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Guerra del Brasil

La Guerra del Brasil, Guerra argentino-brasileña o Guerra rioplatense-brasilera (Guerra da Cisplatina en portugués) fue un conflicto armado entre las Provincias Unidas del Río de la Plata —que recientemente se habían independizado del Reino de España— y el Imperio del Brasil —que a su vez también se había independizado del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve—, por la posesión de los territorios que corresponden a la actual República Oriental del Uruguay y parte del actual estado brasileño de Río Grande del Sur y que tuvo lugar entre 1825 y 1828.

Guerra del Brasil
Parte de Guerras Platinas
Fecha 25 de octubre de 1825 - 28 de agosto de 1828
Lugar La Banda Oriental (actual Uruguay),
Río de la Plata,
Río Grande del Sur (Sur de Brasil),
Carmen de Patagones (sur de la Provincia de Buenos Aires)
Casus belli Invasión luso-brasileña de 1816
Cruzada libertadora
Conflicto Disputa territorial entre el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Río de la Plata[1]
Resultado Convención Preliminar de Paz
Consecuencias Creación del Estado Oriental del Uruguay
Beligerantes
Comandantes
Fuerzas en combate
6000 (1825)[2]
7700 (1826)[3]
8000 (1826-1827)[4]
5800 (1825)[5]
6300 (1826)[3]
8000 (1826-1827)[6]

En 1816, numerosas y bien pertrechadas fuerzas del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve comenzaron la invasión luso-brasileña de la Provincia Oriental —anteriormente llamada la Banda Oriental— y de la casi totalidad de Misiones, realizando también incursiones en las provincias de Corrientes y Entre Ríos.

En 1821 la Provincia Oriental, tras ser derrotado José Gervasio Artigas el año anterior en la Batalla de Tacuarembó, fue anexada al Brasil con el nombre de Provincia Cisplatina.

Cinco años después, en 1825, y con el apoyo del gobierno argentino, un grupo de orientales y de otras provincias, llamado los Treinta y Tres Orientales y liderado por Juan Antonio Lavalleja, ingresó en la Provincia Oriental para desalojar a los ocupantes brasileños. Con la posterior ayuda de Fructuoso Rivera, en pocos meses logró retirar al ejército brasileño y el 25 de agosto, en el Congreso de Florida, declaró la independencia de la Provincia Oriental del Brasil y su unificación con las demás provincias que conformaban las Provincias Unidas del Río de la Plata o Argentina. Brasil declaró la guerra a Argentina.

Si bien al comienzo de las hostilidades las fuerzas imperiales eran mayores a las republicanas, las Provincias Unidas derrotaron a Brasil en muchas batallas en una lucha de tres años por tierra y mar, siendo la Batalla de Ituzaingó la más importante. No obstante, las fuerzas argentinas nunca lograron capturar Montevideo ni penetrar profundamente en territorio brasileño y esto, sumado al hecho de que Brasil obtuvo mejores resultados en el mar al destruir la mayor parte de la pequeña flota argentina, derivó en que Brasil obtuvo al final términos más favorables en el tratado de paz.[7]

Sin embargo, los problemas económicos y políticos generados en ambos estados, en especial, el bloqueo de la Armada de Brasil al puerto de Buenos Aires y el impasse en tierra (dado que Colonia del Sacramento y Montevideo estuvieron bajo el control de Brasil durante todo el conflicto) aconsejaron iniciar las tratativas de paz. En 1827, el ministro plenipotenciario argentino Manuel José García, excediéndose en su misión, firmó la Convención Preliminar de Paz de 1827 con los representantes brasileños que reconocía la soberanía del Imperio sobre la Provincia Oriental y se comprometía a pagarle a Brasil una indemnización de guerra. El presidente Bernardino Rivadavia la declaró como el «tratado deshonroso», rechazándola y presentando posteriormente su renuncia.

El conflicto continuó hasta el 27 de agosto de 1828, cuando los representantes del gobierno de la República de las Provincias Unidas del Río de la Plata y los del Emperador del Brasil, Pedro I, firmaron la Convención Preliminar de Paz de 1828, que acordó la independencia de la Provincia Oriental y el cese de las hostilidades.

Antecedentes

España y Portugal en la Cuenca del Plata

En 1494, poco después del Descubrimiento de América, el Tratado de Tordesillas fijó los límites entre los dominios de España y Portugal en América del Sur a lo largo de una línea que, en la práctica, resultó muy difícil de determinar, aunque distintos autores coincidieron en fijarla alrededor del meridiano 46º O.[8]​ Por ello las fundaciones portuguesas en la costa del Brasil se extendieron hasta São Vicente.[9]​ En la práctica, la colonización portuguesa del Brasil nunca respetó totalmente ese límite, y en el interior la colonización se extendió mucho más al oeste, sobre todo en la región de São Paulo y continuando a partir de la década de 1540 hacia el Sur, llegando hasta la localidad de Laguna.

Desde principios del siglo XVII, los colonizadores portugueses consideraron como su límite natural al Río de la Plata. En fecha tan temprana como el año 1631 ya existía cartografía que consideraba que la margen izquierda de este río era de soberanía portuguesa.[10]​ En 1680, aprovechando la ausencia de colonización española en la región, el Maestre de Campo Manuel de Lobo fundó la Colonia del Sacramento en la costa norte del Río de la Plata, fijando la pretensión de Portugal de extender su dominio hasta aquella región. Si bien fue inmediatamente expulsado por fuerzas españolas provenientes de Buenos Aires al mando del gobernador José de Garro, la corona española prefirió conservar la paz con Portugal y devolver la Colonia.[11]​ Durante casi un siglo, la Colonia fue varias veces capturada por fuerzas españolas y otras tantas, rápidamente devuelta a Portugal.[12]

En el marco de la Guerra de Sucesión Española (1701-1713) a fines de 1704 el Virrey del Perú Melchor Portocarrero Lasso de la Vega ordenó al maestre de campo Juan Valdez la captura de Colonia que, tras un prolongado sitio, es ocupada en marzo de 1705. El tratado de Utrecht que puso fin a la guerra estableció que esa ciudad volviera a la soberanía portuguesa.[13]

Un nuevo intento de colonización portuguesa fue frenado por la fundación de la ciudad de Montevideo en 1724.[14]​ A ello respondieron los portugueses con la ocupación de la actual Río Grande del Sur en 1737.[15]

En 1750, el Tratado de Madrid, también llamado Tratado de Permuta, anuló la Línea de Tordesillas y fijó un nuevo límite entre las colonias portuguesas y españolas en América del Sur, adjudicándole a Portugal las Misiones Orientales que tenía España a cambio de la posesión de Colonia; el Tratado trajo serios conflictos en la región ya que los guaraníes resistieron la ocupación portuguesa, dando lugar a la Guerra Guaranítica entre 1754 y 1756.[16]​ El pacto de Madrid se revirtió en 1761: así Colonia retornó bajo la soberanía portuguesa.

En 1762, España y Francia estaban en guerra contra Inglaterra y Portugal. Una escuadra anglo-portuguesa, bajo el mando del comodoro O'Meara, se encontraba en el Río de la Plata. A pesar del peligro, el gobernador de Buenos Aires, Brigadier Pedro Antonio de Cevallos, organizó una expedición de unos 2700 hombres que llegó por sorpresa a Colonia,[17]​ y logró la capitulación el día 2 de noviembre. Se capturaron 26 barcos y 150 piezas de artillería, que fueron dispuestos para la defensa de la ciudad ante el inminente ataque de la escuadra británica.[18]

El ataque británico llegó el día 6 de enero de 1763. Durante tres horas se produjo un feroz bombardeo hasta que el disparo de un artillero porteño impactó en el arsenal de la fragata Lord Clive, en la que estaba O'Meara. Se produjo una explosión que destruyó inmediatamente la embarcación. Ante semejante pérdida el resto de la flota británica se retiró.[18]​ Cevallos continuó su marcha por Brasil ocupando Santa Tecla, Chuy, y San Pedro de Río Grande, la capital del estado portugués. Un tratado de paz nuevamente anuló los avances españoles en la región y Cevallos retornó a España decepcionado. En su lugar quedó como gobernador de Buenos Aires Francisco de Paula Bucarelli.[19]

En noviembre de 1776, el rey Carlos III creó el Virreinato del Río de la Plata y nombró virrey a Cevallos.[19]​ Este último zarpó al mando de 9300 hombres y entre febrero y marzo de 1777 ocupó todo lo que hoy es el sur del Brasil: Santa Catarina, y Río Grande do Sul, además de Colonia. En el Tratado de San Ildefonso, firmado ese año, España devolvió solo Santa Catalina y Río Grande; de modo que Colonia, Montevideo y Santa Tecla quedaron bajo su dominio.[20][21]​ Los virreyes del Río de la Plata se esforzaron en fundar pueblos en lo que ya se llamaba la Banda Oriental a partir de esa fecha, para asegurarse la soberanía efectiva de España sobre ese territorio.[22]​ La ciudad de Montevideo fue amurallada y contaba también con una fuerte guarnición militar.

Los dos tratados parecían dejar en claro que ambas potencias aceptaban la ocupación de territorio como fuente para reclamar la soberanía,[23]​ pero las recuerrentes guerras entre Portugal y España causaban la inestabilidad de los límites, y ningún tratado logró estabilizarlos: durante la Guerra de las Naranjas, en 1801, tropas portuguesas ocuparon las Misiones Orientales, sin que las fuerzas españolas del Virreinato del Río de la Plata pudieran hacer nada para impedirlo o recuperarlas.[21]

Ocupación portuguesa de la Banda Oriental

Desde que en 1808, a raíz de las guerras napoleónicas, la casa real portuguesa se instaló en Río de Janeiro, las pretensiones portuguesas sobre la Banda Oriental ―e incluso, a través del proyecto carlotista, sobre todo el Virreinato del Río de la Plata―[24]​ fueron en aumento.

El estallido de la Revolución de Mayo y la Revolución Oriental, y las Expediciones Libertadoras de la Banda Oriental dieron nuevo impulso a esas pretensiones, sobre todo cuando el último virrey, Francisco Javier de Elío, solicitó la intervención portuguesa en defensa de su dominio en la Banda Oriental. Ese pedido causó la invasión portuguesa de 1811, que duró hasta fines de 1812.[25]

Con la ruptura entre el caudillo federal José Artigas y el gobierno bonaerense, la situación en la Banda Oriental se destacó por la inestabilidad política y social. La victoria de Artigas, que a principios de 1815 ocupó Montevideo y todo el resto de la Banda Oriental, permitió ciertos avances democráticos y en el reparto de tierras entre los gauchos pobres.[26]​ Este avance democrático fue visto como una amenaza por el rey de Portugal, Juan VI, que ―aprovechando la debilidad de la Provincia Oriental, que no podía contar con apoyo del gobierno central― planeó la invasión de la Banda Oriental. Además fue impulsado a ello por los españoles exiliados de Montevideo cuando esta ciudad había caído en manos de los independentistas, y de los partidarios de distintos bandos de la misma ciudad, enemistados con Artigas.[27]

Portugal ambicionaba la Banda Oriental por dos razones principales: en primer lugar, si el Río de la Plata se transformaba en un río limítrofe, la navegación por el mismo sería libre para ambas naciones, lo cual le posibilitaría alcanzar la cuenca superior del río, en la cual estaba ubicada la mayor parte de la población alejada del mar del Imperio.[28]​ La otra razón de las ambiciones portuguesas estaba relacionada con la riqueza rural, especialmente ganadera, de la Banda Oriental, cuyo ganado cimarrón podría ser una fuente barata de alimentación para la población brasileña, especialmente para sus esclavos.[29]

Con la excusa de terminar con las fuerzas artiguistas, acusadas de atacar las estancias de los antiguos territorios españoles que Portugal ocupara en 1801 y que en 1816 fueran anexados al Brasil, la Invasión Luso-Brasileña se inició a mediados de 1816. A principios del año siguiente ya ocupaban Montevideo ―ciudad que fue ocupada gracias a una capitulación con el cabildo― y varias otras plazas.[30]​ La defensa del territorio fue dirigida por Artigas, el cual, aun cuando sufrió varias derrotas a manos de los invasores, logró sostenerse durante más de tres años en distintos puntos de la campaña.

Las desavenencias entre Artigas y varios de sus seguidores, que le exigían llegar a algún punto de arreglo con el gobierno de Buenos Aires, llevaron al abandono de estos de las filas artiguistas.[31]​ Finalmente, en enero de 1820, en la Batalla de Tacuarembó, Artigas fue definitivamente derrotado y expulsado del territorio, al que ya no volvería.[30]

El último resto de sus seguidores, acaudillado por Fructuoso Rivera, terminó por incorporarse al ejército portugués.[32]

El rey Juan VI quiso darle alguna forma legal a la ocupación, y ordenó al gobernador del territorio invadido, Carlos Federico Lecor, que organizara un Congreso Cisplatino que decidiera si ese territorio debería ser devuelto a las Provincias Unidas del Río de la Plata, incorporarse al Brasil ―opción que por razones diplomáticas no era la que el rey prefería― u obtener la independencia. Pero el gobernador Lecor digitó las elecciones hasta obtener un Congreso formado por sus seguidores y aliados; este Congreso declaró la incorporación de la Banda Oriental al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, con el nombre de Provincia Cisplatina.[33]

La Provincia Cisplatina

 
Bandera de la Provincia Cisplatina.

En 1822, el Imperio de Brasil se independizó de Portugal; durante la crisis subsiguiente, los dirigentes orientales intentaron lograr que las fuerzas portuguesas que ocupaban Montevideo, le entregaran la ciudad a ellos, aun cuando el interior de la Cisplatina estaba ocupada por las fuerzas leales al Brasil, comandadas por Lecor. Pero los portugueses entregaron Montevideo a Lecor, que siguió gobernando la Provincia Cisplatina en nombre del Emperador Pedro I.[34]​ No todo el territorio de la Banda Oriental quedó dentro de la Cisplatina: la fracción más septentrional pasó a depender la Capitanía de San Pedro del Río Grande del Sur. El 17 de octubre de ese año, en el Arroyo de la Virgen, el coronel Fructuoso Rivera, junto a Juan Antonio Lavalleja y los demás oficiales y tropa del Regimiento de Dragones de la Unión prestaron juramento solemne de fidelidad al emperador - juramento que no tardarían en violar.[35]

Durante esa crisis, los sectores orientales que intentaban expulsar a los brasileños pidieron ayuda a las provincias argentinas. La Provincia de Buenos Aires, la más cercana, rica y poderosa, se negó por completo a participar en cualquier campaña militar para liberar ese territorio. El único gobernante que prometió ayuda fue Estanislao López, de la provincia de Santa Fe, pero su gesto no pasó de buenas intenciones.[36]

Un grupo de oficiales orientales intentó organizar una revolución en el territorio oriental, pero fracasó en su intento debido a la habilidad política del gobernador Lecor. De modo que, dirigidos por Juan Antonio Lavalleja, se trasladaron a Buenos Aires, donde reunieron fondos y recursos bélicos, aportados sobre todo por estancieros y comerciantes, entre los cuales se destacaron Juan Manuel de Rosas y Pedro Trápani.[37]

Terminada la Guerra de la Independencia respecto a España, la opinión pública en Buenos Aires y en el Litoral exigía la recuperación del territorio ocupado, pero el gobernador Las Heras y especialmente su ministro Manuel José García tenían una posición más mesurada: afirmaban que una guerra había de ser preparada con cuidado.[38]​ Por su parte, el pueblo oriental intensificaba sus proyectos de liberación.[39]

Los Treinta y Tres Orientales y el Gobierno Nacional

Los Treinta y Tres Orientales

 
El Juramento de los Treinta y Tres Orientales, óleo de Juan Manuel Blanes.

Con el apoyo de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, fue organizada una pequeña expedición: al mando de Juan Antonio Lavalleja secundado por Manuel Oribe, los llamados Treinta y Tres Orientales partieron de la localidad bonaerense de San Isidro y desembarcaron en las costas orientales del río Uruguay, más exactamente en el lugar conocido como «Arenal Grande» o La Agraciada, el 19 de abril de 1825.[40]

Avisados con antelación, centenares de orientales se unieron a las fuerzas de Lavalleja. Una semana más tarde, fuerzas de Lavalleja tomaron prisionero al Comandante de Campaña imperial, el antiguo lugarteniente artiguista Fructuoso Rivera, a quien Lavalleja incorporó a sus fuerzas, en el hecho conocido como «Abrazo del arroyo Monzón».[41]​ Las fuerzas leales a Rivera se incorporaron a la Cruzada Libertadora de Lavalleja, comandadas por este y por el después general Julián Laguna.[42]

En una rápida campaña, las fuerzas revolucionarias ocuparon el interior del territorio, superando al ejército ocupante, que estaba muy debilitado desde la retirada de las fuerzas portuguesas. Por otro lado, el Emperador no había podido enviar refuerzos a Lecor, debido a que debía enfrentar una peligrosa revuelta en Pernambuco.[43]​ El 2 de mayo fue ocupada la villa de Canelones,[44]​ y el día 8 de mayo, Oribe puso sitio a Montevideo,[45]​ rechazando en una escaramuza a las fuerzas que quisieron disputarle el Cerrito de la Victoria.[46]

Desde Canelones, Lavalleja envió diversas columnas en todas direcciones: a Rivera hacia Durazno, a Leonardo Olivera hacia Maldonado, a Manuel Durán hacia San José de Mayo, más otra en dirección a Colonia. Simón del Pino defendería Canelones.[46]

El gobernador de Buenos Aires, Las Heras, organizó en el mes de mayo un Ejército de Observación, que se instaló en octubre en Concepción del Uruguay, sobre el río Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, bajo el mando del general Martín Rodríguez.[47]​ Estaba formado por dos escuadrones de caballería, tres compañías de infantería y cuatro piezas de artillería, a los cuales se agregaron 200 hombres de Entre Ríos, comandados por Pedro Espino.[48]​ Su comandante tenía instrucciones de prestar apoyo a los orientales únicamente si estos retrocedían hacia Entre Ríos, aunque de estas instrucciones se podía inferir que el objetivo no era facilitarles volver a la lucha, sino impedírselo.[49]

El Congreso de La Florida

 
 
Bandera de la Provincia Oriental del Uruguay, utilizada entre 1825 y 1828. Aprobada por el Congreso de Florida, está basada en la Bandera de los Treinta y Tres Orientales aunque ya sin el lema en la franja blanca.

Lavalleja convocó de inmediato a una asamblea de los representantes de los pueblos orientales; este se reunió en el pueblo de Florida el 14 de junio, formado por algunos representantes de los pueblos. Presidida por Manuel Calleros, este primer Gobierno Provisorio nombró a Lavalleja Brigadier General y Comandante en Jefe del Ejército. Su principal misión fue convocar a los representantes de todos los pueblos liberados, los cuales se reunieron en el llamado Congreso de La Florida el 20 de agosto. Este, presidido por Juan Francisco Larrobla, eligió a Lavalleja Gobernador y Capitán General de la Provincia Oriental, y sancionó el 25 de agosto tres leyes: por la Ley de Independencia, se proclamaba a la Provincia Oriental

«libre e independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquier otro del universo».

Por la Ley de Unión se proclamaba:

«Queda la Provincia Oriental del Río de la Plata unida a las demás de este nombre en el territorio de Sud América».

La tercera ley establecía la bandera de las tropas orientales, que sería la misma de tres colores que había usado Artigas.[50]

Primeras batallas

El primer combate de alguna envergadura fue el combate de Las Vacas, del 25 de junio, victoria oriental sobre tropas de desembarco, seguido por el combate de Arroyo Grande, en que se lució la caballería de Rivera sobre una avanzada enemiga. El 14 de agosto hubo un choque en Fraile Muerto, cerca del extremo oriental de la provincia, que resultó una victoria de Oribe sobre Bento Manuel Ribeiro.[46]​ El 18 de agosto, las fuerzas independentistas sitiaron la ciudad de Colonia.[44]

Otros combates se produjeron entre fines de agosto y principios de septiembre en San Francisco, Mercedes y las Puntas del Águila.[46]

En la primavera, las tropas libertadoras sumaban 3230 hombres, según un parte redactado por Lavalleja al gobierno en La Florida. Por su parte, los brasileños contaban con alrededor de 4200 hombres.[46]

El avance de los independentistas había dejado algunas fuerzas a retaguardia, la mayor parte de las cuales se habían retirado hacia el norte. Entre las que no lo habían hecho estaba una división que se encargaba de cuidar los caballos que necesitaba el ejército portugués, junto al río Uruguay; una audaz maniobra de Rivera le dio la victoria sobre estos enemigos en la Batalla del Rincón el 24 de septiembre.[51]​ Poco después, Lecor envió unos 2000 hombres, al mando de Bento Manuel Ribeiro, a atacar a los independentistas en su propia capital; Lavalleja alcanzó a reunir una fuerza equivalente, que alcanzó una completa victoria en la Batalla de Sarandí, del 12 de octubre.[44]​ Ese mismo día, la población de Buenos Aires atacó la residencia del embajador brasileño, por lo que este abandonó la ciudad.[52]

Las fuerzas orientales también lograron desalojar a los brasileños de Maldonado y de la Fortaleza de Santa Teresa, esta última liberada por fuerzas al mando de Leonardo Olivera, comandante militar de Maldonado, el último día de 1825.[46]

Solo a mediados de noviembre de 1825 comenzó el embarque en Río de Janeiro de las primeras tropas brasileñas para reforzar las derrotadas o sitiadas de la Banda Oriental. Al finalizar el año 1825, las fuerzas orientales en campaña sumaban 4245 hombres.[46]​ Debido a que enfrentaba algunas rebeliones en su contra ―que a la larga resultarían intrascendentes, pero en ese momento parecieron amenazar el Imperio― el gobierno imperial tardó mucho en poder reunir las tropas necesarias. Durante el posterior ataque rioplatense, los brasileños quedarían en inferioridad numérica frente al enemigo dentro de su propia provincia de San Pedro del Sur.[53]

Las victorias de las tropas orientales encendieron el patriotismo de la opinión pública porteña, que forzó al Congreso Argentino, reunido en esa ciudad, a aceptar la reincorporación de la Provincia Oriental el 25 de octubre de 1825,[54]​ y ese mismo día fueron aprobados los diplomas del diputado Javier Gomensoro, electo por la Provincia Oriental.[55]​ En respuesta, el Imperio declaró la guerra a las Provincias Unidas el día 10 de diciembre, e inmediatamente la poderosa escuadra brasileña bloqueó el puerto de Buenos Aires y la boca del Río de la Plata, bloqueo que se mantuvo hasta el final del conflicto, en 1828.[56]

La declaración de guerra fue respondida por el Congreso argentino el 1 de enero de 1826.[57]

Recursos bélicos

La guerra presentó desde su comienzo, dos fuerzas disímiles en material, recursos y hombres.[58]

Las Provincias Unidas del Río de la Plata recién habían concluido por el norte y el oeste la guerra de liberación respecto al Imperio español, por el noreste debieron afrontar la oportunista invasión lusobrasileña, que ocupó, tras las Misiones Orientales, toda la Banda Oriental y extensas regiones en el este de la Mesopotamia Argentina, actualmente correspondientes a las provincias argentinas de Misiones, Corrientes y Entre Ríos. Tras concluir la amenaza realista (española y proespañola), las Provincias Unidas debieron afrontar las tendencias secesionistas que desde la recién creada Bolivia terminaron con la existencia de la extensa provincia de Tarija.[cita requerida]

Las Provincias Unidas del Río de la Plata, en su sector actualmente argentino, poseían fronteras secas muy lábiles. Las diferencias de riquezas accesibles entre las Provincias Unidas y el Brasil eran abismales: prácticamente los únicos recursos exportables (que solo posibilitaban una muy magra redistribución, y con esto fuertes tensiones por la coparticipación) que entonces poseían las Provincias Unidas eran la exportación de cueros «en crudo» y la carne secada y salada, el tasajo. Por otra parte, existían entonces unas pocas, modestas y difícilmente accesibles minas de oro en Famatina, que apenas bastaban para la acuñación de unas pocas monedas. La escasa riqueza de las Provincias Unidas terminaron siendo factor de grave conflicto entre un gobierno centralista y los gobiernos provinciales.[cita requerida]

Por contrapartida, el Brasil ―aunque poseía también fuertes contradicciones― era un estado territorialmente muy extenso y monolítico, cohesionado y con mucha más población, con mayor posibilidad de reclutar efectivos para la guerra. Estos debieron ser reclutados a la fuerza, lo que no resultó una excesiva desventaja frente a la escasa colaboración de las provincias interiores argentinas. El Imperio se había independizado del Portugal tras unas breves y poco onerosas acciones bélicas.[59]

Aunque ―en comparación con su población― el mercado interno brasileño era débil, estaba mucho más desarrollado que el de las Provincias Unidas, y sus recursos económicos eran muy importantes a nivel internacional: explotación de millones de personas como mano de obra esclava, exportación de café, caña de azúcar, algodón, tabaco, pieles, maderas finas, pesca, bálsamos, tinturas, productos medicinales naturales, plumas llamativas, importantes minas de oro, diamantes y hierro. Incluso en cuanto a riquezas regionales, como cuero vacuno, tasajo y mate, el Brasil, tras haber anexado gradualmente territorios en la cuenca del Plata, había superado a todos los estados concurrentes.[60]

La situación geopolítica era absolutamente favorable para Brasil: se encontraba geográficamente mucho más cerca de sus mercados (Europa, América del Norte e incluso el África). Tal situación geopolítica también le permitía al Brasil interrumpir o dificultar enormemente el tránsito comercial entre las Provincias Unidas y los principales mercados de la época. La diferencia geopolítica a favor de Brasil se acentuaba en otros aspectos; mientras que Brasil poseía ya un extensísimo litoral marítimo ―por lo cual era impracticable todo intento de aplicarle bloqueos navales― las Provincias Unidas poseían casi exclusivamente una única salida y entrada para el comercio ultramarino: el Río de la Plata, fácilmente bloqueable.[cita requerida]

Brasil doblaba prácticamente la cifra de efectivos terrestres, y gran parte de las tropas a su servicio estaba constituida por mercenarios alemanes. No obstante, la diferencia en moral combativa y experiencia bélica contaba enteramente a favor de las Provincias Unidas, con tropas de larga experiencia bélica debido a las guerras de independencia y civiles, y convencidas además de la justicia de su causa.[61]

Respecto de su flota de guerra, que contaba cerca de 80 unidades, solo destacó en el Plata unas 50, mientras que las Provincias Unidas disponían tan solo de unos pocos barcos ―llegaron a reunir catorce― en su mayoría pequeños y medianos navíos mercantes improvisados para combatir, uno de medio tonelaje y algunas lanchas cañoneras.[62]

Organización del Ejército Argentino

El Congreso Nacional Argentino ―primera vez que se usó ese nombre oficialmente― cohesionó a todas las provincias, las cuales, según sus posibilidades, enviaron contingentes para formar el Ejército de Observación. Poco después de la declaración de Guerra, el Congreso, entendiendo que debía centralizar las decisiones militares, económicas y diplomáticas, creó un Poder Ejecutivo nacional el 8 de febrero de 1826, eligiendo como presidente de las Provincias Unidas a Bernardino Rivadavia.

Al estallar la guerra, el Ejército de las Provincias Unidas había dejado de existir; sus fuerzas habían quedado desperdigadas entre las provincias, y el único resto de ejército con algún carácter nacional se había incorporado al Ejército Unido Libertador del Perú. El 31 de mayo una ley del Congreso volvió a crear el Ejército Argentino.[63]

Un serio problema que enfrentaba Rivadavia era que su autoridad no estaba respaldada por una constitución, de modo que las provincias dieron su colaboración con mucha reticencia y suspicacia. Esta suspicacia fue en aumento cuando varios de los oficiales enviados al interior del país a reunir tropas utilizaron las fuerzas a su mando para hacer prevalecer el partido del presidente; el caso más destacado fue el de Gregorio Aráoz de Lamadrid, que derrocó al gobernador de la provincia de Tucumán, Javier López, y se hizo elegir gobernador en su lugar. La guerra entre Lamadrid y Facundo Quiroga impidió la incorporación de tropas de muchas provincias al Ejército nacional.[64]​ Las posteriores acciones del Congreso, en particular la sanción de la Constitución Argentina de 1826, de neto corte unitario, rechazada por la mayoría de las provincias del interior, disminuyeron aún más el aporte de las provincias al esfuerzo bélico.[65][66]

La comandancia de las tropas rioplatenses le fue propuesta al gobernador de Córdoba, Juan Bautista Bustos, con el propósito de lograr el máximo de adhesión de las provincias del Interior, de las cuales Bustos era uno de los principales referentes desde el Tratado de Benegas; pero Bustos declinó la oferta.[67]

En segundo lugar le fue ofrecida por los oficiales del Ejército al general José de San Martín, considerado en su momento el máximo estratega argentino, pero el general se negó a ofrecer al gobierno sus servicios, porque consideraba que estos serían rechazados por el presidente Rivadavia y su ministro de guerra, Carlos María de Alvear, dos de los más tenaces enemigos internos de San Martín.[68][69]

El ministro Alvear aprovechó su cargo para equipar generosamente al Ejército, mientras negociaba con los diputados y el presidente, de resultas de lo cual, poco después fue nombrado su comandante. Asumió el mando en Salto, ya en territorio oriental, adonde había trasladado el campamento el general Rodríguez. El Ejército Republicano ―nombre que le asignaron sus oficiales, para diferenciarlo del Ejército Imperial― se formó con aportes de la mayor parte de las provincias, aunque mucho más de la mitad provenían de Buenos Aires y la Provincia Oriental.[70]

El Ejército Imperial

El Ejército Imperial contaba con 12 420 hombres, diseminados en varios destinos: el grueso del mismo eran los 8500 hombres comandados por el Marqués de Barbacena en Santa Ana del Libramento. Otros 3000 hombres estaban estacionados en Montevideo y 1500 en Colonia. En el norte de la Provincia operaban dos cuerpos de milicias de caballería gaúcha ―es decir, gauchos lusoparlantes de Río Grande del Sur, al mando de Bento Manuel Ribeiro y Bento Gonçalves da Silva―.[71]

Las tropas brasileñas, excepción hecha de los gaúchos, eran mayoritariamente de infantería. Su artillería no era superior a la rioplatense, pero su poder de fuego en fusiles eran mucho mayor. Parte importante de la caballería y de la infantería eran mercenarios de origen alemán y agricultores del mismo origen, residentes en las colonias agrícolas establecidas en Santa Catarina en 1824. El comandante de estas tropas extranjeras era el mariscal de campo británico Gustave Henry Brown.[72]

El general Barbacena se había propuesto un ambicioso objetivo: en una carta al Emperador, lo invitaba a ocupar toda la Mesopotamia y el Paraguay. Incluso, comprendiendo mal la naturaleza del régimen confederal que propugnaban los caudillos de esas provincias, le proponía incitar a sus gobiernos a unirse voluntariamente al Imperio.[73]​ No obstante, cuando se produjera el avance republicano, Barbacena permanecería estrictamente a la defensiva, tal como lo anunció al Emperador a fines de enero del año siguiente.[74]

Guerra naval

 
Guillermo Brown, comandante de la escuadra argentina.

