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Inquisición pontificia

La Inquisición pontificia o Inquisición papal fue una institución eclesiástica judicial creada por el papa Gregorio IX en 1231-1244 para perseguir la herejía y que estaba bajo su autoridad directa. Sustituyó a la inquisición episcopal creada cincuenta años antes y llamada así porque la persecución de los herejes correspondía a los obispos de cada diócesis. Es llamada también inquisición medieval, para distinguirla de la Inquisición de la Edad Moderna cuyo modelo lo constituyó la inquisición española, que a diferencia de la medieval estaba bajo la autoridad de los Reyes Católicos en quienes el papa había delegado en todo lo referente a la herejía en los dominios de su Monarquía.

Templarios condenados a la hoguera por la Inquisición

Antecedentes

Fiel al ejemplo de los reyes sus antepasados y obediente a los cánones de la Iglesia, que separaban al hereje de su gremio y del consorcio de los fieles, manda salir de su reino a todos los valdenses, vulgarmente llamados sabbatatos y pobres de Lyón, y a todos los demás de cualquiera secta o nombre, como enemigos del rey y del reino (et nostros etiam regnique nostri publicos hostes).
[...]
Si alguno fuere hallado después de este término [el Domingo de Pasión], será quemado vivo y de su hacienda se harán tres partes: una para el denunciante y dos para el fisco. Los castellanos y señores de lugares arrojarán de igual modo a los herejes que haya en sus tierras, concediéndoles tres días para salir, pero sin ningún subsidio. Y si no quisieren obedecer, los hombres de las villas, iglesias, etc, dirigidos por los vegueros, bailes y merinos, podrán entrar en persecución del reo en los castillos y tierras de los señores, sin obligación de pechar el daño que hicieren al castellano o los demás fautores de los dichos nefandos herejes. Todo el que se negare a perseguirlos, incurrirá en la indignación del rey, y pagará veinte monedas de oro. Si alguno, desde la fecha de la publicación de este edicto, fuere osado de recibir en su casa a los valdenses, sabbatanos, etc., u oír sus funestas predicaciones, o darles alimento o algún otro beneficio, o defenderlos o prestarles asenso en algo, caiga sobre él la ira de Dios omnipotente y la del señor rey, y sin apelación sea condenado como reo de lesa mejestad y confiscados sus bienes. Sépase que si alguna persona noble o plebeya descubre en nuestros reinos algún hereje y le causa males, deshonras y gravámenes, con tal de que no sea la muerte o el descoyuntamiento de miembros, que lo tendremos como grato y acepto, sin temer que pueda incurrir en pena alguna, antes bien, merecerá nuestra gracia; y después de expoliarles sus bienes y de la deshonra y gravamen que puedan inferirles, los han de traer a nuestros vicarios y bailes para que les apliquen la justicia.
—Ordenanza de Pedro II de Aragón. Gerona, 1197

Desde el Bajo Imperio Romano una serie de delitos eclesiásticos fueron convertidos en delitos públicos. Entre ellos se encontraban los actos contra las iglesias o contra el clero, la apostasía y la herejía. Esta última era el «crimen» más importante y el emperador y sus jueces estaban obligados a actuar contra ella.[1]​ Una constitución del año 387, mandaba que «todos los jefes de los maniqueos fueran quemados con sus libros, y sus discípulos condenados a muerte o a trabajos forzados en las minas».[2]​ En los siglos siguientes la Iglesia apeló constantemente a los tribunales seculares para que la persiguiera, teniendo en cuenta la prohibición establecida por el derecho canónico de que los tribunales eclesiásticos dictaran condenas que supusieran el derramamiento de sangre.[1]​ Por ejemplo el papa Calixto II en el Concilio de Tolosa de 1119, o el papa Inocencio II en el concilio de Letrán de 1139 hicieron sendos llamamientos a los príncipes cristianos para que lucharan contra las nuevas sectas.[3]

La jurisdicción sobre la herejía correspondía a los obispos quienes condenaban a los herejes declarados o descubiertos por algún medio con la expulsión de la diócesis o con la excomunión. En 1184 el papa Lucio III promulgó la decretal Ad abolendam en la que ordenó que se establecieran tribunales episcopales en toda la Cristiandad Latina que se ocuparan de la herejía.[4]​ En esta inquisición episcopal, «refrendada en el Sínodo de Verona de 1184 por el papa Lucio III y el emperador Federico I Barbarroja, actuaban únicamente el obispo y la autoridad civil de cada diócesis; se buscaba a los posibles herejes y de ser hallados culpables, se les aplicaba la excomunión y el bando imperial con el destierro y la confiscación de bienes; no se admitía todavía la pena de muerte».[5]

 
El papa Inocencio III. Monasterio de Subiaco, Roma

Sin embargo, algunos príncipes cristianos que atendieron la llamada de la Iglesia para luchar contra la herejía, la aplicaron. En 1166 el rey Enrique II de Inglaterra ordenó marcar en la frente con un hierro al rojo vivo a treinta herejes y, después de azotarlos en público, que los echaran al campo para que murieran de frío. En 1197 el conde de Barcelona y rey de Aragón Pedro II de Aragón promulgó en Gerona una durísima ordenanza antiherética en la que mandaba quemar vivos a los herejes que se negaran a abandonar sus dominios.[6]

En 1199 el papa Inocencio III, que sustituyó el título tradicional del papa de vicario de Pedro por el de vicario de Cristo afirmando así su autoridad soberana absoluta —su plenitudo potestatis— sobre la Cristiandad, hizo pública la decretal Vergentis in senium en la que proclamó la herejía como un crimen de lesa majestad, el crimen supremo según el derecho romano, por lo que la herejía de noción teológica se transformaba en noción jurídica. Así «declarando a los herejes culpables del crimen de lesa-majestad eterna, se investía en efecto al papa de esta majestad que se encontraba lesionada, majestad de un nuevo tipo, cristianizada, superior a la majestad temporal de la que podían enorgullecerse el emperador o los reyes. La noción de majestad eterna o divina, introducida a propósito de la persecución de los heréticos, ponía así el derecho romano al servicio de un poder fundado sobre la función suprema de defensa de la fe cristiana».[7]​ La consideración de la herejía como un crimen de lesa majestad se basaba en la idea de que «cuando un hereje se colocaba fuera de la comunión eclesial, se constituía al mismo tiempo fuera de la sociedad».[2]

