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Ello, yo y superyó

Ello, yo y superyó son conceptos fundamentales en la teoría del psicoanálisis con la que Sigmund Freud intentó explicar el funcionamiento psíquico humano, postulando la existencia de un «aparato psíquico» que tiene una estructura particular. Sostuvo que este aparato está dividido, a grandes rasgos, en tres instancias: el ello, el yo y el superyó, que sin embargo comparten funciones y no se encuentran separadas físicamente. A su vez, gran parte de los contenidos y mecanismos psíquicos que operan en cada una de estas entidades son inconscientes.

Modelo estructural del aparato psíquico. Ello, yo y superyó se superponen a la primera tópica (consciente, preconsciente, inconsciente).

Si bien la idea general de que la mente no es algo homogéneo tiene amplia aceptación, tanto dentro como fuera del campo de la psicología, es también una idea controvertida. En particular hay detractores de la teoría de que el psiquismo se divida en estos tres componentes.[1]

Origen y diferencias en la terminología

En algunas publicaciones en el idioma español se puede encontrar los términos ello, yo y superyó en latín, como id, ego y superego, respectivamente. Estas formas fueron adoptadas en un principio por James Strachey en su traducción de la obra de Freud al inglés, titulada Standard Edition y publicada entre 1953 y 1974. Los términos originales utilizados por Freud se encuentran en idioma alemán: das Es, das Ich y das Über-Ich —respectivamente, el ello, el yo y el superyó (literalmente sobre yo)—. Freud tomó prestado el término "das Es" de Georg Groddeck, un médico alemán por cuyas ideas no convencionales Freud estuvo muy atraído (los traductores de Groddeck traducen el término desde el inglés como «el ello»).[2]

Las tres instancias

En Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]), Freud reconoce la satisfacción de las necesidades congénitas como “el genuino propósito vital del individuo”, el cual halla un medio de expresión en el poder del ello. La conservación de la vida y la evasión de los peligros no se cuentan, pues, entre las competencias de tal instancia, sino que corresponden al yo, encargado, por lo mismo, de velar porque las satisfacciones a las que presta consentimiento no expongan la seguridad del individuo a un excesivo riesgo. Por su parte, el superyó participa en la restricción de tales satisfacciones y en eso radica su función más importante.[3]

El ello

Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Está en conflicto con el yo y el superyó, instancias que en la teoría de Freud se han escindido posteriormente de él.[4]​ Freud denomina ello a la más primitiva provincia del aparato anímico, cuyo contenido concierne a lo heredado, lo innato o lo constitucional y atañe en particular a las pulsiones.[5]​ La condensación y el desplazamiento demuestran que en el ello la energía psíquica circula con mayor movilidad que en el yo y que lo que más atarea a aquella instancia es su afán de proporcionar descarga a las excitaciones que se produzcan en su interior. En una nota al pie de Esquema del psicoanálisis (1940 [1938]), James Strachey, traductor de la obra de Freud al inglés y creador de la Standard Edition, apostilla que esa aspiración que Freud atribuye al ello es análoga a lo que había descrito en el Proyecto de psicología, empleando una terminología más próxima a la de la neurología, en referencia al “principio primordial de la actividad de las neuronas: «las neuronas procuran aliviarse de la cantidad».”[6]

Para Freud, el ello constituye “el núcleo de nuestro ser”. No tiene contacto directo con el mundo exterior y nos sería incognoscible si no fuera por la mediación de otra instancia (el yo). Es en su interior que operan las pulsiones, conformadas por diferentes proporciones de aquello que Freud considera las “dos fuerzas primordiales”, a saber, Eros y thanatos. La meta de tales pulsiones no es otra que la de alcanzar la satisfacción, la cual supone “precisas alteraciones en los órganos con auxilio de objetos del mundo exterior.” Sin embargo, si se concediera a las pulsiones del ello satisfacción sin dilación ni prudencia, a menudo sobrevendrían peligrosos conflictos con el mundo exterior que amenazarían la supervivencia del individuo. El ello no se preocupa por la seguridad de este: si bien tiene la capacidad de desarrollar los elementos de la sensación de angustia, no puede apreciarlos. Freud diferencia “los procesos que son posibles en los elementos psíquicos supuestos en el interior del ello y entre estos (proceso primario)” y “aquellos que nos son consabidos por una percepción conciente dentro de nuestra vida intelectual y de sentimientos”.[nota 1]​ Aunque el ello no comercie directamente con el mundo exterior, le está reservado un mundo de percepción que le es propio por cuanto ha de tomar registro de las fluctuaciones que acontecen en su interior (nivel de tensión pulsional) que alcanzan la conciencia a guisa de sensaciones placenteras o displacenteras. Esta instancia se rige por el principio de placer, mientras que las demás, que tampoco son capaces de anularlo, se limitan a modificarlo.[7]

