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Lisuarte de Grecia

Lisuarte de Grecia es el nombre de dos libros de caballerías españoles del siglo XVI d. C. pertenecientes al ciclo iniciado por el Amadís de Gaula.

Lisuarte de Grecia
Tema(s) libro de caballerías
Idioma Castellano medieval
Ciudad Sevilla
País EspañaEspaña
Fecha de publicación 1514
Serie
Lisuarte de Grecia

Lisuarte de Grecia, de Feliciano de Silva (Libro VII de Amadís)

Séptimo libro de la serie de Amadís de Gaula, impreso por primera vez en Sevilla en 1514, con el título de El séptimo libro de Amadís de Gaula, que trata de los grandes fechos en armas de Lisuarte de Grecia. Fue escrita por Feliciano de Silva y en ella se continúa el quinto libro del ciclo amadisiano, Las sergas de Esplandián, pasando por alto el sexto, Florisando.

Este primer libro de Silva fue uno de los más populares del género caballeresco, ya que se reimprimió en Sevilla (1525, 1543, 1548 y 1550), Toledo (1534 y 1539), Estella (1564), Zaragoza (1587) y Lisboa (1596).

Argumento del Lisuarte de Silva

Pascual de Gayangos, en su discurso preliminar sobre los libros de caballerías, resumió así el argumento del Lisuarte de Silva:

Refiérense en él las insignes hazañas de Lisuarte de Grecia, hijo de Esplandián y nieto del buen rey Amadís, al propio tiempo que las no menos señaladas de su tio Perión de Gaula. Desde luego se advierte en esta obra, imitacion servil de las anteriores, que no se guarda en ella la proporcion y reglas de la épica, sosteniéndose el interés y concentrándose en un solo individuo, como sucede en el Amadís, al lado del cual todos los demás héroes quedan muy rebajados; sino que la atencion divaga lastimosamente y ha de repartirse por igual entre Lisuarte y Perion, salidos del mismo tronco, ambos invencibles, espejos uno y otro de la andante caballería, y dechado de cuantas virtudes constituian á la sazon el decálogo de aquella institucion. Empieza la historia con la determinacion que Perion forma de ir á Irlanda para ser armado caballero por mano del rey don Cildadan, ignorando sin duda que su tio el rey Amadís de Gaula y Esplandian se hallaban á la sazon encantados en la ínsola Firme. Acompáñanle en su expedicion don Florestan, hijo del rey de Cerdeña; Parmineo, su hermano; Vallados, hijo de don Bruneo de Bonamar; Languines y Galvánes, hijos de Agrájes, rey de Escocia, y otros donceles, deseosos todos de participar del mismo honor, y recibir la orden de caballería de mamos de un rey tan esforzado y poderoso como don Cildadan. Llegados á su corte, Perion se ve imposibilitado de lograr su intento, por seguir á la doncella Alquifa, que, con mensaje de Urganda la Desconocida, le mete en un esquife tripulado por dos gimios, y le lleva á Trapisonda, donde es armado caballero por el emperador de aquella tierra. Allí se enamora de la infanta Gricileria, hija de aquel monarca, por amor de la cual emprende y acaba las maravillosas aventuras de que el libro está lleno, bajo el dictado de Caballero de la Espera. Entre tanto Lisuarte, Florestan, don Cuadragante y los demás donceles salen por la mar, repartidos en tres naos, en busca de Perion; y despues de aportar á varias y diferentes insulas, matar muchos descomunales gigantes y deshacer innumerables entuertos, á la usanza de andantes caballeros, llegan á Trapisonda á la sazon que Perion habia ya partido, y hacen su corte al Emperador, quedando Lisuarte preso de amores por la linda Onoloria, hermana de Gricileria. Una infanta, llamada Melia, la misma que figura en el Esplandian, hacia á la sazon liga con todos los reyes paganos para ir sobre Constantinopla y destruir de todo punto la fe de Cristo; sabiendo por sus artes mágicas que Lisuarte y Perion habian de ser los salvadores de aquel imperio, se apodera con astucia de sus personas y los mete en fuerte prision. Los reyes todos de la cristiandad aprestan sus ejércitos para ir en ayuda de la ciudad amenazada, al paso que el rey Armato, acompañado de todos los califas, soldanes y taborlanes de Persia, India y Mesopotomia, y seguido de innumerables huestes, se dispone igualmente á combatir por mar y tierra la gran ciudad de Constantinopla. Gradafilea, doncella de Melia, que habia sido causa inocente de la prision de Lisuarte, contribuye á su libertad; este lleva á cabo muevas é inauditas aventuras bajo el nombre de Caballero de la Vera Cruz. Amadis y los suyos son desencantados, y los paganos vencidos despues de un combate singular de tres por tres, á saber: Amadis, el emperador de Trapisonda y la reina Calafia, contra el rey Armato, general en jefe de todo el ejército infiel, Grifilante y la reina Pintiquinestra. Socorrida Constantinopla, los reyes cristianos se vuelven á sus respectivos reinos. Onoloria, celosa de Gradafilea, escribe una carta de enojos á Lisuarte, y este, desesperado, y no pudiendo tolerar el enfadoso desden de su amada, sale escondidamente de Constantinopla, y comienza de nuevo á correr aventuras bajo el nombre de Caballero Solitario. Yendo por la mar, aporta á una isla, y encuentra á su abuelo Amadís de Gaula, á Oriana, Angriote de Estravaus, y al conde Gandalin y otros, á quien unos cosarios tenian presos, con sogas al cuello y próximos ya á la muerte. Al cabo de un año el caballero de la Espera (Perion) y el Solitario (Lisuarte) se encuentran en un camino sin conocerse, y pelean, quedando ambos muy mal heridos; juntos despues, se combaten con sus grandes amigos Florestan y Parmimeo, tambien sin conocerse. Más tarde, con la noticia de que el buen rey Amadís preparaba un magnifico torneo en su corte, los cuatro caballeros se dirigen á Fenusa, y salen vencedores en todas las justas; al fin de las cuales, Perion, el hijo de don Galaor, casa con la reina Pintiquinestra. Cansado ya de recorrer los espacios imaginarios de la geografía asiática y pagana, donde los autores de semejantes libros acostumbraban á poner la escena de sus caballerescas ficciones, el autor del Lisuarte finge que, volviendo este, en compañía de Perion, á Trapisonda desde Fenusa, en la Gran Bretaña, son sorprendidos en la mar por una furiosa tempestad, que los arroja nada menos que á Cartagena, puerto de España. Sabedores allí de que el rey don Brian de Monjaste se prepara á dar batalla al Miramamolin, que tenia cercada á Córdoba, acuden al real de los cristianos y los ayudan á derrotar al pagano, que es muerto con todos los suyos. Emprenden de nuevo la ruta de Trapisonda, y son echados á la isla de los Gimios, donde los recibe Urganda, que, á pesar de sus años (ya era muy vieja en los tiempos de Amadís), ha contraido nupcias con el sábio Alquife, autor del libro. En el camino libertan al maestro Elisabat y á un sobrino suyo, llamado Libeo, á quien llevaban presos unos cosarios; y por último, Lisuarte casa secretamente con Onoloria, y Perion de Gaula con Gricileria. A los pocos dias se presenta en la corte del Emperador un mensajero de Sulpicio, rey de la Salvajina, pidiendo se cumpla la batalla aplazada entre él y dos de sus hermanos con Lisuarte, Perion y el principe Olorius de España. Verificase esta, siendo vencidos los tres jayanes; mas á los pocos dias, habiendo salido los caballeros á caza con el Emperador, todos cuatro son presos y encantados en la isla de Argenes. Onoloria en tanto da á luz un hijo, llamado Amadís de Grecia, que á los pocos dias de haber nacido cae en poder de unos negros corsarios.

Traducciones y continuaciones

El Lisuarte de Grecia de Silva fue traducido al francés por Nicolás d'Herberay des Essarts y publicado en 1545; también apareció en italiano (1550), en alemán (1572), en neerlandés (1592-1593) y en inglés (1652).

Feliciano de Silva prosiguió la acción de su obra en su segundo libro caballeresco, Amadís de Grecia, publicado en 1530. El italiano Mambrino Roseo escribió en italiano otra continuación, El segundo libro de Lisuarte de Grecia, impresa por primera vez en Venecia en 1564 por Michele Tramezzino, y en la cual se relatan nuevas aventuras de Lisuarte de Grecia, su tío Perión de Gaula y otros caballeros. Parte de las aventuras de Lisuarte relatadas en este libro transcurren en el Japón. El segundo libro de Lisuarte alcanzó una popularidad considerable, ya que fue reimpreso en Venecia en 1586, 1599, 1610 y 1630.

