fbpx
Wikipedia

Regencia de Espartero

La regencia de Espartero fue el último período de la minoría de edad de Isabel II de España, así llamado porque, tras el triunfo de la «revolución de 1840» que puso fin a la regencia de María Cristina de Borbón, madre de la futura reina Isabel II —entonces con nueve años de edad—, el general Baldomero Espartero asumió la regencia en su lugar. Acabó en 1843, cuando un movimiento militar y cívico encabezado por una parte del Partido Progresista y por el Partido Moderado, que contaba con los generales afines Ramón María Narváez, Francisco Serrano y Leopoldo O'Donnell, obligó a Espartero a marchar al exilio. La coalición antiesparterista decidió entonces proclamar la mayoría de edad de Isabel, en cuanto cumplió los trece años de edad, en octubre de 1843, iniciándose así su reinado efectivo.

La «revolución de 1840» y el final de la Regencia de María Cristina de Borbón

 
Evaristo Pérez de Castro, presidente del Gobierno moderado que impulsó la Ley de Ayuntamientos de 1840.

La presentación en las Cortes por el Gobierno del moderado Evaristo Pérez de Castro de la Ley de Ayuntamientos consumó la ruptura entre los partidos moderado y progresista. En el proyecto, además de recortar las competencias municipales, el Gobierno era quien nombraba a los alcaldes,[1]​ lo que según los progresistas era contrario a la Constitución. Así, los progresistas recurrieron a la presión popular durante el debate de la ley y, cuando ésta fue aprobada, optaron por el retraimiento y abandonaron la Cámara, desplegando una campaña desde la prensa y desde los ayuntamientos para que la regente María Cristina no la sancionara. Cuando vieron que la regente estaba dispuesta a firmarla, dirigieron sus peticiones al general Baldomero Espartero, el personaje más popular del momento tras su triunfo en la guerra contra los carlistas y que se mostraba más próximo al progresismo que al moderantismo.[2]​ La enorme popularidad de la que gozaba Espartero —el «pacificador de España»— se puso de manifiesto durante su entrada triunfal en Barcelona el 14 de junio de 1840.[3]

La Regente se trasladó entonces a Barcelona, donde le ofreció a Espartero la Presidencia del Consejo de Ministros, pero este, para aceptar el nombramiento, exigió que María Cristina no sancionara la Ley de Ayuntamientos. Así que, cuando el 15 de julio de 1840 firmó la ley, se desató una grave crisis política que obligó al Gobierno de Pérez de Castro a dimitir el 18 de julio;[4]​ a partir del 1 de septiembre, estallaron revueltas progresistas en muchas ciudades en las que se formaron «juntas revolucionarias» que desafiaban la autoridad de María Cristina.[5]

El 5 de septiembre, María Cristina ordenó al general Espartero desde Valencia —a donde se había trasladado debido al ambiente hostil que había encontrado en Barcelona— que marchara a Madrid para acabar con la rebelión —que sería conocida también como la «revolución de 1840»—.[6]​ No obstante, este «se negó con buenas palabras, que contenían, en el fondo, todo un programa político: la reina debía, en su opinión, firmar un manifiesto en el que se comprometiera a respetar la Constitución, a disolver las Cortes (moderadas) y a someter a las que fueran elegidas a la revisión de las leyes aprobadas en la última legislatura, entre ellas, se sobreentiende, la Ley de Ayuntamientos». Diez días después, María Cristina no tuvo más remedio que nombrar presidente del Gobierno al general Espartero «en la esperanza de frenar la marea revolucionaria que se había apoderado del país».[7][5]

La entrevista en Valencia entre Espartero y María Cristina de Borbón tuvo lugar el 12 de octubre de 1840. Durante la misma, María Cristina le comunicó su decisión de abandonar la regencia y dejarle el cuidado de sus hija: Isabel II y su hermana Luisa Fernanda de Borbón.[7]​ Ese mismo día, María Cristina de Borbón firmaba su renuncia a la regencia —y la convocatoria de elecciones— y el 17 de octubre embarcaba en Valencia rumbo a Marsella, para iniciar un exilio —«voluntario», según Juan Francisco Fuentes; «forzado», según Jorge Vilches— que iba a durar tres años.[7][8]​ Según Josep Fontana, María Cristina «rechazó en Valencia las condiciones que se le exigían y decidió renunciar a la regencia y exiliarse en Francia, no para retirarse de la política, sino para conspirar desde allí con más seguridad», como lo puso en evidencia el fracasado pronunciamiento moderado de 1841, instigado por ella.[9]

La Regencia

El nombramiento de Espartero como regente y las disensiones con los progresistas

Tras la marcha de María Cristina al exilio, la regencia la desempeñó interinamente el Gobierno presidido por Espartero, según lo establecido en la Constitución de 1837, en lo que se llamó «Ministerio-Regencia», hasta que las Cortes decidieran. En la Constitución, respecto de la regencia se decía: «hasta que las Cortes nombren la Regencia será gobernado el Reino provisionalmente por el padre o la madre del Rey y en su defecto por el Consejo de Ministros» (art. 58).[10]

La primera medida que tomó el nuevo Gobierno fue satisfacer la principal reivindicación de los progresistas, que había motivado la revolución de 1840: suspendió la Ley de Ayuntamientos sancionada por María Cristina. A continuación, convocó elecciones a Cortes, que se celebraron el 1 de febrero de 1841 y que dieron una amplia victoria al Partido Progresista, debido en parte al retraimiento del Partido Moderado, lo que desvirtuaba el resultado y desnaturalizaba la esencia misma de un régimen parlamentario y representativo. Así, a falta de verdadera oposición al Gobierno por la ausencia de los moderados en las Cortes, ésta la asumió una parte del propio partido progresista, como se pudo comprobar cuando se empezó a discutir la cuestión de la regencia.[11]

En el debate en las Cortes sobre la regencia se produjo la división en el seno del Partido Progresista entre «unitarios» y «trinitarios». Los primeros, también llamados «esparteristas», defendían que la regencia la desempeñara una única persona, y que esa persona debía ser Espartero; los segundos, temerosos del enorme poder que iba a tener el general, propusieron una regencia compuesta por tres personas, una de las cuales sería Espartero. Para los trinitarios, una regencia compuesta de tres personas implicaba «un equilibrio mayor entre elementos civiles y militares y un control más preciso, por tanto, de la Regencia, recordando la trayectoria de María Cristina».[12]

De este modo, cuando las nuevas Cortes, inauguradas el 19 de marzo de 1841, votaron cuántas personas debían formar la regencia, los esparteristas ganaron la votación con 153 diputados a favor de la regencia única, mientras que los trinitarios consiguieron un resultado notable, pues 136 diputados apoyaron la regencia a tres. Así, Espartero «pudo comprobar que el apoyo de sus socios de gobierno, los progresistas, no iba a ser ni unánime ni incondicional». Finalmente, el general Espartero fue elegido regente el 10 de mayo por 179 votos, aunque el candidato trinitario Agustín de Argüelles consiguió el apoyo de 110 diputados, un resultado nada despreciable, que se unió a su elección como presidente del Congreso de los Diputados y como tutor de la reina Isabel II.[13]​ Al parecer de Ángel Bahamonde: «Se había producido la primera fisura importante entre Espartero y el partido progresista».[14]

Las divergencias entre una parte del partido progresista y Espartero continuaron cuando este, asumida la regencia, nombró el 20 de mayo presidente del Gobierno a Antonio González González, un hombre de su confianza, pero que no era del agrado de los principales líderes progresistas. Además, con esa designación aunaba la Jefatura del Estado y la Presidencia de facto del Ejecutivo, lo que suponía una grave distorsión del régimen parlamentario.[15][14]

El malestar contra los ayacuchos y el nacimiento del militarismo

 
General Valentín Ferraz, miembro de los ayacuchos.

Al poco tiempo de asumir la regencia, Espartero fue acusado por ciertos sectores del Ejército y de los partidos moderado y progresista de que su política de nombramientos militares —y en algunos casos también civiles— favorecía únicamente a los miembros de su camarilla militar, conocida con el nombre de los «ayacuchos». Estos eran generales que gozaban de la máxima confianza del regente, porque habían combatido y desarrollado su carrera militar con él en las guerras de independencia hispanoamericanas, y de ahí la denominación de «ayacuchos» —en referencia a la última batalla de aquella guerra (batalla en la que, por cierto, Espartero no participó)—.[16]​ De vuelta a España, el grupo mantuvo las relaciones clientelares de apoyo mutuo durante la guerra carlista de 1833-40 en torno a Espartero, que continuarían tras asumir este la regencia.[10]

Al favoritismo hacia los ayacuchos se sumaba el malestar por los retrasos en las pagas a los oficiales del Ejército y las dificultades que tenían para promocionar y desarrollar su carrera militar. Pero esto no era culpa de Espartero, sino de un problema de fondo: el excesivo número de oficiales, jefes y generales del Ejército, producto de las guerras casi permanentes en que se había visto envuelta España entre 1808 y 1840, con los correspondientes ascensos y nombramientos. Un problema notablemente agravado por el Convenio de Vergara, que permitía el ingreso en el Ejército de los oficiales carlistas, y al que muchos de ellos se habían acogido. Así, el Estado era incapaz de hacer frente al coste económico de un Ejército con las plantillas infladas y que el republicano Fernando Garrido definió unos años después como «el más caro del mundo». En consecuencia, las pagas se hicieron cada vez más esporádicas, y el Ejército se convirtió en un semillero de protestas, hasta el punto en que un regimiento llegó a declararse en huelga en 1841.[17]

