxa (401 a. C.), probablemente la acción más conocida de hoplitas griegos a sueldo.

Con todo, la gran época del mercenariado griego es la correspondiente al periodo posterior al final de la guerra del Peloponeso (431-404 a. C.), conflicto durante el que tanto lacedemonios como atenienses, y sus aliados, recurrieron a la contratación de mercenarios para completar sus ejércitos o reponer las bajas sufridas, empleando para ello contingentes de las más variadas procedencias, entre ellas la península ibérica.

El mercenariado

Tras la guerra del Peloponeso, un gran número de hombres fueron desmovilizados al finalizar sus contratos de alistamiento, con lo que perdieron su sistema de vida. A partir de este momento, un gran número de expertos hoplitas o auxiliares dorioforoi (los que portan lanza), tureophoroi (portadores de escudo oblongo o tureos) y peltastas (soldados de infantería ligera movilizados generalmente entre el campesinado caracterizados por usar un escudo pequeño o pelte), no teniendo otro medio de subsistencia que la guerra.

Plutarco indica que cuando Perseo de Macedonia reclutó mercenarios para enfrentarse a los romanos «se presentaron 10.000 jinetes y 10.000 infantes armados a la ligera, todos mercenarios, gentes que no sabían cultivar al tierra, ni navegar, ni vivir de la ganadería, que no ejercían más que un sólo trabajo y oficio, que consistía en combatir sin cesar y vencer a sus enemigos»,[2]​ se pusieron al servicio del mejor postor, sin importarles en muchos casos las razones de la lucha o el tener que enfrentarse a otros griegos, como en el caso de las batallas del río Gránico e Issos.

En la batalla de Issos, el núcleo profesional del ejército de Darío III estaba formado nuevamente por mercenarios griegos en número de 30.000 según las fuentes clásicas, aunque la cifra es sin duda exagerada. Junto a ellos los infantes pesados persas (kardakes) intentaron realizar las mismas funciones que los mercenarios. De hecho la carga de la falange griega al servicio de los persas estuvo a punto de hundir a la propia falange macedonia gracias a un error de Alejandro que separó en exceso su ala derecha del centro de la formación. No obstante, cuando la caballería macedonia consiguió derrotar al ala izquierda persa y atacar el flanco de los mercenarios, el centro persa se hundió provocando la huida de Darío III, aunque una parte del ejército consiguió mantenerse unida y embarcar en Trípoli.

En la batalla de Gaugamela (331 a. C.) los mercenarios griegos, aunque en número más reducido continuaban formando en el centro del dispositivo persa, a ambos lados del contingente mandado personalmente por el rey. Los supervivientes, mandados por Patrón de Fócida y Glauco de Etolia, mantuvieron su fidelidad al rey persa incluso en su huida hacia la Bactriana, se entregaron a Alejandro Magno después del asesinato de Darío III por Besos y fueron exterminados por el ejército de Alejandro Magno.

En la batalla del Gránico, el contingente de hoplitas mercenarios griegos se elevaba, probablemente, a 5000 hombres, mandados por el rodio Memnón, que permaneció en la segunda línea sin intervenir en el combate. Rodeados por la infantería y caballería macedonias, la mayor parte fueron exterminados pese a que intentaron pactar un acuerdo para sumarse a las filas del ejército de Alejandro, enviándose un contingente de 2000 hombres como esclavos a Macedonia.

Polieno, indica que el contingente de mercenarios a las órdenes de Memnón durante el asedio de Magnesia era de 4000 hombres (en el 335 a. C.).[3]

Los mercenarios griegos fueron, sin duda, una tropa muy apreciada y temida, pero también odiada y despreciada. Cuando los siracusanos recurrieron a la antigua metrópoli, Corinto, para librarse de la tiranía, la polis ístmica alistó y envió a Sicilia un contingente de hombres mandados por Timoleón reclutados en diversas zonas de Grecia, incluyendo incluso a los odiados guerreros que habían participado en el saqueo del santuario de Delfos, tropas que combatieron de forma excelente contra los cartagineses, pero cuya pérdida no se consideró una desgracia sino un justo castigo a sus acciones.[4]​ La propia Cartago, después de padecer severas derrotas a manos de los mercenarios griegos, incluyó diversos contingentes en sus tropas, destacando sin duda el papel del lacedemonio Jantipo durante la expedición de Marco Atilio Régulo a África durante la primera guerra púnica, pero fue incapaz de mantenerlo como comandante de las tropas por las envidia suscitada entre los cartagineses por sus éxitos y el temor a que interviniera en la política interna de la colonia tiria.

La fidelidad de los mercenarios se establecía, obviamente, a través de la paga.[5]​ El misthos consistía en una soldada establecida en el momento del contrato cuyo montante variaba según las circunstancias.

Los hombres dirigidos por Jenofonte tenían establecida una retribución de un dárico mensual, equivalente a cinco óbolos diarios, o 25 dracmas al mes, paga que no varió en exceso a lo largo del siglo IV a. C.

La paga se completaba, como es lógico, con las rapiñas producto del botín que incluía el saqueo de ciudades, campamentos, prisioneros y muertos. Pero también en ocasiones, la manutención (sitos) cuyo abono convertiría en neta la ganancia de la soldada.

El reparto del botín era organizado por el general de cada ejército que nombraba una serie de negociadores extraídos de entre la oficialidad para que llevaran a cabo las transacciones de lo obtenido con los comerciantes que acostumbraban a seguir a los ejércitos para aprovecharse de los despojos que los vencedores solían saldar a bajo precio, dado que acarrear el botín impedía la movilidad de los contingentes, y podía convertirse en una de las causas de su derrota al pensar más los soldados en conservar sus ganancias depositadas en el campamento que en luchar, motivo por el cual, en otras ocasiones, los generales obligaban a desprenderse de sus bagajes a las tropas dejándolos en las bases de operaciones del ejército para incentivar así a los soldados a obtener el triunfo y poder regresar tanto a sus hogares como junto a sus bienes. Como en el caso de Aníbal, cuyo ejército dejó los equipajes a recaudo del cuerpo de observación del Ebro, bienes que fueron saqueados por los romanos tras su victoria en la batalla de Cissa (218 a. C.).

