Quechua clásico
El quechua clásico es una de las dos formas históricas del quechua, cuya relación exacta y grado de cercanía es controvertida y que a veces se han identificado entre sí.[1] Estos son:
Quechua clásico | ||
---|---|---|
Quichua simi (/´kitʃwa ´ʂimi/) | ||
Hablado en | Imperio incaico | |
Región | Originalmente la costa central y sur-central del Perú; posteriormente, en gran parte de la región andina. | |
Hablantes | Lengua muerta | |
Familia | Lenguas quechuas | |
Estatus oficial | ||
Oficial en | Imperio incaico | |
Códigos | ||
ISO 639-1 | qu | |
ISO 639-2 | que | |
ISO 639-3 | qwc | |
1. La variedad del quechua que se utilizó como lengua franca y lengua administrativa en el Imperio Inca (1438–1533)[2] (lingua franca inca).[3] Dado que los incas no tenían escritura, la evidencia sobre las características de esta variedad es escasa y ha sido objeto de importantes desacuerdos.[4]
2. la variedad del quechua que se utilizó en la escritura con fines religiosos y administrativos en los territorios andinos del Imperio español, principalmente a fines del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII y a la que en ocasiones se ha hecho referencia, tanto históricamente como en el ámbito académico, como lengua general ('lenguaje común')[5][6][7][8] (Quechua Colonial estándar[9]). Es el quechua colonial estándar en este segundo sentido que está abundantemente atestiguado por escrito, en particular en el famoso Manuscrito de Huarochirí, y que este artículo describe principalmente.
También existen algunos usos menos comunes y típicos del término 'clásico' en referencia a otras variedades del quechua, cuya relación con las mencionadas anteriormente también es controvertida, a saber:
3. En referencia a todo uso del quechua como medio literario hasta un punto de corte en el siglo XVIII, que vio la prohibición de la literatura en quechua después de la rebelión de Túpac Amaru de 1780-1782,[10] aunque el idioma de la mayor parte de la 'literatura quechua clásica' escrita después de mediados del siglo XVII se ve más comúnmente como el quechua temprano de Cuzco;[11]
4. Como 'Inca clásico', en referencia al ancestro reconstruido de todas las variedades del quechua del sur ('quechua común del sur del Perú').[12]
La lengua franca inca
Durante mucho tiempo se asumió que la variedad de quechua utilizada como lengua administrativa y judicial por los incas había sido la que se hablaba en su capital Cuzco.[2] La identificación del quechua cuzqueño y especialmente algunos de sus sociolectos de prestigio como particularmente refinado y como un remanente del idioma de los incas fue un algo común a fines del siglo XVI y principios del XVII.[13] Esta identificación también fue mantenida tradicionalmente por las élites e intelectuales locales en siglos posteriores y continúa siendo defendida por la Academia Mayor de la Lengua Quechua del Cuzco.[14] Algunos eruditos modernos creen que la lengua franca inca era, de hecho, una forma del quechua del sur (quechua IIC) y, por lo tanto, en cierto modo, un predecesor del atestiguado dialecto cusqueño.[15] Suponen que era como el dialecto moderno de Cuzco y diferente al dialecto moderno de Ayacucho en que mostraba numerosas influencias del idioma aymara, incluyendo consonantes aspiradas y eyectivas y numerosos préstamos (posiblemente a su vez porque los incas habían hablado aymara y / o puquina de influencia aymara antes que el quechua).[16][17] Esto también se ha utilizado para explicar por qué las variedades de las tierras altas ecuatorianas en el norte (quechua IIB) también han adquirido aspirados (aunque no necesariamente en cognados de las palabras sureñas con aspirados), presumiblemente durante el breve período de d ominio inca allí.[18][19][20]
Sin embargo, una visión más extendida en la literatura científica actual es que la lengua franca inca en realidad se basaba en una variedad de quechua costero hablado en la costa centro-sur de Perú, que era rica, poblada, tenía una ubicación estratégica y contenía la importantes reinos de Chincha y Pachacamac.[21][22] La afirmación de que se eligió esta variedad se menciona explícitamente en las crónicas.[22] Dado que esa importante área fue despoblada después de la conquista y pasó a ser poblada predominantemente por españoles y africanos, lo que provocó la extinción del quechua costero, el dialecto no está atestiguado en épocas posteriores.[23]
A veces se piensa que este dialecto es idéntico al utilizado en la gramática, el vocabulario y los textos quechua registrados más antiguos por el sacerdote dominico Domingo de Santo Tomás (1560). Alternativamente, estas obras podrían reflejar en parte un dialecto costero diferente, el de Lima, o una mezcla de los dos, combinado con elementos de los dialectos quechuas centrales cercanos.[24][25] Parece que Santo Tomaś mezcló palabras de varios dialectos, meridional y central, en sus obras, mientras que la morfología es predominantemente meridional.[26][27] También se ha afirmado que algunas de las características de su variedad sugieren una afiliación con el quechua IIB (quechua del norte)..[28]
Se piensa, además, que la lengua franca inca se refleja en algunas de las palabras y frases quechuas encontradas en las primeras crónicas españolas, especialmente la de Juan de Betanzos de 1557, Summa y naración de los incas (a pesar de ser grabado en Cuzco),[29] en los primeros préstamos al español y glosas que expresan conceptos relacionados con los incas (ver más abajo).[30]
Esta lingua franca inca se considera que ha tenido las siguientes características, de las cuales la primera y en parte la última se encuentran en la variedad de Santo Tomás:[31][21]
- la sonoridad alofónica de las paradas delante de las nasales: inka > inga, kuntur > kundur > cóndor, anti 'este' > andi > Andes (una característica que aún se atestigua en la época colonial a lo largo de la costa central cerca de Lima, y que se encuentra hasta el día de hoy en las variedades del norte);[18]
- la tendencia a eliminar / q / de final de palabra (p.ej. la ortografía Yaguar Guaca por el nombre de Yawar Waqaq);
- un cambio inicial de palabra /r/ > /l/ (comparar el nombre de Lima de lima-q < rima-q 'hablador, oráculo')
- el uso del sonido /ʃ/ que las primeras fuentes españolas tradujeron con la letra x (e.j. Quiquixana, Términos relacionados con los incas como maxcapaycha por Mascapaicha y Xairi por Sairi (Túpac) en el trabajo de Oré, algunas palabras comunes como xuti por ŝuti en Santo Tomás)[21] correspondiente al Quechua Clásico Colonial ŝ, que fue traducido con la española s.[30]
Una característica notable de la ortografía de Santo Tomás es el uso generalizado de las letras españolas en vocales abiertas e y o donde no se esperan tales alófonos en quechua. No está claro que esto refleje algunas peculiaridades objetivas de la variedad.[32] Además, en la variedad de Santo Tomás, el penúltimo patrón de acentuación que es casi sin excepciones en la mayoría de las otras formas de quechua se complica significativamente.[27] por varias subreglas teniendo en cuenta los límites morfológicos y el peso de la sílaba. La adición de enclíticos, sufijos de mayúsculas y minúsculas y el sufijo de la segunda persona del plural. -chik no afectaban el acento de la palabra (e.j. máchu-lla 'solo un anciano', saynáta-kta 'máscara (acusativo)',a diferencia de la adición del sufijo plural -kúna; sin embargo, el énfasis termina en -chik si va seguido de otro sufijo (-chík-man), y el final ablativo -mánta recibía un acento primario separado; énfasis atraído en el antepenúltimo acento (e.j. túnquri 'nuez de Adán'); los sufijos de inflexión verbal aparentemente tampoco tendían a afectar el acento, a menos que contuvieran una sílaba pesada que terminara en posición no final, en cuyo caso se acentuó la última sílaba de este tipo (míku-ni 'yo como', mikú-ngi 'tú comes', miku-rqá-ngi 'tú comiste')[33]
Existe alguna evidencia de que los españoles también usaron inicialmente la lengua franca inca o una forma relacionada del quechua costero con fines religiosos y administrativos desde el comienzo de la conquista del Perú en 1532 hasta algún punto en la década de 1560 (por ejemplo, usando una pronunciación landi- en lugar de ranti- para 'comprar'). Esto cambió cuando la variedad se extinguió.[34] Irónicamente, muchas de sus características llegaron a ser explícitamente menospreciadas como vulgarismos en el apéndice lingüístico de las influyentes publicaciones quechuas del Tercer Concilio de Lima en la década de 1580.[35]
Quechua colonial estándar
Origen
Una forma estandarizada del quechua fue codificada en los textos religiosos producidos por el Tercer Concilio de Lima (1582-1583) y publicados en 1584-1585, así como en la gramática anónima asociada y el diccionario publicado en 1586. Aproximaciones escritas más o menos cercanas de esta variedad se utilizaron con fines religiosos y administrativos durante el resto del siglo XVI y al menos la primera mitad del siglo XVII,[36][37] aunque las modificaciones de algunos detalles no fueron infrecuentes.[38] La naturaleza exacta y los orígenes de esta variedad y su relación con la lengua franca inca y con los diferentes dialectos regionales quechuas son algo controvertidos.