El primer acto hostil de buques de guerra brasileños fue la ocupación intermitente de la rada de la Ensenada de Barragán por varios buques de esa nacionalidad a partir del 13 de noviembre de 1825, aunque se limitaron a anclar en ese sitio y aprovisionarse de leña en las islas cercanas, pero no a desembarcar en tierra firme.[75]

En su declaración de guerra a las Provincias Unidas, el Emperador incluyó un párrafo autorizando el corso de forma expresa:

«Por tanto ordeno que por mar y tierra se le hagan todas las hostilidades posibles, autorizando el corso y el armamento que quieran emprender mis súbditos contra aquella nación; declarando que todas las tomas y presas, cualquiera sea su calidad, pertenecerán completamente a sus aprehensores, sin deducción alguna a beneficio del erario público.»
Declaración de guerra de Don Pedro I a las Provincias Unidas, 10 de diciembre de 1825.[76]

En consecuencia, el día 22 de diciembre de 1825, el vicealmirante Ferreira de Lobo estableció el bloqueo del puerto de Buenos Aires, y declaró que

«no van a pasar ni los pájaros»

La escuadra bloqueadora dominaría el Plata durante la casi totalidad del conflicto, trayendo enormes perjuicios comerciales.[77]

Comienzos de la guerra naval

Desde un principio, el gobierno argentino dio la máxima importancia a la guerra naval, tanto por la importancia económica de forzar el levantamiento del bloqueo, como por la estratégica de permitir transportes ágiles desde y hacia la Banda Oriental. Los argentinos intentaron contrarrestar la superioridad naval brasileña, logrando resultados espectaculares, aunque no concluyentes.

Es de notar que la mayor parte de los marinos de ambas escuadras eran originarios del Reino Unido.[78]

Lo primero que intentó el gobierno fue comprar en Valparaíso, Chile, algunos buques de la escuadra de ese país, a través del general Ignacio Álvarez Thomas y del coronel Ventura Vázquez. La operación resultó un desastre: de los tres buques que efectivamente fueron comprados, la fragata María Isabel naufragó al cruzar el Cabo de Hornos, muriendo en el hecho su capitán y 500 hombres, incluido el coronel Vázquez. La corbeta Independencia estaba en tan mal estado, que debió regresar al puerto de Talcahuano, donde meses más tarde debió ser vendida como leña. Únicamente la nave más pequeña, la corbeta Chacabuco logró llegar al Océano Atlántico, pero en tal estado que pasó meses reparándose en Carmen de Patagones. Aun así, prestaría importantes servicios, bajo el mando de su capitán Santiago Jorge Bynnon.[79]

La estrategia de las tropas argentinas consistió en el hostigamiento constante y sorpresivo. Al mando de la escuadra fue puesto el coronel mayor Guillermo Brown, marino irlandés nacionalizado argentino, que inició sus operaciones al mando de una flotilla muy reducida: aparte de varios buques mercantes menores, artillados para la guerra, solo contaba con una nave de gran porte: la Corbeta 25 de Mayo.

Al frente de ese buque y con 4 bergantines, 3 goletas y 9 lanchas cañoneras atacó el 9 de febrero a la escuadra enemiga, de superior capacidad de fuego, en el Combate de Punta Colares, de incierto resultado. Como resultado, Brown exigió y consiguió la separación del mando de su segundo jefe, Juan Bautista Azopardo, y tres capitanes más, por haber evitado entrar en combate.[80]

Dos semanas más tarde, Brown atacó, aunque sin éxito, la plaza artillada de Colonia del Sacramento. Pese al evidente fracaso y las graves pérdidas sufridas, la audacia de su ataque incitó a la escuadra brasileña a ser más prudente, con lo que se logró alejar por un tiempo el bloqueo más próximo a Buenos Aires. Un grave error estratégico brasileño permitió a los argentinos recuperar la isla Martín García, que había sido ocupada por la flota bloqueadora.[81]

El vicealmirante Lobo fue reemplazado en el mando de su escuadra. En su lugar ocupó el mando el almirante James Norton. Brown lanzó un audaz ataque al puerto de Montevideo, intentando capturar la fragata del comandante enemigo en dos oportunidades, en el mes de abril. Pese al doble fracaso, demostró que podía burlar el bloqueo. Además Brown continuó su camino hacia Montevideo, aunque no logró otras capturas; en su regreso, en cambio, se topó con la Fragata Nictheroy sobre el Banco Ortiz, encallando ambas e intercambiando disparos desde esa posición, con escasos daños en ambos buques. Tras escapar de la varadura, ambos buques se dirigieron a sus bases; estos hechos pusieron en ridículo a Norton, que fue reemplazado poco después, volviendo a asumir el mando el vicealmirante Ferreira de Lobo.[82]

El Combate de Los Pozos

 
Mapa del Río de la Plata (1826).

Las operaciones de la escuadra de Brown demostraron que el bloqueo no había sido suficientemente estricto, de modo que a fines de mayo, la escuadra brasileña formalizó tres líneas de bloqueo, desde la desembocadura del Plata hacia adentro, hasta enfrentar a Buenos Aires. Por dos veces, los días 23 y 25 de mayo, la escuadra brasileña intentó ataques parciales al puerto de Buenos Aires, sin resultado alguno.[83]

Aprovechando que una parte de la escuadra argentina había escoltado el traslado de un nuevo contingente de tropas a la Banda Oriental, el 11 de junio se presentó ante el puerto de Buenos Aires una poderosa escuadra enemiga, compuesta de 31 barcos. Allí se hallaba anclada solamente una parte de la flota de Brown, que solo disponía de 4 buques y 7 cañoneras. Antes de comenzar el combate, Brown arengó a sus hombres:

«Marinos y soldados de la República: ¿Véis esa gran montaña flotante? ¡Son los 31 buques enemigos! Pero no creáis que vuestro general abriga el menor recelo, pues no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la 25 de Mayo que será echada a pique antes que rendida. Camaradas: confianza en la victoria, disciplina y tres vivas a la Patria!»
«¡Fuego rasante, que el pueblo nos contempla!»

En efecto, gran parte de la población de la ciudad había subido a las azoteas de las casas y edificios públicos o se había agolpado en la playa para presenciar el combate. Este comenzó poco antes de las dos de la tarde, con sucesivas descargas de artillería. La escasa profundidad impidió a las naves brasileñas obtener completa ventaja de su superioridad numérica.

Al poco tiempo se presentaron a retaguardia de los brasileños dos buques argentinos, la goleta Río de la Plata, mandada por Leonardo Rosales y el bergantín General Balcarce, comandado por Nicolás Jorge, que evitaron a los buques enemigos y se unieron a la escuadra de Brown. Poco antes del atardecer, la flota brasileña se retiró.[84]

El pueblo de Buenos Aires recibió a Brown y a su tripulación con grandes manifestaciones de admiración.

La Batalla de Quilmes

El fracaso del ataque a Buenos Aires volvió a relativizar el bloqueo, oportunidad que la escuadra argentina aprovechó para pasar una gran cantidad de tropas y pertrechos a la Banda Oriental, burlando la vigilancia enemiga. Pero a su regreso, la flota republicana fue atacada en el Combate de Quilmes, del 29 y 30 de julio; el resultado fue de serios daños a la 25 de Mayo ―que debió ser desmantelada― y numerosas bajas, aunque todos los buques lograron llegar a Buenos Aires.[85]​ En esta batalla tuvo destacada actuación el coronel Tomás Espora.

Durante los meses siguientes la escuadra argentina no logró lanzar ataques de mayor importancia, y el bloqueo aumentó sus daños a la economía porteña. No obstante, un pequeño buque, con apoyo terrestre, logró desbaratar las operaciones navales brasileñas en Maldonado.

La Batalla de Juncal

 
La Batalla de Juncal fue el enfrentamiento naval más importante de la Guerra del Brasil y la mayor victoria de la marina argentina.

La larga inactividad de la flota argentina finalmente incitó a la escuadra enemiga a tomar la iniciativa: en los últimos días de 1826 se propuso ingresar al río Uruguay, cortando las comunicaciones entre la provincia de Entre Ríos y el ejército del general Alvear. Brown se adelantó a la maniobra y artilló la Isla Martín García. A continuación se instaló en la desembocadura del río Uruguay, desembarcando parte de sus hombres en Punta Gorda, en espera del regreso de la escuadra enemiga. Este se produjo el 8 de febrero, dándose inicio a la Batalla de Juncal, y el enfrentamiento naval de mayor importancia de la guerra.

Tras dos días de combate, de los 17 buques que habían ingresado en el río Uruguay, tres fueron destruidos, doce capturados y solo dos lograron escapar. El propio comandante Jacinto Roque de Sena Pereira se rindió, insistiéndolo en hacerlo a manos del capitán Francisco José Seguí.[86]​ No obstante, la batalla no cambió la relación de fuerzas, que siguió siendo favorable al Brasil.[87]

La guerra de corso

Pese a las victorias navales, el mayor daño que causaban los buques de guerra argentino era el de buques armados por particulares, con patente de corso. Estos recorrían la costa del Brasil en sucesivas campañas, capturando gran cantidad de buques mercantes. Posteriormente, el Emperador se quejaría a los diplomáticos argentinos de la acción de los corsarios, olvidando que en la declaración de guerra que él mismo firmara en diciembre de 1825, el primer recurso militar que había mencionado había sido, justamente, la guerra de corso.

En esas campañas se destacaron especialmente el propio general Brown ―que había lanzado una campaña de esas características entre los combates de Quilmes y de Juncal―[88]​ el navegante italiano César Fournier, y los marinos porteños Tomás Espora y Leonardo Rosales, con naves artilladas especialmente para esa actividad.

Para la guerra de corso, los argentinos llegaron a construir dos pequeños veleros (lugres) dotados con seis cañones por cada borda, llamados respectivamente «El hijo de Mayo» y «El hijo de Julio». Estos, como los demás buques corsarios, estaban impedidos de acercarse a Buenos Aires por el bloqueo, de modo que operaban principalmente desde puertos ocultos en la bahía de Samborombón, y en Carmen de Patagones y en la cercana Bahía San Blas, en la Patagonia. Allí reparaban sus buques y desembarcaban sus presas.

Batalla de Carmen de Patagones

La escuadra brasileña decidió dar un golpe sobre Carmen de Patagones, como medio para disminuir las acciones de los corsarios argentinos. Los brasileños consideraban que esa población debía estar desguarnecida, pero la captura a fines de 1825 de cuatro oficiales brasileños desembarcados en sus cercanías en misión de espionaje ―y buscando alianzas con los indígenas fieles a los hermanos Pincheira, exsoldados realistas devenidos bandoleros y caciques― había llevado al Comandante de Frontera de la Provincia de Buenos Aires, coronel Juan Manuel de Rosas, a fortificar la plaza y dotarla de tropas y armamento adicional.[89]

El 28 de febrero de 1827 cuatro naves brasileñas al mando del capitán británico James Shepherd llegaron a la boca del río Negro, uno de ellos el Duquesa de Goyaz varó en un banco de arena y naufragó, muriendo 40 de sus ocupantes, siendo rescatados los demás por el Constancia. Los otros dos barcos, la Itaparica y la Escudeira ingresaron en el río sorteando el bombardeo de la batería «La Pantomima», que fue desmantada. Continuaron remontando el río, perdiendo seis días valiosos que los defensores aprovecharon para organizarse. Finalmente, el 6 de marzo, desembarcó unos 600 efectivos y marchó sobre la villa del Carmen de Patagones. En el camino se extraviaron, y finalmente fueron rodeados en el Cerro de la Caballada, donde las milicias populares comandadas por el coronel Martín Lacarra y las tropas de línea del oficial Sebastián Olivera los destrozaron, muriendo en la acción el capitán James Shepherd. Obligados a retirarse por la quema de pastizales, al llegar hasta los buques, encontraron que estos habían sido ya capturados por los marinos al mando de Santiago Bynon, de modo que debieron rendirse.[90]​ Las dos banderas que se hallan expuestas en la iglesia parroquial de Carmen de Patagones como trofeo, atestiguan el triunfo argentino.[91]

Los brasileños también intentaron tomar el destacamento de la bahía San Blas, en el sur de la actual provincia de Buenos Aires.

Batalla de Monte Santiago

Con la llegada de la noticia de Patagones, el gobierno ordenó a Brown tomar nuevamente la ofensiva, zarpando desde la desembocadura del río Salado hacia las costas del Brasil. Cuando marchaba hacia su apostadero con cuatro embarcaciones, Brown fue alcanzado por 18 buques enemigos frente la Ensenada de Barragán, frente al punto conocido como Monte Santiago. Pese a la tenaz defensa de los buques argentinos, la Batalla de Monte Santiago, de los días 7 y 8 de abril de 1827, fue un completo desastre para la Armada Argentina, que perdió sus dos mejores buques y tuvo más de 100 bajas, entre ellas el comandante Francisco Drummond. La escuadra brasileña también perdió dos barcos, pero no tuvo tanto efecto debido a la superioridad numérica de la escuadra bloqueadora.[92][93]

Tras Monte Santiago ya no se podría combatir más en "línea de fila", ya no sería posible enfrentar abiertamente a unidades enemigas de mediano o mayor poder. La flota argentina quedó reducida a unas pocas goletas y cañoneras que solo alcanzaban para defender el puerto, hostigar los avances imperiales sobre el puerto del Salado al sur y por el norte dar apoyo de convoy a los transportes de refuerzos y abastecimientos al frente oriental. El embajador británico en Río de Janeiro, Sir Robert Gordon, escribiría a lord Ponsonby: "Los recursos de este Imperio parecen inmnensos y creyendo como yo que Brown —grande como es— no puede con sus goletas aniquilar a la armada brasileña, simplemente tendrá Ud. al bloqueo restablecido con mayor vigor". Así, la lucha en alta mar quedaría reducida por el resto de la contienda a los esfuerzos de los corsarios.

Últimos combates

Igualmente se mantuvieron las actividades de corso, en las que una vez más destacó el capitán Fournier, junto al capitán estadounidense Jorge De Kay. A lo largo de la guerra, cerca de 300 naves brasileñas fueron capturadas y saqueadas por corsarios argentinos.[94]

Por su parte, el coronel Espora recibió orden de coordinar sus operaciones con las fuerzas del comandante Olivera cerca de Maldonado, para transportar tropas a la desembocadura del río Grande, combinando el ataque con un avance terrestre entre la Laguna Merín y el mar, en una proyectada campaña sobre la costa de Castillos.[95]

Pero la mayor vigilancia imperial dio finalmente sus frutos: Fournier ―que anteriormente había perdido sus dos buques y había partido en una nueva y más exitosa campaña corsaria― naufragó en alta mar.[96]​ De Kay fue derrotado en un encuentro en la Ensenada de Barragán, donde perdió el bergantín General Brandsen.[97]

A su vez, Espora pasó semanas intentando combinarse con Olivera, que no estableció contacto con él. De modo que avanzó hasta Río Grande, donde capturó un bergantín y su cargamento. A su regreso, fue a su vez derrotado en el combate de los Bajíos de Arregui, sobre la Bahía de Samborombón, perdiendo su embarcación y viéndose obligado a rendirse; su tripulación pudo desembarcar.[98][95]

El bloqueo no había sido levantado, y sus efectos económicos serían, en definitiva, los que decidieran el resultado final de la guerra .[99]​ Por otro lado, la presión del Reino Unido para doblegar la intransigencia argentina ―que comenzó a atacar a los pocos navíos corsarios argentinos restantes, so pretexto de que practicaban «piratería»― obligó a una mucha mayor prudencia hasta la finalización de la guerra, y las acciones de corso cesaron casi por completo.[94]

A mediados de 1828, cuando se firmó la paz, el historiador militar británico Brian Vale afirma que las Provincias Unidas solo algunos buques para continuar el corso (el General Dorrego, por ejemplo) [100]​ La Marina de Brasil, a su vez, repuso sus pérdidas y todavía tenía 65 barcos armados, con 12.000 oficiales y soldados, y cada vez más fueron enviados al sur.[100]​ A pesar del ingenio de Brown y sus comandados, cuando la paz se celebró a mediados de 1828, la Marina de Brasil había asegurado el dominio militar, en la parte naval.[100]​ El bombardeo de Buenos Aires estaba en los planes de la Marina de Brasil, que hizo, a instancias del Comandante Pinto Guedes, una prueba en el 1 de febrero de 1828, y los preparativos continuaron en abril, cuando la mediación británica, para el acuerdo de paz, se aceptó .[100]

Operaciones del Ejército Republicano

Primeras acciones en la Provincia Oriental

Martín Rodríguez cruzó el río Uruguay el 28 de enero de 1826, instalándose en Paysandú, donde se incorporaron varios contingentes provenientes de Buenos Aires y del interior de las Provincias Unidas. Los cuerpos de Entre Ríos formaron el Regimiento n.º 1 de caballería, al mando del coronel Federico Brandsen; el batallón de Cazadores de Salta, que incluía también efectivos de Santiago del Estero fue transformado en el Regimiento n.º 2 de Caballería, al mando del coronel José María Paz, que los había llevado desde sus provincias de origen; desde Buenos Aires fueron enviados los Regimientos n.º 3, n.º 4 y n.º 16 de Caballería, al mando de los coroneles Manuel de Escalada, Juan Lavalle y José Valentín de Olavarría. El Regimiento n.º 15 era el que había organizado Gregorio Aráoz de Lamadrid, pero quedó en Tucumán, luchando en la guerra civil. Un Batallón de Cazadores al mando de Manuel Correa y uno de artillería ligera, al mando de Tomás de Iriarte, completaban el Ejército. Hasta entonces, eran solamente 2800 hombres, según el propio Rodríguez. El jefe de estado mayor era el general Miguel Estanislao Soler.[101]

El sitio de Montevideo persistió a todo lo largo de la guerra; las tropas a órdenes de Oribe no eran suficientes para conquistar la plaza, pero aun así lograron un importante triunfo en el cerro de Montevideo y el arroyo Pantanoso el 9 de febrero, rechazando una salida de las tropas sitiadas.[102]​ Posteriormente el general Lucio Norberto Mansilla dirigió el sitio durante algún tiempo, para dejarle nuevamente el mando a Oribe meses más tarde.

Los orientales no tenían preparación militar adecuada, y sus jefes estaban divididos en dos facciones, dirigidas por Lavalleja y Rivera. Este se sublevó con todo su regimiento y se incorporó al ejército de Rodríguez, pero el jefe nacional lo transformó en el Regimiento n.º 8 de Caballería, al mando de Juan Zufriategui. Lavalleja ―a quien el ministro de guerra había ordenado ponerse a órdenes de Rodríguez―, desobedeció abiertamente a este y atacó Colonia, fracasando en su intento. Por su parte, Rivera, siguiendo órdenes de Rodríguez, atacó a Bento Manuel Ribeiro en su avance sobre Paysandú, derrotándolo. Pero se negó a continuar su avance y destruir el campamento enemigo en la costa del río Cuareim, e incluso avisó al jefe enemigo de las intenciones de Rodríguez. El 17 de junio, por exigencia de Lavalleja, Rodríguez envió a Rivera a Buenos Aires, informando de lo sucedido. El presidente ordenó arrestar a Rivera, pero en el mes de septiembre, este escapó hacia Santa Fe, donde se puso bajo la protección de Estanislao López.

Rodríguez inició la marcha a mediados de 1826 hacia sudeste, buscando incorporar las tropas orientales. Se instaló en Durazno, donde recibió nuevas incorporaciones. También envió ayuda a Ignacio Oribe, que comandaba las operaciones en Cerro Largo, que estaba siendo atacado por las fuerzas del jefe gaúcho Bento Gonçalves da Silva; pero este destruyó las avanzadas enviadas por Oribe y Paz a fines de julio.[103]

En agosto, Rodríguez tuvo noticias de que iba a ser relevado del mando, por lo que marchó a Buenos Aires sin esperar el cambio. El general Alvear se hizo cargo del Ejército el 1 de septiembre.[104][105]​ Se incorporó también el Regimiento de Colorados de las Conchas, milicias de caballería, al mando de José María Vilela, y los Coraceros, cuyo jefe era el oriental Anacleto Medina. Con los Batallones n.º 1, n.º 2, n.º 3 y n.º 5 ―al mando de Manuel Correa, Ventura Alegre, Eugenio Garzón y Félix Olazábal respectivamente― aumentó el número de efectivos de infantería, pero igualmente estaba en franca minoría, con solo 1500, contra 500 de artillería y 3116 de caballería. La vanguardia estaba ubicada en Durazno, y estaba formada por 2600 hombres, todos de caballería, comandados por Lavalleja, Laguna, los hermanos Oribe y Servando Gómez. El grueso del ejército se organizó junto al Arroyo Grande, al norte de Colonia.[106]

Avance de Alvear

Las fuerzas del Imperio ―descontada la guarnición de Montevideo― estaban divididas en dos ejércitos: el grueso, al mando de Barbacena, en Santa Ana del Libramento, y las milicias gaúchas en Cerro Largo. Alvear ordenó a Lavalleja avanzar en busca de la caballería de Bento Goncalves y los jinetes alemanes de Gustave Henry Brown, pero estas se desplazaron hacia la costa de la laguna Merín. Entonces Alvear pensó en introducirse entre ambas fuerzas, impidiendo la reunión entre ellas. De modo que se lanzó a una marcha forzada en dirección a Bagé; este movimiento hizo que las tropas brasileñas acantonadas en Santa Ana del Libramento, temiendo ser rodeadas por las republicanas, se retiraran velozmente hacia el este. La marcha forzada era una maniobra relativamente fácil para la caballería, pero en cambio la infantería ―y muy especialmente la artillería― fueron sometidas a un desplazamiento extenuante.[107]

Al llegar a Bagé una fuerte lluvia complicó la situación del Ejército Republicano, y el general Alvear ordenó detener la marcha durante varios días las operaciones. En cambio, Goncalves continuó su retirada y logró incorporarse al ejército de Barbacena. Los imperiales lograron restablecerse puestos y sistemas de abastecimientos desde retaguardia, con lo cual Alvear debía enfrentar de inmediato al enemigo o retroceder.

El ejército brasileño continuó la retirada hacia el norte, buscando alcanzar las escabrosas serranías del centro de Río Grande del Sur, donde esperaba obtener ventajas contra un ejército formado mayoritariamente por caballería. Por su parte, Alvear cambió completamente el rumbo y marchó hacia el oeste, anunciando a sus subordinados que lo hacía para atraer a Barbacena hacia el llano. Aunque nadie lo contradijo en esa oportunidad, sus detractores afirmarían que no era lógico intentar atraer al enemigo mientras le dejaba el camino libre hacia la Banda Oriental.[108]

Barbacena envió a la caballería de Goncalves a hostilizar al ejército rioplatense, hasta que una partida comandada por el coronel Juan Lavalle lo derrotó en la Batalla de Bacacay, el 13 de febrero. Tres días más tarde, el mismo Goncalves fue atacado por casi toda la infantería y el regimiento de Lavalle, bajo el mando del nuevo jefe del estado mayor republicano, general Lucio Norberto Mansilla, y dispersado en la Batalla de Ombú.[109]

Ituzaingó

Después de estos combates, Alvear continuó su marcha hacia el oeste, perseguido por Barbacena, que renunciaba a la posibilidad de marchar nuevamente sobre la provincia en disputa y caía en la trampa tendida por Alvear. Se detuvo dos días en el arroyo Cacequí, donde ordenó aligerar los bagajes, e incluso destruir armamento y parque de artillería en perfecto estado.[110]

El Ejército Republicano llegó hasta el Paso del Rosario sobre el río Santa María, en las nacientes del río Ibicuy, que encontró crecido e imposible de vadear. De modo que retrocedió hasta quedar enfrentado a las tropas de Barbacena junto al arroyo Cutizaingó, nombre que posteriormente cambiaría por el un arroyo cercano, llamando Ituzaingó. Barbacena perdió una magnífica oportunidad de destruir a su enemigo mientras remontaba el desfiladero que le permitía salir del encajonado valle del Santa María.[111]

 
Carlos María de Alvear, comandante del ejército republicano rioplatense vencedor del ejército imperial brasileño en la Batalla de Ituzaingó.

El 20 de febrero, los republicanos enfrentaron a los imperiales en la Batalla de Ituzaingó, en que la acción en el centro del campo de batalla recayó en la artillería, mandada por Iriarte, secundado por José María Pirán y Martiniano Chilavert. Las fuerzas de caballería atacaron de frente a la infantería enemiga, lo que causó grandes bajas en los regimientos de Paz y de Brandsen, y este último murió en combate. Una acción notable le cupo al regimiento de Lavalle, que rodeó un zanjón que dividía sus fuerzas de las del cuerpo de caballería que tenía a su frente, y lo destrozó en un ataque repentino.[112]

El Ejército Imperial retrocedió tras grandes pérdidas de hombres, incluyendo más de 200 muertos,[113]​ y 800 perdidos, contando entre estos últimos a muertos cuyos cadáveres no se pudieron rescatar y desertores.[114]​ Sin embargo, ante la desesperación de sus oficiales, Alvear prohibió la persecución de los vencidos. Cuando estos lograron recuperar un tanto sus fuerzas, la falta de recursos y caballadas le impidió a los rioplatenses perseguir al enemigo y emprender nuevas acciones ofensivas para definir la campaña.:[115][116]

Falto de recursos, Alvear retrocedió hacia Corrales, cerca de Cerro Largo, abandonando el territorio invadido a los brasileños. En su retirada encontraron muchos desertores alemanes de infantería del Ejército Imperial, que fueron incorporados al Ejército Republicano; pero no se adaptaron a la alimentación exclusivamente de carne del ejército y fueron enviados a Buenos Aires.[115][117]

Recién dos meses más tarde, el Ejército volvió a avanzar en dirección al norte, y el 13 de abril ocupó Bagé por segunda vez. Desde allí, Alvear envió hacia el norte a Lavalle, que el 23 de abril ganó a los imperiales en la Batalla de Camacuá. Esa victoria no permitió ulteriores avances, y el campamento republicano quedó establecido en el río Yaguarón. Desde allí, Alvear volvió a enviar hacia el norte a Lavalle, pero si bien este fracasó en capturar las caballadas del Ejército Imperial, derrotó a las fuerzas que lo atacaron a su regreso en la batalla de Yerbal el 25 de mayo.[106]

Proseguida la Guerra del Brasil, el imperio logró la supremacía naval con la batalla de Monte Santiago poco después del triunfo republicano en Ituzaingó. En el plano terrestre aún las ciudades de Montevideo y Colonia del Sacramento seguían bajo el control de Brasil.

Por lo tanto, también el naval fue determinante en el resultado del conflicto, pues que sin la victoria también en el mar las Provincias Unidas no tenían medios para ganar la guerra.

