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Funeral

Un funeral (del latín «funerālis») es el conjunto de ceremonias u oficios solemnes dedicados a un difunto días antes de su sepelio o entierro,[1]​ y periódicamente en cada aniversario de su muerte.[2]​ También se usa como sinónimo de exequias y, como adjetivo, para lo relacionado con los entierros.[3][a][4]​ Para las figuras nacionales importantes existe el llamado funeral de Estado.[5]

Funerales por el Inca Atahualpa obra de Luis Montero en 1867. Museo de Arte de Lima.

Ámbito funerario

La denominación de funeral,[6]​ según el Diccionario de la Lengua Española puede relacionarse con «el entierro y a las exequias, así como con su solemnidad o su pompa», si bien, la influencia del idioma inglés y el significado que en esa cultura tiene el término «funeral», ha invadido gran parte del conjunto de ritos funerarios, incluidos el entierro, la incineración o cremación del cadáver, la música que pueda acompañar a las diversas ceremonias, etcétera. A su vez, las distintas confesiones religiosas han impuesto sus respectivos ‘funerales’ (ceremonias y ritos contratados) en los respectivos templos o iglesias, cementerios, camposantos o recintos sacramentales varios, según la cultura de origen.[b][7]

Los funerales y las visitas con ataúd abierto son muy raros en países, como el Reino Unido, Francia y la mayoría de los países europeos, donde es habitual que solo los familiares cercanos vean a la persona fallecida y no es raro que nadie lo haga. El servicio funerario en sí es casi invariablemente un ataúd cerrado. Las funerarias generalmente no se utilizan para servicios funerarios, que se llevan a cabo casi exclusivamente en una iglesia, cementerio o crematorio.

Historia

Antiguo Egipto

 
Procesión funeraria en Egipto

Los antiguos egipcios embalsamaban los cadáveres y los rellenaban de incienso, mirra y otras plantas aromáticas; después los depositaban en un ataúd y/o sarcófago y se les conducía al cementerio de sus antepasados. Cerca de cada población de Egipto había un cementerio. Los de Menfis y Tebas fueron los más notables. Los separaban de la población el río Nilo.

Cuando una persona había expirado, los jueces indagaban sobre su vida y si su conducta resultaba irreprensible, era trasportado a la otra orilla del río por el charon, es decir, barquero, como se denominaba en lengua egipcia. El resto se depositaban simplemente en una fosa llamada Tártaro.

Hasta los reyes estaban sujetos a esta costumbre. Si el difunto no había pagado sus deudas, se le negaba la sepultura y sus parientes lo conservaban en su casa. Después de satisfacer a los acreedores se celebraba un magnífico funeral. En cuanto a los tiranos, sacrílegos y traidores, se dejaban sus cadáveres abandonados en los campos para que sirviesen de pasto á las fieras y animales de presa.[8]

Antigua Grecia

En Lacedemonia los funerales eran notables por su sencillez: solo cuando se celebraban los de los guerreros muertos por la patria los revestían con un ropaje de púrpura, poniéndolos recostados sobre un lecho cubierto de oliva; pero no se vertía lágrima alguna, ni tampoco se daban gritos en público: las mujeres mismas no lloraban nunca por los difuntos. De otra clase eran los obsequios dispensados a los reyes: por espacio de diez días las mujeres con el cabello suelto herían vasos u objetos de metal prorrumpiendo sus lamentos. Los tribunales estaban cerrados: no se celebraban reuniones y a la puerta de cada casa un hombre y una mujer estaban cubiertos con trajes lúgubres: pasado este tiempo el cuerpo del monarca era conducido al sepulcro de los reyes en un lecho adornado de ricas telas: pero si el príncipe había muerto en la guerra, no se llevaba su cuerpo á Esparta, sino que se le daba sepultura en el campo de batalla, y cuando volvía el ejército se ponía en su lugar una estatua de cera a la que se tributaban las mismas honras que a su cadáver.

En Atenas y en el resto de Grecia los funerales eran públicos o particulares.

