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La mujer en las epístolas de Pablo de Tarso

El tema de la mujer en las epístolas de Pablo de Tarso constituye una materia de importancia en el debate teológico, antropológico y eclesiológico contemporáneo acerca del papel de la mujer en el cristianismo primitivo y en la Iglesia, porque las epístolas paulinas auténticas, escritas apenas 20-25 años después de la muerte de Jesús de Nazaret, y probablemente antes incluso de la redacción de los evangelios en su versión definitiva conocida hoy, forman parte de la documentación más antigua del Nuevo Testamento por lo que resultan una fuente ineludible en cualquier análisis sobre los inicios del cristianismo.[1]

Mosaico bizantino que representa a San Pablo con un códice (libro) bajo su brazo izquierdo, que simboliza el corpus de sus epístolas. San Salvador en Chora, en Estambul.

A partir de la investigación de los textos estrictamente paulinos y comparando con referencias que reflejan la posición que ocupaba la mujer en la sociedad judía y romana del siglo I, surge que el apóstol san Pablo valoró el papel cualificado que desempeñaron muchas mujeres por él conocidas en el marco de las primeras comunidades cristianas. El pensamiento del Apóstol mostró además en qué sentido superó la distinción de los sexos, que para él quedó abolida de la misma forma que las divisiones de orden racial o social: «Ya no hay varón ni mujer, todos sois uno en Cristo Jesús» (Epístola a los gálatas 3,28).[2]

Reseña sobre la situación de la mujer en el siglo I

En la sociedad judía

 
 
Arriba, maqueta del Segundo Templo de Jerusalén. Abajo, plano tentativo del mismo. En azul, el «atrio de las mujeres», separado del «atrio de los sacerdotes» y del «atrio de Israel». La Mishna describe que el «atrio de las mujeres» tenía cuatro estancias en los cuatro ángulos, es decir, «patios cercados» (Mid II.5). Se trata de una paráfrasis de Ezequiel 46:21-22. Para acceder a los dos niveles siguientes, el atrio de Israel y el de los sacerdotes, se subía por quince gradas semicirculares y se atravesaba un muro de separación de 2,5 codos.

Existe abundante literatura que permite afirmar que, en las culturas de Oriente en general y en la judía en particular, la mujer del siglo I no participaba en la vida pública.[3]​ Debía pasar inadvertida en público y las reglas de la buena educación prohibían encontrarse a solas con una mujer, mirar a una mujer casada e incluso saludarla.[4]​ La mujer no tenía acceso al estudio de la Escritura, se la recluía en un patio especial para ellas en el templo –el llamado «atrio de las mujeres»–, y en la sinagoga debía limitarse a escuchar. Su condición se refleja en la siguiente descripción:

La mujer judía de los tiempos de Jesús: sin derechos, en eterna minoría de edad, repudiada por su marido, confinada en la casa y con muy escasas posibilidades de mantener contactos sociales, alejada del templo en determinados días a causa de las leyes de pureza ritual, y relegada en todo momento a un recinto especialmente señalado para ella en el templo y fuera del atrio de la casa de Israel, sin derecho a la enseñanza de la ley, y por tanto incapaz de merecer; la mujer judía, pobre, pecadora y pequeña, se encontraba en una situación que la constituía en un paradigma de marginación.[5]
Esperanza Bautista

En la cultura judía resultaba preferible que la mujer joven no saliese de la casa antes de su matrimonio, o incluso después, tal lo señalado en la primera mitad del siglo I por el filósofo Filón de Alejandría.

Mercados, consejos, tribunales, procesiones festivas, reuniones de grandes multitudes de hombres, en una palabra: toda la vida pública, con sus discusiones y sus negocios, tanto en la paz como en la guerra, está hecha para los hombres. A las mujeres les conviene quedarse en casa y vivir retiradas. Las jóvenes deben estarse en los aposentos retirados, poniéndose como límite la puerta de comunicación (con los aposentos de los hombres), y las mujeres casadas, la puerta del patio como límite.[6]
Filón de Alejandría, De specialibus legibus III, § 169

Además, Filón comentó que también las mujeres judías de Alejandría estaban recluidas: «no sobrepasan la puerta del patio. En cuanto a las jóvenes, están confinadas en los aposentos de las mujeres y evitan por pudor la mirada de los hombres, incluso de los parientes más cercanos» (In Flaccum 11, § 89.).

Las mujeres israelitas adolescentes también podían ser sujetas a transacciones de compra-venta:

[...] se podían vender también las muchachas israelitas, pero únicamente las menores y sólo hasta la edad de doce años. En virtud de Éxodo 21:7, la patria potestas concedía al padre el derecho de vender a sus hijas menores a un judío. En la práctica, la venta de una hija menor significaba la mayoría de las veces que estaba destinada a convertirse más tarde en mujer del comprador o de su hijo.[7]
Joachim Jeremias

En la sociedad romana

 
Fresco que representa a una mujer con bandeja, en Villa San Marco, en Estabia. Si bien la mujer de la aristocracia romana participaba de actividades sociales, casi no tuvo acceso a los principales officia virilia.

Las mujeres pertenecientes a la aristocracia romana y económicamente independientes tenían acceso a la cultura y podían participar en actividades propias de la vida social y comercial. Sin embargo, la mujer romana en general estuvo privada de los derechos conferidos a los varones, sin acceso a los principales officia virilia. La expresión latina refería a aquellos cargos, empleos u ocupaciones que se consideraban propios del varón, es decir, que detentaban carácter viril o masculino. Las mujeres estaban inhabilitadas no sólo para participar directamente en el gobierno del Estado, sino para desarrollar cualquier tarea «viril».

¡Cuánta infelicidad en la ciudad en la que las mujeres ocupen los officia de los hombres![8]
Marco Tulio Cicerón (106 a. C.-43 a. C)

Para ello se promulgó un conjunto de prohibiciones que inhibían la participación de la mujer en la vida militar, política, o religiosa,[9]​ con lo que se evitó que la mujer asumiera officia publica que implicaban responsabilidades para el conjunto de la sociedad. Más que una virtud, los romanos consideraban el «callar» como un deber para las mujeres.[10]

La costumbre de que la mujer romana no pudiera desempeñar officia publica permaneció en los siglos siguientes. Ejemplo de ello es la mención por parte del jurista romano Paulo, quien ejerció su carrera a fines del siglo II y comienzos del siglo III, de que las mujeres —junto con los esclavos— no podían detentar el cargo de juez en razón de las costumbres.

Más no todos pueden ser nombrados jueces por aquéllos que tienen poder para nombrar juez. A algunos les es vetado por la ley ser jueces, a otros por la naturaleza y a otros por las costumbres: por la naturaleza al sordomudo; también al enfermo mental incurable y al impúber, ya que carecen de juicio; la ley lo impide al que fue expulsado del senado; las costumbres, a las mujeres y a los esclavos, y no por carecer de juicio, sino porque está admitido por la costumbre que no pueden desempeñar funciones civiles.[10]
Julius Paulus Prudentissimus (Paulo)
D. 5,1,12,2 (Paulus libro septimo decimo ad edictum)[11]

Las mujeres romanas estaban presentes en la mayoría de los festivales y ceremonias del culto. Algunos rituales requerían específicamente la presencia de la mujer, pero su participación activa era limitada. Por regla general, las mujeres no realizan sacrificios de animales, rito central de la mayoría de las ceremonias públicas más importantes.[12]​ Además de los ritos realizados por las vestales, cuyo contado número habría variado en el tiempo entre dos y seis,[13]​ existían ciertas prácticas de culto reservadas sólo para mujeres: tal el caso de los ritos de la Bona Dea en los que solo las mujeres tomaban parte.[14][15]​ Con todo, los cultos familiares eran presididos por el pater familias,[16]​ quien además decidía si su hija debía permanecer bajo su poder o si pasaría a ser tutelada por otro hombre. La religión se transmitía a través de los varones, y el pater familias hacía las veces de sumo sacerdote en el hogar.[17]

En el cristianismo de origen

 
Cristo y la mujer samaritana, obra de Stefano Erardi, expuesta en el National Museum of Fine Arts, Valletta, Malta. Una amplia variedad de textos neotestamentarios tienen a mujeres como figuras destacadas.