No hay duda de que el quechua colonial estándar era una forma de quechua IIC, o quechua del sur[39][35][40][11] (aunque una opinión minoritaria es que específicamente el Manuscrito de Huarochirí tiene rasgos del quechua IIB en su lugar).[28]Por ejemplo, tiene el sufijo de sujeto de la primera persona -ni en vez de -y y el objeto en primera persona -wa- en vez de -ma-.[35]También expresa el número verbal mediante los sufijos -ku y -chik. En consecuencia, puede verse como una especie de continuación natural de la lingua franca inca, que sigue siendo esencialmente el mismo 'quechua del sur del Perú', si se supone que la lengua franca inca era un dialecto de Cuzco de tipo IIC,[41] o puede considerarse como una ruptura distinta de acuerdo con la opinión actualmente más común de que los incas habían utilizado una variedad diferente de quechua costero.[42]
A pesar de la clara base dialectal del sur, los codificadores del quechua colonial estándar afirmaron, y parecen haber hecho un esfuerzo para seleccionar formas que garanticen la máxima inteligibilidad en todo el país, evitando tanto los elementos que eran exclusivos de varios dialectos locales desviados como los que eran peculiares de lo que se consideraba prestigioso discurso aristocrático en Cuzco.[43][16]Por lo tanto, prefirieron la palabra generalizada muchu- en lugar del sinónimo específico de Cuzco allpari- por 'sufrir', y aklla- en lugar de chikllu- para 'elegir'. También evitaron los préstamos de Cuzco a Aymara o Puquina, que pueden deberse en parte a los propios orígenes de los incas.[16][17]
Sin embargo, existe cierta controversia sobre la relación exacta del quechua colonial estándar con el dialecto del Cuzco. Los propios autores declararon que estaban escribiendo en la variedad de Cuzco, y tres de los cuatro parecían tener su origen en la antigua capital inca o sus alrededores. Autores como Mannheim (1991: 142) y Durston (2007: 191-194) consideran que la norma del Tercer Concilio se basa, en efecto, en el dialecto del Cuzco con pequeñas modificaciones artificiales del tipo mencionado anteriormente. En la ortografía, los codificadores optaron por no marcar los aspirados y eyectivos típicos del Cuzco,[40] contribuyendo a la semejanza de la forma escrita con el dialecto moderno de Ayacucho. Sin embargo, motivaron explícitamente esa estrategia no como una acomodación de dialectos que carecen de estos sonidos, sino con el hecho de que 'los significados no coinciden y los intérpretes no están de acuerdo entre ellos'.[44]De hecho, ni siquiera se expresó el contraste entre 'k' y 'q', que algunos han relacionado con su pérdida en muchas variedades del quechua del norte.[11] En cualquier caso, tanto el principio de evitar los lexemas propios del Cuzco como el de no marcar los ejectivos, los aspirados y el contraste uvular-velar se desviaron en cierta medida en muchos textos publicados posteriormente en quechua estándar colonial que buscaban reflejar la usanza del Cuzco más fielmente.
Itier (2000: 48, passim) expresa un punto de vista diferente, quien cree que la norma del Tercer Concilio se basó en una innovadora koiné quechua del sur que había surgido espontáneamente en las décadas anteriores en respuesta al desarrollo de la industria minera y la urbanización y era claramente distinto del dialecto cuzqueño tradicional y arcaico (aunque prestigioso) asociado con el pasado inca. Explica el hecho de que muchos de los que usaban esta lengua franca se referían a ella como 'la lengua del Cuzco' con el supuesto de que la gente se refería a una variedad quechua del sur en general.[45] Algunas innovaciones encontradas en esta forma eventualmente se extendieron también al quechua de Cuzco.[46]
Suponiendo que la lengua franca de los incas no hubiera sido, de hecho, una forma del quechua del sur, la elección de este último como base para el idioma estándar por parte de las autoridades coloniales puede haber estado relacionada en parte con el hecho de que esta variedad prevalecía en la áreas que eran más importantes para la industria minera. Un factor adicional fue el prestigio del Cuzco: existen numerosas referencias a que para la época del Tercer Concilio en la década de 1580, era el quechua del sur y específicamente el dialecto del Cuzco el que se veía como el más refinado y cercano a la forma en la que los incas habían hablado, por lo tanto, más digno de ser utilizado para expresar "conceptos elevados".[47][48] El enfoque en Cuzco en particular es explicable en vista de su estatus como la antigua capital inca, lo que llevó a ser visto como 'la Atenas, la Roma y el Toledo de la lengua quechua', como lo expresó Oré en 1598.[49] Esta identificación de su propio dialecto con el de los incas pronto fue también, en ese momento, parte de la identidad de las élites cuzqueñas.[50] El contraste entre el quechua costero de la crónica de Juan de Betanzos de 1557 y el quechua sureño de Cristóbal de Molina de 1575 puede sugerir que la nobleza indígena había abandonado la antigua lengua franca y había cambiado al dialecto local en el período intermedio.[51]
Nuevamente, dependiendo de si el quechua colonial estándar se ve o no como una forma del quechua de Cuzco, la transición al idioma del drama quechua clásico (mediados del siglo XVII-finales del siglo XVIII) puede verse como una extinción y reemplazo de una lengua escrita por otra[11] o como una transición suave y natural a formas posteriores del dialecto del Cuzco.[52]
Uso
El quechua colonial estándar fue adoptado como un instrumento de proselitismo por la Iglesia católica, siguiendo una política general de uso de lenguas vernáculas en las instrucciones religiosas como lo defendió el Concilio de Trento (1545-1563) en relación con la Contrarreforma. Los esfuerzos para utilizar alguna forma de quechua con fines religiosos comenzaron a más tardar en la década de 1540, antecediendo significativamente al estándar quechua colonial estándar atestiguado. Los primeros textos doctrinales y un diccionario, ahora perdidos, fueron escritos por Juan de Betanzos en Cuzco, aparentemente por encargo de la Corona española. Otras iniciativas individuales parecen haber ocurrido, y el Primer Concilio de Lima (1551-1552) parece haber aprobado ciertos textos cristianos quechuas que pueden haber estado en la variedad de Domingo Santo Tomás e incluso haber incluido el sermón y la oración de confesión general que incluye en su obra de 1560.[53] Al mismo tiempo, se estableció una capellanía en la catedral de Lima, que proporciona un estipendio para que un clérigo predique regularmente en 'el idioma indio' (presumiblemente quechua) allí.[54] Se sabe que los jesuitas en Lima produjeron otro catecismo quechua en 1569,[55] y todavía estaban trabajando en otro conjunto de textos alrededor de 1576.[56]
Al mismo tiempo, se estaba llevando a cabo un esfuerzo paralelo en Cuzco. En 1567, ya existían textos religiosos quechuas oficialmente aprobados que los sacerdotes recibieron instrucciones de usar en la Diócesis de Cuzco. Estos fueron revisados en 1573, supuestamente implicando la introducción de algún tipo de diacríticos por Melchor del Aguila. En la década de 1570, Cristóbal de Molina fue un notable predicador de habla quechua en la ciudad; continuaría escribiendo una crónica famosa en 1575.[57]
