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Iglesia católica y guerra civil española

La Iglesia católica y la guerra civil española es el relato de la cuestión religiosa en la guerra civil española y del diferente papel que desempeñó la Iglesia católica en los dos bandos en conflicto, pues mientras en la zona republicana más de 6000 miembros del clero católico fueron asesinados, los templos cerrados y el culto católico perseguido, en la zona sublevada la Iglesia católica española apoyó con entusiasmo la «causa nacional», calificando la guerra como una «cruzada» o «guerra santa» en defensa de la religión y otorgando así al bando sublevado y a su jefe supremo el general Franco la legitimidad religiosa.

Antecedentes: el conflicto entre la República y la Iglesia católica

La "cuestión religiosa" fue un tema, entre otros, que contribuyó a polarizar la vida política durante la Segunda República Española. El conflicto se produjo entre los republicanos y socialistas que defendían el Estado laico plasmado en la Constitución de 1931, y especialmente en su artículo 26 (en cuyo debate de octubre de 1931, Manuel Azaña, pronunció la frase "España ha dejado de ser católica",[1]​ que luego sería sacada de contexto y tergiversada)[2]​ y la Iglesia católica en España, cuyo sector integrista mayoritario encabezado por el cardenal Pedro Segura y después por el cardenal Isidro Gomá, defendía a ultranza el "Estado confesional" "que impusiera por la fuerza a todos sus súbditos la profesión y la práctica de la religión católica y prohibiera cualquier otra", oponiéndose frontalmente a cualquier forma de Separación de la Iglesia y el Estado.[3]​ Así, este sector interpretó las reformas republicanas como un ataque a la Iglesia.

Sin embargo, otro sector de la Iglesia encabezado por el cardenal primado de Tarragona Francisco Vidal y Barraquer y el director del diario católico El Debate, Angel Herrera Oria, con apoyo del Vaticano a través del nuncio Tedeschini, adoptó una posición prudente ante unas circunstancias adversas basada en el "accidentalismo" según el cual lo importante eran el contenido y la orientación del régimen, no su forma de gobierno.[4]​ Este sector "accidentalista" intentó -sin éxito- alcanzar algún tipo de "conllevanza" con la República laica, que había abolido los subsidios al clero, prohibido el ejercicio de la enseñanza a las órdenes religiosas (potenciando en su lugar la enseñanza pública mediante la creación de nuevas escuelas del Estado, a pesar de las dificultades económicas), e introducido el matrimonio civil, la ley de divorcio y el entierro civil.

La Iglesia católica en la zona sublevada

Del pronunciamiento a la cruzada

La motivación religiosa no aparece en ninguno de los bandos de pronunciamiento del golpe de estado en España de julio de 1936 (tampoco en el que el general Franco proclamó el estado de guerra en Canarias), ni en la declaración programática de la Junta de Defensa Nacional del 24 de julio se alude a la religión ("es un manifiesto contrarrevolucionario, anticomunista y antiseparatista, en defensa del orden").[5]

Sin embargo el conflicto pronto tomó un cariz religioso. A pesar de que la Iglesia católica española no participó en la preparación del golpe, "no es temerario decir que, en el ambiente tenso de la primavera de 1936, la casi totalidad de los obispos deseaban una intervención del Ejército que pusiera fin a tal estado de cosas".[6]​ Por otro lado José María Gil Robles, el líder del partido católico la CEDA que durante las elecciones de febrero de 1936 había sido apoyado por la jerarquía eclesiástica española y por el Vaticano, entregó al general Mola unas semanas antes del golpe medio millón de pesetas de los fondos del partido "para los primeros gastos del movimiento militar... salvador de España".[7]

La “sacralización” del pronunciamiento, la conversión del golpe de estado en una “cruzada” o “guerra santa” en defensa de la religión, se produjo rápidamente, lo que resultó muy oportuno para legitimar y maquillar el golpe militar, aunque “no fueron los sublevados quienes solicitaron la adhesión de la Iglesia, sino que fue ésta la que muy pronto se les entregó en cuerpo y alma”.[8]​ En Navarra el clero no solo apoyó con entusiasmo a los sublevados sino que muchos sacerdotes se ofrecieron como voluntarios para combatir en las columnas de requetés carlistas que se dirigían a Madrid o a Guipúzcoa.[9]​ Y la "sacralización" se acentuó sobre todo cuando comenzaron a llegar a la zona sublevada las primeras noticias de la "salvaje persecución religiosa" que se había desencadenado en la zona republicana, donde el alzamiento militar había fracasado.[10]

Enseguida los militares sublevados que en sus bandos de pronunciamiento no adujeron la defensa de la religión la utilizaron como justificación de su alzamiento. En el discurso radiado de agosto de 1936 el general Mola (en el que se refirió a la “quinta columna” interior que iba a tomar Madrid) explicó lo que pretendían los sublevados:[11]

Se nos pregunta del otro lado que a dónde vamos. Es fácil, y ya lo hemos repetido muchas veces. A imponer el orden, a dar pan y trabajo a todos los españoles y a hacer justicia por igual, y luego, sobre las ruinas que el Frente Popular deje –sangre, fuego y lágrimas- edificar un Estado grande, fuerte y poderoso que ha de tener por galardón y remate allá en la altura una cruz de amplios brazos, señal de protección para todos. Cruz sacada de los escombros de la España que fue, pues es la cruz, símbolo de nuestra religión y nuestra fe, lo único que ha quedado a salvo entre tanta barbarie que intenta teñir para siempre las aguas de nuestros ríos con el carmín glorioso y valiente de la sangre española

El general Cabanellas, conocido masón y presidente de la Junta de Defensa Nacional, el 16 de agosto en la carta que acreditaba a Antonio Magaz como agente confidencial ante el Vaticano, hablaba de un “movimiento nacional que tanto tiene de cruzada religiosa como de rescate de la Patria frente a la tiranía de Moscú”. Pero no solo los militares sino también numerosos eclesiásticos y laicos católicos proclamaron de forma entusiasta que la guerra que estaba llevando a cabo el bando sublevado era una cruzada. Fray Justo Pérez de Urbel le dijo al general Millán Astray que el objetivo de la guerra era “rescatar a España para Dios”. José María Pemán escribió: “el humo del incienso y el humo del cañón, que sube hasta las plantas de Dios, son una misma voluntad vertical de afirmar una fe y sobre ella salvar un mundo y restaurar una civilización”. Más tarde, en 1938, publicó el “Poema de la Bestia y el Ángel”, tal vez el texto más representativo de la idea de “cruzada” aplicada a la guerra civil.[12]

La actitud inicial de la jerarquía eclesiástica española y de la Santa Sede

 
Fotografía del papa Pío XI.

La mayoría de los obispos españoles esperaron a que el Vaticano se pronunciara antes de hacer pública su visión de la guerra, pero esto no ocurrió hasta el 14 de septiembre de 1936 cuando el papa Pío XI pronunció el discurso “La vostra presenza” en su residencia veraniega de Castelgandolfo en una audiencia pública a un grupo de unos 500 católicos españoles, en su mayoría sacerdotes y religiosos (encabezados por los obispos de Cartagena, Tortosa, Vich y Urgel), que habían conseguido huir de la zona republicana, muchos de ellos gracias a la ayuda de las autoridades republicanas, especialmente de la Generalidad de Cataluña. El discurso empezó lamentando las víctimas que se habían producido en la zona republicana refiriéndose al “esplendor de virtudes cristianas y sacerdotales, de heroísmos y de martirios; verdaderos martirios en todo el sagrado y glorioso significado de la palabra” y condenó el comunismo, pero no utilizó el término de “cruzada” para referirse al conflicto bélico en España sino el de “Guerra Civil” “entre los hijos del mismo pueblo, de la misma madre patria”. Asimismo abrió un interrogante sobre la causa de los sublevados, pues tras bendecir “a cuantos han asumido la difícil y peligrosa misión de defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y de la religión” advirtió que “muy fácilmente el esfuerzo y la dificultad de la defensa la hacen excesiva y no plenamente justificable, además de que no menos fácilmente intereses no rectos e intenciones egoísticas o de partido se introducen para enturbiar y alterar toda la moralidad de la acción y toda la responsabilidad”. Pero lo más duro para los partidarios de la “guerra santa” fue la exhortación final que hizo Pío XI a amar a los enemigos:[13]

Amar a estos queridos hijos y hermanos vuestros, amarlos con un amor particular hecho de compasión y de misericordia, amarlos y, no pudiendo hacer otra cosa, rezar por ellos; rezar para que vuelva a sus mentes la serena visión de la verdad y sus corazones vuelvan a abrirse al deseo y a la fraterna búsqueda del verdadero bien común; rezar para que vuelvan al Padre que con gran deseo les espera, y que hará gozosísima fiesta con su retorno; rezar para que estén con nosotros, cuando dentro de poco… el arco iris de la paz aparecerá en el hermoso cielo de España, llevando el alegre anuncio a todo vuestro grande y magnífico país

La parte final del discurso del papa provocó murmullos de desaprobación entre algunos de los sacerdotes y religiosos españoles presentes porque según ellos equiparaba a los dos bandos contendientes en la guerra civil española. De hecho en la zona sublevada el discurso de Castelgandolfo se difundió ampliamente, pero mutilado. Solo se publicaron aquellos párrafos que parecían ratificar la condición de cruzada de la guerra civil y se suprimió toda la segunda parte en que se exhortaba a amar a los enemigos. Los obispos españoles, que al principio solo conocieron el discurso de Pío XI en esta versión propagandística, hicieron públicas inmediatamente encendidas pastorales a favor de los sublevados, entre las que destacó la del obispo de Salamanca Enrique Pla y Deniel publicada el 30 de septiembre de 1936, solo un día antes de que el general Franco fuera proclamado “Generalísmo” y “Jefe del Gobierno del Estado”, bajo el título “Las dos ciudades” y en la que declaraba la guerra como una “cruzada” (cuando Pla y Deniel conoció la versión completa no se retractó en absoluto de su pastoral, como tampoco lo hicieron el resto de obispos).[14]​ En la pastoral Enrique Pla y Deniel presentaba la guerra como "una cruzada por la religión, la patria y la civilización", dando una nueva legitimidad a la causa de los sublevados: la religiosa. Así, el general Franco no era sólo el "jefe y salvador de la Patria", sino también el "Caudillo" de una nueva "Cruzada” en defensa de la fe católica y del orden social anterior a la proclamación de la Segunda República Española.[15]

De esta forma "Franco contó con el apoyo y bendición de la Iglesia católica. Obispos, sacerdotes y religiosos comenzaron a tratar a Franco como un enviado de Dios para poner orden en la ciudad terrenal y Franco acabó creyendo que, efectivamente, tenía una relación especial con la divina providencia".[16]​ El cardenal primado de Toledo Isidro Gomá le envió a Franco un telegrama de felicitación por su nombramiento como "Jefe del Gobierno del Estado Español" y el Generalísmo en su contestación, después de decirle que "no podía recibir mejor auxilio que la bendición de Vuestra Eminencia", le pedía que rogara a Dios en sus oraciones para que "me ilumine y dé fuerzas bastantes para la ímproba tarea de crear una nueva España de cuyo feliz término es ya garantía la bondadosa colaboración que tan patrióticamente ofrece Vuestra Eminencia cuyo anillo pastoral beso".[17]​ El obispo Pla y Deniel le cedió a Franco su palacio episcopal en Salamanca para que lo utilizara como su Cuartel General.[18]

Otras manifestaciones del cardenal Isidro Gomá, arzobispo de Toledo y primado de España, abundaron en la misma idea de "cruzada":

¿La guerra de España es una guerra civil? No; una lucha de los sin Dios [...] contra la verdadera España, contra la religión católica.
La Guerra de España, 1936–1939, página 261.
[La guerra civil era un conflicto entre] España y la anti-España, la religión y el ateísmo, la civilización cristiana y la barbarie.
La Guerra de España, 1936–1939, página 261.

El papa Pío XI volvió a referirse a la situación en España en la encíclica Divini Redemptoris del 19 de marzo de 1937 en la que condenaba el comunismo y en la que dedicaba el párrafo 20 a "Los horrores del comunismo en España", en los que denunciaba los asesinatos de sacerdotes y religiosos en la zona republicana, pero siguió sin mencionar que la guerra de España fuera una cruzada, como esperaban la jerarquía eclesiástica española y las autoridades franquistas, a diferencia de lo que haría pocos días después en la encíclica Firmissimam constantiam del 28 de marzo en la que justificaba el recurso a la fuerza armada de los cristeros mexicanos. Días antes de esta dos encíclicas Pío XI había acabado Mit brennender Sorge del 14 de marzo, "sobre la situación de la Iglesia en Alemania" en la que denunciaba el nazismo. De la misma forma que en la zona sublevada se difundió ampliamente en párrafo sobre "Los horrores del comunismo en España" de la encíclica en que Pío XI condenaba el comunismo, se prohibió la difusión de la encíclica en la que se condenaba el nazismo, uno de los aliados del general Franco.[19]

La consecuencia de todo ello fue una íntima alianza entre la Iglesia católica y los sublevados que se reflejará en una colaboración recíproca para lograr sus respectivos intereses. Esto dará lugar a una ideología particular del régimen, el nacionalcatolicismo, con los consiguientes cambios en la zona sublevada como la obligatoriedad de la religión en la enseñanza primaria y secundaria, o la imposición del crucifijo en institutos y universidades. El Generalísimo utilizó, por su parte, la fe católica para legitimar su Cruzada, siendo desde finales de la guerra obligatorio en las escuelas el Catecismo Patriótico Español del obispo Menéndez-Reigada (sin imprimátur, y con sus conocidas proclamas antisemitas y antidemocráticas);[20]​ y según el socialista Juan Simeón Vidarte también se llegó a modificar el catecismo del padre Ripalda, agregando al quinto mandamiento (no matarás) las siguientes palabras: a no ser que sean rojos, o enemigos del glorioso movimiento.[21]

En conclusión, la Iglesia católica en España legitimó el discurso de los sublevados con la idea de la cruzada, sirviendo los obispos y sacerdotes como capellanes a los combatientes franquistas, administrándoles los sacramentos y bendiciendo las armas y las banderas de los regimientos que partían al frente. Se sintió enormemente aliviada por el triunfo de las tropas de Franco, y recibió, además, la compensación económica que supuso el restablecimiento del presupuesto del clero en octubre de 1939.[22]

El problema del País Vasco

 
El lehendakari Aguirre en el exilio francés (abril de 1939).