Desde el comienzo de la Iglesia cristiana primitiva, las mujeres fueron miembros relevantes del movimiento aunque algunos autores sostienen que buena parte de la información referida a la participación de las mujeres en el Nuevo Testamento no fue suficientemente considerada.[18][19]​ Los investigadores han iniciado la búsqueda en mosaicos, frescos e inscripciones de la época con el fin de obtener más información acerca de los roles de la mujer en la Iglesia primitiva.[18]​ Otros autores sugieren que una amplia variedad de textos neotestamentarios destacan el papel que tuvieron las mujeres, tanto en vida de Jesús de Nazaret como en las primeras comunidades.[20]​ Según Joseph Ratzinger, se trata de «[...] numerosas figuras femeninas que desempeñaron un papel efectivo y valioso en la difusión del Evangelio. [...] En el ámbito de la Iglesia primitiva la presencia femenina tampoco fue secundaria».[21]​ Además de María, madre de Jesús, aparecen numerosas personalidades femeninas en los Evangelios, como por ejemplo, el grupo de miróforas que le siguieron durante su ministerio, estuvieron al pie de la cruz, y fueron testigos de su Resurrección. Sin embargo, se debe a Pablo de Tarso una documentación más amplia sobre la dignidad y el papel eclesial de la mujer.[21]

Mujeres mencionadas por Pablo de Tarso en sus epístolas

En la Epístola a los filipenses, Pablo mencionó a Evodia y Síntique, dos mujeres cristianas principales que habían defendido junto a él el evangelio (Filipenses 4:2-3).

La Epístola a los romanos brinda un panorama bastante detallado de la misión apostólica de Pablo de Tarso, e indica que entre sus colaboradores se contaban muchas mujeres.[22]​ En la profusa lista de aquellos a quienes se envían saludos en Romanos 16:3-15 aparece un amplio número de colaboradores de Pablo durante su misión en Éfeso, entre los que se mencionan expresamente hasta nueve mujeres.[23]​ Más aún, Pablo tomó como sitio central de su misión al hogar, lugar donde más sobresalía la tutela de la mujer.[24]​ Eso coadyuvó a que las comunidades cristianas paulinas se distinguieran por un carácter típicamente familiar.[25]

Elogio a Febe

Pablo elogió a Febe, probable portadora de la Epístola a los romanos, por su trabajo como diaconisa:

Os recomiendo a Febe, nuestra hermana, diaconisa de la Iglesia de Cencreas. Recibidla en el Señor de una manera digna de los santos, y asistidle en cualquier cosa que necesite de vosotros, pues ella ha sido protectora de muchos, incluso de mí mismo.
Pablo de Tarso, Epístola a los romanos 16,1-2

Elogio a Junia

 
Representación de Andrónico, Atanasio y Junia

Otro ejemplo muy estudiado es el caso de Junia o Junias (Romanos 16:7), de quien la mayoría de los comentarios de los Padres de la Iglesia y de otros teólogos antiguos consideran se trata de un personaje femenino.[26]​ Si bien existen teólogos modernos que consideran que Junias es un nombre masculino,[27]Benedicto XVI también lo incluyó entre los nombres de mujer:

[...] el Apóstol, con gran delicadeza, recuerda otros nombres de mujeres: una cierta María, y después Trifena, Trifosa, Pérside, «muy querida», y Julia, de las que escribe abiertamente que «se han fatigado por vosotros» o «se han fatigado en el Señor» (Romanos 16,5.12a.12b.15), subrayando así su intenso compromiso eclesial.[21]
Joseph Ratzinger

De Junia o Junias, Pablo de Tarso dice que era «ilustre entre los apóstoles» y que llegó a Cristo antes que él.[28]​ Otros autores proponen que Pablo significó que era «bien conocida por los apóstoles».[29]

Elogio a Priscila

Otra personalidad notable mencionada por Pablo es Priscila o Prisca, mujer de Áquila. Los Hechos de los Apóstoles sugieren que estos esposos mantuvieron una gran amistad con Pablo, al punto que fueron capaces de levantar su tienda y partir con él desde Corinto a Éfeso y luego ir a Roma —de donde habían sido exiliados previamente por un edicto del emperador Claudio— para preparar la llegada del Apóstol. En Éfeso fueron ellos quienes, en una intervención riesgosa, habrían logrado la liberación de Pablo,[30]​ lo que justificó el encomio del Apóstol:

Saluden a Prisca (Priscila) y Áquila, colaboradores míos en Cristo Jesús. Ellos expusieron sus cabezas para salvarme. Y no solo les estoy agradecido yo, sino también todas las Iglesias de la gentilidad.
Pablo, Epístola a los romanos 16,3-4

Tanto el texto de Romanos 16:3-4 como varias de las referencias que de Priscila se hacen en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 18:18; Hechos 18:26) y en la Segunda epístola a Timoteo (2Timoteo 4:19) se la cita en primer lugar antes que a su marido, por lo que algunos estudiosos llegan a sugerir que ella sería la cabeza de la unidad familiar.[31]​ En realidad, el orden de citación no es uniforme, porque en otro lugar Pablo nombra a Priscila en segundo término, después de su esposo (1Corintios 16:19), y lo mismo sucede en el libro de los Hechos (Hechos 18:2, Hechos 18:26). Esto sugiere un orden de mención indistinto, quizá sobre la base de un principio de igualdad en la dignidad del varón y de la mujer, propugnado en las comunidades paulinas.[25]

La mujer en la Primera epístola a los corintios

Según Giancarlo Biguzzi, el movimiento feminista acusó en el pasado a ciertos textos y escritores bíblicos de mantener una posición hostil hacia las mujeres, y a Pablo de Tarso de ser misógino y antifeminista.[32]

Varios pasajes que aluden a las mujeres se encuentran en la Epístola a los efesios y en las llamadas cartas pastorales (particularmente la Primera epístola a Timoteo) pero en la actualidad esos escritos son considerados por la mayoría de los estudiosos como epístolas pseudoepigráficas o deuteropaulinas, redactadas probablemente por otros autores,[33][34]​ con lo que pueden ser útiles para el análisis de la variedad de concepciones presentes en el cristianismo primitivo, más que del pensamiento propio del Apóstol.

En el contexto actual, los textos paulinos más controvertidos serían dos pasajes: 1 Corintios 11,2-16, que hace referencia al atavío de las mujeres, y 1 Corintios 14,34-36, que indica que las mujeres han de permanecer en silencio en las asambleas.

1 Corintios 11,2-16

La mayoría de los estudiosos en temas paulinos considera a 1Corintios 11:2-16 como un pasaje de difícil comprensión, e incluso en apariencia contradictorio.[35]​ Esto, debido a que al comienzo señala:

[...] quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.
1 Corintios 11,3

Pero más adelante indica:

Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor. Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.
1 Corintios 11,11-12

Según Murphy-O’Connor, la idea central de Pablo es la diferenciación entre varones y mujeres, no el dominio de los unos sobre las otras.[36]​ La Biblia de Jerusalén señala que la argumentación de Pablo está en íntima dependencia de las costumbres con las que está habituado, lo cual relativiza sus conclusiones.[37]​ En el mismo sentido, Barbablio sugiere que, «si los dos sexos son diferentes, y de hecho lo son por creación y naturaleza, (para Pablo) tal diversidad debe traducirse en lo exterior».[38]​ Vidal indica que en realidad se trataba de un problema gestual, porque la comunidad corintia equiparaba su celebración con otras celebraciones religiosas de su ambiente pagano, por lo cual Pablo no estaría proponiendo el dominio del varón sobre la mujer, sino evitar ciertas costumbres propias del mundo helenista.[39]​ En su explicación, Pablo habría cortado varias veces su argumentación hasta dar por válido solamente el principio sobre la igualdad de rango entre el varón y la mujer (1Corintios 11:11-12) y la práctica de las comunidades (1Corintios 11:16).[40]

Por su parte, la filósofa Edith Stein señaló que el pasaje se relaciona con las costumbres de la época en que Pablo vivió, por lo cual no resulta vinculante para todos los tiempos:

No seguiríamos demasiado de cerca al apóstol si decimos que en esta instrucción a los corintios están mezclados lo divino y lo humano, lo eterno y lo temporal. El corte del cabello y la vestimenta pertenecen al terreno de las costumbres, como el mismo san Pablo dice en la conclusión de este pasaje: «Con todo, si alguno quiere discutir, sepa que ni nosotros ni las Iglesias de Dios tenemos tal costumbre» (1 Corintios 11,16). Si, en lo relativo al modo en que debieran vestirse las mujeres de Corinto para asistir al servicio divino, su decisión era vinculante para la comunidad fundada por él, sin embargo con eso no se dice que hubiese de ser válida para todos los tiempos.[41]
Edith Stein

1 Corintios 14,34-36

Respecto de 1Corintios 14:34-36, se estima con frecuencia que no es un frase genuinamente paulina, sino que se trata de una interpolación posterior.[42]​ En cualquier caso, la totalidad de la Primera epístola a los corintios parece ofrecer un conjunto diferente al de esos versículos aislados.