El ejército está completamente desprovisto de medios para sitiar a Montevideo de manera más eficaz que por el bloqueo terrestre, método que la experiencia ha demostrado ser innocuo, mientras exista el predominio de los brasileños en el mar.
(...) Esta guerra es, en su esencia, una guerra naval y la posesión de la Banda Oriental y, tal vez, aun la de Montevideo, no significaría ninguna ventaja para Buenos Aires, en tanto el bloqueo del río pueda ser mantenido por el enemigo.
Carta de Ponsonby a George Canning[118]

Por lo tanto, aún una victoria decisiva rioplatense en Ituzaingó no logró determinar el resultado de la guerra. José de San Martín fue muy claro sobre eso. Le decía a Tomás Guido en julio de 1827:

Ambas victorias pueden contribuir a acelerar la conclusión de la deseada paz; sin embargo, diré a Ud. francamente que, no viendo en ninguna de las dos el carácter de decisivas, temo mucho que, si el emperador conoce -como debe- el estado de nuestros recursos pecuniarios y, más que todo, el de nuestras provincias, se resista a concluirla y, sin más que prolongar un año más la guerra, nos ponga en situación muy crítica. (...)
En conclusión, si la influencia del gabinete británico, unida a la precaria situación en que se encuentra el Portugal, no deciden al emperador a la paz, mis cortas luces no alcanzan a ver remedio a esta situación.[119]

El Ejército al mando de Lavalleja

El 13 de julio de 1827, Alvear traspasó el mando de las fuerzas republicanas interinamente al general Paz. El gobierno nombró en su reemplazo a Lavalleja. La situación del ejército era deplorable: las tropas estaban impagas y con el vestuario destruido, y ni siquiera contaban con municiones para más de una batalla.[120]​ Los oficiales orientales se dedicaron a arrear ganado desde Río Grande del Sur hacia la Provincia Oriental, de modo de recomponer los ganados de ese territorio, que habían sido saqueados durante y después de la invasión de 1816-1820. La inactividad provocó que las deserciones aumentaran enormemente.[121]

El sitio de Montevideo por parte de Oribe seguía sin vistas de solución, mientras Colonia era sitiada por el coronel Isidoro Suárez.[122]

Las operaciones se empantanaron, y aunque Lavalleja intentó algunos ataques, como en la batalla de Padre Filiberto, del 22 de febrero de 1828, no obtuvo éxito alguno.[123]​ Una flotilla que operaba en la Laguna Merín fue derrotada por otra similar brasileña, pero logró salvarse de ser destruida al refugiarse en un río, bajo la protección de una batería de tierra.[124]

Poco más tarde, Lavalleja se replegó hacia el sur, dejando solo una avanzada al mando del general Laguna en Yaguarón, para utilizar sus mejores tropas en una proyectada campaña sobre la costa de Castillos, desde donde lanzaría un ataque por la franja de terreno que separaba la Laguna Merín del mar, pero esta no pudo se llevada a cabo por falta de coordinación con la flota que debía apoyarla.[95]​ En el ínterin, el jefe brasileño Brown atacó a las fuerzas de Laguna en el Combate de Las Cañas, en que tras un intercambio de disparos ambas fuerzas abandonaron su posición: las tropas de Laguna se retiraron al sur del Yaguarón, hacia Cerro Largo. De ese modo, las tropas de ambos bandos quedaron separadas por una gran distancia hasta el final de la guerra.[125]

Campaña de Rivera a las Misiones Orientales

 
El general Fructuoso Rivera, que conquistó las Misiones Orientales.

Tras la caída de Rivadavia de la presidencia, asumió el gobierno de la provincia de Buenos Aires el coronel Manuel Dorrego, partidario de continuar la guerra pese a los problemas financieros, y a quien las demás provincias encargaron la dirección de las relaciones exteriores entre septiembre y diciembre de 1827.[126]​ Aunque las provincias del interior, agotadas por la reciente guerra civil y recelosas aún de las intenciones del gobierno porteño, no aportaron nuevos contingentes,[127]​ sí lo hizo el gobernador de la provincia de Santa Fe, Estanislao López. Con la anuencia de los gobernadores de Entre Ríos y Corrientes, organizó una campaña para la liberación de las Misiones Orientales. Enterado de ello Dorrego, le prestó algunos apoyos para la proyectada campaña. El objetivo final era no solo reocupar los siete pueblos de las Misiones al oriente del río Uruguay, sino operar por la retaguardia del ejército imperial y amenazar incluso la ciudad de Porto Alegre.

López encargó al jefe de su avanzada, general Rivera, el mismo que había huido de Entre Ríos un año antes, ante la amenaza de un juicio por connivencia con los brasileños, que se trasladó a buscar apoyos a Entre Ríos. Allí encontró que la población continuaba acusándolo de alianzas con el Brasil, y por lo demás parte importante de su población apta para llevar armas estaba enrolada en el ejército a órdenes de Lavalleja. De modo que, sin autorización del gobernador Lavalleja, cruzó a la Provincia Oriental y comenzó a reunir adictos. Varias unidades que habían servido a sus órdenes se pasaron a sus fuerzas.

Lavalleja envió a su encuentro al coronel Oribe, con orden de arrestarlo, pero Rivera se trasladó hacia el norte. Fue alcanzado junto al río Ibicuí por las tropas de Oribe, que pensaba que el general rebelde se iba a pasar a los brasileños. Esquivando a Oribe y atacando por sorpresa la guarnición imperial que custodiaba el río al mando de Joaquín de Alencastre, Rivera invadió las Misiones Orientales al frente de unos 500 hombres el 21 de abril de 1828.[128]

Por su parte, López cruzó Entre Ríos y Corrientes con tropas santafesinas y de esas dos provincias y cruzó el río Uruguay por La Cruz. Dorrego ordenó a López ponerse al mando de la invasión, pero Rivera no acató la orden. Para evitar un enfrentamiento frente al enemigo, López regresó a Santa Fe con parte de su escolta y dejó el resto de sus tropas a las órdenes de Rivera. Por orden de Dorrego, también Oribe se retiró.

Sin encontrar resistencia, Rivera ocupó sucesivamente los pueblos de las Misiones Orientales hasta Cruz Alta. Fijó la capital del territorio, que fue declarado provincia autónoma, en Itaquí.[129]

Mientras Dorrego intentaba sobornar a los mercenarios alemanes, entró en relación con los principales líderes riograndenses, Bento Gonçalves da Silva y Bento Manuel Ribeiro, pero estos prefirieron seguir a órdenes del Emperador.

El gobernador porteño también envió algunos refuerzos a Rivera, y especialmente oficiales capacitados. Entre ellos se contaron los coroneles Manuel de Escalada ―el que había abandonado el ejército en repulsa de Alvear― el cual ejerció como jefe de estado mayor, y el coronel Eduardo Trolé, que había sido jefe de ingenieros del ejército republicano, y que en las Misiones ejerció como jefe de la artillería.[127]

El éxito de la campaña forzó al Imperio a reiniciar negociaciones, pese al juramento que había hecho el Emperador de expulsar a las «fuerzas invasoras» tras la derrota de Ituzaingó. Pero si bien don Pedro I aceptaría reconocer la independencia de la Banda Oriental, exigió como condición excluyente para cualquier acuerdo la evacuación de las Misiones Orientales por Rivera. Si bien esa exigencia no estaba incluida en la Convención Preliminar de Paz firmada en octubre de 1828, por pedido de Dorrego, entonces, Rivera inició la retirada hacia el sur. Acompañado por entre 4000 y 10 000 indígenas guaraníes, y llevando un gran arreo de ganado vacuno, cruzó el Ibicuí el 22 de diciembre. Los indios terminaron por establecerse en el norte de Uruguay, país que apenas contaba con poco más de 70 000 habitantes en esa época por lo que tuvieron un fuerte impacto demográfico.[130]

Fuerzas del mariscal Sebastiao Barreto Pereira Pinto vigilaban sus movimientos de cerca, de modo que Rivera no pudo detenerse al sur del Ibicuí, que los rioplatenses consideraban la frontera norte de la Banda Oriental.[131]​ El jefe brasileño esperaba forzar a los misioneros a retirarse hasta el río Daymán, que los brasileños consideraban su límite sur,[132]​ pero Rivera inició negociaciones con él. Si bien el coronel Trolé, primer enviado de Rivera, fue arrestado, finalmente Barreto se avino a firmar el 25 de diciembre el acuerdo de Irere-Ambá, por el cual Rivera quedaba autorizado a instalar a la población y milicias que lo acompañaban al sur del río Cuareim. Más tarde, Ponsonby aseguraría al gabinete británico que la ambición de Rivera era formar un gran estado con Río Grande del Sur, el Uruguay, Entre Ríos, Corrientes, y tal vez el Paraguay.[133]

A principios de 1829, Rivera fundó con los misioneros la villa de Bella Unión en la margen sur del río Cuareim. A pesar de que la villa fue despoblada tras la llamada matanza del Salsipuedes, a largo plazo este acto resultaría un antecedente determinante para la fijación del límite entre el Uruguay y el Brasil sobre este río, que recién serían fijados en 1851.[134]

Final de la guerra e independencia del Uruguay

Primeras gestiones de Gran Bretaña

Desde agosto de 1822, el ministro de relaciones exteriores de Gran Bretaña era George Canning. Sus objetivos centrales, en lo que respecta a las relaciones con América Latina, eran neutralizar los intentos de las potencias europeas de extender la acción de la Santa Alianza a las nuevas naciones sudamericanas, y recuperar la iniciativa frente a los Estados Unidos, que habían ganado un gran prestigio a través de la enunciación de la Doctrina Monroe. Consiguió explotar las rivalidades entre las monarquías europeas, con lo que la Santa Alianza pronto dejaría de existir, y reconoció la independencia de los estados hispanoamericanos a través de sucesivos tratados de amistad, comercio y navegación, con lo que Gran Bretaña volvía a ser la potencia más ligada a los gobiernos de aquellos.[135]

En septiembre de 1823, José Valentín Gómez había exigido al Emperador la devolución de la Banda Oriental a las Provincias Unidas, arguyendo su pertenencia histórica a estas y la invalidez de las actuaciones del Congreso Cisplatino. Sus reclamos fueron rechazados.

Poco después, los enviados del Congreso de las Provincias Unidas ofrecieron a Simón Bolívar ponerse al frente de una campaña contra el Imperio, pero el proyecto no terminó de atraer al Libertador, tanto por el escaso eco que sus pretensiones respecto a la ulterior organización política de Sudamérica tenían en Buenos Aires, como por los problemas en el Perú, que lo retuvieron lejos del nuevo teatro de guerra.

De modo que, en julio de 1825 y nuevamente en noviembre, el embajador rioplatense en Londres, Manuel de Sarratea, solicitó la intervención de Gran Bretaña en el conflicto por la Banda Oriental, cuando ya era conocida la expedición de los Treinta y Tres. Ya el cónsul británico en Buenos Aires, Woodbine Parish, había hecho notar al Foreign Office que estaba por estallar una crisis por esa cuestión.[136]

No obstante las gestiones del embajador británico en Río de Janeiro, en enero de 1826 la guerra estaba declarada y los ejércitos y escuadras a punto de enfrentarse.

La Misión Ponsonby

 
El diplomático británico John Ponsonby tuvo una actuación muy destacada en la resolución de la Guerra del Brasil.

El ministro Canning nombró embajador en Buenos Aires al aristócrata John Ponsonby,[137]​ Antes de partir hacia su destino, en marzo de 1826, recibió nuevas instrucciones, para que mediara entre las Provincias Unidas y el Imperio del Brasil. En primer lugar, debería presentar la oferta del gobierno de Buenos Aires, de que la Provincia Oriental volviera a las Provincias Unidas, a cambio de una indemnización generosa por los gastos luso-brasileños durante la ocupación. Si ese pedido fuera rechazado, debía sugerir al Emperador la independencia de la Banda Oriental como un estado separado.[138]

Entre mayo y agosto de 1826, Ponsonby permaneció en Río de Janeiro, presentando esas dos propuestas a Pedro I a través de su ministro de relaciones exteriores, Antônio Luís Pereira da Cunha. El Emperador rechazó toda mediación, y ofreció una contrapropuesta: la Provincia Cisplatina sería reconocida como parte del Imperio por las Provincias Unidas, a cambio de que el puerto de Montevideo fuera puerto franco para los buques que llegaban o partían desde Buenos Aires.[139]

Ponsonby llegó en septiembre de 1826 a Buenos Aires.[140]​ Presentó la contraoferta brasileña a Rivadavia, pero recibió un rotundo rechazo. Entonces dijo al presidente que la única base posible para la negociación con el Brasil sería la independencia oriental.[141]​ En este punto, la mayor parte de los historiadores, tanto argentinos como uruguayos y brasileños, están de acuerdo en que estaba defendiendo exclusivamente los intereses británicos: a sus comerciantes les interesaba crear un estado tapón a partir de la Provincia Oriental, que les permitiría tener un acceso al comercio y las finanzas en la Cuenca del Plata, sin que mediara la autoridad naval y comercial de un gobierno central rioplatense.[142][143]

Rivadavia se mostró favorable a la independencia oriental, pero exigió como condición excluyente que Gran Bretaña garantizara la continuidad de esa nueva situación. Además se deberían retirar inmediatamente las fuerzas de ambos países beligerantes de la Banda Oriental, y se demolerían las fortificaciones de Montevideo y Colonia. Esa contrapropuesta fue presentada al Emperador por el embajador británico Robert Gordon, pero recibió como respuesta un altivo rechazo. Unas semanas más tarde, sin embargo, el Emperador cambió de idea y decidió aceptar la «única base de la independencia», con la condición de que en el tratado se le reconocería haber obrado de acuerdo a derecho al incorporar la Provincia Cisplatina al Imperio.[143]

La presión económica sobre el gobierno argentino

El inicio de la guerra puso fin a la situación económica favorable en Buenos Aires denominada «feliz experiencia»,[144]​ debida al fin de la participación de esa provincia en la guerra de independencia y al monopolio de esta provincia en la utilización de los recursos de la Aduana. La nueva guerra significó un aumento muy significativo de los gastos militares, primero de la provincia y luego del país reunificado.

 
El presidente argentino Bernardino Rivadavia apoyó inicialmente la guerra pero debió renunciar luego de rechazar la Convención Preliminar de Paz a la que denominó el "acuerdo deshonroso".

Pero la guerra causó una crisis económica en mucha mayor medida debido al exitoso bloqueo del Río de la Plata. Si bien la escuadra de Guillermo Brown había obtenido varias y muy significativas victorias, y aunque el bloqueo no era tan estricto que impidiera enviar refuerzos a las tropas expedicionarias en la Provincia Oriental, el mismo siguió su curso y limitó muy severamente el comercio exterior del país.

La severa disminución de los ingresos públicos causó varios efectos simultáneos, entre los que se contaron la salida masiva de moneda metálica, lo que a su vez causaba inflación. El cierre de las exportaciones afectaba especialmente a los ganaderos ―fuente casi única de mercancías exportables de la época― y la inflación combinada con un tímido intento de control de precios generó una grave disminución del ingreso de ganado y harina para el consumo de la capital.

El embajador Ponsonby, en carta a Canning, le relataba que

«Las rentas de la república ascienden, más o menos, a 1 200 000 pesos aproximadamente al año; los gastos, a unos 600 000 pesos al mes... No veo ninguna posibilidad de mejorar el estado de las finanzas, mientras el bloqueo continúe y destruya el comercio.»[145]

A pesar de la victoria táctica que implicó para las Provincias Unidas la batalla de Ituzaingó, lamentablemente no pudo capitalizarse por la reticencia del Comandante en Jefe de perseguir al ejército vencido. La precariedad de la situación general no cambió sustancialmente: el ejército debió replegarse hacia el sur, y la escuadra brasileña continuó con el bloqueo del Río de la Plata.

El coronel Iriarte afirmó en sus «Memorias» al referirse a la reticencia del general Alvear a perseguir al enemigo vencido:

«Pero el General Alvear no quiso: se contentó con quedar dueño del campo de batalla; es decir, de la gloria sin consecuencia, porque todo el resultado quedaba reducido a las balas cambiadas de parte a parte, y al efecto que ellas produjeron en muertos y heridos. La República Argentina, empañada en una guerra desigual, tenía sumo interés, urgentísimo, en que no se prolongase la lucha: había echado el resto apurando todos sus recursos físicos y morales para luchar contra un Imperio abundante en hombres y medios pecuniarios. La República, venciendo, quedaba exánime; el Imperio, vencido en una sola batalla, pero sin ser su ejército anonadado, podía continuar la guerra con ventaja, con menos sacrificios; y es por esto que necesitamos sacar buen partido, no digo de las batallas campales, sino de las más ligeras ventajas que obtuviesen nuestras armas. Ardía la guerra civil en las provincias argentinas, y era Buenos Aires, una ciudad sola, la que soportaba todo el peso de la guerra; la única que podía alimentarla, darle pábulo, y para que no se extenuase era necesario dar grandes golpes. Tal fue el que recibieron los enemigos en ituzaingó, pero solo en el campo de batalla: fuera de él no sintieron sus efectos como lo habrían sentido si su ejército aquel día hubiera sido anonadado, y pudo, debió serlo. La guerra habría entonces concluido, y la paz, se habría firmado dictando el vencedor las condiciones: la evacuación de Montevideo y de todo el territorio oriental ocupado por las tropas del Imperio, y su incorporación a la República Argentina.»[146]

En el mismo sentido, afirmaba el general Paz en su anotación correspondiente al 25 de febrero de 1827:

«El ejército enemigo a empezado a recuperarse de su susto, alentándose con nuestra pereza en perseguirlo.»[147]

Como destacó el coronel Iriarte, la guerra hubiera estado muy cerca de su conclusión de haberse continuado con la persecución del enemigo:

«(...) teníamos aquel día los caballos suficientes y en muy mediano estado; no se necesitaba hacer un gran esfuerzo corriendo el riesgo de cansarlos, porque la infantería enemiga estaba a la vista y nos bastaba seguir su lenta marcha cercándola en todas direcciones: el hambre la habría obligado a capitular.»[147]

Finalmente, la inevitable falta de suministros sobreviniente y el pésimo estado de la caballada impidieron continuar con la persecución del ejército imperial y el normal desenvolvimiento de las acciones en el plano militar.

Por otro lado, Rivadavia veía cada vez más lejano su proyecto de unión nacional bajo el sistema unitario, para lo cual juzgó necesario contar con un ejército poderoso, capaz de imponerse a las provincias federales ―la amplia mayoría― que habían rechazado la constitución unitaria de 1826 y la autoridad del presidente Rivadavia.

Bajo la presión de los comerciantes y ganaderos, que necesitaban imperiosamente la apertura del puerto, y de Ponsonby, que buscaba una solución favorable al comercio británico, Rivadavia cambió el tono belicista de su discurso por la búsqueda desesperada de la paz a cualquier precio. Por otro lado, necesitaba el ejército que luchaba contra los brasileños para imponer por la fuerza el predominio del Partido Unitario. También se estaba gestando un complicado conflicto con Bolivia por la provincia de Tarija.

Misión García y la Convención Preliminar de Paz de 1827

Durante el transcurso de la Guerra del Brasil, Manuel José García permaneció alejado de puestos públicos, aunque se mantuvo en contacto permanente con el embajador Ponsonby, a quien alentó a insistir ante el presidente Bernardino Rivadavia para obtener un arreglo basado en la independencia de la Banda Oriental. Por su parte, Ponsonby lo consideraba su mejor aliado, y escribía al ministro de relaciones exteriores británico George Canning.

«No sé cómo podrá el gobierno para seguir sin él.»

La falta de recursos y el fracaso de la unitaria Constitución Argentina de 1826 impusieron la necesidad de lograr la paz. Ponsonby propuso enviar al Brasil para gestionarla a Manuel José García,

...cuya coincidencia con todas mis opiniones... lo indican como particularmente apropiado para ser utilizado.
 
El plenipotenciario argentino Manuel José García firmó la Convención Preliminar de Paz de 1827, repudiada tanto por el gobierno como por la opinión pública argentina y conocida como «el tratado deshonroso».

Rivadavia recurrió nuevamente a García ―quien ya había rechazado su ofrecimiento para encargarse de la cartera de Hacienda por sus discrepancias con el gobierno presidencialista unitario― para enviarlo en misión diplomática al Brasil e iniciar las tramitaciones de paz con el Imperio.

Las razones que impulsaron a Rivadavia a cambiar de opinión, fueron las mismas que habían disuadido a García a no ir a la guerra antes. El investigador Juan Carlos Nicolau afirmó:

La situación económica de Brasil era muy superior a las Provincias Unidas, si se tenía en cuenta que contaba con una población de 5 millones de habitantes, contra 700 000 de estas tomadas en su conjunto, pero que en los hechos, solo la provincia de Buenos Aires contribuía al esfuerzo bélico. El estado brasileño, independiente, sin deuda nacional, desarrollaba un comercio con el extranjero muy activo y floreciente, en continuo progreso, apoyado en su relación con la Gran Bretaña. En cambio, el Río de la Plata sufría el perjuicio del bloqueo de su puerto, lo que constituía un grave obstáculo para obtener recursos de sus recaudaciones aduaneras y así la posibilidad de adquirir armas y municiones para su ejército.
La ayuda que recibía el Brasil de parte de Gran Bretaña, en su virtual alianza, provocó que hombres como el General Beresford y el Almirante Cochrane, con amplio conocimiento del teatro de operaciones del Río de la Plata, contribuyeran a la organización y manejo del ejército y la armada brasileña.[148]

El 16 de abril de 1827, García recibió las instrucciones para realizar su misión por parte de Rivadavia y su ministro Francisco Fernández de la Cruz, informándole que el gobierno se proponía

«acelerar la terminación de la guerra y el restablecimiento de la paz, tal como lo demandan imperiosamente los intereses de la Nación».

Esta instrucción reflejaba la crítica situación interna del gobierno del Presidente Bernardino Rivadavia, desesperado por encontrar la paz para afrontar los otros grandes problemas que azotaban a la República Argentina, es decir y en especial, a la enorme crisis económica producto de la guerra y la oposición de las provincias del interior a las políticas centralistas.

Las bases que debía utilizar el ministro plenipotenciario García, serían

«...o bien la devolución de la Provincia Oriental, o la erección y reconocimiento de dicho territorio en un Estado separado, libre e independiente, bajo la forma y reglas que sus propios habitantes eligieren y sancionaren; no debiendo en este último caso exigirse por ninguna de las partes beligerantes compensación alguna.»[149]
 
José Feliciano Fernandes Pinheiro (1774-1847), Visconde de São Leopoldo, fue uno de los tres firmantes de la Convención Preliminar de Paz de 1827 por el Imperio del Brasil.

Al despedirlo, el ministro Julián Segundo de Agüero le encargó conseguir la paz a todo trance

...de otro modo, caeremos en la demagogia y en la barbarie.

García llegó en mayo de 1827 a Río de Janeiro y comenzó sus reuniones con el intermediario británico y los ministros plenipotenciarios brasileños.[150]​ Apenas iniciadas las gestiones, García se encontró con una gran intransigencia por parte de los ministros brasileros con respecto a no renunciar a la Provincia Cisplatina: el Emperador, consternado por la victoria rioplatense de Ituzaingó y temiendo por la estabilidad de su imperio en esas circunstancias, había jurado ante el Senado brasileño no tratar la paz ante las Provincias Unidas y continuar la guerra hasta obligarlas a aceptar su soberanía sobre la Provincia Cisplatina;[151]​ seguramente Pedro I especulaba también con la debilidad de la Provincias Unidas para prolongar las acciones bélicas.

Viendo la situación, García decidió regresar a Buenos Aires, pero el embajador británico Gordon lo convenció de entrevistarse con el ministro de relaciones exteriores imperial, el Marqués de Queluz, João Severiano Maciel da Costa. Tras tres reuniones infructuosas, las presiones del gobierno británico por terminar rápidamente con el conflicto para reanudar el comercio, la inflexible postura del gobierno brasileño y el crítico estado político-económico de las Provincias Unidas, llevaron a García a decidir por sí mismo la paz sobre otras bases. Más tarde explicó al embajador Gordon que, aunque

«...tenía instrucciones de firmar una convención solo sobre la base de la independencia de la provincia de Montevideo; pero, como él se hallaba convencido de que a este estado de independencia no podía llegarse por cierto tiempo, y que en realidad era de poca importancia para Buenos Aires el destino de la provincia, siempre que se le devolviera la tranquilidad, no hesitó en llegar a términos que, en otro sentido, estaban perfectamente de acuerdo con sus instrucciones.»[152]

Parafraseando a Juan Carlos Nicolau:

«García estaba convencido de que la paz traería el desarrollo de la economía y con ello, el progreso y fortalecimiento de las instituciones que permitiría lograr la felicidad de sus habitantes en una nación donde todo debía ser construido.»[148]

Por su parte, Alén Lescano subraya que ese era

«el pensamiento unitario de siempre: asimilar el país a ciertas formas políticas e ideológicas, y desechar lo que no encajara, como las provincias federales, sus rudos caudillos, o esa Banda Oriental causa de eternas discordias y recelos contra Buenos Aires. La extensión era el mal del país, y mejor hubiera sido reducirse a la ciudad-puerto, para hacer fuertes sus instituciones, su cultura y su comercio.»

De modo que, dejando de lado sus instrucciones, el 24 de mayo de 1827 firmó la Convención Preliminar de Paz de 1827 que disponía, entre otras cosas:

«La República de las Provincias Unidas del Río de la Plata reconoce la independencia e integridad del Imperio del Brasil y renuncia a todos los derechos que podría pretender al territorio de la provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina, la cual el Emperador se compromete a arreglar con sumo esmero, o mejor aun que otras provincias del Imperio. El emperador del Brasil reconoce igualmente la independencia e integridad de la República de la Provincias Unidas del Río de la Plata, y dado que la República de las Provincias Unidas ha empleado corsarios, halla justo y honorable pagar el valor de las presas por haber cometido actos de piratería».[153]

A pesar de que la convención contravenía sus instrucciones, García había logrado que se cambiase la redacción primitiva que incorporaba la Provincia Cisplatina al Imperio y que se omitiera el reconocimiento de cualquier derecho de soberanía por parte del Emperador del Brasil sobre la Provincia Oriental, ya que la Convención solo se refería a la renuncia efectuada por las Provincias Unidas. Tal vez sin notarlo los diplomáticos brasileños, se dejaba la puerta abierta a la independencia uruguaya.[154]​ Sin embargo, en su carta a Ponsonby informando de la firma de la convención, Gordon emitió ciertas opiniones que permiten inferir que todas las partes eran conscientes de que posiblemente el Emperador se vería obligado a otorgar la independencia de la Cisplatina tarde o temprano:

«Al Brasil se lo deja que luche con la disensión y la revuelta, que seguirán dominando en la Provincia Cisplatina... El Emperador pronto se convencerá del desacierto de no proclamar, franca e inmediatamente, la independencia de la provincia.»[155]

A su regreso a Buenos Aires, el 20 de junio, García presentó la Convención Preliminar de Paz al Presidente y al Congreso. La opinión pública en Buenos Aires reaccionó indignada, se publicaron artículos muy violentos contra el gobierno en los periódicos, y la ciudad se cubrió de panfletos ofensivos contra García, Rivadavia y Ponsonby. De modo que Rivadavia, a quien se suponía partidario de aceptar el acuerdo, se presentó ante el Congreso con un virulento discurso exigiendo su rechazo.

El ministro Agüero dirigió a García una misiva en la que manifestaba:

«En consecuencia, el gobierno hace a Ud. responsable de todos los males y consecuencias que de ello resultan a la nación, especialmente en el grande y noble empeño en que se halla para salvar su honra.»[156]

La respuesta de García fue de rechazo a los cargos imputados por Rivadavia y Agüero, argumentando en su defensa que la firma de la mentada Convención podía comprometer su honra personal, pero no obligaba al país hasta tanto no fuera ratificada. En este sentido, relata

«Para finalizar, el comisionado emite un juicio lapidario respecto a la actitud del gobierno de Rivadavia, al afirmar con razón que al negociar la cesación de las hostilidades arriesgaba su reputación personal, pero no causaba obligación alguna al Gobierno hasta tanto el tratado de paz o la convención preliminar, después de ser examinada detenidamente fuera ratificada. En su opinión, una convención preliminar aún después de ratificada solemnemente, es un tratado provisorio, pues su objeto principal es hacer cesar las hostilidades, fijando bases para un tratado definitivo. En la última frase de su exposición espera que aquietadas las pasiones en el futuro se juzgará su comportamiento, mientras se interroga acerca de quien merece mayor indulgencia, si el ciudadano que en tan gran conflicto sacrifica su reputación y acaso la existencia a su patria, o aquel que quiere a todo trance hacer de esta el instrumento de su fama.»[157]

Rivadavia, en presencia del Congreso, expuso su rechazo al acuerdo preliminar de paz a través de un encendido discurso en su contra:

«Un argentino debe perecer mil veces con gloria antes de comprar su existencia con el sacrificio de su dignidad y de su honra».

La Convención Preliminar de Paz fue rechazada, el 25 de junio de 1827, tanto por el por el presidente Rivadavia cuanto por el Congreso.

Pero Rivadavia no logró salvar su gobierno: la opinión pública no le perdonaba su actuación,[158]​ y simultáneamente se denunciaban en la prensa su participación en negociados mineros en Famatina. El día 26 de junio, Rivadavia presentó su renuncia irrevocable a la presidencia.[142]

Fue elegido entonces, como gobernador de la provincia de Buenos Aires, el federal Manuel Dorrego, quien asumió el 13 de agosto de 1827. Desde el principio, este declaró que estaba dispuesto a continuar la guerra, por lo que la conflagración prosiguió.

Las consecuencias de la fracasada Convención Preliminar de Paz firmada por García son objeto de controversia: ciertos autores creen que el antecedente de un acuerdo de estas características, aún después de rechazado, condicionó fuertemente el accionar del gobernador Manuel Dorrego para la firma de la Convención Preliminar de Paz del año 1828, por la que se disponía la independencia de la «Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina».[159]​ Otros autores, en cambio, afirman que mal puede atribuírsele a esta convenció ni a García responsabilidad con los términos del tratado final firmado por Juan Ramón Balcarce y Tomás Guido, cuando —al no haber sido ratificada por el Congreso— la Convención Preliminar no vinculó en forma alguna al Gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata.[148]

Dorrego y el aumento de la presión económica

Tras la caída de Rivadavia fue suprimida la Presidencia de la Nación y clausurado el Congreso Nacional. La provincia de Buenos Aires reasumió su autonomía y para gobernarla fue elegido el líder de la oposición y miembro del partido federal porteño, Manuel Dorrego, que asumió el 13 de agosto de 1827. Desde el principio, este declaró que estaba dispuesto a continuar la guerra contra el Imperio del Brasil.