La equiparación de la herejía con el delito de lesa majestad fue confirmada en el IV Concilio de Letrán de 1215 y a partir de entonces los heréticos recibieron el mismo tratamiento penal que el derecho romano reservaba a los infames.[4]​ En 1200 el rey de Francia Felipe II Augusto hizo quemar a ocho cátaros en Troyes y luego a un grupo de seguidores de Amaury de Chartres, incluyendo mujeres y clérigos, «obrando en en ello como rey cristianísimo y católico». En los sínodos de Aviñón (1209), de Montpellier (1215), de Narbona (1227) y de Tolosa (1229) se inculcó a los obispos el deber de denunciar a los herejes y de llevarlos ante la autoridad civil para que esta les aplicara la debita poena, la muerte en la hoguera. Además se les derrumbaban sus casas y se les confiscaban sus bienes. «A los arrepentidos, a quienes se les perdonaba la vida, quedaban excluidos de los cargos públicos y habían de llevar por toda la vida sobre el hábito dos cruces para que pudieran ser reconocidos».[3]​ Por esos mismos años el emperador Federico II establecía la quema en la hoguera como «castigo ejemplar» para los herejes, aunque «no le movían puros motivos religiosos; más le importaba, siguiendo el ejemplo de los antiguos emperadores romanos, sobreponerse al dominio del pontificado constituyéndose en defensor único de la Cristiandad y juntamente disponer a su antojo de sus vasallos, a quienes arbitrariamente podía castigar y hasta llevarlos a la muerte por un pretendido crimen de herejía».[8]

El nacimiento de la inquisición pontificia

 

La consideración de que los tribunales episcopales comunes habían fracasado en la erradicación de la herejía, llevó al papa Gregorio IX a promulgar en 1231 la decretal Ille humani generis por la que otorgaba al convento de la orden de los Dominicos de Regensburg el poder de crear un tribunal inquisitorial. Con esta decretal se creó «un nuevo tipo de funcionario, un investigador cuya autoridad derivaba directamente del papa, de cuya decisión no había apelación y que actuaba de acuerdo con el modo eclesiástico tradicional del procedimiento inquisitorial».[9]​ Otra razón para la creación de la inquisición pontificia pudo ser evitar la «exagerada intromisión del poder civil en materia religiosa».[5]

Así fue como nació la inquisición pontificia, una institución eclesiástica judicial que tiene como misión investigar (inquirere en latín) allí donde hayan surgido grupos heréticos para corregir su «error» mediante la persuasión, la confesión y la penitencia y si persistieran en el mismo apartarlos del «pueblo cristiano» entregándolos al brazo secular, a las autoridades civiles, porque la herejía era considerada un delito de lesa majestad y como tal debía ser castigado.[10]

La inquisición nace para hacer frente a las dos herejías más importantes de los siglos XII y XIII —la albigense, muy extendida por el Languedoc, y la valdense—, que cuestionaban la Potencia divina —al defender el dualismo que propone que el bien y el mal son dos entidades distintas y antagónicas— y el papel institucional de la Iglesia —al negar su monopolio de la predicación de la verdad cristiana o al rechazar determinados sacramentos—.[11]

En cuanto a los reinos cristianos de la península ibérica, la inquisición pontificia sólo se instauró en la Corona de Aragón donde los dominicos catalanes Raimundo de Peñafort y Nicholas Eymerich fueron destacados miembros de la misma. En cambio, en la Corona de Castilla nunca se estableció porque, según Henry Kamen, «los obispos y los tribunales eclesiásticos se habían bastado más que de sobras para reprimir cualquier herejía».[12]​ La nueva inquisición papal apuesta por el poder de la predicación para convencer a los herejes de su «error», pero sin olvidar los medios coercitivos judiciales para que el hereje confiese en público, delante de un tribunal, su delito. Por tanto, la actividad de los inquisidores es a la vez pastoral y represiva, de ahí que el papa nombre como inquisidores a miembros de las nuevas órdenes mendicantes, franciscanos y dominicos, especialmente estos últimos, que precisamente son los grandes especialistas de la palabra.[10]

Los inquisidores dependen directamente del papa y las autoridades eclesiásticas locales no tienen jurisdicción sobre ellos. Esto es lo que diferencia a la inquisición pontificia de la inquisición episcopal, ya que ellos representan por delegación papal una potencia absoluta, la de Dios. Y esto es lo que permite que el inquisidor actúe de oficio, sin que sea necesario que exista una acusación, dando nacimiento al proceso inquisitorial que tendrá una enorme influencia en los sistemas penales contemporáneos.[13]

El proceso

 
Escena de la Inquisición por Alphonse Legros (siglo XIX) en la que se muestra a un acusado confesando su herejía

El procedimiento

Partiendo del principio de que no es necesario acusador, una sospecha o una denuncia suelen ser los motivos para que el inquisidor abra un proceso, es decir, investigue, encueste, inquirere. De esta forma se rompía con las normas procesales que imperaban en la Edad Media ya que la función primordial de la justicia era entonces resolver conflictos entre dos personas o entre dos grupos, por lo que siempre era necesario un acusador para iniciar el proceso, y el juez era un árbitro del mismo. La forma diferente de actuar del inquisidor derivaba del derecho romano que consideraba el crimen como una amenaza a la res publica, y la herejía la Iglesia la había declarado el más horrible de los crímenes, el crimen de lesa majestad, por lo que podía actuar de oficio en defensa del «orden sagrado» y de la Iglesia.[14]

La tarea del inquisidor entrañaba una gran dificultad porque antes de juzgar al criminal debía identificar y calificar el crimen, es decir, si se encontraba ante un caso de herejía, un concepto, por otro lado, de contornos imprecisos. Así el inquisidor debía llegar a conocer la verdad a través de su investigación, de su inquisición, para sobre ella fundamentar la sentencia. Y para ello, como su propósito era defender la majestad, principio tomado del derecho romano, podía franquear las protecciones judiciales que se daban a los encausados para que pudieran defenderse de forma equilibrada, propias de los procesos acusatorios, y «apoyarse sin vergüenza en denuncias, callarse el nombre de los testigos de cargo, acelerar el procedimiento y utilizar el secreto y la tortura para conseguir una confesión, puesto que la confesión confirmaba lo que la investigación confiada a un juez experto había dejado vislumbrar…».[14]

Aunque el fundamento del proceso inquisitorial es el derecho romano, los clérigos medievales lo modificaron en varios puntos, sin olvidar sin embargo las reglas del sistema acusatorio. Una de las modificaciones más importantes procedía de la costumbre monástica de la «corrección fraternal», según la cual los monjes estaban obligados a denunciarse mutuamente cuando incumplían la regla de la orden, y que se extendió al conjunto de los creyentes, a los que se conminaba en las predicaciones a que delatasen las faltas de los otros o las de uno mismo. Este llamamiento y las denuncias a que daba lugar constituían la «inquisición general», que daba paso a la «inquisición especial» dirigida contra un número determinado de sospechosos. «Desde los años 1245-1246 se ve así a los inquisidores Bernard de Caux y Jean de Saint-Pierre interrogar a cerca de 5.500 personas originarias de un centenar de parroquias del Lauragais, en el territorio albigense, para localizar a los heréticos».[15]

 
El papa Juan XXII bendiciendo a Bernardo Gui.