Para asegurar que los sacerdotes aprendieran quechua, se fundó una cátedra en la Catedral de Lima en 1571.[58] A fines de la década de 1570, la competencia en quechua se hizo obligatoria para los sacerdotes en Perú con el fin de garantizar un proselitismo efectivo y pureza doctrinal, y se estableció una cátedra de quechua en la Universidad de San Marcos de Lima con la función no solo de ofrecer cursos de quechua colonial estándar, sino también de realizar exámenes que certifiquen la competencia en quechua, esencialmente la licencia para el cargo sacerdotal.[58] Ya en la década de 1580, este monopolio fue revocado y se confió a varios otros organismos y expertos la realización de tales licencias lingüísticas para lugares distantes de Lima, en particular, en Cusco.[59]
Una vez establecido por el Tercer Concilio de Lima (1582-1583), se sabe que el quechua colonial estándar se usó en sermones en y en la enseñanza y se informa que fue ampliamente comprendido y gozó de un prestigio significativo, supuestamente conduciendo incluso a un cambio de dialecto entre los hablantes de quechua rurales en contacto con los centros urbanos.[60] Además de su uso clerical, el quechua colonial estándar fue el principal vehículo nativo de comunicación escrita, visto en cartas personales y, hasta cierto punto, en contextos legales y administrativos como la redacción de peticiones y títulos de propiedad y propiedad.[61] Sin embargo, a diferencia del náhuatl en México, el quechua casi nunca se usó en los registros notariales, con solo dos fragmentos sobrevivientes, posiblemente debido a una prohibición de 1576 de que los mestizos ocuparan la oficina del notario.[62]
Se informa que el estándar se ha entendido hasta cierto punto en la mayor parte del país, incluidas las áreas del centro quechua también,[63] aunque el grado de competencia en él fue menor en los estratos sociales más bajos y las mujeres.[64] Algunos lingüistas han argumentado que gran parte de la propagación actual del quechua del sur por el altiplano del sur del Perú y el desplazamiento de otras lenguas nativas por este solo se logró en el período colonial debido a su promoción por parte de las autoridades españolas[65] o la actividad económica,[66] mientras que otros han sostenido que la importancia de estos factores fue probablemente pequeña y que el área quechua del sur debe haber sido homogénea desde antes de la conquista española.[67]
Después del Tercer Concilio de Lima, todos los autores se adhirieron a su estándar en la mayoría de los aspectos, pero solo unos pocos lo hicieron con total fidelidad sin hacer modificaciones notables: según la evaluación de Alan Durston, esto último puede ser válido solo para las obras de Pablo de Prado y Diego de Torres Rubio.[68] De hecho, cuando Alonso Martínez, miembro del equipo de traducción del Tercer Concilio, atacó a Alonso Huerta en 1613 por desviarse de la norma del Tercer Concilio, esto no impidió que Huerta utilizara el patrocinio del arzobispo Lobo Guerrero para heredar la cátedra universitaria de Martínez tras la muerte de este último en 1614. Las modificaciones que hicieron la mayoría de los autores posteriores al Tercer Concilio siguieron dos tendencias principales.
Uno de ellos fue reflejar de manera más cercana y consistente el habla del Cuzco (a menudo influenciado por el aymara, posiblemente conectado con el propio trasfondo lingüístico aymara de los incas). Los ejemplos más típicos de esta corriente son las obras de Diego González Holguín (1607-1608) y Juan Pérez Bocanegra (1631),[69] aunque César Itier también cree que está presente en Alonso de Huerta (1616) y Torres Rubio (1619).[70] En algunos aspectos, parece que estos autores se basaban en las tradiciones del proyecto literario y lingüístico del Cuzco anterior al Tercer Concilio, cuya producción no ha sobrevivido.[71] Específicamente la práctica de representar los eyectos y aspirados característicos del Cuzco también fue adoptada por Luis Jerónimo de Oré (1598), Batolomeo Jurado Palomino (1646), Juan Avendaño (1648) y Francisco de Ávila (1648), por lo que incluso se puede decir. haberse convertido en 'la norma' en la década de 1640.[72] A pesar de tales elementos, especialmente la obra de Oré se acerca lingüísticamente a la del Tercer Concilio, como lo es la de Diego de Molina (1649).[73]
Otra tendencia fue la de adaptar el idioma de los textos que se utilizarían en las áreas de habla quechua central (Chinchaysuyu) mediante la inclusión de elementos de estos dialectos. Esta tendencia fue especialmente popular entre los nativos de Huánuco y alrededor de la capital colonial Lima, que se ubicaba cerca del territorio Quechua Central. Su principal defensor fue Alonso de Huerta (1616), quien ocupó las cátedras de la catedral y la universidad de quechua en Lima durante muchos años (la primera desde 1592 y la segunda desde alrededor de 1614 hasta mediados o finales de la década de 1630).[74] TSu tendencia central quechua se expresa, aunque de manera inconsistente, en las obras de Luis Jerónimo de Oré (1598), Francisco de Ávila (1648), Juan Avendaño (1648), Diego de Molina (1649) y, más extensamente, por Juan Castromonte. (¿1651?). Huerta, Molina y Castromonte también hicieron, como Holguín, un esfuerzo por distinguir entre /k/ y /q/ en su ortografía.[75]
Estos diferentes enfoques chocaron, en particular, en un debate a fines de la década de 1640 sobre el uso del quechua colonial estándar con base en Cuzco en áreas donde se habla quechua central ('el idioma de Chinchaysuyo'). Algunos argumentaron que los sacerdotes que trabajaban en estas áreas necesitaban adquirir competencia en quechua central para poder comunicarse adecuadamente con los feligreses, mientras que otros objetaron afirmando que la variedad estándar era suficientemente comprensible allí y era más refinada, más cercana al habla de los incas y por lo tanto más apropiado para su propósito.[76]
A mediados del siglo XVII, el uso en todo el país del quechua colonial estándar disminuyó.[11] En ese momento, las autoridades españolas cambiaron a una política de hispanización y supresión de las lenguas indígenas, que se ordenó ya en la década de 1630, pero se aplicó de manera inconsistente.[77] El cambio de política se reflejó en la interrupción de las publicaciones de trabajos lingüísticos originales en quechua (aunque continuaron las reimpresiones ocasionales) después de mediados de siglo, y en una pérdida general de interés por parte de la Iglesia y el Estado por desarrollar una literatura en quechua.[78] Los requisitos para que los sacerdotes tuvieran competencia en quechua se hicieron cada vez menos estrictos a partir del mismo tiempo y la cátedra catedral quechua en Lima se cerró en 1694. Se hizo un esfuerzo para revertir esta política solo cien años después, en 1754, por el arzobispo de Lima, Pedro Antonio de Barroeta y Ángel, así como por el VI Concilio de Lima en 1772.