Según Juan Francisco Fuentes, «se creó así un círculo vicioso muy difícil de romper: los militares querían cobrar su sueldo, prosperar en su carrera y tener un destino acorde con su graduación. Los gobernantes, por su parte, ya fueran civiles o militares, carecían del valor político para abordar la necesaria reforma del ejército, que exigía una reducción drástica del escalafón, pero al mantener tal estado de cosas, perpetuaban el descontento de los militares y su disposición a participar en todo tipo de aventuras políticas».[18]​ Además alentó el nacimiento de un discurso corporativista y militarista canalizado a través de periódicos de nombre tan significativo como El Grito del Ejército o El Archivo Militar, que llegó a escribir en su número del 30 de septiembre de 1841:[19]

No podemos ni queremos decir: el Estado somos nosotros, pero diremos: la patria, o si más os place, la parte más pura de la patria somos nosotros

La obra legislativa de las Cortes

Las nuevas Cortes iniciaron una intensa labor legislativa que, dada la abrumadora mayoría progresista, enlazó con lo realizado por los Gobiernos del mismo signo presididos por Juan Álvarez Mendizábal y por José María Calatrava en la década anterior. La Ley de 19 de agosto de 1841 completó el proceso legal de desvinculación de los bienes nobiliarios en mayorazgo, y otra del 2 de septiembre de 1841 amplió la desamortización de Mendizábal a los bienes del clero secular. Esta ley, junto con la abolición definitiva del diezmo, además de otros proyectos «anticlericales» —como la renovación de la obligatoriedad del clero de jurar fidelidad al poder constituido (14 de noviembre de 1841) o el proyecto de ley sobre jurisdicción eclesiástica presentado al mes siguiente—, empeoraron las ya de por sí tensas relaciones del régimen isabelino con la Santa Sede desde que el nuncio había abandonado España en 1835. El papa Gregorio XVI protestó por la que consideraba injerencia del Gobierno en materia eclesiástica. El sacerdote conservador Jaime Balmes llegó a acusarlo de estar guiado por un espíritu «cismático» y de querer convertir a la Iglesia española en algo parecido a la anglicana. Asimismo, se restableció la ley de imprenta progresista de 1837, lo que permitió ampliar notablemente la libertad de expresión de la prensa, incluida la que era crítica con el Gobierno.[20][21]

También destacan las leyes que intentaron regularizar los fueros navarros y los fueros vascos. Ahora bien, si en el primer caso el proceso de negociación con la Diputación Foral de Navarra tuvo éxito y el acuerdo fue ratificado por las Cortes al aprobar la Ley Paccionada Navarra del 20 de septiembre de 1841 —que «armonizaba» los fueros con la Constitución de 1837—, en el segundo caso, el «arreglo foral» no fue posible, y Vizcaya, Álava y Guipúzcoa permanecieron en una indefinición legal que no se resolvería hasta 1876. Sin embargo, dos decretos limitaron las atribuciones de las tres diputaciones forales vascas. El primero, del 5 de enero de 1841, eliminó el pase foral que hasta entonces permitía a las diputaciones forales no cumplir las leyes del Estado que fueran contrarias a sus fueros. El segundo fue un decreto del 29 de octubre de 1841 que suprimió las aduanas interiores, estableció en las tres provincias los juzgados de primera instancia y amplió el número de personas que podían votar en las elecciones municipales y forales.[22]

El fracasado pronunciamiento moderado de 1841 y sus consecuencias

El Gobierno de Antonio González González tuvo que hacer frente al pronunciamiento de 1841, organizado desde París por la regente María Cristina con la colaboración del Partido Moderado y protagonizado por los generales afines, encabezados por Ramón María Narváez, y en el que también estaba implicado el joven coronel Juan Prim, a pesar de estar más cercano a los progresistas.[15]

 
Isabel II, de niña (hacia 1840).

El movimiento militar lo inició el 27 de septiembre en Pamplona el general Leopoldo O’Donnell, pero no consiguió que la ciudad proclamase como regente a María Cristina, a pesar de que ordenó bombardearla desde su ciudadela.[23]​ El inicio efectivo del pronunciamiento fue la sublevación de Vitoria por el general Piquer el 4 de octubre, que fue seguida por la proclamación en Vergara por el general Urbiztondo de María Cristina como regente, a la par que se constituía en su nombre una Junta Suprema de Gobierno presidida por Montes de Oca.[24]

El mismo día 7 de octubre tuvo lugar el hecho más significativo del pronunciamiento: el asalto al Palacio real para capturar a Isabel II y a su hermana, y llevarlas al País Vasco. Allí se proclamaría de nuevo la tutoría y regencia de María Cristina, y se nombraría un Gobierno presidido por Francisco Javier de Istúriz. En una noche de lluvia, los generales Diego de León y Manuel de la Concha, con la complicidad de la Guardia Exterior, entraron en el Palacio Real, pero no lograron apoderarse de las dos niñas, ante la resistencia que hicieron en la escalera principal los alabarderos. El general Diego de León se entregó convencido de que Espartero no iba a fusilarle.[23]

La justificación del pronunciamiento fue que la «reina estaba secuestrada» por los progresistas, a través de su tutor Agustín de Argüelles y de la dama de compañía nombrada por este, la condesa de Espoz y Mina, viuda del famoso guerrillero y militar liberal Francisco Espoz y Mina. En realidad, lo que estaban haciendo los progresistas era llevar a la práctica una de sus aspiraciones fundamentales: controlar la educación de la reina, sobre la idea de una «reina liberal».[14]​ Por eso el objetivo del pronunciamiento era la vuelta de María Cristina, «deseosa de recuperar la Regencia y la tutela regia de la que había sido formalmente apartada, hecho este último básico ya que suponía controlar los resortes de Palacio como poder de hecho en la toma de decisiones políticas y económicas».[24]

Según Juan Francisco Fuentes, el pronunciamiento era no solo antiesparterista, sino también antiliberal, «que se explica por el peso determinante que tanto la ex regente —que financió la sublevación con más de ocho millones de reales— como su marido, Fernando Muñoz, tuvieron en la dirección del golpe y por la participación en el mismo de sectores carlistas descontentos con el supuesto incumplimiento del Convenio de Vergara […] así como la notoria complicidad de las diputaciones forales, contrarias a la solución centralista que acababa de dar el gobierno a los fueros vascos».[25]​ Esto es, contaba con el apoyo de los exmilitares carlistas descontentos, porque todavía estaban pendientes del reconocimiento de la graduación alcanzada durante la guerra de 1833-40 y de la consiguiente integración en el Ejército, tal como se había pactado en Vergara. Ahora bien: «No es que la "cuestión carlista" fuera la clave del pronunciamiento, pero sí procuró base social y cobertura territorial. Resulta significativo que los principales núcleos de la secuencia de pronunciamiento se situaran en el País Vasco-Navarro».[24]

Las consecuencias
 
General Diego de León, fusilado por su implicación en el pronunciamiento.

La respuesta de Espartero rompió con una de las reglas no escritas entre los militares respecto de los pronunciamientos —respetar la vida de los derrotados—, pues mandó fusilar a los generales Montes de Oca, Borso de Carminati y Diego de León. Esto causó un enorme impacto en gran parte del Ejército y en la opinión pública, incluida la progresista, pues la muerte del joven general Diego de León (apenas 34 años), «a quien Espartero se negó a indultar, quedó en la memoria popular como un crimen imperdonable del regente».[23]​ Por otro lado, la dura represión ordenada por Espartero no acabó con la conspiración moderada, que continuó actuando en la clandestinidad.[25][26]

Otra de las consecuencias del pronunciamiento moderado de 1841 fue que en varias ciudades se produjo un levantamiento progresista para impedirlo, aunque, una vez derrotado, algunas juntas desobedecieron la orden de Espartero de disolverse y desafiaron la autoridad del regente. Los sucesos más graves se produjeron en Barcelona, donde la Junta de Vigilancia presidida por Juan Antonio Llinás, aprovechando la ausencia del capitán general Antonio Van Halen —que se había desplazado a Navarra para acabar con el pronunciamiento moderado—, procedió a demoler la odiada fortaleza de la Ciudadela, mandada construir por Felipe V tras su victoria en la guerra de sucesión, que la mayoría de los barceloneses consideraban un instrumento de opresión. Además, con esa medida se pretendía proporcionar trabajo a los muchos obreros que se encontraban en paro. La respuesta de Espartero fue suprimir la Junta por «abuso de la libertad» y desarmar a la milicia, además de disolver el ayuntamiento y la diputación de Barcelona, y hacer pagar a la ciudad la reconstrucción de los muros de la Ciudadela que ya se habían derribado.[27]

 
Plano de Barcelona de 1806 con la fortaleza de la Ciudadela, a la derecha, integrada dentro de las murallas. A la izquierda, la montaña de Montjuic.

