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Guerra Guaranítica

La Guerra Guaranítica fue el conflicto armado en el territorio de las Misiones Orientales (actual Estado de Río Grande del Sur), pertenecientes a la Banda Oriental (actual Uruguay), y que enfrentó, entre 1754 y 1756, a los indígenas guaraníes de las misiones jesuíticas y las fuerzas españolas y portuguesas, como consecuencia del Tratado de Madrid (o Tratado de Permuta), firmado en 1750. Las Misiones Orientales abarcaban cerca de 500.000 kilómetros cuadrados de territorios, dentro del cual estaban los siete prósperos pueblos de: San Luis Gonzaga, San Nicolás, San Francisco de Borja, San Miguel, San Lorenzo, San Juan Bautista y Santo Ángel, además de estancias pertenecientes a las reducciones de: Concepción, Apóstoles, Santo Tomé, Yapeyú y La Cruz que se hallaban al occidente del río Uruguay, debían ser entregados a Portugal y en el término de un año, 29.191 guaraníes debían salir de la región con todos sus bienes y trasladarse al occidente del río Uruguay o quedarse y aceptar la soberanía portuguesa.

Guerra Guaranítica
Parte de la Invasión lusa a las Misiones Orientales

Localización de las reducciones jesuíticas más importantes, con las divisiones políticas actuales
Fecha 1754 a 1756
Lugar Misiones Orientales
Conflicto Conquista portuguesa de las Misiones Orientales
Resultado

Victoria hispano-lusa.

  • Ratificación del Tratado de Permuta.
  • Declaración de la frontera entre España y Portugal en Sudamérica
  • Abandono total de las misiones orientales por parte de los guaraníes
Cambios territoriales El oriente del río Uruguay queda bajo soberanía portuguesa
Beligerantes
Unidades militares

Tratado de Madrid

La política conciliadora del segundo de los Borbones españoles, Fernando VI, que entendió prudente para España el alejarse de los conflictos internacionales en un tiempo de reconstrucción de su potencia económica y militar en el mundo es la explicación fundamental para el tratado de Madrid del año 1750.

Por este tratado, las misiones jesuíticas de la cuenca del alto Uruguay eran permutadas por la posesión de la Colonia del Sacramento, plaza portuguesa en la orilla izquierda del Río de la Plata, que desde su fundación en 1680 había pasado repetidamente de manos españolas a portuguesas.

El fundamento de este canje era para la corona española el asegurarse el dominio de la entrada de la cuenca del Río de la Plata, puesto en entredicho por la existencia de Colonia, la cual, si bien los españoles habían podido tomar militarmente durante los diversos conflictos en que se vieron enfrentados a los lusitanos en la primera mitad del siglo XVIII, sistemáticamente volvían a entregarla a Lisboa en las mesas de negociación que ponían fin a las guerras.

Sin embargo, la cesión de las misiones jesuíticas a los portugueses era un precio oneroso para los obsesionados dirigentes políticos españoles. Desde su establecimiento, en 1609, los jesuitas habían podido crear una barrera real a la penetración portuguesa en el Río de la Plata y el Paraguay, conformando, de hecho, las únicas poblaciones permanentes en una frontera irresoluta y tradicionalmente despoblada, hecho que había facilitado el avance lusitano sobre ella.

Por otra parte, los jesuitas habían conseguido con la persuasión lo que los conquistadores rara vez pudieron con la espada: la pacificación del indio en aquella zona de América, y su conversión en trabajador disciplinado y convertido al cristianismo.

Este valor agregado que los indígenas misioneros tenían (su integración social y la productividad de que eran capaces) los convirtió en objeto de la codicia de los bandeirantes, expediciones de cacería de indios que partiendo de ciudades como San Pablo, en el Brasil portugués, buscaban de proveer de esclavos más baratos que los negros africanos a los hacendados portugueses para sus explotaciones agrícolas.

Durante todo el transcurso del siglo XVII y la primera mitad del siglo siguiente, las bandeiras y los indígenas misioneros, dirigidos por los jesuitas, se enfrentaron en sangrientos choques, generalmente favorables a estos últimos, como por ejemplo la batalla de Mbororé (sobre un afluente del curso superior del río Uruguay), en 1641.

De cualquier manera, la corona española prefirió entregar estos dominios a cambio de Colonia, y el Tratado de Madrid así lo sancionó. Para las comunidades indígenas, dirigidas por los religiosos, las perspectivas aparecían como funestas, lo que desencadenó la resistencia a la entrega del territorio.