El yo

El yo es la instancia psíquica actuante que aparece como mediadora entre las otras dos. Intenta conciliar las exigencias normativas y punitivas del superyó así como las demandas de la realidad con los intereses del ello por satisfacer deseos inconscientes. Está a cargo de desarrollar mecanismos que permitan la obtención del mayor placer posible, pero dentro de los límites que la realidad imponga. La defensa es una de sus competencias y gran parte de su contenido es inconsciente.[8]​ La incidencia del mundo exterior alteraría una porción del ello destinada a convertirse en el yo, porción descrita como “un estrato cortical dotado de los órganos para la recepción de estímulos y de los dispositivos para la protección frente a estos” que de allí en más tomará la función de mediar entre aquella otra instancia y el mundo exterior. El yo gobernaría los movimientos voluntarios y se ocuparía de bregar por la autoconservación del individuo mediante la evitación, el dominio y la cancelación de los estímulos procedentes del exterior, así como también a través del sometimiento de los reclamos pulsionales provenientes del ello, respecto de los cuales deberá determinar si se ha de satisfacerlos —y, en caso de ser así, en qué condiciones— o sofocarlos. El nivel de tensión dentro de la organización yoica orientaría su actividad, percibiéndose, por lo general, un incremento tensional como displacentero y una disminución como placentera, si bien Freud no deja de indicar que las sensaciones de placer y displacer probablemente no se encuentren en relación directa con la magnitud de la tensión en sí misma, sino más bien con el ritmo de sus fluctuaciones. La tendencia del yo a eludir el displacer conlleva que la previsión de un aumento del mismo acarree el desprendimiento de una señal de angustia, denominándose peligro la circunstancia en la que esta tiene lugar, trátese de una amenaza interna —es decir, pulsional— o externa. Durante el sueño, el yo resignaría su vínculo con el mundo exterior y se constataría en él “una particular distribución de la energía anímica.”[9]

El yo, “instancia psíquica que creemos conocer mejor [que el ello] y en la cual nos discernimos por excelencia a nosotros mismos”, nace sobre la base del estrato cortical del ello, que se encuentra provisto de la capacidad de captar estímulos para luego alejarlos, de suerte que pueda mantenerse en contacto con la realidad objetiva. El avasallamiento del yo por parte del mundo exterior revela las circunstancias bajo las cuales se produjeron su génesis y su desarrollo, a saber, la subyugación a su esfera de influencia de porciones del ello cada vez más vastas a partir de la percepción consciente de dicha realidad.[10]

Su operación psicológica consiste en elevar los decursos del ello a un nivel dinámico más alto (p. ej., en mudar energía libremente móvil en energía ligada, como corresponde al estado preconciente); y su operación constructiva, en interpolar entre exigencia pulsional y acción satisfaciente la actividad del pensar, que trata de colegir el éxito de las empresas intentadas mediante unas acciones tentaleantes, tras orientarse en el presente y valorizar experiencias anteriores. De esta manera, el yo decide si el intento desembocará en la satisfacción o debe ser desplazado, o si la exigencia de la pulsión no tiene que ser sofocada por completo como peligrosa (principio de realidad).[11]

Mientras que al ello no le preocupa más que la obtención de placer, al yo corresponde tomar en consideración la seguridad, dado que se ocupa de la tarea de la autoconservación, la cual el ello tiene en menos. Se sirve de los desprendimientos de angustia como medio para percatarse de los peligros que lo asedian. La asociación de las huellas mnémicas con restos del lenguaje posibilita que estas se tornen conscientes y, puesto que la cualidad de lo consciente es propia de las percepciones, se presenta entonces la posibilidad de que las primeras sean tomadas erróneamente como representaciones de la realidad objetiva actual. Para evitar tal confusión el yo se vale del examen de realidad, que, sin embargo, deja de operar durante el sueño. El yo se ve amenazado en primer lugar por los peligros de la realidad objetiva, pero también por los procedentes del ello debido a que exigencias pulsionales hiperintensas pueden producir daños en el yo comparables a los que le provocarían las excitaciones hipertróficas del mundo exterior. Aunque, a diferencia de estos últimos, no les sea posible aniquilarlo, sí pueden deshacer su organización interna, de suerte que el ello se incorpore al yo nuevamente como una parte de sus dominios. Otra razón por la que los requerimientos del ello representarían un peligro para la instancia yoica radica en que ―tal como esta pudo haber aprendido de la experiencia― conceder la satisfacción de un reclamo pulsional que no resulta per se inadmisible para el yo puede, sin embargo, implicar riesgos en el mundo exterior y, de esta manera, tal reclamo pasa a ser considerado peligroso. El yo debe, pues, afianzarse frente a dos amenazas: por un lado, un mundo exterior que podría acabar con él y, por el otro, un mundo interior muy demandante.[12]

El superyó

El superyó es la instancia moral, enjuiciadora de la actividad yoica. Para Freud, surge como resultado de la resolución del complejo de Edipo y constituye la internalización de las normas, reglas y prohibiciones parentales.[13]​ Así como a partir del ello se originaría el yo, dentro de él nacería más tarde el superyó, consistente en el relicto de la etapa en la que el individuo no ha superado aún el desamparo infantil y se mantiene todavía en estrecha dependencia respecto de sus figuras parentales, cuyos designios pasan a incorporarse en la constitución de esta tercera instancia.[14]​ Importantes sumas de agresividad hallan un empleo distinto al de ser dirigidas hacia afuera cuando, a partir de la instauración del superyó, permanecen adheridas al propio yo, donde sacan a relucir sus virtualidades autodestructivas, hasta el punto de que resultaría insano o patógeno la retención de la agresión dado que la pulsión destructiva obstruida ejercería entonces sus efectos a partir del mecanismo de vuelta hacia la persona propia.[15]