Las razones del cambio de mediados del siglo XVII no están claras. Una posible causa que se ha aducido es la creciente tendencia de los indígenas a abandonar las reducciones indígenas y evitar los servicios de los sacerdotes realizando los propios rituales cristianos dentro de las denominadas cofradías. También había una percepción creciente de que la cristianización de los pueblos indígenas ya era tan completa como era realista esperar. Algunos factores contribuyentes pueden haber sido una controversia con respecto a la calidad lingüística y teológica de la predicación en lengua quechua que tuvo lugar en la década de 1650, y una política oficial de hispanización que la monarquía española emprendió en la década de 1680.[79]
Sorprendentemente, esto no condujo a la desaparición de la literatura quechua escrita, sino solo a un cambio de enfoque. A partir de mediados del siglo XVII pasó a estar dominado por variedades claramente regionales, sobre todo por el quechua cuzqueño,[11] que ahora eran promovidos por las élites de esa ciudad, quienes buscaban su legitimación en el pasado inca. De hecho, esto dio lugar a una especie de renacimiento literario y edad de oro quechua, que se expresó específicamente en la dramaturgia.[80] El lenguaje del drama clásico quechua de ese período es reconocible como distintivo del quechua Cusco-Collao debido a las diversas innovaciones, especialmente las leniciones, que lo diferencian cada vez más tanto del quechua colonial estándar como de otras variedades del quechua del sur.[52][81] Los hablantes de quechua también produjeron sus propios textos devocionales informales en forma de manuscrito, continuando en parte la tradición de la literatura eclesiástica oficial del período clásico.[82] Durante el mismo período, además de las reediciones de obras más antiguas reorientadas hacia el quechua central, los primeros textos religiosos compuestos específicamente en las variedades quechuas del Ecuador moderno (por Luis Francisco Romero, 1725, 1753) y Bolivia (por Juan Antonio Dávila Morales, 1739) aparecieron.[83] Este florecimiento terminó con la derrota de la rebelión de Túpac Amaru de 1780, que resultó en una severa represión contra el uso del quechua, incluida la prohibición explícita de la literatura y el teatro quechua y la abolición de la cátedra de quechua en la Universidad de San Marcos.[10]
Comparación con los dialectos quechuas modernos
En fonología, el quechua colonial estándar se diferencia de los dialectos del quechua del sur moderno, pero no de los de otras regiones, al distinguir todavía sibilantes demasiado diferentes: s y ŝ. La lenición de consonantes finales de sílaba que es típica del quechua Cuzco-Collao moderno (/k/ después de las vocales anteriores > /tʃ/ > /ʃ/ > /s/, /t/ > /s/, /p/ > /ɸ/ > /χ/, /q/ > /χ/, /w/ > /y/, /r/ > /ɹ/[84]) aún no había tenido lugar en el idioma del Tercer Concilio[85] o en el del Manuscrito Huarochirí: así, la segunda persona del plural es /-chik/, no /-chis/, y el final del aspecto progresivo es /-chka/, no /-sha/. Esto lo hace más similar fonológicamente al dialecto moderno de Ayacucho, donde estos cambios no han tenido lugar.[86] A partir de la gramática de Juan de Aguilar de 1691, comienzan a aparecer los primeros signos claros de tal lenición en el quechua cuzqueño, y textos posteriores muestran varias etapas del proceso.[87] Otros cambios de Cuzco que aún no habían tenido lugar en el quechua colonial estándar fueron: (1) la regla que hace que los sufijos /-yku/ y /-rqu/ pierden sus consonantes y reemplazan la vocal /u/ con /a/ antes de los sufijos /-mu/, /-pu/ y /chi/; (2) el reemplazo de la nasal /ɲ/ y el final de palabra /m/ en algunos morfemas con la /n/ sin marcar. Finalmente, el eufónico /ni/ que se inserta antes de los sufijos después de que las raíces de la consonante final tengan un alomorfo /i/ antes de /q/, /ŝ/ y /r/, que está ausente en el actual quechua cuzqueño. Por otro lado, ya en la época del quechua colonial estándar, existía una diferencia dialectal entre la presencia de oclusivas eyectivas y aspiradas en Cuzco por influencia aymara y su ausencia en otras variedades, y ambas opciones se acomodaron dentro del estándar literario.
En la morfología, se puede notar que el sufijo acusativo en quechua colonial estándar todavía tiene la forma arcaica -kta después de una vocal en oposición a la moderna generalizada -ta.[88] No hay un tiempo pasado narrativo / mítico especial que use el sufijo verbal -ŝqa, ya que este último todavía se usa casi solo como terminación de participio pasado, aunque se pueden encontrar algunos ejemplos tempranos de uso compuesto 'perfecto'.[89]
Certificación y textos
Como ya se mencionó, la crónica de Juan de Betanzos Summa y naración de los incas (1557) contiene algunas palabras quechuas que parecen reflejar una variedad del quechua de la costa y no del quechua del sur, a pesar de haber sido escritas en Cuzco. En 1560, una gramática y un diccionario, que incluía textos religiosos cristianos, en lo que probablemente también era una variedad de quechua costero (con elementos léxicos aparentes tanto del sur como del centro e incluso algunos del norte, según algunos autores) fueron publicados por el sacerdote dominico Domingo de Santo Tomás ya en 1560 bajo los títulos Grammatica o Arte de la lengua general de los Indios de los Reynos del Perú y Lexicón o Vocabulario de la lengua general del Perú.
Textos breves y pasajes en quechua, especialmente textos rituales que datan de la época Inka, se encuentran en crónicas en español de cuatro autores de origen parcialmente indígena.[90] El primero, de Cristóbal de Molina el Cuzqueño (Fabulas y Ritos de los Incas, 1575)[91] ha sido considerada la primera atestación inequívoca del quechua del sur.[51] Los otros tres fueron escritos después del establecimiento del quechua colonial estándar. Los autores fueron Inca Garcilaso de la Vega (Comentarios reales de los Incas, 1609), Felipe Guaman Poma de Ayala (El primer nueva corónica y buen gobierno, alrededor de 1610) y Juan de Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua (Relación de las antigüedades deste Reyno del Perú, hacia 1613, donde las citas de los textos rituales se asocian con cada uno de los Inkas).[91] La autenticidad de estas oraciones ha sido cuestionada.[92]
Fueron las publicaciones asociadas al Tercer Concilio de Lima en 1583-1586 las que codificaron el quechua colonial estándar.[93] El cuerpo de trabajo que ejemplificó la variedad recomendada fue la colección trilingüe (en español, quechua y aymara), titulada Doctrina Christiana (1584-1585) y compuesta de tres volúmenes: dos catecismos en forma de diálogo, uno más corto y otro más largo, y un colección de 31 sermones sobre los sacramentos y los diez mandamientos.[94][95] Las traducciones del Tercer Concilio de oraciones básicas y expresiones cristianas siguen siendo estándar en quechua hasta el día de hoy, aunque con las modificaciones dialectales necesarias.[96] Los textos religiosos se complementaron con una gramática y un diccionario, ambos publicados de forma anónima en 1586 e impresos en Lima por Antonio Ricardo (específicamente convocado desde México para tal efecto).[64] Estos últimos esencialmente siguieron siendo los estándar para el período del quechua colonial estándar y luego fueron reeditados en formas revisadas tres veces, en 1603, 1604 (publicado bajo el nombre de Alonso Martínez, miembro del equipo de traducción del Tercer Concilio)[97] y 1614.[98] Dos de los cuatro traductores, Francisco Carrasco y Bartolomé de Santiago, eran mestizos originarios de Cuzco y de Arequipa lingüísticamente cercanos, respectivamente, mientras que Alonso Martínez había pasado algún tiempo primero en Huaylas central quechua y luego en Cuzco, y Juan de Balboa era nativo de Lima, pero probablemente actuó como supervisor o figura decorativa.[99]
Estos fueron solo el comienzo de una larga serie de publicaciones de textos eclesiásticos quechuas que continuaron durante más de medio siglo: la producción fue muy copiosa, muchos textos sobreviven en copias impresas y manuscritas y se sabe que aún existen más.[100] Unos quince años después del Tercer Concilio, Luis Jerónimo de Oré publicó el Symbolo Católico Indiano (1598) en una lengua cercana,[101] Sin embargo, no es completamente idéntica[48] al del Tercer Concilio. Consistió en una colección de siete cantos religiosos cristianos en quechua con traducción parcial al latín y, nuevamente, versiones trilingües de los Diez Mandamientos, algunas oraciones, los Diez Mandamientos, los Sacramentos, confesiones y una breve catequesis. Un sermón anónimo aislado La Plática que se ha de hazer a los indios en la predicacion de la Bulla de la Santa Cruzada (1600) está compuesto también en la variedad del Tercer Concilio.[102] Otro texto importante es el Formulario Ritual (1631) de Juan Pérez Bocanegra, que consiste en su mayoría en cuestionarios bilingües sobre los sacramentos, los mandamientos y diferentes 'errores' religiosos. Está escrito en una variedad de influencia más cuzqueña que la del Tercer Concilio,[103] y se destaca por contener una discusión detallada de los términos de parentesco quechua, completa con un diagrama.[104] En 1641, Pablo de Prado publicó un Directorio espiritual en la lengua española y quichua general del inga. Un Catechismus Quichuensis fue publicado en 1646 por Bartolomeo Jurado Palomino. Fernando de Avendaño publicó más colecciones de sermones en 1648 (Sermones de los Misterios de Nuestra Santa Fe Católica), Francisco de Ávila (póstumamente) en el mismo año (Tratado de los Evangelios, bilingüe) y Diego de los Cobos Molina en 1649. (Sermones de la Cuaresma).[101] Finalmente, en algún lugar entre 1650 y 1653, Juan de Castromonte escribió un libro ritual titulado Aptaycachana, aunque los muchos elementos del quechua central y la propia designación del autor de su idioma como chinchaysuyo (es decir, quechua central)[105] significa que sólo puede ser visto en parte como un espécimen del quechua colonial estándar.
