fbpx
Wikipedia

Desastre de la Vega de Granada

El desastre de la Vega de Granada,[1][2]​ también conocido con el nombre de batalla de Elvira o batalla de Sierra Elvira,[a]​ fue un combate librado el día 25 de junio de 1319[3]​ en la localidad granadina de Pinos Puente, cerca de Granada, entre las fuerzas del reino de Castilla y las del reino nazarí de Granada, que resultaron vencedoras.[b]

Desastre de la Vega de Granada
Batalla del Estrecho; Reconquista
Parte de batalla del Estrecho

Fecha 25 de junio de 1319
Lugar Pinos Puente, (España España)
Resultado Victoria granadina
Beligerantes
Comandantes
Pedro de Castilla  
Juan de Castilla  
General Utman b. Abi l-Ula
Ismail I
Bajas
desconocidas desconocidas

La batalla supuso un desastre para el reino de Castilla, la frontera con Granada quedó desprotegida,[c]​ y en ella murieron, en las cercanías del Cerro de los Infantes,[4]​ los infantes Juan y Pedro de Castilla, que eran los jefes del ejército cristiano y los tutores del rey Alfonso XI durante su minoría de edad[5]​ junto con la reina María de Molina, que quedó oficialmente como única tutora hasta que fue acompañada, en 1320, por el infante Felipe de Castilla, su hijo, y por don Juan Manuel, nieto de Fernando III. Además, la mayoría de los historiadores, basándose en los testimonios musulmanes y cristianos de la época, afirman que los cristianos planeaban conquistar la ciudad de Granada[6]​ y finalizar de ese modo la Reconquista,[7][8]​ y el historiador Andrés Giménez Soler afirmó respecto a las consecuencias del desastre que:[9]

Para Granada fue aquello un momento de sosiego y desahogo en su agonía; para Castilla un incidente dolorosísimo, pero sin importancia en la historia de la Reconquista.

Fuentes editar

Las principales fuentes cristianas que describieron detalladamente el desastre son la Crónica y la Gran Crónica de Alfonso XI, y en menor medida, el Poema de Alfonso Onceno,[10][11]​ ya que son las tres obras fundamentales sobre el reinado de Alfonso XI.[12]​ Y numerosos historiadores musulmanes, mencionados en su mayor parte por Saleh Eazah al-Zahrani en un artículo de 2009 sobre el desastre desde el punto de vista musulmán, también escribieron acerca del mismo,[13]​ aunque la mayor parte de sus afirmaciones ya fueron desmentidas a principios del siglo XX por el historiador Andrés Giménez Soler, que demostró la falsedad de muchas de las afirmaciones de los cronistas musulmanes.[14][15]

Un ejemplo de la falsedad de la mayoría de las afirmaciones de los cronistas musulmanes cuando hacen referencia a este desastre es que algunos de ellos consignaron que los infantes Pedro y Juan murieron a causa de las heridas recibidas en él,[16]​ pero la mayoría de los medievalistas españoles no dudan en afirmar actualmente, basándose en las crónicas cristianas antes mencionadas y en otras pruebas,[17]​ que ambos murieron ciertamente durante la batalla, pero en ambos casos por causas naturales.[5][10]​ Y a pesar de que ha transcurrido más de un siglo desde su publicación, los artículos de Andrés Giménez Soler sobre este desastre, que aparecieron entre 1904 y 1905 en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, siguen siendo frecuentemente mencionados por los medievalistas modernos cuando hacen referencia a esta batalla, ya que él fue el primero en comparar los testimonios de cristianos y musulmanes.[18][19][20]

Algunos cronistas musulmanes consignaron que 25 reyes cristianos participaron en la expedición junto con más de 100 000 soldados, y que más de 50 000 de ellos murieron en el desastre junto con otras numerosísimas exageraciones y falsedades,[21]​ pero Giménez Soler, basándose en diversos cronistas señaló que el número de caballeros cristianos presentes en el desastre debía ascender a unos 9.000.[22]

Preparativos de la expedición (1318-1319) editar

 
Retrato imaginario del papa Juan XXII.

Cuando finalizaron las Cortes de Medina del Campo de 1318, los infantes Pedro y Juan y los «hombres buenos de la tierra» acordaron entrar a «correr e talar» la Vega de Granada, y establecieron que las fuerzas a sus órdenes se reunirían para ello en la ciudad de Córdoba en el mes de junio de 1319, y según consta en el capítulo XVIII de la Gran Crónica de Alfonso XI.[23]​ Y durante el invierno de 1318 comenzaron a acumularse los pertrechos necesarios para la expedición y se agilizaron los movimientos de tropas por parte de los castellanos,[24]​ que según consta en el Poema de Alfonso Onceno reunieron a «muchas gentes de cruzada», aunque el historiador Luis Fernández Gallardo señaló que esa expresión posiblemente englobaba a todos los cristianos que tomaron parte en la campaña, ya que no es probable que todos ellos hubieran realizado las ceremonias propias del cruzado.[25]

El papa Juan XXII concedió el carácter de cruzada, a petición del infante Pedro, a la expedición contra el reino de Granada, y también le concedió las tercias y las décimas de los diezmos que se recaudaran en Castilla, a condición de que no rubricase ningún acuerdo de paz con los musulmanes, «so pena de obidiençia e del amor de la Santa Eglesia».[26][d]​ Y el rey Jaime II de Aragón, yerno del infante Pedro de Castilla, también planeó hacer dos campañas sucesivas contra los musulmanes granadinos pero no conquistar ningún territorio, sino devastar el de sus enemigos y causarles el mayor daño posible con un hipotético ejército de 32 000 hombres, y aunque el papa le concedió las mismas prerrogativas que al infante Pedro respecto a la cruzada, a Jaime II le parecieron insuficientes y se abstuvo de participar en la expedición.[27]

Y debido a los acuerdos antes mencionados, el infante Pedro se vio obligado a quebrantar la tregua que había acordado con el rey Ismail I de Granada y a combatir contra él, y se excusó ante él alegando que debía actuar así por temor al pontífice y a la excomunión, y le devolvió las parias que aquel le había entregado. Y en la Gran Crónica de Alfonso XI consta que el monarca granadino manifestó «muy grand pesar» por todo ello y que comunicó lo siguiente al infante Pedro, convirtiendo la guerra entre ambos en un «auténtico juicio de Dios»:[26][28]

Yo moro so, e el ynfante christiano; yo quiero guardar la verdat que Dios estableçio, e el aver que yo di al ynfante non lo quiero tomar, mas quiero guardar la carta de fieldat que el me dio por esta rrazon. E el ynfante me tiene tuerto, ca me corrió mis tierras e matome mis moros, e sobre este mal que me fizo le di parias por que me dexase bevir en mis tierras en paz, e agora quiere quebrantar la fe e la verdad que puso conmigo. E yo pongo a Dios en el comedio que sea juez medianero e demuestre justicia e milagro sobre tal fecho, por que todos los del mundo sepan que es fe e verdad.

La violación de la tregua acordada con los granadinos por el infante Pedro fue también muy criticada por los propios castellanos,[e]​ que posteriormente llegarían a afirmar, al igual que el rey de Granada, que el desastre fue un «castigo divino» por haberla quebrantado,[29]​ aunque el infante Pedro manifestó «que el non seria fijo del rrey don Sancho (IV) sy en pocos años, dándole Dios vida, non fiziese que la Casa de Granada fuese torrnada a la Corona d´España, e que los fijos dalgo de Castilla labrasen todos e criasen. E destas palabras que dixo el ynfante Don Pedro peso mucho a los castellanos». Y los granadinos, por su parte, enviaron unos embajadores al sultán de Fez para que sus tropas les ayudaran en su lucha contra los castellanos, pero aquel se disculpó ante ellos alegando que su hijo se había rebelado contra él y que no podía ayudarles,[30]​ y el célebre historiador musulmán Ibn Jaldún afirmó que fueron precisamente las rebeliones del hijo del sultán de Fez contra su padre las que animaron a los castellanos a atacar el reino de Granada.[30]

El infante Pedro se dirigió poco después a Toledo, según consta en la Crónica de Alfonso XI, donde se reunieron con él los maestres de las órdenes militares de Santiago y Calatrava y el arzobispo de Toledo, Gutierre Gómez de Toledo, a los que ordenó que hicieran los preparativos necesarios y se dirigieran a la frontera con sus tropas para que se reunieran allí con él.[31]​ Y poco después dicho infante fue a la ciudad extremeña de Trujillo y se reunió con el maestre de la Orden de Calatrava, al cual entregó 3000 doblas de oro para que la Corona pudiera recuperar el castillo de Trujillo, que había sido anteriormente empeñado por su hermano, el difunto rey Fernando IV. Y al mismo tiempo, el infante ordenó al maestre de Calatrava que hiciera los preparativos necesarios y se preparara para reunirse con él en la frontera.[32]

 
Vista del castillo de Tíscar.

Posteriormente el infante Pedro se dirigió a la ciudad de Sevilla, donde, según consta en la Gran Crónica de Alfonso XI «mando fazer ay muchos picos, e labro ay quatro yngenios», que cumpliendo sus instrucciones fueron llevados a Córdoba,[32]​ y después, pasando por los municipios de Écija y Hornachuelos,[f]​ llegó a la ciudad jienense de Úbeda, donde se reunió con los maestres de las órdenes de Santiago,[33]​ Calatrava[7]​ y Alcántara y con los arzobispos de Toledo y de Sevilla,[6]​ y hallándose allí con ellos el infante les comunicó que tenía intención de conquistar el castillo de Tíscar, ya que «era la mas fuerte cosa que tenian los Moros», y se dirigió hacia allí con ellos y comenzó a asediarlo. Y en la Crónica de Alfonso XI consta que dicha fortaleza, acaudillada por Mahomad Handon, se rindió tras varios días de asedio, y que sus 4500 habitantes la abandonaron y su seguridad quedó garantizada hasta que llegaron a Baza.[33]

El historiador Manuel Nieto Cumplido señaló que el obispo de Córdoba, Fernando Gutiérrez, participó en la campaña,[34]​ y en la Gran Crónica de Alfonso XI consta que estando el infante Juan en Córdoba con los ricoshombres y los caballeros de los reinos de Castilla y León, fue informado de que su sobrino, el infante Pedro, había conquistado el castillo de Tíscar, y dicha crónica señaló que el infante no se alegró de ello, y que poco después él y sus tropas dejaron Córdoba y fueron a Baena y que desde allí el infante Juan comunicó a su sobrino Pedro, que seguía en Tíscar, que deseaba «entrar a la Vega de Granada».[35]​ Y aunque los que acompañaban al infante Pedro aconsejaron a este que conquistara también Biedma, el infante se opuso y afirmó que irían a la Vega de Granada, ya que ese era el propósito del infante Juan. Y poco después, tras haber garantizado la defensa de Tíscar y la de otros castillos cercanos que había conquistado, fue con todas sus tropas a Jaén y posteriormente, a Alcaudete, según consta en la Crónica de Alfonso XI,[36]​ o a Cañete de las Torres, según afirma la Gran Crónica, donde se reunieron los infantes Juan y Pedro y sus ejércitos,[35]​ y algunos cronistas musulmanes señalaron que trece grandes galeras cristianas llegaron en esos momentos al estrecho de Gibraltar y que se situaron entre Almería y Algeciras, ya que los cristianos planeaban conquistar esta última ciudad, aunque ello no es mencionado en las fuentes cristianas.[37]

Y poco después, los dos infantes castellanos y sus tropas se dirigieron a la Vega de Granada, e iban con ellos, según afirma la Gran Crónica de Alfonso XI, «grandes gentes de los rreynos de Castilla e de Leon e de Estremadura e de Galizia e del Andaluzia, e gentes de allen los puertos de Aspa que vinieron en su ayuda por saluar sus almas»,[35]​ aunque en dicha obra también se afirma que las relaciones entre ambos infantes no eran amistosas:[35]

 
Vista del municipio de Íllora, cuya villa fue conquistada por los cristianos durante su avance hacia Granada, aunque no su castillo.
Mas, segund quenta la ystoria, llenos yvan de ponçoña el vno con el otro, ca pensauan e entendían cada vno dellos que qualquiera dellos que quedase a vida sin el otro seria señor de Castilla; mas Dios, que es padre e poderoso señor e desfazedor de todas las cosas, no quiso que se cumpliese ninguna cosa de lo que ellos tenían propuesto en sus coraçones.