El superyó es la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas: la «conciencia moral» y el ideal del yo. La «conciencia moral» se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas.[cita requerida]

El superyó en la enseñanza clásica freudiana es una instancia que no está presente desde el principio de la vida del sujeto, sino que surge a consecuencia de la internalización de la figura del padre como un resultado de la resolución del complejo de Edipo.[16]

Con posterioridad a Freud se ha discutido sobre el origen de la instancia. Melanie Klein, por ejemplo, postula la existencia de un superyó en el lactante. Para la corriente psicoanalítica que sigue la orientación de Jacques Lacan será en cambio relevante reforzar la idea de Freud acerca del momento del surgimiento del superyó, otorgándole a la castración, a la resolución del complejo de Edipo y a la función paterna un carácter fundacional del sujeto con sus tres instancias, así como un papel determinante de su posición estructural.[cita requerida]

Relación de las instancias entre sí y con lo inconsciente y lo preconsciente

Sobre el ello tiene absoluto imperio la cualidad de lo inconsciente. La correspondencia entre inconsciente y ello sería incluso más estrecha que la que existe entre preconsciente y yo. Al comienzo de la vida, el aparato psíquico solo cuenta con un ello y son los estímulos procedentes del mundo exterior los que terminan por alterar aquel sector suyo que acabará convirtiéndose en el yo. Este habrá de incorporarse algunos de los contenidos originariamente pertenecientes al ello, traspuestos ahora al estado preconsciente, mientras que otros materiales se convertirán en el núcleo del ello, conservando su carácter inconsciente y su inasequibilidad. Sin embargo, el desarrollo del yo está marcado por la cesión a lo inconsciente de contenidos que ya había asimilado, y también ante algunas nuevas impresiones se retirará dejándoles la posibilidad de imprimir una huella únicamente en el ello. Es esta porción del ello la que merece el nombre de lo reprimido. Una y otra de las parcelas del ello (el “núcleo del ello” y “lo reprimido”) se solapan, respectiva y aproximadamente, con lo congénito originario y lo que ha sido adquirido durante el desarrollo del yo.[17]

A pesar de esta tripartición teórica del aparato anímico, Freud considera correcta una acción del yo solo en aquellos casos en los que simultáneamente logra conciliar las exigencias del ello, del superyó y de la realidad objetiva,[14]​ razón por la cual menciona en El yo y el ello los tres “vasallajes del yo”.[18]​ El autor argumenta que la relación entre el yo y el superyó de determinado individuo debe su naturaleza a la que le precedió entre el niño y sus padres, quienes, además las idiosincrásicas peculiaridades de sus propios ideales, trasmiten a su hijo “el influjo, por ellos propagado, de la tradición de la familia, la raza y el pueblo, así como los requerimientos del medio social respectivo”. Tampoco el superyó se configura sobre la base de la exclusiva contribución de lo legado por los padres, sino que se nutrirá igualmente de lo que le ofrezcan otras figuras de autoridad, así como también de valores que gocen del beneplácito social. Freud encuentra un punto de confluencia entre el ello y el superyó por cuanto ambos figuran el influjo del pasado, si bien no se trata, naturalmente, del mismo pasado sino del pasado heredado, en el primer caso, y del pasado asumido por otros, en el segundo. En este mismo punto el yo se distanciaría de las otras dos instancias por responder él en primer lugar a lo experimentado por el propio individuo o, en otras palabras, lo contingente.[19]

Para Freud, poco podría aprenderse del estudio de casos normales caracterizados por una bien definida separación entre el yo y el ello, sostenida esta gracias a las resistencias o contrainvestiduras, y por el trabajo mancomunado entre la organización yoica y el superyó. Solo arrojarían luz, en cambio, los estados de conflicto, en los que el material inconsciente perteneciente al ello amenazara con irrumpir en la conciencia y el yo debiese defenderse frente a tal asalto. Sin embargo, tales estados no se dan exclusivamente en el marco de perturbaciones patológicas, sino que de continuo tienen lugar durante el dormir, razón por la cual, los sueños, que Freud reconoce como actos psíquicos, constituyen un privilegiado objeto de estudio para la indagación psicoanalítica.[20]

El yo, vasallo de la realidad objetiva, del ello y del superyó, ha de rendir tributo a sus tres señores y simultáneamente conservar su autonomía y su organización. Los estados patológicos podrían explicarse mediante el expediente de que en tales casos el yo quedaría parcial o totalmente debilitado e incapacitado para asumir sus obligaciones. Sojuzgar los requerimientos pulsionales que el ello busca imponerle probablemente sea la más espinosa tarea que la instancia yoica ha de acometer y a ella destina importantes montos de energía empleados para el sostenimiento de las contrainvestiduras. Por otro lado, existe también la posibilidad de que sea el superyó el que se ha tornado intolerablemente demandante, al punto que no le resten fuerzas al yo para cumplir con otros quehaceres. El ello y el superyó suelen aliarse en perjuicio de su súbdito, que, para evitar desorganizarse, debe intentar no desasirse del mundo exterior, vínculo este último que puede aparecer afectado o incluso suprimido cuando aquellos dos cobran demasiada fuerza. El sueño, temporario estado de carácter psicótico, subsume al yo en las incoherencias de la realidad interior en el momento en el que este concede resignar sus lazos con el exterior.[21]

