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Campaña de Cataluña (1713-1714)

La Campaña de Cataluña (1713-1714), también conocida con el nombre de Guerra de Cataluña (1713-1714) o Guerra de los Catalanes (1713-1714), constituye, junto con la toma borbónica de Mallorca, la última fase de la Guerra de Sucesión Española.[1]​ Mientras se negociaban en Utrecht los tratados que habrían de poner fin a la guerra, Felipe V, presionado por la reina Ana de Inglaterra, concedió el indulto general a los catalanes,[2][3][4]​ pero en el mismo no se comprometió a mantener sus leyes e instituciones propias, ni concedió la amnistía, tal como le solicitaban los británicos. Finalmente el gobierno de Londres, cuya prioridad era poner fin cuanto antes a la guerra, cedió y presionó a los austriacos para que firmaran el Convenio para la evacuación de Cataluña,[2][5]​ al que siguió el Convenio del Hospitalet[6]​ por el que las tropas imperiales abandonaban el Principado de Cataluña,[7]​ dejando pendiente la solución del llamado «Caso de los Catalanes» (que se concediera una amnistía a los catalanes austracistas y que se mantuvieran sus leyes e instituciones propias).[6]

Campaña de Cataluña
(1713-1714)
Guerra de Sucesión Española
Parte de guerra de sucesión española

Última defensa de Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
Detalle del avance de las tropas francesas del mariscal Guerchois y del brigadier Reves por la brecha central.

Fecha 9 de julio, 171312 de septiembre, 1714
Lugar Principado de Cataluña
Casus belli Proclamación unilateral de guerra
Resultado Victoria borbónica con rendición incondicional de los Tres Comunes
Consecuencias
Beligerantes
Comandantes

Tras el abandono de las tropas imperiales Cataluña quedó ocupada por Felipe V salvo la fortaleza de Cardona y la ciudad de Barcelona,[8][9]​ donde los Tres Comunes de Cataluña —Generalidad, Consejo de Ciento y Brazo militar— convocaron una Junta General de Brazos que el 6 de julio de 1713 decidió continuar la resistencia,[10]​ ya que Felipe V ni había concedido la amnistía ni se había comprometido a mantener las instituciones y leyes propias del Principado. Pocos días antes, el 10 de junio de 1713, se había hecho pública una carta de Carlos de Austria en la que "procuraba desengañar a las autoridades catalanas de cualquier intento de resistencia" y en la que justificaba la retirada de sus tropas ("Si yo creyese que con el sacrificio de mis tropas pudiera aliviar vuestro desconsuelo, no tiene la menor duda que lo haría, pero perderlas, para perderos más, no creo sea medio que aconseja vuestra prudencia).[11]​ La decisión de la Junta de Brazos de continuar la resistencia fue interpretada por el bando borbónico como la persistencia en los delitos de rebelión y de lesa majestad.[12][13]​ Por su parte los Tres Comunes de Cataluña, según Joaquín Albareda, argumentaron que "reaccionaban con violencia ante la violencia de un rey convertido en tirano y que pretendía oprimirlos".[14]​ En la proclamación de la continuidad de la resistencia por la Diputación del General se dijo que se hacía[15]

por la conservación de las libertades, privilegios y prerrogativas de los catalanes que nuestros antecesores a costa de su sangre gloriosamente alcanzaron y nosotros debemos, así mismo, mantener, las cuales no han sido tomadas en consideración ni en Utrecht ni en L'Hospitalet.

Cataluña, sin rey, ni virrey, se convirtió en una república de facto entre julio de 1713 y septiembre de 1714, lo que no significaba, según se recoge en el impreso Despetador de Catalunya publicado por la Junta de Brazos para justificar la continuidad de la resistencia, que los resistentes se propusieran crear un estado independiente sino que pretendían, partiendo del supuesto de la concepción federal o federada de la monarquía compuesta, luchar por «la libertad de España» y contra el «despótico poder que la gobernaba».[16]​ Los Tres Comunes de Cataluña alzaron un ejército propio nombrando por general comandante a Antonio de Villarroel e intentando a su vez recuperar el control del interior del territorio.[9]​ La contienda bélica que se libró con un grado de brutalidad y devastación, por ambas partes, como jamás se había visto en los años precedentes.[17][18]​ Tras el Tratado de Rastatt (marzo de 1714), que ratificaba el abandono de los aliados a los catalanes,[19]​ el gobierno de Felipe V ofreció a los rebeldes una salida negociada al conflicto, pero la radicalizada[20]​ «Junta de los 24 de Barcelona» —encabezada por Rafael Casanova— rechazó la proposición al no incluir el mantenimiento de las Constituciones catalanas.[19]​ A pesar de un año de bloqueo contra la ciudad y la devastación que asolaba el interior de Cataluña, el equilibrio de fuerzas no se pudo romper hasta julio de 1714, cuando Luis XIV ordenó al ejército francés que entrara en España y se inició un verdadero asedio militar contra Barcelona que, tras 61 días, acabó con la rendición incondicional de los rebeldes austracistas el 12 de septiembre de 1714.

El comandante en jefe de los ejércitos borbónicos, el duque de Berwick, ordenó, siguiendo las instrucciones expresas de Felipe V y en contra de las garantías que les había ofrecido, que veinticinco de los oficiales que habían luchado en la defensa de Barcelona fueran detenidos y encarcelados. Entre ellos se encontraban los generales Antonio de Villarroel, comandante general del Ejército de Cataluña, y Joan Baptista Basset que había liderado la insurrección austracista del reino de Valencia de 1705. Muchos de ellos murieron en prisión y otros permanecieron en la cárcel hasta la firma del Tratado de Viena de 1725. Especial relevancia tuvo la ejecución del general Josep Moragues, que primero fue arrastrado por las calles por un caballo, luego degollado y cuarteado, y finalmente su cabeza fue colgada en una jaula en el Portal del Mar —una costumbre sólo aplicada hasta entonces a los bandoleros— para que sirviera de recordatorio de quién ostentaba ahora el poder en Cataluña tras la derrota austracista.[21]

El 15 de septiembre de 1714, fueron abolidos los Tres Comunes de Cataluña —la Generalidad de Cataluña, el Consejo de Ciento de Barcelona, y el Brazo militar de Cataluña—. Derogadas las Constituciones catalanas Felipe V promulgó los Decretos de Nueva Planta que instauraron el absolutismo en Cataluña. En el informe presentado ante el Consejo de Castilla el intendente José Patiño concluía «los Tres Comunes ruidosos y de más representación de todo el Principado, que sustentaron las turbaciones, por quienes se dirigió la rebelión y resistencia».[22]

Antecedentes

En noviembre de 1700 la muerte sin descendencia del monarca de España Carlos II el Hechizado —de la Casa de Austria—, habiendo nombrado como su sucesor al duque Felipe de Anjou —de la Casa de Borbón—, y la ratificación de este como sucesor, también, al trono de Francia, provocaría dos años después el estallido de una guerra mundial entre las Dos Coronas Borbónicas —Francia y España—, y las potencias de la Gran Alianza de la Haya —Inglaterra, Holanda y el Imperio Austríaco—, un conflicto que pronto se tornaría en guerra civil en la propia España entre los fieles a la Casa de Austria y los partidarios de Felipe V de Borbón.[23]​ En 1712 Inglaterra llevaba diez años en guerra para evitar que Felipe V pudiera unificar las coronas de España y Francia en su persona, lo que hubiera dado lugar a una gran potencia regida por la Casa de Borbón que hubiera alterado el equilibrio de poder en Europa.[24]​ Pero el nombramiento del archiduque Carlos de Austria como nuevo emperador suponía la posible unión de España, Austria y el Imperio Germánico, regidos todos por la católica Casa de Austria, un peligro mucho mayor para Inglaterra pues el resurgir del bloque hispano-alemán, como en los tiempos del emperador Carlos V, daría lugar a una superpotencia mundial.[25]​ A partir de ese momento Inglaterra vio claras las ventajas de que el destino de España estuviera en manos del inestable Felipe de Borbón, una estrategia que se vio reforzada por la subida al poder en Londres del partido tory, partido favorable a acabar ya con tan larga guerra.[26]​ El diplomático francés Nicolas Mesnager estableció los preliminares para la negociación[27]​ y en enero de 1712 se iniciaron en la ciudad de Utrecht las conversaciones formales entre Francia e Inglaterra sin que a España se le permitiese inicialmente la asistencia.[28]

En mayo de 1712 el secretario de estado británico Henry Bolingbroke ordenó la retirada de las tropas inglesas de España y el cese de toda actividad bélica en el continente.[28]​ Para el historiador borbónico Belando la «división de los ingleses en aquella situación de cosas fue la saeta más penetrante que atravesó el corazón de los catalanes, porqué habían concebido grandes esperanzas de los ingleses, y cuando se hallaban más animosos vieron lo que jamás imaginaron».[29]​ La coalición aliada se resquebrajó: Austria y Holanda intentaron continuar la guerra en solitario pero, ya sin la ayuda militar inglesa, sus ejércitos fueron completamente derrotados el 24 de julio de 1712 en la batalla de Denain (Francia).[28]​ A remolque de los acontecimientos los embajadores del emperador Carlos de Austria propusieron entonces la división de la Monarquía de España en tal manera que la Corona de Aragón, los Países Bajos españoles, y territorios españoles en Italia fueran para la Casa de Austria, mientras que la Corona de Castilla continuaría bajo el dominio de Felipe V.[30]​ Este rechazó tal reparto y propuso la división de España cediendo tan sólo los territorios que ya había perdido —Países Bajos españoles y los reinos de Italia—, pero señalando que sus armas dominaban todo el reino de Aragón, el reino de Valencia, y la mitad de Cataluña, se negaba tajantemente a entregar también la Corona de Aragón.[31]​ Por su parte ingleses y franceses concretaron un primer principio de acuerdo: Inglaterra reconocía a Felipe V como legítimo monarca español y este a cambio renunciaba al trono de Francia.[32]​ El 5 de noviembre de 1712 Felipe V hizo pública ante las Cortes de Castilla su renuncia a la corona francesa[33]​ y, respectivamente, sus familiares duque de Berry y duque de Orleans renunciaron a sus derechos a la corona española, con lo que se desvanecía toda amenaza de unión entre España y Francia eliminándose así el principal escollo para la paz.[34][35]​ Inglaterra restableció relaciones diplomáticas con España y el marqués de Monteleón fue nombrado embajador español en Londres. Quedaba por resolver el «Caso de los Catalanes» —el régimen político en que quedaría Cataluña bajo Felipe V—, dado que por el Pacto de Génova Inglaterra se había comprometido a defender las constituciones catalanas fuera cual fuera el resultado de la guerra, un régimen que Felipe V rechazaba de plano mantener.[36][37]

A su vez el ministro de hacienda británico Robert Harley había fundado en 1711 la Compañía de los Mares del Sur,[38]​ mediante la cual pretendía reestructurar la masiva deuda pública británica acumulada durante la guerra y que ascendía a 8 millones de libras.[39]​ La compleja operación financiera consistía en transformar la deuda pública británica en acciones privadas de la nueva compañía comercial. Para conseguir la aprobación del plan en 1711 el ministro Harley había prometido obtener grandes beneficios del comercio colonial con las Indias españolas, fruto de las imposiciones que se le exigirían a Felipe V para firmar la paz, pero en 1713 y transcurridos ya dos años la situación financiera de la empresa era insostenible y las presiones de los inversores acuciantes. En dicho contexto la Compañía de los Mares del Sur envió a sus propios negociadores a Madrid para lograr un acuerdo con Felipe V, entre ellos el traficante de esclavos Manasses Gilligan,[40]​ mientras que el embajador español en Londres el marqués de Monteleón negociaba con el secretario de estado británico Henry Bolingbroke el «Caso de los Catalanes» y la manera de sortear el Pacto de Génova.[41]​ Monteleón advirtió a Bolingbroke que «cualquier referencia, aunque mínima, a los Fueros y Privilegios serviría de continuo pretexto a la natural propensión de los catalanes a la sedición y a eximirse de la debida obediencia de cualquier príncipe»,[42]​ pero Bolingbroke le replicó que algo debía hacerse algo para salvar el honor de la reina.[43]​ Monteleón se mostró inflexible explicándole «la naturaleza de los catalanes, siempre proclives a la sedición»,[44]​ detallándole que sus privilegios limitaban de una manera exorbitante la autoridad real y lamentándose de «las desgracias que en todos tiempos ha sufrido España por ellos».[44]​ Por su parte los Tres Comunes de Cataluña enviaron, también, a sus propios embajadores: a La Haya al conde de Ferran y a Londres al marqués de Montnegre, quien sería sustituido poco después por el marqués de Vilallonga pasando el primero a Utrecht.[45]

El embajador español en Londres alertó a la corte de Madrid de que «ha llegado aquí el marqués de Montnegre, diputado de Cataluña, con comisiones de proponer que se formase una república del Principado de Cataluña»,[46]​ aunque el embajador informó que rápidamente había conseguido infiltrarle a un espía entre sus criados «de forma que estoy informado puntualmente de todos sus pasos y he prevenido de todo a milord Boligbroke». Finalmente el 14 de mayo de 1713 Monteleón y Bolingbroke hallaron una solución y firmaron el acuerdo, aunque el tratado se mantuvo en secreto hasta su ratificación el 13 de julio de 1713:[47]​ Felipe V igualaba la oferta hecha por Carlos de Austria a los ingleses años atrás, cediéndoles autorización para el Navío de permiso y el contrato comercial de tráfico de esclavos —el asiento de negros— durante 30 años,[39][48]​ y la superó añadiéndole también la entrega del peñón de Gibraltar y de la isla de Menorca; a cambio los ingleses se contentaban con el «Indulto y perdón general a los catalanes» —promulgado ya por Felipe V el 30 de marzo—, y el siguiente artículo referente al mantenimiento de las constituciones catalanas (léase el tratado íntegro):

[artículo 13º] Visto que la reina de la Gran Bretaña no cesa de instar con suma eficacia para que todos los habitantes del Principado de Cataluña [..] conserven ilesos é intactos sus antiguos privilegios, el Rey Católico por atención à su Majestad británica concede y confirma por el presente a cualquiera habitador de Cataluña, no solo la amnistía deseada, juntamente con la plena posesión de todos sus bienes y honras, sino que les da y concede también aquellos privilegios que poseen y gozan, y en adelante pueden poseer y gozar los habitadores de las dos Castillas, que de todos los pueblos de España son los más amados por el Rey Católico.[49]

El artículo suponía, de facto, la derogación de las constituciones catalanas, tal y como anteriormente ya se había hecho con los Fueros de Aragón y los Fueros de Valencia, consagrando así la abolición de las leyes, derecho y gobierno de todos los estados de la Corona de Aragón, que a partir de entonces pasaban a estar bajo las leyes y gobierno del Consejo de Castilla.[50]​ En el informe a sus embajadores Bolingbroke lo resumió con las siguientes palabras: «Los Privilegios de los catalanes son, en verdad, deseables para un pueblo que ansíe sustraerse del todo de la dependencia de su Príncipe y vivir con sus brazos y sus manos; pero los Privilegios de Castilla son infinitamente de mayor valor para quienes se proponen vivir en la debida sujeción a la autoridad».[51]

Viendo perdida la Corona de Aragón el emperador Carlos de Austria había propuesto a los ingleses que, al menos, erigiesen al Principado de Cataluña en una república neutral[52]​ bajo la protección de Inglaterra, lo que les permitiría cumplir con el Pacto de Génova.[53]​ Pero el secretario de estado Henry Bolingbroke se opuso tajantemente afirmando que «el mantener las Libertades Catalanas, no es de interés para Inglaterra».[47]​ Así mismo conminó al emperador a que evacuara la totalidad de sus tropas de Cataluña y a su esposa de Barcelona,[54]​ a la par que se iniciaba la negociación del Tratado de comercio entre España y Gran Bretaña generalizando las prebendas comerciales a los mercaderes ingleses.[55]​ Sin nada con lo que negociar para retener sus derechos a España, o una parte de ella, el emperador Carlos de Austria se doblegó a las presiones británicas y firmó el «Convenio para la evacuación de Cataluña»,[2]​ retirándose de las negociaciones de Utrecht sin firmar la paz, ni con Felipe V, ni con Francia. Notificó la evacuación de sus tropas a los diputados de la Generalidad de Cataluña, concluyendo que el continuar la guerra en solitario provocaría un baño de sangre inútil[56]​ que no tendría más resultado para Cataluña que el de su total y absoluta destrucción, dado lo cual les inducía a resignarse y acogerse a la amnistía ofrecida por Felipe V[11](léase el documento íntegro). A los pocos días la emperatriz abandonó Barcelona en una portentosa ceremonia oficial dejando al mariscal Guido von Starhemberg como virrey y, el 22 de junio de 1713, los representantes de Felipe V y de Carlos de Austria firmaron el «Convenio del Hospitalet», que daba por finalizada la Guerra de Sucesión en territorio español.[57]​ Ese mismo mes el gobierno británico cedía los contratos comerciales otorgados por Felipe V a la Compañía de los Mares del Sur.[58]

Campaña de Cataluña (1713-1714)

Junta General de Brazos de Cataluña

Ante la evacuación de las tropas aliadas los diputados de la Generalidad de Cataluña de 1710-1713 se resignaron a aceptar la realidad de los hechos. En cambio, y tras presiones múltiples, una facción de la aristocracia catalana forzó a los diputados de la Generalidad de Cataluña a convocar urgentemente para el 30 de junio en Barcelona la Junta General de Brazos, arguyendo que solo dicha institución era la competente para dictaminar si Cataluña debía someterse irremisiblemente a Felipe V o, de lo contrario, debía organizarse para continuar la guerra por sí sola en defensa de sus Constituciones.[59]​ Entre tanto las tropas borbónicas empezaron a avanzar sin oposición ocupando villa tras villa mientras anunciaban que la guerra había terminado y que Felipe V iba a respetar las constituciones.

El discurso de Manuel de Ferrer y Sitges

«No hay ninguno que pueda negar que el funesto asunto que se propone no sea el más arduo que ha ocurrido en los pasados siglos [..] y las tristes circunstancias que lo acompañan darán que admirar y escarmentar a las futuras centurias. [..] Todos los ejemplos que he propuesto son casos que han ocurrido en nuestra Nación y en nuestra Patria, referidos por autores extranjeros, exentos siempre de adulación. Acuérdese Cataluña que el africano dominio la impuso 27 tributos, y que nuestros mayores, con la sangre que gloriosamente derramaron, se sacudieron el yugo de la sarracena sujeción [..] Acábese la Nación con gloria, pues vale más un glorioso fin que tolerar exhortaciones y violencias que no practicaron los moros. Válganse los Excelentísimos y Fidelísimos brazos generales de la autoridad del omnipotente Dios [..] y quede desengañada la vana presunción de los ministros de Madrid [..] pues vean nuestro valor, y a su costa experimenten que no ha decaído en un punto ni el espíritu ni el Honor de la Nación Catalana».
—Manuel de Ferrer, 6 de julio de 1713

A las tres de la tarde del 30 de junio de 1713 y con gran nerviosismo por las noticias que llegaban a Barcelona se abrió solemnemente la Junta General de Brazos de Cataluña.[60]​ Se reunieron los tres Brazos —tres estamentos— en el salón de San Jorge de la Diputación del General de Cataluña, donde presididos por un altar con la santa imagen de Cristo se leyó la Proposición redactada por los diputados de la Generalidad, tras los cual se dispuso que cada brazo se juntara por separado en diferentes salones ordenando que en cada uno hubiera un altar donde oficiar una misa del Espíritu Santo para que iluminara las deliberaciones de los catalanes. Tras las primeras sesiones el Brazo Eclesiástico se inhibió porqué de la resolución podía seguirse «derramamiento de sangre»,[61]​ dejando la decisión final en manos de los otros dos brazos: el Brazo militar —estamento de los aristócratas—, y el Brazo real —estamento de los ciudadanos—.[62]​ En el Brazo militar los votos de los aristócratas catalanes se dividieron en tres grupos:[63]​ Nicolás de Sanjuan expuso el sentir de los partidarios de la sumisión incondicional recordando que «Si a las leyes fundamentales de nuestra Patria, que dan derecho a Cataluña para defenderse, acompañase la prevención, la fuerza y el poder, sin duda sería olvidarnos de nuestra obligación el no oponernos», pero que estando «nuestra Patria en medio de Castilla y Francia», «hallándose toda Cataluña fatigada, destruida, y exhausta de medios», y siendo una «esperanza vana y sin fundamento» el esperar la ayuda de Carlos de Austria, su voto era el de ir sin dilación «a Madrid a hacer acto de sumisión» (léase el discurso íntegro).[64]

Le replicaron los partidarios de la guerra, aunque estos estaban divididos en dos facciones: por un lado los moderados, cuyo voto fue expuesto por Jaime de Copons y de Falcó, partidarios de declarar la guerra contra Felipe V pero solo tras intentar una última negociación para salvar las Constituciones (léase el discurso íntegro); y por otro lado la facción radical, partidarios de declarar la guerra también, pero rechazando de plano cualquier negociación con Felipe V.[65]​ Expuso el sentir de la aristocracia radical Manuel de Ferrer y Sitges, quien pronunció un larguísimo y profuso discurso embriagado de desprecio y odio contra Castilla, calificando a los ministros de Madrid de «sanguijuelas», afirmando que ante la prosperidad de los catalanes a los castellanos les corroía la envidia, tachando a éstos de ser una nación débil y de tener los «ánimos ignorantes y sencillos», todo lo contrario al honor y a la gloria «ser catalán», y amparándose en la «Divina Providencia» exhortaba a que se tomaran las «armas y se defiendan nuestros Privilegios y Leyes hasta la última extremidad», profetizando que antes que tolerar una ignominiosa sumisión que mancillara el «honor de la Nación Catalana» (léase el discurso íntegro).[66]​ Pero a pesar de la verborrea fanatizada de Manuel de Ferrer y Sitges, la división en dos facciones de los partidarios de la guerra dio como resultado que la opción minoritaria, la de los partidarios de la sumisión, sumase más votos que las otras dos por separado.[67]​ Ante el resultado adverso de la votación Manuel de Ferrer y Sitges obstaculizó la aprobación de la deliberación presentando una Protestación: «Digo, pues, que con el presente acto —quiero tenga fuerza de solemne Protestación, con todas las cláusulas de derecho necesarias—, doy de nulidad y protesto de la susodicha deliberación por oponerse al Honor, Leyes, y Privilegios de toda la Nación Catalana, por ser ignominiosa tan servil sujeción al nombre de toda la Nación»(léase el documento íntegro).[68]

Y en ese ínterin fue cuando, finalmente, les llegó la noticia de que el Brazo real —estamento de los ciudadanos— había votado por proclamar la guerra sin más dilaciones.[69]​ Esa resolución forzó al Brazo militar a reconsiderar el resultado de su deliberación, imponiéndose finalmente el dictado de la aristocracia catalana radical.[70]​ Tomada así la resolución de continuar la guerra los comisionados de la Junta General de Brazos la entregaron a los diputados de la Generalidad de Cataluña para que la publicara y declarara el estado de guerra.[71]​ Los diputados de la Generalidad, contrarios a la proclamación, dilataron la entrada en vigor legal del edicto tres días advirtiendo «que en los erarios de la Diputación no había dinero, que era el principal nervio para emprender una guerra».[72]​ En la sexta instancia presentada por los Brazos Generales ante los diputados de la Generalidad se les recordaba que era su deber la «conservación de las Libertades, Privilegios y Prerrogativas de los catalanes, que nuestros antecesores a costa de sangre gloriosamente vertida alcanzaron, y nosotros debemos así mismo mantener».[73]

Cataluña declara la continuación de la guerra

Finalmente a las seis de la mañana del 9 de julio de 1713, mientras el último virrey de Cataluña el mariscal Starhemberg se embarcaba con las tropas austríacas, fue proclamada con retumbo de tambores y trompetas la «Crida», la declaración de guerra. Tras publicar la «heroica resolución», como la llamaban los radicales, varios ciudadanos de Barcelona abandonaron la capital en desacuerdo con la declaración de guerra; no sólo se trataba de los pocos partidarios de Felipe V que habían resistido hasta entonces en la ciudad, sino también y mayoritariamente de austracistas que consideraban que declarar la guerra contra Felipe V y contra Francia era «una inhumana y bárbara resolución», y que lo único que los radicales conseguirían sería llevar a Cataluña hacia su más absoluta devastación. Entre los que abandonaban la ciudad se hallaba el antiguo teniente coronel Antonio Meca y de Cardona de las Reales Guardias Catalanas, las tropas de elite que habían formado la guardia de corps de Carlos de Austria y que se retiró a una residencia suya en Sabadell, o el coronel de la guardia de caballería de la misma unidad, Antonio de Clariana y de Gualbes. En cambio, otros como el Ciudadano Honrado Rafael Casanova, que también disponía de otra residencia en San Baudilio de Llobregat, se mantuvieron dentro de la ciudad.[74]

Ante la declaración de guerra Felipe V escribió irado a su abuelo, el rey Luis XIV de Francia, lamentándose de que pese haber concedido una amnistía y perdón general a los catalanes, nada de eso había servido; y ante la grave situación de sus finanzas sentenciaba que los catalanes «me pagarán todos los gastos de la Guerra de Cataluña desde 1º de Julio [1713] hasta que hayan rendido las Armas».[75]​ Para Felipe V los Tres Comunes de Cataluña no eran ni potencia contendiente, ni les reconocía como interlocutor de Carlos de Austria, acusándoles de haber cometido el delito de rebelión contra la legalidad establecida en los tratados firmados, y de lesa majestad contra su legítimo monarca —él—, por lo cual no era más que rebeldes no sujetos a las leyes de la guerra. Ordenó al comandante de su ejército que ante cualquier oposición «se les pasará a todos a cuchillo, y se haga ahorcar a los que se defendieren, pues además de merecer este castigo como rebeldes obstinados y ladrones, convendrá se execute así para escarmiento de los otros».[76]​ Para el historiador Ricardo García Cárcel, «Felipe V es un caso de neurosis obsesiva con respecto a Cataluña [..] No se puede desvincular la actitud neurótica de Felipe V hacia los catalanes del hecho de que su condición de rey absoluto le llevaba a considerar que había sufrido una traición y que tenía que vengarse. Ese perfil de rey vengativo es fundamental para entender su actitud».[77]​ A su vez en el Consejo de Castilla Melchor de Macanaz[78]​ exhortaba a que «por efecto de la rebelión y conquista de Cataluña [..] todos sus fueros y privilegios quedan derogados, y no hay más ley, fuero, ni privilegio, que la voluntad del Rey».[79]

Habiendo los Tres Comunes de Cataluña declarado el estado de guerra, dos días después el 11 de julio de 1713 los representantes aragoneses refugiados en Barcelona presentaron formalmente y por escrito la adhesión del reino de Aragón a la guerra contra Felipe V y contra Francia (léase el documento íntegro). Respetada la prelación jerárquica, al ser el reino de Aragón la cabeza de la Corona de Aragón, al día siguiente 12 de julio los representantes valencianos también formalizaron la adhesión del reino de Valencia a la guerra contra Felipe V (léase el documento íntegro).[80]​ Para el historiador borbónico Vicente Bacallar «buscaban antes la muerte que restituirse al debido vasallaje –ellos le llamaban esclavitud–. No se pueden referir en corto volumen los efectos de su obstinación».[81]

El gobierno «sui juris» de Cataluña

Gobernación viceregia de Cataluña
Marqués de Torrellas
Francisco de Sayol
«Junta de los 36»
Delegados de los Brazos de Cataluña
Aristocracia Eclesiásticos Ciudadanos
Marqués de Barberá Arcidiano de Andorra Félix Teixidor
Barón de Almenara Sagristán de Bañolas Tomás Antich
Manuel de Ferrer y Sitges Sagristán de San Pablo Salvador Feliu de la Peña
Marqués del Poal Arcidiano de Barcelona José Ferran
Conde de Rodoñá Sagristán de Gerri Diego Casetas
Conde de la Torre Canónigo de Urgel Juan Llinás
Barón de la Manresana Deán de Besa Luis Bertrán
Barón de la Cortada Canónigo de Vic Francisco Mas
Ramón de Rodolat Canónigo de Barcelona Francisco Sentís
Conde de Claramunt Hospitalario de Tortosa José Antonio Roig
Alejo de Sagarra Ramón Torroella José Llaris
Buenaventura de Vidal Abad de Gerri Jaime Abadal

Sin rey, ni virrey, se siguió lo establecido por las Constituciones catalanas para dicha situación abriéndose solemnemente la gobernación viceregia a cargo del gobernador de Cataluña Pedro de Torrellas y Sentmenat y su lugarteniente Francisco de Sayol y Quarteroni para administrar justicia, retirándose tanto el canciller de Cataluña como el regente de la presidencia del Supremo Senado de Cataluña. Por su parte la Junta General de Brazos de Cataluña quedó prorrogada por seis meses delegando su soberanía en una junta deliberativa de gobierno, la «Junta de los 36», que debía aconsejar a la diputados de la Generalidad de Cataluña en quienes residía en última instáncia el poder ejecutivo.[82]​ La «Junta de los 36» estaba formada por 12 miembros escogidos por cada uno de los tres brazos por lo que consecuentemente los radicales obtuvieron la mayoría.[82]​ Acto seguido la «Junta de los 36» informó de la resolución de continuar la guerra a los embajadores catalanes que durante la negociación del Tratado de Utrecht habían sido enviados a las cancillerías europeas: el marqués de Montnegre en Viena, el marqués de Vilallonga en Londres, y el conde de Ferran en La Haya.[45]

A diferencia de lo acaecido años atrás durante la Guerra de Cataluña (1640-1659), cuando también tras una Junta General de Brazos el Principado de Cataluña se autoproclamó en república independiente —una república que al poco tiempo acabaría fagocitada por Francia—, ahora la estrategia de los radicales se fundamentaba en declararse insistentemente vasallos de Carlos de Austria. Confiaban el todo de sus posibilidades en la creencia de que presentándose Cataluña como dominio de Carlos de Austria, cuando este firmase la paz con Francia, las tropas francesas se verían forzadas recíprocamente a evacuar Cataluña. En consecuencia la «Junta de los 36» acordó enviar un memorial al emperador Carlos de Austria en Viena informándole de la «heroica Resolución» de Cataluña de continuar la guerra por «cumplimiento de su jurada fidelidad, y conservación de las Leyes, Privilegios, y Libertades»;[83]​ así mismo le hacían constar que aun siendo conscientes de su ausencia, y de su virrey, y de que había ordenado la evacuación de sus tropas porque la «continuación de la guerra produciría la total ruina del Principado», estaban determinados a sacrificarse antes que a someterse, solicitándole a Carlos de Austria tanto el envío de socorros como el no cejar en el empeño de erigir al Principado de Cataluña en una república, bajo protección imperial para cuando negociase la paz con Francia: «con la esperanza que la Divina Providencia, inclinada a su justa causa, abrirá camino a Vuestra Católica Majestad, de asistirla con prontísimos y copiosos socorros, continuando la guerra, y en caso de efectuarse la paz, con el eficaz empeño de no permitir separar el Principado de la obediencia de Vuestra Católica Cesárea Majestad, o erigir el Principado en República, bajo la soberana protección de Vuestra Cesárea Católica Majestad» (léase el documento íntegro).[84]

Asimismo los diputados de la Generalidad de Cataluña publicarían dos opúsculos propagandísticos: el Despertador de Catalunya en catalán, y Crisol de Fidelidad en castellano. En ambos textos se intentaba legitimar la rebelión de Cataluña —o, según su parecer, la continuación de la guerra bajo la jurisdicción de Carlos de Austria—, proclamando que luchaban no solo por su libertad y sus privilegios sino que, recordando la abolición de los Fueros del reino de Aragón y del reino de Valencia, también luchaban por la Corona de Aragón y por libertar a toda España del absolutismo de Felipe V.[85]​ Para el historiador borbónico Nicolás de Jesús Belando «Vivían con esperanza de que el señor Archiduque, cuando ocupase con sosiego el Trono del Imperio Alemán, les favorecería y los dejaría en entera libertad, reduciéndoles a una independiente república como ya lo expresó a los barceloneses su obispo, el eminentísimo Cardenal Sala».[29]

El Ejército de Cataluña

Proclamada la declaración de guerra el 9 de julio de 1713, al día siguiente la «Junta de los 36» publicó un bando para levar efectivos para su ejército.[86]​ Para el cargo de general comandante se calibraron dos opciones: el teniente mariscal Antonio Colón de Portugal y Cabrera conde de La Puebla, y el también teniente mariscal Antonio de Villarroel y Peláez, siendo elegido este último por haber nacido en Barcelona aunque no fuera catalán. Este aceptó el nombramiento el 12 de julio, pero consciente del radicalismo que imperaba entre los miembros de la «Junta de los 36» les advirtió que solo accedía a ello como militar profesional, porque el ataque a la ciudad era ya inminente, que solo comandaría la defensa mientras tuviera tropas suficientes y bajo la condición irrenunciable de obtener la patente oficial del emperador Carlos de Austria. La «Junta de los 36» accedió a sus condiciones y al día siguiente se oficializó su nombramiento,[87]​ designando este a sus ayudantes Diego Mier, Juan Calvería, Diego Sánchez y Martín de Zubiría.

Para movilizar a los centenares de refugiados austracistas de los reinos de España que se agolpaban en Barcelona los Tres Comunes concibieron la idea de organizar los regimientos del ejército de Cataluña en función de las naciones pertinentes amparados cada uno por un santo patrón católico. Según dicho plan, de los ocho regimientos de infantería que se alzaron, el regimiento de la Generalidad, el regimiento de Barcelona, y el de Nuestra Señora del Rosario serían reservados a los catalanes, el de San Narciso para los alemanes, el de Nuestra Señora de los Desamparados para los valencianos, el de la Santa Eulalia para los navarros, y el de la Inmaculada Concepción, bajo el comando teórico del general comandante Villarroel pero efectivo del coronel Gregorio de Saavedra, para los castellanos.[88]​ Así mismo, de los seis regimientos de caballería que se alzaron, el de coraceros de San Miguel fue reservado para los aragoneses. A pesar sus intenciones la mayor parte de la tropa tuvo que completarse con catalanes y a finales de julio la leva ascendía a cerca de 4.000 combatientes a sueldo de los Tres Comunes de Cataluña; tras bendecir las banderas en las iglesias bajo las prédicas que les exhortaban a seguir el ejemplo de los antiguos «Macabeos» de la Biblia se juró solemnemente fidelidad a Carlos de Austria y al Principado de Cataluña, se nombraron los oficiales, y fueron entregadas las patentes en nombre de los Tres Comunes, no del emperador Carlos de Austria.[86]

Represalias, derrotas y pugnas por el poder

El clima de violencia y de amenazas que estuvo detrás del triunfo de los radicales durante la Junta de Brazos fue descrito en las memorias de un partidario de Felipe V residente en Barcelona; este calificó a los radicales de actuar arbitrariamente «según sus depravadas intenciones»,[89]​ de la nula validez de la Junta de Brazos por la ausencia de los síndicos de Gerona, Lérida, Tortosa y Tarragona, narrando como aún y así aquellos que intentaron impedir la declaración de guerra fueron amenazados de muerte por los «secuaces de la maldad»; detalló como el cambio en la deliberación final del Brazo militar solo se pudo conseguir cuando los radicales fueron a sus casas y les amenazaron de que «los colgarían a todos del balcón si no declaraban la guerra», mientras las escuadras de miquelets sembraban el terror por las calles de Barcelona al grito de «Privilegios o muerte!».[90]​ Confirmó las coacciones otro felipista residente en Barcelona, el notario Alejo Claramunt, quien en su diario personal denunció las «infectas amenazas y persecuciones públicas de matar y quemar a los que no votasen la guerra. [..] Y lograron el malintencionado fin y resolvieron guerra y defenderse, oponiéndose así a la corona de España, nuestro primer jurado rey, y a la de Francia, y no menos a lo tratado en el congreso de Utrecht por el emperador Carlos VI de Alemania y sus aliados. Y luego lo resolvieron y publicaron. Y fue tal la alegría del pueblo que no la puedo ponderar. Y predicaban por las tronas abiertamente que era una guerra de religió», tras lo cual huyó de Barcelona pocos días después.[91]

Diputación del General de Cataluña
(Generalidad de Cataluña) *
Militar Eclesiástico Ciudadano
Diputado
Antonio de Berenguer
Diputado
Sagristán de Bañolas
Diputado
Antonio Grases y Des
Oidor
Francisco de Perpiñá
Oidor
Sagristán de San Pablo
Oidor
Tomás Antich y Saladrich
*nota: diputados y oidores sorteados el 22 de julio de 1713

Los radicales habían obtenido el control de la «Junta de los 36», pero en cambio en la Generalidad de Cataluña y en el consistorio de consellers de Barcelona aún tenían mandato vigente los partidarios de la sumisión a Felipe V.[92]​ Esta situación empezó a revertirse a los pocos días pues, tal y como era de precepto, en la festividad de Santa María Magdalena22 de julio—, de 1713 se procedió a la tradicional renovación de los 6 diputados de la Generalidad de Cataluña para el trienio 1713-1716 del que resultaron sorteados, tras varias renuncias, denegaciones y votos nulos, 6 adictos a la facción radical: los eclesiásticos José de Vilamala y Diego de Olzina, los aristócratas Antonio de Berenguer y Francisco de Perpiñá, y los ciudadanos Antonio Grases, y Tomás Antich.[92]​ Para evitar que en lo sucesivo la suerte no se alineara adecuadamente con sus designios la «Junta de los 36» decretó un edicto mediante el cual fueron borrados de las listas de candidatos —desinsaculados— todos aquellos que habían abandonado la ciudad por ser contrarios a la guerra.

Finalmente el 25 de julio de 1713 las tropas borbónicas al mando del duque de Pópoli llegaron frente a las murallas de Barcelona.[93]​ Acto seguido Pópoli solicitó la obediencia de la ciudad a Felipe V, solicitud rechazada el mismo día.[94]​ Ante la imposibilidad de tomar Barcelona al asalto el jefe de ingenieros van Verboom, que había estado preso en la ciudad en 1712, presentó al duque de Pópoli un informe alertándole del «gran número de gente belicosa que se ha encerrado en ella, acostumbrados al manejo de las armas, atrevidos y obstinados», advirtiéndole que los catalanes «temerán sin duda el castigo que merecen quitándoles privilegios y armas, de lo que están más celosos que ninguna otra nación del mundo, prefiriendo antes perder la vida que perder sus privilegios, lo que me hace temer que esos bárbaros sentimientos sean capaces de hacer un efecto tan extraordinario en su espíritu que les pueda llevar hasta el último extremo».[95]​ Como conclusión Verboom le indicaba que sería necesario un verdadero sitio militar para someter a la ciudad pero Populi, sin artillería pesada y limitado por las carencias técnicas y tácticas de las tropas de Felipe V, desestimó el plan.[96]​ La estrategia que adoptó fue la que desde hacía siglos se había seguido en los sitios a los que se había sometido a Barcelona, bloqueándola por tierra y centrando a lo mejor de sus tropas en la conquista de la fortaleza de Montjuich, desde la cual una vez tomada obligar a la rendición de la ciudad.[97]

Paralelamente varios de los que habían abandonado Barcelona, tanto butifleros como antiguos austracistas, empezaron a concentrarse en Mataró. Desde allí empezaron una campaña de propaganda intentando desacreditar a la facción radical, denunciando tanto las irregularidades de la Junta de Brazos, como poniendo en evidencia el absoluto silencio de Carlos de Austria —el rey bajo la supuesta jurisdicción del cual afirmaban luchar—, tachándoles por tanto de rebeldes al legítimo y único monarca de España, Felipe V.[98]​ Pero la oposición a los radicales no se organizaba solo fuera de las murallas de Barcelona. En el interior de la ciudad las tensiones empezaron a arreciar contra el conseller en Cap de Barcelona de 1712-1713, Manuel Flix y Ferreró, declarado partidario de la sumisión.[99]​ Este había permanecido en el cargo y hacía todo lo posible para evitar que los dislates de los radicales afectaran a los civiles; solicitó a Villarroel que ordenara a los miquelets salir fuera de Barcelona, consiguió evitar varias ejecuciones —entre ellas la de un familiar del noble Francisco de Castellví—, y restableció el orden público. Asimismo, alegando que la ciudad estaba sometida a un bloqueo militar, el conseller en Cap Manuel Flix formó la «Junta de los 24», de ámbito municipal, desde la cual bloqueaba veladamente los desmanes de la «Junta de los 36» y de los nuevos diputados de la Generalidad, esperando que al fin todo acabara en una negociación con el menor derramamiento de sangre.

«Junta Superior de los 36»
Comisión reducida de la «Junta de los 36»
Eclesiásticos Aristocracia Ciudadanos
Arcidiano de Andorra Barón de Almenara Félix Teixidor y Sastre
General Comandante
Antonio de Villarroel

Los radicales de la «Junta de los 36» hartos ante el obstruccionismo del conseller en Cap de Barcelona Manuel Flix le presentaron una protesta formal (léase documento íntegro) y las disensiones llegaron a tal extremo que el general comandante Villarroel denunció que «el ataque más fuerte [..] no puede hacernos nunca tanto daño como la disparidad de consejos, desunión de voluntades, malintroducción de discordias de las Juntas y mal método de gobernarse».[100]​ Pero ni el propio Villarroel quedó al margen de los conflictos internos y especialmente grave fue el que le enfrentó contra Manuel de Ferrer y Sitges, quien criticaba constantemente la estrategia conservadora del castellano Antonio de Villarroel. Este amenazó con tomar una «resolución conveniente a mi decoro» si no se destituía a Manuel de Ferrer y Sitges, pero los diputados de la Generalidad lo rechazaron y finalmente se resolvió que, para evitar más enfrentamientos, a partir de entonces Villarroel no trataría en pleno con toda la «Junta de los 36» sino sólo con una comisión reducida. Dicha comisión reducida fue llamada «Junta Superior de los 36» y ante ella debía consultar y comunicar previamente todas sus decisiones militares, constituyéndola el eclesiástico arcidiano de Andorra, el aristócrata barón de Almenara y el ciudadano Félix Teixidor y Sastre.[101]

Aunque los radicales habían conseguido su principal objetivo —evitar que Cataluña se sometiera—, y ahora dominaban también en la Generalidad, la situación no dejaba de ser desesperada. Todo el Principado ya había rendido obediencia a Felipe V y la rebelión se reducía solamente a la ciudad de Barcelona y tres aisladas fortalezas — el Castillo de Cardona, el Castillo de Hostalrich y El Castell de Ciutat—. Entonces la «Junta de los 36» abanderó el lanzamiento de una expedición militar que, saliendo de Barcelona bajo el mando del general Rafael Nebot y uno de los nuevos diputados de la Generalidad, debía enlazar con las fortalezas resistentes y reclutar a cuantas tropas de voluntarios pudieran. La operación debería completarse con el retorno de la expedición a Barcelona, donde asaltarían por la espalda a las tropas borbónicas mientras que desde el interior de la ciudad saldrían en masa las tropas de Villarroel, asestando así un golpe definitivo al ejército de Felipe V.[102]​ Pero en realidad la campaña militar resultó en un completo desastre. No atacaron Mataró, donde se hallaban los almacenes borbónicos con sus vitales suministros; tampoco consiguieron evitar ni la caída del Castillo de Hostalrich, ni la del Castell de Ciutat, que se rindieron a las tropas borbónicas.[103]​ Perdieron los más de 600 caballos que el ejército austríaco había vendido a los Tres Comunes de Cataluña, con lo que irremisiblemente se desvaneció cualquier posibilidad de obtener el control territorial de Cataluña frente a la caballería borbónica.[104]​ Y para culmen de dislates cuando en octubre de 1713 la expedición regresó a Barcelona, los comandantes militares dejaron abandonados en las cercanías de la ciudad a los más de 4.000 voluntarios que les habían seguido. El estrepitoso fracaso de la expedición hundió en el descrédito a la «Junta de los 36» y dejó en crisis a los nuevos diputados de la Generalidad.[105]

La operación Dalmases

En ese contexto el conseller en Cap de Barcelona Manuel Flix y Ferreró intentó una operación para forzar una salida negociada al conflicto de común acuerdo con el embajador catalán en Londres, el marqués de Vilallonga Pablo Ignacio Dalmases.[106]​ Este, nada más llegar a Inglaterra durante la negociación del Tratado de Utrecht había presionado a los militares ingleses James Stanhope y Peterborough hasta conseguir una audiencia con la reina Ana, aunque de ello no obtuvo resultado alguno.[107]​ Continuó insistiendo hasta conseguir reunirse con el mismísimo secretario de estado Henry Bolingbroke, a quien expuso las ventajas de erigir a Cataluña en una república independiente interpuesta entre las monarquías de Francia y España, lo que les permitiría asimismo cumplir con el Pacto de Génova;[108]​ pero Bolingbroke lo rechazó señalando que el dicho Pacto de Génova carecía de validez legal alguna porque no había sido refrendado por el Parlamento británico. Totalmente desengañado de los británicos, el embajador Dalmases había desaconsejado a los Tres Comunes de Cataluña que declararan la continuación de la guerra e incluso, tras la proclamación, su propio padre fue de los que abandonó Barcelona para refugiarse en Mataró. Ante el rumbo que estaban tomando los acontecimientos el embajador Dalmases, aprovechando sus buenos contactos en las cortes de Madrid y de París, contando con el respaldo del conseller en Cap Manuel Flix y Ferreró, y convencido de que «quedando esclavos los catalanes y arruinada Cataluña, habremos con nuestras desdichas y ruinas fabricado el beneficio de los alemanes, ingleses, holandeses y portugueses»,[109]​ abandonó Londres con la intención de llegar a París donde pretendía negociar con Luis XIV de Francia la sumisión de Cataluña, acabando ya con aquel inútil derramamiento de sangre.[110]

Las autoridades borbónicas estaban al corriente de todo el plan pues Pablo Dalmases, padre del embajador, entregó al general borbónico duque de Pópuli la carta en la que su hijo le detallaba los pormenores de la operación. Este hecho fue interpretado por el historiador Salvador Sanpere y Miquel (Fin de la Nación Catalana, 1905) como una traición del padre a su hijo embajador,[111]​ pero la historiadora Amelia Castán (El oscilante posicionamiento político de Pablo Ignacio Dalmases, 2005) señala que el hecho de que la carta estuviera lacrada con un sello falso —posibilitando así que cualquiera que la tuviera en sus manos la pudiera leer—, que no fuera enviada a través del habitual conducto secreto sino, precisamente, a través del servicio diplomático francés, y el que fuera enviada a su padre residente en Mataró donde, justamente, se hallaba el general borbónico duque de Pópuli, no dejan lugar a dudas de que el embajador Dalmases pretendía anticipar a ambas cortes borbónicas cuál era su plan.[112]

Paralelamente, y tras cuatro meses de aislada resistencia, llegó a Barcelona la primera noticia favorable para los radicales. En un gesto que interpretaron como un cambio en su estrategia el emperador Carlos de Austria envió como comisionado secreto a la ciudad a su secretario regio, Juan Francisco de Verneda,[113]​ quien a su vez era cuñado del primer ministro de Carlos de Austria, el catalán Ramón de Vilana Perlas. El comisionado secreto traía consigo instrucciones de como aprovisionar Barcelona desde Mallorca y Nápoles, de cómo financiar las compras y los embarcos mediante los bancos de la neutral República de Génova, y también traía cartas para el general Villarroel aunque no la patente oficial que había pedido.[114]​ Villarroel, sintiéndose refrendado como general al servicio del emperador Carlos de Austria —y no como le acusaban los borbónicos de ser el caudillo militar de una rebelión organizada por los Tres Comunes de Cataluña—, exigió la absoluta supremacía sobre el ejército catalán, un ejército que él interpretaba como un cuerpo del ejército imperial, pero una interpretación que ni los Tres Comunes de Cataluña, ni el ejército borbónico, ni el propio Carlos de Austria jamás llegarían a aceptar.[87]​ El comisionado secreto austríaco Juan Francisco de Verneda fue agregado a la «Junta Superior de los 36» donde informaría de las órdenes e informaciones secretas provinientes de Viena,[115]​ y también se le agregaron el conseller en Cap de Barcelona y el marqués de Barberá como representante del Brazo militar de Cataluña. Dicha junta pasó a ser llamada «Junta Superior y Secreta» convirtiéndose en el órgano decisorio que dirigía la rebelión.[116][117]

Los radicales toman el poder: Rafael Casanova, conseller en Cap

 
Rafael Casanova, conseller en Cap, coronel y gobernador. (Firma realizada el 10 de agosto de 1714).[118]

Las disensiones entre los radicales de la «Junta de los 36» y el conseller en Cap Manuel Flix al frente de la «Junta de los 24» generaron una enorme tensión política en el interior de Barcelona.[119]​ Carlos de Austria les había enviado un comisionado secreto, pero ni había reconocido públicamente a aquel gobierno de la «Junta de los 36», ni mucho menos aceptado la continuación de la guerra que los Tres Comunes de Cataluña había proclamado contra Felipe V, hecho que vulneraría flagrante el «Armisticio del Hospitalet». Además el desastroso fracaso de la expedición militar había dado al traste con los planes de los radicales desvaneciéndose la oportunidad de golpear al ejército borbónico en su momento de máxima debilidad y dilapidándose los ingentes recursos económicos que tanto había costado recaudar. Desacreditados políticamente, sin ser reconocidos por parte de Carlos de Austria y sin capacidad militar ofensiva, la rebelión estaba a un paso del fracaso mientras que en La Haya el embajador Dalmases aguardaba la última autorización para ir a París a negociar la sumisión de Cataluña.