Poco después las tropas cristianas entraron en territorio musulmán y pasaron por Alcalá la Real, donde permanecieron un día, y al siguiente llegaron a Moclín y penetraron en tierras de la actual provincia de Granada.[26]​ Y un día después llegaron a Íllora, se apoderaron de la villa y de su arrabal, y si se hubieran quedado otro día, según afirma la Crónica de Alfonso XI, también habrían tomado su castillo, aunque el infante Pedro no quiso permanecer más tiempo allí, pues su voluntad era asediar Granada y tenerla cercada «hasta que la ganasen, o morir sobrello», según consta en la Gran Crónica del mismo rey.[38]

Tras dejar Íllora, los infantes castellanos y sus tropas, con «sus pendones tendidos», pasaron por el Cerro de los Infantes y llegaron al municipio de Pinos Puente.[39]​ Y al día siguiente, sábado 23 de junio y víspera de San Juan, avanzaron un poco y llegaron a las cercanías de Albolote, municipio situado al pie de Sierra Elvira y a 7 kilómetros de Granada,[39]​ donde permanecieron todo el día 24 de junio, que era domingo.[40][g]​ Y la Gran Crónica de Alfonso XI señaló que el infante Pedro deseaba avanzar más y establecer el campamento cristiano junto a las puertas de Granada, pero el infante Juan y la mayoría de los que iban con ellos se opusieron y no lo consintieron, provocando con ello la cólera del infante Pedro, que se vio obligado a disimularla a fin de «aver los coraçones de las gentes para do le fuese menester».[40]​ Y al día siguiente, lunes 25 de junio, las tropas castellanas emprendieron la retirada y se dispusieron a regresar a Castilla, yendo el infante Pedro en la vanguardia y el infante Juan en la retaguardia.[36]​ Y algunos cronistas musulmanes afirmaron, aunque ello no es recogido en las crónicas cristianas, que la víspera del desastre un escuadrón cristiano atacó una aldea musulmana y que el general árabe Ozmín les atacó y les obligó a huir hacia su campamento, siendo ese el primer triunfo de los musulmanes hasta entonces.[41]

Giménez Soler afirmó que tanto las crónicas musulmanas como las cristianas coincidieron en que el desastre se produjo el día 24 de junio de 1319,[42]​ pero la Crónica[36]​ y la Gran Crónica de Alfonso XI señalaron que tuvo lugar el día 25 de junio,[43]​ y basándose en estas últimas la mayoría de los historiadores contemporáneos señalan que en ese día tuvo lugar la batalla.[44][3]

El Desastre (25 de junio de 1319) editar

 
Vista de Sierra Elvira.

El día 25 de junio las tropas cristianas emprendieron la retirada hacia sus bases[45]​ y su retaguardia, al mando del infante Juan, fue atacada en el cerro de los Infantes por la caballería del sultán granadino, al mando del jeque Uthmán b. Abi l-Ula,[41]​ general de los defensores de la fe y conocido como Ozmín por los castellanos,[46]​ que al tener noticia de la retirada los infantes, había salido de la ciudad de Granada por orden de su rey con unos cinco mil caballeros[47]​ y varios miles de soldados de infantería para enfrentarse a los nueve mil caballeros y la numerosa infantería que acompañaban a los infantes, según consta en la Gran Crónica de Alfonso XI.[47][h]​ Y la historiadora María Teresa Ferrer señaló en 1998, basándose en las obras de Giménez Soler y de Jerónimo Zurita, que las tropas castellanas se vieron obligadas ese día a dispersarse para ir en busca de agua, debido a la intensa sed que padecían por encontrarse en el mes de junio[5]​ y por ser un día de «intensísimo calor»,[24]​ por lo que cuando los musulmanes atacaron la retaguardia esta quedó aún más desordenada.[5]

En un primer momento los ataques de los musulmanes se limitaron a intentar provocar al enemigo, mediante pequeñas escaramuzas mantenidas en la retaguardia de la columna cristiana,[45]​ pero poco después, y a causa del calor, el ejército cristiano comenzó a mostrarse desalentado, sediento y agotado, y los granadinos atacaron con dureza en todos los flancos de la retaguardia cristiana, que se vio así en grandes dificultades. Y en vista de la situación, el infante Juan solicitó la ayuda de su sobrino Pedro, que se encontraba al mando de la vanguardia, y este último acudió en su ayuda e intentó ordenar a sus tropas para que atacasen a sus enemigos, pero no pudo hacerlo, ya que, como señaló la Crónica de Alfonso XI, «et fueronle ese dia en aquella hora á tan mal mandados los suyos, que les nunca pudo enderezar contra los Moros». Y poco después el infante Pedro ordenó a Juan Martínez Guerrero, que llevaba su pendón, que avanzase para enfrentarse a los musulmanes, y ordenó eso mismo a los hijosdalgo que le acompañaban, aunque ellos «callaron todos e estauan oteando con malos ojos»,[47]​ pero un caballero cristiano llamado Juan Ponce de Córdoba salió de entre las filas cristianas y dijo a grandes voces a sus compañeros: «Hijos dalgo de Castilla, que rroedes el hueso e traçades el fierro, vedes aquí los moros, vayamos los ferir, que mas vale morir por Dios muerte honrrada faziendo bien, que biuir por sienpre vida deshonrrada», a fin de animarles a combatir,[48]​ pero poco después un caballero musulmán llegó hasta donde se encontraba el infante Pedro y tras denostarle, le dijo que «de muerto o preso que no podie escapar», y tras retar a los cristianos regresó a sus filas.[47]

Y el infante Pedro, furioso contra sus enemigos, intentó lanzarse contra ellos gritando «Sanctiago e Castilla» para animar a los suyos, pero los nobles Juan Alfonso de Haro y Diego Gómez de Castañeda se interpusieron en su camino y le dijeron que no consentirían que se lanzase al ataque, ya que de ser necesario matarían su caballo.[49]​ Y la Gran Crónica de Alfonso XI señaló que cuando el infante oyó eso, picó espuelas a su caballo y ellos le trabaron las riendas, y él sacó su espada para herir al que lo detenía, pero cortó una de las riendas de su animal y este echó a correr, y como el infante quiso sujetarlo, la espada se le cayó de la mano y el animal se encabritó, y el infante cayo contra «el arçon detrás, ansi que la cabeça del ynfante cayo en las ancas del cauallo».[50]​ Y en dicha Crónica también se consignó que el infante Pedro quedó muy malherido a causa de su caída, perdió el conocimiento, hasta el punto de que no sabía «si era de noche ni de dia», y comenzó a sangrar por la nariz y por la boca, por lo que sus acompañantes le quitaron sus armas, lo cubrieron con una «capa de escarlata bermeja»,[50]​ y él murió poco después a consecuencia del golpe recibido,[51]​ aunque en opinión de la medievalista María Teresa Ferrer en su muerte pudieron influir otros factores como la fatiga, el disgusto, el calor y la sed, que debieron provocarle una congestión cerebral o un infarto,[5][i]

 
Vista del río Genil, donde perecieron ahogados numerosos soldados cristianos durante el desastre.

Las tropas del infante Pedro, atemorizadas y cargadas de botín, emprendieron la huida e intentaron cruzar el río Genil, pero el historiador Antonio Ballesteros Beretta señaló que muchos de los soldados cristianos se ahogaron al intentar cruzar un canal alimentado por dicho río,[1]​ y la muerte del infante Pedro sólo fue conocida por unos pocos caballeros que iban con él, según consta en las crónicas cristianas,[50]​ aunque el historiador José Sánchez-Arcilla Bernal señaló que fue ocultada en un primer momento para que no cundiera el pánico entre sus hombres «en un momento tan delicado».[51]​ Y cuando el infante Juan fue informado de la muerte de su sobrino mostró un gran pesar, pero procuró disimularlo «como cabdillo fijo de rrey», y alentó a sus tropas diciéndoles que no temiesen nada, pues con la ayuda de Dios podrían triunfar sin la ayuda del infante Pedro, y les recordó también que él era el «ynfante Don Joan» y que no debían abandonarle «en poder de los moros»,[50]​ aunque cuando este vio a sus hombres tan mal dirigidos y tan «enbaraçados» fue tan grande el pesar que se adueñó de él que sufrió una apoplejía y perdió el entendimiento y el habla, y permaneció así desde el mediodía hasta la hora de vísperas,[51]​ «que non moria nin biuia»,[50]​ y murió al anochecer de ese mismo día.[52]

La mayoría de los historiadores modernos coinciden en que la muerte del infante Juan se debió a una apoplejía,[6][5][53]​ y en que los infantes Pedro y Juan murieron en el Cerro de los Infantes,[54]​ que fue conocido desde entonces con ese nombre.[4][55]​ Y Jerónimo Zurita sostuvo en los Anales de la Corona de Aragón que la muerte de ambos infantes fue debida a la deshidratación, causada entre otros factores por haber llevado supuestamente armaduras pesadas en un día muy caluroso.[5]

Y cuando los musulmanes, que sabían que el infante Pedro había muerto y que el infante Juan se encontraba agonizando, vieron a todos los cristianos reunidos y quietos y preparados para combatir, se dirigieron al real de los cristianos y lo saquearon completamente, matando o capturando al mismo tiempo a todos los que allí encontraron, y después se dirigieron a Granada con su botín, lo que impidió que el desastre fuera aún mayor para los castellanos.[52]​ Y en la Crónica de Alfonso XI consta que cuando los maestres de las órdenes militares, el arzobispo de Toledo y los hombres del concejo de Córdoba, que se encontraban en la vanguardia y a media legua de los infantes, a los que esperaban, supieron que el infante Pedro había muerto, «tomaron tan grand desmayamiento» que todos ellos se dieron a la fuga.[56]

A la caída de la tarde, el infante Juan, que aún no había fallecido, fue colocado sobre un caballo, y el cadáver del infante Pedro atravesado sobre un mulo, y los que les acompañaban abandonaron los pendones de los infantes, y sin ser perseguidos por sus enemigos, emprendieron el regreso a tierras castellanas,[43]​ aunque al anochecer murió el infante Juan y su cadáver quedó perdido a causa de la oscuridad y de la rapidez de la huida en tierras granadinas.[57]​ Y mientras tanto, la vanguardia cristiana, que llevaba consigo el cadáver del infante Pedro, consiguió llegar a Priego de Córdoba, desde donde sus restos fueron trasladados al municipio cordobés de Baena,[58]​ y, posteriormente, pasando por Arjona,[57]​ a la ciudad de Burgos, donde recibió sepultura en el monasterio de las Huelgas de Burgos,[43][59]​ aunque previamente los vasallos del infante avisaron a su esposa, la infanta María de Aragón, que había acompañado hasta Andalucía a su marido y se encontraba en Córdoba a punto de dar a luz, de la muerte de su marido, pero a fin de que su salud no corriera peligro por causa de su estado no acompañó el cadáver de su esposo hasta Burgos y poco después, en agosto de 1319, dio a luz en Alcocer a Blanca de Castilla, hija póstuma y única del infante Pedro,[60]​ que llegaría a ser abadesa del monasterio en el que fue enterrado su padre.[59][61]

La mayoría de los historiadores musulmanes señalaron que entre 50 000 y 80 000 cristianos murieron en el desastre, que más de 5000 fueron capturados,[62]​ que los vencedores se apoderaron de 43 quintales de oro y 140 de plata, y que la venta de los esclavos duró más de seis meses, pero Giménez Soler demostró la falsedad y exageración de muchas de esas afirmaciones, aunque sí admitió que el botín capturado debió ser cuantioso, y que ello influyó decisivamente en la derrota castellana, pues los cristianos intentaron a toda costa conservar los bienes de los que se habían apoderado.[22]​ No obstante, los historiadores musulmanes atribuyeron la victoria al impetuoso ataque del general Ozmín y de sus zenetes, que sorprendieron a los cristianos y les hicieron huir, y todos coinciden en que los cristianos no se defendieron y sólo pensaron en huir y conservar su botín, y que la muerte de los infantes Pedro y Juan hizo que cundiera el pánico entre sus hombres.[9]​ Y en el desastre también murieron los nobles portugueses Gutierre Díaz de Sandoval y Alfonso Martínez de Tejeira, afincado este último en Toledo.[63]

Y cuando la reina María de Molina, que se encontraba en Toro con su nieto Alfonso XI, fue informada de la muerte de su hijo, el infante Pedro, y de su cuñado, el infante Juan, mostró «muy grand pesar et muy grand quebranto por la muerte de su fijo» y una gran inquietud por los males que sobrevendrían a Castilla por la muerte de ambos,[64]​ e informó inmediatamente a las villas y ciudades del reino de lo sucedido y les recordó que según lo establecido en la Concordia de Palazuelos y en las Cortes de Burgos de 1315 la tutoría del rey Alfonso XI le correspondía exclusivamente a ella, y que cuando los infantes Pedro y Juan hubieran sido enterrados convocaría a los representantes del reino para decidir lo más conveniente para este y para el rey.[11]

 
Vista de la Alhambra.

Además, la muerte de los infantes Pedro y Juan causó una gran consternación en todo el reino, y muchos la interpretaron como un castigo divino por los pecados y malas intenciones de los infantes y por haber devastado las tierras musulmanas,[65]​ y en el Poema de Alfonso Onceno se afirmó que «Vencidos fueron cristianos, con todo el su poder: Dios ayudó a los paganos e les mostró tal placer»,[66][11]​ y en la Gran Crónica de Alfonso XI se consignó que:[67]

Razon perlongada e non he por que decir, si non atanto que ya Dios tenia dada su sentencia contra los christianos, e la rrueda de la ventura era ya vuelta de mala manera, de guisa que sin contienda e sin pelea e sin feridas ningunas de christianos nin de moros - e si fue por la voluntad de Dios, o por los pecados de los christianos o por las malas yntençiones de los dichos infantes - fueron amos a dos estos infantes muertos; e ansi se entiende que fue milagro e justiçia de Dios, ca Dios, en que es el poder todo cumplida mente, nunca se pago si non de verdad e nunca fizo justiçia sin meresçimiento, e por ende el supo que hizo e consintio.

