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Liturgia (Antigua Grecia)


La liturgia (del griego antiguo λειτουργία/leitourgía, de λαός/laós, «el pueblo» y de la raíz ἐργο ergo, «hacer, cumplir»)[1]​ en la Antigua Grecia era un servicio público obligatorio para los ciudadanos o metecos más ricos. Consistía en gestionar y financiar con recursos propios algunos cargos públicos: el de gimnasiarca (intendente del gimnasio), el de corego (pago a los miembros del coro del teatro) o el del trierarca (construcción y mantenimiento de un trirreme). Había dos clases litúrgicas oficiales: «los Mil Doscientos» y el grupo restringido de «los Trescientos». El arconte epónimo designaba entre ellos al que sería obligado a una liturgia.

Decreto honorífico del demo de Aixone que conmemora a dos coregos, Auteas y Filoxénides, 312-313 a. C., Museo Epigráfico de Atenas.

Una liturgia representaba una carga financiera importante. Por esta razón, era frecuente que los ricos intentaran escapar de ella. La antídosis (en griego antiguo ἁντίδοσις, «intercambio») era uno de los medios. El liturgo tenía la posibilidad de denunciar a otro ciudadano que juzgara más rico que él, quien tenía la opción de aceptar la liturgia o poner en marcha un proceso. Al término de este último, el perdedor debía o bien asumir la liturgia o bien aceptar un intercambio de fortunas. Demóstenes describe una antídosis en el Contra Fenipo, mientras que el célebre discurso Sobre el intercambio de Isócrates fue compuesto con ocasión de uno de ellos.

La liturgia estaba legitimada por la idea de que «la riqueza personal no se poseía más que por delegación de la ciudad».[2]​ Véase a Sócrates con el rico Critobulo en el Económico de Jenofonte:

Además, veo que la ciudad te ha impuesto ya grandes contribuciones: el mantenimiento de un caballo, la coregía, la gimnasiarquía y la aceptación de presidencias: en caso de declararse una guerra, estoy seguro de que te impondrían los gastos de una trierarquía y unos gravámenes tan grandes que no podrías soportarlos fácilmente. Y en caso de que parezca que has quedado por debajo de las expectativas de los atenienses no te impondrían un castigo menor que si te hubieran sorprendido robándoles su dinero
Jenofonte, op. cit. ii.6

El sistema litúrgico se remonta a los primeros tiempos de la democracia ateniense y cayó progresivamente en desuso a finales del siglo IV a. C.[3]​ y en la época helenística frente al desarrollo del evergetismo.

Principio y tipología

La liturgia era uno de los modos de financiación privilegiada de la polis griega, en la medida en que permitía que cada gasto público se correspondiese con un ingreso fácilmente accesible. Esta flexibilidad permitía que fuera especialmente adecuado para la imprevisión presupuestaria de la época. De esta manera, se explica el carácter extendido de su uso, incluso en las polis no democráticas, como por ejemplo Rodas; sin embargo, no se ha constatado ninguna uniformidad estricta en las modalidades específicas de estas liturgias, ni en el espacio geográfico (de una polis a otra) ni en el hilo del tiempo (según la época y las circunstancias más o menos difíciles a las que se enfrentaban las polis griegas).[4]

 
La arreforia, una de las liturgias civiles (bloque V del friso este del Partenón).

Las liturgias se pueden clasificar en dos grandes categorías.[5]​ Así, las liturgias civiles o agonísticas (relacionadas con los concursos deportivos y religiosos) eran destinadas, por un lado, a la gimnasiarquía (γυμνασιαρχία, en griego antiguo), es decir, a la gestión y financiación del gimnasio; y, por otro, a la coregía (χορηγία) o el entrenamiento de los miembros del coro en el teatro para los concursos trágicos, cómicos o ditirámbicos. Además, existieron otras muchas liturgias menores, como la hestiasis (ἑστίασις), que consistía en financiar el banquete público de la tribu a la que se pertenecía;[6]​ la arquiteoría (ἀρχιθεωρία), que se encargaba de conducir las delegaciones sagradas a los cuatro juegos panhelénicos;[7][8]​ la arreforia (ἀρρηφορία), destinada a cubrir los gastos de las arréforas, de la alta sociedad ateniense, que en número de cuatro, en las Panateneas, aportaban el peplo de Atenea, le ofrecían pasteles y le consagraban las blancas ropas adornadas con oro que le llevaban, etc.[7]​ La creatividad era grande en materia de liturgias y «con el empirismo que caracterizaba su postura en la materia, las ciudades eran capaces de crear nuevas liturgias en función de sus necesidades, o de suprimirlas, temporal o definitivamente».[4]​ Todas estas liturgias se inscribían en el marco de una fiesta religiosa[5]​ y eran recurrentes.[9]

Por el contrario, solo se recurría a las liturgias militares en caso de necesidad. La principal liturgia militar era la trieraquía, que consistía en el equipamiento y mantenimiento de un trirreme y de su tripulación durante un año. Además, el trierarca debía asumir el mando del barco bajo las órdenes de los estrategos, salvo que eligiese, a cambio de una remuneración, confiarlo a un especialista, en cuyo caso su cargo devenía en puramente financiero (o económico). La proeisphora, más tardía, consistía en que un grupo fiscal (sinmoría) asumía la carga de la eisphora, una contribución excepcional recaudada a los ricos para subvenir los gastos de las guerras. Se ha propuesto añadir a estos liturgos, la hipotrofia (ἱπποτροφία), es decir, el mantenimiento de la caballería ateniense, liturgia posterior a la época de las Guerras Médicas; aunque no se puede precisar que esta liturgia existiese.[10]

En 355-354 a. C., Demóstenes estimó en una sesentena el número de liturgias civiles anuales en Atenas.[9]​ La cifra está muy infravalorada. Las Dionisias exigían sólo para ellas de 23 a 32 coregos, según la época,[11]​ a los que les ayudaban diez hestiatores. Las Panateneas requerían al menos 19 liturgos por año[12]​ contra los 30 (o 40, según el recuento) para las Grandes Panateneas, que tenían lugar cada cuatro años.[13]​ Las Leneas precisaban cinco coregos anuales y las Targelias, diez.[14]​ Los liturgos también eran requeridos para otras fiestas religiosas, a las que había que sumar los teoros para los Juegos Panhelénicos y el oráculo de Delfos. Un cálculo prudente se ubicaría alrededor de los 97 liturgos civiles anuales en Atenas y, al menos, 118 durante los años en que se celebraban las Grandes Panateneas.[15]

Coste y funcionamiento

Liturgo: modo de designación

 
Demóstenes fue liturgo repetidas veces y es una de las fuentes principales sobre la liturgia, Museo del Louvre.

El liturgo (λειτουργός/leitourgós), es decir, la persona encargada de una liturgia, era designado por los magistrados. Estos comenzaban por pedir voluntarios, después nombraban a quienes les parecían ser más idóneos para asumir el cargo.[16]​ En la Atenas de la época de Aristóteles, correspondía al arconte epónimo designar a los coregos para las festividades religiosas,[17]​ con excepción del certamen de la comedia de las Leneas, cuya competencia correspondía al arconte rey.[18]​ Los trierarcas eran elegidos por el estratego encargado de las sinmoría. Los hestiatores, dedicados a organizar la comida común de su tribu, eran nombrados por aquel.[19]​ Fuera de la trierarquía, los metecos contribuían en la misma medida que los ciudadanos, aunque su participación fuera relativamente marginal.[20][21]

La elección de los liturgos se fundaba en la estimación de la fortuna de cada uno de ellos, de forma conjunta, aunque no formal, por la ciudad y los liturgos. Parece que existió un «censo litúrgico», con un umbral fijado, correspondiente a la fortuna declarada oficialmente por el liturgo, más allá del cual todo individuo estaba obligado a asumir una liturgia. Inversamente, los ciudadanos con fortunas relativamente modestas podían encargarse de algunas liturgias poco onerosas. De hecho, el establecimiento de un umbral habría transformado en «obligación» a un gasto del que debía encargarse el liturgo por su propia iniciativa, sin competer, a nivel práctico, a la ciudad las dificultades que tal gasto le habría entrañado en valor absoluto, en caso de empobrecimiento generalizado de sus miembros individualizados.[22]

A pesar de ello, los gastos informales a los que un individuo no podía sustraerse eran regularmente contemplados en los alegatos judiciales: era tan evidente, que en la Atenas del siglo IV a. C. un patrimonio de diez talentos convertía necesariamente a su titular en un miembro de la «clase litúrgica».[23]​ Por ello, parece ser que un ciudadano que dispusiera de una fortuna de tres talentos, de un día para otro pasara ya a formar parte de esta «clase».[22]​ Ocurrió incluso que los individuos menos ricos se hicieron cargo de las liturgias poco costosas, para beneficiarse del prestigio que tal función les aseguraba: «la ideología del gasto (megaloprepeia) y de la ambición (philotimia) que animaba el ideal litúrgico de ocuparse a fondo, se hallaba en las estrategias individuales que permitían a cada uno, en función de sus disponibilidades financieras y de sus prioridades sociales tomar el cargo, de manera más o menos brillante, de las liturgias más o menos onerosas».[24]

De hecho, el nivel de fortuna de la parte recaudada del capital de cada uno era muy variable,[25]​ como los efectivos de esta «clase litúrgica» socialmente poco homogénea. Estos últimos pueden estimarse, en la Atenas clásica, en una cifra de 300[26]​ y 1200 individuos,[27]​ e incluso 1500 o hasta 2000, si se tiene en cuenta la necesidad de no confundir el número de personas necesarias para el funcionamiento del sistema y el contingente de aquellos que asumían efectivamente las liturgias: el número de individuos concernidos en el transcurso de su vida era necesariamente superior al número total de liturgias por el hecho de las exenciones provisionales y de la dimensión agonística del sistema litúrgico.[28]​ Debido a las variaciones de fortuna (relacionadas con la vida económica o con la división hereditaria de los patrimonios) de los individuos, esta «clase litúrgica» no puede ser considerada como un grupo cerrado:[28]​ se renovaba permanentemente, aunque marginalmente, por la adición de «nuevos ricos» y el descenso social de algunas familias que la componían.

El carácter empírico del modo de designación de los liturgos, fundado en cierto consenso social integrado por los propios ricos, se apoyaba en «una ideología agonística y suntuaria de origen "aristocrático", desarrollada en la Época Arcaica y mantenido en su beneficio por la ciudad democrática: [...] los liturgos, lejos de ser meros engranajes pasivos en una "estructura administrativa" que les obligaba a pagar, son actores de un sistema que opera en su beneficio».[24]​ En concreto, el sistema reposaba esencialmente en la voluntariedad y en la reproducción social: la mayor parte de los atenienses estaba inscrito en la lista de los trierarcas,[nota 1]​ ya sea que lo hubieran sido antes o que fueran descendientes de antiguos trierarcas,[nota 2]​ tradición que implicaba una relativa estabilidad del grupo de trierarcas.[22]​ Para las liturgias civiles, sobre todo para la coregía, no parece que existiese una lista equivalente: los más ricos la asumían voluntariamente,[29]​ bajo la presión de la mirada del resto de ciudadanos y de conformidad con las estrategias individuales trazadas para adquirir un reconocimiento social acorde con sus fortunas. Por otra parte, su libertad era a menudo limitada: a los ciudadanos o a los ricos metecos que sentían la tentación de ocultar sus activos para escapar a su cargo, la amenaza de una demanda de intercambio de fortunas antídosis) les disuadía, así como, y más fundamentalmente, la fuerte presión social y la imagen detestable que tal reticencia de contribuir al bien público les aseguraba su polis.

Asumir una liturgia: peso financiero

 
Equipamiento de un trirreme, la más costosa de las trierarquías (relieve Lenormant, hacia 410-400 a. C., Museo de la Acrópolis de Atenas).

