Europa meridional
Europa meridional o Europa del Sur es una de las veintidós subregiones en que la Organización de las Naciones Unidas divide el mundo. Está compuesta por quince países: Albania, Andorra, Bosnia y Herzegovina, Ciudad del Vaticano, Croacia, Eslovenia, España, Grecia, Italia, Macedonia del Norte, Malta, Montenegro, Portugal, San Marino y Serbia, además del territorio británico de ultramar de Gibraltar.[1]
Europa meridional | ||
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Países | Albania, Andorra, Bosnia y Herzegovina, Ciudad del Vaticano, Croacia, Eslovenia, España, Grecia, Italia, Macedonia del Norte, Malta, Montenegro, Portugal, San Marino y Serbia | |
Dependencias | Gibraltar | |
Zona horaria | UTC, UTC+1, UTC+2 | |
Organizaciones regionales | EuroMed 7, Unión Europea, Unión por el Mediterráneo | |
Limita con Europa Occidental, Europa Oriental y África del Norte.
El sur de Europa se centra en las tres penínsulas situadas en el extremo sur del continente europeo. Se trata de la Península Ibérica, la Península Italiana y la Península de los Balcanes. Estas tres penínsulas están separadas del resto de Europa por imponentes cadenas montañosas. La ubicación de estas penínsulas en el corazón del mar Mediterráneo, así como sus relieves montañosos, les proporcionan tipos de climas muy diferentes (principalmente el mediterráneo subtropical) del resto del continente. Así, el viento cálido del Siroco que se origina en el corazón del Sahara sopla sobre Italia, subiendo hasta el interior del arco alpino (valle del Po). Los Alpes impiden que el Siroco se extienda al resto de Europa. Y, a la inversa, los Alpes y los Pirineos protegen a las penínsulas italiana e ibérica de las lluvias y los vientos helados procedentes del sur de Francia, como el Mistral y el Tramontano. Cuando el Mistral y la Tramontana soplan, provocan un fenómeno de "afloramiento" en la costa francesa. Empujan las aguas superficiales hacia el mar y traen aguas más profundas y frías hacia la costa. Por ello, la temperatura de las aguas de las costas francesas es muy fresca incluso en verano, y no es representativa del resto del Mediterráneo.[2][3][4] Este mismo tipo de fenómeno se produce entre las dos vertientes de la cordillera de los Balcanes. Estas cadenas montañosas han sido, además, un grave obstáculo para el desplazamiento de la población, centrando el sur de Europa principalmente en el mundo mediterráneo. El clima y las culturas son, por tanto, muy específicos.
Para definir el sur de Europa se pueden utilizar diferentes métodos, como sus atributos políticos, económicos, históricos y culturales. El sur de Europa también puede definirse por sus características naturales: su geografía, su clima y su flora. Desde el punto de vista político, siete de los Estados del sur de Europa forman el Grupo Med de la UE.
Geografía
Geográficamente, el sur de Europa es la parte meridional del continente europeo. Esta definición es relativa, aunque se basa en gran medida en la historia, la cultura, el clima y la flora, que se comparten en toda la región. El sur de Europa puede subdividirse en tres subregiones:
- Europa Centro-Sur: la Península Itálica (Italia y los microestados de San Marino, Mónaco y Ciudad del Vaticano) con Malta y el actual territorio francés en el área geográfica italiana (Córcega y Alpes Marítimos).
- Sureste de Europa: Rumanía y la Península Balcánica (Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Grecia, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte, Serbia y Eslovenia, así como Tracia Oriental).[5][6]
- Sudoeste de Europa: la Península Ibérica (Andorra, Portugal y España, así como Gibraltar, territorio británico de ultramar), y actualmente el territorio francés de los Pirineos Orientales.
Las principales islas del sur de Europa son las Islas Baleares, Córcega, Creta, Cerdeña y Sicilia, así como el país insular de Malta.
Mapa que representa la geografía de Europa, con las cordilleras que separan el sur de Europa.
Imagen de satélite de la Península Ibérica.
Imagen de satélite de la Península Itálica.
Imagen de satélite de la Península balcánica.
Clima
El clima más emblemático del sur de Europa es el clima mediterráneo, influido por el gran centro subtropical semipermanente de altas presiones atmosféricas que se encuentra, no en el propio Mediterráneo, sino en el océano Atlántico, el anticiclón de las Azores. El clima mediterráneo abarca Portugal, España, Italia, la costa sur de Francia, la costa de Croacia, la costa de Eslovenia, el sur de Bosnia y Herzegovina, Montenegro, Albania y Grecia, así como las islas del Mediterráneo. Estas zonas de clima mediterráneo presentan vegetaciones y paisajes similares en toda su extensión, incluyendo colinas secas, pequeñas llanuras, bosques de pinos y olivos.
En ciertas partes de los países del sur de Europa se pueden encontrar climas más fríos, por ejemplo en las cadenas montañosas de España e Italia. Además, la costa norte de España experimenta un clima atlántico más húmedo.