El momento decisivo se acercaba pues, en diciembre de 1713, expiraba el mandato de seis meses que se había concedido a la «Junta de los 36», debiendo disolverse de inmediato. En cambio un poco antes, a finales de noviembre, finalizaba también el mandato anual de los consellers de Barcelona de 1712-1713 encabezados por Manuel Flix y Ferreró, partidario de negociar la sumisión con Felipe V. Ante la proximidad de la fecha para renovar el consistorio municipal el Consejo de los 100 de Barcelona acabó fallando salomónicamente que, a pesar del estado de guerra, sí procedía elegir nuevos consellers de Barcelona, pero se mantendría la composición de la «Junta de los 24» nombrada por el conseller en Cap saliente Manuel Flix y Ferreró.[120]​ Siguiendo el tradicional ritual marcado durante siglos el 30 de noviembre de 1713[121]​ se realizó el sorteo de los nuevos seis magistrados municipales para el período de 1713-1714, resultando Rafael Casanova extraído para conseller en Cap de Barcelona, la máxima autoridad política y militar de la ciudad. El cargo llevaba añadido el título de gobernador militar de la plaza y el mando de la milicia ciudadana —la Coronela de Barcelona—, que era el componente más numeroso de la guarnición y que tributaba obediencia única y personal al conseller en Cap. Historiadores como Salvador Sanpere y Miquel (1905) han especulado con la posibilidad de que la extracción de Rafael Casanova no fuera, para nada, aleatoria sentenciando «! Siempre inteligentes y patrióticas las bolsas insaculatorias!».[122]

Alternativamente su biógrafo Carlos Serret y Bernús señala que no existe prueba documental alguna que pueda demostrar fehacientemente si existió amaño, o no, en el sorteo;[123]​ no obstante, apunta, debe tenerse en consideración que Rafael Casanova era para entonces el único, de entre los posibles candidatos, con la experiencia de haber gobernado la ciudad durante un asedio militar, pues durante el sitio borbónico de Barcelona de 1706 habían gobernado Barcelona con mano dura hasta que, finalmente, la armada inglesa apareció salvadora en el horizonte provocando la huida de Felipe V y sus tropas; otra de sus ventajas era que Rafael Casanova gozaba de buena ascendencia con el emperador Carlos de Austria, quien le había tributado homenaje en repetidas ocasiones.[124]​ También su otro biógrafo Ramón Tarter y Fonts coincide en que no hay prueba documental alguna que demuestre si existió amaño o no en el sorteo, pero que debe tenerse en cuenta que Manuel Flix y Ferreró, el conseller en Cap que finalizaba su mandato, se había ganado el afecto de los barceloneses al anteponer la protección de los civiles frente a los delirios de los radicales. Estos necesitaban situar al frente de Barcelona a un Ciudadano Honrado que gozara de prestigio y reputación entre la población, y que a la vez fuera un prócer capaz de gobernarla hasta, si era necesario, la última extremidad. De todo ello Rafael Casanova había dado muestras suficientes durante el sitio de 1706 con lo cual, concluye su biógrafo, los radicales habría acordado su nombramiento solicitándole que aceptara la responsabilidad de ponerse al frente del principal bastión de la rebelión; otro indicio de amaño en el "sorteo" sería, según el biógrafo, que para el cargo de conseller segundo —el que tenía por cometido proveer de los vitales suministros a la ciudad— salió elegido, precisamente, el mercader Salvador Feliu de la Peña, el que más capitales tenía ya comprometidos con la rebelión y, al unísono, miembro también de la «Junta de los 36».

 
Égloga propagandística destinada al pueblo llano que en forma de pieza teatral dialogada argumentaba la justicia de la rebelión.

El nuevo gobierno de Rafael Casanova marcó un cambio total con el anterior de Manuel Flix y Ferreró.[125]​ Si hasta entonces Antonio de Villarroel había gozado de plena autonomía militar como general comandante del ejército, y había planteado una estrategia defensiva que buscaba ganar tiempo con el menor derramamiento de sangre, el nuevo conseller en Cap Rafael Casanova le exigió que inmediatamente ordenara lanzar ataques continuos cada noche contra el cordón de bloqueo para desgastar a las tropas borbónicas, accediendo a ello el general comandante.[126]​ A los pocos días se desató un nuevo conflicto por la supremacía militar; ante la negativa del gobernador de Montjuich a obedecer las órdenes del conseller en Cap de Barcelona alegando que él, como militar, sólo debía obedecer al general comandante del ejército Villarroel, Rafael Casanova ordenó que el coronel Pablo Tohar, gobernador de la fortaleza, fuera arrestado y encarcelado, mandando así mismo órdenes a todos los portales de la ciudad que no debían ejecutar orden militar alguna que no hubiera sido expedida por él en persona.[127]​ El enfrentamiento entre el gobierno de Rafael Casanova y el general comandante militar Villarroel era ya total; finalmente el Consejo de los 100 reunido en plenario falló salomónicamente resolviendo que, efectivamente, Rafael Casanova era el gobernador de la plaza y armas de Barcelona, y también de la fortaleza de Montjuich, mas se aceptaba que las atribuciones de gobernador de Montjuich habían sido delegadas en el general comandante, debiendo este rendir cuentas ante el conseller en Cap Rafael Casanova.[128]

El gran levantamiento y extensión de los combates por el interior

El siguiente paso fue poner en orden al servicio diplomático y acabar con la operación del embajador Dalmases. El consistorio municipal informó a los embajadores del cambio de gobierno mientras que el propio Rafael Casanova escribió una durísima carta al embajador Dalmases retirándole toda atribución diplomática e inquiriéndole a que en quince días se presentara en Barcelona para rendir cuentas de lo que había obrado. El embajador Dalmases, acongojado, no respondería hasta el 2 de febrero pidiendo disculpas y rindiendo obediencia al nuevo conseller en Cap Rafael Casanova (léase la carta íntegra), no sin antes haber conseguido que intercediera por él Ramon de Vilana Perlas, el primer ministro de Carlos de Austria, quien le había concedido nuevos poderes en nombre de Carlos de Austria.[129]​ Habiendo afianzado su supremacía política en Barcelona, abortado cualquier tentativa diplomática de negociar la sumisión, y habiendo puesto en vara al estado mayor del ejército, el gobierno de Rafael Casanova se centró en pasar a la ofensiva.[104]​ Por mar organizó la escuadra marítima decretando las ordenanzas militares que debían regirla y nombrando a Miguel Vaquer comandante supremo quien estaba a los órdenes, no de Villarroel, sino de los consellers de Barcelona, y por tierra organizó otra expedición al frente exterior.

Tras el desastre de la primera expedición al mando del general Nebot, ahora a finales de diciembre de 1713 el nuevo conseller en Cap ordenó al marqués del Poal[130]​ que organizara otra expedición con el cometido de propagar la rebelión por todo el interior de Cataluña —«Despertara a Cataluña»—, estableciera zonas de resistencia tomando como cuartel general la Fortaleza de Cardona, y hostilizara las rutas de aprovisionamiento que suministraban a las tropas que bloqueaban Barcelona, provocando así que éstas tuvieran que desviar efectivos del cordón de bloqueo que asfixiaba la ciudad.[131]​ La operación estaba seriamente comprometido por la falta de caballos, pero acabó resultando en un éxito del gobierno de Rafael Casanova al estallar una sublevación general a principios de enero de 1714.[132]​ El motivo del gran levantamiento no fue otro que el cobro de las quincenadas —un impuesto de guerra—[133]​ que había ordenado el intendente del ejército borbónico José Patiño y Rosales al recibir este órdenes del ministro Juan Orry de recaudar a cualquier precio impuestos en Cataluña para evitar la inminente bancarrota que amenazaba las arcas de Felipe V.[134]

 
«Heroicas hazañas, «nuestros Antepasados», «sangre gloriosamente vertida», «heroica empresa», «sacrificar las vidas», «resolución de la defensa», «Gloria», «Protección Divina», «libertar al país de la tiranía», «Justicia de la Causa», «Leyes y Privilegios», «Renombre de nuestra Nación», «Lealtad y Honor», «Razón de la Libertad», «Fidelísimo Principado de Cataluña».
Propaganda de los consellers de Barcelona.[135]

Que el rey decretara impuestos en Cataluña suponía una gravísima vulneración de las Constituciones catalanas, pues estas consagraban que dicha potestad sólo la podían ejercer las Cortes de Cataluña, no el rey. Ante la evidencia de ser falsa la promesa de que Felipe V iba a respetar sus constituciones la payesía catalana estalló en San Martín Sarroca y el levantamiento se propagó por toda la ruralía del interior: la llamada al somatén al grito de «Via fora, lladres!» —«Fuera ladrones!»—[136]​ fue seguida en multitud de villas, generalizándose los asesinatos a las pequeñas guarniciones allí destacadas así como las emboscadas contra los destacamentos borbónicos que protegían a los recaudadores del impuesto. El historiador borbónico Vicente Bacallar no dudó en acusar al ministro Orry de haber provocado tamaño desastre señalando que «Juan Orry gravó cuanto le fue posible, con nunca vistos impuestos, el Principado».[137]

Pópoli tuvo que retirar cerca de 10.000 hombres del bloqueo de Barcelona para sofocar el levantamiento y recuperar el control de Cataluña.[130]​ A la par el gobierno de Casanova logró convencer al general José Moragues para que volviera a coger las armas e intentase la reconquista de la Fortaleza de Castellciutat, que el mismo había rendido meses antes,[104]​ mientras que desde la Fortaleza de Cardona el cuerpo del ejército catalán a las órdenes del marqués del Poal salió a campo abierto planteando batalla en Arbucias.[138]​ Todo un regimiento de infantería borbónica, el Regimiento de León, acabó capitulando y entregándose prisioneros. La columna de más de doscientos hombres, presos y desarmados, era conducida cautiva a la Fortaleza de Cardona pero en el camino, al llegar a un collado, fueron masacrados y exterminados.[139]​ Misma suerte corrieron los hombres del Regimiento de Burgos, cuyos cuerpos acabaron sepultados en una gran fosa común en el Llusanés.

A pesar de ello a finales de mes, y habiendo dejado tras de sí un reguero de villas en llamas, masías saqueadas y civiles ahorcados, los destacamentos borbónicos al mando del mariscal de campo José Carrillo de Albornoz, el general Feliciano Bracamonte, el brigadier Diego González y el brigadier José Vallejo consiguieron aplastar el levantamiento,[139]​ aunque la inseguridad en la retaguardia borbónica continuó drenando efectivos para asegurar el control de la Cataluña interior reduciéndose críticamente los efectivos destinados al bloqueo de la capital.[140]​ De ello fue testimonio el notario Alejo Claramunt, partidario de Felipe V que había huido de Barcelona en julio de 1713 para esconderse en casa de unos parientes suyos en la villa de Samalús; descubierto por dos eclesiásticos que le amenazaron de muerte tras «dirme butifler traÿdor»,[141]​ huyó nuevamente y se escondió en Granollers, detallando los desastres que presenciaba en la Cataluña interior: «no han sucedido sino robos, incendios de muchísimas poblaciones y villas de gran circunstancia, saqueos, muertos colgados por los árboles y degollamientos» lamentándose en su diario personal de la «la gran ceguera que es esta tragedia».[142]

Madrid, Londres, Utrecht y Barcelona

 
Tratado de asiento de negros firmado en Madrid el 26 de marzo de 1713.[143]

Paralelamente en Londres se había disuelto el parlamento el 8 de agosto de 1713. El partido tory se presentó a las nuevas elecciones como el «Partido de la Paz» usando el Tratado de Utrecht —publicado el 13 de julio——, como gran reclamo electoral. Las comicios celebrados durante los meses de agosto, setiembre y octubre de 1713 arrojaron una abrumadora mayoría para los tories —mayor incluso que la 1710—, recogiendo en los condados electorales de Inglaterra y Gales hasta 354 representantes contra los 148 conseguidos por el partido whig. Pero la aplastante victoria no sirvió para mitigar las luchas intestinas dentro del partido tory, dividido tanto por la sucesión de la reina Ana de Gran Bretaña —no tenía hijos— entre la facción hannoveriana y la facción jacobita, como por las rencillas personales entre el Lord Tesorero Robert Harley y secretario de estado Henry Bolingbroke, ambos aspirantes a liderar el nuevo gobierno.[144]

El 9 de setiembre de 1713 el diplomático español en Londres, Patricio Laules, se reunió con Bolingbroke exponiéndole las dificultades para firmar el Tratado de comercio entre España y Gran Bretaña. Tras la victoria electoral a Bolingbroke le urgía presentarse con el tratado firmado ante los mercaderes de la Cámara de los comunes antes de que ésta se abriera al mes siguiente —el 12 de noviembre de 1713—,[145]​ a lo que el diplomático español respondió recordándole que Gran Bretaña era garante de aplicación del «Convenio para la evacuación de Cataluña» pero que Carlos de Austria estaba amparando veladamente la rebelión de Cataluña. Así mismo le señaló las dificultades que para el comercio representaban los ataques piratas de los rebeldes catalanes y mallorquines advirtiéndole que si no acababan con su rebelión podrían aliarse con los «argelinos y otros moros» hostilizando con su piratería todo el comercio mediterráneo,[146]​ dado lo cual sería conveniente que la armada británica pasara al mediterráneo para reducir a Barcelona y Mallorca a la obediencia de Felipe V.[147]​ El 5 de noviembre en Utrecht el negociador británico John Bristol consiguió in extremis que los negociadores españoles, el marqués de Monteleón y el duque de Osuna, firmaran un preacuerdo de tratado aunque, llegado el 12 de noviembre, Bolingbroke consiguió un aplazamiento para la constitución del parlamento británico.[148]​ El 24 de noviembre en Londres, tras reunirse nuevamente con el diplomático español Patricio Laules, Bolingbroke acordó enviar a Utrecht a Manases Guilligan, su hombre de confianza en la Compañía de los Mares del Sur, para que resolviera ya el tratado de comercio.[149]

 
El Tratado de comercio entre España y Gran Bretaña amplió las prevendas comerciales a los británicos.[150]

Guilligan llegó a Utrecht el 2 de diciembre y tras varias reuniones se llegó a un consenso.[151]​ Cuando todo parecía resuelto el 7 de diciembre de 1713 el marqués de Monteleón y el duque de Osuna recibieron una Real Orden de Madrid que les obligaba a enviar el documento a Felipe V antes de firmarlo. Guilligan y Bristol montaron en cólera recordando que a Bolingbroke le urgía presentar el tratado antes de que se constituyera el parlamento británico; ante la exasperación británica Monteleón y Osuna acabaron por ceder y el 9 de diciembre de 1713 se firmó el Tratado de comercio entre España y Gran Bretaña, aunque los embajadores españoles incluyeron una cláusula en la que se especificaba que el tratado quedaría sin efecto alguno si Felipe V no lo aprobaba.[152]​ El 22 de diciembre el enviado español en Londres Patricio Laules informó a la corte de Madrid, tras reunirse nuevamente con Bolingbroke, que la reina Ana había ordenado a la escuadra británica pasar al mediterráneo aunque, precisaba, «á lo que yo creo, no se moverá hasta tanto que el tratado de Comercio no se haya terminado»;[153]​ así mismo detallaba que Bolingbroke había nombrado al ministro Bingley como nuevo embajador en Madrid y al almirante James Wishart para comandar la flota del Mediterráneo:[154]

El ministro [Bingley] y el almirante [Wishart] son dos de los tories más grandes de Inglaterra que pondrán las instrucciones en la práctica con todo vigor. El recurso que hemos convenido es que cuando la escuadra aparezca delante de Barcelona les preguntará a favor de quien los catalanes y mallorquines hacen la guerra; si responden que es a favor del archiduque [Carlos de Austria] será una infracción del Tratado de Evacuación, del que Su Majestad Británica es garante de aplicación, con lo entonces la escuadra les bloqueará y les atacará por mar junto a las tropas del rey [Felipe V]; si al contrario dicen que es para defender sus Privilegios les atacaran por piratas, ya que solo tienen derecho a hacer la guerra en calidad de súbditos del rey [Felipe V] o del archiduque [Carlos de Austria]. Así pues, sea cual sea la razón que aleguen, serán atacados.[155]

El 21 de enero de 1714 Felipe V ratificó el tratado de comercio, la reina Ana de Gran Bretaña hizo lo mismo el 7 de febrero, el parlamento británico se constituyó el 16 de febrero y el almirante Wishart recibió las instrucciones militares para dirigirse contra Mallorca y Barcelona el 28 de febrero de 1714.[156]

La «Junta de los 24» de Barcelona

«Junta de los 24»
(Junta de gobierno de Barcelona)
Junta 9.ª
(Junta de Guerra)
Junta 8.ª
(Junta de Provisiones)
Junta 7.ª
(Junta de Medios)
Preside Conseller en Cap
Rafael Casanova
Conseller segundo
Salvador Feliu
Conseller tercero
Ramón Sans
Manuel de Ferrer y Sitges Juan Pablo Llorens Félix Teixidor
Cristóbal Lledó Francisco Mascaró Francisco Argemir
Barón de Almenara Juan Francisco Comellas Francisco Monnar
Conde de Rodoñá Mariano Durán Conde de San Martín
Conde de Claramunt José Antonio Roig José Durán
Barón de la Manresana José Besora Juan Albareda
Marqués de San Martín Juan Llinás
Manuel Flix y Ferreró

Tras dos meses en el cargo el nuevo gobierno de Rafael Casanova había conseguido subvertir totalmente la situación de la guerra pero, a finales de febrero de 1714, tuvo que hacer frente a un intento de golpe de estado perpetrado por inspector general del ejército Ramón de Rodolat.[157]​ Este pretendía derrocar al ejecutivo de Casanova con la colaboración de los oficiales de la propia Coronela de Barcelona. Pero éstos alertaron del complot y aquel fue detenido antes de que pudiera llevarlo a cabo.[158]​ Fue destituido y nombrado nuevo inspector general del ejército el radical vizconde de Oliver. La respuesta no se hizo esperar y en 26 de febrero la Generalidad de Cataluña cedía todas sus competencias militares a los Consellers de Barcelona.

Este proceso es lo que el historiador Salvador Sanpere y Miquel (1905) llamó «golpe de estado concejil», interpretando que los Consellers habían realizado un contragolpe de estado contra la Generalidad de Cataluña. El historiador Martí y Fraga (2010) ha refutado dicha interpretación, aseverando que la interpretación de Sanpere se basa en la impresión que de dichos sucesos tuvo el coetáneo Francisco de Castellví, quien no tuvo acceso a los dietarios ni de la Generalidad, ni del Consejo de los 100 de Barcelona, del estudio de los cuales se desprende que dicho golpe de estado no tuvo lugar, sino que fueron los propios diputados de la Generalidad de Cataluña, los radicales Francisco de Perpiñá y Antonio Grases y Des, los que resolvieron que para evitar cualquier otra tentativa debían concentrar todo el poder y autoridad en los consellers de Barcelona.[159]​ Sea como fuere entre el 26 y el 27 de febrero de 1714 se rompió el pacto con los moderados y la «Junta de los 24» de Barcelona fue renovada completamente siendo purgados de ella la mayoría de moderados a cambio de incorporar al anterior conseller en Cap Manuel Flix y Ferreró; las vacantes fueron cubiertas por radicales que anteriormente habían formado parte de la «Junta de los 36», disuelta en enero de 1714 al expirar su mandato de seis meses.[160]

 
Estructuración política de los Tres Comunes de Cataluña y las juntas de gobierno entre julio de 1713 y septiembre de 1714.

La nueva «Junta de los 24» se dividió en tres subjuntas: la Junta de Medios, presidida por el conseller tercero Ramón Sans y encargada de conseguir recursos económicos mediante el secuestro de butifleros e incautación de sus bienes; la Junta de Provisiones, presidida por el conseller segundo Feliu de la Peña y con el cometido de proveer a la ciudad, de la que formaban parte los poderosos mercaderes José Antoni Roig, Francisco Mascaró y Juan Francisco Comellas; y finalmente la Junta de Guerra, constituida por 9 miembros entre los cuales el conde de Claramunt, el conde de Rodoñá, el marqués de San Martín, o el inefable Manuel de Ferrer y Sitges.[161]​ Dicha Junta de Guerra —o «Junta 9.ª»— estaba presidida por conseller en Cap de Barcelona Rafael Casanova, quien pasó a dirigir todas las operaciones militares en el Principado tras recibir las competencias transferidas por los diputados de la Generalidad de Cataluña.

En cambio la «Junta Superior y Secreta», donde se resolvían las decisiones estratégicas principales y se recibían las noticias secretas enviadas por las cortes europeas, se mantuvo tal y como estaba dado que en ella ya concurrían el conseller en Cap Rafael Casanova, el barón de Almenara, Félix Teixidor y Sastre —miembros también de la «Junta de los 24»—, el arcidiano de Andorra José Asprer y Arena, el marqués de Barberá del Brazo militar de Cataluña y el comisionado secreto austríaco Francisco Verneda.[162][163][164]

Así se culminó el proceso mediante el cual los radicales asumieron todo el poder político desbancando a los moderados y el conseller en Cap de Barcelona —el alcalde de Barcelona— se convirtió en el máximo mandatario político, y militar, de Cataluña.[165]​ A partir de ese momento todos los comandantes militares que luchaban fuera de Barcelona, el marqués del Poal, el general José Moragues, el sanguinario coronel de miquelets Armengol Amill, el coronel Busquets, el coronel Vilar y Ferrer, el coronel Pedro Brichfeus, el coronel Antonio Vidal, etc. pasaron a obedecer, no al general comandante Villarroel, sino a los Consellers de Barcelona con Rafael Casanova al frente de la Junta 9.ª de Guerra.[166]

Confianza en la victoria

Para febrero de 1714 la situación en el frente militar se había tornado crítica para Felipe V. Su ejército se había visto obligado a pasar el duro invierno de 1713-1714 en improvisadas barracas soportando frío y lluvia frente a las murallas de Barcelona. Las tropas, agazapadas en el cordón de bloqueo, quedaban expuestas a los miquelets, a quien Villarroel había ordenado salir de Barcelona y apostarse en su campo circundante[167]​ concediéndoles libre licencia para asaltar indiscriminadamente el cordón de bloqueo de donde debían aprovisionarse y donde causaban el terror con sus ataques nocturnos.[168]​ Agotadas las arcas de Felipe V, el intento de cobrar impuestos en Cataluña solo había provocado un gran levantamiento de la payesía en el interior que había reducido aún más el contingente que bloqueaba a Barcelona e instalado la inseguridad en la retaguardia debilitado las rutas de los convoyes de suministros.

El nerviosismo se apoderó de la corte de Madrid donde no se entendía como transcurridos ya siete meses el duque de Pópoli no había conseguido avance alguno.[169]​ El duque respondió iracundo a la corte recordando que durante todo el invierno solo habían comido pan y cebada, que las tropas no habían cobrado desde junio y que tras el invierno presentaban un estado deplorable, muchos vestidos sólo con harapos y sin zapatos siendo «universal la desnudez, en que se halla así la infantería, como la caballería». Ante tal panorama las deserciones estaban aumentando siendo cada vez más los que intentaban escapar hacia el interior de Barcelona con el grave riesgo de que su ejército acabara desintegrándose en un «desbandada general».[170]​ En realidad las cuatro galeras de la débil armada española jamás habían conseguido bloquear completamente el puerto donde periódicamente entraban pequeñas naves que alimentaban a la ciudad con suministros, armas y municiones procedentes del reino de Mallorca y del reino de Cerdeña, territorios controlados por el emperador Carlos de Austria.[131]​ Este ya había iniciado las negociaciones de paz con Luís XIV, lo que llevó a la «Junta Superior» y a la «Junta de los 24» que gobernaba Barcelona a cegarse con la esperanza de que un inminente tratado de paz con Francia provocaría la retirada de las tropas francesas y la inevitable derrota de Felipe V en su intento por dominar Cataluña.[171]

En cambio entre los barceloneses el descontento había aumentado al haberse deteriorado la calidad del pan, haberse multiplicado los precios y extenderse la carestía de pertrechos, una situación que golpeaba más crudamente a los pobres, viudas y huérfanos de los muertos en combate. Finalmente el conseller en Cap de Barcelona Rafael Casanova acabó estallando y acusó al conseller segundo Salvador Feliu de la Peña de incompetente[172]​ y al resto de mercaderes de su confianza de haber formado un monipodio para lucrarse con ilícitas ganancias a expensas de la ciudad.[173]​ Rafael Casanova ordenó fijar por decreto los precios de todos los suministros básicos y destituyó a varios de los hombres de confianza de Feliu de la Peña. Su coetáneo Francisco de Castellví describió a Rafael Casanova de la siguiente manera: «Era el Conseller celante en el servicio, pero ardiente en la explicación».[174]

Los mercaderes protestaron recordando que en cada convoy de suministros ponían en juego toda su fortuna personal, que ellos estaban alimentando a toda una ciudad rodeada por tierra y bloqueada por mar, y que tan arriesgada empresa política se mantenía sólo gracias a sus capitales. Ello no sirvió para detener el decreto y tras la acusación de pretender enriquecerse a costas de la ciudad los mercaderes se convirtieron en acérrimos detractores de Casanova. Estos contratacaron lanzando una campaña de difamación en su contra haciendo correr la voz que había puesto a su mujer a salvo fuera de Barcelona, y que sus dos hijos habían recibido empleo en el ejército borbónico.[167]Francisco de Castellví constató que la mentira fue repetida tantas veces que lo hubieran asegurado «diez mil testigos». Pero la verdad era que Casanova era viudo, su mujer había fallecido nueve años atrás, y que su único hijo de 13 años servía de cadete voluntario con las tropas del marqués del Poal.[171]​ El enfrentamiento con los mercaderes dividió la «Junta de los 24». Aunque Casanova contaba con el apoyo de Manuel de Ferrer y Sitges y el resto de la aristocracia su autoridad se fundamentaba en la reputación lograda tras el sitio borbónico de 1706, pero difamado por los mercaderes y ante el creciente descontento social tuvo que apoyarse cada vez más en beatos religiosos para reforzar su autoridad.

Tratado de Rastatt: la estrategia quebrada

La Paz de Utrecht había postergado la solución del «Caso de los Catalanes» para un tratado posterior, un tratado en el que tenían puestas todas sus esperanzas los rebeldes. Por su parte Carlos de Austria había ido postergando las conversaciones de paz esperanzado en que las elecciones británicas supondrían un giro de la política exterior británica. Pero en octubre de 1713 la aplastante victoria electoral del partido tory evidenció que el fin de la guerra ya había quedado sentenciado. En diciembre de 1713 Austria y Francia iniciaron las negociaciones de paz en Rastatt,[175]​ aunque nada más comenzar el representante francés advirtió a los austríacos de «la necesidad de desistir de sus pretensiones por lo que mira a Cathaluña».[176]​ Los austríacos continuaron presionando pero los franceses respondieron «que esto depende únicamente de la voluntad del duque de Anjou [Felipe V]»,[177]​ cuya cerrazón sobre Cataluña era absoluta. Ante las presiones de su abuelo, Felipe V formuló una contrapropuesta: accedería a la petición de los austríacos, si éstos accedían a entregar la provincia holandesa de Limburg a la Princesa de los Ursinos —la dama de compañía de la mujer de Felipe V—, una propuesta que los holandeses jamás llegarían a aceptar.[178]​ El negociador austríaco informó al primer ministro Ramón de Vilana Perlas de que «no cejo de trabajar cuanto me es posible a favor y en beneficio de la constante Nación Catalana», pero «que es un puente muy difícil de arreglar».[179]

Ante el bloqueo, los austríacos cedieron y presentaron a los franceses una nueva propuesta: se reconocía el dominio de Felipe V sobre Cataluña, pero este debía restituir sus Constituciones tal y como estaban en 1700, justo antes de que se iniciara la guerra sucesoria por la muerte de Carlos II.[180]​ Entonces Luís XIV presionó a su nieto para que accediera a la restitución, pero este le respondió que «no es por ningún principio de odio, ni por ningún motivo de venganza, que he rehusado siempre esta restitución, sino porque sería disminuir mi Autoridad y exponerme a continuas revoluciones».[181]​ Luís XIV volvió a insistir para que su nieto se mostrara más flexible pero este le respondió exponiéndole «cuáles son mis motivos para castigar a los catalanes por su infidelidad. El resultado de las consideraciones que yo pudiera tener en esto, no servirían más que para aumentar su mala disposición, pues es cierto que todo lo que éste pueblo ha obligado a sus soberanos a concederles, por su revolución, no ha servido más que para disponerlos a nuevas rebeliones, siempre que han hallado la ocasión».[182]

Ante un callejón sin salida entre las presiones de Carlos de Austria y la cerrazón de Felipe V, el negociador austríaco y el francés —el Príncipe de Saboya y el Duque de Villars—, decidieron abandonar la mesa de negociación el 6 de febrero de 1714.[183]​ La decisión de ambos diplomáticos pretendía presionar a ambas cortes, pues tanto Francia como Austria necesitaban traer la paz a sus territorios. Pasadas tres semanas, el 27 de febrero, se reanudaron las conversaciones de paz fijando una solución de compromiso: Felipe V quedaba excluido del tratado.[184]​ El 6 de marzo se acordó el tratado y a la mañana siguiente se rubricó: Francia reconocía a Austria el dominio sobre el Flandes español (aumentados con Tournai, Yprés, Menin y Furnes) y los reinos españoles de Italia —reino de Nápoles, reino de Cerdeña, ducado de Milán y los estados de Toscana,[184]​ mientras que Francia conservaba Landau, Estrasburgo y Alsacia, pero entregaba a Austria las ciudades de Brisach, Kehl y Friburgo. Así mismo a Carlos de Austria se le reconocían formalmente los títulos de monarca de España, una concesión formal que aunque no resolvía en manera alguna el «Caso de los Catalanes», sacó de quicio al joven rey de 26 años Felipe V.[184]​ Días después, el 19 de marzo, Luís XIV trató de tranquilizar a su nieto recordándole que él mismo usaba también los títulos de archiduque de Austria y conde del Tirol, sin tener dominio alguno sobre dichos territorios,[185]​ y más importante aún, le anunciaba que estaban a punto de llegar a Barcelona 4 brigadas de ingenieros al mando de Dupuy-Vauban, y que había ordenado la movilización de 15 batallones de infantería más para, si era necesario, iniciar un verdadero asedio militar contra Barcelona, aunque le confiaba que «no creo que aguarden a tal extremo, ni difieran someterse por más tiempo, tan pronto se enteren de la conclusión del último tratado».[184]

Esperanza en la liberación

Firmado el tratado, el emperador se vio en la tesitura de tener que informar a los catalanes de lo acontecido. Ya en junio de 1713, cuando resolvió la evacuación de sus tropas, el emperador les había disuadido de empeñarse en proseguir las hostilidades en solitario,[11]​ pero en su obstinación desoyeren sus consejos declarando la continaución de la guerra. Sus repetidas cartas y las presiones de su primer ministro Ramón de Vilana Perlas le habían arrastrado, dentro de lo menguado de sus posibilidades, a intentar no desacreditar el empeño de los rebeldes, así como a interceder por sus privilegios. Ahora, con un tratado que no resolvía en modo alguno su situación, debía notificarles el hecho sin que las funestas implicaciones de lo negociado desacreditaran lo que habían obrado hasta entonces y, más importante aún, no menoscabara su autoridad si decidían proseguir en solitario su obstinación. Así, el 28 de marzo de 1714 y con triplicadas cartas, el emperador y la emperatriz informaron a los Tres Comunes de Cataluña con un profuso lenguaje, lo convenientemente ambiguo, el haber firmado la paz con Francia.[186]

Por su parte Luis XIV, disgustado por la intransigencia de su nieto durante la negociación del tratado,[187]​ le aconsejaba por carta que considerara la idea de querer reducir a los catalanes por la fuerza, siendo más pertinente que mediante la diplomacia procurara acabar con la rebelión.[188]​ Debía ser él, Felipe V, quien redujera a los catalanes y no las armas francesas, señalándole que negociara con ellos ofreciéndoles el mantenimiento de, al menos, sus privilegios municipales.[189]​ En cambio, si se empecinaba en su derrota total, le indicaba que dada la incapacidad de su ejército para reducir a Barcelona, accedía a enviarle el ejército francés que le pedía,[188]​ pero que este estaría bajo el mando de un general francés, el duque de Berwick,[190]​ con lo que la sumisión de Cataluña no devendría una obra de España sino una gloria para Francia.[191]​ Las imposiciones de Luís XIV a su nieto llenaron de preocupación a la corte de Madrid.[192]​ Necesitaban las tropas, pero no bajo el mando de Berwick. Felipe V se veía forzado a elegir entre la humillación de tener que negociar con los catalanes, o la vergüenza de que fueran las armas francesas las que sometieran a Cataluña.[193]​ Finalmente el ministro Juan Orry y el duque de Osuna aconsejaron a Felipe V ofrecer una negociación a los catalanes.[194]

Felipe V informó al duque de Pópoli que le llegaría una brigada de ingenieros franceses y artillería pesada, pero que no podía enviarle las tropas de infantería que le había solicitado dadas las condiciones que le imponía su abuelo: se iba a una negociación.[195]​ Para preparar el terreno el duque de Populi abandonó todas las operaciones que había seguido durante un año para conquistar Montjuich, y ordenó que se asaltara el convento de los Capuchinos situado en el campo delante de Barcelona. Tomada la posición, ordenó que se instalara allí una de las baterías de morteros franceses recién llegados desde la cual, el 3 de abril, se empezó a bombardear, no contra las murallas de la ciudad, sino contra las viviendas de los civiles para amedrentar al pueblo llano y así aumentar el descontento y presionar al gobierno rebelde.[196]​ El 14 de abril los 15 batallones franceses de infantería que ya estaban de camino a Barcelona recibieron contraorden de suspender la marcha,[192]​ mientras que en la corte de Madrid Felipe V dio plenos poderes al ministro Juan Orry para negociar la sumisión de los catalanes a cambio de sus privilegios municipales, pero puntualizando que «solo en aquello que no perjudique mi Real Autoridad».[194]​ Orry confiaba en que tras el bombardeo e informados los cabecillas de haberse frustrado su última esperanza en el Tratado de Rastatt sería tal su abatimiento que les hallaría prestos a la sumisión.[197]​ Tras salir de Viena el 28 de marzo de 1714, las cartas imperiales atravesaron toda Italia hasta Nápoles, donde fueron embarcadas en dos fragatas llegando a Mallorca el 19 de abril.[186]​ Nada más atracar en el puerto el virrey de la isla —el marqués de Rubí— fue informado de las misivas dirigidas a los Tres Comunes de Cataluña y al general Villarroel.[186]​ Dada su importancia, este las confió a su caballerizo Juan Miguel Berberena y,[186]​ tras cargar las naves con provisiones y completar el convoy, zarparon para Barcelona donde arribaron el 22 de abril. Fue entonces cuando se produjo lo que historiador Sanpere y Miquel bautizó como «El Equívoco».[198]​ Para el historiador, fruto de su desesperación y cegados en su propia fe, los Tres Comunes de Cataluña no supieron —o no quisieron— entender lo que las cartas les decían.[199]

Los resistentes, no disponiendo aún del texto del tratado sino tan solo de la lacónica notificación de haberse firmado la paz,[200]​ vieron en ello la milagrosa culminación de su estrategia: Francia había hecho la paz con el emperador, a quien reconocía sus títulos de monarca español, y este no solo aprobaba todo lo que ellos habían obrado hasta entonces, sino que además les reconocía públicamente como a sus «fidelísimos vasallos», pudiendo por fin quitarse de encima la insidiosa acusación de «pertinaces rebeldes y sediciosos».[199]​ Las palabras de Manuel de Ferrer y Sitges habían resultado proféticas y al estar firmada la paz con Francia, ésta quedaba obligada a retirar las tropas de un territorio del emperador, de su «Fidelísimo Principado de Cataluña». Y ya sin las tropas francesas al duque de Pópoli le resultaría del todo imposible mantener un mínimo bloqueo contra Barcelona, con lo que desde ese momento se consideraron libretados.[201]

Y por si quedaba la menor sombra de duda, los frailes se apresuraron a indicar que el Tratado de Rastatt se había firmado el 6 de marzo, festividad de San Olegario obispo, santo patrón de Barcelona; las cartas habían llegado a la ciudad el 22 de abril, vigilia de la festividad de San Jorge, protector y santo patrón de Cataluña; y justamente en ese día se cumplían exactamente los 9 meses desde que se hiciera la petición de auxilio a Nuestra Señora de la Merced, compatrona de Barcelona y redentora de cautivos: todo ello no podían ser meras coindidencias sinó la clara evidencia de que la Divina Providencia había bendecido sus oraciones.[201]​ El conseller en Cap Rafael Casanova ordenó que para el día siguiente festividad de San Jorge 23 de abril de 1714 se celebraran grandes oficios religiosos por toda la ciudad, las cuales contaron con la concurrencia masiva y jubilosa del pueblo llano y así mismo se celebró un fastuoso Tedeum en la catedral de Barcelona en loor del Santísimo Sacramento de la Eucaristía y 1000 misas por las almas del purgatorio como acción de gracias por la liberación de la ciudad.[201]​ Lo que había empezado como una locura estaba a punto de acabar, finalmente, con el milagro por el que tanto habían implorado con sus rezos.[201]

Desengaño tras las cartas imperiales

Ahora bien, a pesar de haberse entregando a los más delirantes muestras de entusiasmo[201]​ el historiador Sanpere y Miquel apunta, también, a otra posible interpretación para lo ocurrido señalando que, ya desde el 3 de abril,[202]​ el conseller en Cap Rafael Casanova, informado por el espía que había infiltrado en el campo borbónico, sabía de la movilización del ejército francés continental. Que además, en carta enviada el 27 de marzo desde Frankfurt por el embajador Dalmases, ya restituido en su comisión, y que fue recibida por la «Junta Superior Secreta», este certificaba que «por el secretario imperial Bendenrieter von Adelshausen (que se halla aquí y partió ayer de la posta de Rastatt, el cual ha asistido a las dichas conferencias y tratado) que en éste no se ha hablado ni convenido cosa alguna tocante a Barcelona ni a Cataluña».[203]​ Y apuntando finalmente que habiéndose firmado el tratado el 6 de marzo, transcurridos ya casi dos meses desde la firma del mismo, y ante la palmaria evidencia que durante todo ese tiempo las tropas francesas no solo no se habían marchado de Barcelona, sino que no daban el menor indicio de ir a hacerlo, se pregunta el historiador si la «Junta Superior Secreta» y la «Junta de los 24 de Barcelona» fueron, realmente, tan cándidos como para creerse aquello que públicamente decían creerse.[204]

Sea como fuere el mismo 24 de abril se comisionó al coronel Sebastián Dalmau, ducho en lengua francesa, para que con el pretexto de dar la enhorabuena por la paz al comandante del contingente francés el teniente general marqués de Guerchy, entrara a parlamentar en su campamento.[205]​ El encuentro se produjo al día siguiente y se le designó como interlocutor, para mantener la prelación jerárquica, al coronel Monteil. Este le sacó rápidamente de dudas, si las tenía, sentenciando que las tropas francesas, lejos de retirarse, estaba esperando la llegando de nuevos contingentes «para hacer la guerra contra una ciudad rebelde a su legítimo rey».[205]​ Con ello, concluye el historiador, aún y siendo cierto que los Tres Comunes se hubieran creído liberados por una nación extranjera a cambio de nada, a partir de ese mismo momento quedaron totalmente desengañados.[205]​ El 25 de abril de 1714 todos los caudillos de la rebelión —el conseller en Cap Rafael Casanova, el gobernador de Cataluña marqués de Torrellas y su lugarteniente Francisco de Sayol, el conseller segundo Feliu de la Peña con todos los mercaderes de la Lonja de Barcelona, los aristócratas conde de Claramunt, conde de Rodoñá, marqués de San Martín y Manuel de Ferrer y Sitges, los diputados de la Generalidad Francisco de Perpiñá, José de Vilamala y Tomás Antic, el obstinado protector del Brazo Militar de Cataluña el conde Juan de Lanuza y el marqués de Barberá—, todos, tuvieron en ese momento la certeza de que habían sido abandonados a su suerte.[194]

A pesar de ello, mientras desde las murallas contemplaban como los dos ejércitos borbónicos se disponían para acabar de aplastarles, se dieron cuenta de que tras de sí que aún contaban con una última baza a su favor: el pueblo barcelonés continuaba celebrando eufórico su liberación.[186]​ Y para que a nadie le quedara la menor sombra de duda al día siguiente, 26 de abril,[186]​ la «Junta Superior Secreta» ordenó al impresor Rafael Figueró[206]​ que publicara un número especial de la Gazeta de Barcelona anunciando la buena nueva que habían traído las cartas imperiales y que, además, imprimiera copias de éstas para que fueran repartidas y convenientemente interpretadas desde los púlpitos de las iglesias y las tabernas de toda la ciudad.[201]​ Aún más, a la noche siguiente partió sigilosamente del puerto de Barcelona una balandra con mil ejemplares para esparcirlos por Cataluña.[207]​ Ello no obstante, oculto en su domicilio en el interior de Barcelona, un partidario de Felipe V no dudó en anotar en su diario personal el engaño y la manipulación: «Llegaron de Italia cartas que, a la verdad, servían del mayor desengaño pero se publicó muy al contrario, y los que se preciaban de mayores estadistas no decían otra cosa sino que todo iba bien, y que de lo demás, convenía el secreto».[208]

Rechazo a la oferta de negociación borbónica

El ministro Juan Orry llegó a Barcelona el 28 de abril.[209]​ Nada más llegar fue informado del encuentro acaecido tres días antes con el coronel Dalmau y, aprovechando la ocasión de tener un interlocutor, instó al coronel Monteil a que pidiera un nuevo encuentro. El coronel Dalmau accedió y el 29 de abril fue invitado a comer junto al teniente general marqués de Guerchy y 20 oficiales franceses.[209]​ Tras la comida apareció como de improvisto el ministro Juan Orry quien, tras las presentaciones de rigor, llevó al coronel Dalmau a una reunión en privado. Allí le expuso cuál era su cometido y sus poderes para entrar en tratado, le prometió que de entregarse la ciudad podían esperar ventajas,[209]​ pero que de persistir en su obstinación, le advirtió, disponían de 50.000 bombas que arrasarían la ciudad. El coronel Dalmau le respondió que arrojando bombas contra el pueblo no debilitaría al gobierno sino que todo lo contrario se enconaría más los ánimos a su favor y tras informarle de que no disponía de poder alguno para negociar se comprometió a comunicar su proposición a la «Junta de los 24». Orry dio de plazo hasta el día 7 de mayo, período durante el cual habría una tregua tácita, pero que si no había respuesta se entendería por rechazada.[209]

El coronel Dalmau regresó a la ciudad e informó a la «Junta de los 24» quienes aprobaron su conducta pero, a pesar de las instancias del propio coronel para hacerlo, rechazaron dar respuesta a la proposición.[210]​ Transcurridos tres días sin mediar respuesta Juan Orry comenzó a impacientarse. El 2 de mayo instó al marqués de Guerchy a que solicitara la presencia del coronel Dalmau; este se presentó y Orry le ofreció la concesión de algunos privilegios si accedían a la sumisión.[211]​ Dalmau respondió que no iban a renunciar voluntariamente a las constituciones.[212]​ Las conversaciones se retomaron el 4 de mayo con el mismo infructuoso resultado sentenciando Dalmau que todos, la «Coronela, soldados y habitantes dentro de Barcelona, están gozosísimos considerando que les llegó la hora de conseguir inmortal crédito en la resistencia de una sangrienta hostilidad en defensa de la Plaza, manteniéndola constante bajo el dominio de su legítimo Rey y Señor natural D. Carlos III».[212]​ Ya sin esperanzas, Orry le recordó que el plazo para someterse expiraba en tres días, pero ese mismo 4 de mayo escribió a Felipe V informándole del fracaso de la negociación y de la necesidad de que viniera el ejército francés para someter a Barcelona mediante un asedio militar.[213]

Lo cierto es que ya el día 29 de abril la «Junta Superior Secreta» descartó completamente la negociación.[214]​ Las cartas imperiales habían aumentado la moral del pueblo creyendo que la guerra estaba ganada; con dicha propaganda los radicales consiguieron, por segunda vez, hacer fracasar una operación para hallar una salida negociada al conflicto. Todo lo contrario, mientras duró la tregua se incrementaron los trabajos para reconstruir las defensas y solicitaron al vicario general José Rifós que formara una «Junta de Teólogos» para que refrendara moralmente su determinación de llevar a Barcelona hasta el último sacrificio si era necesario.[214]​ Los prelados inquirieron a los curas de las parroquias para que, mediante los confesionarios, recabasen el sentir del pueblo llano. El 9 de mayo la «Junta de Teólogos» convocó a los presidentes de los Tres Comunes de Cataluña al convento de las Agustinas para entregarles su veredicto. El trinitario Segarra les expuso que atendiendo al derecho natural y tras profunda reflexión concluían que los Tres Comunes de Cataluña habían declarado una «Guerra justa». Asimismo, y según se desprendía de las averiguaciones de los confesionarios, informaron que el pueblo llano estaba dispuesto a luchar hasta el último extremo defendiendo la ciudad en una causa que entendían amparada por Dios. Por último la «Junta de Teólogos» se comprometió a aplacar la Justicia Divina mediante rezos, plegarias y penitencias, prometiendo que gracias a la intercesión de los Santos Patrones de la Patria se alcanzaría la victoria final.[214]

Luchar hasta la última gota de sangre

Habiendo los políticos —el consistorio de consellers, la «Junta de los 24», y los Tres Comunes— cerrado filas en bloque y habiendo conseguido el apoyo de los eclesiásticos en la determinación de luchar «hasta la última gota de sangre», el único rescoldo de poder ——y el más escabroso de mediar— era el de los militares y, más concretamente, el del general comandante Villarroel.[214]​ En esa dirección el 16 de mayo de 1714 la «Junta de los 24» convocó a consejo de guerra a todos oficiales mayores del ejército para que votasen. Dicha votación colmó la paciencia de Antonio de Villarroel. En su sentir militar y jerárquico expuso a los consellers su hartazgo por tantas reuniones, tantas juntas, tantas votaciones, dictámenes, resoluciones, y tantas conferencias pues al «Real servicio no convenía tan grande pluralidad de dictámenes».[212]​ Les detalló que deploraba hubieran rechazado tan enteramente la negociación que les habían ofrecido los borbónicos,[210]​ y que en lo que atendía al último extremo al que querían llevar la defensa de la plaza le parecía horrendo que hubieran consultado, antes, a una «Junta de Teólogos» que al general comandante del ejército —a él—.[214]​ Y para culmen de despropósitos el convocar a un consejo de guerra a sus oficiales inferiores era una potestad que correspondía al general comandante del ejército —a él—, que aunque no hubiera recibido la patente oficial de Carlos de Austria su ministro Ramón de Vilana Perlas le reconocía como tal en sus cartas, y que sus oficiales inferiores nada iban a votar, sobre nada, debiendo obedecer, únicamente, lo que él ordenase como a jefe militar.[114]

Ante la oposición de Villarroel la «Junta de los 24» solicitó la mediación de Juan Francisco de Verneda, quien haciendo valer su papel como comisionado de Carlos de Austria en Barcelona logró convencer a Villarroel para que accediera al consejo de guerra aunque este advirtió que no votaría, «ni tengo que votar, pues que ya he obedecido á la orden de S.M.C. en esta parte». Finalmente el consejo de guerra que tenía celebrarse el 16 de mayo tuvo lugar a las 7 de la mañana del 19 de mayo en el salón del Consejo de los 100[114]​ Una vez congregados los oficiales el consistorio de consellers les entregó proposición «asentando siempre sobre el sólido principio que la defensa ha se ser efectiva è inalterable hasta la última gota de sangre en todos los moradores de esta plaza.»[215]​ Tras exponerse el estado de las tropas dentro de la plaza y las del exterior, y detallarse los efectivos estimados del enemigo, todos los oficiales acataron la resolución de que «deben sacrificarse las vida antes de asentir á capitulación alguna con el enemigo».[215]​ Mismamente la «Junta de los 24» había informado a las tropas que luchaban fuera de Barcelona convocándoles a un consejo de guerra en Olesa de Montserrat; allí los comisionados de la ciudad enviados a tal efecto recabaron los votos de los oficiales superiores a las órdenes del marqués del Poal, los cuales se comprometieron a reclutar una fuerza de 6.000 hombres con la que lanzarse al socorro de Barcelona cuando se les ordenase.[114]​ En la Cataluña interior el discurso del odio sembrado por Manuel de Ferrer y Sitges desembocó en que la rebelión fuera sentida como una guerra contra Castilla exhortando a todos los catalanes a «defender la patria», a acabar con «la invasión enemiga», mientras se cantaban canciones que rezaban «vamos a dar batalla a los crueles castellanos, viva Cataluña y viva la Libertad».(léase canción íntegra) Tres días después, el 23 de mayo, el duque de Pópuli ordenó que se iniciara el gran bombardeo que durante un mes, día y noche, machacó Barcelona hasta dejar un tercio de la ciudad arrasado.[216]

Cataluña arde en llamas

 
Representación del bombardeo sobre Barcelona durante 1714. Fragmento del gravado «Barcino Magna Parens» impreso en Viena por Joan Van Ghelen en 1718 a petición del Consejo de España.

Al duque de Pópuli le había llegado el cuerpo de artilleros francés, que traían consigo 32.000 balas de cañón, 6.000 potes de metralla, 8 morteros, 20 cañones de veinticuatro libras y 12 cañones de treinta y seis libras.[217]​ El bombardeó sembró de terror y confusión la ciudad; el capitán de la 2 compañía del III batallón de la Coronela de Barcelona, Francisco de Castellví, lo describió de la siguiente manera: «No hay expresión que explique el trágico y lastimoso teatro que representó al vivo la dolorida confusión de Barcelona. Aumentaba la turbación el disparar cada cuarto de hora todos los morteros; los padres, en la turbación, perdieron á sus hijos, y los parientes más cercanos abandonaron a sus enfermos».[216]​ Tras varios días de bombardeo, los civiles acabaron por establecer permanentemente dos campos de refugiados con improvisadas tiendas. Tal como lo vio Castellví, «causaba admiración ver la ciudad transformada en un desierto, las puertas de las casas abiertas, las paredes destruidas y desamparadas las habitaciones».[216]​ Los consellers ordenar formar escuadrones de vigilancia para evitar saqueos y no dudaron en sentenciar a la horca a aquellos que, arrastrados por el hambre y la desesperación, fueron sorprendidos rapiñando.[216]

Paralelamente en la Cataluña interior la guerra había llegado a unos extremos de terror jamás concebidos. Las tropas del marqués del Poal se habían distribuido territorialmente ocupando varios vegueríos pero sus tropas rebeldes estaba expuestas a los ataques de los destacamentos volantes borbónicos. Estos habían venido aplicando una política que el historiador Sanpere Miquel calificó de «terrorismo militar», saqueando e incendiando las pequeñas villas ya fuera porque amparaban al ejército rebelde, ya porque les ayudaban con somatenes, ya porque les entregaban víveres. El terror se agravó aún más durante la primavera de 1714 cuando llegaron las tropas borbónicas que se retiraban del Flandes español y de Sicilia, territorios que Felipe V había entregado a Carlos de Austria, y que fueron trasladados urgentemente a Cataluña. La superioridad numérica borbónica se tornó aplastante y los destacamentos borbónicos saqueaban e incendiaban sin distinguir ya entre rebeldes y butifleros. El caos total provocó que surgieran bandas de «voluntarios» incontrolados que hacían la guerra por su cuenta ayudando según su antojo a las tropas del ejército rebelde y rapiñando para sobrevivir allí donde pudieran; tal como anotó en su diario Juan Fábrega, payés de Súria, «por toda Cataluña hay gente en armas, que les llaman voluntarios. Y se nombraban comandantes y capitanes, y los hay de caballo y de a pie, y corren por toda Cataluña, y se hacen dar todo lo que necesitan, y si no, se lo toman, que entre unos y otros no queda nada para las casas y las villas».[218]​ O como relataba en su diario otro payés, Francisco Gelat de Santa Susana, entre saqueos, incendios y ahorcamientos por todas partes «parece el Juicio Final».[219]

Si para el historiador Sanpere y Miquel la estrategia seguida inicialmente por los borbónicos cabía calificarla de «terrorismo militar», la guerra total que se desató en Cataluña durante la primavera de 1714 provocó tales atrocidades entre la población civil que ésta se vio aplastada entre «dos terrorismos militares», el de los borbónicos y el de los rebeldes. Por su parte el marqués del Poal intentaba reconducir la situación solicitando a Barcelona listas de butifleros a los que extorsionar e incautarse de sus bienes pues reconocía en sus informes que «el país está omiso y contrario», que la gente de las villas —aterrorizada—, ya no les apoyaban ni con somatenes ni con víveres o que, en el peor de los casos, le hostilizaban abiertamente mediante las armas.[220]​ A la par en Barcelona el radicalismo aumentaba; el almirante francés Jean-Baptiste du Casse solicitó un intercambio de prisioneros y el 20 de junio a las 8 de la mañana el sargento mayor Félix Nicolás de Monjo y Corbera y el capitán Mariano Bassons —en las funciones de traductor—, recibieron en el puerto al alférez de navío Monsieur de Moulin. Finalizado el intercambio el alférez francés les reprochó su obstinación por mantener un defensa ya sin sentido matando a jóvenes franceses en una guerra que Felipe V y Carlos de Austria había dado por finiquitada. El sargento mayor le respondió «Monsieur, el apegarnos a los intereses de Su Majestad Imperial habrá sido un buen o un mal partido. Si ha sido bueno el cielo nos protegerá y, aunque perezcamos, la posteridad alabará nuestra firmeza y nos compadecerá. Si ha sido malo, no lo mejorará el someternos a los españoles así que, a lo hecho pecho, nos sepultaremos bajo las runias de nuestra ciudad».[221]

Llegada del ejército francés: principio del fin

 
Apertura de la Trinchera de Ataque frente la muralla de Levante de Barcelona iniciada durante la noche del 12 al 13 de julio de 1714.