Numerosos cronistas musulmanes afirmaron que los granadinos arrancaron la piel al cadáver del infante Pedro, la rellenaron con algodón y la colgaron en la Puerta de Granada, donde permaneció varios años,[68]​ y que la esposa o los hijos del infante Juan o Pedro, según diferentes versiones, cayeron en poder de los musulmanes y los cristianos ofrecieron las plazas de Tarifa, Gibraltar y 18 fortalezas más a cambio de su liberación, sin que fueran aceptadas,[69]​ pero Giménez Soler demostró rotundamente la falsedad de esas afirmaciones.[70][j]

 
Sepulcro del infante Juan de Castilla el de Tarifa. (Capilla mayor de la catedral de Burgos).

También consta en la Crónica[71]​ y en la Gran Crónica de Alfonso XI que cuando el hijo del infante Juan, Juan el Tuerto, que se encontraba en Baena,[43]​ es decir, casi a medio camino entre Córdoba y Granada,[72]​ fue informado de que su padre había muerto y de que su cadáver había quedado perdido en territorio enemigo, lo buscó por todas partes sin encontrarlo y que después solicitó al monarca granadino que ordenara que lo buscasen en sus tierras.[57]​ Y cuando este último lo encontró «sin feridas ningunas»,[43]​ ordenó que lo llevaran a Granada y lo pusieran en un ataúd cubierto con «muy nobles paños de oro»,[73]​ colocando además «candelas» a su alrededor y ordenando que acudieran los cristianos cautivos, y poco después avisó a Juan el Tuerto de que el cadáver de su padre había sido localizado y le comunicó que sus hombres podían ir a recogerlo y que él se lo entregaría gustosamente, ya que nunca había recibido de él «enojo ni pesar».[43]​ Y los hombres de Juan el Tuerto fueron a buscar el cadáver y este fue escoltado por numerosos caballeros musulmanes hasta que llegó a territorio castellano, y después, pasando por Córdoba y Toledo, fue llevado por su hijo a Burgos,[72]​ pues su padre había dispuesto en su último testamento, que otorgó el día 21 de enero de 1319, que su cadáver recibiera sepultura en la catedral de Burgos,[74]​ donde aún se conserva su sepulcro en la actualidad.[75]

Y poco antes de que el infante Juan fuera enterrado en la catedral burgalesa, su viuda María Díaz de Haro solicitó a la reina María de Molina que confirmara a Juan el Tuerto la posesión de todas las tierras que pertenecieron a su padre, el infante Juan, y que le diese el adelantamiento mayor de la frontera, 500 000 maravedís de soldada y una llave del sello del rey,[76]​ y la reina accedió a todas las demandas pero se negó a entregarle la llave del sello real hasta que los representantes del reino no se hubieran reunido,[77]​ ya que deseaba contar con apoyos para hacer frente a Don Juan Manuel, que ya había comenzado a maniobrar para conseguir la tutoría unipersonal del rey,[72]​ a la que también aspiraba Juan el Tuerto.[76]

Consecuencias editar

 
Sepulcro de la reina María de Molina. (Monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid).

La derrota castellana en esta batalla y la muerte de los infantes Pedro y Juan alteraron el rumbo de los acontecimientos en el sur de la península ibérica y en el reino de Castilla durante varios años, hasta que Alfonso XI alcanzó la mayoría de edad,[6]​ que fue confirmada en las Cortes de Valladolid de 1325.[78]​ Y diversos historiadores señalaron que el interés de este monarca por guerrear contra el reino de Granada pudo estar motivado en parte por el deseo de vengar las muertes de sus parientes, los infantes Pedro y Juan.[79]

Las tierras andaluzas quedaron indefensas tras el desastre ante los ataques del rey Ismail I de Granada, cuya victoria en esta batalla, considerada como un gran triunfo para el Islam, contribuyó a elevar su moral y la de los granadinos, que a partir de entonces podrían raziar a lo largo de la indefensa frontera castellana.[80]​ Y todo ello provocó también recelos en el extranjero, pues en una carta enviada por el papa Juan XXII al maestre de la Orden de Calatrava en agosto de 1319, en la que se aludía a las muertes de los infantes Juan y Pedro, el pontífice exhortaba a los caballeros calatravos y a su maestre a que continuaran defendiendo firmemente a la Cristiandad desde la frontera con el reino de Granada.[7][81]

El día 26 de agosto de 1319, dos meses después del desastre castellano en la Vega de Granada, los representantes de los concejos que integraban la Hermandad General de Andalucía se reunieron en Peñaflor[82]​ y decidieron tomar una serie de medidas preventivas de cara al vacío de poder y a los conflictos que se avecinaban, y acordaron admitir en la Hermandad a los nobles más destacados que tuvieran «intereses en la frontera» con Granada, como Pedro Ponce de León el Viejo y su pariente cordobés Juan Ponce de Cabrera.[83]​ Y en dicha reunión también acordaron controlar el uso que se daría a las rentas de la Corona, a fin de garantizar la defensa de las fronteras terrestre y marítima,[84]​ y que ninguno de los concejos de la Hermandad apoyaría a ninguno de los que aspiraban a ejercer la tutoría del rey, a menos que lo hicieran el resto de los mismos, y se dispusieron además una serie de medidas relativas al adelantado mayor de la frontera de Andalucía, cargo ocupado en esos momentos por Alfonso Fernández de Córdoba,[83]​ que debería guardar y defender los ordenamientos de dicha Hermandad.[82]

 
Retrato que se supone representa a Don Juan Manuel, nieto del rey Fernando III de Castilla. (Catedral de Murcia).

La muerte de los infantes Pedro y Juan supuso el ascenso al poder absoluto en la Corte castellana del infante Felipe de Castilla, hijo de la reina María de Molina y apoyado por esta, de Don Juan Manuel, nieto de Fernando III, y de Juan el Tuerto, hijo del infante Juan y nieto de Alfonso X,[85]​ ya que cada uno de ellos controlaba una determinada zona geográfica de Castilla e intentaban alcanzar un mayor protagonismo político[6]​ y ser nombrados tutores del rey Alfonso XI en sustitución de los infantes Pedro y Juan, a pesar de que en la Concordia de Palazuelos y en las Cortes de Burgos de 1315 quedó establecido que en caso de que alguno de los tres tutores muriese continuaría siéndolo aquel que quedase con vida,[86][87]​ lo que legalmente convertía a la reina María de Molina en la única tutora legítima de su nieto.[88]​ Y a causa de todo ello en Castilla comenzó un periodo de anarquía y de auténtica «guerra civil», como afirmó Manuel García Fernández, que también subrayó que Don Juan Manuel y Juan el Tuerto fueron apoyados por el rey Jaime II de Aragón.[89]

El día 23 de abril de 1320 el adelantado mayor de la frontera y los concejos de Sevilla, Córdoba, Carmona, Écija y Niebla, junto con algunos nobles como Pedro Ponce de León el Viejo y su abuela, María Alfonso Coronel, acordaron en Peñaflor una serie de medidas relativas a la defensa de la frontera con Granada.[90]​ Y todos ellos autorizaron a Pay Arias de Castro, alcalde mayor de Córdoba y alcaide del alcázar de dicha ciudad, para que negociase una acuerdo de paz con el rey de Granada, que todos los concejos de la Hermandad general andaluza se comprometieron a respetar y ratificar, y también acordaron que una vez alcanzada la paz solicitarían al papa que les concediera una bula de Cruzada y las tercias de los clérigos para defender la frontera por mar y tierra y las fortalezas conquistadas anteriormente por el infante Pedro.[91][k]

Y el día 18 de junio de 1320, casi un año después del desastre, los integrantes de la Hermandad General de Andalucía,[l]​ representados por Pay Arias de Castro, acordaron una tregua de ocho años en Baena con el rey Ismail I de Granada, a la que también se adhirieron más tarde el infante Felipe,[92]​ el reino de Murcia[m]​ y su adelantado mayor, Don Juan Manuel,[93]​ y el rey Jaime II de Aragón,[88]​ que se limitó a renovar la tregua que había acordado anteriormente con los granadinos.[85]​ Pero a propuesta de estos últimos Córdoba y su territorio quedaron excluidos de la tregua por haber reconocido a Don Juan Manuel como tutor del rey en contra de lo acordado anteriormente por los concejos de la Hermandad general andaluza, ya que todos ellos se comprometieron a no reconocer a ninguno que no hubiera sido designado por todos ellos de común acuerdo,[94][n]​ lo que provocó que poco después el infante Felipe fuese reconocido como tutor del rey en los reinos de Sevilla y Jaén como revancha hacia los cordobeses.[92]

Y en 1324, aprovechando la anarquía existente en Castilla[95]​ y en una campaña desarrollada rápidamente, Ismail I de Granada recuperó las localidades de Huéscar, Orce, Galera[96]​ y Baza, situada esta última cerca de Guadix,[97]​ y en 1325, un año después, conquistó y saqueó la villa de Martos empleando cañones.[98]

Notas editar

  1. También es conocido por otros nombres, como batalla de la Vega o batalla de la Vega de Granada.
  2. La mayoría de las fuentes señalan que el desastre tuvo lugar el día 25 de junio de 1319, y así consta en el Cronicón Cordubense de Fernando de Salmerón. Cfr. Lomax (1982), p. 631. Y Don Juan Manuel también consignó lo mismo en su Chronicon Domini loannis Emmanuelis, publicado en 1860 por Antonio Benavides Fernández de Navarrete en el tomo I de sus Memorias de Fernando IV de Castilla, donde consta que: «ERA M.CCC.LVII. obierunt Infantes Dns. Joannes, et Dns. Petrus in Vega Granatae in Juº». Cfr. Benavides (1860), p. 677.
  3. El prestigioso medievalista Manuel García Fernández señaló que este desastre fue muy conocido ya en su propio tiempo porque la conmoción fronteriza y militar fue enorme en toda Castilla y también en Aragón. Cfr. García Fernández (1998b), pp. 162-163.
  4. El infante Pedro, a cambio de la ayuda del pontífice, se comprometió con éste a combatir personalmente a los musulmanes durante tres años y a tener cierto número de caballeros y galeras durante todo el año y el doble en verano. Y también se estableció que en las tierras conquistadas el diezmo y la primicia corresponderían a la Iglesia y que en ellas no permanecería ningún musulmán a menos que se bautizara, que las mezquitas serían convertidas en iglesias, que de cada diez villas, ciudades o castillos conquistados uno correspondería a la Iglesia de Roma y quedaría exento de toda jurisdicción, y que el infante Pedro no alcanzaría treguas o acuerdos de paz con los musulmanes sin el consentimiento de la Iglesia romana. Cfr. Fernández Conde et al (1982), pp. 363-364.
  5. El autor de la Gran Crónica de Alfonso XI llegó a afirmar que la violación de la tregua que había acordado con el rey de Granada fue el único acto censurable cometido en su vida por el infante Pedro: «E en todos los fechos que fizo este ynfante don Pedro non fallan los omes que le rreptar sy non esto solo, en quebrantar las paces que avia puesto con el rrey de Granada e su verdad, e pasar la fe e fieldad que Dios estableçio entre los hombres en comunal mente. Et avn sospechan los omes que esta fue la ocasión por que este ynfante don Pedro fue muerto, segund adelante oyredes a do fuere su lugar». Cfr. Catalán (1977), p. 309.
  6. Hay constancia de que el día 19 de marzo de 1319 el infante Pedro se encontraba en Écija, ya que ese día confirmó a la Iglesia de Córdoba, en nombre del rey Alfonso XI, el privilegio que le habían otorgado los anteriores monarcas de que nadie pudiera morar a la fuerza en las casas de los canónigos, racioneros y clérigos. Y también está documentado que el día 3 de abril de 1319 dicho infante se hallaba en el municipio cordobés de Hornachuelos, ya que hallándose allí confirmó nuevamente a la Iglesia de Córdoba, y en nombre de Alfonso XI, el privilegio que les había confirmado pocos días antes en Écija. Cfr. García Fernández (1988), p. 13.
  7. Algunos cronistas musulmanes afirmaron que en las vísperas del desastre los cristianos acamparon en Pinos Puente, junto a Sierra Elvira, y que sus tropas se extendieron a lo largo del río Genil, pero otros afirmaron que los castellanos se instalaron primero a cuatro millas y luego a dos de la propia ciudad de Granada. Cfr. Al-Zahrani (2009), pp. 358-359.
  8. Los cronistas musulmanes no coinciden al señalar el número de musulmanes que combatieron en el desastre, pero Ahmad ibn Muhammad al-Maqqari afirmó que salieron de Granada para combatir a los castellanos unos 1500 caballeros y alrededor de 4000 soldados de infantería, aunque otros cronistas indicaron otras cifras. Cfr. Al-Zahrani (2009), pp. 359-360.
  9. Sin embargo, en la Crónica de Alfonso XI se dio una distinta versión de la muerte del infante Pedro, ya que en ella se consignó que, tras intentar éste acaudillar a sus tropas blandiendo su espada para que combatieran a sus enemigos, «á golpes se tollió todo el cuerpo (él mismo), et perdió la fabla, et cayó del caballo muerto en tierra». Cfr. Cerdá y Rico (1787), p. 39.
  10. Durante la exploración llevada a cabo en los sepulcros del monasterio de las Huelgas de Burgos en la década de 1940 se comprobó que el esqueleto del infante Pedro se conservaba en su sepulcro, y el historiador Manuel Gómez-Moreno señaló que las vicisitudes por las que pasaron los restos del infante hasta ser depositados allí explican en su opinión que no quedaran restos de ropa alguna. Cfr. Gómez Moreno (1946), pp. 34-35.
  11. Los integrantes de la Hermandad general de Andalucía también acordaron en Peñaflor en abril de 1320 solicitar a la reina María de Molina, a la que reconocían como única y verdadera tutora legítima de Alfonso XI, que vigilara estrechamente las rentas reales andaluzas a fin de que fueran destinadas a la defensa y abastecimiento de las plazas fronterizas, y también establecieron que las milicias concejiles de Córdoba y Sevilla colaborarían para defender la zona de la campiña durante la época de la recogida de los cereales. Cfr. García Fernández (1985), p. 364.
  12. En 1320 la Hermandad General de Andalucía aglutinaba no solamente a la mayoría de los concejos andaluces, sino también a los obispos y nobles de la región y a las órdenes militares. Cfr. García Fernández (1985), p. 354.
  13. Los representantes del reino de Murcia ya habían alcanzado un acuerdo de paz con los granadinos, valedero por dos años, el día 14 de junio de 1320. Cfr. García Fernández (1985), p. 366.
  14. Los concejos andaluces que suscribieron la paz de Baena de 1320, deseada por castellanos, andaluces y murcianos, se comprometieron a no reconocer como tutor del rey a cualquiera que atentase contra este acuerdo de paz o lo quebrantase. Cfr. García Fernández (1985), pp. 365-366.