Artículo XIV: Su Majestad Católica, en su nombre y de sus herederos, cede para siempre a la Corona de Portugal todo lo que por parte de España se halla ocupado, o que por cualquiera título o derecho pueda pertenecerle, en cualquiera parte de las tierras que por los presentes artículos se declaran pertenecientes a Portugal; desde el monte de los Castillos Grandes y su falda meridional y ribera del mar, hasta la cabecera y origen principal del río Ibicuí. Y también cede todos y cualesquiera pueblos y establecimientos que se hayan hecho, por parte de España, en el ángulo de tierras comprendido entre la ribera septentrional del río Ibicuí y la oriental del Uruguay, y los que se puedan haber fundado en la margen oriental del río Pepirí y el pueblo de Santa Rosa, y otros cualesquiera que se puedan haber establecido, por parte de España, en la ribera del río Guaporé a la parte oriental.
Artículo XVI: De los pueblos o aldeas, que cede Su Majestad Católica en la margen oriental del río Uruguay, saldrán los misioneros con los muebles y efectos, llevándose consigo a los indios para poblarlos en otras tierras de España; y los referidos indios podrán llevar también todos sus muebles, bienes y semibienes, y las armas, pólvora y municiones que tengan; en cuya forma se entregarán los pueblos a la Corona de Portugal, con todas sus casas, iglesias y edificios, y la propiedad y posesión del terreno. Los que se ceden por ambas Majestades, Católica y Fidelísima, en las márgenes de los ríos Pequirí, Guaporé y Marañón, se entregarán con las mismas circunstancias que la Colonia del Sacramento, según se previno en el artículo XIV; y los indios de una y otra parte tendrán la misma libertad para irse o quedarse, del mismo modo y con las mismas calidades que lo podrán hacer los moradores de aquella plaza; solo que, los que se fueren, perderán la propiedad de los bienes raíces, si los tuvieren.

Prolegómenos del conflicto

En septiembre de 1750 llegaron a las Misiones las primeras noticias sobre el tratado, el superior de las reducciones Bernardo Nusdorffer dio órdenes de mantenerlas en secreto hasta que se hicieran oficiales para evitar reacciones. En abril de 1751 llegó a Buenos Aires la comunicación oficial del Tratado de Madrid junto con una carta del General de la Compañía de Jesús, Francisco Retz, ordenando el cumplimiento del mismo.

En febrero de 1751 los caciques minuanes y charrúas rompen la paz, tras 9 años del acuerdo con Juan Antonio de Artigas y atacan Montevideo.

Entre marzo y abril de 1752 Nusdorffer comunicó oficialmente a los cabildos y caciques de los siete pueblos y de los cinco que tenían estancias en el territorio que tenían un año de plazo para abandonar su tierra, recibiendo por respuesta una negativa rotunda.[1]

A mediados de 1752 el cabildo y los caciques de San Juan Bautista se declararon en rebeldía y tomaron las armas de fuego que se mantenían bajo llave por los jesuitas, poco después ocurrió lo mismo en San Miguel, Santo Angel y luego los demás pueblos. La situación quedó fuera de control y en mayo de 1753 los rectores jesuitas de cada pueblo presentaron sus renuncias, pero fueron rechazadas por el obispo y por el gobernador de Buenos Aires.

En septiembre de 1752 comenzaron por parte de una comisión de las dos coronas, los trabajos de demarcación de la frontera hispano-portuguesa en la zona. Los demarcadores estaban al mando de Gómez Freire de Andrada (portugués, más tarde conde de Bobadella) y de Gaspar de Munive marqués de Valdelirios (español), quien era ministro plenipotenciario y comisario regio, con poderes de superioridad sobre virreyes, gobernadores y demás autoridades españolas en esa parte de América. El 23 de diciembre de 1752 colocaron el primer marco en Castillos Grandes en la costa del Océano Atlántico y se dirigieron hacia el norte. Los hitos de piedra tenían labrados las iniciales de los títulos de los reyes en la cara que estaba orientada hacia sus dominios (R.C -Rey Católico- del lado español y R.F. -Rey Fidelísimo- del lado portugués), además de ostentar los escudos de armas de ambos reinos y las leyendas respectivas, escritas en latín: Sub Joanne V, Lusitanorum Rege Fidelissimo (Bajo Juan V, rey Fidelísimo de Portugal), y Sub Ferdinandus VI, Hispaniae Rege Catholice (Bajo Fernando VI, rey Católico de España), además de la frase Ex pactis regendorum Finium Comentis Matriti Idibus Januari MDCCL (Por el pacto hecho entre los reyes en Madrid, en los idus de enero de 1750).

Tanto despliegue de latinismo y orfebrería fronteriza hablaba de un deseo de fijar la frontera a perpetuidad entre ambas coronas, pero no fue argumento suficiente como para convencer a los indígenas guaraníes.

El 27 de febrero de 1753 los demarcadores llegaron al punto de inicio del territorio misionero en la capilla del puesto de Santa Tecla, dependiente de San Miguel (actual Bagé). En ese lugar debía encontrarse el jesuita Tadheo Ennis para recibir a los demarcadores, pero estos se encontraron con una guarnición armada guaraní que les impidió el paso a sus territorios. Los trabajos de demarcación se suspendieron, retirándose los portugueses hacia Colonia y los españoles hacia Montevideo. Luis Altamirano se dirigió a los pueblos para intentar convencerlos de cumplir la orden de abandono, pero debió regresar a Buenos Aires el 3 de marzo de 1753 sin lograrlo.