Tras 11 meses de infructuoso bloqueo, finalmente el 6 de julio[222]​ de 1714 el duque de Pópoli fue relevado en el general comando borbónico por el mariscal de Francia duque de Berwick. El mariscal traía 10 batallones de veteranos franceses curtidos en las batallas de Ramillies, Malplaquet, y Denain, y que venían a sumarse a los 5 llegados en 26 de junio, más el cuerpo expedicionario francés que bajo el mando del marqués de Guerchy había contribuido desde el principio al bloqueo.

Totalizaban en el campo delante de Barcelona 40 batallones de infantería francesa que sumadas a las tropas españolas de Felipe V alcanzaban los 40.000 hombres. Entre los regimientos destinados al sitio de Barcelona destacaban el Normandie, Vielle-Marine, Anjou, La Reine, Orleans, La Couronne, La Marche, Ile de France, Ponthieu, Courten o Castelart, todos laureados en los campos de batalla de Europa. El imprescindible cuerpo de ingenieros franceses llegado unas semanas antes estaba bajo la dirección del teniente general Dupuy-Vauban, secundado por Lozières d'Astier y los brigadieres Desroces, Duverger, de Biancolelly, de Chelays y Thibergean, con un tren de artillería que sumaba 87 cañones y 33 morteros. Finalmente la flota francesa cerró la bocana del puerto de Barcelona iniciando la rápida asfixia de la ciudad. Berwick desechó por completo la estrategia que hasta entonces había seguido el Duque de Pópoli respecto a Montjuich y centró su atención al otro lado de la ciudad, frente la muralla de Levante, donde el terreno pantanoso facilitaba la excavación.[222]​ Ordenó abrir la Trinchera de Ataque la noche del 12 al 13 de julio empleando a cientos de trabajadores forzados: era la primera paralela; la cuenta atrás había empezado.[223]​ Al día siguiente el general comandante Antonio de Villarroel planeó una salida desde la plaza para atacarla y retrasar el avance borbónico. La operación se realizó al mediodía y, aunque efectiva, causó mayores bajas de las esperadas entre las tropas del ejército rebelde sin que por ello se retrasara el avance incesante de los ingenieros franceses. Tres días después abrían la segunda trinchera paralela. En ella instalaron todo el tren de artillería que empezó a batir directamente contra la muralla de Levante abriendo las primeras brechas.[224]

En el interior de la ciudad la «Junta de Teólogos» inició su cometido ordenando novenas, rezos del rosario y otras demostraciones de fervor colectivo a las que se entregó devotamente tant el pueblo llano como los políticos.[214]​ Entretanto dos altos oficiales del ejército se reunieron secretamente en Montjuich; el general José Antonio Martí y el brigadier José Moragull expusieron al coronel Pablo Thoar, gobernador de la estratégica fortaleza, que con la llegada de los franceses la caída de Barcelona era inevitable, que todas las promesas sobre la ayuda de Carlos de Austria habían resultado ser falsas, que la «Junta de los 24» les inmolarían a todos bajo las ruinas de la ciudad, y que el ejército debía hacer algo para evitarlo. Pero el coronel Pablo Thoar se negó a participar directamente en un golpe, aunque que permaneció callado y no informó a la «Junta de los 24» de la conspiración que se estaba fraguando.[225]​ Al no contar con el apoyo del gobernador de Montjuich, el 16 de julio el general José Antonio Martí y el brigadier José Moragull, junto con varios oficiales de su confianza se adentraron en mitad de la noche en campo borbónico. Detenidos y llevados ante la presencia del duque de Berwick, el general Martí le expuso su plan: si le dejaba 1.500 granaderos borbónicos tomaría por sorpresa la fortaleza de Montjuich aquella misma noche, con lo que a la mañana siguiente tendría rendida Barcelona a sus pies acabando ya con aquel inútil derramamiento de sangre. Pero Berwick, desconfiado, rechazó el ofrecimiento temiendo una estratagema de los sitiados. Ordenó que quedaran presos en un barco francés y que les llevaran a las cárceles de Peñíscola.[226]​ La deserción no fue descubierta hasta mañana del día siguiente, 17 de julio. La «Junta de los 24», conmocionada y temiéndose una nueva conjura de los militares para forzar una capitulación dio el toque de alerta doblando las guardias en todos los portales de la ciudad. El conseller en Cap Rafael Casanova instó a la inmediata destitución del gobernador de Montjuich, el coronel Pablo Thoar. Villarroel accedió asignándole plaza en el regimiento de la Concepción bajo su directa supervisión y, para disipar cualquier sospecha de complicidad con los desertores, mandó publicar un bando con órdenes de captura contra ellos.[227]

La escuadra británica frente a Barcelona

Desmoronándose la moral de los resistentes desde Viena llegaron noticias aún más funestas. El primer ministro Ramón de Vilana Perlas informó tanto al virrey austracista de Mallorca —el marqués de Rubí— como al comisionado austríaco en Barcelona —Juan Francisco de Verneda— que había recibido del embajador en Londres Pablo Ignacio Dalmases un aviso asegurando que «la Escuadra Británica pasa al Mediterráneo con el designio de concurrir y secundar la violencia de los enemigos».[228]​ Así mismo les advertía a ambos que no debían albergar esperanza alguna sobre ningún tipo de ayuda de Carlos de Austria, ni navíos, ni tropas; que el emperador aseguraba que enviar socorros militares vulneraría el Tratado de evacuación de Cataluña, con lo que darían motivos a los ingleses para atacarles abiertamente;[229]​ notificaba con dolor que de ser cierto que la misión de la escuadra inglesa era «facilitar la rendición o toma de Barcelona e Islas de Mallorca y Ibiza», el emperador no deseaba el «sacrificio extremo de sus naturales» rechazando que la «Junta de los 24» llevase a Barcelona al «sacrifico, exponiendo al rigor y al cuchillo a tantas inocentes vidas y a una ciudad cuya memoria es ya digna de eternizarse, sin contingencia de su última y total ruina». Finalizaba anunciando el pronto envío de la «Instrucción Imperial» que Carlos de Austria había decretado, así como comisiones y credenciales al general Villarroel para que «se facilitase con el uso de ellos el posible arbitrio contra la desgracia».[228]

Ello no obstante les recordaba que el Tratado de Rastatt aún debía ratificarse mediante un Paz Universal en el Congreso de Baden donde se podría resolver el «Caso de los Catalanes». El comisario austríaco Verneda informó de las notícias de Viena a la «Junta Superior Secreta» formada por el conseller en Cap Rafael Casanova, el barón de Almenara, Félix Teixidor y Sastre, el arcidiano de Andorra José Asprer y Arena y el marqués de Barberá, quienes resolvieron mantener todo en secreto. No informaron a nadie —ni a los otros miembros de la «Junta de los 24»—, manteniéndose a la espera de lo que haría la escuadra británica cuando llegara a Barcelona. Y es que la salud de la reina Ana de Gran Bretaña se había deteriorado gravemente y todos la daban ya por desahuciada.[228]​ Ésta iba a morir sin hijos y el partido whig, aliado con la facción protestante del partido tory, había impuesto la sucesión en la Casa de Hanover, aliada de Carlos de Austria. Así mismo en Londres los whigs estaban atacando al secretario de estado Bolingbroke por el «Caso de los catalanes» y lord Halifax y lord Cowper había denunciado en la Cámara de los Lores que «la Corona de la Gran Bretaña había inducido á los catalanes á declararse por la Casa de Austria, y habiéndose comprometido a sostenerlos, deben hacerse buenos tales compromisos».[230]​ Paralelamente el enviado español en Londres Patricio Laules también había informado de las alarmantes noticias a la corte de Madrid.[231]​ Tras acalorados discursos los lores habían forzado la aprobación de una resolución para que «se continuara la interposición en su auxilio de una manera más contundente».[232]​ Bolingbroke finalmente envió una carta urgente al almirante Wishart pidiéndole que, sucediera lo que sucediera ante Barcelona, no obedeciera las órdenes de la reina de atacar la ciudad.[233]​ Wishart recibió dicha carta mientras fondeaba en Alicante y, desconcertado, convocó a consejo de guerra a todos los oficiales para que deliberaran si debían obedecer las órdenes de la reina o a la carta del secretario de estado; finalmente tomaron una resolución.[234]​ El 21 de julio de 1714 Barcelona amaneció con la escuadra británica frente al puerto con banderas de guerra al viento.[235]

 
El boletín «Noticias generales de Europa, publicadas en Barcelona, dia 22 de Inuio de 1714» editado por Rafael Figueró y Jolís recogía las notícias llegadas de Londres sobre la ofensiva whig al respecto del «Caso de los Catalanes».

Desde las murallas los barceloneses siguieron como desde los navíos ingleses dos chalupas pasaban al desembarcadero francés, no sucediendo nada más hasta el anochecer. Al día siguiente el bombardeo borbónico sobre Barcelona cesó completamente y un bote inglés arribó al muelle solicitando conferenciar con el comandante militar de la plaza y los magistrados de la ciudad.[236]​ Villarroel envió a su ayudante Martin de Zubiria, quien regresó acompañando del comodoro Thomas Gordon. Fue conducido a la casa de la ciudad donde el consistorio de consellers le concedió audiencia; aquel les entregó la documentación del almirante Wishart denunciando sus ataques corsarios contra los mercaderes ingleses.[236]​ Al día siguiente, 23 de julio, el comodoro Gordon volvió a la plaza y los consellers le entregaron los documentos que demostraba que no se había faltado al «derecho de gentes», que al único mercante inglés que habían atacado —requisando su cargamento de sal—, le habían pagado «con nuestra mejor moneda a su cabal satisfacción».[237]​ Y también denunciaron que «las voces que han hecho esparcir en Europa de nuestras piraterías, no son sino invenciones de nuestros enemigos, para hacernos odiosos por todo el mundo y estorbar el que no se negocie con nosotros, privándonos de las cosas precisas para nuestra subsistencia y reducirnos más presto».[238]

Dura política de Rafael Casanova

 
El mariscal de Francia duque de Berwick abrió trinchera la noche del 12 al 13 de julio empleando a cientos de trabajadores forzados frente la muralla de Levante, desechando por completo la estrategia que durante un año había seguido el fracasado duque de Pópoli.

Nada más hacerse a la vela los navíos ingleses la artillería francesa volvió a disparar contra las murallas de Barcelona. La moral de la población se derrumbaba y el número de desertores empezaba a ser alarmante. El 28 de julio el conseller en Cap Rafael Casanova decretó mediante bando la militarización total de los niños mayores de 14 años que se hallaban dentro de la ciudad, ordenando se presentaran a las 6 de la mañana en la Rambla de Barcelona; la no comparecencia estaba penada con la prisión. Una vez estuvieron concentrados se les dio a elegir entre alistarse, o al ejército, o a la Coronela, tras lo cual se les expidió un certificado.[239]

A partir de aquel día a los refractarios que fueron sorprendidos sin el correspondiente certificado por las patrullas de control de la «Compañía de la Quietud», más conocida como «Companyia dels matadors», se les detenía y destinaba a hacer guardia en las zonas más expuestas a la artillería francesa. Castellví estimó que el edicto de Rafael Casanova supuso la incorporación de 2.165 niños y ancianos a las filas de la Coronela, quedando a partir de entonces bajo la jurisdicción militar.[240]​ El 31 de julio las tropas del mariscal Berwick terminaron la tercera paralela de la Trinchera de Ataque y coronaron el camino encubierto; desde entonces los combates se empezaron a librar al pie de las murallas mientras los zapadores borbónicos empezaron a cavar minas por debajo de los baluartes con la intención de llenarlos de explosivos y volar por los aires el enclave. Pero a pesar del avance borbónico el radicalismo fue en aumento tal como escribió el caballero francés Jacques de Viguier, quien presenció como el 1 de agosto de 1714 un grupo de estudiantes alzaba un «drapeau noir avec un tête de mort blanche au milieu» —una bandera negra con una calavera en medio— señalando que la ciudad jamás capitularía.[241]

 
Propaganda de los consellers exhortando a naturales y forasteros a luchar para «liberar a esta Ciudad y Principado» de lo que resultará acabar con «la violenta esclavitud que padece todo el continente de la Monarquía de España».

A su vez el vicario general José Rifós distribuyó un ejército de frailes por toda la ciudad, en las plazas públicas, en los cuarteles, y en los baluartes donde se combatía, para que con sus prédicas mantuviesen firme la fe en el triunfo final.[242]​ La culminando dichos ritos católicos se produjo el 2 de agosto del 1714, cuando Rafael Casanova y el resto de consellers, acompañados por los otros dos Comunes, realizaron acto público de comulgación, confesión y contrición, manifestando su arrepentimiento por haber confiado en los ingleses y «gentes contrarias a la santa fe y religión católica».[243]​ Los Tres Comunes de Cataluña juraron aplicar la «Instrucción Directiva para templar el rigor de la Justicia Divina» redactada por la «Junta de Teólogos», que estipulaba que desde entonces en Barcelona se regularían los trajes de las mujeres, se clausurarían las casas de juegos y las canchas del tinquete, no se permitirían las comedias en los teatros ni los bailes en carnestoltes, y que a partir de entonces la «Junta de Teólogos» velaría para siempre por la decencia de la, otrora, libertina Barcelona y extirparía los pecados públicos de la ciudad. Hechos los votos esperaban que la Divina Misericordia obrara el milagro final de la liberación. El fanatismo religioso que gobernaba la ciudad fue descrito por historiador y filósofo Voltaire: «Los sitiados se defendían con un coraje fortificado por el fanatismo. Los sacerdotes, los capellanes, corrían con las armas y hacia las brechas, como si se tratara de una guerra de religión».[244]

Como señaló el historiador Sanpere y Miquel, fanáticos eran los dirigentes de Barcelona, y fanatizados acabaron los barceloneses.[245]​ Un año de bloqueo, los continuos vaivenes políticos, la devoción religiosa, el implacable avance del asedio, la creencia de ser un pueblo elegido y las profecías de ermitaños y hombres santos que lo confirmaban acabaron por sugestionar a todos en la convicción de que si conseguían mantener la defensa el tiempo suficiente, al final el milagro de la liberación ocurriría. Para el historiador, lo profundo que llegó a calar esa creencia en la «Junta de los 24» lo evidencian las draconianas decisiones políticas que llegaron a tomar llevando a Barcelona al abismo de la hecatombe total, un desastre que sólo la interposición del general Villarroel pudo evitar in-extremis.[242]​ El 9 de agosto el conseller en Cap Rafael Casanova reconocía nuevamente la primera línea de combates en la muralla de Levante y la cortadura de defensa. La cortadura era una inmensa barricada levantada a modo de segunda muralla que se alzaba tras aquella. Para construirla la «Junta de los 24» ordenó que los barceloneses demolieran sus propias casas y que con los despojos alzaran la cortadura de defensa, debiendo acudir a su construcción todos los civiles fuera cual fuera su estamento, en su mayoría ancianos, mujeres y niños menores de 14 años.[246]​ Tras inspeccionar los trabajos en la cortadura, Rafael Casanova fue alertado por los oficiales del creciente número de milicianos que faltaban a sus puestos, ante lo cual ordenó que a los que no cumpliesen con su deber se les apresara y se les destinase a los parajes más expuestos al fuego borbónico.

Rechazo al Plan Vilana-Perlas y a la «Instrucción Imperial»

Entretanto la escuadra británica se había dirigido a Mallorca donde realizó los mismos advertimientos para acabar con los asaltos a los mercantes ingleses. Tras constatar que no iban a atacar la isla, el virrey austracista de la isla —el marqués de Rubí— siguió el plan ideado por Ramón Vilana Perlas[247]​ para ganarse la complicidad británica y evitar que el Principado de Cataluña y el reino de Mallorca cayeran bajo el dominio de Felipe V.[229]​ El 2 de agosto el comisionado austríaco en Barcelona Juan Francisco de Verneda recibió carta del marqués de Rubí detallándole el plan, el cual consistía en que propondría al almirante inglés que desembarca y ocupara con sus tropas Barcelona forzando así una suspensión de armas con los franceses; estando la ciudad bajo control militar británico inmediatamente después se formarían una nueva junta de gobierno político presidida por el gobernador de Cataluña garantizándose la aplicación de las Constituciones de Cataluña. Barcelona permanecería con guarnición militar británica protegida del ataque borbónico y a modo de depósito hasta que se firmase la Paz Universal entre la Casa de Austria y la Casa de Borbón en el Congreso de Baden resolviéndose el «Caso de los Catalanes». En el tratado se determinaría bajo el dominio de que soberano debían quedar tanto Cataluña como Mallorca —ya fuese Carlos de Austria o algún tercero—, y mientras tanto la reina de Inglaterra ejercería su obligación como garante de las Constituciones de Cataluña ocupando militarmente Barcelona.[229]

Recibida la carta Verneda lo comunicó inmediatamente a la «Junta Superior», los miembros de la cual, tras larga discusión, rechazaron el plan ideado por Ramón Vilana Perlas alegando tanto la dificultad para otorgar poderes, como la nula confianza en las promesas británicas, resolviendo finalmente que todo quedara bajo secreto para evitar habladurías.[248]​ Ello no obstante al día siguiente 3 de agosto Verneda recibió una nueva carta del marqués de Rubí en la que se le comunicaba que el almirante inglés había rechazado también el plan de ocupar militarmente Barcelona, accediendo no obstante a comunicarlo a la corte de Londres.[248]​ Allí el embajador catalán Dalmases, una vez informado del plan de Vilana Perlas se lamentaba que «eso sería bueno que se hubiera pensado, tratado y ajustado en marzo del año pasado cuando los ministros imperiales, con la concurrencia de los de Inglaterra, firmaron y convinieron la evacuación de Cataluña. Sería bueno que se hubiera convenido en Rastatt, en aquella paz donde no se habló nada de Cataluña, y sería bueno que se hubiera ya ajustado en el congreso de Baden».[249]

Dos días después, el 5 de agosto, llegó a Barcelona la «Instrucción Imperial» de Carlos de Austria. Este quería evitar a toda costa que los radicales llevaran a Barcelona a un sangriento final usando su nombre y enviaba comisiones y credenciales al general Villarroel para que «se facilitase con el uso de ellos el posible arbitrio contra la desgracia». En suma, Carlos de Austria proponía negociar la capitulación de Barcelona renunciando al dominio de Cataluña en favor de Felipe V a cambio del mantenimiento de sus fueros, y proponía como pieza de negociación el reino de Mallorca que aún permanecía bajo su dominio.[250]​ La «Instrucción Imperial» la traía el coronel de infantería Juan Francisco Ferrer —militar navarro nacido en Corella— que había abandonado Barcelona con las tropas austríacas en julio de 1713 y que ahora retornaba desde Viena. De inmediato se reunió con el general Antonio de Villarroel y con el comisionado austríaco Verneda para que se iniciaran las negociaciones de capitulación con el mariscal Berwick y se acabara con tan innecesaria carnicería.[250]​ Verneda informó inmediatamente a la «Junta Superior» quienes rechazaron absolutamente cualquier negociación de capitulación así como el someterse al dominio de Felipe V, ordenando guardar total secreto sobre «Instrucción Imperial» de Carlos de Austria. La resolución indignó a Juan Francisco Ferrer que venía facultado para negociar la capitulación con Berwick.[251]​ Este empezó a esparcir voces proclamando que la resistencia era inútil, que Carlos de Austria no les iba a ayudar y que debía negociarse antes de que fuera demasiado tarde. Los Tres Comunes ordenaron al comisionado austríaco Verneda que le hiciera callar.[250]

Fracasados asaltos contra Barcelona del 12, 13 y 14 de agosto

 
El mariscal de Francia duque de Berwick lanzó el primer asalto general contra Barcelona el 12 de agosto de 1714. Ordenó un segundo asalto general la noche del día siguiente, 13 de agosto, conquistando las tropas borbónicas el baluarte de Santa Clara, del que fueron expulsadas la mañana del 14 de agosto. A pesar de conseguir la victoria, las bajas entre las tropas catalanas fueron altísimas. En primer plano el baluarte de Santa Clara y la torre de San Juan, a la derecha, el baluarte del Portal Nou.

Aprestado por la corte de Madrid ante el peligro que suponía la inminente muerte de la reina Ana de Inglaterra -el 1 de agosto[252]​ había quedado sin habla-, el mariscal duque de Berwick ordenó el asalto final contra Barcelona para el 12 de agosto. Entrada ya la oscuridad de la noche los minadores borbónicos hicieron estallar los explosivos situados en mina construida bajo el bastión de la Puerta Nueva, bastión que saltó por los aires quedando prácticamente en ruinas; pasados unos instantes de confusión los granaderos borbónicos se lanzaron al asalto. Tras horas de combates los soldados apoyados por los milicianos se lanzaron al contrataque consiguiendo expulsar a los asaltantes. Perdido el enclave las tropas borbónicas volvieron a lanzar varias oleadas de gente fresca pero habiendo sido reforzados los defensores con otro batallón más de la Coronela de Barcelona y ya abierto el día el asalto al bastión de la Puerta Nueva fracasó.[253]​ Al unísono también se asaltó el bastión de Santa Clara. El asalto de los granaderos borbónicos también se prolongó hasta romper la luz del día y, también, fracasó ante la enconada oposición de los milicianos de la Coronela que fueron reforzadas inmediatamente por soldados del ejército.[254]

A las diez de la noche del 13 de agosto las tropas borbónicas lanzaron un nuevo asalto. Rompieron las defensas masacrando a los milicianos que defendían el baluarte de Santa Clara. Viendo el enclave perdido el conseller en Cap ordenó que otro batallón de la Coronela se lanzara al ataque pero el general comandante Villarroel prohibió la participación de civiles en armas señalando su escasa efectividad. Tras dialogar con Rafael Casanova Villarroel ordenó esperar hasta que rompiera la luz del día, momento en el cual ordenó el asalto al bastión. Tras horas de violentos combates y cargas suicidas durante todo el día 13 los borbónicos continuaban resistiendo en el bastión de Santa Clara.[255]​ La mañana del 14 de agosto Villarroel dispuso que varias piezas de artillería fueran traídas desde las murallas y apuntaran hacia el interior del bastión de Santa Clara, ordenando que no fueran cargadas con balas sino con potes de metralla para devastar a las tropas francesas que se agolpaban en el enclave. Cuando se desató el ataque la artillería acribilló a los franceses y tras sucesivos asaltos las tropas borbónicas acabaron retirándose ante la carnicería que estaban sufriendo.[256]​ Fracasado el asalto general tras tres días de combates el mariscal duque Berwick justificó al rey Luis XIV de Francia lo sucedido alegando que «los enemigos se defienden como desesperados».

Agonía final de Barcelona

A la par que en Barcelona se luchaba para rechazar el asalto borbónico en el exterior las tropas del marqués del Poal luchaban desesperadamente para intentar llegar hasta la ciudad. La «Junta de los 24» había ordenado al marqués del Poal que se dejara de atacar convoyes y acudiera con todo lo que pudiese en su socorro.[257]​ El marqués había formado un cuerpo de 3.500 hombres con el que envistió derecho contra un destacamento borbónico de 3.000 hombres que les cortaban el paso del Llobregat, derrotándoles en la batalla de Talamanca y forzándoles a retirarse hasta Sabadell.[258]​ El general Villarroel envió fuera de la ciudad a su ayudante Martín de Zubiría para que informara al marqués del Poal de la trágica situación que se estaba viviendo en la ciudad. Y es que el 15 de agosto, justo tras derrotar el asalto general borbónico, había empezado la gran hambruna: en Barcelona ya no quedaban alimentos. Tal como lo vio con sus ojos el capitán Francisco de Castellví «los extremos de hambre que sufrieron los barceloneses no hay pluma que los pueda referir con individualidad».[259]

Salvador Feliu de la Peña

Nacido en Mataró en 1674, era un mercader vinculado al comercio atlántico. En 1705 se adhirió a Carlos de Austria y en 1709 fundó la Compañía Nueva de Gibraltar siendo nombrado Ciudadano Honrado de Barcelona en 1710. En julio de 1713 fue miembro de la «Junta de los 36» y en noviembre fue extraído conseller segundo de Barcelona. Bajo el mandato del conseller en Cap Rafael Casanova, rivalizó con éste sobre la estrategia de la defensa. Encargado del abastecimiento de la ciudad, aquel le recriminó sus errores lo que agudizó su enfrentamiento personal. El 15 de septiembre huyó a Génova, de donde regresó en 1718. En 1720 ya residía en Barcelona donde intentó reconstruir, infructuosamente, sus negocios mercantiles. Murió en 1733 en Vilasar de Dalt.

El 20 de agosto el conseller en Cap y presidente de la Junta de Guerra Rafael Casanova convocó en pleno a la «Junta de los 24» para que los 8 miembros de la Junta de Provisiones explicasen lo que estaba sucediendo con la comida. Y lo que resultó fue que el mes anterior los mercaderes de la Junta de Provisiones había organizado un gran convoy formado por 45 naves cargadas con provisiones y municiones para asegurar que Barcelona pudiera resistir holgadamente hasta bien entrado el invierno de 1714. El convoy iba escoltado por 10 fragatas, 4 navíos de 30 cañones y una galeota armada, todos al mando del capitán Castellar, quien había recibido órdenes de Salvador Feliu de la Peñaconseller segundo y presidente de la Junta de Provisiones— prohibiéndole que bajo ningún concepto el navío San Francisco de Paula, el más cargado, quedara abandonado. Y es que en ese navío iban los cargamentos comprados con la propia fortuna personal de Feliu de la Peña. La noche del 9 de julio el convoy llegó según lo previsto a las costas de Castelldefels, momento de oscuridad más propicio para entrar en el puerto de Barcelona dado que por la noche la mayoría de naves francesas se replegaban a sus fondeaderos. Solo faltaba por el llegar el San Francisco de Paula, que iba retrasado; el capitán Castellar ordenó detener todo el convoy en su espera.[260]​ Cuando finalmente llegó e intentaron la entrada ya era de día. Fueron descubiertos por las naves borbónicas que les atacaron con todo su poder, consiguiendo escapar solo las más naves pequeñas mientras eran capturados los 18 navíos de mayor cargamento y el San Francisco de Paula.

Con tamaño desastre Feliu de la Peña y los mercaderes de la Junta de Provisiones perdieron casi toda su fortuna personal, aunque prometieron a Casanova que, a pesar de desastre, la ciudad tendía suministros para aguantar durante dos meses hasta mediados de septiembre, momento en el que armarían otro convoy. Pero la realidad era que mediados de agosto ya no quedaba comida en la ciudad; lo único que la Junta de Provisiones estaba suministrando a la población era un pan hecho con habas podridas que habían quedado en el fondo de los almacenes.[259]Casanova volvió a estallar en cólera acusando nuevamente a Feliu de la Peña de incompetente, de haber primado sus intereses particulares a los de la ciudad y que el daño habían provocado era catastrófico.[260]​ Tras agrias acusaciones, recriminaciones y justificaciones, al final de la reunión Rafael Casanova informó a todos los miembros de la «Junta de los 24» del Plan Vilana-Perlas que antes de los asaltos de agosto la «Junta Superior» había rechazado y ordenado se mantuviera en secreto. A su entender, dada la precaria situación de las defensas, la nula esperanza en recibir nuevos suministros, y el avanzado estado del ataque borbónico, solo podrían evitar la derrota si conseguían aguantar el tiempo suficiente hasta que las tropas británicas se implicaran en la defensa de Barcelona interponiéndose y deteniendo el cada vez más próximo asalto final borbónico.[261]​ Finalizada la crispada reunión empezaron a correr rumores por la ciudad que acusaban falsamente a los miembros de la Junta de Provisiones de estar acaparando y ocultando comida. Feliu de la Peña y sus mercaderes, asustados, hicieron correr el rumor de que Casanova pretendía rendirse entregando la ciudad a los ingleses.[261]

Al día siguiente 21 de agosto el conseller en Cap Rafael Casanova decretó que nadie estaba autorizado a salir fuera del contorno de las murallas de la ciudad,[262]​ y a partir de entonces el conseller en Cap empezó a rondar cada noche por la primera línea para animar a los combatientes con su presencia mientras que el general Villarroel lo hacía por las mañanas.[263]​ Poco después, y para suplir las ya incontables deserciones, Rafael Casanova decretó que los «Batallones de Barrio», unidades civiles formadas por tullidos, mujeres, niños y ancianos que servían de fuerza de trabajo y desescombro, quedaban a agregados a las unidades de combate de la Coronela de Barcelona.[261]​ La mañana del 26 de agosto estalló el primer motín.[264]​ Un grupo de soldados y milicianos de la Coronela de Barcelona asaltaron los hornos de la ciudad exigiendo que se les entregara pan en condiciones; pronto se les unieron decenas de barceloneses. Informado Feliu de la Peña del motín, este ordenó que para apaciguarles se les entregara pan y una ración extra a todos los milicianos que se hallasen en sus puestos. Restablecido el orden los consellers publicaron un bando prohibiendo explícitamente toda acumulación de víveres para intentar acallar los rumores que acusaban a Feliu de la Peña y los mercaderes de acaparadores.[264]​ Entonces les llegó la noticia que las tropas del marqués del Poal habían sido derrotadas en su intento de romper el cordón borbónico para entrar en Barcelona y recomponer las precarias tropas que la defendían. Reagrupados los supervivientes en Capellades, resolvieron con Martín de Zubiría que atravesar el cordón borbónico por tierra era imposible. Por la noche, Zubiría volvió solo a Barcelona donde informó a Villarroel.[265]

 
Propaganda religiosa de la «Junta de los 24»:
«Nuestra invicta Nación Catalana [..] Vamos à embestir de Francia, y de España el pujante Exercito [..] Catalanes, los que soys de casta [..] A librar la Tierra, a gloriar la Patria, SANTA EULALIA a ellos, a ellos SANTA EULALIA !»

La noche del 29 de agosto estalló un segundo motín.[264]​ Al saberse que tres pequeñas embarcaciones habían arribado al puerto con provisiones se concentró allí un tumulto de barceloneses ávidos por conseguir algo de comida. La Junta de Provisiones envió guardias para evitar que los cargamentos fueran asaltados y se convocó de urgencia a la «Junta de los 24». Ésta resolvió doblar la protección de los hornos —para evitar que fueran asaltados—, y proteger la casa de Feliu de la Peña y los mercaderes de la Junta de Provisiones «a quienes el miedo empezaba a consternar, porque muchas gentes acudían a sus casas pidiendo pan, porque juzgaba el pueblo que tenían víveres escondidos»; asimismo, «a fin de acallar las voces injuriosas que se esparcían contra los sujetos que componían la Junta de Provisiones» se ordenó hacer un escrutinio general en busca de comida oculta en casas de particulares y conventos. Aunque como detalló el capitán Castellví «no se evitó el continuo clamor de las gentes pidiendo pan por su dinero, y se temió, con razón, que el pueblo, no pudiendo sufrir el hambre, no se arrojase enfurecido sobre los sujetos de la Junta de Provisiones, que los más no tenían ya seguro domicilio». Pues a pesar del pavor que sentían Feliu de la Peña y sus mercaderes temiendo que el pueblo asaltara sus casas y les acabara linchando mientras les gritaban «dadnos pan! dadnos pan!», las órdenes de Rafael Casanova continuaron siendo terminantes: mientras quedara pólvora se mantendría la defensa, solo se daría pan a los militares, a los milicianos, y a los civiles que estuvieran en servicio de armas, y al final, solo si quedaba algo, se daría al pueblo llano.[266]

Giro diplomático británico tras la muerte de la reina Ana

Entretanto el milagro diplomático en el que Ramón de Vilana Perlas y Rafael Casanova fiaban su estrategia ocurrió: el 12 de agosto, mientras en Barcelona se luchaba contra el asalto general borbónico, en Londres la reina Ana de Gran Bretaña murió. A partir de entonces los acontecimientos se precipitaron y al día siguiente 13 de agosto se hizo cargo del gobierno un consejo de regencia formado mayoritariamente por miembros del partido torie,[267]​ en espera del nuevo rey británico de origen alemán, y aliado de la Casa de Austria, Jorge I de Gran Bretaña. Ese mismo día 13 de agosto el embajador catalán en Londres Dalmases entregó desesperado una representación al secretario de la regencia Joseph Addison implorándole que urgentemente retomaran el «Caso de los catalanes». El día 14 de agosto, mientras el duque de Berwick lanzaba sus últimas tropas contra el baluarte de Santa Clara en Barcelona, en Londres el secretario de estado Henry Bolingbroke —a punto de ser cesado en el poder—, escribía por carta al primer ministro de Francia Jean-Baptiste Colbert de Torcy las directrices del nuevo gobierno británico con el derecho que asistía a Gran Bretaña —a pesar del artículo 13º del Tratado de Utrecht— a intervenir militarmente en favor de los derechos de los catalanes; así mismo le alertaba que «sería de peor consecuencia de lo que se imaginan las Cortes de Francia y España si se persiste en tomar la ciudad y sojuzgar ese pueblo»; finalizaba la misiva conminándole a detener el asedio «inmediata y positivamente para salvar a Barcelona, suspender las hostilidades y proponer un ajuste».[268]Luis XIV de Francia respondió a las presiones de la regencia británica afirmando que los catalanes eran un «pueblo fiero y difícil de gobernar», que habían abusado de sus privilegios en detrimento del poder del rey, dado lo cual no podían restablecerse sus privilegios, y concluía que eran ellos los culpables de la situación dado que no solo habían rechazado todos los ofrecimientos de negociación que se les habían propuesto y «el ser tratados en lo sucesivo de la misma manera que los castellanos», sino que además «me declararon la guerra, lo mismo que a mi nieto».[269]

Expuesta la situación Luis XIV amenazó a la regencia con apoyar al candidato alternativo al trono británico, Jacobo Estuardo, lo que podría acabar provocando una guerra civil en la misma Gran Bretaña entre jacobitas y hanoverianos. Ante la amenaza velada el consejo de regencia tory adujo que no estaba capacitado para tomar decisiones de tan graves consecuencias que pudieran provocar la guerra con Francia y una guerra civil en Gran Bretaña, con lo que impidieron cualquiera acción militar en favor de los catalanes hasta que el nuevo rey Jorge I de Gran Bretaña hubiera sido coronado en Londres y formara un nuevo gobierno. Angustiado, el 28 de agosto el embajador catalán Dalmases volvió a la carga presentando una segunda memoria en la que pedía a «la Exma. Regencia para que en beneficio de Barcelona y de Cataluña, y por su Libertad y Honor, mande que su flota se ponga a la rada de Barcelona y facilite la entrada de socorros, víveres y provisiones en aquella ciudad» alegando que «no comprendo que ninguna de estas órdenes induzca una declaración de guerra ni con Francia ni con la España»[269](léase el memoria íntegra). Pero esta segunda memoria tampoco consiguió variar el ánimo de la regencia británica tal como informó a la corte de Madrid el duque de Osuna —el embajador español en la Haya—, el 30 de agosto: «la Regencia había enviado orden a la escuadra inglesa que se halla en el Mediterráneo de sostener a los catalanes [..] pero que los tories lograron suspenderla diciendo no podían tomar resolución tan fuerte y de tantas consecuencias, para lo que no tenía facultad la Regencia sin consentimiento del rey, y que así se aguardase hasta que el rey pasare a Inglaterra».[270]

La mañana de ese mismo 30 de agosto el descubrimiento de la gran mina borbónica sirvió a los consellers para celebrarlo como una gran victoria sobre el enemigo; los primeros soldados que la atacaron fueron el milanés de padres españoles Francisco Molina, el aragonés Francisco Diago y el catalán José Mateu.[271]​ La «Junta de los 24» ordenó que se diesen gracias a Dios por tan grande misericordia y que se celebrasen 500 misas; al día siguiente el 31 de agosto se doblaran los rezos del rosario colectivo exhortando al pueblo a la penitencia y a asumir el sufrimiento presente con la «confianza en que Dios misericordioso les sacaría de aquel estado triunfante de los enemigos». Pero para el general comandante Villarroel el descubrimiento de la gran mina borbónica no era motivo de alborozo sino la última evidencia de que el asalto final borbónico era ya inminente dando orden cerrada a todos sus oficiales para que redoblaran la vigilancia sobre las trincheras borbónicas.

Villarroel presiona para capitular

La noche del 31 de agosto al 1 de septiembre, mientras el general comandante Antonio de Villarroel dormía en su residencia, el general de guardia José Bellver observó gran movimiento de tropas en las trincheras borbónicas y de inmediato ordenó disparar los cohetes de aviso.[272]​ Al poco todos los campanarios repicaban enloquecidos y la ciudad entera se despertó movilizándose para la lucha final. Pero en realidad todo había resultado ser una operación de engaño para crispar más aún los nervios de los asediados y exacerbar la desesperación del pueblo llano. Tras incorporarse a su puesto y confirmar que se había tratado de una falsa alarma Villarroel ordenó a todos los generales y coroneles que a las tres de la tarde se presentasen en su residencia donde tendría lugar un importante consejo de guerra.[272]​ Llegada la hora y reunidos todos, Villarroel les manifestó que atendiendo a criterios estrictamente militares —y no políticos—, dada la disposición de las tropas borbónicas, el estado de las siete brechas abiertas en la muralla, lo precario de las defensas y las pocas tropas disponibles, la escasez de pólvora, municiones, víveres y la hambruna que azotaba al pueblo, la ciudad se hallaba en estado de capitular. Añadió que habían luchado heroicamente soportando un bloqueo de un año, que habían resistido un asedio formal durante 51 días, y que tras tal hazaña la guarnición militar que había defendido Barcelona podía aspirar a una capitulación honrosa. Acto seguido les pidió su parecer.[273]

La proposición no sorprendió a los oficiales pues tres días antes el coronel Pablo Tohar a punto estuvo de ser linchado por unos soldados cuando insinuó que había que capitular, extremo del que le salvó Antonio de Villarroel cuando acudió al tumulto que se había formado y apaciguó a los soldados justificando la negociación de una capitulación, a lo que los soldados respondieron: «Sí, Exmo. Señor, si ellos lo pidiesen, pero pedirlo la plaza no, morir primero que ejecutarlo»,[274]​ un extremo harto inimaginable pues una vez las trincheras atacantes habían coronado el foso y derrumbado las murallas de una ciudad asediada, correspondía a ésta —y no a las tropas atacantes— batir llamada implorando negociar un capitulación. Todo lo contrario, si llegado tal extremo los dirigentes de la ciudad asediada persistían en su obstinación obligando a los atacantes a asaltarla para dominarla, entonces éstos tenía el legítimo derecho a saquear la ciudad, matando, robando y violando a sus ciudadanos a discreción. Solo si los defensores batían llamada y pedir negociar una capitulación se podía evitar tal extremo.[264]

Sin excepción, todos los generales y coroneles coincidieron en que la situación militar de Barcelona era la de capitular, pero le recordaron que habían hecho un juramento político a los Tres Comunes de Cataluña para luchar «hasta la última gota de sangre». Fue entonces cuando Villarroel les informó de la «Instrucción Imperial» de emperador Carlos de Austria —a quien todos debían obedecer en última instancia—, un directriz política para evitar que Barcelona fuera llevada a la hecatombe final. Ello no obstante la mayoría replicó que sólo capitularían ante la orden explícita del emperador Carlos, a lo que Villarroel respondió que a su modo de ver «en el estado presente no podían ser otras las órdenes de Su Majestad». Ante el fracaso del consejo de guerra Villarroel acabó por pedirles que pusieran su voto por escrito «y que era consecuente a la confianza, la obligación de observar el mayor secreto».[275]​ Pero la propuesta de capitulación de Villarroel no se mantuvo en secreto y esa misma tarde la «Junta de los 24» tuvo entera noticia de todo lo que se había hablado en el consejo de guerra. Rafael Casanova requirió explicaciones a los otros dos comunes —Generalidad y Brazo Militar—, quienes negaron también tener constancia de nada. Finalmente el protector del Brazo militar de Cataluña se presentó en la residencia de Villarroel exigiéndole explicaciones por su irregular proceder y este le respondió que a la mañana siguiente expondría su posición ante «Junta Superior».[275]

Las tropas borbónicas intiman a la negociación

«Junta Superior y Secreta»
Conseller en Cap Brazo Militar Agente Austríaco
Rafael Casanova Marqués de Barberá Francisco Verneda
Eclesiásticos Aristocracia Ciudadanos
Arcidiano de Andorra Barón de Almenara Félix Teixidor

Esa misma tarde decenas de mujeres presas del pánico y del hambre se agolparon frente a los portales gritando para escapar de la ciudad. La «Junta de los 24» acabó permitiendo su salida y tras franquear las puertas llegaron hasta el cordón de bloqueo borbónico donde imploraron que les permitiesen continuar su camino. Berwick lo prohibió para obligarlas a que regresaran a la ciudad donde ya solo eran bocas que alimentar. Regresaron a los portales de Barcelona pero, una vez allí, la «Junta de los 24» ordenó a los guardias que ya no les permitiesen la entrada. El medio millar de mujeres, con sus niños, quedaron vagando en tierra de nadie entre lloros y gritos de desesperación.[276]

La mañana del 2 de septiembre Villarroel expuso ante los miembros de la «Junta Superior» que el estado de las defensas era desastroso, que faltaban pólvora, municiones y pan, que las deserciones eran ya incontenibles, que el asalto final borbónico era inminente y que le sería imposible detenerlo. O de inmediato batían llamada para negociar una capitulación o sería demasiado tarde para evitar que Barcelona fuera asaltada, arrasada y saqueada. Para que no cupieran dudas les entregó también los dictámenes escritos de los generales y coroneles donde todos, sin excepción, coincidían en que la situación militar de Barcelona era la de capitular, aunque la mayoría se mantenía fiel al juramento hecho a los Tres Comunes de Cataluña.[275]​ Los miembros de la «Junta Superior» respondieron que eran perfectamente conscientes del estado en que se hallaba Barcelona y que tomarían las decisiones pertinentes. Pero tras la reunión tan solo ordenaron a la «Junta de Provisiones» que diera más pan a los combatientes, disposición que no tuvo ningún efecto dado que ya no quedaban víveres que repartir.[275]​ Por la noche del 2 al 3 de septiembre desertaron un capitán y dos suboficiales. En el campo borbónico el general francés marqués de Guerchy anotó en sus memorias que éstos oficiales «informaron exactamente al Duque del estado de las defensas, de la miseria que se padecía y del consejo de guerra» de Villarroel, así como «de los votos de los que intervinieron», y al día siguiente ocurrió lo inimaginable: las tropas atacantes borbónicas, y no ciudad asediada, batieron llamada intimando a la negociación.[276]​ El 3 de septiembre el mariscal Berwick envió al oficial Montesquieu al pie de la brecha para que batiera llamada e «hiciese entender de palabra a los rebeldes de Barcelona que el señor mariscal se lavaba las manos ante Dios por la gran carnicería y crímenes horribles que iban a cometerse en el asalto general que se les iba a dar si ellos no imploraban la misericordia del rey». Al otro lado de las murallas estaba el segundo de Villarroel, el coronel Gregorio de Saavedra, quien tras recibir la intimación del oficial francés ordenó que se restableciera el fuego y envió la noticia al general comandante.

Este se hallaba en su residencia donde acababa de insistir nuevamente ante el síndico de la ciudad que «su sentir era se procurase una capitulación honrosa». Al recibir el comunicado, de inmediato lo reenvió a los consellers precisando que el oficial francés aguardaba una respuesta.[277]​ Los seis consellers y Junta 9.ª de Guerra se hallaban reunidos bajo la presidencia del conseller en Cap Rafael Casanova, quien tras leer ante todos el comunicado de Villarroel propuso que ante la gravedad del punto a tratar no podían deliberar sin informar de ello a los otros dos comunes —Generalidad y Brazo Militar—. Pero el conseller segundo Salvador Feliu de la Peña se opuso «diciendo que era punto decidido en el consejo de guerra» del 19 de mayo «en el cual se había resuelto no escuchar capitulación», a lo que añadió que convocar a los otros dos comunes no serviría de nada pues «muchos sujetos que componían los otros comunes le habían manifestado ser su sentir no entrar en capitulación».[278]​ Casanova replicó que eso era irrelevante, que los consellers de Barcelona no podía tomar tal decisión por sí solos, y que conforme a lo estipulado por la Generalidad de Cataluña en el auto de cesión interino de gobierno del 27 de febrero debía informarse a los Tres Comunes de Cataluña. Casanova impuso su criterio y se resolvió informar y convocar a los diputados de la Generalidad y a los oficiales del Brazo Militar a las tres de la tarde del día siguiente. Asimismo se envió respuesta a la trinchera borbónica informando que el gobierno en pleno iba a reunirse para tomar una resolución y que si el duque quería recibir la respuesta de hombres de espada —militares— o de garnacha —políticos—. A última hora Berwick respondió que «poco le hacía que fuesen de lo uno o de lo otro, solamente fuesen hombres de entendimiento y de confianza».[278]

Rechazo a la última proposición borbónica

El 4 de septiembre sobrevino una tromba de agua que se prolongó hasta el anochecer inundando las trincheras borbónicas. Entretanto se había reunido la «Conferencia de los Tres Comunes» ante la cual se leyó el informe del general Villarroel, así como los votos escritos de los generales y coroneles. Finalizada la conferencia los delegados pasaron a participarlo a cada uno de los Tres Comunes de CataluñaConsejo de Ciento de Barcelona, Diputación del General del Principado de Cataluña y Brazo militar de Cataluña—, los miembros de los cuales pasaron a reunirse cada uno por separado.[279]​ En representación del Consejo de Ciento de Barcelona actuaba la «Junta de los 24 de Barcelona», a la que se añadieron personas asociadas hasta reunir a 30 patricios barceloneses. El conseller en Cap Rafael Casanova presidía la reunión donde los pareceres fueron diversos: unos insistieron en que se llamase para asistir y ser oído el general comandante Antonio de Villarroel; otros que debían comparecer también los demás generales y coroneles; otros, que aquello no era necesario estando ya informados de su parecer por sus votos escritos; otros, que se nombrasen ya personas para salir y saber exactamente cuál era la proposición de los enemigos, aunque sin darles poder alguno para negociar; otros puntualizaron que el lugar para conferenciar había de ser en el campo delante de Barcelona, escoltados por la guardia de caballería de la ciudad para la total seguridad a sus personas; otros se negaron absolutamente a que se escuchase proposición alguna de los borbónicos, fuera cual fuera, porque era de suponer que no tendría más fin que el de proponerles que se sometieran.[279]

Los que con más intransigencia se oponían invocaban las profecías de los eclesiásticos y recordaban que la suya era una causa divina, que todos debían creer que Dios misericordioso les sacarían de aquel trance, que el convoy que en breve se esperaba de Mallorca llegaría a salvo a Barcelona, que la Sagrada Providencia mantendría las excesivas lluvias y que llegando el otoño adelantado no podrían los borbónicos mantenerse por mucho más tiempo en sus trincheras debiendo levantar el asedio, a la par que las galeras enemigas no podrían continuar con el bloqueo quedándoles de nuevo el mar libre.[280]​ Casanova replicó que aquello era cierto a lo que añadió que también esperaban la respuesta a la petición de intervención británica, pero que si no ganaban tiempo escuchando la proposición borbónica el general Villarroel aseguraba que en pocas horas Barcelona estaría ardiendo bajo las llamas y ellos habrían sido derrotados. Finalmente Casanova impuso su criterio y la mayoría de la «Junta de los 24» se pronunció en favor de que se nombrasen sujetos para oír la cual era la proposición borbónica, exigiendo a cambio una suspensión de armas de 12 días.[280]

Se inició la votación y habiendo ya votado cuatro en ese sentido el proceso quedó abruptamente interrumpido. Dos emisarios entraron y anunciaron que la Generalidad y el Brazo Militar habían resuelto su posición. Que ambos habían votado en contra de escuchar la proposición borbónica. Con los dos comunes en contra lo que resolviese Barcelona era ya intrascendente. Entonces la «Junta de los 24» decidió paralizar la votación y enviar dos emisarios a los otros dos comunes para ver si mudarían su sentir. Se encomendó la tarea a Francisco Gelabert y al conde de Claramunt respectivamente, para que trataran de persuadir a los diputados de la Generalidad y a los oficiales del Brazo militar con todas la circunstancias posibles informándoles detalladamente del estado de las defensas, de la pólvora y municiones que quedaban, y de la última revista de tropas, recordándoles que el general comandante Villarroel advertía que Barcelona no podría resistir un nuevo asalto en aquellas condiciones. Los diputados y aristócratas respondieron por escrito obstinándose en no dar oídos a cualquiera que fuera la proposición que ofreciesen los borbónicos. Ante tal resultado Casanova se dirigió de nuevo a la «Junta de los 24» manifestando que los Tres Comunes de Cataluña no podía presentarse desunidos con lo que se conminó a los 26 patricios barceloneses que aún debían votar para que lo hiciesen en el mismo sentido que el de los diputados de Generalidad y los aristócratas del Brazo militar, uniéndose así Barcelona a la resolución de los otros dos comunes.[280]

 
Propaganda de la «Junta de los 24»:
El romance Carta que escribe el Principado de Cataluña alababa la lucha de la milicia de la capital catalana, la Coronela de Barcelona, «que hoy se debe à tu Espada, el no verse triunfante la Nación Castellana.»