Funerales públicos

Los públicos fueron establecidos por Pericles en honor de los valientes que habían muerto en el campo de batalla: tres días estaban expuestos sus huesos en una tienda de campaña en la que los cubrían con flores, incienso y perfumes: el día de los funerales se ponían los restos en doce cajas de ciprés conducidas por otros tantos vehículos de cuatro ruedas y otro vacío llamado cenotafio, que era de respeto para los de aquellos que no se había podido hallar sus cuerpos: de esta suerte el cortejo fúnebre llegaba al Cerámico, arrabal de Atenas, donde uno de los primeros ciudadanos pronunciaba la oración fúnebre.

Funerales privados

Los funerales privados tenían muchas ceremonias: en el instante en que el enfermo expiraba, su hijo o pariente más cercano le cerraba los ojos y le tomaba su anillo: en seguida se le llamaba en alta voz por su nombre para que volviera en sí en el caso de que su alma no hubiera aun salido de su cuerpo: después de lavado y ungido con esencias exquisitas, se le exponía en el vestíbulo de la casa cubierto con un ropaje blanco y los pies hacia la puerta para significar que iba a hacer su último viaje: cerca del cuerpo había una vasija con agua lustral, para que todos los que entraran en casa del difunto se purificasen al salir. Asimismo había una guardia que impedía a los acreedores que trataran de llevárselo y obligar por este medio a sus parientes o amigos a que pagasen sus deudas: el número de días durante los que se guardaban los difuntos era distinto según las riquezas y el rango que tuvieron en vida. Pasados los días de haberse custodiado el cuerpo, el que hacia de Voz pública discurría por las calles invitando a la reunión del cortejo: las personas de distinción se colocaban en los hexáforos y octóforos, especie de andas o sea literas que, como indican sus nombres, conducían seis u ocho hombres.

El difunto por lo común llevaba el rostro descubierto. En ocasiones se le daba de rojo, principalmente a las jóvenes; pero cuando el rostro estaba deforme, entonces se le cubría enteramente. En los primeros tiempos los cortejos fúnebres, se hacían siempre de noche o antes de salir el Sol, de donde procede la costumbre de llevar flameros y cirios en los funerales: a la cabeza de la pompa fúnebre marchaban los tocadores de flauta que tocaban aires lúgubres; seguían después sus hijos con la cabeza cubierta y después las hijas con los pies desnudos, la cabeza cubierta y el cabello suelto y luego sus parientes más cercanos y sus amigos. Cuando una mujer había perdido a su marido, se revestía de traje blanco como el del difunto y se cortaba el cabello para ponerlo sobre su pecho en el sepulcro o en la hoguera, costumbre que duró poco tiempo porque se contentaron con cubrirles con ceniza y tierra muy fina.

Si el difunto había ejercido las primeras dignidades de la república, hombres y mujeres llevaban coronas en su cabeza. Llegado junto la hoguera o el sepulcro, se dirigían los ojos del difunto mirando para el cielo como lugar de su última morada, poniéndosele en la boca una moneda para Caronte, con un pedazo de pan para Cerbero, el perro del barquero: luego se le ponía sobre una hoguera elevada en forma de altar o de horno y circuida de una doble hilera de cipreses: uno de los parientes más cercanos prendía fuego volviendo la cabeza. En lo antiguo se arrojaban en él los vestidos, telas preciosas y los despojos y botín que el muerto había cogido al enemigo, rogando a los Vientos hicieran rápido el incendio: se sacrificaban asimismo toros y carneros para denotar el valor del difunto contra los enemigos a la vez que su dulzura para sus conciudadanos.