Una aproximación a la evidencia bíblica es el estudiar los textos explícitos que se refieren respectivamente a la igualdad y a la subordinación de las mujeres en la sociedad y en el culto. No estoy convencido de la utilidad de tal estudio, puesto que en cualquier texto que apunta en una dirección, existe de ordinario un texto contrario. [...] Si 1Corintios 14:34 manda que las mujeres deben guardar silencio en las iglesias, 1Corintios 11:5 reconoce la costumbre de que las mujeres oren y profeticen y la profecía se halla en el rango de los carismas en el segundo lugar después del apostolado (1Corintios 12:28) hasta el punto de que Efesios 2:20 supone que la Iglesia, la casa de Dios, se halla establecida y fundada por apóstoles y profetas.[43]

Benedicto XVI señala que «[...] hay que relativizar la sucesiva y conocida exhortación: "Las mujeres cállense en las asambleas"(1Corintios 14:34)», ya que Pablo de Tarso admitía como algo normal que en la comunidad cristiana la mujer pudiera profetizar (1Corintios 11:5), es decir, hablar abiertamente bajo el influjo del Espíritu.[21]

La mujer en la Epístola a los gálatas

 
Comienzo de la Epístola a los gálatas, en un manuscrito ilustrado que se utilizó en la liturgia.

En un versículo de la Epístola a los gálatas, Pablo de Tarso expone las consecuencias raciales y religiosas, sociales y humanas del mensaje que predica:

Ya no hay judío ni griego;
ni esclavo ni libre;
ni hombre ni mujer,
ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.
Pablo de Tarso, Epístola a los gálatas 3,28

En expresión de Joseph A. Fitzmyer, «este versículo constituye el punto culminante de la carta de Pablo».[44]​ Los análisis de este versículo son abundantísimos. Con todo, el marco histórico-cultural en que Pablo lo escribió parece un elemento necesario para su comprensión. Juan Leal lo expuso así:

Recuérdese la división enorme que existía en el mundo del evangelio. De un lado estaban los judíos; de otro, los griegos, que eran los gentiles civilizados: de un lado, los hombres libres y de otro, el ejército inmenso de los esclavos, que no eran personas; de un lado, el marido, y de otro, la mujer, que era comprada.[45]
Juan Leal

El teólogo alemán Gerd Theissen señaló que solo se puede medir la dimensión del avance que este versículo significó en el siglo I si se consideran las diferencias sociales que menciona.[46]