Referencias editar

  1. Ballesteros Beretta, 1922, p. 138.
  2. Rivero, 1982, p. 234.
  3. Martínez Ortega, 2003, p. 223.
  4. VV.AA., 1950, p. 362.
  5. Ferrer i Mallol, 1998, p. 1445.
  6. Arranz Guzmán, 2012, p. 27.
  7. Ayala Martínez, 1999, p. 83.
  8. Al-Zahrani, 2009, pp. 356-358.
  9. VV.AA. y Giménez Soler, 1905, p. 36.
  10. Martínez Ortega, 2003, p. 224.
  11. Sánchez-Arcilla Bernal, 2008, p. 87.
  12. Manzano Rodríguez, 1993, p. 141.
  13. Al-Zahrani, 2009, pp. 353-372.
  14. VV.AA. y Giménez Soler, 1904, pp. 353-360.
  15. VV.AA. y Giménez Soler, 1905, pp. 24-36.
  16. Al-Zahrani, 2009, pp. 359-361.
  17. Sánchez-Arcilla Bernal, 2008, pp. 85-87.
  18. Marín y Zanón, 1992, p. 209.
  19. García Fernández, 1998a, p. 163.
  20. Fernández Conde et al, 1982, p. 359.
  21. Al-Zahrani, 2009, pp. 357-358.
  22. VV.AA. y Giménez Soler, 1905, pp. 35-36.
  23. Catalán, 1977, p. 309.
  24. Suárez Fernández, 1976, p. 245.
  25. Fernández Gallardo, 2010, p. 60.
  26. Sánchez-Arcilla Bernal, 2008, p. 85.
  27. VV.AA. y Giménez Soler, 1905, pp. 31-32.
  28. Catalán, 1977, pp. 310-311.
  29. Arias Guillén, 2007, p. 14.
  30. Al-Zahrani, 2009, p. 357.
  31. Cerdá y Rico, 1787, p. 37.
  32. Catalán, 1977, p. 312.
  33. Cerdá y Rico, 1787, p. 38.
  34. Nieto Cumplido, 1991, p. 183.
  35. Catalán, 1977, p. 314.
  36. Cerdá y Rico, 1787, p. 39.
  37. Al-Zahrani, 2009, pp. 358 y 363.
  38. Catalán, 1977, pp. 314-315.
  39. Cano Ávila, 1990, p. 65.
  40. Catalán, 1977, p. 315.
  41. Al-Zahrani, 2009, p. 359.
  42. VV.AA. y Giménez Soler, 1905, p. 33.
  43. Catalán, 1977, p. 318.
  44. Salazar y Acha, 2000, pp. 379 y 383.
  45. Mariana, 1855, p. 107.
  46. Vázquez Campos, 2006, p. 312.
  47. Catalán, 1977, p. 316.
  48. Ayala Martínez, 2000, p. 290.
  49. Catalán, 1977, pp. 316-317.
  50. Catalán, 1977, p. 317.
  51. Sánchez-Arcilla Bernal, 2008, p. 86.
  52. Sánchez-Arcilla Bernal, 2008, pp. 86-87.
  53. Suárez Fernández, 1976, pp. 245-246.
  54. Ladero Quesada, 1993, p. 347.
  55. Arsenal et al, 2006, p. 195.
  56. Cerdá y Rico, 1787, pp. 39-40.
  57. Cerdá y Rico, 1787, p. 40.
  58. Valverde y Perales, 2007, p. 66.
  59. Arco y Garay, 1954, p. 272.
  60. García Fernández, 1998b, p. 165.
  61. Gómez Moreno, 1946, p. 36.
  62. Al-Zahrani, 2009, p. 361.
  63. Ladero Quesada, 2000, p. 71.
  64. Cerdá y Rico, 1787, p. 41.
  65. Vaquero, 1988, p. 130.
  66. Yáñez y 1863, Estrofa 48.
  67. Catalán, 1977, pp. 317-318.
  68. Al-Zahrani, 2009, pp. 360 y 371-372.
  69. Al-Zahrani, 2009, pp. 358, 366 y 372.
  70. VV.AA. y Giménez Soler, 1905, p. 35.
  71. Cerdá y Rico, 1787, pp. 40-41.
  72. Vázquez Campos, 2006, p. 296.
  73. Valverde y Perales, 2007, pp. 66-67.
  74. Arco y Garay, 1954, p. 256.
  75. Urrea Fernández, 1998, p. 26.
  76. Sánchez-Arcilla Bernal, 2008, p. 89.
  77. Cerdá y Rico, 1787, p. 42.
  78. Vázquez Campos, 2006, p. 301.
  79. Fernández Gallardo, 2010, p. 51.
  80. García Fernández, 1985, pp. 360 y 363.
  81. Ayala Martínez, 2000, pp. 265 y 268.
  82. García Fernández, 1985, p. 361.
  83. Vázquez Campos, 2006, p. 294.
  84. García Fernández, 1985, p. 362.
  85. Suárez Fernández, 1976, p. 246.
  86. González Mínguez, 1992, pp. 44-45.
  87. Catalán, 1977, p. 294.
  88. Aguado Bleye, 1975, p. 711.
  89. García Fernández, 1991, pp. 155-156.
  90. García Fernández, 1985, pp. 363-364.
  91. García Fernández, 1985, p. 364.
  92. Catalán, 1977, p. 343.
  93. García Fernández, 1985, p. 365.
  94. García Fernández, 1998a, pp. 240-243.
  95. Fernández Conde et al, 1982, p. 364.
  96. Patxot y Ferrer, 1858, p. 201.
  97. O'Callaghan, 2011, pp. 148-149.
  98. O'Callaghan,, p. 149.