Si la obligación de la asunción del cargo estaba reservada a los más ricos, el coste de cada una variaba considerablemente en función de su contenido y del fasto que le quisiera proporcionar el liturgo.[30]​ La menos costosa era la eutaxia (εὐταξία, en griego antiguo), conocida por una única mención,[31]​ la cual no representaba más que cincuenta dracmas. Se ignora su naturaleza, aunque es probable que concerniera a las festividades Anfiareas de Oropo[32]​ y quizás no duraba mucho tiempo.[33]​ Un coro ditirámbico en las Panateneas costaba 300 dracmas.[34]​ En cambio, la inversión de un corego en las Dionisias podía representar hasta 3000 dracmas,[3]​ o, «contando la consagración del trípode, 5000 dracmas».[34]

El gasto era aún más importante para la trierarquía, aunque podía variar según la generosidad del trierarca, por un lado; y, por otro lado, por la duración de la campaña militar y del estado inicial del buque confiado.[29]​ La suma invertida, que podía oscilar entre 2000 y 3000 dracmas, se establecía a menudo próxima a la cifra de 4000 a 6000 dracmas:[3]​ un pleiteador defendido por Lisias declaró haber desembolsado seis talentos en siete años de trierarquía,[34]​ mientras que Demóstenes menciona que «un talento eran los gastos de los trierarcas en el desempeño de su liturgia».[35]​ La onerosidad de esta liturgia explica la aparición de la sintrierarquía, que permitió repartir la carga financiera entre dos personas,[36]​ y, en el año 357 a. C., la aplicación en Atenas, por parte de Periandro, de 20 sinmorías de 60 contribuyentes, con lo cual se amplió de 300 a 1200 individuos sujetos a la trierarquía, con el objetivo de disminuir el peso económico a los trierarcas.[nota 3]​ A pesar de que tal ampliación fue relativa (representó solamente el 2,5 % del conjunto de la población masculina ateniense), fue tanto más necesaria cuanto que, con la reforma de la eisphora en 378-377 a. C., se impuso una nueva liturgia: la proeisphora, proveída por los más ricos de los atenienses, quienes debían anticipar la suma asignada al grupo de ciudadanos (sinmoría) unidos a ella; por otra parte, ellos mismos debían encargarse de recaudar el reembolso de la parte adeudada por los otros miembros de la sinmoría,[37]​ lo que no era siempre posible.[38]

Dichas sumas eran cuantiosas incluso para los más ricos:[nota 4]​ con una tasa de rendimiento de la tierra del 8 %, los liturgos más pobres, quienes disponían de un patrimonio de diez talentos en 360-359 a. C. (por ejemplo, como en el caso de Demóstenes), veían la integridad de sus rentas absorbidas por una trierarquía.[30]​ De ahí, el uso rutinario de los préstamos para pagar las liturgias de las que eran deudores.[39]​ En un discurso de Lisias, un litigante declara: «mi padre a lo largo de toda su vida ha gastado más para la ciudad que para sí mismo y para su familia: el doble de lo que ahora tenemos, como él calculó a menudo delante de mí.»[40]​ A título de comparación, la liturgia menos costosa, un coregía de las Panateneas, representaba casi un año de salario de un obrero cualificado del siglo V a. C.; y las más costosas ascendían a más del triple del censo hoplítico, es decir, el umbral a partir del cual un ciudadano ateniense debía servir como hoplita en la falange.[33]

Librarse de una liturgia

Exenciones

 
Servir en la caballería podía ser un motivo de exención (copa de Eufronio, Staatliche Antikensammlungen de Múnich).

Las exenciones (σκήψεις/skếpseis) eran posibles. Beneficiaban a los huérfanos,[41]​ a las epícleras, a los menores de edad[42]​ y, en general, a quienes no alcanzaran y atestiguaran la edad requerida —por ejemplo, para un coreuta la edad mínima era 40 años—,[17]​ a los arcontes en ejercicio (al menos para la trierarquía),[43]​ a los clerucos[44]​ o incluso a los inválidos.[3]​ Además, los ciudadanos o los metecos podían acceder a una exención de impuestos y cargas (ἀτέλεια/atéleia, en griego antiguo), por los servicios prestados a la ciudad;[43]​ sin embargo, tal exención no se aplicaba «ni a las trierarquías ni a las contribuciones para la guerra» (proeisphora)».[45]

Aquellos que eran o habían sido liturgos gozaban también de exenciones temporales. Así, por ejemplo, no se podía obligar a dos liturgias al mismo tiempo;[46]​ tampoco se podía obligar a asumir dos veces seguidas la misma liturgia civil.[17]​ Por otra parte, la liturgia de una fiesta religiosa no podía ser impuesta el siguiente año[47]​ y un trierarca tenía derecho a un respiro de dos años.[48]​ Es posible que los ciudadanos que servían en la caballería ateniense estuvieran exentos de la trierarquía.[49]

Tales exenciones legales permitían a un ateniense rico librarse de una liturgia, pero no estaban obligados a estas: un voluntario podía cumplir todas aquellas que deseara. Un litigante anónimo defendido por Lisias dice haber sido corego tres años consecutivos y trierarca durante siete. Enumera otras liturgias asumidas durante este periodo, indicando que él también asumió paralelamente varias, lo que le condujo a gastar doce talentos en ocho años, es decir, un talento por año.[50]​ No obstante, era extraño que los ciudadanos renunciaran a una exención y el catálogo del litigante anónimo parece dudoso a algunos historiadores,[51]​ o excepcional.[52]

Antídosis

La antídosis (en griego antiguo, ἁντίδοσις, «intercambio, permuta»), cuya principal fuente es el Contra Fenipo de Demóstenes,[53]​ era otra escapatoria. El liturgo tenía la posibilidad de nombrar a otro ciudadano que juzgara más rico que él, el cual podía o bien aceptar la liturgia, aceptar un intercambio de fortunas o incoar un proceso judicial.[54]​ En este último caso, un jurado popular debía decidir quién era el más rico de los dos y, por tanto, quién debería asumir la liturgia. Para el caso de las trierarquías, los atenienses se preocupaban de que el problema se resolviera rápidamente: el proceso debía llevarse a cabo entonces «en el espacio de un mes».[55]

Dada la singularidad del proceso, los historiadores han puesto en duda la realidad del intercambio de bienes y sugieren que el cambio versaba realmente sobre la propia liturgia;[56][57]​ mientras que otros estiman que esto contradice el texto del Contra Fenipo, donde el intercambio de bienes es explícitamente evocado por el litigante: «He enviado una citación a Fenipo, y la renuevo, jueces: le he donado todos mis bienes y abandonado toda mi fortuna, incluidas las propiedades mineras, si me reservo un único dominio, franco y libre, tal y como fue la primera vez que le di allí con testigos, y le entregué en el mismo acto, maíz, vinos y frutas que él retiró después de romper los sellos de las puertas».[58]​ Sin embargo, es posible que el sellado se utilizara exclusivamente para evaluar las fortunas respectivas.[59]

Parece que la antídosis no fue un hecho raro,[60]​ como testimonia una broma de Iscómaco, el rico protagonista del Económico de Jenofonte. Cuando Sócrates le pregunta qué hace para que le llamen «prohombre» (καλὸς κἀγαθὸς / kalòs kagathós), responde: «si se trata de un intercambio (antídosis) para una carga de trearca o de corego no es al 'hombre de bien' al que buscan»;[61]​ sin embargo, se conocen numerosos ejemplos donde tales asuntos fueron a litigio (el discurso para un proceso de antídosis formaba parte del repertorio estándar de los logógrafos, redactores profesionales de discursos judiciales),[53]​ aunque no se dispone de ningún caso de intercambio efectivamente realizado.[62]

Disimulación

El medio más simple para evitar la carga de las liturgias consistía en disimular la fortuna, lo que era muy fácil en Atenas: las propiedades rústicas estaban muy fragmentadas y no existía un catastro que permitiera valorar el conjunto de las tierras de un individuo.[63]​ Los bienes convertidos en líquido desaparecían aún más fácilmente de la vista pública, debido a que su propietario los enterraba o los depositaba en el banco: se habla así de «riqueza invisible» (ἀφανὴς οὐσια). La ciudad pedía a cada individuo rico una estimación de su propia fortuna (τίμημα) en el ámbito de la eisphora, pero aun así esta carecía de fiabilidad.[64]​ Los metecos estaban particularmente bien situados para infravalorar su fortuna,[65]​ puesto que su fortuna era mobiliaria: no estaban autorizados a poseer tierras en el Ática.[66]

La disimulación parece haber estado extendida, hasta el punto de que un cliente de Lisias se jactaba de que su padre nunca había tenido que recurrir a ella: «aunque le era posible convertir su patrimonio en invisible, prefirió que vosotros lo supierais, para que en el caso de ser mal ciudadano no le fuera posible, sino que aportara las contribuciones y desempeñara las liturgias.»[67]​ Según Demóstenes, los ricos disimulaban habitualmente su fortuna y no la revelaban en público, excepto cuando la guerra amenazaba sus personas o sus bienes.[68]​ La acusación de evasión de las cargas públicas era un clásico de los discursos judiciales: los litigantes jugaban claramente con el prejuicio del jurado, según el cual todos los ricos preferían, de poder hacerlo, evitar pagar.[64]

Éxito y límite de las liturgias

Una restricción solicitada

A pesar de la carga financiera que representaban las liturgias, sus titulares las llevaban a cabo a menudo de manera voluntaria. «Era una empresa de la que todo ciudadano se enorgullecía, si estaba políticamente comprometido, de la que se prevalía ante su auditorio, sobre todo si era acusado en un proceso político».[62]​ Las inscripciones honoríficas disponibles muestran que, regularmente, algunos ciudadanos o ricos metecos «aceptaron las liturgias con entusiasmo»,[69]​ prestándose voluntarios (ἐθελοντής), como Demóstenes en 349 a. C.,[70]​ para garantizar las liturgias más onerosas de las cuales habrían podido escapar. Los liturgos podían sobresalir invirtiendo sumas muy superiores al mínimo estricto. Así, en un discurso de Lisias, el litigante enumera las liturgias a las que se había sometido y lo resalta: «no hubiera gastado ni una cuarta parte si hubiera querido atenerme a las liturgias prescritas en la ley».[71]

Ese mismo litigante añade un poco más adelante: «tal es el talante que yo ofrezco al Estado, que en mi vida privada soy ahorrador, pero que me complace desempeñar liturgias en beneficio público; y no me pavoneo de lo que me sobra, sino de lo que gasto con vosotros».[72]​ Si bien teniendo en cuenta la parte de exageración destinada a engatusar al jurado, no hay que dudar de la sinceridad de esta declaración. Esta era una opinión compartida por la mayoría de los liturgos, una visión que reflejaba la posición social y el prestigio en proporción a los esfuerzos financieros efectuados, que las liturgias conferían a los que cumplían con ellas, en la medida en que estas les daban «la satisfacción de ser asumidas en su propio nombre, con las consecuencias de todo tipo derivados de un acto destinado a los demás y cuyo autor está identificado claramente».[73]

La asunción de una liturgia es un don aristocrático consistente y que puede considerarse como una supervivencia de la «moral noble» en la ciudad democrática.[74]​ En concreto, se establecía un «contrato» tácito mutuamente beneficioso entre la ciudad y sus miembros más ricos; el sistema litúrgico, «mientras reconoció un lugar prominente para los ricos un lugar prominente, cortaba las formas de patrocinio individual y situaba in fine a la ciudad beneficiaria en posición de autoridad».[75]​ El alto grado de libertad otorgado a los liturgos era en este caso decisivo: se les asignaba una tarea, una meta, dejándoles la facultad discrecional para determinar el monto a ingresar con el fin de conseguirla. El deseo de este último para cumplir con el ideal agonístico, que se le reclamaba, era así utilizado en beneficio de la polis: ningún límite, superior o inferior, es fijado, pues «la mentalidad agonística heredada de la aristocracia arcaica»[76]​ bastaba para asegurar una cierta emulación, entre liturgos, en el desarrollo del bien común, emulación que alimentaba la polis al honrar a los más generosos.

A la liberalidad del gasto (φιλοτιμία/philotimia) respondía el reconocimiento (χάρις/charis) de la ciudad: los liturgos más pródigos eran gratificados con inscripciones honoríficas o con coronas de plata, cuyo carácter relativamente módico no restaba el prestigio que aseguraban a sus beneficiarios. Por ejemplo, en Atenas, los trierarcas a menudo se preocupaban por obtener una de las coronas de oro de 500, 300 y 200 dracmas destinadas a los tres primeros de ellos que condujeran su barco al muelle. Incluso el corego, aunque el autor dramático financiara el coro que ganaba el concurso, compartía con él la gloria de su victoria[77]​ (recibía un premio y podía erigir para la ocasión un monumento conmemorativo), como fue el caso del joven Pericles con ocasión de la victoria de Los persas de Esquilo en 472 a. C. La coregía era una liturgia más apreciada que la trierarquía, que era más ingrata. Había que velar por pagar al coro a la vez que tomar la decisión frente a un público atento al fasto desplegado por cada corego.[78]

La liturgia constituía una oportunidad «con sus bienes, tanto para afirmar su compromiso con la ciudad como para reivindicar su lugar entre las personas de importancia»,[73]​ para hacerse valer en el plano político y mantener su rango — o al que se aspiraba — en la ciudad: además de consagrar su fortuna al bien público, «con su dinero y su persona»,[79]​ el liturgo se distinguía del vulgum pecus[nota 5]​ y obtenía del pueblo la confirmación de la legitimidad de su posición dominante,[75]​ que hará fructificar sobre todo cuando sea parte de un juicio o en las elecciones para las magistraturas. Así, los liturgos, que agrupaban en el mejor de los casos al 10 % de los ciudadanos atenienses en el siglo IV a. C., representaban un tercio de los políticos lo suficientemente significativos para que las fuentes contemporáneas los citasen. Asimismo, correspondían al tercio de atenienses que intervenían en esta época en la Ekklesía (Asamblea) para proponer decretos.[80]​ Por su parte, utilizando los mismos valores que sus élites, la polis democrática les controlaba, conseguía su adhesión a un proyecto comunitario y aseguraba su financiación.[75]

Un sistema de financiación de la vida pública cuestionado

Reticencias de los liturgos en el siglo IV a. C.