 
El gobernador de la Provincia de Buenos Aires Manuel Dorrego intentó continuar la guerra pero la presión económica terminó por obligarlo a aceptar la propuesta de la Convención Preliminar de Paz de 1828 y al reconocimiento de la independencia del Estado Oriental del Uruguay.

El triunfo de la facción federal en Buenos Aires, que además estuvo acompañado de la victoria federal en varias provincias del interior que hasta entonces habían sido bastiones del partido unitario ―como Tucumán, Catamarca, San Juan y Mendoza― tuvo su correlato en la Provincia Oriental. Allí, el gobernador Lavalleja se había visto obligado a ceder el gobierno a la legislatura provincial, controlada por orientales aliados de los unitarios ―como una concesión del propio Lavalleja para obtener la ayuda del gobierno unitario― y esta había nombrado gobernador provisorio a Joaquín Suárez, partidario de Rivadavia. Viéndose apoyado por Dorrego, que lo nombró comandante del Ejército Republicano, Lavalleja regresó del frente de combate y exigió la devolución del cargo; por pedido de los comandantes de la mayor parte de los departamentos de la Provincia, y ante la negativa de la legislatura y del propio Suárez, el 12 de octubre, Lavalleja disolvió la sala y asumió la gobernación.[160]

No obstante la favorable situación política, la economía de Buenos Aires estaba cada vez en peor estado, lo mismo que las finanzas de esa provincia, que cargaba con todo el costo de la guerra. Si bien en menor medida, también la economía del Brasil estaba pasando por un mal momento, debido a la crisis económica británica de los años 1827-1828, que redundó en la caída de los precios de los productos exportables brasileños. Por otro lado, una escuadra francesa bloqueó brevemente el puerto de Recife, exigiendo el cese del bloqueo a Buenos Aires, que perjudicaba sus negocios en esa plaza.

Pese a la intención de Dorrego de enviar recursos al ejército en operaciones, no podía adquirir armas suficientes para que este tomara nuevamente la ofensiva, y los sueldos impagos se acumulaban. De modo que Dorrego prefirió apoyarse en milicias, más económicas, ya que se sostenían en la misma campaña y prácticamente no exigían sueldos. Apoyó entonces el proyecto del gobernador de la provincia de Santa Fe, Estanislao López, de invadir las Misiones Orientales. El plan fue muy exitoso en lo militar, pero como quien lo llevó adelante fue Fructuoso Rivera, enemigo personal de Lavalleja, la alianza de este con Dorrego se debilitó. Los orientales, tanto partidarios de Lavalleja como de Rivera, terminaron por creer que cualquier cosa que hicieran los gobiernos porteños era para someterlos a su dominio.[161]

Ponsonby comenzó entonces a influir sobre Lavalleja a través de su amigo Pedro Trápani, quien lo convenció de que el único resultado posible era la independencia nacional de la Banda Oriental.[162]

Ponsonby también presionó económicamente a Dorrego: faltándole los ingresos de la aduana, la única otra fuente de financiación disponible para el gobierno eran los préstamos del Banco Nacional; a pesar de su nombre, este era un banco privado, cuyo directorio estaba formado casi exclusivamente por comerciantes británicos. Ponsonby pidió a estos comerciantes «no facilitarle crédito sino por pequeñas sumas para pagos mensuales» a fin de «hacerlo trabajar para la paz» En carta a Lord Dudley el 2 de diciembre de 1827, le decía que «mi propósito es conseguir medios de impugnar al coronel Dorrego si llega a la temeridad de insistir sobre la continuación de la guerra»; y el 1 de enero siguiente, que «veré su caída con placer».[163]

Un último recurso fue intentado por Dorrego, tratando con los caudillos gaúchos Bento Gonçalves da Silva y Bento Manuel Ribeiro, con el objetivo de crear la República de San Pedro del Río Grande ―antecedente de la República Riograndense― e incluso logró que dos de los jefes ―Friedrich Bauer y Anton Martin Thym― de las tropas mercenarias alemanas que servían al Brasil intentaran la creación de una república en Santa Catarina. Las derivaciones de estos hechos son conocidas en Brasil como la Revuelta de los Mercenarios.[164]

Misión Guido-Balcarce y la Convención Preliminar de Paz de 1828

Falto de opciones, Manuel Dorrego utilizó la única carta en su favor que le quedaba: la invasión de Rivera a las Misiones Orientales podía ser utilizada como moneda de cambio para una negociación exitosa.

Envió a Río de Janeiro a dos diplomáticos, los generales Tomás Guido y Juan Ramón Balcarce, con la propuesta de reconocer una independencia temporaria de la Banda Oriental durante cinco o diez años, tras los cuales sus habitantes decidirían si querían seguir siendo independientes, o incorporarse a las Provincias Unidas o al Brasil. No obstante, antes de partir, Dorrego terminó por ceder a la realidad de su situación: les dio instrucciones de negociar la independencia absoluta de la Banda Oriental. Cuando estaban en Río de Janeiro, les escribió insistiendo sobre la independencia temporaria, pero los diplomáticos le respondieron que el Emperador no aceptaría esas bases de ninguna manera.

Entre el 11 y el 27 de agosto de 1828, los generales argentinos negociaron con los ministros del Emperador Pedro I del Brasil, llegando en esa última fecha a convenir en la llamada Convención Preliminar de Paz de 1828. Por la misma se reconocía la independencia absoluta de la «Provincia de Montevideo, llamada hoy Cisplatina»; se detallaba el proceso de elecciones del nuevo Gobierno Provisorio de la misma y de la sanción de una Constitución; los dos estados beligerantes garantizaban la independencia del nuevo estado y su paz interior; la paz entre los dos países, la retirada de las tropas argentinas y brasileñas del territorio y el intercambio de prisioneros; el final del bloqueo y el cese de la guerra de corso.[1]

Por un artículo adicional, agregado a último momento, se convenía que

«Ambas Altas Partes contratantes se comprometen a emplear los medios que estén a su alcance a fin de que la navegación del Río de la Plata y de todos los otros que desaguan en él, se conserve libre para el uso de los súbditos de una y otra nación por el término de quince años, en la forma que se ajustare en el Tratado definitivo de paz.»[165]

Las ratificaciones por el Senado y el Emperador por un lado, y por la Sala de Representantes de la provincia de Buenos Aires y el gobernador Dorrego por el otro, fueron intercambiadas en Montevideo en el mes de octubre. Nunca hubo un Tratado de paz definitivo, especialmente debido a la caída de Dorrego y la guerra civil subsiguiente.

Juan Manuel de Rosas aprobó entusiastamente esta Convención. Escribió a Guido: "!Qué frutos tan opimos ha dado a la República (...)la legación de sus hijos (Guido y Balcarce) al Janeiro! (...)la paz más honorífica que podíamos prometernos (...) la guerra ha terminado de modo que nos colma de una noble elación...Es mi obligación tributar a usted la mayor gratitud" (Rosas a Guido, 13 de octubre de 1828, Archivo General de la Nación,VII, 16-1-9)[166]

Implícitamente, la Convención disponía la retirada de Rivera de las Misiones Orientales, que seguirían perteneciendo al Brasil.[167]

El tratado adolecía de varias falencias evidentes, sobre todo en que no fijaba los límites del nuevo estado; esta indefinición sería aprovechada por el Brasil para imponer los límites que le convinieron.[168]​ Las tropas argentinas regresaron a Buenos Aires en dos grupos, en noviembre y diciembre de 1828, bajo el mando de los generales Lavalle y Paz.[169]

Consecuencias

Cuatro fueron las principales consecuencias territoriales de la Guerra del Brasil.

La primera de ellas fue que el Imperio del Brasil perdió la Provincia Cisplatina con la que había nacido a la vida independiente al tenerla incorporada desde diez años antes, durante el dominio portugués. Junto con ella perdió también el dominio sobre el Río de la Plata, los ríos interiores Uruguay y Paraná y un amplio sector sobre el Atlántico Sur meridional.

La segunda consecuencia fue que las Provincias Unidas del Río de la Plata -léase la República Argentina- perdieron a la Provincia Oriental, que venía luchando contra el centralismo porteño desde los tiempos de la emancipación de España.

La tercera conclusión, como corolario de las otras dos, fue que la República Oriental del Uruguay obtuvo su independencia, condicionada por las ambiciones de sus poderosos vecinos: Argentina y Brasil.

La cuarta secuela fue que el Imperio del Brasil conservó para sí y en detrimento de las Provincias Unidas del Río de la Plata, a las Misiones Orientales.

Tras los gobiernos provisorios de Joaquín Suárez, José Rondeau y Lavalleja, una asamblea de representantes sancionó una constitución que fue jurada por el pueblo el 18 de julio de 1830. Tras la misma fue elegido primer presidente constitucional Fructuoso Rivera.

El enfrentamiento entre Lavalleja y Rivera se prolongó durante más de cuatro décadas, en la Guerra Grande, un conflicto en el que Buenos Aires intentó someter a su control a la naciente república apoyando al bando encabezado por el general Manuel Oribe; la revolución de 1858 y la Guerra Chiquita, dos guerras civiles que asolaron al país.

 
El Emperador Pedro I de Brasil quien debió abdicadar a favor de su hijo Pedro II de Brasil, en parte como consecuencia de no haber triunfado en la guerra.

El Emperador Pedro I de Brasil quedó muy desprestigiado por la pérdida de la Provincia Cisplatina a pesar de los nuevos tributos que se crearon en Brasil para sostener el esfuerzo bélico.

El resultado adverso de la guerra dañó la popularidad del emperador, quien apenas tres años después abdicó el trono en favor de su hijo Pedro II de Brasil, aunque los motivos principales de esta decisión no estaban relacionados con el conflicto.

Más grave fue para Brasil que la influencia de las vecinas repúblicas, y el prestigio militar y político adquirido por los líderes gaúchos, en contraste con el desprestigio de los militares profesionales del Ejército Imperial, llevó a varias sublevaciones independentistas y republicanas en el sur del Imperio. El principal levantamiento fue el de la República Riograndense que logró sostener la independencia de facto de la provincia de Río Grande desde 1835 a 1845, lo que provocó una guerra civil en Brasil, la Guerra de los Farrapos. El Imperio del Brasil no obstante, consiguió un resultado positivo en tanto logró retener las Misiones Orientales.[170]

En Buenos Aires, la crítica situación financiera llevó a los comerciantes y estancieros a abandonar su simpatía inicial por Dorrego, y la firma de la Convención Preliminar de Paz puso en su contra al ejército republicano que había luchado en la campaña del Brasil. Sus jefes se pusieron a disposición de los líderes del Partido Unitario, alejado del poder desde la caída de Rivadavia, y el general Lavalle lo derrocó el 1 de diciembre de 1828, fusilándolo pocos días más tarde.

Este hecho hizo renacer la guerra civil entre federales y unitarios, teniendo su correlato uruguayo en la Guerra Grande entre nacionales y colorados.[171]​ En la década siguiente los unitarios fueron derrotados en la guerra civil argentina, debiendo reducir sus acciones a conspiraciones desde el exilio, mientras que los victoriosos federales se hicieron con el poder en todas las provincias argentinas y organizaron el país en la Confederación Argentina, con Juan Manuel de Rosas como su máximo líder durante 17 años. Como contrapartida, el triunfo de Rosas llevó a que el país continuara en un estado de carencia de elementos básicos como nación: Argentina continuó con subdesarrollo industrial, falta de organización interna, ausencia de relaciones con el resto del mundo y carencia de una constitución. Tales faltas no pasaron desapercibidas por las demás provincias de la confederación, por lo que eventualmente Justo José de Urquiza se rebeló contra su aliado Rosas y en 1852 lo venció en la Batalla de Caseros. Acto seguido cumplió con uno de los objetivos más longevos de la política argentina y creó la Constitución argentina de 1853, pero no fue aceptada inmediatamente y debió pasar más tiempo, hasta la Batalla de Pavón (1861) y la derrota de Urquiza, para que fuera aceptada a través de una versión modificada. Esta batalla daría inicio al proceso irreversible hacia la unificación de Argentina y el fin de la fragmentación geográfica, tras ella el país lograría la organización interna y la modernización. La Guerra Civil Argentina entraría en su recta final, y terminaría en 1880.[49]

Bibliografía

  • Las guerras de la América Latina, la edad de los Caudillos, 1791-1899, Robert L. Scheina
  • Una guerra entre ingleses, Brasil contra Argentina en el Río de la Plata, 1825-1830, Brian Vale
  • De la revolución de independencia a la confederación rosista, Tulio Halperin Donghi, Paidós, 2000.