Para el historiador Salvador Sanpere y Miquel esa fue nuevamente una muestra de la grandeza de Rafael Casanova, convocando primeramente a los Tres Comunes aún y a riesgo de que votasen en su contra porque era su deber, convenciendo a la «Junta de los 24 de Barcelona» de que la única manera de evitar la inminente derrota era ganando tiempo exigiendo a Berwick una suspensión de armas de 12 días, y que ante la oposición de la Generalidad y del Brazo militar acaba haciéndose derrotar a sí mismo para mantener la unidad institucional de los Tres Comunes de Cataluña en el momento más crucial de su historia.[280]​ El 5 de septiembre, tomada de esa manera la resolución unánime de los Tres Comunes de Cataluña y mientras arreciaba de nuevo la lluvia, el conde de Claramunt fue a participarla al general comandante Villarroel para que diera la orden de anunciarla al campo enemigo. Pero Villarroel se negó a hacerlo. Aseveró que dado que habían resuelto sin darle la honra de convocarle para consultarle en una decisión militar de tal transcendencia, pues que fueran los Tres Comunes los que dieran la orden por sí mismos, así como que tuvieran a bien el admitirle la dejación de su empleo como general comandante; que tal decisión se la dictaba el conocimiento del estado de la plaza, el oficio de soldado, el honor de su carácter y la obligación de «no ser cómplice en la última ruina de Barcelona».[281]

Informados los Tres Comunes de la negativa de Villarroel a dar la orden y de su petición de dimisión le respondieron con una dura comunicación recordándole que «no puede V.E. olvidar de haber sido elegido por General Comandante de las Tropas de este Principado a su sueldo y expensas por los Tres Comunes, y se manifestó a V.E. la autoridad que para ello gozan los Tres Comunes y así que solo debe atender al interés de estos y a sus resoluciones»; también le recordaron el consejo de guerra del 19 de mayo y «que en consecuencia de aquella unánime resolución, se mantienen los Tres Comunes inmutables, no obstante cualquier riesgo o peligro que la suerte pueda ocasionar, hasta derramar la última sangre de sus venas en defensa de la ciudad sin dar oídos a capitulación» puesto que obrar en sentido contrario se opondría «a la resolución tomada el día 6 de julio por los Brazos Generales, a la unánime deliberación tomada en el dicho consejo de guerra, a la libertad de la Nación, a las leyes y honor de la Patria y, finalmente (según comprendemos) a la Divina voluntad».[281](léase la comunicación íntegra) Le entregó la comunicación Juan Francisco de Verneda, a quien los Tres Comunes instaron para que hiciera valer su cargo como representante de Carlos de Austria en Barcelona para forzar a Villarroel a obedecerles, pero este continuó negándose a dar la orden. La noche del 5 al 6 de septiembre se levantó otra tempestad de truenos y fueron las corrientes tan grandes que las trincheras borbónicas, que habían sido achicadas durante el día, volvieron a inundarse.

El 6 de septiembre por la mañana Berwick, ya muy nervioso ante la ausencia de respuesta, se acercó a las trincheras para ver si había novedad. Mientras tanto en el interior de la ciudad Verneda regresó de nuevo a la residencia de Villarroel acompañado esta vez del vicario José Rifós y del marqués de Barberá quienes, tras larga discusión, acabaron finalmente por convencerle. Fue el segundo de Villarroel, el coronel Saavedra, quien ordenó hacer tocar los tambores y tras interrumpirse el fuego, y en medio de un tenso silencio en las trincheras borbónicas, leyó el papel con la respuesta que le habían entregado los Tres Comunes de Cataluña:

Los Tres Comunes se han juntado y, considerada la proposición hecha por un oficial de los enemigos,
responden que no quieren oír, ni admitir, proposición alguna del enemigo.

Del lado borbónico recibió la resolución Claude François Bidal d'Asfeld, quien respondió «Está bien!» y de inmediato ordenó que se reanudara el fuego.[282]​ Ese mismo 6 de septiembre, en Londres, el consejo de la regencia británica informó al embajador Dalmases que finalmente se habían enviado orden a la flota británica atracada en Mahón para que de inmediato zarpara hacia Barcelona con el objeto de presionar —sin emprender acción ofensiva alguna— para lograr un armisticio. Al mismo tiempo en La Haya el otro embajador catalán el conde de Ferrán se entrevistó con el nuevo rey británico Jorge I quien esperaba que amainara el tiempo para cruzar el canal de la mancha y arribar a Gran Bretaña. El embajador le expuso las instrucciones que le habían dado los Tres Comunes en 1713, a saber, que toda España fuera para Carlos de Austria, que de no ser posible fuesen los estados de la Corona de Aragón separados de Castilla y regidos para la Casa de Austria «y cuando esto no se pueda lograr, que Cataluña con las islas de Mallorca e Ibiza sea erigida en república bajo la protección de V. M., de la augustísima Casa de Austria y de los altos aliados». Esta representación del conde de Ferrán terminó de convencer a Jorge I sobre la actitud que debía adoptar respecto a los catalanes.[283]

El 7 de septiembre, mientras las tropas borbónica volvían a desaguar las trincheras, Villarroel formalizó por escrito su dimisión solicitando «que por mi dinero se me dé embarcación hasta Mallorca para transportarme allí con mi familia» añadiendo que «suplico a V.Exas que por evitarme la desgracia de que el enemigo perturbe mi viaje o de caer en sus manos, se digne V. Exas a todo buen fin de que esto no se publique».[284]​ Los Tres Comunes de Cataluña aceptaron su dimisión accediendo a todas sus peticiones; se le agradecieron los servicios prestados informándole que se le pagaría el sueldo pendiente y tres meses más, que se le pagarían todas las deudas que hubiera contraído durante su estancia en la ciudad y que para mayor resguardo de su persona, su familia y sus sirvientes serían transportados a Mallorca en las dos fragatas que se esperaban para la noche del 11 de septiembre al 12 de septiembre, aceptando entretanto que se mantuviera al frente del comando de las armas para guardar el secreto. Al interesarse este por conocer a quien habían nombrado aquel le respondió que a la Virgen de la Merced, cuya santa imagen había sido retirada de una iglesia e instalada en la silla de general comandante, y en cuyo nombre el conseller en Cap, coronel, y gobernador Rafael Casanova daría las órdenes junto a un representante de cada común: el marqués de Barberá por el Brazo militar, el conde de Rodoñá por la Generalidad y el conde de Claramunt por Barcelona.[245]

El 11 de septiembre

 
El asalto final sobre Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
A la izquierda, detalle del baluarte de Santa Clara, con la torre de San Juan totalmente ruinosa, y contiguo, el avance de las tropas francesas del mariscal Guerchois y del brigadier Reves por la brecha central.

Los siguientes días las lluvias continuaron impidiendo a los borbónicos lanzar el asalto general. El lunes 10 de septiembre un nuevo chubasco cayó sobre la ciudad; al anochecer el conseller en Cap Casanova volvió a reconocer la primera línea de combates en la muralla, alentando a la resistencia de las tropas a pesar de deserciones y la hambruna generalizada. Mas en esta ocasión el mariscal de Francia no ordenó el asalto al entrar la noche. A las 4:30h del martes 11 de septiembre más de cuarenta batallones borbónicos lanzaron el asalto final sobre Barcelona.[285]​ El baluarte de Levante fue asaltado por el brigadier Courty y el coronel Cany, el reducto de Santa Eulalia por el coronel Chateaufot, el baluarte de Santa Clara por brigadier Balincourt, y la brecha contigua a dicho baluarte por el mariscal Lescheraine. La brecha central estaba bajo la responsabilidad del mariscal Guerchois y el brigadier Reves, mientras que el baluarte de la Puerta Nueva, único sector que el mariscal duque de Berwcik confió a tropas españolas, fue asaltado por la elite de las tropas de Felipe V, las Reales Guardias Españolas bajo el mando del mariscal Antonio del Castillo y el brigadier vizconde del Puerto.[286]​ El asalto general se lanzó por los tres frentes simultáneamente tal como narraba el marqués de San Felipe, «Todos a un tiempo montaron la brecha, españoles y franceses; el valor con que lo ejecutaron no cabe en la ponderación. Más padecieron los franceses, porque atacaron lo más difícil».[287]​ La defensa fue obstinada y feroz, abatiendo a los asaltantes borbónicos antes de que estos consiguieran llegar hasta la muralla y obligando a lanzar varias oleadas de gente fresca.[288]​ Ante la espantosa carnicería que estaban sufriendo las tropas francesas en el sector del Baluarte del Santa Clara, el teniente general Cilly ordenó al coronel Chateaufort que abandonase el ataque al reducto de Santa Eulalia y solicitó al mariscal Lescheraine, del centro francés, que lo auxiliase con el grueso de sus tropas formado por los regimientos Normadie, Auvergne, y La Reine para asaltar la brecha contigua al baluarte de Levante.[289]​ Pasadas las cinco de la mañana, y tras lanzar tres asaltos, las tropas conjuntas del coronel Cany, del brigadier Courty, del coronel Chateufort y del mariscal Lescheraine conseguían pasar a sangre y fuego por encima de las pocas tropas catalanas supervivientes que defendía dicha la brecha.

A partir de la rotura de la brecha el colapso de la defensa se precipitó. Los combatientes del baluarte de Levante, cogidos por la espalda, fueron pasados a bayoneta; otro tanto les sucedió a los defensores del baluarte de Santa Clara, de los cuales sólo unas pocas compañías pudieron salvarse gracias a la carga suicida de una de las compañías de la Coronela de Barcelona; y poco después también cayó el baluarte de la Puerta Nueva, bajo las tropas españolas. Como recordaba el marqués de San Felipe «Todo se vencía a fuerza de sacrificada gente, que con el ardor de la pelea ya no daba cuartel, ni lo pedían los catalanes, sufriendo intrépidamente la muerte».[290]​ Los consellers de Barcelona, viendo que toda la línea de defensa había colapsado y que la caída de la ciudad era inevitable, decidieron abandonar su cuartel general en el portal de San Antonio y salir a combatir por las calles. En ese momento recibieron aviso del teniente mariscal Antonio de Villarroel, quien les comunicaba que retomaba el general comando militar y les pedía que lanzaran su contraataque por el sector de San Pedro, mientras que él dirigiría otro por el centro. Pasadas las seis de la mañana, Rafael Casanova ordenó emitir el que sería su último bando[291]​ como conseller en Cap de Barcelona ordenando sin excepción a todos los varones mayores de catorce años a la defensa de la ciudad de Barcelona y guardia de la bandera de Santa Eulalia, en servicio del Rey y de la Patria.[291]​ Casanova montaba a caballo mientras que la bandera de Santa Eulalia, reliquia venerada por los barceloneses y que según la tradición sólo podía sacarse en momentos de grave peligro para Barcelona, la llevaba el conseller segundo Feliu de la Peña a pie. Siguiendo las órdenes del bando varias compañías de los seis batallones que formaban la Coronela de Barcelona se congregaron en la Plaza de Junqueras donde se les unió una multitud de gentes. Entonces Casanova desmontó y tomó la bandera de Santa Eulalia de cuya hasta pendían dos cordones auxiliares que tomaron respectivamente el marqués de Barberá y el protector del Brazo militar de Cataluña, completando la custodia de la saagrada bandera un séquito de patricios barceloneses. A la orden del conseller en Cap Rafael Casanova subieron por el terraplén de la muralla de Junqueras y se lanzaron al contraataque pasadas las siete de la mañana.[292]

 
«Salvadores de la Patria».
Los próceres catalanes radicales como Manuel de Ferrer y Sitges, Rafael Casanova o el marqués de Barberá que llevaron a Cataluña a la catástrofe total de 1713-1714 con la «gloriosa Resolución» de continuar la guerra, no dudaron en atribuirse para sí mismos el título de «Padres de la Patria». En esta carta los diputados de la Generalidad de Cataluña instaban a continuar la guerra «no solo en defensa de la justa causa del rey nuestro señor (que Dios guarde) sino y también, para conseguir la amada Libertad».[293]

El ingeniero Jorge Próspero de Verboom, que con las tropas españolas había llegado hasta el baluarte de San Pedro, anotó en su diario que fue entonces aparecieron las tropas catalanas «con la bandera se Santa Eulalia a su frente».[294]​ Les embistieron con tal fuerza que las tropas españolas que combatían en ese sector empezaron a retirarse desordenadamente[295]​ hasta provocar una desbandada general en todo el sector de San Pedro.[296]​ El avance de las tropas catalanas aplastó a los batallones de las Reales Guardias Españolas, que fueron masacrados tal como recordaba el entonces capitán de la unidad Melchor de Abarca y Velasco: «los regimientos de Guardias que les toco pasar por esta parte derramaron mucha sangre, los cuales quedaron totalmente perdidos».[297]​ Mientras comandaba el contraataque el conseller en Cap Rafael Casanova cayó herido de un balazo en el muslo, recogiendo la bandera de Santa Eulalia el protector del Brazo militar de Cataluña Juan de Lanuza y de Oms, y siendo trasladado el conseller al Colegio de la Merced donde había instalado un hospital de campaña. Ante la caída en combate de Rafael Casanova el avance quedó detenido[298]​ y a partir de entonces los combates se centraron en la posesión del convento de San Pedro, que fue reconquistado y perdido once veces entre defensores y asaltantes. Ante la enconada resistencia de los barceloneses el mariscal duque de Berwick movilizó a 6.000 hombres más de sus reservas para entrar en combate.

También por el sector derecho las tropas francesas habían empezado a retirarse hasta parapetarse en el convento de Santa Clara, donde fortificaron sus posiciones del lado del Pla d'en Llull. El teniente mariscal Antonio de Villarroel, que aunque no fuera catalán había nacido en Barcelona, flanqueado por el general comandante de la caballería, el catalán Miguel de Ramón y Tord, exhortó a sus hombres con estas palabras: «Señores, hijos y hermanos, hoy es el día en que se han de acordar del valor y gloriosas acciones que en todos tiempos ha ejecutado nuestra nación. No diga la malicia o la envidia que no somos dignos de ser catalanes y hijos legítimos de nuestros mayores. Por nosotros y por toda la nación española peleamos. Hoy es el día de morir o vencer, y no será la primera vez que con gloria inmortal fue poblada de nuevo esta ciudad defendiendo la fe de su religión y sus privilegios»,[299]​ tras lo cual se lanzaron con los restos de la caballería desde la Plaza del Borne hasta el Pla d'en Llull, donde la carga fue masacrada por las tropas francesas apostadas en el convento de Santa Clara. El teniente mariscal Villarroel, herido, fue retirado de los combates y trasladado a su residencia mientras el general Francisco Sans de Monrodon, comandante del sector, ordenaba construir una barricada.[300]

Francisco de Castellví, capitán de la 7.ª compañía del II batallón de la Coronela de Barcelona, recibió órdenes de atravesar ese frente por la casa de las aduanas y socorrer a los que combatían en el bastión de Mediodía; en sus memorias se refirió a las dantescas imágenes que su sucedían a su alrededor y a la brutalidad de los combates sentenciando «No puede la humana compresión, explicar cuál era el ardor y el encono». Media hora después llegaron allí los diputados de la Generalidad Antonio Grases y Des y Tomás Antich y Saladrich con el miembro de la «Junta Superior» Félix Teixidor y Sastre al frente de un destacamento formado por milicianos y civiles; el diputado traía consigo la bandera de San Jorge, insignia de la Generalidad de Cataluña, y exigió a un suboficial que se presentara ante él el comandante del sector. Al rato llegó el general Francisco Sans de Monrodon y en su presencia el diputado de la Generalidad de Cataluña se puso de rodillas y le dijo: «Estamos aquí para morir por la Patria, señálenos donde quiere que ataquemos con la bandera».[301]​ A cabo de unos instantes el añejo general Sans, partidario de una capitulación honrosa que evitara la masacre de los civiles, objetó que necesitaba a todos sus soldados para estabilizar ese sector y que no iba a cederle hombres para lanzar un ataque custodiando la bandera de San Jorge; ante la contrariedad de los diputados de la Generalidad de Cataluña, el general les replicó que devolvieran la bandera al lugar de donde la habían sacado, y que serían de mayor utilidad si procuraran conseguir aguardiente y municiones para las tropas que estaban combatiendo desde hacía horas, una tarea —la de aguaceros—, a la que estaban destinados los niños menores de 13 años.[300]

Villarroel y Tohar logran forzar la capitulación

 
Saqueos y violaciones en Barcelona el 11 de septiembre de 1714.
A la izquierda al fondo, representación de la Pirámide del Borne mientras en primer plano los oficiales franceses custodian a fray Tomás Torrens y a otro dominico a la par que sus tropas se libran al saqueo y la violación.

Al mediodía, habiendo caído en combate la cúpula político y militar, estando el conseller en Cap Rafael Casanova ingresado en el colegio de la Merced y el teniente mariscal Antonio de Villarroel siendo atendido de sus heridas en su residencia, los miembros de la «Junta de los 24» se reunieron con varios oficiales militares para analizar la situación de los combates. En ese ínterin les llegó la noticia que el asalto borbónico se había detenido en los tres sectores de ataque; la razón era el comandante del sector de San Agustín, el coronel Pablo Tohar, alegando estar siguiendo órdenes directas del herido teniente mariscal Villarroel, había batido tambor solicitado parlamentar y había entrado en campo borbónico. Allí había solicitado negociar una capitulación y Berwick había concedido una suspensión de armas hasta las cinco.[302]​ La intervención del coronel Pablo Tohar resultó providencial dado que justo antes de que batiera llamada para parlamentar, se habían encendido las humaredas en los tres sectores del ataque borbónico, señal convenido por Berwick para que la segunda reserva —12.000 hombres más—, se lanzaran dentro Barcelona arrasando finalmente con todo lo que encontraran a su paso.

Estupefactos y desconcertados, los supervivientes de la «Junta de los 24» resolvieron que debían ser los Tres Comunes de Cataluña los que unánimemente respondieran a la situación. Se convocó a los diputados de la Generalidad y a los miembros del Brazo militar que aún seguían en pie para que se reunieran en el Portal de San Antonio. Ante la indignación de los presentes el coronel Juan Francisco Ferrer les expuso la determinación del teniente mariscal Villarroel: había que negociar una capitulación antes de la llegada de la noche, o de lo contrario se exponía a la ciudad a la total debastación.[303]​ Pero los miembros más radicales de los Tres Comunes de Cataluña insistían en que debía verterse más sangre convocando nuevamente a los civiles a la lucha; les replicaron los que querían acabar con todo aquello gritando que ya había habido suficiente muerte y destrucción para «dar testimonio a los venideros» y que debían aprovechar la última oportunidad que les ofrecía Berwick.

Finalmente a las tres de la tarde los Tres Comunes acordaron redactar un bando de consenso. Como señala el historiador Carlos Serret, frecuentemente se ha atribuido la autoría del dicho bando al conseller en Cap de Barcelona Rafael Casanova, cuando la verdad histórica es que Rafael Casanova había caído herido en combate horas antes en el bastión de San Pedro y que el bando fue redactado en la conferencia tenida por los Tres Comunes de Cataluña en el Portal de San Antonio, tal y como el mismo bando deja, meridianamente, explicitado.[304]​ Pero el bando no fue leído por las calles de Barcelona pues continuaban las discusiones y el bloqueo entre los miembros de los Tres Comunes de Cataluña. Su mera existencia, contenido y redactores fueron descubiertos a finales del siglo XIX, cuando se halló en Viena el manuscrito de uno de los presentes en la reunión, Francisco de Castellví y Obando. Pasadas las cinco de la tarde, y ante la inexistencia de respuesta, el mariscal duque de Berwick anunció que les ampliaba la suspensión de armas hasta la medianoche. Finalmente los Tres Comunes de Cataluña accedieron a que se escuchara a Juan Francisco de Verneda, quien expuso el plan de Carlos de Austria si los Tres Comunes decidían finalmente negociar una capitulación: en suma, Carlos de Austria le ofrecía a Felipe V la entrega del reino de Mallorca e Islas de Ibiza, si tanto Cataluña como Mallorca conservaban sus fueros, privilegios, costumbres e inmunidades como en los tiempos del difunto Carlos II.[305]

Dado que se exigía la conservación de los fueros los intransigentes diputados de la Generalidad de Cataluña acabaron cediendo a las presiones; fueron designados para negociar el inspector general del ejército de Cataluña Jacinto Oliver y el miembro de la «Junta de los 24» Mariano Duran y Mora, accediendo a que fueran acompañados por el coronel Juan Francisco Ferrer en nombre del teniente mariscal Antonio de Villarroel, y de Martín de Zubiría en las funciones de traductor, los cuales partieron hacia el campo borbónico a las seis de la tarde. A la una de la madrugada del 12 de septiembre los comisionados regresaron a la ciudad informando que Berwick no aceptaba la conservación de los fueros de Cataluña y de Mallorca, que solo ofrecía respetar la vida y la libertad de los sitiados, y que ampliaba la suspensión de armas hasta el mediodía del 12 de septiembre.[306]

El pacto de capitulación

A los ocho de la mañana del día 12 de septiembre, a pesar de la fanática obstinación del diputado de la Generalidad de Cataluña Francisco de Perpiñá por no acceder jamás a capitulación alguna, al fin la mayoría resolvió que dada la falta de gente y el hambre extrema que azotaba la ciudad debían aceptarse los términos de la capitulación ofertada por el mariscal de Francia, si solo si, se quitaba la palabra «rendición a discreción»; en caso contrario y si el duque insistía en una rendición a discreción, los comisionados debían retirarse.[307]​ Ante tal tesitura —y desobedeciendo las órdenes que Felipe V le había entregado—, Berwick acabó pactando la capitulación de Barcelona a las tres de la tarde del día 12 de septiembre de 1714.

 
«Relación y primeras noticias hasta el dia 12. de la Conquista de Barzelona y su Castillo de Monjui, publicadas en Madrid, Viernes 21. de Septiembre, de 1714»

Siguiendo lo capitulado la «Junta de los 24» ordenó que se entregara la fortaleza de Montjuich al teniente general francés marqués de Guerchy. Esa tarde el teniente coronel José de Peguera y el capitán de la Coronela de Barcelona Francisco de Castellví y Obando fueron a visitar al herido conseller en Cap Rafael Casanova al hospital del colegio de la Merced donde le expusieron la capitulación que había concedido Berwick. Mismamente Juan Francisco de Verneda fue a visitar al herido Antonio de Villarroel a su residencia; cuando marchaba se cruzó con el coronel Juan Francisco Ferrer, quien le recriminó la obstinación de la defensa tachando a los consellers de Barcelona de beatos sanguinarios y afirmando que si hubieran capitulado cuando él llegó con las órdenes de Viena, en agosto, habrían obtenido más en la negociación con Berwick. Verneda le respondió que él no era quién para juzgar las deliberaciones de los catalanes, que no debería habérsele permitido entrar a negociar en campo borbónico, que no había entendido nada de lo ocurrido, y se despidió de él sentenciando «Cataluña se halla ilustrada desde los antiguos tiempos de grandes honores y fama. Habría sido bajeza permitir degradar su Honor, sin derramar la mayor parte de su sangre».[306]

El sitio de Barcelona había provocado unas bajas estimadas en 14.200 asaltantes borbónicos, 6.850 defensores catalanes, y la destrucción de un tercio de la ciudad; los muertos habidos durante la rebelión en combates, ejecuciones y represalias en el interior de Cataluña resultaron incalculables. Berwick cumplió con la palabra de honor que había dado en la capitulación y tanto políticos como militares siguieron viviendo en «su casa como antes, sin que por lo pasado se le haga ningún proceso de lo que ha hecho contra el rey».[308]​ El historiador Joaquín Guerrero de la Universidad Autónoma de Madrid sostiene en su tesis doctoral que «si hubiera salido adelante la propuesta de Casanova, y Berwick la hubiera admitido -lo que es dudoso- hubiera podido cambiar la historia porque quizás habría dado tiempo a que las órdenes de Jorge I de auxiliar a los catalanes hubieran podido hacerse efectivas. Inglaterra tenía una flota poderosa en Mahón a la que se habían enviado instrucciones desde Londres en este sentido, con anterioridad al 6 de septiembre, pero que no llegaron a tiempo».[309]

Consecuencias

Ocupación de la ciudad

 
Relación de servicios del capitán Antonio de Alós y Rius (1693-1780)—hijo de un destacado butiflero—, que luchó en asalto final de Barcelona el 11 de septiembre.

El 13 de septiembre por la mañana Berwick nombró por gobernador de Barcelona al marqués de Guerchy.[310]​ Ante la indignación de los militares españoles el mariscal de Francia les respondió que la gloria de mandar en la plaza la había destinado a la nación francesa, que era la que más sangre había derramado para dominarla, a lo que añadió que las tropas españolas no habían sido suficientes para rendir la ciudad y que era justo tuvieran el comando los franceses.[311]​ Acto seguido se inició la ceremonia de capitulación; el sargento mayor de la Coronela Félix Nicolás Monjo —en representación del herido Rafael Casanova—, y el coronel Juan Francisco Ferrer —en representación del herido Antonio de Villarroel—, entregaron solemnemente las llaves de Barcelona al teniente general marqués de Guerchy. Seguidamente Berwick pasó revista al ejército francés, puesto en armas ante su persona, y finalmente les ordenó que entraran en Barcelona.[312]

Entraron 13 batallones de infantería franceses y lo que quedaba de las sufridas Reales Guardias Españolas junto a 1.500 soldados de caballería. El brigadier borbónico vizconde del Puerto señaló en sus memorias que todo se ejecutó «sin el menor desorden, y luego entraron muchas provisiones en la ciudad, donde la necesidad era extrema».[312]​ Le acompañaba el capitán de caballería butiflero Antonio de Alós y de Rius, quien detalló que «plazas y calles estaban llenas de ruinas, y los parajes por donde se les atacó estaban llenos de cadáveres de ambas partes». En el que sería su último bando, los consellers de Barcelona ordenaron al pueblo que no mostrara el menor signo de derrota y que volvieron a sus trabajos y talleres desafiantes: «dieron orden que ningún paisano hablase de lo pasado, que los artesanos y mujeres trabajasen en las puertas de sus casas, como antes de la guerra».[313]​ El capitán de la Coronela Francisco de Castellví también dejó constancia del hecho recordando que «volvieron los artesanos a su trabajo con tranquilidad, como si dentro de la ciudad no hubiera sucedido cosa alguna. En las tiendas cuyos maestros habían muerto, comparecían las viudas e hijos con las divisas del luto».

El pasmo de las tropas borbónicas mientras se adentraban en la ciudad lo reflejó el capitán Alós en sus memorias del 13 de septiembre «Se practicó puntualmente todo lo mandado por la Ciudad de manera que cuando los oficiales del campo pasábamos por las calles admirábamos la frescura con que toda la plebe de ambos sexos trabajaba en las labores de sus oficios, como si nunca hubiesen tenido los marciales e intrépidos alientos con que, en un año de bloqueo y más de cuarenta días de sitio, habían resistido a dos formidables ejércitos. Me parece, dijo el Duque de Berwick: Que gloria hubiera adquirido esta Nación, si tan obstinada defensa la hubiese hecho a favor de su Rey!». Por la tarde Berwick envió a su ayudante real a la residencia del teniente mariscal Villarroel para expresarle sentía el estado de su herida, ofreciéndole toda la ayuda médica que necesitase y reafirmándole que cumpliría con su palabra de honor dada en el pacto de capitulación.[314]​ El 14 de septiembre a las 8 de la mañana delante de las atarazanas los soldados del ejército de Cataluña fueron desarmados entregándose las banderas de 5 regimientos de infantería y los estandartes de 3 regimientos de caballería. Licenciados los soldados se les ofreció plaza en los ejércitos francés y español, y a los que lo rechazaron se le concedió libre pasaporte para marchar. Al día siguiente 15 de septiembre se procedió al desarme de la milicia ciudadana, la Coronela de Barcelona, entregándose 42 banderas gremiales. Así mismo se ordenó a la Generalidad de Cataluña que entregara la bandera de San Jorge y al Consejo de los 100 de Barcelona la tan nombrada bandera de Santa Eulalia.[315]​ A las 3 de la tarde las llevaron todas al campamento del duque de Berwick fuera de Barcelona, ordenando este que fueran enviadas a Madrid y ofrecidas a Felipe V como trofeos de guerra para ser colgadas en la Basílica de la Virgen de Atocha.[315]

Abolición de los Tres Comunes de Cataluña

Tras desarmar a las tropas del ejército y la milicia gremial, el 15 de septiembre Berwick nombró a una junta de 15 personas que —a las órdenes del capitán general del ejército—, iba a administrar la ciudad en lugar del Consejo de Ciento de Barcelona. Así mismo nombró a la «Real Junta de Gobierno» que iba a suplantar a la Generalidad de Cataluña; la junta la presidía el intendente del ejército José Patiño Rosales y la formaban destacados butifleros: José de Marimón, Rafael Cortada, José Alós —padre del capitán Alós—, Francisco Ametller y Gregorio Matas.

Al día siguiente 16 de septiembre «mandó D. Joseph Patiño que en la Casa de la Ciudad se juntasen los consellers, los diputados, y los jefes del Brazo militar, lo que practicaron con las formalidades y esplendor que en todo acostumbra esta Nación»;[316]​ a Patiño y los nuevos administradores le costó llegar hasta allí porqué las «calles estaban tan arruinadas por la muchedumbre de bombas que fue preciso emplear gran número de granaderos para hacer transitables aquellas por donde había de pasar». Una vez allí y reunidos los consellers segundo, tercero, cuarto y quinto el intendente del ejército José Patiño les leyó el decreto de abolición del Consejo de Ciento de Barcelona, ordenando que se sellaran sus archivos y arcas de depósito. Acto seguido leyó el decreto con el nombramiento de los nuevos administradores de la ciudad y, como anotó el capitán Alós, ordenó se le entregaran «los libros en que estaban escritas las ordenes expedidas en los catorce meses que duraron el bloqueo y sitio, y en todo obedecieron con exacta prontitud. Don Joseph Patino remitió aquellos libros a la Corte». Efectivamente, como se lamentó el historiador Sanpere Miquel, el libro de la «Junta de los 24» y el libro de deliberaciones de los consellers del año 1714 —principales fuentes de información— fueron enviados a Madrid sin saberse nunca más su paradero.[317]​ Tras ello Patiño envió a dos de los nuevos administradores de la ciudad para que leyesen a los diputados de la Generalidad de Cataluña el decreto de abolición.[316][318]​ El diputado eclesiástico intentó replicar al decreto abolición pero de inmediato fue cortado por Francisco de Junyent quien le dijo: «Donde no hay con que resistir, no hay que replicar».[318]​ Abolida la Generalidad los dos emisarios pasaron al salón del Brazo militar donde leyeron el decreto de abolición del último de los Tres Comunes de Cataluña.[319]

Las tres noches siguientes se lanzaron fuegos artificiales y finalmente el 18 de septiembre el mariscal duque de Berwick hizo su entrada triunfal en Barcelona. Desde Sarriá fue flanqueado todo a lo largo del recorrido por soldados en armas y a las afueras de Barcelona fue recibido por la nueva junta de administradores, que le dieron la bienvenida y le acompañaron hasta la catedral donde se celebró una misa de Te Deum por el fin de la guerra presidida por un retrato gigante de Felipe V. Pero a los coetáneos no les pasaba desapercibida cierta coincidencia histórica con la que hicieron cábalas; tal como recogió Castellví «es de notar que precisamente se han cumplido 1.000 años desde que los moros conquistaron esta plaza, que fue en el año 714. Y es singular que 1.000 años después esta plaza ha sido conquistada por el rey Felipe V».[320]

Administración militar

El 20 de septiembre los franceses transfirieron la plaza a las autoridades españolas, habiendo nombrado Felipe V por nuevo gobernador de Barcelona al marqués de Lede. Llegado el marqués, el mariscal de Berwick le expuso los atrasos en el pago por los servicios de las tropas francesas, el modo de cobrarlos, y los cuarteles que se debían señalar. Por su parte el marqués de Lede le expuso a Berwick las órdenes terminantes que traía de la corte de Madrid: tomar prisioneros a los oficiales militares que habían servido durante la rebelión. Dos días después, contraviniendo el pacto de capitulación, Villarroel y todos los oficiales del estado mayor fueron detenidos y encarcelados. Berwick pidió excusas a Villarroel y le prometió que tan pronto llegase a Madrid arreglaría el embrollo, pero Felipe V jamás cedió en ese punto. A pesar de que habían sido los militares los que más habían insistido en la necesidad de capitular, fueron precisamente éstos —y no los políticos—, los que acabaron sirvieron de chivo expiatorio. Quedaron reclusos en diferentes cárceles de España durante los siguientes 11 años hasta que en 1725 se firmó el Tratado de Viena y fueron liberados.[321]

Quince días después, el 2 de octubre, Berwick ordenó la expatriación de todos los eclesiásticos y beatos que habían dado apoyo moral a la rebelión: el vicario general José Rifós y un largo etcétera fueron expulsados de los dominios de Felipe V.[322]​ Al días siguiente Berwick decretó el desarme general de los catalanes debiendo entregar «todas y cualesquier armas de cualquier género, o calidad que sean».[323]​ El siguiente paso se dio el 10 de noviembre cuando se prohibió bajo pena de muerte que ningún catalán saliese de Cataluña sin pasaporte autorizado.[324]​ Días después se ordenó al general José Moragas, uno de los pocos oficiales superior que continuaba en libertad y no había huido de Cataluña, que se presentara en Barcelona. En la ciudad continuaban viviendo la mayoría de caudillos de la rebelión: Manuel de Ferrer y Sitges, Rafael Casanova, el marqués de Barberá, etc. Los miembros de la «Real Junta de Gobierno» se quejaron al capitán general que era «cosa sumamente desproporcionada que se compilen procesos y reciban informaciones contra eclesiásticos, en tiempo que los principales Caudillos [..] que han tenido amotinado el país, particularmente durante el bloqueo y sitio de Barcelona, viven con toda tranquilidad en sus casas».[325]​ En febrero de 1715 el marqués de Barberá se negó a pagar las nuevas contribuciones borbónicas y fue encarcelado siendo desterrado a Pamplona. En marzo el general Moragas, temiendo acabar también encarcelado, trató de huir a Mallorca pero, delatado, fue apresado. Fue acusado de haber intentado salir de Cataluña sin pasaporte y el 27 de marzo fue arrastrado vivo por las calles de Barcelona, decapitado, su cuerpo hecho cuartos y su cabeza colgada en un jaula; el secretario de la «Real Junta de Gobierno» Gregorio Matas informó al ministro Manuel de Vadillo congratulándose de que «ha sido grande el terror que aquellas sentencias han impreso en los corazones de los más obstinados».[326]

Finalmente «Real Junta de Gobierno» ordenó el secuestro general de los bienes de los "sujetos que más se demostraron en las conmociones de Cataluña".[327]​ Estos fueron clasificados en 6 clases; en la primera clase estaban todos los consellers de 1713-1714 y los miembros de la «Junta de los 36» y de la «Junta de los 24», porque «fueron jefes y caudillos de la rebelión y obstinada resistencia y deben ser excluidos perpetuamente de la restitución de sus haciendas». En la segunda clase todos los miembros del Brazo militar de Cataluña que votaron la guerra. En la tercera los diputados y oidores de la Generalidad de Cataluña. En la cuarta los ministros nombrados en tiempos del archiduque Carlos y que en lugar de evacuar en 1713 se quedaron dentro de Barcelona. En la quinta clase todas las personas que, aunque no formaban parte de las juntas, permanecieron en Barcelona para su defensa. En la sexta todos los que habían luchado en las filas del ejército de los Tres Comunes de Cataluña.[324]

Nueva Planta de la Real Audiencia de Cataluña

En 1715 toda Cataluña continuaba bajo dominio militar siendo administrada por la «Real Junta de Gobierno» a las órdenes del capitán general del ejército. Por real decreto del 12 de marzo Felipe V ordenó «que según la calidad del país y genio de sus naturales» se formara un órgano de gobierno.[328]​ Acto seguido el Consejo de Castilla empezó las deliberaciones y requirió al intendente del ejército en Cataluña José Patiño y al jurista Francisco Ametller y Perer —destacado butiflero—, que presentaran sendos informes para aconsejarles. Ametller defendió una abolición selectiva de las instituciones catalanas reformando aquellas que no entorpecieran la «Real Autoridad», mientras que en el ámbito doméstico se mostró favorable a preservar el derecho privado catalán. En cambio Patiño era partidario de una abolición más radical y de que Cataluña continuara bajo control y administración del ejército pues en su informe advertía:

»Que el genio de los naturales es amante de la libertad, son aficionadísimos a todo género de armas, prontos a la cólera, rijosos y vengativos, y que siempre se debe recelar de ellos a que aguarden conjura para sacudirse el yugo de la justicia. Son muy interesados y en todas la edades pasadas ha sido su conato en las Cortes conseguir por ley municipal la remisión de pechos y tributos, de suerte que ninguna cosa siente tanto como el poder ser cargados con imposiciones y tributos por la sola Real Autoridad.

»Son apasionados a su patria en tal exceso que les hace trastornar el uso de la razón y solamente hablan en su lengua nativa; es su genio laborioso e infatigable, a impulsos de la apetecida conveniencia, y más presto ahorran que consumen en lo necesario, y que en todas facultades hay mayor número de los que pueden decentemente subsistir.

»Que aquel grande orgullo esta abatido, y respetan ya los preceptos de Vuestra Majestad, y a la justicia, no por afecto y amor, sino por la fuerza superior de las armas, de modo que la quietud y obediencia deben afianzarse en éstas, pues las necesita el país por su calidad y genio de los naturales, que serán siempre el brazo fuerte para ladear y asistir a los ministros de justicia.[329]

Atendiendo a ambos informes el Consejo de Castilla resolvió dar una nueva planta -nueva estructura- a la Real Audiencia de Cataluña para que ejerciera el poder absoluto en nombre del rey. Pero a diferencia de las reales audiencias castellanas, presididas éstas por civiles, la Real Audiencia de Cataluña quedaba bajo la presidencia del capitán general del ejército dando lugar una diarquía militar-civil que fue llamada Real Acuerdo. Quedó instaurado así el absolutismo en Cataluña concluyendo el historiador borbónico Vicente Bacallar que «se la quitaron sus privilegios y se la pusieron regidores, como en Castilla, arreglando a estas leyes todo el gobierno» con lo que «paró la soberbia pertinaz de los catalanes, su infidelidad y su traición»[330]

Referencias

Notas

  1. Hernàndez & Riart (2007: 23)
  2. Albareda (2010: 363)
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  13. Torras Ribé, José (2005). «Felip V contra Cataluña». Ed. Dalmau. pp. 46-49. ISBN 84-232-0681-5. 
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  49. Alegria y Charlain; Tratados, convenios y declaraciones de paz y de comercio (1843); p. 79 «Tratado de paz y amistad entre sus Majestades el rey de España y reina de Inglaterra»
    Artículo 13º. Visto que la reina de la Gran Bretaña no cesa de instar con suma eficacia para que todos los habitantes del Principado de Cataluña, de cualquier estado y condición que sean, consigan, no solo entero y perpetuo olvido de todo lo ejecutado durante esta guerra y gocen de la integra posesión de todas sus haciendas y honras, sino también que conserven ilesos é intactos sus antiguos privilegios, el Rey Católico por atención à su Majestad británica concede y confirma por el presente a cualquiera habitador de Cataluña, no solo la amnistía deseada juntamente con la plena posesión de todos sus bienes y honras, sino que les da y concede también aquellos privilegios que poseen y gozan, y en adelante pueden poseer y gozar los habitadores de las dos Castillas, que de todos los pueblos de España son los más amados del Rey Católico.
  50. Albareda (2010: 344)
  51. Sanpere (1905: 68-69)
    The Privileges of the catalans are indeed most desirable for a People whose aim in to throw off all dependancy on their Prince and to live with their arms in their hands, but the Privileges of Castille are infinitely greater value of those who intende to live in a due subjection to authority.
    Public Record Office, London
  52. Albareda (2010: 342)
  53. Sanpere (1905: 7)
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    Projet et Disposition pour le Siege de Barcelona fait au Camp devant celle place:[..] ils craindront sans soute le chàtiment qu'ils meritent en leurs ostant privilèges et armes, desquels ils sont plus jalouz qu'aucune nation du Monde, aymant mieux de perdre la vie que de perdre leus Privilèges, c'est ce qui me fait craindre que ces sentiments Barbares ne soyent capables de faire un effet si extraordinaire dans leur esperit qui les pourra porter jusqu'a une dernière extermité.
    Archivo general militar de Segovia; Fondo Ingenieros; Verboom
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  219. Simón Tarrés, Antonio (1993); op. cit.
  220. Sanpere (1905: 435)
  221. Castellví (1749: IV, 59)
    Monsieur, nous avons pris un bon, ou un mauvais parti, en nous attachant aux intérêts de Sa Majesté Impériale. S'il est bon, le ciel nous protègera; ou si nous périssons, la posterité loüera notre fermeté, et nous plaindra. S'il est mauvais, nous ne le rendrions pas meilleurs, en nous soumettant aux Espagnols; le vin est tiré, il faut le boire, et nous ensevelir sous les ruines de notre ville.
  222. Sanpere (1905: 403)
  223. Sanpere (1905: 407)
  224. Sanpere (1905: 410)
  225. Castellví (1749: IV, 123)
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  227. Castellví (1749: IV, 125)
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  236. Castellví (1749: IV, 136)
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  243. Castellvi (1749: IV, 151)
  244. Voltaire, Le Siècle de Louis XIV cap. XXIII - Victoire du maréchal de Villars à Denain. Rétablissement des affaires. Paix générale.
    Les assiégés se défendirent avec un courage fortifié par le fanatisme. Les prêtres, les moines, coururent aux armes et sur les brèches, comme s’il s’était agi d’une guerre de religion. Un fantôme de liberté les rendit sourds à toutes les avances qu’ils reçurent de leur maître
  245. Sanpere (1905: 521)
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  251. Sanpere (1905: 444)
  252. nota: Ana de Gran Bretaña murió el 12 de agosto de 1714, equivalente al 1 de agosto de 1714 del calendario inglés
  253. Hernàndez & Riart & Rubio (2010: 136)
  254. Íbid.; p. 137
  255. Íbid.; p. 138
  256. Íbid.; íbid.
  257. Sanpere (1905: 471)
  258. Sanpere (1905: 474)
  259. Sanpere (1905: 470)
  260. Sanpere (1905: 404)
  261. Sanpere (1905: 479)
  262. Hernàndez & Riart & Rubio (2010: 138)
  263. Sanpere (1905: 472)
  264. Sanpere (1905: 500)
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  267. Townsend, George Henry; The Manual of Dates: Routledge, Warne, & Routledge; 1862
  268. Sanpere (1905: 490)
  269. Sanpere (1905: 491)
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  271. Sanpere (1905: 487)
  272. Sanpere (1905: 502)
  273. Sanpere (1905: 503)
  274. Sanpere (1905: 499)
  275. Sanpere (1905: 504)
  276. Sanpere (1905: 507)
  277. Sanpere (1905: 509)
  278. Sanpere (1905: 510)
  279. Sanpere (1905: 512)
  280. Sanpere (1905: 513)
  281. Sanpere (1905: 514)
  282. Sanpere (1905: 516)
  283. Guerrero (2008: 555)
  284. Sanpere (1905: 517)
  285. Sanpere (1905: 537)
  286. Sanpere (1905: 534)
  287. Bacallar (1725: II, 117)
  288. Bacallar (1725: II, 117):
    La defensa fue más obstinada y feroz. Tenían armadas las brechas de artillería, cargadas de bala menuda, que hizo gran estrago. No fueron rechazados los que asaltaron, pero morían en el fatal lindar, sin vencer.
    Vicente Bacallar; op. cit., Año 1714
  289. Sanpere (1905: 539)
  290. Bacallar (1725: II, 118)
  291. Serret (1996: 106)
  292. Sanpere (1905: 543)
  293. Mercadé, Elisabet (2005). «Una aproximació a la idea de Catalunya a partir de l'anàlisi del vocabulari polític emprat per anomenar-la». Actas del congreso de la Guerra de Sucesión (Museo de Historia de Cataluña): 275-289. 
  294. Sanpere (1905: 544)
  295. Bacallar (1725: II, 118):
    Cargados los catalanes de esforzada muchedumbre de tropas, iban perdiendo terreno. Los españoles cogieron la artillería que tenían plantada en ha esquinas de las calles, y la dirigieron contra ellos.
    Vicente Bacallar; op. cit., Año 1714.
  296. Bacallar (1725: II, 118):
    Los españoles, que por los lados poseían gran parte de la ciudad, viendo, habían retrocedido los franceses, también ellos se retiraron a la brecha; todos empezaban nueva acción.
    Vicente Bacallar; op. citada, Año 1714
  297. Abarca y Velasco, Melchor de (1755); «Breve noticia de las funciones en que se ha hallado el regimiento de Guardias Españolas desde el año 1704», en Ius fugit: Revista interdisciplinar de estudios histórico-jurídicos, ISSN 1132-8975, Nº 13-14, 2004-2006, págs. 189-210
  298. Bacallar (1725: II, 118):
    Villarroel y el cabo de los Conselleres de la ciudad juntaron los suyos y acometieron a los franceses, que se iban adelantando ordenados; ambos quedaron gravemente heridos. Entonces desmayaron los defensores, pero en todas las partes de la ciudad se mantuvo la guerra por doce continuas horas, porque todo el pueblo peleaba.
    Vicente Bacallar; op. cit., Año 1714
  299. Castellví (1749: IV, 249)
  300. Sanpere (1905: 549)
  301. Castellví (1749: IV, 251)
  302. Serret (1996: 111)
  303. Castellví (1749: IV, 352)
  304. Serret (1996: 111)
    En la redacción de este bando nada tuvo que ver el Conseller en Cap como, erróneamente, se ha intentado hacer creer en algunas publicaciones, de carácter reaccionario, de los años veinte del presente siglo [XX] en plena dictadura de Primo de Rivera. Todavía a finales del mes de septiembre de 1995, una carta de un lector al diario "El País", abundaba en esa tesis errónea.
  305. Castellví (1749: IV, 262)
  306. Castellví (1749: IV, 263)
  307. Castellví (1749: IV, 266)
  308. Castellví (1749: IV, 268)
  309. Guerrero (2008: 559)
  310. Castellví (1749: IV, 314)
  311. Castellví (1749: IV, 308)
  312. Sanpere (1905: 567)
  313. Sanpere (1905: 578)
  314. Castellví (1749: IV, 310)
  315. Sanpere (1905: 568)
  316. Sanpere (1905: 620)
  317. Sanpere (1905: 402)
  318. Sanpere (1905: 621)
  319. Sanpere (1905: 622)
  320. Castellví (1749: IV, 308-309)
  321. Sanpere (1905: 625)
  322. Sanpere (1905: 629)
  323. Sanpere (1905: 568)
  324. Sanpere (1905: 647)
  325. Muñoz & Catá (2005); op. cit.; p.83
  326. Sanpere (1905: 650)
  327. Sanpere (1905: 646)
  328. Sanpere (1905: 660)
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Bibliografía