La psicología del yo

Después de Freud, un número de teóricos psicoanalíticos prominentes comenzaron a trabajar sobre la versión funcionalista del Yo de Freud. El mayor esfuerzo fue puesto en detallar las varias funciones del Yo y cómo se deterioran en psicopatología. Varias funciones centrales del Yo-realidad: impulso-control, juicio, está probado que afectan la tolerancia, la defensa, y el funcionamiento sintético. Una revisión conceptual importante a la teoría estructural de Freud fue hecha cuando Heinz Hartmann discutió que el Yo sano incluye una esfera de las funciones autónomas de este, que son independientes del conflicto mental. La memoria, la coordinación motora, y la realidad-prueba, como ser, pueden funcionar sin la intrusión del conflicto emocional. Según Hartmann, el tratamiento psicoanalítico apunta a ampliar la esfera sin conflicto del funcionamiento del Yo. Haciendo así pues, que el psicoanálisis facilite la adaptación, es decir, una regulación mutua más eficaz de Yo y del ambiente.

David Rapaport sistematizó el modelo estructural de Freud y las revisiones de Hartmann. Rapaport discutió que el principio central de la teoría freudiana era que los procesos mentales son motivados y formados por la necesidad de descargar la tensión. El trabajo de Freud que clarificaba Rapaport retrató la mente organizada en pulsiones y estructuras. Las pulsiones responden a la energía de la libido retenida y se orientan a una descarga rápida, a la satisfacción inmediata de deseos. Debido a que es raro que los deseos puedan ser satisfechos inmediatamente en la realidad, la mente desarrolla mecanismos para retrasar la satisfacción, o para alcanzarla a través de los desvíos o sublimaciones. Por lo tanto, la energía de la pulsión es contenida por las estructuras mentales relativamente estables que abarcan al Yo. Rapaport definió las estructuras como organizaciones mentales con un índice de cambio lento, en comparación con las pulsiones.

Arlow y Brenner discutieron que la teoría anterior de Freud de los sistemas conscientes, preconscientes, e inconscientes de la mente deben ser abandonados, y el modelo estructural debería ser usado como la única teoría psicoanalítica de la mente.

Los autores psicológicos del Yo recientemente se han acercado en varias direcciones. Algunos, tales como Charles Brenner, han afirmado que el modelo estructural debe ser abandonado y los psicoanalistas deben centrarse exclusivamente en conflicto mental que entienden y tratan. Otros, tales como Frederic Busch, han sofisticado cada vez más el concepto del Yo.

La psicología del Yo se confunde a menudo con la psicología del uno mismo, que acentúa la fuerza y la cohesión del sentido de una persona consigo misma. Aunque algunos psicólogos del Yo escriben sobre el uno mismo, distinguen generalmente a uno mismo del Yo. Definen el Yo como una agencia abarcativa de las funciones mentales, mientras que el uno mismo es una representación interna de cómo una persona se percibe. En la psicología del Yo, el énfasis se pone en entender el funcionamiento del Yo y sus relaciones conflictivas de la identificación, el Superyó, y la realidad, más que al sentido subjetivo de uno mismo.

Véase también

Notas

  1. En la edición de Amorrortu de las obras completas de Freud, los términos conciente, inconciente y preconciente no aparecen escritos con -sc-, aunque el Diccionario de la Real Academia Española —que no admite tampoco el término preconsciente— da por válidas consciente e inconsciente.

Referencias

  1. Un estudio desde un punto de vista analítico en:Jesús Padilla Gálvez, Yo, máscara y reflexión, Ed. Plaza y Valdés, Madrid, 2012. pp. 89-94. ISBN 978-84-15271-51-2.
  2. Groddeck, Georg (1928). «The Book of the It». Journal of Nervous and Mental Disease (49). 
  3. Freud, 2013, p. 146.
  4. Laplanche y Pontalis, 2007, p. 112.
  5. Freud, 2013, p. 143.
  6. Freud, 2013, p. 166.
  7. Freud, 2013a, pp. 199-200.
  8. Laplanche y Pontalis, 2007, p. 457.
  9. Freud, 2013, pp. 143-144.
  10. Freud, 2013a, p. 200.
  11. Freud, 2013a, pp. 200-201.
  12. Freud, 2013a, p. 201.
  13. Laplanche y Pontalis, 2007, p. 419.
  14. Freud, 2013, p. 144.
  15. Freud, 2013, p. 148.
  16. O.C. XXII. Op. cit., págs. 54-63.
  17. Freud, 2013, pp. 160-161.
  18. Freud, Sigmund (2014). «El yo y el ello». Obras completas (José Luis Etcheverry, trad.). XIX - El yo y el ello y otras obras (1923-1925). Buenos Aires: Amorrortu Editores. pp. 1-66. ISBN 950-518-599-5. 
  19. Freud, 2013, pp. 144-145.
  20. Freud, 2013, p. 163.
  21. Freud, 2013, p. 173.