Lisuarte de Grecia, de Juan Díaz (Libro VIII de Amadís)

Octavo libro de la serie de Amadís de Gaula, cuya única edición salió a la luz en Sevilla en 1526, con el título de El Octavo libro de Amadís: que trata de las extrañas aventuras y grandes proezas de su nieto Lisuarte, y de la muerte del ínclito rey Amadís. Su autor fue el bachiller Juan Díaz y es uno de los libros de caballerías castellanos menos conocidos y estudiados. La obra relata las hazañas de Lisuarte de Grecia, hijo del Emperador Esplandián de Grecia y la Emperatriz Leonorina, y sus amores con la princesa Elena de Macedonia. De este libro solo se conocen hoy dos ejemplares, uno en la Biblioteca Nacional de Madrid y otro, muy maltratado, en la Central de Barcelona.

Ya desde 1514 se había publicado el séptimo libro de la serie de los Amadises, también con el título de Lisuarte de Grecia. Este primer Lisuarte, debido a la pluma de Feliciano de Silva, no era continuación del sexto libro amadisiano, Florisando, sino del quinto, Las sergas de Esplandián. Por su parte, en el octavo, el bachiller Díaz no continuó el séptimo, sino el sexto, y de los anuncios hechos al final de este tomó al parecer la infortunada idea de incluir en su obra la muerte de Amadís de Gaula. Feliciano de Silva, a quien la aparición del libro de Díaz parece haber disgustado muchísimo, continuó en Amadís de Grecia (1530) la acción del primer Lisuarte, pasando por alto el libro octavo (y lógicamente, también el sexto). El éxito editorial de Amadís de Grecia y de sus continuaciones Florisel de Niquea y Rogel de Grecia, también obra de Silva, aseguró definitivamente el fracaso del binomio constituido por Florisando y el segundo Lisuarte.

Del autor, Juan Díaz, solamente se sabe que era bachiller en cánones. No se conoce ninguna otra obra suya, aunque Pascual de Gayangos y Arce insinuó la posibilidad de que escribiera también el libro de Don Tristán de Leonís el joven, publicado en Sevilla en 1534; pero la hipótesis parece poco plausible, dado que el bachiller Díaz dedicó su obra a Jorge, Duque de Coímbra, hijo extramatrimonial del Rey Juan II de Portugal, mientras que en el segundo Don Tristán es notoria la antipatía del autor hacia todo lo portugués.

El Lisuarte de Díaz, aunque dista mucho de ser una obra maestra, coincide perfectamente con el gusto de los lectores de libros de caballerías de los primeros años de Carlos V, y es además una obra de acción ágil, que todavía hoy puede considerarse como relativamente amena. Es un típico libro de caballerías temprano, con todos los elementos usuales -un protagonista que parece la suma de todas las virtudes, variadas aventuras, encantamientos, amoríos, gigantes y conflictos militares de gran envergadura entre cristianos y paganos-, pero que no atribuye mayor importancia al diálogo y a las cuestiones de estilo, sino que hace énfasis en los episodios propiamente caballerescos o militares. Estas características se encuentran en otros muchos libros de la misma época, y quizá llegaron a tener sus máximas expresiones en el Belianís de Grecia de Jerónimo Fernández y el Espejo de Príncipes y Caballeros de Diego Ortúñez de Calahorra, que gozaron de notoria popularidad, a pesar del éxito logrado por los libros más tardíos de Feliciano de Silva, donde imperaba lo cortesano y se vivía en una artificiosa y enrarecida atmósfera.

El fracaso del segundo Lisuarte resulta explicable por tres motivos. En primer lugar, la circunstancia de continuar la acción de Florisando puede haber sido una notoria desventaja frente a otras obras. El reprimendón y moralizante Florisando, que en algunos aspectos parece más una obra contra la caballería andante que un libro de caballerías, tuvo muy poca aceptación entre el público, y no alcanzó más que una reimpresión. Para el aficionado a los libros de caballerías debía resultar mucho más grato pasar directamente de Las sergas de Esplandián al Lisuarte de Silva, en vez de perder su tiempo con la relación de las aventuras de Florisando, que ni siquiera era descendiente directo de Amadís de Gaula, sino hijo extramatrimonial de su medio hermano Florestán.

También debe haber contribuido al hundimiento del segundo Lisuarte la fecundidad de la pluma de Feliciano de Silva, que se encargó de continuar su propio Lisuarte en Amadís de Grecia, Rogel de Grecia y la Cuarta Parte de Don Florisel de Niquea, obras que en general tuvieron excelente acogida. Frente a esta avalancha de nuevos Amadises, el Lisuarte de Díaz, cuya acción ya no encajaba para nada en la serie, debió suscitar todavía menos interés. Díaz no conoció el primer Lisuarte sino cuando ya tenía muy avanzado el suyo, circunstancia que sin duda le molestó y le obligó a cambiar la numeración de séptimo por octavo. Sin embargo, su fastidio fue mínimo en comparación con la ira que el segundo Lisuarte despertó en Feliciano de Silva, quien posiblemente ya para 1526 tenía bien avanzada la composición del Amadís de Grecia y debió temer que el público amadisiano se inclinase por la serie Florisando-segundo Lisuarte, con lo cual el primer Lisuarte, que aún no había sido reimpreso, hubiera caído en el olvido y quizá no hubiera salido a la luz el Amadís de Grecia. En este, Silva dedicó furibundas críticas al libro rival e incluso expresó su deseo de que resultase abortivo, lo que en efecto sucedió. En forma parecida reaccionó años más tarde, cuando Pedro de Luján se atrevió a continuar Rogel de Grecia en Silves de la Selva (1546), duodécimo de la serie amadisiana. Silva, que al parecer pretendía el monopolio del ciclo, dedicó severas críticas al libro de Luján en su Cuarta Parte de Don Florisel de Niquea, publicada en 1551 y cuya acción continúa donde había quedado la del Rogel de Grecia, sin tomar en cuenta para nada la de Silves de la Selva. Esta vez, sin embargo, las circunstancias favorecieron a Luján, porque fue su obra y no la última de Silva la que sirvió de base a Mambrino Roseo, el continuador del ciclo amadisiano en Italia.

Algunos eruditos, como Pascual de Gayangos y Arce y Henry Thomas, parecen haber considerado como un elemento importante en la mala acogida que tuvo el Lisuarte del canonista Díaz cierta tendencia a lo moral y religioso; por ejemplo, al final de la obra, algunos importantes personajes de la familia de Amadís ingresan a conventos. Sin embargo, una lectura cuidadosa de la obra demuestra que tales elementos son relativamente raros. El segundo Lisuarte es ante todo y por todo un típico libro de caballerías, que hace ocasionales concesiones a lo religioso, pero que está muy distante de espetar continuamente al lector enseñanzas teológicas y morales, como sí ocurre en Florisando.

Sin embargo, como bien lo apuntaron los mismos Gayangos y Thomas, quizá el peor error del bachiller Díaz y el factor más decisivo en el fracaso de su obra fue el haber incluido en las páginas de Lisuarte de Grecia el fallecimiento y las exequias de Amadís de Gaula. Ruy Páez de Ribera, al final de Florisando, había anunciado que la continuación de su obra incluiría el relato de la muerte de Amadís. Tal vez Juan Díaz consideró como cosa normal que el célebre héroe, como cualquier monarca europeo del siglo XVI d. C., falleciese y fuese enterrado cristianamente cuando ya sus nietos estaban en edad adulta. En Las sergas de Esplandián, Rodríguez de Montalvo había hecho morir a los reyes Perión de Gaula y Lisuarte de Gran Bretaña, padre y suegro de Amadís, mientras el hijo de este, Esplandián, se hallaba en el cenit de su carrera de armas. Sin embargo, para los fanáticos del ciclo amadisiano, el deceso de su héroe debió ser un crimen imperdonable, del mismo modo que hoy algunos aficionados a ciertas series de televisión que reaccionan con asombrosa vehemencia cuando los guionistas hacen morir a uno de sus personajes favoritos. Diaz no solamente no previó la desfavorable reacción que suscitaría en los lectores amadisianos la muerte del héroe, sino que en vez de hacerlo morir en combate contra los paganos, como los reyes Perión y Lisuarte, dio a Amadís de Gaula una muerte y unos funerales por demás prosaicos, que Gayangos comparó festivamente con los de cualquier gran señor andaluz de principios del siglo XVI d. C.. Feliciano de Silva, mejor conocedor de la psicología de sus lectores, hizo de Amadís y la mayor parte de sus parientes personajes prácticamente eternos, que gozaban de excelente salud mientras el mundo contemplaba las proezas de las sucesivas generaciones de la familia. Después de 1526, Amadís de Gaula no volvió a morir, por lo menos en los libros castellanos, aunque sí en una de las obras italianas del ciclo, Esferamundi de Grecia, y quizá también en una obra caballeresca portuguesa, Penalva.

