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Dictablanda de Dámaso Berenguer

La Dictadura[1]​ de Berenguer, comúnmente denominada «Dictablanda», fue el último periodo de la Restauración borbónica y del reinado de Alfonso XIII en España. En dicho período hubo dos gobiernos: el gobierno del general Dámaso Berenguer, formado en enero de 1930 para que restableciera la «normalidad constitucional» tras la dictadura de Primo de Rivera y el que le siguió un año después, el gobierno del almirante Juan Bautista Aznar, que daría paso a la proclamación de la Segunda República Española.

General Dámaso Berenguer.

El término dictablanda fue utilizado por la prensa para referirse a la indefinición del gobierno de Berenguer que ni continuó con la dictadura anterior, ni restableció plenamente la Constitución de 1876, ni mucho menos convocó elecciones a Cortes Constituyentes como exigía la oposición republicana.[2]

El nuevo gobierno

 
Alfonso XIII y el general Primo de Rivera

Alfonso XIII nombró el 28 de enero de 1930 al general Dámaso Berenguer, jefe de su Cuarto Militar, presidente del gobierno, con el propósito de retornar a la «normalidad constitucional». Pero esto ya no era posible si se pretendía enfocar el proceso de transición hacia un régimen liberal, simplemente mediante el restablecimiento de la situación previa al golpe de Estado de 1923, es decir, sin tener en cuenta la vinculación que había existido entre la Corona y la dictadura de Primo de Rivera. Y ese fue el error que cometió el propio rey y su gobierno: intentar volver a la Constitución de 1876, cuando en realidad llevaba ya seis años abolida, porque desde 1923 Alfonso XIII era un rey sin Constitución, y su poder durante ese tiempo no había estado legitimado por ella, sino por el golpe de Estado que el rey aceptó. La monarquía se había vinculado a la dictadura y ahora pretendía sobrevivir cuando la dictadura había caído.[3]

Años después, en 1946, Berenguer publicó en unas memorias un listado de problemas que él identificó cuando Alfonso XIII le encargó la misión de formar Gobierno en 1930:

A las siete de la tarde regresé a Palacio. Poco después de las ocho me llamó el Rey para darme ya oficialmente el encargo de formar Gobierno. Seguidamente di cuenta a su majestad de mis propósitos, primeras gestiones a realizar, y personas a quienes pensaba ofrecer puestos en el Gobierno; (...) A más de la vuelta a la normalidad constitucional en el más breve plazo posible, imperativo inmediato de aquellas circunstancias, aparecían también otros problemas que habían de abordarse (...) Interesaba a la defensa del Régimen, en primer término, la reconstrucción de las organizaciones monárquicas (...) el Universitario: que de las protestas colectivas dentro de los claustros (...) había invadido la calle, en forma más airada justamente en aquellos días; (...) Problema de origen profesional ante el que permaneció irresoluta la Dictadura, sin extirpar los focos donde partían las iniciativas que lo agudizaban, a pesar de su fuerza coactiva, (...) el problema del Ejército originado, principalmente, por la actitud del Cuerpo de Artillería contra determinadas disposiciones del gobierno (...) Por último (...) el problema de la Hacienda (...) determinando la única crisis que la Dictadura sufrió poco antes de su caída total (...) la depresión de las finanzas del Estado; la tendencia bajista de los valores y de la moneda
Dámaso Berenguer, De la Dictadura a la República (1946)[4]

Los políticos republicanos y «monárquicos sin rey», así como numerosos juristas, denunciaron que la vuelta a la «normalidad constitucional» era imposible. El jurista Mariano Gómez escribía el 12 de octubre de 1930: «España vive sin Constitución». La dictadura de Primo de Rivera, al violar la Constitución de 1876, había abierto un proceso constituyente, afirmaba Gómez, que solo la nación podía cerrar con un retorno a la normalidad conducido por «un gobierno constituyente, unas elecciones constituyentes, presididas por un poder neutral que no fuera parte beligerante en el conflicto creado por la dictadura, un sistema de libertad y garantías ciudadanas de plenitud constituyente y Cortes con autoridad suprema para crear la nueva legalidad común».[5]

El general Berenguer tuvo muchos problemas para conformar su gobierno porque los partidos dinásticos, el Partido Liberal-Fusionista y el Partido Conservador, después de seis años de dictadura habían dejado de existir, ya que nunca fueron verdaderos partidos políticos sino redes clientelares cuyo único fin era ocupar el poder cada cierto tiempo, gracias al fraude electoral institucionalizado del sistema caciquil.[6]​ A título individual la mayoría de los políticos de los partidos del turno se negaron a colaborar, por lo que Berenguer solo pudo contar con el sector más reaccionario del conservadurismo, que encabezaba Gabino Bugallal. En sus «Memorias de la reserva y apartamiento» se quejó de que las «organizaciones monárquicas… arrastraban una vida lánguida y casi clandestina, acumulando agravios y rencores, reducidas al mantenimiento de sus cuadros en concentrada y airada actitud de protesta».[7]​ Por su parte la Unión Patriótica, el partido único de la Dictadura convertido en 1930 en la Unión Monárquica Nacional, tampoco apoyó claramente al gobierno Berenguer. Así pues, la monarquía no tuvo a su disposición ninguna organización política capaz de conducir el proceso de transición.[8]​ Sin embargo, la Unión Monárquica Nacional, a diferencia de los partidos del turno, desplegó una intensa campaña de movilización ciudadana, con actos públicos por toda España, en los que en ocasiones tuvieron que hacer frente a manifestaciones hostiles de liberales y de republicanos que se saldaron con incidentes graves en algunos lugares, como en Lugo, donde cinco personas resultaron heridas de diversa consideración por la actuación de la fuerza pública que se vio obligada a intervenir.[9]

La política que llevó adelante el gobierno Berenguer tampoco pareció ayudar demasiado a «salvar» a la monarquía. La lentitud con que se fueron aprobando las medidas liberalizadoras, hizo dudar de que el objetivo del gobierno fuera realmente restablecer la «normalidad constitucional». Por eso en la prensa se comenzó a calificar al nuevo poder como «dictablanda».[10]​ En realidad lo que el general Berenguer pretendía era dar tiempo a los dos partidos dinásticos para que se reconstruyeran y así poder convocar elecciones según los usos de la Restauración. De hecho, según confesó él mismo en De la Dictadura a la República, al final del verano ya había hecho una previsión del reparto de los diputados en las nuevas Cortes: 93 conservadores, 70 liberales, 34 monárquicos independientes, 27 prietistas, 20 mauristas, 18 ciervistas, 18 albistas, 16 independientes indefinidos, 15 romamonistas, 8 reformistas, 8 republicanos o socialistas, 7 regionalistas y 4 umenistas... quedando 68 distritos libres, «aún no clasificados, entre los que se contaban muchos de las grandes capitales».[11]​ Esta es la razón por la que Berenguer se negaba a convocar antes las elecciones municipales, como le reclamaban políticos liberales tan destacados como el conde de Romanones y Santiago Alba. Según Alfonso Bullón de Mendoza, su «propósito no declarado, pero harto explícito, [era] poder caciquear a placer durante los comicios». Mientras tanto la conflictividad social y laboral crecía.[12]

El 13 de noviembre el Consejo de Ministros presidido por el rey Alfonso XIII aprobó convocar elecciones para el 1 de marzo del año siguiente. Pocos días más tarde dimitía el ministro de la Gobernación, el general Enrique Marzo Balaguer, al parecer como consecuencia de los disturbios que se produjeron en Madrid durante el entierro de varios obreros que habían fallecido en accidente laboral —aquel mes de noviembre estaba siendo, según el general Mola, entonces director general de Seguridad, «desde el punto de vista social proletario... el más violento desde agosto de 1917»—. Berenguer intentó que ocupara el puesto vacante algún político destacado de los partidos del turno pero no lo consiguió, por lo que tuvo hacer una remodelación del gabinete dando entrada en el mismo al hasta entonces subsecretario del Ministerio Joaquín Montes Jovellar.[13]

En la convocatoria de las elecciones generales para el 1 de marzo de 1931 se decía que su objetivo era «llegar a constituir un Parlamento que, enlazando con las Cortes anteriores a la última etapa [la Dictadura de Primo de Rivera] restableciera en su plenitud el funcionamiento de las fuerzas cosoberanas [el rey y las Cortes] que son eje de la Constitución de la Monarquía Española».[14]​ No se trataba, pues, ni de Cortes Constituyentes, ni de unas Cortes que pudieran acometer la reforma de la Constitución, por lo que la convocatoria encontró escasos apoyos, incluso entre los monárquicos de los partidos del turno.[15]​ El gobierno seguía actuando como si no hubiera existido la Dictadura de Primo de Rivera con la implicación del rey en la misma. Por eso algunos políticos de los partidos dinásticos se definieron como «monárquicos sin rey» (como Ángel Ossorio y Gallardo) y otros se pasaron al campo republicano (Miguel Maura, hijo de Antonio Maura, y Niceto Alcalá Zamora, que fundaron el nuevo partido de la Derecha Liberal Republicana).[7]

El «error Berenguer»

El 15 de noviembre, dos días después del anuncio del Gobierno de que se celebrarían elecciones el 1 de marzo de 1931, José Ortega y Gasset publicó en el periódico El Sol un artículo titulado «El error Berenguer». Tuvo una enorme repercusión y finalizaba diciendo: «¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo! Delenda est Monarchia».[16]​ En el artículo afirmaba que, tras la Dictadura de Primo de Rivera, «el Régimen» había respondido con el gobierno Berenguer,

cuya política significa: Volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios más normales, hagamos ‘como si’ aquí no hubiese pasado nada radicalmente nuevo, sustancialmente anormal. Eso es todo lo que el Régimen puede ofrecer, en este momento tan difícil para Europa entera, a los veinte millones de hombres ya maltraídos de antiguo, después de haberlos vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años. Y, no obstante, pretende, impávido, seguir al frente de los destinos históricos de esos españoles y de esta España (...) Pero esta vez se ha equivocado. Éste es el error Berenguer. Al cabo de diez meses, la opinión pública está menos resuelta que nunca a olvidar la gran viltá [gran vileza, en italiano] que fue la Dictadura. El régimen sigue solitario, acordonado, como leproso en lazareto.