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Véase también

Enlaces externos

  •   Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Rebelión de Cataluña (1713-1714).
  •   Wikisource contiene obras originales de o sobre Rebelión de Cataluña (1713-1714).
  • Tricentenario 1714 Barcelona
  •   Datos: Q15650559
  •   Multimedia: War of the Spanish Succession

campaña, cataluña, 1713, 1714, también, conocida, nombre, guerra, cataluña, 1713, 1714, guerra, catalanes, 1713, 1714, constituye, junto, toma, borbónica, mallorca, última, fase, guerra, sucesión, española, mientras, negociaban, utrecht, tratados, habrían, pon. La Campana de Cataluna 1713 1714 tambien conocida con el nombre de Guerra de Cataluna 1713 1714 o Guerra de los Catalanes 1713 1714 constituye junto con la toma borbonica de Mallorca la ultima fase de la Guerra de Sucesion Espanola 1 Mientras se negociaban en Utrecht los tratados que habrian de poner fin a la guerra Felipe V presionado por la reina Ana de Inglaterra concedio el indulto general a los catalanes 2 3 4 pero en el mismo no se comprometio a mantener sus leyes e instituciones propias ni concedio la amnistia tal como le solicitaban los britanicos Finalmente el gobierno de Londres cuya prioridad era poner fin cuanto antes a la guerra cedio y presiono a los austriacos para que firmaran el Convenio para la evacuacion de Cataluna 2 5 al que siguio el Convenio del Hospitalet 6 por el que las tropas imperiales abandonaban el Principado de Cataluna 7 dejando pendiente la solucion del llamado Caso de los Catalanes que se concediera una amnistia a los catalanes austracistas y que se mantuvieran sus leyes e instituciones propias 6 Campana de Cataluna 1713 1714 Guerra de Sucesion EspanolaParte de guerra de sucesion espanolaUltima defensa de Barcelona el 11 de septiembre de 1714 Detalle del avance de las tropas francesas del mariscal Guerchois y del brigadier Reves por la brecha central Fecha9 de julio 1713 12 de septiembre 1714LugarPrincipado de CatalunaCasus belliProclamacion unilateral de guerraResultadoVictoria borbonica con rendicion incondicional de los Tres ComunesConsecuenciasAbolicion de los Tres Comunes Derogacion de las Constituciones Implantacion del AbsolutismoBeligerantesBorbonicos Francia Espana fiel a Felipe V Austracistas Comunes de Cataluna Diputacion Consejo de Ciento Brazo MilitarComandantesEjercito Borbonico Duque de Berwick Antoine Dupuy Vauban Duque de Popoli Prosper van Verboom Ejercito de Cataluna Antonio de Villarroel Juan Bautista Basset Marques del PoalCoronela de Barcelona Rafael Casanova editar datos en Wikidata Tras el abandono de las tropas imperiales Cataluna quedo ocupada por Felipe V salvo la fortaleza de Cardona y la ciudad de Barcelona 8 9 donde los Tres Comunes de Cataluna Generalidad Consejo de Ciento y Brazo militar convocaron una Junta General de Brazos que el 6 de julio de 1713 decidio continuar la resistencia 10 ya que Felipe V ni habia concedido la amnistia ni se habia comprometido a mantener las instituciones y leyes propias del Principado Pocos dias antes el 10 de junio de 1713 se habia hecho publica una carta de Carlos de Austria en la que procuraba desenganar a las autoridades catalanas de cualquier intento de resistencia y en la que justificaba la retirada de sus tropas Si yo creyese que con el sacrificio de mis tropas pudiera aliviar vuestro desconsuelo no tiene la menor duda que lo haria pero perderlas para perderos mas no creo sea medio que aconseja vuestra prudencia 11 La decision de la Junta de Brazos de continuar la resistencia fue interpretada por el bando borbonico como la persistencia en los delitos de rebelion y de lesa majestad 12 13 Por su parte los Tres Comunes de Cataluna segun Joaquin Albareda argumentaron que reaccionaban con violencia ante la violencia de un rey convertido en tirano y que pretendia oprimirlos 14 En la proclamacion de la continuidad de la resistencia por la Diputacion del General se dijo que se hacia 15 por la conservacion de las libertades privilegios y prerrogativas de los catalanes que nuestros antecesores a costa de su sangre gloriosamente alcanzaron y nosotros debemos asi mismo mantener las cuales no han sido tomadas en consideracion ni en Utrecht ni en L Hospitalet Cataluna sin rey ni virrey se convirtio en una republica de facto entre julio de 1713 y septiembre de 1714 lo que no significaba segun se recoge en el impreso Despetador de Catalunya publicado por la Junta de Brazos para justificar la continuidad de la resistencia que los resistentes se propusieran crear un estado independiente sino que pretendian partiendo del supuesto de la concepcion federal o federada de la monarquia compuesta luchar por la libertad de Espana y contra el despotico poder que la gobernaba 16 Los Tres Comunes de Cataluna alzaron un ejercito propio nombrando por general comandante a Antonio de Villarroel e intentando a su vez recuperar el control del interior del territorio 9 La contienda belica que se libro con un grado de brutalidad y devastacion por ambas partes como jamas se habia visto en los anos precedentes 17 18 Tras el Tratado de Rastatt marzo de 1714 que ratificaba el abandono de los aliados a los catalanes 19 el gobierno de Felipe V ofrecio a los rebeldes una salida negociada al conflicto pero la radicalizada 20 Junta de los 24 de Barcelona encabezada por Rafael Casanova rechazo la proposicion al no incluir el mantenimiento de las Constituciones catalanas 19 A pesar de un ano de bloqueo contra la ciudad y la devastacion que asolaba el interior de Cataluna el equilibrio de fuerzas no se pudo romper hasta julio de 1714 cuando Luis XIV ordeno al ejercito frances que entrara en Espana y se inicio un verdadero asedio militar contra Barcelona que tras 61 dias acabo con la rendicion incondicional de los rebeldes austracistas el 12 de septiembre de 1714 El comandante en jefe de los ejercitos borbonicos el duque de Berwick ordeno siguiendo las instrucciones expresas de Felipe V y en contra de las garantias que les habia ofrecido que veinticinco de los oficiales que habian luchado en la defensa de Barcelona fueran detenidos y encarcelados Entre ellos se encontraban los generales Antonio de Villarroel comandante general del Ejercito de Cataluna y Joan Baptista Basset que habia liderado la insurreccion austracista del reino de Valencia de 1705 Muchos de ellos murieron en prision y otros permanecieron en la carcel hasta la firma del Tratado de Viena de 1725 Especial relevancia tuvo la ejecucion del general Josep Moragues que primero fue arrastrado por las calles por un caballo luego degollado y cuarteado y finalmente su cabeza fue colgada en una jaula en el Portal del Mar una costumbre solo aplicada hasta entonces a los bandoleros para que sirviera de recordatorio de quien ostentaba ahora el poder en Cataluna tras la derrota austracista 21 El 15 de septiembre de 1714 fueron abolidos los Tres Comunes de Cataluna la Generalidad de Cataluna el Consejo de Ciento de Barcelona y el Brazo militar de Cataluna Derogadas las Constituciones catalanas Felipe V promulgo los Decretos de Nueva Planta que instauraron el absolutismo en Cataluna En el informe presentado ante el Consejo de Castilla el intendente Jose Patino concluia los Tres Comunes ruidosos y de mas representacion de todo el Principado que sustentaron las turbaciones por quienes se dirigio la rebelion y resistencia 22 Indice 1 Antecedentes 2 Campana de Cataluna 1713 1714 2 1 Junta General de Brazos de Cataluna 2 2 Cataluna declara la continuacion de la guerra 2 3 El gobierno sui juris de Cataluna 2 4 El Ejercito de Cataluna 2 5 Represalias derrotas y pugnas por el poder 2 6 La operacion Dalmases 2 7 Los radicales toman el poder Rafael Casanova conseller en Cap 2 8 El gran levantamiento y extension de los combates por el interior 2 9 Madrid Londres Utrecht y Barcelona 2 10 La Junta de los 24 de Barcelona 2 11 Confianza en la victoria 2 12 Tratado de Rastatt la estrategia quebrada 2 13 Esperanza en la liberacion 2 14 Desengano tras las cartas imperiales 2 15 Rechazo a la oferta de negociacion borbonica 2 16 Luchar hasta la ultima gota de sangre 2 17 Cataluna arde en llamas 2 18 Llegada del ejercito frances principio del fin 2 19 La escuadra britanica frente a Barcelona 2 20 Dura politica de Rafael Casanova 2 21 Rechazo al Plan Vilana Perlas y a la Instruccion Imperial 2 22 Fracasados asaltos contra Barcelona del 12 13 y 14 de agosto 2 23 Agonia final de Barcelona 2 24 Giro diplomatico britanico tras la muerte de la reina Ana 2 25 Villarroel presiona para capitular 2 26 Las tropas borbonicas intiman a la negociacion 2 27 Rechazo a la ultima proposicion borbonica 2 28 El 11 de septiembre 2 29 Villarroel y Tohar logran forzar la capitulacion 2 30 El pacto de capitulacion 3 Consecuencias 3 1 Ocupacion de la ciudad 3 2 Abolicion de los Tres Comunes de Cataluna 3 3 Administracion militar 3 4 Nueva Planta de la Real Audiencia de Cataluna 4 Referencias 4 1 Notas 4 2 Bibliografia 5 Vease tambien 6 Enlaces externosAntecedentes EditarArticulo principal Paz de Utrecht Veanse tambien Guerra de Sucesion Espanola Guerra de Sucesion Espanola en Cataluna Caso de los Catalanes Convenio para la evacuacion de Catalunay Convenio del Hospitalet En noviembre de 1700 la muerte sin descendencia del monarca de Espana Carlos II el Hechizado de la Casa de Austria habiendo nombrado como su sucesor al duque Felipe de Anjou de la Casa de Borbon y la ratificacion de este como sucesor tambien al trono de Francia provocaria dos anos despues el estallido de una guerra mundial entre las Dos Coronas Borbonicas Francia y Espana y las potencias de la Gran Alianza de la Haya Inglaterra Holanda y el Imperio Austriaco un conflicto que pronto se tornaria en guerra civil en la propia Espana entre los fieles a la Casa de Austria y los partidarios de Felipe V de Borbon 23 En 1712 Inglaterra llevaba diez anos en guerra para evitar que Felipe V pudiera unificar las coronas de Espana y Francia en su persona lo que hubiera dado lugar a una gran potencia regida por la Casa de Borbon que hubiera alterado el equilibrio de poder en Europa 24 Pero el nombramiento del archiduque Carlos de Austria como nuevo emperador suponia la posible union de Espana Austria y el Imperio Germanico regidos todos por la catolica Casa de Austria un peligro mucho mayor para Inglaterra pues el resurgir del bloque hispano aleman como en los tiempos del emperador Carlos V daria lugar a una superpotencia mundial 25 A partir de ese momento Inglaterra vio claras las ventajas de que el destino de Espana estuviera en manos del inestable Felipe de Borbon una estrategia que se vio reforzada por la subida al poder en Londres del partido tory partido favorable a acabar ya con tan larga guerra 26 El diplomatico frances Nicolas Mesnager establecio los preliminares para la negociacion 27 y en enero de 1712 se iniciaron en la ciudad de Utrecht las conversaciones formales entre Francia e Inglaterra sin que a Espana se le permitiese inicialmente la asistencia 28 En mayo de 1712 el secretario de estado britanico Henry Bolingbroke ordeno la retirada de las tropas inglesas de Espana y el cese de toda actividad belica en el continente 28 Para el historiador borbonico Belando la division de los ingleses en aquella situacion de cosas fue la saeta mas penetrante que atraveso el corazon de los catalanes porque habian concebido grandes esperanzas de los ingleses y cuando se hallaban mas animosos vieron lo que jamas imaginaron 29 La coalicion aliada se resquebrajo Austria y Holanda intentaron continuar la guerra en solitario pero ya sin la ayuda militar inglesa sus ejercitos fueron completamente derrotados el 24 de julio de 1712 en la batalla de Denain Francia 28 A remolque de los acontecimientos los embajadores del emperador Carlos de Austria propusieron entonces la division de la Monarquia de Espana en tal manera que la Corona de Aragon los Paises Bajos espanoles y territorios espanoles en Italia fueran para la Casa de Austria mientras que la Corona de Castilla continuaria bajo el dominio de Felipe V 30 Este rechazo tal reparto y propuso la division de Espana cediendo tan solo los territorios que ya habia perdido Paises Bajos espanoles y los reinos de Italia pero senalando que sus armas dominaban todo el reino de Aragon el reino de Valencia y la mitad de Cataluna se negaba tajantemente a entregar tambien la Corona de Aragon 31 Por su parte ingleses y franceses concretaron un primer principio de acuerdo Inglaterra reconocia a Felipe V como legitimo monarca espanol y este a cambio renunciaba al trono de Francia 32 El 5 de noviembre de 1712 Felipe V hizo publica ante las Cortes de Castilla su renuncia a la corona francesa 33 y respectivamente sus familiares duque de Berry y duque de Orleans renunciaron a sus derechos a la corona espanola con lo que se desvanecia toda amenaza de union entre Espana y Francia eliminandose asi el principal escollo para la paz 34 35 Inglaterra restablecio relaciones diplomaticas con Espana y el marques de Monteleon fue nombrado embajador espanol en Londres Quedaba por resolver el Caso de los Catalanes el regimen politico en que quedaria Cataluna bajo Felipe V dado que por el Pacto de Genova Inglaterra se habia comprometido a defender las constituciones catalanas fuera cual fuera el resultado de la guerra un regimen que Felipe V rechazaba de plano mantener 36 37 A su vez el ministro de hacienda britanico Robert Harley habia fundado en 1711 la Compania de los Mares del Sur 38 mediante la cual pretendia reestructurar la masiva deuda publica britanica acumulada durante la guerra y que ascendia a 8 millones de libras 39 La compleja operacion financiera consistia en transformar la deuda publica britanica en acciones privadas de la nueva compania comercial Para conseguir la aprobacion del plan en 1711 el ministro Harley habia prometido obtener grandes beneficios del comercio colonial con las Indias espanolas fruto de las imposiciones que se le exigirian a Felipe V para firmar la paz pero en 1713 y transcurridos ya dos anos la situacion financiera de la empresa era insostenible y las presiones de los inversores acuciantes En dicho contexto la Compania de los Mares del Sur envio a sus propios negociadores a Madrid para lograr un acuerdo con Felipe V entre ellos el traficante de esclavos Manasses Gilligan 40 mientras que el embajador espanol en Londres el marques de Monteleon negociaba con el secretario de estado britanico Henry Bolingbroke el Caso de los Catalanes y la manera de sortear el Pacto de Genova 41 Monteleon advirtio a Bolingbroke que cualquier referencia aunque minima a los Fueros y Privilegios serviria de continuo pretexto a la natural propension de los catalanes a la sedicion y a eximirse de la debida obediencia de cualquier principe 42 pero Bolingbroke le replico que algo debia hacerse algo para salvar el honor de la reina 43 Monteleon se mostro inflexible explicandole la naturaleza de los catalanes siempre proclives a la sedicion 44 detallandole que sus privilegios limitaban de una manera exorbitante la autoridad real y lamentandose de las desgracias que en todos tiempos ha sufrido Espana por ellos 44 Por su parte los Tres Comunes de Cataluna enviaron tambien a sus propios embajadores a La Haya al conde de Ferran y a Londres al marques de Montnegre quien seria sustituido poco despues por el marques de Vilallonga pasando el primero a Utrecht 45 El embajador espanol en Londres alerto a la corte de Madrid de que ha llegado aqui el marques de Montnegre diputado de Cataluna con comisiones de proponer que se formase una republica del Principado de Cataluna 46 aunque el embajador informo que rapidamente habia conseguido infiltrarle a un espia entre sus criados de forma que estoy informado puntualmente de todos sus pasos y he prevenido de todo a milord Boligbroke Finalmente el 14 de mayo de 1713 Monteleon y Bolingbroke hallaron una solucion y firmaron el acuerdo aunque el tratado se mantuvo en secreto hasta su ratificacion el 13 de julio de 1713 47 Felipe V igualaba la oferta hecha por Carlos de Austria a los ingleses anos atras cediendoles autorizacion para el Navio de permiso y el contrato comercial de trafico de esclavos el asiento de negros durante 30 anos 39 48 y la supero anadiendole tambien la entrega del penon de Gibraltar y de la isla de Menorca a cambio los ingleses se contentaban con el Indulto y perdon general a los catalanes promulgado ya por Felipe V el 30 de marzo y el siguiente articulo referente al mantenimiento de las constituciones catalanas lease el tratado integro articulo 13º Visto que la reina de la Gran Bretana no cesa de instar con suma eficacia para que todos los habitantes del Principado de Cataluna conserven ilesos e intactos sus antiguos privilegios el Rey Catolico por atencion a su Majestad britanica concede y confirma por el presente a cualquiera habitador de Cataluna no solo la amnistia deseada juntamente con la plena posesion de todos sus bienes y honras sino que les da y concede tambien aquellos privilegios que poseen y gozan y en adelante pueden poseer y gozar los habitadores de las dos Castillas que de todos los pueblos de Espana son los mas amados por el Rey Catolico 49 El articulo suponia de facto la derogacion de las constituciones catalanas tal y como anteriormente ya se habia hecho con los Fueros de Aragon y los Fueros de Valencia consagrando asi la abolicion de las leyes derecho y gobierno de todos los estados de la Corona de Aragon que a partir de entonces pasaban a estar bajo las leyes y gobierno del Consejo de Castilla 50 En el informe a sus embajadores Bolingbroke lo resumio con las siguientes palabras Los Privilegios de los catalanes son en verdad deseables para un pueblo que ansie sustraerse del todo de la dependencia de su Principe y vivir con sus brazos y sus manos pero los Privilegios de Castilla son infinitamente de mayor valor para quienes se proponen vivir en la debida sujecion a la autoridad 51 Viendo perdida la Corona de Aragon el emperador Carlos de Austria habia propuesto a los ingleses que al menos erigiesen al Principado de Cataluna en una republica neutral 52 bajo la proteccion de Inglaterra lo que les permitiria cumplir con el Pacto de Genova 53 Pero el secretario de estado Henry Bolingbroke se opuso tajantemente afirmando que el mantener las Libertades Catalanas no es de interes para Inglaterra 47 Asi mismo conmino al emperador a que evacuara la totalidad de sus tropas de Cataluna y a su esposa de Barcelona 54 a la par que se iniciaba la negociacion del Tratado de comercio entre Espana y Gran Bretana generalizando las prebendas comerciales a los mercaderes ingleses 55 Sin nada con lo que negociar para retener sus derechos a Espana o una parte de ella el emperador Carlos de Austria se doblego a las presiones britanicas y firmo el Convenio para la evacuacion de Cataluna 2 retirandose de las negociaciones de Utrecht sin firmar la paz ni con Felipe V ni con Francia Notifico la evacuacion de sus tropas a los diputados de la Generalidad de Cataluna concluyendo que el continuar la guerra en solitario provocaria un bano de sangre inutil 56 que no tendria mas resultado para Cataluna que el de su total y absoluta destruccion dado lo cual les inducia a resignarse y acogerse a la amnistia ofrecida por Felipe V 11 lease el documento integro A los pocos dias la emperatriz abandono Barcelona en una portentosa ceremonia oficial dejando al mariscal Guido von Starhemberg como virrey y el 22 de junio de 1713 los representantes de Felipe V y de Carlos de Austria firmaron el Convenio del Hospitalet que daba por finalizada la Guerra de Sucesion en territorio espanol 57 Ese mismo mes el gobierno britanico cedia los contratos comerciales otorgados por Felipe V a la Compania de los Mares del Sur 58 Campana de Cataluna 1713 1714 EditarJunta General de Brazos de Cataluna Editar Articulo principal Junta General de Brazos de Cataluna Ante la evacuacion de las tropas aliadas los diputados de la Generalidad de Cataluna de 1710 1713 se resignaron a aceptar la realidad de los hechos En cambio y tras presiones multiples una faccion de la aristocracia catalana forzo a los diputados de la Generalidad de Cataluna a convocar urgentemente para el 30 de junio en Barcelona la Junta General de Brazos arguyendo que solo dicha institucion era la competente para dictaminar si Cataluna debia someterse irremisiblemente a Felipe V o de lo contrario debia organizarse para continuar la guerra por si sola en defensa de sus Constituciones 59 Entre tanto las tropas borbonicas empezaron a avanzar sin oposicion ocupando villa tras villa mientras anunciaban que la guerra habia terminado y que Felipe V iba a respetar las constituciones El discurso de Manuel de Ferrer y Sitges No hay ninguno que pueda negar que el funesto asunto que se propone no sea el mas arduo que ha ocurrido en los pasados siglos y las tristes circunstancias que lo acompanan daran que admirar y escarmentar a las futuras centurias Todos los ejemplos que he propuesto son casos que han ocurrido en nuestra Nacion y en nuestra Patria referidos por autores extranjeros exentos siempre de adulacion Acuerdese Cataluna que el africano dominio la impuso 27 tributos y que nuestros mayores con la sangre que gloriosamente derramaron se sacudieron el yugo de la sarracena sujecion Acabese la Nacion con gloria pues vale mas un glorioso fin que tolerar exhortaciones y violencias que no practicaron los moros Valganse los Excelentisimos y Fidelisimos brazos generales de la autoridad del omnipotente Dios y quede desenganada la vana presuncion de los ministros de Madrid pues vean nuestro valor y a su costa experimenten que no ha decaido en un punto ni el espiritu ni el Honor de la Nacion Catalana Manuel de Ferrer 6 de julio de 1713A las tres de la tarde del 30 de junio de 1713 y con gran nerviosismo por las noticias que llegaban a Barcelona se abrio solemnemente la Junta General de Brazos de Cataluna 60 Se reunieron los tres Brazos tres estamentos en el salon de San Jorge de la Diputacion del General de Cataluna donde presididos por un altar con la santa imagen de Cristo se leyo la Proposicion redactada por los diputados de la Generalidad tras los cual se dispuso que cada brazo se juntara por separado en diferentes salones ordenando que en cada uno hubiera un altar donde oficiar una misa del Espiritu Santo para que iluminara las deliberaciones de los catalanes Tras las primeras sesiones el Brazo Eclesiastico se inhibio porque de la resolucion podia seguirse derramamiento de sangre 61 dejando la decision final en manos de los otros dos brazos el Brazo militar estamento de los aristocratas y el Brazo real estamento de los ciudadanos 62 En el Brazo militar los votos de los aristocratas catalanes se dividieron en tres grupos 63 Nicolas de Sanjuan expuso el sentir de los partidarios de la sumision incondicional recordando que Si a las leyes fundamentales de nuestra Patria que dan derecho a Cataluna para defenderse acompanase la prevencion la fuerza y el poder sin duda seria olvidarnos de nuestra obligacion el no oponernos pero que estando nuestra Patria en medio de Castilla y Francia hallandose toda Cataluna fatigada destruida y exhausta de medios y siendo una esperanza vana y sin fundamento el esperar la ayuda de Carlos de Austria su voto era el de ir sin dilacion a Madrid a hacer acto de sumision lease el discurso integro 64 Le replicaron los partidarios de la guerra aunque estos estaban divididos en dos facciones por un lado los moderados cuyo voto fue expuesto por Jaime de Copons y de Falco partidarios de declarar la guerra contra Felipe V pero solo tras intentar una ultima negociacion para salvar las Constituciones lease el discurso integro y por otro lado la faccion radical partidarios de declarar la guerra tambien pero rechazando de plano cualquier negociacion con Felipe V 65 Expuso el sentir de la aristocracia radical Manuel de Ferrer y Sitges quien pronuncio un larguisimo y profuso discurso embriagado de desprecio y odio contra Castilla calificando a los ministros de Madrid de sanguijuelas afirmando que ante la prosperidad de los catalanes a los castellanos les corroia la envidia tachando a estos de ser una nacion debil y de tener los animos ignorantes y sencillos todo lo contrario al honor y a la gloria ser catalan y amparandose en la Divina Providencia exhortaba a que se tomaran las armas y se defiendan nuestros Privilegios y Leyes hasta la ultima extremidad profetizando que antes que tolerar una ignominiosa sumision que mancillara el honor de la Nacion Catalana lease el discurso integro 66 Pero a pesar de la verborrea fanatizada de Manuel de Ferrer y Sitges la division en dos facciones de los partidarios de la guerra dio como resultado que la opcion minoritaria la de los partidarios de la sumision sumase mas votos que las otras dos por separado 67 Ante el resultado adverso de la votacion Manuel de Ferrer y Sitges obstaculizo la aprobacion de la deliberacion presentando una Protestacion Digo pues que con el presente acto quiero tenga fuerza de solemne Protestacion con todas las clausulas de derecho necesarias doy de nulidad y protesto de la susodicha deliberacion por oponerse al Honor Leyes y Privilegios de toda la Nacion Catalana por ser ignominiosa tan servil sujecion al nombre de toda la Nacion lease el documento integro 68 Y en ese interin fue cuando finalmente les llego la noticia de que el Brazo real estamento de los ciudadanos habia votado por proclamar la guerra sin mas dilaciones 69 Esa resolucion forzo al Brazo militar a reconsiderar el resultado de su deliberacion imponiendose finalmente el dictado de la aristocracia catalana radical 70 Tomada asi la resolucion de continuar la guerra los comisionados de la Junta General de Brazos la entregaron a los diputados de la Generalidad de Cataluna para que la publicara y declarara el estado de guerra 71 Los diputados de la Generalidad contrarios a la proclamacion dilataron la entrada en vigor legal del edicto tres dias advirtiendo que en los erarios de la Diputacion no habia dinero que era el principal nervio para emprender una guerra 72 En la sexta instancia presentada por los Brazos Generales ante los diputados de la Generalidad se les recordaba que era su deber la conservacion de las Libertades Privilegios y Prerrogativas de los catalanes que nuestros antecesores a costa de sangre gloriosamente vertida alcanzaron y nosotros debemos asi mismo mantener 73 Cataluna declara la continuacion de la guerra Editar Finalmente a las seis de la manana del 9 de julio de 1713 mientras el ultimo virrey de Cataluna el mariscal Starhemberg se embarcaba con las tropas austriacas fue proclamada con retumbo de tambores y trompetas la Crida la declaracion de guerra Tras publicar la heroica resolucion como la llamaban los radicales varios ciudadanos de Barcelona abandonaron la capital en desacuerdo con la declaracion de guerra no solo se trataba de los pocos partidarios de Felipe V que habian resistido hasta entonces en la ciudad sino tambien y mayoritariamente de austracistas que consideraban que declarar la guerra contra Felipe V y contra Francia era una inhumana y barbara resolucion y que lo unico que los radicales conseguirian seria llevar a Cataluna hacia su mas absoluta devastacion Entre los que abandonaban la ciudad se hallaba el antiguo teniente coronel Antonio Meca y de Cardona de las Reales Guardias Catalanas las tropas de elite que habian formado la guardia de corps de Carlos de Austria y que se retiro a una residencia suya en Sabadell o el coronel de la guardia de caballeria de la misma unidad Antonio de Clariana y de Gualbes En cambio otros como el Ciudadano Honrado Rafael Casanova que tambien disponia de otra residencia en San Baudilio de Llobregat se mantuvieron dentro de la ciudad 74 Ante la declaracion de guerra Felipe V escribio irado a su abuelo el rey Luis XIV de Francia lamentandose de que pese haber concedido una amnistia y perdon general a los catalanes nada de eso habia servido y ante la grave situacion de sus finanzas sentenciaba que los catalanes me pagaran todos los gastos de la Guerra de Cataluna desde 1º de Julio 1713 hasta que hayan rendido las Armas 75 Para Felipe V los Tres Comunes de Cataluna no eran ni potencia contendiente ni les reconocia como interlocutor de Carlos de Austria acusandoles de haber cometido el delito de rebelion contra la legalidad establecida en los tratados firmados y de lesa majestad contra su legitimo monarca el por lo cual no era mas que rebeldes no sujetos a las leyes de la guerra Ordeno al comandante de su ejercito que ante cualquier oposicion se les pasara a todos a cuchillo y se haga ahorcar a los que se defendieren pues ademas de merecer este castigo como rebeldes obstinados y ladrones convendra se execute asi para escarmiento de los otros 76 Para el historiador Ricardo Garcia Carcel Felipe V es un caso de neurosis obsesiva con respecto a Cataluna No se puede desvincular la actitud neurotica de Felipe V hacia los catalanes del hecho de que su condicion de rey absoluto le llevaba a considerar que habia sufrido una traicion y que tenia que vengarse Ese perfil de rey vengativo es fundamental para entender su actitud 77 A su vez en el Consejo de Castilla Melchor de Macanaz 78 exhortaba a que por efecto de la rebelion y conquista de Cataluna todos sus fueros y privilegios quedan derogados y no hay mas ley fuero ni privilegio que la voluntad del Rey 79 Habiendo los Tres Comunes de Cataluna declarado el estado de guerra dos dias despues el 11 de julio de 1713 los representantes aragoneses refugiados en Barcelona presentaron formalmente y por escrito la adhesion del reino de Aragon a la guerra contra Felipe V y contra Francia lease el documento integro Respetada la prelacion jerarquica al ser el reino de Aragon la cabeza de la Corona de Aragon al dia siguiente 12 de julio los representantes valencianos tambien formalizaron la adhesion del reino de Valencia a la guerra contra Felipe V lease el documento integro 80 Para el historiador borbonico Vicente Bacallar buscaban antes la muerte que restituirse al debido vasallaje ellos le llamaban esclavitud No se pueden referir en corto volumen los efectos de su obstinacion 81 El gobierno sui juris de Cataluna Editar Veanse tambien Tres Comunes de Catalunay Generalidad de Cataluna Gobernacion viceregia de CatalunaMarques de TorrellasFrancisco de Sayol Junta de los 36 Delegados de los Brazos de CatalunaAristocracia Eclesiasticos CiudadanosMarques de Barbera Arcidiano de Andorra Felix TeixidorBaron de Almenara Sagristan de Banolas Tomas AntichManuel de Ferrer y Sitges Sagristan de San Pablo Salvador Feliu de la PenaMarques del Poal Arcidiano de Barcelona Jose FerranConde de Rodona Sagristan de Gerri Diego CasetasConde de la Torre Canonigo de Urgel Juan LlinasBaron de la Manresana Dean de Besa Luis BertranBaron de la Cortada Canonigo de Vic Francisco MasRamon de Rodolat Canonigo de Barcelona Francisco SentisConde de Claramunt Hospitalario de Tortosa Jose Antonio RoigAlejo de Sagarra Ramon Torroella Jose LlarisBuenaventura de Vidal Abad de Gerri Jaime AbadalSin rey ni virrey se siguio lo establecido por las Constituciones catalanas para dicha situacion abriendose solemnemente la gobernacion viceregia a cargo del gobernador de Cataluna Pedro de Torrellas y Sentmenat y su lugarteniente Francisco de Sayol y Quarteroni para administrar justicia retirandose tanto el canciller de Cataluna como el regente de la presidencia del Supremo Senado de Cataluna Por su parte la Junta General de Brazos de Cataluna quedo prorrogada por seis meses delegando su soberania en una junta deliberativa de gobierno la Junta de los 36 que debia aconsejar a la diputados de la Generalidad de Cataluna en quienes residia en ultima instancia el poder ejecutivo 82 La Junta de los 36 estaba formada por 12 miembros escogidos por cada uno de los tres brazos por lo que consecuentemente los radicales obtuvieron la mayoria 82 Acto seguido la Junta de los 36 informo de la resolucion de continuar la guerra a los embajadores catalanes que durante la negociacion del Tratado de Utrecht habian sido enviados a las cancillerias europeas el marques de Montnegre en Viena el marques de Vilallonga en Londres y el conde de Ferran en La Haya 45 A diferencia de lo acaecido anos atras durante la Guerra de Cataluna 1640 1659 cuando tambien tras una Junta General de Brazos el Principado de Cataluna se autoproclamo en republica independiente una republica que al poco tiempo acabaria fagocitada por Francia ahora la estrategia de los radicales se fundamentaba en declararse insistentemente vasallos de Carlos de Austria Confiaban el todo de sus posibilidades en la creencia de que presentandose Cataluna como dominio de Carlos de Austria cuando este firmase la paz con Francia las tropas francesas se verian forzadas reciprocamente a evacuar Cataluna En consecuencia la Junta de los 36 acordo enviar un memorial al emperador Carlos de Austria en Viena informandole de la heroica Resolucion de Cataluna de continuar la guerra por cumplimiento de su jurada fidelidad y conservacion de las Leyes Privilegios y Libertades 83 asi mismo le hacian constar que aun siendo conscientes de su ausencia y de su virrey y de que habia ordenado la evacuacion de sus tropas porque la continuacion de la guerra produciria la total ruina del Principado estaban determinados a sacrificarse antes que a someterse solicitandole a Carlos de Austria tanto el envio de socorros como el no cejar en el empeno de erigir al Principado de Cataluna en una republica bajo proteccion imperial para cuando negociase la paz con Francia con la esperanza que la Divina Providencia inclinada a su justa causa abrira camino a Vuestra Catolica Majestad de asistirla con prontisimos y copiosos socorros continuando la guerra y en caso de efectuarse la paz con el eficaz empeno de no permitir separar el Principado de la obediencia de Vuestra Catolica Cesarea Majestad o erigir el Principado en Republica bajo la soberana proteccion de Vuestra Cesarea Catolica Majestad lease el documento integro 84 Asimismo los diputados de la Generalidad de Cataluna publicarian dos opusculos propagandisticos el Despertador de Catalunya en catalan y Crisol de Fidelidad en castellano En ambos textos se intentaba legitimar la rebelion de Cataluna o segun su parecer la continuacion de la guerra bajo la jurisdiccion de Carlos de Austria proclamando que luchaban no solo por su libertad y sus privilegios sino que recordando la abolicion de los Fueros del reino de Aragon y del reino de Valencia tambien luchaban por la Corona de Aragon y por libertar a toda Espana del absolutismo de Felipe V 85 Para el historiador borbonico Nicolas de Jesus Belando Vivian con esperanza de que el senor Archiduque cuando ocupase con sosiego el Trono del Imperio Aleman les favoreceria y los dejaria en entera libertad reduciendoles a una independiente republica como ya lo expreso a los barceloneses su obispo el eminentisimo Cardenal Sala 29 El Ejercito de Cataluna Editar Articulo principal Ejercito de Cataluna 1713 1714 Proclamada la declaracion de guerra el 9 de julio de 1713 al dia siguiente la Junta de los 36 publico un bando para levar efectivos para su ejercito 86 Para el cargo de general comandante se calibraron dos opciones el teniente mariscal Antonio Colon de Portugal y Cabrera conde de La Puebla y el tambien teniente mariscal Antonio de Villarroel y Pelaez siendo elegido este ultimo por haber nacido en Barcelona aunque no fuera catalan Este acepto el nombramiento el 12 de julio pero consciente del radicalismo que imperaba entre los miembros de la Junta de los 36 les advirtio que solo accedia a ello como militar profesional porque el ataque a la ciudad era ya inminente que solo comandaria la defensa mientras tuviera tropas suficientes y bajo la condicion irrenunciable de obtener la patente oficial del emperador Carlos de Austria La Junta de los 36 accedio a sus condiciones y al dia siguiente se oficializo su nombramiento 87 designando este a sus ayudantes Diego Mier Juan Calveria Diego Sanchez y Martin de Zubiria Para movilizar a los centenares de refugiados austracistas de los reinos de Espana que se agolpaban en Barcelona los Tres Comunes concibieron la idea de organizar los regimientos del ejercito de Cataluna en funcion de las naciones pertinentes amparados cada uno por un santo patron catolico Segun dicho plan de los ocho regimientos de infanteria que se alzaron el regimiento de la Generalidad el regimiento de Barcelona y el de Nuestra Senora del Rosario serian reservados a los catalanes el de San Narciso para los alemanes el de Nuestra Senora de los Desamparados para los valencianos el de la Santa Eulalia para los navarros y el de la Inmaculada Concepcion bajo el comando teorico del general comandante Villarroel pero efectivo del coronel Gregorio de Saavedra para los castellanos 88 Asi mismo de los seis regimientos de caballeria que se alzaron el de coraceros de San Miguel fue reservado para los aragoneses A pesar sus intenciones la mayor parte de la tropa tuvo que completarse con catalanes y a finales de julio la leva ascendia a cerca de 4 000 combatientes a sueldo de los Tres Comunes de Cataluna tras bendecir las banderas en las iglesias bajo las predicas que les exhortaban a seguir el ejemplo de los antiguos Macabeos de la Biblia se juro solemnemente fidelidad a Carlos de Austria y al Principado de Cataluna se nombraron los oficiales y fueron entregadas las patentes en nombre de los Tres Comunes no del emperador Carlos de Austria 86 Represalias derrotas y pugnas por el poder Editar El clima de violencia y de amenazas que estuvo detras del triunfo de los radicales durante la Junta de Brazos fue descrito en las memorias de un partidario de Felipe V residente en Barcelona este califico a los radicales de actuar arbitrariamente segun sus depravadas intenciones 89 de la nula validez de la Junta de Brazos por la ausencia de los sindicos de Gerona Lerida Tortosa y Tarragona narrando como aun y asi aquellos que intentaron impedir la declaracion de guerra fueron amenazados de muerte por los secuaces de la maldad detallo como el cambio en la deliberacion final del Brazo militar solo se pudo conseguir cuando los radicales fueron a sus casas y les amenazaron de que los colgarian a todos del balcon si no declaraban la guerra mientras las escuadras de miquelets sembraban el terror por las calles de Barcelona al grito de Privilegios o muerte 90 Confirmo las coacciones otro felipista residente en Barcelona el notario Alejo Claramunt quien en su diario personal denuncio las infectas amenazas y persecuciones publicas de matar y quemar a los que no votasen la guerra Y lograron el malintencionado fin y resolvieron guerra y defenderse oponiendose asi a la corona de Espana nuestro primer jurado rey y a la de Francia y no menos a lo tratado en el congreso de Utrecht por el emperador Carlos VI de Alemania y sus aliados Y luego lo resolvieron y publicaron Y fue tal la alegria del pueblo que no la puedo ponderar Y predicaban por las tronas abiertamente que era una guerra de religio tras lo cual huyo de Barcelona pocos dias despues 91 Diputacion del General de Cataluna Generalidad de Cataluna Militar Eclesiastico CiudadanoDiputadoAntonio de Berenguer DiputadoSagristan de Banolas DiputadoAntonio Grases y DesOidorFrancisco de Perpina OidorSagristan de San Pablo OidorTomas Antich y Saladrich nota diputados y oidores sorteados el 22 de julio de 1713Los radicales habian obtenido el control de la Junta de los 36 pero en cambio en la Generalidad de Cataluna y en el consistorio de consellers de Barcelona aun tenian mandato vigente los partidarios de la sumision a Felipe V 92 Esta situacion empezo a revertirse a los pocos dias pues tal y como era de precepto en la festividad de Santa Maria Magdalena 22 de julio de 1713 se procedio a la tradicional renovacion de los 6 diputados de la Generalidad de Cataluna para el trienio 1713 1716 del que resultaron sorteados tras varias renuncias denegaciones y votos nulos 6 adictos a la faccion radical los eclesiasticos Jose de Vilamala y Diego de Olzina los aristocratas Antonio de Berenguer y Francisco de Perpina y los ciudadanos Antonio Grases y Tomas Antich 92 Para evitar que en lo sucesivo la suerte no se alineara adecuadamente con sus designios la Junta de los 36 decreto un edicto mediante el cual fueron borrados de las listas de candidatos desinsaculados todos aquellos que habian abandonado la ciudad por ser contrarios a la guerra Finalmente el 25 de julio de 1713 las tropas borbonicas al mando del duque de Popoli llegaron frente a las murallas de Barcelona 93 Acto seguido Popoli solicito la obediencia de la ciudad a Felipe V solicitud rechazada el mismo dia 94 Ante la imposibilidad de tomar Barcelona al asalto el jefe de ingenieros van Verboom que habia estado preso en la ciudad en 1712 presento al duque de Popoli un informe alertandole del gran numero de gente belicosa que se ha encerrado en ella acostumbrados al manejo de las armas atrevidos y obstinados advirtiendole que los catalanes temeran sin duda el castigo que merecen quitandoles privilegios y armas de lo que estan mas celosos que ninguna otra nacion del mundo prefiriendo antes perder la vida que perder sus privilegios lo que me hace temer que esos barbaros sentimientos sean capaces de hacer un efecto tan extraordinario en su espiritu que les pueda llevar hasta el ultimo extremo 95 Como conclusion Verboom le indicaba que seria necesario un verdadero sitio militar para someter a la ciudad pero Populi sin artilleria pesada y limitado por las carencias tecnicas y tacticas de las tropas de Felipe V desestimo el plan 96 La estrategia que adopto fue la que desde hacia siglos se habia seguido en los sitios a los que se habia sometido a Barcelona bloqueandola por tierra y centrando a lo mejor de sus tropas en la conquista de la fortaleza de Montjuich desde la cual una vez tomada obligar a la rendicion de la ciudad 97 Paralelamente varios de los que habian abandonado Barcelona tanto butifleros como antiguos austracistas empezaron a concentrarse en Mataro Desde alli empezaron una campana de propaganda intentando desacreditar a la faccion radical denunciando tanto las irregularidades de la Junta de Brazos como poniendo en evidencia el absoluto silencio de Carlos de Austria el rey bajo la supuesta jurisdiccion del cual afirmaban luchar tachandoles por tanto de rebeldes al legitimo y unico monarca de Espana Felipe V 98 Pero la oposicion a los radicales no se organizaba solo fuera de las murallas de Barcelona En el interior de la ciudad las tensiones empezaron a arreciar contra el conseller en Cap de Barcelona de 1712 1713 Manuel Flix y Ferrero declarado partidario de la sumision 99 Este habia permanecido en el cargo y hacia todo lo posible para evitar que los dislates de los radicales afectaran a los civiles solicito a Villarroel que ordenara a los miquelets salir fuera de Barcelona consiguio evitar varias ejecuciones entre ellas la de un familiar del noble Francisco de Castellvi y restablecio el orden publico Asimismo alegando que la ciudad estaba sometida a un bloqueo militar el conseller en Cap Manuel Flix formo la Junta de los 24 de ambito municipal desde la cual bloqueaba veladamente los desmanes de la Junta de los 36 y de los nuevos diputados de la Generalidad esperando que al fin todo acabara en una negociacion con el menor derramamiento de sangre Junta Superior de los 36 Comision reducida de la Junta de los 36 Eclesiasticos Aristocracia CiudadanosArcidiano de Andorra Baron de Almenara Felix Teixidor y SastreGeneral ComandanteAntonio de VillarroelLos radicales de la Junta de los 36 hartos ante el obstruccionismo del conseller en Cap de Barcelona Manuel Flix le presentaron una protesta formal lease documento integro y las disensiones llegaron a tal extremo que el general comandante Villarroel denuncio que el ataque mas fuerte no puede hacernos nunca tanto dano como la disparidad de consejos desunion de voluntades malintroduccion de discordias de las Juntas y mal metodo de gobernarse 100 Pero ni el propio Villarroel quedo al margen de los conflictos internos y especialmente grave fue el que le enfrento contra Manuel de Ferrer y Sitges quien criticaba constantemente la estrategia conservadora del castellano Antonio de Villarroel Este amenazo con tomar una resolucion conveniente a mi decoro si no se destituia a Manuel de Ferrer y Sitges pero los diputados de la Generalidad lo rechazaron y finalmente se resolvio que para evitar mas enfrentamientos a partir de entonces Villarroel no trataria en pleno con toda la Junta de los 36 sino solo con una comision reducida Dicha comision reducida fue llamada Junta Superior de los 36 y ante ella debia consultar y comunicar previamente todas sus decisiones militares constituyendola el eclesiastico arcidiano de Andorra el aristocrata baron de Almenara y el ciudadano Felix Teixidor y Sastre 101 Aunque los radicales habian conseguido su principal objetivo evitar que Cataluna se sometiera y ahora dominaban tambien en la Generalidad la situacion no dejaba de ser desesperada Todo el Principado ya habia rendido obediencia a Felipe V y la rebelion se reducia solamente a la ciudad de Barcelona y tres aisladas fortalezas el Castillo de Cardona el Castillo de Hostalrich y El Castell de Ciutat Entonces la Junta de los 36 abandero el lanzamiento de una expedicion militar que saliendo de Barcelona bajo el mando del general Rafael Nebot y uno de los nuevos diputados de la Generalidad debia enlazar con las fortalezas resistentes y reclutar a cuantas tropas de voluntarios pudieran La operacion deberia completarse con el retorno de la expedicion a Barcelona donde asaltarian por la espalda a las tropas borbonicas mientras que desde el interior de la ciudad saldrian en masa las tropas de Villarroel asestando asi un golpe definitivo al ejercito de Felipe V 102 Pero en realidad la campana militar resulto en un completo desastre No atacaron Mataro donde se hallaban los almacenes borbonicos con sus vitales suministros tampoco consiguieron evitar ni la caida del Castillo de Hostalrich ni la del Castell de Ciutat que se rindieron a las tropas borbonicas 103 Perdieron los mas de 600 caballos que el ejercito austriaco habia vendido a los Tres Comunes de Cataluna con lo que irremisiblemente se desvanecio cualquier posibilidad de obtener el control territorial de Cataluna frente a la caballeria borbonica 104 Y para culmen de dislates cuando en octubre de 1713 la expedicion regreso a Barcelona los comandantes militares dejaron abandonados en las cercanias de la ciudad a los mas de 4 000 voluntarios que les habian seguido El estrepitoso fracaso de la expedicion hundio en el descredito a la Junta de los 36 y dejo en crisis a los nuevos diputados de la Generalidad 105 La operacion Dalmases Editar En ese contexto el conseller en Cap de Barcelona Manuel Flix y Ferrero intento una operacion para forzar una salida negociada al conflicto de comun acuerdo con el embajador catalan en Londres el marques de Vilallonga Pablo Ignacio Dalmases 106 Este nada mas llegar a Inglaterra durante la negociacion del Tratado de Utrecht habia presionado a los militares ingleses James Stanhope y Peterborough hasta conseguir una audiencia con la reina Ana aunque de ello no obtuvo resultado alguno 107 Continuo insistiendo hasta conseguir reunirse con el mismisimo secretario de estado Henry Bolingbroke a quien expuso las ventajas de erigir a Cataluna en una republica independiente interpuesta entre las monarquias de Francia y Espana lo que les permitiria asimismo cumplir con el Pacto de Genova 108 pero Bolingbroke lo rechazo senalando que el dicho Pacto de Genova carecia de validez legal alguna porque no habia sido refrendado por el Parlamento britanico Totalmente desenganado de los britanicos el embajador Dalmases habia desaconsejado a los Tres Comunes de Cataluna que declararan la continuacion de la guerra e incluso tras la proclamacion su propio padre fue de los que abandono Barcelona para refugiarse en Mataro Ante el rumbo que estaban tomando los acontecimientos el embajador Dalmases aprovechando sus buenos contactos en las cortes de Madrid y de Paris contando con el respaldo del conseller en Cap Manuel Flix y Ferrero y convencido de que quedando esclavos los catalanes y arruinada Cataluna habremos con nuestras desdichas y ruinas fabricado el beneficio de los alemanes ingleses holandeses y portugueses 109 abandono Londres con la intencion de llegar a Paris donde pretendia negociar con Luis XIV de Francia la sumision de Cataluna acabando ya con aquel inutil derramamiento de sangre 110 Las autoridades borbonicas estaban al corriente de todo el plan pues Pablo Dalmases padre del embajador entrego al general borbonico duque de Populi la carta en la que su hijo le detallaba los pormenores de la operacion Este hecho fue interpretado por el historiador Salvador Sanpere y Miquel Fin de la Nacion Catalana 1905 como una traicion del padre a su hijo embajador 111 pero la historiadora Amelia Castan El oscilante posicionamiento politico de Pablo Ignacio Dalmases 2005 senala que el hecho de que la carta estuviera lacrada con un sello falso posibilitando asi que cualquiera que la tuviera en sus manos la pudiera leer que no fuera enviada a traves del habitual conducto secreto sino precisamente a traves del servicio diplomatico frances y el que fuera enviada a su padre residente en Mataro donde justamente se hallaba el general borbonico duque de Populi no dejan lugar a dudas de que el embajador Dalmases pretendia anticipar a ambas cortes borbonicas cual era su plan 112 Paralelamente y tras cuatro meses de aislada resistencia llego a Barcelona la primera noticia favorable para los radicales En un gesto que interpretaron como un cambio en su estrategia el emperador Carlos de Austria envio como comisionado secreto a la ciudad a su secretario regio Juan Francisco de Verneda 113 quien a su vez era cunado del primer ministro de Carlos de Austria el catalan Ramon de Vilana Perlas El comisionado secreto traia consigo instrucciones de como aprovisionar Barcelona desde Mallorca y Napoles de como financiar las compras y los embarcos mediante los bancos de la neutral Republica de Genova y tambien traia cartas para el general Villarroel aunque no la patente oficial que habia pedido 114 Villarroel sintiendose refrendado como general al servicio del emperador Carlos de Austria y no como le acusaban los borbonicos de ser el caudillo militar de una rebelion organizada por los Tres Comunes de Cataluna exigio la absoluta supremacia sobre el ejercito catalan un ejercito que el interpretaba como un cuerpo del ejercito imperial pero una interpretacion que ni los Tres Comunes de Cataluna ni el ejercito borbonico ni el propio Carlos de Austria jamas llegarian a aceptar 87 El comisionado secreto austriaco Juan Francisco de Verneda fue agregado a la Junta Superior de los 36 donde informaria de las ordenes e informaciones secretas provinientes de Viena 115 y tambien se le agregaron el conseller en Cap de Barcelona y el marques de Barbera como representante del Brazo militar de Cataluna Dicha junta paso a ser llamada Junta Superior y Secreta convirtiendose en el organo decisorio que dirigia la rebelion 116 117 Los radicales toman el poder Rafael Casanova conseller en Cap Editar Rafael Casanova conseller en Cap coronel y gobernador Firma realizada el 10 de agosto de 1714 118 Las disensiones entre los radicales de la Junta de los 36 y el conseller en Cap Manuel Flix al frente de la Junta de los 24 generaron una enorme tension politica en el interior de Barcelona 119 Carlos de Austria les habia enviado un comisionado secreto pero ni habia reconocido publicamente a aquel gobierno de la Junta de los 36 ni mucho menos aceptado la continuacion de la guerra que los Tres Comunes de Cataluna habia proclamado contra Felipe V hecho que vulneraria flagrante el Armisticio del Hospitalet Ademas el desastroso fracaso de la expedicion militar habia dado al traste con los planes de los radicales desvaneciendose la oportunidad de golpear al ejercito borbonico en su momento de maxima debilidad y dilapidandose los ingentes recursos economicos que tanto habia costado recaudar Desacreditados politicamente sin ser reconocidos por parte de Carlos de Austria y sin capacidad militar ofensiva la rebelion estaba a un paso del fracaso mientras que en La Haya el embajador Dalmases aguardaba la ultima autorizacion para ir a Paris a negociar la sumision de Cataluna El momento decisivo se acercaba pues en diciembre de 1713 expiraba el mandato de seis meses que se habia concedido a la Junta de los 36 debiendo disolverse de inmediato En cambio un poco antes a finales de noviembre finalizaba tambien el mandato anual de los consellers de Barcelona de 1712 1713 encabezados por Manuel Flix y Ferrero partidario de negociar la sumision con Felipe V Ante la proximidad de la fecha para renovar el consistorio municipal el Consejo de los 100 de Barcelona acabo fallando salomonicamente que a pesar