Enlaces externos

  • Historia de las Relaciones Exteriores Argentinas, Tomo III

Notas y referencias

  1. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 73-77.
    • Nahum, Benjamín (1994). Manual de Historia del Uruguay 1830-1903. Montevideo. Ediciones de la Banda Oriental.
    • Méndez Vives, Enrique (1990). Historia Uruguaya. Montevideo. Ediciones de la Banda Oriental.
    • Lima, Manuel de Oliveira. O Império brasileiro. Belo Horizonte: Itatiaia, 1989. ISBN 85-319-0517-6 p. 24, 56, 97
    • Doratioto, Francisco. Maldita Guerra: Nova história da Guerra do Paraguai. São Paulo: Companhia das Letras, 2002. ISBN 85-359-0224-4. Pg 24.
    • Barman, Roderick J. Citizen Emperor: Pedro II and the Making of Brazil, 1825-1891. Stanford: Stanford University Press, 1999. ISBN 0-8047-3510-7 Pg. 112, 124, 125.
  2. Rosa, José María (1972). Historia argentina: Unitarios y federales (1826-1841). Tomo IV. Buenos Aires: Editorial Oriente, pp. 23. En diciembre de 1825 el Ejército de Observación acampado en Entre Ríos sumaba 2000 hombres escogidos y dirigidos por oficiales capaces, Rivadavia esperaba aumentar el tamaño de aquel a 16 000 con las levas del interior. Contaban con el apoyo de 4000 orientales vencedores de Sarandí y acuartelados en Durazno a la espera de los occidentales.
  3. Martín Suárez (1974). Atlas histórico-militar argentino. Buenos Aires: Círculo Militar, pp. 164.
    Fuerzas en presencia
    Republicanos: 7700 hombres, de los cuales 1800 infantes, 5400 jinetes (de ellos 400 milicianos de Buenos Aires y 2.000 de las milicias orientales) y 500 artilleros con 16 piezas. Fuerzas imperiales: 6300 hombres, 2300 infantes, 3700 jinetes, 300 artilleros con 12 piezas.
  4. Rosa, 1972: 30. En diciembre de 1826 el plan de Barbacena era reunir 15 000 hombres en Santa Ana, de ahí aplastar a los 8000 soldados que tenía Alvear y ocupar Entre Ríos para imponer la paz a Buenos Aires desde allí.
  5. Rosa, 1972: 23. En diciembre de 1825 los brasileños estaban en crisis. Abreu había sido reemplazado en noviembre como gobernador de armas por el brigadier Massena Rosado, aquel había retrocedido a Río Grande con 5000 efectivos esperando refuerzos, mientras la vanguardia estaba en Cerro Largo. Otros 800 jinetes riograndenses estaban con Bento Manuel en Cuareim vigilando al Ejército de Observación. Las guarniciones de Montevideo y Colonia podía resistir pero no pasar a la ofensiva y desde Europa venían mercenarios alemanes.
  6. Rosa, 1972: 30. Alvear se adelantó a los planes de Barbacena y avanzó con todas sus fuerzas sobre Santa Ana, obligándolo a retroceder a Río Grande con los 8000 hombres que tenía. Mientras la flota de Brown hostilizaba las costas brasileñas hasta Río de Janeiro, de los navíos comprados a Chile solo llegó uno, el resto de hundió en el Cabo de Hornos.
  7. SCHEINA, Robert Latin America's Wars: the age of the caudillo, 1791-1899, Brassey's, 2003.
  8. Henry Harrise, The Diplomatic History of America, Ed. B.F. Stevens, Londres, 1897, pág. 91-108 y 138-139.
  9. História da Capitanía de São Vicente de Pedro Taques, artículo en Dominio Público consultado el 16 de agosto de 2010.
  10. Plano del Río de la Plata de 1631, por Joao Teixeira Albernaz el viejo; citado por Ariadna Islas, en Límites para un Estado, en Ana Frega (coord.), Historia regional e independencia del Uruguay, Ed. de la Banda Oriental, Montevideo, 2009. ISBN 978-9974-1-0629-1
  11. J. A. Baldrich, Historia de la Guerra del Brasil, Buenos Aires 1905, página 6.
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  13. J. A. Baldrich, Historia de la Guerra del Brasil, Buenos Aires 1905, página 9.
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  21. La Herencia Misionera, en Territorio Digital. Consultado el 15 de agosto de 2010.
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  26. Hugo Chumbita, El bandido Artigas, Revista Todo es Historia Nro. 356, pág. 8-27, 1997.
  27. Raúl Scalabrini Ortiz, Historia de la segregación del Uruguay, en Política británica en el Río de la Plata, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1973, pág. 117-136.
  28. Esa sería la razón por la cual durante la Guerra del Brasil la corona consideró más o menos seriamente la ocupación de toda la Mesopotamia argentina y el Paraguay, la cual permitiría asegurar toda la cuenca de los ríos Paraná y Paraguay. Véase el «Novo Mappa Geographico que contém as Províncias de S. Pedro, Cisplatina, Entre Rios, Paraguai e paises adjacentes»; citado por Ariadna Islas, en Límites para un Estado , figura 15 y pág. 193-194, en Frega, Historia regional e independencia del Uruguay .
  29. Se han calculado arreos hacia Río Grande del Sur del orden de los 14 millones de cabezas durante la ocupación luso-brasileña. Véase Creación del Estado Oriental (I), en Historia Nacional, página del Movimiento Revolucionario Oriental. Consultado en agosto de 2010.
  30. Washington Reyes Abadie, Oscar H. Bruschera y Tabaré Melogno, El Ciclo Artiguista, Tomo II, Ed. Cordón, Montevideo, 1975.
  31. Lincoln R. Maiztegui Casas, Orientales: una historia Política del Uruguay, Tomo 1: De los orígenes a 1865, Ed. Planeta, Bs. As., Montevideo, 2004. ISBN 950-49-1330-X
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  33. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la República Caudillesca (1820-1838), pág. 17-21.
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  35. J. A. Baldrich, página 39. Ver Acta.
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  40. Desembarco de los 33, en Historia del Uruguay. el 7 de marzo de 2010 en Wayback Machine. Consultado el 17 de agosto de 2010.
  41. Existe una controversia no resuelta entre los historiadores sobre el episodio del paso de Rivera a las fuerzas revolucionarias: mientras historiadores simpatizantes del Partido Colorado relatan que el abrazo fue real, y que la supuesta prisión de Rivera era para justificarse ante el Imperio, los historiadores de tendencia Blanca afirman que Rivera se negó a colaborar y solo se unió a Lavalleja ante la amenaza de ser fusilado. Una carta de Lavalleja a su esposa y las memorias de José Brito del Pino parecen respaldar esta última afirmación.
  42. «Actos por el 185º aniversario del Abrazo del Monzón, en el Diario La República del 3 de mayo de 2010.». 
  43. Ulisses Brendão, A confederação do Equador, Ed. del Instituto Arqueológico, Histórico e Geográfico Pernambucano, Recife, 1924.
  44. Batalla de Sarandí, en Escuela Digital. Consultado en agosto de 2010.
  45. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la República Caudillesca (1820-1838), pág. 35.
  46. Luis Edelmiro Chelle, Los principales hechos históricos de 1825, Ed. de la Comisión Nacional de Homenaje del Sesquicentenario de los hechos históricos de 1825, Montevideo, 1875.
  47. Isidoro J. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, Ed. Emecé, Bs. As., 2004, pág. 372-373. ISBN 950-04-2675-7
  48. Su jefe de estado mayor era el coronel Manuel Patricio Rojas, el comandante de la caballería era el mayor Paulino Rojas, de la infantería el capitán Bernardo Henestrosa, el secretario militar Tomás de Iriarte y su comisario de guerra Dionisio Quesada. Véase Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 373.
  49. Vicente D. Sierra, Historia de la Argentina, Ed. Garriga, Bs. As., 1973.
  50. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la República Caudillesca (1820-1838), pág. 35-56.
  51. Batalla del Rincón, en Escuela Digital. Consultado en agosto de 2010.
  52. Fábio Ferreira, Breves consideracoes acerca da Provincia Cisplatina: 1821-1828, en el sitio de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Consultado en agosto de 2010.
  53. David Carneiro, História da Guerra Cisplatina.
  54. Decreto de Reincorporación de la Provincia Oriental a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
  55. El Congreso de las Provincias Unidas acepta la reincorporación de la Banda Oriental, en la página de Historia de las Relaciones Exteriores Argentinas, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina. Consultado en agosto de 2010.
  56. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 381-382.
  57. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 376.
  58. Decreto de habilitación de gastos para la Guerra del Brasil emitido por el Congreso General Constituyente.
  59. John Armitage, Historia do Brazil, desde a chegada da real família de Bragança, em 1808, até a abdicação do imperador D. Pedro I, em 1831, trad. al portugués de Joaquim Teixeira de Macedo, Ed. de la Typ. Imp. e Const. de Villeneuve e Comp., Río de Janeiro, 1837, pág. 173.
  60. Boris Fausto y Fernando J. Devoto, Brasil e Argentina: Um ensaio de história comparada (1850-2002), 2.ª ed., Editoria 34, São Paulo, 2005, pág. 26-37
  61. Tomás de Iriarte repetidamente da cuenta de esa diferencia de carácter de los militares de ambos bandos en La Campaña del Brasil, fragmentos seleccionados de sus Memorias, en que Ed. Hyspamérica, Bs. As., 1988. ISBN 950-614-728-0
  62. David Carneiro, História da Guerra Cisplatina, Companhia Editora Nacional, São Paulo, 1946.
  63. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 373.
  64. Véase David Peña, Juan Facundo Quiroga, Ed. Hyspamérica, Bs. As., 1986.
  65. Busaniche, Historia Argentina, pág. 458.
  66. Las operaciones terrestres, en la Historia de las Relaciones Exteriores argentinas, del Ministerio de Relaciones Exteriores. Consultado en agosto de 2010.
  67. Sierra, Historia de la Argentina.
  68. «....ya habrá sabido la renuncia de Rivadavia. Su administración ha sido desastrosa y solo ha contribuido a dividir los ánimos. Yo he rechazado tanto sus groseras imposturas como su innoble persona. Con un hombre como este al frente de la administración no creí necesario ofrecer mis servicios en la actual guerra con el Brasil, por el convencimiento en que estaba, de que hubieran sido despreciados.»
    Carta de San Martín a Bernardo O'Higgins del 20 de octubre de 1827.
    Citado por Héctor Juan Piccinali, Vida de San Martín en España, Ediciones Argentinas, Bs. As., 1977.
  69. Pocos años más tarde, el buque francés que transportaba a San Martín desde Europa hasta Buenos Aires debió hacer una etapa en Río de Janeiro; al ser inspeccionado el pasaje por los brasileños, San Martín debió ocultar su apellido y declarar llamarse José Matorras ―usando el apellido materno― y ser oriundo de España. Véase Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana. Ed. Eudeba, Bs. As., 1968.
  70. Iriarte, La Campaña del Brasil, pág. 73-77.
  71. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 385 y 388.
  72. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 388.
  73. Citado por Juan Beverina, La guerra contra el Imperio del Brasil, Ed. de la Biblioteca del Oficial, Bs. As., 1927, pág. 255-257.
  74. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 394.
  75. Ángel Justiniano Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Vol. II, Tomo 4, Guerra contra el Brasil, Ed. de la Secretaría de Estado de Marina, Bs. As., 1962, pág. 253.
  76. Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Tomo 4, pág. 249, nota 142.
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  79. Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Tomo 4, pág. 253-256.
  80. Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Tomo 4, pág. 253-256. Carranza opina que el castigo fue injusto, y que los oficiales no faltaron a su deber.
  81. Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Tomo 4, pág. 277-295.
  82. Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Tomo 4, pág. 295-307.
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  87. A War Betwixt Englishmen Brazil Against Argentin\ on the River Plate 1825-1830, Brian Vale, I. B. Tauris, page 137, chapter 14
  88. Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Tomo 4, pág. 341-402.
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  93. A War Betwixt Englishmen Brazil Against Argentin on the River Plate 1825-1830, Brian Vale, I. B. Tauris, page 137, chapter 14
  94. El corso, en la página de historia de las relaciones exteriores argentinas del Ministerio de Relaciones Exteriores. Consultado el 30 de septiembre de 2010.
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  97. Carranza, Campañas navales de la República Argentina, Tomo 4, pág. 461-474.
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  99. http://www.argentina-rree.com/3/3-030.htm Historia General de las Relacciones Exteriores de la República Argentina, Capítulo 13: Las gestiones del gobierno de Buenos Aires frente a Gran Bretaña durante el conflicto con el Brasil
  100. [Vale, Brian (2000): A war betwixt Englishmen: Brazil against Argentina on the River Plate (1825-1830). Londres: I. B. Tauris, 2000]
  101. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 385 y 393.
  102. José de Torres Wilson, Oribe: el Uruguay en la lucha de los Imperios, Ed. de la Banda Oriental, Montevideo, 1976.
  103. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 385.
  104. Iriarte cuenta en sus Memorias que la llegada de Alvear causó la deserción del coronel Escalada, enemigo personal de aquél. En su reemplazo, asumió el mando del Regimiento Nro. 3 el teniente coronel Ángel Pacheco.
  105. En reemplazo de Alvear, asumió el Ministerio de Guerra el general Francisco Fernández de la Cruz.
  106. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 387-389.
  107. Véanse las Memorias de Iriarte (La Guerra del Brasil, pág. 121-135) y el Diario de Marcha del coronel Brandsen.
  108. En sus Memorias, Iriarte llega a afirmar que la intención de Alvear era destruir su propio ejército. La Guerra del Brasil, pág. 151-161
  109. Iriarte, Memorias. La Guerra del Brasil, pág. 147-148.
  110. Iriarte refiere en sus Memorias que vio cómo eran quemadas las cureñas que había guardado para reemplazar las que se estaban arruinando por la larga marcha. La Guerra del Brasil, pág. 155-161.
  111. Iriarte cuenta que Alvear se limitó a dormir la siesta, esperando que el río bajara. El teniente coronel Eugenio Garzón lo habría despertado a los gritos, exigiéndole que tomara alguna decisión, a lo que Alvear reaccionó ordenando un retroceso a marchas forzadas hacia un lugar en que había decidido presentar batalla. La Guerra del Brasil, pág. 170-177
  112. Paz y Lavalle fueron ascendidos al grado de brigadier después de la batalla; otro oficial que fue ascendido fue Pacheco. Iriarte, que creía haber hecho méritos para obtener un ascenso, fue postergado, lo cual le valió a Alvear el odio de por vida del jefe de su artillería, que en sus monumentales Memorias no ahorraría epítetos en su contra.
  113. Entre los muertos figuró el mariscal Abreu, muerto por fuego de su propio bando. Véase Achylles Porto-Alegre, Homens Illustres do Rio Grande do Sul, Livraria Selbach, Porto Alegre, 1917.
  114. No solamente Iriarte, sino también Paz y Lamadrid adjudicarían en sus respectivas Memorias el mérito de la batalla a sus oficiales, todos ellos con mucha mayor experiencia bélica que su jefe; casi todos ellos eran veteranos de la guerra de Independencia Argentina. Los tres destacan también el coraje, la destreza y la frugalidad de los gauchos rioplatenses como ventajas del Ejército Republicano.
  115. Ruiz Moreno, Campañas militares argentinas, Tomo I, pág. 411-414.
  116. Latin America's Wars, The Age of Caudillo, 1791-1899, Robert L. Scheina
  117. Como curiosidad, algunos de los descendientes de estos soldados alemanes llegaron a ser miembros destacados de la aristocracia porteña, como es el caso de la familia Bullrich. Véase Jauretche, Arturo, El medio pelo en la sociedad argentina, Ed. A. Peña Lillo, Bs. As., 1966.
  118. «Carta de Ponsonby a George Canning.». 
  119. «http://www.argentina-rree.com/3/3-025.htm». 
  120. Iriarte, La Guerra del Brasil, pág. 261-262.
  121. Iriarte, La Guerra del Brasil, pág. 254-256.
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  131. Ana Frega, La «campaña militar» de las Misiones en una perspectiva regional, en Frega, Historia regional e independencia del Uruguay, pág. 157-159.
  132. El «tratado de la Farola», firmado en 1819 entre las fuerzas de ocupación portuguesas y el Cabildo de Montevideo, fijaba el límite norte de la Provincia Cisplatina en el río Daymán. No obstante, las autoridades rioplatenses siempre rechazaron la pretensión brasileña de utilizar ese tratado en favor de sus pretensiones, ya que el cabildo montevideano jamás había tenido jurisdicción más allá de los límites de la ciudad. Véase Ariadna Islas, Límites para un estado, en Frega, Historia regional e independencia del Uruguay, pág. 158-160.
  133. Ariadna Islas, Límites para un estado, en Frega, Historia regional e independencia del Uruguay, pág. 159-161.
  134. Ariadna Islas, Límites para un estado, en Frega, Historia regional e independencia del Uruguay, pág. 162-167.
  135. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 57-59.
  136. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 59-60.
  137. Aparentemente, la razón por la que Ponsonby, que no tenía ninguna experiencia diplomática, fue enviado tan lejos era por pedido del rey Jorge IV, para sacarse de encima un competidor por los favores de su amante.
  138. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 62-63.
  139. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 63-64.
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  141. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 64-65.
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  143. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 65.
  144. La expresión «feliz experiencia», utilizada por el gobernador Las Heras en su discurso de asunción del cargo de gobernador, pasó a la historia como una acertada descripción del bienestar y optimismo reinante en la capital después de la experiencia de la guerra de independencia y de la Anarquía del Año XX. Véase Luis Alberto Romero, La feliz experiencia, Memorial de la Patria, tomo IV, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1983. ISBN 950-508-073-5
  145. Carta de Ponsonby a Canning, Buenos Aires, 20 de octubre de 1826, citada en Luis Alberto de Herrera La Misión Ponsonby, Tomo II, pág. 71-72.
  146. Isidoro J. Ruiz Moreno (2005). «Campañas Militares Argentinas- La política y la guerra». Emecé. Consultado el 1 de abril de 2010. «pág. 414». 
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  148. Juan Carlos Nicolau (2008). «Manuel José García (1784-1848) - Política y Diplomacia en el Río de la Plata». Historica, de Emilio J. Perrot. «pág. 213-214». 
  149. «Archivo General de la Nación Argentina». «AGN, Sala X, 1-1-8». 
  150. El embajador plenipotenciario de Gran Bretaña en Río de Janeiro era Sir Robert Gordon]; los ministros brasileños eran el marqués de Queluz, el vizconde de São Leopoldo, y el marqués de Maceió.
  151. La fallida misión García y sus consecuencias, en la Historia de las Relaciones Exteriores Argentinas, página del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina. (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). Consultado en agosto de 2010.
  152. Relato del propio García a Gordon, según la carta de este a Canning del 8 de junio de 1827; nótese que no menciona la República Argentina ni a las Provincias Unidas ―que son muy poco mencionadas en otras cartas del mismo Gordon― sino solamente a Buenos Aires. Citado por Luis Alberto de Herrera, La misión Ponsonby, tomo II, Ed. Eudeba, Bs. As., 1974, pág. 137.
  153. El frente este: Rivadavia y la Guerra contra el Brasil de 1827, de Evergisto de Vergara, agosto de 2006, en la página del Instituto de Estudios Estratégicos de Buenos Aires. el 15 de mayo de 2013 en Wayback Machine. Consultado el 30 de agosto de 2010.
  154. El historiador uruguayo Juan E. Pivel Devoto, luego de una ardua investigación derivada de la lectura de cartas de Lavalleja y Pedro Trápani, se ha formado otra opinión con respecto a este hecho histórico:
    «La interpretación de los hechos que nos legaron nuestros historiadores clásicos, no nos habría permitido por cierto formarnos una idea muy halagadora de la conducta de aquel personaje. En esa creencia hemos vivido muchos años y, más aún, no tengo reparos en confesar que, quienes adquirimos nuestros conocimientos iniciales de historia en un manual, tenemos arraigada la idea de que el «famoso» Manuel José García había sido un enemigo de la República Oriental del Uruguay". El problema es mucho más complejo de lo que se supone. El convenio de paz suscripto por García en 1827 ha pasado a la historia con el duro calificativo de ignominioso que le prodigaron las pasiones desatadas de la época y con el juicio formulado por el presidente Rivadavia en un momento crítico de su gobierno, en el que quiso, por ese medio, conquistar la opinión pública que le rehusaba su simpatía.»
  155. Gordon a Ponsonby, 1 de junio de 1827, citado en Herrera, La misión Ponsonby, Tomo II, pág. 132.
  156. Cit. por Juan Carlos Nicolau, que agrega:
    «Sin duda, una actitud poco digna de los integrantes del gobierno, que habían acudido al comisionado para resolver un problema en el cual se había involucrado, por la decisión de entrar en guerra contra el Brasil y haber fracasado en sus intentos de organizar la República, negándose a escuchar a las provincias interiores.»
  157. Juan Carlos Nicolau (2008). «Manuel José García (1784-1848) - Política y Diplomacia en el Río de la Plata». Historica, de Emilio J. Perrot. Consultado el 1 de abril de 2010. «pág. 214». 
    Relata Nicolau que
  158. Curiosamente, el único diputado que intentó analizar la Convención antes de rechazarla era un decidido federal: Manuel Moreno. Véase Hugo R. Galmarini, Del fracaso unitario al triunfo federal, Memorial de la Patria, tomo V, Ed. La Bastilla, Bs. As., 1984, pág. 60. ISBN 950-508-231-2
  159. Sierra, Historia de la Argentina, Tomo VII, pág. 631
  160. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 40.
  161. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 69.
  162. La segunda etapa de la misión Ponsonby, en la Historia de las Relaciones Exteriores Argentinas, página del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina. (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última). Consultado el 20 de agosto de 2010.
  163. Raúl Scalabrini Ortiz, Política Británica en el Río de la Plata, Ed. Reconquista, Bs. As., 1940, pág. 113.
  164. Sergio Corrêa da Costa, Brasil, segredo de Estado: incursão descontraída pela história do país, 5.ª ed., Ed. Record, Río de Janeiro, 2002. ISBN 85-01-06182-4
  165. Castellanos, La Cisplatina, la Independencia y la república caudillesca, pág. 77.
  166. Tulio Halperin Donghi, "De la revolución de la independencia a la confederación rosista", p. 246. Paidós,2000
  167. Alejandro Larguía, Misiones Orientales, la provincia perdida, Ed. Corregidor, Bs. As., 2000.
  168. Rivera logró no ceder a todas las pretensiones del Brasil, que exigía llevar su límite sur hasta el río Daymán actualmente límite entre los departamentos de Salto y Paysandú. Véase Ariadna Islas, Límites para un Estado, en Ana Frega (coord.), Historia regional e independencia del Uruguay, Ed. de la Banda Oriental, Montevideo, 2009. ISBN 978-9974-1-0629-1
  169. Lily Sosa de Newton, Lavalle, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1973.
  170. Larguía, Misiones Orientales, la provincia perdida.
  171. Adolfo Saldías, Historia de la Confederación Argentina, Ed. Hyspamérica, Bs. As., 1987.
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La Guerra del Brasil Guerra argentino brasilena o Guerra rioplatense brasilera Guerra da Cisplatina en portugues fue un conflicto armado entre las Provincias Unidas del Rio de la Plata que recientemente se habian independizado del Reino de Espana y el Imperio del Brasil que a su vez tambien se habia independizado del Reino Unido de Portugal Brasil y Algarve por la posesion de los territorios que corresponden a la actual Republica Oriental del Uruguay y parte del actual estado brasileno de Rio Grande del Sur y que tuvo lugar entre 1825 y 1828 Guerra del BrasilParte de Guerras PlatinasFecha25 de octubre de 1825 28 de agosto de 1828LugarLa Banda Oriental actual Uruguay Rio de la Plata Rio Grande del Sur Sur de Brasil Carmen de Patagones sur de la Provincia de Buenos Aires Casus belliInvasion luso brasilena de 1816 Cruzada libertadoraConflictoDisputa territorial entre el Imperio del Brasil y las Provincias Unidas del Rio de la Plata 1 ResultadoConvencion Preliminar de PazConsecuenciasCreacion del Estado Oriental del UruguayBeligerantesProvincias Unidas del Rio de la Plata Imperio del BrasilComandantesBernardino Rivadavia Guillermo Brown Carlos Maria de Alvear Juan Antonio Lavalleja Fructuoso Rivera Pedro I de Brasil Rodrigo Pinto Guedes Marques de Barbacena Carlos Federico LecorFuerzas en combate6000 1825 2 7700 1826 3 8000 1826 1827 4 5800 1825 5 6300 1826 3 8000 1826 1827 6 editar datos en Wikidata En 1816 numerosas y bien pertrechadas fuerzas del Reino Unido de Portugal Brasil y Algarve comenzaron la invasion luso brasilena de la Provincia Oriental anteriormente llamada la Banda Oriental y de la casi totalidad de Misiones realizando tambien incursiones en las provincias de Corrientes y Entre Rios En 1821 la Provincia Oriental tras ser derrotado Jose Gervasio Artigas el ano anterior en la Batalla de Tacuarembo fue anexada al Brasil con el nombre de Provincia Cisplatina Cinco anos despues en 1825 y con el apoyo del gobierno argentino un grupo de orientales y de otras provincias llamado los Treinta y Tres Orientales y liderado por Juan Antonio Lavalleja ingreso en la Provincia Oriental para desalojar a los ocupantes brasilenos Con la posterior ayuda de Fructuoso Rivera en pocos meses logro retirar al ejercito brasileno y el 25 de agosto en el Congreso de Florida declaro la independencia de la Provincia Oriental del Brasil y su unificacion con las demas provincias que conformaban las Provincias Unidas del Rio de la Plata o Argentina Brasil declaro la guerra a Argentina Si bien al comienzo de las hostilidades las fuerzas imperiales eran mayores a las republicanas las Provincias Unidas derrotaron a Brasil en muchas batallas en una lucha de tres anos por tierra y mar siendo la Batalla de Ituzaingo la mas importante No obstante las fuerzas argentinas nunca lograron capturar Montevideo ni penetrar profundamente en territorio brasileno y esto sumado al hecho de que Brasil obtuvo mejores resultados en el mar al destruir la mayor parte de la pequena flota argentina derivo en que Brasil obtuvo al final terminos mas favorables en el tratado de paz 7 Sin embargo los problemas economicos y politicos generados en ambos estados en especial el bloqueo de la Armada de Brasil al puerto de Buenos Aires y el impasse en tierra dado que Colonia del Sacramento y Montevideo estuvieron bajo el control de Brasil durante todo el conflicto aconsejaron iniciar las tratativas de paz En 1827 el ministro plenipotenciario argentino Manuel Jose Garcia excediendose en su mision firmo la Convencion Preliminar de Paz de 1827 con los representantes brasilenos que reconocia la soberania del Imperio sobre la Provincia Oriental y se comprometia a pagarle a Brasil una indemnizacion de guerra El presidente Bernardino Rivadavia la declaro como el tratado deshonroso rechazandola y presentando posteriormente su renuncia El conflicto continuo hasta el 27 de agosto de 1828 cuando los representantes del gobierno de la Republica de las Provincias Unidas del Rio de la Plata y los del Emperador del Brasil Pedro I firmaron la Convencion Preliminar de Paz de 1828 que acordo la independencia de la Provincia Oriental y el cese de las hostilidades Indice 1 Antecedentes 1 1 Espana y Portugal en la Cuenca del Plata 1 2 Ocupacion portuguesa de la Banda Oriental 1 3 La Provincia Cisplatina 2 Los Treinta y Tres Orientales y el Gobierno Nacional 2 1 Los Treinta y Tres Orientales 2 2 El Congreso de La Florida 2 3 Primeras batallas 2 4 Recursos belicos 2 5 Organizacion del Ejercito Argentino 2 6 El Ejercito Imperial 3 Guerra naval 3 1 Comienzos de la guerra naval 3 2 El Combate de Los Pozos 3 3 La Batalla de Quilmes 3 4 La Batalla de Juncal 3 5 La guerra de corso 3 6 Batalla de Carmen de Patagones 3 7 Batalla de Monte Santiago 3 8 Ultimos combates 4 Operaciones del Ejercito Republicano 4 1 Primeras acciones en la Provincia Oriental 4 2 Avance de Alvear 4 3 Ituzaingo 4 4 El Ejercito al mando de Lavalleja 4 5 Campana de Rivera a las Misiones Orientales 5 Final de la guerra e independencia del Uruguay 5 1 Primeras gestiones de Gran Bretana 5 2 La Mision Ponsonby 5 3 La presion economica sobre el gobierno argentino 5 4 Mision Garcia y la Convencion Preliminar de Paz de 1827 5 5 Dorrego y el aumento de la presion economica 5 6 Mision Guido Balcarce y la Convencion Preliminar de Paz de 1828 6 Consecuencias 7 Bibliografia 8 Enlaces externos 9 Notas y referenciasAntecedentes EditarEspana y Portugal en la Cuenca del Plata Editar En 1494 poco despues del Descubrimiento de America el Tratado de Tordesillas fijo los limites entre los dominios de Espana y Portugal en America del Sur a lo largo de una linea que en la practica resulto muy dificil de determinar aunque distintos autores coincidieron en fijarla alrededor del meridiano 46º O 8 Por ello las fundaciones portuguesas en la costa del Brasil se extendieron hasta Sao Vicente 9 En la practica la colonizacion portuguesa del Brasil nunca respeto totalmente ese limite y en el interior la colonizacion se extendio mucho mas al oeste sobre todo en la region de Sao Paulo y continuando a partir de la decada de 1540 hacia el Sur llegando hasta la localidad de Laguna Desde principios del siglo XVII los colonizadores portugueses consideraron como su limite natural al Rio de la Plata En fecha tan temprana como el ano 1631 ya existia cartografia que consideraba que la margen izquierda de este rio era de soberania portuguesa 10 En 1680 aprovechando la ausencia de colonizacion espanola en la region el Maestre de Campo Manuel de Lobo fundo la Colonia del Sacramento en la costa norte del Rio de la Plata fijando la pretension de Portugal de extender su dominio hasta aquella region Si bien fue inmediatamente expulsado por fuerzas espanolas provenientes de Buenos Aires al mando del gobernador Jose de Garro la corona espanola prefirio conservar la paz con Portugal y devolver la Colonia 11 Durante casi un siglo la Colonia fue varias veces capturada por fuerzas espanolas y otras tantas rapidamente devuelta a Portugal 12 En el marco de la Guerra de Sucesion Espanola 1701 1713 a fines de 1704 el Virrey del Peru Melchor Portocarrero Lasso de la Vega ordeno al maestre de campo Juan Valdez la captura de Colonia que tras un prolongado sitio es ocupada en marzo de 1705 El tratado de Utrecht que puso fin a la guerra establecio que esa ciudad volviera a la soberania portuguesa 13 Un nuevo intento de colonizacion portuguesa fue frenado por la fundacion de la ciudad de Montevideo en 1724 14 A ello respondieron los portugueses con la ocupacion de la actual Rio Grande del Sur en 1737 15 En 1750 el Tratado de Madrid tambien llamado Tratado de Permuta anulo la Linea de Tordesillas y fijo un nuevo limite entre las colonias portuguesas y espanolas en America del Sur adjudicandole a Portugal las Misiones Orientales que tenia Espana a cambio de la posesion de Colonia el Tratado trajo serios conflictos en la region ya que los guaranies resistieron la ocupacion portuguesa dando lugar a la Guerra Guaranitica entre 1754 y 1756 16 El pacto de Madrid se revirtio en 1761 asi Colonia retorno bajo la soberania portuguesa En 1762 Espana y Francia estaban en guerra contra Inglaterra y Portugal Una escuadra anglo portuguesa bajo el mando del comodoro O Meara se encontraba en el Rio de la Plata A pesar del peligro el gobernador de Buenos Aires Brigadier Pedro Antonio de Cevallos organizo una expedicion de unos 2700 hombres que llego por sorpresa a Colonia 17 y logro la capitulacion el dia 2 de noviembre Se capturaron 26 barcos y 150 piezas de artilleria que fueron dispuestos para la defensa de la ciudad ante el inminente ataque de la escuadra britanica 18 El ataque britanico llego el dia 6 de enero de 1763 Durante tres horas se produjo un feroz bombardeo hasta que el disparo de un artillero porteno impacto en el arsenal de la fragata Lord Clive en la que estaba O Meara Se produjo una explosion que destruyo inmediatamente la embarcacion Ante semejante perdida el resto de la flota britanica se retiro 18 Cevallos continuo su marcha por Brasil ocupando Santa Tecla Chuy y San Pedro de Rio Grande la capital del estado portugues Un tratado de paz nuevamente anulo los avances espanoles en la region y Cevallos retorno a Espana decepcionado En su lugar quedo como gobernador de Buenos Aires Francisco de Paula Bucarelli 19 En noviembre de 1776 el rey Carlos III creo el Virreinato del Rio de la Plata y nombro virrey a Cevallos 19 Este ultimo zarpo al mando de 9300 hombres y entre febrero y marzo de 1777 ocupo todo lo que hoy es el sur del Brasil Santa Catarina y Rio Grande do Sul ademas de Colonia En el Tratado de San Ildefonso firmado ese ano Espana devolvio solo Santa Catalina y Rio Grande de modo que Colonia Montevideo y Santa Tecla quedaron bajo su dominio 20 21 Los virreyes del Rio de la Plata se esforzaron en fundar pueblos en lo que ya se llamaba la Banda Oriental a partir de esa fecha para asegurarse la soberania efectiva de Espana sobre ese territorio 22 La ciudad de Montevideo fue amurallada y contaba tambien con una fuerte guarnicion militar Los dos tratados parecian dejar en claro que ambas potencias aceptaban la ocupacion de territorio como fuente para reclamar la soberania 23 pero las recuerrentes guerras entre Portugal y Espana causaban la inestabilidad de los limites y ningun tratado logro estabilizarlos durante la Guerra de las Naranjas en 1801 tropas portuguesas ocuparon las Misiones Orientales sin que las fuerzas espanolas del Virreinato del Rio de la Plata pudieran hacer nada para impedirlo o recuperarlas 21 Ocupacion portuguesa de la Banda Oriental Editar Articulo principal Invasion Luso Brasilena Desde que en 1808 a raiz de las guerras napoleonicas la casa real portuguesa se instalo en Rio de Janeiro las pretensiones portuguesas sobre la Banda Oriental e incluso a traves del proyecto carlotista