El Partido Nacionalista Vasco (PNV), un partido católico, no se sumó al movimiento militar sino que permaneció fiel a la República (el 1 de octubre de 1936 las Cortes españolas de la República aprobaron el Estatuto de Autonomía del País Vasco, formándose a continuación un gobierno vasco presidido por el peneuvista José Antonio Aguirre) por lo que en el País Vasco republicano (que comprendía Vizcaya y Guipúzcoa) no hubo persecución religiosa (aunque en los primeros momentos algunos sacerdotes fueron asesinados por extremistas de izquierda), ninguna iglesia fue incendiada ni clausurada y el culto católico se desarrolló con normalidad. El mantenimiento del católico PNV dentro del bando republicano, lo que echaba por tierra la concepción de la guerra civil como una "cruzada" defendida por el bando sublevado, motivó que el 6 de agosto de 1936, solo tres semanas después del golpe de julio, el obispo de Vitoria (cuya diócesis abarcaba entonces también Vizcaya y Guipúzcoa, además de Álava) Mateo Múgica y el obispo de Pamplona Marcelino Olaechea, publicaran conjuntamente una "Instrucción Pastoral" (que en realidad había sido escrita por el cardenal primado de Toledo Isidro Gomá) en la que instaban a los nacionalistas vascos a que pusieran fin a su colaboración con la República.[23]​ Los argumentos que aparecen en ella son similares a los que utilizó el cardenal Gomá en su subsiguiente polémica con los nacionalistas vascos, y particularmente con el lehendakari José Antonio Aguirre en su Respuesta obligada: Carta abierta al Sr. D. José Antonio Aguirre hecha pública en enero de 1937:[24]

No es lícito, en ninguna forma, en ningún terreno, y menos en la forma cruentísima de la guerra, última razón que tienen los pueblos para imponer su razón, fraccionar las fuerzas católicas ante el común enemigo... Menos lícito, mejor, absolutamente ilícito es, después de dividir, sumarse al enemigo para combatir al hermano, promiscuando el ideal de Cristo con el de Belial, entre los que no hay compostura posible... Llega la ilicitud a la monstruosidad cuando el enemigo es este monstruo moderno, el marxismo o comunismo, hidra de siete cabezas, síntesis de toda herejía, opuesto diametralmente al cristianismo en su doctrina religiosa, política, social y económica...

El amor al Dios de nuestros padres ha puesto las armas en mano de la mitad de España aún admitiendo motivos menos espirituales en la guerra; el odio ha manejado contra Dios las de la otra mitad... De hecho no hay acto ninguno religioso de orden social en las regiones ocupadas por los rojos; en las tuteladas por el ejército nacional la vida religiosa ha cobrado nuevo vigor...

...Cuente los miles que han sido villanamente asesinados en las tierras todavía dominadas por los rojos. Es endeble su catolicismo en este punto, señor Aguirre, que no se rebela ante esta montaña de cuerpos exánimes, santificados por la unción sacerdotal y que han sido profanados por el instinto infrahumano de los aliados de usted; que no le deja ver más que una docena larga, catorce, según lista oficial —menos del dos por mil— que han sucumbido víctimas de posibles extravíos políticos, aún concediendo que hubiese habido extravío en la forma de juzgarlos.

Los sacerdotes a los que hace referencia el cardenal Gomá y cuya muerte en cierta forma justifica ("han sucumbido víctimas de posibles extravíos políticos, aún concediendo que hubiese habido extravío en la forma de juzgarlos", dice Gomá), fueron asesinados en las primeras semanas de la guerra por los "nacionales", y no por los "rojos", por ser "separatistas", lo que motivó las protestas del obispo de Vitoria Mateo Múgica Urrestarazu. La respuesta de la Junta de Defensa Nacional fue exigir al Vaticano que fuera destituido de su obispado y abandonara España, a pesar de haber apoyado el "alzamiento" y haber suscrito la "Instrucción Pastoral" del 6 de agosto. Después de dos meses de presiones y amenazas, el Vaticano ordenó finalmente el 14 de octubre de 1936 al obispo Múgica que abandonara Vitoria y España, aunque cuando llegó a Roma, por consejo del también exiliado cardenal Vidal y Barraquer, no renunció al cargo. Sin embargo la promesa del papa Pío XI a Múgica de defender sus derechos, dignidad y honor solo se cumplió hasta que el País Vasco no fue ocupado por las fuerzas sublevadas. El 19 de junio de 1937, solo cuatro días después de la caída de Bilbao, el Papa nombró un administrador apostólico para la sede de Vitoria, sin ni siquiera habérselo comunicado al obispo Múgica, que "por el momento" seguía sin poder volver a la "España nacional".[25]​ El obispo Múgica, como el cardenal Vidal y Barraquer, se negó a suscribir la "Carta colectiva del Episcopado Español" de 1 de julio de 1937 que fue hecha pública al mes siguiente porque en ella se decía que la represión en la "España nacional" se regía por el principio de justicia.[26]

La represión que los sublevados ejercieron en el País Vasco recién ocupado también incluyó a numerosos sacerdotes vascos "separatistas" que fueron encarcelados por el delito de "rebelión". El delegado papal en la "España nacional" monseñor Ildebrando Antoniutti, aunque colaboró activamente con la propaganda franquista antivasca, intervino en favor de algunos de los miembros del clero presos, como unos religiosos pasionistas confinados en Vitoria y unos sesenta sacerdotes y religiosos encarcelados en Bilbao. También hizo gestiones con obispos del sur de España para que recibieran en sus diócesis a sacerdotes vascos a quienes las autoridades franquistas no permitían que ejercieran su ministerio en el País Vasco.[27]

La carta colectiva del episcopado español a los obispos de todo el mundo (julio-agosto de 1937)

La Carta Colectiva del Episcopado español a los obispos del mundo entero fue un documento de los obispos españoles, cuyo objetivo era informar a los católicos de fuera de España de la postura que había tomado la Iglesia católica en España en la Guerra Civil. Llevaba fecha de 1 de julio de 1937, cuando se cumplía casi un año del inicio de la guerra, pero no se divulgó hasta mediados de agosto "con la intención de obtener la firma de los pocos obispos recalcitrantes, y también para que los obispos de todo el mundo, a los que la carta se dirigía, la hubieran recibido cuando la prensa la diera a conocer al gran público".[28]​ Fue redactada por el cardenal primado de Toledo Isidro Gomá a instancias del generalísimo Franco que le pidió al cardenal el 10 de mayo de 1937 que, dado que el episcopado español le apoyaba, publicara "un escrito que, dirigido al episcopado de todo el mundo, con ruego de que procure su reproducción en la prensa católica, pueda llegar a poner la verdad en su punto".[29]​ La "verdad" que pretendía el general Franco que se difundiera en este documento estaba destinada a contrarrestar la condena hecha por amplios sectores del catolicismo europeo y americano más avanzado de los asesinatos cometidos por los "nacionales" de catorce sacerdotes en el País Vasco y de miles de obreros y campesinos en toda la zona sublevada, además de su rechazo a considerar a la guerra civil española como una cruzada o guerra santa.[28]

Y logró Franco plenamente su objetivo porque los obispos de prácticamente todo el mundo adoptaron en adelante el punto de vista del bando sublevado sobre la Guerra Civil Española, en especial por su descripción de la persecución religiosa desencadenada en la zona republicana. Como escribió un colaborador de la Oficina Nacional de Propaganda franquista "la carta de los obispos españoles es más importante para Franco en el extranjero que la toma de Bilbao o Santander". Así pues "se produjo plenamente la manipulación propagandística que el cardenal Vidal y Barraquer había temido", y que le había llevado, entre otras razones, a no suscribir la carta colectiva.[30]

Además del obispo de Menorca Juan Torres y Ribas, confinado en su isla, el cardenal Pedro Segura y Sáenz, exiliado en Roma, y el obispo de Orihuela-Alicante, el vasco Javier Irastorza Loinaz, exiliado en Gran Bretaña, no firmaron la Carta colectiva ni el obispo de Vitoria Mateo Múgica ni el cardenal primado de Tarragona Vidal y Barraquer. El obispo de Vitoria Mateo Múgica Urrestarazu (que había sido expulsado de España por orden de la Junta de Defensa Nacional por haber protestado por el asesinato de 14 sacerdotes vascos por los "nacionales"), "no podía firmar un documento en el que, respondiendo a la acusación de que en la zona franquista también había una dura represión, se elogiaban los principios de justicia y el modo de aplicarla de los tribunales militares".[26]

El caso del cardenal Vidal y Barraquer, que no firmó la carta y "que pagaría su negativa con la muerte en el exilio",[26]​ es sin duda el más significativo de los cinco porque se trataba tal vez de la figura más destacada de aquel momento de la Iglesia católica en España. La negativa a firmar la carta se basó en dos argumentos: que era un documento "propio para propaganda... poco adecuado a la condición y carácter de quienes han de suscribirlo" y al que "se le dará una interpretación política por su contenido y por algunos datos o hechos en él consignados"; y en segundo lugar, porque su publicación podría empeorar la difícil situación que ya vivían los eclesiásticos que se hallaban en la zona republicana. También aducía el cardenal el origen del documento, complacer la petición del general Franco, pues juzgaba peligroso "aceptar sugerencias de personas extrañas a la jerarquía en asuntos de su incumbencia". Pero la razón fundamental de la negativa del cardenal Vidal y Barraquer fue que "creía que en aquella guerra fratricida la Iglesia no debía identificarse con ninguno de los dos bandos, sino más bien hacer obra de pacificación. Así lo exponía repetidamente en sus cartas al cardenal Pacelli, Secretario de Estado".[26]

También pagaron con el exilio eclesiásticos menores e intelectuales de fuste, como el canónigo y amigo del futuro cardenal Vicente Enrique y Tarancón José Manuel Gallegos Rocafull, que defendió activamente la inocencia de la República en la represión religiosa y había asistido a la terrible represión fascista en Córdoba, que según algunos superó el doble de muertos de la más divulgada de Paracuellos. En 1937 publicó el folleto La carta colectiva de los obispos facciosos: Réplica y cuando pasa a París, continua su apoyo a la República, tanto en sus obras, como con su colaboración en la revista Esprit, órgano de la izquierda católica intelectual, en la que sostuvo su tesis contra el concepto de “Cruzada Nacional” aplicada por el episcopado español a la Guerra Civil. Entre sus amigos se encontraban Emmanuel Mounier, fundador de la antes dicha revista Esprit, o el filósofo Jacques Maritain, al que valora como pensador pero más como persona. El papa presionó para que se callara y fue suspendido a divinis por su obispo. Tuvo que exiliarse en México, donde dio clases en la UNAM. La iglesia mexicana consiguió levantarle esa suspensión.[31]

La Iglesia de la Victoria

 
Coronación del papa Pío XII en marzo de 1939

En medio del derrumbe del frente de Aragón que iba dividir en dos la zona republicana con la llegada de los "nacionales" a Vinaroz el 15 de abril de 1938, el Vaticano decidió reconocer plenamente al gobierno de Burgos y nombrar un nuncio que sustituiría al "delegado papal" Ildebrando Antoniutti, que desde julio de 1937 había detentado la representación pontificia ante el generalísimo Franco. El designado por el papa Pío XI fue monseñor Gaetano Cicognani, que acababa de perder su puesto de nuncio en Viena por la Anschluss (anexión) de Austria por Hitler. Presentó sus cartas credenciales a Franco el 24 de mayo, junto con el recién nombrado embajador de Portugal, "con toda la pompa", y un mes después, el 30 de junio, hacía lo mismo "en solemnes audiencia" ante Pío XI el embajador de la "España nacional" ante el Vaticano, José Yanguas Messía.[32]

Poco antes del fin de la guerra, el que ya se perfilaba como nuevo régimen franquista decidió aprovechar la colaboración de los sacerdotes católicos y la información de sus archivos parroquiales para llevar a cabo su represión contra simpatizantes republicanos. La Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939 requería, para poder dar por concluidas sus investigaciones contra sospechosos de ser "izquierdistas", informes de las fuerzas policiales, la Falange, el alcalde y, además, el párroco de la localidad del acusado.[33]

Cuando se produjo el triunfo de los "nacionales" en la guerra, la "Iglesia española, que se había adherido masivamente al alzamiento, se volcó con entusiasmo en las fiestas de la victoria sobre la otra media. Y la misma Santa Sede, que durante la mayor parte del conflicto se había mostrado tan reticente, al final se sumó también a las celebraciones".[34]

El 1 de abril de 1939, el mismo día en que el generalísmo Franco emitió el famoso "último parte" en el que proclamaba "la guerra ha terminado", el papa Pío XII (el cardenal Pacelli que el día 2 de marzo había sido nombrado papa tras la muerte de Pío XI) felicitaba telegráficamente a Franco por su "victoria católica":[35]

Levantando nuestro corazón al Señor, agradecemos sinceramente, con Vuestra Excelencia, deseada victoria católica España. Hacemos votos porque este queridísimo país, alcanzada la paz, emprenda con nuevo vigor sus antiguas tradiciones, que tan grande lo hicieron. Con estos sentimientos, efusivamente enviamos a Vuestra Excelencia y a todo el pueblo español nuestra apostólica bendición.-Pío XII

Franco le contestó inmediatamente:[35]

Inmensa emoción me ha producido telegrama de vuestra Santidad con motivo victoria total de nuestras armas, que en heroica cruzada han luchado contra enemigos de la Religión y de la Patria y de la civilización cristiana. El pueblo español, que tanto ha sufrido, eleva también con vuestra Santidad su corazón al Señor, que le dispensó su gracia, y le pide protección para su gran obra del porvenir. (...)