Bibliografía editar

  • Aguado Bleye, Pedro (1975). Cayetano Alcázar Molina, ed. Manual de Historia de España: Prehistoria. Edades antigua y media. Volumen 1 de Manual de historia de España (12.ª edición). Madrid: Espasa-Calpe. ISBN 8423948684. 
  • Al-Zahrani, Saleh (2009). «Revisiones y nuevos datos sobre la batalla de la Vega de Granada (719/1319) a través de las fuentes árabes». Miscelánea de estudios árabes y hebraicos. Sección Arabe-Islám (Granada: Universidad de Granada: Servicio de Publicaciones) (58): 353-372. ISSN 1696-5868. Consultado el 5 de marzo de 2014. 
  • Arco y Garay, Ricardo del (1954). Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Madrid: Instituto Jerónimo Zurita. CSIC. OCLC 11366237. 
  • Arias Guillén, Fernando (2007). «Los discursos de la guerra en la Gran Crónica de Alfonso XI». Miscelánea medieval murciana (Murcia: Universidad de Murcia: Área de historia medieval) (31): 9-21. ISSN 0210-4903. Consultado el 17 de marzo de 2014. 
  • Arranz Guzmán, Ana (2012). «Lorigas y báculos: la intervención militar del episcopado castellano en las batallas de Alfonso XI». Revista de historia militar (Madrid: Instituto de Historia y Cultura Militar) (118): 11-64. ISSN 0482-5748. Consultado el 8 de marzo de 2014. 
  • Arsenal, León; Sanchiz Álvarez de Toledo, Hipólito; Prado Mata, Fernando; (2006). Una historia de las sociedades secretas españolas (1.ª edición). Barcelona: Editorial Planeta. ISBN 84-08-06344-8. 
  • Ayala Martínez, Carlos de (1999). «Un cuestionario sobre una conspiración la crisis del Maestrazgo de Calatrava en 1311-1313». Aragón en la Edad Media (Zaragoza: Universidad de Zaragoza: Departamento de Historia Medieval, Ciencias y Técnicas Historiográficas y Estudios Árabes e Islámicos) (14-15): 73-90. ISSN 0213-2486. Consultado el 9 de marzo de 2014. 
  • —— (2000). «Órdenes militares y frontera en la Castilla del siglo XIV». En la España medieval (Madrid: Universidad Complutense: Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval) (23): 265-291. ISSN 0214-3038. Consultado el 10 de marzo de 2014. 
  • Ballesteros Beretta, Antonio (1922). Historia de España y su influencia en la historia universal. Volumen 3 (2.ª edición). Barcelona-Buenos Aires: Salvat. OCLC 11381853. 
  • Benavides, Antonio (1860). Memorias de Don Fernando IV de Castilla. Tomo I (1.ª edición). Madrid: Imprenta de Don José Rodríguez. OCLC 3852430. 
  • Cano Ávila, Pedro (1990). Alcalá la Real en los autores musulmanes. Colección Investigación (1.ª edición). Jaén: Diputación Provincial de Jaén. ISBN 8486843219. 
  • Catalán, Diego (1977). Cátedra Seminario Menéndez Pidal, ed. Gran Crónica de Alfonso XI. Tomo I (1.ª edición). Madrid: Editorial Gredos. ISBN 84-600-0796-0. 
  • Cerdá y Rico, Francisco (1787). Crónica de D. Alfonso el Onceno de este nombre (2.ª edición). Madrid: Imprenta de D. Antonio de Sancha. OCLC 3130234. 
  • Fernández Conde, Francisco Javier; Bango Torviso, Isidro; Faci Lacasta, Javier; Gonzálvez, Ramón; Linage Conde, Antonio; Mansilla Reoyo, Demetrio; Oliver, Antonio; (1982). Historia de la Iglesia en España (Tomo II-2.º) (1.ª edición). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos. ISBN 978-84-220-1033-3. 
  • Fernández Gallardo, Luis (2010). «Guerra santa y cruzada en el ciclo cronístico de Alfonso XI». En la España medieval (Madrid: Universidad Complutense: Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval) (33): 43-74. ISSN 0214-3038. Consultado el 17 de marzo de 2014. 
  • Ferrer i Mallol, María Teresa (1998). «Ramón de Cardona, militar y diplomático al servicio de cuatro reinos». Serie II, volumen 15. Revista da Faculdade de Letras. Historia (Oporto: Universidade do Porto) (2): 1433-1452. ISSN 0871-164X. Consultado el 9 de marzo de 2014. 
  • García Fernández, Manuel (1985). «La Hermandad General de Andalucía durante la minoría de Alfonso XI de Castilla, 1312-1325». Historia, instituciones, documentos (Sevilla: Universidad de Sevilla: Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas) (12): 311-376. ISSN 0210-7716. Consultado el 20 de marzo de 2010. 
  • —— (1988). «Regesto documental andaluz de Alfonso XI (1312-1350)». Historia, instituciones, documentos (Sevilla: Universidad de Sevilla: Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas) (15): 1-126. ISSN 0210-7716. Consultado el 15 de mayo de 2010. 
  • ——— (1991). «Jaime II y la minoría de Alfonso XI: sus relaciones con la sociedad política castellana (1312-1325)». Historia, instituciones, documentos (Sevilla: Universidad de Sevilla: Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas) (18): 143-182. ISSN 0210-7716. Consultado el 16 de octubre de 2011. 
  • ———— (1998a). «Tensiones nobiliarias y gobierno municipal en Córdoba durante la minoría de Alfonso XI (1312-1325)». Historia, instituciones, documentos (Sevilla: Universidad de Sevilla: Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Técnicas Historiográficas) (25): 235-248. ISSN 0210-7716. Consultado el 20 de marzo de 2010. 
  • ————— (1998b). «La infanta Doña María, monja de Sijena, y su política castellana durante la minoría de Alfonso XI (1312-1325)». Anuario de estudios medievales (Madrid: Editores Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC: Institución Milá y Fontanals. Departamento de Estudios Medievales) (28): 157-174. ISSN 0066-5061. 
  • Gómez Moreno, Manuel (1946). Instituto Diego Velázquez. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ed. El Panteón de las Huelgas Reales de Burgos. Madrid. OCLC 641865520. 
  • González Mínguez, César (1992). «Aproximación al estudio del "Movimiento Hernandino" en Castilla y León (Conclusión)». Medievalismo: Boletín de la Sociedad Española de Estudios Medievales (Madrid: Sociedad Española de Estudios Medievales) (2): 29-60. ISSN 1131-8155. Consultado el 4 de septiembre de 2013. 
  • Ladero Quesada, Miguel Ángel (1993). Miguel Ángel Ladero Quesada, ed. La incorporación de Granada a la Corona de Castilla. Actas del symposium conmemorativo del Quinto Centenario (Granada, 2 al 5 de diciembre de 1991) (1.ª edición). Granada: Diputación Provincial de Granada. ISBN 8478070559. 
  • —— (2000). «Portugueses en la frontera de Granada». En la España medieval (Madrid: Universidad Complutense: Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval) (23): 67-100. ISSN 0214-3038. Consultado el 10 de marzo de 2014. 
  • Lomax, Derek William (1982). «El Cronicón Cordubense de Fernando de Salmerón». En la España medieval (Ejemplar en memoria del profesor D. Salvador de Moxó) (Madrid: Universidad Complutense: Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval) (2): 595-642. ISSN 0214-3038. Consultado el 18 de abril de 2014. 
  • Manzano Rodríguez, Miguel Ángel (1993). «A propósito de la influencia de las crónicas árabes magrebíes en la historiografía sobre Alfonso XI». Studia historica. Historia medieval (Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca y Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea) (11): 141-156. ISSN 0213-2060. Consultado el 17 de marzo de 2014. 
  • Mariana, Juan de (1855). Imprenta y librería de Gaspar y Roig, editores, ed. Historia General de España. Volumen 1 (Reedición edición). Madrid. OCLC 8097245. 
  • Marín, Manuela; Zanón, Jesús; (1992). Manuela Marín y Jesús Zanón, ed. Estudios onomástico-biográficos de Al-Ándalus (Familias andalusíes). Volumen V (1.ª edición). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas e Instituto de cooperación con el Mundo Árabe. ISBN 8400072650. 
  • Martínez Ortega, Ricardo (2003). . Revista de filología de la Universidad de La Laguna (La Laguna: Universidad de La Laguna: Servicio de Publicaciones) (21): 219-238. ISSN 0212-4130. Archivado desde el original el 8 de marzo de 2014. Consultado el 5 de marzo de 2014. 
  • Mata Carriazo y Arroquia, Juan de (2002). Catalogación Universidad de Sevilla. Secretariado de Publicaciones, ed. En la frontera de Granada. Estudio preliminar de Manuel González Jiménez. Monachil: Editorial Universidad de Granada. Campus Universitario de Cartuja. ISBN 84-338-2842-8. 
  • Nieto Cumplido, Manuel (1991). Historia de la Iglesia en Córdoba: Reconquista y Restauración (1146-1326). Tomo II (1.ª edición). Córdoba: Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba. ISBN 8479590092. 
  • O'Callaghan, Joseph F. (2011). The Gibraltar Crusade: Castile and the Battle for the Strait. The Middle Ages Series and UPCC book collections on Project MUSE (1.ª edición). Philadelphia: University of Pennsylvania Press. ISBN 0812204638. 
  • Pascual Sarría, Francisco Luis (2003). . Revista de historia militar (Madrid: Instituto de Historia y Cultura Militar) (94): 205-250. ISSN 0482-5748. Archivado desde el original el 30 de junio de 2010. Consultado el 21 de septiembre de 2013. 
  • Patxot y Ferrer, Fernando (1858). Anales de España, desde sus orígenes hasta el tiempo presente, por Ortiz de la Vega. Tomo VII. Madrid: Librerías de Don José Cuesta. OCLC 645092879. 
  • Rivero, Isabel (1982). Compendio de historia medieval española. Volumen 14 de Colección colegio universitario (1.ª edición). Madrid: Ediciones Istmo. ISBN 84-7090-125-7. 
  • Salazar y Acha, Jaime de (2000). Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, ed. La casa del Rey de Castilla y León en la Edad Media. Colección Historia de la Sociedad Política, dirigida por Bartolomé Clavero Salvador (1.ª edición). Madrid: Rumagraf S.A. ISBN 978-84-259-1128-6. 
  • Sánchez-Arcilla Bernal, José (2008). Alfonso XI (1312-1350) (1.ª edición). Gijón: Ediciones Trea. ISBN 978-84-9704-330-4. 
  • Suárez Fernández, Luis (1976). . Tomo II (2.ª edición). Madrid: Ediciones Rialp. ISBN 84-321-1884-2. Archivado desde el original el 23 de marzo de 2014. Consultado el 22 de marzo de 2014. 
  • Urrea Fernández, Jesús (1998). La Catedral de Burgos (2.ª edición). León: Editorial Everest. ISBN 84-241-3777-9. 
  • Valle Curieses, Rafael del (2000). María de Molina: el soberano ejercicio de la concordia (1260-1321). Madrid: Alderabán. ISBN 84-95414-03-1. 
  • Valverde y Perales, Francisco (2007). Historia de la Villa de Baena. Valladolid: Editorial Maxtor. ISBN 84-9761-365-1. 
  • Vaquero, Mercedes (1988). «El Reinado de Alfonso XI en el "Libro de las bienandanzas e fortunas" de Lope García de Salazar». Cuadernos de Sección. Hizkuntza eta Literatura (Guipúzcoa: Eusko Ikaskuntza. Soc. de Estudios Vascos) (7): 119-131. ISSN 0212-3223. Consultado el 17 de marzo de 2014. 
  • Vázquez Campos, Braulio (2006). Los adelantados mayores de la frontera o Andalucía (Siglos XIII-XIV) (1.ª edición). Camas: Diputación de Sevilla. ISBN 84-7798-230-9. 
  • VV.AA.; Giménez Soler, Andrés; (1904). «La expedición a Granada de los Infantes D. Juan y D. Pedro en 1319 (1.ª parte)». Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Tomo XI (Julio a diciembre de 1904) (1.ª edición). Madrid: Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. pp. 353-360. OCLC 767815839. 
  • VV.AA.; Giménez Soler, Andrés; (1905). «La expedición a Granada de los Infantes D. Juan y D. Pedro en 1319 (2.ª parte)». Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Tomo XII (Enero a junio de 1905) (1.ª edición). Madrid: Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. pp. 24-36. OCLC 767815839. 
  • VV.AA. (1950). La comisión del homenaje, ed. Homenaje a don Luis de Hoyos Sáinz. Volumen II (1.ª edición). Madrid: Gráficas Varela. OCLC 630156919. 
  • Yáñez, Rodrigo (1863). Poema de Alfonso Onceno. Con noticias y observaciones de Florencio Janer. Madrid: Manuel Rivadeneyra. OCLC 3268697. 

Enlaces externos editar

  • El enterramiento del infante don Juan "el de Tarifa". Aljaranda: revista de estudios tarifeños.
  •   Datos: Q5803812