Argumento del primer Lisuarte de Grecia

El Discurso preliminar de Pascual de Gayangos resume así el argumento del Lisuarte de Juan Díaz:

... da principio á su narracion con la salida de Esplandian y Norandel á Constantinopla, despues de haberse aquel despedido de su padre Amadís, experimentando en la travesía una gran tormenta, en que estuvo á pique de perecer con toda su comitiva. El principal incidente en que estriba la narracion es una gran conjuracion de todos los reyes paganos contra el buen rey Amadis, que muy descuidado y asaz quebrantado por la edad, vivia en Fenusa, corte y capital de la Gran Bretaña. Los enemigos, que eran muchos y muy poderosos, habian ya recuperado una buena parte de los estados que al rey Arábigo habia quitado el valiente don Bruneo de Bonamar, y hubieran llevado adelante sus conquistas, á no impedírselo la llegada de don Florisando; todos los aliados de Amadís se temian una catástrofe, pues su reino estaba muy amenguado de caballería, así por las grandes batallas pasadas, como por haber él prohibido las aventuras y caballeros andantes, á fin de impedir las muertes y desafios que á cada paso ocurrian (). El emperador de Constantinopla, el rey Norandel de Sicilia, don Florestan de Cerdeña y el de Sobradisa, con sus tios Agrájes y Grasandor, hacian esfuerzos increibles por auxiliar en su contienda al de la Gran Bretaña, allegando ejércitos y formando alianzas, si bien temian que toda su diligencia fuese en vano, á no ser que el Papa, á quien mandaron una embajada, consintiese antes en relajará Amadís el juramento, hecho con toda solemnidad, de no tolerar mas en sus reinos caballeros andantes ni doncellas. El Pontifice, aunque con dificultad, accede á sus ruegos, movido mas bien del gran peligro en que se hallaba la cristiandad, que de otras consideraciones. Las tropas auxiliares se embarcan para la Gran Bretaña, reúnense á las que Amadís tenia ya dispuestas, y todos juntos marchan sobre Fenusa, que los paganos tenian cercada y estaba ya á punto de rendirse. En dos batallas campales Amadis vence á sus contrarios; mas á los pocos dias recibe la infausta nueva de la pérdida de su insola Firme. Habíase apoderado de ella un gigante, llamado Dramirón d'Anfania, hijo de un Brutervo, á quien don Florisando habia muerto años atrás en singular combate, el cual, no contento con sojuzgar la isla toda y exterminar á sus habitantes, mandó á la corte del buen rey Amadís una doncella á desafiar á cuantos caballeros quisieran hacer armas con él. El reto es luego aceptado por multitud de caballeros andantes, ansiosos de ganar honra y prez; pero eran tales las fuerzas y valentia del gigante, que Agrájes, don Florisando, Arquisil y otros preciados campeones son de él vencidos y metidos en dura prision, para ser despues sacrificados á los manes de su padre. Sobreviene, por último, el caballero de los Cisnes, Lisuarte, el cual se combate con él, y gracias al buen temple de sus armas, regalo de la sábia Urganda, consigue derribar al coloso y cortarle la cabeza. La ínsola Firme es luego recuperada, y los paganos abandonan para siempre la idea que habian concebido de sojuzgar la Gran Bretaña. Trata el capítulo cLxxrv de la muerte del buen rey Amadís, y del llanto que por él se hizo en Fenusa; y en los siguientes refiere el autor con minuciosidad escrupulosa su entierro en el momasterio de San Severino, sus exequias y honras, ni mas ni menos que si tratara de algun gran señor de Andalucía muerto en aquellos dias; y como para probarnos que si escribia libros de caballerias, era tambien entendido en su facultad, el buen bachiller pone en boca del ermitaño, amo de don Florisando, un largo sermon, predicado en las honras del héroe. Concluye, por fin, el libro con las bodas de Lisuarte y Elena, de Falangris y la linda española, de Cildadan y Brianda, de don Lupan (el caballero de los Fuegos) y Castivalda, de Galeote y Lucilia, de Ladasan y Galianda. Agrájes, rey de Escocia, y el rey de Sobradisa, don Galaor, viendo que habian gastado sus juventudes en las vanidades de este mundo, se meten frailes en sendos monasterios, despues de renunciar sus reinos en sus hijos mayores; las reinas, sus esposas, hacen otro tanto, retirándose al convento de Miraflores, de que era abadesa Oriana, la viuda de Amadis.

Traducciones

El Lisuarte de Díaz fue traducido al francés por Nicolás d'Herberay des Essarts quien se valió de sus primeros 102 capítulos para publicarlo, con algunas pequeñas modificaciones, como si fuese una obra original suya, a la que tituló Flores de Grecia. Se publicó por primera vez en París en 1552, en la imprenta de Etienne Groulleau, con el título de Le premier livre de la Cronique du tres valliant et redouté dom Flores de Grece, surnommé le chevalier des cignes, second fils d'Esplandian, Empereur de Constantinople. Histoire non encore ouye. Esta obra también fue traducida al inglés.

Miguel de Cervantes y el segundo Lisuarte de Grecia

El segundo Lisuarte no aparece mencionado en el Quijote, y dado el escaso interés que ha despertado, parece que los estudiosos han supuesto que Cervantes, que tampoco se refiere al Florisando, no lo conoció. Alonso Quijano, devoto admirador de Feliciano de Silva, parece haber sido un amadisiano ortodoxo, de los que pasaban por alto o no conocían la existencia de los intrusos libros sexto, octavo y dudodécimo. Sin embargo, una lectura cuidadosa de la obra de Díaz permite plantear la hipótesis de que el Príncipe de los Ingenios no solo conoció el segundo Lisuarte, sino que incluso lo convirtió en modelo para algunos pasajes del Quijote.

Algunos pasajes del Quijote podrían haberse inspirado en el texto de Díaz. Por ejemplo, hay alguna afinidad entre la aventura de los mercaderes (Don Qujiote, I, IV) y el encuentro de Lisuarte de Grecia con los caballeros del pagano rey Rolando (Lisuarte, XXXII). En el Lisuarte aparece brevemente un Caballero de los Leones (cap. LXVI) y hay un episodio que tiene semejanzas con la historia de Cardenio: un caballero inglés llamado Radualdo, víctima de un desengaño amoroso, se retira a vivir a una áspera montaña, donde lo encuentra Lisuarte de Grecia (capítulos LXXVII-LXXIX).

Estos paralelismos podrían ser meramente fruto de la coincidencia. Pero difícilmente lo son las similitudes, casi identidades, que resultan de comparar el encuentro de Lisuarte con Rolandín el músico (capítulo LXXIV) y la aventura del Caballero de los Espejos, relatada en el XII y siguientes de la Segunda Parte del Quijote.

En el texto cervantino, Don Quijote y Sancho duermen al aire libre, cuando el primero es despertado por un ruido. Se levanta y advierte a dos hombres a caballo, uno de los cuales (el Caballero de los Espejos) desmonta y dice al otro (su escudero Tomé Cecial) “Apéate, amigo, y quita los frenos a los caballos; que a mi parecer, este sitio abunda de yerba para ellos, y del silencio y soledad que han de menester mis amorosos pensamientos. ” Cuando el sujeto se tiende en el suelo, Don Quijote escucha el sonido de sus armas, deduce que es un caballero andante y despierta a Sancho. A poco escuchan que el caballero está templando un laúd o vihuela y con una voz “que no era muy mala ni muy buena”, empieza a cantar una canción dedicada a su señora.

En el Lisuarte de Díaz, el héroe y unas doncellas que le acompañan en una ermita ubicada en un despoblado. Las doncellas se duermen rápidamente, pero Lisuarte no logra conciliar el sueño y

...oyó pasos como de caballo a la puerta de la ermita, y estando escuchando oyó la voz de un caballero que decía a su escudero: “Ata esos caballos a las ramas de los árboles que no se vayan y pasan de las yerbas y tráeme mi arpa y vente a esta casa. ” El caballero entró a oscuras en la ermita, y fuese a poner cabe la hermosa sepultura sin ver al caballero ni a las doncellas, y dende a poco llegó su escudero y dióle la arpa y echóse de la otra parte en tierra dura, ca otros lechos en tal albergue no había, y a cabo de gran rato comenzó a dar unos suspiros doloridos, según la fuerza del cruel amor le aquejaba, y tomando su arpa y templándola la comenzó a tañer y a hacer tan dulce son que era maravilla, y cantaba juntamente con tanta dulzura que el caballero estaba espantado y recibía mucha consolación en lo oír, y el caballero cantaba esta canción...