Entre los textos generalmente considerados como especímenes del quechua colonial estándar, el más famoso y significativo en términos de contenido es el Manuscrito Huarochirí (con diversas fechas de 1598 o 1608), elaborado por informantes indígenas bajo la dirección de Francisco de Ávila, que describe el mitos y prácticas religiosas indígenas de la provincia de ese nombre. Aunque generalmente se adhiere estrechamente al estándar del Tercer Concilio[106][93] y se identifica como perteneciente al Quechua IIC, presenta, además, algunos rasgos resultantes de la influencia del Aru, que probablemente fue la lengua materna del editor.[107] Los puntos de vista alternativos son que el idioma del Manuscrito Huarochiri en realidad pertenece al Quechua IIB (Quechua del Norte)[108] o que su procedencia dialectal es incierta.[109] Otra fuente notable son las llamadas Cartas Cotahuasi, escritas en 1616 por el cacique local Cristóbal Castillo.[110] También se han descubierto al menos una docena de documentos legales-administrativos y cartas privadas escritas por indígenas en quechua colonial estándar.[111]
Después del siglo XVII, hubo nuevos esfuerzos oficiales muy esporádicos para producir textos eclesiásticos en quechua. Gaspar Manuel publicó una reedición del Directorio espiritual de 1641 de Pablo de Prado, agregando muchos textos nuevos de diversas fuentes y, en un caso, un largo himno de pasión Romances de la passion de N. Señor Iesu Christo que no se encuentra en ninguna fuente anterior. Este trabajo todavía se puede identificar como en gran parte quechua colonial estándar,[112] aunque su fecha de origen está fuera del período "clásico" en sentido estricto. Finalmente, hacia el final de una nueva traducción de un catecismo al quechua se publicó por orden del Sexto Concilio de Lima en 1773 junto con una reedición del Tercer Catecismo de la Doctrina Christiana del Tercer Concilio. Al mismo tiempo, la tradición tuvo un brote en la producción informal de manuscritos devocionales por indígenas hablantes de quechua que se hicieron abundantes en el siglo XVIII: contenían principalmente copias de textos anteriores, pero también algunas letanías aparentemente nuevas y traducciones de salmos e himnos. Reflejan claramente los cambios que habían tenido lugar en los dialectos regionales de su origen en ese momento: Quaderno de directorio espiritual es un espécimen del quechua de Cuzco y un devocional sin título similar ejemplifica el quechua de Ayacucho.[113]
En la primera mitad del siglo XVII se produjeron muchas otras gramáticas y diccionarios: Diego González Holguín (1607-1608, Alonso de Huerta (1616), Diego de Torres Rubio (1619), los tres utilizando un lenguaje claramente de influencia cuzqueña[114] – y Rojo Mejía y Ocón (1648). Después de una pausa significativa, se produjo un pequeño renacimiento a principios de siglo con las gramáticas de Juan de Aguilar (1690) y Estevan Sancho de Melgar (1691),[115] así como la reedición revisada de 1701 de la gramática de Torres Rubio por Juan de Figueredo. Estas gramáticas tardías reflejan una etapa del lenguaje notablemente diferente del quechua colonial estándar, ya que las de Aguilar y Melgar reflejan innovaciones regionales que habían tenido lugar mientras tanto en el dialecto de Cuzco, mientras que la de Figueredo tenía un enfoque adicional en el quechua central (Chinchaysuyo ). Un enfoque aún mayor en el quechua central estuvo presente en la tercera edición de la gramática de Torres Rubio en 1754 con notas de Bernardo de Zubieta y Rojas.[116]
Desde mediados del siglo XVII hasta finales del siglo XVIII, floreció un renacimiento literario indígena en Cuzco, que resultó en la composición de varios dramas quechuas sobre temas históricos y religiosos, en parte de inspiración nativa y en parte de inspiración europea. Estos incluyen Auto Sacramental del robo de Proserpina y sueño de Endimión (hacia 1644) y Auto Sacramental del Hijo Pródigo (hacia 1650) de Juan de Espinosa Medrano (el Lunarejo), así como tres dramas que se cree que fueron compuestos entre finales del siglo XVII. y finales del siglo XVIII, en este probable orden cronológico:[117] El pobre más rico (finales del siglo XVII o principios del XVIII) de Gabriel Centeno de Osma, Uska Paukar y El milagro del rosario (Anónimo, mediados del siglo XVIII) y, con mucho, el drama quechua más famoso, Ollantay (Anónimo, a veces atribuido a Antonio Valdez; códice de Justiniani de las décadas de 1770-1780, códice de Sahuaraura de 1838, pero que representa una etapa lingüística más arcaica que el manuscrito de Justiniani).[118][119][120][121] Si bien estos dramas también se consideran pertenecientes al período clásico de la literatura quechua, su base lingüística era claramente más local y específica del Cuzco que la de obras anteriores, y muestran una cantidad gradualmente creciente de innovaciones lingüísticas específicas del quechua cuzqueño posterior. en particular, extensas leniciones.[117][122] De hecho, parece que el estándar suprarregional del quechua colonial estándar, tal como lo codificó el Tercer Concilio, quedó gradualmente fuera de uso en aproximadamente el mismo período que cuando comenzó la Edad de Oro del teatro quechua. Por esta razón, los dramas a veces se han descrito como especímenes más o menos arcaicos del quechua cuzqueño más que del quechua colonial estándar en el sentido estricto de la palabra.[11]
Fonología
Solo había tres fonemas vocálicos:
Sin embargo, las vocales /i/ y /u/ fueron abiertos a [e] y [o] cuando precede o sigue a la consonante uvular /q/ (véase abajo). Por lo tanto, quĉa 'laguna 'se pronuncia [qot͡ʂa], y qillqay 'escribir' es [qeʎqaj].[123]
Las consonantes son las siguientes:[124]
Bilabial | Alveolar | Postalveolar | Retrofleja | Velar | Uvular | Glotal | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Oclusiva | p | t | k | q | |||
(Oculsiva aspirada) | (ph) | (th) | (kh) | (qh) | |||
(Oculsiva eyectiva) | (pʼ) | (tʼ) | (kʼ) | (qʼ) | |||
Africada | (t͡ʂ) | t͡ʃ | |||||
(Africada aspirada) | (t͡ʃh) | ||||||
(Africada eyectiva) | (t͡ʃʼ) | ||||||
Fricativa | s | ʂ / s̪ / ʃ | h | ||||
Nasal | m | n | ɲ | ||||
Lateral | (l) | ʎ | |||||
Vibrante | r | ||||||
Semivocales | w | j |
La pronunciación exacta del fonema designado /ʂ/ es incierta y controvertida. Puede haber sido un retroflex según Gerald Taylor.[125] Tiene su origen en un fonema proto-quechua reconstruido como /ʃ/,[126][127] pero hay un testimonio explícito de que el quechua colonial estándar no tenía un sonido [ʃ] asemejándose a la pronunciación española del grafema x en el momento; en cambio, el /ʂ/ se identificó con la pronunciación española de s, pero no de z y c.[128] En las variedades españolas que pronunciaban estas dos letras de diferentes maneras antes de aproximadamente 1650, la distinción era la de un lugar de articulación alveolar más retraído ([s̪]) del sonido escrito /s/ y un lugar de articulación dental más avanzado ([s̺]) del sonido escrito z, c y ç.[129] La distinción se fue perdiendo paulatinamente en el quechua del sur a lo largo del siglo XVII, como lo muestra la ortografía de los textos atestiguados.[66]
Se ha planteado la hipótesis de que, como el quechua cuzqueño moderno (y a diferencia del quechua ayacucho), el quechua colonial estándar también tenía una serie eyectiva y, posiblemente, también aspirada de oclusivas y africadas correspondientes a las llanuras, pero la ortografía del período colonial en general no las expresa.[130] Además, está claro que hubo variación dialectal. En el siglo XVII, se decía que el dialecto de Cuzco se caracterizaba por un sonido especialmente 'gutural' y parece haber tenido ya la serie de eyección y aspiración que tiene hoy; algunos escritores los expresaron ocasionalmente en la ortografía, aunque de manera inconsistente.[131] On the other hand, they aren't designated at all in the Huarochirí manuscript and many other texts.