Bibliografía

  •   Datos: Q486893

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Ello yo y superyo son conceptos fundamentales en la teoria del psicoanalisis con la que Sigmund Freud intento explicar el funcionamiento psiquico humano postulando la existencia de un aparato psiquico que tiene una estructura particular Sostuvo que este aparato esta dividido a grandes rasgos en tres instancias el ello el yo y el superyo que sin embargo comparten funciones y no se encuentran separadas fisicamente A su vez gran parte de los contenidos y mecanismos psiquicos que operan en cada una de estas entidades son inconscientes Modelo estructural del aparato psiquico Ello yo y superyo se superponen a la primera topica consciente preconsciente inconsciente Si bien la idea general de que la mente no es algo homogeneo tiene amplia aceptacion tanto dentro como fuera del campo de la psicologia es tambien una idea controvertida En particular hay detractores de la teoria de que el psiquismo se divida en estos tres componentes 1 Indice 1 Origen y diferencias en la terminologia 2 Las tres instancias 2 1 El ello 2 2 El yo 2 3 El superyo 3 Relacion de las instancias entre si y con lo inconsciente y lo preconsciente 4 La psicologia del yo 5 Vease tambien 6 Notas 7 Referencias 8 BibliografiaOrigen y diferencias en la terminologia EditarEn algunas publicaciones en el idioma espanol se puede encontrar los terminos ello yo y superyo en latin como id ego y superego respectivamente Estas formas fueron adoptadas en un principio por James Strachey en su traduccion de la obra de Freud al ingles titulada Standard Edition y publicada entre 1953 y 1974 Los terminos originales utilizados por Freud se encuentran en idioma aleman das Es das Ich y das Uber Ich respectivamente el ello el yo y el superyo literalmente sobre yo Freud tomo prestado el termino das Es de Georg Groddeck un medico aleman por cuyas ideas no convencionales Freud estuvo muy atraido los traductores de Groddeck traducen el termino desde el ingles como el ello 2 Las tres instancias EditarEn Esquema del psicoanalisis 1940 1938 Freud reconoce la satisfaccion de las necesidades congenitas como el genuino proposito vital del individuo el cual halla un medio de expresion en el poder del ello La conservacion de la vida y la evasion de los peligros no se cuentan pues entre las competencias de tal instancia sino que corresponden al yo encargado por lo mismo de velar porque las satisfacciones a las que presta consentimiento no expongan la seguridad del individuo a un excesivo riesgo Por su parte el superyo participa en la restriccion de tales satisfacciones y en eso radica su funcion mas importante 3 El ello Editar Su contenido es inconsciente y consiste fundamentalmente en la expresion psiquica de las pulsiones y deseos Esta en conflicto con el yo y el superyo instancias que en la teoria de Freud se han escindido posteriormente de el 4 Freud denomina ello a la mas primitiva provincia del aparato animico cuyo contenido concierne a lo heredado lo innato o lo constitucional y atane en particular a las pulsiones 5 La condensacion y el desplazamiento demuestran que en el ello la energia psiquica circula con mayor movilidad que en el yo y que lo que mas atarea a aquella instancia es su afan de proporcionar descarga a las excitaciones que se produzcan en su interior En una nota al pie de Esquema del psicoanalisis 1940 1938 James Strachey traductor de la obra de Freud al ingles y creador de la Standard Edition apostilla que esa aspiracion que Freud atribuye al ello es analoga a lo que habia descrito en el Proyecto de psicologia empleando una terminologia mas proxima a la de la neurologia en referencia al principio primordial de la actividad de las neuronas las neuronas procuran aliviarse de la cantidad 6 Para Freud el ello constituye el nucleo de nuestro ser No tiene contacto directo con el mundo exterior y nos seria incognoscible si no fuera por la mediacion de otra instancia el yo Es en su interior que operan las pulsiones conformadas por diferentes proporciones de aquello que Freud considera las dos fuerzas primordiales a saber Eros y thanatos La meta de tales pulsiones no es otra que la de alcanzar la satisfaccion la cual supone precisas alteraciones en los organos con auxilio de objetos del mundo exterior Sin embargo si se concediera a las pulsiones del ello satisfaccion sin dilacion ni prudencia a menudo sobrevendrian peligrosos conflictos con el mundo exterior que amenazarian la supervivencia del individuo El ello no se preocupa por la seguridad de este si bien tiene la capacidad de desarrollar los elementos de la sensacion de angustia no puede apreciarlos Freud diferencia los procesos que son posibles en los elementos psiquicos supuestos en el interior del ello y entre estos proceso primario y aquellos que nos son consabidos por una percepcion conciente dentro de nuestra vida intelectual y de sentimientos nota 1 Aunque el ello no comercie directamente con el mundo exterior le esta reservado un mundo de percepcion que le es propio por cuanto ha de tomar registro de las fluctuaciones que acontecen en su interior nivel de tension pulsional que alcanzan la conciencia a guisa de sensaciones placenteras o displacenteras Esta instancia se rige por el principio de placer mientras que las demas que tampoco son capaces de anularlo se limitan a modificarlo 7 El yo Editar El yo es la instancia psiquica actuante que aparece como mediadora entre las otras dos Intenta conciliar las exigencias normativas y punitivas del superyo asi