El marqués de Valdelirios y el padre Luis Altamirano, de la Compañía de Jesús, integrantes de la comisión de demarcación, fueron incapaces de hacer desistir a los habitantes de las Misiones Orientales de pasar a ser súbditos de la corona portuguesa, expresamente los pueblos (de habla guaraní) declararon en el parlamento de Santa Tecla que querían mantenerse dentro del área hispana, los españoles se consideraron obligados a cumplir las estipulaciones del tratado con la corona portuguesa dando origen al conflicto (principios de 1754).

Desarrollo de la guerra

A principios de 1754 el marqués de Valdelirios llegó a Buenos Aires procedente de España portando una Real Cédula por la que el rey ordenaba al gobernador de Buenos Aires, José de Andonaegui, tomar inmediatamente por la fuerza los siete pueblos y entregárselos a los portugueses. En una junta celebrada en la isla Martín García entre Valdelirios, Gomes Freyre y Andonaegui, se acordó que además de los cuerpos veteranos se convocarían milicias de Montevideo, Santa Fe y Corrientes. Andonaegui en mayo de 1754 concentró 1.500 soldados en el lugar denominado Rincón de las Gallinas (hoy Rincón de Haedo en la confluencia del río Negro con el Uruguay) y avanzó hacia la estancia de Yapeyú, a donde llegó en junio. Sin embargo el mal tiempo imposibilitó la campaña y una columna destacada hacia Yapeyú fue aniquilada por los guaraníes al mando de Rafael Paracatú, cacique de Yapeyú, por lo que Andonaegui desistió de continuar y se retiró desde el río Ibicuy hasta el Salto Chico del río Uruguay el 10 de agosto, siendo hostilizadas sus tropas por los rebeldes, aunque lograron capturar a Paracatú en el combate del Daymán y llevarlo a Buenos Aires. Las fuerzas portuguesas sufrieron los mismos problemas climáticos y los ataques guaraníes al mando del capitán José Sepé Tiarayú, quien atacó el Fuerte Jesús, María, José de Río Pardo donde fue vencido y capturado entre marzo y abril de 1754, pero la noche anterior a su ejecución burló la guardia y logró escapar. Los portugueses también debieron abandonar la campaña tras un armisticio celebrado en noviembre de 1754 en el río Yacuí. Charrúas, guenoas y minuanes hicieron causa común con los guaraníes y hostilizaron a los aliados además de vigilar sus movimientos.

Combates como el de Daymán, mostraron una superioridad ostensible de los aliados frente a las tropas indígenas. Estas, que tenían conocimiento del manejo de las armas de los blancos por su eterna lucha contra las bandeiras, se vieron superadas rápidamente. En varios encuentros, los indígenas llegaron a utilizar cañones cuya estructura era de caña tacuaruzú (del grueso de un brazo), pero que no hicieron mella en los invasores.

Las fuerzas españolas, mandadas por el gobernador de Buenos Aires, José de Andonaegui y el flamante gobernador de Montevideo José Joaquín de Viana, y las portuguesas, dirigidas por el gobernador de San Pablo y Río de Janeiro, Gomes Freire de Andrade, decidieron combatir juntas contra los sublevados en diciembre de 1755, quienes siguieron como jefe supremo al cacique Sepé o Sepee, cuyo nombre de bautismo era José Sepé Tiarayú.

En febrero de 1756 las fuerzas de Andonaegui reforzadas por 150 soldados procedentes de España, junto con 1.670 hombres del gobernador de Montevideo 1200 soldados portugueses al mando de Gomes Freire, se reunieron en Santa Tecla para avanzar sobre San Miguel. Los guaraníes evitaron dar batalla y se limitaron a realizar una guerra de guerrillas.

En la sierra de Batoví, en uno de los encuentros de las guerrillas guaraníes con una columna aliada, el gobernador Viana mató personalmente a Sepé de un tiro de pistola. La jefatura del ejército indígena recayó en manos de otro caudillo, Nicolás Ñanguirú (palabra que en guaraní significaría "flecha del diablo"), otrora corregidor del pueblo de Concepción.

El 10 de febrero de 1756, al pie del cerro Caibaté, el ejército aliado, de unos 2500 hombres, cercó a Ñanguirú y sus hombres y los exterminó. Quedaron en el campo de batalla 1.511 guaraníes muertos, entre ellos el propio caudillo Ñanguirú y 154 prisioneros, unos pocos centenares lograron huir. El ejército aliado sufrió solo 4 muertos (3 españoles y un portugués) y 30 heridos (10 españoles, entre ellos Andonaegui y 20 portugueses, entre ellos el capitán Luis Osorio). Al día siguiente entraron en San Miguel e instaron la rendición de los demás pueblos, que la aceptaron excepto San Lorenzo.

Luego de este sangriento encuentro, cesó la resistencia, y las misiones jesuíticas se despoblaron, volviendo los indios a los montes para escapar de los portugueses. El 22 de marzo en Chumiebí se produjo otro combate en donde fueron dispersados los guaraniés.