Berenguer declaró en 1946 sobre los artículos de prensa contrarios a su gestión y al Régimen en general:

La Prensa desafecta al Régimen, que era en aquella época la casi totalidad de los periódicos que se publicaban en Madrid, aprovechó la ocasión para imprimir en sus campañas la mayor violencia contra el Gobierno, y aun la que hasta entonces nos había distinguido con su valioso apoyo dió (sic.) acceso en sus columnas a artículos de ataque personal al Jefe del Gobierno, en que se reproducían los insultos que tan pródigamente habían empleado los periódicos de izquierda en sus campañas contra la empresa marroquí, confirmación palmaria de lo solos que nos íbamos quedando.
Dámaso Berenguer,De la Dictadura a la República, (1946)[17]

La pérdida de apoyos políticos y sociales de la Monarquía y el auge del republicanismo

A lo largo de 1930 se fueron acumulando todos los síntomas que anunciaban que no sería posible la vuelta a la situación anterior a 1923, porque la Monarquía estaba aislada. Los sectores sociales que siempre la habían apoyado, como los patronos y los empresarios, comenzaron a abandonarla porque desconfiaban de su capacidad para salir de «aquel embrollo». Tampoco dispuso la Monarquía del apoyo de la clase media (la influencia de la Iglesia en este sector estaba reduciéndose sustituida por las ideas democráticas y socialistas), y los intelectuales y los estudiantes universitarios mostraron claramente su rechazo al rey.[18]

Uno de los pocos apoyos con que contaba la Monarquía era la Iglesia católica (que le guardaba reconocimiento por haber restaurado su tradicional posición en la sociedad), pero ésta se hallaba a la defensiva frente a la marea de republicanismo y democracia que estaba viviendo el país.[19]​ El otro apoyo era el Ejército, que acababa de pasar por una experiencia de poder que había abierto brechas en su seno y en un sector del mismo se estaba resquebrajando la fidelidad al rey. «Quizá el ejército nunca participaría como tal en una conjura contra la Monarquía pero tampoco haría nada, llegado el caso, para salvar el trono e incluso no pocos militares se apresuraron a prestar su colaboración a los conspiradores antimonárquicos».[20]

Al mismo tiempo que la Monarquía iba perdiendo apoyos los iba ganando la alternativa republicana. A ello contribuyeron los cambios sociales y de valores que se habían producido en los últimos treinta años que no eran nada favorables al restablecimiento del sistema de poder de la Restauración.[21]​ Pero el súbito auge del republicanismo en las ciudades se debió sobre todo a que en los meses que siguieron a la caída de Primo de Rivera se produjo una identificación entre Dictadura y Monarquía. Las clases populares y las clases medias urbanas llegaron a la conclusión (como la Dictadura acababa de demostrar) que Monarquía era igual a despotismo y democracia era igual a República. En 1930 «la hostilidad frente a la Monarquía se extendió como un huracán imparable por mítines y manifestaciones por todas España»;[22]​ «la gente comenzó a echarse alegremente a la calle, con cualquier pretexto, a la menor ocasión, para vitorear a la República».[23]​ A la causa republicana también se sumaron los intelectuales que formaron la Agrupación al Servicio de la República (encabezada por José Ortega y Gasset, Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala).[24]

El Pacto de San Sebastián

El día 17 de agosto de 1930 tuvo lugar el llamado Pacto de San Sebastián en la reunión promovida por la Alianza Republicana en la que al parecer (ya que no se levantó acta escrita de la misma) se acordó la estrategia para poner fin a la Monarquía de Alfonso XIII y proclamar la Segunda República Española. A la reunión asistieron según consta en la «Nota oficiosa» hecha pública al día siguiente, por la Alianza Republicana, Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical, y Manuel Azaña, del Grupo de Acción Republicana; por el Partido Radical-Socialista, Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz y Ángel Galarza; por la Derecha Liberal Republicana, Niceto Alcalá-Zamora y Miguel Maura; por Acción Catalana, Manuel Carrasco Formiguera; por Acción Republicana de Cataluña, Matías Mallol Bosch; por Estat Català, Jaume Aiguader; y por la Federación Republicana Gallega, Santiago Casares Quiroga. A título personal también asistieron Indalecio Prieto, Felipe Sánchez Román, y Eduardo Ortega y Gasset, hermano del filósofo. Gregorio Marañón no pudo asistir, pero envió una «entusiástica carta de adhesión».[25][26]

En octubre de 1930 se sumaron al Pacto, en Madrid, las dos organizaciones socialistas, el PSOE y la UGT, con el propósito de organizar una huelga general que fuera acompañada de una insurrección militar que metiera a «la Monarquía en los archivos de la Historia», tal como se decía en el manifiesto hecho público a mediados de diciembre de 1930. Para dirigir la acción se formó un comité revolucionario integrado por Niceto Alcalá-Zamora, Miguel Maura, Alejandro Lerroux, Diego Martínez Barrio, Manuel Azaña, Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz, Santiago Casares Quiroga y Luis Nicolau d'Olwer, por los republicanos, e Indalecio Prieto, Fernando de los Ríos y Francisco Largo Caballero, por los socialistas.[27]​ La CNT, por su parte, continuaba su proceso de reorganización (aunque al levantarse su prohibición sólo se le dejó reconstituirse a nivel provincial), y de acuerdo con su ideario libertario y «antipolítico» no participó en absoluto en la conjunción republicano-socialista, por lo que continuaría actuando en la práctica como un «partido antisistema» de izquierda revolucionaria.[8]

El fracaso del primer asalto a la Monarquía

El comité revolucionario republicano-socialista, presidido por Alcalá-Zamora, que celebraba sus reuniones en el Ateneo de Madrid, preparó la insurrección militar que sería arropada en la calle por una huelga general. Según los conjurados, el recurso a la violencia y a las armas para alcanzar el poder y cambiar un régimen político lo había legitimado el propio golpe de estado que trajo la Dictadura.[28]​ A mediados de diciembre de 1930 el comité hizo público un manifiesto que decía:

¡ESPAÑOLES! Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia y un impulso que nos mueve a procurarla. Puestas sus esperanzas en la República, el pueblo está ya en la calle. Para servirle hemos querido tramitar la demanda por los procedimientos de la ley, y se nos ha cerrado el camino. (…) Seguros estamos de que para sumar a los nuestros sus contingentes se abrirán las puertas de los talleres y las fábricas, de los despachos, de las Universidades, hasta de los cuarteles. Venimos a derribar la fortaleza en que se ha encastillado el poder personal, a meter la Monarquía en los archivos de la Historia y a establecer la República sobre la base de la soberanía nacional representada en una Asamblea Constituyente. Entre tanto, nosotros, conscientes de nuestra misión y nuestra responsabilidad, asumimos las funciones del Poder Público con carácter de Gobierno provisional. ¡Viva España con honra! ¡Viva la República!

Sin embargo, la huelga general no llegó a declararse y el pronunciamiento militar fracasó fundamentalmente porque los capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández sublevaron la guarnición de Jaca el 12 de diciembre, tres días antes de la fecha prevista (el enviado a Jaca por el comité, Santiago Casares Quiroga, no comunicó a tiempo que el levantamiento militar se había retrasado al 15 de diciembre). Estos hechos se conocen como la «Sublevación de Jaca» y los dos capitanes insurrectos fueron sometidos a un consejo de guerra sumarísimo y fusilados. Su muerte movilizó extraordinariamente a la opinión pública en memoria de estos dos «mártires» de la futura República.[24][29]​ El día 15 de diciembre el general Gonzalo Queipo de Llano, jefe del comité militar, con la colaboración de varios oficiales se apoderó del aeródromo de Cuatro Vientos, pero tuvo que abandonarlo por la rápida respuesta de las unidades militares leales al Gobierno.[30]​ Seis miembros del comité revolucionario fueron detenidos e ingresaron en prisión (Niceto Alcalá Zamora, Álvaro de Albornoz, Miguel Maura, Francisco Largo Caballero, Fernando de los Ríos y Santiago Casares Quiroga). Los otros cuatro se escondieron o abandonaron España (Alejandro Lerroux, Marcelino Domingo, Manuel Azaña e Indalecio Prieto.[31]

El gobierno del almirante Aznar y la caída de la Monarquía

El 17 de diciembre de 1930, solo dos días después del fracaso de la intentona republicana, destacados políticos monárquicos reunidos en el Hotel Ritz de Madrid, entre los que se encontraban Rafael Sánchez Guerra, Melquíades Álvarez y Manuel de Burgos y Mazo, reclamaron que las Cortes que se formaran tras las elecciones convocadas por el gobierno de Berenguer para el 1 de marzo tuvieran el carácter de constituyentes porque no veían otra salida a la crisis política que se estaba viviendo. Por eso fueron llamados «constitucionalistas».[31]​ Había pocos políticos que, como José Calvo Sotelo, no vieran la gravedad de la situación. Este miembro destacado de la primorriverista Unión Monárquica Nacional declaró el 1 de enero: «Creo que en 1931 pasará la nube actual».[31]