desastre, vega, granada, desastre, vega, granada, también, conocido, nombre, batalla, elvira, batalla, sierra, elvira, combate, librado, día, junio, 1319, localidad, granadina, pinos, puente, cerca, granada, entre, fuerzas, reino, castilla, reino, nazarí, gran. El desastre de la Vega de Granada 1 2 tambien conocido con el nombre de batalla de Elvira o batalla de Sierra Elvira a fue un combate librado el dia 25 de junio de 1319 3 en la localidad granadina de Pinos Puente cerca de Granada entre las fuerzas del reino de Castilla y las del reino nazari de Granada que resultaron vencedoras b Desastre de la Vega de GranadaBatalla del Estrecho ReconquistaParte de batalla del EstrechoMapa del reino de GranadaFecha25 de junio de 1319LugarPinos Puente Espana Espana ResultadoVictoria granadinaBeligerantesCorona de Castilla Cruzados europeos Reino de GranadaComandantesPedro de Castilla Juan de Castilla General Utman b Abi l Ula Ismail IBajasdesconocidas desconocidas editar datos en Wikidata La batalla supuso un desastre para el reino de Castilla la frontera con Granada quedo desprotegida c y en ella murieron en las cercanias del Cerro de los Infantes 4 los infantes Juan y Pedro de Castilla que eran los jefes del ejercito cristiano y los tutores del rey Alfonso XI durante su minoria de edad 5 junto con la reina Maria de Molina que quedo oficialmente como unica tutora hasta que fue acompanada en 1320 por el infante Felipe de Castilla su hijo y por don Juan Manuel nieto de Fernando III Ademas la mayoria de los historiadores basandose en los testimonios musulmanes y cristianos de la epoca afirman que los cristianos planeaban conquistar la ciudad de Granada 6 y finalizar de ese modo la Reconquista 7 8 y el historiador Andres Gimenez Soler afirmo respecto a las consecuencias del desastre que 9 Para Granada fue aquello un momento de sosiego y desahogo en su agonia para Castilla un incidente dolorosisimo pero sin importancia en la historia de la Reconquista Indice 1 Fuentes 2 Preparativos de la expedicion 1318 1319 3 El Desastre 25 de junio de 1319 4 Consecuencias 5 Notas 6 Referencias 7 Bibliografia 8 Enlaces externosFuentes editarLas principales fuentes cristianas que describieron detalladamente el desastre son la Cronica y la Gran Cronica de Alfonso XI y en menor medida el Poema de Alfonso Onceno 10 11 ya que son las tres obras fundamentales sobre el reinado de Alfonso XI 12 Y numerosos historiadores musulmanes mencionados en su mayor parte por Saleh Eazah al Zahrani en un articulo de 2009 sobre el desastre desde el punto de vista musulman tambien escribieron acerca del mismo 13 aunque la mayor parte de sus afirmaciones ya fueron desmentidas a principios del siglo XX por el historiador Andres Gimenez Soler que demostro la falsedad de muchas de las afirmaciones de los cronistas musulmanes 14 15 Un ejemplo de la falsedad de la mayoria de las afirmaciones de los cronistas musulmanes cuando hacen referencia a este desastre es que algunos de ellos consignaron que los infantes Pedro y Juan murieron a causa de las heridas recibidas en el 16 pero la mayoria de los medievalistas espanoles no dudan en afirmar actualmente basandose en las cronicas cristianas antes mencionadas y en otras pruebas 17 que ambos murieron ciertamente durante la batalla pero en ambos casos por causas naturales 5 10 Y a pesar de que ha transcurrido mas de un siglo desde su publicacion los articulos de Andres Gimenez Soler sobre este desastre que aparecieron entre 1904 y 1905 en la Revista de Archivos Bibliotecas y Museos siguen siendo frecuentemente mencionados por los medievalistas modernos cuando hacen referencia a esta batalla ya que el fue el primero en comparar los testimonios de cristianos y musulmanes 18 19 20 Algunos cronistas musulmanes consignaron que 25 reyes cristianos participaron en la expedicion junto con mas de 100 000 soldados y que mas de 50 000 de ellos murieron en el desastre junto con otras numerosisimas exageraciones y falsedades 21 pero Gimenez Soler basandose en diversos cronistas senalo que el numero de caballeros cristianos presentes en el desastre debia ascender a unos 9 000 22 Preparativos de la expedicion 1318 1319 editar nbsp Retrato imaginario del papa Juan XXII Cuando finalizaron las Cortes de Medina del Campo de 1318 los infantes Pedro y Juan y los hombres buenos de la tierra acordaron entrar a correr e talar la Vega de Granada y establecieron que las fuerzas a sus ordenes se reunirian para ello en la ciudad de Cordoba en el mes de junio de 1319 y segun consta en el capitulo XVIII de la Gran Cronica de Alfonso XI 23 Y durante el invierno de 1318 comenzaron a acumularse los pertrechos necesarios para la expedicion y se agilizaron los movimientos de tropas por parte de los castellanos 24 que segun consta en el Poema de Alfonso Onceno reunieron a muchas gentes de cruzada aunque el historiador Luis Fernandez Gallardo senalo que esa expresion posiblemente englobaba a todos los cristianos que tomaron parte en la campana ya que no es probable que todos ellos hubieran realizado las ceremonias propias del cruzado 25 El papa Juan XXII concedio el caracter de cruzada a peticion del infante Pedro a la expedicion contra el reino de Granada y tambien le concedio las tercias y las decimas de los diezmos que se recaudaran en Castilla a condicion de que no rubricase ningun acuerdo de paz con los musulmanes so pena de obidiencia e del amor de la Santa Eglesia 26 d Y el rey Jaime II de Aragon yerno del infante Pedro de Castilla tambien planeo hacer dos campanas sucesivas contra los musulmanes granadinos pero no conquistar ningun territorio sino devastar el de sus enemigos y causarles el mayor dano posible con un hipotetico ejercito de 32 000 hombres y aunque el papa le concedio las mismas prerrogativas que al infante Pedro respecto a la cruzada a Jaime II le parecieron insuficientes y se abstuvo de participar en la expedicion 27 Y debido a los acuerdos antes mencionados el infante Pedro se vio obligado a quebrantar la tregua que habia acordado con el rey Ismail I de Granada y a combatir contra el y se excuso ante el alegando que debia actuar asi por temor al pontifice y a la excomunion y le devolvio las parias que aquel le habia entregado Y en la Gran Cronica de Alfonso XI consta que el monarca granadino manifesto muy grand pesar por todo ello y que comunico lo siguiente al infante Pedro convirtiendo la guerra entre ambos en un autentico juicio de Dios 26 28 Yo moro so e el ynfante christiano yo quiero guardar la verdat que Dios establecio e el aver que yo di al ynfante non lo quiero tomar mas quiero guardar la carta de fieldat que el me dio por esta rrazon E el ynfante me tiene tuerto ca me corrio mis tierras e matome mis moros e sobre este mal que me fizo le di parias por que me dexase bevir en mis tierras en paz e agora quiere quebrantar la fe e la verdad que puso conmigo E yo pongo a Dios en el comedio que sea juez medianero e demuestre justicia e milagro sobre tal fecho por que todos los del mundo sepan que es fe e verdad La violacion de la tregua acordada con los granadinos por el infante Pedro fue tambien muy criticada por los propios castellanos e que posteriormente llegarian a afirmar al igual que el rey de Granada que el desastre fue un castigo divino por haberla quebrantado 29 aunque el infante Pedro manifesto que el non seria fijo del rrey don Sancho IV sy en pocos anos dandole Dios vida non fiziese que la Casa de Granada fuese torrnada a la Corona d Espana e que los fijos dalgo de Castilla labrasen todos e criasen E destas palabras que dixo el ynfante Don Pedro peso mucho a los castellanos Y los granadinos por su parte enviaron unos embajadores al sultan de Fez para que sus tropas les ayudaran en su lucha contra los castellanos pero aquel se disculpo ante ellos alegando que su hijo se habia rebelado contra el y que no podia ayudarles 30 y el celebre historiador musulman Ibn Jaldun afirmo que fueron precisamente las rebeliones del hijo del sultan de Fez contra su padre las que animaron a los castellanos a atacar el reino de Granada 30 El infante Pedro se dirigio poco despues a Toledo segun consta en la Cronica de Alfonso XI donde se reunieron con el los maestres de las ordenes militares de Santiago y Calatrava y el arzobispo de Toledo Gutierre Gomez de Toledo a los que ordeno que hicieran los preparativos necesarios y se dirigieran a la frontera con sus tropas para que se reunieran alli con el 31 Y poco despues dicho infante fue a la ciudad extremena de Trujillo y se reunio con el maestre de la Orden de Calatrava al cual entrego 3000 doblas de oro para que la Corona pudiera recuperar el castillo de Trujillo que habia sido anteriormente empenado por su hermano el difunto rey Fernando IV Y al mismo tiempo el infante ordeno al maestre de Calatrava que hiciera los preparativos necesarios y se preparara para reunirse con el en la frontera 32 nbsp Vista del castillo de Tiscar Posteriormente el infante Pedro se dirigio a la ciudad de Sevilla donde segun consta en la Gran Cronica de Alfonso XI mando fazer ay muchos picos e labro ay quatro yngenios que cumpliendo sus instrucciones fueron llevados a Cordoba 32 y despues pasando por los municipios de Ecija y Hornachuelos f llego a la ciudad jienense de Ubeda donde se reunio con los maestres de las ordenes de Santiago 33 Calatrava 7 y Alcantara y con los arzobispos de Toledo y de Sevilla 6 y hallandose alli con ellos el infante les comunico que tenia intencion de conquistar el castillo de Tiscar ya que era la mas fuerte cosa que tenian los Moros y se dirigio hacia alli con ellos y comenzo a asediarlo Y en la Cronica de Alfonso XI consta que dicha fortaleza acaudillada por Mahomad Handon se rindio tras varios dias de asedio y que sus 4500 habitantes la abandonaron y su seguridad quedo garantizada hasta que llegaron a Baza 33 El historiador Manuel Nieto Cumplido senalo que el obispo de Cordoba Fernando Gutierrez participo en la campana 34 y en la Gran Cronica de Alfonso XI consta que estando el infante Juan en Cordoba con los ricoshombres y los caballeros de los reinos de Castilla y Leon fue informado de que su sobrino el infante Pedro habia conquistado el castillo de Tiscar y dicha cronica senalo que el infante no se alegro de ello y que poco despues el y sus tropas dejaron Cordoba y fueron a Baena y que desde alli el infante Juan comunico a su sobrino Pedro que seguia en Tiscar que deseaba entrar a la Vega de Granada 35 Y aunque los que acompanaban al infante Pedro aconsejaron a este que conquistara tambien Biedma el infante se opuso y afirmo que irian a la Vega de Granada ya que ese era el proposito del infante Juan Y poco despues tras haber garantizado la defensa de Tiscar y la de otros castillos cercanos que habia conquistado fue con todas sus tropas a Jaen y posteriormente a Alcaudete segun consta en la Cronica de Alfonso XI 36 o a Canete de las Torres segun afirma la Gran Cronica donde se reunieron los infantes Juan y Pedro y sus ejercitos 35 y algunos cronistas musulmanes senalaron que trece grandes galeras cristianas llegaron en esos momentos al estrecho de Gibraltar y que se situaron entre Almeria y Algeciras ya que los cristianos planeaban conquistar esta ultima ciudad aunque ello no es mencionado en las fuentes cristianas 37 Y poco despues los dos infantes castellanos y sus tropas se dirigieron a la Vega de Granada e iban con ellos segun afirma la Gran Cronica de Alfonso XI grandes gentes de los rreynos de Castilla e de Leon e de Estremadura e de Galizia e del Andaluzia e gentes de allen los puertos de Aspa que vinieron en su ayuda por saluar sus almas 35 aunque en dicha obra tambien se afirma que las relaciones entre ambos infantes no eran amistosas 35 nbsp Vista del municipio de Illora cuya villa fue conquistada por los cristianos durante su avance hacia Granada aunque no su castillo Mas segund quenta la ystoria llenos yvan de poncona el vno con el otro ca pensauan e entendian cada vno dellos que qualquiera dellos que quedase a vida sin el otro seria senor de Castilla mas Dios que es padre e poderoso senor e desfazedor de todas las cosas no quiso que se cumpliese ninguna cosa de lo que ellos tenian propuesto en sus coracones Poco despues las tropas cristianas entraron en territorio musulman y pasaron por Alcala la Real donde permanecieron un dia y al siguiente llegaron a Moclin y penetraron en tierras de la actual provincia de Granada 26 Y un dia despues llegaron a Illora se apoderaron de la villa y de su arrabal y si se hubieran quedado otro dia segun afirma la Cronica de Alfonso XI tambien habrian tomado su castillo aunque el infante Pedro no quiso permanecer mas tiempo alli pues su voluntad era asediar Granada y tenerla cercada hasta que la ganasen o morir sobrello segun consta en la Gran Cronica del mismo rey 38 Tras dejar Illora los infantes castellanos y sus tropas con sus pendones tendidos pasaron por el Cerro de los Infantes y llegaron al municipio de Pinos Puente 39 Y al dia siguiente sabado 23 de junio y vispera de San Juan avanzaron un poco y llegaron a las cercanias de Albolote municipio situado al pie de Sierra Elvira y a 7 kilometros de Granada 39 donde permanecieron todo el dia 24 de junio que era domingo 40 g Y la Gran Cronica de Alfonso XI senalo que el infante Pedro deseaba avanzar mas y establecer el campamento cristiano junto a las puertas de Granada pero el infante Juan y la mayoria de los que iban con ellos se opusieron y no lo consintieron provocando con ello la colera del infante Pedro que se vio obligado a disimularla a fin de aver los coracones de las gentes para do le fuese menester 40 Y al dia siguiente lunes 25 de junio las tropas castellanas emprendieron la retirada y se dispusieron a regresar a Castilla yendo el infante Pedro en la vanguardia y el infante Juan en la retaguardia 36 Y algunos cronistas musulmanes afirmaron aunque ello no es recogido en las cronicas cristianas que la vispera del desastre un escuadron cristiano ataco una aldea musulmana y que el general arabe Ozmin les ataco y les obligo a huir hacia su campamento siendo ese el primer triunfo de los musulmanes hasta entonces 41 Gimenez Soler afirmo que tanto las cronicas musulmanas como las cristianas coincidieron en que el desastre se produjo el dia 24 de junio de 1319 42 pero la Cronica 36 y la Gran Cronica de Alfonso XI senalaron que tuvo lugar el dia 25 de junio 43 y basandose en estas ultimas la mayoria de los historiadores contemporaneos senalan que en ese dia tuvo lugar la batalla 44 3 El Desastre 25 de junio de 1319 editar nbsp Vista de Sierra Elvira El dia 25 de junio las