Uno de los casos más significativos respecto a la obtención de botín lo constituyó el campamento del ejército persa de Mardonio capturado por los griegos tras la batalla de Platea (479 a. C.):

Ellos, se dispersaron por el campamento persa y encontraron tiendas recamadas con oro y plata, lechos con incrustaciones de oro y plata, y cráteras, copas y otras vasijas de oro; encontraron en unos carros, sacos en los que aparecieron calderos de oro y plata; despojaron a los cadáveres que yacían en el suelo de sus brazaletes, de sus collares y de sus espadas, que eran de oro [probablemente la vaina ya la empuñadura], y no daban importancia a las ropas de variados colores. Allí los hilotas robaron muchos objetos y los vendieron a los eginetas[...] de modo que las grandes fortunas de los eginetas tuvieron ese origen,[6]​ pues compraron a los hilotas el oro a precio de bronce.

La costumbre en los ejércitos de las polis griegas consistía en reservar una parte o décima del valor del botín obtenido para consagrarlo en el templo de una divinidad como muestra de agradecimiento por la protección recibida que les había permitido alcanzar la victoria. Los ejemplos son numerosos: Heródoto, describe esta práctica tras la victoria sobre la flota persa en aguas de Salamina el año 480 a. C.:

Ante todo, apartaron para los dioses, entre otros presentes, tres trirremes fenicias, para dedicar una en el Istmo, otra en Sunión y otra en Ayante, en la misma Salamina. Después d esto dividieron el botín, enviaron las primicias a Delfos y con ellas hicieron una figura de un hombre que tenía en la mano un espolón de nave, de un tamaño de doce codos.
Heródoto op. cit. VIII, 121-122

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Otros ejemplos corresponden a las ofrendas de Pausanias tras la victoria de Platea: Después de reunir todas las riquezas, apartaron el diezmo para el dios de Delfos, y con él se ofrendó el trípode de oro colocado sobre la serpiente de bronce de tres cabezas, muy cerca del altar. También separaron una parte para el dios de Olimpia, con la cual ofrendaron un Zeus de bronce de diez codos de alto, y otra para el dios del Istmo, con la que se hizo un Poseidón de bronce de siete codos.[7]

La misma práctica, integrante del agon griego, se llevará también a cabo en las guerras entre siracusanos y cartagineses, puesto que, por ejemplo, el tirano Gelón de Siracusa, después de su victoria, en 480 a. C., en la batalla de Hímera entregó en el santuario de Apolo en Delfos un trípode de oro por valor de 16 talentos.

Otras partes del botín correspondían al general del ejército y al propio Estado para sufragar los gastos de la guerra y,[8]​ por último el resto se repartía de forma proporcional o igualitaria entre los mercenarios, ya que en los ejércitos formados por ciudadanos era el Estado el que obtenía el producto de la venta del botín.

Cuando la situación lo requería, ante un combate decisivo, la defensa o el asedio de una ciudad, los generales solían prometer complementos específicos por actos de valor o aumentos generales de la paga para incentivar a los hombres. Ciro II prometió a cada soldado cinco minas de plata (500 dracmas) y el sueldo completo hasta el regreso a Jonia cuando los mercenarios se rebelaron al descubrir que marchaban contra Babilonia. Posteriormente prometerá nuevos pagos indicando que «lo que temo no es que me falte qué dar a cada uno de los amigos si las cosas salen bien, sino que no tenga suficientes manos a quienes dar. Por otra parte, a cada uno de vosotros, los griegos, os daré una corona de oro».[9]

Dionisio I de Siracusa entregó la ciudad de Motia al saqueo de sus hombres con el fin de que estuvieran más predispuestos a combatir en futuros encuentros sabiendo que su general les permitiría hacerse con un buen botín.[10]

Solo en casos muy excepcionales, como el de Eumenes II de Pérgamo, se incluían otras compensaciones, como la limitación de la duración de la campaña a 10 meses, retribuciones para los huérfanos de los muertos en combate, o precios fijos en los alimentos (especialmente el trigo y el vino) que los mercenarios debían adquirir. Sin embargo, la máxima reclamación de los mercenarios era la obtención de tierras para poder instalarse con sus familias, cambiando la prestación militar por la condición de propietario agrícola. El sistema, similar al de los clerucos organizado por Atenas para asegurarse el control de determinadas áreas del Egeo, no era sostenible por cuanto el transcurso de los años restaba capacidad militar a los guerreros reconvertidos en campesinos estacionales, y el estado debía afrontar nuevos dispendios para mantener la fortaleza del ejército.

Junto a la paga, y en los momentos en que la fidelidad de los mercenarios empezaba a flaquear, se recurría al sistema de dejarles rapiñar en las zonas próximas a los campamentos, como explica Jenofonte:

Mientras tanto salían todos los días con acémilas y esclavos y se traían al campamento, sin ser inquietados, cebada, trigo, vino, legumbres, mijo e higos; este país producía de todo, excepto aceite de oliva. Cuando el ejército estaba en el campamento se permitía a los soldados salir en busca de botín, y en estas salidas cada uno se apoderaba de lo que podía. Pero cuando salía el ejército entero, parte de lo que cada uno cogía se consideraba como propiedad común.
Jenofonte, Anábasis, VI, 6.

Pese a las remuneraciones, la fidelidad de los mercenarios dependía en muchos casos de las posibilidades de victoria, produciéndose frecuentes cambios de bando durante las campañas y deserciones. Existen múltiples ejemplos de deserciones. En la aproximación de Timoleón a Crimiso (341 a. C.), 1000 de sus 4000 mercenarios «se asustaron durante la marcha y se retiraron, persuadidos de que Timoleón había perdido el juicio y se había vuelto loco, al intentar atacar con 5000 infantes y 1000 jinetes a un ejército de 70.000 hombres y de llevar a su ejército a ocho días de marcha de Siracusa, puesto que a esa distancia no existía salvación en caso de derrota».[11]

El mejor sistema para impedir las deserciones era mantener a las tropas pagadas y abastecidas siguiendo la norma impuesta por Ifícrates, general ateniense del siglo IV a. C., al que se atribuye la remodelación de las tropas de fortuna introduciendo en gran número las tropas de infantería ligera (peltastas) y una infantería de línea basada en los hoplitas pero con armamento menos pesado.

Ifícrates mandó un ejército de tierra y mar numerosísimo, y le retenía la cuarta parte del sueldo de cada mes, que se guardaba como garantía para que nadie abandonase al ejército. Así siempre tenía en su ejército numerosos soldados y sin apuros económicos.
Polieno, Estratagemas III, 9, 51

Aunque en muchas ocasiones los castigos por el abandono no eran expeditivos, dado que el soldado entrenado, si la paga era buena y la causa tenía posibilidades de triunfar podía volver a emplearse pasado un tiempo. El propio Timoleón castigaba solo con la expulsión a los que hicieron defección de su ejército antes de la batalla del Crimiso contra los cartagineses, aun sabiendo que el concurso de las tropas que se negaron a seguirlo hubiera podido ser decisivo en el combate.[12]​ Y Ciro no tomó represalias sobre las familias de los mercenarios mandados por Jenias de Arcadia y Pasión de Megara que le abandonan en Miriando durante su marcha sobre Babilonia.
Era preferible, en todo caso, que los mercenarios y los aliados fueran de confianza.