Algunos inquisidores ponen por escrito sus experiencias elaborando así unos «manuales de inquisidores» que servirán de guía al resto. El predicador e inquisidor dominico Étienne de Bourbon redacta en Lyon al final de su vida (entre 1250 y 1261) un «Tratado de diversas materias a predicar» en el que hace un listado de los vicios, entre los que incluye la herejía, que según él es producto del pecado capital del orgullo. A principios del siglo XIV la lista de los «errores» de los heréticos de Etienne de Bourbon será recogida por Bernardo Gui en su famoso Manual de inquisidores.[16]​ En 1375 el catalán Nicholas Eymerich escribió otro famoso manual de inquisidores titulado Directorium Inquisitorum en el que entre otras cosas proporcionaba una serie de «ardides» para confundir al acusado y hacerlo hablar:[17]

El inquisidor leerá, o hará leer, las declaraciones de los testigos, pero callará los nombres, de manera que el herético se sepa confundido. […] El inquisidor cogerá el dosier del acusado, y lo hojeará en todos los sentidos, y después dirá: Está claro que mientes y que soy yo quien tiene razón… ¡Pero que el inquisidor permanezca en guardia, al proceder así, de no retrasarse demasiado en ocuparse de los detalles, por miedo a que el herético pueda adivinar que el inquisidor ignora los hechos, en realidad! Que se ocupe de generalidades. Que diga, por ejemplo: !Se sabe donde estabas y con quien y cuando, y lo que decías! Y que mezcle a la vez cosas de las que está seguro.
Si el herético mantiene sus negaciones, el inquisidor fingirá que tiene que marcharse para mucho tiempo, y le dirá un poco después: Mira, yo tengo piedad de ti… Yo querría verdaderamente que confesaras para poder acabar con tu asunto, y no dejarte así entre rejas. ¡Porque estás delicado y puedes caer enfermo! […] Me obligas a dejarte en prisión hasta mi vuelta… ¡Esto me da pena, sabes, porque no sé cuando volveré!.

Diferencias con el procedimiento de los tribunales seculares

Según Edward Peters, el procedimiento desarrollado por la inquisición pontificia modificó el proceso inquisitivo, tal como era aplicado por los tribunales seculares, en varios aspectos fundamentales: «la disposición a ocultar los nombres y lo esencial del testimonio de los testigos»; «la restricción habitual del asesoramiento del acusado»; «la admisión del testimonio de testigos incompetentes: partes interesadas, los declarados infames, los ya convictos por perjurio, etc.»; «el relajamiento de las reglas sobre las pruebas y el mayor peso dado a algunos indicia, particularmente en el ámbito de las expresiones faciales, la conducta, el aparente nerviosismo, etc.»; «la política de engañar al acusado introduciendo espías en su celda, haciéndole promesas de indulgencia y desarrollando un sistema de formas cuidadosamente ideadas de interrogatorios que eran mucho más amplias que las prescritas en el procesamiento inquisitorial ordinario»; «la categoría de grados de sospecha en que se tenía a los herejes acusados; esos grados determinaban la intensidad del procedimiento usado contra ellos». En los siglos siguientes algunas de estas modificaciones del proceso inquisitivo se acabaron trasladando a los tribunales seculares.[9]

La tortura

 
Instrumentos de tortura de Nuremberg. Grabado de Erhard Schön (hacia 1500)

Originariamente los inquisidores no estuvieron autorizados a utilizar la tortura contra los herejes, pero en 1254 el papa Inocencio IV promulgó la constitución Ad extirpanda en la que se decía:[18]

Además, el funcionario o Rector debe obtener de todos los heréticos que ha capturado una confesión por la tortura sin dañar el cuerpo o causar peligro de muerte, pues son, en verdad ladrones y asesinos de almas y apóstatas de los sacramentos de Dios y de la fe cristiana. Deben confesar sus errores y acusar a otros heréticos que conozcan, así como a sus cómplices, encubridores, correligionarios y defensores, así como se obliga a los granujas y ladrones de bienes mundanos a delatar a sus cómplices y confesar los males que han perpetrado.

Así pues, en 1254 el papa Inocencio IV, tras proclamar que «los heréticos eran ladrones y asesinos de almas, y que no debían ser tratados mejor que si fuesen literalmente ladrones y asesinos», legaliza y reglamenta el uso de la tortura en el proceso inquisitorial.[19]​ A partir de entonces entra a formar parte del mismo, aunque no es utilizada de forma sistemática y su uso está regulado minuciosamente, cuando por ejemplo existen contradicciones entre ciertos testimonios y las primeras declaraciones del acusado.[20]


La herejía era un delito difícil de probar y además era un delito compartido, ya que los herejes no existían individualmente, de ahí la necesidad de los inquisidores, reflejado en la propia constitución Ad extirpanda, de conseguir los nombres de los otros herejes. En el siglo XIV la jurisdicción francesa distinguía entre la question prèpartoire, la tortura aplicada para obtener una confesión, y la question préalable, la tortura aplicada después de la confesión y cuyo objetivo era obtener el nombre de los cómplices.[21]


En el manual del inquisidor de Eymerich se dice: «Si [el herético] confiesa, perfecto. Si no, será suficiente con los otros indicios para someterlo a la cuestión y arrancarle así las confesiones por medio de la tortura».[17]​ En un manual de inquisidores del siglo XV se decía:[22]