Poco después, en diciembre de 1841, se celebraron elecciones municipales, en las que en algunas ciudades —como Barcelona, Valencia, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Alicante o San Sebastián— se produjo por primera vez un ascenso notable del republicanismo. Con él, a las tradicionales reivindicaciones populares de supresión de los consumos y abolición de las quintas se sumó la abolición de la Monarquía, la reducción del gasto militar o el reparto de las tierras. De esta forma nacía y se consolidaba un movimiento radical a la izquierda del Partido Progresista «que aunaba la lucha por la democracia plena, identificada con la república y el federalismo, con la aspiración a una sociedad más igualitaria».[28]

El movimiento republicano, además de con personajes como Abdón Terradas o Wenceslao Ayguals de Izco, contaba con el apoyo de las sociedades obreras de ayuda mutua, cuya primera organización —la de tejedores— había nacido en Barcelona en mayo de 1840. Esta supuso un «verdadero hito en la historia del movimiento obrero español, que empezaba a organizarse, allí donde propiamente existía clase obrera, al margen de las formas de asociación y de lucha de las clases medias liberales».[28][29]​ La Asociación Mutua de Obreros de la Industria Algodonera, presidida por Juan Munts, se había fundado al amparo de la Real Orden de 28 de febrero de 1830 sobre sociedades de auxilio mutuo.[30]​ En 1842, las sociedades obreras ya se habían consolidado y mantenían un duro pulso con la patronal para mejorar sus condiciones de trabajo y sus derechos laborales.[31]

La insurrección y bombardeo de Barcelona de finales de 1842

 
Retrato del general José Ramón Rodil y Campillo.

El 28 de mayo de 1842 cayó el Gobierno de Antonio González, a causa de un voto de censura que presentó el Partido Progresista y que prosperó en las Cortes. Para Josep Fontana: «Con este enfrentamiento absurdo entre las cortes y un gobierno del propio partido que dominaba en ellas se iniciaba el suicidio del progresismo».[32]

Entonces, el Partido Progresista propuso como candidato al progresista «puro» Salustiano de Olózaga, pero Espartero designó en su lugar al general ayacucho José Ramón Rodil y Campillo; un mes y medio después, cerró las Cortes. Al designar a un miembro de su camarilla militar para la Presidencia del Gobierno, Espartero «se desviaba de su papel de árbitro, replegándose a un círculo íntimo compuesto principalmente por militares vinculados a su persona, que no respondían al contenido parlamentario progresista».[33]​ Con este nombramiento, mantuvo la dualidad de poderes de que gozaba, la Jefatura del Estado y la Presidencia de facto del Ejecutivo, como se demostró en el bombardeo de Barcelona de diciembre de 1841, que él —y no el Gobierno de Rodil— había decidido,[34]​ y que constituiría «uno de los episodios que más contribuyó al deterioro de la figura del Regente».[30]

El 13 de noviembre de 1842 estalló en Barcelona una insurrección a la que se sumó la milicia y, en pocas horas, la ciudad se llenó de barricadas. El detonante de la misma fue la noticia de que el Gobierno se disponía a firmar un acuerdo comercial librecambista con Gran Bretaña que rebajaría los aranceles a los productos textiles ingleses, lo que supondría la ruina para la industria algodonera catalana.[35]​ La chispa inicial, sin embargo, fue un tumulto que se produjo en el Portal de l'Àngel en relación con los consumos, el domingo 13 de noviembre por la tarde.[36]​ La autoridad militar respondió ocupando el ayuntamiento y deteniendo a varios periodistas de El Republicano presentes en los hechos.[31][30]​ Al día siguiente, una comisión que pedía que se liberase a los detenidos fue a su vez encarcelada.[37]

Comenzó entonces una guerra de barricadas protagonizada por la milicia, apoyada por paisanos armados.[37]​ El capitán general, el ayacucho Antonio Van Halen, se vio obligado a ordenar a sus hombres que abandonaran la ciudad y que se replegaran hacia el castillo de Montjuic, sobre la montaña del mismo nombre, desde donde se dominaba la ciudad,[38]​ y hacia la fortaleza de la Ciudadela, al otro extremo de la urbe.[30]

El repliegue de las tropas gubernamentales fue considerado un triunfo por los sublevados, cuya Junta —presidida por Juan Manuel Carsy y que tenía su origen en la Junta de Vigilancia formada en Barcelona el año anterior— hizo público su programa, que pedía:[37]

Unión entre todos los liberales. Abajo Espartero y su gobierno. Cortes constituyentes. En caso de regencia, más de uno; en caso de enlace de la reina Isabel 2ª, con español. Justicia y protección a la industria nacional.

Espartero decidió dirigir personalmente la represión de la insurrección y el 22 de noviembre llegó a Barcelona. Ese mismo día, el general Van Halen, por orden del regente, comunicó que Barcelona sería bombardeada desde el castillo de Montjuic si antes de 48 horas no se rendían los insurrectos. Entonces, cundió el desconcierto en la ciudad, y la Junta fue sustituida por otra más moderada, con la que Espartero se negó a negociar, y hasta por una tercera, dominada por los republicanos y dispuesta a resistir.[39]​ Finalmente, el 3 de diciembre de 1842 comenzó el bombardeo; al día siguiente, la ciudad se rendía y entraba de nuevo el ejército.[39]​ Desde los cañones de Montjuïc se dispararon unos 1014 proyectiles que dañaron 462 casas y hubo 20 víctimas mortales entre los habitantes de la ciudad.[40]

La represión ordenada por Espartero fue muy dura. Se desarmó a la milicia, y varios centenares de personas fueron detenidas, de las cuales unas cien fueron fusiladas. Castigó colectivamente a la ciudad con el pago de una contribución extraordinaria de 12 millones de reales para sufragar la reconstrucción de la Ciudadela.[39]​ Asimismo, disolvió la Asociación de Tejedores de Barcelona y cerró todos los periódicos salvo el conservador Diario de Barcelona. Antes de volver a Madrid el 22 de diciembre, desde su residencia en Sarriá y sin haber pisado Barcelona, sustituyó a Van Halen al frente de la capitanía general de Cataluña por el general —también ayacucho— Antonio Seoane, quien según manifestó se proponía gobernar la región «fusilando y tirando metralla».[41]

Espartero había conseguido acabar con la revuelta; pero, con el bombardeo y la dura represión posterior, perdió el «inmenso apoyo social y político que había tenido tradicionalmente en Barcelona». Así: «No es de extrañar la unanimidad que tendrá en Cataluña el levantamiento general contra Espartero en 1843».[42]​ De igual modo, «el símbolo de Barcelona también actuó sobre Madrid», puesto que la vuelta de Espartero «fue acogida con una frialdad que contrastaba con el alborozo y pomposidad de 1840».[43]

La crisis de mayo de 1843

Tras el bombardeo de Barcelona, Espartero perdió la mayor parte de la popularidad que se había ganado como vencedor en la primera guerra carlista y que le había hecho acreedor al título de «Duque de la Victoria». Así, en los primeros meses de 1843 se fue formando una heterogénea coalición antiesparterista, a la que se fueron sumando todos aquellos grupos y sectores que rechazaban la política de Espartero y de su camarilla de los ayacuchos.[44]

Poco después de regresar a Madrid, Espartero disolvió las Cortes el 3 de enero de 1843 y convocó nuevas elecciones para marzo, a las que esta vez sí se presentaron los moderados. El 3 de abril de 1843, las nuevas Cortes abrieron sus sesiones; durante todo el mes, su única actividad fue discutir las actas, al haber denunciado los atropellos que habían cometido el Gobierno y el Ejército para asegurarse el triunfo de los candidatos esparteristas.[41]​ Acabado el debate, se comprobó que el Partido Progresista había vuelto a obtener la mayoría. No obstante, este estaba fragmentado en tres sectores: solo uno de ellos seguía apoyando al regente —el precisamente llamado «esparterista»—, mientras que los otros dos —el de los «legales», que encabezaba Manuel Cortina, y el de los «puros», con Joaquín María López a su frente— eran hostiles a Espartero. De este modo, en realidad, era la oposición antiesparterista la que tenía la mayoría en la Cámara, gracias a la suma de los diputados progresistas legales y puros, los diputados demócrata-republicanos y los moderados.

Así, el primer acto de la nueva mayoría fue forzar la caída del Gobierno del general Rodil y obligar al regente a que nombrara el 9 de mayo como nuevo presidente al líder de los progresistas puros Joaquín María López, que sí que obtuvo el respaldo de la Cámara. La crisis se agudizó cuando el Gobierno de López exigió que Espartero destituyera al general Francisco Linage como su secretario personal y lo nombrara jefe de alguna capitanía general —perdiendo también el cargo de inspector de infantería y de milicias—;[45]​ con ello buscaban desmantelar la camarilla de ayacuchos que respaldaba el caudillismo del regente. La respuesta de Espartero desató la crisis, porque, en lugar de despedir a su secretario, lo que hizo fue destituir a Joaquín María López, cuyo gobierno solo había durado 10 días.[46][43]

El 19 de mayo, Espartero nombró a Álvaro Gómez Becerra nuevo presidente del Gobierno. Pero, al conocerse la noticia en el Congreso, los diputados votaron una moción de apoyo al Gobierno destituido, que se aprobó por 114 votos contra 3, en lo que era de facto una moción de censura contra el regente. Así, cuando Gómez Becerra se presentó ante la Cámara, fue recibido con gritos de «¡Fuera, fuera!» desde las tribunas. El progresista puro Salustiano de Olózaga intervino para conminar al regente a elegir «entre ese hombre [el general Linage] y la nación entera representada por el congreso unánime de sus diputados». Acabó su discurso con un «¡Dios salvará al país y salvará a la reina!» que, convertido en «¡Dios salve al país, Dios salve a la reina!», fue el grito de guerra de la revuelta contra Espartero que estalló al mes siguiente. El 26 de mayo, las sesiones de las Cortes quedaron suspendidas.[47]

El final de la regencia de Espartero

La crisis de mayo amplió y unió aún más a los sectores antiesparteristas, a pesar de su heterogeneidad al incluir en ellos desde los moderados hasta los demócratas y republicanos, pasando por la mayoría del Partido Progresista. En conjunto, las decisiones tomadas por Espartero en la crisis de mayo «se consideraron un atentado flagrante contra el orden constitucional y convirtieron la conspiración antiesparterista en un movimiento en defensa de la legalidad».[48]