 
Ruinas de San Miguel.

Grupos guaraniés continuaron hostilizando el avance de los aliados y practicando la táctica de la tierra arrasada, quemando los pueblos de San Miguel y San Luis, aunque San Lorenzo fue capturado antes de que pudieran incendiarlo. Santo Ángel fue convertido en cuartel de las tropas españolas y San Juan Bautista de las tropas portuguesas. En mayo se produjo el último combate en San Miguel. El 8 de junio Andonaegui dio por terminada la guerra y supervisó la evacuación de los indígenas al occidente del río Uruguay, permaneciendo el ejército aliado durante diez meses en las Misiones, retirándose los portugueses hacia Río Pardo sin lograr ponerse de acuerdo sobre el límite en las cabeceras del río Ibicuy y sin entregar la Colonia del Sacramento a España el 12 de diciembre de 1757. En noviembre de 1756 Viana hace construir el fuerte de San Antonio del Salto Chico (hoy ciudad uruguaya de Salto).[2]​ Para resolver los puntos aún pendientes, los comisarios acordaron reunirse en la Junta de Yacuy el 1 de junio de 1758, pero no se llegó a un acuerdo sobre el Ibicuy.

Un historiador uruguayo cita al gobernador de Montevideo, Viana, que al entrar a San Miguel, una de las misiones y pueblo que el no conocía, habría exclamado: ¿Y éste es uno de los pueblos que nos mandan entregar a los portugueses? Debe de estar loca la gente de Madrid...

Sea verídica o no la anécdota y el lamento, las misiones jesuíticas no pasaron a manos de Portugal, ni Colonia del Sacramento a España, ya que poco después, en 1761, durante la Guerra de los Siete Años, el rey Carlos III logró anular el tratado de Madrid, que quedó sin efecto por medio del Tratado de El Pardo.

Consecuencias de la guerra

La guerra guaranítica significó el fin de la resistencia que ofrecieron los pueblos de las misiones del alto río Uruguay a la penetración portuguesa. A pesar de la campaña victoriosa que entre 1762 y 1763 dirigiera en el Río de la Plata contra los portugueses y británicos el comandante español Pedro de Ceballos, la diplomacia volvió a dar Colonia del Sacramento a los portugueses y las misiones (arruinadas y vacías) a España (Tratado de París, 1763). A pesar de que en una posterior campaña Ceballos destruiría Colonia (1777) y volvería a hacer retroceder a los portugueses en el actual territorio de Río Grande do Sul, las misiones al este del río Uruguay jamás se recuperaron del desastre aunque fueron reconstruidas. En 1801, durante la Guerra de las Naranjas, los lusobrasileños las ocuparon, con una tropa mínima al mando del comandante José Francisco Borges do Canto, incrementando su territorio en la Invasión portuguesa de 1811. Hubo breves períodos de reconquista: entre 1815-1820 Andrés Guazurary llegó a recuperar el control de gran parte del territorio ocupado, y al casi concluir la Guerra del Brasil las tropas argentinas y orientales al mando de Estanislao López y Fructuoso Rivera nuevamente lograron liberar el territorio, sin embargo la Convención Preliminar de Paz otorgó la parte de Misiones al este del río Uruguay al estado heredero de Portugal, Brasil. Por este motivo, gran parte de los habitantes de la zona nuevamente debió exiliarse, siendo parte de ellos los fundadores de la ciudad de Bella Unión (1829).

En cuanto a los jesuitas, acusados de ser los instigadores de la resistencia, pero sobre todo, vistos con malos ojos por los círculos de poder de Lisboa y Madrid, influidos por el despotismo ilustrado, y que los caracterizaron como un estado dentro del estado, incompatible con el absolutismo, poco tiempo les quedaba para maniobrar en 1759 fueron expulsados de Portugal y sus dominios por el Marqués de Pombal, y en 1767 de España y los suyos por Carlos III, quienes insistentemente pidieron a la Santa Sede la disolución de la Orden, a lo que finalmente accedería el papa Clemente XIV en 1773.

Algunos historiadores estiman en 10 000 los muertos entre los indios y en 150 los prisioneros.[3]

Principales líderes de la rebelión

  • Sepé Tiarayú: corregidor y alférez real de San Miguel y cacique general, muerto en 1756.
  • Nicolás Ñanguirú: corregidor de Concepción, sucedió a Sepé en el comando general de la guerra. Murió en 1756 en la batalla de Caybaté.
  • Cristóforo Acatú: cacique de San Luis Gonzaga.
  • Bartolomé Candiú: cacique de Santo Ángelo.
  • Santiago Pindó:
  • Miguel Javat: corregidor de San Luis Gonzaga.

Véase también

Referencias

  1. Territorio digital
  2. Territorio digital
  3. Jean Lacouture (2006). Jesuítas. Tomo I. Barcelona: Editorial Paidós, pp. 516. ISBN 84-493-1907-2.