como las demandas de la realidad con los intereses del ello por satisfacer deseos inconscientes Esta a cargo de desarrollar mecanismos que permitan la obtencion del mayor placer posible pero dentro de los limites que la realidad imponga La defensa es una de sus competencias y gran parte de su contenido es inconsciente 8 La incidencia del mundo exterior alteraria una porcion del ello destinada a convertirse en el yo porcion descrita como un estrato cortical dotado de los organos para la recepcion de estimulos y de los dispositivos para la proteccion frente a estos que de alli en mas tomara la funcion de mediar entre aquella otra instancia y el mundo exterior El yo gobernaria los movimientos voluntarios y se ocuparia de bregar por la autoconservacion del individuo mediante la evitacion el dominio y la cancelacion de los estimulos procedentes del exterior asi como tambien a traves del sometimiento de los reclamos pulsionales provenientes del ello respecto de los cuales debera determinar si se ha de satisfacerlos y en caso de ser asi en que condiciones o sofocarlos El nivel de tension dentro de la organizacion yoica orientaria su actividad percibiendose por lo general un incremento tensional como displacentero y una disminucion como placentera si bien Freud no deja de indicar que las sensaciones de placer y displacer probablemente no se encuentren en relacion directa con la magnitud de la tension en si misma sino mas bien con el ritmo de sus fluctuaciones La tendencia del yo a eludir el displacer conlleva que la prevision de un aumento del mismo acarree el desprendimiento de una senal de angustia denominandose peligro la circunstancia en la que esta tiene lugar tratese de una amenaza interna es decir pulsional o externa Durante el sueno el yo resignaria su vinculo con el mundo exterior y se constataria en el una particular distribucion de la energia animica 9 El yo instancia psiquica que creemos conocer mejor que el ello y en la cual nos discernimos por excelencia a nosotros mismos nace sobre la base del estrato cortical del ello que se encuentra provisto de la capacidad de captar estimulos para luego alejarlos de suerte que pueda mantenerse en contacto con la realidad objetiva El avasallamiento del yo por parte del mundo exterior revela las circunstancias bajo las cuales se produjeron su genesis y su desarrollo a saber la subyugacion a su esfera de influencia de porciones del ello cada vez mas vastas a partir de la percepcion consciente de dicha realidad 10 Su operacion psicologica consiste en elevar los decursos del ello a un nivel dinamico mas alto p ej en mudar energia libremente movil en energia ligada como corresponde al estado preconciente y su operacion constructiva en interpolar entre exigencia pulsional y accion satisfaciente la actividad del pensar que trata de colegir el exito de las empresas intentadas mediante unas acciones tentaleantes tras orientarse en el presente y valorizar experiencias anteriores De esta manera el yo decide si el intento desembocara en la satisfaccion o debe ser desplazado o si la exigencia de la pulsion no tiene que ser sofocada por completo como peligrosa principio de realidad 11 Mientras que al ello no le preocupa mas que la obtencion de placer al yo corresponde tomar en consideracion la seguridad dado que se ocupa de la tarea de la autoconservacion la cual el ello tiene en menos Se sirve de los desprendimientos de angustia como medio para percatarse de los peligros que lo asedian La asociacion de las huellas mnemicas con restos del lenguaje posibilita que estas se tornen conscientes y puesto que la cualidad de lo consciente es propia de las percepciones se presenta entonces la posibilidad de que las primeras sean tomadas erroneamente como representaciones de la realidad objetiva actual Para evitar tal confusion el yo se vale del examen de realidad que sin embargo deja de operar durante el sueno El yo se ve amenazado en primer lugar por los peligros de la realidad objetiva pero tambien por los procedentes del ello debido a que exigencias pulsionales hiperintensas pueden producir danos en el yo comparables a los que le provocarian las excitaciones hipertroficas del mundo exterior Aunque a diferencia de estos ultimos no les sea posible aniquilarlo si pueden deshacer su organizacion interna de suerte que el ello se incorpore al yo nuevamente como una parte de sus dominios Otra razon por la que los requerimientos del ello representarian un peligro para la instancia yoica radica en que tal como esta pudo haber aprendido de la experiencia conceder la satisfaccion de un reclamo pulsional que no resulta per se inadmisible para el yo puede sin embargo implicar riesgos en el mundo exterior y de esta manera tal reclamo pasa a ser considerado peligroso El yo debe pues afianzarse frente a dos amenazas por un lado un mundo exterior que podria acabar con el y por el otro un mundo interior muy demandante 12 El superyo Editar El superyo es la instancia moral enjuiciadora de la actividad yoica Para Freud surge como resultado de la resolucion del complejo de Edipo y constituye la internalizacion de las normas reglas y prohibiciones parentales 13 Asi como a partir del ello se originaria el yo dentro de el naceria mas tarde el superyo consistente en el relicto de la etapa en la que el individuo no ha superado aun el desamparo infantil y se mantiene todavia en estrecha dependencia respecto de sus figuras parentales cuyos designios pasan a incorporarse en la constitucion de esta tercera instancia 14 Importantes sumas de agresividad