En los tiempos heroicos se inmolaban los prisioneros de guerra a los Manes de los príncipes y generales: últimamente, se vertía vino en las llamas para apagarlas. Se recogían las cenizas en una urna que por colocarse sobre el sepulcro del difunto, que hoy se llaman urnas cinerarias, y el pariente más cercano daba a la familia y amigos una cena en la que todos los convidados coronados con siemprevivas celebraban las alabanzas del difunto.[8]

Antigua Roma

En Roma los funerales imitaron en parte a los Griegos y Egipcios. Después de que el enfermo expiraba su pariente más cercano o el sobreviviente de los dos esposos si eran personas casadas, dándole el último ósculo en su boca como para recibir su alma le cerraba luego sus ojos y labios: se le sacaba el anillo hasta que se le conducía a la hoguera y por conclamatio todos le llamaban repetidas veces para cerciorarse si estaba muerto en realidad o solo acometido de letargia. En ocasiones también cuando eran personas de clase se tocaban campanas y trompetas para llamarle. Después se hacia inscribir el nombre del difunto en los registros Libitinarios donde se pagaba una moneda de plata. Bajo las órdenes de éstos estaban los Pollinctores, personas con el cargo de conservar y embalsamar los cadáveres. Al difunto se vestía luego con una toga blanca si no había ejercido ningún cargo público pero en el caso de que se hubiera elevado a la magistratura se le ponía el traje de mayor dignidad y durante siete días en un lecho adornado en el vestíbulo de la casa colocando a sus pies una vasija con agua lustral y un ramo de ciprés para purificar a los que pasaban. Cerca de él estaba constantemente una persona para evitar que le quitasen cosa alguna: el octavo día por la tarde un heraldo o gritador público vestido de luto anunciaba por las calles la reunión del acompañamiento en estos términos: Exequias N. (por el sujeto), L. Filii, quibus est commodum ire, tempus est, ollus (por ille ex ædibus effertur). Los parientes y amigos del difunto y a veces también el pueblo concurrían entonces a la puerta para formar parte del acompañamiento

Cuando él había sido jefe de la milicia, una tropa de soldados y lictores seguían la pompa fúnebre con las armas vueltas abajo. El cadáver era conducido con el rostro descubierto sobre un lecho, bien por sus hijos o bien por los parientes más cercanos del difunto: en ocasiones por los magistrados como en los funerales de Julio César o por los senadores, como en los de Augusto. Después de que el dessignator, es decir, maestro de ceremonias, había señalado a cada persona su sitio, rompían la marcha los trompetas y flautas que tocaban aires lúgubres mientras que los músicos cantaban por lamentación las alabanzas del difunto: seguía luego el archimimo con los histriones y bufones, quien imitaba los gestos y la voz del muerto: también a veces estos actores recitaban pasajes de autores dramáticos análogos a las circunstancias. Después iban las condecoraciones de los empleos que el difunto había desempeñado en vida: las coronas, las recompensas acordadas a su valor igualmente que las banderas que había cogido al enemigo: se veía además su busto en cera, las imágenes de sus antepasados y de sus parientes; mas este honor, llamado jus imaginum, estaba reservado para los patricios. Las leyes prohibían llevar los bustos de los parientes que hubieran sido condenados aunque hubieran disfrutado tales dignidades. En el cortejo de los emperadores se conducían en vehículos de cuatro ruedas las imágenes y símbolos de las provincias que habían sometido. Los libertos del difunto iban con la comitiva, cubierta la cabeza con el gorro, signo de su libertad, y en ocasiones los señores por vanidad manumitían a todos sus siervos antes de morir con el objeto de tener en sus funerales un acompañamiento más numeroso: a ellos seguían los niños, los parientes y los amigos. Los hijos del difunto llevaban un velo en la cabeza, en tanto que las hijas vestidas de traje blanco marchaban con la cabeza descubierta y el cabello tendido. Después iban las prefices, flentes o lloronas asalariadas, seguían en multitud precedidas de todos los empleados en funerales como pollinctores, vespillones, ustores, sandapilarios....