Enlaces externos

  •   Wikisource contiene obras originales de o sobre Guerra Guaranítica.
  •   Datos: Q2427419
  •   Multimedia: Guarani War

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La Guerra Guaranitica fue el conflicto armado en el territorio de las Misiones Orientales actual Estado de Rio Grande del Sur pertenecientes a la Banda Oriental actual Uruguay y que enfrento entre 1754 y 1756 a los indigenas guaranies de las misiones jesuiticas y las fuerzas espanolas y portuguesas como consecuencia del Tratado de Madrid o Tratado de Permuta firmado en 1750 Las Misiones Orientales abarcaban cerca de 500 000 kilometros cuadrados de territorios dentro del cual estaban los siete prosperos pueblos de San Luis Gonzaga San Nicolas San Francisco de Borja San Miguel San Lorenzo San Juan Bautista y Santo Angel ademas de estancias pertenecientes a las reducciones de Concepcion Apostoles Santo Tome Yapeyu y La Cruz que se hallaban al occidente del rio Uruguay debian ser entregados a Portugal y en el termino de un ano 29 191 guaranies debian salir de la region con todos sus bienes y trasladarse al occidente del rio Uruguay o quedarse y aceptar la soberania portuguesa Guerra GuaraniticaParte de la Invasion lusa a las Misiones OrientalesLocalizacion de las reducciones jesuiticas mas importantes con las divisiones politicas actualesFecha1754 a 1756LugarMisiones OrientalesConflictoConquista portuguesa de las Misiones OrientalesResultadoVictoria hispano lusa Ratificacion del Tratado de Permuta Declaracion de la frontera entre Espana y Portugal en Sudamerica Abandono total de las misiones orientales por parte de los guaraniesCambios territorialesEl oriente del rio Uruguay queda bajo soberania portuguesaBeligerantesJesuitas Guaranies convertidos Imperio Portugues Imperio Espanol BandeirantesUnidades militaresIndios GuaraniesFuerzas jesuiticas Fuerzas Realistas Espanolas Fuerzas Realistas del Imperio Portugues Fuerzas Bandeirantes Paulistas editar datos en Wikidata Indice 1 Tratado de Madrid 2 Prolegomenos del conflicto 3 Desarrollo de la guerra 4 Consecuencias de la guerra 5 Principales lideres de la rebelion 6 Vease tambien 7 Referencias 8 Enlaces externosTratado de Madrid EditarLa politica conciliadora del segundo de los Borbones espanoles Fernando VI que entendio prudente para Espana el alejarse de los conflictos internacionales en un tiempo de reconstruccion de su potencia economica y militar en el mundo es la explicacion fundamental para el tratado de Madrid del ano 1750 Por este tratado las misiones jesuiticas de la cuenca del alto Uruguay eran permutadas por la posesion de la Colonia del Sacramento plaza portuguesa en la orilla izquierda del Rio de la Plata que desde su fundacion en 1680 habia pasado repetidamente de manos espanolas a portuguesas El fundamento de este canje era para la corona espanola el asegurarse el dominio de la entrada de la cuenca del Rio de la Plata puesto en entredicho por la existencia de Colonia la cual si bien los espanoles habian podido tomar militarmente durante los diversos conflictos en que se vieron enfrentados a los lusitanos en la primera mitad del siglo XVIII sistematicamente volvian a entregarla a Lisboa en las mesas de negociacion que ponian fin a las guerras Sin embargo la cesion de las misiones jesuiticas a los portugueses era un precio oneroso para los obsesionados dirigentes politicos espanoles Desde su establecimiento en 1609 los jesuitas habian podido crear una barrera real a la penetracion portuguesa en el Rio de la Plata y el Paraguay conformando de hecho las unicas poblaciones permanentes en una frontera irresoluta y tradicionalmente despoblada hecho que habia facilitado el avance lusitano sobre ella Por otra parte los jesuitas habian conseguido con la persuasion lo que los conquistadores rara vez pudieron con la espada la pacificacion del indio en aquella zona de America y su conversion en trabajador disciplinado y convertido al cristianismo Este valor agregado que los indigenas misioneros tenian su integracion social y la productividad de que eran capaces los convirtio en objeto de la codicia de los bandeirantes expediciones de caceria de indios que partiendo de ciudades como San Pablo en el Brasil portugues buscaban de proveer de esclavos mas baratos que los negros africanos a los hacendados portugueses para sus explotaciones agricolas Durante todo el transcurso del siglo XVII y la primera mitad del siglo siguiente las bandeiras y los indigenas misioneros dirigidos por los jesuitas se enfrentaron en sangrientos choques generalmente favorables a estos ultimos como por ejemplo la batalla de Mborore sobre un afluente del curso superior del rio Uruguay en 1641 De cualquier manera la corona espanola prefirio entregar estos dominios a cambio de Colonia y el Tratado de Madrid asi lo sanciono Para las comunidades indigenas dirigidas por los religiosos las perspectivas aparecian