A pesar de todo los preparativos para las elecciones continuaban, publicándose candidatos y realizando viajes por los diferentes distritos. El general Berenguer estaba seguro de que el gobierno podría controlar el proceso electoral porque según él, y así lo reconoció en De la Dictadura a la República, había variado muy poco «la estructura política en muchas de las regiones españolas, sobre todo en los distritos rurales, que son la mayoría», distritos que «conservaban la típica estructura de nuestra organización política de antes de la Dictadura» y que constituían «la base sólida en que se afianzaba la Monarquía» (una alusión al sistema caciquil, en que se sustentaba el régimen político de la Restauración). «Prescindir de utilizar esta ventaja... era exponerse a ir al caos».[32]​ Era evidente, pues, que el Gobierno manipularía las elecciones. Así lo creía, por ejemplo, el conde de Guadalhorce, quien le pidió al general Berenguer 28 escaños para su partido, la Unión Monárquica Nacional, aunque el Gobierno solo preveía cuatro diputados para esta formación.[33]

El 29 de enero el proyecto de Berenguer recibió un duro golpe cuando ese día los «constitucionalistas» publicaron una nota en la que decían que no se presentarían a las elecciones porque las Cortes no iban a ser constituyentes. Al día siguiente los liberales anunciaron que solo participarían si el Gobierno renunciaba a los resortes que poseía para manipular el resultado electoral. El 31 los republicanos también se retiraban. El 3 de febrero los socialistas. A pesar de ello el día 8 de febrero se publicaba el decreto de convocatoria de elecciones, restableciéndose la vigencia del artículo 13 de la Constitución de 1876 (que reconocía las libertades públicas de expresión, reunión y asociación).[34][35]​ Dos días después el líder liberal Santiago Alba hizo pública una nota en la que decía que las elecciones ordinarias, haciendo como si nada hubiera pasado desde 1923, no arreglaban nada. También ese mismo día, 10 de febrero, los prestigiosos intelectuales Ramón Pérez de Ayala, Gregorio Marañón y José Ortega y Gasset hacían público un manifiesto a favor de la República (acabarían formando la influyente Agrupación al Servicio de la República).[35]

Las dudas también alcanzaron a los miembros del gobierno y el 13 de febrero el ministro de la Gobernación Leopoldo Matos y Massieu se las hizo llegar al conde de Romanones en la entrevista que mantuvo con él. Romanones contactó enseguida con el otro líder liberal Manuel García Prieto para elaborar una nota en la que pedían al Gobierno que las Cortes fueran constituyentes. También se puso en contacto con Francesc Cambó, el líder de la Lliga Regionalista, para que se manifestara en el mismo sentido. Hacia las once de la noche Romanones, tras haber entregado la nota a la prensa, se fue a ver al general Berenguer. Este no encontró otra solución que llamar por teléfono al rey Alfonso XIII y a la mañana siguiente le presentó personalmente su dimisión.[36]

El 11 de febrero Alfonso XIII había llamado a Palacio al líder catalanista Francesc Cambó, con quien ya se había entrevistado discretamente en Londres el 1 de julio del año anterior. Así contó Cambó lo que habló con el rey aquel día:[37]

Le encontré hondamente preocupado pero razonando fríamente, cosa que no se acostumbra a producir en él más que en los momentos difíciles. Me pregunta por la significación del Gobierno que debía formar y yo le respondo, sin vacilar, que debía ser de izquierda. Me pregunta después si a mi entender debía llamar a Santiago Alba y le contesto que sí. Me consultó sobre la conveniencia de acelerar la convocatoria de unas Cortes Constituyentes y le contesté que no creía que nadie aceptase el poder sin esta condición, añadiéndole que no eran los momentos aquellos para imponer si no para aceptar.
Entonces me dice que está amargado y decepcionado y que siente a menudo el deseo de irse de España. Me pregunta qué me parecería si convocase un plebiscito para que el pueblo dijese con un sí o con un no si había de dejar la corona. Le respondí que puedo avanzarle el resultado: que éste sería en una gran mayoría en el sentido que dejase la corona.

De acuerdo con la opinión favorable manifestada por Cambó, Alfonso XIII le ofreció la presidencia del Gobierno a Santiago Alba, pero este lo rehusó. A continuación le hizo el mismo ofrecimiento al «constitucionalista» Rafael Sánchez Guerra quien sí aceptó con la esperanza de poder incluir en su gabinete a la derecha republicana. Para ello visitó en la cárcel Modelo donde estaban presos a Niceto Alcalá-Zamora y Miguel Maura —habló también con los socialistas Francisco Largo Caballero y Fernando de los Ríos, también encarcelados—, pero estos rechazaron su propuesta —«Nosotros con la Monarquía nada tenemos que hacer ni que decir», le respondió Miguel Maura—[38]​ por lo que Sánchez Guerra tuvo que presentar su renuncia al rey. Según comentó tiempo después Miguel Maura, la visita de Sánchez Guerra a la cárcel supuso «un golpe de muerte para el régimen, porque ya nadie dudó de la suerte que le esperaba».[36]

Sánchez Guerra le aconsejó a Alfonso XIII que le ofreciera la presidencia al también «constitucionalista» Melquiades Álvarez, pero este tampoco aceptó. Entonces tomó la iniciativa el general Berenguer, presidente en funciones, y reunió a todos los líderes de las diversas facciones de los partidos dinásticos. Tras un debate que duró cinco horas se formó un gobierno de «concentración monárquica», con el propio Berenguer al frente del Ministerio de la Guerra. Formaban parte del gabinete tres expresidentes del gobierno (el conde de Romanones, Estado; Manuel García Prieto, Gracia y Justicia; y Gabino Bugallal, Economía) y tres exministros (Juan de la Cierva, Fomento; Rivera, Marina; y Joan Ventosa, Hacienda). Completaban el gobierno José Gascón y Marín (Instrucción Pública), el marqués de Hoyos (Gobernación) y Gabriel Maura Gamazo (Trabajo¨). Para la presidencia del Gobierno el conde de Romanones, que actuaba como si fuera el verdadero jefe del ejecutivo, escogió al almirante Juan Bautista Aznar, de quien se dijo jocosamente que «se le hizo venir de donde a la sazón se encontraba; esto es, políticamente de la luna, geográficamente de Cartagena», en referencia a su escaso peso político.[39][40][24]​ También se dijo que «la presencia de algún Almirante a la cabeza de un Gobierno o de Estado, es indicio indefectible de naufragio».[41]​ La primorriverista Unión Monárquica Nacional (UMN) se quejó de que ninguno de sus miembros había sido incluido en el gobierno de «concentración monárquica».[42]

El rey sólo aceptó la presencia en el gabinete de los «leales a mi persona».[43]​ Así lo interpretó Santiago Alba, que afirmó que el gobierno respondía a «la servidumbre palatina»: «no nos dejemos engañar una vez más por el digno heredero de Fernando VII». El rey confiaba en este gobierno para salvar la situación, como pudo comprobar Cambó en la nueva entrevista que mantuvo con él el 24 de febrero: «Lo encontré viviendo en el mejor de los mundos, sin darse cuenta de la debilidad del gobierno, que era la base de su sostén». Por otro lado, la presencia en el gabinete de un miembro de la Lliga Regionalista, Joan Ventosa, tenía como objetivo, según relató Cambó un año después, «obtener para la causa de Cataluña lo que no había podido alcanzarse hasta entonces».[44]

La jura de los miembros del nuevo Gobierno tuvo lugar el 18 de febrero y al día siguiente celebró su primera reunión en la que se acordó un nuevo calendario electoral: se celebrarían primero elecciones municipales el 12 de abril —se aplicaría la Ley de 1877 y no el Estatuto Municipal aprobado por la Dictadura, de lo que se quejó la UMN—, y después elecciones a Cortes (el 7 de junio, los diputados, y el 14 del mismo mes, los senadores), que tendrían «el carácter de Constituyentes», por lo que podrían proceder a la «revisión de las facultades de los Poderes del Estado y la precisa delimitación del área de cada uno» (es decir, reducir las prerrogativas de la Corona) y a «una adecuada solución al problema de Cataluña».[45][46]

Los partidos monárquicos estaban tan convencidos de que lograrían la victoria recurriendo a los viejos métodos de la Restauración que prácticamente no hicieron campaña electoral. En realidad sólo la UMN defendió la necesidad de salir a la calle para movilizar a los partidarios de la monarquía: «Hay que llenar Madrid de candidaturas monárquicas. Hay que recorrer las barriadas obreras casa por casa y explicar a los electores en que consiste la ficción republicana». En su periódico La Nación abundaron los eslóganes para alentar el voto monárquico con el argumento de que había que impedir la supuesta catástrofe que se avecinaba si ganaban las candidaturas republicanas: «¡Españoles! Si no queréis que España se hunda en el caos soviético, votad por la Monarquía»; «Si algún monárquico dejara de cumplir mañana sus deberes merecería el desprecio de sus conciudadanos». La Nación también denunció las prácticas caciquiles que empleaban los partidos del turno (incluido el abuso del artículo 29 de la ley electoral, que daba automáticamente la victoria a una candidatura sin necesidad de votar si era la única que se presentaba) en detrimento de los candidatos de la UMN. Ponía el ejemplo de muchos pueblos de la provincia de Orense donde «se amenaza a los pobres con excluirlos de la Beneficencia si no votan la candidatura bugallalista, y a los estanqueros con quitarles los estancos».[47]​ El gobierno, por el mismo motivo que los partidos del turno, también confiaba en el triunfo de las candidaturas monárquicas. Los informes que recibía de los gobernadores civiles así se lo aseguraban. Se perderían las elecciones en algunas capitales por poca diferencia, pero «podía darse por seguro que en la mayoría de ellas, y en España en general, se ganarían».[48]

 
Proclamación de la Segunda República en Barcelona.