El principio litúrgico fue bien aceptado en un primer momento, ya que era mutuamente beneficioso para la ciudad y para los aristócratas ricos,[27]​ pero fue puesto en entredicho cuando en el siglo V a. C. Pericles instituyó el misthos, dieta concedida a los ciudadanos que servían en los tribunales públicos, para reemplazar los lazos de clientelismo creados por la magnificencia con la que Cimón satisfacía sus liturgias.[81]​ Consistía en una retribución de alguna manera anónima para que el ciudadano ateniense cumpliera su papel liberándose de la «deuda moral» contraída ante los más ricos.[82]

Una carga cada vez mayor y menos gratificante

Fue sobre todo la Guerra del Peloponeso y el aumento de los gastos militares los que socavaron la financiación litúrgica del gasto público: las trierarquías se multiplicaron, pero los ricos intentaban cada vez más escapar de estas. Emergió la idea de que su fortuna no estaba destinada en primer lugar a servir a la polis, sino a su bien personal, incluso aunque este movimiento «se hiciera discretamente, insensiblemente, sin que los ciudadanos ricos osaran reconocerlo de verdad».[83]​ En 415 a. C., los ricos partidarios de Nicias, hostiles como él a la Expedición a Sicilia, prefirieron no intervenir para no dar la sensación de estar más preocupados por su interés individual que el de la polis. En 411 a. C., los más ricos tenían menos escrúpulos en defender sus intereses privados, como cuando establecieron el régimen oligárquico de Los Cuatrocientos[84]​ En 405 a. C., uno de los personajes de Las ranas de Aristófanes comenta que «no se considera rico para ser trierarca, se viste con andrajos y se prodiga en lloriqueos: “¡soy indigente!”».[85]

La polis salió de la guerra empobrecida y con la carga de la deuda contraída por Los Treinta; una vez más buscó la ayuda de los más ricos, pero el voluntariado tendió a convertirse en excepcional, especialmente, para la trierarquía: un cliente de Lisias lo presenta incluso como un asunto turbio.[86][87]​ Este último ejemplo manifiesta el desarrollo de una cierta desconfianza con respecto al principio litúrgico en la primera mitad del siglo IV a. C., tendencia reforzada por los esfuerzos militares y financieros efectuados durante la Guerra de Corinto (395-386 a. C.) La Guerra Social (357-355 a. C.),[88]​ igualmente costosa,[89]​ marcó el fin, a mediados del siglo, del sueño de un retorno al imperialismo ateniense y a los importantes ingresos que aseguraba a la polis. Por tanto, la necesidad del Estado ateniense para encontrar fuentes nuevas de financiación solo fue posible mediante una mejor gestión de los bienes públicos (política seguida por Eubulo y después por Licurgo), pero también debido a una presión financiera sobre los más ricos.

En cada etapa, la imperiosa necesidad de financiación de la polis tendió a transformar en obligación, lo que hasta entonces era considerado como una donación libremente consentida por un individuo preocupado por demostrar su areté. Las quejas que emanan de las fuentes tienen una innegable dimensión ideológica y política de hostilidad al démos: Jenofonte (Económico II.5-6) e Isócrates (Sobre la paz, 128) subrayan que «las liturgias son un arma en manos de los pobres».[90]​ Por tanto, los liturgos menos afortunados, aquellos cuyo estatus social estaba más próximo al del ciudadano medio y prontos a denunciar la falta de civismo de los más ricos, precisamente aquellos que sin duda se inclinarían menos a ser hostiles con el carácter democrático del oligarca (el reaccionario) de los Caracteres de Teofrasto, parecieron entonar: «¿Cuándo cesarán de arruinarnos con liturgias y trierarquías?».[91]​ Frente a las exigencias financieras cada vez más pesadas, se veían en la obligación de «elegir entre la conservación del patrimonio y la conformidad con los valores de la élite».[92]

«Lo que es más, los aspectos simbólicos del funcionamiento litúrgico, sin desaparecer, se atenuaban en provecho de su aspecto instrumental».[75]​ De hecho, lo esencial que achacaban las recriminaciones a las liturgias era que no aseguraban la valoración social (proeisphora, sintrierarquía) o las contribuciones directas, sobre todo la eisphora: incluso cuando la carga económica que representaban era menos gravosa que la de las liturgias clásicas,[93]​ no permitía al liturgo hacer valer su excelencia.

 
El monumento corégico erigido por Lisicrates en 335-334 a. C. para conmemorar su primer premio.
Dilución del gasto y estrategias de evitación

La importancia de las reticencias se manifestó de diferentes maneras. Así, las tentativas o proyectos de ampliación del cuerpo de ciudadanos o de metecos sometidos a las liturgias: Demóstenes propuso en 354 a. C. establecer en 2000 el número de trierarcas. Algunos se tomaron su tiempo para asumir la función que se les había asignado, como por ejemplo Policles, quien desatendió el barco que se le había confiado, obligando a su predecesor, Apolodoro, a prolongar su servicio durante varios meses.[94]​ Otros solo pagaban el mínimo estricto: Isócrates explica que cumplió con su deber sin despilfarro ni negligencia.[95]​ Un cliente de Lisias explica al jurado que no hay nada malo en la moderación en el gasto.[96]​ Algunos iniciaban procedimientos de permuta (antídosis), a pesar de que tales intentos de eludir sus obligaciones como liturgos ofrecía a sus adversarios la oportunidad de desacreditarlos en un eventual juicio futuro. Por último, la solución más radical consistía en disimular su riqueza.

La cronología exacta de este fenómeno plantea, sin embargo, problemas: es difícil de dar una fecha precisa del paso de la adhesión al principio litúrgico al rechazo de la liturgia por los individuos que se veían obligados ¿El vaivén tuvo lugar a principios del siglo IV a. C., o en la segunda mitad del siglo? Los historiadores parecen tener dificultades para dar una respuesta al respecto. Como señala Jacques Oulhen a propósito de la cuestión litúrgica «la documentación desaparecida y alusiva proporciona informaciones de apariencia contradictoria, de la que nos es posible rendir cuentas integralmente. Las divergencias de interpretación son pues numerosas, y este historial de instituciones es uno de los más técnicos y más discutidos de la historia ateniense del siglo IV a. C.»[52]​ Debe tenerse en cuenta, que si es muy gradual, la tendencia no sea discutida: cuanto más avanza el siglo el equilibrio inestable del consenso social sobre el principio litúrgico parece debilitado.

Voluntad suntuaria y preocupación por el bien público

Además, la voluntad, más fuerte que antes, de los liturgos de disponer de un «reintegro de la inversión» rápido (sobre todo considerando que debían arrastrar casi «automáticamente» la clemencia del jurado en el proceso en el que estuvieran implicados) que involucrara a los ciudadanos comunes en un movimiento paralelo de revalorización de todas las liturgias acerca de su utilidad. Licurgo en 330 a. C. no duda en establecer con este criterio una jerarquía entre ellas:

Sin embargo, hay quienes de ellos, negándose a convenceros con argumentos, buscando obtener la gracia de los acusados, alegan sus liturgias; nada me ha indignado más: ¡en ese sentido, los cargos que han buscado para la gloria de su casa serían pues un título por los favores nacionales! No es por haber alimentado caballos o pagado suntuosas coregías, o hecho otras larguezas de este orden, que les dan derecho a vuestra gratitud. En estas ocasiones, es por sí mismos que logran una corona sin el menor beneficio para otros. Pero cumplir con fasto una trierarquía, haber rodeado la ciudad con murallas para protegerla, haber dispensado su liberalidad para la salud de la ciudad: eso sí que es proceder por el bien público y por el interés de todos vosotros. Estas son las liberalidades en las que se revela la benevolencia de un ciudadano; las otras no prueban más que la riqueza de los que las han hecho. Por lo demás no creo que nadie pueda rendir suficientes y grandes servicios al Estado, para pretender obtener, como recompensa, aquello que permita sustraerse al castigo de los traidores.

Se cuestiona en este pasaje algunos gastos litúrgicos de carácter demasiado suntuarios, a semejanza del monumento corégico erigido por Lisícrates en 335/334 a. C., que podrían constituir a la vez «una forma superlativa de apego a una ética litúrgica en parte del pasado[nota 6]​ [...] y constituyendo un daño para el equilibrio social ideal (e idealizado) asociado a los liturgos».[97]​ De hecho, se ha sugerido para esta ostentación de fasto, tanto el poder de la riqueza individual como la impotencia de la ciudad. Por consiguiente, se tomó nota de esta evolución y, para no romper la comunidad de intereses entre estos dos grupos, se escogió utilizar el deseo, generador de tensiones sociales,[nota 7]​ de los más ricos en exhibir su riqueza pasando poco a poco del sistema litúrgico al evergetismo.

Además, la voluntad, más fuerte que antes, de los liturgos de disponer de un «reintegro de la inversión» rápido (sobre todo considerando que debían arrastrar casi «automáticamente» la clemencia del jurado en el proceso en el que estuvieran implicados) que involucrara a los ciudadanos comunes en un movimiento paralelo de revalorización de todas las liturgias acerca de su utilidad. Licurgo en 330 a. C. no duda en establecer con este criterio una jerarquía entre ellas:

Sin embargo, hay quienes de ellos, negándose a convenceros con argumentos, buscando obtener la gracia de los acusados, alegan sus liturgias; nada me ha indignado más: ¡en ese sentido, los cargos que han buscado para la gloria de su casa serían pues un título por los favores nacionales! No es por haber alimentado caballos o pagado suntuosas coregías, o hecho otras larguezas de este orden, que les dan derecho a vuestra gratitud. En estas ocasiones, es por sí mismos que logran una corona sin el menor beneficio para otros. Pero cumplir con fasto una trierarquía, haber rodeado la ciudad con murallas para protegerla, haber dispensado su liberalidad para la salud de la ciudad: eso sí que es proceder por el bien público y pro el interés de todos vosotros. Estas son las liberalidades en las que se revela la benevolencia de un ciudadano; las otras no prueban más que la riqueza de los que las han hecho. Por lo demás no creo que nadie pueda rendir suficientes y grandes servicios al Estado, para pretender obtener, como recompensa, aquello que permita sustraerse al castigo de los traidores.

Desarrollo del evergetismo en le época helenística

 
Inscripción en honor de Aristoxeno, hijo de Demofón, sin duda, benefactor del gimnasio de Atenas, finales del siglo III o siglo II a. C., Museo del Louvre.

Sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo IV a. C. y antes de la época helenística, profundas evoluciones afectaron la financiación de la vida pública tal y como estaba organizada hasta entonces. Sin que el principio de esta financiación por los más ricos, al menos de manera simbólica, fuera cuestionado, la legitimidad de su designación por la ciudad no tuvo ya consenso. La idea que se difundió fue que los más ricos no contribuirían menos si se les solicitaba sin obligarles: en la misma época, hacia 355 a. C., Demóstenes y Jenofonte lo mencionan, el primero en el Contra Leptines, el segundo en Los ingresos públicos.

Finalmente, a finales del siglo, Demetrio de Falero abolió las dos más importantes liturgias atenienses, la trierarquía, devenida inútil como consecuencia de la retirada de Atenas de la escena internacional después de su derrota de 322 a. C.,[98]​ y la coregía, remplazada por una magistratura electiva, la «presidencia de los concursos» (agonothésia), cuya financiación era asumida por el Estado.[99]

Están disponibles numerosos decretos honoríficos en honor de los agonothetas, que muestran las sumas invertidas voluntariamente por estos para completar las que se hacía cargo la ciudad, y que sobrepasaban largamente el coste de la antigua coregía. Así, en 284/3 a. C., el agonotheta elegido, el poeta Filípides, renunció a que la ciudad le reembolsara las sumas que había adelantado.[100]​ De la misma manera, algunas magistraturas antiguas se veían cada vez más a menudo financiadas por su titular: en Atenas, los sacerdotes proporcionaban generalmente las víctimas de los sacrificios, y si el cosmeta continuaba como supervisor de la efebía en la época helenística, era porque financiaba con su propio dinero lo esencial de los sacrificios, los premios de los concursos, y el mantenimiento corriente del material y de los edificios. Aunque ningún texto mencione al titular de la función, este debía asumir personalmente el coste financiero de su cargo;[98]​ las inscripciones publicadas anualmente en su honor mostraban que velaba por la autofinanciación de la institución, aunque algunas subrayaban que la ciudad no desembolsaba nada.