Nada más conocerse la destitución del Gobierno de Joaquín María López y la suspensión de las Cortes, el 27 de mayo se produjo un levantamiento en Reus encabezado por los militares cercanos al progresismo Juan Prim y Lorenzo Milans del Bosch, al grito de «¡Abajo Espartero! ¡Mayoría [de edad] de la Reina!».[49]​ Aunque el general esparterista Zurbano consiguió dominar la rebelión de Reus, Barcelona se sumó en seguida al movimiento, formándose en junio una Junta Suprema de Gobierno de la provincia de Barcelona en la que figuraban republicanos, progresistas y moderados. Poco después, el general Prim hacía su entrada triunfal en la ciudad.[50]

La insurrección se extendió en seguida no solo por el resto de la franja mediterránea y Andalucía —la típica «geografía juntera»—, sino que también se sumaron ciudades del interior donde los moderados predominaban como Valladolid, Burgos o Cuenca y las del País Vasco..[51]​ «Unas revueltas que aceptaron la supuestamente desinteresada colaboración de los generales moderados, que habían creado en Francia una “Sociedad Militar Española”, organizada como una agrupación secreta», «y que regresaban ahora, apoyados de nuevo por el dinero de la reina madre».[52]

El 21 de junio, Espartero se marchó a Valencia para dirigir las operaciones contra los sublevados. Sin embargo, el 27 de junio desembarcaron allí, procedentes del exilio en París, tres generales afines al Partido Moderado: Ramón María Narváez, Manuel Gutiérrez de la Concha y Juan González de la Pezuela. Esto obligó al regente a desistir de su intención de llegar a Valencia, deteniéndose en Albacete, donde permaneció entre el 25 de junio y 7 de julio.[53]​ El 27 de junio desembarcaba en Barcelona otro de los generales conjurados, el general Francisco Serrano, acompañado del político Luis González Bravo —en aquel momento en las filas de los progresistas legales—. Al día siguiente, Serrano, después de autoproclamarse «ministro universal», decretaba la destitución del regente y del Gobierno de Gómez Becerra.[53]

Según Josep Fontana, lo que pretendía Serrano era:[54]

estabilizar una situación confusa en que Narváez había asumido inicialmente el protagonismo, con el fin de darle una salida política, asegurando el restablecimiento del gobierno López [en el que Serrano había sido ministro de la Guerra] y, con ello, la continuidad de los progresistas en el poder. Al propio tiempo Serrano nombraba a Narváez capitán general, refrendando el cargo que le había dado la Junta revolucionaria de Valencia, con la intención de evitar que en torno a él surgiese un poder político paralelo.

La Junta de Barcelona asumió esta pretensión y nombró el 29 de junio a Serrano jefe de un «gobierno provisional» que representaba el restablecimiento del viejo ministerio progresista, a cambio de que éste aceptase, como lo hizo, el programa de tres puntos de los revolucionarios barceloneses: «Constitución de 1837, Isabel II y Junta central». Tras haber prometido en Barcelona todo lo que se le pedía, Serrano marchó a Madrid, mientras los barceloneses reemprendían el derribo de las murallas.

El 22 de julio tuvo lugar cerca de Madrid la batalla de Torrejón de Ardoz, en la que se enfrentaron las tropas gubernamentales mandadas por el general Antonio Seoane, procedentes de Aragón, y las tropas sublevadas a las órdenes del general Narváez, que venían de Valencia. En realidad, apenas hubo combate —solo duró un cuarto de hora en que hubo, entre los dos bandos, dos muertos y veinte heridos—, porque casi todas las tropas de Seoane se pasaron al bando rebelde al grito de «¡Todos somos unos!». El 23 de julio, Narváez hacía su entrada en Madrid y restablecía a Joaquín María López como presidente del gobierno.[55][53]

Sin embargo, López no reconoció el compromiso pactado entre Serrano y la Junta de Barcelona de convocar una Junta Central que asumiera el poder, lo que acabaría desencadenando la «revolución centralista» catalana de septiembre-noviembre de 1843, conocida como la «Jamancia», cuando Espartero ya había caído.[56]

Mientras, el regente se encontraba combatiendo la rebelión en Andalucía, donde había fracasado en su intento de tomar Sevilla, aun a pesar de haber sido bombardeada por Van Halen. Al conocer el desenlace de la batalla de Torrejón de Ardoz, decidió marchar al exilio junto con algunos de sus hombres de confianza. El 30 de julio, todos ellos embarcaban en el Puerto de Santa María en un buque británico rumbo a Inglaterra. Fue el fin de la regencia de Espartero.[53]

Referencias

  1. Fuentes, 2007, p. 131.
  2. Vilches, 2001, p. 32.
  3. Fuentes, 2007, p. 132.
  4. Vilches, 2001, pp. 33-34.
  5. Pérez Núñez, 1996.
  6. Denominación debatida, por ejemplo, en Pérez Núñez (2014):
    La historiografía ha designado a la movilización popular del verano de 1840 como una revolución. No creemos que lo fuera. No, porque los movilizados no se levantaron contra el régimen político vigente de 1837, que fue la propia bandera de la insubordinación, sino contra su desnaturalización por los desarrollos legislativos que estaban llevando y proyectaban llevar a cabo los moderados desde el poder. En este sentido, dado que lo que se pretendía era restablecer el orden constitucional conculcado y no instituir otro nuevo, parece que fue ante todo la expresión del ejercicio del derecho a la resistencia o a la insurrección.
  7. Fuentes, 2007, p. 133.
  8. Vilches, 2001, p. 35. "María Cristina entendió que había perdido toda su autoridad y que su continuidad como regente hacía peligrar el trono de su hija, por lo que renunció a la Regencia, pidiendo a Espartero que se encargara de la misma"
  9. Fontana, 2001, p. 187.
  10. Bahamonde, 2001, p. 230.
  11. Fuentes, 2007, p. 139.
  12. Bahamonde, 2001, pp. 230-231.
  13. Fuentes, 2007, pp. 139-140.
  14. Bahamonde, 2001, p. 231.
  15. Fuentes, 2007, p. 140.
  16. Fuentes, 2007, p. 144.
  17. Fuentes, 2007, pp. 144-145.
  18. Fuentes, 2007, p. 145.
  19. Fuentes, 2007, pp. 145-146. "Era sólo el comienzo de un proceso plagado de consecuencias políticas a largo plazo, a medida que la insatisfacción profesional fue derivando en un rechazo al poder civil, señalado como causante de los males del ejército."
  20. Fuentes, 2007, p. 147.
  21. Bahamonde, 2001, pp. 233-234.
  22. Fuentes, 2007, pp. 147-148.
  23. Fontana, 2001, p. 188.
  24. Bahamonde, 2001, p. 232.
  25. Fuentes, 2007, p. 141.
  26. Bahamonde, 2001, pp. 232-233.
  27. Fontana, 2001, p. 189.
  28. Fuentes, 2007, pp. 141-142.
  29. Bahamonde, 2001, p. 233.
  30. Bahamonde, 2001, p. 235.
  31. Fuentes, 2007, p. 142.
  32. Fontana, 2001, p. 190.
  33. Bahamonde, 2001, p. 234.
  34. Fuentes, 2007, pp. 144;148.
  35. Fontana, 2001, pp. 190-191.
  36. Fontana, 2001, pp. 191-192.
  37. Fontana, 2001, p. 192.
  38. Fuentes, 2007, pp. 142-143.
  39. Fuentes, 2007, p. 143.
  40. Fontana, 2001, p. 193.
  41. Fontana, 2001, p. 194.
  42. Fuentes, 2007, pp. 143-144.
  43. Bahamonde, 2001, p. 236.
  44. Fuentes, 2007, p. 148.
  45. Fontana, 2001, p. 195.
  46. Fuentes, 2007, pp. 148-149.
  47. Fontana, 2001, pp. 195-196.
  48. Fuentes, 2007, p. 149.
  49. Fuentes, 2007, pp. 149-150.
  50. Fontana, 2001, pp. 197-198.
  51. Bahamonde, 2001, p. 237.
  52. Fontana, 2001, pp. 196-197.
  53. Fuentes, 2007, p. 150.
  54. Fontana, 2001, pp. 198-199.
  55. Fontana, 2001, p. 197.
  56. Fontana, 2001, p. 199.

Bibliografía

  • Bahamonde, Ángel; Martínez, Jesús A. (2011) [1994]. Historia de España. Siglo XIX (6ª edición). Madrid: Cátedra. ISBN 978-84-376-1049-8. 
  • Fontana, Josep (2007). La época del liberalismo. Vol. 6 de la Historia de España, dirigida por Josep Fontana y Ramón Villares. Barcelona: Crítica/Marcial Pons. ISBN 978-84-8432-876-6. 
  • Fuentes, Juan Francisco (2007). El fin del Antiguo Régimen (1808-1868). Política y sociedad. Madrid: Síntesis. ISBN 978-84-975651-5-8. 
  • Pérez Núñez, Javier (1996). «Los debates parlamentarios de la ley municipal de 1840». Revista de Estudios Políticos 93: 273-291. 
  • —— (2014). «La revolución de 1840: la culminación del Madrid progresista». Cuadernos de Historia Contemporánea 36: 141-164. 
  • Vilches, Jorge (2001). Progreso y Libertad. El Partido Progresista en la Revolución Liberal Española. Madrid: Alianza Editorial. ISBN 84-206-6768-4. 