como funestas lo que desencadeno la resistencia a la entrega del territorio Articulo XIV Su Majestad Catolica en su nombre y de sus herederos cede para siempre a la Corona de Portugal todo lo que por parte de Espana se halla ocupado o que por cualquiera titulo o derecho pueda pertenecerle en cualquiera parte de las tierras que por los presentes articulos se declaran pertenecientes a Portugal desde el monte de los Castillos Grandes y su falda meridional y ribera del mar hasta la cabecera y origen principal del rio Ibicui Y tambien cede todos y cualesquiera pueblos y establecimientos que se hayan hecho por parte de Espana en el angulo de tierras comprendido entre la ribera septentrional del rio Ibicui y la oriental del Uruguay y los que se puedan haber fundado en la margen oriental del rio Pepiri y el pueblo de Santa Rosa y otros cualesquiera que se puedan haber establecido por parte de Espana en la ribera del rio Guapore a la parte oriental Articulo XVI De los pueblos o aldeas que cede Su Majestad Catolica en la margen oriental del rio Uruguay saldran los misioneros con los muebles y efectos llevandose consigo a los indios para poblarlos en otras tierras de Espana y los referidos indios podran llevar tambien todos sus muebles bienes y semibienes y las armas polvora y municiones que tengan en cuya forma se entregaran los pueblos a la Corona de Portugal con todas sus casas iglesias y edificios y la propiedad y posesion del terreno Los que se ceden por ambas Majestades Catolica y Fidelisima en las margenes de los rios Pequiri Guapore y Maranon se entregaran con las mismas circunstancias que la Colonia del Sacramento segun se previno en el articulo XIV y los indios de una y otra parte tendran la misma libertad para irse o quedarse del mismo modo y con las mismas calidades que lo podran hacer los moradores de aquella plaza solo que los que se fueren perderan la propiedad de los bienes raices si los tuvieren Prolegomenos del conflicto EditarEn septiembre de 1750 llegaron a las Misiones las primeras noticias sobre el tratado el superior de las reducciones Bernardo Nusdorffer dio ordenes de mantenerlas en secreto hasta que se hicieran oficiales para evitar reacciones En abril de 1751 llego a Buenos Aires la comunicacion oficial del Tratado de Madrid junto con una carta del General de la Compania de Jesus Francisco Retz ordenando el cumplimiento del mismo En febrero de 1751 los caciques minuanes y charruas rompen la paz tras 9 anos del acuerdo con Juan Antonio de Artigas y atacan Montevideo Entre marzo y abril de 1752 Nusdorffer comunico oficialmente a los cabildos y caciques de los siete pueblos y de los cinco que tenian estancias en el territorio que tenian un ano de plazo para abandonar su tierra recibiendo por respuesta una negativa rotunda 1 A mediados de 1752 el cabildo y los caciques de San Juan Bautista se declararon en rebeldia y tomaron las armas de fuego que se mantenian bajo llave por los jesuitas poco despues ocurrio lo mismo en San Miguel Santo Angel y luego los demas pueblos La situacion quedo fuera de control y en mayo de 1753 los rectores jesuitas de cada pueblo presentaron sus renuncias pero fueron rechazadas por el obispo y por el gobernador de Buenos Aires En septiembre de 1752 comenzaron por parte de una comision de las dos coronas los trabajos de demarcacion de la frontera hispano portuguesa en la zona Los demarcadores estaban al mando de Gomez Freire de Andrada portugues mas tarde conde de Bobadella y de Gaspar de Munive marques de Valdelirios espanol quien era ministro plenipotenciario y comisario regio con poderes de superioridad sobre virreyes gobernadores y demas autoridades espanolas en esa parte de America El 23 de diciembre de 1752 colocaron el primer marco en Castillos Grandes en la costa del Oceano Atlantico y se dirigieron hacia el norte Los hitos de piedra tenian labrados las iniciales de los titulos de los reyes en la cara que estaba orientada hacia sus dominios R C Rey Catolico del lado espanol y R F Rey Fidelisimo del lado portugues ademas de ostentar los escudos de armas de ambos reinos y las leyendas respectivas escritas en latin Sub Joanne V Lusitanorum Rege Fidelissimo Bajo Juan V rey Fidelisimo de Portugal y Sub Ferdinandus VI Hispaniae Rege Catholice Bajo Fernando VI rey Catolico de Espana ademas de la frase Ex pactis regendorum Finium Comentis Matriti Idibus Januari MDCCL Por el pacto hecho entre los reyes en Madrid en los idus de enero de 1750 Tanto despliegue de latinismo y orfebreria fronteriza hablaba de un deseo de fijar la frontera a perpetuidad entre ambas coronas pero no fue argumento suficiente como para convencer a los indigenas guaranies El 27 de febrero de 1753 los demarcadores llegaron al punto de inicio del territorio misionero en la capilla del puesto de Santa Tecla dependiente de San Miguel actual Bage En ese lugar debia encontrarse el jesuita Tadheo Ennis para recibir a