Se pasó gradualmente de un funcionamiento próximo al evergetismo, apropiado, como escribió Aristóteles, para «salvaguardar las oligarquías»: «para las magistraturas más importantes [...], hay que dedicarles gastos públicos, para que el pueblo acepte no participar y tengan indulgencia con los magistrados por el hecho de que debían pagar sus magistraturas con una suma importante».[101]​ Esto fue porque «si llegaba el caso del establecimiento, los magistrados deberían hacer magníficos sacrificios, y construir algunos monumentos públicos; el pueblo, que tomaría parte en los banquetes y en las fiestas, y vería la ciudad espléndidamente decorada con templos y edificios, desearía el mantenimiento de su constitución; lo cual supondría para los ricos soberbios testimonios de los gastos que habrían hecho».[101]

Por tanto, hasta mediados del siglo II a. C., este evergetismo griego no corresponde con la definición dada por Paul Veyne. Como lo demuestra Philippe Gauthier,[102]​ se trataba de un evergetismo que se cumplía a menudo «exclusivamente en un marco oficial cívico (magistratura y misión oficial)».[103]​ Además, en el siglo IV a. C. y sin duda en la alta época helenística, la ciudad no creó para sus benefactores (evergetas) un estatus distinto, superior al de otros ciudadanos: se reconocía la «calidad» y no el «título» de benefactor. La ciudad agradecía así «que se pusieran a su servicio, como cualquier ciudadano, pero ayudando con medios superiores».[104]​ De la misma manera que las contribuciones voluntarias (epidoseis) permitían que todos, proporcionalmente a sus ingresos, manifestaran su compromiso con la ciudad con una donación de varios talentos o de únicamente algunos óbolos.

El evergetismo, que se desarrolló a costa de un sistema litúrgico «del que era a la vez continuación y negación»,[104]​ permitió a la ciudad orientar a su servicio los gastos de sus miembros más ricos, poniendo mayor énfasis antes en los honores oficiales que en los que les correspondían en agradecimiento. Esto último pudo lograr, que cada vez que fuera necesario, la financiación estuviera asegurada para las necesidades más urgentes, sin incurrir en gastos innecesarios y sin dar la sensación de obligatoriedad a los miembros de la élite, que conservaban la posibilidad de reservar sus riquezas para su uso personal.

La desaparición gradual de la liturgia, como tal, fue evidente en el cambio de vocabulario en la época helenística: el nombre leitourgia —y el verbo leitourgein— pierden su significado estricto de «gasto impuesto por la ciudad» para designar «cualquier gasto de interés público»,[98]​ y comprendía paralelamente una carga pública (magistratura o sacerdocio). Esta dilución insensible del sistema litúrgico en un sistema evergético parcial no sería consumada hasta la baja época helenística. La financiación de las polies puede ser comparada con la que estuvo en vigor durante el Imperio romano, evergetismo integral analizado por Paul Veyne en su obra Le pain et le cirque.[105]

Véase también

Notas

  1. La inscripción se hacía al nivel del demo.
  2. Los cargos de liturgos se transmitían frecuentemente de padres a hijos, como se señala en varios discursos de Iseo: Sobre la sucesión de Nicóstrato 27, Sobre la sucesión de Diceógenes 41, Sobre la sucesión de Apolodoro 35-40
  3. La ley de Periandro fue derogada en la víspera de la Batalla de Queronea, a propuesta de Demóstenes, habida cuenta de que el sistema de las sinmorías beneficiaba a los más ricos y era una pesada carga para los contribuyentes más modestos. Mossé, Claude (1975). Le monde grec et l'orient, tome II: le IVe siècle et l'époque hellénistique, París: PUF, p. 143.
  4. Para mostrar hasta qué punto los ricos soportaban numerosas cargas fiscales sobre sus fortunas, si no en valor relativo, al menos en valor absoluto, Jenofonte en su Económico (II, 2-6) hace defender a Sócrates la paradoja según la cual, a pesar de su aparente pobreza, viviría más tranquilo que el rico Critóbulo, abrumado con las obligaciones que su fortuna le imponía con respecto a sus conciudadanos.
  5. El común de los mortales, por oposición a los especialistas. Cf. la definición en francés en el Wiktionary de dicho idioma
  6. «Desfasada sólo en parte, porque, insistimos, numerosos ejemplos muestran que los liturgos continuaron al mismo tiempo exhibiendo sus liturgias sin complejos». Ouhlen, p. 337.
  7. Como se desprende de la prohibición hecha a las mujeres, a iniciativa de Licurgo, de ir a Eleusis en carro «para no humillar a las mujeres del pueblo». Pseudo Plutarco, 840a, y, más tarde, en 317 a. C., las leyes suntuarias de Demetrio de Falero: limitación del número de participantes a los banquetes, de los adornos femeninos, de la ostentación funeraria. Ouhlen, p. 337

Referencias

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  2. Austin, Michel y Pierre Vidal-Naquet (2007). Économies et sociétés en Grèce ancienne, Armand Colin, p. 347
  3. Christ, 1990, p. 148
  4. Baslez (dir.), 2007, p. 341-342
  5. Davies, 1967, p. 33
  6. Demóstenes XX = Contra Leptines 21 y escolio de Patmos; Demóstenes XXI = Contra Midias 156 y Ateneo, Banquete de los eruditos V.185c
  7. Lisias XXI = 'Defensa de un anónimo 5.
  8. Andócides, I = Sobre los Misterios 132
  9. (ἐγκύκλιοι, enkúklioi); Demóstenes XX = Contra Leptines Contra Leptines21
  10. Worley, L.J. (1994). Hippeis. The Cavalry of Ancient Greece, Westview, p. 63-74
  11. Davies, 1967, p. 33-34
  12. Davies, 1967, p. 37
  13. Davies, 1967, p. 36-37
  14. Davies, 1967, p. 34-35
  15. Davies, 1967, p. 40
  16. Christ, 1990, p. 149
  17. Aristóteles, Constitución de los atenienses lvi.2
  18. Aristóteles, Constitución de los atenienses, lvii.1
  19. Demóstenes, XXXIX = Contra Beotos 7.
  20. Demóstenes XX = Contra Leptines, 20
  21. Whitehead, D. (1977). The Ideology of the Athenian Metic, Cambridge, pp. 80-82.
  22. Ouhlen, p. 326
  23. Brun, Patrice (1983). "Eisphora, syntaxis, stratiotika: recherches sur les finances militaires d'Athènes au siecle IV av. J.-C." Belles Lettres/Annales littéraires de l'université de Besançon, Besanzón, p. 18. Consultado el 26 de mayo de 2010
  24. Ouhlen, p. 325
  25. Su número por lo demás podía evolucionar en función de las necesidades de financiación de la ciudad. Baslez (dir.), 2007, p. 344
  26. Parece que estos «Trescientos» liturgos disponían, en general, de fortunas netamente más elevadas que los otros 900 y asumían de hecho los cargos más pesados. Ouhlen, p. 328-329
  27. Christ, 1990, p. 150
  28. Ouhlen, p. 328-329
  29. Ouhlen, p. 324
  30. Baslez (dir.), 2007, p. 346
  31. Inscriptiones Graecae I² 417.
  32. Davies, 1967, p. 39
  33. Davies, 1981, p. 9
  34. Lisias, XXI = Defensa de un anónimo 2.
  35. Demóstenes, XXI = Contra Midias (155).
  36. Demóstenes, XXI = Contra Midias 154, Demóstenes, XLVII = Contra Evergo y Mnesibulo' 22.
  37. Hansen, Mogens Herman (1993). La démocratie athénienne à l'époque de Démosthène, Les Belles Lettres, p. 143.
  38. Demóstenes, L = Contra Policles 9.
  39. Demóstenes, L = Contra Policles 7, 13, 23.
  40. Lisias, XIX = Sobre los bienes de Aristófanes, XIX.9. Extracto de la traducción de Louis Gernet y Marcel Bizos.
  41. Lisias, XXXII = Contra Diogiton 2)
  42. Demóstenes, XXI = Contra Midias 154; Aristóteles, Retórica, 1399a. Los menores quedaban sujetos a la eisphora, Christ, 2006, p. 151
  43. Demóstenes, XX = Contra Leptines 27.
  44. Demóstenes, XI = Contra Fenipo Démosthène, Plaidoyer Civils XI. Plaidoyer contre Phénippe 16 (en francés).
  45. Demóstenes, XX = Contra Leptines 26. La ley de Leptines buscaba precisamente eliminar esta exención.
  46. Demóstenes, L = Contra Policles Démosthène, Plaidoyers Civils XXX. Apollodore contre Polyclès 9 (en francés).
  47. Demóstenes, XX = Contra Leptines 8.
  48. Iseo, VII = Contra Apolodoro 38.
  49. Rhodes, P.J. (1982). "Problems in Athenian eisphora an liturgies", AJAH 7: 4-5.
  50. Lisias, XXI = Defensa de un anónimo 1-5.
  51. Davies (1971), pp. 592-593.
  52. Ouhlen, p. 324.
  53. Christ, 1990, p. 164
  54. Christ, 1990, p. 161
  55. Aristóteles, Constitución de los atenienses 52.3.
  56. Sugerencia inicial de Dittenberger, retomada sobre todo por Louis Gernet, referencia en el Contra Fenipo (discurso XLII) en el tomo II (XXXIX-XLVIII) de los Plaidoyers civils (Litigantes civiles) de Demóstenes, Collection des Universités de France, p. 74-75.
  57. Bresson, Alain (2007). L'économie de la Grèce des cités, tome I: les structures et la production. París: Armand Colin, p. 152.
  58. Demóstenes, XLII = Contra Fenipo 19.
  59. Mossé, Claude (1962). La Fin de la démocratie athénienne, PUF, p. 153, n. 6.
  60. Christ, 1990, p. 163
  61. «Jenofonte, op. cit.vii.3» (en francés). Consultado el 2 de abril de 2017. 
  62. Hansen, p. 142.
  63. Christ, 1990, p. 158
  64. Christ, 1990, p. 159
  65. Lisias, XXII = Contra los mercaderes de leche 13.
  66. Whitehead, David (1977). The Ideology of the Athenian Metic, Cambridge, p. 78.
  67. Lisias, XX = Discurso de defensa en favor de Polístrato por subversión de la democracia 23.
  68. Demóstenes, XIV = Sobre las sinmorías 25-28.
  69. Lisias, XVIII = Sobre la confiscación de los bienes del hermano de Nicias 7.
  70. Demóstenes XXI = Contra Midias 13 (en francés).
  71. Lisias, XXI = Discurso de defensa por venalidad. Anónimo 5. Cf. Calvo Martínez, José Luis (1995). «Lisias. Discursos. Tomo II». Madrid: Gredos. p. 121. ISBN 978-84-249-1695-6. 
  72. Calvo Martínez, José Luis (1995). «Lisias. Discursos. Tomo II». Madrid: Gredos. pp. 123-124. ISBN 978-84-249-1695-6. 
  73. Queyrel, p. 167.
  74. Gernet, Louis. "Les nobles dans la Grèce antique. En: Droit et institutions en Grèce antique. París: Flammarion, collection «Champs», p. 224.
  75. Ouhlen, p. 335.
  76. Queyrel, p.169.
  77. Bertrand, Jean-Marie (2005). "Liturgie (Grèce)". En: Jean Leclant (dir.), Dictionnaire de l'Antiquité, PUF.
  78. Baslez (dir.), 2007, p. 347
  79. Lisias, XIX = Sobre los bienes de Aristófanes 58.
  80. Ouhlen, p.349.
  81. Aristóteles, Constitución de los atenienses XXXVII: 3-4, Plutarco, Pericles IX: 2-3.
  82. Pébarthe, Christophe (2008). Monnaie et marché à l'époque classique, Belin, p. 209.
  83. Queyrel, Anne, p. 177.
  84. Queyrel, Anne. pp. 177-178.
  85. Aristófanes, Las ranas 1065-1066; traducción de Victor-Henry Debidour ligeramente modificada.
  86. Lisias, XXIX = Contra Filócrates 4.
  87. Christ, 1990, p. 156
  88. Christ, 1990, p. 151
  89. Isócrates, Sobre la paz 128.
  90. Ouhlen, p. 336.
  91. Teofrasto, Caracteres XXXVI.6
  92. Ouhlen, p. 336. Cf. Demóstenes 47 = Contra Evergos y Mnesíbolo 54
  93. Baslez (dir.), 2007, p. 348
  94. Demóstenes, L = Contra Policles.
  95. Isócrates, Sobre el intercambio 5-6.
  96. Lisias, VII = Acusación contra los socios 31-32.
  97. Ouhlen, p. 337.
  98. Baslez (dir.), 2007, p. 350
  99. Habicht, Christian (2000). "Athènes hellénistique", Belles Lettres, p. 75.
  100. Habicht, Christian (2000). "Athènes hellénistique", Belles Lettres, p. 155.
  101. Aristóteles, Política VI.7.6.
  102. Gauthier, Philippe (1985). Les cités grecques et leurs bienfaiteurs, Athènes-Paris, 1985 (BCH, Suppl. XII)
  103. Ouhlen, p. 338
  104. Ouhlen, p. 339
  105. Veyne, Paul (1974). Le pain et le cirque: sociologie historique d'un pluralisme politique. París: Seuil.