  •   Datos: Q9067497

regencia, espartero, regencia, espartero, último, período, minoría, edad, isabel, españa, así, llamado, porque, tras, triunfo, revolución, 1840, puso, regencia, maría, cristina, borbón, madre, futura, reina, isabel, entonces, nueve, años, edad, general, baldom. La regencia de Espartero fue el ultimo periodo de la minoria de edad de Isabel II de Espana asi llamado porque tras el triunfo de la revolucion de 1840 que puso fin a la regencia de Maria Cristina de Borbon madre de la futura reina Isabel II entonces con nueve anos de edad el general Baldomero Espartero asumio la regencia en su lugar Acabo en 1843 cuando un movimiento militar y civico encabezado por una parte del Partido Progresista y por el Partido Moderado que contaba con los generales afines Ramon Maria Narvaez Francisco Serrano y Leopoldo O Donnell obligo a Espartero a marchar al exilio La coalicion antiesparterista decidio entonces proclamar la mayoria de edad de Isabel en cuanto cumplio los trece anos de edad en octubre de 1843 iniciandose asi su reinado efectivo General Baldomero Espartero Indice 1 La revolucion de 1840 y el final de la Regencia de Maria Cristina de Borbon 2 La Regencia 2 1 El nombramiento de Espartero como regente y las disensiones con los progresistas 2 2 El malestar contra los ayacuchos y el nacimiento del militarismo 2 3 La obra legislativa de las Cortes 2 4 El fracasado pronunciamiento moderado de 1841 y sus consecuencias 2 5 La insurreccion y bombardeo de Barcelona de finales de 1842 2 6 La crisis de mayo de 1843 3 El final de la regencia de Espartero 4 Referencias 4 1 BibliografiaLa revolucion de 1840 y el final de la Regencia de Maria Cristina de Borbon EditarArticulo principal Regencia de Maria Cristina de Borbon Evaristo Perez de Castro presidente del Gobierno moderado que impulso la Ley de Ayuntamientos de 1840 La presentacion en las Cortes por el Gobierno del moderado Evaristo Perez de Castro de la Ley de Ayuntamientos consumo la ruptura entre los partidos moderado y progresista En el proyecto ademas de recortar las competencias municipales el Gobierno era quien nombraba a los alcaldes 1 lo que segun los progresistas era contrario a la Constitucion Asi los progresistas recurrieron a la presion popular durante el debate de la ley y cuando esta fue aprobada optaron por el retraimiento y abandonaron la Camara desplegando una campana desde la prensa y desde los ayuntamientos para que la regente Maria Cristina no la sancionara Cuando vieron que la regente estaba dispuesta a firmarla dirigieron sus peticiones al general Baldomero Espartero el personaje mas popular del momento tras su triunfo en la guerra contra los carlistas y que se mostraba mas proximo al progresismo que al moderantismo 2 La enorme popularidad de la que gozaba Espartero el pacificador de Espana se puso de manifiesto durante su entrada triunfal en Barcelona el 14 de junio de 1840 3 La Regente se traslado entonces a Barcelona donde le ofrecio a Espartero la Presidencia del Consejo de Ministros pero este para aceptar el nombramiento exigio que Maria Cristina no sancionara la Ley de Ayuntamientos Asi que cuando el 15 de julio de 1840 firmo la ley se desato una grave crisis politica que obligo al Gobierno de Perez de Castro a dimitir el 18 de julio 4 a partir del 1 de septiembre estallaron revueltas progresistas en muchas ciudades en las que se formaron juntas revolucionarias que desafiaban la autoridad de Maria Cristina 5 El 5 de septiembre Maria Cristina ordeno al general Espartero desde Valencia a donde se habia trasladado debido al ambiente hostil que habia encontrado en Barcelona que marchara a Madrid para acabar con la rebelion que seria conocida tambien como la revolucion de 1840 6 No obstante este se nego con buenas palabras que contenian en el fondo todo un programa politico la reina debia en su opinion firmar un manifiesto en el que se comprometiera a respetar la Constitucion a disolver las Cortes moderadas y a someter a las que fueran elegidas a la revision de las leyes aprobadas en la ultima legislatura entre ellas se sobreentiende la Ley de Ayuntamientos Diez dias despues Maria Cristina no tuvo mas remedio que nombrar presidente del Gobierno al general Espartero en la esperanza de frenar la marea revolucionaria que se habia apoderado del pais 7 5 La entrevista en Valencia entre Espartero y Maria Cristina de Borbon tuvo lugar el 12 de octubre de 1840 Durante la misma Maria Cristina le comunico su decision de abandonar la regencia y dejarle el cuidado de sus hija Isabel II y su hermana Luisa Fernanda de Borbon 7 Ese mismo dia Maria Cristina de Borbon firmaba su renuncia a la regencia y la convocatoria de elecciones y el 17 de octubre embarcaba en Valencia rumbo a Marsella para iniciar un exilio voluntario segun Juan Francisco Fuentes forzado segun Jorge Vilches que iba a durar tres anos 7 8 Segun Josep Fontana Maria Cristina rechazo en Valencia las condiciones que se le exigian y decidio renunciar a la regencia y exiliarse en Francia no para retirarse de la politica sino para conspirar desde alli con mas seguridad como lo puso en evidencia el fracasado pronunciamiento moderado de 1841 instigado por ella 9 La Regencia EditarEl nombramiento de Espartero como regente y las disensiones con los progresistas Editar Tras la marcha de Maria Cristina al exilio la regencia la desempeno interinamente el Gobierno presidido por Espartero segun lo establecido en la Constitucion de 1837 en lo que se llamo Ministerio Regencia hasta que las Cortes decidieran En la Constitucion respecto de la regencia se decia hasta que las Cortes nombren la Regencia sera gobernado el Reino provisionalmente por el padre o la madre del Rey y en su defecto por el Consejo de Ministros art 58 10 La primera medida que tomo el nuevo Gobierno fue satisfacer la principal reivindicacion de los progresistas que habia motivado la revolucion de 1840 suspendio la Ley de Ayuntamientos sancionada por Maria Cristina A continuacion convoco elecciones a Cortes que se celebraron el 1 de febrero de 1841 y que dieron una amplia victoria al Partido Progresista debido en parte al retraimiento del Partido Moderado lo que desvirtuaba el resultado y desnaturalizaba la esencia misma de un regimen parlamentario y representativo Asi a falta de verdadera oposicion al Gobierno por la ausencia de los moderados en las Cortes esta la asumio una parte del propio partido progresista como se pudo comprobar cuando se empezo a discutir la cuestion de la regencia 11 En el debate en las Cortes sobre la regencia se produjo la division en el seno del Partido Progresista entre unitarios y trinitarios Los primeros tambien llamados esparteristas defendian que la regencia la desempenara una unica persona y que esa persona debia ser Espartero los segundos temerosos del enorme poder que iba a tener el general propusieron una regencia compuesta por tres personas una de las cuales seria Espartero Para los trinitarios una regencia compuesta de tres personas implicaba un equilibrio mayor entre elementos civiles y militares y un control mas preciso por tanto de la Regencia recordando la trayectoria de Maria Cristina 12 Antonio Gonzalez y Gonzalez retratado por Ricardo Maria Navarrete y Fos De este modo cuando las nuevas Cortes inauguradas el 19 de marzo de 1841 votaron cuantas personas debian formar la regencia los esparteristas ganaron la votacion con 153 diputados a favor de la regencia unica mientras que los trinitarios consiguieron un resultado notable pues 136 diputados apoyaron la regencia a tres Asi Espartero pudo comprobar que el apoyo de sus socios de gobierno los progresistas no iba a ser ni unanime ni incondicional Finalmente el general Espartero fue elegido regente el 10 de mayo por 179 votos aunque el candidato trinitario Agustin de Arguelles consiguio el apoyo de 110 diputados un resultado nada despreciable que se unio a su eleccion como presidente del Congreso de los Diputados y como tutor de la reina Isabel II 13 Al parecer de Angel Bahamonde Se habia producido la primera fisura importante entre Espartero y el partido progresista 14 Las divergencias entre una parte del partido progresista y Espartero continuaron cuando este asumida la regencia nombro el 20 de mayo presidente del Gobierno a Antonio Gonzalez Gonzalez un hombre de su confianza pero que no era del agrado de los principales lideres progresistas Ademas con esa designacion aunaba la Jefatura del Estado y la Presidencia de facto del Ejecutivo lo que suponia una grave distorsion del regimen parlamentario 15 14 El malestar contra los ayacuchos y el nacimiento del militarismo Editar Articulo principal Ayacuchos General Valentin Ferraz miembro de los ayacuchos Al poco tiempo de asumir la regencia Espartero fue acusado por ciertos sectores del Ejercito y de los partidos moderado y progresista de que su politica de nombramientos militares y en algunos casos tambien civiles favorecia unicamente a los miembros de su camarilla militar conocida con el nombre de los ayacuchos Estos eran generales que gozaban de la maxima confianza del regente porque habian combatido y desarrollado su carrera militar con el en las guerras de independencia hispanoamericanas y de ahi la denominacion de ayacuchos en referencia a la ultima batalla de aquella guerra batalla en la que por cierto Espartero no participo 16 De vuelta a Espana el grupo mantuvo las relaciones clientelares de apoyo mutuo durante la guerra carlista de 1833 40 en torno