Dos semanas después, el 16 de abril de 1939, Radio Vaticano difundió un mensaje leído por el propio papa Pío XII que comenzaba con la frase Con inmenso gozo[22][36]​ y en el que también hacía referencia a la "victoria" de los que "se habían propuesto la difícil tarea de defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y de la Religión". El mensaje comenzaba así:[37]

Con inmenso gozo nos dirigimos a vosotros, hijos queridísimos de la Católica España, para expresaros nuestra paterna congratulación por el don de la paz y de la victoria, con que Dios se ha dignado coronar el heroísmo cristiano de vuestra fe y caridad, probado en tantos y tan generosos sufrimientos
 
Exterior de la iglesia de Santa Bárbara, donde tuvo lugar la ceremonia de exaltación del Caudillo.

El 20 de mayo de 1939, un día después del desfile de la Victoria presidido en Madrid por Franco, tuvo lugar en la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid) una ceremonia "medievalizante que quería representar en forma de drama sacro la ideología de la guerra santa que acababa de concluir" en la que el general Franco con uniforme de capitán general, camisa azul (de Falange) y boina roja (de los requetés) acompañado de su esposa entró bajo palio en el templo (mientras el órgano hacía sonar el himno nacional) donde ofrendó la espada de la victoria a Dios.[38]​ Tras depositar la espada ante los pies del Santo Cristo de Lepanto, traído expresamente desde Barcelona, Franco dijo:[39]

Señor acepta complacido el esfuerzo de este pueblo, siempre tuyo, que conmigo, por Tu Nombre, ha vencido con heroísmo al enemigo de la Verdad en este siglo. Señor Dios, en cuya mano está todo Derecho y todo Poder, préstame tu asistencia para conducir a este pueblo a la plena libertad del Imperio para gloria tuya y de Tu Iglesia. (...)
 
Interior de la iglesia de Santa Bárbara.

A continuación el cardenal Gomá, que presidía la ceremonia acompañado de diecinueve obispos (y en presencia del nuncio del Vaticano monseñor Cicognani), bendijo al "Caudillo" hincado de rodillas ante él:[40]

El señor sea siempre contigo. Él, de quien procede todo Derecho y todo Poder y bajo cuyo imperio están todas las cosas, te bendiga y con amorosa providencia siga protegiéndote, así como al pueblo cuyo régimen te ha sido confiado. Prenda de ello sea la bendición que te doy en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

Luego el Generalísimo y el cardenal primado se fundieron en un fuerte abrazo. Al día siguiente el diario Arriba publicó: "Después de la Victoria, la Iglesia, el Ejército, el Pueblo, han consagrado a Franco Caudillo de España".[41]

Finalmente, el 11 de junio de 1939 es el propio papa Pío XII quien recibe en ceremonia solemne en el Vaticano a tres mil trescientos legionarios en el marco de una gira de celebración de la victoria por Alemania e Italia (el día antes habían desfilado para Mussolini), delegación encabezada por el ministro Ramón Serrano Suñer. El pontífice bendijo a las tropas franquistas y afirmó que habían sido "los defensores de la fe y de la civilización".[42]

Julio Caro Baroja hizo el siguiente juicio sobre el papel de la Iglesia en la zona nacional en su obra pionera sobre el anticlericalismo en España publicada en 1980:[43]

Lo malo..., lo malo es que en la España "nacional" la Iglesia colaboró demasiado en la tarea justiciera que se habían impuesto los militares. Sí: había demasiados clérigos y frailes en la cárceles y en las capillas procurando que los condenados a muerte abjuraran de sus errores, predicando con violencia a los vencidos, cantando glorias, acusando y despreciando. La Iglesia no puso freno a sus hijos hispanos inflamados de odio sacro. Sí: hemos visto demasiados curitas y frailes con la boina roja y las dos estrellas de teniente marchando con el jacarandoso contoneo del vencedor.

La Iglesia católica en la zona republicana

La persecución religiosa

 
Milicianos vestidos con ropas litúrgicas tras el saqueo de una iglesia. Madrid, 1936

Sobre todo durante los primeros meses de la guerra en la zona republicana se desató una «salvaje persecución religiosa» con asesinatos, incendios y saqueos cuyos autores fueron «los extremistas, los incontrolados y los delincuentes comunes salidos de las cárceles que se les sumaron», todo ello inmerso en la ola de violencia desatada contra las personas y las instituciones que representaban el «orden burgués» que quería destruir la Revolución social española de 1936 que se produjo en la zona donde el alzamiento militar fracasó.[10]​ «Durante varios meses bastaba que alguien fuera identificado como sacerdote, religioso o simplemente cristiano militante, miembro de alguna organización apostólica o piadosa para que fuera ejecutado sin proceso.»[44]​ Los revolucionarios opuestos al golpe militar equiparaban a la Iglesia española con la derecha. Ante esta barbarie, durante la que también se saqueó y prendió fuego a iglesias, conventos y monasterios, la Iglesia confió en los sublevados para defender su causa y «devolver la nación al seno de la Iglesia».

En cuanto al número de víctimas las autoridades del bando sublevado hablaron de «400 000 hermanos nuestros martirizados por los enemigos de Dios» o de «centenares de miles» de «víctimas cobardemente asesinadas, en primer término por su fe religiosa». Un folleto de propaganda franquista editado en París en 1937 cifró el número en 16 750 sacerdotes y el 80 % de los miembros de las órdenes religiosas. Estas cifras se mantuvieron como las oficiales durante las dos primeras décadas de la dictadura franquista, hasta que en 1961 el sacerdote Antonio Montero Moreno (que después sería obispo de Badajoz) publicó el único estudio sistemático y serio que se ha realizado hasta ahora, citando por sus nombres a las víctimas. Según ese estudio titulado Historia de la persecución religiosa en España 1936-1939[45]​ fueron asesinados en la zona republicana 12 obispos,[46]​ 4184 sacerdotes seculares, 2365 religiosos y 263 monjas.[47]​ En el libro Montero Moreno afirma: «En toda la historia de la Iglesia universal no hay un solo precedente, ni siquiera en las persecuciones romanas, del sacrificio sangriento, en poco más de un semestre, de doce obispos, cuatro mil sacerdotes y más de dos mil religiosos.»[48]​ Por otro lado el libro de Montero "interpreta la historia de la República en clave antimasónica... y aunque no llega a afirmar que la masonería es un instrumento de la conspiración judía, destaca el papel de los judíos en ella, y asegura que la quema de conventos de mayo de 1931 obedecía a una consigna de judíos y masones".[49]

Queda pendiente conocer el número de los seglares católicos que fueron asesinados no por lo que supuestamente hubieran hecho individualmente sino por pertenecer a una asociación confesional católica o meramente por ser católicos practicantes, "tarea mucho más laboriosa y delicada, porque se entremezclan las razones religiosas con las políticas o, como en muchos casos sucedió, con simples venganzas personales. La razón principal de esta confusión fue la pretensión del franquismo de presentar a todos los muertos de su bando como caídos por Dios y por España".[50]​ Nada más terminar la guerra las autoridades franquistas abrieron un macroproceso llamado Causa General que englobaba todos los crímenes cometidos por los "rojos". Se acumularon declaraciones e interrogatorios que ocuparon miles de legajos, "pero finalmente [la Causa General] se arrinconó sin hacer uso de lo averiguado porque los resultados obtenidos fueron muy inferiores a las expectativas".[50]

Lo que las investigaciones posteriores a la de Montero Moreno han aclarado es que el mayor número de asesinatos se produjo entre julio y septiembre de 1936 cuando los miembros del clero eran apresados y ejecutados sin ningún tipo de juicio. A partir de la última fecha comenzaron a funcionar los tribunales populares bajo el impulso del nuevo gobierno de Largo Caballero, que dieron unas mínimas garantías jurídicas a los detenidos y las condenas solían acabar con penas de prisión y no con la muerte. Tras los sucesos de mayo de 1937 y la formación del gobierno de Juan Negrín, en el que el Ministerio de Justicia fue ocupado por el católico del Partido Nacionalista Vasco Manuel de Irujo, cesaron completamente los asesinatos, y la mayoría de los sacerdotes que estaban en prisión fueron puestos en libertad. Sin embargo, la prohibición del culto público católico continuó, así como otras medidas revolucionarias. Solo al final de la guerra, con la desbandada del ejército republicano hacia la frontera francesa, volvieron a producirse nuevas víctimas entre los miembros del clero, entre las que destaca el obispo de Teruel Anselmo Polanco Fontecha.[51]​ Así pues, según el historiador y monje benedictino Hilari Raguer, «no se puede negar la trágica realidad de las matanzas del verano del 36, pero es confusionario pretender que el terror hubiera durado hasta el final de la guerra».[51]

En cuanto a las causas alegadas por los revolucionarios para los asesinatos del clero la más frecuente fue que desde las iglesias y los campanarios se había disparado contra las milicias leales a la República o contra «el pueblo», una afirmación de la que no se pudo demostrar ni un solo caso, pero que los miembros de los comités revolucionarios creían firmemente porque se identificaba a la Iglesia con las derechas y se hacía caso de las «informaciones» y de las soflamas anticlericales de determinados periódicos. Por ejemplo, el diario de la CNT Solidaridad Obrera justificó la matanza de los hermanos de San de Dios del Hospital de San Pablo de Barcelona con la absurda y nunca probada afirmación de que estos habían administrado intencionadamente inyecciones letales a los enfermos o heridos.[52]

Las autoridades republicanas (especialmente los gobiernos autónomos de Cataluña y del País Vasco) intentaron evitar los asesinatos de sacerdotes y religiosos, y en general de las personas de derechas y de militares. En el País Vasco, el gobierno de José Antonio Aguirre consiguió dominar la situación y allí no hubo persecución religiosa. En Cataluña, a pesar de que el poder efectivo lo tenían los cientos de comités revolucionarios fundamentalmente anarquistas que habían surgido tras la derrota de la sublevación del 19 de julio, la Generalidad presidida por Lluís Companys consiguió poner a salvo a miles de personas de derechas amenazadas, y entre ellas numerosos sacerdotes (empezando por la cabeza de la Iglesia en Cataluña, el arzobispo de Tarragona Vidal y Barraquer, que había sido detenido por un grupo de milicianos) y religiosos (entre ellos 2142 monjas),[53]​ concediéndoles pasaportes y fletando barcos franceses e italianos para que pudieran huir al extranjero. Precisamente las autoridades y los políticos catalanes que más habían participado en esta tarea también tuvieron que abandonar Cataluña a causa de las amenazas que recibieron de los comités anarquistas, como fue el caso del diputado de Unión Democrática de Cataluña Manuel Carrasco Formiguera, que acabaría siendo fusilado por los franquistas. Otra de las personas que destacó en Cataluña en la labor de salvar a eclesiásticos y a personas de derechas en el verano de 1936 fue el sindicalista anarquista moderado Joan Peiró, que sería ministro de Industria en el gobierno de Largo Caballero. Peiró escribió en aquellos meses iniciales de la guerra numerosos artículos en el periódico Llibertat de Mataró, en los que denunció los asesinatos de «sacerdotes y religiosos únicamente porque lo eran». Peiró, como Carrasco Formiguera, acabó siendo fusilado por los franquistas.[54]​ Por otro lado, el dirigente nacionalista vasco Manuel Irujo cuando visitó Barcelona manifestó por la radio que la persecución religiosa que se estaba produciendo era indigna de la tradición democrática de Cataluña.[55]​ Y el lendakari José Antonio Aguirre, en el discurso que pronunció ante las Cortes españolas reunidas en Madrid para aprobar el Estatuto de Autonomía del País Vasco, dijo:[55]

Condenamos con toda energía -pues no tenemos más remedio que condenar, aunque comprendamos muchas veces los excesos propios de las muchedumbres- todo lo que suponga la quema de nuestras iglesias, donde quiera que ellas se encuentren, porque nuestra fe tiene ámbitos universales, así como la muerte de personas por el solo hecho de tener cierto carácter y una determinada significación

Sin embargo, a pesar de todas estas iniciativas, la Iglesia y el culto católico en la zona republicana, excepto en el País Vasco, habían desaparecido. En un informe interno presentado ante el Consejo de Ministros el 7 de enero de 1937, el ministro católico sin cartera del PNV, Manuel Irujo, denunció que en el «territorio leal» «todas las iglesias se han cerrado al culto, el cual ha quedado total y absolutamente suspendido» (y «en las iglesias han sido instalados depósitos de todas clases, mercados, garajes, cuadras, cuarteles, refugios...») y «una gran parte de los templos, en Cataluña con carácter de normalidad, se incendiaron», además de que «los altares, imágenes y objetos de culto, salvo muy contadas excepciones, han sido destruidos, los más con vilipendio». Asimismo, afirmaba Irujo, «todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos» y «sus edificios, objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados, saqueados, ocupados o derruidos». «Sacerdotes y religiosos han sido detenidos, sometidos a prisión y fusilados sin formación de causa por miles, hechos que, si bien amenguados, continúan aún, no tan solo en la población rural, donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje, sino en las poblaciones. Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus cárceles sin otra causa conocida que su carácter de sacerdote o religioso». Por último, Irujo denunciaba que se había llegado a la prohibición absoluta de imágenes y objetos de culto en las casas particulares y que cuando la policía efectuaba registros en ellas, destruía «con escarnio y violencia imágenes, estampas, libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerde».[56]​ Acabado su informe, Irujo pidió al resto de miembros del gobierno de Largo Caballero que aprobaran el restablecimiento de la libertad de conciencia y de la libertad de cultos reconocida en la vigente Constitución de 1931, pero su propuesta fue rechazada por unanimidad por entender que la opinión pública lo desaprobaría debido al alineamiento de la Iglesia católica con el bando sublevado, además de aducir el viejo (y falso) argumento, pero muy extendido, de que desde los templos se había disparado contra las fuerzas leales y contra «el pueblo».[57]

El País Vasco, la excepción

 
José Antonio Aguirre durante un discurso en el Aberri Eguna de 1933 celebrado en San Sebastián.