Véase también

Referencias

  1. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 12: «Sus cartas auténticas, todas ellas escritas al ritmo de la problemática misional, surgieron entre los años 50 y 55, es decir, entre veinte y veinticinco años después de la muerte de Jesús. Son, así, los únicos escritos que se conservan de la primera generación cristiana. Y, de este modo, representan los documentos clave y absolutamente imprescindibles para la reconstrucción del movimiento cristiano más antiguo.»
  2. Léon-Dufour (2001). Vocabulario de teología bíblica, p. 570.
  3. Jeremias (1980). Jerusalén en tiempos de Jesús: estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento, p. 371-372: «Cuando la mujer judía de Jerusalén salía de casa, llevaba la cara cubierta con un tocado que comprendía dos velos sobre la cabeza, una diadema sobre la frente con cintas colgantes hasta la barbilla y una malla de cordones y nudos; de este modo no se podían reconocer los rasgos de su cara. Por eso una vez, según se dice, un sacerdote principal de Jerusalén no reconoció a su propia mujer al aplicarle el procedimiento prescrito para la mujer sospechosa de adulterio. La mujer que salía sin llevar la cabeza cubierta, es decir, sin el tocado que velaba el rostro, ofendía hasta tal punto las buenas costumbres que su marido tenía el derecho, incluso el deber, de despedirla, sin estar obligado a pagarle la suma estipulada, en caso de divorcio, en el contrato matrimonial. Había incluso mujeres tan estrictas que tampoco se descubrían en casa, como aquella Qimjit que, según se dice, vio a siete hijos llegar a sumos sacerdotes, lo que se consideró como una recompensa por su austeridad: "Que venga sobre mí (esto y aquello) si las vigas de mi casa han visto jamás mi cabellera". Sólo el día del matrimonio, si la esposa era virgen y no viuda, aparecía ésta en el cortejo con la cabeza desnuda.» Ver además la bibliografía allí citada.
  4. Jeremias (1980). Jerusalén en tiempos de Jesús: estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento, p. 372: «Es referida la sentencia de uno de los más antiguos escribas que conocemos, Yosé ben Yojanán de Jerusalén (hacia el 150 a. C.): "No hables mucho con una mujer", y después se añadía: "Esto vale) de tu propia mujer, pero mucho más de la mujer de tu prójimo". Las reglas de la buena educación prohibían encontrarse a solas con una mujer, mirar a una mujer casada e incluso saludarla; era un deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle. Una mujer que se entretenía con todo el mundo en la calle, o que hilaba en la calle, podía ser repudiada sin recibir el pago estipulado en el contrato matrimonial.»
  5. Bautista, Esperanza (1993). La mujer en la Iglesia primitiva. Navarra: Verbo Divino. ISBN 978-84-7151-877-4. 
  6. Jeremias (1980). Jerusalén en tiempos de Jesús: estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento, p. 372.
  7. Jeremias (1980). Jerusalén en tiempos de Jesús: estudio económico y social del mundo del Nuevo Testamento, p. 325.
  8. Rodríguez-Ennes, Luis (2007). «La larga lucha hacia la igualdad femenina». Anuario da Facultade de Dereito da Universidade da Coruña 11: 839-853. Consultado el 25 de enero de 2013. 
  9. Mañas Núnez, Manuel (1996-2003). «Mujer y sociedad en la Roma imperial del siglo I». Norba–Revista de Historia 16: 191-207. ISSN 0213-375X. Consultado el 20 de enero de 2013. 
  10. Höbenreich, Evelyn (2005). «Andróginas y monstruos. Mujeres que hablan en la Antigua Roma». Veleia 22: 173-182. Consultado el 25 de enero de 2013. 
  11. Texto original: Non autem omnes iudices dari possunt ab his qui iudicis dandi ius habent: quidam enim lege impediuntur ne iudices sint, quidam natura, quidam moribus. natura, ut surdus mutus: et perpetuo furiosus et impubes, quia iudicio carent. lege impeditur, qui senatu motus est. moribus feminae et servi, non quia non habent iudicium, sed quia receptum est, ut civilibus offi ciis non fungantur.
  12. Beard, M.; North, J.; Price, S. (1998). Religions of Rome, p. 297.
  13. Bunson, Matthew. Encyclopedia of the Roman Empire (en inglés). Nueva York. p. 576. ISBN 0-8160-4562-3. Consultado el 26 de enero de 2013. 
  14. Brandon, S. G. F. (1975). Diccionario de religiones comparadas. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 310. ISBN 84-7057-189-3. Consultado el 26 de enero de 2013. 
  15. Beard, M.; North, J.; Price, S. (1998). Religions of Rome, p. 296-297..
  16. Flores Hernández, Germán. Apuntes de historia de la cultura. Breve recorrido por la historia antigua de Occidente. Caracas, Venezuela: Editorial CEC. p. 95. ISBN 978-980-388-261-7. Consultado el 26 de enero de 2013. 
  17. Pomeroy, Sarah B. (1999). Diosas, rameras, esposas y esclavas. Mujeres en la Antigüedad clásica (3ª edición). Madrid: Ediciones Akal. p. 174. ISBN 84-7600-187-8. Consultado el 26 de enero de 2013. 
  18. MacHaffie, Barbara J. (2006). Her story: women in Christian tradition. Fortress Press. ISBN 978-0-8006-3826-9. 
  19. Küng, Hans (2002). La Iglesia católica. Barcelona: Ed. Mondadori. p. 25. «No hay duda de que las mujeres estaban involucradas de un modo más intenso en la primera difusión del cristianismo de lo que las fuentes, bajo su prisma centrado en el hombre, sugieren. En consecuencia, los estudios actuales sobre la mujer se esfuerzan en gran medida en redescubrir a las primeras mártires cristianas, las profetisas y las maestras [...]». 
  20. Getty-Sullivan, Mary Ann (2001). Women in the New Testament (en inglés). Collegeville, Minnesota, EE. UU.: The Order of St. Benedict. p. ix. ISBN 0-8146-2546-0. Consultado el 22 de enero de 2013. «Se espera que un relato narrado de varones a varones y acerca de varones refleje los puntos de vista de una sociedad patriarcal. [...] La sorpresa es que la perspectiva femenina no fue suprimida. Está allí porque es esencial y no podía ser excluida.» 
  21. Benedicto XVI (Joseph Aloisius Ratzinger) (2007). Los apóstoles y los primeros discípulos de Cristo en los orígenes de la Iglesia. Santa Rosa, Provincia de La Pampa, Argentina: Librería Editrice Vaticana – Editorial Juan Pablo II. pp. 245-252. ISBN 978-987-23734-0-5. 
  22. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 194: «La carta (a los Romanos) ofrece una buena visión de la misión paulina por dentro, indicando la gran cantidad de colaboradores que intervinieron en ella, entre los cuales se incluían numerosas mujeres. Febe se presenta como una protectora de la misión paulina en Cencres, el puerto oriental de Corinto, habiendo dado hospitalidad a Pablo y a otros muchos y habiendo ejercido un patronazgo de servicio para la comunidad cristiana que se congrega en su casa (16,1-2).»
  23. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 194: «Prisca, la esposa de Áquila (16,3-5); María (16,6); Junia, emisaria junto con su esposo Andrónico (16,7), precioso testimonio de un matrimonio de emisarios, conforme a la práctica mencionada en 1 Corintios 9,5; la pareja de Trifena y Trifosa, probablemente hermanas (16,12a); Pérside (16,12b); la madre de Rufo, en cuya casa fue huésped Pablo (16,13); Julia y la hermana de Nereo (16,15).»
  24. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 194: «Ese dato sobre las mujeres colaboradoras se debe en gran medida a que la casa, ámbito principal de la actividad de las mujeres, era la base fundamental de la misión paulina. Pero testifica, al mismo tiempo, la vigencia en la misión paulina del principio mesiánico de la igualdad del varón y de la mujer (Gálatas 3,28; 1 Corintios 11,11-12).»
  25. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, pp. 194-195: «Eso determinó el típico carácter familiar de las comunidades cristianas antiguas [...] Esas comunidades domésticas podían estar presididas tanto por varones como por mujeres, demostrando así la efectividad del principio mesiánico de la igualdad entre el varón y la mujer dentro de las comunidades paulinas. La comunidad de Cencres se congregaba en la casa de Febe, que era la patrona de la misma y la que daba hospitalidad a los miembros de otras comunidades que pasaban por aquella población portuaria tan transitada, al igual que ella debía recibirla ahora de la comunidad de Éfeso en su viaje a esa ciudad (16,1-2). La comunidad completa de Corinto podía congregarse en la amplia casa de Gayo (16,23). La lista de saludos de 16,3-15 menciona varias comunidades domésticas en Éfeso, dando a entender así la amplitud de la comunidad cristiana en esa ciudad: la que se congregaba en la casa de Prisca y Áquila (16,5), y probablemente también las que se congregaban en la casa de Aristóbulo (16,10), en la casa de Narciso (16,11), en la casa de Asíncrito (16,14) y en la casa de Filólogo (16,15).»
  26. Fitzmyer, J.. Romans: a new translation with introduction and commentary. Garden City, Nueva York: Doubleday.  Así la mencionan Ambrosiaster, Juan Crisóstomo, Rufino de Aquilea, Jerónimo de Estridón, Teodoreto de Ciro, Pseudo-Primasio, Ecumenio (Oecumenius), Juan Damasceno, Haymo de Halberstadt, Rabano Mauro, Hatto, Lanfranc de Bec, Bruno de Colonia, Pedro Abelardo y Pedro Lombardo.
  27. Fitzmyer, Joseph A. (1972). «Carta a los romanos». En Brown, Raymond E.; Fitzmyer, Joseph A.; Murphy, Roland E., eds. Comentario Bíblico «San Jerónimo» IV. Madrid: Ediciones Cristiandad. p. 201.  «Junias es nombre de varón, lo que hace fácilmente comprensible la última parte del versículo. Pero Iounian también podría traducirse por Junia, nombre de mujer, que algunos antiguos comentaristas tomaron como nombre de la esposa de Andrónico. Además, el papiro  46 y algunas versiones (la Vulgata, la versión bohaírica (copta) de la Biblia, la versión etiópica de la Biblia) leen "Julia". La mayoría de los modernos comentaristas, sin embargo, lo toman como nombre masculino.»
  28. Escuela bíblica de Jerusalén (1976). Biblia de Jerusalén, p. 1630.
  29. Burer, Michael H.; Wallace, Daniel B. (2001). . New Testament Studies (en inglés) 47: 76-91. Archivado desde el original el 9 de agosto de 2014. Consultado el 21 de abril de 2013. 
  30. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 127: «Es posible que hacia el final de su encarcelamiento (en Éfeso) Pablo fuera condenado a la pena capital, ya que en ese momento contó con su muerte segura (2 Corintios 1,8-9). Pero en esa difícil situación es liberado gracias a una arriesgada intervención de Prisca y Áquila (Romanos 16,3-4).»
  31. Achtenmeier, Paul J. (1996). HarperCollins Bible Dictionary (en inglés) (revisada edición). Nueva York: HarperCollins. p. 882. ISBN 0-06-060037-3. 
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  34. Vidal García (1996). Las cartas originales de Pablo ..
  35. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 155: «La argumentación del texto es muy confusa, apareciendo en ella saltos, argumentos dispares e incluso incongruencias, debido a que Pablo mismo, durante el dictado, tuvo que ir matizando e incluso corrigiendo afirmaciones anteriores suyas que no le parecían muy convincentes.»
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  39. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 155: «Probablemente, la comunidad corintia aplicaba a la celebración cristiana unos gestos religiosos frecuentes en el mundo helenista [...] las mujeres desvelaban su cabeza, demostrando así su posesión por el Espíritu, mientras que los varones se la cubrían con el manto, mostrando así su ingreso en un ámbito misterioso.»
  40. Vidal García (2007). Pablo. De Tarso a Roma, p. 155: «En un primer momento, utiliza como argumento el orden jerárquico tripartito «Dios/mesías/hombre», desdoblando el último elemento en «varón/mujer», para posibilitar su aplicación a la cuestión planteada (11,3). Esa distinción entre varón y mujer se desarrolla con diversos argumentos de la tradición judía y de la cultura helenista en cuanto al motivo concreto de llevar o no cubierta la cabeza las mujeres y los varones (11,4-10). Ese tipo de argumentación se corta y se corrige en 11,11-12, porque Pablo se da cuenta de que no cuadra con la tradición cristiana bautismal sobre la nueva humanidad mesiánica, en la cual han quedado superadas las divisiones de la humanidad vieja entre el varón y la mujer (Ga 3,26-28). Esto obliga a iniciar una nueva argumentación en 11,13-15, fundada ahora en el principio helenista del orden natural. Pero, ante la incongruencia también de esta nueva argumentación, Pablo, un tanto molesto ya, concluye con el único argumento práctico de la costumbre de sus comunidades (11,16). Según el análisis anterior, lo único que queda como válido de toda la compleja argumentación del texto es, en definitiva, el principio mesiánico intocable sobre la igualdad de rango entre el varón y la mujer (11,11-12) y la práctica de las comunidades (11,16). Teniendo en cuenta el trasfondo de la práctica corintia indicado anteriormente, quizá se podría decir que el centro real de la argumentación paulina es la novedad de la celebración mesiánica, que no consiente los viejos gestos de las celebraciones paganas.»
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Enlaces externos