La africada retrofleja [t͡ʂ] se reconstruye para el proto-quechua,[126]pero generalmente no para el quechua colonial estándar.[132] Se ha fusionado con [t͡ʃ] en la mayoría de los dialectos sureños modernos. Según Gerald Taylor, no está claro si /t͡ʂ/ existía como un fonema separado en el quechua colonial estándar en su conjunto, pero parece probable que estuviera presente al menos en el idiolecto del editor del manuscrito de Huarochirí.[133]
Ortografía
La ortografía colonial original se basaba en el español y no expresaba adecuadamente todos los fonemas del idioma. La ortografía no distingue /q/ de /k/, designando a ambos de la misma manera que /k/ en español, es decir, como c antes de las vocales posteriores y qu antes de las vocales frontales. Excepcionalmente, /q/ Podría ser expresado por algunos autores como un geminado cc,[134] k,[135] qq o con una ^ encima de la letra /k/.[136] La ortografía colonial sí expresaba, en cambio, la apertura alofónica de las vocales /i/ y /u/ adyacente a /q/ con la ortografía e y o desde el Tercer Concilio en adelante. Los sonidos /s/ y /ʂ/ también fueron distinguidos, ya que el primero fue expresado por las letras z y ç, mientras que esto último lo expresó la letra s Y el digrafo ss.[128] Los eyectivos y aspirados, cuando están marcados, podrían expresarse por geminación.[131]Esta última práctica se volvió predominante en la década de 1640.[72]El digrafo hu- se utilizó para expresar la inicial de la sílaba w- (Santo Tomás había escrito en cambio gu-); por ejemplo huaca por waka.[137]
La mayoría de las descripciones de la variedad y ediciones de los textos en él utilizan la nueva ortografía establecida para el quechua en Perú. Aunque sigue siendo similar al español en la forma en que se expresa /t͡ʃ/ como ch, /ɲ/ ñ y /ʎ/ como ll, respectivamente, este sistema distingue entre /k/ como k y /q/ como q, y usa h solo para expresar el sonido /h/.
Además de las letras estándar de la ortografía quechua moderna, la normalización académica de Gerald Taylor del quechua colonial estándar proporciona las letras ŝ y ĉ respectivamente para las consonantes /ʂ/ y /t͡ʂ/,[126] que se fusionan con /s/ y /t͡ʃ/ en la mayoría de los dialectos sureños modernos (el quechua de Cuzco distingue los dos sibilantes /s/ y /ʃ/, pero este último ha surgido secundariamente a través de cambios de sonido posteriores).[132] Taylor, sin embargo, no cree que el editor del manuscrito de Huarochirí tuviera la distinción entre /s/ y /ʂ/ en su propio discurso, sino que era una característica de la variedad del quechua colonial estándar que estaba tratando de emular (expresa algunas dudas incluso sobre este tema, a diferencia de la mayoría de los estudiosos)[138][139]
Por lo tanto, la ortografía normalizada general utilizada en las ediciones de Taylor y la ortografía histórica se puede resumir de la siguiente manera:
ortografía normalizada | fonema | ortografía colonial |
---|---|---|
ch | t͡ʃ | ch |
ĉ | t͡ʂ | ch |
h | h | h |
i | i | i, e para el alófono [e] |
k | k | c antes de las vocales posteriores, qu antes de las vocales frontales |
l | l | l |
ll | ʎ | ll |
m | m | m |
n | n | n |
ñ | ɲ | ñ |
p | p | p |
q | q | /k/ (algunas veces cc, k, qq, ĉ, q̂) |
r | r | r |
s | s | z or ç antes de las vocales posteriores, c antes de las vocales frontales |
ŝ | ʂ / s̪ / ʃ | s, ss |
t | t | t |
u | u | u, o para el alófono [o] |
w | w | hu (gu) |
y | j | y, i |
Ch[140] | Cʰ | C (algunas veces CC) |
C' | Cʼ | C (algunas veces CC) |
El acento se ubicó en la penúltima sílaba. Sin embargo, hay excepciones, como la partícula -ĉ(á), que expresa conjeturas y recibe el acento a pesar de formar la última sílaba de una frase.[141]
Gramática
La morfología del quechua es altamente sintética, aglutinante y relativamente regular y tiende a marcar tanto a los dependientes como a los jefes. Los dependientes generalmente preceden a sus cabezas.
Morfofonología
Varios sufijos tienen dos versiones: una que aparece después de las consonantes y otra después de las vocales. A veces, la diferencia es que el alomorfo posconsonante tiene la forma -CV(C), mientras que la postvocálica tiene solo la consonante inicial -C: por ejemplo wasi-m 'casa-afirmativo', pero ñan 'camino-afirmativo',[142] ñan-pa(q) 'camino-genitivo', pero wasi-p 'de la casa'.[143] Otra posibilidad es que el alomorfo postvocálico comience en dos consonantes, mientras que el postconsonante solo tiene el segundo: wasi-kta 'casa-acusativo', pero 'ñan-ta': En otros casos más, el alomorfo postconsonantal difiere del postvocálico en que está precedido por el 'elemento eufónico' -ni- (o, en textos especialmente influenciados por Cuzco, los más arcaicos -ñi-[144]): por ejemplo wasi-y 'mi casa', pero ñan-niy 'mi camino',[145] ĉunka isqun-niyuq 'diecinueve', ĉunka suqta-yuq 'dieciséis'. La mayoría del quechua colonial estándar fuera del manuscrito de Huarochirí tiene la variante -i- después de las consonantes -q, -r y -ŝ también: por ejemplo yawar-i-y 'mi sangre'[146] donde el manuscrito Haurochirí tiene yawar-ni-y.[145] En el resto de este artículo, el elemento que a veces está ausente (la vocal y posiblemente una consonante siguiente en el primer tipo de alternancia y la sílaba -ñi/ni en el otro) se escribirá entre paréntesis: -m(i), -(k)ta, -p(aq), -(ni)y.
Morfología nominal
Sustantivos
La estructura general del sintagma nominal es la siguiente:[147]
raíz | posesivo pronominal marcador | marcador de plural | marcador de caso | partículas de discurso |
Marcadores pronominales posesivos
Los marcadores pronominales posesivos son:
singular[145] | plural[148][149] | |
---|---|---|
1st person | -(ni)y | -(ni)y-ku -(ni)n-chik |
2nd person | -(ni)yki | -(ni)yki-chik |
3rd person | -(ni)n | -(ni)n-ku |
Por la ocurrencia del elemento -(ni)-, ver la sección de Morfofonología. La posesión está marcada tanto en el dependiente como en la cabeza: el sintagma nominal que expresa al poseedor se declina en genitivo, mientras que el sintagma nominal poseído recibe un sufijo pronominal posesivo de la persona apropiada (ver la sección Pronombres a continuación): por ejemplo warmi-p wasi-n 'la casa de la mujer'.
Número
El plural se forma con el marcador pospuesto -kuna: wamra-kuna 'niños'. Su uso no es obligatorio y generalmente está ausente después de los números y la palabra achka 'mucho'.[150]
Caso
Los siguientes marcadores de casos se agregan al final del sintagma nominal:[151]
caso | marcador |
---|---|
genitivo | ''-pa(q)'' after a consonant; ''-p'' after a vowel[152] |
acusativo (también funciona como dativo) | ''-ta'' after a consonant; ''-kta'' after a vowel[153] |
comitativo (también funciona como instrumental) | ''-wan''[154] |
locativo | ''-pi''[155] |
ablativo | ''-manta''[151] |
alativo | ''-man''[151] |
Terminativo, 'hasta' | ''-kama''[151] |
Equitativo, 'como' | ''-hina''[156] |
Dativo/final, 'para' | ''-paq''[157] |
causal, 'debido a' | ''-rayku''[158] |
Privativo, 'sin' (arcaico, típico de Cuzco) | ''-naq''[159] |
El morfema ñiq expresa ubicación imprecisa: 'a, en, alrededor, sobre'.[160] Sobre las partículas del discurso, consulte la sección Partículas.