En el País Vasco republicano no hubo persecución religiosa (aunque en los primeros momentos algunos sacerdotes fueron asesinados por extremistas de izquierda), ninguna iglesia fue incendiada ni clausurada y el culto católico se desarrolló con normalidad. La razón fue que el Partido Nacionalista Vasco (PNV), un partido católico, no se sumó al movimiento militar sino que permaneció fiel a la República (un miembro del PNV, Manuel Irujo, se incorporó al gobierno de Largo Caballero en septiembre de 1936 como ministro sin cartera, y el 1 de octubre las Cortes españolas de la República aprobaron el Estatuto de Autonomía del País Vasco, formándose a continuación un gobierno vasco presidido por el peneuvista José Antonio Aguirre).[23]​ De hecho, en el País Vasco en las primeras semanas de la guerra diecisiete sacerdotes vascos nacionalistas fueron asesinados por los «nacionales», y no por los «rojos», por ser «separatistas», lo que motivó la expulsión de la «España nacional» del obispo de Vitoria Mateo Múgica Urrestarazu, por haber protestado hasta la Junta de Defensa Nacional del bando sublevado.[25]​ La represión que los sublevados ejercieron en el País Vasco recién ocupado también incluyó a numerosos sacerdotes vascos «separatistas» que fueron encarcelados por el delito de «rebelión».[27]

El intento de reapertura de las iglesias católicas por el gobierno de Juan Negrín (1937-1939)

En el gobierno que formó el socialista Juan Negrín tras los sucesos de mayo de 1937, el católico y nacionalista vasco Manuel Irujo ocupó el Ministerio de Justicia, que era el departamento que tradicionalmente en España se ocupaba de los asuntos religiosos. El encargo que recibió Irujo de Negrín fue que normalizara la vida religiosa en la zona republicana (Negrín «deseaba normalizar todos los aspectos de la retaguardia republicana, así como contrarrestar la pésima imagen que de la República habían dado internacionalmente las matanzas de curas y los incendios de iglesias»).[58]​ El primer fruto de la nueva política fue la tolerancia al culto doméstico, por lo que las misas y otras ceremonias piadosas celebradas en casas particulares ya no fueron perseguidas ni, con algunas pocas excepciones, daban lugar a detenciones, a pesar de que en ocasiones se convertían en reuniones favorables a los sublevados, se rezaba por la victoria de Franco o servían para que los miembros de la quinta columna establecieran contacto (especialmente en Madrid).[59]

En cuanto al restablecimiento del culto público, el Gobierno se encontró con la rotunda oposición de los anarquistas y también de algunos católicos republicanos (como los miembros de Unión Democrática de Cataluña) y de las autoridades eclesiásticas, que pensaban que las iglesias no se podían reabrir sin más olvidando los asesinatos y los incendios de los primeros meses de la guerra, además de que todo ello se podría convertir en un instrumento de la propaganda republicana.[60]​ Tras la proclamación de la libertad de conciencia en uno de los «13 puntos de Negrín» proclamados el 1 de mayo de 1938, en agosto el Gobierno envió en secreto a Roma a un eclesiástico de confianza del cardenal Vidal y Barraquer para que hiciera saber a la Santa Sede su propósito de normalizar la vida eclesiástica y reconciliarse con la Iglesia (en la carta que envió al secretario de Estado del Vaticano declaraba «el deseo sincero y ardiente» del Gobierno de la República de «normalizar el restablecimiento del culto público, el regreso de los sacerdotes a sus parroquias y aun el regreso del eminentísimo metropolitano [el cardenal Vidal y Barraquer], a quien se le darían todas las garantías convenientes y se le tendrían todas las consideraciones y honores correspondientes a su altísima dignidad», y, por último, se hablaba de la voluntad del Gobierno de restablecer de hecho las relaciones diplomáticas entre la República y la Santa Sede).[61]​ La respuesta de la Santa Sede fue evasiva, sin comprometerse en nada, aunque dejaba la puerta abierta si la situación de la Iglesia en la zona republicana seguía mejorando.[62]

Un nuevo gesto de reconciliación con la Iglesia se produjo el 17 de octubre de 1938, cuando cuatro ministros del Gobierno (Manuel Irujo, Julio Álvarez del Vayo, Paulino Gómez y Tomás Bilbao) presidieron el entierro católico del oficial vasco capitán Vicente Eguía Sagarduy muerto en combate, al que se le dio gran publicidad en la prensa y que tuvo gran impacto a nivel internacional. «Aquel día los ciudadanos que pasaban por el paseo de Gracia vieron atónitos una comitiva formada por un sacerdote revestido de alba y capa pluvial y cubierto con el bonete, precedido de un acólito que vestía sotana y roquete y empuñaba una gran cruz alzada».[63]​ El paso siguiente fue la creación, el 8 de diciembre de 1938, del Comisariado de Cultos de la República, encargado de proteger la libertad religiosa y de cultos, al frente del cual Negrín nombró a un colega católico y amigo suyo Jesús María Bellido Golferichs, que aceptó el cargo «cumpliendo un deber de católico». Pero el culto público no tuvo tiempo para ser restablecido a causa de la ofensiva de Cataluña que lanzó el generalísimo Franco el 23 de diciembre de 1938 y la que en solo mes y medio ocupó toda Cataluña. Así pues, la reapertura de los templos católicos en Cataluña no fue obra de la República, sino que la trajeron las tropas de Franco (cuando ya se habían hecho los preparativos para reabrir al culto una de las capillas de la catedral de Tarragona, los sublevados entraron en la ciudad el 15 de enero).[64]

Referencias

  1. El Sol, 14 de octubre de 1931: «España ha dejado de ser católica. El problema político consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e histórica del pueblo español».
  2. Raguer, 2001, pp. 55-56. «Azaña dejó suficientemente claro para quien quisiera escucharle que no se trataba de procurar que España dejara de ser católica sino de constatar el hecho de que, sociológicamente, el catolicismo había perdido el puesto que en otro tiempo tuvo en España, y que por tanto procedía reajustar a esta realidad el nuevo orden constitucional. Difícilmente se podrá estar en desacuerdo con la afirmación del hecho de la pérdida de peso del catolicismo en la cultura y la sociedad española. Pero es que, además de ser injusto, hacer reproche eterno a Azaña de unas palabras que fueron dichas para defender a la Iglesia de mayores males, la frase, entendida en el sentido sociológico y cultural que el propio orador explicó, a continuación, no sólo era algo indiscutible, sino que muchos hombres de Iglesia, aunque lo lamentaron, decían que así era la realidad.»
  3. Raguer, 2001, p. 45.
  4. http://www.maravedis.org/2republica.html
  5. Raguer y , 2001, pp. 78.
  6. Raguer, 2001, p. 84. «Hubo algún eclesiástico próximo a militares que alentaba a los golpistas que pensaban sublevarse, y hasta hubo alguno que recogía fondos para los gastos de la preparación (era el caso de alguien del entorno del obispo de Barcelona, Irurita
  7. Raguer, 2001, pp. 85.
  8. Raguer, 2001, pp. 83-84.
  9. Raguer, 2001, pp. 88.
  10. Raguer, 2001, p. 84.
  11. Raguer, 2001, pp. 86-87.
  12. Raguer, 2001, pp. 87-88.
  13. Raguer, 2001, pp. 119-122.
  14. Raguer, 2001, pp. 123-124.
  15. Casanova, 2007, p. 345.
  16. Casanova, 2007, p. 340.
  17. Casanova, 2007, pp. 345-346.
  18. Casanova, 2007, p. 346.
  19. Raguer, 2001, pp. 144-145.
  20. Menéndez-Reigada (2003). Catecismo patriótico español. Ediciones Península. 
  21. Vidarte, Juan-Simeón (1973). Todos fuimos culpables. Fondo de Cultura Económica. p. 575. 
  22. Documento «Con inmenso gozo». El franquismo. Primera parte, de Stanley G. Payne. Arlanza Ediciones.
  23. Raguer, 2001, pp. 205-206.
  24. . Gráficas Bescansa, Pamplona, 1937.
  25. Raguer, 2001, pp. 367-369.
  26. Raguer, 2001, p. 158.
  27. Raguer, 2001, p. 250.
  28. Raguer, 2001, p. 151.
  29. Raguer, 2001, pp. 151-152.
  30. Raguer, 2001, p. 172.
  31. Véase el artículo "José Manuel Gallegos Rocafull" en Cordobapedia https://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Jos%C3%A9_Manuel_Gallegos_Rocafull
  32. Raguer, 2001, pp. 256-257.
  33. Ruiz, Julius (2012). La justicia de Franco. RBA Libros. pp. 211-223. ISBN 978-84-9006-243-2. 
  34. Raguer, 2001, pp. 389-390.
  35. Raguer, 2001, p. 393.
  36. Navarra 1936: de la esperanza al terror. VV.AA., Grupo Cultural Altaffaylla, Tafalla, 2003, ISBN 84-930957-9-6.
  37. Raguer, 2001, p. 394.
  38. Raguer, 2001, p. 397.
  39. Raguer, 2001, p. 398.
  40. Raguer, 2001, p. 399.
  41. Raguer, 2001, p. 399. «Pero el católico tradicionalista conde de Rodezno, ministro de Justicia, partidario de la restauración monárquica, comentaba con pesimismo en su diario personal: Esto parece que toma rumbos de poder personal indefinido
  42. Gómez Bravo, Gutmaro; Marco, Jorge (2011). La obra del miedo. Violencia y sociedad en la España franquista (1936-1950). Ediciones Península. p. 204. ISBN 978-84-9942-091-2. 
  43. Caro Baroja, 2008, p. 228.
  44. Raguer, 2001, pp. 175.
  45. Montero Moreno, Antonio (1999) [1961]. Historia de la persecución religiosa en España. 1936-1939 (2ª edición). Madrid: BAC. p. 762. ISBN 84-7914-383-5. 
  46. Los obispos asesinados fueron: Florentino Asensio Barroso, obispo de Barbastro (1877-1936); Eustaquio Nieto Martín, obispo de Sigüenza (1866-1936); Miguel Serra Sucarrats, obispo de Segorbe (1868-1936); Manuel Basulto Jiménez, obispo de Jaén (1869-1936); Manuel Medina Olmos, obispo de Guadix (1869-1936); Cruz Laplana y Laguna, obispo de Cuenca (1875-1936); Manuel Irurita Almándoz, obispo de Barcelona (1876-1936); Salvio Huix Miralpeix, obispo de Lérida (1877-1936); Manuel Borrás Ferré, obispo auxiliar de Tarragona (1880-1936); Narciso de Esténaga Echevarría, obispo de Ciudad Real (1882-1936); Juan de Dios Ponce y Pozo, administrador apostólico de Orihuela (1878-1936); Diego Ventaja Milán, obispo de Almería (1880-1936) y Anselmo Polanco Fontecha, obispo de Teruel (1881-1939).
  47. Raguer, 2001, pp. 175-176.
  48. The Hagiography Circle. «Martyrs of the Religious Persecution during the Spanish Civil War (1936-39)». The Hagiography Circle-An Online Resource of Contemporary Hagiography (en inglés). Consultado el 3 de mayo de 2011. 
  49. Álvarez Chillida, 2002, pp. 433.
  50. Raguer, 2001, p. 177.
  51. Raguer, 2001, p. 178.
  52. Raguer, 2001, pp. 178-179.
  53. Raguer, 2001, p. 203.
  54. Raguer, 2001, pp. 198-201.
  55. Raguer, 2001, p. 322.
  56. Raguer, 2001, p. 323.
  57. Raguer, 2001, p. 324.
  58. Raguer, 2001, p. 328.
  59. Raguer, 2001, pp. 327-328; 349.
  60. Raguer, 2001, p. 330.
  61. Raguer, 2001, pp. 331-332.
  62. Raguer, 2001, p. 333.
  63. Raguer, 2001, pp. 347-348.
  64. Raguer, 2001, pp. 354-358. «Así, por unos pocos días, no fue posible restablecer el culto público en un punto de la España republicana, ni siquiera en una sola capilla, antes de la llegada de los “cruzados” vencedores.»