Bibliografía utilizada

  • Baslez, Marie-Françoise (dir.) (2007). «Économies et sociétés - Grèce ancienne 478-88». París: Atlande (en francés). ISBN 978-2-35030-051-1. 
  • Matthew R., Christ (1990). «Liturgy Avoidance and Antidosis in Classical Athens». Transactions of the American Philological Association (en inglés) 120: 147-169. 
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Bibliografía complementaria

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  • Davies, John Kenyon. (1971). Athenian Propertied Families, 600-300 B.C. Oxford: Oxford University Press, ISBN 0-19-814273-0.
  •   Datos: Q1816377

liturgia, antigua, grecia, liturgia, griego, antiguo, λειτουργία, leitourgía, λαός, laós, pueblo, raíz, ἐργο, ergo, hacer, cumplir, antigua, grecia, servicio, público, obligatorio, para, ciudadanos, metecos, más, ricos, consistía, gestionar, financiar, recurso. La liturgia del griego antiguo leitoyrgia leitourgia de laos laos el pueblo y de la raiz ἐrgo ergo hacer cumplir 1 en la Antigua Grecia era un servicio publico obligatorio para los ciudadanos o metecos mas ricos Consistia en gestionar y financiar con recursos propios algunos cargos publicos el de gimnasiarca intendente del gimnasio el de corego pago a los miembros del coro del teatro o el del trierarca construccion y mantenimiento de un trirreme Habia dos clases liturgicas oficiales los Mil Doscientos y el grupo restringido de los Trescientos El arconte eponimo designaba entre ellos al que seria obligado a una liturgia Decreto honorifico del demo de Aixone que conmemora a dos coregos Auteas y Filoxenides 312 313 a C Museo Epigrafico de Atenas Una liturgia representaba una carga financiera importante Por esta razon era frecuente que los ricos intentaran escapar de ella La antidosis en griego antiguo ἁntidosis intercambio era uno de los medios El liturgo tenia la posibilidad de denunciar a otro ciudadano que juzgara mas rico que el quien tenia la opcion de aceptar la liturgia o poner en marcha un proceso Al termino de este ultimo el perdedor debia o bien asumir la liturgia o bien aceptar un intercambio de fortunas Demostenes describe una antidosis en el Contra Fenipo mientras que el celebre discurso Sobre el intercambio de Isocrates fue compuesto con ocasion de uno de ellos La liturgia estaba legitimada por la idea de que la riqueza personal no se poseia mas que por delegacion de la ciudad 2 Vease a Socrates con el rico Critobulo en el Economico de Jenofonte Ademas veo que la ciudad te ha impuesto ya grandes contribuciones el mantenimiento de un caballo la coregia la gimnasiarquia y la aceptacion de presidencias en caso de declararse una guerra estoy seguro de que te impondrian los gastos de una trierarquia y unos gravamenes tan grandes que no podrias soportarlos facilmente Y en caso de que parezca que has quedado por debajo de las expectativas de los atenienses no te impondrian un castigo menor que si te hubieran sorprendido robandoles su dineroJenofonte op cit ii 6 El sistema liturgico se remonta a los primeros tiempos de la democracia ateniense y cayo progresivamente en desuso a finales del siglo IV a C 3 y en la epoca helenistica frente al desarrollo del evergetismo Indice 1 Principio y tipologia 2 Coste y funcionamiento 2 1 Liturgo modo de designacion 2 2 Asumir una liturgia peso financiero 2 3 Librarse de una liturgia 2 3 1 Exenciones 2 3 2 Antidosis 2 3 3 Disimulacion 3 Exito y limite de las liturgias 3 1 Una restriccion solicitada 3 2 Un sistema de financiacion de la vida publica cuestionado 3 2 1 Reticencias de los liturgos en el siglo IV a C 3 2 1 1 Una carga cada vez mayor y menos gratificante 3 2 1 2 Dilucion del gasto y estrategias de evitacion 3 2 1 3 Voluntad suntuaria y preocupacion por el bien publico 3 2 2 Desarrollo del evergetismo en le epoca helenistica 4 Vease tambien 5 Notas 6 Referencias 7 Bibliografia utilizada 7 1 Bibliografia complementariaPrincipio y tipologia EditarLa liturgia era uno de los modos de financiacion privilegiada de la polis griega en la medida en que permitia que cada gasto publico se correspondiese con un ingreso facilmente accesible Esta flexibilidad permitia que fuera especialmente adecuado para la imprevision presupuestaria de la epoca De esta manera se explica el caracter extendido de su uso incluso en las polis no democraticas como por ejemplo Rodas sin embargo no se ha constatado ninguna uniformidad estricta en las modalidades especificas de estas liturgias ni en el espacio geografico de una polis a otra ni en el hilo del tiempo segun la epoca y las circunstancias mas o menos dificiles a las que se enfrentaban las polis griegas 4 La arreforia una de las liturgias civiles bloque V del friso este del Partenon Las liturgias se pueden clasificar en dos grandes categorias 5 Asi las liturgias civiles o agonisticas relacionadas con los concursos deportivos y religiosos eran destinadas por un lado a la gimnasiarquia gymnasiarxia en griego antiguo es decir a la gestion y financiacion del gimnasio y por otro a la coregia xorhgia o el entrenamiento de los miembros del coro en el teatro para los concursos tragicos comicos o ditirambicos Ademas existieron otras muchas liturgias menores como la hestiasis ἑstiasis que consistia en financiar el banquete publico de la tribu a la que se pertenecia 6 la arquiteoria ἀrxi8ewria que se encargaba de conducir las delegaciones sagradas a los cuatro juegos panhelenicos 7 8 la arreforia ἀrrhforia destinada a cubrir los gastos de las arreforas de la alta sociedad ateniense que en numero de cuatro en las Panateneas aportaban el peplo de Atenea le ofrecian pasteles y le consagraban las blancas ropas adornadas con oro que le llevaban etc 7 La creatividad era grande en materia de liturgias y con el empirismo que caracterizaba su postura en la materia las ciudades eran capaces de crear nuevas liturgias en funcion de sus necesidades o de suprimirlas temporal o definitivamente 4 Todas estas liturgias se inscribian en el marco de una fiesta religiosa 5 y eran recurrentes 9 Por el contrario solo se recurria a las liturgias militares en caso de necesidad La principal liturgia militar era la trieraquia que consistia en el equipamiento y mantenimiento de un trirreme y de su tripulacion durante un ano Ademas el trierarca debia asumir el mando del barco bajo las ordenes de los estrategos salvo que eligiese a cambio de una remuneracion confiarlo a un especialista en cuyo caso su cargo devenia en puramente financiero o economico La proeisphora mas tardia consistia en que un grupo fiscal sinmoria asumia la carga de la eisphora una contribucion excepcional recaudada a los ricos para subvenir los gastos de las guerras Se ha propuesto anadir a estos liturgos la hipotrofia ἱppotrofia es decir el mantenimiento de la caballeria ateniense liturgia posterior a la epoca de las Guerras Medicas aunque no se puede precisar que esta liturgia existiese 10 En 355 354 a C Demostenes estimo en una sesentena el numero de liturgias civiles anuales en Atenas 9 La cifra esta muy infravalorada Las Dionisias exigian solo para ellas de 23 a 32 coregos segun la epoca 11 a los que les ayudaban diez hestiatores Las Panateneas requerian al menos 19 liturgos por ano 12 contra los 30 o 40 segun el recuento para las Grandes Panateneas que tenian lugar cada cuatro anos 13 Las Leneas precisaban cinco coregos anuales y las Targelias diez 14 Los liturgos tambien eran requeridos para otras fiestas religiosas a las que habia que sumar los teoros para los Juegos Panhelenicos y el oraculo de Delfos Un calculo prudente se ubicaria alrededor de los 97 liturgos civiles anuales en Atenas y al menos 118 durante los anos en que se celebraban las Grandes Panateneas 15 Coste y funcionamiento EditarLiturgo modo de designacion Editar Demostenes fue liturgo repetidas veces y es una de las fuentes principales sobre la liturgia Museo del Louvre El liturgo leitoyrgos leitourgos es decir la persona encargada de una liturgia era designado por los magistrados Estos comenzaban por pedir voluntarios despues nombraban a quienes les parecian ser mas idoneos para asumir el cargo 16 En la Atenas de la epoca de Aristoteles correspondia al arconte eponimo designar a los coregos para las festividades religiosas 17 con excepcion del certamen de la comedia de las Leneas cuya competencia correspondia al arconte rey 18 Los trierarcas eran elegidos por el estratego encargado de las sinmoria Los hestiatores dedicados a organizar la comida comun de su tribu eran nombrados por aquel 19 Fuera de la trierarquia los metecos contribuian en la misma medida que los ciudadanos aunque su participacion fuera relativamente marginal 20 21 La eleccion de los liturgos se fundaba en la estimacion de la fortuna de cada uno de ellos de forma conjunta aunque no formal por la ciudad y los liturgos Parece que existio un censo liturgico con un umbral fijado correspondiente a la fortuna declarada oficialmente por el liturgo mas alla del cual todo individuo estaba obligado a asumir una liturgia Inversamente los ciudadanos con fortunas relativamente modestas podian encargarse de algunas liturgias poco onerosas De hecho el establecimiento de un umbral habria transformado en obligacion a un gasto del que debia encargarse el liturgo por su propia iniciativa sin competer a nivel practico a la ciudad las dificultades que tal gasto le habria entranado en valor absoluto en caso de empobrecimiento generalizado de sus miembros individualizados 22 A pesar de ello los gastos informales a los que un individuo no podia sustraerse eran regularmente contemplados en los alegatos judiciales era tan evidente que en la Atenas del siglo IV a C un patrimonio de diez talentos convertia necesariamente a su titular en un miembro de la clase liturgica 23 Por ello parece ser que un ciudadano que dispusiera de una fortuna de tres talentos de un dia para otro pasara ya a formar parte de esta clase 22 Ocurrio incluso que los individuos menos ricos se hicieron cargo de las liturgias poco costosas para beneficiarse del prestigio que tal funcion les aseguraba la ideologia del gasto megaloprepeia y de la ambicion philotimia que animaba el ideal liturgico de ocuparse a fondo se hallaba en las estrategias individuales que permitian a cada uno en funcion de sus disponibilidades financieras y de sus prioridades sociales tomar el cargo de manera mas o menos brillante de las liturgias mas o menos onerosas 24 De hecho el nivel de fortuna de la parte recaudada del capital de cada uno era muy variable 25 como los efectivos de esta clase liturgica socialmente poco homogenea Estos ultimos pueden estimarse en la Atenas clasica en una cifra de 300 26 y 1200 individuos 27 e incluso 1500 o hasta 2000 si se tiene en cuenta la necesidad de no confundir el numero de personas necesarias para el funcionamiento del sistema y el contingente de aquellos que asumian efectivamente las liturgias el numero de individuos concernidos en el transcurso de su vida era necesariamente superior al numero total de liturgias por el hecho de las exenciones provisionales y de la dimension agonistica del sistema liturgico 28 Debido a las variaciones de fortuna relacionadas con la vida economica o con la division hereditaria de los patrimonios de los individuos esta clase liturgica no puede ser considerada como un grupo cerrado 28 se renovaba permanentemente aunque marginalmente por la adicion de nuevos ricos y el descenso social de algunas familias que la componian El caracter empirico del modo de designacion de los liturgos fundado en cierto consenso social integrado por los propios ricos se apoyaba en una ideologia agonistica y suntuaria de origen aristocratico desarrollada en la Epoca Arcaica y mantenido en su beneficio por la ciudad democratica los liturgos lejos de ser meros engranajes pasivos en una estructura administrativa que les obligaba a pagar son actores de un sistema que opera en su beneficio 24 En concreto el sistema reposaba esencialmente en la voluntariedad y en la reproduccion social la mayor parte de los atenienses estaba inscrito en la lista de los trierarcas nota 1 ya sea que lo hubieran sido antes o que fueran descendientes de antiguos trierarcas nota 2 tradicion que implicaba una relativa estabilidad del grupo de trierarcas 22 Para las liturgias civiles sobre todo para la coregia no parece que existiese una lista equivalente los mas ricos la asumian voluntariamente 29 bajo la presion de la mirada del resto de ciudadanos y de conformidad