En el Quijote, después de cantar, el Caballero del Bosque lanza un “¡ay!” y con voz doliente y lastimada se queja de la ingratitud de Casildea de Vandalia, a la que ha hecho que confiesen como la mujer más hermosa del mundo todos los caballeros navarros, leoneses, tartesios, castellanos y manchegos. Esto último hace pensar a Don Quijote que el caballero disvaría, porque él nunca ha confesado ni confesaría cosa tan perjudicial a la belleza de su señora Dulcinea, y así se lo dice a Sancho. El del Bosque escucha sus voces y pronto entabla conversación con el caballero manchego, pero como afirma haber vencido a don Quijote, este lo desmiente y termina desafiándolo. Su interlocutor acepta el reto pero sugiere esperar la llegada del sol, “...porque no es bien que los caballeros hagan sus fechos de armas, a escuras como los salteadores y rufianes...”

En la obra de Díaz, cuando el caballero desconocido termina de cantar, comienza a lamentarse entre suspiros, dirigiéndose a su señora la Reina de Leonís y diciendo, entre otras cosas, “...vos sois sola aquélla que en hermosura, linaje y virtud en el mundo igual no habéis, y así lo haré yo conocer por vuestro servicio a todo caballero que lo contrario dijere en cuanto esta poca vida me durare...”. Lisuarte, “viendo que lo que aquel caballero decía no era servicio de su señora” (la princesa Elena de Macedonia), reacciona airadamente y lo desafía. El otro le dice que la llegada del día no tardará “y entonces será nuestra batalla a razón conveniente, que si tú sueles combatir de noche será porque ninguno vea tu poco valor y no publique tu mengua...”

Los paralelismos continúan cuando llega la aurora. En el Quijote se hace una puntillosa descripción del amanecer y del cantar de los pajarillos, al estilo clásico de los libros de caballerías; en el Lisuarte se dice “como rompió el alba fue el cantar de las aves tan dulce en los árboles de la ermita que era placer de lo oír…” Don Quijote mira a su rival, y aunque no puede verle el rostro por tener ya puesta la celada, nota “...que era hombre membrudo, y no muy alto de cuerpo” y juzga que debe ser “de grandes fuerzas”. El contendiente de Lisuarte de Grecia es descrito como “grande de cuerpo y bien tallado, y había grandes espaldas, por la cual razón parecía en sí haber mucha fuerza.” Antes de iniciar el combate, el Caballero de los Espejos (o del Bosque) recuerda a Don Quijote que, según han acordado, el vencido ha de quedar a merced del vencedor, y el manchego lo confirma; el rival de Lisuarte le dice a este “Caballero, ya sabéis qué habéis dicho y la batalla que ende tenemos aplazada sea con tal condición si os place que el vencedor quede con su razón por verdadera y el vencido por el contrario.”

El enfrentamiento del Caballero de los Espejos y Don Quijote es breve y veloz; el caballo del primero se para en mitad de la carrera, y el campeón de Dulcinea encuentra a su rival con tanta fuerza que lo derriba. La caída lo hace quedar inconsciente. Don Quijote desmonta y quita a su rival “...las lazadas del yelmo para ver si era muerto”. Ver el rostro del bachiller Carrasco le causa una lógica sorpresa y lo atribuye a la acción de los encantadores, pero al notar que el de los Espejos vuelve en sí, le pone la punta de su espada en el rostro y le dice que es muerto, a menos que confiese que Dulcinea aventaja en belleza a Casildea de Vandalia y que prometa además ir al Toboso y presentarse ante su señora, a lo cual se aviene el derrotado.

Lisuarte de Grecia también derriba rápidamente a su oponente, y este echa la culpa de la caída a su caballo; se enfrentan con las espadas y a poco el griego le da tal golpe al otro que lo derriba en el suelo sin sentido. Lisuarte se acerca al caído “...y cortóle los lazos del yelmo y sacó de la cabeza y púsole la punta del espada en el rostro y él volvió en su acuerdo, y alzando los ojos vio su enemigo sobre sí con la espada desnuda y hubo pavor de muerte. El caballero le dijo: “Caballero, dados por vencido y desdecíos de la mentira que dijistes o muerto sois.” El héroe griego también obliga al vencido (que es Rolandín el músico, hijo del rey de Organia) a comprometerse a ir a la corte de Amadís de Gaula y presentarse ante este.

La acción de las obras de Díaz y Cervantes continúa por derroteros muy diferentes. Sin embargo, los pasajes antes comentados permiten suponer que Cervantes conoció bien el Lisuarte de Díaz y a lo mejor hasta lo tenía a la vista, a pesar de que a principios del siglo XVII d. C. ya debía ser una obra bastante rara.

Los estudiosos de los libros de caballerías apenas han reparado en el segundo Lisuarte. Gayangos lo debe haber leído sin mayor atención, ya que no menciona en absoluto el episodio de Rolandín. Diego Clemencín, que no tuvo oportunidad de consultar la obra de Díaz, citó como posibles fuentes de la aventura del Caballero de los Espejos un episodio de Olivante de Laura, otro de Leandro el Bel y especialmente el relatado en el capítulo del Lisuarte de Silva. Pero si se comparan con detenimiento la aventura del caballero de los Espejos y los episodios de ambos Lisuartes, es bien visible que las páginas de Cervantes se asemejan mucho más a las de Díaz que a las de Silva. En el primer Lisuarte, mientras el héroe griego pasa una noche en despoblado, oye llegar a un caballero solo, que desmonta y dedica una alabanza a una dama sin par. Lisuarte considera esta expresión injuriosa para su señora (Onoloria de Trapisonda) y desafía al desconocido. En plena noche, los caballeros se enfrentan a pie con sus espadas, pero al llegar el alba el combate se interrumpe cuando descubren sus identidades: el desconocido es Perión de Gaula, tío de Lisuarte.

En el relato de Silva, Perión de Gaula anda solo, no canta, combate a pie y de noche, y el enfrentamiento no concluye. En el segundo Lisuarte, Rolandín, al igual que el Caballero del Bosque o de los Espejos, va acompañado de un escudero, dedica una emotiva canción a su señora (cuyo texto se incluye tanto en el Quijote como en el Lisuarte de Díaz), pide a su oponente que combatan de día y protagoniza el enfrentamiento a caballo. Como el héroe de Díaz, Don Quijote derriba a su oponente, le mira el rostro y al notar que vuelve en sí le pone la punta de la espada en la cara, le obliga a reconocer su derrota y lo envía ante Dulcinea del mismo modo que Lisuarte ordena a Rolandín que se presente ante el rey Amadís.

Incluso ciertos pasajes del episodio cervantino (por ejemplo, las referencias a la calidad de la voz del Caballero de los Espejos, a su apariencia y a los defectos de su cabalgadura) cobran mayor sentido humorístico si se les compara con los escritos en serio por Díaz con respecto a Rolandín el músico. Nada de eso resulta de la comparación con el texto de Silva.

Es, pues, posible que Cervantes, cuya familiaridad con los libros de caballerías cada vez resulta más evidente, haya conocido bien el Lisuarte de Juan Díaz y que de este derive directamente la aventura del Caballero de los Espejos.

Enlaces externos

  • SALES DASÍ, Emilio José (n. 1964): Las continuaciones heterodoxas (el "Florisando" [1510] de Ruy Páez de Ribera y el "Lisuarte de Grecia" [1526] de Juan Díaz) y ortodoxas (el "Lisuarte de Grecia" [1514] y el "Amadís de Grecia" [1530] de Feliciano de Silva) del "Amadís de Gaula".
  • Fragmentos de la obra de Feliciano de Silva; ed. de Emilio José Sales Dasí en Antología de libros de caballerías castellanos, pp. 35 - 40.
  • Texto de la obra de Feliciano de Silva: facsímil electrónico, con índice activo, en el sitio de la Biblioteca Nacional de Portugal.
  • Texto de la obra de Feliciano de Silva (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).: facsímil electrónico, con índice activo, en el sitio de la Biblioteca Digital Hispánica.
  • SALES DASÍ, Emilio José: Ecos celestinescos en el "Lisuarte de Grecia" de Feliciano de Silva.
  • SALES DASÍ, Emilio José: introducción a su edición del 2001 de la obra de Juan Díaz. Centro de Estudios Cervantinos.
    • en PDF.
  • SALES DASÍ, Emilio José: guía de lectura de la obra de Juan Díaz. Centro de Estudios Cervantinos.
  • Fragmentos de la obra de Juan Díaz; ed. de Emilio José Sales Dasí en Antología de libros de caballerías castellanos, pp. 41 - 46.
    • Copia procedente de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
  • SÁENZ CARBONELL, Jorge Francisco, de la Universidad de Costa Rica: Entre la traducción y el plagio: El segundo "Lisuarte de Grecia" y Don Flores de Grecia; en Lemir, 15 (2011): pp. 207 - 216. ISSN 1579-735X
    • El título francés de Don Flores de Grecia es Le Prèmier Livre de la chronique de dom Flores de Grèce.
    • El resumen documental del artículo dice así:
El libro de caballerías francés Don Flores de Grecia (1552), que hasta ahora se ha considerado como obra original de Nicolas de Herberay, traductor de Amadís de Gaula y varias de sus continuaciones del español al francés, parece en realidad ser una «traducción-adaptación» de una parte del segundo Lisuarte de Grecia, obra del bachiller Juan Díaz (1526).
  •   Datos: Q5685622