La Iglesia tiene plenamente el derecho a torturar. La tortura sirve para extraer la verdad. Cuando el crimen de herejía sea hecho por muchos, se les torturará uno detrás de otro, comenzando por el más joven o por el que parezca el más atemorizado. Todo el mundo puede ser torturado: ninguna excepción (excepto los niños de menos de catorce años, que pueden ser golpeados únicamente con una férula). […] No se tortura al anciano decrépito ni a la mujer embarazada

Los inquisidores eran conscientes de que una persona sometida a tortura podía confesar delitos que él no había cometido con tal de acabar con el suplicio, pero la aplicaban porque la confesión era el único medio que tenían para llegar a la verdad completa, absoluta, más allá de las pruebas materiales o de las declaraciones de los testigos —aunque «lo más seguro es que [la tortura] no haga más que confirmar lo que el juez ha creído percibir a partir de su investigación preliminar, lo que es para él muy reconfortante y le da seguridad sobre sus capacidades intelectuales!»—. La obsesión por llegar a la verdad, lo que justifica según los clérigos medievales el uso de la tortura, tiene un fundamento religioso relacionado con el sacramento de la confesión: Dios lo sabe todo, es inútil mentirle.[22]

El castigo

Como la inquisición fue creada con la intención de «curar», la condena a la hoguera se aplicó en relativamente pocas ocasiones. Entre 1308 y 1322 Bernardo Gui, el inquisidor que retrata Umberto Eco en El nombre de la rosa, pronunció 636 condenas, de las cuales unas cuarenta fueron a la hoguera.[23]

La resistencia a los inquisidores

 
Cuadro Bernard Déliceux o L'agitateur du Languedoc de Jean-Paul Laurens (siglo XIX, Toulouse)

Especialmente en Languedoc hubo una cierta resistencia a la actuación de los inquisidores encargados de acabar con la herejía albigense, aunque la mayoría de la población se mostró pasiva e indiferente a su misión e incluso probablemente hubo personas que la aprobaron. Esta resistencia se convirtió en un verdadero movimiento antiinquisitorial entre 1301 y 1305 encabezado por el fraile menor franciscano Bernard Délicieux, quien denunció, incluso ante el rey Felipe IV el Hermoso, los presuntos excesos de la inquisición —condena de inocentes para apoderarse de sus bienes, confesiones falsas por el uso arbitrario de la tortura, abuso sexual de las prisioneras— y de la orden de los dominicos, cuyos miembros eran los que la integraban, y negó la existencia de herejes en Languedoc. Finalmente acabó en una completa derrota porque la conjura contra el rey organizada en la ciudad de Carcasonne fue descubierta y duramente reprimida.[7]

En las décadas anteriores se habían producido resistencias puntuales a la actuación de los inquisidores consiguiendo que éstos abandonaran a toda prisa sus ciudades y estando a punto en ocasiones de ser linchados. El primer incidente tuvo lugar en 1234, nada más fundarse la inquisición papal, en Albi, la ciudad donde había surgido la herejía albigense que llevaba su nombre. Allí el inquisidor Arnaud Cathala fue insultado, golpeado y amenazado de muerte cuando intentó desenterrar el cadáver de una difunta condenada por él como hereje a título póstumo para que fuera quemado en la hoguera —en 1302 otro inquisidor también fue obligado a abandonar la ciudad y el convento de los dominicos fue asaltado—. En 1235 en Toulouse el hermano Guillaume Arnaud fue conducido a la fuerza en procesión a las puertas de la ciudad y emplazado a no volver hasta que no hubiera renunciado al proceso inquisitorial que pretendía iniciar. Siete años después dos inquisidores fueron asesinados en una emboscada en el castillo de Avignonet, por unos nobles cercanos al conde de Toulouse. En 1305 los habitantes de Carcasonne fueron excomulgados por haber destruido las vidrieras de la iglesia de los dominicos, demolido los tejados del convento y golpeado a los frailes hasta el derramamiento de sangre. Veinte años antes cuatro prisioneros de la inquisición habían confesado su participación en un complot para destruir los registros de la Inquisición de Carcasonne.[7]

Referencias

  1. Peters, 1987, p. 95.
  2. Martín Hernández, 1980, p. 13.
  3. Martín Hernández, 1980, p. 14.
  4. Peters, 1987, p. 81.
  5. Martín Hernández, 1980, p. 12.
  6. Martín Hernández, 1980, p. 14-15.
  7. Théry, 2005b, p. 58-61.
  8. Martín Hernández, 1980, p. 16.
  9. Peters, 1987, p. 98-99.
  10. Chiffoleau, 2005, p. 68.
  11. Chiffoleau, 2005, p. 73-74.
  12. Kamen, 2011, p. 47-48.
  13. Chiffoleau, 2005, p. 69.
  14. Chiffoleau, 2005, p. 71.
  15. Chiffoleau, 2005, p. 71-72.
  16. Berlioz, 2005, p. 78-81.
  17. Chiffoleau, 2005, p. 72.
  18. Peters, 1987, p. 96-97.
  19. Peters, 1987, p. 96.
  20. Chiffoleau, 2005, p. 74.
  21. Peters, 1987, p. 97-98.
  22. Chiffoleau, 2005, p. 73.
  23. Chiffoleau, 2005, p. 74-75.

Bibliografía

  • Berlioz, Jacques (2005). «Étienne de Bourbon, prédicateur exemplaire». Les Collections de L'Histoire (en francés) (26): 78-81. 
  • Chiffoleau, Jacques (2005). «"Dieu sait tout!": Enquête sur L'Inqusition». Les Collections de L'Histoire (en francés) (26): 68-75. 
  • Kamen, Henry (2011) [1999]. La Inquisición Española. Una revisión histórica (3ª edición). Barcelona: Crítica. ISBN 978-84-9892-198-4. 
  • Martín Hernández, Francisco (1980). «La Inquisición en España antes de los Reyes Católicos». En Joaquín Pérez Villanueva (dir.), ed. La Inquisición española. Nueva visión, nuevos horizontes. Madrid: Siglo XXI. ISBN 84-323-0395-X. 
  • Peters, Edward (1987). La tortura. Madrid: Alianza Editorial. ISBN 84-206-0251-5. 
  • Théry, Julien (2005a). «Mort a l'inquisiteur». Les Collections de L'Histoire (en francés) (26): 76-77. 
  • Théry, Julien (2005b). «Innocent III, le rêve de la théocratie». Les Collections de L'Histoire (en francés) (26): 58-61. 
  • Dizionario storico dell’Inquisizione, diretto da Adriano Prosperi, con la collaborazione di Vincenzo Lavenia e John Tedeschi, Pisa 2015, 4 vol.