con las estrategias individuales trazadas para adquirir un reconocimiento social acorde con sus fortunas Por otra parte su libertad era a menudo limitada a los ciudadanos o a los ricos metecos que sentian la tentacion de ocultar sus activos para escapar a su cargo la amenaza de una demanda de intercambio de fortunas antidosis les disuadia asi como y mas fundamentalmente la fuerte presion social y la imagen detestable que tal reticencia de contribuir al bien publico les aseguraba su polis Asumir una liturgia peso financiero Editar Equipamiento de un trirreme la mas costosa de las trierarquias relieve Lenormant hacia 410 400 a C Museo de la Acropolis de Atenas Si la obligacion de la asuncion del cargo estaba reservada a los mas ricos el coste de cada una variaba considerablemente en funcion de su contenido y del fasto que le quisiera proporcionar el liturgo 30 La menos costosa era la eutaxia eὐta3ia en griego antiguo conocida por una unica mencion 31 la cual no representaba mas que cincuenta dracmas Se ignora su naturaleza aunque es probable que concerniera a las festividades Anfiareas de Oropo 32 y quizas no duraba mucho tiempo 33 Un coro ditirambico en las Panateneas costaba 300 dracmas 34 En cambio la inversion de un corego en las Dionisias podia representar hasta 3000 dracmas 3 o contando la consagracion del tripode 5000 dracmas 34 El gasto era aun mas importante para la trierarquia aunque podia variar segun la generosidad del trierarca por un lado y por otro lado por la duracion de la campana militar y del estado inicial del buque confiado 29 La suma invertida que podia oscilar entre 2000 y 3000 dracmas se establecia a menudo proxima a la cifra de 4000 a 6000 dracmas 3 un pleiteador defendido por Lisias declaro haber desembolsado seis talentos en siete anos de trierarquia 34 mientras que Demostenes menciona que un talento eran los gastos de los trierarcas en el desempeno de su liturgia 35 La onerosidad de esta liturgia explica la aparicion de la sintrierarquia que permitio repartir la carga financiera entre dos personas 36 y en el ano 357 a C la aplicacion en Atenas por parte de Periandro de 20 sinmorias de 60 contribuyentes con lo cual se amplio de 300 a 1200 individuos sujetos a la trierarquia con el objetivo de disminuir el peso economico a los trierarcas nota 3 A pesar de que tal ampliacion fue relativa represento solamente el 2 5 del conjunto de la poblacion masculina ateniense fue tanto mas necesaria cuanto que con la reforma de la eisphora en 378 377 a C se impuso una nueva liturgia la proeisphora proveida por los mas ricos de los atenienses quienes debian anticipar la suma asignada al grupo de ciudadanos sinmoria unidos a ella por otra parte ellos mismos debian encargarse de recaudar el reembolso de la parte adeudada por los otros miembros de la sinmoria 37 lo que no era siempre posible 38 Dichas sumas eran cuantiosas incluso para los mas ricos nota 4 con una tasa de rendimiento de la tierra del 8 los liturgos mas pobres quienes disponian de un patrimonio de diez talentos en 360 359 a C por ejemplo como en el caso de Demostenes veian la integridad de sus rentas absorbidas por una trierarquia 30 De ahi el uso rutinario de los prestamos para pagar las liturgias de las que eran deudores 39 En un discurso de Lisias un litigante declara mi padre a lo largo de toda su vida ha gastado mas para la ciudad que para si mismo y para su familia el doble de lo que ahora tenemos como el calculo a menudo delante de mi 40 A titulo de comparacion la liturgia menos costosa un coregia de las Panateneas representaba casi un ano de salario de un obrero cualificado del siglo V a C y las mas costosas ascendian a mas del triple del censo hoplitico es decir el umbral a partir del cual un ciudadano ateniense debia servir como hoplita en la falange 33 Librarse de una liturgia Editar Exenciones Editar Servir en la caballeria podia ser un motivo de exencion copa de Eufronio Staatliche Antikensammlungen de Munich Las exenciones skhpseis skếpseis eran posibles Beneficiaban a los huerfanos 41 a las epicleras a los menores de edad 42 y en general a quienes no alcanzaran y atestiguaran la edad requerida por ejemplo para un coreuta la edad minima era 40 anos 17 a los arcontes en ejercicio al menos para la trierarquia 43 a los clerucos 44 o incluso a los invalidos 3 Ademas los ciudadanos o los metecos podian acceder a una exencion de impuestos y cargas ἀteleia ateleia en griego antiguo por los servicios prestados a la ciudad 43 sin embargo tal exencion no se aplicaba ni a las trierarquias ni a las contribuciones para la guerra proeisphora 45 Aquellos que eran o habian sido liturgos gozaban tambien de exenciones temporales Asi por ejemplo no se podia obligar a dos liturgias al mismo tiempo 46 tampoco se podia obligar a asumir dos veces seguidas la misma liturgia civil 17 Por otra parte la liturgia de una fiesta religiosa no podia ser impuesta el siguiente ano 47 y un trierarca tenia derecho a un respiro de dos anos 48 Es posible que los ciudadanos que servian en la caballeria ateniense estuvieran exentos de la trierarquia 49 Tales exenciones legales permitian a un ateniense rico librarse de una liturgia pero no estaban obligados a estas un voluntario podia cumplir todas aquellas que deseara Un litigante anonimo defendido por Lisias dice haber sido corego tres anos consecutivos y trierarca durante siete Enumera otras liturgias asumidas durante este periodo indicando que el tambien asumio paralelamente varias lo que le condujo a gastar doce talentos en ocho anos es decir un talento por ano 50 No obstante era extrano que los ciudadanos renunciaran a una exencion y el catalogo del litigante anonimo parece dudoso a algunos historiadores 51 o excepcional 52 Antidosis Editar La antidosis en griego antiguo ἁntidosis intercambio permuta cuya principal fuente es el Contra Fenipo de Demostenes 53 era otra escapatoria El liturgo tenia la posibilidad de nombrar a otro ciudadano que juzgara mas rico que el el cual podia o bien aceptar la liturgia aceptar un intercambio de fortunas o incoar un proceso judicial 54 En este ultimo caso un jurado popular debia decidir quien era el mas rico de los dos y por tanto quien deberia asumir la liturgia Para el caso de las trierarquias los atenienses se preocupaban de que el problema se resolviera rapidamente el proceso debia llevarse a cabo entonces en el espacio de un mes 55 Dada la singularidad del proceso los historiadores han puesto en duda la realidad del intercambio de bienes y sugieren que el cambio versaba realmente sobre la propia liturgia 56 57 mientras que otros estiman que esto contradice el texto del Contra Fenipo donde el intercambio de bienes es explicitamente evocado por el litigante He enviado una citacion a Fenipo y la renuevo jueces le he donado todos mis bienes y abandonado toda mi fortuna incluidas las propiedades mineras si me reservo un unico dominio franco y libre tal y como fue la primera vez que le di alli con testigos y le entregue en el mismo acto maiz vinos y frutas que el retiro despues de romper los sellos de las puertas 58 Sin embargo es posible que el sellado se utilizara exclusivamente para evaluar las fortunas respectivas 59 Parece que la antidosis no fue un hecho raro 60 como testimonia una broma de Iscomaco el rico protagonista del Economico de Jenofonte Cuando Socrates le pregunta que hace para que le llamen prohombre kalὸs kἀga8ὸs kalos kagathos responde si se trata de un intercambio antidosis para una carga de trearca o de corego no es al hombre de bien al que buscan 61 sin embargo se conocen numerosos ejemplos donde tales asuntos fueron a litigio el discurso para un proceso de antidosis formaba parte del repertorio estandar de los logografos redactores profesionales de discursos judiciales 53 aunque no se dispone de ningun caso de intercambio efectivamente realizado 62 Disimulacion Editar El medio mas simple para evitar la carga de las liturgias consistia en disimular la fortuna lo que era muy facil en Atenas las propiedades rusticas estaban muy fragmentadas y no existia un catastro que permitiera valorar el conjunto de las tierras de un individuo 63 Los bienes convertidos en liquido desaparecian aun mas facilmente de la vista publica debido a que su propietario los enterraba o los depositaba en el banco se habla asi de riqueza invisible ἀfanὴs oὐsia La ciudad pedia a cada individuo rico una estimacion de su propia fortuna timhma en el ambito de la eisphora pero aun asi esta carecia de fiabilidad 64 Los metecos estaban particularmente bien situados para infravalorar su fortuna 65 puesto que su fortuna era mobiliaria no estaban autorizados a poseer tierras en el Atica 66 La disimulacion parece haber estado extendida hasta el punto de que un cliente de Lisias se jactaba de que su padre nunca habia tenido que recurrir a ella aunque le era posible convertir su patrimonio en invisible prefirio que vosotros lo supierais para que en el caso de ser mal ciudadano no le fuera posible sino que aportara las contribuciones y desempenara las liturgias 67 Segun Demostenes los ricos disimulaban habitualmente su fortuna y no la revelaban en publico excepto cuando la guerra amenazaba sus personas o sus bienes 68 La acusacion de evasion de las cargas publicas era un clasico de los discursos judiciales los litigantes jugaban claramente con el prejuicio del jurado segun el cual todos los ricos preferian de poder hacerlo evitar pagar 64 Exito y limite de las liturgias EditarUna restriccion solicitada Editar A pesar de la carga financiera que representaban las liturgias sus titulares las llevaban a cabo a menudo de manera voluntaria Era una empresa de la que todo ciudadano se enorgullecia si estaba politicamente comprometido de la que se prevalia ante su auditorio sobre todo si era acusado en un proceso politico 62 Las inscripciones honorificas disponibles muestran que regularmente algunos ciudadanos o ricos metecos aceptaron las liturgias con entusiasmo 69 prestandose voluntarios ἐ8elonths como Demostenes en 349 a C 70 para garantizar las liturgias mas onerosas de las cuales habrian podido escapar Los liturgos podian sobresalir invirtiendo sumas muy superiores al minimo estricto Asi en un discurso de Lisias el litigante enumera las liturgias a las que se habia sometido y lo resalta no hubiera gastado ni una cuarta parte si hubiera querido atenerme a las liturgias prescritas en la ley 71 Ese mismo litigante anade un poco mas adelante tal es el talante que yo ofrezco al Estado que en mi vida privada soy ahorrador pero que me complace desempenar liturgias en beneficio publico y no me pavoneo de lo que me sobra sino de lo que gasto con vosotros 72 Si bien teniendo en cuenta la parte de exageracion destinada a engatusar al jurado no hay que dudar de la sinceridad de esta declaracion Esta era una opinion compartida por la mayoria de los liturgos una vision que reflejaba la posicion social y el prestigio en proporcion a los esfuerzos financieros efectuados que las liturgias conferian a los que cumplian con ellas en la medida en que estas les daban la satisfaccion de ser asumidas en su propio nombre con las consecuencias de todo tipo derivados de un acto destinado a los demas y cuyo autor esta identificado claramente 73 La asuncion de una liturgia es un don aristocratico consistente y que puede considerarse como una supervivencia de la moral noble en la ciudad democratica 74 En concreto se establecia un contrato tacito mutuamente beneficioso entre la ciudad y sus miembros mas ricos el sistema liturgico mientras reconocio un lugar prominente para los ricos un lugar prominente cortaba las formas de patrocinio individual y situaba in fine a la ciudad beneficiaria en posicion de autoridad 75 El alto grado de libertad otorgado a los liturgos era en este caso decisivo se les asignaba una tarea una meta dejandoles la facultad discrecional para determinar el monto a ingresar con el fin de conseguirla El deseo de este ultimo para cumplir con el ideal agonistico que se le reclamaba era asi utilizado en beneficio de la polis ningun limite superior o inferior es fijado pues la mentalidad agonistica heredada de la aristocracia arcaica 76 bastaba para asegurar una cierta emulacion entre liturgos en el desarrollo del bien comun emulacion que alimentaba la polis al honrar a los mas generosos A la liberalidad del gasto filotimia philotimia respondia el reconocimiento xaris charis de la ciudad los liturgos mas prodigos