lisuarte, grecia, nombre, libros, caballerías, españoles, siglo, pertenecientes, ciclo, iniciado, amadís, gaula, tema, libro, caballeríasidiomacastellano, medievalciudadsevillapaísespaña, españafecha, publicación1514serieflorisandoamadís, grecia, segundo, libr. Lisuarte de Grecia es el nombre de dos libros de caballerias espanoles del siglo XVI d C pertenecientes al ciclo iniciado por el Amadis de Gaula Lisuarte de GreciaTema s libro de caballeriasIdiomaCastellano medievalCiudadSevillaPaisEspana EspanaFecha de publicacion1514SerieFlorisandoLisuarte de GreciaAmadis de Grecia y El segundo libro de Lisuarte de Grecia editar datos en Wikidata Indice 1 Lisuarte de Grecia de Feliciano de Silva Libro VII de Amadis 2 Argumento del Lisuarte de Silva 3 Traducciones y continuaciones 4 Lisuarte de Grecia de Juan Diaz Libro VIII de Amadis 5 Argumento del primer Lisuarte de Grecia 6 Traducciones 7 Miguel de Cervantes y el segundo Lisuarte de Grecia 8 Enlaces externosLisuarte de Grecia de Feliciano de Silva Libro VII de Amadis EditarSeptimo libro de la serie de Amadis de Gaula impreso por primera vez en Sevilla en 1514 con el titulo de El septimo libro de Amadis de Gaula que trata de los grandes fechos en armas de Lisuarte de Grecia Fue escrita por Feliciano de Silva y en ella se continua el quinto libro del ciclo amadisiano Las sergas de Esplandian pasando por alto el sexto Florisando Este primer libro de Silva fue uno de los mas populares del genero caballeresco ya que se reimprimio en Sevilla 1525 1543 1548 y 1550 Toledo 1534 y 1539 Estella 1564 Zaragoza 1587 y Lisboa 1596 Argumento del Lisuarte de Silva EditarPascual de Gayangos en su discurso preliminar sobre los libros de caballerias resumio asi el argumento del Lisuarte de Silva Refierense en el las insignes hazanas de Lisuarte de Grecia hijo de Esplandian y nieto del buen rey Amadis al propio tiempo que las no menos senaladas de su tio Perion de Gaula Desde luego se advierte en esta obra imitacion servil de las anteriores que no se guarda en ella la proporcion y reglas de la epica sosteniendose el interes y concentrandose en un solo individuo como sucede en el Amadis al lado del cual todos los demas heroes quedan muy rebajados sino que la atencion divaga lastimosamente y ha de repartirse por igual entre Lisuarte y Perion salidos del mismo tronco ambos invencibles espejos uno y otro de la andante caballeria y dechado de cuantas virtudes constituian a la sazon el decalogo de aquella institucion Empieza la historia con la determinacion que Perion forma de ir a Irlanda para ser armado caballero por mano del rey don Cildadan ignorando sin duda que su tio el rey Amadis de Gaula y Esplandian se hallaban a la sazon encantados en la insola Firme Acompananle en su expedicion don Florestan hijo del rey de Cerdena Parmineo su hermano Vallados hijo de don Bruneo de Bonamar Languines y Galvanes hijos de Agrajes rey de Escocia y otros donceles deseosos todos de participar del mismo honor y recibir la orden de caballeria de mamos de un rey tan esforzado y poderoso como don Cildadan Llegados a su corte Perion se ve imposibilitado de lograr su intento por seguir a la doncella Alquifa que con mensaje de Urganda la Desconocida le mete en un esquife tripulado por dos gimios y le lleva a Trapisonda donde es armado caballero por el emperador de aquella tierra Alli se enamora de la infanta Gricileria hija de aquel monarca por amor de la cual emprende y acaba las maravillosas aventuras de que el libro esta lleno bajo el dictado de Caballero de la Espera Entre tanto Lisuarte Florestan don Cuadragante y los demas donceles salen por la mar repartidos en tres naos en busca de Perion y despues de aportar a varias y diferentes insulas matar muchos descomunales gigantes y deshacer innumerables entuertos a la usanza de andantes caballeros llegan a Trapisonda a la sazon que Perion habia ya partido y hacen su corte al Emperador quedando Lisuarte preso de amores por la linda Onoloria hermana de Gricileria Una infanta llamada Melia la misma que figura en el Esplandian hacia a la sazon liga con todos los reyes paganos para ir sobre Constantinopla y destruir de todo punto la fe de Cristo sabiendo por sus artes magicas que Lisuarte y Perion habian de ser los salvadores de aquel imperio se apodera con astucia de sus personas y los mete en fuerte prision Los reyes todos de la cristiandad aprestan sus ejercitos para ir en ayuda de la ciudad amenazada al paso que el rey Armato acompanado de todos los califas soldanes y taborlanes de Persia India y Mesopotomia y seguido de innumerables huestes se dispone igualmente a combatir por mar y tierra la gran ciudad de Constantinopla Gradafilea doncella de Melia que habia sido causa inocente de la prision de Lisuarte contribuye a su libertad este lleva a cabo muevas e inauditas aventuras bajo el nombre de Caballero de la Vera Cruz Amadis y los suyos son desencantados y los paganos vencidos despues de un combate singular de tres por tres a saber Amadis el emperador de Trapisonda y la reina Calafia contra el rey Armato general en jefe de todo el ejercito infiel Grifilante y la reina Pintiquinestra Socorrida Constantinopla los reyes cristianos se vuelven a sus respectivos reinos Onoloria celosa de Gradafilea escribe una carta de enojos a Lisuarte y este desesperado y no pudiendo tolerar el enfadoso desden de su amada sale escondidamente de Constantinopla y comienza de nuevo a correr aventuras bajo el nombre de Caballero Solitario Yendo por la mar aporta a una isla y encuentra a su abuelo Amadis de Gaula a Oriana Angriote de Estravaus y al conde Gandalin y otros a quien unos cosarios tenian presos con sogas al cuello y proximos ya a la muerte Al cabo de un ano el caballero de la Espera Perion y el Solitario Lisuarte se encuentran en un camino sin conocerse y pelean quedando ambos muy mal heridos juntos despues se combaten con sus grandes amigos Florestan y Parmimeo tambien sin conocerse Mas tarde con la noticia de que el buen rey Amadis preparaba un magnifico torneo en su corte los cuatro caballeros se dirigen a Fenusa y salen vencedores en todas las justas al fin de las cuales Perion el hijo de don Galaor casa con la reina Pintiquinestra Cansado ya de recorrer los espacios imaginarios de la geografia asiatica y pagana donde los autores de semejantes libros acostumbraban a poner la escena de sus caballerescas ficciones el autor del Lisuarte finge que volviendo este en compania de Perion a Trapisonda desde Fenusa en la Gran Bretana son sorprendidos en la mar por una furiosa tempestad que los arroja nada menos que a Cartagena puerto de Espana Sabedores alli de que el rey don Brian de Monjaste se prepara a dar batalla al Miramamolin que tenia cercada a Cordoba acuden al real de los cristianos y los ayudan a derrotar al pagano que es muerto con todos los suyos Emprenden de nuevo la ruta de Trapisonda y son echados a la isla de los Gimios donde los recibe Urganda que a pesar de sus anos ya era muy vieja en los tiempos de Amadis ha contraido nupcias con el sabio Alquife autor del libro En el camino libertan al maestro Elisabat y a un sobrino suyo llamado Libeo a quien llevaban presos unos cosarios y por ultimo Lisuarte casa secretamente con Onoloria y Perion de Gaula con Gricileria A los pocos dias se presenta en la corte del Emperador un mensajero de Sulpicio rey de la Salvajina pidiendo se cumpla la batalla aplazada entre el y dos de sus hermanos con Lisuarte Perion y el principe Olorius de Espana Verificase esta siendo vencidos los tres jayanes mas a los pocos dias habiendo salido los caballeros a caza con el Emperador todos cuatro son presos y encantados en la isla de Argenes Onoloria en tanto da a luz un hijo llamado Amadis de Grecia que a los pocos dias de haber nacido cae en poder de unos negros corsarios Traducciones y continuaciones EditarEl Lisuarte de Grecia de Silva fue traducido al frances por Nicolas d Herberay des Essarts y publicado en 1545 tambien aparecio en italiano 1550 en aleman 1572 en neerlandes 1592 1593 y en ingles 1652 Feliciano de Silva prosiguio la accion de su obra en su segundo libro caballeresco Amadis de Grecia publicado en 1530 El italiano Mambrino Roseo escribio en italiano otra continuacion El segundo libro de Lisuarte de Grecia impresa por primera vez en Venecia en 1564 por Michele Tramezzino y en la cual se relatan nuevas aventuras de Lisuarte de Grecia su tio Perion de Gaula y otros caballeros Parte de las aventuras de Lisuarte relatadas en este libro transcurren en el Japon El segundo libro de Lisuarte alcanzo una popularidad considerable ya que fue reimpreso