Véase también

  •   Datos: Q2553591
  •   Multimedia: Inquisitors

inquisición, pontificia, inquisición, papal, institución, eclesiástica, judicial, creada, papa, gregorio, 1231, 1244, para, perseguir, herejía, estaba, bajo, autoridad, directa, sustituyó, inquisición, episcopal, creada, cincuenta, años, antes, llamada, así, p. La Inquisicion pontificia o Inquisicion papal fue una institucion eclesiastica judicial creada por el papa Gregorio IX en 1231 1244 para perseguir la herejia y que estaba bajo su autoridad directa Sustituyo a la inquisicion episcopal creada cincuenta anos antes y llamada asi porque la persecucion de los herejes correspondia a los obispos de cada diocesis Es llamada tambien inquisicion medieval para distinguirla de la Inquisicion de la Edad Moderna cuyo modelo lo constituyo la inquisicion espanola que a diferencia de la medieval estaba bajo la autoridad de los Reyes Catolicos en quienes el papa habia delegado en todo lo referente a la herejia en los dominios de su Monarquia Templarios condenados a la hoguera por la Inquisicion Indice 1 Antecedentes 2 El nacimiento de la inquisicion pontificia 3 El proceso 3 1 El procedimiento 3 2 Diferencias con el procedimiento de los tribunales seculares 3 3 La tortura 3 4 El castigo 4 La resistencia a los inquisidores 5 Referencias 6 Bibliografia 7 Vease tambienAntecedentes EditarFiel al ejemplo de los reyes sus antepasados y obediente a los canones de la Iglesia que separaban al hereje de su gremio y del consorcio de los fieles manda salir de su reino a todos los valdenses vulgarmente llamados sabbatatos y pobres de Lyon y a todos los demas de cualquiera secta o nombre como enemigos del rey y del reino et nostros etiam regnique nostri publicos hostes Si alguno fuere hallado despues de este termino el Domingo de Pasion sera quemado vivo y de su hacienda se haran tres partes una para el denunciante y dos para el fisco Los castellanos y senores de lugares arrojaran de igual modo a los herejes que haya en sus tierras concediendoles tres dias para salir pero sin ningun subsidio Y si no quisieren obedecer los hombres de las villas iglesias etc dirigidos por los vegueros bailes y merinos podran entrar en persecucion del reo en los castillos y tierras de los senores sin obligacion de pechar el dano que hicieren al castellano o los demas fautores de los dichos nefandos herejes Todo el que se negare a perseguirlos incurrira en la indignacion del rey y pagara veinte monedas de oro Si alguno desde la fecha de la publicacion de este edicto fuere osado de recibir en su casa a los valdenses sabbatanos etc u oir sus funestas predicaciones o darles alimento o algun otro beneficio o defenderlos o prestarles asenso en algo caiga sobre el la ira de Dios omnipotente y la del senor rey y sin apelacion sea condenado como reo de lesa mejestad y confiscados sus bienes Sepase que si alguna persona noble o plebeya descubre en nuestros reinos algun hereje y le causa males deshonras y gravamenes con tal de que no sea la muerte o el descoyuntamiento de miembros que lo tendremos como grato y acepto sin temer que pueda incurrir en pena alguna antes bien merecera nuestra gracia y despues de expoliarles sus bienes y de la deshonra y gravamen que puedan inferirles los han de traer a nuestros vicarios y bailes para que les apliquen la justicia Ordenanza de Pedro II de Aragon Gerona 1197Desde el Bajo Imperio Romano una serie de delitos eclesiasticos fueron convertidos en delitos publicos Entre ellos se encontraban los actos contra las iglesias o contra el clero la apostasia y la herejia Esta ultima era el crimen mas importante y el emperador y sus jueces estaban obligados a actuar contra ella 1 Una constitucion del ano 387 mandaba que todos los jefes de los maniqueos fueran quemados con sus libros y sus discipulos condenados a muerte o a trabajos forzados en las minas 2 En los siglos siguientes la Iglesia apelo constantemente a los tribunales seculares para que la persiguiera teniendo en cuenta la prohibicion establecida por el derecho canonico de que los tribunales eclesiasticos dictaran condenas que supusieran el derramamiento de sangre 1 Por ejemplo el papa Calixto II en el Concilio de Tolosa de 1119 o el papa Inocencio II en el concilio de Letran de 1139 hicieron sendos llamamientos a los principes cristianos para que lucharan contra las nuevas sectas 3 La jurisdiccion sobre la herejia correspondia a los obispos quienes condenaban a los herejes declarados o descubiertos por algun medio con la expulsion de la diocesis o con la excomunion En 1184 el papa Lucio III promulgo la decretal Ad abolendam en la que ordeno que se establecieran tribunales episcopales en toda la Cristiandad Latina que se ocuparan de la herejia 4 En esta inquisicion episcopal refrendada en el Sinodo de Verona de 1184 por el papa Lucio III y el emperador Federico I Barbarroja actuaban unicamente el obispo y la autoridad civil de cada diocesis se buscaba a los posibles herejes y de ser hallados culpables se les aplicaba la excomunion y el bando imperial con el destierro y la confiscacion de bienes no se admitia todavia la pena de muerte 5 El papa Inocencio III Monasterio de Subiaco Roma Sin embargo algunos principes cristianos que atendieron la llamada de la Iglesia para luchar contra la herejia la aplicaron En 1166 el rey Enrique II de Inglaterra ordeno marcar en la frente con un hierro al rojo vivo a treinta herejes y despues de azotarlos en publico que los echaran al campo para que murieran de frio En 1197 el conde de Barcelona y rey de Aragon Pedro II de Aragon promulgo en Gerona una durisima ordenanza antiheretica en la que mandaba quemar vivos a los herejes que se negaran a abandonar sus dominios 6 En 1199 el papa Inocencio III que sustituyo el titulo tradicional del papa de vicario de Pedro por el de vicario de Cristo afirmando asi su autoridad soberana absoluta su plenitudo potestatis sobre la Cristiandad hizo publica la decretal Vergentis in senium en la que proclamo la herejia como un crimen de lesa majestad el crimen supremo segun el derecho romano por lo que la herejia de nocion teologica se transformaba en nocion juridica Asi declarando a los herejes culpables del crimen de lesa majestad eterna se investia en efecto al papa de esta majestad que se encontraba lesionada majestad de un nuevo tipo cristianizada superior a la majestad