del estado de guerra si procedia elegir nuevos consellers de Barcelona pero se mantendria la composicion de la Junta de los 24 nombrada por el conseller en Cap saliente Manuel Flix y Ferrero 120 Siguiendo el tradicional ritual marcado durante siglos el 30 de noviembre de 1713 121 se realizo el sorteo de los nuevos seis magistrados municipales para el periodo de 1713 1714 resultando Rafael Casanova extraido para conseller en Cap de Barcelona la maxima autoridad politica y militar de la ciudad El cargo llevaba anadido el titulo de gobernador militar de la plaza y el mando de la milicia ciudadana la Coronela de Barcelona que era el componente mas numeroso de la guarnicion y que tributaba obediencia unica y personal al conseller en Cap Historiadores como Salvador Sanpere y Miquel 1905 han especulado con la posibilidad de que la extraccion de Rafael Casanova no fuera para nada aleatoria sentenciando Siempre inteligentes y patrioticas las bolsas insaculatorias 122 Alternativamente su biografo Carlos Serret y Bernus senala que no existe prueba documental alguna que pueda demostrar fehacientemente si existio amano o no en el sorteo 123 no obstante apunta debe tenerse en consideracion que Rafael Casanova era para entonces el unico de entre los posibles candidatos con la experiencia de haber gobernado la ciudad durante un asedio militar pues durante el sitio borbonico de Barcelona de 1706 habian gobernado Barcelona con mano dura hasta que finalmente la armada inglesa aparecio salvadora en el horizonte provocando la huida de Felipe V y sus tropas otra de sus ventajas era que Rafael Casanova gozaba de buena ascendencia con el emperador Carlos de Austria quien le habia tributado homenaje en repetidas ocasiones 124 Tambien su otro biografo Ramon Tarter y Fonts coincide en que no hay prueba documental alguna que demuestre si existio amano o no en el sorteo pero que debe tenerse en cuenta que Manuel Flix y Ferrero el conseller en Cap que finalizaba su mandato se habia ganado el afecto de los barceloneses al anteponer la proteccion de los civiles frente a los delirios de los radicales Estos necesitaban situar al frente de Barcelona a un Ciudadano Honrado que gozara de prestigio y reputacion entre la poblacion y que a la vez fuera un procer capaz de gobernarla hasta si era necesario la ultima extremidad De todo ello Rafael Casanova habia dado muestras suficientes durante el sitio de 1706 con lo cual concluye su biografo los radicales habria acordado su nombramiento solicitandole que aceptara la responsabilidad de ponerse al frente del principal bastion de la rebelion otro indicio de amano en el sorteo seria segun el biografo que para el cargo de conseller segundo el que tenia por cometido proveer de los vitales suministros a la ciudad salio elegido precisamente el mercader Salvador Feliu de la Pena el que mas capitales tenia ya comprometidos con la rebelion y al unisono miembro tambien de la Junta de los 36 Egloga propagandistica destinada al pueblo llano que en forma de pieza teatral dialogada argumentaba la justicia de la rebelion El nuevo gobierno de Rafael Casanova marco un cambio total con el anterior de Manuel Flix y Ferrero 125 Si hasta entonces Antonio de Villarroel habia gozado de plena autonomia militar como general comandante del ejercito y habia planteado una estrategia defensiva que buscaba ganar tiempo con el menor derramamiento de sangre el nuevo conseller en Cap Rafael Casanova le exigio que inmediatamente ordenara lanzar ataques continuos cada noche contra el cordon de bloqueo para desgastar a las tropas borbonicas accediendo a ello el general comandante 126 A los pocos dias se desato un nuevo conflicto por la supremacia militar ante la negativa del gobernador de Montjuich a obedecer las ordenes del conseller en Cap de Barcelona alegando que el como militar solo debia obedecer al general comandante del ejercito Villarroel Rafael Casanova ordeno que el coronel Pablo Tohar gobernador de la fortaleza fuera arrestado y encarcelado mandando asi mismo ordenes a todos los portales de la ciudad que no debian ejecutar orden militar alguna que no hubiera sido expedida por el en persona 127 El enfrentamiento entre el gobierno de Rafael Casanova y el general comandante militar Villarroel era ya total finalmente el Consejo de los 100 reunido en plenario fallo salomonicamente resolviendo que efectivamente Rafael Casanova era el gobernador de la plaza y armas de Barcelona y tambien de la fortaleza de Montjuich mas se aceptaba que las atribuciones de gobernador de Montjuich habian sido delegadas en el general comandante debiendo este rendir cuentas ante el conseller en Cap Rafael Casanova 128 El gran levantamiento y extension de los combates por el interior Editar El siguiente paso fue poner en orden al servicio diplomatico y acabar con la operacion del embajador Dalmases El consistorio municipal informo a los embajadores del cambio de gobierno mientras que el propio Rafael Casanova escribio una durisima carta al embajador Dalmases retirandole toda atribucion diplomatica e inquiriendole a que en quince dias se presentara en Barcelona para rendir cuentas de lo que habia obrado El embajador Dalmases acongojado no responderia hasta el 2 de febrero pidiendo disculpas y rindiendo obediencia al nuevo conseller en Cap Rafael Casanova lease la carta integra no sin antes haber conseguido que intercediera por el Ramon de Vilana Perlas el primer ministro de Carlos de Austria quien le habia concedido nuevos poderes en nombre de Carlos de Austria 129 Habiendo afianzado su supremacia politica en Barcelona abortado cualquier tentativa diplomatica de negociar la sumision y habiendo puesto en vara al estado mayor del ejercito el gobierno de Rafael Casanova se centro en pasar a la ofensiva 104 Por mar organizo la escuadra maritima decretando las ordenanzas militares que debian regirla y nombrando a Miguel Vaquer comandante supremo quien estaba a los ordenes no de Villarroel sino de los consellers de Barcelona y por tierra organizo otra expedicion al frente exterior Tras el desastre de la primera expedicion al mando del general Nebot ahora a finales de diciembre de 1713 el nuevo conseller en Cap ordeno al marques del Poal 130 que organizara otra expedicion con el cometido de propagar la rebelion por todo el interior de Cataluna Despertara a Cataluna estableciera zonas de resistencia tomando como cuartel general la Fortaleza de Cardona y hostilizara las rutas de aprovisionamiento que suministraban a las tropas que bloqueaban Barcelona provocando asi que estas tuvieran que desviar efectivos del cordon de bloqueo que asfixiaba la ciudad 131 La operacion estaba seriamente comprometido por la falta de caballos pero acabo resultando en un exito del gobierno de Rafael Casanova al estallar una sublevacion general a principios de enero de 1714 132 El motivo del gran levantamiento no fue otro que el cobro de las quincenadas un impuesto de guerra 133 que habia ordenado el intendente del ejercito borbonico Jose Patino y Rosales al recibir este ordenes del ministro Juan Orry de recaudar a cualquier precio impuestos en Cataluna para evitar la inminente bancarrota que amenazaba las arcas de Felipe V 134 Heroicas hazanas nuestros Antepasados sangre gloriosamente vertida heroica empresa sacrificar las vidas resolucion de la defensa Gloria Proteccion Divina libertar al pais de la tirania Justicia de la Causa Leyes y Privilegios Renombre de nuestra Nacion Lealtad y Honor Razon de la Libertad Fidelisimo Principado de Cataluna Propaganda de los consellers de Barcelona 135 Que el rey decretara impuestos en Cataluna suponia una gravisima vulneracion de las Constituciones catalanas pues estas consagraban que dicha potestad solo la podian ejercer las Cortes de Cataluna no el rey Ante la evidencia de ser falsa la promesa de que Felipe V iba a respetar sus constituciones la payesia catalana estallo en San Martin Sarroca y el levantamiento se propago por toda la ruralia del interior la llamada al somaten al grito de Via fora lladres Fuera ladrones 136 fue seguida en multitud de villas generalizandose los asesinatos a las pequenas guarniciones alli destacadas asi como las emboscadas contra los destacamentos borbonicos que protegian a los recaudadores del impuesto El historiador borbonico Vicente Bacallar no dudo en acusar al ministro Orry de haber provocado tamano desastre senalando que Juan Orry gravo cuanto le fue posible con nunca vistos impuestos el Principado 137 Popoli tuvo que retirar cerca de 10 000 hombres del bloqueo de Barcelona para sofocar el levantamiento y recuperar el control de Cataluna 130 A la par el gobierno de Casanova logro convencer al general Jose Moragues para que volviera a coger las armas e intentase la reconquista de la Fortaleza de Castellciutat que el mismo habia rendido meses antes 104 mientras que desde la Fortaleza de Cardona el cuerpo del ejercito catalan a las ordenes del marques del Poal salio a campo abierto planteando batalla en Arbucias 138 Todo un regimiento de infanteria borbonica el Regimiento de Leon acabo capitulando y entregandose prisioneros La columna de mas de doscientos hombres presos y desarmados era conducida cautiva a la Fortaleza de Cardona pero en el camino al llegar a un collado fueron masacrados y exterminados 139 Misma suerte corrieron los hombres del Regimiento de Burgos cuyos cuerpos acabaron sepultados en una gran fosa comun en el Llusanes A pesar de ello a finales de mes y habiendo dejado tras de si un reguero de villas en llamas masias saqueadas y civiles ahorcados los destacamentos borbonicos al mando del mariscal de campo Jose Carrillo de Albornoz el general Feliciano Bracamonte el brigadier Diego Gonzalez y el brigadier Jose Vallejo consiguieron aplastar el levantamiento 139 aunque la inseguridad en la retaguardia borbonica continuo drenando efectivos para asegurar el control de la Cataluna interior reduciendose criticamente los efectivos destinados al bloqueo de la capital 140 De ello fue testimonio el notario Alejo Claramunt partidario de Felipe V que habia huido de Barcelona en julio de 1713 para esconderse en casa de unos parientes suyos en la villa de Samalus descubierto por dos eclesiasticos que le amenazaron de muerte tras dirme butifler traydor 141 huyo nuevamente y se escondio en Granollers detallando los desastres que presenciaba en la Cataluna interior no han sucedido sino robos incendios de muchisimas poblaciones y villas de gran circunstancia saqueos muertos colgados por los arboles y degollamientos lamentandose en su diario personal de la la gran ceguera que es esta tragedia 142 Madrid Londres Utrecht y Barcelona Editar Tratado de asiento de negros firmado en Madrid el 26 de marzo de 1713 143 Paralelamente en Londres se habia disuelto el parlamento el 8 de agosto de 1713 El partido tory se presento a las nuevas elecciones como el Partido de la Paz usando el Tratado de Utrecht publicado el 13 de julio como gran reclamo electoral Las comicios celebrados durante los meses de agosto setiembre y octubre de 1713 arrojaron una abrumadora mayoria para los tories mayor incluso que la 1710 recogiendo en los condados electorales de Inglaterra y Gales hasta 354 representantes contra los 148 conseguidos por el partido whig Pero la aplastante victoria no sirvio para mitigar las luchas intestinas dentro del partido tory dividido tanto por la sucesion de la reina Ana de Gran Bretana no tenia hijos entre la faccion hannoveriana y la faccion jacobita como por las rencillas personales entre el Lord Tesorero Robert Harley y secretario de estado Henry Bolingbroke ambos aspirantes a liderar el nuevo gobierno 144 El 9 de setiembre de 1713 el diplomatico espanol en Londres Patricio Laules se reunio con Bolingbroke exponiendole las dificultades para firmar el Tratado de comercio entre Espana y Gran Bretana Tras la victoria electoral a Bolingbroke le urgia presentarse con el tratado firmado ante los mercaderes de la Camara de los comunes antes de que esta se abriera al mes siguiente el 12 de noviembre de 1713 145 a lo que el diplomatico espanol respondio recordandole que Gran Bretana era garante de aplicacion del Convenio para la evacuacion de Cataluna pero que Carlos de Austria estaba amparando veladamente la rebelion de Cataluna Asi mismo le senalo las dificultades que para el comercio representaban los ataques piratas de los rebeldes catalanes y mallorquines advirtiendole que si no acababan con su rebelion podrian aliarse con los argelinos y otros moros hostilizando con su pirateria todo el comercio mediterraneo 146 dado lo cual seria conveniente que la armada britanica pasara al mediterraneo para reducir a Barcelona y Mallorca a la obediencia de Felipe V 147 El 5 de noviembre en Utrecht el negociador britanico John Bristol consiguio in extremis que los negociadores espanoles el marques de Monteleon y el duque de Osuna firmaran un preacuerdo de tratado aunque llegado el 12 de noviembre Bolingbroke consiguio un aplazamiento para la constitucion del parlamento britanico 148 El 24 de noviembre en Londres tras reunirse nuevamente con el diplomatico espanol Patricio Laules Bolingbroke acordo enviar a Utrecht a Manases Guilligan su hombre de confianza en la Compania de los Mares del Sur para que resolviera ya el tratado de comercio 149 El Tratado de comercio entre Espana y Gran Bretana amplio las prevendas comerciales a los britanicos 150 Guilligan llego a Utrecht el 2 de diciembre y tras varias reuniones se llego a un consenso 151 Cuando todo parecia resuelto el 7 de diciembre de 1713 el marques de Monteleon y el duque de Osuna recibieron una Real Orden de Madrid que les obligaba a enviar el documento a Felipe V antes de firmarlo Guilligan y Bristol montaron en colera recordando que a Bolingbroke le urgia presentar el tratado antes de que se constituyera el parlamento britanico ante la exasperacion britanica Monteleon y Osuna acabaron por ceder y el 9 de diciembre de 1713 se firmo el Tratado de comercio entre Espana y Gran Bretana aunque los embajadores espanoles incluyeron una clausula en la que se especificaba que el tratado quedaria sin efecto alguno si Felipe V no lo aprobaba 152 El 22 de diciembre el enviado espanol en Londres Patricio Laules informo a la corte de Madrid tras reunirse nuevamente con Bolingbroke que la reina Ana habia ordenado a la escuadra britanica pasar al mediterraneo aunque precisaba a lo que yo creo no se movera hasta tanto que el tratado de Comercio no se haya terminado 153 asi mismo detallaba que Bolingbroke habia nombrado al ministro Bingley como nuevo embajador en Madrid y al almirante James Wishart para comandar la flota del Mediterraneo 154 El ministro Bingley y el almirante Wishart son dos de los tories mas grandes de Inglaterra que pondran las instrucciones en la practica con todo vigor El recurso que hemos convenido es que cuando la escuadra aparezca delante de Barcelona les preguntara a favor de quien los catalanes y mallorquines hacen la guerra si responden que es a favor del archiduque Carlos de Austria sera una infraccion del Tratado de Evacuacion del que Su Majestad Britanica es garante de aplicacion con lo entonces la escuadra les bloqueara y les atacara por mar junto a las tropas del rey Felipe V si al contrario dicen que es para defender sus Privilegios les atacaran por piratas ya que solo tienen derecho a hacer la guerra en calidad de subditos del rey Felipe V o del archiduque Carlos de Austria Asi pues sea cual sea la razon que aleguen seran atacados 155 El 21 de enero de 1714 Felipe V ratifico el tratado de comercio la reina Ana de Gran Bretana hizo lo mismo el 7 de febrero el parlamento britanico se constituyo el 16 de febrero y el almirante Wishart recibio las instrucciones militares para dirigirse contra Mallorca y Barcelona el 28 de febrero de 1714 156 La Junta de los 24 de Barcelona Editar Junta de los 24 Junta de gobierno de Barcelona Junta 9 ª Junta de Guerra Junta 8 ª Junta de Provisiones Junta 7 ª Junta de Medios Preside Conseller en CapRafael Casanova Conseller segundoSalvador Feliu Conseller terceroRamon Sans2º Manuel de Ferrer y Sitges Juan Pablo Llorens Felix Teixidor3º Cristobal Lledo Francisco Mascaro Francisco Argemir4º Baron de Almenara Juan Francisco Comellas Francisco Monnar5º Conde de Rodona Mariano Duran Conde de San Martin6º Conde de Claramunt Jose Antonio Roig Jose Duran7º Baron de la Manresana Jose Besora Juan Albareda8º Marques de San Martin Juan Llinas9º Manuel Flix y FerreroTras dos meses en el cargo el nuevo gobierno de Rafael Casanova habia conseguido subvertir totalmente la situacion de la guerra pero a finales de febrero de 1714 tuvo que hacer frente a un intento de golpe de estado perpetrado por inspector general del ejercito Ramon de Rodolat 157 Este pretendia derrocar al ejecutivo de Casanova con la colaboracion de los oficiales de la propia Coronela de Barcelona Pero estos alertaron del complot y aquel fue detenido antes de que pudiera llevarlo a cabo 158 Fue destituido y nombrado nuevo inspector general del ejercito el radical vizconde de Oliver La respuesta no se hizo esperar y en 26 de febrero la Generalidad de Cataluna cedia todas sus competencias militares a los Consellers de Barcelona Este proceso es lo que el historiador Salvador Sanpere y Miquel 1905 llamo golpe de estado concejil interpretando que los Consellers habian realizado un contragolpe de estado contra la Generalidad de Cataluna El historiador Marti y Fraga 2010 ha refutado dicha interpretacion aseverando que la interpretacion de Sanpere se basa en la impresion que de dichos sucesos tuvo el coetaneo Francisco de Castellvi quien no tuvo acceso a los dietarios ni de la Generalidad ni del Consejo de los 100 de Barcelona del estudio de los cuales se desprende que dicho golpe de estado no tuvo lugar sino que fueron los propios diputados de la Generalidad de Cataluna los radicales Francisco de Perpina y Antonio Grases y Des los que resolvieron que para evitar cualquier otra tentativa debian concentrar todo el poder y autoridad en los consellers de Barcelona 159 Sea como fuere entre el 26 y el 27 de febrero de 1714 se rompio el pacto con los moderados y la Junta de los 24 de Barcelona fue renovada completamente siendo purgados de ella la mayoria de moderados a cambio de incorporar al anterior conseller en Cap Manuel Flix y Ferrero las vacantes fueron cubiertas por radicales que anteriormente habian formado parte de la Junta de los 36 disuelta en enero de 1714 al expirar su mandato de seis meses 160 Estructuracion politica de los Tres Comunes de Cataluna y las juntas de gobierno entre julio de 1713 y septiembre de 1714 La nueva Junta de los 24 se dividio en tres subjuntas la Junta de Medios presidida por el conseller tercero Ramon Sans y encargada de conseguir recursos economicos mediante el secuestro de butifleros e incautacion de sus bienes la Junta de Provisiones presidida por el conseller segundo Feliu de la Pena y con el cometido de proveer a la ciudad de la que formaban parte los poderosos mercaderes Jose Antoni Roig Francisco Mascaro y Juan Francisco Comellas y finalmente la Junta de Guerra constituida por 9 miembros entre los cuales el conde de Claramunt el conde de Rodona el marques de San Martin o el inefable Manuel de Ferrer y Sitges 161 Dicha Junta de Guerra o Junta 9 ª estaba presidida por conseller en Cap de Barcelona Rafael Casanova quien paso a dirigir todas las operaciones militares en el Principado tras recibir las competencias transferidas por los diputados de la Generalidad de Cataluna En cambio la Junta Superior y Secreta donde se resolvian las decisiones estrategicas principales y se recibian las noticias secretas enviadas por las cortes europeas se mantuvo tal y como estaba dado que en ella ya concurrian el conseller en Cap Rafael Casanova el baron de Almenara Felix Teixidor y Sastre miembros tambien de la Junta de los 24 el arcidiano de Andorra Jose Asprer y Arena el marques de Barbera del Brazo militar de Cataluna y el comisionado secreto austriaco Francisco Verneda 162 163 164 Asi se culmino el proceso mediante el cual los radicales asumieron todo el poder politico desbancando a los moderados y el conseller en Cap de Barcelona el alcalde de Barcelona se convirtio en el maximo mandatario politico y militar de Cataluna 165 A partir de ese momento todos los comandantes militares que luchaban fuera de Barcelona el marques del Poal el general Jose Moragues el sanguinario coronel de miquelets Armengol Amill el coronel Busquets el coronel Vilar y Ferrer el coronel Pedro Brichfeus el coronel Antonio Vidal etc pasaron a obedecer no al general comandante Villarroel sino a los Consellers de Barcelona con Rafael Casanova al frente de la Junta 9 ª de Guerra 166 Confianza en la victoria Editar Para febrero de 1714 la situacion en el frente militar se habia tornado critica para Felipe V Su ejercito se habia visto obligado a pasar el duro invierno de 1713 1714 en improvisadas barracas soportando frio y lluvia frente a las murallas de Barcelona Las tropas agazapadas en el cordon de bloqueo quedaban expuestas a los miquelets a quien Villarroel habia ordenado salir de Barcelona y apostarse en su campo circundante 167 concediendoles libre licencia para asaltar indiscriminadamente el cordon de bloqueo de donde debian aprovisionarse y donde causaban el terror con sus ataques nocturnos 168 Agotadas las arcas de Felipe V el intento de cobrar impuestos en Cataluna solo habia provocado un gran levantamiento de la payesia en el interior que habia reducido aun mas el contingente que bloqueaba a Barcelona e instalado la inseguridad en la retaguardia debilitado las rutas de los convoyes de suministros El nerviosismo se apodero de la corte de Madrid donde no se entendia como transcurridos ya siete meses el duque de Popoli no habia conseguido avance alguno 169 El duque respondio iracundo a la corte recordando que durante todo el invierno solo habian comido pan y cebada que las tropas no habian cobrado desde junio y que tras el invierno presentaban un estado deplorable muchos vestidos solo con harapos y sin zapatos siendo universal la desnudez en que se halla asi la infanteria como la caballeria Ante tal panorama las deserciones estaban aumentando siendo cada vez mas los que intentaban escapar hacia el interior de Barcelona con el grave riesgo de que su ejercito acabara desintegrandose en un desbandada general 170 En realidad las cuatro galeras de la debil armada espanola jamas habian conseguido bloquear completamente el puerto donde periodicamente entraban pequenas naves que alimentaban a la ciudad con suministros armas y municiones procedentes del reino de Mallorca y del reino de Cerdena territorios controlados por el emperador Carlos de Austria 131 Este ya habia iniciado las negociaciones de paz con Luis XIV lo que llevo a la Junta Superior y a la Junta de los 24 que gobernaba Barcelona a cegarse con la esperanza de que un inminente tratado de paz con Francia provocaria la retirada de las tropas francesas y la inevitable derrota de Felipe V en su intento por dominar Cataluna 171 En cambio entre los barceloneses el descontento habia aumentado al haberse deteriorado la calidad del pan haberse multiplicado los precios y extenderse la carestia de pertrechos una situacion que golpeaba mas crudamente a los pobres viudas y huerfanos de los muertos en combate Finalmente el conseller en Cap de Barcelona Rafael Casanova acabo estallando y acuso al conseller segundo Salvador Feliu de la Pena de incompetente 172 y al resto de mercaderes de su confianza de haber formado un monipodio para lucrarse con ilicitas ganancias a expensas de la ciudad 173 Rafael Casanova ordeno fijar por decreto los precios de todos los suministros basicos y destituyo a varios de los hombres de confianza de Feliu de la Pena Su coetaneo Francisco de Castellvi describio a Rafael Casanova de la siguiente manera Era el Conseller celante en el servicio pero ardiente en la explicacion 174 Los mercaderes protestaron recordando que en cada convoy de suministros ponian en juego toda su fortuna personal que ellos estaban alimentando a toda una ciudad rodeada por tierra y bloqueada por mar y que tan arriesgada empresa politica se mantenia solo gracias a sus capitales Ello no sirvio para detener el decreto y tras la acusacion de pretender enriquecerse a costas de la ciudad los mercaderes se convirtieron en acerrimos detractores de Casanova Estos contratacaron lanzando una campana de difamacion en su contra haciendo correr la voz que habia puesto a su mujer a salvo fuera de Barcelona y que sus dos hijos habian recibido empleo en el ejercito borbonico 167 Francisco de Castellvi constato que la mentira fue repetida tantas veces que lo hubieran asegurado diez mil testigos Pero la verdad era que Casanova era viudo su mujer habia fallecido nueve anos atras y que su unico hijo de 13 anos servia de cadete voluntario con las tropas del marques del Poal 171 El enfrentamiento con los mercaderes dividio la Junta de los 24 Aunque Casanova contaba con el apoyo de Manuel de Ferrer y Sitges y el resto de la aristocracia su autoridad se fundamentaba en la reputacion lograda tras el sitio borbonico de 1706 pero difamado por los mercaderes y ante el creciente descontento social tuvo que apoyarse cada vez mas en beatos religiosos para reforzar su autoridad Tratado de Rastatt la estrategia quebrada Editar Articulo principal Tratado de Rastatt La Paz de Utrecht habia postergado la solucion del Caso de los Catalanes para un tratado posterior un tratado en el que tenian puestas todas sus esperanzas los rebeldes Por su parte Carlos de Austria habia ido postergando las conversaciones de paz esperanzado en que las elecciones britanicas supondrian un giro de la politica exterior britanica Pero en octubre de 1713 la aplastante victoria electoral del partido tory evidencio que el fin de la guerra ya habia quedado sentenciado En diciembre de 1713 Austria y Francia iniciaron las negociaciones de paz en Rastatt 175 aunque nada mas comenzar el representante frances advirtio a los austriacos de la necesidad de desistir de sus pretensiones por lo que mira a Cathaluna 176 Los austriacos continuaron presionando pero los franceses respondieron que esto depende unicamente de la voluntad del duque de Anjou Felipe V 177 cuya cerrazon sobre Cataluna era absoluta Ante las presiones de su abuelo Felipe V formulo una contrapropuesta accederia a la peticion de los austriacos si estos accedian a entregar la provincia holandesa de Limburg a la Princesa de los Ursinos la dama de compania de la mujer de Felipe V una propuesta que los holandeses jamas llegarian a aceptar 178 El negociador austriaco informo al primer ministro Ramon de Vilana Perlas de que no cejo de trabajar cuanto me es posible a favor y en beneficio de la constante Nacion Catalana pero que es un puente muy dificil de arreglar 179 Ante el bloqueo los austriacos cedieron y presentaron a los franceses una nueva propuesta se reconocia el dominio de Felipe V sobre Cataluna pero este debia restituir sus Constituciones tal y como estaban en 1700 justo antes de que se iniciara la guerra sucesoria por la muerte de Carlos II 180 Entonces Luis XIV presiono a su nieto para que accediera a la restitucion pero este le respondio que no es por ningun principio de odio ni por ningun motivo de venganza que he rehusado siempre esta restitucion sino porque seria disminuir mi Autoridad y exponerme a continuas revoluciones 181 Luis XIV volvio a insistir para que su nieto se mostrara mas flexible pero este le respondio exponiendole cuales son mis motivos para castigar a los catalanes por su infidelidad El resultado de las consideraciones que yo pudiera tener en esto no servirian mas que para aumentar su mala disposicion pues es cierto que todo lo que este pueblo ha obligado a sus soberanos a concederles por su revolucion no ha servido mas que para disponerlos a nuevas rebeliones siempre que han hallado la ocasion 182 Ante un callejon sin salida entre las presiones de Carlos de Austria y la cerrazon de Felipe V el negociador austriaco y el frances el Principe de Saboya y el Duque de Villars decidieron abandonar la mesa de negociacion el 6 de febrero de 1714 183 La decision de ambos diplomaticos pretendia presionar a ambas cortes pues tanto Francia como Austria necesitaban traer la paz a sus territorios Pasadas tres semanas el 27 de febrero se reanudaron las conversaciones de paz fijando una solucion de compromiso Felipe V quedaba excluido del tratado 184 El 6 de marzo se acordo el tratado y a la manana siguiente se rubrico Francia reconocia a Austria el dominio sobre el Flandes espanol aumentados con Tournai Ypres Menin y Furnes y los reinos espanoles de Italia reino de Napoles reino de Cerdena ducado de Milan y los estados de Toscana 184 mientras que Francia conservaba Landau Estrasburgo y Alsacia pero entregaba a Austria las ciudades de Brisach Kehl y Friburgo Asi mismo a Carlos de Austria se le reconocian formalmente los titulos de monarca de Espana una concesion formal que aunque no resolvia en manera alguna el Caso de los Catalanes saco de quicio al joven rey de 26 anos Felipe V 184 Dias despues el 19 de marzo Luis XIV trato de tranquilizar a su nieto recordandole que el mismo usaba tambien los titulos de archiduque de Austria y conde del Tirol sin tener dominio alguno sobre dichos territorios 185 y mas importante aun le anunciaba que estaban a punto de llegar a Barcelona 4 brigadas de ingenieros al mando de Dupuy Vauban y que habia ordenado la movilizacion de 15 batallones de infanteria mas para si era necesario iniciar un verdadero asedio militar contra Barcelona aunque le confiaba que no creo que aguarden a tal extremo ni difieran someterse por mas tiempo tan pronto se enteren de la conclusion del ultimo tratado 184 Esperanza en la liberacion Editar Firmado el tratado el emperador se vio en la tesitura de tener que informar a los catalanes de lo acontecido Ya en junio de 1713 cuando resolvio la evacuacion de sus tropas el emperador les habia disuadido de empenarse en proseguir las hostilidades en solitario 11 pero en su obstinacion desoyeren sus consejos declarando la continaucion de la guerra Sus repetidas cartas y las presiones de su primer ministro Ramon de Vilana Perlas le habian arrastrado dentro de lo menguado de sus posibilidades a intentar no desacreditar el empeno de los rebeldes asi como a interceder por sus privilegios Ahora con un tratado que no resolvia en modo alguno su situacion debia notificarles el hecho sin que las funestas implicaciones de lo negociado desacreditaran lo que habian obrado hasta entonces y mas importante aun no menoscabara su autoridad si decidian proseguir en solitario su obstinacion Asi el 28 de marzo de 1714 y con triplicadas cartas el emperador y la emperatriz informaron a los Tres Comunes de Cataluna con un profuso lenguaje lo convenientemente ambiguo el haber firmado la paz con Francia 186 Por su parte Luis XIV disgustado por la intransigencia de su nieto durante la negociacion del tratado 187 le aconsejaba por carta que considerara la idea de querer reducir a los catalanes por la fuerza siendo mas pertinente que mediante la diplomacia procurara acabar con la rebelion 188 Debia ser el Felipe V quien redujera a los catalanes y no las armas francesas senalandole que negociara con ellos ofreciendoles el mantenimiento de al menos sus privilegios municipales 189 En cambio si se empecinaba en su derrota total le indicaba que dada la incapacidad de su ejercito para reducir a Barcelona accedia a enviarle el ejercito frances que le pedia 188 pero que este estaria bajo el mando de un general frances el duque de Berwick 190 con lo que la sumision de Cataluna no devendria una obra de Espana sino una gloria para Francia 191 Las imposiciones de Luis XIV a su nieto llenaron de preocupacion a la corte de Madrid 192 Necesitaban las tropas pero no bajo el mando de Berwick Felipe V se veia forzado a elegir entre la humillacion de tener que negociar con los catalanes o la verguenza de que fueran las armas francesas las que sometieran a Cataluna 193 Finalmente el ministro Juan Orry y el duque de Osuna aconsejaron a Felipe V ofrecer una negociacion a los catalanes 194 Cartas a los diputados de la Generalidad de Cataluna Cartas al Brazo Militar de Cataluna Cartas al Consistorio de consellers de Barcelona Felipe V informo al duque de Popoli que le llegaria una brigada de ingenieros franceses y artilleria pesada pero que no podia enviarle las tropas de infanteria que le habia solicitado dadas las condiciones que le imponia su abuelo se iba a una negociacion 195 Para preparar el terreno el duque de Populi abandono todas las operaciones que habia seguido durante un ano para conquistar Montjuich y ordeno que se asaltara el convento de los Capuchinos situado en el campo delante de Barcelona Tomada la posicion ordeno que se instalara alli una de las baterias de morteros franceses recien llegados desde la cual el 3 de abril se empezo a bombardear no contra las murallas de la ciudad sino contra las viviendas de los civiles para amedrentar al pueblo llano y asi aumentar el descontento y presionar al gobierno rebelde 196 El 14 de abril los 15 batallones franceses de infanteria que ya estaban de camino a Barcelona recibieron contraorden de suspender la marcha 192 mientras que en la corte de Madrid Felipe V dio plenos poderes al ministro Juan Orry para negociar la sumision de los catalanes a cambio de sus privilegios municipales pero puntualizando que solo en aquello que no perjudique mi Real Autoridad 194 Orry confiaba en que tras el bombardeo e informados los cabecillas de haberse frustrado su ultima esperanza en el Tratado de Rastatt seria tal su abatimiento que les hallaria prestos a la sumision 197 Tras salir de Viena el 28 de marzo de 1714 las cartas imperiales atravesaron toda Italia hasta Napoles donde fueron embarcadas en dos fragatas llegando a Mallorca el 19 de abril 186 Nada mas atracar en el puerto el virrey de la isla el marques de Rubi fue informado de las misivas dirigidas a los Tres Comunes de Cataluna y al general Villarroel 186 Dada su importancia este las confio a su caballerizo Juan Miguel Berberena y 186 tras cargar las naves con provisiones y completar el convoy zarparon para Barcelona donde arribaron el 22 de abril Fue entonces cuando se produjo lo que historiador Sanpere y Miquel bautizo como El Equivoco 198 Para el historiador fruto de su desesperacion y cegados en su propia fe los Tres Comunes de Cataluna no supieron o no quisieron entender lo que las cartas les decian 199 Los resistentes no disponiendo aun del texto del tratado sino tan solo de la laconica notificacion de haberse firmado la paz 200 vieron en ello la milagrosa culminacion de su estrategia Francia habia hecho la paz con el emperador a quien reconocia sus titulos de monarca espanol y este no solo aprobaba todo lo que ellos habian obrado hasta entonces sino que ademas les reconocia publicamente como a sus fidelisimos vasallos pudiendo por fin quitarse de encima la insidiosa acusacion de pertinaces rebeldes y sediciosos 199 Las palabras de Manuel de Ferrer y Sitges habian resultado profeticas y al estar firmada la paz con Francia esta quedaba obligada a retirar las tropas de un territorio del emperador de su Fidelisimo Principado de Cataluna Y ya sin las tropas francesas al duque de Popoli le resultaria del todo imposible mantener un minimo bloqueo contra Barcelona con lo que desde ese momento se consideraron libretados 201 Y por si quedaba la menor sombra de duda los frailes se apresuraron a indicar que el Tratado de Rastatt se habia firmado el 6 de marzo festividad de San Olegario obispo santo patron de Barcelona las cartas habian llegado a la ciudad el 22 de abril vigilia de la festividad de San Jorge protector y santo patron de Cataluna y justamente en ese dia se cumplian exactamente los 9 meses desde que se hiciera la peticion de auxilio a Nuestra Senora de la Merced compatrona de Barcelona y redentora de cautivos todo ello no podian ser meras coindidencias sino la clara evidencia de que la Divina Providencia habia bendecido sus oraciones 201 El conseller en Cap Rafael Casanova ordeno que para el dia siguiente festividad de San Jorge 23 de abril de 1714 se celebraran grandes oficios religiosos por toda la ciudad las cuales contaron con la concurrencia masiva y jubilosa del pueblo llano y asi mismo se celebro un fastuoso Tedeum en la catedral de Barcelona en loor del Santisimo Sacramento de la Eucaristia y 1000 misas por las almas del purgatorio como accion de gracias por la liberacion de la ciudad 201 Lo que habia empezado como una locura estaba a punto de acabar finalmente con el milagro por el que tanto habian implorado con sus rezos 201 Desengano tras las cartas imperiales Editar Ahora bien a pesar de haberse entregando a los mas delirantes muestras de entusiasmo 201 el historiador Sanpere y Miquel apunta tambien a otra posible interpretacion para lo ocurrido senalando que ya desde el 3 de abril 202 el conseller en Cap Rafael Casanova informado por el espia que habia infiltrado en el campo borbonico sabia de la movilizacion del ejercito frances continental Que ademas en carta enviada el 27 de marzo desde Frankfurt por el embajador Dalmases ya restituido en su comision y que fue recibida por la Junta Superior Secreta este certificaba que por el secretario imperial Bendenrieter von Adelshausen que se halla aqui y partio ayer de la posta de Rastatt el cual ha asistido a las dichas conferencias y tratado que en este no se ha hablado ni convenido cosa alguna tocante a Barcelona ni a Cataluna 203 Y apuntando finalmente que habiendose firmado el tratado el 6 de marzo transcurridos ya casi dos meses desde la firma del mismo y ante la palmaria evidencia que durante todo ese tiempo las tropas francesas no solo no se habian marchado de Barcelona sino que no daban el menor indicio de ir a hacerlo se pregunta el historiador si la Junta Superior Secreta y la Junta de los 24 de Barcelona fueron realmente tan candidos como para creerse aquello que publicamente decian creerse 204 Sea como fuere el mismo 24 de abril se comisiono al coronel Sebastian Dalmau ducho en lengua francesa para que con el pretexto de dar la enhorabuena por la paz al comandante del contingente frances el teniente general marques de Guerchy entrara a parlamentar en su campamento 205 El encuentro se produjo al dia siguiente y se le designo como interlocutor para mantener la prelacion jerarquica al coronel Monteil Este le saco rapidamente de dudas si las tenia sentenciando que las tropas francesas lejos de retirarse estaba esperando la llegando de nuevos contingentes para hacer la guerra contra una ciudad rebelde a su legitimo rey 205 Con ello concluye el historiador aun y siendo cierto que los Tres Comunes se hubieran creido liberados por una nacion extranjera a cambio de nada a partir de ese mismo momento quedaron totalmente desenganados 205 El 25 de abril de 1714 todos los caudillos de la rebelion el conseller en Cap Rafael Casanova el gobernador de Cataluna marques de Torrellas y su lugarteniente Francisco de Sayol el conseller segundo Feliu de la Pena con todos los mercaderes de la Lonja de Barcelona los aristocratas conde de Claramunt conde de Rodona marques de San Martin y Manuel de Ferrer y Sitges los diputados de la Generalidad Francisco de Perpina Jose de Vilamala y Tomas Antic el obstinado protector del Brazo Militar de Cataluna el conde Juan de Lanuza y el marques de Barbera todos tuvieron en ese momento la certeza de que habian sido abandonados a su suerte 194 A pesar de ello mientras desde las murallas contemplaban como los dos ejercitos borbonicos se disponian para acabar de aplastarles se dieron cuenta de que tras de si que aun contaban con una ultima baza a su favor el pueblo barcelones continuaba celebrando euforico su liberacion 186 Y para que a nadie le quedara la menor sombra de duda al dia siguiente 26 de abril 186 la Junta Superior Secreta ordeno al impresor Rafael Figuero 206 que publicara un numero especial de la Gazeta de Barcelona anunciando la buena nueva que habian traido las cartas imperiales y que ademas imprimiera copias de estas para que fueran repartidas y convenientemente interpretadas desde los pulpitos de las iglesias y las tabernas de toda la ciudad 201 Aun mas a la noche siguiente partio sigilosamente del puerto de Barcelona una balandra con mil ejemplares para esparcirlos por Cataluna 207 Ello no obstante oculto en su domicilio en el interior de Barcelona un partidario de Felipe V no dudo en anotar en su diario personal el engano y la manipulacion Llegaron de Italia cartas que a la verdad servian del mayor desengano pero se publico muy al contrario y los que se preciaban de mayores estadistas no decian otra cosa sino que todo iba bien y que de lo demas convenia el secreto 208 Rechazo a la oferta de negociacion borbonica Editar El ministro Juan Orry llego a Barcelona el 28 de abril 209 Nada mas llegar fue informado del encuentro acaecido tres dias antes con el coronel Dalmau y aprovechando la ocasion de tener un interlocutor insto al coronel Monteil a que pidiera un nuevo encuentro El coronel Dalmau accedio y el 29 de abril fue invitado a comer junto al teniente general marques de Guerchy y 20 oficiales franceses 209 Tras la comida aparecio como de improvisto el ministro Juan Orry quien tras las presentaciones de rigor llevo al coronel Dalmau a una reunion en privado Alli le expuso cual era su cometido y sus poderes para entrar en tratado le prometio que de entregarse la ciudad podian esperar ventajas 209 pero que de persistir en su obstinacion le advirtio disponian de 50 000 bombas que arrasarian la ciudad El coronel Dalmau le respondio que arrojando bombas contra el pueblo no debilitaria al gobierno sino que todo lo contrario se enconaria mas los animos a su favor y tras informarle de que no disponia de poder alguno para negociar se comprometio a comunicar su proposicion a la Junta de los 24 Orry dio de plazo hasta el dia 7 de mayo periodo durante el cual habria una tregua tacita pero que si no habia respuesta se entenderia por rechazada 209 El coronel Dalmau regreso a la ciudad e informo a la Junta de los 24 quienes aprobaron su conducta pero a pesar de las instancias del propio coronel para hacerlo rechazaron dar respuesta a la proposicion 210 Transcurridos tres dias sin mediar respuesta Juan Orry comenzo a impacientarse El 2 de mayo insto al marques de Guerchy a que solicitara la presencia del coronel Dalmau este se presento y Orry le ofrecio la concesion de algunos privilegios si accedian a la sumision 211 Dalmau respondio que no iban a renunciar voluntariamente a las constituciones 212 Las conversaciones se retomaron el 4 de mayo con el mismo infructuoso resultado sentenciando Dalmau que todos la Coronela soldados y habitantes dentro de Barcelona estan gozosisimos considerando que les llego la hora de conseguir inmortal credito en la resistencia de una sangrienta hostilidad en defensa de la Plaza manteniendola constante bajo el dominio de su legitimo Rey y Senor natural D Carlos III 212 Ya sin esperanzas Orry le recordo que el plazo para someterse expiraba en tres dias pero ese mismo 4 de mayo escribio a Felipe V informandole del fracaso de la negociacion y de la necesidad de que viniera el ejercito frances para someter a Barcelona mediante un asedio militar 213 Lo cierto es que ya el dia 29 de abril la Junta Superior Secreta descarto completamente la negociacion 214 Las cartas imperiales habian aumentado la moral del pueblo creyendo que la guerra estaba ganada con dicha propaganda los radicales consiguieron por segunda vez hacer fracasar una operacion para hallar una salida negociada al conflicto Todo lo contrario mientras duro la tregua se incrementaron los trabajos para reconstruir las defensas y solicitaron al vicario general Jose Rifos que formara una Junta de Teologos para que refrendara moralmente su determinacion de llevar a Barcelona hasta el ultimo sacrificio si era necesario 214 Los prelados inquirieron a los curas de las parroquias para que mediante los confesionarios recabasen el sentir del pueblo llano El 9 de mayo la Junta de Teologos convoco a los presidentes de los Tres Comunes de Cataluna al convento de las Agustinas para entregarles su veredicto El trinitario Segarra les expuso que atendiendo al derecho natural y tras profunda reflexion concluian que los Tres Comunes de Cataluna habian declarado una Guerra justa Asimismo y segun se desprendia de las averiguaciones de los confesionarios informaron que el pueblo llano estaba dispuesto a luchar hasta el ultimo extremo defendiendo la ciudad en una causa que entendian amparada por Dios Por ultimo la Junta de Teologos se comprometio a aplacar la Justicia Divina mediante rezos plegarias y penitencias prometiendo que gracias a la intercesion de los Santos Patrones de la Patria se alcanzaria la victoria final 214 Luchar hasta la ultima gota de sangre Editar Habiendo los politicos el consistorio de consellers la Junta de los 24 y los Tres Comunes cerrado filas en bloque y habiendo conseguido el apoyo de los eclesiasticos en la determinacion de luchar hasta la ultima gota de sangre el unico rescoldo de poder y el mas escabroso de mediar era el de los militares y mas concretamente el del general comandante Villarroel 214 En esa direccion el 16 de mayo de 1714 la Junta de los 24 convoco a consejo de guerra a todos oficiales mayores del ejercito para que votasen Dicha votacion colmo la paciencia de Antonio de Villarroel En su sentir militar y jerarquico expuso a los consellers su hartazgo por tantas reuniones tantas juntas tantas votaciones dictamenes resoluciones y tantas conferencias pues al Real servicio no convenia tan grande pluralidad de dictamenes 212 Les detallo que deploraba hubieran rechazado tan enteramente la negociacion que les habian ofrecido los borbonicos 210 y que en lo que atendia al ultimo extremo al que querian llevar la defensa de la plaza le parecia horrendo que hubieran consultado antes a una Junta de Teologos que al general comandante del ejercito a el 214 Y para culmen de despropositos el convocar a un consejo de guerra a sus oficiales inferiores era una potestad que correspondia al general comandante del ejercito a el que aunque no hubiera recibido la patente oficial de Carlos de Austria su ministro Ramon de Vilana Perlas le reconocia como tal en sus cartas y que sus oficiales inferiores nada iban a votar sobre nada debiendo obedecer unicamente lo que el ordenase como a jefe militar 114 Ante la oposicion de Villarroel la Junta de los 24 solicito la mediacion de Juan Francisco de Verneda quien haciendo valer su papel como comisionado de Carlos de Austria en Barcelona logro convencer a Villarroel para que accediera al consejo de guerra aunque este advirtio que no votaria ni tengo que votar pues que ya he obedecido a la orden de S M C en esta parte Finalmente el consejo de guerra que tenia celebrarse el 16 de mayo tuvo lugar a las 7 de la manana del 19 de mayo en el salon del Consejo de los 100 114 Una vez congregados los oficiales el consistorio de consellers les entrego proposicion asentando siempre sobre el solido principio que la defensa ha se ser efectiva e inalterable hasta la ultima gota de sangre en todos los moradores de esta plaza 215 Tras exponerse el estado de las tropas dentro de la plaza y las del exterior y detallarse los efectivos estimados del enemigo todos los oficiales acataron la resolucion de que deben sacrificarse las vida antes de asentir a capitulacion alguna con el enemigo 215 Mismamente la Junta de los 24 habia informado a las tropas que luchaban fuera de Barcelona convocandoles a un consejo de guerra en Olesa de Montserrat alli los comisionados de la ciudad enviados a tal efecto recabaron los votos de los oficiales superiores a las ordenes del marques del Poal los cuales se comprometieron a reclutar una fuerza de 6 000 hombres con la que lanzarse al socorro de Barcelona cuando se les ordenase 114 En la Cataluna interior el discurso del odio sembrado por Manuel de Ferrer y Sitges desemboco en que la rebelion fuera sentida como una guerra contra Castilla exhortando a todos los catalanes a defender la patria a acabar con la invasion enemiga mientras se cantaban canciones que rezaban vamos a dar batalla a los crueles castellanos viva Cataluna y viva la Libertad lease cancion integra Tres dias despues el 23 de mayo el duque de Populi ordeno que se iniciara el gran bombardeo que durante un mes dia y noche machaco Barcelona hasta dejar un tercio de la ciudad arrasado 216 Cataluna arde en llamas Editar Representacion del bombardeo sobre Barcelona durante 1714 Fragmento del gravado Barcino Magna Parens impreso en Viena por Joan Van Ghelen en 1718 a peticion del Consejo de Espana Al duque de Populi le habia llegado el cuerpo de artilleros frances que traian consigo 32 000 balas de canon 6 000 potes de metralla 8 morteros 20 canones de veinticuatro libras y 12 canones de treinta y seis libras 217 El bombardeo sembro de terror y confusion la ciudad el capitan de la 2 compania del III batallon de la Coronela de Barcelona Francisco de Castellvi lo describio de la siguiente manera No hay expresion que explique el tragico y lastimoso teatro que represento al vivo la dolorida confusion de Barcelona Aumentaba la turbacion el disparar cada cuarto de hora todos los morteros los padres en la turbacion perdieron a sus hijos y los parientes mas cercanos abandonaron a sus enfermos 216 Tras varios dias de bombardeo los civiles acabaron por establecer permanentemente dos campos de refugiados con improvisadas tiendas Tal como lo vio Castellvi causaba admiracion ver la ciudad transformada en un desierto las puertas de las casas abiertas las paredes destruidas y desamparadas las habitaciones 216 Los consellers ordenar formar escuadrones de vigilancia para evitar saqueos y no dudaron en sentenciar a la horca a aquellos que arrastrados por el hambre y la desesperacion fueron sorprendidos rapinando 216 Paralelamente en la Cataluna interior la guerra habia llegado a unos extremos de terror jamas concebidos Las tropas del marques del Poal se habian distribuido territorialmente ocupando varios veguerios pero sus tropas rebeldes estaba expuestas a los ataques de los destacamentos volantes borbonicos Estos habian venido aplicando una politica que el historiador Sanpere Miquel califico de terrorismo militar saqueando e incendiando las pequenas villas ya fuera porque amparaban al ejercito rebelde ya porque les ayudaban con somatenes ya porque les entregaban viveres El terror se agravo aun mas durante la primavera de 1714 cuando llegaron las tropas borbonicas que se retiraban del Flandes espanol y de Sicilia territorios que Felipe V habia entregado a Carlos de Austria y que fueron trasladados urgentemente a Cataluna La superioridad numerica borbonica se torno aplastante y los destacamentos borbonicos saqueaban e incendiaban sin distinguir ya entre rebeldes y butifleros El caos total provoco que surgieran bandas de voluntarios incontrolados que hacian la guerra por su cuenta ayudando segun su antojo a las tropas del ejercito rebelde y rapinando para sobrevivir alli donde pudieran tal como anoto en su diario Juan Fabrega payes de Suria por toda Cataluna hay gente en armas que les llaman voluntarios Y se nombraban comandantes y capitanes y los hay de caballo y de a pie y corren por toda Cataluna y se hacen dar todo lo que necesitan y si no se lo toman que entre unos y otros no queda nada para las casas y las villas 218 O como relataba en su diario otro payes Francisco Gelat de Santa Susana entre saqueos incendios y ahorcamientos por todas partes parece el Juicio Final 219 Si para el historiador Sanpere y Miquel la estrategia seguida inicialmente por los borbonicos cabia calificarla de terrorismo militar la guerra total que se desato en Cataluna durante la primavera de 1714 provoco tales atrocidades entre la poblacion civil que esta se vio aplastada entre dos terrorismos militares el de los borbonicos y el de los rebeldes Por su parte el marques del Poal intentaba reconducir la situacion solicitando a Barcelona listas de butifleros a los que extorsionar e incautarse de sus bienes pues reconocia en sus informes que el pais esta omiso y contrario que la gente de las villas aterrorizada ya no les apoyaban ni con somatenes ni con viveres o que en el peor de los casos le hostilizaban abiertamente mediante las armas 220 A la par en Barcelona el radicalismo aumentaba el almirante frances Jean Baptiste du Casse solicito un intercambio de prisioneros y el 20 de junio a las 8 de la manana el sargento mayor Felix Nicolas de Monjo y Corbera y el capitan Mariano Bassons en las funciones de traductor recibieron en el puerto al alferez de navio Monsieur de Moulin Finalizado el intercambio el alferez frances les reprocho su obstinacion por mantener un defensa ya sin sentido matando a jovenes franceses en una guerra que Felipe V y Carlos de Austria habia dado por finiquitada El sargento mayor le respondio