en Venecia en 1586 1599 1610 y 1630 Lisuarte de Grecia de Juan Diaz Libro VIII de Amadis EditarOctavo libro de la serie de Amadis de Gaula cuya unica edicion salio a la luz en Sevilla en 1526 con el titulo de El Octavo libro de Amadis que trata de las extranas aventuras y grandes proezas de su nieto Lisuarte y de la muerte del inclito rey Amadis Su autor fue el bachiller Juan Diaz y es uno de los libros de caballerias castellanos menos conocidos y estudiados La obra relata las hazanas de Lisuarte de Grecia hijo del Emperador Esplandian de Grecia y la Emperatriz Leonorina y sus amores con la princesa Elena de Macedonia De este libro solo se conocen hoy dos ejemplares uno en la Biblioteca Nacional de Madrid y otro muy maltratado en la Central de Barcelona Ya desde 1514 se habia publicado el septimo libro de la serie de los Amadises tambien con el titulo de Lisuarte de Grecia Este primer Lisuarte debido a la pluma de Feliciano de Silva no era continuacion del sexto libro amadisiano Florisando sino del quinto Las sergas de Esplandian Por su parte en el octavo el bachiller Diaz no continuo el septimo sino el sexto y de los anuncios hechos al final de este tomo al parecer la infortunada idea de incluir en su obra la muerte de Amadis de Gaula Feliciano de Silva a quien la aparicion del libro de Diaz parece haber disgustado muchisimo continuo en Amadis de Grecia 1530 la accion del primer Lisuarte pasando por alto el libro octavo y logicamente tambien el sexto El exito editorial de Amadis de Grecia y de sus continuaciones Florisel de Niquea y Rogel de Grecia tambien obra de Silva aseguro definitivamente el fracaso del binomio constituido por Florisando y el segundo Lisuarte Del autor Juan Diaz solamente se sabe que era bachiller en canones No se conoce ninguna otra obra suya aunque Pascual de Gayangos y Arce insinuo la posibilidad de que escribiera tambien el libro de Don Tristan de Leonis el joven publicado en Sevilla en 1534 pero la hipotesis parece poco plausible dado que el bachiller Diaz dedico su obra a Jorge Duque de Coimbra hijo extramatrimonial del Rey Juan II de Portugal mientras que en el segundo Don Tristan es notoria la antipatia del autor hacia todo lo portugues El Lisuarte de Diaz aunque dista mucho de ser una obra maestra coincide perfectamente con el gusto de los lectores de libros de caballerias de los primeros anos de Carlos V y es ademas una obra de accion agil que todavia hoy puede considerarse como relativamente amena Es un tipico libro de caballerias temprano con todos los elementos usuales un protagonista que parece la suma de todas las virtudes variadas aventuras encantamientos amorios gigantes y conflictos militares de gran envergadura entre cristianos y paganos pero que no atribuye mayor importancia al dialogo y a las cuestiones de estilo sino que hace enfasis en los episodios propiamente caballerescos o militares Estas caracteristicas se encuentran en otros muchos libros de la misma epoca y quiza llegaron a tener sus maximas expresiones en el Belianis de Grecia de Jeronimo Fernandez y el Espejo de Principes y Caballeros de Diego Ortunez de Calahorra que gozaron de notoria popularidad a pesar del exito logrado por los libros mas tardios de Feliciano de Silva donde imperaba lo cortesano y se vivia en una artificiosa y enrarecida atmosfera El fracaso del segundo Lisuarte resulta explicable por tres motivos En primer lugar la circunstancia de continuar la accion de Florisando puede haber sido una notoria desventaja frente a otras obras El reprimendon y moralizante Florisando que en algunos aspectos parece mas una obra contra la caballeria andante que un libro de caballerias tuvo muy poca aceptacion entre el publico y no alcanzo mas que una reimpresion Para el aficionado a los libros de caballerias debia resultar mucho mas grato pasar directamente de Las sergas de Esplandian al Lisuarte de Silva en vez de perder su tiempo con la relacion de las aventuras de Florisando que ni siquiera era descendiente directo de Amadis de Gaula sino hijo extramatrimonial de su medio hermano Florestan Tambien debe haber contribuido al hundimiento del segundo Lisuarte la fecundidad de la pluma de Feliciano de Silva que se encargo de continuar su propio Lisuarte en Amadis de Grecia Rogel de Grecia y la Cuarta Parte de Don Florisel de Niquea obras que en general tuvieron excelente acogida Frente a esta avalancha de nuevos Amadises el Lisuarte de Diaz cuya accion ya no encajaba para nada en la serie debio suscitar todavia menos interes Diaz no conocio el primer Lisuarte sino cuando ya tenia muy avanzado el suyo circunstancia que sin duda le molesto y le obligo a cambiar la numeracion de septimo por octavo Sin embargo su fastidio fue minimo en comparacion con la ira que el segundo Lisuarte desperto en Feliciano de Silva quien posiblemente ya para 1526 tenia bien avanzada la composicion del Amadis de Grecia y debio temer que el publico amadisiano se inclinase por la serie Florisando segundo Lisuarte con lo cual el primer Lisuarte que aun no habia sido reimpreso hubiera caido en el olvido y quiza no hubiera salido a la luz el Amadis de Grecia En este Silva dedico furibundas criticas al libro rival e incluso expreso su deseo de que resultase abortivo lo que en efecto sucedio En forma parecida reacciono anos mas tarde cuando Pedro de Lujan se atrevio a continuar Rogel de Grecia en Silves de la Selva 1546 duodecimo de la serie amadisiana Silva que al parecer pretendia el monopolio del ciclo dedico severas criticas al libro de Lujan en su Cuarta Parte de Don Florisel de Niquea publicada en 1551 y cuya accion continua donde habia quedado la del Rogel de Grecia sin tomar en cuenta para nada la de Silves de la Selva Esta vez sin embargo las circunstancias favorecieron a Lujan porque fue su obra y no la ultima de Silva la que sirvio de base a Mambrino Roseo el continuador del ciclo amadisiano en Italia Algunos eruditos como Pascual de Gayangos y Arce y Henry Thomas parecen haber considerado como un elemento importante en la mala acogida que tuvo el Lisuarte del canonista Diaz cierta tendencia a lo moral y religioso por ejemplo al final de la obra algunos importantes personajes de la familia de Amadis ingresan a conventos Sin embargo una lectura cuidadosa de la obra demuestra que tales elementos son relativamente raros El segundo Lisuarte es ante todo y por todo un tipico libro de caballerias que hace ocasionales concesiones a lo religioso pero que esta muy distante de espetar continuamente al lector ensenanzas teologicas y morales como si ocurre en Florisando Sin embargo como bien lo apuntaron los mismos Gayangos y Thomas quiza el peor error del bachiller Diaz y el factor mas decisivo en el fracaso de su obra fue el haber incluido en las paginas de Lisuarte de Grecia el fallecimiento y las exequias de Amadis de Gaula Ruy Paez de Ribera al final de Florisando habia anunciado que la continuacion de su obra incluiria el relato de la muerte de Amadis Tal vez Juan Diaz considero como cosa normal que el celebre heroe como cualquier monarca europeo del siglo XVI d C falleciese y fuese enterrado cristianamente cuando ya sus nietos estaban en edad adulta En Las sergas de Esplandian Rodriguez de Montalvo habia hecho morir a los reyes Perion de Gaula y Lisuarte de Gran Bretana padre y suegro de Amadis mientras el hijo de este Esplandian se hallaba en el cenit de su carrera de armas Sin embargo para los fanaticos del ciclo amadisiano el deceso de su heroe debio ser un crimen imperdonable del mismo modo que hoy algunos aficionados a ciertas series de television que reaccionan con asombrosa vehemencia cuando los guionistas hacen morir a uno de sus personajes favoritos Diaz no solamente no previo la desfavorable reaccion que suscitaria en los lectores amadisianos la muerte del heroe sino que en vez de hacerlo morir en combate contra los paganos como los reyes Perion y Lisuarte dio a Amadis de Gaula una muerte y unos funerales por demas prosaicos que Gayangos comparo festivamente con los de cualquier gran senor andaluz de principios del siglo XVI d C Feliciano de Silva mejor conocedor de la psicologia de sus lectores hizo de Amadis y la mayor parte de sus parientes personajes practicamente eternos que gozaban de excelente salud mientras el mundo contemplaba las proezas de las sucesivas generaciones de la familia Despues de 1526 Amadis de Gaula no volvio a morir por lo menos en los libros castellanos aunque si en una de las obras italianas del ciclo Esferamundi de Grecia y quiza tambien en una obra caballeresca portuguesa Penalva Argumento del primer Lisuarte de