temporal de la que podian enorgullecerse el emperador o los reyes La nocion de majestad eterna o divina introducida a proposito de la persecucion de los hereticos ponia asi el derecho romano al servicio de un poder fundado sobre la funcion suprema de defensa de la fe cristiana 7 La consideracion de la herejia como un crimen de lesa majestad se basaba en la idea de que cuando un hereje se colocaba fuera de la comunion eclesial se constituia al mismo tiempo fuera de la sociedad 2 La equiparacion de la herejia con el delito de lesa majestad fue confirmada en el IV Concilio de Letran de 1215 y a partir de entonces los hereticos recibieron el mismo tratamiento penal que el derecho romano reservaba a los infames 4 En 1200 el rey de Francia Felipe II Augusto hizo quemar a ocho cataros en Troyes y luego a un grupo de seguidores de Amaury de Chartres incluyendo mujeres y clerigos obrando en en ello como rey cristianisimo y catolico En los sinodos de Avinon 1209 de Montpellier 1215 de Narbona 1227 y de Tolosa 1229 se inculco a los obispos el deber de denunciar a los herejes y de llevarlos ante la autoridad civil para que esta les aplicara la debita poena la muerte en la hoguera Ademas se les derrumbaban sus casas y se les confiscaban sus bienes A los arrepentidos a quienes se les perdonaba la vida quedaban excluidos de los cargos publicos y habian de llevar por toda la vida sobre el habito dos cruces para que pudieran ser reconocidos 3 Por esos mismos anos el emperador Federico II establecia la quema en la hoguera como castigo ejemplar para los herejes aunque no le movian puros motivos religiosos mas le importaba siguiendo el ejemplo de los antiguos emperadores romanos sobreponerse al dominio del pontificado constituyendose en defensor unico de la Cristiandad y juntamente disponer a su antojo de sus vasallos a quienes arbitrariamente podia castigar y hasta llevarlos a la muerte por un pretendido crimen de herejia 8 El nacimiento de la inquisicion pontificia Editar Papa Gregorio IX La consideracion de que los tribunales episcopales comunes habian fracasado en la erradicacion de la herejia llevo al papa Gregorio IX a promulgar en 1231 la decretal Ille humani generis por la que otorgaba al convento de la orden de los Dominicos de Regensburg el poder de crear un tribunal inquisitorial Con esta decretal se creo un nuevo tipo de funcionario un investigador cuya autoridad derivaba directamente del papa de cuya decision no habia apelacion y que actuaba de acuerdo con el modo eclesiastico tradicional del procedimiento inquisitorial 9 Otra razon para la creacion de la inquisicion pontificia pudo ser evitar la exagerada intromision del poder civil en materia religiosa 5 Asi fue como nacio la inquisicion pontificia una institucion eclesiastica judicial que tiene como mision investigar inquirere en latin alli donde hayan surgido grupos hereticos para corregir su error mediante la persuasion la confesion y la penitencia y si persistieran en el mismo apartarlos del pueblo cristiano entregandolos al brazo secular a las autoridades civiles porque la herejia era considerada un delito de lesa majestad y como tal debia ser castigado 10 La inquisicion nace para hacer frente a las dos herejias mas importantes de los siglos XII y XIII la albigense muy extendida por el Languedoc y la valdense que cuestionaban la Potencia divina al defender el dualismo que propone que el bien y el mal son dos entidades distintas y antagonicas y el papel institucional de la Iglesia al negar su monopolio de la predicacion de la verdad cristiana o al rechazar determinados sacramentos 11 En cuanto a los reinos cristianos de la peninsula iberica la inquisicion pontificia solo se instauro en la Corona de Aragon donde los dominicos catalanes Raimundo de Penafort y Nicholas Eymerich fueron destacados miembros de la misma En cambio en la Corona de Castilla nunca se establecio porque segun Henry Kamen los obispos y los tribunales eclesiasticos se habian bastado mas que de sobras para reprimir cualquier herejia 12 La nueva inquisicion papal apuesta por el poder de la predicacion para convencer a los herejes de su error pero sin olvidar los medios coercitivos judiciales para que el hereje confiese en publico delante de un tribunal su delito Por tanto la actividad de los inquisidores es a la vez pastoral y represiva de ahi que el papa nombre como inquisidores a miembros de las nuevas ordenes mendicantes franciscanos y dominicos especialmente estos ultimos que precisamente son los grandes especialistas de la palabra 10 Los inquisidores dependen directamente del papa y las autoridades eclesiasticas locales no tienen jurisdiccion sobre ellos Esto es lo que diferencia a la inquisicion pontificia de la inquisicion episcopal ya que ellos representan por delegacion papal una potencia absoluta la de Dios Y esto es lo que permite que el inquisidor actue de oficio sin que sea necesario que exista una acusacion dando nacimiento al proceso inquisitorial que tendra una enorme influencia en los sistemas penales contemporaneos 13 El proceso EditarVease tambien Proceso inquisitorial Escena de la Inquisicion por Alphonse Legros siglo XIX en la que se muestra a un acusado confesando su herejia El procedimiento Editar Partiendo del principio de que no es necesario acusador una sospecha o una denuncia suelen ser los motivos para que el inquisidor abra un proceso es decir investigue encueste inquirere De esta forma se rompia con las normas procesales que imperaban en la Edad Media ya que la funcion primordial de la justicia era entonces resolver conflictos entre dos personas o entre dos grupos por lo que siempre era necesario un acusador para iniciar el proceso y el juez era un arbitro del mismo La forma diferente de actuar del inquisidor derivaba del derecho romano que consideraba el crimen como una amenaza a la res publica y la herejia la Iglesia la habia declarado el mas horrible de los crimenes el crimen de lesa majestad por lo que podia actuar de oficio en defensa del orden sagrado y de la Iglesia 14 La tarea del inquisidor entranaba una gran dificultad porque antes de juzgar al criminal debia identificar y calificar el crimen es decir si se encontraba ante un caso de herejia un concepto por otro lado de contornos imprecisos Asi el inquisidor debia llegar a conocer la verdad a traves de su investigacion de su inquisicion