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El tema de la mujer en las epistolas de Pablo de Tarso constituye una materia de importancia en el debate teologico antropologico y eclesiologico contemporaneo acerca del papel de la mujer en el cristianismo primitivo y en la Iglesia porque las epistolas paulinas autenticas escritas apenas 20 25 anos despues de la muerte de Jesus de Nazaret y probablemente antes incluso de la redaccion de los evangelios en su version definitiva conocida hoy forman parte de la documentacion mas antigua del Nuevo Testamento por lo que resultan una fuente ineludible en cualquier analisis sobre los inicios del cristianismo 1 Mosaico bizantino que representa a San Pablo con un codice libro bajo su brazo izquierdo que simboliza el corpus de sus epistolas San Salvador en Chora en Estambul A partir de la investigacion de los textos estrictamente paulinos y comparando con referencias que reflejan la posicion que ocupaba la mujer en la sociedad judia y romana del siglo I surge que el apostol san Pablo valoro el papel cualificado que desempenaron muchas mujeres por el conocidas en el marco de las primeras comunidades cristianas El pensamiento del Apostol mostro ademas en que sentido supero la distincion de los sexos que para el quedo abolida de la misma forma que las divisiones de orden racial o social Ya no hay varon ni mujer todos sois uno en Cristo Jesus Epistola a los galatas 3 28 2 Indice 1 Resena sobre la situacion de la mujer en el siglo I 1 1 En la sociedad judia 1 2 En la sociedad romana 1 3 En el cristianismo de origen 2 Mujeres mencionadas por Pablo de Tarso en sus epistolas 2 1 Elogio a Febe 2 2 Elogio a Junia 2 3 Elogio a Priscila 3 La mujer en la Primera epistola a los corintios 3 1 1 Corintios 11 2 16 3 2 1 Corintios 14 34 36 4 La mujer en la Epistola a los galatas 5 Vease tambien 6 Referencias 7 Bibliografia 8 Enlaces externosResena sobre la situacion de la mujer en el siglo I EditarEn la sociedad judia Editar Arriba maqueta del Segundo Templo de Jerusalen Abajo plano tentativo del mismo En azul el atrio de las mujeres separado del atrio de los sacerdotes y del atrio de Israel La Mishna describe que el atrio de las mujeres tenia cuatro estancias en los cuatro angulos es decir patios cercados Mid II 5 Se trata de una parafrasis de Ezequiel 46 21 22 Para acceder a los dos niveles siguientes el atrio de Israel y el de los sacerdotes se subia por quince gradas semicirculares y se atravesaba un muro de separacion de 2 5 codos Existe abundante literatura que permite afirmar que en las culturas de Oriente en general y en la judia en particular la mujer del siglo I no participaba en la vida publica 3 Debia pasar inadvertida en publico y las reglas de la buena educacion prohibian encontrarse a solas con una mujer mirar a una mujer casada e incluso saludarla 4 La mujer no tenia acceso al estudio de la Escritura se la recluia en un patio especial para ellas en el templo el llamado atrio de las mujeres y en la sinagoga debia limitarse a escuchar Su condicion se refleja en la siguiente descripcion La mujer judia de los tiempos de Jesus sin derechos en eterna minoria de edad repudiada por su marido confinada en la casa y con muy escasas posibilidades de mantener contactos sociales alejada del templo en determinados dias a causa de las leyes de pureza ritual y relegada en todo momento a un recinto especialmente senalado para ella en el templo y fuera del atrio de la casa de Israel sin derecho a la ensenanza de la ley y por tanto incapaz de merecer la mujer judia pobre pecadora y pequena se encontraba en una situacion que la constituia en un paradigma de marginacion 5 Esperanza Bautista En la cultura judia resultaba preferible que la mujer joven no saliese de la casa antes de su matrimonio o incluso despues tal lo senalado en la primera mitad del siglo I por el filosofo Filon de Alejandria Mercados consejos tribunales procesiones festivas reuniones de grandes multitudes de hombres en una palabra toda la vida publica con sus discusiones y sus negocios tanto en la paz como en la guerra esta hecha para los hombres A las mujeres les conviene quedarse en casa y vivir retiradas Las jovenes deben estarse en los aposentos retirados poniendose como limite la puerta de comunicacion con los aposentos de los hombres y las mujeres casadas la puerta del patio como limite 6 Filon de Alejandria De specialibus legibus III 169 Ademas Filon comento que tambien las mujeres judias de Alejandria estaban recluidas no sobrepasan la puerta del patio En cuanto a las jovenes estan confinadas en los aposentos de las mujeres y evitan por pudor la mirada de los hombres incluso de los parientes mas cercanos In Flaccum 11 89 Las mujeres israelitas adolescentes tambien podian ser sujetas a transacciones de compra venta se podian vender tambien las muchachas israelitas pero unicamente las menores y solo hasta la edad de doce anos En virtud de Exodo 21 7 la patria potestas concedia al padre el derecho de vender a sus hijas menores a un judio En la practica la venta de una hija menor significaba la mayoria de las veces que estaba destinada a convertirse mas tarde en mujer del comprador o de su hijo 7 Joachim Jeremias En la sociedad romana Editar Fresco que representa a una mujer con bandeja en Villa San Marco en Estabia Si bien la mujer de la aristocracia romana participaba de actividades sociales casi no tuvo acceso a los principales officia virilia Las mujeres pertenecientes a la aristocracia romana y economicamente independientes tenian acceso a la cultura y podian participar en actividades propias de la vida social y comercial Sin embargo la mujer romana en general estuvo privada de los derechos conferidos a los varones sin acceso a los principales officia virilia La expresion latina referia a aquellos cargos empleos u ocupaciones que se consideraban propios del varon es decir que detentaban caracter viril o masculino Las mujeres estaban inhabilitadas no solo para participar directamente en el gobierno del Estado sino para desarrollar cualquier tarea viril Cuanta infelicidad en la ciudad en la que las mujeres ocupen los officia de los hombres 8 Marco Tulio Ciceron 106 a C 43 a C Para ello se promulgo un conjunto de prohibiciones que inhibian la participacion de la mujer en la vida militar politica o religiosa 9 con lo que se evito que la mujer asumiera officia publica que implicaban responsabilidades para el conjunto de la sociedad Mas que una virtud los romanos consideraban el callar como un deber para las mujeres 10 La costumbre de que la mujer romana no pudiera desempenar officia publica permanecio en los siglos siguientes Ejemplo de ello es la mencion por parte del jurista romano Paulo quien ejercio su carrera a fines del siglo II y comienzos del siglo III de que las mujeres junto con los esclavos no podian detentar el cargo de juez en razon de las costumbres Mas no todos pueden ser nombrados jueces por aquellos que tienen poder para nombrar juez A algunos les es vetado por la ley ser jueces a otros por la naturaleza y a otros por las costumbres por la naturaleza al sordomudo tambien al enfermo mental incurable y al impuber ya que carecen de juicio la ley lo impide al que fue expulsado del senado las costumbres a las mujeres y a los esclavos y no por carecer de juicio sino porque esta admitido por la costumbre que no pueden desempenar funciones civiles 10 Julius Paulus Prudentissimus Paulo D 5 1 12 2 Paulus libro septimo decimo ad edictum 11 Las mujeres romanas estaban presentes en la mayoria de los festivales y ceremonias del culto Algunos rituales requerian especificamente la presencia de la mujer pero su participacion activa era limitada Por regla general las mujeres no realizan sacrificios de animales rito central de la mayoria de las ceremonias publicas mas importantes 12 Ademas de los ritos realizados por las vestales cuyo contado numero habria variado en el tiempo entre dos y seis 13 existian ciertas practicas de culto reservadas solo para mujeres tal el caso de los ritos de la Bona Dea en los que solo las mujeres tomaban parte 14 15 Con todo los cultos familiares eran presididos por el pater familias 16 quien ademas decidia si su hija debia permanecer bajo su poder o si pasaria a ser tutelada por otro hombre La religion se transmitia a traves de los varones y el pater familias hacia las veces de sumo sacerdote en el hogar 17 En el cristianismo de origen Editar Cristo y la mujer samaritana obra de Stefano Erardi expuesta en el National Museum of Fine Arts Valletta Malta Una amplia variedad de textos neotestamentarios tienen a mujeres como figuras destacadas Desde el comienzo de la Iglesia cristiana primitiva las mujeres