sobre todo el Virreinato del Rio de la Plata 24 fueron en aumento El estallido de la Revolucion de Mayo y la Revolucion Oriental y las Expediciones Libertadoras de la Banda Oriental dieron nuevo impulso a esas pretensiones sobre todo cuando el ultimo virrey Francisco Javier de Elio solicito la intervencion portuguesa en defensa de su dominio en la Banda Oriental Ese pedido causo la invasion portuguesa de 1811 que duro hasta fines de 1812 25 Con la ruptura entre el caudillo federal Jose Artigas y el gobierno bonaerense la situacion en la Banda Oriental se destaco por la inestabilidad politica y social La victoria de Artigas que a principios de 1815 ocupo Montevideo y todo el resto de la Banda Oriental permitio ciertos avances democraticos y en el reparto de tierras entre los gauchos pobres 26 Este avance democratico fue visto como una amenaza por el rey de Portugal Juan VI que aprovechando la debilidad de la Provincia Oriental que no podia contar con apoyo del gobierno central planeo la invasion de la Banda Oriental Ademas fue impulsado a ello por los espanoles exiliados de Montevideo cuando esta ciudad habia caido en manos de los independentistas y de los partidarios de distintos bandos de la misma ciudad enemistados con Artigas 27 Portugal ambicionaba la Banda Oriental por dos razones principales en primer lugar si el Rio de la Plata se transformaba en un rio limitrofe la navegacion por el mismo seria libre para ambas naciones lo cual le posibilitaria alcanzar la cuenca superior del rio en la cual estaba ubicada la mayor parte de la poblacion alejada del mar del Imperio 28 La otra razon de las ambiciones portuguesas estaba relacionada con la riqueza rural especialmente ganadera de la Banda Oriental cuyo ganado cimarron podria ser una fuente barata de alimentacion para la poblacion brasilena especialmente para sus esclavos 29 Con la excusa de terminar con las fuerzas artiguistas acusadas de atacar las estancias de los antiguos territorios espanoles que Portugal ocupara en 1801 y que en 1816 fueran anexados al Brasil la Invasion Luso Brasilena se inicio a mediados de 1816 A principios del ano siguiente ya ocupaban Montevideo ciudad que fue ocupada gracias a una capitulacion con el cabildo y varias otras plazas 30 La defensa del territorio fue dirigida por Artigas el cual aun cuando sufrio varias derrotas a manos de los invasores logro sostenerse durante mas de tres anos en distintos puntos de la campana Las desavenencias entre Artigas y varios de sus seguidores que le exigian llegar a algun punto de arreglo con el gobierno de Buenos Aires llevaron al abandono de estos de las filas artiguistas 31 Finalmente en enero de 1820 en la Batalla de Tacuarembo Artigas fue definitivamente derrotado y expulsado del territorio al que ya no volveria 30 El ultimo resto de sus seguidores acaudillado por Fructuoso Rivera termino por incorporarse al ejercito portugues 32 El rey Juan VI quiso darle alguna forma legal a la ocupacion y ordeno al gobernador del territorio invadido Carlos Federico Lecor que organizara un Congreso Cisplatino que decidiera si ese territorio deberia ser devuelto a las Provincias Unidas del Rio de la Plata incorporarse al Brasil opcion que por razones diplomaticas no era la que el rey preferia u obtener la independencia Pero el gobernador Lecor digito las elecciones hasta obtener un Congreso formado por sus seguidores y aliados este Congreso declaro la incorporacion de la Banda Oriental al Reino Unido de Portugal Brasil y Algarve con el nombre de Provincia Cisplatina 33 La Provincia Cisplatina Editar Articulo principal Provincia Cisplatina Bandera de la Provincia Cisplatina En 1822 el Imperio de Brasil se independizo de Portugal durante la crisis subsiguiente los dirigentes orientales intentaron lograr que las fuerzas portuguesas que ocupaban Montevideo le entregaran la ciudad a ellos aun cuando el interior de la Cisplatina estaba ocupada por las fuerzas leales al Brasil comandadas por Lecor Pero los portugueses entregaron Montevideo a Lecor que siguio gobernando la Provincia Cisplatina en nombre del Emperador Pedro I 34 No todo el territorio de la Banda Oriental quedo dentro de la Cisplatina la fraccion mas septentrional paso a depender la Capitania de San Pedro del Rio Grande del Sur El 17 de octubre de ese ano en el Arroyo de la Virgen el coronel Fructuoso Rivera junto a Juan Antonio Lavalleja y los demas oficiales y tropa del Regimiento de Dragones de la Union prestaron juramento solemne de fidelidad al emperador juramento que no tardarian en violar 35 Durante esa crisis los sectores orientales que intentaban expulsar a los brasilenos pidieron ayuda a las provincias argentinas La Provincia de Buenos Aires la mas cercana rica y poderosa se nego por completo a participar en cualquier campana militar para liberar ese territorio El unico gobernante que prometio ayuda fue Estanislao Lopez de la provincia de Santa Fe pero su gesto no paso de buenas intenciones 36 Un grupo de oficiales orientales intento organizar una revolucion en el territorio oriental pero fracaso en su intento debido a la habilidad politica del gobernador Lecor De modo que dirigidos por Juan Antonio Lavalleja se trasladaron a Buenos Aires donde reunieron fondos y recursos belicos aportados sobre todo por estancieros y comerciantes entre los cuales se destacaron Juan Manuel de Rosas y Pedro Trapani 37 Terminada la Guerra de la Independencia respecto a Espana la opinion publica en Buenos Aires y en el Litoral exigia la recuperacion del territorio ocupado pero el gobernador Las Heras y especialmente su ministro Manuel Jose Garcia tenian una posicion mas mesurada afirmaban que una guerra habia de ser preparada con cuidado 38 Por su parte el pueblo oriental intensificaba sus proyectos de liberacion 39 Los Treinta y Tres Orientales y el Gobierno Nacional EditarLos Treinta y Tres Orientales Editar Articulos principales Treinta y Tres Orientalesy Cruzada Libertadora El Juramento de los Treinta y Tres Orientales oleo de Juan Manuel Blanes Con el apoyo de Buenos Aires Santa Fe y Entre Rios fue organizada una pequena expedicion al mando de Juan Antonio Lavalleja secundado por Manuel Oribe los llamados Treinta y Tres Orientales partieron de la localidad bonaerense de San Isidro y desembarcaron en las costas orientales del rio Uruguay mas exactamente en el lugar conocido como Arenal Grande o La Agraciada el 19 de abril de 1825 40 Avisados con antelacion centenares de orientales se unieron a las fuerzas de Lavalleja Una semana mas tarde fuerzas de Lavalleja tomaron prisionero al Comandante de Campana imperial el antiguo lugarteniente artiguista Fructuoso Rivera a quien Lavalleja incorporo a sus fuerzas en el hecho conocido como Abrazo del arroyo Monzon 41 Las fuerzas leales a Rivera se incorporaron a la Cruzada Libertadora de Lavalleja comandadas por este y por el despues general Julian Laguna 42 En una rapida campana las fuerzas revolucionarias ocuparon el interior del territorio superando al ejercito ocupante que estaba muy debilitado desde la retirada de las fuerzas portuguesas Por otro lado el Emperador no habia podido enviar refuerzos a Lecor debido a que debia enfrentar una peligrosa revuelta en Pernambuco 43 El 2 de mayo fue ocupada la villa de Canelones 44 y el dia 8 de mayo Oribe puso sitio a Montevideo 45 rechazando en una escaramuza a las fuerzas que quisieron disputarle el Cerrito de la Victoria 46 Desde Canelones Lavalleja envio diversas columnas en todas direcciones a Rivera hacia Durazno a Leonardo Olivera hacia Maldonado a Manuel Duran hacia San Jose de Mayo mas otra en direccion a Colonia Simon del Pino defenderia Canelones 46 El gobernador de Buenos Aires Las Heras organizo en el mes de mayo un Ejercito de Observacion que se instalo en octubre en Concepcion del Uruguay sobre el rio Uruguay en la provincia de Entre Rios bajo el mando del general Martin Rodriguez 47 Estaba formado por dos escuadrones de caballeria tres companias de infanteria y cuatro piezas de artilleria a los cuales se agregaron 200 hombres de Entre Rios comandados por Pedro Espino 48 Su comandante tenia instrucciones de prestar apoyo a los orientales unicamente si estos retrocedian hacia Entre Rios aunque de estas instrucciones se podia inferir que el objetivo no era facilitarles volver a la lucha sino impedirselo 49 El Congreso de La Florida Editar Articulo principal Congreso de La Florida El general Juan Antonio Lavalleja Bandera de la Provincia Oriental del Uruguay utilizada entre 1825 y 1828 Aprobada por el Congreso de Florida esta basada en la Bandera de los Treinta y Tres Orientales aunque ya sin el lema en la franja blanca Lavalleja convoco de inmediato a una asamblea de los representantes de los pueblos orientales este se reunio en el pueblo de Florida el 14 de junio formado por algunos representantes de los pueblos Presidida por Manuel Calleros este primer Gobierno Provisorio nombro a Lavalleja Brigadier General y Comandante en Jefe del Ejercito Su principal mision fue convocar a los representantes de todos los pueblos liberados los cuales se reunieron en el llamado Congreso de La Florida el 20 de agosto Este presidido por Juan Francisco Larrobla eligio a Lavalleja Gobernador y Capitan General de la Provincia Oriental y sanciono el 25 de agosto tres leyes por la Ley de Independencia se proclamaba a la Provincia Oriental libre e independiente del Rey de Portugal del Emperador del Brasil y de cualquier otro del universo Por la Ley de Union se proclamaba Queda la Provincia Oriental del Rio de la Plata unida a las demas de este nombre en el territorio de Sud America La tercera ley establecia la bandera de las tropas orientales que seria la misma de tres colores que habia usado Artigas 50 Primeras batallas Editar El primer combate de alguna envergadura fue el combate de Las Vacas del 25 de junio victoria oriental sobre tropas de desembarco seguido por el combate de Arroyo Grande en que se lucio la caballeria de Rivera sobre una avanzada enemiga El 14 de agosto hubo un choque en Fraile Muerto cerca del extremo oriental de la provincia que resulto una victoria de Oribe sobre Bento Manuel Ribeiro 46 El 18 de agosto las fuerzas independentistas sitiaron la ciudad de Colonia 44 Otros combates se produjeron entre fines de agosto y principios de septiembre en San Francisco Mercedes y las Puntas del Aguila 46 En la primavera las tropas libertadoras sumaban 3230 hombres segun un parte redactado por Lavalleja al gobierno en La Florida Por su parte los brasilenos contaban con alrededor de 4200 hombres 46 El avance de los independentistas habia dejado algunas fuerzas a retaguardia la mayor parte de las cuales se habian retirado hacia el norte Entre las que no lo habian hecho estaba una division que se encargaba de cuidar los caballos que necesitaba el ejercito portugues junto al rio Uruguay una audaz maniobra de Rivera le dio la victoria sobre estos enemigos en la Batalla del Rincon el 24 de septiembre 51 Poco despues Lecor envio unos 2000 hombres al mando de Bento Manuel Ribeiro a atacar a los independentistas en su propia capital Lavalleja alcanzo a reunir una fuerza equivalente que alcanzo una completa victoria en la Batalla de Sarandi del 12 de octubre 44 Ese mismo dia la poblacion de Buenos Aires ataco la residencia del embajador brasileno por lo que este abandono la ciudad 52 Las fuerzas orientales tambien lograron desalojar a los brasilenos de Maldonado y de la Fortaleza de Santa Teresa esta ultima liberada por fuerzas al mando de Leonardo Olivera comandante militar de Maldonado el ultimo dia de 1825 46 Solo a mediados de noviembre de 1825 comenzo el embarque en Rio de Janeiro de las primeras tropas brasilenas para reforzar las derrotadas o sitiadas de la Banda Oriental Al finalizar el ano 1825 las fuerzas orientales en campana sumaban 4245 hombres 46 Debido a que enfrentaba algunas rebeliones en su contra que a la larga resultarian intrascendentes pero en ese momento parecieron amenazar el Imperio el gobierno imperial tardo mucho en poder reunir las tropas necesarias Durante el posterior ataque rioplatense los brasilenos quedarian en inferioridad numerica frente al enemigo dentro de su propia provincia de San Pedro del Sur 53 Las victorias de las tropas orientales encendieron el patriotismo de la opinion publica portena que forzo al Congreso Argentino reunido en esa ciudad a aceptar la reincorporacion de la Provincia Oriental el 25 de octubre de 1825 54 y ese mismo dia fueron aprobados los diplomas del diputado Javier Gomensoro electo por la Provincia Oriental 55 En respuesta el Imperio declaro la guerra a las Provincias Unidas el dia 10 de diciembre e inmediatamente la poderosa escuadra brasilena bloqueo el puerto de Buenos Aires y la boca del Rio de la Plata bloqueo que se mantuvo hasta el final del conflicto en 1828 56 La declaracion de guerra fue respondida por el Congreso argentino el 1 de enero de 1826 57 Recursos belicos Editar La guerra presento desde su comienzo dos fuerzas disimiles en material recursos y hombres 58 Las Provincias Unidas del Rio de la Plata recien habian concluido por el norte y el oeste la guerra de liberacion respecto al Imperio espanol por el noreste debieron afrontar la oportunista invasion lusobrasilena que ocupo tras las Misiones Orientales toda la Banda Oriental y extensas regiones en el este de la Mesopotamia Argentina actualmente correspondientes a las provincias argentinas de Misiones Corrientes y Entre Rios Tras concluir la amenaza realista espanola y proespanola las Provincias Unidas debieron afrontar las tendencias secesionistas que desde la recien creada Bolivia terminaron con la existencia de la extensa provincia de Tarija cita requerida Las Provincias Unidas del Rio de la Plata en su sector actualmente argentino poseian fronteras secas muy labiles Las diferencias de riquezas accesibles entre las Provincias Unidas y el Brasil eran abismales practicamente los unicos recursos exportables que solo posibilitaban una muy magra redistribucion y con esto fuertes tensiones por la coparticipacion que entonces poseian las Provincias Unidas eran la exportacion de cueros en crudo y la carne secada y salada el tasajo Por otra parte existian entonces unas pocas modestas y dificilmente accesibles minas de oro en Famatina que apenas bastaban para la acunacion de unas pocas monedas La escasa riqueza de las Provincias Unidas terminaron siendo factor de grave conflicto entre un gobierno centralista y los gobiernos provinciales cita requerida Por contrapartida el Brasil aunque poseia tambien fuertes contradicciones era un estado territorialmente muy extenso y monolitico cohesionado y con mucha mas poblacion con mayor posibilidad de reclutar efectivos para la guerra Estos debieron ser reclutados a la fuerza lo que no resulto una excesiva desventaja frente a la escasa colaboracion de las provincias interiores argentinas El Imperio se habia independizado del Portugal tras unas breves y poco onerosas acciones belicas 59 Aunque en comparacion con su poblacion el mercado interno brasileno era debil estaba mucho mas desarrollado que el de las Provincias Unidas y sus recursos economicos eran muy importantes a nivel internacional explotacion de millones de personas como mano de obra esclava exportacion de cafe cana de azucar algodon tabaco pieles maderas finas pesca balsamos tinturas productos medicinales naturales plumas llamativas importantes minas de oro diamantes y hierro Incluso en cuanto a riquezas regionales como cuero vacuno tasajo y mate el Brasil tras haber anexado gradualmente territorios en la cuenca del Plata habia superado a todos los estados concurrentes 60 La situacion geopolitica era absolutamente favorable para Brasil se encontraba geograficamente mucho mas cerca de sus mercados Europa America del Norte e incluso el Africa Tal situacion geopolitica tambien le permitia al Brasil interrumpir o dificultar enormemente el transito comercial entre las Provincias Unidas y los principales mercados de la epoca La diferencia geopolitica a favor de Brasil se acentuaba en otros aspectos mientras que Brasil poseia ya un extensisimo litoral maritimo por lo cual era impracticable todo intento de aplicarle bloqueos navales las Provincias Unidas poseian casi exclusivamente una unica salida y entrada para el comercio ultramarino el Rio de la Plata facilmente bloqueable cita requerida Brasil doblaba practicamente la cifra de efectivos terrestres y gran parte de las tropas a su servicio estaba constituida por mercenarios alemanes No obstante la diferencia en moral combativa y experiencia belica contaba enteramente a favor de las Provincias Unidas con tropas de larga experiencia belica debido a las guerras de independencia y civiles y convencidas ademas de la justicia de su causa 61 Respecto de su flota de guerra que contaba cerca de 80 unidades solo destaco en el Plata unas 50 mientras que las Provincias Unidas disponian tan solo de unos pocos barcos llegaron a reunir catorce en su mayoria pequenos y medianos navios mercantes improvisados para combatir uno de medio tonelaje y algunas lanchas canoneras 62 Organizacion del Ejercito Argentino Editar El Congreso Nacional Argentino primera vez que se uso ese nombre oficialmente cohesiono a todas las provincias las cuales segun sus posibilidades enviaron contingentes para formar el Ejercito de Observacion Poco despues de la declaracion de Guerra el Congreso entendiendo que debia centralizar las decisiones militares economicas y diplomaticas creo un Poder Ejecutivo nacional el 8 de febrero de 1826 eligiendo como presidente de las Provincias Unidas a Bernardino Rivadavia Al estallar la guerra el Ejercito de las Provincias Unidas habia dejado de existir sus fuerzas habian quedado desperdigadas entre las provincias y el unico resto de ejercito con algun caracter nacional se habia incorporado al Ejercito Unido Libertador del Peru El 31 de mayo una ley del Congreso volvio a crear el Ejercito Argentino 63 Un serio problema que enfrentaba Rivadavia era que su autoridad no estaba respaldada por una constitucion de modo que las provincias dieron su colaboracion con mucha reticencia y suspicacia Esta suspicacia fue en aumento cuando varios de los oficiales enviados al interior del pais a reunir tropas utilizaron las fuerzas a su mando para hacer prevalecer el partido del presidente el caso mas destacado fue el de Gregorio Araoz de Lamadrid que derroco al gobernador de la provincia de Tucuman Javier Lopez y se hizo elegir gobernador en su lugar La guerra entre Lamadrid y Facundo Quiroga impidio la incorporacion de tropas de muchas provincias al Ejercito nacional 64 Las posteriores acciones del Congreso en particular la sancion de la Constitucion Argentina de 1826 de neto corte unitario rechazada por la mayoria de las provincias del interior disminuyeron aun mas el aporte de las provincias al esfuerzo belico 65 66 La comandancia de las tropas rioplatenses le fue propuesta al gobernador de Cordoba Juan Bautista Bustos con el proposito de lograr el maximo de adhesion de las provincias del Interior de las cuales Bustos era uno de los principales referentes desde el Tratado de Benegas pero Bustos declino la oferta 67 En segundo lugar le fue ofrecida por los oficiales del Ejercito al general Jose de San Martin considerado en su momento el maximo estratega argentino pero el general se nego a ofrecer al gobierno sus servicios porque consideraba que estos serian rechazados por el presidente Rivadavia y su ministro de guerra Carlos Maria de Alvear dos de los mas tenaces enemigos internos de San Martin 68 69 El ministro Alvear aprovecho su cargo para equipar generosamente al Ejercito mientras negociaba con los diputados y el presidente de resultas de lo cual poco despues fue nombrado su comandante Asumio el mando en Salto ya en territorio oriental adonde habia trasladado el campamento el general Rodriguez El Ejercito Republicano nombre que le asignaron sus oficiales para diferenciarlo del Ejercito Imperial se formo con aportes de la mayor parte de las provincias aunque mucho mas de la mitad provenian de Buenos Aires y la Provincia Oriental 70 El Ejercito Imperial Editar El Ejercito Imperial contaba con 12 420 hombres diseminados en varios destinos el grueso del mismo eran los 8500 hombres comandados por el Marques de Barbacena en Santa Ana del Libramento Otros 3000 hombres estaban estacionados en Montevideo y 1500 en Colonia En el norte de la Provincia operaban dos cuerpos de milicias de caballeria gaucha es decir gauchos lusoparlantes de Rio Grande del Sur al mando de Bento Manuel Ribeiro y Bento Goncalves da Silva 71 Las tropas brasilenas excepcion hecha de los gauchos eran mayoritariamente de infanteria Su artilleria no era superior a la rioplatense pero su poder de fuego en fusiles eran mucho mayor Parte importante de la caballeria y de la infanteria eran mercenarios de origen aleman y agricultores del mismo origen residentes en las colonias agricolas establecidas en Santa Catarina en 1824 El comandante de estas tropas extranjeras era el mariscal de campo britanico Gustave Henry Brown 72 El general Barbacena se habia propuesto un ambicioso objetivo en una carta al Emperador lo invitaba a ocupar toda la Mesopotamia y el Paraguay Incluso comprendiendo mal la naturaleza del regimen confederal que propugnaban los caudillos de esas provincias le proponia incitar a sus gobiernos a unirse voluntariamente al Imperio 73 No obstante cuando se produjera el avance republicano Barbacena permaneceria estrictamente a la defensiva tal como lo anuncio al Emperador a fines de enero del ano siguiente 74 Guerra naval Editar Guillermo Brown comandante de la escuadra argentina El primer acto hostil de buques de guerra brasilenos fue la ocupacion intermitente de la rada de la Ensenada de Barragan por varios buques de esa nacionalidad a partir del 13 de noviembre de 1825 aunque se limitaron a anclar en ese sitio y aprovisionarse de lena en las islas cercanas pero no a desembarcar en tierra firme 75 En su declaracion de guerra a las Provincias Unidas el Emperador incluyo un parrafo autorizando el corso de forma expresa Por tanto ordeno que por mar y tierra se le hagan todas las hostilidades posibles autorizando el corso y el armamento que quieran emprender mis subditos contra aquella nacion declarando que todas las tomas y presas cualquiera sea su calidad perteneceran completamente a sus aprehensores sin deduccion alguna a beneficio del erario publico Declaracion de guerra de Don Pedro I a las Provincias Unidas 10 de diciembre de 1825 76 En consecuencia el dia 22 de diciembre de 1825 el vicealmirante Ferreira de Lobo establecio el bloqueo del puerto de Buenos Aires y declaro que no van a pasar ni los pajaros La escuadra bloqueadora dominaria el Plata durante la casi totalidad del conflicto trayendo enormes perjuicios comerciales 77 Comienzos de la guerra naval Editar Desde un principio el gobierno argentino dio la maxima importancia a la guerra naval tanto por la importancia economica de forzar el levantamiento del bloqueo como por la estrategica de permitir transportes agiles desde y hacia la Banda Oriental Los argentinos intentaron contrarrestar la superioridad naval brasilena logrando resultados espectaculares aunque no concluyentes Es de notar que la mayor parte de los marinos de ambas escuadras eran originarios del Reino Unido 78 Lo primero que intento el gobierno fue comprar en Valparaiso Chile algunos buques de la escuadra de ese pais a traves del general Ignacio Alvarez Thomas y del coronel Ventura Vazquez La operacion resulto un desastre de los tres buques que efectivamente fueron comprados la fragata Maria Isabel naufrago al cruzar el Cabo de Hornos muriendo en el hecho su capitan y 500 hombres incluido el coronel Vazquez La corbeta Independencia estaba en tan mal estado que debio regresar al puerto de Talcahuano donde meses mas tarde debio ser vendida como lena Unicamente la nave mas pequena la corbeta Chacabuco logro llegar al Oceano Atlantico pero en tal estado que paso meses reparandose en Carmen de Patagones Aun asi prestaria importantes servicios bajo el mando de su capitan Santiago Jorge Bynnon 79 La estrategia de las tropas argentinas consistio en el hostigamiento constante y sorpresivo Al mando de la escuadra fue puesto el coronel mayor Guillermo Brown marino irlandes nacionalizado argentino que inicio sus operaciones al mando de una flotilla muy reducida aparte de varios buques mercantes menores artillados para la guerra solo contaba con una nave de gran porte la Corbeta 25 de Mayo Al frente de ese buque y con 4 bergantines 3 goletas y 9 lanchas canoneras ataco el 9 de febrero a la escuadra enemiga de superior capacidad de fuego en el Combate de Punta Colares de incierto resultado Como resultado Brown exigio y consiguio la separacion del mando de su segundo jefe Juan Bautista Azopardo y tres capitanes mas por haber evitado entrar en combate 80 Dos semanas mas tarde Brown ataco aunque sin exito la plaza artillada de Colonia del Sacramento Pese al evidente fracaso y las graves perdidas sufridas la audacia de su ataque incito a la escuadra brasilena a ser mas prudente con lo que se logro alejar por un tiempo el bloqueo mas proximo a Buenos Aires Un grave error estrategico brasileno permitio a los argentinos recuperar la isla Martin Garcia que habia sido ocupada por la flota bloqueadora 81 El vicealmirante Lobo fue reemplazado en el mando de su escuadra En su lugar ocupo el mando el almirante James Norton Brown lanzo un audaz ataque al puerto de Montevideo intentando capturar la fragata del comandante enemigo en dos oportunidades en el mes de abril Pese al doble fracaso demostro que podia burlar el bloqueo Ademas Brown continuo su camino hacia Montevideo aunque no logro otras capturas en su regreso en cambio se topo con la Fragata Nictheroy sobre el Banco Ortiz encallando ambas e intercambiando disparos desde esa posicion con escasos danos en ambos buques Tras escapar de la varadura ambos buques se dirigieron a sus bases estos hechos pusieron en ridiculo a Norton que fue reemplazado poco despues volviendo a asumir el mando el vicealmirante Ferreira de Lobo 82 El Combate de Los Pozos Editar Articulo principal Combate de Los Pozos Mapa del Rio de la Plata 1826 Las operaciones de la escuadra de Brown demostraron que el bloqueo no habia sido suficientemente estricto de modo que a fines de mayo la escuadra brasilena formalizo tres lineas de bloqueo desde la desembocadura del Plata hacia adentro hasta enfrentar a Buenos Aires Por dos veces los dias 23 y 25 de mayo la escuadra brasilena intento ataques parciales al puerto de Buenos Aires sin resultado alguno 83 Aprovechando que una parte de la escuadra argentina habia escoltado el traslado de un nuevo contingente de tropas a la Banda Oriental el 11 de junio se presento ante el puerto de Buenos Aires una poderosa escuadra enemiga compuesta de 31 barcos Alli se hallaba anclada solamente una parte de la flota de Brown que solo disponia de 4 buques y 7 canoneras Antes de comenzar el combate Brown arengo a sus hombres Marinos y soldados de la Republica Veis esa gran montana flotante Son los 31 buques enemigos Pero no creais que vuestro general abriga el menor recelo pues no duda de vuestro valor y espera que imitareis a la 25 de Mayo que sera echada a pique antes que rendida Camaradas confianza en la victoria disciplina y tres vivas a la Patria Fuego rasante que el pueblo nos contempla En efecto gran parte de la poblacion de la ciudad habia subido a las azoteas de las casas y edificios publicos o se habia agolpado en la playa para presenciar el combate Este comenzo poco antes de las dos de la tarde con sucesivas descargas de artilleria La escasa profundidad impidio a las naves brasilenas obtener completa ventaja de su superioridad numerica Al poco tiempo se presentaron a retaguardia de los brasilenos dos buques argentinos la goleta Rio de la Plata mandada por Leonardo Rosales y el bergantin General Balcarce comandado por Nicolas Jorge que evitaron a los buques enemigos y se unieron a la escuadra de Brown Poco antes del atardecer la flota brasilena se retiro 84 El pueblo de Buenos Aires recibio a Brown y a su tripulacion con grandes manifestaciones de admiracion La Batalla de Quilmes Editar El fracaso del ataque a Buenos Aires volvio a relativizar el bloqueo oportunidad que la escuadra argentina aprovecho para pasar una gran cantidad de tropas y pertrechos a la Banda Oriental burlando la vigilancia enemiga Pero a su regreso la flota republicana fue atacada en el Combate de Quilmes del 29 y 30 de julio el resultado fue de serios danos a la 25 de Mayo que debio ser desmantelada y numerosas bajas aunque todos los buques lograron llegar a Buenos Aires 85 En esta batalla tuvo destacada actuacion el coronel Tomas Espora Durante los meses siguientes la escuadra argentina no logro lanzar ataques de mayor importancia y el bloqueo aumento sus danos a la economia portena No obstante un pequeno buque con apoyo terrestre logro desbaratar las operaciones navales brasilenas en Maldonado La Batalla de Juncal Editar La Batalla de Juncal fue el enfrentamiento naval mas importante de la Guerra del Brasil y la mayor victoria de la marina argentina La larga inactividad de la flota argentina finalmente incito a la escuadra enemiga a tomar la iniciativa en los ultimos dias de 1826 se propuso ingresar al rio Uruguay cortando las comunicaciones entre la provincia de Entre Rios y el ejercito del general Alvear Brown se adelanto a la maniobra y artillo la Isla Martin Garcia A continuacion se instalo en la desembocadura del rio Uruguay desembarcando parte de sus hombres en Punta Gorda en espera del regreso de la escuadra enemiga Este se produjo el 8 de febrero dandose inicio a la Batalla de Juncal y el enfrentamiento naval de mayor importancia de la guerra Tras dos dias de combate de los 17 buques que habian ingresado en el rio Uruguay tres fueron destruidos doce capturados y solo dos lograron escapar El propio comandante Jacinto Roque de Sena Pereira se rindio insistiendolo en hacerlo a manos del capitan Francisco Jose Segui 86 No obstante la batalla no cambio la relacion de fuerzas que siguio siendo favorable al Brasil 87 La guerra de corso Editar Pese a las victorias navales el mayor dano que causaban los buques de guerra argentino era el de buques armados por particulares con patente de corso Estos recorrian la costa del Brasil en sucesivas campanas capturando gran cantidad de buques mercantes Posteriormente el Emperador se quejaria a los diplomaticos argentinos de la accion de los corsarios olvidando que en la declaracion de guerra que el mismo firmara en diciembre de 1825 el primer recurso militar que habia mencionado habia sido justamente la guerra de corso En esas campanas se destacaron especialmente el propio general Brown que habia lanzado una campana de esas caracteristicas entre los combates de Quilmes y de Juncal 88 el navegante italiano Cesar Fournier y los marinos portenos Tomas Espora y Leonardo Rosales con naves artilladas especialmente para esa actividad Para la guerra de corso los argentinos llegaron a construir dos pequenos veleros lugres dotados con seis canones por cada borda llamados respectivamente El hijo de Mayo y El hijo de Julio Estos como los demas buques corsarios estaban impedidos de acercarse a Buenos Aires por el bloqueo de modo que operaban principalmente desde puertos ocultos en la bahia de Samborombon y en Carmen de Patagones y en la cercana Bahia San Blas en la Patagonia Alli reparaban sus buques y desembarcaban sus presas Batalla de Carmen de Patagones Editar Articulo principal Batalla de Carmen de Patagones La escuadra brasilena decidio dar un golpe sobre Carmen de Patagones como medio para disminuir las acciones de los corsarios argentinos Los brasilenos consideraban que esa poblacion debia estar desguarnecida pero la captura a fines de 1825 de cuatro oficiales brasilenos desembarcados en sus cercanias en mision de espionaje y buscando alianzas con los indigenas fieles a los hermanos Pincheira exsoldados realistas devenidos bandoleros y caciques habia llevado al Comandante de Frontera de la Provincia de Buenos Aires coronel Juan Manuel de Rosas a fortificar la plaza y dotarla de tropas y armamento adicional 89 El 28 de febrero de 1827 cuatro naves brasilenas al mando del capitan britanico James Shepherd llegaron a la boca del rio Negro uno de ellos el Duquesa de Goyaz varo en un banco de arena y naufrago muriendo 40 de sus ocupantes siendo rescatados los demas por el Constancia Los otros dos barcos la Itaparica y la Escudeira ingresaron en el rio sorteando el bombardeo de la bateria La Pantomima que fue desmantada Continuaron remontando el rio perdiendo seis dias valiosos que los defensores aprovecharon para organizarse Finalmente el 6 de marzo desembarco unos 600 efectivos y marcho sobre la villa del Carmen de Patagones En el camino se extraviaron y finalmente fueron rodeados en el Cerro de la Caballada donde las milicias populares comandadas por el coronel Martin Lacarra y las tropas de linea del oficial Sebastian Olivera los destrozaron muriendo en la accion el capitan James Shepherd Obligados a retirarse por la quema de pastizales al llegar hasta los buques encontraron que estos habian sido ya capturados por los marinos al mando de Santiago Bynon de modo que debieron rendirse 90 Las dos banderas que se hallan expuestas en la iglesia parroquial de Carmen de Patagones como trofeo atestiguan el triunfo argentino 91 Los brasilenos tambien intentaron tomar el destacamento de la bahia San Blas en el sur de la actual provincia de Buenos Aires Batalla de Monte Santiago Editar Con la llegada de la noticia de Patagones el gobierno ordeno a Brown tomar nuevamente la ofensiva zarpando desde la desembocadura del rio Salado hacia las costas del Brasil Cuando marchaba hacia su apostadero con cuatro embarcaciones Brown fue alcanzado por 18 buques enemigos frente la Ensenada de Barragan frente al punto conocido como Monte Santiago Pese a la tenaz defensa de los buques argentinos la Batalla de Monte Santiago de los dias 7 y 8 de abril de 1827 fue un completo desastre para la Armada Argentina que perdio sus dos mejores buques y tuvo mas de 100 bajas entre ellas el comandante Francisco Drummond La escuadra brasilena tambien perdio dos barcos pero no tuvo tanto efecto debido a la superioridad numerica de la escuadra