hallan un empleo distinto al de ser dirigidas hacia afuera cuando a partir de la instauracion del superyo permanecen adheridas al propio yo donde sacan a relucir sus virtualidades autodestructivas hasta el punto de que resultaria insano o patogeno la retencion de la agresion dado que la pulsion destructiva obstruida ejerceria entonces sus efectos a partir del mecanismo de vuelta hacia la persona propia 15 El superyo es la parte que contrarresta al ello representa los pensamientos morales y eticos recibidos de la cultura Consta de dos subsistemas la conciencia moral y el ideal del yo La conciencia moral se refiere a la capacidad para la autoevaluacion la critica y el reproche El ideal del yo es una autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas cita requerida El superyo en la ensenanza clasica freudiana es una instancia que no esta presente desde el principio de la vida del sujeto sino que surge a consecuencia de la internalizacion de la figura del padre como un resultado de la resolucion del complejo de Edipo 16 Con posterioridad a Freud se ha discutido sobre el origen de la instancia Melanie Klein por ejemplo postula la existencia de un superyo en el lactante Para la corriente psicoanalitica que sigue la orientacion de Jacques Lacan sera en cambio relevante reforzar la idea de Freud acerca del momento del surgimiento del superyo otorgandole a la castracion a la resolucion del complejo de Edipo y a la funcion paterna un caracter fundacional del sujeto con sus tres instancias asi como un papel determinante de su posicion estructural cita requerida Relacion de las instancias entre si y con lo inconsciente y lo preconsciente EditarSobre el ello tiene absoluto imperio la cualidad de lo inconsciente La correspondencia entre inconsciente y ello seria incluso mas estrecha que la que existe entre preconsciente y yo Al comienzo de la vida el aparato psiquico solo cuenta con un ello y son los estimulos procedentes del mundo exterior los que terminan por alterar aquel sector suyo que acabara convirtiendose en el yo Este habra de incorporarse algunos de los contenidos originariamente pertenecientes al ello traspuestos ahora al estado preconsciente mientras que otros materiales se convertiran en el nucleo del ello conservando su caracter inconsciente y su inasequibilidad Sin embargo el desarrollo del yo esta marcado por la cesion a lo inconsciente de contenidos que ya habia asimilado y tambien ante algunas nuevas impresiones se retirara dejandoles la posibilidad de imprimir una huella unicamente en el ello Es esta porcion del ello la que merece el nombre de lo reprimido Una y otra de las parcelas del ello el nucleo del ello y lo reprimido se solapan respectiva y aproximadamente con lo congenito originario y lo que ha sido adquirido durante el desarrollo del yo 17 A pesar de esta triparticion teorica del aparato animico Freud considera correcta una accion del yo solo en aquellos casos en los que simultaneamente logra conciliar las exigencias del ello del superyo y de la realidad objetiva 14 razon por la cual menciona en El yo y el ello los tres vasallajes del yo 18 El autor argumenta que la relacion entre el yo y el superyo de determinado individuo debe su naturaleza a la que le precedio entre el nino y sus padres quienes ademas las idiosincrasicas peculiaridades de sus propios ideales trasmiten a su hijo el influjo por ellos propagado de la tradicion de la familia la raza y el pueblo asi como los requerimientos del medio social respectivo Tampoco el superyo se configura sobre la base de la exclusiva contribucion de lo legado por los padres sino que se nutrira igualmente de lo que le ofrezcan otras figuras de autoridad asi como tambien de valores que gocen del beneplacito social Freud encuentra un punto de confluencia entre el ello y el superyo por cuanto ambos figuran el influjo del pasado si bien no se trata naturalmente del mismo pasado sino del pasado heredado en el primer caso y del pasado asumido por otros en el segundo En este mismo punto el yo se distanciaria de las otras dos instancias por responder el en primer lugar a lo experimentado por el propio individuo o en otras palabras lo contingente 19 Para Freud poco podria aprenderse del estudio de casos normales caracterizados por una bien definida separacion entre el yo y el ello sostenida esta gracias a las resistencias o contrainvestiduras y por el trabajo mancomunado entre la organizacion yoica y el superyo Solo arrojarian luz en cambio los estados de conflicto en los que el material inconsciente perteneciente al ello amenazara con irrumpir en la conciencia y el yo debiese defenderse frente a tal asalto Sin embargo tales estados no se dan exclusivamente en el marco de perturbaciones patologicas sino que de continuo tienen lugar durante el dormir razon por la cual los suenos que Freud reconoce como actos psiquicos constituyen un privilegiado objeto de estudio para la indagacion psicoanalitica 20 El yo vasallo de la realidad objetiva del ello y del superyo ha de rendir tributo a sus tres senores y simultaneamente conservar su autonomia y su organizacion Los estados patologicos podrian explicarse mediante el expediente de que en tales casos el yo quedaria parcial o totalmente debilitado e incapacitado para asumir sus obligaciones Sojuzgar los requerimientos pulsionales que el ello busca imponerle probablemente sea la mas espinosa tarea que la instancia yoica ha de acometer y a ella destina importantes montos de energia empleados para el sostenimiento de las contrainvestiduras Por