fueron miembros relevantes del movimiento aunque algunos autores sostienen que buena parte de la informacion referida a la participacion de las mujeres en el Nuevo Testamento no fue suficientemente considerada 18 19 Los investigadores han iniciado la busqueda en mosaicos frescos e inscripciones de la epoca con el fin de obtener mas informacion acerca de los roles de la mujer en la Iglesia primitiva 18 Otros autores sugieren que una amplia variedad de textos neotestamentarios destacan el papel que tuvieron las mujeres tanto en vida de Jesus de Nazaret como en las primeras comunidades 20 Segun Joseph Ratzinger se trata de numerosas figuras femeninas que desempenaron un papel efectivo y valioso en la difusion del Evangelio En el ambito de la Iglesia primitiva la presencia femenina tampoco fue secundaria 21 Ademas de Maria madre de Jesus aparecen numerosas personalidades femeninas en los Evangelios como por ejemplo el grupo de miroforas que le siguieron durante su ministerio estuvieron al pie de la cruz y fueron testigos de su Resurreccion Sin embargo se debe a Pablo de Tarso una documentacion mas amplia sobre la dignidad y el papel eclesial de la mujer 21 Mujeres mencionadas por Pablo de Tarso en sus epistolas EditarEn la Epistola a los filipenses Pablo menciono a Evodia y Sintique dos mujeres cristianas principales que habian defendido junto a el el evangelio Filipenses 4 2 3 La Epistola a los romanos brinda un panorama bastante detallado de la mision apostolica de Pablo de Tarso e indica que entre sus colaboradores se contaban muchas mujeres 22 En la profusa lista de aquellos a quienes se envian saludos en Romanos 16 3 15 aparece un amplio numero de colaboradores de Pablo durante su mision en Efeso entre los que se mencionan expresamente hasta nueve mujeres 23 Mas aun Pablo tomo como sitio central de su mision al hogar lugar donde mas sobresalia la tutela de la mujer 24 Eso coadyuvo a que las comunidades cristianas paulinas se distinguieran por un caracter tipicamente familiar 25 Elogio a Febe Editar Pablo elogio a Febe probable portadora de la Epistola a los romanos por su trabajo como diaconisa Os recomiendo a Febe nuestra hermana diaconisa de la Iglesia de Cencreas Recibidla en el Senor de una manera digna de los santos y asistidle en cualquier cosa que necesite de vosotros pues ella ha sido protectora de muchos incluso de mi mismo Pablo de Tarso Epistola a los romanos 16 1 2 Elogio a Junia Editar Representacion de Andronico Atanasio y Junia Otro ejemplo muy estudiado es el caso de Junia o Junias Romanos 16 7 de quien la mayoria de los comentarios de los Padres de la Iglesia y de otros teologos antiguos consideran se trata de un personaje femenino 26 Si bien existen teologos modernos que consideran que Junias es un nombre masculino 27 Benedicto XVI tambien lo incluyo entre los nombres de mujer el Apostol con gran delicadeza recuerda otros nombres de mujeres una cierta Maria y despues Trifena Trifosa Perside muy querida y Julia de las que escribe abiertamente que se han fatigado por vosotros o se han fatigado en el Senor Romanos 16 5 12a 12b 15 subrayando asi su intenso compromiso eclesial 21 Joseph Ratzinger De Junia o Junias Pablo de Tarso dice que era ilustre entre los apostoles y que llego a Cristo antes que el 28 Otros autores proponen que Pablo significo que era bien conocida por los apostoles 29 Elogio a Priscila Editar Otra personalidad notable mencionada por Pablo es Priscila o Prisca mujer de Aquila Los Hechos de los Apostoles sugieren que estos esposos mantuvieron una gran amistad con Pablo al punto que fueron capaces de levantar su tienda y partir con el desde Corinto a Efeso y luego ir a Roma de donde habian sido exiliados previamente por un edicto del emperador Claudio para preparar la llegada del Apostol En Efeso fueron ellos quienes en una intervencion riesgosa habrian logrado la liberacion de Pablo 30 lo que justifico el encomio del Apostol Saluden a Prisca Priscila y Aquila colaboradores mios en Cristo Jesus Ellos expusieron sus cabezas para salvarme Y no solo les estoy agradecido yo sino tambien todas las Iglesias de la gentilidad Pablo Epistola a los romanos 16 3 4 Tanto el texto de Romanos 16 3 4 como varias de las referencias que de Priscila se hacen en el libro de los Hechos de los Apostoles Hechos 18 18 Hechos 18 26 y en la Segunda epistola a Timoteo 2Timoteo 4 19 se la cita en primer lugar antes que a su marido por lo que algunos estudiosos llegan a sugerir que ella seria la cabeza de la unidad familiar 31 En realidad el orden de citacion no es uniforme porque en otro lugar Pablo nombra a Priscila en segundo termino despues de su esposo 1Corintios 16 19 y lo mismo sucede en el libro de los Hechos Hechos 18 2 Hechos 18 26 Esto sugiere un orden de mencion indistinto quiza sobre la base de un principio de igualdad en la dignidad del varon y de la mujer propugnado en las comunidades paulinas 25 La mujer en la Primera epistola a los corintios EditarSegun Giancarlo Biguzzi el movimiento feminista acuso en el pasado a ciertos textos y escritores biblicos de mantener una posicion hostil hacia las mujeres y a Pablo de Tarso de ser misogino y antifeminista 32 Varios pasajes que aluden a las mujeres se encuentran en la Epistola a los efesios y en las llamadas cartas pastorales particularmente la Primera epistola a Timoteo pero en la actualidad esos escritos son considerados por la mayoria de los estudiosos como epistolas pseudoepigraficas o deuteropaulinas redactadas probablemente por otros autores 33 34 con lo que pueden ser utiles para el analisis de la variedad de concepciones presentes en el cristianismo primitivo mas que del pensamiento propio del Apostol En el contexto actual los textos paulinos mas controvertidos serian dos pasajes 1 Corintios 11 2 16 que hace referencia al atavio de las mujeres y 1 Corintios 14 34 36 que indica que las mujeres han de permanecer en silencio en las asambleas 1 Corintios 11 2 16 Editar La mayoria de los estudiosos en temas paulinos considera a 1Corintios 11 2 16 como un pasaje de dificil comprension e incluso en apariencia contradictorio 35 Esto debido a que al comienzo senala quiero que sepais que la cabeza de todo hombre es Cristo y la cabeza de la mujer es el hombre y la cabeza de Cristo es Dios 1 Corintios 11 3 Pero mas adelante indica Por lo demas ni la mujer sin el hombre ni el hombre sin la mujer en el Senor Porque si la mujer procede del hombre el hombre a su vez nace mediante la mujer Y todo proviene de Dios 1 Corintios 11 11 12 Segun Murphy O Connor la idea central de Pablo es la diferenciacion entre varones y mujeres no el dominio de los unos sobre las otras 36 La Biblia de Jerusalen senala que la argumentacion de Pablo esta en intima dependencia de las costumbres con las que esta habituado lo cual relativiza sus conclusiones 37 En el mismo sentido Barbablio sugiere que si los dos sexos son diferentes y de hecho lo son por creacion y naturaleza para Pablo tal diversidad debe traducirse en lo exterior 38 Vidal indica que en realidad se trataba de un problema gestual porque la comunidad corintia equiparaba su celebracion con otras celebraciones religiosas de su ambiente pagano por lo cual Pablo no estaria proponiendo el dominio del varon sobre la mujer sino evitar ciertas costumbres propias del mundo helenista 39 En su explicacion Pablo habria cortado varias veces su argumentacion hasta dar por valido solamente el principio sobre la igualdad de rango entre el varon y la mujer 1Corintios 11 11 12 y la practica de las comunidades 1Corintios 11 16 40 Por su parte la filosofa Edith Stein senalo que el pasaje se relaciona con las costumbres de la epoca en que Pablo vivio por lo cual no resulta vinculante para todos los tiempos No seguiriamos demasiado de cerca al apostol si decimos que en esta instruccion a los corintios estan mezclados lo divino y lo humano lo eterno y lo temporal El corte del cabello y la vestimenta pertenecen al terreno de las costumbres como el mismo san Pablo dice en la conclusion de este pasaje Con todo si alguno quiere discutir sepa que ni nosotros ni las Iglesias de Dios tenemos tal costumbre 1 Corintios 11 16 Si en lo relativo al modo en que debieran vestirse las mujeres de Corinto para asistir al servicio divino su decision era vinculante para la comunidad fundada por el sin embargo con eso no se dice que hubiese de ser valida para todos los tiempos 41 Edith Stein 1 Corintios 14 34 36 Editar Respecto de 1Corintios 14 34 36 se estima con frecuencia que no es un frase genuinamente paulina sino que se trata de una interpolacion posterior 42 En cualquier caso la totalidad de la Primera epistola a los corintios parece ofrecer un conjunto diferente