tropas cristianas emprendieron la retirada hacia sus bases 45 y su retaguardia al mando del infante Juan fue atacada en el cerro de los Infantes por la caballeria del sultan granadino al mando del jeque Uthman b Abi l Ula 41 general de los defensores de la fe y conocido como Ozmin por los castellanos 46 que al tener noticia de la retirada los infantes habia salido de la ciudad de Granada por orden de su rey con unos cinco mil caballeros 47 y varios miles de soldados de infanteria para enfrentarse a los nueve mil caballeros y la numerosa infanteria que acompanaban a los infantes segun consta en la Gran Cronica de Alfonso XI 47 h Y la historiadora Maria Teresa Ferrer senalo en 1998 basandose en las obras de Gimenez Soler y de Jeronimo Zurita que las tropas castellanas se vieron obligadas ese dia a dispersarse para ir en busca de agua debido a la intensa sed que padecian por encontrarse en el mes de junio 5 y por ser un dia de intensisimo calor 24 por lo que cuando los musulmanes atacaron la retaguardia esta quedo aun mas desordenada 5 En un primer momento los ataques de los musulmanes se limitaron a intentar provocar al enemigo mediante pequenas escaramuzas mantenidas en la retaguardia de la columna cristiana 45 pero poco despues y a causa del calor el ejercito cristiano comenzo a mostrarse desalentado sediento y agotado y los granadinos atacaron con dureza en todos los flancos de la retaguardia cristiana que se vio asi en grandes dificultades Y en vista de la situacion el infante Juan solicito la ayuda de su sobrino Pedro que se encontraba al mando de la vanguardia y este ultimo acudio en su ayuda e intento ordenar a sus tropas para que atacasen a sus enemigos pero no pudo hacerlo ya que como senalo la Cronica de Alfonso XI et fueronle ese dia en aquella hora a tan mal mandados los suyos que les nunca pudo enderezar contra los Moros Y poco despues el infante Pedro ordeno a Juan Martinez Guerrero que llevaba su pendon que avanzase para enfrentarse a los musulmanes y ordeno eso mismo a los hijosdalgo que le acompanaban aunque ellos callaron todos e estauan oteando con malos ojos 47 pero un caballero cristiano llamado Juan Ponce de Cordoba salio de entre las filas cristianas y dijo a grandes voces a sus companeros Hijos dalgo de Castilla que rroedes el hueso e tracades el fierro vedes aqui los moros vayamos los ferir que mas vale morir por Dios muerte honrrada faziendo bien que biuir por sienpre vida deshonrrada a fin de animarles a combatir 48 pero poco despues un caballero musulman llego hasta donde se encontraba el infante Pedro y tras denostarle le dijo que de muerto o preso que no podie escapar y tras retar a los cristianos regreso a sus filas 47 Y el infante Pedro furioso contra sus enemigos intento lanzarse contra ellos gritando Sanctiago e Castilla para animar a los suyos pero los nobles Juan Alfonso de Haro y Diego Gomez de Castaneda se interpusieron en su camino y le dijeron que no consentirian que se lanzase al ataque ya que de ser necesario matarian su caballo 49 Y la Gran Cronica de Alfonso XI senalo que cuando el infante oyo eso pico espuelas a su caballo y ellos le trabaron las riendas y el saco su espada para herir al que lo detenia pero corto una de las riendas de su animal y este echo a correr y como el infante quiso sujetarlo la espada se le cayo de la mano y el animal se encabrito y el infante cayo contra el arcon detras ansi que la cabeca del ynfante cayo en las ancas del cauallo 50 Y en dicha Cronica tambien se consigno que el infante Pedro quedo muy malherido a causa de su caida perdio el conocimiento hasta el punto de que no sabia si era de noche ni de dia y comenzo a sangrar por la nariz y por la boca por lo que sus acompanantes le quitaron sus armas lo cubrieron con una capa de escarlata bermeja 50 y el murio poco despues a consecuencia del golpe recibido 51 aunque en opinion de la medievalista Maria Teresa Ferrer en su muerte pudieron influir otros factores como la fatiga el disgusto el calor y la sed que debieron provocarle una congestion cerebral o un infarto 5 i nbsp Vista del rio Genil donde perecieron ahogados numerosos soldados cristianos durante el desastre Las tropas del infante Pedro atemorizadas y cargadas de botin emprendieron la huida e intentaron cruzar el rio Genil pero el historiador Antonio Ballesteros Beretta senalo que muchos de los soldados cristianos se ahogaron al intentar cruzar un canal alimentado por dicho rio 1 y la muerte del infante Pedro solo fue conocida por unos pocos caballeros que iban con el segun consta en las cronicas cristianas 50 aunque el historiador Jose Sanchez Arcilla Bernal senalo que fue ocultada en un primer momento para que no cundiera el panico entre sus hombres en un momento tan delicado 51 Y cuando el infante Juan fue informado de la muerte de su sobrino mostro un gran pesar pero procuro disimularlo como cabdillo fijo de rrey y alento a sus tropas diciendoles que no temiesen nada pues con la ayuda de Dios podrian triunfar sin la ayuda del infante Pedro y les recordo tambien que el era el ynfante Don Joan y que no debian abandonarle en poder de los moros 50 aunque cuando este vio a sus hombres tan mal dirigidos y tan enbaracados fue tan grande el pesar que se adueno de el que sufrio una apoplejia y perdio el entendimiento y el habla y permanecio asi desde el mediodia hasta la hora de visperas 51 que non moria nin biuia 50 y murio al anochecer de ese mismo dia 52 La mayoria de los historiadores modernos coinciden en que la muerte del infante Juan se debio a una apoplejia 6 5 53 y en que los infantes Pedro y Juan murieron en el Cerro de los Infantes 54 que fue conocido desde entonces con ese nombre 4 55 Y Jeronimo Zurita sostuvo en los Anales de la Corona de Aragon que la muerte de ambos infantes fue debida a la deshidratacion causada entre otros factores por haber llevado supuestamente armaduras pesadas en un dia muy caluroso 5 Y cuando los musulmanes que sabian que el infante Pedro habia muerto y que el infante Juan se encontraba agonizando vieron a todos los cristianos reunidos y quietos y preparados para combatir se dirigieron al real de los cristianos y lo saquearon completamente matando o capturando al mismo tiempo a todos los que alli encontraron y despues se dirigieron a Granada con su botin lo que impidio que el desastre fuera aun mayor para los castellanos 52 Y en la Cronica de Alfonso XI consta que cuando los maestres de las ordenes militares el arzobispo de Toledo y los hombres del concejo de Cordoba que se encontraban en la vanguardia y a media legua de los infantes a los que esperaban supieron que el infante Pedro habia muerto tomaron tan grand desmayamiento que todos ellos se dieron a la fuga 56 A la caida de la tarde el infante Juan que aun no habia fallecido fue colocado sobre un caballo y el cadaver del infante Pedro atravesado sobre un mulo y los que les acompanaban abandonaron los pendones de los infantes y sin ser perseguidos por sus enemigos emprendieron el regreso a tierras castellanas 43 aunque al anochecer murio el infante Juan y su cadaver quedo perdido a causa de la oscuridad y de la rapidez de la huida en tierras granadinas 57 Y mientras tanto la vanguardia cristiana que llevaba consigo el cadaver del infante Pedro consiguio llegar a Priego de Cordoba desde donde sus restos fueron trasladados al municipio cordobes de Baena 58 y posteriormente pasando por Arjona 57 a la ciudad de Burgos donde recibio sepultura en el monasterio de las Huelgas de Burgos 43 59 aunque previamente los vasallos del infante avisaron a su esposa la infanta Maria de Aragon que habia acompanado hasta Andalucia a su marido y se encontraba en Cordoba a punto de dar a luz de la muerte de su marido pero a fin de que su salud no corriera peligro por causa de su estado no acompano el cadaver de su esposo hasta Burgos y poco despues en agosto de 1319 dio a luz en Alcocer a Blanca de Castilla hija postuma y unica del infante Pedro 60 que llegaria a ser abadesa del monasterio en el que fue enterrado su padre 59 61 La mayoria de los historiadores musulmanes senalaron que entre 50 000 y 80 000 cristianos murieron en el desastre que mas de 5000 fueron capturados 62 que los vencedores se apoderaron de 43 quintales de oro y 140 de plata y que la venta de los esclavos duro mas de seis meses pero Gimenez Soler demostro la falsedad y exageracion de muchas de esas afirmaciones aunque si admitio que el botin capturado debio ser cuantioso y que ello influyo decisivamente en la derrota castellana pues los cristianos intentaron a toda costa conservar los bienes de los que se habian apoderado 22 No obstante los historiadores musulmanes atribuyeron la victoria al impetuoso ataque del general Ozmin y de sus zenetes que sorprendieron a los cristianos y les hicieron huir y todos coinciden en que los cristianos no se defendieron y solo pensaron en huir y conservar su botin y que la muerte de los infantes Pedro y Juan hizo que cundiera el panico entre sus hombres 9 Y en el desastre tambien murieron los nobles portugueses Gutierre Diaz de Sandoval y Alfonso Martinez de Tejeira afincado este ultimo en Toledo 63 Y cuando la reina Maria de Molina que se encontraba en Toro con su nieto Alfonso XI fue informada de la muerte de su hijo el infante Pedro y de su cunado el infante Juan mostro muy grand pesar et muy grand quebranto por la muerte de su fijo y una gran inquietud por los males que sobrevendrian a Castilla por la muerte de ambos 64 e informo inmediatamente a las villas y ciudades del reino de lo sucedido y les recordo que segun lo establecido en la Concordia de Palazuelos y en las Cortes de Burgos de 1315 la tutoria del rey Alfonso XI le correspondia exclusivamente a ella y que cuando los infantes Pedro y Juan hubieran sido enterrados convocaria a los representantes del reino para decidir lo mas conveniente para este y para el rey 11 nbsp Vista de la Alhambra Ademas la muerte de los infantes Pedro y Juan causo una gran consternacion en todo el reino y muchos la interpretaron como un castigo divino por los pecados y malas intenciones de los infantes y por haber devastado las tierras musulmanas 65 y en el Poema de Alfonso Onceno se afirmo que Vencidos fueron cristianos con todo el su poder Dios ayudo a los paganos e les mostro tal placer 66 11 y en la Gran Cronica de Alfonso XI se consigno que 67 Razon perlongada e non he por que decir si non atanto que ya Dios tenia dada su sentencia contra los christianos e la rrueda de la ventura era ya vuelta de mala manera de guisa que sin contienda e sin pelea e sin feridas ningunas de christianos nin de moros e si fue por la voluntad de Dios o por los pecados de los christianos o por las malas yntenciones de los dichos infantes fueron amos a dos estos infantes muertos e ansi se entiende que fue milagro e justicia de Dios ca Dios en que es el poder todo cumplida mente nunca se pago si non de verdad e nunca fizo justicia sin merescimiento e por ende el supo que hizo e consintio Numerosos cronistas musulmanes afirmaron que los granadinos arrancaron la piel al cadaver del infante Pedro la rellenaron con algodon y la colgaron en la Puerta de Granada donde permanecio varios anos 68 y que la esposa o los hijos del infante Juan o Pedro segun diferentes versiones cayeron en poder de los musulmanes y los cristianos ofrecieron las plazas de Tarifa Gibraltar y 18 fortalezas mas a cambio de su liberacion sin que fueran aceptadas 69 pero Gimenez Soler demostro rotundamente la falsedad de esas afirmaciones 70 j nbsp Sepulcro del infante Juan de Castilla el de Tarifa Capilla mayor de la catedral de Burgos Tambien consta en la Cronica 71 y en la Gran Cronica de Alfonso XI que cuando el hijo del infante Juan Juan el Tuerto que se encontraba en Baena 43 es decir casi a medio camino entre Cordoba y Granada 72 fue informado de que su padre habia muerto y de que su cadaver habia quedado perdido en territorio enemigo lo busco por todas partes sin encontrarlo y que despues solicito al monarca granadino que ordenara que lo buscasen en sus tierras 57 Y cuando este ultimo lo encontro sin feridas ningunas 43 ordeno que lo llevaran a Granada y lo pusieran en un ataud cubierto con muy nobles panos de oro 73 colocando ademas candelas a su alrededor y ordenando que acudieran los cristianos cautivos y poco despues aviso a Juan el Tuerto de que el cadaver de su padre habia sido localizado y le comunico que sus hombres podian ir a recogerlo y que el se lo entregaria gustosamente ya que nunca habia recibido de el enojo ni pesar 43 Y los hombres de Juan el Tuerto fueron a buscar el cadaver y este fue escoltado por numerosos caballeros musulmanes hasta que llego a territorio castellano y despues pasando por Cordoba y Toledo fue llevado por su hijo a Burgos 72 pues su padre habia dispuesto en su ultimo testamento que otorgo el dia 21 de enero de 1319 que su cadaver recibiera sepultura en la catedral de Burgos 74 donde aun se conserva su sepulcro en la actualidad 75 Y poco antes de que el infante Juan fuera enterrado en la catedral burgalesa su viuda Maria Diaz de Haro solicito a la reina Maria de Molina que confirmara a Juan el Tuerto la posesion de todas las tierras que pertenecieron a su padre el infante Juan y que le diese el adelantamiento mayor de la frontera 500 000 maravedis de soldada y una llave del sello del rey 76 y la reina accedio a todas las demandas pero se nego a entregarle la llave del sello real hasta que los representantes del reino no se hubieran reunido 77 ya que deseaba contar con apoyos para hacer frente a Don Juan Manuel que ya habia comenzado a maniobrar para conseguir la tutoria unipersonal del rey 72 a la que tambien aspiraba Juan el Tuerto 76 Consecuencias editar nbsp Sepulcro de la reina Maria de Molina Monasterio de las Huelgas Reales de Valladolid La derrota castellana en esta batalla y la muerte de los infantes Pedro y Juan alteraron el rumbo de los acontecimientos en el sur de la peninsula iberica y en el reino de Castilla durante varios anos hasta que Alfonso XI alcanzo la mayoria de edad 6 que fue confirmada en las Cortes de Valladolid de 1325 78 Y diversos historiadores senalaron que el interes de este monarca por guerrear contra el reino de Granada pudo estar motivado en parte por el deseo de vengar las muertes de sus parientes los infantes Pedro y Juan 79 Las tierras andaluzas quedaron indefensas tras el desastre ante los ataques del rey Ismail I de Granada cuya victoria en esta batalla considerada como un gran triunfo para el Islam contribuyo a elevar su moral y la de los granadinos que a partir de entonces podrian raziar a