eran gratificados con inscripciones honorificas o con coronas de plata cuyo caracter relativamente modico no restaba el prestigio que aseguraban a sus beneficiarios Por ejemplo en Atenas los trierarcas a menudo se preocupaban por obtener una de las coronas de oro de 500 300 y 200 dracmas destinadas a los tres primeros de ellos que condujeran su barco al muelle Incluso el corego aunque el autor dramatico financiara el coro que ganaba el concurso compartia con el la gloria de su victoria 77 recibia un premio y podia erigir para la ocasion un monumento conmemorativo como fue el caso del joven Pericles con ocasion de la victoria de Los persas de Esquilo en 472 a C La coregia era una liturgia mas apreciada que la trierarquia que era mas ingrata Habia que velar por pagar al coro a la vez que tomar la decision frente a un publico atento al fasto desplegado por cada corego 78 La liturgia constituia una oportunidad con sus bienes tanto para afirmar su compromiso con la ciudad como para reivindicar su lugar entre las personas de importancia 73 para hacerse valer en el plano politico y mantener su rango o al que se aspiraba en la ciudad ademas de consagrar su fortuna al bien publico con su dinero y su persona 79 el liturgo se distinguia del vulgum pecus nota 5 y obtenia del pueblo la confirmacion de la legitimidad de su posicion dominante 75 que hara fructificar sobre todo cuando sea parte de un juicio o en las elecciones para las magistraturas Asi los liturgos que agrupaban en el mejor de los casos al 10 de los ciudadanos atenienses en el siglo IV a C representaban un tercio de los politicos lo suficientemente significativos para que las fuentes contemporaneas los citasen Asimismo correspondian al tercio de atenienses que intervenian en esta epoca en la Ekklesia Asamblea para proponer decretos 80 Por su parte utilizando los mismos valores que sus elites la polis democratica les controlaba conseguia su adhesion a un proyecto comunitario y aseguraba su financiacion 75 Un sistema de financiacion de la vida publica cuestionado Editar Reticencias de los liturgos en el siglo IV a C Editar El principio liturgico fue bien aceptado en un primer momento ya que era mutuamente beneficioso para la ciudad y para los aristocratas ricos 27 pero fue puesto en entredicho cuando en el siglo V a C Pericles instituyo el misthos dieta concedida a los ciudadanos que servian en los tribunales publicos para reemplazar los lazos de clientelismo creados por la magnificencia con la que Cimon satisfacia sus liturgias 81 Consistia en una retribucion de alguna manera anonima para que el ciudadano ateniense cumpliera su papel liberandose de la deuda moral contraida ante los mas ricos 82 Una carga cada vez mayor y menos gratificante Editar Fue sobre todo la Guerra del Peloponeso y el aumento de los gastos militares los que socavaron la financiacion liturgica del gasto publico las trierarquias se multiplicaron pero los ricos intentaban cada vez mas escapar de estas Emergio la idea de que su fortuna no estaba destinada en primer lugar a servir a la polis sino a su bien personal incluso aunque este movimiento se hiciera discretamente insensiblemente sin que los ciudadanos ricos osaran reconocerlo de verdad 83 En 415 a C los ricos partidarios de Nicias hostiles como el a la Expedicion a Sicilia prefirieron no intervenir para no dar la sensacion de estar mas preocupados por su interes individual que el de la polis En 411 a C los mas ricos tenian menos escrupulos en defender sus intereses privados como cuando establecieron el regimen oligarquico de Los Cuatrocientos 84 En 405 a C uno de los personajes de Las ranas de Aristofanes comenta que no se considera rico para ser trierarca se viste con andrajos y se prodiga en lloriqueos soy indigente 85 La polis salio de la guerra empobrecida y con la carga de la deuda contraida por Los Treinta una vez mas busco la ayuda de los mas ricos pero el voluntariado tendio a convertirse en excepcional especialmente para la trierarquia un cliente de Lisias lo presenta incluso como un asunto turbio 86 87 Este ultimo ejemplo manifiesta el desarrollo de una cierta desconfianza con respecto al principio liturgico en la primera mitad del siglo IV a C tendencia reforzada por los esfuerzos militares y financieros efectuados durante la Guerra de Corinto 395 386 a C La Guerra Social 357 355 a C 88 igualmente costosa 89 marco el fin a mediados del siglo del sueno de un retorno al imperialismo ateniense y a los importantes ingresos que aseguraba a la polis Por tanto la necesidad del Estado ateniense para encontrar fuentes nuevas de financiacion solo fue posible mediante una mejor gestion de los bienes publicos politica seguida por Eubulo y despues por Licurgo pero tambien debido a una presion financiera sobre los mas ricos En cada etapa la imperiosa necesidad de financiacion de la polis tendio a transformar en obligacion lo que hasta entonces era considerado como una donacion libremente consentida por un individuo preocupado por demostrar su arete Las quejas que emanan de las fuentes tienen una innegable dimension ideologica y politica de hostilidad al demos Jenofonte Economico II 5 6 e Isocrates Sobre la paz 128 subrayan que las liturgias son un arma en manos de los pobres 90 Por tanto los liturgos menos afortunados aquellos cuyo estatus social estaba mas proximo al del ciudadano medio y prontos a denunciar la falta de civismo de los mas ricos precisamente aquellos que sin duda se inclinarian menos a ser hostiles con el caracter democratico del oligarca el reaccionario de los Caracteres de Teofrasto parecieron entonar Cuando cesaran de arruinarnos con liturgias y trierarquias 91 Frente a las exigencias financieras cada vez mas pesadas se veian en la obligacion de elegir entre la conservacion del patrimonio y la conformidad con los valores de la elite 92 Lo que es mas los aspectos simbolicos del funcionamiento liturgico sin desaparecer se atenuaban en provecho de su aspecto instrumental 75 De hecho lo esencial que achacaban las recriminaciones a las liturgias era que no aseguraban la valoracion social proeisphora sintrierarquia o las contribuciones directas sobre todo la eisphora incluso cuando la carga economica que representaban era menos gravosa que la de las liturgias clasicas 93 no permitia al liturgo hacer valer su excelencia El monumento coregico erigido por Lisicrates en 335 334 a C para conmemorar su primer premio Dilucion del gasto y estrategias de evitacion Editar La importancia de las reticencias se manifesto de diferentes maneras Asi las tentativas o proyectos de ampliacion del cuerpo de ciudadanos o de metecos sometidos a las liturgias Demostenes propuso en 354 a C establecer en 2000 el numero de trierarcas Algunos se tomaron su tiempo para asumir la funcion que se les habia asignado como por ejemplo Policles quien desatendio el barco que se le habia confiado obligando a su predecesor Apolodoro a prolongar su servicio durante varios meses 94 Otros solo pagaban el minimo estricto Isocrates explica que cumplio con su deber sin despilfarro ni negligencia 95 Un cliente de Lisias explica al jurado que no hay nada malo en la moderacion en el gasto 96 Algunos iniciaban procedimientos de permuta antidosis a pesar de que tales intentos de eludir sus obligaciones como liturgos ofrecia a sus adversarios la oportunidad de desacreditarlos en un eventual juicio futuro Por ultimo la solucion mas radical consistia en disimular su riqueza La cronologia exacta de este fenomeno plantea sin embargo problemas es dificil de dar una fecha precisa del paso de la adhesion al principio liturgico al rechazo de la liturgia por los individuos que se veian obligados El vaiven tuvo lugar a principios del siglo IV a C o en la segunda mitad del siglo Los historiadores parecen tener dificultades para dar una respuesta al respecto Como senala Jacques Oulhen a proposito de la cuestion liturgica la documentacion desaparecida y alusiva proporciona informaciones de apariencia contradictoria de la que nos es posible rendir cuentas integralmente Las divergencias de interpretacion son pues numerosas y este historial de instituciones es uno de los mas tecnicos y mas discutidos de la historia ateniense del siglo IV a C 52 Debe tenerse en cuenta que si es muy gradual la tendencia no sea discutida cuanto mas avanza el siglo el equilibrio inestable del consenso social sobre el principio liturgico parece debilitado Voluntad suntuaria y preocupacion por el bien publico Editar Ademas la voluntad mas fuerte que antes de los liturgos de disponer de un reintegro de la inversion rapido sobre todo considerando que debian arrastrar casi automaticamente la clemencia del jurado en el proceso en el que estuvieran implicados que involucrara a los ciudadanos comunes en un movimiento paralelo de revalorizacion de todas las liturgias acerca de su utilidad Licurgo en 330 a C no duda en establecer con este criterio una jerarquia entre ellas Sin embargo hay quienes de ellos negandose a convenceros con argumentos buscando obtener la gracia de los acusados alegan sus liturgias nada me ha indignado mas en ese sentido los cargos que han buscado para la gloria de su casa serian pues un titulo por los favores nacionales No es por haber alimentado caballos o pagado suntuosas coregias o hecho otras larguezas de este orden que les dan derecho a vuestra gratitud En estas ocasiones es por si mismos que logran una corona sin el menor beneficio para otros Pero cumplir con fasto una trierarquia haber rodeado la ciudad con murallas para protegerla haber dispensado su liberalidad para la salud de la ciudad eso si que es proceder por el bien publico y por el interes de todos vosotros Estas son las liberalidades en las que se revela la benevolencia de un ciudadano las otras no prueban mas que la riqueza de los que las han hecho Por lo demas no creo que nadie pueda rendir suficientes y grandes servicios al Estado para pretender obtener como recompensa aquello que permita sustraerse al castigo de los traidores Se cuestiona en este pasaje algunos gastos liturgicos de caracter demasiado suntuarios a semejanza del monumento coregico erigido por Lisicrates en 335 334 a C que podrian constituir a la vez una forma superlativa de apego a una etica liturgica en parte del pasado nota 6 y constituyendo un dano para el equilibrio social ideal e idealizado asociado a los liturgos 97 De hecho se ha sugerido para esta ostentacion de fasto tanto el poder de la riqueza individual como la impotencia de la ciudad Por consiguiente se tomo nota de esta evolucion y para no romper la comunidad de intereses entre estos dos grupos se escogio utilizar el deseo generador de tensiones sociales nota 7 de los mas ricos en exhibir su riqueza pasando poco a poco del sistema liturgico al evergetismo Ademas la voluntad mas fuerte que antes de los liturgos de disponer de un reintegro de la inversion rapido sobre todo considerando que debian arrastrar casi automaticamente la clemencia del jurado en el proceso en el que estuvieran implicados que involucrara a los ciudadanos comunes en un movimiento paralelo de revalorizacion de todas las liturgias acerca de su utilidad Licurgo en 330 a C no duda en establecer con este criterio una jerarquia entre ellas Sin embargo hay quienes de ellos negandose a convenceros con argumentos buscando obtener la gracia de los acusados alegan sus liturgias nada me ha indignado mas en ese sentido los cargos que han buscado para la gloria de su casa serian pues un titulo por los favores nacionales No es por haber alimentado caballos o pagado suntuosas coregias o hecho otras larguezas de este orden que les dan derecho a vuestra gratitud En estas ocasiones es por si mismos que logran una corona sin el menor beneficio para otros Pero cumplir con fasto una trierarquia haber rodeado la ciudad con murallas para protegerla haber dispensado su liberalidad para la salud de la ciudad eso si que es proceder por el bien publico y pro el interes de todos vosotros Estas son las liberalidades en las que se revela la benevolencia de un ciudadano las otras no prueban mas que la riqueza de los que las han hecho Por lo demas no creo que nadie pueda rendir suficientes y grandes servicios al Estado para pretender obtener como recompensa aquello que permita sustraerse al castigo de los traidores Desarrollo del evergetismo en le epoca helenistica Editar Inscripcion en honor de Aristoxeno hijo de Demofon sin duda benefactor del gimnasio de Atenas