al de esos versiculos aislados Una aproximacion a la evidencia biblica es el estudiar los textos explicitos que se refieren respectivamente a la igualdad y a la subordinacion de las mujeres en la sociedad y en el culto No estoy convencido de la utilidad de tal estudio puesto que en cualquier texto que apunta en una direccion existe de ordinario un texto contrario Si 1Corintios 14 34 manda que las mujeres deben guardar silencio en las iglesias 1Corintios 11 5 reconoce la costumbre de que las mujeres oren y profeticen y la profecia se halla en el rango de los carismas en el segundo lugar despues del apostolado 1Corintios 12 28 hasta el punto de que Efesios 2 20 supone que la Iglesia la casa de Dios se halla establecida y fundada por apostoles y profetas 43 Raymond E Brown Benedicto XVI senala que hay que relativizar la sucesiva y conocida exhortacion Las mujeres callense en las asambleas 1Corintios 14 34 ya que Pablo de Tarso admitia como algo normal que en la comunidad cristiana la mujer pudiera profetizar 1Corintios 11 5 es decir hablar abiertamente bajo el influjo del Espiritu 21 La mujer en la Epistola a los galatas Editar Comienzo de la Epistola a los galatas en un manuscrito ilustrado que se utilizo en la liturgia En un versiculo de la Epistola a los galatas Pablo de Tarso expone las consecuencias raciales y religiosas sociales y humanas del mensaje que predica Ya no hay judio ni griego ni esclavo ni libre ni hombre ni mujer ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesus Pablo de Tarso Epistola a los galatas 3 28 En expresion de Joseph A Fitzmyer este versiculo constituye el punto culminante de la carta de Pablo 44 Los analisis de este versiculo son abundantisimos Con todo el marco historico cultural en que Pablo lo escribio parece un elemento necesario para su comprension Juan Leal lo expuso asi Recuerdese la division enorme que existia en el mundo del evangelio De un lado estaban los judios de otro los griegos que eran los gentiles civilizados de un lado los hombres libres y de otro el ejercito inmenso de los esclavos que no eran personas de un lado el marido y de otro la mujer que era comprada 45 Juan Leal El teologo aleman Gerd Theissen senalo que solo se puede medir la dimension del avance que este versiculo significo en el siglo I si se consideran las diferencias sociales que menciona 46 Vease tambien EditarFeminismo cristiano Diaconisa Monacato femeninoReferencias Editar Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 12 Sus cartas autenticas todas ellas escritas al ritmo de la problematica misional surgieron entre los anos 50 y 55 es decir entre veinte y veinticinco anos despues de la muerte de Jesus Son asi los unicos escritos que se conservan de la primera generacion cristiana Y de este modo representan los documentos clave y absolutamente imprescindibles para la reconstruccion del movimiento cristiano mas antiguo Leon Dufour 2001 Vocabulario de teologia biblica p 570 Jeremias 1980 Jerusalen en tiempos de Jesus estudio economico y social del mundo del Nuevo Testamento p 371 372 Cuando la mujer judia de Jerusalen salia de casa llevaba la cara cubierta con un tocado que comprendia dos velos sobre la cabeza una diadema sobre la frente con cintas colgantes hasta la barbilla y una malla de cordones y nudos de este modo no se podian reconocer los rasgos de su cara Por eso una vez segun se dice un sacerdote principal de Jerusalen no reconocio a su propia mujer al aplicarle el procedimiento prescrito para la mujer sospechosa de adulterio La mujer que salia sin llevar la cabeza cubierta es decir sin el tocado que velaba el rostro ofendia hasta tal punto las buenas costumbres que su marido tenia el derecho incluso el deber de despedirla sin estar obligado a pagarle la suma estipulada en caso de divorcio en el contrato matrimonial Habia incluso mujeres tan estrictas que tampoco se descubrian en casa como aquella Qimjit que segun se dice vio a siete hijos llegar a sumos sacerdotes lo que se considero como una recompensa por su austeridad Que venga sobre mi esto y aquello si las vigas de mi casa han visto jamas mi cabellera Solo el dia del matrimonio si la esposa era virgen y no viuda aparecia esta en el cortejo con la cabeza desnuda Ver ademas la bibliografia alli citada Jeremias 1980 Jerusalen en tiempos de Jesus estudio economico y social del mundo del Nuevo Testamento p 372 Es referida la sentencia de uno de los mas antiguos escribas que conocemos Yose ben Yojanan de Jerusalen hacia el 150 a C No hables mucho con una mujer y despues se anadia Esto vale de tu propia mujer pero mucho mas de la mujer de tu projimo Las reglas de la buena educacion prohibian encontrarse a solas con una mujer mirar a una mujer casada e incluso saludarla era un deshonor para un alumno de los escribas hablar con una mujer en la calle Una mujer que se entretenia con todo el mundo en la calle o que hilaba en la calle podia ser repudiada sin recibir el pago estipulado en el contrato matrimonial Bautista Esperanza 1993 La mujer en la Iglesia primitiva Navarra Verbo Divino ISBN 978 84 7151 877 4 Jeremias 1980 Jerusalen en tiempos de Jesus estudio economico y social del mundo del Nuevo Testamento p 372 Jeremias 1980 Jerusalen en tiempos de Jesus estudio economico y social del mundo del Nuevo Testamento p 325 Rodriguez Ennes Luis 2007 La larga lucha hacia la igualdad femenina Anuario da Facultade de Dereito da Universidade da Coruna 11 839 853 Consultado el 25 de enero de 2013 Manas Nunez Manuel 1996 2003 Mujer y sociedad en la Roma imperial del siglo I Norba Revista de Historia 16 191 207 ISSN 0213 375X Consultado el 20 de enero de 2013 a b Hobenreich Evelyn 2005 Androginas y monstruos Mujeres que hablan en la Antigua Roma Veleia 22 173 182 Consultado el 25 de enero de 2013 Texto original Non autem omnes iudices dari possunt ab his qui iudicis dandi ius habent quidam enim lege impediuntur ne iudices sint quidam natura quidam moribus natura ut surdus mutus et perpetuo furiosus et impubes quia iudicio carent lege impeditur qui senatu motus est moribus feminae et servi non quia non habent iudicium sed quia receptum est ut civilibus offi ciis non fungantur Beard M North J Price S 1998 Religions of Rome p 297 Bunson Matthew Encyclopedia of the Roman Empire en ingles Nueva York p 576 ISBN 0 8160 4562 3 Consultado el 26 de enero de 2013 Brandon S G F 1975 Diccionario de religiones comparadas Madrid Ediciones Cristiandad p 310 ISBN 84 7057 189 3 Consultado el 26 de enero de 2013 Beard M North J Price S 1998 Religions of Rome p 296 297 Flores Hernandez German Apuntes de historia de la cultura Breve recorrido por la historia antigua de Occidente Caracas 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a varones y acerca de varones refleje los puntos de vista de una sociedad patriarcal La sorpresa es que la perspectiva femenina no fue suprimida Esta alli porque es esencial y no podia ser excluida a b c d Benedicto XVI Joseph Aloisius Ratzinger 2007 Los apostoles y los primeros discipulos de Cristo en los origenes de la Iglesia Santa Rosa Provincia de La Pampa Argentina Libreria Editrice Vaticana Editorial Juan Pablo II pp 245 252 ISBN 978 987 23734 0 5 Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 194 La carta a los Romanos ofrece una buena vision de la mision paulina por dentro indicando la gran cantidad de colaboradores que intervinieron en ella entre los cuales se incluian numerosas mujeres Febe se presenta como una protectora de la mision paulina en Cencres el puerto oriental de Corinto habiendo dado hospitalidad a Pablo y a otros muchos y habiendo ejercido un patronazgo de servicio para la comunidad cristiana que se congrega en su casa 16 1 2 Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 194 Prisca la esposa de Aquila 16 3 5 Maria 16 6 Junia emisaria junto con su esposo Andronico 16 7 precioso testimonio de un matrimonio de emisarios conforme a la practica mencionada en 1 Corintios 9 5 la pareja de Trifena y Trifosa probablemente hermanas 16 12a Perside 16 12b la madre de Rufo en cuya casa fue huesped Pablo 16 13 Julia y la hermana de Nereo 16 15 Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 194 Ese dato sobre las mujeres colaboradoras se debe en gran medida a que la casa ambito principal de la actividad de las mujeres era la base fundamental de la mision paulina Pero testifica al mismo tiempo la vigencia en la mision paulina del principio mesianico de la igualdad del varon y de la mujer Galatas 3 28 1 Corintios 11 11 12 a b Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma pp 194 195 Eso determino el tipico caracter familiar de las comunidades cristianas antiguas Esas comunidades domesticas podian estar