Peltastas

No todos los mercenarios reclutados en Grecia eran hoplitas. Las derrotas sufridas durante las guerras de los siglos V y IV a. C. de algunos contingentes de hoplitas espartanos a manos de tropas ligeras, peor armadas pero más móviles, como en la batalla de Esfacteria (421 a. C.), o durante las campañas de Ifícrates de Atenas en la Guerra de Corinto durante la que obtuvo la victoria de Lecaón (390 a. C.) causando un 50 % de bajas a una unidad de 600 hoplitas lacedemonios, y la costumbre de que el equipo corría a cargo de los propios guerreros, contribuyó a una variación fundamental en el concepto de mercenario.

Si bien subsistió la idea de la falange mercenaria, adoptada por Siracusa durante las guerras para la expulsión de los tiranos (siglo IV a. C.), Cartago en el mismo periodo, o Persia al inicio de la guerra contra Alejandro Magno (343-330 a. C.), se produjo el desarrollo de un nuevo tipo de mercenarios: los peltastas pesados, empleados indistintamente como fuerzas de infantería de línea o de infantería ligera.

Los peltastas, en el momento de su aparición en los ejércitos griegos durante el siglo V a. C., eran guerreros tracios armados con un equipo ligero compuesto por botas de fieltro o cuero, túnica corta, un escudo de madera o mimbre con la parte superior recortada en forma de creciente lunar, jabalinas de entre 110 y 160 cm de longitud, y una lanza algo más larga que lanzaban por medio de un propulsor.[13]​ Muy útiles para lanzar un gran número de proyectiles combatiendo en orden abierto contra los grupos de hoplitas con el objeto de desbaratarlos, eran, sin embargo, vulnerables en un combate directo que siempre se intentaba evitar mediante una rápida retirada que permitiera volver a encarar a la formación hoplítica para acosarla constantemente hasta provocar su ruptura por cansancio. Su presencia entre las tropas de la expedición de Ciro reclutadas por Clearco es una de las últimas menciones a las mismas.

Los nuevos peltastas pesados incorporaron a su equipo elementos de la panoplia como el escudo circular (hoplon) y la lanza larga, pero se desprendieron de las pesadas corazas y cnémidas (grebas) para aumentar la movilidad. Los cascos de fieltro o cuero sustituyeron en muchas ocasiones a los cascos de bronce.

Los tureoforoi, soldados de infantería ligera armados con un escudo oval (tureos) constituirían la prolongación conceptual de los peltastas pesados hasta época helenística. No solo se constituyeron nuevas tropas polivalentes capaces de tomar parte en combates en línea y luchas irregulares, sino que desempeñaron un papel destacado otros tipos de guerreros, los arqueros y los honderos.

Arqueros y honderos

Durante la tiranía de Pisístrato en Atenas (560-527 a. C.), el tirano reclutó una fuerza de arqueros escitas con el objetivo de prestar apoyo a los hoplitas atenienses, confiriéndoles un poder de fuego del que carecían. No obstante, la principal función de los arqueros fue la de ejercer como fuerza de orden público en Atenas, siendo su imagen muy común en la decoración de la cerámica ática.

Su presencia entre las tropas atenienses fue de corta duración, ya que no figuraronn en la composición del ejército que combatió en Maratón (490 a. C.) y, por el contrario, se encuentran en el listado de tropas de Jerjes II que toman parte en la invasión de Grecia (480 a. C.) según el relato de Heródoto, bajo el nombre de sacas.[14]​ El arma de los arqueros escitas era el arco compuesto de cuerpo doble convexo, fabricado mediante una combinación de hueso, madera, asta, tendones, corteza y cuero. Surgido durante la Edad del Bronce en el Oriente Próximo, marcará una época de la arquería a pie y a caballo destacando su empleo por múltiples pueblos, desde los partos que lo emplearon profusamente en su victoria de Carrhae (53 a. C.) frente al ejército romano de Marco Licinio Creso Dives, a los persas sasánidas. Los escitas disponían de diversos tipos de proyectiles con puntas de bronce o hierro, macizas o con aletas, según la función, que guardaban en un carcaj (gorytos) decorado.

La arquería en el mundo griego fue ejercida especialmente por los cretenses, ampliamente empleados en la guerra del Peloponeso y presentes en la retirada de los Diez Mil, aunque es probable que, con el tiempo, el concepto cretense referido a los arqueros no correspondiera tanto a una unidad cohesionada por su origen territorial, sino que se refiriera a un tipo concreto de soldado en función del arma empleada; de forma similar a las citas en las fuentes romanas referidas a los honderos baleares que, tras una primera fase, se referirían a todos aquellos guerreros especializados en el combate con hondas.

Los cretenses descritos por Jenofonte llevaban además del arco compuesto una vestimenta ligera y un escudo de bronce de pequeño tamaño (pelta) que emplearían en el combate cuerpo a cuerpo, citándose también cretenses armados con pequeños escudos (aspidiotai) al servicio de los seléucidas a finales del siglo III a. C., con corazas entre las tropas de Antíoco III mandadas por Polixénidas de Rodas e incluso entre las tropas del rey macedonio Perseo derrotadas en la batalla de Pidna (168 a. C.) por Lucio Emilio Paulo, donde los cretenses fueron, por codicia de los tesoros del rey, los últimos en abandonarle.

Pese a la concepción del combate cerrado característico de las polis y el supuesto desprecio hacia el empleo del arco como arma noble, siguiendo la tradición literaria que lo considera un arma «afeminada»,[15]​ existen ejemplos del empleo de arcos por soldados con armadura completa claramente identificables como hoplitas, en un dinos atribuido al Pintor de Altamura (c.450 a. C.) y, especialmente, en el Monumento de las Nereidas de Janto (c.400 a. C.), en que dos arqueros protegidos por corazas de lino (linothorax) y cascos corintios protegen la escalada de los hoplitas a las murallas.