otro lado existe tambien la posibilidad de que sea el superyo el que se ha tornado intolerablemente demandante al punto que no le resten fuerzas al yo para cumplir con otros quehaceres El ello y el superyo suelen aliarse en perjuicio de su subdito que para evitar desorganizarse debe intentar no desasirse del mundo exterior vinculo este ultimo que puede aparecer afectado o incluso suprimido cuando aquellos dos cobran demasiada fuerza El sueno temporario estado de caracter psicotico subsume al yo en las incoherencias de la realidad interior en el momento en el que este concede resignar sus lazos con el exterior 21 La psicologia del yo EditarDespues de Freud un numero de teoricos psicoanaliticos prominentes comenzaron a trabajar sobre la version funcionalista del Yo de Freud El mayor esfuerzo fue puesto en detallar las varias funciones del Yo y como se deterioran en psicopatologia Varias funciones centrales del Yo realidad impulso control juicio esta probado que afectan la tolerancia la defensa y el funcionamiento sintetico Una revision conceptual importante a la teoria estructural de Freud fue hecha cuando Heinz Hartmann discutio que el Yo sano incluye una esfera de las funciones autonomas de este que son independientes del conflicto mental La memoria la coordinacion motora y la realidad prueba como ser pueden funcionar sin la intrusion del conflicto emocional Segun Hartmann el tratamiento psicoanalitico apunta a ampliar la esfera sin conflicto del funcionamiento del Yo Haciendo asi pues que el psicoanalisis facilite la adaptacion es decir una regulacion mutua mas eficaz de Yo y del ambiente David Rapaport sistematizo el modelo estructural de Freud y las revisiones de Hartmann Rapaport discutio que el principio central de la teoria freudiana era que los procesos mentales son motivados y formados por la necesidad de descargar la tension El trabajo de Freud que clarificaba Rapaport retrato la mente organizada en pulsiones y estructuras Las pulsiones responden a la energia de la libido retenida y se orientan a una descarga rapida a la satisfaccion inmediata de deseos Debido a que es raro que los deseos puedan ser satisfechos inmediatamente en la realidad la mente desarrolla mecanismos para retrasar la satisfaccion o para alcanzarla a traves de los desvios o sublimaciones Por lo tanto la energia de la pulsion es contenida por las estructuras mentales relativamente estables que abarcan al Yo Rapaport definio las estructuras como organizaciones mentales con un indice de cambio lento en comparacion con las pulsiones Arlow y Brenner discutieron que la teoria anterior de Freud de los sistemas conscientes preconscientes e inconscientes de la mente deben ser abandonados y el modelo estructural deberia ser usado como la unica teoria psicoanalitica de la mente Los autores psicologicos del Yo recientemente se han acercado en varias direcciones Algunos tales como Charles Brenner han afirmado que el modelo estructural debe ser abandonado y los psicoanalistas deben centrarse exclusivamente en conflicto mental que entienden y tratan Otros tales como Frederic Busch han sofisticado cada vez mas el concepto del Yo La psicologia del Yo se confunde a menudo con la psicologia del uno mismo que acentua la fuerza y la cohesion del sentido de una persona consigo misma Aunque algunos psicologos del Yo escriben sobre el uno mismo distinguen generalmente a uno mismo del Yo Definen el Yo como una agencia abarcativa de las funciones mentales mientras que el uno mismo es una representacion interna de como una persona se percibe En la psicologia del Yo el enfasis se pone en entender el funcionamiento del Yo y sus relaciones conflictivas de la identificacion el Superyo y la realidad mas que al sentido subjetivo de uno mismo Vease tambien EditarEl yo y el ello Sigmund Freud Psicoanalisis Conciencia Psicologia Inconsciente PreconscienteNotas Editar En la edicion de Amorrortu de las obras completas de Freud los terminos conciente inconciente y preconciente no aparecen escritos con sc aunque el Diccionario de la Real Academia Espanola que no admite tampoco el termino preconsciente da por validas consciente e inconsciente Referencias Editar Un estudio desde un punto de vista analitico en Jesus Padilla Galvez Yo mascara y reflexion Ed Plaza y Valdes Madrid 2012 pp 89 94 ISBN 978 84 15271 51 2 Groddeck Georg 1928 The Book of the It Journal of Nervous and Mental Disease 49 Freud 2013 p 146 Laplanche y Pontalis 2007 p 112 Freud 2013 p 143 Freud 2013 p 166 Freud 2013a pp 199 200 Laplanche y Pontalis 2007 p 457 Freud 2013 pp 143 144 Freud 2013a p 200 Freud 2013a pp 200 201 Freud 2013a p 201 Laplanche y Pontalis 2007 p 419 a b Freud 2013 p 144 Freud 2013 p 148 O C XXII Op cit pags 54 63 Freud 2013 pp 160 161 Freud Sigmund 2014 El yo y el ello Obras completas Jose Luis Etcheverry trad XIX El yo y el ello y otras obras 1923 1925 Buenos Aires Amorrortu Editores pp 1 66 ISBN 950 518 599 5 Freud 2013 pp 144 145 Freud 2013 p 163 Freud 2013 p 173 Bibliografia EditarFreud Sigmund 2013 Esquema del psicoanalisis Obras completas Jose Luis Etcheverry trad XXIII Moises y la religion monoteista Esquema del psicoanalisis y otras obras 1937 1939 Buenos Aires Amorrortu Editores pp 133 209 ISBN 978 950 518 599 3 Laplanche Jean Pontalis Jean Bertrand 2007 Diccionario de Psicoanalisis Buenos Aires Paidos Datos Q486893Obtenido de https es wikipedia org w index php title Ello yo y superyo amp oldid 137682595, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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