En los funerales de un hombre o mujer ilustre, el acompañamiento se dirigía al fórum, cerca de la tribuna de las arengas: entonces uno de sus hijos o de sus parientes más cercanos pronunciaba su oración fúnebre: desde allí la comitiva marchaba al campo de Marte, donde por lo común se quemaban los cuerpos: la hoguera en que se ponía el difunto era cuadrada en forma de altar como entre los Griegos y cubierto de ciprés por todos lados: allí se colocaba el cadáver vestido con el traje más fino y envuelto en una tela de asbesto. Cuando se le habían abierto los ojos, puesto su anillo y en su boca la moneda de plata para pagar el paso a Caronte se le rociaba con esencias y perfumes. Entonces, los parientes más cercanos encendían con un flamero la hoguera y arrojaban en medio de las llamas los trajes, armas y todos los objetos que había más estimado el difunto: en los funerales de Julio César, los veteranos, por dispensarle honor, echaron sus armas en su hoguera. Se inmolaban también toros y carneros que se arrojaban en las llamas. En vez de la bárbara y antigua costumbre de matar los prisioneros de guerra, se dieron luchas de gladiadores, llamados Bustuarios (bustum, hoguera): en ocasiones se daban carreras de caballos en derredor de la hoguera y también se representaban piezas de teatro. Después de estar el cuerpo consumido, se apagaba el fuego con vino, se recogían sus cenizas que lavadas con leche y vino y encerradas en una urna se depositaba en el sepulcro de la familia. Luego, el sacrificador que había asistido a la ceremonia, purificaba tres veces a los asistentes con un ramo de oliva mojado en agua lustral. Por último, la flente o llorona principal ordenaba al acompañamiento que se retirase diciendo estas palabras: L, licet: entonces los parientes y amigos del difunto, respondían tres veces: Vale, nos ordine quo natura voluerit sequemur. Adiós, nosotros te seguiremos cuando la naturaleza nos llame. Si los cadáveres no se quemaban los encerraban en una especie de cofre o caja de barro o arcilla cocida, de piedra o también de mármol donde se le ponía una lámpara perpetua con las figuras o idolillos de divinidades y las ampolletas o vasos lacrimatorios porque contenían el líquido de las lágrimas vertidas en el acompañamiento del difunto.

Los funerales de los simples ciudadanos no se hacían con las ceremonias antes dichas: después de haber custodiado los muertos un día o dos a lo más, se los llevaba a los sitios que ellos habían designado para su sepultura. Los pobres, metidos simplemente en una caja de barro o arcilla cocida, destinada para todos, eran llevadas por cuatro vespillones o sea portadores, fuera de la población junto la puerta de las Esquilias donde se quemaban o se enterraban sin distinción en fosas comunes.

La ceremonia de los funerales terminaba siempre por un festín que se daba a los parientes y amigos del difunto: pasados nueve días se daba otro llamado la gran cena o el Novendial (de novem , nueve; dies, dia), al que en vez del traje negro se llevaba el blanco, porque el luto había cesado.[8]

En la literatura

Como rito fúnebre está presente ya en obras de la Antigüedad Clásica como la Eneida, en cuyo libro V, al cumplirse un año de la muerte de Anquises, el héroe Eneas celebra sus funerales siguiendo las tradiciones de la época. Durante los sacrificios, una serpiente se come las ofrendas del altar. No sabiendo si se trata de una mala criatura o del genio del lugar, Eneas prefiere tomarlo como un buen presagio.[9]

Véase también

Notas

  1. El Diccionario de la Lengua Española, en sus acepciones 2.ª y 3.ª, relaciona asimismo funeral con todo aquello relacionado con el entierro y a las exequias, así como con su solemnidad o su pompa.
  2. Como ejemplos originales o insólitos podrían citarse, en Occidente, los funerales submarinos, modernos herederos de los ritos funerarios marineros.

Referencias

  1. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. «funeral». Diccionario de la lengua española (23.ª edición).  Primera acepción del término
  2. «Funeral y entierro tienen distintos significados en español». fundeu.es. 31 de octubre de 2012. Consultado el 21 de febrero de 2018. 
  3. Casares, 1975, p. 406.
  4. Cirlot, Juan-Eduardo (1991). Diccionario de Símbolos. Barcelona: Editorial Labor. p. 212 (funerario). ISBN 9788433535047. 
  5. «Protocolo del funeral de Estado». protocolo.org. Consultado el 23 de febrero de 2018. 
  6. «funeral (rameau) en la Biblioteca Nacional Francesa». catalogue.bnf.fr (en francés). Consultado el 23 de febrero de 2018. 
  7. (8 de mayo de 2014). «Funeral después de un mes en el fondo del mar». tiempodehoy.com. Consultado el 23 de febrero de 2018. 
  8. Mitología universal: historia y esplicación [sic de las ideas religiosas y ..., Juan Bautista Carrasco, 1864]
  9. Texto español, con índice electrónico, en el sitio InterClassica, de la Universidad de Murcia.