Los honderos formaban también unidades especializadas de mercenarios. Junto a los rodios, aqueos y acarnienses obtuvieron justa fama ya durante la guerra del Peloponeso por la potencia y precisión de su tiro, como el contingente del golfo de Melida reclutado por los beocios antes del asedio de Delio.

Aunque es en la Anábasis donde se muestra con mayor claridad la necesidad de disponer de honderos para hacer frente a las acometidas de las tropas de Mitrídates,[16]​ llegando los comandantes de los mercenarios griegos a primar a los soldados, especialmente peltastas, que aceptaron constituir la unidad de honderos del ejército en retirada, demostrándose su utilidad en la batalla de Drilae donde lucharon intercalados con los hoplitas.

Los mercenarios griegos constituían a pesar de su diversa procedencia, un grupo hasta cierto punto uniforme debido al hecho de compartir elementos correspondientes a un mismo ethos y, especialmente, a proceder de un sistema de combate común.

Las dificultades que Ciro tiene para transmitir sus órdenes al contingente mercenario reflejadas también en las experiencias de Orontes (385 a. C.) con contingentes mercenarios griegos y bárbaros, como el ateniense Cabrias con mercenarios griegos y soldados egipcios (384-382 a. C.) se multiplicarían en el ejército cartaginés.

Véase también

Notas

  1. Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso I 115,4.
  2. Plutarco, Vidas paralelas, Paulo Emilio 12, 4.
  3. Polieno, Estratagemas V, 44, 4.
  4. Cuando estuvieron todos reunidos en el territorio de Mesina (cartagineses y mercenarios), mataron a 400 mercenarios que Timoleón había enviado en apoyo de la ciudad; después prepararon una emboscada en el territorio de los cartagineses, en el enclave llamado Hieres y masacraron a los mercenarios mandados por Eutimos de Léucade. Estos reveses tuvieron por efecto mejorar el humor de Timoleón. En efecto, esos mercenarios habían formado parte de los que con los focidios Filomelo y Onomarco se habían apoderado de Delfos y habían tomado parte en el saqueo del santuario. Como todo el mundo los repudiaba y se guardaba de ellos como individuos malditos, erraban por el Peloponeso, donde Timoleón los tomó a sueldo a falta de otros soldados.
    Plutarco, Vidas paralelas, Timoleón 30, 6-8.
  5. Por ejemplo en Castropedio los mercenarios griegos reclaman abiertamente a Ciro II los tres meses de paga adeudada, cantidad que tan sólo pudo sufragar con la ayuda de la reina Epiaxa, esposa de Siénesis, rey de Cilicia. Jenofonte, Anábasis, I, 2,12.
  6. La riqueza de Egina no era reciente y se debía a la expansión de su flota mercante, y fue la primera ciudad griega en acuñar moneda (h. 620 a. C.). Cf. Heródoto II, 178, 3; IV, 152,3.
  7. Heródoto, VIII, 81
  8. Pausanias recibió la décima parte del botín conseguido a los persas en la Batalla de Platea.
  9. Jenofonte, Anábasis I, 4;I, 7
  10. Diodoro Sículo, Biblioteca histórica, xiv, 53, 3.
  11. Plutarco, Vidas paralelas, Timoléon, 25, 5.
  12. Plutarco, Timoléon, 30, 2-3.
  13. Heródoto describe así el aspecto de los tracios enrolados en el ejército de Jerjes II (480 a. C.):
    Los tracios marchaban llevando en la cabeza pieles de zorro, en el cuerpo, túnicas que cubrían con marlotas de varios colores, en pies y piernas calzado de piel de cervatillo; tenían venablos, peltas y dagas pequeñas. Heródoto VII 75.
  14. Los sacas escitas llevaban en la cabeza gorros puntiagudos, derechos y tiesos; vestían bragas; tenían sus arcos nacionales, dagas, y además unas hachas o sagaris. Heródoto VII 64.
  15. Homero, Ilíada XI, 380; Aristófanes, Los acarnienses 707; Sófocles, Áyax 1120-1130; Tucídides iv, 40, 2.
  16. Jenofonte, Anábasis, III, 3, 6-11.

Referencias

  • L. P. Marinovic, Le Mercenariat grec et la crise de la polis (1988).