bloqueadora 92 93 Batalla de Monte Santiago Tras Monte Santiago ya no se podria combatir mas en linea de fila ya no seria posible enfrentar abiertamente a unidades enemigas de mediano o mayor poder La flota argentina quedo reducida a unas pocas goletas y canoneras que solo alcanzaban para defender el puerto hostigar los avances imperiales sobre el puerto del Salado al sur y por el norte dar apoyo de convoy a los transportes de refuerzos y abastecimientos al frente oriental El embajador britanico en Rio de Janeiro Sir Robert Gordon escribiria a lord Ponsonby Los recursos de este Imperio parecen inmnensos y creyendo como yo que Brown grande como es no puede con sus goletas aniquilar a la armada brasilena simplemente tendra Ud al bloqueo restablecido con mayor vigor Asi la lucha en alta mar quedaria reducida por el resto de la contienda a los esfuerzos de los corsarios Ultimos combates Editar Igualmente se mantuvieron las actividades de corso en las que una vez mas destaco el capitan Fournier junto al capitan estadounidense Jorge De Kay A lo largo de la guerra cerca de 300 naves brasilenas fueron capturadas y saqueadas por corsarios argentinos 94 Por su parte el coronel Espora recibio orden de coordinar sus operaciones con las fuerzas del comandante Olivera cerca de Maldonado para transportar tropas a la desembocadura del rio Grande combinando el ataque con un avance terrestre entre la Laguna Merin y el mar en una proyectada campana sobre la costa de Castillos 95 Pero la mayor vigilancia imperial dio finalmente sus frutos Fournier que anteriormente habia perdido sus dos buques y habia partido en una nueva y mas exitosa campana corsaria naufrago en alta mar 96 De Kay fue derrotado en un encuentro en la Ensenada de Barragan donde perdio el bergantin General Brandsen 97 A su vez Espora paso semanas intentando combinarse con Olivera que no establecio contacto con el De modo que avanzo hasta Rio Grande donde capturo un bergantin y su cargamento A su regreso fue a su vez derrotado en el combate de los Bajios de Arregui sobre la Bahia de Samborombon perdiendo su embarcacion y viendose obligado a rendirse su tripulacion pudo desembarcar 98 95 El bloqueo no habia sido levantado y sus efectos economicos serian en definitiva los que decidieran el resultado final de la guerra 99 Por otro lado la presion del Reino Unido para doblegar la intransigencia argentina que comenzo a atacar a los pocos navios corsarios argentinos restantes so pretexto de que practicaban pirateria obligo a una mucha mayor prudencia hasta la finalizacion de la guerra y las acciones de corso cesaron casi por completo 94 A mediados de 1828 cuando se firmo la paz el historiador militar britanico Brian Vale afirma que las Provincias Unidas solo algunos buques para continuar el corso el General Dorrego por ejemplo 100 La Marina de Brasil a su vez repuso sus perdidas y todavia tenia 65 barcos armados con 12 000 oficiales y soldados y cada vez mas fueron enviados al sur 100 A pesar del ingenio de Brown y sus comandados cuando la paz se celebro a mediados de 1828 la Marina de Brasil habia asegurado el dominio militar en la parte naval 100 El bombardeo de Buenos Aires estaba en los planes de la Marina de Brasil que hizo a instancias del Comandante Pinto Guedes una prueba en el 1 de febrero de 1828 y los preparativos continuaron en abril cuando la mediacion britanica para el acuerdo de paz se acepto 100 Operaciones del Ejercito Republicano EditarPrimeras acciones en la Provincia Oriental Editar Martin Rodriguez cruzo el rio Uruguay el 28 de enero de 1826 instalandose en Paysandu donde se incorporaron varios contingentes provenientes de Buenos Aires y del interior de las Provincias Unidas Los cuerpos de Entre Rios formaron el Regimiento n º 1 de caballeria al mando del coronel Federico Brandsen el batallon de Cazadores de Salta que incluia tambien efectivos de Santiago del Estero fue transformado en el Regimiento n º 2 de Caballeria al mando del coronel Jose Maria Paz que los habia llevado desde sus provincias de origen desde Buenos Aires fueron enviados los Regimientos n º 3 n º 4 y n º 16 de Caballeria al mando de los coroneles Manuel de Escalada Juan Lavalle y Jose Valentin de Olavarria El Regimiento n º 15 era el que habia organizado Gregorio Araoz de Lamadrid pero quedo en Tucuman luchando en la guerra civil Un Batallon de Cazadores al mando de Manuel Correa y uno de artilleria ligera al mando de Tomas de Iriarte completaban el Ejercito Hasta entonces eran solamente 2800 hombres segun el propio Rodriguez El jefe de estado mayor era el general Miguel Estanislao Soler 101 El sitio de Montevideo persistio a todo lo largo de la guerra las tropas a ordenes de Oribe no eran suficientes para conquistar la plaza pero aun asi lograron un importante triunfo en el cerro de Montevideo y el arroyo Pantanoso el 9 de febrero rechazando una salida de las tropas sitiadas 102 Posteriormente el general Lucio Norberto Mansilla dirigio el sitio durante algun tiempo para dejarle nuevamente el mando a Oribe meses mas tarde Los orientales no tenian preparacion militar adecuada y sus jefes estaban divididos en dos facciones dirigidas por Lavalleja y Rivera Este se sublevo con todo su regimiento y se incorporo al ejercito de Rodriguez pero el jefe nacional lo transformo en el Regimiento n º 8 de Caballeria al mando de Juan Zufriategui Lavalleja a quien el ministro de guerra habia ordenado ponerse a ordenes de Rodriguez desobedecio abiertamente a este y ataco Colonia fracasando en su intento Por su parte Rivera siguiendo ordenes de Rodriguez ataco a Bento Manuel Ribeiro en su avance sobre Paysandu derrotandolo Pero se nego a continuar su avance y destruir el campamento enemigo en la costa del rio Cuareim e incluso aviso al jefe enemigo de las intenciones de Rodriguez El 17 de junio por exigencia de Lavalleja Rodriguez envio a Rivera a Buenos Aires informando de lo sucedido El presidente ordeno arrestar a Rivera pero en el mes de septiembre este escapo hacia Santa Fe donde se puso bajo la proteccion de Estanislao Lopez Rodriguez inicio la marcha a mediados de 1826 hacia sudeste buscando incorporar las tropas orientales Se instalo en Durazno donde recibio nuevas incorporaciones Tambien envio ayuda a Ignacio Oribe que comandaba las operaciones en Cerro Largo que estaba siendo atacado por las fuerzas del jefe gaucho Bento Goncalves da Silva pero este destruyo las avanzadas enviadas por Oribe y Paz a fines de julio 103 En agosto Rodriguez tuvo noticias de que iba a ser relevado del mando por lo que marcho a Buenos Aires sin esperar el cambio El general Alvear se hizo cargo del Ejercito el 1 de septiembre 104 105 Se incorporo tambien el Regimiento de Colorados de las Conchas milicias de caballeria al mando de Jose Maria Vilela y los Coraceros cuyo jefe era el oriental Anacleto Medina Con los Batallones n º 1 n º 2 n º 3 y n º 5 al mando de Manuel Correa Ventura Alegre Eugenio Garzon y Felix Olazabal respectivamente aumento el numero de efectivos de infanteria pero igualmente estaba en franca minoria con solo 1500 contra 500 de artilleria y 3116 de caballeria La vanguardia estaba ubicada en Durazno y estaba formada por 2600 hombres todos de caballeria comandados por Lavalleja Laguna los hermanos Oribe y Servando Gomez El grueso del ejercito se organizo junto al Arroyo Grande al norte de Colonia 106 Avance de Alvear Editar Las fuerzas del Imperio descontada la guarnicion de Montevideo estaban divididas en dos ejercitos el grueso al mando de Barbacena en Santa Ana del Libramento y las milicias gauchas en Cerro Largo Alvear ordeno a Lavalleja avanzar en busca de la caballeria de Bento Goncalves y los jinetes alemanes de Gustave Henry Brown pero estas se desplazaron hacia la costa de la laguna Merin Entonces Alvear penso en introducirse entre ambas fuerzas impidiendo la reunion entre ellas De modo que se lanzo a una marcha forzada en direccion a Bage este movimiento hizo que las tropas brasilenas acantonadas en Santa Ana del Libramento temiendo ser rodeadas por las republicanas se retiraran velozmente hacia el este La marcha forzada era una maniobra relativamente facil para la caballeria pero en cambio la infanteria y muy especialmente la artilleria fueron sometidas a un desplazamiento extenuante 107 Al llegar a Bage una fuerte lluvia complico la situacion del Ejercito Republicano y el general Alvear ordeno detener la marcha durante varios dias las operaciones En cambio Goncalves continuo su retirada y logro incorporarse al ejercito de Barbacena Los imperiales lograron restablecerse puestos y sistemas de abastecimientos desde retaguardia con lo cual Alvear debia enfrentar de inmediato al enemigo o retroceder El ejercito brasileno continuo la retirada hacia el norte buscando alcanzar las escabrosas serranias del centro de Rio Grande del Sur donde esperaba obtener ventajas contra un ejercito formado mayoritariamente por caballeria Por su parte Alvear cambio completamente el rumbo y marcho hacia el oeste anunciando a sus subordinados que lo hacia para atraer a Barbacena hacia el llano Aunque nadie lo contradijo en esa oportunidad sus detractores afirmarian que no era logico intentar atraer al enemigo mientras le dejaba el camino libre hacia la Banda Oriental 108 Barbacena envio a la caballeria de Goncalves a hostilizar al ejercito rioplatense hasta que una partida comandada por el coronel Juan Lavalle lo derroto en la Batalla de Bacacay el 13 de febrero Tres dias mas tarde el mismo Goncalves fue atacado por casi toda la infanteria y el regimiento de Lavalle bajo el mando del nuevo jefe del estado mayor republicano general Lucio Norberto Mansilla y dispersado en la Batalla de Ombu 109 Ituzaingo Editar Articulo principal Batalla de Ituzaingo Despues de estos combates Alvear continuo su marcha hacia el oeste perseguido por Barbacena que renunciaba a la posibilidad de marchar nuevamente sobre la provincia en disputa y caia en la trampa tendida por Alvear Se detuvo dos dias en el arroyo Cacequi donde ordeno aligerar los bagajes e incluso destruir armamento y parque de artilleria en perfecto estado 110 El Ejercito Republicano llego hasta el Paso del Rosario sobre el rio Santa Maria en las nacientes del rio Ibicuy que encontro crecido e imposible de vadear De modo que retrocedio hasta quedar enfrentado a las tropas de Barbacena junto al arroyo Cutizaingo nombre que posteriormente cambiaria por el un arroyo cercano llamando Ituzaingo Barbacena perdio una magnifica oportunidad de destruir a su enemigo mientras remontaba el desfiladero que le permitia salir del encajonado valle del Santa Maria 111 Carlos Maria de Alvear comandante del ejercito republicano rioplatense vencedor del ejercito imperial brasileno en la Batalla de Ituzaingo El 20 de febrero los republicanos enfrentaron a los imperiales en la Batalla de Ituzaingo en que la accion en el centro del campo de batalla recayo en la artilleria mandada por Iriarte secundado por Jose Maria Piran y Martiniano Chilavert Las fuerzas de caballeria atacaron de frente a la infanteria enemiga lo que causo grandes bajas en los regimientos de Paz y de Brandsen y este ultimo murio en combate Una accion notable le cupo al regimiento de Lavalle que rodeo un zanjon que dividia sus fuerzas de las del cuerpo de caballeria que tenia a su frente y lo destrozo en un ataque repentino 112 El Ejercito Imperial retrocedio tras grandes perdidas de hombres incluyendo mas de 200 muertos 113 y 800 perdidos contando entre estos ultimos a muertos cuyos cadaveres no se pudieron rescatar y desertores 114 Sin embargo ante la desesperacion de sus oficiales Alvear prohibio la persecucion de los vencidos Cuando estos lograron recuperar un tanto sus fuerzas la falta de recursos y caballadas le impidio a los rioplatenses perseguir al enemigo y emprender nuevas acciones ofensivas para definir la campana 115 116 Falto de recursos Alvear retrocedio hacia Corrales cerca de Cerro Largo abandonando el territorio invadido a los brasilenos En su retirada encontraron muchos desertores alemanes de infanteria del Ejercito Imperial que fueron incorporados al Ejercito Republicano pero no se adaptaron a la alimentacion exclusivamente de carne del ejercito y fueron enviados a Buenos Aires 115 117 Recien dos meses mas tarde el Ejercito volvio a avanzar en direccion al norte y el 13 de abril ocupo Bage por segunda vez Desde alli Alvear envio hacia el norte a Lavalle que el 23 de abril gano a los imperiales en la Batalla de Camacua Esa victoria no permitio ulteriores avances y el campamento republicano quedo establecido en el rio Yaguaron Desde alli Alvear volvio a enviar hacia el norte a Lavalle pero si bien este fracaso en capturar las caballadas del Ejercito Imperial derroto a las fuerzas que lo atacaron a su regreso en la batalla de Yerbal el 25 de mayo 106 Proseguida la Guerra del Brasil el imperio logro la supremacia naval con la batalla de Monte Santiago poco despues del triunfo republicano en Ituzaingo En el plano terrestre aun las ciudades de Montevideo y Colonia del Sacramento seguian bajo el control de Brasil Por lo tanto tambien el naval fue determinante en el resultado del conflicto pues que sin la victoria tambien en el mar las Provincias Unidas no tenian medios para ganar la guerra El ejercito esta completamente desprovisto de medios para sitiar a Montevideo de manera mas eficaz que por el bloqueo terrestre metodo que la experiencia ha demostrado ser innocuo mientras exista el predominio de los brasilenos en el mar Esta guerra es en su esencia una guerra naval y la posesion de la Banda Oriental y tal vez aun la de Montevideo no significaria ninguna ventaja para Buenos Aires en tanto el bloqueo del rio pueda ser mantenido por el enemigo Carta de Ponsonby a George Canning 118 Por lo tanto aun una victoria decisiva rioplatense en Ituzaingo no logro determinar el resultado de la guerra Jose de San Martin fue muy claro sobre eso Le decia a Tomas Guido en julio de 1827 Ambas victorias pueden contribuir a acelerar la conclusion de la deseada paz sin embargo dire a Ud francamente que no viendo en ninguna de las dos el caracter de decisivas temo mucho que si el emperador conoce como debe el estado de nuestros recursos pecuniarios y mas que todo el de nuestras provincias se resista a concluirla y sin mas que prolongar un ano mas la guerra nos ponga en situacion muy critica En conclusion si la influencia del gabinete britanico unida a la precaria situacion en que se encuentra el Portugal no deciden al emperador a la paz mis cortas luces no alcanzan a ver remedio a esta situacion 119 El Ejercito al mando de Lavalleja Editar El 13 de julio de 1827 Alvear traspaso el mando de las fuerzas republicanas interinamente al general Paz El gobierno nombro en su reemplazo a Lavalleja La situacion del ejercito era deplorable las tropas estaban impagas y con el vestuario destruido y ni siquiera contaban con municiones para mas de una batalla 120 Los oficiales orientales se dedicaron a arrear ganado desde Rio Grande del Sur hacia la Provincia Oriental de modo de recomponer los ganados de ese territorio que habian sido saqueados durante y despues de la invasion de 1816 1820 La inactividad provoco que las deserciones aumentaran enormemente 121 El sitio de Montevideo por parte de Oribe seguia sin vistas de solucion mientras Colonia era sitiada por el coronel Isidoro Suarez 122 Las operaciones se empantanaron y aunque Lavalleja intento algunos ataques como en la batalla de Padre Filiberto del 22 de febrero de 1828 no obtuvo exito alguno 123 Una flotilla que operaba en la Laguna Merin fue derrotada por otra similar brasilena pero logro salvarse de ser destruida al refugiarse en un rio bajo la proteccion de una bateria de tierra 124 Poco mas tarde Lavalleja se replego hacia el sur dejando solo una avanzada al mando del general Laguna en Yaguaron para utilizar sus mejores tropas en una proyectada campana sobre la costa de Castillos desde donde lanzaria un ataque por la franja de terreno que separaba la Laguna Merin del mar pero esta no pudo se llevada a cabo por falta de coordinacion con la flota que debia apoyarla 95 En el interin el jefe brasileno Brown ataco a las fuerzas de Laguna en el Combate de Las Canas en que tras un intercambio de disparos ambas fuerzas abandonaron su posicion las tropas de Laguna se retiraron al sur del Yaguaron hacia Cerro Largo De ese modo las tropas de ambos bandos quedaron separadas por una gran distancia hasta el final de la guerra 125 Campana de Rivera a las Misiones Orientales Editar Articulo principal Campana de Rivera a las Misiones Orientales El general Fructuoso Rivera que conquisto las Misiones Orientales Tras la caida de Rivadavia de la presidencia asumio el gobierno de la provincia de Buenos Aires el coronel Manuel Dorrego partidario de continuar la guerra pese a los problemas financieros y a quien las demas provincias encargaron la direccion de las relaciones exteriores entre septiembre y diciembre de 1827 126 Aunque las provincias del interior agotadas por la reciente guerra civil y recelosas aun de las intenciones del gobierno porteno no aportaron nuevos contingentes 127 si lo hizo el gobernador de la provincia de Santa Fe Estanislao Lopez Con la anuencia de los gobernadores de Entre Rios y Corrientes organizo una campana para la liberacion de las Misiones Orientales Enterado de ello Dorrego le presto algunos apoyos para la proyectada campana El objetivo final era no solo reocupar los siete pueblos de las Misiones al oriente del rio Uruguay sino operar por la retaguardia del ejercito imperial y amenazar incluso la ciudad de Porto Alegre Lopez encargo al jefe de su avanzada general Rivera el mismo que habia huido de Entre Rios un ano antes ante la amenaza de un juicio por connivencia con los brasilenos que se traslado a buscar apoyos a Entre Rios Alli encontro que la poblacion continuaba acusandolo de alianzas con el Brasil y por lo demas parte importante de su poblacion apta para llevar armas estaba enrolada en el ejercito a ordenes de Lavalleja De modo que sin autorizacion del gobernador Lavalleja cruzo a la Provincia Oriental y comenzo a reunir adictos Varias unidades que habian servido a sus ordenes se pasaron a sus fuerzas Lavalleja envio a su encuentro al coronel Oribe con orden de arrestarlo pero Rivera se traslado hacia el norte Fue alcanzado junto al rio Ibicui por las tropas de Oribe que pensaba que el general rebelde se iba a pasar a los brasilenos Esquivando a Oribe y atacando por sorpresa la guarnicion imperial que custodiaba el rio al mando de Joaquin de Alencastre Rivera invadio las Misiones Orientales al frente de unos 500 hombres el 21 de abril de 1828 128 Por su parte Lopez cruzo Entre Rios y Corrientes con tropas santafesinas y de esas dos provincias y cruzo el rio Uruguay por La Cruz Dorrego ordeno a Lopez ponerse al mando de la invasion pero Rivera no acato la orden Para evitar un enfrentamiento frente al enemigo Lopez regreso a Santa Fe con parte de su escolta y dejo el resto de sus tropas a las ordenes de Rivera Por orden de Dorrego tambien Oribe se retiro Sin encontrar resistencia Rivera ocupo sucesivamente los pueblos de las Misiones Orientales hasta Cruz Alta Fijo la capital del territorio que fue declarado provincia autonoma en Itaqui 129 Mientras Dorrego intentaba sobornar a los mercenarios alemanes entro en relacion con los principales lideres riograndenses Bento Goncalves da Silva y Bento Manuel Ribeiro pero estos prefirieron seguir a ordenes del Emperador El gobernador porteno tambien envio algunos refuerzos a Rivera y especialmente oficiales capacitados Entre ellos se contaron los coroneles Manuel de Escalada el que habia abandonado el ejercito en repulsa de Alvear el cual ejercio como jefe de estado mayor y el coronel Eduardo Trole que habia sido jefe de ingenieros del ejercito republicano y que en las Misiones ejercio como jefe de la artilleria 127 El exito de la campana forzo al Imperio a reiniciar negociaciones pese al juramento que habia hecho el Emperador de expulsar a las fuerzas invasoras tras la derrota de Ituzaingo Pero si bien don Pedro I aceptaria reconocer la independencia de la Banda Oriental exigio como condicion excluyente para cualquier acuerdo la evacuacion de las Misiones Orientales por Rivera Si bien esa exigencia no estaba incluida en la Convencion Preliminar de Paz firmada en octubre de 1828 por pedido de Dorrego entonces Rivera inicio la retirada hacia el sur Acompanado por entre 4000 y 10 000 indigenas guaranies y llevando un gran arreo de ganado vacuno cruzo el Ibicui el 22 de diciembre Los indios terminaron por establecerse en el norte de Uruguay pais que apenas contaba con poco mas de 70 000 habitantes en esa epoca por lo que tuvieron un fuerte impacto demografico 130 Fuerzas del mariscal Sebastiao Barreto Pereira Pinto vigilaban sus movimientos de cerca de modo que Rivera no pudo detenerse al sur del Ibicui que los rioplatenses consideraban la frontera norte de la Banda Oriental 131 El jefe brasileno esperaba forzar a los misioneros a retirarse hasta el rio Dayman que los brasilenos consideraban su limite sur 132 pero Rivera inicio negociaciones con el Si bien el coronel Trole primer enviado de Rivera fue arrestado finalmente Barreto se avino a firmar el 25 de diciembre el acuerdo de Irere Amba por el cual Rivera quedaba autorizado a instalar a la poblacion y milicias que lo acompanaban al sur del rio Cuareim Mas tarde Ponsonby aseguraria al gabinete britanico que la ambicion de Rivera era formar un gran estado con Rio Grande del Sur el Uruguay Entre Rios Corrientes y tal vez el Paraguay 133 A principios de 1829 Rivera fundo con los misioneros la villa de Bella Union en la margen sur del rio Cuareim A pesar de que la villa fue despoblada tras la llamada matanza del Salsipuedes a largo plazo este acto resultaria un antecedente determinante para la fijacion del limite entre el Uruguay y el Brasil sobre este rio que recien serian fijados en 1851 134 Final de la guerra e independencia del Uruguay EditarPrimeras gestiones de Gran Bretana Editar Desde agosto de 1822 el ministro de relaciones exteriores de Gran Bretana era George Canning Sus objetivos centrales en lo que respecta a las relaciones con America Latina eran neutralizar los intentos de las potencias europeas de extender la accion de la Santa Alianza a las nuevas naciones sudamericanas y recuperar la iniciativa frente a los Estados Unidos que habian ganado un gran prestigio a traves de la enunciacion de la Doctrina Monroe Consiguio explotar las rivalidades entre las monarquias europeas con lo que la Santa Alianza pronto dejaria de existir y reconocio la independencia de los estados hispanoamericanos a traves de sucesivos tratados de amistad comercio y navegacion con lo que Gran Bretana volvia a ser la potencia mas ligada a los gobiernos de aquellos 135 En septiembre de 1823 Jose Valentin Gomez habia exigido al Emperador la devolucion de la Banda Oriental a las Provincias Unidas arguyendo su pertenencia historica a estas y la invalidez de las actuaciones del Congreso Cisplatino Sus reclamos fueron rechazados Poco despues los enviados del Congreso de las Provincias Unidas ofrecieron a Simon Bolivar ponerse al frente de una campana contra el Imperio pero el proyecto no termino de atraer al Libertador tanto por el escaso eco que sus pretensiones respecto a la ulterior organizacion politica de Sudamerica tenian en Buenos Aires como por los problemas en el Peru que lo retuvieron lejos del nuevo teatro de guerra De modo que en julio de 1825 y nuevamente en noviembre el embajador rioplatense en Londres Manuel de Sarratea solicito la intervencion de Gran Bretana en el conflicto por la Banda Oriental cuando ya era conocida la expedicion de los Treinta y Tres Ya el consul britanico en Buenos Aires Woodbine Parish habia hecho notar al Foreign Office que estaba por estallar una crisis por esa cuestion 136 No obstante las gestiones del embajador britanico en Rio de Janeiro en enero de 1826 la guerra estaba declarada y los ejercitos y escuadras a punto de enfrentarse La Mision Ponsonby Editar El diplomatico britanico John Ponsonby tuvo una actuacion muy destacada en la resolucion de la Guerra del Brasil El ministro Canning nombro embajador en Buenos Aires al aristocrata John Ponsonby 137 Antes de partir hacia su destino en marzo de 1826 recibio nuevas instrucciones para que mediara entre las Provincias Unidas y el Imperio del Brasil En primer lugar deberia presentar la oferta del gobierno de Buenos Aires de que la Provincia Oriental volviera a las Provincias Unidas a cambio de una indemnizacion generosa por los gastos luso brasilenos durante la ocupacion Si ese pedido fuera rechazado debia sugerir al Emperador la independencia de la Banda Oriental como un estado separado 138 Entre mayo y agosto de 1826 Ponsonby permanecio en Rio de Janeiro presentando esas dos propuestas a Pedro I a traves de su ministro de relaciones exteriores Antonio Luis Pereira da Cunha El Emperador rechazo toda mediacion y ofrecio una contrapropuesta la Provincia Cisplatina seria reconocida como parte del Imperio por las Provincias Unidas a cambio de que el puerto de Montevideo fuera puerto franco para los buques que llegaban o partian desde Buenos Aires 139 Ponsonby llego en septiembre de 1826 a Buenos Aires 140 Presento la contraoferta brasilena a Rivadavia pero recibio un rotundo rechazo Entonces dijo al presidente que la unica base posible para la negociacion con el Brasil seria la independencia oriental 141 En este punto la mayor parte de los historiadores tanto argentinos como uruguayos y brasilenos estan de acuerdo en que estaba defendiendo exclusivamente los intereses britanicos a sus comerciantes les interesaba crear un estado tapon a partir de la Provincia Oriental que les permitiria tener un acceso al comercio y las finanzas en la Cuenca del Plata sin que mediara la autoridad naval y comercial de un gobierno central rioplatense 142 143 Rivadavia se mostro favorable a la independencia oriental pero exigio como condicion excluyente que Gran Bretana garantizara la continuidad de esa nueva situacion Ademas se deberian retirar inmediatamente las fuerzas de ambos paises beligerantes de la Banda Oriental y se demolerian las fortificaciones de Montevideo y Colonia Esa contrapropuesta fue presentada al Emperador por el embajador britanico Robert Gordon pero recibio como respuesta un altivo rechazo Unas semanas mas tarde sin embargo el Emperador cambio de idea y decidio aceptar la unica base de la independencia con la condicion de que en el tratado se le reconoceria haber obrado de acuerdo a derecho al incorporar la Provincia Cisplatina al Imperio 143 La presion economica sobre el gobierno argentino Editar El inicio de la guerra puso fin a la situacion economica favorable en Buenos Aires denominada feliz experiencia 144 debida al fin de la participacion de esa provincia en la guerra de independencia y al monopolio de esta provincia en la utilizacion de los recursos de la Aduana La nueva guerra significo un aumento muy significativo de los gastos militares primero de la provincia y luego del pais reunificado El presidente argentino Bernardino Rivadavia apoyo inicialmente la guerra pero debio renunciar luego de rechazar la Convencion Preliminar de Paz a la que denomino el acuerdo deshonroso Pero la guerra causo una crisis economica en mucha mayor medida debido al exitoso bloqueo del Rio de la Plata Si bien la escuadra de Guillermo Brown habia obtenido varias y muy significativas victorias y aunque el bloqueo no era tan estricto que impidiera enviar refuerzos a las tropas expedicionarias en la Provincia Oriental el mismo siguio su curso y limito muy severamente el comercio exterior del pais La severa disminucion de los ingresos publicos causo varios efectos simultaneos entre los que se contaron la salida masiva de moneda metalica lo que a su vez causaba inflacion El cierre de las exportaciones afectaba especialmente a los ganaderos fuente casi unica de mercancias exportables de la epoca y la inflacion combinada con un timido intento de control de precios genero una grave disminucion del ingreso de ganado y harina para el consumo de la capital El embajador Ponsonby en carta a Canning le relataba que Las rentas de la republica ascienden mas o menos a 1 200 000 pesos aproximadamente al ano los gastos a unos 600 000 pesos al mes No veo ninguna posibilidad de mejorar el estado de las finanzas mientras el bloqueo continue y destruya el comercio 145 A pesar de la victoria tactica que implico para las Provincias Unidas la batalla de Ituzaingo lamentablemente no pudo capitalizarse por la reticencia del Comandante en Jefe de perseguir al ejercito vencido La precariedad de la situacion general no cambio sustancialmente el ejercito debio replegarse hacia el sur y la escuadra brasilena continuo con el bloqueo del Rio de la Plata El coronel Iriarte afirmo en sus Memorias al referirse a la reticencia del general Alvear a perseguir al enemigo vencido Pero el General Alvear no quiso se contento con quedar dueno del campo de batalla es decir de la gloria sin consecuencia porque todo el resultado quedaba reducido a las balas cambiadas de parte a parte y al efecto que ellas produjeron en muertos y heridos La Republica Argentina empanada en una guerra desigual tenia sumo interes urgentisimo en que no se prolongase la lucha habia echado el resto apurando todos sus recursos fisicos y morales para luchar contra un Imperio abundante en hombres y medios pecuniarios La Republica venciendo quedaba exanime el Imperio vencido en una sola batalla pero sin ser su ejercito anonadado podia continuar la guerra con ventaja con menos sacrificios y es por esto que necesitamos sacar buen partido no digo de las batallas campales sino de las mas ligeras ventajas que obtuviesen nuestras armas Ardia la guerra civil en las provincias argentinas y era Buenos Aires una ciudad sola la que soportaba todo el peso de la guerra la unica que podia alimentarla darle pabulo y para que no se extenuase era necesario dar grandes golpes Tal fue el que recibieron los enemigos en ituzaingo pero solo en el campo de batalla fuera de el no sintieron sus efectos como lo habrian sentido si su ejercito aquel dia hubiera sido anonadado y pudo debio serlo La guerra habria entonces concluido y la paz se habria firmado dictando el vencedor las condiciones la evacuacion de Montevideo y de todo el territorio oriental ocupado por las tropas del Imperio y su incorporacion a la Republica Argentina 146 En el mismo sentido afirmaba el general Paz en su anotacion correspondiente al 25 de febrero de 1827 El ejercito enemigo a empezado a recuperarse de su susto alentandose con nuestra pereza en perseguirlo 147 Como destaco el coronel Iriarte la guerra hubiera estado muy cerca de su conclusion de haberse continuado con la persecucion del enemigo teniamos aquel dia los caballos suficientes y en muy mediano estado no se necesitaba hacer un gran esfuerzo corriendo el riesgo de cansarlos porque la infanteria enemiga estaba a la vista y nos bastaba seguir su lenta marcha cercandola en todas direcciones el hambre la habria obligado a capitular 147 Finalmente la inevitable falta de suministros sobreviniente y el pesimo estado de la caballada impidieron continuar con la persecucion del ejercito imperial y el normal desenvolvimiento de las acciones en el plano militar Por otro lado Rivadavia veia cada vez mas lejano su proyecto de union nacional bajo el sistema unitario para lo cual juzgo necesario contar con un ejercito poderoso capaz de imponerse a las provincias federales la amplia mayoria que habian rechazado la constitucion unitaria de 1826 y la autoridad del presidente Rivadavia Bajo la presion de los comerciantes y ganaderos que necesitaban imperiosamente la apertura del puerto y de Ponsonby que buscaba una solucion favorable al comercio britanico Rivadavia cambio el tono belicista de su discurso por la busqueda desesperada de la paz a cualquier precio Por otro lado necesitaba el ejercito que luchaba contra los brasilenos para imponer por la fuerza el predominio del Partido Unitario Tambien se estaba gestando un complicado conflicto con Bolivia por la provincia de Tarija Mision Garcia y la Convencion Preliminar de Paz de 1827 Editar Durante el transcurso de la Guerra del Brasil Manuel Jose Garcia permanecio alejado de puestos publicos aunque se mantuvo en contacto permanente con el embajador Ponsonby a quien alento a insistir ante el presidente Bernardino Rivadavia para obtener un arreglo basado en la independencia de la Banda Oriental Por su parte Ponsonby lo consideraba su mejor aliado y escribia al ministro de relaciones exteriores britanico George Canning No se como podra el gobierno para seguir sin el La falta de recursos y el fracaso de la unitaria Constitucion Argentina de 1826 impusieron la necesidad de lograr la paz Ponsonby propuso enviar al Brasil para gestionarla a Manuel Jose Garcia cuya coincidencia con todas mis opiniones lo indican como particularmente apropiado para ser utilizado El plenipotenciario argentino Manuel Jose Garcia firmo la Convencion Preliminar de Paz de 1827 repudiada tanto por el gobierno como por la opinion publica argentina y conocida como el tratado deshonroso Rivadavia recurrio nuevamente a Garcia quien ya habia rechazado su ofrecimiento para encargarse de la cartera de Hacienda por sus discrepancias con el gobierno presidencialista unitario para enviarlo en mision diplomatica al Brasil e iniciar las tramitaciones de paz con el Imperio Las razones que impulsaron a Rivadavia a cambiar de opinion fueron las mismas que habian disuadido a Garcia a no ir a la guerra antes El investigador Juan Carlos Nicolau afirmo La situacion economica de Brasil era muy superior a las Provincias Unidas si se tenia en cuenta que contaba con una poblacion de 5 millones de habitantes contra 700 000 de estas tomadas en su conjunto pero que en los hechos solo la provincia de Buenos Aires contribuia al esfuerzo belico El estado brasileno independiente sin deuda nacional desarrollaba un comercio con el extranjero muy activo y floreciente en continuo progreso apoyado en su relacion con la Gran Bretana En cambio el Rio de la Plata sufria el perjuicio del bloqueo de su puerto lo que constituia un grave obstaculo para obtener recursos de sus recaudaciones aduaneras y asi la posibilidad de adquirir armas y