Monsieur el apegarnos a los intereses de Su Majestad Imperial habra sido un buen o un mal partido Si ha sido bueno el cielo nos protegera y aunque perezcamos la posteridad alabara nuestra firmeza y nos compadecera Si ha sido malo no lo mejorara el someternos a los espanoles asi que a lo hecho pecho nos sepultaremos bajo las runias de nuestra ciudad 221 Llegada del ejercito frances principio del fin Editar Articulo principal Sitio de Barcelona 1713 1714 Apertura de la Trinchera de Ataque frente la muralla de Levante de Barcelona iniciada durante la noche del 12 al 13 de julio de 1714 Tras 11 meses de infructuoso bloqueo finalmente el 6 de julio 222 de 1714 el duque de Popoli fue relevado en el general comando borbonico por el mariscal de Francia duque de Berwick El mariscal traia 10 batallones de veteranos franceses curtidos en las batallas de Ramillies Malplaquet y Denain y que venian a sumarse a los 5 llegados en 26 de junio mas el cuerpo expedicionario frances que bajo el mando del marques de Guerchy habia contribuido desde el principio al bloqueo Totalizaban en el campo delante de Barcelona 40 batallones de infanteria francesa que sumadas a las tropas espanolas de Felipe V alcanzaban los 40 000 hombres Entre los regimientos destinados al sitio de Barcelona destacaban el Normandie Vielle Marine Anjou La Reine Orleans La Couronne La Marche Ile de France Ponthieu Courten o Castelart todos laureados en los campos de batalla de Europa El imprescindible cuerpo de ingenieros franceses llegado unas semanas antes estaba bajo la direccion del teniente general Dupuy Vauban secundado por Lozieres d Astier y los brigadieres Desroces Duverger de Biancolelly de Chelays y Thibergean con un tren de artilleria que sumaba 87 canones y 33 morteros Finalmente la flota francesa cerro la bocana del puerto de Barcelona iniciando la rapida asfixia de la ciudad Berwick desecho por completo la estrategia que hasta entonces habia seguido el Duque de Popoli respecto a Montjuich y centro su atencion al otro lado de la ciudad frente la muralla de Levante donde el terreno pantanoso facilitaba la excavacion 222 Ordeno abrir la Trinchera de Ataque la noche del 12 al 13 de julio empleando a cientos de trabajadores forzados era la primera paralela la cuenta atras habia empezado 223 Al dia siguiente el general comandante Antonio de Villarroel planeo una salida desde la plaza para atacarla y retrasar el avance borbonico La operacion se realizo al mediodia y aunque efectiva causo mayores bajas de las esperadas entre las tropas del ejercito rebelde sin que por ello se retrasara el avance incesante de los ingenieros franceses Tres dias despues abrian la segunda trinchera paralela En ella instalaron todo el tren de artilleria que empezo a batir directamente contra la muralla de Levante abriendo las primeras brechas 224 En el interior de la ciudad la Junta de Teologos inicio su cometido ordenando novenas rezos del rosario y otras demostraciones de fervor colectivo a las que se entrego devotamente tant el pueblo llano como los politicos 214 Entretanto dos altos oficiales del ejercito se reunieron secretamente en Montjuich el general Jose Antonio Marti y el brigadier Jose Moragull expusieron al coronel Pablo Thoar gobernador de la estrategica fortaleza que con la llegada de los franceses la caida de Barcelona era inevitable que todas las promesas sobre la ayuda de Carlos de Austria habian resultado ser falsas que la Junta de los 24 les inmolarian a todos bajo las ruinas de la ciudad y que el ejercito debia hacer algo para evitarlo Pero el coronel Pablo Thoar se nego a participar directamente en un golpe aunque que permanecio callado y no informo a la Junta de los 24 de la conspiracion que se estaba fraguando 225 Al no contar con el apoyo del gobernador de Montjuich el 16 de julio el general Jose Antonio Marti y el brigadier Jose Moragull junto con varios oficiales de su confianza se adentraron en mitad de la noche en campo borbonico Detenidos y llevados ante la presencia del duque de Berwick el general Marti le expuso su plan si le dejaba 1 500 granaderos borbonicos tomaria por sorpresa la fortaleza de Montjuich aquella misma noche con lo que a la manana siguiente tendria rendida Barcelona a sus pies acabando ya con aquel inutil derramamiento de sangre Pero Berwick desconfiado rechazo el ofrecimiento temiendo una estratagema de los sitiados Ordeno que quedaran presos en un barco frances y que les llevaran a las carceles de Peniscola 226 La desercion no fue descubierta hasta manana del dia siguiente 17 de julio La Junta de los 24 conmocionada y temiendose una nueva conjura de los militares para forzar una capitulacion dio el toque de alerta doblando las guardias en todos los portales de la ciudad El conseller en Cap Rafael Casanova insto a la inmediata destitucion del gobernador de Montjuich el coronel Pablo Thoar Villarroel accedio asignandole plaza en el regimiento de la Concepcion bajo su directa supervision y para disipar cualquier sospecha de complicidad con los desertores mando publicar un bando con ordenes de captura contra ellos 227 La escuadra britanica frente a Barcelona Editar Desmoronandose la moral de los resistentes desde Viena llegaron noticias aun mas funestas El primer ministro Ramon de Vilana Perlas informo tanto al virrey austracista de Mallorca el marques de Rubi como al comisionado austriaco en Barcelona Juan Francisco de Verneda que habia recibido del embajador en Londres Pablo Ignacio Dalmases un aviso asegurando que la Escuadra Britanica pasa al Mediterraneo con el designio de concurrir y secundar la violencia de los enemigos 228 Asi mismo les advertia a ambos que no debian albergar esperanza alguna sobre ningun tipo de ayuda de Carlos de Austria ni navios ni tropas que el emperador aseguraba que enviar socorros militares vulneraria el Tratado de evacuacion de Cataluna con lo que darian motivos a los ingleses para atacarles abiertamente 229 notificaba con dolor que de ser cierto que la mision de la escuadra inglesa era facilitar la rendicion o toma de Barcelona e Islas de Mallorca y Ibiza el emperador no deseaba el sacrificio extremo de sus naturales rechazando que la Junta de los 24 llevase a Barcelona al sacrifico exponiendo al rigor y al cuchillo a tantas inocentes vidas y a una ciudad cuya memoria es ya digna de eternizarse sin contingencia de su ultima y total ruina Finalizaba anunciando el pronto envio de la Instruccion Imperial que Carlos de Austria habia decretado asi como comisiones y credenciales al general Villarroel para que se facilitase con el uso de ellos el posible arbitrio contra la desgracia 228 Ello no obstante les recordaba que el Tratado de Rastatt aun debia ratificarse mediante un Paz Universal en el Congreso de Baden donde se podria resolver el Caso de los Catalanes El comisario austriaco Verneda informo de las noticias de Viena a la Junta Superior Secreta formada por el conseller en Cap Rafael Casanova el baron de Almenara Felix Teixidor y Sastre el arcidiano de Andorra Jose Asprer y Arena y el marques de Barbera quienes resolvieron mantener todo en secreto No informaron a nadie ni a los otros miembros de la Junta de los 24 manteniendose a la espera de lo que haria la escuadra britanica cuando llegara a Barcelona Y es que la salud de la reina Ana de Gran Bretana se habia deteriorado gravemente y todos la daban ya por desahuciada 228 Esta iba a morir sin hijos y el partido whig aliado con la faccion protestante del partido tory habia impuesto la sucesion en la Casa de Hanover aliada de Carlos de Austria Asi mismo en Londres los whigs estaban atacando al secretario de estado Bolingbroke por el Caso de los catalanes y lord Halifax y lord Cowper habia denunciado en la Camara de los Lores que la Corona de la Gran Bretana habia inducido a los catalanes a declararse por la Casa de Austria y habiendose comprometido a sostenerlos deben hacerse buenos tales compromisos 230 Paralelamente el enviado espanol en Londres Patricio Laules tambien habia informado de las alarmantes noticias a la corte de Madrid 231 Tras acalorados discursos los lores habian forzado la aprobacion de una resolucion para que se continuara la interposicion en su auxilio de una manera mas contundente 232 Bolingbroke finalmente envio una carta urgente al almirante Wishart pidiendole que sucediera lo que sucediera ante Barcelona no obedeciera las ordenes de la reina de atacar la ciudad 233 Wishart recibio dicha carta mientras fondeaba en Alicante y desconcertado convoco a consejo de guerra a todos los oficiales para que deliberaran si debian obedecer las ordenes de la reina o a la carta del secretario de estado finalmente tomaron una resolucion 234 El 21 de julio de 1714 Barcelona amanecio con la escuadra britanica frente al puerto con banderas de guerra al viento 235 El boletin Noticias generales de Europa publicadas en Barcelona dia 22 de Inuio de 1714 editado por Rafael Figuero y Jolis recogia las noticias llegadas de Londres sobre la ofensiva whig al respecto del Caso de los Catalanes Desde las murallas los barceloneses siguieron como desde los navios ingleses dos chalupas pasaban al desembarcadero frances no sucediendo nada mas hasta el anochecer Al dia siguiente el bombardeo borbonico sobre Barcelona ceso completamente y un bote ingles arribo al muelle solicitando conferenciar con el comandante militar de la plaza y los magistrados de la ciudad 236 Villarroel envio a su ayudante Martin de Zubiria quien regreso acompanando del comodoro Thomas Gordon Fue conducido a la casa de la ciudad donde el consistorio de consellers le concedio audiencia aquel les entrego la documentacion del almirante Wishart denunciando sus ataques corsarios contra los mercaderes ingleses 236 Al dia siguiente 23 de julio el comodoro Gordon volvio a la plaza y los consellers le entregaron los documentos que demostraba que no se habia faltado al derecho de gentes que al unico mercante ingles que habian atacado requisando su cargamento de sal le habian pagado con nuestra mejor moneda a su cabal satisfaccion 237 Y tambien denunciaron que las voces que han hecho esparcir en Europa de nuestras piraterias no son sino invenciones de nuestros enemigos para hacernos odiosos por todo el mundo y estorbar el que no se negocie con nosotros privandonos de las cosas precisas para nuestra subsistencia y reducirnos mas presto 238 Dura politica de Rafael Casanova Editar El mariscal de Francia duque de Berwick abrio trinchera la noche del 12 al 13 de julio empleando a cientos de trabajadores forzados frente la muralla de Levante desechando por completo la estrategia que durante un ano habia seguido el fracasado duque de Popoli Nada mas hacerse a la vela los navios ingleses la artilleria francesa volvio a disparar contra las murallas de Barcelona La moral de la poblacion se derrumbaba y el numero de desertores empezaba a ser alarmante El 28 de julio el conseller en Cap Rafael Casanova decreto mediante bando la militarizacion total de los ninos mayores de 14 anos que se hallaban dentro de la ciudad ordenando se presentaran a las 6 de la manana en la Rambla de Barcelona la no comparecencia estaba penada con la prision Una vez estuvieron concentrados se les dio a elegir entre alistarse o al ejercito o a la Coronela tras lo cual se les expidio un certificado 239 A partir de aquel dia a los refractarios que fueron sorprendidos sin el correspondiente certificado por las patrullas de control de la Compania de la Quietud mas conocida como Companyia dels matadors se les detenia y destinaba a hacer guardia en las zonas mas expuestas a la artilleria francesa Castellvi estimo que el edicto de Rafael Casanova supuso la incorporacion de 2 165 ninos y ancianos a las filas de la Coronela quedando a partir de entonces bajo la jurisdiccion militar 240 El 31 de julio las tropas del mariscal Berwick terminaron la tercera paralela de la Trinchera de Ataque y coronaron el camino encubierto desde entonces los combates se empezaron a librar al pie de las murallas mientras los zapadores borbonicos empezaron a cavar minas por debajo de los baluartes con la intencion de llenarlos de explosivos y volar por los aires el enclave Pero a pesar del avance borbonico el radicalismo fue en aumento tal como escribio el caballero frances Jacques de Viguier quien presencio como el 1 de agosto de 1714 un grupo de estudiantes alzaba un drapeau noir avec un tete de mort blanche au milieu una bandera negra con una calavera en medio senalando que la ciudad jamas capitularia 241 Propaganda de los consellers exhortando a naturales y forasteros a luchar para liberar a esta Ciudad y Principado de lo que resultara acabar con la violenta esclavitud que padece todo el continente de la Monarquia de Espana A su vez el vicario general Jose Rifos distribuyo un ejercito de frailes por toda la ciudad en las plazas publicas en los cuarteles y en los baluartes donde se combatia para que con sus predicas mantuviesen firme la fe en el triunfo final 242 La culminando dichos ritos catolicos se produjo el 2 de agosto del 1714 cuando Rafael Casanova y el resto de consellers acompanados por los otros dos Comunes realizaron acto publico de comulgacion confesion y contricion manifestando su arrepentimiento por haber confiado en los ingleses y gentes contrarias a la santa fe y religion catolica 243 Los Tres Comunes de Cataluna juraron aplicar la Instruccion Directiva para templar el rigor de la Justicia Divina redactada por la Junta de Teologos que estipulaba que desde entonces en Barcelona se regularian los trajes de las mujeres se clausurarian las casas de juegos y las canchas del tinquete no se permitirian las comedias en los teatros ni los bailes en carnestoltes y que a partir de entonces la Junta de Teologos velaria para siempre por la decencia de la otrora libertina Barcelona y extirparia los pecados publicos de la ciudad Hechos los votos esperaban que la Divina Misericordia obrara el milagro final de la liberacion El fanatismo religioso que gobernaba la ciudad fue descrito por historiador y filosofo Voltaire Los sitiados se defendian con un coraje fortificado por el fanatismo Los sacerdotes los capellanes corrian con las armas y hacia las brechas como si se tratara de una guerra de religion 244 Como senalo el historiador Sanpere y Miquel fanaticos eran los dirigentes de Barcelona y fanatizados acabaron los barceloneses 245 Un ano de bloqueo los continuos vaivenes politicos la devocion religiosa el implacable avance del asedio la creencia de ser un pueblo elegido y las profecias de ermitanos y hombres santos que lo confirmaban acabaron por sugestionar a todos en la conviccion de que si conseguian mantener la defensa el tiempo suficiente al final el milagro de la liberacion ocurriria Para el historiador lo profundo que llego a calar esa creencia en la Junta de los 24 lo evidencian las draconianas decisiones politicas que llegaron a tomar llevando a Barcelona al abismo de la hecatombe total un desastre que solo la interposicion del general Villarroel pudo evitar in extremis 242 El 9 de agosto el conseller en Cap Rafael Casanova reconocia nuevamente la primera linea de combates en la muralla de Levante y la cortadura de defensa La cortadura era una inmensa barricada levantada a modo de segunda muralla que se alzaba tras aquella Para construirla la Junta de los 24 ordeno que los barceloneses demolieran sus propias casas y que con los despojos alzaran la cortadura de defensa debiendo acudir a su construccion todos los civiles fuera cual fuera su estamento en su mayoria ancianos mujeres y ninos menores de 14 anos 246 Tras inspeccionar los trabajos en la cortadura Rafael Casanova fue alertado por los oficiales del creciente numero de milicianos que faltaban a sus puestos ante lo cual ordeno que a los que no cumpliesen con su deber se les apresara y se les destinase a los parajes mas expuestos al fuego borbonico Rechazo al Plan Vilana Perlas y a la Instruccion Imperial Editar Entretanto la escuadra britanica se habia dirigido a Mallorca donde realizo los mismos advertimientos para acabar con los asaltos a los mercantes ingleses Tras constatar que no iban a atacar la isla el virrey austracista de la isla el marques de Rubi siguio el plan ideado por Ramon Vilana Perlas 247 para ganarse la complicidad britanica y evitar que el Principado de Cataluna y el reino de Mallorca cayeran bajo el dominio de Felipe V 229 El 2 de agosto el comisionado austriaco en Barcelona Juan Francisco de Verneda recibio carta del marques de Rubi detallandole el plan el cual consistia en que propondria al almirante ingles que desembarca y ocupara con sus tropas Barcelona forzando asi una suspension de armas con los franceses estando la ciudad bajo control militar britanico inmediatamente despues se formarian una nueva junta de gobierno politico presidida por el gobernador de Cataluna garantizandose la aplicacion de las Constituciones de Cataluna Barcelona permaneceria con guarnicion militar britanica protegida del ataque borbonico y a modo de deposito hasta que se firmase la Paz Universal entre la Casa de Austria y la Casa de Borbon en el Congreso de Baden resolviendose el Caso de los Catalanes En el tratado se determinaria bajo el dominio de que soberano debian quedar tanto Cataluna como Mallorca ya fuese Carlos de Austria o algun tercero y mientras tanto la reina de Inglaterra ejerceria su obligacion como garante de las Constituciones de Cataluna ocupando militarmente Barcelona 229 Recibida la carta Verneda lo comunico inmediatamente a la Junta Superior los miembros de la cual tras larga discusion rechazaron el plan ideado por Ramon Vilana Perlas alegando tanto la dificultad para otorgar poderes como la nula confianza en las promesas britanicas resolviendo finalmente que todo quedara bajo secreto para evitar habladurias 248 Ello no obstante al dia siguiente 3 de agosto Verneda recibio una nueva carta del marques de Rubi en la que se le comunicaba que el almirante ingles habia rechazado tambien el plan de ocupar militarmente Barcelona accediendo no obstante a comunicarlo a la corte de Londres 248 Alli el embajador catalan Dalmases una vez informado del plan de Vilana Perlas se lamentaba que eso seria bueno que se hubiera pensado tratado y ajustado en marzo del ano pasado cuando los ministros imperiales con la concurrencia de los de Inglaterra firmaron y convinieron la evacuacion de Cataluna Seria bueno que se hubiera convenido en Rastatt en aquella paz donde no se hablo nada de Cataluna y seria bueno que se hubiera ya ajustado en el congreso de Baden 249 Dos dias despues el 5 de agosto llego a Barcelona la Instruccion Imperial de Carlos de Austria Este queria evitar a toda costa que los radicales llevaran a Barcelona a un sangriento final usando su nombre y enviaba comisiones y credenciales al general Villarroel para que se facilitase con el uso de ellos el posible arbitrio contra la desgracia En suma Carlos de Austria proponia negociar la capitulacion de Barcelona renunciando al dominio de Cataluna en favor de Felipe V a cambio del mantenimiento de sus fueros y proponia como pieza de negociacion el reino de Mallorca que aun permanecia bajo su dominio 250 La Instruccion Imperial la traia el coronel de infanteria Juan Francisco Ferrer militar navarro nacido en Corella que habia abandonado Barcelona con las tropas austriacas en julio de 1713 y que ahora retornaba desde Viena De inmediato se reunio con el general Antonio de Villarroel y con el comisionado austriaco Verneda para que se iniciaran las negociaciones de capitulacion con el mariscal Berwick y se acabara con tan innecesaria carniceria 250 Verneda informo inmediatamente a la Junta Superior quienes rechazaron absolutamente cualquier negociacion de capitulacion asi como el someterse al dominio de Felipe V ordenando guardar total secreto sobre Instruccion Imperial de Carlos de Austria La resolucion indigno a Juan Francisco Ferrer que venia facultado para negociar la capitulacion con Berwick 251 Este empezo a esparcir voces proclamando que la resistencia era inutil que Carlos de Austria no les iba a ayudar y que debia negociarse antes de que fuera demasiado tarde Los Tres Comunes ordenaron al comisionado austriaco Verneda que le hiciera callar 250 Fracasados asaltos contra Barcelona del 12 13 y 14 de agosto Editar El mariscal de Francia duque de Berwick lanzo el primer asalto general contra Barcelona el 12 de agosto de 1714 Ordeno un segundo asalto general la noche del dia siguiente 13 de agosto conquistando las tropas borbonicas el baluarte de Santa Clara del que fueron expulsadas la manana del 14 de agosto A pesar de conseguir la victoria las bajas entre las tropas catalanas fueron altisimas En primer plano el baluarte de Santa Clara y la torre de San Juan a la derecha el baluarte del Portal Nou Aprestado por la corte de Madrid ante el peligro que suponia la inminente muerte de la reina Ana de Inglaterra el 1 de agosto 252 habia quedado sin habla el mariscal duque de Berwick ordeno el asalto final contra Barcelona para el 12 de agosto Entrada ya la oscuridad de la noche los minadores borbonicos hicieron estallar los explosivos situados en mina construida bajo el bastion de la Puerta Nueva bastion que salto por los aires quedando practicamente en ruinas pasados unos instantes de confusion los granaderos borbonicos se lanzaron al asalto Tras horas de combates los soldados apoyados por los milicianos se lanzaron al contrataque consiguiendo expulsar a los asaltantes Perdido el enclave las tropas borbonicas volvieron a lanzar varias oleadas de gente fresca pero habiendo sido reforzados los defensores con otro batallon mas de la Coronela de Barcelona y ya abierto el dia el asalto al bastion de la Puerta Nueva fracaso 253 Al unisono tambien se asalto el bastion de Santa Clara El asalto de los granaderos borbonicos tambien se prolongo hasta romper la luz del dia y tambien fracaso ante la enconada oposicion de los milicianos de la Coronela que fueron reforzadas inmediatamente por soldados del ejercito 254 A las diez de la noche del 13 de agosto las tropas borbonicas lanzaron un nuevo asalto Rompieron las defensas masacrando a los milicianos que defendian el baluarte de Santa Clara Viendo el enclave perdido el conseller en Cap ordeno que otro batallon de la Coronela se lanzara al ataque pero el general comandante Villarroel prohibio la participacion de civiles en armas senalando su escasa efectividad Tras dialogar con Rafael Casanova Villarroel ordeno esperar hasta que rompiera la luz del dia momento en el cual ordeno el asalto al bastion Tras horas de violentos combates y cargas suicidas durante todo el dia 13 los borbonicos continuaban resistiendo en el bastion de Santa Clara 255 La manana del 14 de agosto Villarroel dispuso que varias piezas de artilleria fueran traidas desde las murallas y apuntaran hacia el interior del bastion de Santa Clara ordenando que no fueran cargadas con balas sino con potes de metralla para devastar a las tropas francesas que se agolpaban en el enclave Cuando se desato el ataque la artilleria acribillo a los franceses y tras sucesivos asaltos las tropas borbonicas acabaron retirandose ante la carniceria que estaban sufriendo 256 Fracasado el asalto general tras tres dias de combates el mariscal duque Berwick justifico al rey Luis XIV de Francia lo sucedido alegando que los enemigos se defienden como desesperados Agonia final de Barcelona Editar A la par que en Barcelona se luchaba para rechazar el asalto borbonico en el exterior las tropas del marques del Poal luchaban desesperadamente para intentar llegar hasta la ciudad La Junta de los 24 habia ordenado al marques del Poal que se dejara de atacar convoyes y acudiera con todo lo que pudiese en su socorro 257 El marques habia formado un cuerpo de 3 500 hombres con el que envistio derecho contra un destacamento borbonico de 3 000 hombres que les cortaban el paso del Llobregat derrotandoles en la batalla de Talamanca y forzandoles a retirarse hasta Sabadell 258 El general Villarroel envio fuera de la ciudad a su ayudante Martin de Zubiria para que informara al marques del Poal de la tragica situacion que se estaba viviendo en la ciudad Y es que el 15 de agosto justo tras derrotar el asalto general borbonico habia empezado la gran hambruna en Barcelona ya no quedaban alimentos Tal como lo vio con sus ojos el capitan Francisco de Castellvi los extremos de hambre que sufrieron los barceloneses no hay pluma que los pueda referir con individualidad 259 Salvador Feliu de la PenaNacido en Mataro en 1674 era un mercader vinculado al comercio atlantico En 1705 se adhirio a Carlos de Austria y en 1709 fundo la Compania Nueva de Gibraltar siendo nombrado Ciudadano Honrado de Barcelona en 1710 En julio de 1713 fue miembro de la Junta de los 36 y en noviembre fue extraido conseller segundo de Barcelona Bajo el mandato del conseller en Cap Rafael Casanova rivalizo con este sobre la estrategia de la defensa Encargado del abastecimiento de la ciudad aquel le recrimino sus errores lo que agudizo su enfrentamiento personal El 15 de septiembre huyo a Genova de donde regreso en 1718 En 1720 ya residia en Barcelona donde intento reconstruir infructuosamente sus negocios mercantiles Murio en 1733 en Vilasar de Dalt El 20 de agosto el conseller en Cap y presidente de la Junta de Guerra Rafael Casanova convoco en pleno a la Junta de los 24 para que los 8 miembros de la Junta de Provisiones explicasen lo que estaba sucediendo con la comida Y lo que resulto fue que el mes anterior los mercaderes de la Junta de Provisiones habia organizado un gran convoy formado por 45 naves cargadas con provisiones y municiones para asegurar que Barcelona pudiera resistir holgadamente hasta bien entrado el invierno de 1714 El convoy iba escoltado por 10 fragatas 4 navios de 30 canones y una galeota armada todos al mando del capitan Castellar quien habia recibido ordenes de Salvador Feliu de la Pena conseller segundo y presidente de la Junta de Provisiones prohibiendole que bajo ningun concepto el navio San Francisco de Paula el mas cargado quedara abandonado Y es que en ese navio iban los cargamentos comprados con la propia fortuna personal de Feliu de la Pena La noche del 9 de julio el convoy llego segun lo previsto a las costas de Castelldefels momento de oscuridad mas propicio para entrar en el puerto de Barcelona dado que por la noche la mayoria de naves francesas se replegaban a sus fondeaderos Solo faltaba por el llegar el San Francisco de Paula que iba retrasado el capitan Castellar ordeno detener todo el convoy en su espera 260 Cuando finalmente llego e intentaron la entrada ya era de dia Fueron descubiertos por las naves borbonicas que les atacaron con todo su poder consiguiendo escapar solo las mas naves pequenas mientras eran capturados los 18 navios de mayor cargamento y el San Francisco de Paula Con tamano desastre Feliu de la Pena y los mercaderes de la Junta de Provisiones perdieron casi toda su fortuna personal aunque prometieron a Casanova que a pesar de desastre la ciudad tendia suministros para aguantar durante dos meses hasta mediados de septiembre momento en el que armarian otro convoy Pero la realidad era que mediados de agosto ya no quedaba comida en la ciudad lo unico que la Junta de Provisiones estaba suministrando a la poblacion era un pan hecho con habas podridas que habian quedado en el fondo de los almacenes 259 Casanova volvio a estallar en colera acusando nuevamente a Feliu de la Pena de incompetente de haber primado sus intereses particulares a los de la ciudad y que el dano habian provocado era catastrofico 260 Tras agrias acusaciones recriminaciones y justificaciones al final de la reunion Rafael Casanova informo a todos los miembros de la Junta de los 24 del Plan Vilana Perlas que antes de los asaltos de agosto la Junta Superior habia rechazado y ordenado se mantuviera en secreto A su entender dada la precaria situacion de las defensas la nula esperanza en recibir nuevos suministros y el avanzado estado del ataque borbonico solo podrian evitar la derrota si conseguian aguantar el tiempo suficiente hasta que las tropas britanicas se implicaran en la defensa de Barcelona interponiendose y deteniendo el cada vez mas proximo asalto final borbonico 261 Finalizada la crispada reunion empezaron a correr rumores por la ciudad que acusaban falsamente a los miembros de la Junta de Provisiones de estar acaparando y ocultando comida Feliu de la Pena y sus mercaderes asustados hicieron correr el rumor de que Casanova pretendia rendirse entregando la ciudad a los ingleses 261 Al dia siguiente 21 de agosto el conseller en Cap Rafael Casanova decreto que nadie estaba autorizado a salir fuera del contorno de las murallas de la ciudad 262 y a partir de entonces el conseller en Cap empezo a rondar cada noche por la primera linea para animar a los combatientes con su presencia mientras que el general Villarroel lo hacia por las mananas 263 Poco despues y para suplir las ya incontables deserciones Rafael Casanova decreto que los Batallones de Barrio unidades civiles formadas por tullidos mujeres ninos y ancianos que servian de fuerza de trabajo y desescombro quedaban a agregados a las unidades de combate de la Coronela de Barcelona 261 La manana del 26 de agosto estallo el primer motin 264 Un grupo de soldados y milicianos de la Coronela de Barcelona asaltaron los hornos de la ciudad exigiendo que se les entregara pan en condiciones pronto se les unieron decenas de barceloneses Informado Feliu de la Pena del motin este ordeno que para apaciguarles se les entregara pan y una racion extra a todos los milicianos que se hallasen en sus puestos Restablecido el orden los consellers publicaron un bando prohibiendo explicitamente toda acumulacion de viveres para intentar acallar los rumores que acusaban a Feliu de la Pena y los mercaderes de acaparadores 264 Entonces les llego la noticia que las tropas del marques del Poal habian sido derrotadas en su intento de romper el cordon borbonico para entrar en Barcelona y recomponer las precarias tropas que la defendian Reagrupados los supervivientes en Capellades resolvieron con Martin de Zubiria que atravesar el cordon borbonico por tierra era imposible Por la noche Zubiria volvio solo a Barcelona donde informo a Villarroel 265 Propaganda religiosa de la Junta de los 24 Nuestra invicta Nacion Catalana Vamos a embestir de Francia y de Espana el pujante Exercito Catalanes los que soys de casta A librar la Tierra a gloriar la Patria SANTA EULALIA a ellos a ellos SANTA EULALIA La noche del 29 de agosto estallo un segundo motin 264 Al saberse que tres pequenas embarcaciones habian arribado al puerto con provisiones se concentro alli un tumulto de barceloneses avidos por conseguir algo de comida La Junta de Provisiones envio guardias para evitar que los cargamentos fueran asaltados y se convoco de urgencia a la Junta de los 24 Esta resolvio doblar la proteccion de los hornos para evitar que fueran asaltados y proteger la casa de Feliu de la Pena y los mercaderes de la Junta de Provisiones a quienes el miedo empezaba a consternar porque muchas gentes acudian a sus casas pidiendo pan porque juzgaba el pueblo que tenian viveres escondidos asimismo a fin de acallar las voces injuriosas que se esparcian contra los sujetos que componian la Junta de Provisiones se ordeno hacer un escrutinio general en busca de comida oculta en casas de particulares y conventos Aunque como detallo el capitan Castellvi no se evito el continuo clamor de las gentes pidiendo pan por su dinero y se temio con razon que el pueblo no pudiendo sufrir el hambre no se arrojase enfurecido sobre los sujetos de la Junta de Provisiones que los mas no tenian ya seguro domicilio Pues a pesar del pavor que sentian Feliu de la Pena y sus mercaderes temiendo que el pueblo asaltara sus casas y les acabara linchando mientras les gritaban dadnos pan dadnos pan las ordenes de Rafael Casanova continuaron siendo terminantes mientras quedara polvora se mantendria la defensa solo se daria pan a los militares a los milicianos y a los civiles que estuvieran en servicio de armas y al final solo si quedaba algo se daria al pueblo llano 266 Giro diplomatico britanico tras la muerte de la reina Ana Editar Entretanto el milagro diplomatico en el que Ramon de Vilana Perlas y Rafael Casanova fiaban su estrategia ocurrio el 12 de agosto mientras en Barcelona se luchaba contra el asalto general borbonico en Londres la reina Ana de Gran Bretana murio A partir de entonces los acontecimientos se precipitaron y al dia siguiente 13 de agosto se hizo cargo del gobierno un consejo de regencia formado mayoritariamente por miembros del partido torie 267 en espera del nuevo rey britanico de origen aleman y aliado de la Casa de Austria Jorge I de Gran Bretana Ese mismo dia 13 de agosto el embajador catalan en Londres Dalmases entrego desesperado una representacion al secretario de la regencia Joseph Addison implorandole que urgentemente retomaran el Caso de los catalanes El dia 14 de agosto mientras el duque de Berwick lanzaba sus ultimas tropas contra el baluarte de Santa Clara en Barcelona en Londres el secretario de estado Henry Bolingbroke a punto de ser cesado en el poder escribia por carta al primer ministro de Francia Jean Baptiste Colbert de Torcy las directrices del nuevo gobierno britanico con el derecho que asistia a Gran Bretana a pesar del articulo 13º del Tratado de Utrecht a intervenir militarmente en favor de los derechos de los catalanes asi mismo le alertaba que seria de peor consecuencia de lo que se imaginan las Cortes de Francia y Espana si se persiste en tomar la ciudad y sojuzgar ese pueblo finalizaba la misiva conminandole a detener el asedio inmediata y positivamente para salvar a Barcelona suspender las hostilidades y proponer un ajuste 268 Luis XIV de Francia respondio a las presiones de la regencia britanica afirmando que los catalanes eran un pueblo fiero y dificil de gobernar que habian abusado de sus privilegios en detrimento del poder del rey dado lo cual no podian restablecerse sus privilegios y concluia que eran ellos los culpables de la situacion dado que no solo habian rechazado todos los ofrecimientos de negociacion que se les habian propuesto y el ser tratados en lo sucesivo de la misma manera que los castellanos sino que ademas me declararon la guerra lo mismo que a mi nieto 269 Expuesta la situacion Luis XIV amenazo a la regencia con apoyar al candidato alternativo al trono britanico Jacobo Estuardo lo que podria acabar provocando una guerra civil en la misma Gran Bretana entre jacobitas y hanoverianos Ante la amenaza velada el consejo de regencia tory adujo que no estaba capacitado para tomar decisiones de tan graves consecuencias que pudieran provocar la guerra con Francia y una guerra civil en Gran Bretana con lo que impidieron cualquiera accion militar en favor de los catalanes hasta que el nuevo rey Jorge I de Gran Bretana hubiera sido coronado en Londres y formara un nuevo gobierno Angustiado el 28 de agosto el embajador catalan Dalmases volvio a la carga presentando una segunda memoria en la que pedia a la Exma Regencia para que en beneficio de Barcelona y de Cataluna y por su Libertad y Honor mande que su flota se ponga a la rada de Barcelona y facilite la entrada de socorros viveres y provisiones en aquella ciudad alegando que no comprendo que ninguna de estas ordenes induzca una declaracion de guerra ni con Francia ni con la Espana 269 lease el memoria integra Pero esta segunda memoria tampoco consiguio variar el animo de la regencia britanica tal como informo a la corte de Madrid el duque de Osuna el embajador espanol en la Haya el 30 de agosto la Regencia habia enviado orden a la escuadra inglesa que se halla en el Mediterraneo de sostener a los catalanes pero que los tories lograron suspenderla diciendo no podian tomar resolucion tan fuerte y de tantas consecuencias para lo que no tenia facultad la Regencia sin consentimiento del rey y que asi se aguardase hasta que el rey pasare a Inglaterra 270 La manana de ese mismo 30 de agosto el descubrimiento de la gran mina borbonica sirvio a los consellers para celebrarlo como una gran victoria sobre el enemigo los primeros soldados que la atacaron fueron el milanes de padres espanoles Francisco Molina el aragones Francisco Diago y el catalan Jose Mateu 271 La Junta de los 24 ordeno que se diesen gracias a Dios por tan grande misericordia y que se celebrasen 500 misas al dia siguiente el 31 de agosto se doblaran los rezos del rosario colectivo exhortando al pueblo a la penitencia y a asumir el sufrimiento presente con la confianza en que Dios misericordioso les sacaria de aquel estado triunfante de los enemigos Pero para el general comandante Villarroel el descubrimiento de la gran mina borbonica no era motivo de alborozo sino la ultima evidencia de que el asalto final borbonico era ya inminente dando orden cerrada a todos sus oficiales para que redoblaran la vigilancia sobre las trincheras borbonicas Villarroel presiona para capitular Editar La noche del 31 de agosto al 1 de septiembre mientras el general comandante Antonio de Villarroel dormia en su residencia el general de guardia Jose Bellver observo gran movimiento de tropas en las trincheras borbonicas y de inmediato ordeno disparar los cohetes de aviso 272 Al poco todos los campanarios repicaban enloquecidos y la ciudad entera se desperto movilizandose para la lucha final Pero en realidad todo habia resultado ser una operacion de engano para crispar mas aun los nervios de los asediados y exacerbar la desesperacion del pueblo llano Tras incorporarse a su puesto y confirmar que se habia tratado de una falsa alarma Villarroel ordeno a todos los generales y coroneles que a las tres de la tarde se presentasen en su residencia donde tendria lugar un importante consejo de guerra 272 Llegada la hora y reunidos todos Villarroel les manifesto que atendiendo a criterios estrictamente militares y no politicos dada la disposicion de las tropas borbonicas el estado de las siete brechas abiertas en la muralla lo precario de las defensas y las pocas tropas disponibles la escasez de polvora municiones viveres y la hambruna que azotaba al pueblo la ciudad se hallaba en estado de capitular Anadio que habian luchado heroicamente soportando un bloqueo de un ano que habian resistido un asedio formal durante 51 dias y que tras tal hazana la guarnicion militar que habia defendido Barcelona podia aspirar a una capitulacion honrosa Acto seguido les pidio su parecer 273 La proposicion no sorprendio a los oficiales pues tres dias antes el coronel Pablo Tohar a punto estuvo de ser linchado por unos soldados cuando insinuo que habia que capitular extremo del que le salvo Antonio de Villarroel cuando acudio al tumulto que se habia formado y apaciguo a los soldados justificando la negociacion de una capitulacion a lo que los soldados respondieron Si Exmo Senor si ellos lo pidiesen pero pedirlo la plaza no morir primero que ejecutarlo 274 un extremo harto inimaginable pues una vez las trincheras atacantes habian coronado el foso y derrumbado las murallas de una ciudad asediada correspondia a esta y no a las tropas atacantes batir llamada implorando negociar un capitulacion Todo lo contrario si llegado tal extremo los dirigentes de la ciudad asediada persistian en su obstinacion obligando a los atacantes a asaltarla para dominarla entonces estos tenia el legitimo derecho a saquear la ciudad matando robando y violando a sus ciudadanos a discrecion Solo si los defensores batian llamada y pedir negociar una capitulacion se podia evitar tal extremo 264 Sin excepcion todos los generales y coroneles coincidieron en que la situacion militar de Barcelona era la de capitular pero le recordaron que habian hecho un juramento politico a los Tres Comunes de Cataluna para luchar hasta la ultima gota de sangre Fue entonces cuando Villarroel les informo de la Instruccion Imperial de emperador Carlos de Austria a quien todos debian obedecer en ultima instancia un directriz politica para evitar que Barcelona fuera llevada a la hecatombe final Ello no obstante la mayoria replico que solo capitularian ante la orden explicita del emperador Carlos a lo que Villarroel respondio que a su modo de ver en el estado presente no podian ser otras las ordenes de Su Majestad Ante el fracaso del consejo de guerra Villarroel acabo por pedirles que pusieran su voto por escrito y que era consecuente a la confianza la obligacion de observar el mayor secreto 275 Pero la propuesta de capitulacion de Villarroel no se mantuvo en secreto y esa misma tarde la Junta de los 24 tuvo entera noticia de todo lo que se habia hablado en el consejo de guerra Rafael Casanova requirio explicaciones a los otros dos comunes Generalidad y Brazo Militar quienes negaron tambien tener constancia de nada Finalmente el protector del Brazo militar de Cataluna se presento en la residencia de Villarroel exigiendole explicaciones por su irregular proceder y este le respondio que a la manana siguiente expondria su posicion ante Junta Superior 275 Las tropas borbonicas intiman a la negociacion Editar Junta Superior y Secreta Conseller en Cap Brazo Militar Agente AustriacoRafael Casanova Marques de Barbera Francisco VernedaEclesiasticos Aristocracia CiudadanosArcidiano de Andorra Baron de Almenara Felix TeixidorEsa misma tarde decenas de mujeres presas del panico y del hambre se agolparon frente a los portales gritando para escapar de la ciudad La Junta de los 24 acabo permitiendo su salida y tras franquear las puertas llegaron hasta el cordon de bloqueo borbonico donde imploraron que les permitiesen continuar su camino Berwick lo prohibio para obligarlas a que regresaran a la ciudad donde ya solo eran bocas que alimentar Regresaron a los portales de Barcelona pero una vez alli la Junta de los 24 ordeno a los guardias que ya no les permitiesen la entrada El medio millar de mujeres con sus ninos quedaron vagando en tierra de nadie entre lloros y gritos de desesperacion 276 La manana del 2 de septiembre Villarroel expuso ante los miembros de la Junta Superior que el estado de las defensas era desastroso que faltaban polvora municiones y pan que las deserciones eran ya incontenibles que el asalto final borbonico era inminente y que le seria imposible detenerlo O de inmediato batian llamada para negociar una capitulacion o seria demasiado tarde para evitar que Barcelona fuera asaltada arrasada y saqueada Para que no cupieran dudas les entrego tambien los dictamenes escritos de los generales y coroneles donde todos sin excepcion coincidian en que la situacion militar de Barcelona era la de capitular aunque la mayoria se mantenia fiel al juramento hecho a los Tres Comunes de Cataluna 275 Los miembros de la Junta Superior respondieron que eran perfectamente conscientes del estado en que se hallaba Barcelona y que tomarian las decisiones pertinentes Pero tras la reunion tan solo ordenaron a la Junta de Provisiones que diera mas pan a los combatientes disposicion que no tuvo ningun efecto dado que ya no quedaban viveres que repartir 275 Por la noche del 2 al 3 de septiembre desertaron un capitan y dos suboficiales En el campo borbonico el general frances marques de Guerchy anoto en sus memorias que estos oficiales informaron exactamente al Duque del estado de las defensas de la miseria que se padecia y del consejo de guerra de Villarroel asi como de los votos de los que intervinieron y al dia siguiente ocurrio lo inimaginable las tropas atacantes borbonicas y no ciudad asediada batieron llamada intimando a la negociacion 276 El 3 de septiembre el mariscal Berwick envio al oficial Montesquieu al pie de la brecha para que batiera llamada e hiciese entender de palabra a los rebeldes de Barcelona que el senor mariscal se lavaba las manos ante Dios por la gran carniceria y crimenes horribles que iban a cometerse en el asalto general que se les iba a dar si ellos no imploraban la misericordia del rey Al otro lado de las murallas estaba el segundo de Villarroel el coronel Gregorio de Saavedra quien tras recibir la intimacion del oficial frances ordeno que se restableciera el fuego y envio la noticia al general comandante Este se hallaba en su residencia donde acababa de insistir nuevamente ante el sindico de la ciudad que su sentir era se procurase una capitulacion honrosa Al recibir el comunicado de inmediato lo reenvio a los consellers precisando que el oficial frances aguardaba una respuesta 277 Los seis consellers y Junta 9 ª de Guerra se hallaban reunidos bajo la presidencia del conseller en Cap Rafael Casanova quien tras leer ante todos el comunicado de Villarroel propuso que ante la gravedad del punto a tratar no podian deliberar sin informar de ello a los otros dos comunes Generalidad y Brazo Militar Pero el conseller segundo Salvador Feliu de la Pena se opuso diciendo que era punto decidido en el consejo de guerra del 19 de mayo en el cual se habia resuelto no escuchar capitulacion a lo que anadio que convocar a los otros dos comunes no serviria de nada pues muchos sujetos que componian los otros comunes le habian manifestado ser su sentir no entrar en capitulacion 278 Casanova replico que eso era irrelevante que los consellers de Barcelona no podia tomar tal decision por si solos y que conforme a lo estipulado por la Generalidad de Cataluna en el auto de cesion interino de gobierno del 27 de febrero debia informarse a los Tres Comunes de Cataluna Casanova impuso su criterio y se resolvio informar y convocar a los diputados de la Generalidad y a los oficiales del Brazo Militar a las tres de la tarde del dia siguiente Asimismo se envio respuesta a la trinchera borbonica informando que el gobierno en pleno iba a reunirse para tomar una resolucion y que si el duque queria recibir la respuesta de hombres de espada militares o de garnacha politicos A ultima hora Berwick respondio que poco le hacia que fuesen de lo uno o de lo otro solamente fuesen hombres de entendimiento y de confianza 278 Rechazo a la ultima proposicion borbonica Editar El 4 de septiembre sobrevino una tromba de agua que se prolongo hasta el anochecer inundando las trincheras borbonicas Entretanto se habia reunido la Conferencia de los Tres Comunes ante la cual se leyo el informe del general Villarroel asi como los votos escritos de los generales y coroneles Finalizada la conferencia los delegados pasaron a participarlo a cada uno de los Tres Comunes de Cataluna Consejo de Ciento de Barcelona Diputacion del General del Principado de Cataluna y Brazo militar de Cataluna los miembros de los cuales pasaron a reunirse cada uno por separado 279 En representacion del Consejo de Ciento de Barcelona actuaba la Junta de los 24 de Barcelona a la que se anadieron personas asociadas hasta reunir a 30 patricios barceloneses El conseller en Cap Rafael Casanova presidia la reunion donde los pareceres fueron diversos unos insistieron en que se llamase para asistir y ser oido el general comandante Antonio de Villarroel otros que debian comparecer tambien los demas generales y coroneles otros que aquello no era necesario estando ya informados de su parecer por sus votos escritos otros que se nombrasen ya personas para salir y saber exactamente cual era la proposicion de los enemigos aunque sin darles poder alguno para negociar otros puntualizaron que el lugar para conferenciar habia de ser en el campo delante de Barcelona escoltados por la guardia de caballeria de la ciudad para la total seguridad a sus personas otros se negaron absolutamente a que se escuchase proposicion alguna de los borbonicos fuera cual fuera porque era de suponer que no tendria mas fin que el de proponerles que se sometieran 279 Los que con mas intransigencia se oponian invocaban las profecias de los eclesiasticos y recordaban que la suya era una causa divina que todos debian creer que Dios misericordioso les sacarian de aquel trance que el convoy que en breve se esperaba de Mallorca llegaria a salvo a Barcelona que la Sagrada Providencia mantendria las excesivas lluvias y que llegando el otono adelantado no podrian los borbonicos mantenerse por mucho mas tiempo en sus trincheras debiendo levantar el asedio a la par que las galeras enemigas no podrian continuar con el bloqueo quedandoles de nuevo el mar libre 280 Casanova replico que aquello era cierto a lo que anadio que tambien esperaban la respuesta a la peticion de intervencion britanica pero que si no ganaban tiempo escuchando la proposicion borbonica el general Villarroel aseguraba que en pocas horas Barcelona estaria ardiendo bajo las llamas y ellos habrian sido derrotados Finalmente Casanova impuso su criterio y la mayoria de la Junta de los 24 se pronuncio en favor de que se nombrasen sujetos para oir la cual era la proposicion borbonica exigiendo a cambio una suspension de armas de 12 dias 280 Se inicio la votacion y habiendo ya votado cuatro en ese sentido el proceso quedo abruptamente interrumpido Dos emisarios entraron y anunciaron que la Generalidad y el Brazo Militar habian resuelto su posicion Que ambos habian votado en contra de escuchar la proposicion borbonica Con los dos comunes en contra lo que resolviese Barcelona era ya intrascendente Entonces la Junta de los 24 decidio paralizar la votacion y enviar dos emisarios a los otros dos comunes para ver si mudarian su sentir Se encomendo la tarea a Francisco Gelabert y al conde de Claramunt respectivamente para que trataran de persuadir a los diputados de la Generalidad y a los oficiales del Brazo militar con todas la circunstancias posibles informandoles detalladamente del estado de las defensas de la polvora y municiones que quedaban y de la ultima revista de tropas recordandoles que el general comandante Villarroel advertia que Barcelona no podria resistir un nuevo asalto en aquellas condiciones Los diputados y aristocratas respondieron por escrito obstinandose en no dar oidos a cualquiera que fuera la proposicion que ofreciesen los borbonicos Ante tal resultado Casanova se dirigio de nuevo a la Junta de los 24 manifestando que los Tres Comunes de Cataluna no podia presentarse desunidos con lo que se conmino a los 26 patricios barceloneses que aun debian votar para que lo hiciesen en el mismo sentido que el de los diputados de Generalidad y los aristocratas del Brazo militar uniendose asi Barcelona a la resolucion de los otros dos comunes 280 Propaganda de la Junta de los 24 El romance Carta que escribe el Principado de Cataluna alababa la lucha de la milicia de la capital catalana la Coronela de Barcelona que hoy se debe a tu Espada el no verse triunfante la Nacion Castellana Para el historiador Salvador Sanpere y Miquel esa fue nuevamente una muestra de la grandeza de Rafael Casanova convocando primeramente a los Tres Comunes aun y a riesgo de que votasen en su contra porque era su deber convenciendo a la Junta de los 24 de Barcelona de que la unica manera de evitar la inminente derrota era ganando tiempo exigiendo a Berwick una suspension de armas de 12 dias y que ante la oposicion de la Generalidad y del Brazo militar acaba haciendose derrotar a si mismo para mantener la unidad institucional de los Tres Comunes de Cataluna en el momento mas crucial de su historia 280 El 5 de septiembre tomada de esa manera la resolucion unanime de los Tres Comunes de Cataluna y mientras arreciaba de nuevo la lluvia el conde de Claramunt fue a participarla al general comandante Villarroel para que diera la orden de anunciarla al campo enemigo Pero Villarroel se nego a hacerlo Asevero que dado que habian resuelto sin darle la honra de convocarle para consultarle en una decision militar de tal transcendencia pues que fueran los Tres Comunes los que dieran la orden por si mismos asi como que tuvieran a bien el admitirle la dejacion de su empleo como general comandante que tal decision se la dictaba el conocimiento del estado de la plaza el oficio de soldado el honor de su caracter y la obligacion de no ser complice en la ultima ruina de Barcelona 281 Informados los Tres Comunes de la negativa de Villarroel a dar la orden y de su peticion de dimision le respondieron con una dura comunicacion recordandole que no puede V E olvidar de haber sido elegido por General Comandante de las Tropas de este Principado a su sueldo y expensas por los Tres Comunes y se manifesto a V E la autoridad que para ello gozan los Tres Comunes y asi que solo debe atender al interes de estos y a sus resoluciones tambien le recordaron el consejo de guerra del 19 de mayo y que en consecuencia de aquella unanime resolucion se mantienen los Tres Comunes inmutables no obstante cualquier riesgo o peligro que la suerte pueda ocasionar hasta derramar la ultima sangre de sus venas en defensa de la ciudad sin dar oidos a capitulacion puesto que obrar en sentido contrario se opondria a la resolucion tomada el dia 6 de julio por los Brazos Generales a la unanime deliberacion tomada en el dicho consejo de guerra a la libertad de la Nacion a las leyes y honor de la Patria y finalmente segun comprendemos a la Divina voluntad 281 