Bibliografía

  •   Datos: Q5908988

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La Iglesia catolica y la guerra civil espanola es el relato de la cuestion religiosa en la guerra civil espanola y del diferente papel que desempeno la Iglesia catolica en los dos bandos en conflicto pues mientras en la zona republicana mas de 6000 miembros del clero catolico fueron asesinados los templos cerrados y el culto catolico perseguido en la zona sublevada la Iglesia catolica espanola apoyo con entusiasmo la causa nacional calificando la guerra como una cruzada o guerra santa en defensa de la religion y otorgando asi al bando sublevado y a su jefe supremo el general Franco la legitimidad religiosa Indice 1 Antecedentes el conflicto entre la Republica y la Iglesia catolica 2 La Iglesia catolica en la zona sublevada 2 1 Del pronunciamiento a la cruzada 2 2 La actitud inicial de la jerarquia eclesiastica espanola y de la Santa Sede 2 3 El problema del Pais Vasco 2 4 La carta colectiva del episcopado espanol a los obispos de todo el mundo julio agosto de 1937 2 5 La Iglesia de la Victoria 3 La Iglesia catolica en la zona republicana 3 1 La persecucion religiosa 3 2 El Pais Vasco la excepcion 3 3 El intento de reapertura de las iglesias catolicas por el gobierno de Juan Negrin 1937 1939 4 Referencias 5 BibliografiaAntecedentes el conflicto entre la Republica y la Iglesia catolica EditarArticulo principal Cuestion religiosa en la Segunda Republica Espanola La cuestion religiosa fue un tema entre otros que contribuyo a polarizar la vida politica durante la Segunda Republica Espanola El conflicto se produjo entre los republicanos y socialistas que defendian el Estado laico plasmado en la Constitucion de 1931 y especialmente en su articulo 26 en cuyo debate de octubre de 1931 Manuel Azana pronuncio la frase Espana ha dejado de ser catolica 1 que luego seria sacada de contexto y tergiversada 2 y la Iglesia catolica en Espana cuyo sector integrista mayoritario encabezado por el cardenal Pedro Segura y despues por el cardenal Isidro Goma defendia a ultranza el Estado confesional que impusiera por la fuerza a todos sus subditos la profesion y la practica de la religion catolica y prohibiera cualquier otra oponiendose frontalmente a cualquier forma de Separacion de la Iglesia y el Estado 3 Asi este sector interpreto las reformas republicanas como un ataque a la Iglesia Sin embargo otro sector de la Iglesia encabezado por el cardenal primado de Tarragona Francisco Vidal y Barraquer y el director del diario catolico El Debate Angel Herrera Oria con apoyo del Vaticano a traves del nuncio Tedeschini adopto una posicion prudente ante unas circunstancias adversas basada en el accidentalismo segun el cual lo importante eran el contenido y la orientacion del regimen no su forma de gobierno 4 Este sector accidentalista intento sin exito alcanzar algun tipo de conllevanza con la Republica laica que habia abolido los subsidios al clero prohibido el ejercicio de la ensenanza a las ordenes religiosas potenciando en su lugar la ensenanza publica mediante la creacion de nuevas escuelas del Estado a pesar de las dificultades economicas e introducido el matrimonio civil la ley de divorcio y el entierro civil La Iglesia catolica en la zona sublevada EditarDel pronunciamiento a la cruzada Editar La motivacion religiosa no aparece en ninguno de los bandos de pronunciamiento del golpe de estado en Espana de julio de 1936 tampoco en el que el general Franco proclamo el estado de guerra en Canarias ni en la declaracion programatica de la Junta de Defensa Nacional del 24 de julio se alude a la religion es un manifiesto contrarrevolucionario anticomunista y antiseparatista en defensa del orden 5 Sin embargo el conflicto pronto tomo un cariz religioso A pesar de que la Iglesia catolica espanola no participo en la preparacion del golpe no es temerario decir que en el ambiente tenso de la primavera de 1936 la casi totalidad de los obispos deseaban una intervencion del Ejercito que pusiera fin a tal estado de cosas 6 Por otro lado Jose Maria Gil Robles el lider del partido catolico la CEDA que durante las elecciones de febrero de 1936 habia sido apoyado por la jerarquia eclesiastica espanola y por el Vaticano entrego al general Mola unas semanas antes del golpe medio millon de pesetas de los fondos del partido para los primeros gastos del movimiento militar salvador de Espana 7 La sacralizacion del pronunciamiento la conversion del golpe de estado en una cruzada o guerra santa en defensa de la religion se produjo rapidamente lo que resulto muy oportuno para legitimar y maquillar el golpe militar aunque no fueron los sublevados quienes solicitaron la adhesion de la Iglesia sino que fue esta la que muy pronto se les entrego en cuerpo y alma 8 En Navarra el clero no solo apoyo con entusiasmo a los sublevados sino que muchos sacerdotes se ofrecieron como voluntarios para combatir en las columnas de requetes carlistas que se dirigian a Madrid o a Guipuzcoa 9 Y la sacralizacion se acentuo sobre todo cuando comenzaron a llegar a la zona sublevada las primeras noticias de la salvaje persecucion religiosa que se habia desencadenado en la zona republicana donde el alzamiento militar habia fracasado 10 Enseguida los militares sublevados que en sus bandos de pronunciamiento no adujeron la defensa de la religion la utilizaron como justificacion de su alzamiento En el discurso radiado de agosto de 1936 el general Mola en el que se refirio a la quinta columna interior que iba a tomar Madrid explico lo que pretendian los sublevados 11 Se nos pregunta del otro lado que a donde vamos Es facil y ya lo hemos repetido muchas veces A imponer el orden a dar pan y trabajo a todos los espanoles y a hacer justicia por igual y luego sobre las ruinas que el Frente Popular deje sangre fuego y lagrimas edificar un Estado grande fuerte y poderoso que ha de tener por galardon y remate alla en la altura una cruz de amplios brazos senal de proteccion para todos Cruz sacada de los escombros de la Espana que fue pues es la cruz simbolo de nuestra religion y nuestra fe lo unico que ha quedado a salvo entre tanta barbarie que intenta tenir para siempre las aguas de nuestros rios con el carmin glorioso y valiente de la sangre espanola El general Cabanellas conocido mason y presidente de la Junta de Defensa Nacional el 16 de agosto en la carta que acreditaba a Antonio Magaz como agente confidencial ante el Vaticano hablaba de un movimiento nacional que tanto tiene de cruzada religiosa como de rescate de la Patria frente a la tirania de Moscu Pero no solo los militares sino tambien numerosos eclesiasticos y laicos catolicos proclamaron de forma entusiasta que la guerra que estaba llevando a cabo el bando sublevado era una cruzada Fray Justo Perez de Urbel le dijo al general Millan Astray que el objetivo de la guerra era rescatar a Espana para Dios Jose Maria Peman escribio el humo del incienso y el humo del canon que sube hasta las plantas de Dios son una misma voluntad vertical de afirmar una fe y sobre ella salvar un mundo y restaurar una civilizacion Mas tarde en 1938 publico el Poema de la Bestia y el Angel tal vez el texto mas representativo de la idea de cruzada aplicada a la guerra civil 12 La actitud inicial de la jerarquia eclesiastica espanola y de la Santa Sede Editar Fotografia del papa Pio XI La mayoria de los obispos espanoles esperaron a que el Vaticano se pronunciara antes de hacer publica su vision de la guerra pero esto no ocurrio hasta el 14 de septiembre de 1936 cuando el papa Pio XI pronuncio el discurso La vostra presenza en su residencia veraniega de Castelgandolfo en una audiencia publica a un grupo de unos 500 catolicos espanoles en su mayoria sacerdotes y religiosos encabezados por los obispos de Cartagena Tortosa Vich y Urgel que habian conseguido huir de la zona republicana muchos de ellos gracias a la ayuda de las autoridades republicanas especialmente de la Generalidad de Cataluna El discurso empezo lamentando las victimas que se habian producido en la zona republicana refiriendose al esplendor de virtudes cristianas y sacerdotales de heroismos y de martirios verdaderos martirios en todo el sagrado y glorioso significado de la palabra y condeno el comunismo pero no utilizo el termino de cruzada para referirse al conflicto belico en Espana sino el de Guerra Civil entre los hijos del mismo pueblo de la misma madre patria Asimismo abrio un interrogante sobre la causa de los sublevados pues tras bendecir a cuantos han asumido la dificil y peligrosa mision de defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y de la religion advirtio que muy facilmente el esfuerzo y la dificultad de la defensa la hacen excesiva y no plenamente justificable ademas de que no menos facilmente intereses no rectos e intenciones egoisticas o de partido se introducen para enturbiar y alterar toda la moralidad de la accion y toda la responsabilidad Pero lo mas duro para los partidarios de la guerra santa fue la exhortacion final que hizo Pio XI a amar a los enemigos 13 Amar a estos queridos hijos y hermanos vuestros amarlos con un amor particular hecho de compasion y de misericordia amarlos y no pudiendo hacer otra cosa rezar por ellos rezar para que vuelva a sus mentes la serena vision de la verdad y sus corazones vuelvan a abrirse al deseo y a la fraterna busqueda del verdadero bien comun rezar para que vuelvan al Padre que con gran deseo les espera y que hara gozosisima fiesta con su retorno rezar para que esten con nosotros cuando dentro de poco el arco iris de la paz aparecera en el hermoso cielo de Espana llevando el alegre anuncio a todo vuestro grande y magnifico pais La parte final del discurso del papa provoco murmullos de desaprobacion entre algunos de los sacerdotes y religiosos espanoles presentes porque segun ellos equiparaba a los dos bandos contendientes en la guerra civil espanola De hecho en la zona sublevada el discurso de Castelgandolfo se difundio ampliamente pero mutilado Solo se publicaron aquellos parrafos que parecian ratificar la condicion de cruzada de la guerra civil y se suprimio toda la segunda parte en que se exhortaba a amar a los enemigos Los obispos espanoles que al principio solo conocieron el discurso de Pio XI en esta version propagandistica hicieron publicas inmediatamente encendidas pastorales a favor de los sublevados entre las que destaco la del obispo de Salamanca Enrique Pla y Deniel publicada el 30 de septiembre de 1936 solo un dia antes de que el general Franco fuera proclamado Generalismo y Jefe del Gobierno del Estado bajo el titulo Las dos ciudades y en la que declaraba la guerra como una cruzada cuando Pla y Deniel conocio la version completa no se retracto en absoluto de su pastoral como tampoco lo hicieron el resto de obispos 14 En la pastoral Enrique Pla y Deniel presentaba la guerra como una cruzada por la religion la patria y la civilizacion dando una nueva legitimidad a la causa de los sublevados la religiosa Asi el general Franco no era solo el jefe y salvador de la Patria sino tambien el Caudillo de una nueva Cruzada en defensa de la fe catolica y del orden social anterior a la proclamacion de la Segunda Republica Espanola 15 De esta forma Franco conto con el apoyo y bendicion de la Iglesia catolica Obispos sacerdotes y religiosos comenzaron a tratar a Franco como un enviado de Dios para poner orden en la ciudad terrenal y Franco acabo creyendo que efectivamente tenia una relacion especial con la divina providencia 16 El cardenal primado de Toledo Isidro Goma le envio a Franco un telegrama de felicitacion por su nombramiento como Jefe del Gobierno del Estado Espanol y el Generalismo en su contestacion despues de decirle que no podia recibir mejor auxilio que la bendicion de Vuestra Eminencia le pedia que rogara a Dios en sus oraciones para que me ilumine y de fuerzas bastantes para la improba tarea de crear una nueva Espana de cuyo feliz termino es ya garantia la bondadosa colaboracion que tan patrioticamente ofrece Vuestra Eminencia cuyo anillo pastoral beso 17 El obispo Pla y Deniel le cedio a Franco su palacio episcopal en Salamanca para que lo utilizara como su Cuartel General 18 Otras manifestaciones del cardenal Isidro Goma arzobispo de Toledo y primado de Espana abundaron en la misma idea de cruzada La guerra de Espana es una guerra civil No una lucha de los sin Dios contra la verdadera Espana contra la religion catolica La Guerra de Espana 1936 1939 pagina 261 La guerra civil era un conflicto entre Espana y la anti Espana la religion y el ateismo la civilizacion cristiana y la barbarie La Guerra de Espana 1936 1939 pagina 261 El papa Pio XI volvio a referirse a la situacion en Espana en la enciclica Divini Redemptoris del 19 de marzo de 1937 en la que condenaba el comunismo y en la que dedicaba el parrafo 20 a Los horrores del comunismo en Espana en los que denunciaba los asesinatos de sacerdotes y religiosos en la zona republicana pero siguio sin mencionar que la guerra de Espana fuera una cruzada como esperaban la jerarquia eclesiastica espanola y las autoridades franquistas a diferencia de lo que haria pocos dias despues en la enciclica Firmissimam constantiam del 28 de marzo en la que justificaba el recurso a la fuerza armada de los cristeros mexicanos Dias antes de esta dos enciclicas Pio XI habia acabado Mit brennender Sorge del 14 de marzo sobre la situacion de la Iglesia en Alemania en la que denunciaba el nazismo De la misma forma que en la zona sublevada se difundio ampliamente en parrafo sobre Los horrores del comunismo en Espana de la enciclica en que Pio XI condenaba el comunismo se prohibio la difusion de