El 20 de marzo, en plena campaña electoral, se celebró el consejo de guerra contra el «comité revolucionario» que había dirigido el movimiento cívico-militar de diciembre que había fracasado tras la sublevación de Jaca. El juicio se convirtió en una gran manifestación de afirmación republicana y los acusados recuperaron la libertad.[49]

Como todo el mundo había entendido las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 como un plebiscito sobre la Monarquía, cuando se supo que las candidaturas republicano-socialistas habían ganado en 41 de las 50 capitales de provincia (era la primera vez en la historia de España que un gobierno era derrotado en unas elecciones, aunque en las zonas rurales habían ganado los monárquicos porque el viejo caciquismo seguía funcionando),[50]​ el comité revolucionario hizo público un comunicado afirmando que el resultado de las elecciones había sido «desfavorable a la Monarquía [y] favorable a la República» y anunció su propósito de «actuar con energía y presteza a fin de dar inmediata efectividad a [los] afanes [de esa España, mayoritaria, anhelante y juvenil] implantando la República». El martes 14 de abril se proclamó la República desde los balcones de los ayuntamientos ocupados por los nuevos concejales y el rey Alfonso XIII se vio obligado a abandonar el país. Ese mismo día el «comité revolucionario» se convirtió en el Primer Gobierno Provisional de la Segunda República Española.[51]

Composición del gobierno del general Berenguer

Composición del Gobierno[52]
Cargo Titular Inicio Fin Partido Político
Presidente del Consejo de Ministros Dámaso Berenguer   30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 Militar
Ministro del Ejército 30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931
Ministro de Estado Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (Duque de Alba)   30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 independiente
Ministro de Justicia y Culto
(desde 1930 Ministro de Gracia y Justicia)
José Estrada y Estrada   30 de enero de 1930 25 de noviembre de 1930 conservador
Joaquín de Montes y Jovellar   25 de noviembre de 1930 18 de febrero de 1931 conservador
Ministro de Hacienda Manuel de Argüelles   30 de enero de 1930 20 de agosto de 1930 conservador
Julio Wais San Martín   20 de agosto de 1930 18 de febrero de 1931 conservador
Ministro de Marina Salvador Carvia Caravaca   30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 Militar
Ministro de la Gobernación Enrique Marzo Balaguer   30 de enero de 1930 25 de noviembre de 1930 Militar
Leopoldo Matos y Massieu   25 de noviembre de 1930 18 de febrero de 1931 conservador
Ministro de Fomento Leopoldo Matos y Massieu   30 de enero de 1930 25 de noviembre de 1930 conservador
José Estrada y Estrada   25 de noviembre de 1930 18 de febrero de 1931 consevador
Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó 30 de enero de 1930 24 de febrero de 1930 independiente
Elías Tormo   24 de febrero de 1930 18 de febrero de 1931 conservador
Ministro de Trabajo y Previsión Pedro Sangro y Ros de Olano   30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 independiente
Ministro de Economía Nacional Manuel de Argüelles
(interino)
  30 de enero de 1930 3 de febrero de 1930 conservador
Julio Wais San Martín   3 de febrero de 1930 20 de agosto de 1930 conservador
Luis Rodríguez de Viguri   20 de agosto de 1930 18 de febrero de 1931 conservador

Referencias

  1. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española. «dictablanda». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). 
  2. García Queipo de Llano, 1997, p. 126-131.
  3. García Queipo de Llano, 1997, p. 126. "El error fundamental que cometió Berenguer consistió en no haber comprendido que la misma existencia de la dictadura probaba, sin lugar a dudas, que no podía restablecerse la situación previa al golpe de Estado"
  4. Berenguer, Dámaso (1975). De la dictadura a la República. Giner. pp. 35-37. ISBN 9788472730632. 
  5. Juliá, 1999, p. 13.
  6. Juliá, 1999, p. 69-70. "No que los caciques hubieran desaparecido, sino que el caciquismo dejó de ser la trama social sobre la que se elevaba el poder político. Los caciques seguían ahí, y podían manipular el voto rural, pero si las urnas se volvían a abrir, las mayorías se expresarían en las ciudades, donde la manipulación caciquil tropezaba con mayores obstáculos"
  7. García Queipo de Llano, 1997, p. 126.
  8. García Queipo de Llano, 1997, p. 129.
  9. Bullón de Mendoza, 2004, p. 256-267.
  10. García Queipo de Llano, 1997, p. 126. "Esta lentitud hizo que cada mes que pasaba supusiera un deterioro de su popularidad, hasta tal punto que es muy posible que una mayor decisión y rapidez hubiera evitado el abandono de la monarquía por parte de algunos políticos"
  11. Bullón de Mendoza, 2004, p. 265-266.
  12. Bullón de Mendoza, 2004, p. 266.
  13. Bullón de Mendoza, 2004, p. 266-267.
  14. «Real Decreto n.º 597» (PDF). Gaceta de Madrid (39): 724. 8 de febrero de 1931. Consultado el 25 de marzo de 2015. 
  15. Juliá, 1999, p. 26-27.
  16. Ortega y Gasset, José (15 de noviembre de 1930). «El error Berenguer». El Sol. Consultado el 20 de marzo de 2015. 
  17. Berenguer, Dámaso (1975). De la dictadura a la República. Giner. p. 214. ISBN 9788472730632. 
  18. Juliá, 1999, p. 70. "Es significativo que las personalidades de la vida industrial y mercantil consultadas sobre su eventual participación como candidatos en las elecciones que el general Berenguer tardó un año en convocar respondieran negativamente al saber que la oposición republicana y socialista se abstendría"
  19. Juliá, 1999, p. 70.
  20. Juliá, 1999, p. 71. "Con los militares le ocurrió al rey Alfonso XIII algo similar a lo que había pasado con los políticos. Su personal gusto por el mando, la concepción de su función como “rey soldado”, las aventuras coloniales, su recurso al ejército para mantener el orden público y el paso decisivo de utilizar la corporación militar para el gobierno del Estado acabaron por crear en amplios sectores militares una extendida desafección cuando no una clara hostilidad hacia el monarca. El arma de artillería nunca volvió a manifestarse leal al Rey"
  21. Juliá, 1999, p. 71-72. "Tras la Gran Guerra comenzaron a difundirse los elementos que conforman la cultura cívica: exigencia de mayor representación, y de erradicación de la corrupción electoral y del clientelismo, avanzado proceso de secularización de la vida y pérdida en el ámbito urbano de los valores tradicionales de deferencia vinculados al poder de la Iglesia y de la aristocracia, aparición de los primeros partidos de masas [el carlista, el radical, el socialista, la Lliga o el PNV] y de grandes sindicatos [CNT y UGT], presencia pública de elites intelectuales. La Restauración por el contrario, sólo podía sostenerse en una sociedad predominantemente rural, con miles de núcleos aislados de población, con un limitado mercado nacional y, sobre todo, con reducidas y poco organizadas clase media urbana y clase obrera"
  22. Casanova, 2007, p. 3.
  23. Juliá, 1999, p. 74.
  24. García Queipo de Llano, 1997, p. 130.
  25. Juliá, 1999, p. 25;129.
  26. Avilés Farré, 2006, pp. 67-68 y 95-96.
  27. Juliá, 1999, p. 26.
  28. Juliá, 1999, p. 69. "Todo el mundo entendió que recurrir a las armas para conquistar el poder estaba de nuevo permitido; la imagen de los comités revolucionarios y el pueblo en la calle, unidos en su común propósito contra el Rey recuperó su empañado prestigio"
  29. Bullón de Mendoza, 2004, p. 267-268.
  30. Bullón de Mendoza, 2004, p. 267.
  31. Bullón de Mendoza, 2004, p. 268.
  32. Bullón de Mendoza, 2004, p. 269. "Dicho de otra forma, el Gobierno estaba muy tranquilo porque pensaba que todo podía continuar tal como estaba"
  33. Bullón de Mendoza, 2004, p. 270-271.
  34. «Real Decreto n.º 596» (PDF). Gaceta de Madrid (39): 723. 8 de febrero de 1931. Consultado el 25 de marzo de 2015. 
  35. Bullón de Mendoza, 2004, p. 271.
  36. Bullón de Mendoza, 2004, p. 272.
  37. De Riquer, 2013, p. 168.
  38. Casanova, 2007, p. 13.
  39. De Riquer, 2013, p. 170.
  40. Bullón de Mendoza, 2004, p. 272-273.
  41. Bullón de Mendoza, 2004, p. 273.
  42. Bullón de Mendoza, 2004, p. 274.
  43. De Riquer, 2013, p. 169.
  44. De Riquer, 2013, p. 169-171.
  45. Juliá, 1999, p. 27-28.
  46. Bullón de Mendoza, 2004, p. 273-274. "La labor principal que en el orden político debía conseguir el nuevo Ministerio es que hubiese elecciones representativas, pues de nada serviría celebrarlas si se abstenían más de la mitad de los partidos. Caído Berenguer, era evidente que no tenía sentido continuar por sus mismos pasos"
  47. Bullón de Mendoza, 2004, p. 275-276.
  48. Bullón de Mendoza, 2004, p. 277.
  49. Casanova, 2007, p. 14.
  50. García Queipo de Llano, 1997, p. 131.
  51. Juliá, 1999, p. 28.
  52. Orden de los ministerios en función de preferencia por creación