Bibliografía

Enlaces externos

  •   Datos: Q201676
  •   Multimedia: Funerals
  •   Guía turística: Viajes funerarios

funeral, funeral, latín, funerālis, conjunto, ceremonias, oficios, solemnes, dedicados, difunto, días, antes, sepelio, entierro, periódicamente, cada, aniversario, muerte, también, como, sinónimo, exequias, como, adjetivo, para, relacionado, entierros, para, f. Un funeral del latin funeralis es el conjunto de ceremonias u oficios solemnes dedicados a un difunto dias antes de su sepelio o entierro 1 y periodicamente en cada aniversario de su muerte 2 Tambien se usa como sinonimo de exequias y como adjetivo para lo relacionado con los entierros 3 a 4 Para las figuras nacionales importantes existe el llamado funeral de Estado 5 Funerales por el Inca Atahualpa obra de Luis Montero en 1867 Museo de Arte de Lima Indice 1 Ambito funerario 2 Historia 2 1 Antiguo Egipto 2 2 Antigua Grecia 2 3 Antigua Roma 3 En la literatura 4 Vease tambien 5 Notas 6 Referencias 7 Bibliografia 8 Enlaces externosAmbito funerario EditarLa denominacion de funeral 6 segun el Diccionario de la Lengua Espanola puede relacionarse con el entierro y a las exequias asi como con su solemnidad o su pompa si bien la influencia del idioma ingles y el significado que en esa cultura tiene el termino funeral ha invadido gran parte del conjunto de ritos funerarios incluidos el entierro la incineracion o cremacion del cadaver la musica que pueda acompanar a las diversas ceremonias etcetera A su vez las distintas confesiones religiosas han impuesto sus respectivos funerales ceremonias y ritos contratados en los respectivos templos o iglesias cementerios camposantos o recintos sacramentales varios segun la cultura de origen b 7 Los funerales y las visitas con ataud abierto son muy raros en paises como el Reino Unido Francia y la mayoria de los paises europeos donde es habitual que solo los familiares cercanos vean a la persona fallecida y no es raro que nadie lo haga El servicio funerario en si es casi invariablemente un ataud cerrado Las funerarias generalmente no se utilizan para servicios funerarios que se llevan a cabo casi exclusivamente en una iglesia cementerio o crematorio Historia EditarAntiguo Egipto Editar Procesion funeraria en Egipto Los antiguos egipcios embalsamaban los cadaveres y los rellenaban de incienso mirra y otras plantas aromaticas despues los depositaban en un ataud y o sarcofago y se les conducia al cementerio de sus antepasados Cerca de cada poblacion de Egipto habia un cementerio Los de Menfis y Tebas fueron los mas notables Los separaban de la poblacion el rio Nilo Cuando una persona habia expirado los jueces indagaban sobre su vida y si su conducta resultaba irreprensible era trasportado a la otra orilla del rio por el charon es decir barquero como se denominaba en lengua egipcia El resto se depositaban simplemente en una fosa llamada Tartaro Hasta los reyes estaban sujetos a esta costumbre Si el difunto no habia pagado sus deudas se le negaba la sepultura y sus parientes lo conservaban en su casa Despues de satisfacer a los acreedores se celebraba un magnifico funeral En cuanto a los tiranos sacrilegos y traidores se dejaban sus cadaveres abandonados en los campos para que sirviesen de pasto a las fieras y animales de presa 8 Antigua Grecia Editar En Lacedemonia los funerales eran notables por su sencillez solo cuando se celebraban los de los guerreros muertos por la patria los revestian con un ropaje de purpura poniendolos recostados sobre un lecho cubierto de oliva pero no se vertia lagrima alguna ni tampoco se daban gritos en publico las mujeres mismas no lloraban nunca por los difuntos De otra clase eran los obsequios dispensados a los reyes por espacio de diez dias las mujeres con el cabello suelto herian vasos u objetos de metal prorrumpiendo sus lamentos Los tribunales estaban cerrados no se celebraban reuniones y a la puerta de cada casa un hombre y una mujer estaban cubiertos con trajes lugubres pasado este tiempo el cuerpo del monarca era conducido al sepulcro de los reyes en un lecho adornado de ricas telas pero