los demarcadores pero estos se encontraron con una guarnicion armada guarani que les impidio el paso a sus territorios Los trabajos de demarcacion se suspendieron retirandose los portugueses hacia Colonia y los espanoles hacia Montevideo Luis Altamirano se dirigio a los pueblos para intentar convencerlos de cumplir la orden de abandono pero debio regresar a Buenos Aires el 3 de marzo de 1753 sin lograrlo El marques de Valdelirios y el padre Luis Altamirano de la Compania de Jesus integrantes de la comision de demarcacion fueron incapaces de hacer desistir a los habitantes de las Misiones Orientales de pasar a ser subditos de la corona portuguesa expresamente los pueblos de habla guarani declararon en el parlamento de Santa Tecla que querian mantenerse dentro del area hispana los espanoles se consideraron obligados a cumplir las estipulaciones del tratado con la corona portuguesa dando origen al conflicto principios de 1754 Desarrollo de la guerra EditarA principios de 1754 el marques de Valdelirios llego a Buenos Aires procedente de Espana portando una Real Cedula por la que el rey ordenaba al gobernador de Buenos Aires Jose de Andonaegui tomar inmediatamente por la fuerza los siete pueblos y entregarselos a los portugueses En una junta celebrada en la isla Martin Garcia entre Valdelirios Gomes Freyre y Andonaegui se acordo que ademas de los cuerpos veteranos se convocarian milicias de Montevideo Santa Fe y Corrientes Andonaegui en mayo de 1754 concentro 1 500 soldados en el lugar denominado Rincon de las Gallinas hoy Rincon de Haedo en la confluencia del rio Negro con el Uruguay y avanzo hacia la estancia de Yapeyu a donde llego en junio Sin embargo el mal tiempo imposibilito la campana y una columna destacada hacia Yapeyu fue aniquilada por los guaranies al mando de Rafael Paracatu cacique de Yapeyu por lo que Andonaegui desistio de continuar y se retiro desde el rio Ibicuy hasta el Salto Chico del rio Uruguay el 10 de agosto siendo hostilizadas sus tropas por los rebeldes aunque lograron capturar a Paracatu en el combate del Dayman y llevarlo a Buenos Aires Las fuerzas portuguesas sufrieron los mismos problemas climaticos y los ataques guaranies al mando del capitan Jose Sepe Tiarayu quien ataco el Fuerte Jesus Maria Jose de Rio Pardo donde fue vencido y capturado entre marzo y abril de 1754 pero la noche anterior a su ejecucion burlo la guardia y logro escapar Los portugueses tambien debieron abandonar la campana tras un armisticio celebrado en noviembre de 1754 en el rio Yacui Charruas guenoas y minuanes hicieron causa comun con los guaranies y hostilizaron a los aliados ademas de vigilar sus movimientos Combates como el de Dayman mostraron una superioridad ostensible de los aliados frente a las tropas indigenas Estas que tenian conocimiento del manejo de las armas de los blancos por su eterna lucha contra las bandeiras se vieron superadas rapidamente En varios encuentros los indigenas llegaron a utilizar canones cuya estructura era de cana tacuaruzu del grueso de un brazo pero que no hicieron mella en los invasores Las fuerzas espanolas mandadas por el gobernador de Buenos Aires Jose de Andonaegui y el flamante gobernador de Montevideo Jose Joaquin de Viana y las portuguesas dirigidas por el gobernador de San Pablo y Rio de Janeiro Gomes Freire de Andrade decidieron combatir juntas contra los sublevados en diciembre de 1755 quienes siguieron como jefe supremo al cacique Sepe o Sepee cuyo nombre de bautismo era Jose Sepe Tiarayu En febrero de 1756 las fuerzas de Andonaegui reforzadas por 150 soldados procedentes de Espana junto con 1 670 hombres del gobernador de Montevideo 1200 soldados portugueses al mando de Gomes Freire se reunieron en Santa Tecla para avanzar sobre San Miguel Los guaranies evitaron dar batalla y se limitaron a realizar una guerra de guerrillas En la sierra de Batovi en uno de los encuentros de las guerrillas guaranies con una columna aliada el gobernador Viana mato personalmente a Sepe de un tiro de pistola La jefatura del ejercito indigena recayo en manos de otro caudillo Nicolas Nanguiru palabra que en guarani significaria flecha del diablo otrora corregidor del pueblo de Concepcion El 10 de febrero de 1756 al pie del cerro Caibate el ejercito aliado de unos 2500 hombres cerco a Nanguiru y sus hombres y los extermino Quedaron en el campo de batalla 1 511 guaranies muertos entre ellos el propio caudillo Nanguiru y 154 prisioneros unos pocos centenares lograron huir El ejercito aliado sufrio solo 4 muertos 3 espanoles y un portugues y 30 heridos 10 espanoles entre ellos Andonaegui y 20 portugueses entre ellos el capitan Luis Osorio Al dia siguiente entraron en San Miguel e instaron la rendicion de los demas pueblos que la aceptaron excepto San Lorenzo Luego de este sangriento encuentro ceso la resistencia y las misiones jesuiticas se despoblaron volviendo los indios a los montes para escapar de