a Espartero que continuarian tras asumir este la regencia 10 Al favoritismo hacia los ayacuchos se sumaba el malestar por los retrasos en las pagas a los oficiales del Ejercito y las dificultades que tenian para promocionar y desarrollar su carrera militar Pero esto no era culpa de Espartero sino de un problema de fondo el excesivo numero de oficiales jefes y generales del Ejercito producto de las guerras casi permanentes en que se habia visto envuelta Espana entre 1808 y 1840 con los correspondientes ascensos y nombramientos Un problema notablemente agravado por el Convenio de Vergara que permitia el ingreso en el Ejercito de los oficiales carlistas y al que muchos de ellos se habian acogido Asi el Estado era incapaz de hacer frente al coste economico de un Ejercito con las plantillas infladas y que el republicano Fernando Garrido definio unos anos despues como el mas caro del mundo En consecuencia las pagas se hicieron cada vez mas esporadicas y el Ejercito se convirtio en un semillero de protestas hasta el punto en que un regimiento llego a declararse en huelga en 1841 17 Segun Juan Francisco Fuentes se creo asi un circulo vicioso muy dificil de romper los militares querian cobrar su sueldo prosperar en su carrera y tener un destino acorde con su graduacion Los gobernantes por su parte ya fueran civiles o militares carecian del valor politico para abordar la necesaria reforma del ejercito que exigia una reduccion drastica del escalafon pero al mantener tal estado de cosas perpetuaban el descontento de los militares y su disposicion a participar en todo tipo de aventuras politicas 18 Ademas alento el nacimiento de un discurso corporativista y militarista canalizado a traves de periodicos de nombre tan significativo como El Grito del Ejercito o El Archivo Militar que llego a escribir en su numero del 30 de septiembre de 1841 19 No podemos ni queremos decir el Estado somos nosotros pero diremos la patria o si mas os place la parte mas pura de la patria somos nosotros La obra legislativa de las Cortes Editar Las nuevas Cortes iniciaron una intensa labor legislativa que dada la abrumadora mayoria progresista enlazo con lo realizado por los Gobiernos del mismo signo presididos por Juan Alvarez Mendizabal y por Jose Maria Calatrava en la decada anterior La Ley de 19 de agosto de 1841 completo el proceso legal de desvinculacion de los bienes nobiliarios en mayorazgo y otra del 2 de septiembre de 1841 amplio la desamortizacion de Mendizabal a los bienes del clero secular Esta ley junto con la abolicion definitiva del diezmo ademas de otros proyectos anticlericales como la renovacion de la obligatoriedad del clero de jurar fidelidad al poder constituido 14 de noviembre de 1841 o el proyecto de ley sobre jurisdiccion eclesiastica presentado al mes siguiente empeoraron las ya de por si tensas relaciones del regimen isabelino con la Santa Sede desde que el nuncio habia abandonado Espana en 1835 El papa Gregorio XVI protesto por la que consideraba injerencia del Gobierno en materia eclesiastica El sacerdote conservador Jaime Balmes llego a acusarlo de estar guiado por un espiritu cismatico y de querer convertir a la Iglesia espanola en algo parecido a la anglicana Asimismo se restablecio la ley de imprenta progresista de 1837 lo que permitio ampliar notablemente la libertad de expresion de la prensa incluida la que era critica con el Gobierno 20 21 Tambien destacan las leyes que intentaron regularizar los fueros navarros y los fueros vascos Ahora bien si en el primer caso el proceso de negociacion con la Diputacion Foral de Navarra tuvo exito y el acuerdo fue ratificado por las Cortes al aprobar la Ley Paccionada Navarra del 20 de septiembre de 1841 que armonizaba los fueros con la Constitucion de 1837 en el segundo caso el arreglo foral no fue posible y Vizcaya Alava y Guipuzcoa permanecieron en una indefinicion legal que no se resolveria hasta 1876 Sin embargo dos decretos limitaron las atribuciones de las tres diputaciones forales vascas El primero del 5 de enero de 1841 elimino el pase foral que hasta entonces permitia a las diputaciones forales no cumplir las leyes del Estado que fueran contrarias a sus fueros El segundo fue un decreto del 29 de octubre de 1841 que suprimio las aduanas interiores establecio en las tres provincias los juzgados de primera instancia y amplio el numero de personas que podian votar en las elecciones municipales y forales 22 El fracasado pronunciamiento moderado de 1841 y sus consecuencias Editar Vease tambien Pronunciamiento de 1841 en Espana El Gobierno de Antonio Gonzalez Gonzalez tuvo que hacer frente al pronunciamiento de 1841 organizado desde Paris por la regente Maria Cristina con la colaboracion del Partido Moderado y protagonizado por los generales afines encabezados por Ramon Maria Narvaez y en el que tambien estaba implicado el joven coronel Juan Prim a pesar de estar mas cercano a los progresistas 15 Isabel II de nina hacia 1840 El movimiento militar lo inicio el 27 de septiembre en Pamplona el general Leopoldo O Donnell pero no consiguio que la ciudad proclamase como regente a Maria Cristina a pesar de que ordeno bombardearla desde su ciudadela 23 El inicio efectivo del pronunciamiento fue la sublevacion de Vitoria por el general Piquer el 4 de octubre que fue seguida por la proclamacion en Vergara por el general Urbiztondo de Maria Cristina como regente a la par que se constituia en su nombre una Junta Suprema de Gobierno presidida por Montes de Oca 24 El mismo dia 7 de octubre tuvo lugar el hecho mas significativo del pronunciamiento el asalto al Palacio real para capturar a Isabel II y a su hermana y llevarlas al Pais Vasco Alli se proclamaria de nuevo la tutoria y regencia de Maria Cristina y se nombraria un Gobierno presidido por Francisco Javier de Isturiz En una noche de lluvia los generales Diego de Leon y Manuel de la Concha con la complicidad de la Guardia Exterior entraron en el Palacio Real pero no lograron apoderarse de las dos ninas ante la resistencia que hicieron en la escalera principal los alabarderos El general Diego de Leon se entrego convencido de que Espartero no iba a fusilarle 23 La justificacion del pronunciamiento fue que la reina estaba secuestrada por los progresistas a traves de su tutor Agustin de Arguelles y de la dama de compania nombrada por este la condesa de Espoz y Mina viuda del famoso guerrillero y militar liberal Francisco Espoz y Mina En realidad lo que estaban haciendo los progresistas era llevar a la practica una de sus aspiraciones fundamentales controlar la educacion de la reina sobre la idea de una reina liberal 14 Por eso el objetivo del pronunciamiento era la vuelta de Maria Cristina deseosa de recuperar la Regencia y la tutela regia de la que habia sido formalmente apartada hecho este ultimo basico ya que suponia controlar los resortes de Palacio como poder de hecho en la toma de decisiones politicas y economicas 24 Segun Juan Francisco Fuentes el pronunciamiento era no solo antiesparterista sino tambien antiliberal que se explica por el peso determinante que tanto la ex regente que financio la sublevacion con mas de ocho millones de reales como su marido Fernando Munoz tuvieron en la direccion del golpe y por la participacion en el mismo de sectores carlistas descontentos con el supuesto incumplimiento del Convenio de Vergara asi como la notoria complicidad de las diputaciones forales contrarias a la solucion centralista que acababa de dar el gobierno a los fueros vascos 25 Esto es contaba con el apoyo de los exmilitares carlistas descontentos porque todavia estaban pendientes del reconocimiento de la graduacion alcanzada durante la guerra de 1833 40 y de la consiguiente integracion en el Ejercito tal como se habia pactado en Vergara Ahora bien No es que la cuestion carlista fuera la clave del pronunciamiento pero si procuro base social y cobertura territorial Resulta significativo que los principales nucleos de la secuencia de pronunciamiento se situaran en el Pais Vasco Navarro 24 Las consecuencias General Diego de Leon fusilado por su implicacion en el pronunciamiento La respuesta de Espartero rompio con una de las reglas no escritas entre los militares respecto de los pronunciamientos respetar la vida de los derrotados pues mando fusilar a los generales Montes de Oca Borso de Carminati y Diego de Leon Esto causo un enorme impacto en gran parte del Ejercito y en la opinion publica incluida la progresista pues la muerte del joven general Diego de Leon apenas 34 anos a quien Espartero se nego a indultar quedo en la memoria popular como un crimen imperdonable del regente 23 Por otro lado la dura represion ordenada por Espartero no acabo con la conspiracion moderada que continuo actuando en la clandestinidad 25 26 Otra de las consecuencias del pronunciamiento moderado de 1841 fue que en varias ciudades se produjo un levantamiento progresista para impedirlo aunque una vez derrotado algunas juntas desobedecieron la orden de Espartero de disolverse y desafiaron la autoridad del regente Los sucesos mas graves se produjeron en Barcelona donde la Junta de Vigilancia presidida por Juan Antonio Llinas aprovechando la ausencia del capitan general Antonio Van Halen que se habia desplazado a Navarra para acabar con el pronunciamiento moderado procedio a demoler la odiada fortaleza de la Ciudadela mandada construir por Felipe V tras su victoria en la guerra de sucesion que la mayoria de los barceloneses