lease la comunicacion integra Le entrego la comunicacion Juan Francisco de Verneda a quien los Tres Comunes instaron para que hiciera valer su cargo como representante de Carlos de Austria en Barcelona para forzar a Villarroel a obedecerles pero este continuo negandose a dar la orden La noche del 5 al 6 de septiembre se levanto otra tempestad de truenos y fueron las corrientes tan grandes que las trincheras borbonicas que habian sido achicadas durante el dia volvieron a inundarse El 6 de septiembre por la manana Berwick ya muy nervioso ante la ausencia de respuesta se acerco a las trincheras para ver si habia novedad Mientras tanto en el interior de la ciudad Verneda regreso de nuevo a la residencia de Villarroel acompanado esta vez del vicario Jose Rifos y del marques de Barbera quienes tras larga discusion acabaron finalmente por convencerle Fue el segundo de Villarroel el coronel Saavedra quien ordeno hacer tocar los tambores y tras interrumpirse el fuego y en medio de un tenso silencio en las trincheras borbonicas leyo el papel con la respuesta que le habian entregado los Tres Comunes de Cataluna Los Tres Comunes se han juntado y considerada la proposicion hecha por un oficial de los enemigos responden que no quieren oir ni admitir proposicion alguna del enemigo 280 Del lado borbonico recibio la resolucion Claude Francois Bidal d Asfeld quien respondio Esta bien y de inmediato ordeno que se reanudara el fuego 282 Ese mismo 6 de septiembre en Londres el consejo de la regencia britanica informo al embajador Dalmases que finalmente se habian enviado orden a la flota britanica atracada en Mahon para que de inmediato zarpara hacia Barcelona con el objeto de presionar sin emprender accion ofensiva alguna para lograr un armisticio Al mismo tiempo en La Haya el otro embajador catalan el conde de Ferran se entrevisto con el nuevo rey britanico Jorge I quien esperaba que amainara el tiempo para cruzar el canal de la mancha y arribar a Gran Bretana El embajador le expuso las instrucciones que le habian dado los Tres Comunes en 1713 a saber que toda Espana fuera para Carlos de Austria que de no ser posible fuesen los estados de la Corona de Aragon separados de Castilla y regidos para la Casa de Austria y cuando esto no se pueda lograr que Cataluna con las islas de Mallorca e Ibiza sea erigida en republica bajo la proteccion de V M de la augustisima Casa de Austria y de los altos aliados Esta representacion del conde de Ferran termino de convencer a Jorge I sobre la actitud que debia adoptar respecto a los catalanes 283 El 7 de septiembre mientras las tropas borbonica volvian a desaguar las trincheras Villarroel formalizo por escrito su dimision solicitando que por mi dinero se me de embarcacion hasta Mallorca para transportarme alli con mi familia anadiendo que suplico a V Exas que por evitarme la desgracia de que el enemigo perturbe mi viaje o de caer en sus manos se digne V Exas a todo buen fin de que esto no se publique 284 Los Tres Comunes de Cataluna aceptaron su dimision accediendo a todas sus peticiones se le agradecieron los servicios prestados informandole que se le pagaria el sueldo pendiente y tres meses mas que se le pagarian todas las deudas que hubiera contraido durante su estancia en la ciudad y que para mayor resguardo de su persona su familia y sus sirvientes serian transportados a Mallorca en las dos fragatas que se esperaban para la noche del 11 de septiembre al 12 de septiembre aceptando entretanto que se mantuviera al frente del comando de las armas para guardar el secreto Al interesarse este por conocer a quien habian nombrado aquel le respondio que a la Virgen de la Merced cuya santa imagen habia sido retirada de una iglesia e instalada en la silla de general comandante y en cuyo nombre el conseller en Cap coronel y gobernador Rafael Casanova daria las ordenes junto a un representante de cada comun el marques de Barbera por el Brazo militar el conde de Rodona por la Generalidad y el conde de Claramunt por Barcelona 245 El 11 de septiembre Editar El asalto final sobre Barcelona el 11 de septiembre de 1714 A la izquierda detalle del baluarte de Santa Clara con la torre de San Juan totalmente ruinosa y contiguo el avance de las tropas francesas del mariscal Guerchois y del brigadier Reves por la brecha central Los siguientes dias las lluvias continuaron impidiendo a los borbonicos lanzar el asalto general El lunes 10 de septiembre un nuevo chubasco cayo sobre la ciudad al anochecer el conseller en Cap Casanova volvio a reconocer la primera linea de combates en la muralla alentando a la resistencia de las tropas a pesar de deserciones y la hambruna generalizada Mas en esta ocasion el mariscal de Francia no ordeno el asalto al entrar la noche A las 4 30h del martes 11 de septiembre mas de cuarenta batallones borbonicos lanzaron el asalto final sobre Barcelona 285 El baluarte de Levante fue asaltado por el brigadier Courty y el coronel Cany el reducto de Santa Eulalia por el coronel Chateaufot el baluarte de Santa Clara por brigadier Balincourt y la brecha contigua a dicho baluarte por el mariscal Lescheraine La brecha central estaba bajo la responsabilidad del mariscal Guerchois y el brigadier Reves mientras que el baluarte de la Puerta Nueva unico sector que el mariscal duque de Berwcik confio a tropas espanolas fue asaltado por la elite de las tropas de Felipe V las Reales Guardias Espanolas bajo el mando del mariscal Antonio del Castillo y el brigadier vizconde del Puerto 286 El asalto general se lanzo por los tres frentes simultaneamente tal como narraba el marques de San Felipe Todos a un tiempo montaron la brecha espanoles y franceses el valor con que lo ejecutaron no cabe en la ponderacion Mas padecieron los franceses porque atacaron lo mas dificil 287 La defensa fue obstinada y feroz abatiendo a los asaltantes borbonicos antes de que estos consiguieran llegar hasta la muralla y obligando a lanzar varias oleadas de gente fresca 288 Ante la espantosa carniceria que estaban sufriendo las tropas francesas en el sector del Baluarte del Santa Clara el teniente general Cilly ordeno al coronel Chateaufort que abandonase el ataque al reducto de Santa Eulalia y solicito al mariscal Lescheraine del centro frances que lo auxiliase con el grueso de sus tropas formado por los regimientos Normadie Auvergne y La Reine para asaltar la brecha contigua al baluarte de Levante 289 Pasadas las cinco de la manana y tras lanzar tres asaltos las tropas conjuntas del coronel Cany del brigadier Courty del coronel Chateufort y del mariscal Lescheraine conseguian pasar a sangre y fuego por encima de las pocas tropas catalanas supervivientes que defendia dicha la brecha A partir de la rotura de la brecha el colapso de la defensa se precipito Los combatientes del baluarte de Levante cogidos por la espalda fueron pasados a bayoneta otro tanto les sucedio a los defensores del baluarte de Santa Clara de los cuales solo unas pocas companias pudieron salvarse gracias a la carga suicida de una de las companias de la Coronela de Barcelona y poco despues tambien cayo el baluarte de la Puerta Nueva bajo las tropas espanolas Como recordaba el marques de San Felipe Todo se vencia a fuerza de sacrificada gente que con el ardor de la pelea ya no daba cuartel ni lo pedian los catalanes sufriendo intrepidamente la muerte 290 Los consellers de Barcelona viendo que toda la linea de defensa habia colapsado y que la caida de la ciudad era inevitable decidieron abandonar su cuartel general en el portal de San Antonio y salir a combatir por las calles En ese momento recibieron aviso del teniente mariscal Antonio de Villarroel quien les comunicaba que retomaba el general comando militar y les pedia que lanzaran su contraataque por el sector de San Pedro mientras que el dirigiria otro por el centro Pasadas las seis de la manana Rafael Casanova ordeno emitir el que seria su ultimo bando 291 como conseller en Cap de Barcelona ordenando sin excepcion a todos los varones mayores de catorce anos a la defensa de la ciudad de Barcelona y guardia de la bandera de Santa Eulalia en servicio del Rey y de la Patria 291 Casanova montaba a caballo mientras que la bandera de Santa Eulalia reliquia venerada por los barceloneses y que segun la tradicion solo podia sacarse en momentos de grave peligro para Barcelona la llevaba el conseller segundo Feliu de la Pena a pie Siguiendo las ordenes del bando varias companias de los seis batallones que formaban la Coronela de Barcelona se congregaron en la Plaza de Junqueras donde se les unio una multitud de gentes Entonces Casanova desmonto y tomo la bandera de Santa Eulalia de cuya hasta pendian dos cordones auxiliares que tomaron respectivamente el marques de Barbera y el protector del Brazo militar de Cataluna completando la custodia de la saagrada bandera un sequito de patricios barceloneses A la orden del conseller en Cap Rafael Casanova subieron por el terraplen de la muralla de Junqueras y se lanzaron al contraataque pasadas las siete de la manana 292 Salvadores de la Patria Los proceres catalanes radicales como Manuel de Ferrer y Sitges Rafael Casanova o el marques de Barbera que llevaron a Cataluna a la catastrofe total de 1713 1714 con la gloriosa Resolucion de continuar la guerra no dudaron en atribuirse para si mismos el titulo de Padres de la Patria En esta carta los diputados de la Generalidad de Cataluna instaban a continuar la guerra no solo en defensa de la justa causa del rey nuestro senor que Dios guarde sino y tambien para conseguir la amada Libertad 293 El ingeniero Jorge Prospero de Verboom que con las tropas espanolas habia llegado hasta el baluarte de San Pedro anoto en su diario que fue entonces aparecieron las tropas catalanas con la bandera se Santa Eulalia a su frente 294 Les embistieron con tal fuerza que las tropas espanolas que combatian en ese sector empezaron a retirarse desordenadamente 295 hasta provocar una desbandada general en todo el sector de San Pedro 296 El avance de las tropas catalanas aplasto a los batallones de las Reales Guardias Espanolas que fueron masacrados tal como recordaba el entonces capitan de la unidad Melchor de Abarca y Velasco los regimientos de Guardias que les toco pasar por esta parte derramaron mucha sangre los cuales quedaron totalmente perdidos 297 Mientras comandaba el contraataque el conseller en Cap Rafael Casanova cayo herido de un balazo en el muslo recogiendo la bandera de Santa Eulalia el protector del Brazo militar de Cataluna Juan de Lanuza y de Oms y siendo trasladado el conseller al Colegio de la Merced donde habia instalado un hospital de campana Ante la caida en combate de Rafael Casanova el avance quedo detenido 298 y a partir de entonces los combates se centraron en la posesion del convento de San Pedro que fue reconquistado y perdido once veces entre defensores y asaltantes Ante la enconada resistencia de los barceloneses el mariscal duque de Berwick movilizo a 6 000 hombres mas de sus reservas para entrar en combate Tambien por el sector derecho las tropas francesas habian empezado a retirarse hasta parapetarse en el convento de Santa Clara donde fortificaron sus posiciones del lado del Pla d en Llull El teniente mariscal Antonio de Villarroel que aunque no fuera catalan habia nacido en Barcelona flanqueado por el general comandante de la caballeria el catalan Miguel de Ramon y Tord exhorto a sus hombres con estas palabras Senores hijos y hermanos hoy es el dia en que se han de acordar del valor y gloriosas acciones que en todos tiempos ha ejecutado nuestra nacion No diga la malicia o la envidia que no somos dignos de ser catalanes y hijos legitimos de nuestros mayores Por nosotros y por toda la nacion espanola peleamos Hoy es el dia de morir o vencer y no sera la primera vez que con gloria inmortal fue poblada de nuevo esta ciudad defendiendo la fe de su religion y sus privilegios 299 tras lo cual se lanzaron con los restos de la caballeria desde la Plaza del Borne hasta el Pla d en Llull donde la carga fue masacrada por las tropas francesas apostadas en el convento de Santa Clara El teniente mariscal Villarroel herido fue retirado de los combates y trasladado a su residencia mientras el general Francisco Sans de Monrodon comandante del sector ordenaba construir una barricada 300 Francisco de Castellvi capitan de la 7 ª compania del II batallon de la Coronela de Barcelona recibio ordenes de atravesar ese frente por la casa de las aduanas y socorrer a los que combatian en el bastion de Mediodia en sus memorias se refirio a las dantescas imagenes que su sucedian a su alrededor y a la brutalidad de los combates sentenciando No puede la humana compresion explicar cual era el ardor y el encono Media hora despues llegaron alli los diputados de la Generalidad Antonio Grases y Des y Tomas Antich y Saladrich con el miembro de la Junta Superior Felix Teixidor y Sastre al frente de un destacamento formado por milicianos y civiles el diputado traia consigo la bandera de San Jorge insignia de la Generalidad de Cataluna y exigio a un suboficial que se presentara ante el el comandante del sector Al rato llego el general Francisco Sans de Monrodon y en su presencia el diputado de la Generalidad de Cataluna se puso de rodillas y le dijo Estamos aqui para morir por la Patria senalenos donde quiere que ataquemos con la bandera 301 A cabo de unos instantes el anejo general Sans partidario de una capitulacion honrosa que evitara la masacre de los civiles objeto que necesitaba a todos sus soldados para estabilizar ese sector y que no iba a cederle hombres para lanzar un ataque custodiando la bandera de San Jorge ante la contrariedad de los diputados de la Generalidad de Cataluna el general les replico que devolvieran la bandera al lugar de donde la habian sacado y que serian de mayor utilidad si procuraran conseguir aguardiente y municiones para las tropas que estaban combatiendo desde hacia horas una tarea la de aguaceros a la que estaban destinados los ninos menores de 13 anos 300 Villarroel y Tohar logran forzar la capitulacion Editar Saqueos y violaciones en Barcelona el 11 de septiembre de 1714 A la izquierda al fondo representacion de la Piramide del Borne mientras en primer plano los oficiales franceses custodian a fray Tomas Torrens y a otro dominico a la par que sus tropas se libran al saqueo y la violacion Al mediodia habiendo caido en combate la cupula politico y militar estando el conseller en Cap Rafael Casanova ingresado en el colegio de la Merced y el teniente mariscal Antonio de Villarroel siendo atendido de sus heridas en su residencia los miembros de la Junta de los 24 se reunieron con varios oficiales militares para analizar la situacion de los combates En ese interin les llego la noticia que el asalto borbonico se habia detenido en los tres sectores de ataque la razon era el comandante del sector de San Agustin el coronel Pablo Tohar alegando estar siguiendo ordenes directas del herido teniente mariscal Villarroel habia batido tambor solicitado parlamentar y habia entrado en campo borbonico Alli habia solicitado negociar una capitulacion y Berwick habia concedido una suspension de armas hasta las cinco 302 La intervencion del coronel Pablo Tohar resulto providencial dado que justo antes de que batiera llamada para parlamentar se habian encendido las humaredas en los tres sectores del ataque borbonico senal convenido por Berwick para que la segunda reserva 12 000 hombres mas se lanzaran dentro Barcelona arrasando finalmente con todo lo que encontraran a su paso Estupefactos y desconcertados los supervivientes de la Junta de los 24 resolvieron que debian ser los Tres Comunes de Cataluna los que unanimemente respondieran a la situacion Se convoco a los diputados de la Generalidad y a los miembros del Brazo militar que aun seguian en pie para que se reunieran en el Portal de San Antonio Ante la indignacion de los presentes el coronel Juan Francisco Ferrer les expuso la determinacion del teniente mariscal Villarroel habia que negociar una capitulacion antes de la llegada de la noche o de lo contrario se exponia a la ciudad a la total debastacion 303 Pero los miembros mas radicales de los Tres Comunes de Cataluna insistian en que debia verterse mas sangre convocando nuevamente a los civiles a la lucha les replicaron los que querian acabar con todo aquello gritando que ya habia habido suficiente muerte y destruccion para dar testimonio a los venideros y que debian aprovechar la ultima oportunidad que les ofrecia Berwick Finalmente a las tres de la tarde los Tres Comunes acordaron redactar un bando de consenso Como senala el historiador Carlos Serret frecuentemente se ha atribuido la autoria del dicho bando al conseller en Cap de Barcelona Rafael Casanova cuando la verdad historica es que Rafael Casanova habia caido herido en combate horas antes en el bastion de San Pedro y que el bando fue redactado en la conferencia tenida por los Tres Comunes de Cataluna en el Portal de San Antonio tal y como el mismo bando deja meridianamente explicitado 304 Pero el bando no fue leido por las calles de Barcelona pues continuaban las discusiones y el bloqueo entre los miembros de los Tres Comunes de Cataluna Su mera existencia contenido y redactores fueron descubiertos a finales del siglo XIX cuando se hallo en Viena el manuscrito de uno de los presentes en la reunion Francisco de Castellvi y Obando Pasadas las cinco de la tarde y ante la inexistencia de respuesta el mariscal duque de Berwick anuncio que les ampliaba la suspension de armas hasta la medianoche Finalmente los Tres Comunes de Cataluna accedieron a que se escuchara a Juan Francisco de Verneda quien expuso el plan de Carlos de Austria si los Tres Comunes decidian finalmente negociar una capitulacion en suma Carlos de Austria le ofrecia a Felipe V la entrega del reino de Mallorca e Islas de Ibiza si tanto Cataluna como Mallorca conservaban sus fueros privilegios costumbres e inmunidades como en los tiempos del difunto Carlos II 305 Dado que se exigia la conservacion de los fueros los intransigentes diputados de la Generalidad de Cataluna acabaron cediendo a las presiones fueron designados para negociar el inspector general del ejercito de Cataluna Jacinto Oliver y el miembro de la Junta de los 24 Mariano Duran y Mora accediendo a que fueran acompanados por el coronel Juan Francisco Ferrer en nombre del teniente mariscal Antonio de Villarroel y de Martin de Zubiria en las funciones de traductor los cuales partieron hacia el campo borbonico a las seis de la tarde A la una de la madrugada del 12 de septiembre los comisionados regresaron a la ciudad informando que Berwick no aceptaba la conservacion de los fueros de Cataluna y de Mallorca que solo ofrecia respetar la vida y la libertad de los sitiados y que ampliaba la suspension de armas hasta el mediodia del 12 de septiembre 306 El pacto de capitulacion Editar A los ocho de la manana del dia 12 de septiembre a pesar de la fanatica obstinacion del diputado de la Generalidad de Cataluna Francisco de Perpina por no acceder jamas a capitulacion alguna al fin la mayoria resolvio que dada la falta de gente y el hambre extrema que azotaba la ciudad debian aceptarse los terminos de la capitulacion ofertada por el mariscal de Francia si solo si se quitaba la palabra rendicion a discrecion en caso contrario y si el duque insistia en una rendicion a discrecion los comisionados debian retirarse 307 Ante tal tesitura y desobedeciendo las ordenes que Felipe V le habia entregado Berwick acabo pactando la capitulacion de Barcelona a las tres de la tarde del dia 12 de septiembre de 1714 Relacion y primeras noticias hasta el dia 12 de la Conquista de Barzelona y su Castillo de Monjui publicadas en Madrid Viernes 21 de Septiembre de 1714 Siguiendo lo capitulado la Junta de los 24 ordeno que se entregara la fortaleza de Montjuich al teniente general frances marques de Guerchy Esa tarde el teniente coronel Jose de Peguera y el capitan de la Coronela de Barcelona Francisco de Castellvi y Obando fueron a visitar al herido conseller en Cap Rafael Casanova al hospital del colegio de la Merced donde le expusieron la capitulacion que habia concedido Berwick Mismamente Juan Francisco de Verneda fue a visitar al herido Antonio de Villarroel a su residencia cuando marchaba se cruzo con el coronel Juan Francisco Ferrer quien le recrimino la obstinacion de la defensa tachando a los consellers de Barcelona de beatos sanguinarios y afirmando que si hubieran capitulado cuando el llego con las ordenes de Viena en agosto habrian obtenido mas en la negociacion con Berwick Verneda le respondio que el no era quien para juzgar las deliberaciones de los catalanes que no deberia habersele permitido entrar a negociar en campo borbonico que no habia entendido nada de lo ocurrido y se despidio de el sentenciando Cataluna se halla ilustrada desde los antiguos tiempos de grandes honores y fama Habria sido bajeza permitir degradar su Honor sin derramar la mayor parte de su sangre 306 El sitio de Barcelona habia provocado unas bajas estimadas en 14 200 asaltantes borbonicos 6 850 defensores catalanes y la destruccion de un tercio de la ciudad los muertos habidos durante la rebelion en combates ejecuciones y represalias en el interior de Cataluna resultaron incalculables Berwick cumplio con la palabra de honor que habia dado en la capitulacion y tanto politicos como militares siguieron viviendo en su casa como antes sin que por lo pasado se le haga ningun proceso de lo que ha hecho contra el rey 308 El historiador Joaquin Guerrero de la Universidad Autonoma de Madrid sostiene en su tesis doctoral que si hubiera salido adelante la propuesta de Casanova y Berwick la hubiera admitido lo que es dudoso hubiera podido cambiar la historia porque quizas habria dado tiempo a que las ordenes de Jorge I de auxiliar a los catalanes hubieran podido hacerse efectivas Inglaterra tenia una flota poderosa en Mahon a la que se habian enviado instrucciones desde Londres en este sentido con anterioridad al 6 de septiembre pero que no llegaron a tiempo 309 Consecuencias EditarOcupacion de la ciudad Editar Relacion de servicios del capitan Antonio de Alos y Rius 1693 1780 hijo de un destacado butiflero que lucho en asalto final de Barcelona el 11 de septiembre El 13 de septiembre por la manana Berwick nombro por gobernador de Barcelona al marques de Guerchy 310 Ante la indignacion de los militares espanoles el mariscal de Francia les respondio que la gloria de mandar en la plaza la habia destinado a la nacion francesa que era la que mas sangre habia derramado para dominarla a lo que anadio que las tropas espanolas no habian sido suficientes para rendir la ciudad y que era justo tuvieran el comando los franceses 311 Acto seguido se inicio la ceremonia de capitulacion el sargento mayor de la Coronela Felix Nicolas Monjo en representacion del herido Rafael Casanova y el coronel Juan Francisco Ferrer en representacion del herido Antonio de Villarroel entregaron solemnemente las llaves de Barcelona al teniente general marques de Guerchy Seguidamente Berwick paso revista al ejercito frances puesto en armas ante su persona y finalmente les ordeno que entraran en Barcelona 312 Entraron 13 batallones de infanteria franceses y lo que quedaba de las sufridas Reales Guardias Espanolas junto a 1 500 soldados de caballeria El brigadier borbonico vizconde del Puerto senalo en sus memorias que todo se ejecuto sin el menor desorden y luego entraron muchas provisiones en la ciudad donde la necesidad era extrema 312 Le acompanaba el capitan de caballeria butiflero Antonio de Alos y de Rius quien detallo que plazas y calles estaban llenas de ruinas y los parajes por donde se les ataco estaban llenos de cadaveres de ambas partes En el que seria su ultimo bando los consellers de Barcelona ordenaron al pueblo que no mostrara el menor signo de derrota y que volvieron a sus trabajos y talleres desafiantes dieron orden que ningun paisano hablase de lo pasado que los artesanos y mujeres trabajasen en las puertas de sus casas como antes de la guerra 313 El capitan de la Coronela Francisco de Castellvi tambien dejo constancia del hecho recordando que volvieron los artesanos a su trabajo con tranquilidad como si dentro de la ciudad no hubiera sucedido cosa alguna En las tiendas cuyos maestros habian muerto comparecian las viudas e hijos con las divisas del luto El pasmo de las tropas borbonicas mientras se adentraban en la ciudad lo reflejo el capitan Alos en sus memorias del 13 de septiembre Se practico puntualmente todo lo mandado por la Ciudad de manera que cuando los oficiales del campo pasabamos por las calles admirabamos la frescura con que toda la plebe de ambos sexos trabajaba en las labores de sus oficios como si nunca hubiesen tenido los marciales e intrepidos alientos con que en un ano de bloqueo y mas de cuarenta dias de sitio habian resistido a dos formidables ejercitos Me parece dijo el Duque de Berwick Que gloria hubiera adquirido esta Nacion si tan obstinada defensa la hubiese hecho a favor de su Rey Por la tarde Berwick envio a su ayudante real a la residencia del teniente mariscal Villarroel para expresarle sentia el estado de su herida ofreciendole toda la ayuda medica que necesitase y reafirmandole que cumpliria con su palabra de honor dada en el pacto de capitulacion 314 El 14 de septiembre a las 8 de la manana delante de las atarazanas los soldados del ejercito de Cataluna fueron desarmados entregandose las banderas de 5 regimientos de infanteria y los estandartes de 3 regimientos de caballeria Licenciados los soldados se les ofrecio plaza en los ejercitos frances y espanol y a los que lo rechazaron se le concedio libre pasaporte para marchar Al dia siguiente 15 de septiembre se procedio al desarme de la milicia ciudadana la Coronela de Barcelona entregandose 42 banderas gremiales Asi mismo se ordeno a la Generalidad de Cataluna que entregara la bandera de San Jorge y al Consejo de los 100 de Barcelona la tan nombrada bandera de Santa Eulalia 315 A las 3 de la tarde las llevaron todas al campamento del duque de Berwick fuera de Barcelona ordenando este que fueran enviadas a Madrid y ofrecidas a Felipe V como trofeos de guerra para ser colgadas en la Basilica de la Virgen de Atocha 315 Abolicion de los Tres Comunes de Cataluna Editar Tras desarmar a las tropas del ejercito y la milicia gremial el 15 de septiembre Berwick nombro a una junta de 15 personas que a las ordenes del capitan general del ejercito iba a administrar la ciudad en lugar del Consejo de Ciento de Barcelona Asi mismo nombro a la Real Junta de Gobierno que iba a suplantar a la Generalidad de Cataluna la junta la presidia el intendente del ejercito Jose Patino Rosales y la formaban destacados butifleros Jose de Marimon Rafael Cortada Jose Alos padre del capitan Alos Francisco Ametller y Gregorio Matas Al dia siguiente 16 de septiembre mando D Joseph Patino que en la Casa de la Ciudad se juntasen los consellers los diputados y los jefes del Brazo militar lo que practicaron con las formalidades y esplendor que en todo acostumbra esta Nacion 316 a Patino y los nuevos administradores le costo llegar hasta alli porque las calles estaban tan arruinadas por la muchedumbre de bombas que fue preciso emplear gran numero de granaderos para hacer transitables aquellas por donde habia de pasar Una vez alli y reunidos los consellers segundo tercero cuarto y quinto el intendente del ejercito Jose Patino les leyo el decreto de abolicion del Consejo de Ciento de Barcelona ordenando que se sellaran sus archivos y arcas de deposito Acto seguido leyo el decreto con el nombramiento de los nuevos administradores de la ciudad y como anoto el capitan Alos ordeno se le entregaran los libros en que estaban escritas las ordenes expedidas en los catorce meses que duraron el bloqueo y sitio y en todo obedecieron con exacta prontitud Don Joseph Patino remitio aquellos libros a la Corte Efectivamente como se lamento el historiador Sanpere Miquel el libro de la Junta de los 24 y el libro de deliberaciones de los consellers del ano 1714 principales fuentes de informacion fueron enviados a Madrid sin saberse nunca mas su paradero 317 Tras ello Patino envio a dos de los nuevos administradores de la ciudad para que leyesen a los diputados de la Generalidad de Cataluna el decreto de abolicion 316 318 El diputado eclesiastico intento replicar al decreto abolicion pero de inmediato fue cortado por Francisco de Junyent quien le dijo Donde no hay con que resistir no hay que replicar 318 Abolida la Generalidad los dos emisarios pasaron al salon del Brazo militar donde leyeron el decreto de abolicion del ultimo de los Tres Comunes de Cataluna 319 Las tres noches siguientes se lanzaron fuegos artificiales y finalmente el 18 de septiembre el mariscal duque de Berwick hizo su entrada triunfal en Barcelona Desde Sarria fue flanqueado todo a lo largo del recorrido por soldados en armas y a las afueras de Barcelona fue recibido por la nueva junta de administradores que le dieron la bienvenida y le acompanaron hasta la catedral donde se celebro una misa de Te Deum por el fin de la guerra presidida por un retrato gigante de Felipe V Pero a los coetaneos no les pasaba desapercibida cierta coincidencia historica con la que hicieron cabalas tal como recogio Castellvi es de notar que precisamente se han cumplido 1 000 anos desde que los moros conquistaron esta plaza que fue en el ano 714 Y es singular que 1 000 anos despues esta plaza ha sido conquistada por el rey Felipe V 320 Administracion militar Editar El 20 de septiembre los franceses transfirieron la plaza a las autoridades espanolas habiendo nombrado Felipe V por nuevo gobernador de Barcelona al marques de Lede Llegado el marques el mariscal de Berwick le expuso los atrasos en el pago por los servicios de las tropas francesas el modo de cobrarlos y los cuarteles que se debian senalar Por su parte el marques de Lede le expuso a Berwick las ordenes terminantes que traia de la corte de Madrid tomar prisioneros a los oficiales militares que habian servido durante la rebelion Dos dias despues contraviniendo el pacto de capitulacion Villarroel y todos los oficiales del estado mayor fueron detenidos y encarcelados Berwick pidio excusas a Villarroel y le prometio que tan pronto llegase a Madrid arreglaria el embrollo pero Felipe V jamas cedio en ese punto A pesar de que habian sido los militares los que mas habian insistido en la necesidad de capitular fueron precisamente estos y no los politicos los que acabaron sirvieron de chivo expiatorio Quedaron reclusos en diferentes carceles de Espana durante los siguientes 11 anos hasta que en 1725 se firmo el Tratado de Viena y fueron liberados 321 Quince dias despues el 2 de octubre Berwick ordeno la expatriacion de todos los eclesiasticos y beatos que habian dado apoyo moral a la rebelion el vicario general Jose Rifos y un largo etcetera fueron expulsados de los dominios de Felipe V 322 Al dias siguiente Berwick decreto el desarme general de los catalanes debiendo entregar todas y cualesquier armas de cualquier genero o calidad que sean 323 El siguiente paso se dio el 10 de noviembre cuando se prohibio bajo pena de muerte que ningun catalan saliese de Cataluna sin pasaporte autorizado 324 Dias despues se ordeno al general Jose Moragas uno de los pocos oficiales superior que continuaba en libertad y no habia huido de Cataluna que se presentara en Barcelona En la ciudad continuaban viviendo la mayoria de caudillos de la rebelion Manuel de Ferrer y Sitges Rafael Casanova el marques de Barbera etc Los miembros de la Real Junta de Gobierno se quejaron al capitan general que era cosa sumamente desproporcionada que se compilen procesos y reciban informaciones contra eclesiasticos en tiempo que los principales Caudillos que han tenido amotinado el pais particularmente durante el bloqueo y sitio de Barcelona viven con toda tranquilidad en sus casas 325 En febrero de 1715 el marques de Barbera se nego a pagar las nuevas contribuciones borbonicas y fue encarcelado siendo desterrado a Pamplona En marzo el general Moragas temiendo acabar tambien encarcelado trato de huir a Mallorca pero delatado fue apresado Fue acusado de haber intentado salir de Cataluna sin pasaporte y el 27 de marzo fue arrastrado vivo por las calles de Barcelona decapitado su cuerpo hecho cuartos y su cabeza colgada en un jaula el secretario de la Real Junta de Gobierno Gregorio Matas informo al ministro Manuel de Vadillo congratulandose de que ha sido grande el terror que aquellas sentencias han impreso en los corazones de los mas obstinados 326 Finalmente Real Junta de Gobierno ordeno el secuestro general de los bienes de los sujetos que mas se demostraron en las conmociones de Cataluna 327 Estos fueron clasificados en 6 clases en la primera clase estaban todos los consellers de 1713 1714 y los miembros de la Junta de los 36 y de la Junta de los 24 porque fueron jefes y caudillos de la rebelion y obstinada resistencia y deben ser excluidos perpetuamente de la restitucion de sus haciendas En la segunda clase todos los miembros del Brazo militar de Cataluna que votaron la guerra En la tercera los diputados y oidores de la Generalidad de Cataluna En la cuarta los ministros nombrados en tiempos del archiduque Carlos y que en lugar de evacuar en 1713 se quedaron dentro de Barcelona En la quinta clase todas las personas que aunque no formaban parte de las juntas permanecieron en Barcelona para su defensa En la sexta todos los que habian luchado en las filas del ejercito de los Tres Comunes de Cataluna 324 Nueva Planta de la Real Audiencia de Cataluna Editar Articulos principales Absolutismo Reformismo borbonico Decretos de Nueva Planta Decreto de Nueva Planta de Catalunay Real Audiencia de Cataluna En 1715 toda Cataluna continuaba bajo dominio militar siendo administrada por la Real Junta de Gobierno a las ordenes del capitan general del ejercito Por real decreto del 12 de marzo Felipe V ordeno que segun la calidad del pais y genio de sus naturales se formara un organo de gobierno 328 Acto seguido el Consejo de Castilla empezo las deliberaciones y requirio al intendente del ejercito en Cataluna Jose Patino y al jurista Francisco Ametller y Perer destacado butiflero que presentaran sendos informes para aconsejarles Ametller defendio una abolicion selectiva de las instituciones catalanas reformando aquellas que no entorpecieran la Real Autoridad mientras que en el ambito domestico se mostro favorable a preservar el derecho privado catalan En cambio Patino era partidario de una abolicion mas radical y de que Cataluna continuara bajo control y administracion del ejercito pues en su informe advertia Que el genio de los naturales es amante de la libertad son aficionadisimos a todo genero de armas prontos a la colera rijosos y vengativos y que siempre se debe recelar de ellos a que aguarden conjura para sacudirse el yugo de la justicia Son muy interesados y en todas la edades pasadas ha sido su conato en las Cortes conseguir por ley municipal la remision de pechos y tributos de suerte que ninguna cosa siente tanto como el poder ser cargados con imposiciones y tributos por la sola Real Autoridad Son apasionados a su patria en tal exceso que les hace trastornar el uso de la razon y solamente hablan en su lengua nativa es su genio laborioso e infatigable a impulsos de la apetecida conveniencia y mas presto ahorran que consumen en lo necesario y que en todas facultades hay mayor numero de los que pueden decentemente subsistir Que aquel grande orgullo esta abatido y respetan ya los preceptos de Vuestra Majestad y a la justicia no por afecto y amor sino por la fuerza superior de las armas de modo que la quietud y obediencia deben afianzarse en estas pues las necesita el pais por su calidad y genio de los naturales que seran siempre el brazo fuerte para ladear y asistir a los ministros de justicia 329 Atendiendo a ambos informes el Consejo de Castilla resolvio dar una nueva planta nueva estructura a la Real Audiencia de Cataluna para que ejerciera el poder absoluto en nombre del rey Pero a diferencia de las reales audiencias castellanas presididas estas por civiles la Real Audiencia de Cataluna quedaba bajo la presidencia del capitan general del ejercito dando lugar una diarquia militar civil que fue llamada Real Acuerdo Quedo instaurado asi el absolutismo en Cataluna concluyendo el historiador borbonico Vicente Bacallar que se la quitaron sus privilegios y se la pusieron regidores como en Castilla arreglando a estas leyes todo el gobierno con lo que paro la soberbia pertinaz de los catalanes su infidelidad y su traicion 330 Referencias EditarNotas Editar Hernandez amp Riart 2007 23 a b c Albareda 2010 363 Albareda 2010 389 390 Albareda 2010 399 Albareda 2010 373 a b Albareda 2010 366 Albareda Salvado Joaquin 2010 El cas dels catalans del pacte de Genova a l equilibri europeu de 1713 Pedralbes revista d historia moderna 18 2 305 ISSN 0211 9587 Albareda 2010 367 a b Albareda 2010 377 Munoz Gonzalez Antonio Cata Tur Antonio 2008 La traicio anglesa Llibres de l index pp 194 196 ISBN 978 84 96563 83 4 a b c Albareda 2010 365 Juan Vidal Jose 2001 Politica Interior y Exterior de Los Borbones Ed Akal p 124 ISBN 8470904108 Torras Ribe Jose 2005 Felip V contra Cataluna Ed Dalmau pp 46 49 ISBN 84 232 0681 5 Albareda 2010 370 Albareda 2010 368 Albareda 2010 368 369 Albareda 2010 379 382 Albareda 2010 398 a b Albareda Salvado Joaquin 2000 La Guerra de Successio i l Onze de Setembre Ed Empuries p 109 ISBN 84 7596 707 8 Albareda 2010 381 Albareda Salvado Joaquim 2010 p 426 Falta el titulo ayuda Marti Fraga 2008 71 Albareda 2010 27 Albareda 2010 341 Albareda 2010 311 Albareda 2010 304 Albareda 2010 306 a b c Albareda 2010 319 a b Riera Hernandez Javier 2008 Una visio contraposada del setge de 1714 els cronistes borbonics Vicente Bacallar i Nicolas de Jesus Belando en Pedralbes revista d historia moderna ISSN 0211 9587 nº 28 2 pp 297 314 Sanpere 1905 6 Albareda 2010 321 Albareda 2010 317 Albareda 2010 328 Albareda 2010 320 Alegria y Charlain Tratados convenios y declaraciones de paz y de comercio 1843 p 94 Renuncia de Felipe V a la corona de Francia y de los duques de Berry y Orleans a la de Espana Albareda 2010 323 Albareda 2010 389 Albareda 2010 305 a b Albareda 2010 337 Fernandez Duran Reyes 2011 La Corona Espanola y el trafico de negros Ecobook p 105 ISBN 9788496877511 Albareda 2010 389 395 Guerrero 2008 500 Guerrero 2008 502 a b Guerrero 2008 504 a b Sanpere 1905 62 Guerrero 2008 547 a b Guerrero 2008 505 Williamson Arthur H 2006 Shaping the Stuart World 1603 1714 The Atlantic Connection Brill p 362 ISBN 9789004147119 Alegria y Charlain Tratados convenios y declaraciones de paz y de comercio 1843 p 79 Tratado de paz y amistad entre sus Majestades el rey de Espana y reina de Inglaterra Articulo 13º Visto que la reina de la Gran Bretana no cesa de instar con suma eficacia para que todos los habitantes del Principado de Cataluna de cualquier estado y condicion que sean consigan no solo entero y perpetuo olvido de todo lo ejecutado durante esta guerra y gocen de la integra posesion de todas sus haciendas y honras sino tambien que conserven ilesos e intactos sus antiguos privilegios el Rey Catolico por atencion a su Majestad britanica concede y confirma por el presente a cualquiera habitador de Cataluna no solo la amnistia deseada juntamente con la plena posesion de todos sus bienes y honras sino que les da y concede tambien aquellos privilegios que poseen y gozan y en adelante pueden poseer y gozar los habitadores de las dos Castillas que de todos los pueblos de Espana son los mas amados del Rey Catolico Albareda 2010 344 Sanpere 1905 68 69 The Privileges of the catalans are indeed most desirable for a People whose aim in to throw off all dependancy on their Prince and to live with their arms in their hands but the Privileges of Castille are infinitely greater value of those who intende to live in a due subjection to authority Public Record Office London Albareda 2010 342 Sanpere 1905 7 Sanpere 1905 8 Munoz Gonzalez Antonio Cata Tur Antonio 2008 La traicio anglesa Llibres de l index pp 199 222 ISBN 978 84 96563 83 4 Guerrero 2008 556 Sanpere 1905 85 90 Fernandez Duran Reyes 2011 La Corona Espanola y el trafico de negros Ecobook p 274 ISBN 9788496877511 Sanpere 1905 90 Sanpere 1905 115 Guerrero 2008 542 Sanpere 1905 117 Sanpere 1905 123 Sanpere 1905 124 Sanpere 1905 138 Sanpere 1905 125 Sanpere 1905 129 Sanpere 1905 140 Sanpere 1905 143 Sanpere 1905 147 Sanpere 1905 149 Guerrero 2008 543 Sanpere 1905 152 Serret 1996 65 Archivo General de Simancas Estado lib 8128 reproducido por Munoz amp Cata 2005 Repressio borbonica i resistencia catalana ISBN 84 609 5774 8 Archivo General de Simancas Estado lib 413 f 3v carta de Felipe V al duque de Popoli reproducido por Torras Ribe 2005 Felipe V contra Cataluna p 23 Garcia Carcel Ricardo Felipe V es un caso de neurosis obsesiva con respecto a Cataluna el Pais 15 de abril de 2002 Archivo General de Simancas Gracia y Justicia leg 835 Dictamen de D Rafael Melchor de Macanaz de 18 de julio de 1714 Juan Vidal Jose 2001 Politica Interior y Exterior de Los Borbones Ed Akal p 124 Sanpere 1905 154 Bacallar 1725 243 a b Sanpere 1905 165 Sanpere 1905 181 Sanpere 1905 182 Albareda 2010 369 a b Hernandez amp Riart 2007 69 a b Castellvi 1749 III 694 Hernandez amp Riart 2007 70 Sanpere 1905 158 Sanpere 1905 159 Alcoberro Pericay Agustin 2008 Cronica del setge Barcelona de 1713 1714 del notari Aleix Claramunt en Estudis Historics i Documents dels Arxius de Protocols ISSN 0211 5425 nºXXVI 2 pp 255 277 a b Sanpere 1905 178 Sanpere 1905 200 Sanpere 1905 202 Sanpere 1905 222 Projet et Disposition pour le Siege de Barcelona fait au Camp devant celle place ils craindront sans soute le chatiment qu ils meritent en leurs ostant privileges et armes desquels ils sont plus jalouz qu aucune nation du Monde aymant mieux de perdre la vie que de perdre leus Privileges c est ce qui me fait craindre que ces sentiments Barbares ne soyent capables de faire un effet si extraordinaire dans leur esperit qui les pourra porter jusqu a une derniere extermite Archivo general militar de Segovia Fondo Ingenieros Verboom Sanpere 1905 209 Sanpere 1905 226 Sanpere 1905 189 Sanpere 1905 150 Sanpere 1905 228 Sanpere 1905 242 Sanpere 1905 214 Sanpere 1905 251 a b c Hernandez amp Riart 2007 53 Sanpere 1905 256 Castellvi 1749 III 533 Serra Eva 2008 La embajada Dalmases 1713 1714 p 410 ISBN 978 84 393 7849 5 Serra Eva 2008 op cit p 306 Albareda 2010 403 Serra Eva 2008 op cit p 336 Sanpere 1905 267 Castan Amelia 2005 El oscilante posicionamiento politico de Pablo Ignacio Dalmases Actas del Congreso La apuesta catalana en la Guerra de Sucesion ISBN 978 84 393 7593 7 Castellvi 1749 III 606 a b c d Sanpere 1905 373 Sanpere 1905 266 Sanpere 1905 268 Sanpere 1905 421 Serret 1996 38 Sanpere 1905 293 Sanpere 1905 285 Serret 1996 67 Sanpere 1905 287 Serret 1996 69 Serret 1996 67 69 Serret 1996 73 Serret 1996 77 Serret 1996 74 Sanpere 1905 290 Serra Eva 2008 op cit p 401 a b Sanpere 1905 306 a b Hernandez amp Riart 2007 30 Sanpere 1905 299 Sanpere 1905 302 Sanpere 1905 303 Mercade Elisabet 2005 Una aproximacio a la idea de Catalunya a partir de l analisi del vocabulari politic emprat per anomenar la Actas del congreso de la Guerra de Sucesion Museo de Historia de Cataluna 275 289 fechaacceso requiere url ayuda Albareda 2010 380 Bacallar 1725 245 Sanpere 1905 307 a b Sanpere 1905 308 Sanpere 1905 309 Alcoberro Pericay Agustin 2008 Cronica del setge Barcelona de 1713 1714 del notari Aleix Claramunt en Estudis Historics i Documents dels Arxius de Protocols ISSN 0211 5425 nºXXVI 2 pp 255 277 Ibid Pizarro Carrasco Carlos 1998 Un analisis sucinto del Asiento de esclavos con Inglaterra 1713 1750 y el papel desempenado por la contabilidad en su desarrollo en Anuario de estudios americanos ISSN 0210 5810 vol 64 nº2 2007 pags 105 144 Munoz amp Cata 2009 op cit p 202 Ibid p 212 House of Commons amp Robert Walpole 1715 A report from the Committee of Secrecy appointed by order of the House of Commons p 84 Munoz amp Cata 2009 op cit p 213 Ibid p 210 Ibid p 209 Pizarro Carrasco Carlos 1998 op cit pp 105 144 Munoz amp Cata 2009 op cit p 215 Ibid p 215 Sanpere 1905 283 Munoz amp Cata 2009 op cit p 217 Ibid p 218 Ibid p 217 Serret 1996 79 Sanpere 1905 325 Marti y Fraga E Un golpe de estado concejil El govern de la ciutat de Barcelona durant el setge de 1713 1714 en XI Congres d Historia de Barcelona La ciutat en xarxa Arxiu Historic de la Ciutat de Barcelona Institut de Cultura Ajuntament de Barcelona 1 3 de desembre de 2009 Barcelona Ayto de Barcelona Sanpere 1905 291 Sanpere 1905 329 Serret 1996 202 Serret 1996 289 Serret 1996 504 Serret 1996 80 Hernandez amp Riart 2007 29 a b Hernandez amp Riart 2007 48 Hernandez amp Riart 2007 50 Hernandez amp Riart 2007 31 Sanpere 1905 345 a b Castellvi 1749 IV 443 Sanpere 1905 186 Sanpere 1905 332 Castellvi 1749 IV 107 Munoz amp Cata 2009 op cit p 225 Sanpere 1905 335 Albareda 2010 347 Sanpere 1905 335 336 Albareda 2010 345 Sanpere 1905 337 Sanpere 1905 297 Munoz amp Cata 2009 op cit pp 227 228 Sanpere 1905 340 a b c d Sanpere 1905 341 Sanpere 1905 353 a b c d e f Sanpere 2010 353 Sanpere 2010 346 a b Sanpere 2010 342 Sanpere 2010 350 Sanpere 2010 343 Sanpere 2010 381 a b Sanpere 2010 349 Sanpere 2010 365 a b c Sanpere 2010 357 Sanpere 2010 344 Sanpere 2010 347 Sanpere 2010 358 Sanpere 2010 352 a b Sanpere 2010 354 Sanpere 2010 361 a b c d e f Sanpere 2010 355 Sanpere 2010 348 Serra Eva 2008 op cit p 456 Sanpere 2010 362 a b c Sanpere 2010 356 Camprubi Javier 2010 Premsa i impremta a Barcelona 1652 1714 l estamper Rafael Figuero enPedralbes revista d historia moderna ISSN 0211 9587 nº 30 pp 325 331 Campabadal Bertran Mireia Camprubi Xevi Alcoberro Agustin 2008 Diario del sitio y defensa de Barcelona Ed Tres i Quatre ISBN 978 84 7502 817 0 p 60 Campabadal Bertran Mireia 2008 Entre el blat i la polvora La memoria del setge barceloni de 1713 1714 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a b c Sanpere 1905 420 Sanpere 1905 351 Guerrero 2008 553 Sanpere 1905 352 Sanpere 1905 416 Sanpere 1905 418 Castellvi 1749 IV 135 a b Castellvi 1749 IV 136 Castellvi 1749 IV 418 Castellvi 1749 IV 419 Serret 1996 92 Hernandez amp Riart amp Rubio 2010 134 Lettre IV A bord de Furieux a la rade de Barcelonne le 2 aout 1714 transcita por Jean Audouard en Le Siege de Barcelone en 1714 raconte par un arlesien a un arlesien p 94 a b Sanpere 1905 520 Castellvi 1749 IV 151 Voltaire Le Siecle de Louis XIV cap XXIII Victoire du marechal de Villars a Denain Retablissement des affaires Paix generale Les assieges se defendirent avec un courage fortifie par le fanatisme Les pretres les moines coururent aux armes et sur les breches comme s il s etait agi d une guerre de religion Un fantome de liberte les rendit sourds a toutes les avances qu ils recurent de leur maitre a b Sanpere 1905 521 Sanpere 1905 411 Albareda Salvado Joaquin 2012 Ramon de Vilana Perlas A la sombra de Carlos III Carlos VI Barcelona 1700 Politica economia i guerra 9 Ayuntamiento de Barcelona p 236 ISBN 978 84 9850 405 7 a b Sanpere 1905 442 Albareda Salvado Joaquin 2012 op cit p 237 a b c Sanpere 1905 443 Sanpere 1905 444 nota Ana de Gran Bretana murio el 12 de agosto de 1714 equivalente al 1 de agosto de 1714 del calendario ingles Hernandez amp Riart amp Rubio 2010 136 Ibid p 137 Ibid p 138 Ibid ibid Sanpere 1905 471 Sanpere 1905 474 a b Sanpere 1905 470 a b Sanpere 1905 404 a b c Sanpere 1905 479 Hernandez amp Riart amp Rubio 2010 138 Sanpere 1905 472 a b c d Sanpere 1905 500 Sanpere 1905 477 Sanpere 1905 501 Townsend George Henry The Manual of Dates Routledge Warne amp Routledge 1862 Sanpere 1905 490 a b Sanpere 1905 491 Sanpere 1905 495 Sanpere 1905 487 a b Sanpere 1905 502 Sanpere 1905 503 Sanpere 1905 499 a b c d Sanpere 1905 504 a b Sanpere 1905 507 Sanpere 1905 509 a b Sanpere 1905 510 a b Sanpere 1905 512 a b c d e Sanpere 1905 513 a b Sanpere 1905 514 Sanpere 1905 516 Guerrero 2008 555 Sanpere 1905 517 Sanpere 1905 537 Sanpere 1905 534 Bacallar 1725 II 117 Bacallar 1725 II 117 La defensa fue mas obstinada y feroz Tenian armadas las brechas de artilleria cargadas de bala menuda que hizo gran estrago No fueron rechazados los que asaltaron pero morian en el fatal lindar sin vencer Vicente Bacallar op cit Ano 1714 Sanpere 1905 539 Bacallar 1725 II 118 a b Serret 1996 106 Sanpere 1905 543 Mercade Elisabet 2005 Una aproximacio a la idea de Catalunya a partir de l analisi del vocabulari politic emprat per anomenar la Actas del congreso de la Guerra de Sucesion Museo de Historia de Cataluna 275 289 fechaacceso requiere url ayuda Sanpere 1905 544 Bacallar 1725 II 118 Cargados los catalanes de esforzada muchedumbre de tropas iban perdiendo terreno Los espanoles cogieron la artilleria que tenian plantada en ha esquinas de las calles y la dirigieron contra ellos Vicente Bacallar op cit Ano 1714 Bacallar 1725 II 118 Los espanoles que por los lados poseian gran parte de la ciudad viendo habian retrocedido los franceses tambien ellos se retiraron a la brecha todos empezaban nueva accion Vicente Bacallar op citada Ano 1714 Abarca y Velasco Melchor de 1755 Breve noticia de las funciones en que se ha hallado el regimiento de Guardias Espanolas desde el ano 1704 en Ius fugit Revista interdisciplinar de estudios historico juridicos ISSN 1132 8975 Nº 13 14 2004 2006 pags 189 210 Bacallar 1725 II 118 Villarroel y el cabo de los Conselleres de la ciudad juntaron los suyos y acometieron a los franceses que se iban adelantando ordenados ambos quedaron gravemente heridos Entonces desmayaron los defensores pero en todas las partes de la ciudad se mantuvo la guerra por doce continuas horas porque todo el pueblo peleaba Vicente Bacallar op cit Ano 1714 Castellvi 1749 IV 249 a b Sanpere 1905 549 Castellvi 1749 IV 251 Serret 1996 111 Castellvi 1749 IV 352 Serret 1996 111 En la redaccion de este bando nada tuvo que ver el Conseller en Cap como erroneamente se ha intentado hacer creer en algunas publicaciones de caracter reaccionario de los anos veinte del presente siglo XX en plena dictadura de Primo de Rivera Todavia a finales del mes de septiembre de 1995 una carta de un lector al diario El Pais abundaba en esa tesis erronea Castellvi 1749 IV 262 a b Castellvi 1749 IV 263 Castellvi 1749 IV 266 Castellvi 1749 IV 268 Guerrero 2008 559 Castellvi 1749 IV 314 Castellvi 1749 IV 308 a b Sanpere 1905 567 Sanpere 1905 578 Castellvi 1749 IV 310 a b Sanpere 1905 568 a b Sanpere 1905 620 Sanpere 1905 402 a b Sanpere 1905 621 Sanpere 1905 622 Castellvi 1749 IV 308 309 Sanpere 1905 625 Sanpere 1905 629 Sanpere 1905 568 a b Sanpere 1905 647 Munoz amp Cata 2005 op cit p 83 Sanpere 1905 650 Sanpere 1905 646 Sanpere 1905 660 Sanpere 1905 671 Bacallar 1725 II 251 Bibliografia Editar ALBAREDA SALVADo Joaquin 2010 La Guerra de Sucesion de Espana 1700 1714 Ed Critica ISBN 978 84 9892 060 4 BACALLAR SANNA Vicente 1725 Comentarios de la guerra de Espana e historia de su Rey Phelipe V Garviza CASTELLVI OBANDO Francisco 1749 Narraciones historicas 4 vol reed 1997 Fund Elias de Tejada ISBN 8492073950 GARCIA CARCEL Ricardo 1998 La opinion catalana sobre Francia en la primera mitad del siglo XVIII fechaacceso requiere url ayuda GUERRERO VILLAR Joaquin 2008 El Tratado de Paz con Inglaterra Origenes y culminacion del desmembramiento de la Monarquia Espanola fechaacceso requiere url ayuda HERNANDEZ Javier RIART Francisco 2007 Els Exercits de Catalunya 1713 1714 Rafael Dalmau ISBN 978 84 232 0713 8 HERNANDEZ Javier RIART Francisco RUBIO Javier 2010 La Coronela de Barcelona 1705 1714 Rafael Dalmau ISBN 978 84 232 0750 3 SABU BLANCO Jose MARIANA Juan de 1822 Historia general de Espana Tomo XX Nunez Vargas MARTI FRAGA Eduardo 2008 La Conferencia de los Tres Comunes 1697 1714 Fundacion Ernesto Lluch ISBN 9788497432818 SANPERE MIQUEL Salvador 1905 Fin de la Nacion Catalana reed 2001 Editorial Base ISBN 84 85031 12 1 SERRET Y BERNUS Carlos 1996 Rafael Casanova i Comes Conseller en Cap Ayto de San Baudilio de Llobregat ISBN 84 87173 18 7 Vease tambien EditarTres Comunes de Cataluna Constituciones de Cataluna Guerra de Sucesion Espanola Guerra de Sucesion Espanola en Cataluna Tratados de Utrecht Sitio de Barcelona 1713 1714 Ejercito de Cataluna 1713 1714 Coronela de Barcelona Dia Once de Septiembre Caso de los Catalanes Decretos de Nueva Planta Decreto de Nueva Planta de Cataluna Represion borbonica en la Guerra de Sucesion EspanolaEnlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre Rebelion de Cataluna 1713 1714 Wikisource contiene obras originales de o sobre Rebelion de Cataluna 1713 1714 Tricentenario 1714 Generalidad de Cataluna Tricentenario 1714 Barcelona Datos Q15650559 Multimedia War of the Spanish Succession Obtenido de https es wikipedia org w index php title Campana de Cataluna 1713 1714 amp oldid 142208240, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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