Bibliografía




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dictablanda, dámaso, berenguer, dictadura, berenguer, comúnmente, denominada, dictablanda, último, periodo, restauración, borbónica, reinado, alfonso, xiii, españa, dicho, período, hubo, gobiernos, gobierno, general, dámaso, berenguer, formado, enero, 1930, pa. La Dictadura 1 de Berenguer comunmente denominada Dictablanda fue el ultimo periodo de la Restauracion borbonica y del reinado de Alfonso XIII en Espana En dicho periodo hubo dos gobiernos el gobierno del general Damaso Berenguer formado en enero de 1930 para que restableciera la normalidad constitucional tras la dictadura de Primo de Rivera y el que le siguio un ano despues el gobierno del almirante Juan Bautista Aznar que daria paso a la proclamacion de la Segunda Republica Espanola General Damaso Berenguer El termino dictablanda fue utilizado por la prensa para referirse a la indefinicion del gobierno de Berenguer que ni continuo con la dictadura anterior ni restablecio plenamente la Constitucion de 1876 ni mucho menos convoco elecciones a Cortes Constituyentes como exigia la oposicion republicana 2 Indice 1 El nuevo gobierno 1 1 El error Berenguer 2 La perdida de apoyos politicos y sociales de la Monarquia y el auge del republicanismo 2 1 El Pacto de San Sebastian 2 2 El fracaso del primer asalto a la Monarquia 3 El gobierno del almirante Aznar y la caida de la Monarquia 4 Composicion del gobierno del general Berenguer 5 Referencias 6 BibliografiaEl nuevo gobierno Editar Alfonso XIII y el general Primo de Rivera Alfonso XIII nombro el 28 de enero de 1930 al general Damaso Berenguer jefe de su Cuarto Militar presidente del gobierno con el proposito de retornar a la normalidad constitucional Pero esto ya no era posible si se pretendia enfocar el proceso de transicion hacia un regimen liberal simplemente mediante el restablecimiento de la situacion previa al golpe de Estado de 1923 es decir sin tener en cuenta la vinculacion que habia existido entre la Corona y la dictadura de Primo de Rivera Y ese fue el error que cometio el propio rey y su gobierno intentar volver a la Constitucion de 1876 cuando en realidad llevaba ya seis anos abolida porque desde 1923 Alfonso XIII era un rey sin Constitucion y su poder durante ese tiempo no habia estado legitimado por ella sino por el golpe de Estado que el rey acepto La monarquia se habia vinculado a la dictadura y ahora pretendia sobrevivir cuando la dictadura habia caido 3 Anos despues en 1946 Berenguer publico en unas memorias un listado de problemas que el identifico cuando Alfonso XIII le encargo la mision de formar Gobierno en 1930 A las siete de la tarde regrese a Palacio Poco despues de las ocho me llamo el Rey para darme ya oficialmente el encargo de formar Gobierno Seguidamente di cuenta a su majestad de mis propositos primeras gestiones a realizar y personas a quienes pensaba ofrecer puestos en el Gobierno A mas de la vuelta a la normalidad constitucional en el mas breve plazo posible imperativo inmediato de aquellas circunstancias aparecian tambien otros problemas que habian de abordarse Interesaba a la defensa del Regimen en primer termino la reconstruccion de las organizaciones monarquicas el Universitario que de las protestas colectivas dentro de los claustros habia invadido la calle en forma mas airada justamente en aquellos dias Problema de origen profesional ante el que permanecio irresoluta la Dictadura sin extirpar los focos donde partian las iniciativas que lo agudizaban a pesar de su fuerza coactiva el problema del Ejercito originado principalmente por la actitud del Cuerpo de Artilleria contra determinadas disposiciones del gobierno Por ultimo el problema de la Hacienda determinando la unica crisis que la Dictadura sufrio poco antes de su caida total la depresion de las finanzas del Estado la tendencia bajista de los valores y de la monedaDamaso Berenguer De la Dictadura a la Republica 1946 4 Los politicos republicanos y monarquicos sin rey asi como numerosos juristas denunciaron que la vuelta a la normalidad constitucional era imposible El jurista Mariano Gomez escribia el 12 de octubre de 1930 Espana vive sin Constitucion La dictadura de Primo de Rivera al violar la Constitucion de 1876 habia abierto un proceso constituyente afirmaba Gomez que solo la nacion podia cerrar con un retorno a la normalidad conducido por un gobierno constituyente unas elecciones constituyentes presididas por un poder neutral que no fuera parte beligerante en el conflicto creado por la dictadura un sistema de libertad y garantias ciudadanas de plenitud constituyente y Cortes con autoridad suprema para crear la nueva legalidad comun 5 El general Berenguer tuvo muchos problemas para conformar su gobierno porque los partidos dinasticos el Partido Liberal Fusionista y el Partido Conservador despues de seis anos de dictadura habian dejado de existir ya que nunca fueron verdaderos partidos politicos sino redes clientelares cuyo unico fin era ocupar el poder cada cierto tiempo gracias al fraude electoral institucionalizado del sistema caciquil 6 A titulo individual la mayoria de los politicos de los partidos del turno se negaron a colaborar por lo que Berenguer solo pudo contar con el sector mas reaccionario del conservadurismo que encabezaba Gabino Bugallal En sus Memorias de la reserva y apartamiento se quejo de que las organizaciones monarquicas arrastraban una vida languida y casi clandestina acumulando agravios y rencores reducidas al mantenimiento de sus cuadros en concentrada y airada actitud de protesta 7 Por su parte la Union Patriotica el partido unico de la Dictadura convertido en 1930 en la Union Monarquica Nacional tampoco apoyo claramente al gobierno Berenguer Asi pues la monarquia no tuvo a su disposicion ninguna organizacion politica capaz de conducir el proceso de transicion 8 Sin embargo la Union Monarquica Nacional a diferencia de los partidos del turno desplego una intensa campana de movilizacion ciudadana con actos publicos por toda Espana en los que en ocasiones tuvieron que hacer frente a manifestaciones hostiles de liberales y de republicanos que se saldaron con incidentes graves en algunos lugares como en Lugo donde cinco personas resultaron heridas de diversa consideracion por la actuacion de la fuerza publica que se vio obligada a intervenir 9 La politica que llevo adelante el gobierno Berenguer tampoco parecio ayudar demasiado a salvar a la monarquia La lentitud con que se fueron aprobando las medidas liberalizadoras hizo dudar de que el objetivo del gobierno fuera realmente restablecer la normalidad constitucional Por eso en la prensa se comenzo a calificar al nuevo poder como dictablanda 10 En realidad lo que el general Berenguer pretendia era dar tiempo a los dos partidos dinasticos para que se reconstruyeran y asi poder convocar elecciones segun los usos de la Restauracion De hecho segun confeso el mismo en De la Dictadura a la Republica al final del verano ya habia hecho una prevision del reparto de los diputados en las nuevas Cortes 93 conservadores 70 liberales 34 monarquicos independientes 27 prietistas 20 mauristas 18 ciervistas 18 albistas 16 independientes indefinidos 15 romamonistas 8 reformistas 8 republicanos o socialistas 7 regionalistas y 4 umenistas quedando 68 distritos libres aun no clasificados entre los que se contaban muchos de las grandes capitales 11 Esta es la razon por la que Berenguer se negaba a convocar antes las elecciones municipales como le reclamaban politicos liberales tan destacados como el conde de Romanones y Santiago Alba Segun Alfonso Bullon de Mendoza su proposito no declarado pero harto explicito era poder caciquear a placer durante los comicios Mientras tanto la conflictividad social y laboral crecia 12 El 13 de noviembre el Consejo de Ministros presidido por el rey Alfonso XIII aprobo convocar elecciones para el 1 de marzo del ano siguiente Pocos dias mas tarde dimitia el ministro de la Gobernacion el general Enrique Marzo Balaguer al parecer como consecuencia de los disturbios que se produjeron en Madrid durante el entierro de varios obreros que habian fallecido en accidente laboral aquel mes de noviembre estaba siendo segun el general Mola entonces director general de Seguridad desde el punto de vista social proletario el mas violento desde agosto de 1917 Berenguer intento que ocupara el puesto vacante algun politico destacado de los partidos del turno pero no lo consiguio por lo que tuvo hacer una remodelacion del gabinete dando entrada en el mismo al hasta entonces subsecretario del Ministerio Joaquin Montes Jovellar 13 En la convocatoria de las elecciones generales para el 1 de marzo de 1931 se decia que su objetivo era llegar a constituir un Parlamento que enlazando con las Cortes anteriores a la ultima etapa la Dictadura de Primo de Rivera restableciera en su plenitud el funcionamiento de las fuerzas cosoberanas el rey y las Cortes que son eje de la Constitucion de la Monarquia Espanola 14 No se trataba pues ni de Cortes Constituyentes ni de unas Cortes que pudieran acometer la reforma de la Constitucion por lo que la convocatoria encontro escasos apoyos incluso entre los monarquicos de los partidos del turno 15 El gobierno seguia actuando como si no hubiera existido la Dictadura de Primo de Rivera con la implicacion del rey en la misma Por eso algunos politicos de los partidos dinasticos se definieron como monarquicos sin rey como Angel Ossorio y Gallardo y otros se pasaron al campo republicano Miguel Maura hijo de Antonio Maura y Niceto Alcala Zamora que fundaron el nuevo partido de la Derecha Liberal Republicana 7 El error Berenguer Editar El 15 de noviembre dos dias despues del anuncio del Gobierno de que se celebrarian elecciones el 1 de marzo de 1931 Jose Ortega y Gasset publico en el periodico El Sol