Grecia EditarEl Discurso preliminar de Pascual de Gayangos resume asi el argumento del Lisuarte de Juan Diaz da principio a su narracion con la salida de Esplandian y Norandel a Constantinopla despues de haberse aquel despedido de su padre Amadis experimentando en la travesia una gran tormenta en que estuvo a pique de perecer con toda su comitiva El principal incidente en que estriba la narracion es una gran conjuracion de todos los reyes paganos contra el buen rey Amadis que muy descuidado y asaz quebrantado por la edad vivia en Fenusa corte y capital de la Gran Bretana Los enemigos que eran muchos y muy poderosos habian ya recuperado una buena parte de los estados que al rey Arabigo habia quitado el valiente don Bruneo de Bonamar y hubieran llevado adelante sus conquistas a no impedirselo la llegada de don Florisando todos los aliados de Amadis se temian una catastrofe pues su reino estaba muy amenguado de caballeria asi por las grandes batallas pasadas como por haber el prohibido las aventuras y caballeros andantes a fin de impedir las muertes y desafios que a cada paso ocurrian El emperador de Constantinopla el rey Norandel de Sicilia don Florestan de Cerdena y el de Sobradisa con sus tios Agrajes y Grasandor hacian esfuerzos increibles por auxiliar en su contienda al de la Gran Bretana allegando ejercitos y formando alianzas si bien temian que toda su diligencia fuese en vano a no ser que el Papa a quien mandaron una embajada consintiese antes en relajara Amadis el juramento hecho con toda solemnidad de no tolerar mas en sus reinos caballeros andantes ni doncellas El Pontifice aunque con dificultad accede a sus ruegos movido mas bien del gran peligro en que se hallaba la cristiandad que de otras consideraciones Las tropas auxiliares se embarcan para la Gran Bretana reunense a las que Amadis tenia ya dispuestas y todos juntos marchan sobre Fenusa que los paganos tenian cercada y estaba ya a punto de rendirse En dos batallas campales Amadis vence a sus contrarios mas a los pocos dias recibe la infausta nueva de la perdida de su insola Firme Habiase apoderado de ella un gigante llamado Dramiron d Anfania hijo de un Brutervo a quien don Florisando habia muerto anos atras en singular combate el cual no contento con sojuzgar la isla toda y exterminar a sus habitantes mando a la corte del buen rey Amadis una doncella a desafiar a cuantos caballeros quisieran hacer armas con el El reto es luego aceptado por multitud de caballeros andantes ansiosos de ganar honra y prez pero eran tales las fuerzas y valentia del gigante que Agrajes don Florisando Arquisil y otros preciados campeones son de el vencidos y metidos en dura prision para ser despues sacrificados a los manes de su padre Sobreviene por ultimo el caballero de los Cisnes Lisuarte el cual se combate con el y gracias al buen temple de sus armas regalo de la sabia Urganda consigue derribar al coloso y cortarle la cabeza La insola Firme es luego recuperada y los paganos abandonan para siempre la idea que habian concebido de sojuzgar la Gran Bretana Trata el capitulo cLxxrv de la muerte del buen rey Amadis y del llanto que por el se hizo en Fenusa y en los siguientes refiere el autor con minuciosidad escrupulosa su entierro en el momasterio de San Severino sus exequias y honras ni mas ni menos que si tratara de algun gran senor de Andalucia muerto en aquellos dias y como para probarnos que si escribia libros de caballerias era tambien entendido en su facultad el buen bachiller pone en boca del ermitano amo de don Florisando un largo sermon predicado en las honras del heroe Concluye por fin el libro con las bodas de Lisuarte y Elena de Falangris y la linda espanola de Cildadan y Brianda de don Lupan el caballero de los Fuegos y Castivalda de Galeote y Lucilia de Ladasan y Galianda Agrajes rey de Escocia y el rey de Sobradisa don Galaor viendo que habian gastado sus juventudes en las vanidades de este mundo se meten frailes en sendos monasterios despues de renunciar sus reinos en sus hijos mayores las reinas sus esposas hacen otro tanto retirandose al convento de Miraflores de que era abadesa Oriana la viuda de Amadis Traducciones EditarEl Lisuarte de Diaz fue traducido al frances por Nicolas d Herberay des Essarts quien se valio de sus primeros 102 capitulos para publicarlo con algunas pequenas modificaciones como si fuese una obra original suya a la que titulo Flores de Grecia Se publico por primera vez en Paris en 1552 en la imprenta de Etienne Groulleau con el titulo de Le premier livre de la Cronique du tres valliant et redoute dom Flores de Grece surnomme le chevalier des cignes second fils d Esplandian Empereur de Constantinople Histoire non encore ouye Esta obra tambien fue traducida al ingles Miguel de Cervantes y el segundo Lisuarte de Grecia EditarEl segundo Lisuarte no aparece mencionado en el Quijote y dado el escaso interes que ha despertado parece que los estudiosos han supuesto que Cervantes que tampoco se refiere al Florisando no lo conocio Alonso Quijano devoto admirador de Feliciano de Silva parece haber sido un amadisiano ortodoxo de los que pasaban por alto o no conocian la existencia de los intrusos libros sexto octavo y dudodecimo Sin embargo una lectura cuidadosa de la obra de Diaz permite plantear la hipotesis de que el Principe de los Ingenios no solo conocio el segundo Lisuarte sino que incluso lo convirtio en modelo para algunos pasajes del Quijote Algunos pasajes del Quijote podrian haberse inspirado en el texto de Diaz Por ejemplo hay alguna afinidad entre la aventura de los mercaderes Don Qujiote I IV y el encuentro de Lisuarte de Grecia con los caballeros del pagano rey Rolando Lisuarte XXXII En el Lisuarte aparece brevemente un Caballero de los Leones cap LXVI y hay un episodio que tiene semejanzas con la historia de Cardenio un caballero ingles llamado Radualdo victima de un desengano amoroso se retira a vivir a una aspera montana donde lo encuentra Lisuarte de Grecia capitulos LXXVII LXXIX Estos paralelismos podrian ser meramente fruto de la coincidencia Pero dificilmente lo son las similitudes casi identidades que resultan de comparar el encuentro de Lisuarte con Rolandin el musico capitulo LXXIV y la aventura del Caballero de los Espejos relatada en el XII y siguientes de la Segunda Parte del Quijote En el texto cervantino Don Quijote y Sancho duermen al aire libre cuando el primero es despertado por un ruido Se levanta y advierte a dos hombres a caballo uno de los cuales el Caballero de los Espejos desmonta y dice al otro su escudero Tome Cecial Apeate amigo y quita los frenos a los caballos que a mi parecer este sitio abunda de yerba para ellos y del silencio y soledad que han de menester mis amorosos pensamientos Cuando el sujeto se tiende en el suelo Don Quijote escucha el sonido de sus armas deduce que es un caballero andante y despierta a Sancho A poco escuchan que el caballero esta templando un laud o vihuela y con una voz que no era muy mala ni muy buena empieza a cantar una cancion dedicada a su senora En el Lisuarte de Diaz el heroe y unas doncellas que le acompanan en una ermita ubicada en un despoblado Las doncellas se duermen rapidamente pero Lisuarte no logra conciliar el sueno y oyo pasos como de caballo a la puerta de la ermita y estando escuchando oyo la voz de un caballero que decia a su escudero Ata esos caballos a las ramas de los arboles que no se vayan y pasan de las yerbas y traeme mi arpa y vente a esta casa El caballero entro a oscuras en la ermita y fuese a poner cabe la hermosa sepultura sin ver al caballero ni a las doncellas y dende a poco llego su escudero y diole la arpa y echose de la otra parte en tierra dura ca otros lechos en tal albergue no habia y a cabo de gran rato comenzo a dar unos suspiros doloridos segun la fuerza del cruel amor le aquejaba y tomando su arpa y templandola la comenzo a taner y a hacer tan dulce son que era maravilla y cantaba juntamente con tanta dulzura que el caballero estaba espantado y recibia mucha consolacion en lo oir y el caballero cantaba esta cancion En el Quijote despues de cantar el Caballero del Bosque lanza un ay y con voz doliente y lastimada se queja de la ingratitud de Casildea de Vandalia a la que ha hecho que confiesen como la mujer mas hermosa del mundo todos los caballeros navarros leoneses tartesios castellanos y manchegos Esto ultimo hace pensar a Don Quijote que el caballero disvaria porque el nunca ha confesado ni confesaria cosa tan perjudicial a la belleza de su senora Dulcinea y asi se lo dice a Sancho El del Bosque escucha sus voces y pronto entabla conversacion