la enciclica en la que se condenaba el nazismo uno de los aliados del general Franco 19 La consecuencia de todo ello fue una intima alianza entre la Iglesia catolica y los sublevados que se reflejara en una colaboracion reciproca para lograr sus respectivos intereses Esto dara lugar a una ideologia particular del regimen el nacionalcatolicismo con los consiguientes cambios en la zona sublevada como la obligatoriedad de la religion en la ensenanza primaria y secundaria o la imposicion del crucifijo en institutos y universidades El Generalisimo utilizo por su parte la fe catolica para legitimar su Cruzada siendo desde finales de la guerra obligatorio en las escuelas el Catecismo Patriotico Espanol del obispo Menendez Reigada sin imprimatur y con sus conocidas proclamas antisemitas y antidemocraticas 20 y segun el socialista Juan Simeon Vidarte tambien se llego a modificar el catecismo del padre Ripalda agregando al quinto mandamiento no mataras las siguientes palabras a no ser que sean rojos o enemigos del glorioso movimiento 21 En conclusion la Iglesia catolica en Espana legitimo el discurso de los sublevados con la idea de la cruzada sirviendo los obispos y sacerdotes como capellanes a los combatientes franquistas administrandoles los sacramentos y bendiciendo las armas y las banderas de los regimientos que partian al frente Se sintio enormemente aliviada por el triunfo de las tropas de Franco y recibio ademas la compensacion economica que supuso el restablecimiento del presupuesto del clero en octubre de 1939 22 El problema del Pais Vasco Editar El lehendakari Aguirre en el exilio frances abril de 1939 El Partido Nacionalista Vasco PNV un partido catolico no se sumo al movimiento militar sino que permanecio fiel a la Republica el 1 de octubre de 1936 las Cortes espanolas de la Republica aprobaron el Estatuto de Autonomia del Pais Vasco formandose a continuacion un gobierno vasco presidido por el peneuvista Jose Antonio Aguirre por lo que en el Pais Vasco republicano que comprendia Vizcaya y Guipuzcoa no hubo persecucion religiosa aunque en los primeros momentos algunos sacerdotes fueron asesinados por extremistas de izquierda ninguna iglesia fue incendiada ni clausurada y el culto catolico se desarrollo con normalidad El mantenimiento del catolico PNV dentro del bando republicano lo que echaba por tierra la concepcion de la guerra civil como una cruzada defendida por el bando sublevado motivo que el 6 de agosto de 1936 solo tres semanas despues del golpe de julio el obispo de Vitoria cuya diocesis abarcaba entonces tambien Vizcaya y Guipuzcoa ademas de Alava Mateo Mugica y el obispo de Pamplona Marcelino Olaechea publicaran conjuntamente una Instruccion Pastoral que en realidad habia sido escrita por el cardenal primado de Toledo Isidro Goma en la que instaban a los nacionalistas vascos a que pusieran fin a su colaboracion con la Republica 23 Los argumentos que aparecen en ella son similares a los que utilizo el cardenal Goma en su subsiguiente polemica con los nacionalistas vascos y particularmente con el lehendakari Jose Antonio Aguirre en su Respuesta obligada Carta abierta al Sr D Jose Antonio Aguirre hecha publica en enero de 1937 24 No es licito en ninguna forma en ningun terreno y menos en la forma cruentisima de la guerra ultima razon que tienen los pueblos para imponer su razon fraccionar las fuerzas catolicas ante el comun enemigo Menos licito mejor absolutamente ilicito es despues de dividir sumarse al enemigo para combatir al hermano promiscuando el ideal de Cristo con el de Belial entre los que no hay compostura posible Llega la ilicitud a la monstruosidad cuando el enemigo es este monstruo moderno el marxismo o comunismo hidra de siete cabezas sintesis de toda herejia opuesto diametralmente al cristianismo en su doctrina religiosa politica social y economica El amor al Dios de nuestros padres ha puesto las armas en mano de la mitad de Espana aun admitiendo motivos menos espirituales en la guerra el odio ha manejado contra Dios las de la otra mitad De hecho no hay acto ninguno religioso de orden social en las regiones ocupadas por los rojos en las tuteladas por el ejercito nacional la vida religiosa ha cobrado nuevo vigor Cuente los miles que han sido villanamente asesinados en las tierras todavia dominadas por los rojos Es endeble su catolicismo en este punto senor Aguirre que no se rebela ante esta montana de cuerpos exanimes santificados por la uncion sacerdotal y que han sido profanados por el instinto infrahumano de los aliados de usted que no le deja ver mas que una docena larga catorce segun lista oficial menos del dos por mil que han sucumbido victimas de posibles extravios politicos aun concediendo que hubiese habido extravio en la forma de juzgarlos Los sacerdotes a los que hace referencia el cardenal Goma y cuya muerte en cierta forma justifica han sucumbido victimas de posibles extravios politicos aun concediendo que hubiese habido extravio en la forma de juzgarlos dice Goma fueron asesinados en las primeras semanas de la guerra por los nacionales y no por los rojos por ser separatistas lo que motivo las protestas del obispo de Vitoria Mateo Mugica Urrestarazu La respuesta de la Junta de Defensa Nacional fue exigir al Vaticano que fuera destituido de su obispado y abandonara Espana a pesar de haber apoyado el alzamiento y haber suscrito la Instruccion Pastoral del 6 de agosto Despues de dos meses de presiones y amenazas el Vaticano ordeno finalmente el 14 de octubre de 1936 al obispo Mugica que abandonara Vitoria y Espana aunque cuando llego a Roma por consejo del tambien exiliado cardenal Vidal y Barraquer no renuncio al cargo Sin embargo la promesa del papa Pio XI a Mugica de defender sus derechos dignidad y honor solo se cumplio hasta que el Pais Vasco no fue ocupado por las fuerzas sublevadas El 19 de junio de 1937 solo cuatro dias despues de la caida de Bilbao el Papa nombro un administrador apostolico para la sede de Vitoria sin ni siquiera haberselo comunicado al obispo Mugica que por el momento seguia sin poder volver a la Espana nacional 25 El obispo Mugica como el cardenal Vidal y Barraquer se nego a suscribir la Carta colectiva del Episcopado Espanol de 1 de julio de 1937 que fue hecha publica al mes siguiente porque en ella se decia que la represion en la Espana nacional se regia por el principio de justicia 26 La represion que los sublevados ejercieron en el Pais Vasco recien ocupado tambien incluyo a numerosos sacerdotes vascos separatistas que fueron encarcelados por el delito de rebelion El delegado papal en la Espana nacional monsenor Ildebrando Antoniutti aunque colaboro activamente con la propaganda franquista antivasca intervino en favor de algunos de los miembros del clero presos como unos religiosos pasionistas confinados en Vitoria y unos sesenta sacerdotes y religiosos encarcelados en Bilbao Tambien hizo gestiones con obispos del sur de Espana para que recibieran en sus diocesis a sacerdotes vascos a quienes las autoridades franquistas no permitian que ejercieran su ministerio en el Pais Vasco 27 La carta colectiva del episcopado espanol a los obispos de todo el mundo julio agosto de 1937 Editar Articulo principal Carta colectiva de los obispos espanoles con motivo de la guerra en Espana La Carta Colectiva del Episcopado espanol a los obispos del mundo entero fue un documento de los obispos espanoles cuyo objetivo era informar a los catolicos de fuera de Espana de la postura que habia tomado la Iglesia catolica en Espana en la Guerra Civil Llevaba fecha de 1 de julio de 1937 cuando se cumplia casi un ano del inicio de la guerra pero no se divulgo hasta mediados de agosto con la intencion de obtener la firma de los pocos obispos recalcitrantes y tambien para que los obispos de todo el mundo a los que la carta se dirigia la hubieran recibido cuando la prensa la diera a conocer al gran publico 28 Fue redactada por el cardenal primado de Toledo Isidro Goma a instancias del generalisimo Franco que le pidio al cardenal el 10 de mayo de 1937 que dado que el episcopado espanol le apoyaba publicara un escrito que dirigido al episcopado de todo el mundo con ruego de que procure su reproduccion en la prensa catolica pueda llegar a poner la verdad en su punto 29 La verdad que pretendia el general Franco que se difundiera en este documento estaba destinada a contrarrestar la condena hecha por amplios sectores del catolicismo europeo y americano mas avanzado de los asesinatos cometidos por los nacionales de catorce sacerdotes en el Pais Vasco y de miles de obreros y campesinos en toda la zona sublevada ademas de su rechazo a considerar a la guerra civil espanola como una cruzada o guerra santa 28 Y logro Franco plenamente su objetivo porque los obispos de practicamente todo el mundo adoptaron en adelante el punto de vista del bando sublevado sobre la Guerra Civil Espanola en especial por su descripcion de la persecucion religiosa desencadenada en la zona republicana Como escribio un colaborador de la Oficina Nacional de Propaganda franquista la carta de los obispos espanoles es mas importante para Franco en el extranjero que la toma de Bilbao o Santander Asi pues se produjo plenamente la manipulacion propagandistica que el cardenal Vidal y Barraquer habia temido y que le habia llevado entre otras razones a no suscribir la carta colectiva 30 Ademas del obispo de Menorca Juan Torres y Ribas confinado en su isla el cardenal Pedro Segura y Saenz exiliado en Roma y el obispo de Orihuela Alicante el vasco Javier Irastorza Loinaz exiliado en Gran Bretana no firmaron la Carta colectiva ni el obispo de Vitoria Mateo Mugica ni el cardenal primado de Tarragona Vidal y Barraquer El obispo de Vitoria Mateo Mugica Urrestarazu que habia sido expulsado de Espana por orden de la Junta de Defensa Nacional por haber protestado por el asesinato de 14 sacerdotes vascos por los nacionales no podia firmar un documento en el que respondiendo a la acusacion de que en la zona franquista tambien habia una dura represion se elogiaban los principios de justicia y el modo de aplicarla de los tribunales militares 26 El caso del cardenal Vidal y Barraquer que no firmo la carta y que pagaria su negativa con la muerte en el exilio 26 es sin duda el mas significativo de los cinco porque se trataba tal vez de la figura mas destacada de aquel momento de la Iglesia catolica en Espana La negativa a firmar la carta se baso en dos argumentos que era un documento propio para propaganda poco adecuado a la condicion y caracter de quienes han de suscribirlo y al que se le dara una interpretacion politica por su contenido y por algunos datos o hechos en el consignados y en segundo lugar porque su publicacion podria empeorar la dificil situacion que ya vivian los eclesiasticos que se hallaban en la zona republicana Tambien aducia el cardenal el origen del documento complacer la peticion del general Franco pues juzgaba peligroso aceptar sugerencias de personas extranas a la jerarquia en asuntos de su incumbencia Pero la razon fundamental de la negativa del cardenal Vidal y Barraquer fue que creia que en aquella guerra fratricida la Iglesia no debia identificarse con ninguno de los dos bandos sino mas bien hacer obra de pacificacion Asi lo exponia repetidamente en sus cartas al cardenal Pacelli Secretario de Estado 26 Tambien pagaron con el exilio eclesiasticos menores e intelectuales de fuste como el canonigo y amigo del futuro cardenal Vicente Enrique y Tarancon Jose Manuel Gallegos Rocafull que defendio activamente la inocencia de la Republica en la represion religiosa y habia asistido a la terrible represion fascista en Cordoba que segun algunos supero el doble de muertos de la mas divulgada de Paracuellos En 1937 publico el folleto La carta colectiva de los obispos facciosos Replica y cuando pasa a Paris continua su apoyo a la Republica tanto en sus obras como con su colaboracion en la revista Esprit organo de la izquierda catolica intelectual en la que sostuvo su tesis contra el concepto de Cruzada Nacional aplicada por el episcopado espanol a la Guerra Civil Entre sus amigos se encontraban Emmanuel Mounier fundador de la antes dicha revista Esprit o el filosofo Jacques Maritain al que valora como pensador pero mas como persona El papa presiono para que se callara y fue suspendido a divinis por su obispo Tuvo que exiliarse en Mexico donde dio clases en la UNAM La iglesia mexicana consiguio levantarle esa suspension 31 La Iglesia de la Victoria Editar Vease tambien Ceremonia de la iglesia de Santa Barbara de Madrid de 1939 Coronacion del papa Pio XII en marzo de 1939 En medio del derrumbe del frente de Aragon que iba dividir en dos la zona republicana con la llegada de los nacionales a Vinaroz el 15 de abril de 1938 el Vaticano decidio reconocer plenamente al gobierno de Burgos y nombrar un nuncio que sustituiria al delegado papal Ildebrando Antoniutti que desde julio de 1937 habia detentado la representacion pontificia ante el generalisimo Franco El designado por el papa Pio XI fue monsenor Gaetano Cicognani que acababa de perder su puesto de nuncio en Viena por la Anschluss anexion de Austria por Hitler Presento sus cartas credenciales a Franco el 24 de mayo junto con el recien nombrado embajador de Portugal con toda la pompa y un mes despues el 30 de junio hacia lo mismo en solemnes audiencia ante Pio XI el embajador de la Espana nacional ante el Vaticano Jose Yanguas Messia 32 Poco antes del fin de la guerra el que ya se perfilaba como nuevo regimen franquista decidio aprovechar la colaboracion de los sacerdotes catolicos y la informacion de sus archivos parroquiales para llevar a cabo su represion contra