un articulo titulado El error Berenguer Tuvo una enorme repercusion y finalizaba diciendo Espanoles vuestro Estado no existe Reconstruidlo Delenda est Monarchia 16 En el articulo afirmaba que tras la Dictadura de Primo de Rivera el Regimen habia respondido con el gobierno Berenguer cuya politica significa Volvamos tranquilamente a la normalidad por los medios mas normales hagamos como si aqui no hubiese pasado nada radicalmente nuevo sustancialmente anormal Eso es todo lo que el Regimen puede ofrecer en este momento tan dificil para Europa entera a los veinte millones de hombres ya maltraidos de antiguo despues de haberlos vejado pisoteado envilecido y esquilmado durante siete anos Y no obstante pretende impavido seguir al frente de los destinos historicos de esos espanoles y de esta Espana Pero esta vez se ha equivocado Este es el error Berenguer Al cabo de diez meses la opinion publica esta menos resuelta que nunca a olvidar la gran vilta gran vileza en italiano que fue la Dictadura El regimen sigue solitario acordonado como leproso en lazareto Berenguer declaro en 1946 sobre los articulos de prensa contrarios a su gestion y al Regimen en general La Prensa desafecta al Regimen que era en aquella epoca la casi totalidad de los periodicos que se publicaban en Madrid aprovecho la ocasion para imprimir en sus campanas la mayor violencia contra el Gobierno y aun la que hasta entonces nos habia distinguido con su valioso apoyo dio sic acceso en sus columnas a articulos de ataque personal al Jefe del Gobierno en que se reproducian los insultos que tan prodigamente habian empleado los periodicos de izquierda en sus campanas contra la empresa marroqui confirmacion palmaria de lo solos que nos ibamos quedando Damaso Berenguer De la Dictadura a la Republica 1946 17 La perdida de apoyos politicos y sociales de la Monarquia y el auge del republicanismo EditarA lo largo de 1930 se fueron acumulando todos los sintomas que anunciaban que no seria posible la vuelta a la situacion anterior a 1923 porque la Monarquia estaba aislada Los sectores sociales que siempre la habian apoyado como los patronos y los empresarios comenzaron a abandonarla porque desconfiaban de su capacidad para salir de aquel embrollo Tampoco dispuso la Monarquia del apoyo de la clase media la influencia de la Iglesia en este sector estaba reduciendose sustituida por las ideas democraticas y socialistas y los intelectuales y los estudiantes universitarios mostraron claramente su rechazo al rey 18 Uno de los pocos apoyos con que contaba la Monarquia era la Iglesia catolica que le guardaba reconocimiento por haber restaurado su tradicional posicion en la sociedad pero esta se hallaba a la defensiva frente a la marea de republicanismo y democracia que estaba viviendo el pais 19 El otro apoyo era el Ejercito que acababa de pasar por una experiencia de poder que habia abierto brechas en su seno y en un sector del mismo se estaba resquebrajando la fidelidad al rey Quiza el ejercito nunca participaria como tal en una conjura contra la Monarquia pero tampoco haria nada llegado el caso para salvar el trono e incluso no pocos militares se apresuraron a prestar su colaboracion a los conspiradores antimonarquicos 20 Al mismo tiempo que la Monarquia iba perdiendo apoyos los iba ganando la alternativa republicana A ello contribuyeron los cambios sociales y de valores que se habian producido en los ultimos treinta anos que no eran nada favorables al restablecimiento del sistema de poder de la Restauracion 21 Pero el subito auge del republicanismo en las ciudades se debio sobre todo a que en los meses que siguieron a la caida de Primo de Rivera se produjo una identificacion entre Dictadura y Monarquia Las clases populares y las clases medias urbanas llegaron a la conclusion como la Dictadura acababa de demostrar que Monarquia era igual a despotismo y democracia era igual a Republica En 1930 la hostilidad frente a la Monarquia se extendio como un huracan imparable por mitines y manifestaciones por todas Espana 22 la gente comenzo a echarse alegremente a la calle con cualquier pretexto a la menor ocasion para vitorear a la Republica 23 A la causa republicana tambien se sumaron los intelectuales que formaron la Agrupacion al Servicio de la Republica encabezada por Jose Ortega y Gasset Gregorio Maranon y Ramon Perez de Ayala 24 El Pacto de San Sebastian Editar Niceto Alcala Zamora Vease tambien Pacto de San Sebastian El dia 17 de agosto de 1930 tuvo lugar el llamado Pacto de San Sebastian en la reunion promovida por la Alianza Republicana en la que al parecer ya que no se levanto acta escrita de la misma se acordo la estrategia para poner fin a la Monarquia de Alfonso XIII y proclamar la Segunda Republica Espanola A la reunion asistieron segun consta en la Nota oficiosa hecha publica al dia siguiente por la Alianza Republicana Alejandro Lerroux del Partido Republicano Radical y Manuel Azana del Grupo de Accion Republicana por el Partido Radical Socialista Marcelino Domingo Alvaro de Albornoz y Angel Galarza por la Derecha Liberal Republicana Niceto Alcala Zamora y Miguel Maura por Accion Catalana Manuel Carrasco Formiguera por Accion Republicana de Cataluna Matias Mallol Bosch por Estat Catala Jaume Aiguader y por la Federacion Republicana Gallega Santiago Casares Quiroga A titulo personal tambien asistieron Indalecio Prieto Felipe Sanchez Roman y Eduardo Ortega y Gasset hermano del filosofo Gregorio Maranon no pudo asistir pero envio una entusiastica carta de adhesion 25 26 En octubre de 1930 se sumaron al Pacto en Madrid las dos organizaciones socialistas el PSOE y la UGT con el proposito de organizar una huelga general que fuera acompanada de una insurreccion militar que metiera a la Monarquia en los archivos de la Historia tal como se decia en el manifiesto hecho publico a mediados de diciembre de 1930 Para dirigir la accion se formo un comite revolucionario integrado por Niceto Alcala Zamora Miguel Maura Alejandro Lerroux Diego Martinez Barrio Manuel Azana Marcelino Domingo Alvaro de Albornoz Santiago Casares Quiroga y Luis Nicolau d Olwer por los republicanos e Indalecio Prieto Fernando de los Rios y Francisco Largo Caballero por los socialistas 27 La CNT por su parte continuaba su proceso de reorganizacion aunque al levantarse su prohibicion solo se le dejo reconstituirse a nivel provincial y de acuerdo con su ideario libertario y antipolitico no participo en absoluto en la conjuncion republicano socialista por lo que continuaria actuando en la practica como un partido antisistema de izquierda revolucionaria 8 El fracaso del primer asalto a la Monarquia Editar El comite revolucionario republicano socialista presidido por Alcala Zamora que celebraba sus reuniones en el Ateneo de Madrid preparo la insurreccion militar que seria arropada en la calle por una huelga general Segun los conjurados el recurso a la violencia y a las armas para alcanzar el poder y cambiar un regimen politico lo habia legitimado el propio golpe de estado que trajo la Dictadura 28 A mediados de diciembre de 1930 el comite hizo publico un manifiesto que decia ESPANOLES Surge de las entranas sociales un profundo clamor popular que demanda justicia y un impulso que nos mueve a procurarla Puestas sus esperanzas en la Republica el pueblo esta ya en la calle Para servirle hemos querido tramitar la demanda por los procedimientos de la ley y se nos ha cerrado el camino Seguros estamos de que para sumar a los nuestros sus contingentes se abriran las puertas de los talleres y las fabricas de los despachos de las Universidades hasta de los cuarteles Venimos a derribar la fortaleza en que se ha encastillado el poder personal a meter la Monarquia en los archivos de la Historia y a establecer la Republica sobre la base de la soberania nacional representada en una Asamblea Constituyente Entre tanto nosotros conscientes de nuestra mision y nuestra responsabilidad asumimos las funciones del Poder Publico con caracter de Gobierno provisional Viva Espana con honra Viva la Republica Sin embargo la huelga general no llego a declararse y el pronunciamiento militar fracaso fundamentalmente porque los capitanes Fermin Galan y Angel Garcia Hernandez sublevaron la guarnicion de Jaca el 12 de diciembre tres dias antes de la fecha prevista el enviado a Jaca por el comite Santiago Casares Quiroga no comunico a tiempo que el levantamiento militar se habia retrasado al 15 de diciembre Estos hechos se conocen como la Sublevacion de Jaca y los dos capitanes insurrectos fueron sometidos a un consejo de guerra sumarisimo y fusilados Su muerte movilizo extraordinariamente a la opinion publica en memoria de estos dos martires de la futura Republica 24 29 El dia 15 de diciembre el general Gonzalo Queipo de Llano jefe del comite militar con la colaboracion de varios oficiales se apodero del aerodromo de Cuatro Vientos pero tuvo que abandonarlo por la rapida respuesta de las unidades militares leales al Gobierno 30 Seis miembros del comite revolucionario fueron detenidos e ingresaron en prision Niceto Alcala Zamora Alvaro de Albornoz Miguel Maura Francisco Largo Caballero Fernando de los Rios y Santiago Casares Quiroga Los otros cuatro se escondieron o abandonaron Espana Alejandro Lerroux Marcelino Domingo Manuel Azana e Indalecio Prieto 31 El gobierno del almirante Aznar y la caida de la Monarquia EditarVease tambien Proclamacion de la Segunda Republica Espanola El 17 de diciembre de 1930 solo dos dias despues del fracaso de la intentona republicana destacados politicos monarquicos reunidos en el Hotel Ritz de Madrid entre los que se encontraban Rafael Sanchez Guerra Melquiades Alvarez y Manuel de Burgos y Mazo reclamaron que las Cortes que se formaran tras las elecciones convocadas por el gobierno de Berenguer para el 1 de marzo tuvieran el caracter de constituyentes