los portugueses El 22 de marzo en Chumiebi se produjo otro combate en donde fueron dispersados los guaranies Ruinas de San Miguel Grupos guaranies continuaron hostilizando el avance de los aliados y practicando la tactica de la tierra arrasada quemando los pueblos de San Miguel y San Luis aunque San Lorenzo fue capturado antes de que pudieran incendiarlo Santo Angel fue convertido en cuartel de las tropas espanolas y San Juan Bautista de las tropas portuguesas En mayo se produjo el ultimo combate en San Miguel El 8 de junio Andonaegui dio por terminada la guerra y superviso la evacuacion de los indigenas al occidente del rio Uruguay permaneciendo el ejercito aliado durante diez meses en las Misiones retirandose los portugueses hacia Rio Pardo sin lograr ponerse de acuerdo sobre el limite en las cabeceras del rio Ibicuy y sin entregar la Colonia del Sacramento a Espana el 12 de diciembre de 1757 En noviembre de 1756 Viana hace construir el fuerte de San Antonio del Salto Chico hoy ciudad uruguaya de Salto 2 Para resolver los puntos aun pendientes los comisarios acordaron reunirse en la Junta de Yacuy el 1 de junio de 1758 pero no se llego a un acuerdo sobre el Ibicuy Un historiador uruguayo cita al gobernador de Montevideo Viana que al entrar a San Miguel una de las misiones y pueblo que el no conocia habria exclamado Y este es uno de los pueblos que nos mandan entregar a los portugueses Debe de estar loca la gente de Madrid Sea veridica o no la anecdota y el lamento las misiones jesuiticas no pasaron a manos de Portugal ni Colonia del Sacramento a Espana ya que poco despues en 1761 durante la Guerra de los Siete Anos el rey Carlos III logro anular el tratado de Madrid que quedo sin efecto por medio del Tratado de El Pardo Consecuencias de la guerra EditarLa guerra guaranitica significo el fin de la resistencia que ofrecieron los pueblos de las misiones del alto rio Uruguay a la penetracion portuguesa A pesar de la campana victoriosa que entre 1762 y 1763 dirigiera en el Rio de la Plata contra los portugueses y britanicos el comandante espanol Pedro de Ceballos la diplomacia volvio a dar Colonia del Sacramento a los portugueses y las misiones arruinadas y vacias a Espana Tratado de Paris 1763 A pesar de que en una posterior campana Ceballos destruiria Colonia 1777 y volveria a hacer retroceder a los portugueses en el actual territorio de Rio Grande do Sul las misiones al este del rio Uruguay jamas se recuperaron del desastre aunque fueron reconstruidas En 1801 durante la Guerra de las Naranjas los lusobrasilenos las ocuparon con una tropa minima al mando del comandante Jose Francisco Borges do Canto incrementando su territorio en la Invasion portuguesa de 1811 Hubo breves periodos de reconquista entre 1815 1820 Andres Guazurary llego a recuperar el control de gran parte del territorio ocupado y al casi concluir la Guerra del Brasil las tropas argentinas y orientales al mando de Estanislao Lopez y Fructuoso Rivera nuevamente lograron liberar el territorio sin embargo la Convencion Preliminar de Paz otorgo la parte de Misiones al este del rio Uruguay al estado heredero de Portugal Brasil Por este motivo gran parte de los habitantes de la zona nuevamente debio exiliarse siendo parte de ellos los fundadores de la ciudad de Bella Union 1829 En cuanto a los jesuitas acusados de ser los instigadores de la resistencia pero sobre todo vistos con malos ojos por los circulos de poder de Lisboa y Madrid influidos por el despotismo ilustrado y que los caracterizaron como un estado dentro del estado incompatible con el absolutismo poco tiempo les quedaba para maniobrar en 1759 fueron expulsados de Portugal y sus dominios por el Marques de Pombal y en 1767 de Espana y los suyos por Carlos III quienes insistentemente pidieron a la Santa Sede la disolucion de la Orden a lo que finalmente accederia el papa Clemente XIV en 1773 Algunos historiadores estiman en 10 000 los muertos entre los indios y en 150 los prisioneros 3 Principales lideres de la rebelion EditarSepe Tiarayu corregidor y alferez real de San Miguel y cacique general muerto en 1756 Nicolas Nanguiru corregidor de Concepcion sucedio a Sepe en el comando general de la guerra Murio en 1756 en la batalla de Caybate Cristoforo Acatu cacique de San Luis Gonzaga Bartolome Candiu cacique de Santo Angelo Santiago Pindo Miguel Javat corregidor de San Luis Gonzaga Vease tambien EditarLa misionReferencias Editar Territorio digital Territorio digital Jean Lacouture 2006 Jesuitas Tomo I Barcelona Editorial Paidos pp 516 ISBN 84 493 1907 2 Enlaces externos Editar Wikisource contiene obras originales de o sobre Guerra Guaranitica La guerra de los siete pueblos Datos Q2427419 Multimedia Guarani War Obtenido de https es wikipedia org w index php title Guerra Guaranitica amp oldid 139161001, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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