consideraban un instrumento de opresion Ademas con esa medida se pretendia proporcionar trabajo a los muchos obreros que se encontraban en paro La respuesta de Espartero fue suprimir la Junta por abuso de la libertad y desarmar a la milicia ademas de disolver el ayuntamiento y la diputacion de Barcelona y hacer pagar a la ciudad la reconstruccion de los muros de la Ciudadela que ya se habian derribado 27 Plano de Barcelona de 1806 con la fortaleza de la Ciudadela a la derecha integrada dentro de las murallas A la izquierda la montana de Montjuic Poco despues en diciembre de 1841 se celebraron elecciones municipales en las que en algunas ciudades como Barcelona Valencia Sevilla Cadiz Cordoba Alicante o San Sebastian se produjo por primera vez un ascenso notable del republicanismo Con el a las tradicionales reivindicaciones populares de supresion de los consumos y abolicion de las quintas se sumo la abolicion de la Monarquia la reduccion del gasto militar o el reparto de las tierras De esta forma nacia y se consolidaba un movimiento radical a la izquierda del Partido Progresista que aunaba la lucha por la democracia plena identificada con la republica y el federalismo con la aspiracion a una sociedad mas igualitaria 28 El movimiento republicano ademas de con personajes como Abdon Terradas o Wenceslao Ayguals de Izco contaba con el apoyo de las sociedades obreras de ayuda mutua cuya primera organizacion la de tejedores habia nacido en Barcelona en mayo de 1840 Esta supuso un verdadero hito en la historia del movimiento obrero espanol que empezaba a organizarse alli donde propiamente existia clase obrera al margen de las formas de asociacion y de lucha de las clases medias liberales 28 29 La Asociacion Mutua de Obreros de la Industria Algodonera presidida por Juan Munts se habia fundado al amparo de la Real Orden de 28 de febrero de 1830 sobre sociedades de auxilio mutuo 30 En 1842 las sociedades obreras ya se habian consolidado y mantenian un duro pulso con la patronal para mejorar sus condiciones de trabajo y sus derechos laborales 31 La insurreccion y bombardeo de Barcelona de finales de 1842 Editar Articulo principal Bombardeo de Barcelona 1842 Retrato del general Jose Ramon Rodil y Campillo El 28 de mayo de 1842 cayo el Gobierno de Antonio Gonzalez a causa de un voto de censura que presento el Partido Progresista y que prospero en las Cortes Para Josep Fontana Con este enfrentamiento absurdo entre las cortes y un gobierno del propio partido que dominaba en ellas se iniciaba el suicidio del progresismo 32 Entonces el Partido Progresista propuso como candidato al progresista puro Salustiano de Olozaga pero Espartero designo en su lugar al general ayacucho Jose Ramon Rodil y Campillo un mes y medio despues cerro las Cortes Al designar a un miembro de su camarilla militar para la Presidencia del Gobierno Espartero se desviaba de su papel de arbitro replegandose a un circulo intimo compuesto principalmente por militares vinculados a su persona que no respondian al contenido parlamentario progresista 33 Con este nombramiento mantuvo la dualidad de poderes de que gozaba la Jefatura del Estado y la Presidencia de facto del Ejecutivo como se demostro en el bombardeo de Barcelona de diciembre de 1841 que el y no el Gobierno de Rodil habia decidido 34 y que constituiria uno de los episodios que mas contribuyo al deterioro de la figura del Regente 30 El 13 de noviembre de 1842 estallo en Barcelona una insurreccion a la que se sumo la milicia y en pocas horas la ciudad se lleno de barricadas El detonante de la misma fue la noticia de que el Gobierno se disponia a firmar un acuerdo comercial librecambista con Gran Bretana que rebajaria los aranceles a los productos textiles ingleses lo que supondria la ruina para la industria algodonera catalana 35 La chispa inicial sin embargo fue un tumulto que se produjo en el Portal de l Angel en relacion con los consumos el domingo 13 de noviembre por la tarde 36 La autoridad militar respondio ocupando el ayuntamiento y deteniendo a varios periodistas de El Republicano presentes en los hechos 31 30 Al dia siguiente una comision que pedia que se liberase a los detenidos fue a su vez encarcelada 37 Comenzo entonces una guerra de barricadas protagonizada por la milicia apoyada por paisanos armados 37 El capitan general el ayacucho Antonio Van Halen se vio obligado a ordenar a sus hombres que abandonaran la ciudad y que se replegaran hacia el castillo de Montjuic sobre la montana del mismo nombre desde donde se dominaba la ciudad 38 y hacia la fortaleza de la Ciudadela al otro extremo de la urbe 30 El repliegue de las tropas gubernamentales fue considerado un triunfo por los sublevados cuya Junta presidida por Juan Manuel Carsy y que tenia su origen en la Junta de Vigilancia formada en Barcelona el ano anterior hizo publico su programa que pedia 37 Union entre todos los liberales Abajo Espartero y su gobierno Cortes constituyentes En caso de regencia mas de uno en caso de enlace de la reina Isabel 2ª con espanol Justicia y proteccion a la industria nacional Bombardeo de Barcelona desde el castillo de Montjuic Espartero decidio dirigir personalmente la represion de la insurreccion y el 22 de noviembre llego a Barcelona Ese mismo dia el general Van Halen por orden del regente comunico que Barcelona seria bombardeada desde el castillo de Montjuic si antes de 48 horas no se rendian los insurrectos Entonces cundio el desconcierto en la ciudad y la Junta fue sustituida por otra mas moderada con la que Espartero se nego a negociar y hasta por una tercera dominada por los republicanos y dispuesta a resistir 39 Finalmente el 3 de diciembre de 1842 comenzo el bombardeo al dia siguiente la ciudad se rendia y entraba de nuevo el ejercito 39 Desde los canones de Montjuic se dispararon unos 1014 proyectiles que danaron 462 casas y hubo 20 victimas mortales entre los habitantes de la ciudad 40 La represion ordenada por Espartero fue muy dura Se desarmo a la milicia y varios centenares de personas fueron detenidas de las cuales unas cien fueron fusiladas Castigo colectivamente a la ciudad con el pago de una contribucion extraordinaria de 12 millones de reales para sufragar la reconstruccion de la Ciudadela 39 Asimismo disolvio la Asociacion de Tejedores de Barcelona y cerro todos los periodicos salvo el conservador Diario de Barcelona Antes de volver a Madrid el 22 de diciembre desde su residencia en Sarria y sin haber pisado Barcelona sustituyo a Van Halen al frente de la capitania general de Cataluna por el general tambien ayacucho Antonio Seoane quien segun manifesto se proponia gobernar la region fusilando y tirando metralla 41 Espartero habia conseguido acabar con la revuelta pero con el bombardeo y la dura represion posterior perdio el inmenso apoyo social y politico que habia tenido tradicionalmente en Barcelona Asi No es de extranar la unanimidad que tendra en Cataluna el levantamiento general contra Espartero en 1843 42 De igual modo el simbolo de Barcelona tambien actuo sobre Madrid puesto que la vuelta de Espartero fue acogida con una frialdad que contrastaba con el alborozo y pomposidad de 1840 43 La crisis de mayo de 1843 Editar Tras el bombardeo de Barcelona Espartero perdio la mayor parte de la popularidad que se habia ganado como vencedor en la primera guerra carlista y que le habia hecho acreedor al titulo de Duque de la Victoria Asi en los primeros meses de 1843 se fue formando una heterogenea coalicion antiesparterista a la que se fueron sumando todos aquellos grupos y sectores que rechazaban la politica de Espartero y de su camarilla de los ayacuchos 44 Poco despues de regresar a Madrid Espartero disolvio las Cortes el 3 de enero de 1843 y convoco nuevas elecciones para marzo a las que esta vez si se presentaron los moderados El 3 de abril de 1843 las nuevas Cortes abrieron sus sesiones durante todo el mes su unica actividad fue discutir las actas al haber denunciado los atropellos que habian cometido el Gobierno y el Ejercito para asegurarse el triunfo de los candidatos esparteristas 41 Acabado el debate se comprobo que el Partido Progresista habia vuelto a obtener la mayoria No obstante este estaba fragmentado en tres sectores solo uno de ellos seguia apoyando al regente el precisamente llamado esparterista mientras que los otros dos el de los legales que encabezaba Manuel Cortina y el de los puros con Joaquin Maria Lopez a su frente eran hostiles a Espartero De este modo en realidad era la oposicion antiesparterista la que tenia la mayoria en la Camara gracias a la suma de los diputados progresistas legales y puros los diputados democrata republicanos y los moderados Alvaro Gomez Becerra Asi el primer acto de la nueva mayoria fue forzar la caida del Gobierno del general Rodil y obligar al regente a que nombrara el 9 de mayo como nuevo presidente al lider de los progresistas puros Joaquin Maria Lopez que si que obtuvo el respaldo de la Camara La crisis se agudizo cuando el Gobierno de Lopez exigio que Espartero destituyera al general Francisco Linage como su secretario personal y lo nombrara jefe de alguna capitania general perdiendo tambien el cargo de inspector de infanteria y de milicias 45 con ello buscaban desmantelar la camarilla de ayacuchos que respaldaba el caudillismo del regente La respuesta de Espartero desato la crisis porque en lugar de despedir a su secretario lo que hizo fue destituir a Joaquin Maria Lopez cuyo gobierno solo habia durado 10 