porque no veian otra salida a la crisis politica que se estaba viviendo Por eso fueron llamados constitucionalistas 31 Habia pocos politicos que como Jose Calvo Sotelo no vieran la gravedad de la situacion Este miembro destacado de la primorriverista Union Monarquica Nacional declaro el 1 de enero Creo que en 1931 pasara la nube actual 31 A pesar de todo los preparativos para las elecciones continuaban publicandose candidatos y realizando viajes por los diferentes distritos El general Berenguer estaba seguro de que el gobierno podria controlar el proceso electoral porque segun el y asi lo reconocio en De la Dictadura a la Republica habia variado muy poco la estructura politica en muchas de las regiones espanolas sobre todo en los distritos rurales que son la mayoria distritos que conservaban la tipica estructura de nuestra organizacion politica de antes de la Dictadura y que constituian la base solida en que se afianzaba la Monarquia una alusion al sistema caciquil en que se sustentaba el regimen politico de la Restauracion Prescindir de utilizar esta ventaja era exponerse a ir al caos 32 Era evidente pues que el Gobierno manipularia las elecciones Asi lo creia por ejemplo el conde de Guadalhorce quien le pidio al general Berenguer 28 escanos para su partido la Union Monarquica Nacional aunque el Gobierno solo preveia cuatro diputados para esta formacion 33 El 29 de enero el proyecto de Berenguer recibio un duro golpe cuando ese dia los constitucionalistas publicaron una nota en la que decian que no se presentarian a las elecciones porque las Cortes no iban a ser constituyentes Al dia siguiente los liberales anunciaron que solo participarian si el Gobierno renunciaba a los resortes que poseia para manipular el resultado electoral El 31 los republicanos tambien se retiraban El 3 de febrero los socialistas A pesar de ello el dia 8 de febrero se publicaba el decreto de convocatoria de elecciones restableciendose la vigencia del articulo 13 de la Constitucion de 1876 que reconocia las libertades publicas de expresion reunion y asociacion 34 35 Dos dias despues el lider liberal Santiago Alba hizo publica una nota en la que decia que las elecciones ordinarias haciendo como si nada hubiera pasado desde 1923 no arreglaban nada Tambien ese mismo dia 10 de febrero los prestigiosos intelectuales Ramon Perez de Ayala Gregorio Maranon y Jose Ortega y Gasset hacian publico un manifiesto a favor de la Republica acabarian formando la influyente Agrupacion al Servicio de la Republica 35 Las dudas tambien alcanzaron a los miembros del gobierno y el 13 de febrero el ministro de la Gobernacion Leopoldo Matos y Massieu se las hizo llegar al conde de Romanones en la entrevista que mantuvo con el Romanones contacto enseguida con el otro lider liberal Manuel Garcia Prieto para elaborar una nota en la que pedian al Gobierno que las Cortes fueran constituyentes Tambien se puso en contacto con Francesc Cambo el lider de la Lliga Regionalista para que se manifestara en el mismo sentido Hacia las once de la noche Romanones tras haber entregado la nota a la prensa se fue a ver al general Berenguer Este no encontro otra solucion que llamar por telefono al rey Alfonso XIII y a la manana siguiente le presento personalmente su dimision 36 El 11 de febrero Alfonso XIII habia llamado a Palacio al lider catalanista Francesc Cambo con quien ya se habia entrevistado discretamente en Londres el 1 de julio del ano anterior Asi conto Cambo lo que hablo con el rey aquel dia 37 Le encontre hondamente preocupado pero razonando friamente cosa que no se acostumbra a producir en el mas que en los momentos dificiles Me pregunta por la significacion del Gobierno que debia formar y yo le respondo sin vacilar que debia ser de izquierda Me pregunta despues si a mi entender debia llamar a Santiago Alba y le contesto que si Me consulto sobre la conveniencia de acelerar la convocatoria de unas Cortes Constituyentes y le conteste que no creia que nadie aceptase el poder sin esta condicion anadiendole que no eran los momentos aquellos para imponer si no para aceptar Entonces me dice que esta amargado y decepcionado y que siente a menudo el deseo de irse de Espana Me pregunta que me pareceria si convocase un plebiscito para que el pueblo dijese con un si o con un no si habia de dejar la corona Le respondi que puedo avanzarle el resultado que este seria en una gran mayoria en el sentido que dejase la corona De acuerdo con la opinion favorable manifestada por Cambo Alfonso XIII le ofrecio la presidencia del Gobierno a Santiago Alba pero este lo rehuso A continuacion le hizo el mismo ofrecimiento al constitucionalista Rafael Sanchez Guerra quien si acepto con la esperanza de poder incluir en su gabinete a la derecha republicana Para ello visito en la carcel Modelo donde estaban presos a Niceto Alcala Zamora y Miguel Maura hablo tambien con los socialistas Francisco Largo Caballero y Fernando de los Rios tambien encarcelados pero estos rechazaron su propuesta Nosotros con la Monarquia nada tenemos que hacer ni que decir le respondio Miguel Maura 38 por lo que Sanchez Guerra tuvo que presentar su renuncia al rey Segun comento tiempo despues Miguel Maura la visita de Sanchez Guerra a la carcel supuso un golpe de muerte para el regimen porque ya nadie dudo de la suerte que le esperaba 36 Sanchez Guerra le aconsejo a Alfonso XIII que le ofreciera la presidencia al tambien constitucionalista Melquiades Alvarez pero este tampoco acepto Entonces tomo la iniciativa el general Berenguer presidente en funciones y reunio a todos los lideres de las diversas facciones de los partidos dinasticos Tras un debate que duro cinco horas se formo un gobierno de concentracion monarquica con el propio Berenguer al frente del Ministerio de la Guerra Formaban parte del gabinete tres expresidentes del gobierno el conde de Romanones Estado Manuel Garcia Prieto Gracia y Justicia y Gabino Bugallal Economia y tres exministros Juan de la Cierva Fomento Rivera Marina y Joan Ventosa Hacienda Completaban el gobierno Jose Gascon y Marin Instruccion Publica el marques de Hoyos Gobernacion y Gabriel Maura Gamazo Trabajo Para la presidencia del Gobierno el conde de Romanones que actuaba como si fuera el verdadero jefe del ejecutivo escogio al almirante Juan Bautista Aznar de quien se dijo jocosamente que se le hizo venir de donde a la sazon se encontraba esto es politicamente de la luna geograficamente de Cartagena en referencia a su escaso peso politico 39 40 24 Tambien se dijo que la presencia de algun Almirante a la cabeza de un Gobierno o de Estado es indicio indefectible de naufragio 41 La primorriverista Union Monarquica Nacional UMN se quejo de que ninguno de sus miembros habia sido incluido en el gobierno de concentracion monarquica 42 El rey solo acepto la presencia en el gabinete de los leales a mi persona 43 Asi lo interpreto Santiago Alba que afirmo que el gobierno respondia a la servidumbre palatina no nos dejemos enganar una vez mas por el digno heredero de Fernando VII El rey confiaba en este gobierno para salvar la situacion como pudo comprobar Cambo en la nueva entrevista que mantuvo con el el 24 de febrero Lo encontre viviendo en el mejor de los mundos sin darse cuenta de la debilidad del gobierno que era la base de su sosten Por otro lado la presencia en el gabinete de un miembro de la Lliga Regionalista Joan Ventosa tenia como objetivo segun relato Cambo un ano despues obtener para la causa de Cataluna lo que no habia podido alcanzarse hasta entonces 44 La jura de los miembros del nuevo Gobierno tuvo lugar el 18 de febrero y al dia siguiente celebro su primera reunion en la que se acordo un nuevo calendario electoral se celebrarian primero elecciones municipales el 12 de abril se aplicaria la Ley de 1877 y no el Estatuto Municipal aprobado por la Dictadura de lo que se quejo la UMN y despues elecciones a Cortes el 7 de junio los diputados y el 14 del mismo mes los senadores que tendrian el caracter de Constituyentes por lo que podrian proceder a la revision de las facultades de los Poderes del Estado y la precisa delimitacion del area de cada uno es decir reducir las prerrogativas de la Corona y a una adecuada solucion al problema de Cataluna 45 46 Los partidos monarquicos estaban tan convencidos de que lograrian la victoria recurriendo a los viejos metodos de la Restauracion que practicamente no hicieron campana electoral En realidad solo la UMN defendio la necesidad de salir a la calle para movilizar a los partidarios de la monarquia Hay que llenar Madrid de candidaturas monarquicas Hay que recorrer las barriadas obreras casa por casa y explicar a los electores en que consiste la ficcion republicana En su periodico La Nacion abundaron los esloganes para alentar el voto monarquico con el argumento de que habia que impedir la supuesta catastrofe que se avecinaba si ganaban las candidaturas republicanas Espanoles Si no quereis que Espana se hunda en el caos sovietico votad por la Monarquia Si algun monarquico dejara de cumplir manana sus deberes mereceria el desprecio de sus conciudadanos La Nacion tambien denuncio las practicas caciquiles que empleaban los partidos del turno incluido el abuso del articulo 29 de la ley electoral que daba automaticamente la victoria a una candidatura sin necesidad de votar si era la unica que se presentaba en detrimento de los candidatos de la UMN Ponia el ejemplo de muchos pueblos de la provincia de Orense donde se amenaza a los pobres con excluirlos de la Beneficencia si no votan la candidatura bugallalista y a los estanqueros con quitarles los estancos 47 El gobierno por el mismo motivo que los partidos del turno tambien confiaba en el triunfo de las candidaturas monarquicas Los informes que recibia de los gobernadores civiles asi se lo aseguraban Se perderian las elecciones en algunas capitales