presididas tanto por varones como por mujeres demostrando asi la efectividad del principio mesianico de la igualdad entre el varon y la mujer dentro de las comunidades paulinas La comunidad de Cencres se congregaba en la casa de Febe que era la patrona de la misma y la que daba hospitalidad a los miembros de otras comunidades que pasaban por aquella poblacion portuaria tan transitada al igual que ella debia recibirla ahora de la comunidad de Efeso en su viaje a esa ciudad 16 1 2 La comunidad completa de Corinto podia congregarse en la amplia casa de Gayo 16 23 La lista de saludos de 16 3 15 menciona varias comunidades domesticas en Efeso dando a entender asi la amplitud de la comunidad cristiana en esa ciudad la que se congregaba en la casa de Prisca y Aquila 16 5 y probablemente tambien las que se congregaban en la casa de Aristobulo 16 10 en la casa de Narciso 16 11 en la casa de Asincrito 16 14 y en la casa de Filologo 16 15 Fitzmyer J Romans a new translation with introduction and commentary Garden City Nueva York Doubleday Asi la mencionan Ambrosiaster Juan Crisostomo Rufino de Aquilea Jeronimo de Estridon Teodoreto de Ciro Pseudo Primasio Ecumenio Oecumenius Juan Damasceno Haymo de Halberstadt Rabano Mauro Hatto Lanfranc de Bec Bruno de Colonia Pedro Abelardo y Pedro Lombardo Fitzmyer Joseph A 1972 Carta a los romanos En Brown Raymond E Fitzmyer Joseph A Murphy Roland E eds Comentario Biblico San Jeronimo IV Madrid Ediciones Cristiandad p 201 Junias es nombre de varon lo que hace facilmente comprensible la ultima parte del versiculo Pero Iounian tambien podria traducirse por Junia nombre de mujer que algunos antiguos comentaristas tomaron como nombre de la esposa de Andronico Ademas el papiro P displaystyle mathfrak P 46 y algunas versiones la Vulgata la version bohairica copta de la Biblia la version etiopica de la Biblia leen Julia La mayoria de los modernos comentaristas sin embargo lo toman como nombre masculino Escuela biblica de Jerusalen 1976 Biblia de Jerusalen p 1630 Burer Michael H Wallace Daniel B 2001 Was Junia Really an Apostle A Re Examination of Rom 16 7 New Testament Studies en ingles 47 76 91 Archivado desde el original el 9 de agosto de 2014 Consultado el 21 de abril de 2013 Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 127 Es posible que hacia el final de su encarcelamiento en Efeso Pablo fuera condenado a la pena capital ya que en ese momento conto con su muerte segura 2 Corintios 1 8 9 Pero en esa dificil situacion es liberado gracias a una arriesgada intervencion de Prisca y Aquila Romanos 16 3 4 Achtenmeier Paul J 1996 HarperCollins Bible Dictionary en ingles revisada edicion Nueva York HarperCollins p 882 ISBN 0 06 060037 3 Biguzzi Giancarlo Paolo un apostolo contro le donne Credere oggi Dossier di orientamento e di aggiornamento teologico PPFMC Messaggero di S Antonio Editrice Consultado el 23 de enero de 2013 Brown Raymond E 2002 Introduccion al Nuevo Testamento II Cartas y otros escritos Madrid Editorial Trotta ISBN 84 8164 539 7 Raymond Brown senala que el 80 90 de la critica considera pseudonima la Primera epistola de Timoteo pagina 844 y que el 80 mas o menos de la critica considera pseudonima la Epistola a los efesios pagina 804 Vidal Garcia 1996 Las cartas originales de Pablo Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 155 La argumentacion del texto es muy confusa apareciendo en ella saltos argumentos dispares e incluso incongruencias debido a que Pablo mismo durante el dictado tuvo que ir matizando e incluso corrigiendo afirmaciones anteriores suyas que no le parecian muy convincentes Murphy O Connor Jerome 1980 Sex and Logic in 1 Corinthians 11 2 16 Catholic Biblical Quarterly 42 482 500 Escuela biblica de Jerusalen 1976 Biblia de Jerusalen p 1644 Barbaglio Giuseppe 2008 Teologia de San Pablo 2ª edicion Salamanca Ediciones Secretariado Trinitario p 93 ISBN 978 84 96488 04 5 Consultado el 25 de enero de 2013 el fundamento de todo radica en la relacion entre diversidad constitutivo natural de los dos sexos y la relativa diversidad de su vestimenta durante la plegaria publica de la comunidad en el sentido de que una funda la otra Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 155 Probablemente la comunidad corintia aplicaba a la celebracion cristiana unos gestos religiosos frecuentes en el mundo helenista las mujeres desvelaban su cabeza demostrando asi su posesion por el Espiritu mientras que los varones se la cubrian con el manto mostrando asi su ingreso en un ambito misterioso Vidal Garcia 2007 Pablo De Tarso a Roma p 155 En un primer momento utiliza como argumento el orden jerarquico tripartito Dios mesias hombre desdoblando el ultimo elemento en varon mujer para posibilitar su aplicacion a la cuestion planteada 11 3 Esa distincion entre varon y mujer se desarrolla con diversos argumentos de la tradicion judia y de la cultura helenista en cuanto al motivo concreto de llevar o no cubierta la cabeza las mujeres y los varones 11 4 10 Ese tipo de argumentacion se corta y se corrige en 11 11 12 porque Pablo se da cuenta de que no cuadra con la tradicion cristiana bautismal sobre la nueva humanidad mesianica en la cual han quedado superadas las divisiones de la humanidad vieja entre el varon y la mujer Ga 3 26 28 Esto obliga a iniciar una nueva argumentacion en 11 13 15 fundada ahora en el principio helenista del orden natural Pero ante la incongruencia tambien de esta nueva argumentacion Pablo un tanto molesto ya concluye con el unico argumento practico de la costumbre de sus comunidades 11 16 Segun el analisis anterior lo unico que queda como valido de toda la compleja argumentacion del texto es en definitiva el principio mesianico intocable sobre la igualdad de rango entre el varon y la mujer 11 11 12 y la practica de las comunidades 11 16 Teniendo en cuenta el trasfondo de la practica corintia indicado anteriormente quiza se podria decir que el centro real de la argumentacion paulina es la novedad de la celebracion mesianica que no consiente los viejos gestos de las celebraciones paganas Stein Edith 1998 La mujer Biblioteca Palabra p 55 ISBN 84 8239 226 3 Conzelmann Hans 1975 1 Corinthians a commentary on the First Epistle to the Corinthians en ingles Filadelfia Fortress Press p 246 ISBN 0 8006 6005 6 Se esta de acuerdo en que hay que considerar esta seccion como una interpolacion Brown Raymond E 1975 Roles of women in the fourth gospel Theological Studies 36 688 699 Fitzmyer Joseph A 1972 Carta a los galatas En Brown Raymond E Fitzmyer Joseph A Murphy Roland E eds Comentario Biblico San Jeronimo III Madrid Ediciones Cristiandad p 615 Leal Juan 1965 Carta a los galatas La Sagrada Escritura Nuevo Testamento II Hechos de los Apostoles y Cartas de S Pablo Madrid Biblioteca de Autores Cristianos pp 636 637 Theissen 2002 La religion de los primeros cristianos p 166 Ya no hay judio ni griego ni esclavo ni libre ni hombre ni mujer porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesus Galatas 3 28 Ante la cantidad de tabues que dan lugar a las diferencias sociales mencionadas en este pasaje se puede calibrar la magnitud del avance Bibliografia EditarBeard M North J Price S 1998 Religions of Rome I Cambridge University Press ISBN 0 521 31682 0 Escuela biblica de Jerusalen 1976 Biblia de Jerusalen Edicion Espanola Bilbao Desclee de Brouwer ISBN 84 330 0022 5 Getty Sullivan Mary Ann 2001 Women in the New Testament en ingles Collegeville Minnesota EE UU The Order of St Benedict ISBN 0 8146 2546 0 Consultado el 22 de enero de 2013 Jeremias Joachim 1980 Jerusalen en tiempos de Jesus estudio economico y social del mundo del Nuevo Testamento Madrid Ediciones Cristiandad ISBN 84 7057 209 1 Leon Dufour Xavier 2001 Mujer En Xavier Leon Dufour ed Vocabulario de teologia biblica 18 ª edicion Barcelona Biblioteca Herder pp 568 571 ISBN 978 84 254 0809 0 Theissen Gerd 2002 La religion de los primeros cristianos Salamanca Ediciones Sigueme ISBN 84 301 1465 3 Vidal Garcia Senen 1996 Las cartas originales de Pablo Madrid Editorial Trotta ISBN 978 84 8164 101 1 Vidal Garcia Senen 2007 Pablo De Tarso a Roma Santander Editorial Sal Terrae ISBN 978 84 293 1716 9 Enlaces externos EditarEstevez Lopez Elisa 2012 Una colaboracion fecunda mujeres y varones cristianos en los siglos I II En Rivas Fernando ed Iguales y diferentes Interrelacion entre mujeres y varones cristianos a lo largo de la historia Madrid San Pablo pp 15 74 Consultado el 1 de mayo de 2014 Datos Q3728790Obtenido de https es wikipedia org w index php title La mujer en las epistolas de Pablo de Tarso amp oldid 134232358, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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