Enlaces externos

    •   Datos: Q5394880

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El modelo basico de los mercenarios durante el primer milenio a C es el griego derivado de la transformacion de las estructuras de organizacion social que propiciaron el surgimiento de las ciudades estados polis en sustitucion del sistema palacial propio de la epoca micenica en que los guerreros defendian de un monarca organizacion de la que pueden ser un reflejo los poemas homericos La polis y la condicion de ciudadanos implico a todos sus habientes varones libres en la defensa del estado surgiendo un nuevo tipo de guerrero el hoplita soldado de infanteria pesadamente armado que combatia agrupado en un nuevo sistema de formacion cerrada la falange alejada del combate heroico que probablemente caracterizo las batallas durante la Edad del Bronce Las armas de los nuevos guerreros los llamados hombres de bronce eran esencialmente el escudo redondo hoplon la coraza anatomica el casco y las grebas empleando una larga lanza como principal arma ofensiva y una espada para el combate a corta distancia armas que ya se encuentran en mayor o menor medida en la iconografia micenica especialmente en el Vaso de los guerreros de Micenas en el que ya se incluyen las piezas de armamento indicadas difundiendose el modelo de panoplia prehoplitica en otras areas del mediterraneo oriental a traves de las migraciones de finales del segundo milenio a C en las que pudieron tomar parte los ahhiyawa identificados como griegos micenicos siendo el relato de la lucha entre David y Goliat un claro ejemplo de la difusion de este tipo de armamento Salio al centro de entre las filas de los filisteos un hombre llamado Goliat de Gat que media seis codos y un palmo de altura Se cubria la cabeza con un casco de bronce y llevaba una coraza de escamas tambien de bronce de 5 000 siclos de peso En los pies llevaba botas de bronce y en la izquierda un escudo tambien de bronce El asta de su lanza era como el plegador de un telar y la punta de hierro pesaba seiscientos siclos Delante de el caminaba su escudero Primer libro de Samuel 1 17 3 7 Recreacion moderna de una fila de hoplitas Los mercenarios formaron parte de las falanges hopliticas Indice 1 El sistema hoplitico 2 Los primeros mercenarios 3 Auge del mercenariado 4 El mercenariado 4 1 Peltastas 4 2 Arqueros y honderos 5 Vease tambien 6 Notas 7 Referencias 8 Enlaces externosEl sistema hoplitico EditarArticulo principal El sistema hoplitico La organizacion de la guerra en Grecia derivada del nuevo sistema hoplitico se basaba en el combate cerrado y la formacion compacta Las unidades variaron a lo largo del tiempo pero un sistema representativo era el espartano La dificultad y el tiempo necesarios para formar un hoplita propiciaria que el numero total de ciudadanos que constituian el ejercito de no mas de 9000 espartiatas en el siglo VII a C descendiera hasta los 3600 en el siglo IV a C El sistema de division propio de los ejercitos ciudadanos se mantendra entre los contingentes mercenarios como en el caso de los hombres reclutados por Ciro y mandados por Clearco VeaseAnabasisde Jenofonte Los primeros mercenarios EditarLos hombres de bronce kalkei andres buscaron a partir del siglo VII a C soluciones para los problemas de subsistencia que se sucedieron en muchas polis como consecuencia de las crisis economicas derivadas de la falta de tierra stenochoria y tras descartar la emigracion hacia las colonias del mediterraneo central pusieron sus conocimientos tecnicos al servicio de diversos imperios desde Egipto a Babilonia y Lidia entre los siglos VII a C y V a C interviniendo alternativamente en las luchas entre los satrapas persas y el Imperio Aquemenida durante el siglo V a C como en el caso del contingente mandado por Licon de Atenas que apoyo a Pisutnes de Sardes contra Dario II en el 420 a C o al servicio de estos en las luchas entre las ciudades de Jonia y Atenas como el contingente de epicuroi enviado por el satrapa de Sardes en apoyo de los samios el 440 a C obteniendo un prestigio agrandado por la retirada de los mercenarios griegos por espacio de 15 meses desde Cunaxa hasta el mar Negro sin que pudieran ser derrotados 1 Auge del mercenariado EditarEl exito motivo la participacion constante de mercenarios griegos en los ejercitos persas en diversas zonas del imperio desde Egipto a Chipre y las satrapias occidentales a lo largo del siglo IV a C hasta finalizar con el apoyo que Artajerjes III Oco presto a la ciudad de Perinto asediada por Filipo II de Macedonia enviando un ejercito mercenario al mando del estratego ateniense Apolodoro que obligo a la retirada a los ejercito macedonios Esta derrota unida a la del cuerpo macedonio de Parmenio en la Troade en el 335 al 334 a C ante los mercenario de Memnon de Rodas peso en el recuerdo y condiciono sin duda la actuacion de Alejandro Magno en la batalla del rio Granico el mismo ano cuando masacro a los mercenarios griegos Creta Etolia y Arcadia alguna de las regiones mas desfavorecidas de Grecia y que por ello contaban con menos recursos fueron el origen de una gran parte de los mercenarios uniendose a la razon economica la politica en muchos casos Los cambios en los gobiernos de las ciudades el surgimiento de las tiranias la inestabilidad en general seran causa y efecto de la disponibilidad y contratacion de mercenarios soldados que superado el concepto de la lucha por la patria que alumbraba el sistema del ciudadano en armas establecido por las polis combatiran esencialmente por su supervivencia Los mistophoros los que cobran la paga misthos llamados tambien xenoi extranos por su origen o apachar auxiliares caracterizaran con su presencia las grandes guerras mediterraneas hasta la caida definitiva de Cartago Jenofonte relata en la Anabasis la organizacion y estructura del contingente de mercenarios griegos los Diez Mil durante su retirada despues de la muerte de Ciro II en la batalla de Cunaxa 401 a C probablemente la accion mas conocida de hoplitas griegos a sueldo Con todo la gran epoca del mercenariado griego es la correspondiente al periodo posterior al final de la guerra del Peloponeso 431 404 a C conflicto durante el que tanto lacedemonios como atenienses y sus aliados recurrieron a la contratacion de mercenarios para completar sus ejercitos o reponer las bajas sufridas empleando para ello contingentes de las mas variadas procedencias entre ellas la peninsula iberica El mercenariado EditarTras la guerra del Peloponeso un gran numero de hombres fueron desmovilizados al finalizar sus contratos de alistamiento con lo que perdieron su sistema de vida A partir de este momento un gran numero de expertos hoplitas o auxiliares dorioforoi los que portan lanza tureophoroi portadores de escudo oblongo o tureos y peltastas soldados de infanteria ligera movilizados generalmente entre el campesinado caracterizados por usar un escudo pequeno o pelte no teniendo otro medio de subsistencia que la guerra Plutarco indica que cuando Perseo de Macedonia recluto mercenarios para enfrentarse a los romanos se presentaron 10 000 jinetes y 10 000 infantes armados a la ligera todos mercenarios gentes que no sabian cultivar al tierra ni navegar ni vivir de la ganaderia que no ejercian mas que un solo trabajo y oficio