si el principe habia muerto en la guerra no se llevaba su cuerpo a Esparta sino que se le daba sepultura en el campo de batalla y cuando volvia el ejercito se ponia en su lugar una estatua de cera a la que se tributaban las mismas honras que a su cadaver En Atenas y en el resto de Grecia los funerales eran publicos o particulares Funerales publicosLos publicos fueron establecidos por Pericles en honor de los valientes que habian muerto en el campo de batalla tres dias estaban expuestos sus huesos en una tienda de campana en la que los cubrian con flores incienso y perfumes el dia de los funerales se ponian los restos en doce cajas de cipres conducidas por otros tantos vehiculos de cuatro ruedas y otro vacio llamado cenotafio que era de respeto para los de aquellos que no se habia podido hallar sus cuerpos de esta suerte el cortejo funebre llegaba al Ceramico arrabal de Atenas donde uno de los primeros ciudadanos pronunciaba la oracion funebre Funerales privadosLos funerales privados tenian muchas ceremonias en el instante en que el enfermo expiraba su hijo o pariente mas cercano le cerraba los ojos y le tomaba su anillo en seguida se le llamaba en alta voz por su nombre para que volviera en si en el caso de que su alma no hubiera aun salido de su cuerpo despues de lavado y ungido con esencias exquisitas se le exponia en el vestibulo de la casa cubierto con un ropaje blanco y los pies hacia la puerta para significar que iba a hacer su ultimo viaje cerca del cuerpo habia una vasija con agua lustral para que todos los que entraran en casa del difunto se purificasen al salir Asimismo habia una guardia que impedia a los acreedores que trataran de llevarselo y obligar por este medio a sus parientes o amigos a que pagasen sus deudas el numero de dias durante los que se guardaban los difuntos era distinto segun las riquezas y el rango que tuvieron en vida Pasados los dias de haberse custodiado el cuerpo el que hacia de Voz publica discurria por las calles invitando a la reunion del cortejo las personas de distincion se colocaban en los hexaforos y octoforos especie de andas o sea literas que como indican sus nombres conducian seis u ocho hombres El difunto por lo comun llevaba el rostro descubierto En ocasiones se le daba de rojo principalmente a las jovenes pero cuando el rostro estaba deforme entonces se le cubria enteramente En los primeros tiempos los cortejos funebres se hacian siempre de noche o antes de salir el Sol de donde procede la costumbre de llevar flameros y cirios en los funerales a la cabeza de la pompa funebre marchaban los tocadores de flauta que tocaban aires lugubres seguian despues sus hijos con la cabeza cubierta y despues las hijas con los pies desnudos la cabeza cubierta y el cabello suelto y luego sus parientes mas cercanos y sus amigos Cuando una mujer habia perdido a su marido se revestia de traje blanco como el del difunto y se cortaba el cabello para ponerlo sobre su pecho en el sepulcro o en la hoguera costumbre que duro poco tiempo porque se contentaron con cubrirles con ceniza y tierra muy fina Si el difunto habia ejercido las primeras dignidades de la republica hombres y mujeres llevaban coronas en su cabeza Llegado junto la hoguera o el sepulcro se dirigian los ojos del difunto mirando para el cielo como lugar de su ultima morada poniendosele en la boca una moneda para Caronte con un pedazo de pan para Cerbero el perro del barquero luego se le ponia sobre una hoguera elevada en forma de altar o de horno y circuida de una doble hilera de cipreses uno de los parientes mas cercanos prendia fuego volviendo la cabeza En lo antiguo se arrojaban en el los vestidos telas preciosas y los despojos y botin que el muerto habia cogido al enemigo rogando a los Vientos hicieran rapido el incendio se sacrificaban asimismo toros y carneros para denotar el valor del difunto contra los enemigos a la vez que su dulzura para sus conciudadanos En los tiempos heroicos se inmolaban los prisioneros de guerra a los Manes de los principes y generales ultimamente se vertia vino en las llamas para apagarlas Se recogian las cenizas