finales del siglo III o siglo II a C Museo del Louvre Sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo IV a C y antes de la epoca helenistica profundas evoluciones afectaron la financiacion de la vida publica tal y como estaba organizada hasta entonces Sin que el principio de esta financiacion por los mas ricos al menos de manera simbolica fuera cuestionado la legitimidad de su designacion por la ciudad no tuvo ya consenso La idea que se difundio fue que los mas ricos no contribuirian menos si se les solicitaba sin obligarles en la misma epoca hacia 355 a C Demostenes y Jenofonte lo mencionan el primero en el Contra Leptines el segundo en Los ingresos publicos Finalmente a finales del siglo Demetrio de Falero abolio las dos mas importantes liturgias atenienses la trierarquia devenida inutil como consecuencia de la retirada de Atenas de la escena internacional despues de su derrota de 322 a C 98 y la coregia remplazada por una magistratura electiva la presidencia de los concursos agonothesia cuya financiacion era asumida por el Estado 99 Estan disponibles numerosos decretos honorificos en honor de los agonothetas que muestran las sumas invertidas voluntariamente por estos para completar las que se hacia cargo la ciudad y que sobrepasaban largamente el coste de la antigua coregia Asi en 284 3 a C el agonotheta elegido el poeta Filipides renuncio a que la ciudad le reembolsara las sumas que habia adelantado 100 De la misma manera algunas magistraturas antiguas se veian cada vez mas a menudo financiadas por su titular en Atenas los sacerdotes proporcionaban generalmente las victimas de los sacrificios y si el cosmeta continuaba como supervisor de la efebia en la epoca helenistica era porque financiaba con su propio dinero lo esencial de los sacrificios los premios de los concursos y el mantenimiento corriente del material y de los edificios Aunque ningun texto mencione al titular de la funcion este debia asumir personalmente el coste financiero de su cargo 98 las inscripciones publicadas anualmente en su honor mostraban que velaba por la autofinanciacion de la institucion aunque algunas subrayaban que la ciudad no desembolsaba nada Se paso gradualmente de un funcionamiento proximo al evergetismo apropiado como escribio Aristoteles para salvaguardar las oligarquias para las magistraturas mas importantes hay que dedicarles gastos publicos para que el pueblo acepte no participar y tengan indulgencia con los magistrados por el hecho de que debian pagar sus magistraturas con una suma importante 101 Esto fue porque si llegaba el caso del establecimiento los magistrados deberian hacer magnificos sacrificios y construir algunos monumentos publicos el pueblo que tomaria parte en los banquetes y en las fiestas y veria la ciudad esplendidamente decorada con templos y edificios desearia el mantenimiento de su constitucion lo cual supondria para los ricos soberbios testimonios de los gastos que habrian hecho 101 Por tanto hasta mediados del siglo II a C este evergetismo griego no corresponde con la definicion dada por Paul Veyne Como lo demuestra Philippe Gauthier 102 se trataba de un evergetismo que se cumplia a menudo exclusivamente en un marco oficial civico magistratura y mision oficial 103 Ademas en el siglo IV a C y sin duda en la alta epoca helenistica la ciudad no creo para sus benefactores evergetas un estatus distinto superior al de otros ciudadanos se reconocia la calidad y no el titulo de benefactor La ciudad agradecia asi que se pusieran a su servicio como cualquier ciudadano pero ayudando con medios superiores 104 De la misma manera que las contribuciones voluntarias epidoseis permitian que todos proporcionalmente a sus ingresos manifestaran su compromiso con la ciudad con una donacion de varios talentos o de unicamente algunos obolos El evergetismo que se desarrollo a costa de un sistema liturgico del que era a la vez continuacion y negacion 104 permitio a la ciudad orientar a su servicio los gastos de sus miembros mas ricos poniendo mayor enfasis antes en los honores oficiales que en los que les correspondian en agradecimiento Esto ultimo pudo lograr que cada vez que fuera necesario la financiacion estuviera asegurada para las necesidades mas urgentes sin incurrir en gastos innecesarios y sin dar la sensacion de obligatoriedad a los miembros de la elite que conservaban la posibilidad de reservar sus riquezas para su uso personal La desaparicion gradual de la liturgia como tal fue evidente en el cambio de vocabulario en la epoca helenistica el nombre leitourgia y el verbo leitourgein pierden su significado estricto de gasto impuesto por la ciudad para designar cualquier gasto de interes publico 98 y comprendia paralelamente una carga publica magistratura o sacerdocio Esta dilucion insensible del sistema liturgico en un sistema evergetico parcial no seria consumada hasta la baja epoca helenistica La financiacion de las polies puede ser comparada con la que estuvo en vigor durante el Imperio romano evergetismo integral analizado por Paul Veyne en su obra Le pain et le cirque 105 Vease tambien EditarLiturgias coregia gimnasiarquia proeisphora trierarquia Impuestos y tasas eisphora EvergetismoNotas Editar La inscripcion se hacia al nivel del demo Los cargos de liturgos se transmitian frecuentemente de padres a hijos como se senala en varios discursos de Iseo Sobre la sucesion de Nicostrato 27 Sobre la sucesion de Diceogenes 41 Sobre la sucesion de Apolodoro 35 40 La ley de Periandro fue derogada en la vispera de la Batalla de Queronea a propuesta de Demostenes habida cuenta de que el sistema de las sinmorias beneficiaba a los mas ricos y era una pesada carga para los contribuyentes mas modestos Mosse Claude 1975 Le monde grec et l orient tome II le IVe siecle et l epoque hellenistique Paris PUF p 143 Para mostrar hasta que punto los ricos soportaban numerosas cargas fiscales sobre sus fortunas si no en valor relativo al menos en valor absoluto Jenofonte en su Economico II 2 6 hace defender a Socrates la paradoja segun la cual a pesar de su aparente pobreza viviria mas tranquilo que el rico Critobulo abrumado con las obligaciones que su fortuna le imponia con respecto a sus conciudadanos El comun de los mortales por oposicion a los especialistas Cf la definicion en frances en el Wiktionary de dicho idioma Desfasada solo en parte porque insistimos numerosos ejemplos muestran que los liturgos continuaron al mismo tiempo exhibiendo sus liturgias sin complejos Ouhlen p 337 Como se desprende de la prohibicion hecha a las mujeres a iniciativa de Licurgo de ir a Eleusis en carro para no humillar a las mujeres del pueblo Pseudo Plutarco 840a y mas tarde en 317 a C las leyes suntuarias de Demetrio de Falero limitacion del numero de participantes a los banquetes de los adornos femeninos de la ostentacion funeraria Ouhlen p 337Referencias Editar Chantraine Pierre 1999 laos En Dictionnaire etymologique de la langue grecque Paris Klincksieck ISBN 2 252 03277 4 Austin Michel y Pierre Vidal Naquet 2007 Economies et societes en Grece ancienne Armand Colin p 347 a b c d Christ 1990 p 148 a b Baslez dir 2007 p 341 342 a b Davies 1967 p 33 Demostenes XX Contra Leptines 21 y escolio de Patmos Demostenes XXI Contra Midias 156 y Ateneo Banquete de los eruditos V 185c a b Lisias XXI Defensa de un anonimo5 Andocides I Sobre los Misterios 132 a b ἐgkyklioi enkuklioi Demostenes XX Contra Leptines Contra Leptines21 Worley L J 1994 Hippeis The Cavalry of Ancient Greece Westview p 63 74 Davies 1967 p 33 34 Davies 1967 p 37 Davies 1967 p 36 37 Davies 1967 p 34 35 Davies 1967 p 40 Christ 1990 p 149 a b c Aristoteles Constitucion de los atenienses lvi 2 Aristoteles Constitucion de los atenienses lvii 1 Demostenes XXXIX Contra Beotos 7 Demostenes XX Contra Leptines 20 Whitehead D 1977 The Ideology of the Athenian Metic Cambridge pp 80 82 a b c Ouhlen p 326 Brun Patrice 1983 Eisphora syntaxis stratiotika recherches sur les finances militaires d Athenes au siecle IV av J C Belles Lettres Annales litteraires de l universite de Besancon Besanzon p 18 Consultado el 26 de mayo de 2010 a b Ouhlen p 325 Su numero por lo demas podia evolucionar en funcion de las necesidades de financiacion de la ciudad Baslez dir 2007 p 344 Parece que estos Trescientos liturgos disponian en general de fortunas netamente mas elevadas que los otros 900 y asumian de hecho los cargos mas pesados Ouhlen p 328 329 a b Christ 1990 p 150 a b Ouhlen p 328 329 a b Ouhlen p 324 a b Baslez dir 2007 p 346 Inscriptiones Graecae I 417 Davies 1967 p 39 a b Davies 1981 p 9 a b c Lisias XXI Defensa de un anonimo 2 Demostenes XXI Contra Midias 155 Demostenes XXI Contra Midias 154 Demostenes XLVII Contra Evergo y Mnesibulo 22 Hansen Mogens Herman 1993 La democratie athenienne a l epoque de Demosthene Les Belles Lettres p 143 Demostenes L Contra Policles 9 Demostenes L Contra Policles 7 13 23 Lisias XIX Sobre los bienes de Aristofanes XIX 9 Extracto de la traduccion de Louis Gernet y Marcel Bizos Lisias XXXII Contra Diogiton 2 Demostenes XXI Contra Midias 154 Aristoteles Retorica 1399a Los menores quedaban sujetos a la eisphora Christ 2006 p 151 a b Demostenes XX Contra Leptines 27 Demostenes XI Contra Fenipo Demosthene Plaidoyer Civils XI Plaidoyer contre Phenippe 16 en frances Demostenes XX Contra Leptines 26 La ley de Leptines buscaba precisamente eliminar esta exencion Demostenes L Contra Policles Demosthene Plaidoyers Civils XXX Apollodore contre Polycles 9 en frances Demostenes XX Contra Leptines 8 Iseo VII Contra Apolodoro 38 Rhodes P J 1982 Problems in Athenian eisphora an liturgies AJAH 7 4 5 Lisias XXI Defensa de un anonimo 1 5 Davies 1971 pp 592 593 a b Ouhlen p 324 a b Christ 1990 p 164 Christ 1990 p 161 Aristoteles Constitucion de los atenienses 52 3 Sugerencia inicial de Dittenberger retomada sobre todo por Louis Gernet referencia en el Contra Fenipo discurso XLII en el tomo II XXXIX XLVIII de los Plaidoyers civils Litigantes civiles de Demostenes Collection des Universites de France p 74 75 Bresson Alain 2007 L economie de la Grece des cites tome I les structures et la production Paris Armand Colin p 152 Demostenes XLII Contra Fenipo 19 Mosse Claude 1962 La Fin de la democratie athenienne PUF p 153 n 6 Christ 1990 p 163 Jenofonte op cit vii 3 en frances Consultado el 2 de abril de 2017 a b Hansen p 142 Christ 1990 p 158 a b Christ 1990 p 159 Lisias XXII Contra los mercaderes de leche 13 Whitehead David 1977 The Ideology of the Athenian Metic Cambridge p 78 Lisias XX Discurso de defensa en favor de Polistrato por subversion de la democracia 23 Demostenes XIV Sobre las sinmorias 25 28 Lisias XVIII Sobre la confiscacion de los bienes del hermano de Nicias 7 Demostenes XXI Contra Midias 13 en frances Lisias XXI Discurso de defensa por venalidad Anonimo 5 Cf Calvo Martinez Jose Luis 1995 Lisias Discursos Tomo II Madrid Gredos p 121 ISBN 978 84 249 1695 6 Calvo Martinez Jose Luis 1995 Lisias Discursos Tomo II Madrid Gredos pp 123 124 ISBN 978 84 249 1695 6 a b Queyrel p 167 Gernet Louis Les nobles dans la Grece antique En Droit et institutions en Grece antique Paris Flammarion collection Champs p 224 a b c d Ouhlen p 335 Queyrel p 169 Bertrand Jean Marie 2005 Liturgie Grece En Jean Leclant dir Dictionnaire de l Antiquite PUF Baslez dir 2007 p 347 Lisias XIX Sobre los bienes de Aristofanes 58 Ouhlen p 349 Aristoteles Constitucion de los atenienses XXXVII 3 4 Plutarco Pericles IX 2 3 Pebarthe Christophe 2008 Monnaie et marche a l epoque classique Belin p 209 Queyrel Anne p 177 Queyrel Anne pp 177 178 Aristofanes Las ranas 1065 1066 traduccion de Victor Henry Debidour ligeramente modificada Lisias XXIX Contra Filocrates 4 Christ 1990 p 156 Christ 1990 p 151 Isocrates Sobre la paz 128 Ouhlen p 336 Teofrasto Caracteres XXXVI 6 Ouhlen p 336 Cf Demostenes 47 Contra Evergos y Mnesibolo 54 Baslez dir 2007 p 348 Demostenes L Contra Policles Isocrates Sobre el intercambio 5 6 Lisias VII Acusacion contra los socios 31 32 Ouhlen p 337 a b c Baslez dir 2007 p 350 Habicht Christian 2000 Athenes hellenistique Belles Lettres p 75 Habicht Christian 2000 Athenes hellenistique Belles Lettres p 155 a b Aristoteles Politica VI 7 6 Gauthier Philippe 1985 Les cites grecques et leurs bienfaiteurs Athenes Paris 1985 BCH Suppl XII Ouhlen p 338 a b Ouhlen p 339 Veyne Paul 1974 Le pain et le cirque sociologie historique d un pluralisme politique Paris Seuil 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