que consistia en combatir sin cesar y vencer a sus enemigos 2 se pusieron al servicio del mejor postor sin importarles en muchos casos las razones de la lucha o el tener que enfrentarse a otros griegos como en el caso de las batallas del rio Granico e Issos En la batalla de Issos el nucleo profesional del ejercito de Dario III estaba formado nuevamente por mercenarios griegos en numero de 30 000 segun las fuentes clasicas aunque la cifra es sin duda exagerada Junto a ellos los infantes pesados persas kardakes intentaron realizar las mismas funciones que los mercenarios De hecho la carga de la falange griega al servicio de los persas estuvo a punto de hundir a la propia falange macedonia gracias a un error de Alejandro que separo en exceso su ala derecha del centro de la formacion No obstante cuando la caballeria macedonia consiguio derrotar al ala izquierda persa y atacar el flanco de los mercenarios el centro persa se hundio provocando la huida de Dario III aunque una parte del ejercito consiguio mantenerse unida y embarcar en Tripoli En la batalla de Gaugamela 331 a C los mercenarios griegos aunque en numero mas reducido continuaban formando en el centro del dispositivo persa a ambos lados del contingente mandado personalmente por el rey Los supervivientes mandados por Patron de Focida y Glauco de Etolia mantuvieron su fidelidad al rey persa incluso en su huida hacia la Bactriana se entregaron a Alejandro Magno despues del asesinato de Dario III por Besos y fueron exterminados por el ejercito de Alejandro Magno En la batalla del Granico el contingente de hoplitas mercenarios griegos se elevaba probablemente a 5000 hombres mandados por el rodio Memnon que permanecio en la segunda linea sin intervenir en el combate Rodeados por la infanteria y caballeria macedonias la mayor parte fueron exterminados pese a que intentaron pactar un acuerdo para sumarse a las filas del ejercito de Alejandro enviandose un contingente de 2000 hombres como esclavos a Macedonia Polieno indica que el contingente de mercenarios a las ordenes de Memnon durante el asedio de Magnesia era de 4000 hombres en el 335 a C 3 Los mercenarios griegos fueron sin duda una tropa muy apreciada y temida pero tambien odiada y despreciada Cuando los siracusanos recurrieron a la antigua metropoli Corinto para librarse de la tirania la polis istmica alisto y envio a Sicilia un contingente de hombres mandados por Timoleon reclutados en diversas zonas de Grecia incluyendo incluso a los odiados guerreros que habian participado en el saqueo del santuario de Delfos tropas que combatieron de forma excelente contra los cartagineses pero cuya perdida no se considero una desgracia sino un justo castigo a sus acciones 4 La propia Cartago despues de padecer severas derrotas a manos de los mercenarios griegos incluyo diversos contingentes en sus tropas destacando sin duda el papel del lacedemonio Jantipo durante la expedicion de Marco Atilio Regulo a Africa durante la primera guerra punica pero fue incapaz de mantenerlo como comandante de las tropas por las envidia suscitada entre los cartagineses por sus exitos y el temor a que interviniera en la politica interna de la colonia tiria La fidelidad de los mercenarios se establecia obviamente a traves de la paga 5 El misthos consistia en una soldada establecida en el momento del contrato cuyo montante variaba segun las circunstancias Los hombres dirigidos por Jenofonte tenian establecida una retribucion de un darico mensual equivalente a cinco obolos diarios o 25 dracmas al mes paga que no vario en exceso a lo largo del siglo IV a C La paga se completaba como es logico con las rapinas producto del botin que incluia el saqueo de ciudades campamentos prisioneros y muertos Pero tambien en ocasiones la manutencion sitos cuyo abono convertiria en neta la ganancia de la soldada El reparto del botin era organizado por el general de cada ejercito que nombraba una serie de negociadores extraidos de entre la oficialidad para que llevaran a cabo las transacciones de lo obtenido con los comerciantes que acostumbraban a seguir a los ejercitos para aprovecharse de los despojos que los vencedores solian saldar a bajo precio dado que acarrear el botin impedia la movilidad de los contingentes y podia convertirse en una de las causas de su derrota al pensar mas los soldados en conservar sus ganancias depositadas en el campamento que en luchar motivo por el cual en otras ocasiones los generales obligaban a desprenderse de sus bagajes a las tropas dejandolos en las bases de operaciones del ejercito para incentivar asi a los soldados a obtener el triunfo y poder regresar tanto a sus hogares como junto a sus bienes Como en el caso de Anibal cuyo ejercito dejo los equipajes a recaudo del cuerpo de observacion del Ebro bienes que fueron saqueados por los romanos tras su victoria en la batalla de Cissa 218 a C Uno de los casos mas significativos respecto a la obtencion de botin lo constituyo el campamento del ejercito persa de Mardonio capturado por los griegos tras la batalla de Platea 479 a C Ellos se dispersaron por el campamento persa y encontraron tiendas recamadas con oro y plata lechos con incrustaciones de oro y plata y crateras copas y otras vasijas de oro encontraron en unos carros sacos en los que aparecieron calderos de oro y plata despojaron a los cadaveres que yacian en el suelo de sus brazaletes de sus collares y de sus espadas que eran de oro probablemente la vaina ya la empunadura y no daban importancia a las ropas de variados colores Alli los hilotas robaron muchos objetos y los vendieron a los eginetas de modo que las grandes fortunas de los eginetas tuvieron ese origen 6 pues compraron a los hilotas el oro a precio de bronce Herodoto Historia IX 80 La costumbre en los ejercitos de las polis griegas consistia en reservar una parte o decima del valor del botin obtenido para consagrarlo en el templo de una divinidad como muestra de agradecimiento por la proteccion recibida que les habia permitido alcanzar la victoria Los ejemplos son numerosos Herodoto describe esta practica tras la victoria sobre la flota persa en aguas de Salamina el ano 480 a C Ante todo apartaron para los dioses entre otros presentes tres trirremes fenicias para dedicar una en el Istmo otra en Sunion y otra en Ayante en la misma Salamina Despues d esto dividieron el botin enviaron las primicias a Delfos y con ellas hicieron una figura de un hombre que tenia en la mano un espolon de nave de un tamano de doce codos Herodoto op cit VIII 121 122 Otros ejemplos corresponden a las ofrendas de Pausanias tras la victoria de Platea Despues de reunir todas las riquezas apartaron el diezmo para el dios de Delfos y con el se ofrendo el tripode de oro colocado sobre la serpiente de bronce de tres cabezas muy cerca del altar Tambien separaron una parte para el dios de Olimpia con la cual ofrendaron un Zeus de bronce de diez codos de alto y otra para el dios del Istmo con la que se hizo un Poseidon de bronce de siete codos 7 La misma practica integrante del agon griego se llevara tambien a cabo en las guerras entre siracusanos y cartagineses puesto que por ejemplo el tirano Gelon de Siracusa despues de su victoria en 480 a C en la batalla de Himera entrego en el santuario de Apolo en Delfos un tripode de