en una urna que por colocarse sobre el sepulcro del difunto que hoy se llaman urnas cinerarias y el pariente mas cercano daba a la familia y amigos una cena en la que todos los convidados coronados con siemprevivas celebraban las alabanzas del difunto 8 Antigua Roma Editar En Roma los funerales imitaron en parte a los Griegos y Egipcios Despues de que el enfermo expiraba su pariente mas cercano o el sobreviviente de los dos esposos si eran personas casadas dandole el ultimo osculo en su boca como para recibir su alma le cerraba luego sus ojos y labios se le sacaba el anillo hasta que se le conducia a la hoguera y por conclamatio todos le llamaban repetidas veces para cerciorarse si estaba muerto en realidad o solo acometido de letargia En ocasiones tambien cuando eran personas de clase se tocaban campanas y trompetas para llamarle Despues se hacia inscribir el nombre del difunto en los registros Libitinarios donde se pagaba una moneda de plata Bajo las ordenes de estos estaban los Pollinctores personas con el cargo de conservar y embalsamar los cadaveres Al difunto se vestia luego con una toga blanca si no habia ejercido ningun cargo publico pero en el caso de que se hubiera elevado a la magistratura se le ponia el traje de mayor dignidad y durante siete dias en un lecho adornado en el vestibulo de la casa colocando a sus pies una vasija con agua lustral y un ramo de cipres para purificar a los que pasaban Cerca de el estaba constantemente una persona para evitar que le quitasen cosa alguna el octavo dia por la tarde un heraldo o gritador publico vestido de luto anunciaba por las calles la reunion del acompanamiento en estos terminos Exequias N por el sujeto L Filii quibus est commodum ire tempus est ollus por ille ex aedibus effertur Los parientes y amigos del difunto y a veces tambien el pueblo concurrian entonces a la puerta para formar parte del acompanamientoCuando el habia sido jefe de la milicia una tropa de soldados y lictores seguian la pompa funebre con las armas vueltas abajo El cadaver era conducido con el rostro descubierto sobre un lecho bien por sus hijos o bien por los parientes mas cercanos del difunto en ocasiones por los magistrados como en los funerales de Julio Cesar o por los senadores como en los de Augusto Despues de que el dessignator es decir maestro de ceremonias habia senalado a cada persona su sitio rompian la marcha los trompetas y flautas que tocaban aires lugubres mientras que los musicos cantaban por lamentacion las alabanzas del difunto seguia luego el archimimo con los histriones y bufones quien imitaba los gestos y la voz del muerto tambien a veces estos actores recitaban pasajes de autores dramaticos analogos a las circunstancias Despues iban las condecoraciones de los empleos que el difunto habia desempenado en vida las coronas las recompensas acordadas a su valor igualmente que las banderas que habia cogido al enemigo se veia ademas su busto en cera las imagenes de sus antepasados y de sus parientes mas este honor llamado jus imaginum estaba reservado para los patricios Las leyes prohibian llevar los bustos de los parientes que hubieran sido condenados aunque hubieran disfrutado tales dignidades En el cortejo de los emperadores se conducian en vehiculos de cuatro ruedas las imagenes y simbolos de las provincias que habian sometido Los libertos del difunto iban con la comitiva cubierta la cabeza con el gorro signo de su libertad y en ocasiones los senores por vanidad manumitian a todos sus siervos antes de morir con el objeto de tener en sus funerales un acompanamiento mas numeroso a ellos seguian los ninos los parientes y los amigos Los hijos del difunto llevaban un velo en la cabeza en tanto que las hijas vestidas de traje blanco marchaban con la cabeza descubierta y el cabello tendido Despues iban las prefices flentes o lloronas asalariadas seguian en multitud precedidas de todos los empleados en funerales como pollinctores vespillones ustores sandapilarios En los funerales de un hombre o mujer ilustre el acompanamiento se dirigia al forum cerca de la tribuna de las arengas entonces