dias 46 43 El 19 de mayo Espartero nombro a Alvaro Gomez Becerra nuevo presidente del Gobierno Pero al conocerse la noticia en el Congreso los diputados votaron una mocion de apoyo al Gobierno destituido que se aprobo por 114 votos contra 3 en lo que era de facto una mocion de censura contra el regente Asi cuando Gomez Becerra se presento ante la Camara fue recibido con gritos de Fuera fuera desde las tribunas El progresista puro Salustiano de Olozaga intervino para conminar al regente a elegir entre ese hombre el general Linage y la nacion entera representada por el congreso unanime de sus diputados Acabo su discurso con un Dios salvara al pais y salvara a la reina que convertido en Dios salve al pais Dios salve a la reina fue el grito de guerra de la revuelta contra Espartero que estallo al mes siguiente El 26 de mayo las sesiones de las Cortes quedaron suspendidas 47 El final de la regencia de Espartero EditarLa crisis de mayo amplio y unio aun mas a los sectores antiesparteristas a pesar de su heterogeneidad al incluir en ellos desde los moderados hasta los democratas y republicanos pasando por la mayoria del Partido Progresista En conjunto las decisiones tomadas por Espartero en la crisis de mayo se consideraron un atentado flagrante contra el orden constitucional y convirtieron la conspiracion antiesparterista en un movimiento en defensa de la legalidad 48 Nada mas conocerse la destitucion del Gobierno de Joaquin Maria Lopez y la suspension de las Cortes el 27 de mayo se produjo un levantamiento en Reus encabezado por los militares cercanos al progresismo Juan Prim y Lorenzo Milans del Bosch al grito de Abajo Espartero Mayoria de edad de la Reina 49 Aunque el general esparterista Zurbano consiguio dominar la rebelion de Reus Barcelona se sumo en seguida al movimiento formandose en junio una Junta Suprema de Gobierno de la provincia de Barcelona en la que figuraban republicanos progresistas y moderados Poco despues el general Prim hacia su entrada triunfal en la ciudad 50 La insurreccion se extendio en seguida no solo por el resto de la franja mediterranea y Andalucia la tipica geografia juntera sino que tambien se sumaron ciudades del interior donde los moderados predominaban como Valladolid Burgos o Cuenca y las del Pais Vasco 51 Unas revueltas que aceptaron la supuestamente desinteresada colaboracion de los generales moderados que habian creado en Francia una Sociedad Militar Espanola organizada como una agrupacion secreta y que regresaban ahora apoyados de nuevo por el dinero de la reina madre 52 General Ramon Maria Narvaez Museo de Bellas Artes de Valencia El 21 de junio Espartero se marcho a Valencia para dirigir las operaciones contra los sublevados Sin embargo el 27 de junio desembarcaron alli procedentes del exilio en Paris tres generales afines al Partido Moderado Ramon Maria Narvaez Manuel Gutierrez de la Concha y Juan Gonzalez de la Pezuela Esto obligo al regente a desistir de su intencion de llegar a Valencia deteniendose en Albacete donde permanecio entre el 25 de junio y 7 de julio 53 El 27 de junio desembarcaba en Barcelona otro de los generales conjurados el general Francisco Serrano acompanado del politico Luis Gonzalez Bravo en aquel momento en las filas de los progresistas legales Al dia siguiente Serrano despues de autoproclamarse ministro universal decretaba la destitucion del regente y del Gobierno de Gomez Becerra 53 Segun Josep Fontana lo que pretendia Serrano era 54 estabilizar una situacion confusa en que Narvaez habia asumido inicialmente el protagonismo con el fin de darle una salida politica asegurando el restablecimiento del gobierno Lopez en el que Serrano habia sido ministro de la Guerra y con ello la continuidad de los progresistas en el poder Al propio tiempo Serrano nombraba a Narvaez capitan general refrendando el cargo que le habia dado la Junta revolucionaria de Valencia con la intencion de evitar que en torno a el surgiese un poder politico paralelo La Junta de Barcelona asumio esta pretension y nombro el 29 de junio a Serrano jefe de un gobierno provisional que representaba el restablecimiento del viejo ministerio progresista a cambio de que este aceptase como lo hizo el programa de tres puntos de los revolucionarios barceloneses Constitucion de 1837 Isabel II y Junta central Tras haber prometido en Barcelona todo lo que se le pedia Serrano marcho a Madrid mientras los barceloneses reemprendian el derribo de las murallas Joaquin Maria Lopez El 22 de julio tuvo lugar cerca de Madrid la batalla de Torrejon de Ardoz en la que se enfrentaron las tropas gubernamentales mandadas por el general Antonio Seoane procedentes de Aragon y las tropas sublevadas a las ordenes del general Narvaez que venian de Valencia En realidad apenas hubo combate solo duro un cuarto de hora en que hubo entre los dos bandos dos muertos y veinte heridos porque casi todas las tropas de Seoane se pasaron al bando rebelde al grito de Todos somos unos El 23 de julio Narvaez hacia su entrada en Madrid y restablecia a Joaquin Maria Lopez como presidente del gobierno 55 53 Sin embargo Lopez no reconocio el compromiso pactado entre Serrano y la Junta de Barcelona de convocar una Junta Central que asumiera el poder lo que acabaria desencadenando la revolucion centralista catalana de septiembre noviembre de 1843 conocida como la Jamancia cuando Espartero ya habia caido 56 Mientras el regente se encontraba combatiendo la rebelion en Andalucia donde habia fracasado en su intento de tomar Sevilla aun a pesar de haber sido bombardeada por Van Halen Al conocer el desenlace de la batalla de Torrejon de Ardoz decidio marchar al exilio junto con algunos de sus hombres de confianza El 30 de julio todos ellos embarcaban en el Puerto de Santa Maria en un buque britanico rumbo a Inglaterra Fue el fin de la regencia de Espartero 53 Referencias Editar Fuentes 2007 p 131 Vilches 2001 p 32 Fuentes 2007 p 132 Vilches 2001 pp 33 34 a b Perez Nunez 1996 Denominacion debatida por ejemplo en Perez Nunez 2014 La historiografia ha designado a la movilizacion popular del verano de 1840 como una revolucion No creemos que lo fuera No porque los movilizados no se levantaron contra el regimen politico vigente de 1837 que fue la propia bandera de la insubordinacion sino contra su desnaturalizacion por los desarrollos legislativos que estaban llevando y proyectaban llevar a cabo los moderados desde el poder En este sentido dado que lo que se pretendia era restablecer el orden constitucional conculcado y no instituir otro nuevo parece que fue ante todo la expresion del ejercicio del derecho a la resistencia o a la insurreccion a b c Fuentes 2007 p 133 Vilches 2001 p 35 Maria Cristina entendio que habia perdido toda su autoridad y que su continuidad como regente hacia peligrar el trono de su hija por lo que renuncio a la Regencia pidiendo a Espartero que se encargara de la misma Fontana 2001 p 187 a b Bahamonde 2001 p 230 Fuentes 2007 p 139 Bahamonde 2001 pp 230 231 Fuentes 2007 pp 139 140 a b c Bahamonde 2001 p 231 a b Fuentes 2007 p 140 Fuentes 2007 p 144 Fuentes 2007 pp 144 145 Fuentes 2007 p 145 Fuentes 2007 pp 145 146 Era solo el comienzo de un proceso plagado de consecuencias politicas a largo plazo a medida que la insatisfaccion profesional fue derivando en un rechazo al poder civil senalado como causante de los males del ejercito Fuentes 2007 p 147 Bahamonde 2001 pp 233 234 Fuentes 2007 pp 147 148 a b c Fontana 2001 p 188 a b c Bahamonde 2001 p 232 a b Fuentes 2007 p 141 Bahamonde 2001 pp 232 233 Fontana 2001 p 189 a b Fuentes 2007 pp 141 142 Bahamonde 2001 p 233 a b c d Bahamonde 2001 p 235 a b Fuentes 2007 p 142 Fontana 2001 p 190 Bahamonde 2001 p 234 Fuentes 2007 pp 144 148 Fontana 2001 pp 190 191 Fontana 2001 pp 191 192 a b c Fontana 2001 p 192 Fuentes 2007 pp 142 143 a b c Fuentes 2007 p 143 Fontana 2001 p 193 a b Fontana 2001 p 194 Fuentes 2007 pp 143 144 a b Bahamonde 2001 p 236 Fuentes 2007 p 148 Fontana 2001 p 195 Fuentes 2007 pp 148 149 Fontana 2001 pp 195 196 Fuentes 2007 p 149 Fuentes 2007 pp 149 150 Fontana 2001 pp 197 198 Bahamonde 2001 p 237 Fontana 2001 pp 196 197 a b c d Fuentes 2007 p 150 Fontana 2001 pp 198 199 Fontana 2001 p 197 Fontana 2001 p 199 Bibliografia Editar Bahamonde Angel Martinez Jesus A 2011 1994 Historia de Espana Siglo XIX 6ª edicion Madrid Catedra ISBN 978 84 376 1049 8 Fontana Josep 2007 La epoca del liberalismo Vol 6 de la Historia de Espana dirigida por Josep Fontana y Ramon Villares Barcelona Critica Marcial Pons ISBN 978 84 8432 876 6 Fuentes Juan Francisco 2007 El fin del Antiguo Regimen 1808 1868 Politica y sociedad Madrid Sintesis ISBN 978 84 975651 5 8 Perez Nunez Javier 1996 Los debates parlamentarios de la ley municipal de 1840 Revista de Estudios Politicos 93 273 291 2014 La revolucion de 1840 la culminacion del Madrid progresista Cuadernos de Historia Contemporanea 36 141 164 Vilches Jorge 2001 Progreso y Libertad El Partido Progresista en la Revolucion Liberal Espanola Madrid Alianza Editorial ISBN 84 206 6768 4 Predecesor Regencia de Maria Cristina de Borbon Periodos de la Historia de EspanaRegencia de Espartero Sucesor Decada moderada Datos Q9067497Obtenido de https es wikipedia org w index php title Regencia de Espartero amp oldid 137341805, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

español

, española, descargar, gratis, descargar gratis, mp3, video, mp4, 3gp, jpg, jpeg, gif, png, imagen, música, canción, película, libro, juego, juegos