oro por valor de 16 talentos Otras partes del botin correspondian al general del ejercito y al propio Estado para sufragar los gastos de la guerra y 8 por ultimo el resto se repartia de forma proporcional o igualitaria entre los mercenarios ya que en los ejercitos formados por ciudadanos era el Estado el que obtenia el producto de la venta del botin Cuando la situacion lo requeria ante un combate decisivo la defensa o el asedio de una ciudad los generales solian prometer complementos especificos por actos de valor o aumentos generales de la paga para incentivar a los hombres Ciro II prometio a cada soldado cinco minas de plata 500 dracmas y el sueldo completo hasta el regreso a Jonia cuando los mercenarios se rebelaron al descubrir que marchaban contra Babilonia Posteriormente prometera nuevos pagos indicando que lo que temo no es que me falte que dar a cada uno de los amigos si las cosas salen bien sino que no tenga suficientes manos a quienes dar Por otra parte a cada uno de vosotros los griegos os dare una corona de oro 9 Dionisio I de Siracusa entrego la ciudad de Motia al saqueo de sus hombres con el fin de que estuvieran mas predispuestos a combatir en futuros encuentros sabiendo que su general les permitiria hacerse con un buen botin 10 Solo en casos muy excepcionales como el de Eumenes II de Pergamo se incluian otras compensaciones como la limitacion de la duracion de la campana a 10 meses retribuciones para los huerfanos de los muertos en combate o precios fijos en los alimentos especialmente el trigo y el vino que los mercenarios debian adquirir Sin embargo la maxima reclamacion de los mercenarios era la obtencion de tierras para poder instalarse con sus familias cambiando la prestacion militar por la condicion de propietario agricola El sistema similar al de los clerucos organizado por Atenas para asegurarse el control de determinadas areas del Egeo no era sostenible por cuanto el transcurso de los anos restaba capacidad militar a los guerreros reconvertidos en campesinos estacionales y el estado debia afrontar nuevos dispendios para mantener la fortaleza del ejercito Junto a la paga y en los momentos en que la fidelidad de los mercenarios empezaba a flaquear se recurria al sistema de dejarles rapinar en las zonas proximas a los campamentos como explica Jenofonte Mientras tanto salian todos los dias con acemilas y esclavos y se traian al campamento sin ser inquietados cebada trigo vino legumbres mijo e higos este pais producia de todo excepto aceite de oliva Cuando el ejercito estaba en el campamento se permitia a los soldados salir en busca de botin y en estas salidas cada uno se apoderaba de lo que podia Pero cuando salia el ejercito entero parte de lo que cada uno cogia se consideraba como propiedad comun Jenofonte Anabasis VI 6 Pese a las remuneraciones la fidelidad de los mercenarios dependia en muchos casos de las posibilidades de victoria produciendose frecuentes cambios de bando durante las campanas y deserciones Existen multiples ejemplos de deserciones En la aproximacion de Timoleon a Crimiso 341 a C 1000 de sus 4000 mercenarios se asustaron durante la marcha y se retiraron persuadidos de que Timoleon habia perdido el juicio y se habia vuelto loco al intentar atacar con 5000 infantes y 1000 jinetes a un ejercito de 70 000 hombres y de llevar a su ejercito a ocho dias de marcha de Siracusa puesto que a esa distancia no existia salvacion en caso de derrota 11 El mejor sistema para impedir las deserciones era mantener a las tropas pagadas y abastecidas siguiendo la norma impuesta por Ificrates general ateniense del siglo IV a C al que se atribuye la remodelacion de las tropas de fortuna introduciendo en gran numero las tropas de infanteria ligera peltastas y una infanteria de linea basada en los hoplitas pero con armamento menos pesado Ificrates mando un ejercito de tierra y mar numerosisimo y le retenia la cuarta parte del sueldo de cada mes que se guardaba como garantia para que nadie abandonase al ejercito Asi siempre tenia en su ejercito numerosos soldados y sin apuros economicos Polieno Estratagemas III 9 51 Aunque en muchas ocasiones los castigos por el abandono no eran expeditivos dado que el soldado entrenado si la paga era buena y la causa tenia posibilidades de triunfar podia volver a emplearse pasado un tiempo El propio Timoleon castigaba solo con la expulsion a los que hicieron defeccion de su ejercito antes de la batalla del Crimiso contra los cartagineses aun sabiendo que el concurso de las tropas que se negaron a seguirlo hubiera podido ser decisivo en el combate 12 Y Ciro no tomo represalias sobre las familias de los mercenarios mandados por Jenias de Arcadia y Pasion de Megara que le abandonan en Miriando durante su marcha sobre Babilonia Era preferible en todo caso que los mercenarios y los aliados fueran de confianza Peltastas Editar Articulo principal Peltasta No todos los mercenarios reclutados en Grecia eran hoplitas Las derrotas sufridas durante las guerras de los siglos V y IV a C de algunos contingentes de hoplitas espartanos a manos de tropas ligeras peor armadas pero mas moviles como en la batalla de Esfacteria 421 a C o durante las campanas de Ificrates de Atenas en la Guerra de Corinto durante la que obtuvo la victoria de Lecaon 390 a C causando un 50 de bajas a una unidad de 600 hoplitas lacedemonios y la costumbre de que el equipo corria a cargo de los propios guerreros contribuyo a una variacion fundamental en el concepto de mercenario Si bien subsistio la idea de la falange mercenaria adoptada por Siracusa durante las guerras para la expulsion de los tiranos siglo IV a C Cartago en el mismo periodo o Persia al inicio de la guerra contra Alejandro Magno 343 330 a C se produjo el desarrollo de un nuevo tipo de mercenarios los peltastas pesados empleados indistintamente como fuerzas de infanteria de linea o de infanteria ligera Los peltastas en el momento de su aparicion en los ejercitos griegos durante el siglo V a C eran guerreros tracios armados con un equipo ligero compuesto por botas de fieltro o cuero tunica corta un escudo de madera o mimbre con la parte superior recortada en forma de creciente lunar jabalinas de entre 110 y 160 cm de longitud y una lanza algo mas larga que lanzaban por medio de un propulsor 13 Muy utiles para lanzar un gran numero de proyectiles combatiendo en orden abierto contra los grupos de hoplitas con el objeto de desbaratarlos eran sin embargo vulnerables en un combate directo que siempre se intentaba evitar mediante una rapida retirada que permitiera volver a encarar a la formacion hoplitica para acosarla constantemente hasta provocar su ruptura por cansancio Su presencia entre las tropas de la expedicion de Ciro reclutadas por Clearco es una de las ultimas menciones a las mismas Los nuevos peltastas pesados incorporaron a su equipo elementos de la panoplia como el escudo circular hoplon y la lanza larga pero se desprendieron de las pesadas corazas y cnemidas grebas para aumentar la movilidad Los cascos de fieltro o cuero sustituyeron en muchas ocasiones a los cascos de bronce Los tureoforoi soldados de infanteria ligera armados con un escudo oval tureos constituirian la prolongacion conceptual de los peltastas pesados hasta epoca helenistica No solo se constituyeron