para sobre ella fundamentar la sentencia Y para ello como su proposito era defender la majestad principio tomado del derecho romano podia franquear las protecciones judiciales que se daban a los encausados para que pudieran defenderse de forma equilibrada propias de los procesos acusatorios y apoyarse sin verguenza en denuncias callarse el nombre de los testigos de cargo acelerar el procedimiento y utilizar el secreto y la tortura para conseguir una confesion puesto que la confesion confirmaba lo que la investigacion confiada a un juez experto habia dejado vislumbrar 14 Aunque el fundamento del proceso inquisitorial es el derecho romano los clerigos medievales lo modificaron en varios puntos sin olvidar sin embargo las reglas del sistema acusatorio Una de las modificaciones mas importantes procedia de la costumbre monastica de la correccion fraternal segun la cual los monjes estaban obligados a denunciarse mutuamente cuando incumplian la regla de la orden y que se extendio al conjunto de los creyentes a los que se conminaba en las predicaciones a que delatasen las faltas de los otros o las de uno mismo Este llamamiento y las denuncias a que daba lugar constituian la inquisicion general que daba paso a la inquisicion especial dirigida contra un numero determinado de sospechosos Desde los anos 1245 1246 se ve asi a los inquisidores Bernard de Caux y Jean de Saint Pierre interrogar a cerca de 5 500 personas originarias de un centenar de parroquias del Lauragais en el territorio albigense para localizar a los hereticos 15 El papa Juan XXII bendiciendo a Bernardo Gui Algunos inquisidores ponen por escrito sus experiencias elaborando asi unos manuales de inquisidores que serviran de guia al resto El predicador e inquisidor dominico Etienne de Bourbon redacta en Lyon al final de su vida entre 1250 y 1261 un Tratado de diversas materias a predicar en el que hace un listado de los vicios entre los que incluye la herejia que segun el es producto del pecado capital del orgullo A principios del siglo XIV la lista de los errores de los hereticos de Etienne de Bourbon sera recogida por Bernardo Gui en su famoso Manual de inquisidores 16 En 1375 el catalan Nicholas Eymerich escribio otro famoso manual de inquisidores titulado Directorium Inquisitorum en el que entre otras cosas proporcionaba una serie de ardides para confundir al acusado y hacerlo hablar 17 El inquisidor leera o hara leer las declaraciones de los testigos pero callara los nombres de manera que el heretico se sepa confundido El inquisidor cogera el dosier del acusado y lo hojeara en todos los sentidos y despues dira Esta claro que mientes y que soy yo quien tiene razon Pero que el inquisidor permanezca en guardia al proceder asi de no retrasarse demasiado en ocuparse de los detalles por miedo a que el heretico pueda adivinar que el inquisidor ignora los hechos en realidad Que se ocupe de generalidades Que diga por ejemplo Se sabe donde estabas y con quien y cuando y lo que decias Y que mezcle a la vez cosas de las que esta seguro Si el heretico mantiene sus negaciones el inquisidor fingira que tiene que marcharse para mucho tiempo y le dira un poco despues Mira yo tengo piedad de ti Yo querria verdaderamente que confesaras para poder acabar con tu asunto y no dejarte asi entre rejas Porque estas delicado y puedes caer enfermo Me obligas a dejarte en prision hasta mi vuelta Esto me da pena sabes porque no se cuando volvere Diferencias con el procedimiento de los tribunales seculares Editar Segun Edward Peters el procedimiento desarrollado por la inquisicion pontificia modifico el proceso inquisitivo tal como era aplicado por los tribunales seculares en varios aspectos fundamentales la disposicion a ocultar los nombres y lo esencial del testimonio de los testigos la restriccion habitual del asesoramiento del acusado la admision del testimonio de testigos incompetentes partes interesadas los declarados infames los ya convictos por perjurio etc el relajamiento de las reglas sobre las pruebas y el mayor peso dado a algunos indicia particularmente en el ambito de las expresiones faciales la conducta el aparente nerviosismo etc la politica de enganar al acusado introduciendo espias en su celda haciendole promesas de indulgencia y desarrollando un sistema de formas cuidadosamente ideadas de interrogatorios que eran mucho mas amplias que las prescritas en el procesamiento inquisitorial ordinario la categoria de grados de sospecha en que se tenia a los herejes acusados esos grados determinaban la intensidad del procedimiento usado contra ellos En los siglos siguientes algunas de estas modificaciones del proceso inquisitivo se acabaron trasladando a los tribunales seculares 9 La tortura Editar Instrumentos de tortura de Nuremberg Grabado de Erhard Schon hacia 1500 Originariamente los inquisidores no estuvieron autorizados a utilizar la tortura contra los herejes pero en 1254 el papa Inocencio IV promulgo la constitucion Ad extirpanda en la que se decia 18 Ademas el funcionario o Rector debe obtener de todos los hereticos que ha capturado una confesion por la tortura sin danar el cuerpo o causar peligro de muerte pues son en verdad ladrones y asesinos de almas y apostatas de los sacramentos de Dios y de la fe cristiana Deben confesar sus errores y acusar a otros hereticos que conozcan asi como a sus complices encubridores correligionarios y defensores asi como se obliga a los granujas y ladrones de bienes mundanos a delatar a sus complices y confesar los males que han perpetrado Asi pues en 1254 el papa Inocencio IV tras proclamar que los hereticos eran ladrones y asesinos de almas y que no debian ser tratados mejor que si fuesen literalmente ladrones y asesinos legaliza y reglamenta el uso de la tortura en el proceso inquisitorial 19 A partir de entonces entra a formar parte del mismo aunque no es utilizada de forma sistematica y su uso esta regulado minuciosamente cuando por ejemplo existen contradicciones entre ciertos testimonios y las primeras declaraciones del acusado 20 La herejia era un delito dificil de probar y ademas era un delito compartido ya que los herejes no existian individualmente de ahi la necesidad de los inquisidores reflejado en la propia constitucion Ad extirpanda de conseguir los nombres de los otros herejes En el siglo XIV la jurisdiccion francesa distinguia entre la