Formación del sustantivo
Un sufijo notable que forma sustantivos a partir de otros sustantivos es -(ni)yuq (-ni- aparece después de una consonante), lo que significa 'teniendo X': por ejemplo llama-yuq 'dueño de llama'.[161] Un sufijo nominal que denota grupos es –(ni)ntin (que significa 'incluido', 'con ... y todo';[162] cf. hina-ntin 'todo' de hina 'como'.[163]
Adjectives
Los adjetivos son indeclinables. En una frase nominal, preceden al sustantivo. La comparación se expresa perifrásticamente. El grado comparativo se expresa con el adverbio aŝwan 'más' y el objeto de comparación en el ablativo: ñuqa qam-manta aŝwan amawta-m ka-ni 'I am wiser than you'. El superlativo usa el adverbio ancha 'mucho' y el objeto de comparación está en el ablativo o genitivo: ñuqa llapa runa-kuna-manta / runa-kuna-p ancha amawta-m ka-ni 'Soy el más sabio de todas los personas'.[164]
Pronombres
Los pronombres personales son:
singular [165] | plural | |
---|---|---|
Primera persona | ñuqa | exclusivo: ñuqa-y-ku[166] |
inclusivo: ñuqa-n-chik[166] | ||
Segunda persona | qam | qam-kuna |
3era persona | pay | pay-kuna |
Como muestra la tabla, los pronombres en primera persona del plural distinguen entre una versión exclusiva y una inclusiva con los mismos sufijos que los verbos. Las otras personas usan la terminación plural regular de sustantivos.
Los pronombres demostrativos exhiben una distinción de tres vías: kay 'esto' (cerca del hablante), chay 'ese (Cerca del destinatario)' y chaqay 'ese (lejos tanto del hablante como del destinatario)'.[167] Los adverbios demostrativos son hina 'así'.[160] y kanan/kunan 'ahora'.[168]
Para los marcadores pospuestos pronominales posesivos, consulte la sección anterior sobre Sustantivos.
Los pronombres interrogativos y los adverbios son pi 'quien', ima 'qué',[169] imana (contracción opcional de ima-hina) 'como',[156] mayqin 'cual',[167] hayka 'cuánto',[170] may 'dónde',[160] maypacha o imaypacha 'cuando' (Este último más típico de los textos influenciados por el quechua de Cuzco).[103] Cuando el enclítico -paŝ 'también' se agrega a un pronombre interrogativo, el resultado es un pronombre indefinido: pi-paŝ 'alguien'. El enclítico también se puede agregar a un sustantivo modificado por el pronombre: mayqin runa-paŝ 'Algún persona'. Los equivalentes de pronombres negativos se producen cuando los pronombres indefinidos están precedidos por la partícula negativa mana: mana ima-paŝ 'nada'.[171]
Numerales
El sistema de numeración es decimal. Los números del 1 al 10 son:
1 | huk |
2 | iŝkay |
3 | kimsa |
4 | tawa |
5 | pichqa |
6 | suqta |
7 | qanĉis |
8 | pusaq |
9 | isqun |
10 | ĉunka |
Los adolescentes se forman combinando la palabra ĉunka 'diez' y el número con las unidades restantes, con el sufijo -(ni)yuq 'tener': ĉunka huk-niyuq 'once', ĉunka kimsa-yuq 'trece', etc. Las decenas se forman combinando el número de unidades y la palabra 'diez': iŝkay chunka 'veinte', etc.Los números más altos son pachak 'cien', waranqa 'mil' y hunu 'millón'.[172]
Después de los números, los sustantivos normalmente no están en plural.[170] Los números ordinales se pueden formar a partir de los cardinales agregando el sufijo –(ni)ntin (que significa 'incluido', 'con ... y todo'[162]) o simplemente el sufijo posesivo pronominal de tercera persona -(ni)n.[158]
Morfología verbal
La cadena de morfemas verbales se puede resumir de la siguiente manera:[173]
raíz | sufijos derivacionales (valencia, voz, dirección, aspecto) | objeto (con algunos temas) | tiempo/ estado animico/ finitud | sujeto, Segunda persona intervención | pluralidad (de sujeto u objeto) | optativo | interrogativo/ partícula de negación, discurso clíticos[174] |
Valencia / marcado por voz
significado gramatical | sufijo |
---|---|
incoativo y factitivo | -ya- |
causativo | -chi- |
recíproco | -naku- |
auxiliar | -wŝi- |
¿aplicativo? | -pa(ya-)? |
Véase también
Referencias
- See Itier (2000: 47) for the distinction between the first and second enumerated senses, and the quote below for their partial identification.
- ↑ Snow, Charles T., Louisa Rowell Stark. 1971. Ancash Quechua: A Pedagogical Grammar. P.V 'The Quechua language is generally associated with the "classical" Quechua of the Cuzco area, which was used as a lingua franca through Peru and Bolivia with the spread of the Inca Empire'
- Following the terminology of Durston 2007: 40
- Durston 2007: 40, 322
- Beyersdorff, Margot, Sabine Dedenbach-Salazar Sáenz. 1994. Andean Oral Traditions: Discourse and Literature. P.275. 'the primarily catechetical domain of this lingua franca - sometimes referred to as "classical" Quechua'...
- Bills, Garland D., Bernardo Valejo. 1969. P. XV. 'Immediately following the Spanish Conquest the Quechua language, especially the prestigious "classical" Quechua of the Cuzco area, was used as a lingua franca throughout the Andean region by both missionaries and administrators.'
- Cf. also Durston (2007: 17): 'The 1550–1650 period can be considered both formative and classical in relation to the late colonial and republican production'.
- See e.g. Taylor 1975: 7-8 for the dating and the name lengua general and Adelaar 2007: 183 for the dating
- Following the terminology of Durston (2007: 40)
- ↑ Mannheim 1991b: 74-75
- ↑ Adelaar 2007: 183
- Rowe 1950, cited in Mannheim (1991b: 114). Note that this pre-supposes identity with the Inca lingua franca, whereas Rowe's sources are primarily from the 17th century, i.e. Standard Colonial Quechua
- Itier 2000: 51-55
- Adelaar 2007: 181, Mannheim 2007: 116-117
- Mannheim 1991b: 33
- ↑ Durston 2007: 193-194
- ↑ Taylor 1975: 9-10, cf. Itier 2000: 52, 55
- ↑ Adelaar 2007: 182
- Mannheim 1991: 178
- Adelaar 2007: 195
- ↑ Itier 2000: 47
- ↑ Durston 2007: 40
- Durston 2007: 48
- Durston 2007: 188-190
- Adelaar 2007: 191
- Mannheim 1991b: 140
- ↑ Durston 2007: 188
- ↑ Adelaar 2007: 187
- Durston 2007: 67, 191
- ↑ Durston 2007: 189, 343
- Durston 2007: 189-190
- Durston 2007: 189
- Santo Tomás 1560: 80-85
- Durston 2007: 190-191
- ↑ Durston 2007: 192
- Taylor 1976: 7-8
- Itier 2000: passim
- Durston 2007: 197-206
- Saenz 1991: 256
- ↑ Mannheim 1991: 142
- Mannheim 2001b: 33-35
- Itier 2000: 46-48
- Taylor 1976: 9-10
- Durston 2007: 195-197
- Itier (2000: 49)
- Itier (2000: 52-55)
- Durston 2007: 110-114, 126, 310, 314
- ↑ Itier 2000: 51
- Durston 2007: 110-114; 198-199
- Durston 2007: 310
- ↑ Durston 2007: 191
- ↑ Mannheim 2001a, passim
- Durston 2007: 67
- Durston 2007: 55
- Durston 2007: 82
- Durston 2007: 98
- Durston 2007: 72-75
- ↑ Durston 2007: 79
- Durston 2007: 114-117
- Itier 2000: 50
- Durston 2007: 107
- Mannheim 1991b: 143-144
- Itier 2000: 49-50
- ↑ Durston 2007: 108
- Mannheim 1991b: 2, 34, 62
- ↑ Itier 2000: 48
- Durston 2007: 47, 109-110
- Durston 2007: 197-198
- Durston 2007: 197-201
- Itier 2000: 51-53
- Durston 2007: 161
- ↑ Durston 2007: 203
- Durston 2007: 103
- Durston 2007: 117-118
- Durston 2007: 201-206
- Durston 2007: 25-30
- Mannheim 1991b: 70
- Mannheim 1991b: 70-71
- Durston 2007: 171-177
- Mannheim 1991b: 70-74
- Durston 2007: 191-194.