por poca diferencia pero podia darse por seguro que en la mayoria de ellas y en Espana en general se ganarian 48 Proclamacion de la Segunda Republica en Barcelona El 20 de marzo en plena campana electoral se celebro el consejo de guerra contra el comite revolucionario que habia dirigido el movimiento civico militar de diciembre que habia fracasado tras la sublevacion de Jaca El juicio se convirtio en una gran manifestacion de afirmacion republicana y los acusados recuperaron la libertad 49 Como todo el mundo habia entendido las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 como un plebiscito sobre la Monarquia cuando se supo que las candidaturas republicano socialistas habian ganado en 41 de las 50 capitales de provincia era la primera vez en la historia de Espana que un gobierno era derrotado en unas elecciones aunque en las zonas rurales habian ganado los monarquicos porque el viejo caciquismo seguia funcionando 50 el comite revolucionario hizo publico un comunicado afirmando que el resultado de las elecciones habia sido desfavorable a la Monarquia y favorable a la Republica y anuncio su proposito de actuar con energia y presteza a fin de dar inmediata efectividad a los afanes de esa Espana mayoritaria anhelante y juvenil implantando la Republica El martes 14 de abril se proclamo la Republica desde los balcones de los ayuntamientos ocupados por los nuevos concejales y el rey Alfonso XIII se vio obligado a abandonar el pais Ese mismo dia el comite revolucionario se convirtio en el Primer Gobierno Provisional de la Segunda Republica Espanola 51 Composicion del gobierno del general Berenguer EditarArticulo principal Anexo Gobierno de Damaso Berenguer y Fuste Composicion del Gobierno 52 Cargo Titular Inicio Fin Partido PoliticoPresidente del Consejo de Ministros Damaso Berenguer 30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 MilitarMinistro del Ejercito 30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931Ministro de Estado Jacobo Fitz James Stuart y Falco Duque de Alba 30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 independienteMinistro de Justicia y Culto desde 1930 Ministro de Gracia y Justicia Jose Estrada y Estrada 30 de enero de 1930 25 de noviembre de 1930 conservadorJoaquin de Montes y Jovellar 25 de noviembre de 1930 18 de febrero de 1931 conservadorMinistro de Hacienda Manuel de Arguelles 30 de enero de 1930 20 de agosto de 1930 conservadorJulio Wais San Martin 20 de agosto de 1930 18 de febrero de 1931 conservadorMinistro de Marina Salvador Carvia Caravaca 30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 MilitarMinistro de la Gobernacion Enrique Marzo Balaguer 30 de enero de 1930 25 de noviembre de 1930 MilitarLeopoldo Matos y Massieu 25 de noviembre de 1930 18 de febrero de 1931 conservadorMinistro de Fomento Leopoldo Matos y Massieu 30 de enero de 1930 25 de noviembre de 1930 conservadorJose Estrada y Estrada 25 de noviembre de 1930 18 de febrero de 1931 consevadorMinistro de Instruccion Publica y Bellas Artes Jacobo Fitz James Stuart y Falco 30 de enero de 1930 24 de febrero de 1930 independienteElias Tormo 24 de febrero de 1930 18 de febrero de 1931 conservadorMinistro de Trabajo y Prevision Pedro Sangro y Ros de Olano 30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 independienteMinistro de Economia Nacional Manuel de Arguelles interino 30 de enero de 1930 3 de febrero de 1930 conservadorJulio Wais San Martin 3 de febrero de 1930 20 de agosto de 1930 conservadorLuis Rodriguez de Viguri 20 de agosto de 1930 18 de febrero de 1931 conservadorReferencias Editar Real Academia Espanola y Asociacion de Academias de la Lengua Espanola dictablanda Diccionario de la lengua espanola 23 ª edicion Garcia Queipo de Llano 1997 p 126 131 Garcia Queipo de Llano 1997 p 126 El error fundamental que cometio Berenguer consistio en no haber comprendido que la misma existencia de la dictadura probaba sin lugar a dudas que no podia restablecerse la situacion previa al golpe de Estado Berenguer Damaso 1975 De la dictadura a la Republica Giner pp 35 37 ISBN 9788472730632 Julia 1999 p 13 Julia 1999 p 69 70 No que los caciques hubieran desaparecido sino que el caciquismo dejo de ser la trama social sobre la que se elevaba el poder politico Los caciques seguian ahi y podian manipular el voto rural pero si las urnas se volvian a abrir las mayorias se expresarian en las ciudades donde la manipulacion caciquil tropezaba con mayores obstaculos a b Garcia Queipo de Llano 1997 p 126 a b Garcia Queipo de Llano 1997 p 129 Bullon de Mendoza 2004 p 256 267 Garcia Queipo de Llano 1997 p 126 Esta lentitud hizo que cada mes que pasaba supusiera un deterioro de su popularidad hasta tal punto que es muy posible que una mayor decision y rapidez hubiera evitado el abandono de la monarquia por parte de algunos politicos Bullon de Mendoza 2004 p 265 266 Bullon de Mendoza 2004 p 266 Bullon de Mendoza 2004 p 266 267 Real Decreto n º 597 PDF Gaceta de Madrid 39 724 8 de febrero de 1931 Consultado el 25 de marzo de 2015 Julia 1999 p 26 27 Ortega y Gasset Jose 15 de noviembre de 1930 El error Berenguer El Sol Consultado el 20 de marzo de 2015 Berenguer Damaso 1975 De la dictadura a la Republica Giner p 214 ISBN 9788472730632 Julia 1999 p 70 Es significativo que las personalidades de la vida industrial y mercantil consultadas sobre su eventual participacion como candidatos en las elecciones que el general Berenguer tardo un ano en convocar respondieran negativamente al saber que la oposicion republicana y socialista se abstendria Julia 1999 p 70 Julia 1999 p 71 Con los militares le ocurrio al rey Alfonso XIII algo similar a lo que habia pasado con los politicos Su personal gusto por el mando la concepcion de su funcion como rey soldado las aventuras coloniales su recurso al ejercito para mantener el orden publico y el paso decisivo de utilizar la corporacion militar para el gobierno del Estado acabaron por crear en amplios sectores militares una extendida desafeccion cuando no una clara hostilidad hacia el monarca El arma de artilleria nunca volvio a manifestarse leal al Rey Julia 1999 p 71 72 Tras la Gran Guerra comenzaron a difundirse los elementos que conforman la cultura civica exigencia de mayor representacion y de erradicacion de la corrupcion electoral y del clientelismo avanzado proceso de secularizacion de la vida y perdida en el ambito urbano de los valores tradicionales de deferencia vinculados al poder de la Iglesia y de la aristocracia aparicion de los primeros partidos de masas el carlista el radical el socialista la Lliga o el PNV y de grandes sindicatos CNT y UGT presencia publica de elites intelectuales La Restauracion por el contrario solo podia sostenerse en una sociedad predominantemente rural con miles de nucleos aislados de poblacion con un limitado mercado nacional y sobre todo con reducidas y poco organizadas clase media urbana y clase obrera Casanova 2007 p 3 Julia 1999 p 74 a b c Garcia Queipo de Llano 1997 p 130 Julia 1999 p 25 129 Aviles Farre 2006 pp 67 68 y 95 96 Julia 1999 p 26 Julia 1999 p 69 Todo el mundo entendio que recurrir a las armas para conquistar el poder estaba de nuevo permitido la imagen de los comites revolucionarios y el pueblo en la calle unidos en su comun proposito contra el Rey recupero su empanado prestigio Bullon de Mendoza 2004 p 267 268 Bullon de Mendoza 2004 p 267 a b c Bullon de Mendoza 2004 p 268 Bullon de Mendoza 2004 p 269 Dicho de otra forma el Gobierno estaba muy tranquilo porque pensaba que todo podia continuar tal como estaba Bullon de Mendoza 2004 p 270 271 Real Decreto n º 596 PDF Gaceta de Madrid 39 723 8 de febrero de 1931 Consultado el 25 de marzo de 2015 a b Bullon de Mendoza 2004 p 271 a b Bullon de Mendoza 2004 p 272 De Riquer 2013 p 168 Casanova 2007 p 13 De Riquer 2013 p 170 Bullon de Mendoza 2004 p 272 273 Bullon de Mendoza 2004 p 273 Bullon de Mendoza 2004 p 274 De Riquer 2013 p 169 De Riquer 2013 p 169 171 Julia 1999 p 27 28 Bullon de Mendoza 2004 p 273 274 La labor principal que en el orden politico debia conseguir el nuevo Ministerio es que hubiese elecciones representativas pues de nada serviria celebrarlas si se abstenian mas de la mitad de los partidos Caido Berenguer era evidente que no tenia sentido continuar por sus mismos pasos Bullon de Mendoza 2004 p 275 276 Bullon de Mendoza 2004 p 277 Casanova 2007 p 14 Garcia Queipo de Llano 1997 p 131 Julia 1999 p 28 Orden de los ministerios en funcion de preferencia por creacionBibliografia EditarAviles Farre Juan 2006 La Izquierda burguesa y la tragedia de la II Republica Madrid Comunidad de Madrid pp 67 96 ISBN 9788445128817 Archivado desde el original el 3 de noviembre de 2013 Consultado el 28 de septiembre de 2014 Bullon de Mendoza Alfonso 2004 Jose Calvo Sotelo Barcelona Ariel ISBN 84 344 6718 6 Casanova Julian 2007 Republica y Guerra Civil Vol 8 de la Historia de Espana dirigida por Josep Fontana y Ramon Villares Barcelona Critica Marcial Pons ISBN 978 84 8432 878 0 De Riquer Borja 2013 Alfonso XIII y Cambo La monarquia y el catalanismo politico Barcelona RBA ISBN 978 84 9006 594 5 Garcia Queipo de Llano Genoveva 1997 El reinado de Alfonso XIII La modernizacion fallida Madrid Historia 16 ISBN 84 7679 318 9 Julia Santos 1999 Un siglo de Espana Politica y sociedad Madrid Marcial Pons ISBN 84 9537903 1 Predecesor Directorio civil 30 de enero de 1930 18 de febrero de 1931 Sucesor Gobierno de Juan Bautista Aznar Cabanas Predecesor Dictadura de Primo de Rivera Periodos de la Historia de EspanaDictablanda del general Damaso Berenguer Sucesor Gobierno Provisional de la Segunda Republica Espanola Datos Q6461465 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Dictablanda de Damaso Berenguer amp oldid 140868669, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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