simpatizantes republicanos La Ley de Responsabilidades Politicas de 9 de febrero de 1939 requeria para poder dar por concluidas sus investigaciones contra sospechosos de ser izquierdistas informes de las fuerzas policiales la Falange el alcalde y ademas el parroco de la localidad del acusado 33 Cuando se produjo el triunfo de los nacionales en la guerra la Iglesia espanola que se habia adherido masivamente al alzamiento se volco con entusiasmo en las fiestas de la victoria sobre la otra media Y la misma Santa Sede que durante la mayor parte del conflicto se habia mostrado tan reticente al final se sumo tambien a las celebraciones 34 El 1 de abril de 1939 el mismo dia en que el generalismo Franco emitio el famoso ultimo parte en el que proclamaba la guerra ha terminado el papa Pio XII el cardenal Pacelli que el dia 2 de marzo habia sido nombrado papa tras la muerte de Pio XI felicitaba telegraficamente a Franco por su victoria catolica 35 Levantando nuestro corazon al Senor agradecemos sinceramente con Vuestra Excelencia deseada victoria catolica Espana Hacemos votos porque este queridisimo pais alcanzada la paz emprenda con nuevo vigor sus antiguas tradiciones que tan grande lo hicieron Con estos sentimientos efusivamente enviamos a Vuestra Excelencia y a todo el pueblo espanol nuestra apostolica bendicion Pio XII Franco le contesto inmediatamente 35 Inmensa emocion me ha producido telegrama de vuestra Santidad con motivo victoria total de nuestras armas que en heroica cruzada han luchado contra enemigos de la Religion y de la Patria y de la civilizacion cristiana El pueblo espanol que tanto ha sufrido eleva tambien con vuestra Santidad su corazon al Senor que le dispenso su gracia y le pide proteccion para su gran obra del porvenir Dos semanas despues el 16 de abril de 1939 Radio Vaticano difundio un mensaje leido por el propio papa Pio XII que comenzaba con la frase Con inmenso gozo 22 36 y en el que tambien hacia referencia a la victoria de los que se habian propuesto la dificil tarea de defender y restaurar los derechos y el honor de Dios y de la Religion El mensaje comenzaba asi 37 Con inmenso gozo nos dirigimos a vosotros hijos queridisimos de la Catolica Espana para expresaros nuestra paterna congratulacion por el don de la paz y de la victoria con que Dios se ha dignado coronar el heroismo cristiano de vuestra fe y caridad probado en tantos y tan generosos sufrimientos Exterior de la iglesia de Santa Barbara donde tuvo lugar la ceremonia de exaltacion del Caudillo El 20 de mayo de 1939 un dia despues del desfile de la Victoria presidido en Madrid por Franco tuvo lugar en la Iglesia de Santa Barbara de Madrid una ceremonia medievalizante que queria representar en forma de drama sacro la ideologia de la guerra santa que acababa de concluir en la que el general Franco con uniforme de capitan general camisa azul de Falange y boina roja de los requetes acompanado de su esposa entro bajo palio en el templo mientras el organo hacia sonar el himno nacional donde ofrendo la espada de la victoria a Dios 38 Tras depositar la espada ante los pies del Santo Cristo de Lepanto traido expresamente desde Barcelona Franco dijo 39 Senor acepta complacido el esfuerzo de este pueblo siempre tuyo que conmigo por Tu Nombre ha vencido con heroismo al enemigo de la Verdad en este siglo Senor Dios en cuya mano esta todo Derecho y todo Poder prestame tu asistencia para conducir a este pueblo a la plena libertad del Imperio para gloria tuya y de Tu Iglesia Interior de la iglesia de Santa Barbara A continuacion el cardenal Goma que presidia la ceremonia acompanado de diecinueve obispos y en presencia del nuncio del Vaticano monsenor Cicognani bendijo al Caudillo hincado de rodillas ante el 40 El senor sea siempre contigo El de quien procede todo Derecho y todo Poder y bajo cuyo imperio estan todas las cosas te bendiga y con amorosa providencia siga protegiendote asi como al pueblo cuyo regimen te ha sido confiado Prenda de ello sea la bendicion que te doy en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espiritu Santo Luego el Generalisimo y el cardenal primado se fundieron en un fuerte abrazo Al dia siguiente el diario Arriba publico Despues de la Victoria la Iglesia el Ejercito el Pueblo han consagrado a Franco Caudillo de Espana 41 Finalmente el 11 de junio de 1939 es el propio papa Pio XII quien recibe en ceremonia solemne en el Vaticano a tres mil trescientos legionarios en el marco de una gira de celebracion de la victoria por Alemania e Italia el dia antes habian desfilado para Mussolini delegacion encabezada por el ministro Ramon Serrano Suner El pontifice bendijo a las tropas franquistas y afirmo que habian sido los defensores de la fe y de la civilizacion 42 Julio Caro Baroja hizo el siguiente juicio sobre el papel de la Iglesia en la zona nacional en su obra pionera sobre el anticlericalismo en Espana publicada en 1980 43 Lo malo lo malo es que en la Espana nacional la Iglesia colaboro demasiado en la tarea justiciera que se habian impuesto los militares Si habia demasiados clerigos y frailes en la carceles y en las capillas procurando que los condenados a muerte abjuraran de sus errores predicando con violencia a los vencidos cantando glorias acusando y despreciando La Iglesia no puso freno a sus hijos hispanos inflamados de odio sacro Si hemos visto demasiados curitas y frailes con la boina roja y las dos estrellas de teniente marchando con el jacarandoso contoneo del vencedor La Iglesia catolica en la zona republicana EditarLa persecucion religiosa Editar Articulo principal Persecucion religiosa durante la guerra civil espanola Milicianos vestidos con ropas liturgicas tras el saqueo de una iglesia Madrid 1936 Sobre todo durante los primeros meses de la guerra en la zona republicana se desato una salvaje persecucion religiosa con asesinatos incendios y saqueos cuyos autores fueron los extremistas los incontrolados y los delincuentes comunes salidos de las carceles que se les sumaron todo ello inmerso en la ola de violencia desatada contra las personas y las instituciones que representaban el orden burgues que queria destruir la Revolucion social espanola de 1936 que se produjo en la zona donde el alzamiento militar fracaso 10 Durante varios meses bastaba que alguien fuera identificado como sacerdote religioso o simplemente cristiano militante miembro de alguna organizacion apostolica o piadosa para que fuera ejecutado sin proceso 44 Los revolucionarios opuestos al golpe militar equiparaban a la Iglesia espanola con la derecha Ante esta barbarie durante la que tambien se saqueo y prendio fuego a iglesias conventos y monasterios la Iglesia confio en los sublevados para defender su causa y devolver la nacion al seno de la Iglesia En cuanto al numero de victimas las autoridades del bando sublevado hablaron de 400 000 hermanos nuestros martirizados por los enemigos de Dios o de centenares de miles de victimas cobardemente asesinadas en primer termino por su fe religiosa Un folleto de propaganda franquista editado en Paris en 1937 cifro el numero en 16 750 sacerdotes y el 80 de los miembros de las ordenes religiosas Estas cifras se mantuvieron como las oficiales durante las dos primeras decadas de la dictadura franquista hasta que en 1961 el sacerdote Antonio Montero Moreno que despues seria obispo de Badajoz publico el unico estudio sistematico y serio que se ha realizado hasta ahora citando por sus nombres a las victimas Segun ese estudio titulado Historia de la persecucion religiosa en Espana 1936 1939 45 fueron asesinados en la zona republicana 12 obispos 46 4184 sacerdotes seculares 2365 religiosos y 263 monjas 47 En el libro Montero Moreno afirma En toda la historia de la Iglesia universal no hay un solo precedente ni siquiera en las persecuciones romanas del sacrificio sangriento en poco mas de un semestre de doce obispos cuatro mil sacerdotes y mas de dos mil religiosos 48 Por otro lado el libro de Montero interpreta la historia de la Republica en clave antimasonica y aunque no llega a afirmar que la masoneria es un instrumento de la conspiracion judia destaca el papel de los judios en ella y asegura que la quema de conventos de mayo de 1931 obedecia a una consigna de judios y masones 49 Queda pendiente conocer el numero de los seglares catolicos que fueron asesinados no por lo que supuestamente hubieran hecho individualmente sino por pertenecer a una asociacion confesional catolica o meramente por ser catolicos practicantes tarea mucho mas laboriosa y delicada porque se entremezclan las razones religiosas con las politicas o como en muchos casos sucedio con simples venganzas personales La razon principal de esta confusion fue la pretension del franquismo de presentar a todos los muertos de su bando como caidos por Dios y por Espana 50 Nada mas terminar la guerra las autoridades franquistas abrieron un macroproceso llamado Causa General que englobaba todos los crimenes cometidos por los rojos Se acumularon declaraciones e interrogatorios que ocuparon miles de legajos pero finalmente la Causa General se arrincono sin hacer uso de lo averiguado porque los resultados obtenidos fueron muy inferiores a las expectativas 50 Lo que las investigaciones posteriores a la de Montero Moreno han aclarado es que el mayor numero de asesinatos se produjo entre julio y septiembre de 1936 cuando los miembros del clero eran apresados y ejecutados sin ningun tipo de juicio A partir de la ultima fecha comenzaron a funcionar los tribunales populares bajo el impulso del nuevo gobierno de Largo Caballero que dieron unas minimas garantias juridicas a los detenidos y las condenas solian acabar con penas de prision y no con la muerte Tras los sucesos de mayo de 1937 y la formacion del gobierno de Juan Negrin en el que el Ministerio de Justicia fue ocupado por el catolico del Partido Nacionalista Vasco Manuel de Irujo cesaron completamente los asesinatos y la mayoria de los sacerdotes que estaban en prision fueron puestos en libertad Sin embargo la prohibicion del culto publico catolico continuo asi como otras medidas revolucionarias Solo al final de la guerra con la desbandada del ejercito republicano hacia la frontera francesa volvieron a producirse nuevas victimas entre los miembros del clero entre las que destaca el obispo de Teruel Anselmo Polanco Fontecha 51 Asi pues segun el historiador y monje benedictino Hilari Raguer no se puede negar la tragica realidad de las matanzas del verano del 36 pero es confusionario pretender que el terror hubiera durado hasta el final de la guerra 51 En cuanto a las causas alegadas por los revolucionarios para los asesinatos del clero la mas frecuente fue que desde las iglesias y los campanarios se habia disparado contra las milicias leales a la Republica o contra el pueblo una afirmacion de la que no se pudo demostrar ni un solo caso pero que los miembros de los comites revolucionarios creian firmemente porque se identificaba a la Iglesia con las derechas y se hacia caso de las informaciones y de las soflamas anticlericales de determinados periodicos Por ejemplo el diario de la CNT Solidaridad Obrera justifico la matanza de los hermanos de San de Dios del Hospital de San Pablo de Barcelona con la absurda y nunca probada afirmacion de que estos habian administrado intencionadamente inyecciones letales a los enfermos o heridos 52 Las autoridades republicanas especialmente los gobiernos autonomos de Cataluna y del Pais Vasco intentaron evitar los asesinatos de sacerdotes y religiosos y en general de las personas de derechas y de militares En el Pais Vasco el gobierno de Jose Antonio Aguirre consiguio dominar la situacion y alli no hubo persecucion religiosa En Cataluna a pesar de que el poder efectivo lo tenian los cientos de comites revolucionarios fundamentalmente anarquistas que habian surgido tras la derrota de la sublevacion del 19 de julio la Generalidad presidida por Lluis Companys consiguio poner a salvo a miles de personas de derechas amenazadas y entre ellas numerosos sacerdotes empezando por la cabeza de la Iglesia en Cataluna el arzobispo de Tarragona Vidal y Barraquer que habia sido detenido por un grupo de milicianos y religiosos entre ellos 2142 monjas 53 concediendoles pasaportes y fletando barcos franceses e italianos para que pudieran huir al extranjero Precisamente las autoridades y los politicos catalanes que mas habian participado en esta tarea tambien tuvieron que abandonar Cataluna a causa de las amenazas que recibieron de los comites anarquistas como fue el caso del diputado de Union Democratica de Cataluna Manuel Carrasco Formiguera que acabaria siendo fusilado por los franquistas Otra de las personas que destaco en Cataluna en la labor de salvar a eclesiasticos y a personas de derechas en el verano de 1936 fue el sindicalista anarquista moderado Joan Peiro que seria ministro de Industria en el gobierno de Largo Caballero Peiro escribio en aquellos meses iniciales de la guerra numerosos articulos en el periodico Llibertat de Mataro en los que denuncio los asesinatos de sacerdotes y religiosos unicamente porque lo eran Peiro como Carrasco Formiguera acabo siendo fusilado por los franquistas 54 Por otro lado el dirigente nacionalista vasco Manuel Irujo cuando visito Barcelona manifesto por la radio que la persecucion religiosa que se estaba produciendo era indigna de la tradicion democratica de Cataluna 55 Y el lendakari Jose Antonio Aguirre en el discurso que pronuncio ante las Cortes espanolas reunidas en Madrid para aprobar el Estatuto de Autonomia del Pais Vasco dijo 55 Condenamos con toda energia pues no tenemos mas remedio que condenar aunque comprendamos muchas veces