Algunas partes del sur de Europa tienen climas subtropicales húmedos con veranos cálidos y húmedos, a diferencia de los típicos climas mediterráneos. Este clima se encuentra principalmente en Italia y Croacia, alrededor del mar Adriático, en ciudades como Venecia y Trieste.
Flora
La flora del sur de Europa se caracteriza principalmente por los bosques mediterráneos, los bosques y los matorrales, pero también los bosques templados de hoja ancha y los bosques mixtos. Las regiones de clima mediterráneo y submediterráneo de Europa se encuentran en gran parte del sur de Europa, principalmente en Portugal, España, Italia, Malta, Albania, Grecia, Chipre y todas las islas mediterráneas, pero también en el sureste de Francia, la costa mediterránea de los Balcanes y parte de Macedonia.[7][8]
Bosque de hayas en los Montes Auruncos, Italia
Bosque de pinos de Alepo, Croacia
Bosques de pinos del Monte Cimone, Italia
Olivar de secano, Creta
Historia
Historia temprana
Los fenicios se expandieron originalmente desde los puertos de Canaán, dominando el comercio en el Mediterráneo en el siglo VIII a.C. Cartago se fundó en el 814 a.C., y los cartagineses, en el 700 a.C., habían establecido firmemente sus fortalezas en Sicilia y Cerdeña (ambas regiones en la actual Italia), lo que creó conflictos de intereses con Etruria. Sus colonias llegaron después al Mediterráneo occidental, como Cádiz en España y, sobre todo, Cartago en el norte de África, e incluso al océano Atlántico. La civilización se extendió por el Mediterráneo entre el 1500 a.C. y el 300 a.C.[9]
El periodo conocido como antigüedad clásica comenzó con el surgimiento de las ciudades-estado de la antigua Grecia. La influencia griega alcanzó su cenit bajo el expansivo imperio de Alejandro Magno, extendiéndose por toda Asia. El Imperio Romano llegó a dominar toda la cuenca mediterránea en un vasto imperio basado en el derecho y las legiones romanas. Promovía el comercio, la tolerancia y la cultura griega. Hacia el año 300, el Imperio Romano estaba dividido en el Imperio Romano de Occidente, con sede en Roma, y el Imperio Romano de Oriente, con sede en Constantinopla. Los ataques de los godos condujeron a la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d.C., fecha que tradicionalmente marca el final del periodo clásico y el inicio de la Edad Media. Durante la Edad Media, el Imperio Romano de Oriente sobrevivió, aunque los historiadores modernos se refieren a este estado como el Imperio Bizantino. En Europa occidental, los pueblos germánicos ocuparon posiciones de poder en los restos del antiguo Imperio Romano de Occidente y establecieron reinos e imperios propios.
Comienza el periodo conocido como las Cruzadas, una serie de expediciones militares por motivos religiosos cuyo objetivo inicial era devolver el Levante al dominio cristiano. Se fundaron varios estados cruzados en el Mediterráneo oriental. Todos ellos duraron poco. Los cruzados tuvieron un profundo impacto en muchas partes de Europa. El saqueo de Constantinopla en 1204 puso fin al Imperio Bizantino. Aunque más tarde se restablecería, nunca recuperaría su antigua gloria. Los cruzados establecerían rutas comerciales que se convertirían en la Ruta de la Seda y abrirían el camino para que las repúblicas mercantiles de Génova y Venecia se convirtieran en grandes potencias económicas. La Reconquista, un movimiento relacionado, trabajó para reconquistar Iberia para la cristiandad. La Baja Edad Media representó un periodo de agitación en Europa. La epidemia conocida como la Peste Negra y la hambruna asociada a ella provocaron una catástrofe demográfica en Europa al caer la población en picado. Las luchas dinásticas y las guerras de conquista mantuvieron en guerra a muchos de los estados de Europa durante gran parte del periodo. En los Balcanes, el Imperio Otomano, un estado turco originario de Anatolia, invadió sin cesar las antiguas tierras bizantinas, culminando con la caída de Constantinopla en 1453.
Referencias
- «Geographic Regions». unstats.un.org.
- https://www.esa.int/ESA_Multimedia/Videos/2012/07/Mediterranean_sea-surface_temperature
- https://www.researchgate.net/figure/a-Sea-surface-temperature-of-the-Mediterranean-Sea-water-masses-and-physical_fig3_290100465
- https://eo4society.esa.int/2019/06/24/2010-2019-sst-in-the-mediterranean/
- Article in Britannica
- Library of Congress. Cataloging Policy and Support Office, Library of Congress Subject Headings
- «Mediterranean Basin». Critical Ecosystem Partnership Fund. Consultado el 31 December 2020.
- Wolfgang Frey and Rainer Lösch; Lehrbuch der Geobotanik. Pflanze und Vegetation in Raum und Zeit. Spektrum Akademischer Verlag, München 2004
- «Phoenicia». World History Encyclopedia (en inglés). Consultado el 4 de agosto de 2021.