con el caballero manchego pero como afirma haber vencido a don Quijote este lo desmiente y termina desafiandolo Su interlocutor acepta el reto pero sugiere esperar la llegada del sol porque no es bien que los caballeros hagan sus fechos de armas a escuras como los salteadores y rufianes En la obra de Diaz cuando el caballero desconocido termina de cantar comienza a lamentarse entre suspiros dirigiendose a su senora la Reina de Leonis y diciendo entre otras cosas vos sois sola aquella que en hermosura linaje y virtud en el mundo igual no habeis y asi lo hare yo conocer por vuestro servicio a todo caballero que lo contrario dijere en cuanto esta poca vida me durare Lisuarte viendo que lo que aquel caballero decia no era servicio de su senora la princesa Elena de Macedonia reacciona airadamente y lo desafia El otro le dice que la llegada del dia no tardara y entonces sera nuestra batalla a razon conveniente que si tu sueles combatir de noche sera porque ninguno vea tu poco valor y no publique tu mengua Los paralelismos continuan cuando llega la aurora En el Quijote se hace una puntillosa descripcion del amanecer y del cantar de los pajarillos al estilo clasico de los libros de caballerias en el Lisuarte se dice como rompio el alba fue el cantar de las aves tan dulce en los arboles de la ermita que era placer de lo oir Don Quijote mira a su rival y aunque no puede verle el rostro por tener ya puesta la celada nota que era hombre membrudo y no muy alto de cuerpo y juzga que debe ser de grandes fuerzas El contendiente de Lisuarte de Grecia es descrito como grande de cuerpo y bien tallado y habia grandes espaldas por la cual razon parecia en si haber mucha fuerza Antes de iniciar el combate el Caballero de los Espejos o del Bosque recuerda a Don Quijote que segun han acordado el vencido ha de quedar a merced del vencedor y el manchego lo confirma el rival de Lisuarte le dice a este Caballero ya sabeis que habeis dicho y la batalla que ende tenemos aplazada sea con tal condicion si os place que el vencedor quede con su razon por verdadera y el vencido por el contrario El enfrentamiento del Caballero de los Espejos y Don Quijote es breve y veloz el caballo del primero se para en mitad de la carrera y el campeon de Dulcinea encuentra a su rival con tanta fuerza que lo derriba La caida lo hace quedar inconsciente Don Quijote desmonta y quita a su rival las lazadas del yelmo para ver si era muerto Ver el rostro del bachiller Carrasco le causa una logica sorpresa y lo atribuye a la accion de los encantadores pero al notar que el de los Espejos vuelve en si le pone la punta de su espada en el rostro y le dice que es muerto a menos que confiese que Dulcinea aventaja en belleza a Casildea de Vandalia y que prometa ademas ir al Toboso y presentarse ante su senora a lo cual se aviene el derrotado Lisuarte de Grecia tambien derriba rapidamente a su oponente y este echa la culpa de la caida a su caballo se enfrentan con las espadas y a poco el griego le da tal golpe al otro que lo derriba en el suelo sin sentido Lisuarte se acerca al caido y cortole los lazos del yelmo y saco de la cabeza y pusole la punta del espada en el rostro y el volvio en su acuerdo y alzando los ojos vio su enemigo sobre si con la espada desnuda y hubo pavor de muerte El caballero le dijo Caballero dados por vencido y desdecios de la mentira que dijistes o muerto sois El heroe griego tambien obliga al vencido que es Rolandin el musico hijo del rey de Organia a comprometerse a ir a la corte de Amadis de Gaula y presentarse ante este La accion de las obras de Diaz y Cervantes continua por derroteros muy diferentes Sin embargo los pasajes antes comentados permiten suponer que Cervantes conocio bien el Lisuarte de Diaz y a lo mejor hasta lo tenia a la vista a pesar de que a principios del siglo XVII d C ya debia ser una obra bastante rara Los estudiosos de los libros de caballerias apenas han reparado en el segundo Lisuarte Gayangos lo debe haber leido sin mayor atencion ya que no menciona en absoluto el episodio de Rolandin Diego Clemencin que no tuvo oportunidad de consultar la obra de Diaz cito como posibles fuentes de la aventura del Caballero de los Espejos un episodio de Olivante de Laura otro de Leandro el Bel y especialmente el relatado en el capitulo del Lisuarte de Silva Pero si se comparan con detenimiento la aventura del caballero de los Espejos y los episodios de ambos Lisuartes es bien visible que las paginas de Cervantes se asemejan mucho mas a las de Diaz que a las de Silva En el primer Lisuarte mientras el heroe griego pasa una noche en despoblado oye llegar a un caballero solo que desmonta y dedica una alabanza a una dama sin par Lisuarte considera esta expresion injuriosa para su senora Onoloria de Trapisonda y desafia al desconocido En plena noche los caballeros se enfrentan a pie con sus espadas pero al llegar el alba el combate se interrumpe cuando descubren sus identidades el desconocido es Perion de Gaula tio de Lisuarte En el relato de Silva Perion de Gaula anda solo no canta combate a pie y de noche y el enfrentamiento no concluye En el segundo Lisuarte Rolandin al igual que el Caballero del Bosque o de los Espejos va acompanado de un escudero dedica una emotiva cancion a su senora cuyo texto se incluye tanto en el Quijote como en el Lisuarte de Diaz pide a su oponente que combatan de dia y protagoniza el enfrentamiento a caballo Como el heroe de Diaz Don Quijote derriba a su oponente le mira el rostro y al notar que vuelve en si le pone la punta de la espada en la cara le obliga a reconocer su derrota y lo envia ante Dulcinea del mismo modo que Lisuarte ordena a Rolandin que se presente ante el rey Amadis Incluso ciertos pasajes del episodio cervantino por ejemplo las referencias a la calidad de la voz del Caballero de los Espejos a su apariencia y a los defectos de su cabalgadura cobran mayor sentido humoristico si se les compara con los escritos en serio por Diaz con respecto a Rolandin el musico Nada de eso resulta de la comparacion con el texto de Silva Es pues posible que Cervantes cuya familiaridad con los libros de caballerias cada vez resulta mas evidente haya conocido bien el Lisuarte de Juan Diaz y que de este derive directamente la aventura del Caballero de los Espejos Enlaces externos EditarSALES DASI Emilio Jose n 1964 Las continuaciones heterodoxas el Florisando 1510 de Ruy Paez de Ribera y el Lisuarte de Grecia 1526 de Juan Diaz y ortodoxas el Lisuarte de Grecia 1514 y el Amadis de Grecia 1530 de Feliciano de Silva del Amadis de Gaula Texto en el sitio de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Fragmentos de la obra de Feliciano de Silva ed de Emilio Jose Sales Dasi en Antologia de libros de caballerias castellanos pp 35 40 Texto de la obra de Feliciano de Silva facsimil electronico con indice activo en el sitio de la Biblioteca Nacional de Portugal Texto de la obra de Feliciano de Silva enlace roto disponible en Internet Archive vease el historial la primera version y la ultima facsimil electronico con indice activo en el sitio de la Biblioteca Digital Hispanica SALES DASI Emilio Jose Ecos celestinescos en el Lisuarte de Grecia de Feliciano de Silva Texto en el sitio Parnaseo de la Universidad de Valencia SALES DASI Emilio Jose introduccion a su edicion del 2001 de la obra de Juan Diaz Centro de Estudios Cervantinos Texto en PDF SALES DASI Emilio Jose guia de lectura de la obra de Juan Diaz Centro de Estudios Cervantinos Vista previa en Google Books Fragmentos de la obra de Juan Diaz ed de Emilio Jose Sales Dasi en Antologia de libros de caballerias castellanos pp 41 46 Copia procedente de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes SAENZ CARBONELL Jorge Francisco de la Universidad de Costa Rica Entre la traduccion y el plagio El segundo Lisuarte de Grecia y Don Flores de Grecia en Lemir 15 2011 pp 207 216 ISSN 1579 735X El titulo frances de Don Flores de Grecia es Le Premier Livre de la chronique de dom Flores de Grece El resumen documental del articulo dice asi El libro de caballerias frances Don Flores de Grecia 1552 que hasta ahora se ha considerado como obra original de Nicolas de Herberay traductor de Amadis de Gaula y varias de sus continuaciones del espanol al frances parece en realidad ser una traduccion adaptacion de una parte del segundo Lisuarte de Grecia obra del bachiller Juan Diaz 1526 Datos Q5685622 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Lisuarte de Grecia amp oldid 145513611, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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