los excesos propios de las muchedumbres todo lo que suponga la quema de nuestras iglesias donde quiera que ellas se encuentren porque nuestra fe tiene ambitos universales asi como la muerte de personas por el solo hecho de tener cierto caracter y una determinada significacion Sin embargo a pesar de todas estas iniciativas la Iglesia y el culto catolico en la zona republicana excepto en el Pais Vasco habian desaparecido En un informe interno presentado ante el Consejo de Ministros el 7 de enero de 1937 el ministro catolico sin cartera del PNV Manuel Irujo denuncio que en el territorio leal todas las iglesias se han cerrado al culto el cual ha quedado total y absolutamente suspendido y en las iglesias han sido instalados depositos de todas clases mercados garajes cuadras cuarteles refugios y una gran parte de los templos en Cataluna con caracter de normalidad se incendiaron ademas de que los altares imagenes y objetos de culto salvo muy contadas excepciones han sido destruidos los mas con vilipendio Asimismo afirmaba Irujo todos los conventos han sido desalojados y suspendida la vida religiosa en los mismos y sus edificios objetos de culto y bienes de todas clases fueron incendiados saqueados ocupados o derruidos Sacerdotes y religiosos han sido detenidos sometidos a prision y fusilados sin formacion de causa por miles hechos que si bien amenguados continuan aun no tan solo en la poblacion rural donde se les ha dado caza y muerte de modo salvaje sino en las poblaciones Madrid y Barcelona y las restantes grandes ciudades suman por cientos los presos en sus carceles sin otra causa conocida que su caracter de sacerdote o religioso Por ultimo Irujo denunciaba que se habia llegado a la prohibicion absoluta de imagenes y objetos de culto en las casas particulares y que cuando la policia efectuaba registros en ellas destruia con escarnio y violencia imagenes estampas libros religiosos y cuanto con el culto se relaciona o lo recuerde 56 Acabado su informe Irujo pidio al resto de miembros del gobierno de Largo Caballero que aprobaran el restablecimiento de la libertad de conciencia y de la libertad de cultos reconocida en la vigente Constitucion de 1931 pero su propuesta fue rechazada por unanimidad por entender que la opinion publica lo desaprobaria debido al alineamiento de la Iglesia catolica con el bando sublevado ademas de aducir el viejo y falso argumento pero muy extendido de que desde los templos se habia disparado contra las fuerzas leales y contra el pueblo 57 El Pais Vasco la excepcion Editar Jose Antonio Aguirre durante un discurso en el Aberri Eguna de 1933 celebrado en San Sebastian En el Pais Vasco republicano no hubo persecucion religiosa aunque en los primeros momentos algunos sacerdotes fueron asesinados por extremistas de izquierda ninguna iglesia fue incendiada ni clausurada y el culto catolico se desarrollo con normalidad La razon fue que el Partido Nacionalista Vasco PNV un partido catolico no se sumo al movimiento militar sino que permanecio fiel a la Republica un miembro del PNV Manuel Irujo se incorporo al gobierno de Largo Caballero en septiembre de 1936 como ministro sin cartera y el 1 de octubre las Cortes espanolas de la Republica aprobaron el Estatuto de Autonomia del Pais Vasco formandose a continuacion un gobierno vasco presidido por el peneuvista Jose Antonio Aguirre 23 De hecho en el Pais Vasco en las primeras semanas de la guerra diecisiete sacerdotes vascos nacionalistas fueron asesinados por los nacionales y no por los rojos por ser separatistas lo que motivo la expulsion de la Espana nacional del obispo de Vitoria Mateo Mugica Urrestarazu por haber protestado hasta la Junta de Defensa Nacional del bando sublevado 25 La represion que los sublevados ejercieron en el Pais Vasco recien ocupado tambien incluyo a numerosos sacerdotes vascos separatistas que fueron encarcelados por el delito de rebelion 27 El intento de reapertura de las iglesias catolicas por el gobierno de Juan Negrin 1937 1939 Editar En el gobierno que formo el socialista Juan Negrin tras los sucesos de mayo de 1937 el catolico y nacionalista vasco Manuel Irujo ocupo el Ministerio de Justicia que era el departamento que tradicionalmente en Espana se ocupaba de los asuntos religiosos El encargo que recibio Irujo de Negrin fue que normalizara la vida religiosa en la zona republicana Negrin deseaba normalizar todos los aspectos de la retaguardia republicana asi como contrarrestar la pesima imagen que de la Republica habian dado internacionalmente las matanzas de curas y los incendios de iglesias 58 El primer fruto de la nueva politica fue la tolerancia al culto domestico por lo que las misas y otras ceremonias piadosas celebradas en casas particulares ya no fueron perseguidas ni con algunas pocas excepciones daban lugar a detenciones a pesar de que en ocasiones se convertian en reuniones favorables a los sublevados se rezaba por la victoria de Franco o servian para que los miembros de la quinta columna establecieran contacto especialmente en Madrid 59 En cuanto al restablecimiento del culto publico el Gobierno se encontro con la rotunda oposicion de los anarquistas y tambien de algunos catolicos republicanos como los miembros de Union Democratica de Cataluna y de las autoridades eclesiasticas que pensaban que las iglesias no se podian reabrir sin mas olvidando los asesinatos y los incendios de los primeros meses de la guerra ademas de que todo ello se podria convertir en un instrumento de la propaganda republicana 60 Tras la proclamacion de la libertad de conciencia en uno de los 13 puntos de Negrin proclamados el 1 de mayo de 1938 en agosto el Gobierno envio en secreto a Roma a un eclesiastico de confianza del cardenal Vidal y Barraquer para que hiciera saber a la Santa Sede su proposito de normalizar la vida eclesiastica y reconciliarse con la Iglesia en la carta que envio al secretario de Estado del Vaticano declaraba el deseo sincero y ardiente del Gobierno de la Republica de normalizar el restablecimiento del culto publico el regreso de los sacerdotes a sus parroquias y aun el regreso del eminentisimo metropolitano el cardenal Vidal y Barraquer a quien se le darian todas las garantias convenientes y se le tendrian todas las consideraciones y honores correspondientes a su altisima dignidad y por ultimo se hablaba de la voluntad del Gobierno de restablecer de hecho las relaciones diplomaticas entre la Republica y la Santa Sede 61 La respuesta de la Santa Sede fue evasiva sin comprometerse en nada aunque dejaba la puerta abierta si la situacion de la Iglesia en la zona republicana seguia mejorando 62 Un nuevo gesto de reconciliacion con la Iglesia se produjo el 17 de octubre de 1938 cuando cuatro ministros del Gobierno Manuel Irujo Julio Alvarez del Vayo Paulino Gomez y Tomas Bilbao presidieron el entierro catolico del oficial vasco capitan Vicente Eguia Sagarduy muerto en combate al que se le dio gran publicidad en la prensa y que tuvo gran impacto a nivel internacional Aquel dia los ciudadanos que pasaban por el paseo de Gracia vieron atonitos una comitiva formada por un sacerdote revestido de alba y capa pluvial y cubierto con el bonete precedido de un acolito que vestia sotana y roquete y empunaba una gran cruz alzada 63 El paso siguiente fue la creacion el 8 de diciembre de 1938 del Comisariado de Cultos de la Republica encargado de proteger la libertad religiosa y de cultos al frente del cual Negrin nombro a un colega catolico y amigo suyo Jesus Maria Bellido Golferichs que acepto el cargo cumpliendo un deber de catolico Pero el culto publico no tuvo tiempo para ser restablecido a causa de la ofensiva de Cataluna que lanzo el generalisimo Franco el 23 de diciembre de 1938 y la que en solo mes y medio ocupo toda Cataluna Asi pues la reapertura de los templos catolicos en Cataluna no fue obra de la Republica sino que la trajeron las tropas de Franco cuando ya se habian hecho los preparativos para reabrir al culto una de las capillas de la catedral de Tarragona los sublevados entraron en la ciudad el 15 de enero 64 Referencias Editar El Sol 14 de octubre de 1931 Espana ha dejado de ser catolica El problema politico consiguiente es organizar el Estado en forma tal que quede adecuado a esta fase nueva e historica del pueblo espanol Raguer 2001 pp 55 56 Azana dejo suficientemente claro para quien quisiera escucharle que no se trataba de procurar que Espana dejara de ser catolica sino de constatar el hecho de que sociologicamente el catolicismo habia perdido el puesto que en otro tiempo tuvo en Espana y que por tanto procedia reajustar a esta realidad el nuevo orden constitucional Dificilmente se podra estar en desacuerdo con la afirmacion del hecho de la perdida de peso del catolicismo en la cultura y la sociedad espanola Pero es que ademas de ser injusto hacer reproche eterno a Azana de unas palabras que fueron dichas para defender a la Iglesia de mayores males la frase entendida en el sentido sociologico y cultural que el propio orador explico a continuacion no solo era algo indiscutible sino que muchos hombres de Iglesia aunque lo lamentaron decian que asi era la realidad Raguer 2001 p 45 http www maravedis org 2republica html Raguer y 2001 pp 78 Raguer 2001 p 84 Hubo algun eclesiastico proximo a militares que alentaba a los golpistas que pensaban sublevarse y hasta hubo alguno que recogia fondos para los gastos de la preparacion era el caso de alguien del entorno del obispo de Barcelona Irurita Raguer 2001 pp 85 Raguer 2001 pp 83 84 Raguer 2001 pp 88 a b Raguer 2001 p 84 Raguer 2001 pp 86 87 Raguer 2001 pp 87 88 Raguer 2001 pp 119 122 Raguer 2001 pp 123 124 Casanova 2007 p 345 Casanova 2007 p 340 Casanova 2007 pp 345 346 Casanova 2007 p 346 Raguer 2001 pp 144 145 Menendez Reigada 2003 Catecismo patriotico espanol Ediciones Peninsula Vidarte Juan Simeon 1973 Todos fuimos culpables Fondo de Cultura Economica p 575 a b Documento Con inmenso gozo El franquismo Primera parte de Stanley G Payne Arlanza Ediciones a b Raguer 2001 pp 205 206 Respuesta obligada Carta abierta AL Sr D Jose Antonio Aguirre por el Emmo Sr Dr D Isidro Goma Tomas Cardenal Arzobispo de Toledo Graficas Bescansa Pamplona 1937 a b Raguer 2001 pp 367 369 a b c d Raguer 2001 p 158 a b Raguer 2001 p 250 a b Raguer 2001 p 151 Raguer 2001 pp 151 152 Raguer 2001 p 172 Vease el articulo Jose Manuel Gallegos Rocafull en Cordobapedia https cordobapedia wikanda es wiki Jos C3 A9 Manuel Gallegos Rocafull Raguer 2001 pp 256 257 Ruiz Julius 2012 La justicia de Franco RBA Libros pp 211 223 ISBN 978 84 9006 243 2 Raguer 2001 pp 389 390 a b Raguer 2001 p 393 Navarra 1936 de la esperanza al terror VV AA Grupo Cultural Altaffaylla Tafalla 2003 ISBN 84 930957 9 6 Raguer 2001 p 394 Raguer 2001 p 397 Raguer 2001 p 398 Raguer 2001 p 399 Raguer 2001 p 399 Pero el catolico tradicionalista conde de Rodezno ministro de Justicia partidario de la restauracion monarquica comentaba con pesimismo en su diario personal Esto parece que toma rumbos de poder personal indefinido Gomez Bravo Gutmaro Marco Jorge 2011 La obra del miedo Violencia y sociedad en la Espana franquista 1936 1950 Ediciones Peninsula p 204 ISBN 978 84 9942 091 2 Caro Baroja 2008 p 228 Raguer 2001 pp 175 Montero Moreno Antonio 1999 1961 Historia de la persecucion religiosa en Espana 1936 1939 2ª edicion Madrid BAC p 762 ISBN 84 7914 383 5 Los obispos asesinados fueron Florentino Asensio Barroso obispo de Barbastro 1877 1936 Eustaquio Nieto Martin obispo de Siguenza 1866 1936 Miguel Serra Sucarrats obispo de Segorbe 1868 1936 Manuel Basulto Jimenez obispo de Jaen 1869 1936 Manuel Medina Olmos obispo de Guadix 1869 1936 Cruz Laplana y Laguna obispo de Cuenca 1875 1936 Manuel Irurita Almandoz obispo de Barcelona 1876 1936 Salvio Huix Miralpeix obispo de Lerida 1877 1936 Manuel Borras Ferre obispo auxiliar de Tarragona 1880 1936 Narciso de Estenaga Echevarria obispo de Ciudad Real 1882 1936 Juan de Dios Ponce y Pozo administrador apostolico de Orihuela 1878 1936 Diego Ventaja Milan obispo de Almeria 1880 1936 y Anselmo Polanco Fontecha obispo de Teruel 1881 1939 Raguer 2001 pp 175 176 The Hagiography Circle Martyrs of the Religious Persecution during the Spanish Civil War 1936 39 The Hagiography Circle An Online Resource of Contemporary Hagiography en ingles Consultado el 3 de mayo de 2011 Alvarez Chillida 2002 pp 433 a b Raguer 2001 p 177 a b Raguer 2001 p 178 Raguer 2001 pp 178 179 Raguer 2001 p 203 Raguer 2001 pp 198 201 a b Raguer 2001 p 322 Raguer 2001 p 323 Raguer 2001 p 324 Raguer 2001 p 328 Raguer 2001 pp 327 328 349 Raguer 2001 p 330 Raguer 2001 pp 331 332 Raguer 2001 p 333 Raguer 2001 pp 347 348 Raguer 2001 pp 354 358 Asi por unos pocos dias no fue posible restablecer el culto publico en un punto de la Espana republicana ni siquiera en una sola capilla antes de la llegada de los cruzados vencedores Bibliografia EditarAlvarez Chillida Gonzalo 2002 El Antisemitismo en Espana La imagen del judio 1812 2002 Madrid Marcial Pons ISBN 978 84 95379 49 8 Caro Baroja Julio 2008 1980 Historia del anticlericalismo espanol Madrid Caro Raggio ISBN 978 84 7035 188 4 Casanova Julian 2007 Republica y Guerra Civil Vol 8 de la Historia de Espana dirigida por Josep Fontana y Ramon Villares Barcelona Critica Marcial Pons ISBN 978 84 8432 878 0 Raguer Hilari 2001 La polvora y el incienso La Iglesia y la Guerra Civil espanola 1936 1939 Col Gran Atalaya 2008 Barcelona Peninsula ISBN 978 84 8307 848 8 Datos Q5908988 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Iglesia catolica y guerra civil espanola amp oldid 141482370, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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