- Durston 2007: 177-178
- Durston 2007: 178
- Mannheim 1991a: 118, 12-136; Mannheim 1991b: 208-217
- Mannheim 1991b: 142
- Durston 2007: 191-192 and footnote
- Mannheim 1991b: 121-122
- Saenz 1991, p. 256
- Taylor 1976: 117
- Saenz 1991: 264-267
- ↑ Mannheim 1991b: 141
- Durston 2007: 74-75
- ↑ Itier 2000: 49
- Saenz 1991: 259-260
- Durston 2007: 89-91
- Durston 2007: 17
- Durston 2007: 117
- Durston 2007: 91
- Durston 2007: 106-107
- Durston 2007: 21
- ↑ Saenz 1991: 258
- Itier 2000, passim
- ↑ Itier 2000: 54
- Durston 2007: 154
- Durston 2007: 171
- Taylor 1976, passim
- Taylor 1976: 7-13
- Adelaar 2007: 185
- Mannheim (1991b: 139, 143) points out the Central word for 'four' ĉusku occurs alongside the Southern tawa and the apparent mistakes in the scribe's attempts to distinguish the two sibilants that were still preserved in the Cuzco and Third Council varieties.
- Itier 2000: 49, 53
- Durston 2007: 49
- Durston 2007: 178
- Durston 2007: 17
- Itier 2000: 52-53
- Saenz 1991: 254-256
- Durston 2007: 176-177
- ↑ Mannheim, Bruce. 1991. The Language of the Inka since the European invasion. P. 147-151
- Martin, Rossella. 2014. Quespillo et ses compagnons : la figure du gracioso dans le théâtre quechua colonial. P.312-313
- Saenz 1991: 268-269
- Mannheim 1991: 147-151
- Mannheim 1991b, passim
- Taylor 1976: 16
- The table is based on the table in Mannheim (1991a) modified in accordance with the statements in Taylor (1976 and 2001), Suarez (1977) and Adelaar (2012)
- Taylor 1976: 15
- ↑ Adelaar 2012: 600
- Adelaar 2007: 197
- ↑ Suarez 1977: 269
- Penny, Ralph (2002). A History of the Spanish Language (2nd ed.). Cambridge: Cambridge University Press. P. 101.
- Mannheim 1991a: 114-115
- ↑ Saenz 1991: 261-262
- ↑ Mannheim 1991a: 116
- Taylor 2001: 15
- Saenz 1991: 260
- Durston 2007: 196
- Durston 2007: 204
- Durston 2007: 195
- Taylor 2001: 14
- See also Mannheim (1991: 116).
- C stands for any consonant.
- Taylor 1975: 30
- Taylor 1975: 20
- Taylor 1975: 19, 39
- Itier 2000: 53
- ↑ Taylor 1975: 35
- Durston 2007: 343
- Taylor 1975: 55
- Taylor 1975: 93
- Anonymous 1614: 6
- Taylor 1975: 54
- ↑ Taylor 1975: 78
- Taylor 1975: 39
- Taylor 1975: 44-45
- Taylor 1975: 58
- Taylor 1975: 73
- ↑ Taylor 1975: 85
- Taylor 1975: 102
- ↑ Taylor 1975: 118
- Itier 2000: 55
- ↑ Taylor 1975: 79
- Taylor 1975: 28
- ↑ Adelaar (2007: 217)
- Taylor 1975: 96
- Torres Rubio 1619: 25
- Taylor 1975: 32
- ↑ Taylor 1975: 60
- ↑ Taylor 1975: 25
- Taylor 1975: 65
- Taylor 1975: 24
- ↑ Taylor 1975: 37
- Taylor 1975: 84-85
- Torres Rubio 1619: 24-24
- Adapted and simplified from the schemes in Kelly 2011 and Weber 1996 to reflect only forms mentioned in Taylor (1975). See also Lakämper & Wunderlich 1998: 116 for a broadly equivalent scheme.
- Evidentiality clitics other than ''-chu'' aren't commonly attached to finite verbs in the texts underlying Taylor (1975), but Santo Tomás (1560: 41) does give such examples. e.g. ''miku-nki-ŝ'' 'you are reportedly eating'. Torres Rubio (1619: 15-16) also mentions ''ri-saq-mi'' 'I will go', ''hamu-nqa-ŝ'' 'he will reportedly come', observing that the particle is attached to the verb if there is no other word to attach it to.
Bibliografía
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- Cerrón Palomino, R. (2010) El contacto inicial quechua-castellano: la conquista del Perú con dos palabras. Lexis Vol. XXXIV (2) 2010: 369-381.l.
- Itier, César. Lengua general y quechua cuzqueño en los siglos XVI y XVII (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
- Itier, César (1991). La lengua general y comunicación escrita: Cinco cartas en quechua de Cotahuasi-1616. Revista Andina No.1 Julio '91
- Taylor, Gérald (2001). Introducción a la Lengua General. (Quechua Clásico) Instituto Francés de Estudios Andinos. Huarochirí 3. Lima: tomo 14 de la colección Biblioteca Andina de Bolsillo. ISBN 99972-627-44-6. Curso de Quechua General como usado en el Manuscrito de Huarochirí.
- Gerald Taylor (2009). Choque Amaru y otros cuentos. Lectura bilingüe Quechua Colonial - Castellano. ISBN 978-9972-9470-6-3
Enlaces externos
- Introducción a la lengua general Libro de curso de Quechua General: La lingua franca de la administración Incaica y usada por los españoles durante la difusión católica.
- Grammatica o Arte de la lengua general de los Indios de los Reynos del Perú Domingo de Santo Tomás (Valladolid, 1560).
- Lexicón o Vocabulario de la lengua general del Perú Domingo de Santo Tomás (Valladolid, 1560).
- Arte y vocabulario de la lengua general del Perú, llamada quichua, y en la lengua española Anónimo, Tercer Concilio Limense (Los Reyes, 1586)
- Arte de la lengua Quichua Gramática del quechua general por Diego de Torres Rubio. (1619)
- Symbolo Catholico Indiano Obra polifacética, contiene una descripción del nuevo orbe y de las costumbres de sus naturales, un orden de enseñarles la doctrina christiana en las lenguas generales quichua y aimara con un confessionario breve y cathechismo de la comunión, por Fray Luis Jerónimo de Oré. (1598)
- Manuscrito Quechua de Huarochirí 16 capítulos del manuscrito de Huarochirí en la ortografía Quechua Normalizado. (alrededor de 1608) Traducción al castellano
- Doctrina Christiana y catecismo para instrvccion de los Indios. Compvesto por avctoridad por concilio provincial;..en las dos lenguas generales de este Reyno, Quichua y Aymara. Ciudad de los Reyes (1583), por Antonio Ricardo, primero impressor en estos Reynos de Piru.
- El Primer Nveva Corónica i Bven Gobierno Conpvesto por Don Phelipe Gvaman Poma de Aiala Crónica, denuncia de la situación de los nativos en el Virreinato del Perú, servir a Su Majestad el Rey Felipe. Obra historiografía quechua monumental por Felipe Guaman Poma. (1615)
- Testimonio historiografío del Sapa Inca Titu Cusi Yupanqui, nieto de Wayna Qhapaq
- Commentarios Reales La obra del Inca Garcilaso de la Vega.
- en Ethnologue