nuevas tropas polivalentes capaces de tomar parte en combates en linea y luchas irregulares sino que desempenaron un papel destacado otros tipos de guerreros los arqueros y los honderos Arqueros y honderos Editar Durante la tirania de Pisistrato en Atenas 560 527 a C el tirano recluto una fuerza de arqueros escitas con el objetivo de prestar apoyo a los hoplitas atenienses confiriendoles un poder de fuego del que carecian No obstante la principal funcion de los arqueros fue la de ejercer como fuerza de orden publico en Atenas siendo su imagen muy comun en la decoracion de la ceramica atica Su presencia entre las tropas atenienses fue de corta duracion ya que no figuraronn en la composicion del ejercito que combatio en Maraton 490 a C y por el contrario se encuentran en el listado de tropas de Jerjes II que toman parte en la invasion de Grecia 480 a C segun el relato de Herodoto bajo el nombre de sacas 14 El arma de los arqueros escitas era el arco compuesto de cuerpo doble convexo fabricado mediante una combinacion de hueso madera asta tendones corteza y cuero Surgido durante la Edad del Bronce en el Oriente Proximo marcara una epoca de la arqueria a pie y a caballo destacando su empleo por multiples pueblos desde los partos que lo emplearon profusamente en su victoria de Carrhae 53 a C frente al ejercito romano de Marco Licinio Creso Dives a los persas sasanidas Los escitas disponian de diversos tipos de proyectiles con puntas de bronce o hierro macizas o con aletas segun la funcion que guardaban en un carcaj gorytos decorado La arqueria en el mundo griego fue ejercida especialmente por los cretenses ampliamente empleados en la guerra del Peloponeso y presentes en la retirada de los Diez Mil aunque es probable que con el tiempo el concepto cretense referido a los arqueros no correspondiera tanto a una unidad cohesionada por su origen territorial sino que se refiriera a un tipo concreto de soldado en funcion del arma empleada de forma similar a las citas en las fuentes romanas referidas a los honderos baleares que tras una primera fase se referirian a todos aquellos guerreros especializados en el combate con hondas Los cretenses descritos por Jenofonte llevaban ademas del arco compuesto una vestimenta ligera y un escudo de bronce de pequeno tamano pelta que emplearian en el combate cuerpo a cuerpo citandose tambien cretenses armados con pequenos escudos aspidiotai al servicio de los seleucidas a finales del siglo III a C con corazas entre las tropas de Antioco III mandadas por Polixenidas de Rodas e incluso entre las tropas del rey macedonio Perseo derrotadas en la batalla de Pidna 168 a C por Lucio Emilio Paulo donde los cretenses fueron por codicia de los tesoros del rey los ultimos en abandonarle Pese a la concepcion del combate cerrado caracteristico de las polis y el supuesto desprecio hacia el empleo del arco como arma noble siguiendo la tradicion literaria que lo considera un arma afeminada 15 existen ejemplos del empleo de arcos por soldados con armadura completa claramente identificables como hoplitas en un dinos atribuido al Pintor de Altamura c 450 a C y especialmente en el Monumento de las Nereidas de Janto c 400 a C en que dos arqueros protegidos por corazas de lino linothorax y cascos corintios protegen la escalada de los hoplitas a las murallas Los honderos formaban tambien unidades especializadas de mercenarios Junto a los rodios aqueos y acarnienses obtuvieron justa fama ya durante la guerra del Peloponeso por la potencia y precision de su tiro como el contingente del golfo de Melida reclutado por los beocios antes del asedio de Delio Aunque es en la Anabasis donde se muestra con mayor claridad la necesidad de disponer de honderos para hacer frente a las acometidas de las tropas de Mitridates 16 llegando los comandantes de los mercenarios griegos a primar a los soldados especialmente peltastas que aceptaron constituir la unidad de honderos del ejercito en retirada demostrandose su utilidad en la batalla de Drilae donde lucharon intercalados con los hoplitas Los mercenarios griegos constituian a pesar de su diversa procedencia un grupo hasta cierto punto uniforme debido al hecho de compartir elementos correspondientes a un mismo ethos y especialmente a proceder de un sistema de combate comun Las dificultades que Ciro tiene para transmitir sus ordenes al contingente mercenario reflejadas tambien en las experiencias de Orontes 385 a C con contingentes mercenarios griegos y barbaros como el ateniense Cabrias con mercenarios griegos y soldados egipcios 384 382 a C se multiplicarian en el ejercito cartagines Vease tambien EditarGuerra en la Antigua Grecia Marina de guerra en la Antigua Grecia Mercenarios de la antigua peninsula ibericaNotas Editar Tucidides Historia de la Guerra del Peloponeso I 115 4 Plutarco Vidas paralelas Paulo Emilio 12 4 Polieno Estratagemas V 44 4 Cuando estuvieron todos reunidos en el territorio de Mesina cartagineses y mercenarios mataron a 400 mercenarios que Timoleon habia enviado en apoyo de la ciudad despues prepararon una emboscada en el territorio de los cartagineses en el enclave llamado Hieres y masacraron a los mercenarios mandados por Eutimos de Leucade Estos reveses tuvieron por efecto mejorar el humor de Timoleon En efecto esos mercenarios habian formado parte de los que con los focidios Filomelo y Onomarco se habian apoderado de Delfos y habian tomado parte en el saqueo del santuario Como todo el mundo los repudiaba y se guardaba de ellos como individuos malditos erraban por el Peloponeso donde Timoleon los tomo a sueldo a falta de otros soldados Plutarco Vidas paralelas Timoleon 30 6 8 Por ejemplo en Castropedio los mercenarios griegos reclaman abiertamente a Ciro II los tres meses de paga adeudada cantidad que tan solo pudo sufragar con la ayuda de la reina Epiaxa esposa de Sienesis rey de Cilicia Jenofonte Anabasis I 2 12 La riqueza de Egina no era reciente y se debia a la expansion de su flota mercante y fue la primera ciudad griega en acunar moneda h 620 a C Cf Herodoto II 178 3 IV 152 3 Herodoto VIII 81 Pausanias recibio la decima parte del botin conseguido a los persas en la Batalla de Platea Jenofonte Anabasis I 4 I 7 Diodoro Siculo Biblioteca historica xiv 53 3 Plutarco Vidas paralelas Timoleon 25 5 Plutarco Timoleon 30 2 3 Herodoto describe asi el aspecto de los tracios enrolados en el ejercito de Jerjes II 480 a C Los tracios marchaban llevando en la cabeza pieles de zorro en el cuerpo tunicas que cubrian con marlotas de varios colores en pies y piernas calzado de piel de cervatillo tenian venablos peltas y dagas pequenas Herodoto VII 75 Los sacas escitas llevaban en la cabeza gorros puntiagudos derechos y tiesos vestian bragas tenian sus arcos nacionales dagas y ademas unas hachas o sagaris Herodoto VII 64 Homero Iliada XI 380 Aristofanes Los acarnienses 707 Sofocles Ayax 1120 1130 Tucidides iv 40 2 Jenofonte Anabasis III 3 6 11 Referencias EditarL P Marinovic Le Mercenariat grec et la crise de la polis 1988 Enlaces externos EditarEl mercenariado en la Grecia Antigua Datos Q5394880 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Mercenarios de la Antigua Grecia amp oldid 128709049, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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