municiones para su ejercito La ayuda que recibia el Brasil de parte de Gran Bretana en su virtual alianza provoco que hombres como el General Beresford y el Almirante Cochrane con amplio conocimiento del teatro de operaciones del Rio de la Plata contribuyeran a la organizacion y manejo del ejercito y la armada brasilena 148 El 16 de abril de 1827 Garcia recibio las instrucciones para realizar su mision por parte de Rivadavia y su ministro Francisco Fernandez de la Cruz informandole que el gobierno se proponia acelerar la terminacion de la guerra y el restablecimiento de la paz tal como lo demandan imperiosamente los intereses de la Nacion Esta instruccion reflejaba la critica situacion interna del gobierno del Presidente Bernardino Rivadavia desesperado por encontrar la paz para afrontar los otros grandes problemas que azotaban a la Republica Argentina es decir y en especial a la enorme crisis economica producto de la guerra y la oposicion de las provincias del interior a las politicas centralistas Las bases que debia utilizar el ministro plenipotenciario Garcia serian o bien la devolucion de la Provincia Oriental o la ereccion y reconocimiento de dicho territorio en un Estado separado libre e independiente bajo la forma y reglas que sus propios habitantes eligieren y sancionaren no debiendo en este ultimo caso exigirse por ninguna de las partes beligerantes compensacion alguna 149 Jose Feliciano Fernandes Pinheiro 1774 1847 Visconde de Sao Leopoldo fue uno de los tres firmantes de la Convencion Preliminar de Paz de 1827 por el Imperio del Brasil Al despedirlo el ministro Julian Segundo de Aguero le encargo conseguir la paz a todo trance de otro modo caeremos en la demagogia y en la barbarie Garcia llego en mayo de 1827 a Rio de Janeiro y comenzo sus reuniones con el intermediario britanico y los ministros plenipotenciarios brasilenos 150 Apenas iniciadas las gestiones Garcia se encontro con una gran intransigencia por parte de los ministros brasileros con respecto a no renunciar a la Provincia Cisplatina el Emperador consternado por la victoria rioplatense de Ituzaingo y temiendo por la estabilidad de su imperio en esas circunstancias habia jurado ante el Senado brasileno no tratar la paz ante las Provincias Unidas y continuar la guerra hasta obligarlas a aceptar su soberania sobre la Provincia Cisplatina 151 seguramente Pedro I especulaba tambien con la debilidad de la Provincias Unidas para prolongar las acciones belicas Viendo la situacion Garcia decidio regresar a Buenos Aires pero el embajador britanico Gordon lo convencio de entrevistarse con el ministro de relaciones exteriores imperial el Marques de Queluz Joao Severiano Maciel da Costa Tras tres reuniones infructuosas las presiones del gobierno britanico por terminar rapidamente con el conflicto para reanudar el comercio la inflexible postura del gobierno brasileno y el critico estado politico economico de las Provincias Unidas llevaron a Garcia a decidir por si mismo la paz sobre otras bases Mas tarde explico al embajador Gordon que aunque tenia instrucciones de firmar una convencion solo sobre la base de la independencia de la provincia de Montevideo pero como el se hallaba convencido de que a este estado de independencia no podia llegarse por cierto tiempo y que en realidad era de poca importancia para Buenos Aires el destino de la provincia siempre que se le devolviera la tranquilidad no hesito en llegar a terminos que en otro sentido estaban perfectamente de acuerdo con sus instrucciones 152 Parafraseando a Juan Carlos Nicolau Garcia estaba convencido de que la paz traeria el desarrollo de la economia y con ello el progreso y fortalecimiento de las instituciones que permitiria lograr la felicidad de sus habitantes en una nacion donde todo debia ser construido 148 Por su parte Alen Lescano subraya que ese era el pensamiento unitario de siempre asimilar el pais a ciertas formas politicas e ideologicas y desechar lo que no encajara como las provincias federales sus rudos caudillos o esa Banda Oriental causa de eternas discordias y recelos contra Buenos Aires La extension era el mal del pais y mejor hubiera sido reducirse a la ciudad puerto para hacer fuertes sus instituciones su cultura y su comercio De modo que dejando de lado sus instrucciones el 24 de mayo de 1827 firmo la Convencion Preliminar de Paz de 1827 que disponia entre otras cosas La Republica de las Provincias Unidas del Rio de la Plata reconoce la independencia e integridad del Imperio del Brasil y renuncia a todos los derechos que podria pretender al territorio de la provincia de Montevideo llamada hoy Cisplatina la cual el Emperador se compromete a arreglar con sumo esmero o mejor aun que otras provincias del Imperio El emperador del Brasil reconoce igualmente la independencia e integridad de la Republica de la Provincias Unidas del Rio de la Plata y dado que la Republica de las Provincias Unidas ha empleado corsarios halla justo y honorable pagar el valor de las presas por haber cometido actos de pirateria 153 A pesar de que la convencion contravenia sus instrucciones Garcia habia logrado que se cambiase la redaccion primitiva que incorporaba la Provincia Cisplatina al Imperio y que se omitiera el reconocimiento de cualquier derecho de soberania por parte del Emperador del Brasil sobre la Provincia Oriental ya que la Convencion solo se referia a la renuncia efectuada por las Provincias Unidas Tal vez sin notarlo los diplomaticos brasilenos se dejaba la puerta abierta a la independencia uruguaya 154 Sin embargo en su carta a Ponsonby informando de la firma de la convencion Gordon emitio ciertas opiniones que permiten inferir que todas las partes eran conscientes de que posiblemente el Emperador se veria obligado a otorgar la independencia de la Cisplatina tarde o temprano Al Brasil se lo deja que luche con la disension y la revuelta que seguiran dominando en la Provincia Cisplatina El Emperador pronto se convencera del desacierto de no proclamar franca e inmediatamente la independencia de la provincia 155 A su regreso a Buenos Aires el 20 de junio Garcia presento la Convencion Preliminar de Paz al Presidente y al Congreso La opinion publica en Buenos Aires reacciono indignada se publicaron articulos muy violentos contra el gobierno en los periodicos y la ciudad se cubrio de panfletos ofensivos contra Garcia Rivadavia y Ponsonby De modo que Rivadavia a quien se suponia partidario de aceptar el acuerdo se presento ante el Congreso con un virulento discurso exigiendo su rechazo El ministro Aguero dirigio a Garcia una misiva en la que manifestaba En consecuencia el gobierno hace a Ud responsable de todos los males y consecuencias que de ello resultan a la nacion especialmente en el grande y noble empeno en que se halla para salvar su honra 156 La respuesta de Garcia fue de rechazo a los cargos imputados por Rivadavia y Aguero argumentando en su defensa que la firma de la mentada Convencion podia comprometer su honra personal pero no obligaba al pais hasta tanto no fuera ratificada En este sentido relata Para finalizar el comisionado emite un juicio lapidario respecto a la actitud del gobierno de Rivadavia al afirmar con razon que al negociar la cesacion de las hostilidades arriesgaba su reputacion personal pero no causaba obligacion alguna al Gobierno hasta tanto el tratado de paz o la convencion preliminar despues de ser examinada detenidamente fuera ratificada En su opinion una convencion preliminar aun despues de ratificada solemnemente es un tratado provisorio pues su objeto principal es hacer cesar las hostilidades fijando bases para un tratado definitivo En la ultima frase de su exposicion espera que aquietadas las pasiones en el futuro se juzgara su comportamiento mientras se interroga acerca de quien merece mayor indulgencia si el ciudadano que en tan gran conflicto sacrifica su reputacion y acaso la existencia a su patria o aquel que quiere a todo trance hacer de esta el instrumento de su fama 157 Rivadavia en presencia del Congreso expuso su rechazo al acuerdo preliminar de paz a traves de un encendido discurso en su contra Un argentino debe perecer mil veces con gloria antes de comprar su existencia con el sacrificio de su dignidad y de su honra La Convencion Preliminar de Paz fue rechazada el 25 de junio de 1827 tanto por el por el presidente Rivadavia cuanto por el Congreso Pero Rivadavia no logro salvar su gobierno la opinion publica no le perdonaba su actuacion 158 y simultaneamente se denunciaban en la prensa su participacion en negociados mineros en Famatina El dia 26 de junio Rivadavia presento su renuncia irrevocable a la presidencia 142 Fue elegido entonces como gobernador de la provincia de Buenos Aires el federal Manuel Dorrego quien asumio el 13 de agosto de 1827 Desde el principio este declaro que estaba dispuesto a continuar la guerra por lo que la conflagracion prosiguio Las consecuencias de la fracasada Convencion Preliminar de Paz firmada por Garcia son objeto de controversia ciertos autores creen que el antecedente de un acuerdo de estas caracteristicas aun despues de rechazado condiciono fuertemente el accionar del gobernador Manuel Dorrego para la firma de la Convencion Preliminar de Paz del ano 1828 por la que se disponia la independencia de la Provincia de Montevideo llamada hoy Cisplatina 159 Otros autores en cambio afirman que mal puede atribuirsele a esta convencio ni a Garcia responsabilidad con los terminos del tratado final firmado por Juan Ramon Balcarce y Tomas Guido cuando al no haber sido ratificada por el Congreso la Convencion Preliminar no vinculo en forma alguna al Gobierno de las Provincias Unidas del Rio de la Plata 148 Dorrego y el aumento de la presion economica Editar Tras la caida de Rivadavia fue suprimida la Presidencia de la Nacion y clausurado el Congreso Nacional La provincia de Buenos Aires reasumio su autonomia y para gobernarla fue elegido el lider de la oposicion y miembro del partido federal porteno Manuel Dorrego que asumio el 13 de agosto de 1827 Desde el principio este declaro que estaba dispuesto a continuar la guerra contra el Imperio del Brasil El gobernador de la Provincia de Buenos Aires Manuel Dorrego intento continuar la guerra pero la presion economica termino por obligarlo a aceptar la propuesta de la Convencion Preliminar de Paz de 1828 y al reconocimiento de la independencia del Estado Oriental del Uruguay El triunfo de la faccion federal en Buenos Aires que ademas estuvo acompanado de la victoria federal en varias provincias del interior que hasta entonces habian sido bastiones del partido unitario como Tucuman Catamarca San Juan y Mendoza tuvo su correlato en la Provincia Oriental Alli el gobernador Lavalleja se habia visto obligado a ceder el gobierno a la legislatura provincial controlada por orientales aliados de los unitarios como una concesion del propio Lavalleja para obtener la ayuda del gobierno unitario y esta habia nombrado gobernador provisorio a Joaquin Suarez partidario de Rivadavia Viendose apoyado por Dorrego que lo nombro comandante del Ejercito Republicano Lavalleja regreso del frente de combate y exigio la devolucion del cargo por pedido de los comandantes de la mayor parte de los departamentos de la Provincia y ante la negativa de la legislatura y del propio Suarez el 12 de octubre Lavalleja disolvio la sala y asumio la gobernacion 160 No obstante la favorable situacion politica la economia de Buenos Aires estaba cada vez en peor estado lo mismo que las finanzas de esa provincia que cargaba con todo el costo de la guerra Si bien en menor medida tambien la economia del Brasil estaba pasando por un mal momento debido a la crisis economica britanica de los anos 1827 1828 que redundo en la caida de los precios de los productos exportables brasilenos Por otro lado una escuadra francesa bloqueo brevemente el puerto de Recife exigiendo el cese del bloqueo a Buenos Aires que perjudicaba sus negocios en esa plaza Pese a la intencion de Dorrego de enviar recursos al ejercito en operaciones no podia adquirir armas suficientes para que este tomara nuevamente la ofensiva y los sueldos impagos se acumulaban De modo que Dorrego prefirio apoyarse en milicias mas economicas ya que se sostenian en la misma campana y practicamente no exigian sueldos Apoyo entonces el proyecto del gobernador de la provincia de Santa Fe Estanislao Lopez de invadir las Misiones Orientales El plan fue muy exitoso en lo militar pero como quien lo llevo adelante fue Fructuoso Rivera enemigo personal de Lavalleja la alianza de este con Dorrego se debilito Los orientales tanto partidarios de Lavalleja como de Rivera terminaron por creer que cualquier cosa que hicieran los gobiernos portenos era para someterlos a su dominio 161 Ponsonby comenzo entonces a influir sobre Lavalleja a traves de su amigo Pedro Trapani quien lo convencio de que el unico resultado posible era la independencia nacional de la Banda Oriental 162 Ponsonby tambien presiono economicamente a Dorrego faltandole los ingresos de la aduana la unica otra fuente de financiacion disponible para el gobierno eran los prestamos del Banco Nacional a pesar de su nombre este era un banco privado cuyo directorio estaba formado casi exclusivamente por comerciantes britanicos Ponsonby pidio a estos comerciantes no facilitarle credito sino por pequenas sumas para pagos mensuales a fin de hacerlo trabajar para la paz En carta a Lord Dudley el 2 de diciembre de 1827 le decia que mi proposito es conseguir medios de impugnar al coronel Dorrego si llega a la temeridad de insistir sobre la continuacion de la guerra y el 1 de enero siguiente que vere su caida con placer 163 Un ultimo recurso fue intentado por Dorrego tratando con los caudillos gauchos Bento Goncalves da Silva y Bento Manuel Ribeiro con el objetivo de crear la Republica de San Pedro del Rio Grande antecedente de la Republica Riograndense e incluso logro que dos de los jefes Friedrich Bauer y Anton Martin Thym de las tropas mercenarias alemanas que servian al Brasil intentaran la creacion de una republica en Santa Catarina Las derivaciones de estos hechos son conocidas en Brasil como la Revuelta de los Mercenarios 164 Mision Guido Balcarce y la Convencion Preliminar de Paz de 1828 Editar Falto de opciones Manuel Dorrego utilizo la unica carta en su favor que le quedaba la invasion de Rivera a las Misiones Orientales podia ser utilizada como moneda de cambio para una negociacion exitosa Envio a Rio de Janeiro a dos diplomaticos los generales Tomas Guido y Juan Ramon Balcarce con la propuesta de reconocer una independencia temporaria de la Banda Oriental durante cinco o diez anos tras los cuales sus habitantes decidirian si querian seguir siendo independientes o incorporarse a las Provincias Unidas o al Brasil No obstante antes de partir Dorrego termino por ceder a la realidad de su situacion les dio instrucciones de negociar la independencia absoluta de la Banda Oriental Cuando estaban en Rio de Janeiro les escribio insistiendo sobre la independencia temporaria pero los diplomaticos le respondieron que el Emperador no aceptaria esas bases de ninguna manera Entre el 11 y el 27 de agosto de 1828 los generales argentinos negociaron con los ministros del Emperador Pedro I del Brasil llegando en esa ultima fecha a convenir en la llamada Convencion Preliminar de Paz de 1828 Por la misma se reconocia la independencia absoluta de la Provincia de Montevideo llamada hoy Cisplatina se detallaba el proceso de elecciones del nuevo Gobierno Provisorio de la misma y de la sancion de una Constitucion los dos estados beligerantes garantizaban la independencia del nuevo estado y su paz interior la paz entre los dos paises la retirada de las tropas argentinas y brasilenas del territorio y el intercambio de prisioneros el final del bloqueo y el cese de la guerra de corso 1 Por un articulo adicional agregado a ultimo momento se convenia que Ambas Altas Partes contratantes se comprometen a emplear los medios que esten a su alcance a fin de que la navegacion del Rio de la Plata y de todos los otros que desaguan en el se conserve libre para el uso de los subditos de una y otra nacion por el termino de quince anos en la forma que se ajustare en el Tratado definitivo de paz 165 Las ratificaciones por el Senado y el Emperador por un lado y por la Sala de Representantes de la provincia de Buenos Aires y el gobernador Dorrego por el otro fueron intercambiadas en Montevideo en el mes de octubre Nunca hubo un Tratado de paz definitivo especialmente debido a la caida de Dorrego y la guerra civil subsiguiente Juan Manuel de Rosas aprobo entusiastamente esta Convencion Escribio a Guido Que frutos tan opimos ha dado a la Republica la legacion de sus hijos Guido y Balcarce al Janeiro la paz mas honorifica que podiamos prometernos la guerra ha terminado de modo que nos colma de una noble elacion Es mi obligacion tributar a usted la mayor gratitud Rosas a Guido 13 de octubre de 1828 Archivo General de la Nacion VII 16 1 9 166 Implicitamente la Convencion disponia la retirada de Rivera de las Misiones Orientales que seguirian perteneciendo al Brasil 167 El tratado adolecia de varias falencias evidentes sobre todo en que no fijaba los limites del nuevo estado esta indefinicion seria aprovechada por el Brasil para imponer los limites que le convinieron 168 Las tropas argentinas regresaron a Buenos Aires en dos grupos en noviembre y diciembre de 1828 bajo el mando de los generales Lavalle y Paz 169 Consecuencias EditarCuatro fueron las principales consecuencias territoriales de la Guerra del Brasil La primera de ellas fue que el Imperio del Brasil perdio la Provincia Cisplatina con la que habia nacido a la vida independiente al tenerla incorporada desde diez anos antes durante el dominio portugues Junto con ella perdio tambien el dominio sobre el Rio de la Plata los rios interiores Uruguay y Parana y un amplio sector sobre el Atlantico Sur meridional La segunda consecuencia fue que las Provincias Unidas del Rio de la Plata lease la Republica Argentina perdieron a la Provincia Oriental que venia luchando contra el centralismo porteno desde los tiempos de la emancipacion de Espana La tercera conclusion como corolario de las otras dos fue que la Republica Oriental del Uruguay obtuvo su independencia condicionada por las ambiciones de sus poderosos vecinos Argentina y Brasil La cuarta secuela fue que el Imperio del Brasil conservo para si y en detrimento de las Provincias Unidas del Rio de la Plata a las Misiones Orientales Tras los gobiernos provisorios de Joaquin Suarez Jose Rondeau y Lavalleja una asamblea de representantes sanciono una constitucion que fue jurada por el pueblo el 18 de julio de 1830 Tras la misma fue elegido primer presidente constitucional Fructuoso Rivera El enfrentamiento entre Lavalleja y Rivera se prolongo durante mas de cuatro decadas en la Guerra Grande un conflicto en el que Buenos Aires intento someter a su control a la naciente republica apoyando al bando encabezado por el general Manuel Oribe la revolucion de 1858 y la Guerra Chiquita dos guerras civiles que asolaron al pais El Emperador Pedro I de Brasil quien debio abdicadar a favor de su hijo Pedro II de Brasil en parte como consecuencia de no haber triunfado en la guerra El Emperador Pedro I de Brasil quedo muy desprestigiado por la perdida de la Provincia Cisplatina a pesar de los nuevos tributos que se crearon en Brasil para sostener el esfuerzo belico El resultado adverso de la guerra dano la popularidad del emperador quien apenas tres anos despues abdico el trono en favor de su hijo Pedro II de Brasil aunque los motivos principales de esta decision no estaban relacionados con el conflicto Mas grave fue para Brasil que la influencia de las vecinas republicas y el prestigio militar y politico adquirido por los lideres gauchos en contraste con el desprestigio de los militares profesionales del Ejercito Imperial llevo a varias sublevaciones independentistas y republicanas en el sur del Imperio El principal levantamiento fue el de la Republica Riograndense que logro sostener la independencia de facto de la provincia de Rio Grande desde 1835 a 1845 lo que provoco una guerra civil en Brasil la Guerra de los Farrapos El Imperio del Brasil no obstante consiguio un resultado positivo en tanto logro retener las Misiones Orientales 170 En Buenos Aires la critica situacion financiera llevo a los comerciantes y estancieros a abandonar su simpatia inicial por Dorrego y la firma de la Convencion Preliminar de Paz puso en su contra al ejercito republicano que habia luchado en la campana del Brasil Sus jefes se pusieron a disposicion de los lideres del Partido Unitario alejado del poder desde la caida de Rivadavia y el general Lavalle lo derroco el 1 de diciembre de 1828 fusilandolo pocos dias mas tarde Este hecho hizo renacer la guerra civil entre federales y unitarios teniendo su correlato uruguayo en la Guerra Grande entre nacionales y colorados 171 En la decada siguiente los unitarios fueron derrotados en la guerra civil argentina debiendo reducir sus acciones a conspiraciones desde el exilio mientras que los victoriosos federales se hicieron con el poder en todas las provincias argentinas y organizaron el pais en la Confederacion Argentina con Juan Manuel de Rosas como su maximo lider durante 17 anos Como contrapartida el triunfo de Rosas llevo a que el pais continuara en un estado de carencia de elementos basicos como nacion Argentina continuo con subdesarrollo industrial falta de organizacion interna ausencia de relaciones con el resto del mundo y carencia de una constitucion Tales faltas no pasaron desapercibidas por las demas provincias de la confederacion por lo que eventualmente Justo Jose de Urquiza se rebelo contra su aliado Rosas y en 1852 lo vencio en la Batalla de Caseros Acto seguido cumplio con uno de los objetivos mas longevos de la politica argentina y creo la Constitucion argentina de 1853 pero no fue aceptada inmediatamente y debio pasar mas tiempo hasta la Batalla de Pavon 1861 y la derrota de Urquiza para que fuera aceptada a traves de una version modificada Esta batalla daria inicio al proceso irreversible hacia la unificacion de Argentina y el fin de la fragmentacion geografica tras ella el pais lograria la organizacion interna y la modernizacion La Guerra Civil Argentina entraria en su recta final y terminaria en 1880 49 Bibliografia EditarLas guerras de la America Latina la edad de los Caudillos 1791 1899 Robert L Scheina Una guerra entre ingleses Brasil contra Argentina en el Rio de la Plata 1825 1830 Brian Vale De la revolucion de independencia a la confederacion rosista Tulio Halperin Donghi Paidos 2000 Enlaces externos EditarHistoria de las Relaciones Exteriores Argentinas Tomo IIINotas y referencias Editar a b Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 73 77 Nahum Benjamin 1994 Manual de Historia del Uruguay 1830 1903 Montevideo Ediciones de la Banda Oriental Mendez Vives Enrique 1990 Historia Uruguaya Montevideo Ediciones de la Banda Oriental Lima Manuel de Oliveira O Imperio brasileiro Belo Horizonte Itatiaia 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000 de las milicias orientales y 500 artilleros con 16 piezas Fuerzas imperiales 6300 hombres 2300 infantes 3700 jinetes 300 artilleros con 12 piezas Rosa 1972 30 En diciembre de 1826 el plan de Barbacena era reunir 15 000 hombres en Santa Ana de ahi aplastar a los 8000 soldados que tenia Alvear y ocupar Entre Rios para imponer la paz a Buenos Aires desde alli Rosa 1972 23 En diciembre de 1825 los brasilenos estaban en crisis Abreu habia sido reemplazado en noviembre como gobernador de armas por el brigadier Massena Rosado aquel habia retrocedido a Rio Grande con 5000 efectivos esperando refuerzos mientras la vanguardia estaba en Cerro Largo Otros 800 jinetes riograndenses estaban con Bento Manuel en Cuareim vigilando al Ejercito de Observacion Las guarniciones de Montevideo y Colonia podia resistir pero no pasar a la ofensiva y desde Europa venian mercenarios alemanes Rosa 1972 30 Alvear se adelanto a los planes de Barbacena y avanzo con todas sus fuerzas sobre Santa Ana obligandolo a retroceder a Rio Grande con los 8000 hombres que tenia Mientras la flota de Brown hostilizaba las costas brasilenas hasta Rio de Janeiro de los navios comprados a Chile solo llego uno el resto de hundio en el Cabo de Hornos SCHEINA Robert Latin America s Wars the age of the caudillo 1791 1899 Brassey s 2003 Henry Harrise The Diplomatic History of America Ed B F Stevens Londres 1897 pag 91 108 y 138 139 Historia da Capitania de Sao Vicente de Pedro Taques articulo en Dominio Publico consultado el 16 de agosto de 2010 Plano del Rio de la Plata de 1631 por Joao Teixeira Albernaz el viejo citado por Ariadna Islas en Limites para un Estado en Ana Frega coord Historia regional e independencia del Uruguay Ed de la Banda Oriental Montevideo 2009 ISBN 978 9974 1 0629 1 J A Baldrich Historia de la Guerra del Brasil Buenos Aires 1905 pagina 6 Santiago Gomez Guerras entre Espana y Portugal en la cuenca del Rio de la Plata Consultado el 16 de agosto de 2010 J A Baldrich Historia de la Guerra del 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guerra con el Brasil por el convencimiento en que estaba de que hubieran sido despreciados Carta de San Martin a Bernardo O Higgins del 20 de octubre de 1827 Citado por Hector Juan Piccinali Vida de San Martin en Espana Ediciones Argentinas Bs As 1977 Pocos anos mas tarde el buque frances que transportaba a San Martin desde Europa hasta Buenos Aires debio hacer una etapa en Rio de Janeiro al ser inspeccionado el pasaje por los brasilenos San Martin debio ocultar su apellido y declarar llamarse Jose Matorras usando el apellido materno y ser oriundo de Espana Vease Bartolome Mitre Historia de San Martin y de la emancipacion sudamericana Ed Eudeba Bs As 1968 Iriarte La Campana del Brasil pag 73 77 Ruiz Moreno Campanas militares argentinas Tomo I pag 385 y 388 Ruiz Moreno Campanas militares argentinas Tomo I pag 388 Citado por Juan Beverina La guerra contra el Imperio del Brasil Ed de la Biblioteca del Oficial Bs As 1927 pag 255 257 Ruiz Moreno Campanas militares argentinas Tomo I pag 394 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Carranza Campanas navales de la Republica Argentina Tomo 4 pag 341 359 Carranza Campanas navales de la Republica Argentina Tomo 4 pag 403 422 A War Betwixt Englishmen Brazil Against Argentin on the River Plate 1825 1830 Brian Vale I B Tauris page 137 chapter 14 Carranza Campanas navales de la Republica Argentina Tomo 4 pag 341 402 El comienzo de la guerra entre las Provincias Unidas del Riio de la Plata y el Imperio del Brasil Consultado el 29 de septiembre de 2010 Carranza Campanas navales de la Republica Argentina Tomo 4 pag 426 432 Nuevo aniversario de la gesta del 7 de marzo de 1827 Carranza Campanas navales de la Republica Argentina Tomo 4 pag 437 447 A War Betwixt Englishmen Brazil Against Argentin on the River Plate 1825 1830 Brian Vale I B Tauris page 137 chapter 14 a b El corso en la pagina de historia de las relaciones exteriores argentinas del Ministerio de Relaciones Exteriores Consultado el 30 de septiembre de 2010 a b c Horacio Rodriguez Coronel de Marina Leonardo Rosales 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Escalada enemigo personal de aquel En su reemplazo asumio el mando del Regimiento Nro 3 el teniente coronel Angel Pacheco En reemplazo de Alvear asumio el Ministerio de Guerra el general Francisco Fernandez de la Cruz a b Ruiz Moreno Campanas militares argentinas Tomo I pag 387 389 Veanse las Memorias de Iriarte La Guerra del Brasil pag 121 135 y el Diario de Marcha del coronel Brandsen En sus Memorias Iriarte llega a afirmar que la intencion de Alvear era destruir su propio ejercito La Guerra del Brasil pag 151 161 Iriarte Memorias La Guerra del Brasil pag 147 148 Iriarte refiere en sus Memorias que vio como eran quemadas las curenas que habia guardado para reemplazar las que se estaban arruinando por la larga marcha La Guerra del Brasil pag 155 161 Iriarte cuenta que Alvear se limito a dormir la siesta esperando que el rio bajara El teniente coronel Eugenio Garzon lo habria despertado a los gritos exigiendole que tomara alguna decision a lo que Alvear reacciono ordenando un retroceso a marchas forzadas hacia un lugar en que habia decidido presentar batalla La Guerra del Brasil pag 170 177 Paz y Lavalle fueron ascendidos al grado de brigadier despues de la batalla otro oficial que fue ascendido fue Pacheco Iriarte que creia haber hecho meritos para obtener un ascenso fue postergado lo cual le valio a Alvear el odio de por vida del jefe de su artilleria que en sus monumentales Memorias no ahorraria epitetos en su contra Entre los muertos figuro el mariscal Abreu muerto por fuego de su propio bando Vease Achylles Porto Alegre Homens Illustres do Rio Grande do Sul Livraria Selbach Porto Alegre 1917 No solamente Iriarte sino tambien Paz y Lamadrid adjudicarian en sus respectivas Memorias el merito de la batalla a sus oficiales todos ellos con mucha mayor experiencia belica que su jefe casi todos ellos eran veteranos de la guerra de Independencia Argentina Los tres destacan tambien el coraje la destreza y la frugalidad de los gauchos rioplatenses como ventajas del Ejercito Republicano a b Ruiz Moreno Campanas militares argentinas Tomo I pag 411 414 Latin America s Wars The Age of Caudillo 1791 1899 Robert L Scheina Como curiosidad algunos de los descendientes de estos soldados alemanes llegaron a ser miembros destacados de la aristocracia portena como es el caso de la familia Bullrich Vease Jauretche Arturo El medio pelo en la sociedad argentina Ed A Pena Lillo Bs As 1966 Carta de Ponsonby a George Canning http www argentina rree com 3 3 025 htm Iriarte La Guerra del Brasil pag 261 262 Iriarte La Guerra del Brasil pag 254 256 Ruiz Moreno Campanas militares argentinas Tomo I pag 429 Iriarte La Guerra del Brasil pag 268 Segundo Roca Apuntes postumos relacion historica de la primera campana del gen Arenales a la Sierra del Peru en 1820 articulo publicado en La Revista de Buenos Aires pag 10 Consultado en Google Libros el 20 de agosto de 2010 Baldrich Juan Amadeo Historia de la Guerra del Brasil EUDEBA Buenos Aires 1974 Busaniche Historia Argentina 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Limites para un estado en Frega Historia regional e independencia del Uruguay pag 159 161 Ariadna Islas Limites para un estado en Frega Historia regional e independencia del Uruguay pag 162 167 Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 57 59 Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 59 60 Aparentemente la razon por la que Ponsonby que no tenia ninguna experiencia diplomatica fue enviado tan lejos era por pedido del rey Jorge IV para sacarse de encima un competidor por los favores de su amante Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 62 63 Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 63 64 Carta de Ponsonby a Lord Dudley citado porJose Maria Rosa en Rivadavia y el imperialismo financiero Ed Pena Lillo Bs As 1964 Consultado en agosto de 2010 Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 64 65 a b Jose Maria Rosa Rivadavia y el imperialismo financiero Ed Pena Lillo Bs As 1964 Consultado en agosto de 2010 a b Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 65 La expresion feliz experiencia utilizada por el gobernador Las Heras en su discurso de asuncion del cargo de gobernador paso a la historia como una acertada descripcion del bienestar y optimismo reinante en la capital despues de la experiencia de la guerra de independencia y de la Anarquia del Ano XX Vease Luis Alberto Romero La feliz experiencia Memorial de la Patria tomo IV Ed La Bastilla Bs As 1983 ISBN 950 508 073 5 Carta de Ponsonby a Canning Buenos Aires 20 de octubre de 1826 citada en Luis Alberto de Herrera La Mision Ponsonby Tomo II pag 71 72 Isidoro J Ruiz Moreno 2005 Campanas Militares Argentinas La politica y la guerra Emece Consultado el 1 de abril de 2010 pag 414 a b Isidoro J Ruiz Moreno 2005 Campanas Militares Argentinas La politica y la guerra Emece Consultado el 1 de abril de 2010 pag 414 415 a b c Juan Carlos 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suscripto por Garcia en 1827 ha pasado a la historia con el duro calificativo de ignominioso que le prodigaron las pasiones desatadas de la epoca y con el juicio formulado por el presidente Rivadavia en un momento critico de su gobierno en el que quiso por ese medio conquistar la opinion publica que le rehusaba su simpatia Gordon a Ponsonby 1 de junio de 1827 citado en Herrera La mision Ponsonby Tomo II pag 132 Cit por Juan Carlos Nicolau que agrega Sin duda una actitud poco digna de los integrantes del gobierno que habian acudido al comisionado para resolver un problema en el cual se habia involucrado por la decision de entrar en guerra contra el Brasil y haber fracasado en sus intentos de organizar la Republica negandose a escuchar a las provincias interiores Juan Carlos Nicolau 2008 Manuel Jose Garcia 1784 1848 Politica y Diplomacia en el Rio de la Plata Historica de Emilio J Perrot Consultado el 1 de abril de 2010 pag 214 Relata Nicolau que Curiosamente el unico diputado que intento analizar la Convencion antes de rechazarla era un decidido federal Manuel Moreno Vease Hugo R Galmarini Del fracaso unitario al triunfo federal Memorial de la Patria tomo V Ed La Bastilla Bs As 1984 pag 60 ISBN 950 508 231 2 Sierra Historia de la Argentina Tomo VII pag 631 Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 40 Castellanos La Cisplatina la Independencia y la republica caudillesca pag 69 La segunda etapa de la mision Ponsonby en la Historia de las Relaciones Exteriores Argentinas pagina del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina enlace roto disponible en Internet Archive vease el historial la primera version y la ultima Consultado el 20 de agosto de 2010 Raul Scalabrini Ortiz Politica Britanica en el Rio de la Plata Ed Reconquista Bs As 1940 pag 113 Sergio Correa da Costa Brasil segredo de Estado incursao descontraida pela historia do pais 5 ª ed Ed Record Rio de Janeiro 2002 ISBN 85 01 06182 4 Castellanos La Cisplatina la 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libro, biblioteca,

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