question prepartoire la tortura aplicada para obtener una confesion y la question prealable la tortura aplicada despues de la confesion y cuyo objetivo era obtener el nombre de los complices 21 En el manual del inquisidor de Eymerich se dice Si el heretico confiesa perfecto Si no sera suficiente con los otros indicios para someterlo a la cuestion y arrancarle asi las confesiones por medio de la tortura 17 En un manual de inquisidores del siglo XV se decia 22 La Iglesia tiene plenamente el derecho a torturar La tortura sirve para extraer la verdad Cuando el crimen de herejia sea hecho por muchos se les torturara uno detras de otro comenzando por el mas joven o por el que parezca el mas atemorizado Todo el mundo puede ser torturado ninguna excepcion excepto los ninos de menos de catorce anos que pueden ser golpeados unicamente con una ferula No se tortura al anciano decrepito ni a la mujer embarazada Los inquisidores eran conscientes de que una persona sometida a tortura podia confesar delitos que el no habia cometido con tal de acabar con el suplicio pero la aplicaban porque la confesion era el unico medio que tenian para llegar a la verdad completa absoluta mas alla de las pruebas materiales o de las declaraciones de los testigos aunque lo mas seguro es que la tortura no haga mas que confirmar lo que el juez ha creido percibir a partir de su investigacion preliminar lo que es para el muy reconfortante y le da seguridad sobre sus capacidades intelectuales La obsesion por llegar a la verdad lo que justifica segun los clerigos medievales el uso de la tortura tiene un fundamento religioso relacionado con el sacramento de la confesion Dios lo sabe todo es inutil mentirle 22 El castigo Editar Como la inquisicion fue creada con la intencion de curar la condena a la hoguera se aplico en relativamente pocas ocasiones Entre 1308 y 1322 Bernardo Gui el inquisidor que retrata Umberto Eco en El nombre de la rosa pronuncio 636 condenas de las cuales unas cuarenta fueron a la hoguera 23 La resistencia a los inquisidores Editar Cuadro Bernard Deliceux o L agitateur du Languedoc de Jean Paul Laurens siglo XIX Toulouse Especialmente en Languedoc hubo una cierta resistencia a la actuacion de los inquisidores encargados de acabar con la herejia albigense aunque la mayoria de la poblacion se mostro pasiva e indiferente a su mision e incluso probablemente hubo personas que la aprobaron Esta resistencia se convirtio en un verdadero movimiento antiinquisitorial entre 1301 y 1305 encabezado por el fraile menor franciscano Bernard Delicieux quien denuncio incluso ante el rey Felipe IV el Hermoso los presuntos excesos de la inquisicion condena de inocentes para apoderarse de sus bienes confesiones falsas por el uso arbitrario de la tortura abuso sexual de las prisioneras y de la orden de los dominicos cuyos miembros eran los que la integraban y nego la existencia de herejes en Languedoc Finalmente acabo en una completa derrota porque la conjura contra el rey organizada en la ciudad de Carcasonne fue descubierta y duramente reprimida 7 En las decadas anteriores se habian producido resistencias puntuales a la actuacion de los inquisidores consiguiendo que estos abandonaran a toda prisa sus ciudades y estando a punto en ocasiones de ser linchados El primer incidente tuvo lugar en 1234 nada mas fundarse la inquisicion papal en Albi la ciudad donde habia surgido la herejia albigense que llevaba su nombre Alli el inquisidor Arnaud Cathala fue insultado golpeado y amenazado de muerte cuando intento desenterrar el cadaver de una difunta condenada por el como hereje a titulo postumo para que fuera quemado en la hoguera en 1302 otro inquisidor tambien fue obligado a abandonar la ciudad y el convento de los dominicos fue asaltado En 1235 en Toulouse el hermano Guillaume Arnaud fue conducido a la fuerza en procesion a las puertas de la ciudad y emplazado a no volver hasta que no hubiera renunciado al proceso inquisitorial que pretendia iniciar Siete anos despues dos inquisidores fueron asesinados en una emboscada en el castillo de Avignonet por unos nobles cercanos al conde de Toulouse En 1305 los habitantes de Carcasonne fueron excomulgados por haber destruido las vidrieras de la iglesia de los dominicos demolido los tejados del convento y golpeado a los frailes hasta el derramamiento de sangre Veinte anos antes cuatro prisioneros de la inquisicion habian confesado su participacion en un complot para destruir los registros de la Inquisicion de Carcasonne 7 Referencias Editar a b Peters 1987 p 95 a b Martin Hernandez 1980 p 13 a b Martin Hernandez 1980 p 14 a b Peters 1987 p 81 a b Martin Hernandez 1980 p 12 Martin Hernandez 1980 p 14 15 a b c Thery 2005b p 58 61 Martin Hernandez 1980 p 16 a b Peters 1987 p 98 99 a b Chiffoleau 2005 p 68 Chiffoleau 2005 p 73 74 Kamen 2011 p 47 48 Chiffoleau 2005 p 69 a b Chiffoleau 2005 p 71 Chiffoleau 2005 p 71 72 Berlioz 2005 p 78 81 a b Chiffoleau 2005 p 72 Peters 1987 p 96 97 Peters 1987 p 96 Chiffoleau 2005 p 74 Peters 1987 p 97 98 a b Chiffoleau 2005 p 73 Chiffoleau 2005 p 74 75 Bibliografia EditarBerlioz Jacques 2005 Etienne de Bourbon predicateur exemplaire Les Collections de L Histoire en frances 26 78 81 Chiffoleau Jacques 2005 Dieu sait tout Enquete sur L Inqusition Les Collections de L Histoire en frances 26 68 75 Kamen Henry 2011 1999 La Inquisicion Espanola Una revision historica 3ª edicion Barcelona Critica ISBN 978 84 9892 198 4 Martin Hernandez Francisco 1980 La Inquisicion en Espana antes de los Reyes Catolicos En Joaquin Perez Villanueva dir ed La Inquisicion espanola Nueva vision nuevos horizontes Madrid Siglo XXI ISBN 84 323 0395 X Peters Edward 1987 La tortura Madrid Alianza Editorial ISBN 84 206 0251 5 Thery Julien 2005a Mort a l inquisiteur Les Collections de L Histoire en frances 26 76 77 Thery Julien 2005b Innocent III le reve de la theocratie Les Collections de L Histoire en frances 26 58 61 Dizionario storico dell Inquisizione diretto da Adriano Prosperi con la collaborazione di Vincenzo Lavenia e John Tedeschi Pisa 2015 4 vol Vease tambien EditarOrigenes de la Inquisicion espanola Datos Q2553591 Multimedia InquisitorsObtenido de https es wikipedia org w index php title Inquisicion pontificia amp oldid 134738904, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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