uno de sus hijos o de sus parientes mas cercanos pronunciaba su oracion funebre desde alli la comitiva marchaba al campo de Marte donde por lo comun se quemaban los cuerpos la hoguera en que se ponia el difunto era cuadrada en forma de altar como entre los Griegos y cubierto de cipres por todos lados alli se colocaba el cadaver vestido con el traje mas fino y envuelto en una tela de asbesto Cuando se le habian abierto los ojos puesto su anillo y en su boca la moneda de plata para pagar el paso a Caronte se le rociaba con esencias y perfumes Entonces los parientes mas cercanos encendian con un flamero la hoguera y arrojaban en medio de las llamas los trajes armas y todos los objetos que habia mas estimado el difunto en los funerales de Julio Cesar los veteranos por dispensarle honor echaron sus armas en su hoguera Se inmolaban tambien toros y carneros que se arrojaban en las llamas En vez de la barbara y antigua costumbre de matar los prisioneros de guerra se dieron luchas de gladiadores llamados Bustuarios bustum hoguera en ocasiones se daban carreras de caballos en derredor de la hoguera y tambien se representaban piezas de teatro Despues de estar el cuerpo consumido se apagaba el fuego con vino se recogian sus cenizas que lavadas con leche y vino y encerradas en una urna se depositaba en el sepulcro de la familia Luego el sacrificador que habia asistido a la ceremonia purificaba tres veces a los asistentes con un ramo de oliva mojado en agua lustral Por ultimo la flente o llorona principal ordenaba al acompanamiento que se retirase diciendo estas palabras L licet entonces los parientes y amigos del difunto respondian tres veces Vale nos ordine quo natura voluerit sequemur Adios nosotros te seguiremos cuando la naturaleza nos llame Si los cadaveres no se quemaban los encerraban en una especie de cofre o caja de barro o arcilla cocida de piedra o tambien de marmol donde se le ponia una lampara perpetua con las figuras o idolillos de divinidades y las ampolletas o vasos lacrimatorios porque contenian el liquido de las lagrimas vertidas en el acompanamiento del difunto Los funerales de los simples ciudadanos no se hacian con las ceremonias antes dichas despues de haber custodiado los muertos un dia o dos a lo mas se los llevaba a los sitios que ellos habian designado para su sepultura Los pobres metidos simplemente en una caja de barro o arcilla cocida destinada para todos eran llevadas por cuatro vespillones o sea portadores fuera de la poblacion junto la puerta de las Esquilias donde se quemaban o se enterraban sin distincion en fosas comunes La ceremonia de los funerales terminaba siempre por un festin que se daba a los parientes y amigos del difunto pasados nueve dias se daba otro llamado la gran cena o el Novendial de novem nueve dies dia al que en vez del traje negro se llevaba el blanco porque el luto habia cesado 8 En la literatura EditarComo rito funebre esta presente ya en obras de la Antiguedad Clasica como la Eneida en cuyo libro V al cumplirse un ano de la muerte de Anquises el heroe Eneas celebra sus funerales siguiendo las tradiciones de la epoca Durante los sacrificios una serpiente se come las ofrendas del altar No sabiendo si se trata de una mala criatura o del genio del lugar Eneas prefiere tomarlo como un buen presagio 9 Vease tambien EditarEntierro Anexo FuneralesNotas Editar El Diccionario de la Lengua Espanola en sus acepciones 2 ª y 3 ª relaciona asimismo funeral con todo aquello relacionado con el entierro y a las exequias asi como con su solemnidad o su pompa Como ejemplos originales o insolitos podrian citarse en Occidente los funerales submarinos modernos herederos de los ritos funerarios marineros Referencias Editar Real Academia Espanola y Asociacion de Academias de la Lengua Espanola funeral Diccionario de la lengua espanola 23 ª edicion Primera acepcion del termino Funeral y entierro tienen distintos significados en espanol fundeu es 31 de octubre de 2012 Consultado el 21 de febrero de 2018 Casares 1975 p 406 Cirlot Juan Eduardo 1991 Diccionario 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