lo largo de la indefensa frontera castellana 80 Y todo ello provoco tambien recelos en el extranjero pues en una carta enviada por el papa Juan XXII al maestre de la Orden de Calatrava en agosto de 1319 en la que se aludia a las muertes de los infantes Juan y Pedro el pontifice exhortaba a los caballeros calatravos y a su maestre a que continuaran defendiendo firmemente a la Cristiandad desde la frontera con el reino de Granada 7 81 El dia 26 de agosto de 1319 dos meses despues del desastre castellano en la Vega de Granada los representantes de los concejos que integraban la Hermandad General de Andalucia se reunieron en Penaflor 82 y decidieron tomar una serie de medidas preventivas de cara al vacio de poder y a los conflictos que se avecinaban y acordaron admitir en la Hermandad a los nobles mas destacados que tuvieran intereses en la frontera con Granada como Pedro Ponce de Leon el Viejo y su pariente cordobes Juan Ponce de Cabrera 83 Y en dicha reunion tambien acordaron controlar el uso que se daria a las rentas de la Corona a fin de garantizar la defensa de las fronteras terrestre y maritima 84 y que ninguno de los concejos de la Hermandad apoyaria a ninguno de los que aspiraban a ejercer la tutoria del rey a menos que lo hicieran el resto de los mismos y se dispusieron ademas una serie de medidas relativas al adelantado mayor de la frontera de Andalucia cargo ocupado en esos momentos por Alfonso Fernandez de Cordoba 83 que deberia guardar y defender los ordenamientos de dicha Hermandad 82 nbsp Retrato que se supone representa a Don Juan Manuel nieto del rey Fernando III de Castilla Catedral de Murcia La muerte de los infantes Pedro y Juan supuso el ascenso al poder absoluto en la Corte castellana del infante Felipe de Castilla hijo de la reina Maria de Molina y apoyado por esta de Don Juan Manuel nieto de Fernando III y de Juan el Tuerto hijo del infante Juan y nieto de Alfonso X 85 ya que cada uno de ellos controlaba una determinada zona geografica de Castilla e intentaban alcanzar un mayor protagonismo politico 6 y ser nombrados tutores del rey Alfonso XI en sustitucion de los infantes Pedro y Juan a pesar de que en la Concordia de Palazuelos y en las Cortes de Burgos de 1315 quedo establecido que en caso de que alguno de los tres tutores muriese continuaria siendolo aquel que quedase con vida 86 87 lo que legalmente convertia a la reina Maria de Molina en la unica tutora legitima de su nieto 88 Y a causa de todo ello en Castilla comenzo un periodo de anarquia y de autentica guerra civil como afirmo Manuel Garcia Fernandez que tambien subrayo que Don Juan Manuel y Juan el Tuerto fueron apoyados por el rey Jaime II de Aragon 89 El dia 23 de abril de 1320 el adelantado mayor de la frontera y los concejos de Sevilla Cordoba Carmona Ecija y Niebla junto con algunos nobles como Pedro Ponce de Leon el Viejo y su abuela Maria Alfonso Coronel acordaron en Penaflor una serie de medidas relativas a la defensa de la frontera con Granada 90 Y todos ellos autorizaron a Pay Arias de Castro alcalde mayor de Cordoba y alcaide del alcazar de dicha ciudad para que negociase una acuerdo de paz con el rey de Granada que todos los concejos de la Hermandad general andaluza se comprometieron a respetar y ratificar y tambien acordaron que una vez alcanzada la paz solicitarian al papa que les concediera una bula de Cruzada y las tercias de los clerigos para defender la frontera por mar y tierra y las fortalezas conquistadas anteriormente por el infante Pedro 91 k Y el dia 18 de junio de 1320 casi un ano despues del desastre los integrantes de la Hermandad General de Andalucia l representados por Pay Arias de Castro acordaron una tregua de ocho anos en Baena con el rey Ismail I de Granada a la que tambien se adhirieron mas tarde el infante Felipe 92 el reino de Murcia m y su adelantado mayor Don Juan Manuel 93 y el rey Jaime II de Aragon 88 que se limito a renovar la tregua que habia acordado anteriormente con los granadinos 85 Pero a propuesta de estos ultimos Cordoba y su territorio quedaron excluidos de la tregua por haber reconocido a Don Juan Manuel como tutor del rey en contra de lo acordado anteriormente por los concejos de la Hermandad general andaluza ya que todos ellos se comprometieron a no reconocer a ninguno que no hubiera sido designado por todos ellos de comun acuerdo 94 n lo que provoco que poco despues el infante Felipe fuese reconocido como tutor del rey en los reinos de Sevilla y Jaen como revancha hacia los cordobeses 92 Y en 1324 aprovechando la anarquia existente en Castilla 95 y en una campana desarrollada rapidamente Ismail I de Granada recupero las localidades de Huescar Orce Galera 96 y Baza situada esta ultima cerca de Guadix 97 y en 1325 un ano despues conquisto y saqueo la villa de Martos empleando canones 98 Notas editar Tambien es conocido por otros nombres como batalla de la Vega o batalla de la Vega de Granada La mayoria de las fuentes senalan que el desastre tuvo lugar el dia 25 de junio de 1319 y asi consta en el Cronicon Cordubense de Fernando de Salmeron Cfr Lomax 1982 p 631 Y Don Juan Manuel tambien consigno lo mismo en su Chronicon Domini loannis Emmanuelis publicado en 1860 por Antonio Benavides Fernandez de Navarrete en el tomo I de sus Memorias de Fernando IV de Castilla donde consta que ERA M CCC LVII obierunt Infantes Dns Joannes et Dns Petrus in Vega Granatae in Juº Cfr Benavides 1860 p 677 El prestigioso medievalista Manuel Garcia Fernandez senalo que este desastre fue muy conocido ya en su propio tiempo porque la conmocion fronteriza y militar fue enorme en toda Castilla y tambien en Aragon Cfr Garcia Fernandez 1998b pp 162 163 El infante Pedro a cambio de la ayuda del pontifice se comprometio con este a combatir personalmente a los musulmanes durante tres anos y a tener cierto numero de caballeros y galeras durante todo el ano y el doble en verano Y tambien se establecio que en las tierras conquistadas el diezmo y la primicia corresponderian a la Iglesia y que en ellas no permaneceria ningun musulman a menos que se bautizara que las mezquitas serian convertidas en iglesias que de cada diez villas ciudades o castillos conquistados uno corresponderia a la Iglesia de Roma y quedaria exento de toda jurisdiccion y que el infante Pedro no alcanzaria treguas o acuerdos de paz con los musulmanes sin el consentimiento de la Iglesia romana Cfr Fernandez Conde et al 1982 pp 363 364 El autor de la Gran Cronica de Alfonso XI llego a afirmar que la violacion de la tregua que habia acordado con el rey de Granada fue el unico acto censurable cometido en su vida por el infante Pedro E en todos los fechos que fizo este ynfante don Pedro non fallan los omes que le rreptar sy non esto solo en quebrantar las paces que avia puesto con el rrey de Granada e su verdad e pasar la fe e fieldad que Dios establecio entre los hombres en comunal mente Et avn sospechan los omes que esta fue la ocasion por que este ynfante don Pedro fue muerto segund adelante oyredes a do fuere su lugar Cfr Catalan 1977 p 309 Hay constancia de que el dia 19 de marzo de 1319 el infante Pedro se encontraba en Ecija ya que ese dia confirmo a la Iglesia de Cordoba en nombre del rey Alfonso XI el privilegio que le habian otorgado los anteriores monarcas de que nadie pudiera morar a la fuerza en las casas de los canonigos racioneros y clerigos Y tambien esta documentado que el dia 3 de abril de 1319 dicho infante se hallaba en el municipio cordobes de Hornachuelos ya que hallandose alli confirmo nuevamente a la Iglesia de Cordoba y en nombre de Alfonso XI el privilegio que les habia confirmado pocos dias antes en Ecija Cfr Garcia Fernandez 1988 p 13 Algunos cronistas musulmanes afirmaron que en las visperas del desastre los cristianos acamparon en Pinos Puente junto a Sierra Elvira y que sus tropas se extendieron a lo largo del rio Genil pero otros afirmaron que los castellanos se instalaron primero a cuatro millas y luego a dos de la propia ciudad de Granada Cfr Al Zahrani 2009 pp 358 359 Los cronistas musulmanes no coinciden al senalar el numero de musulmanes que combatieron en el desastre pero Ahmad ibn Muhammad al Maqqari afirmo que salieron de Granada para combatir a los castellanos unos 1500 caballeros y alrededor de 4000 soldados de infanteria aunque otros cronistas indicaron otras cifras Cfr Al Zahrani 2009 pp 359 360 Sin embargo en la Cronica de Alfonso XI se dio una distinta version de la muerte del infante Pedro ya que en ella se consigno que tras intentar este acaudillar a sus tropas blandiendo su espada para que combatieran a sus enemigos a golpes se tollio todo el cuerpo el mismo et perdio la fabla et cayo del caballo muerto en tierra Cfr Cerda y Rico 1787 p 39 Durante la exploracion llevada a cabo en los sepulcros del monasterio de las Huelgas de Burgos en la decada de 1940 se comprobo que el esqueleto del infante Pedro se conservaba en su sepulcro y el historiador Manuel Gomez Moreno senalo que las vicisitudes por las que pasaron los restos del infante hasta ser depositados alli explican en su opinion que no quedaran restos de ropa alguna Cfr Gomez Moreno 1946 pp 34 35 Los integrantes de la Hermandad general de Andalucia tambien acordaron en Penaflor en abril de 1320 solicitar a la reina Maria de Molina a la que reconocian como unica y verdadera tutora legitima de Alfonso XI que vigilara estrechamente las rentas reales andaluzas a fin de que fueran destinadas a la defensa y abastecimiento de las plazas fronterizas y tambien establecieron que las milicias concejiles de Cordoba y Sevilla colaborarian para defender la zona de la campina durante la epoca de la recogida de los cereales Cfr Garcia Fernandez 1985 p 364 En 1320 la Hermandad General de Andalucia aglutinaba no solamente a la mayoria de los concejos andaluces sino tambien a los obispos y nobles de la region y a las ordenes militares Cfr Garcia Fernandez 1985 p 354 Los representantes del reino de Murcia ya habian alcanzado un acuerdo de paz con los granadinos valedero por dos anos el dia 14 de junio de 1320 Cfr Garcia Fernandez 1985 p 366 Los concejos andaluces que suscribieron la paz de Baena de 1320 deseada por castellanos andaluces y murcianos se comprometieron a no reconocer como tutor del rey a cualquiera que atentase contra este acuerdo de paz o lo quebrantase Cfr Garcia Fernandez 1985 pp 365 366 Referencias editar a b Ballesteros Beretta 1922 p 138 Rivero 1982 p 234 a b Martinez Ortega 2003 p 223 a b VV AA 1950 p 362 a b c d e f g Ferrer i Mallol 1998 p 1445 a b c d e Arranz Guzman 2012 p 27 a b c Ayala Martinez 1999 p 83 Al Zahrani 2009 pp 356 358 a b VV AA y Gimenez Soler 1905 p 36 a b Martinez Ortega 2003 p 224 a b c Sanchez Arcilla Bernal 2008 p 87 Manzano Rodriguez 1993 p 141 Al Zahrani 2009 pp 353 372 VV AA y Gimenez Soler 1904 pp 353 360 VV AA y Gimenez Soler 1905 pp 24 36 Al Zahrani 2009 pp 359 361 Sanchez Arcilla Bernal 2008 pp 85 87 Marin y Zanon 1992 p 209 Garcia Fernandez 1998a p 163 Fernandez Conde et al 1982 p 359 Al Zahrani 2009 pp 357 358 a b VV AA y Gimenez Soler 1905 pp 35 36 Catalan 1977 p 309 a b Suarez Fernandez 1976 p 245 Fernandez Gallardo 2010 p 60 a b c Sanchez Arcilla Bernal 2008 p 85 VV AA y Gimenez Soler 1905 pp 31 32 Catalan 1977 pp 310 311 Arias Guillen 2007 p 14 a b Al Zahrani 2009 p 357 Cerda y Rico 1787 p 37 a b Catalan 1977 p 312 a b Cerda y Rico 1787 p 38 Nieto Cumplido 1991 p 183 a b c d Catalan 1977 p 314 a b c Cerda y Rico 1787 p 39 Al Zahrani 2009 pp 358 y 363 Catalan 1977 pp 314 315 a b Cano Avila 1990 p 65 a b Catalan 1977 p 315 a b Al Zahrani 2009 p 359 VV AA y Gimenez Soler 1905 p 33 a b c d e f Catalan 1977 p 318 Salazar y Acha 2000 pp 379 y 383 a b Mariana 1855 p 107 Vazquez Campos 2006 p 312 a b c d Catalan 1977 p 316 Ayala Martinez 2000 p 290 Catalan 1977 pp 316 317 a b c d e Catalan 1977 p 317 a b c Sanchez Arcilla Bernal 2008 p 86 a b Sanchez Arcilla Bernal 2008 pp 86 87 Suarez Fernandez 1976 pp 245 246 Ladero Quesada 1993 p 347 Arsenal et al 2006 p 195 Cerda y Rico 1787 pp 39 40 a b c Cerda y Rico 1787 p 40 Valverde y Perales 2007 p 66 a b Arco y Garay 1954 p 272 Garcia Fernandez 1998b p 165 Gomez Moreno 1946 p 36 Al Zahrani 2009 p 361 Ladero Quesada 2000 p 71 Cerda y Rico 1787 p 41 Vaquero 1988 p 130 Yanez y 1863 Estrofa 48 Catalan 1977 pp 317 318 Al Zahrani 2009 pp 360 y 371 372 Al Zahrani 2009 pp 358 366 y 372 VV AA y Gimenez Soler 1905 p 35 Cerda y Rico 1787 pp 40 41 a b c Vazquez Campos 2006 p 296 Valverde y Perales 2007 pp 66 67 Arco y Garay 1954 p 256 Urrea Fernandez 1998 p 26 a b Sanchez Arcilla Bernal 2008 p 89 Cerda y Rico 1787 p 42 Vazquez Campos 2006 p 301 Fernandez Gallardo 2010 p 51 Garcia Fernandez 1985 pp 360 y 363 Ayala Martinez 2000 pp 265 y 268 a b Garcia Fernandez 1985 p 361 a b Vazquez Campos 2006 p 294 Garcia Fernandez 1985 p 362 a b Suarez Fernandez 1976 p 246 Gonzalez Minguez 1992 pp 44 45 Catalan 1977 p 294 a b Aguado Bleye 1975 p 711 Garcia Fernandez 1991 pp 155 156 Garcia Fernandez 1985 pp 363 364 Garcia Fernandez 1985 p 364 a b Catalan 1977 p 343 Garcia Fernandez 1985 p 365 Garcia Fernandez 1998a pp 240 243 Fernandez Conde et al 1982 p 364 Patxot y Ferrer 1858 p 201 O Callaghan 2011 pp 148 149 O Callaghan p 149 Bibliografia editarAguado Bleye Pedro 1975 Cayetano Alcazar Molina ed Manual de Historia de Espana Prehistoria Edades antigua y media Volumen 1 de Manual de historia de Espana 12 ª edicion Madrid Espasa Calpe ISBN 8423948684 Al Zahrani Saleh 2009 Revisiones y nuevos datos sobre la batalla de la Vega de Granada 719 1319 a traves de las fuentes arabes Miscelanea de estudios arabes y hebraicos Seccion Arabe Islam Granada Universidad de Granada Servicio de Publicaciones 58 353 372 ISSN 1696 5868 Consultado el 5 de marzo de 2014 Arco y Garay Ricardo del 1954 Sepulcros de la Casa Real de Castilla Madrid Instituto Jeronimo Zurita CSIC OCLC 11366237 Arias Guillen Fernando 2007 Los discursos de la guerra en la Gran Cronica de Alfonso XI Miscelanea medieval murciana Murcia Universidad de Murcia Area de historia medieval 31 9 21 ISSN 0210 4903 Consultado el 17 de marzo de 2014 Arranz Guzman Ana 2012 Lorigas y baculos la intervencion militar del episcopado castellano en las batallas de Alfonso XI Revista de historia militar Madrid Instituto de Historia y Cultura Militar 118 11 64 ISSN 0482 5748 Consultado el 8 de marzo de 2014 Arsenal Leon Sanchiz Alvarez de Toledo Hipolito Prado Mata Fernando 2006 Una historia de las sociedades secretas espanolas 1 ª edicion Barcelona Editorial Planeta ISBN 84 08 06344 8 La referencia utiliza el parametro obsoleto coautores ayuda Ayala Martinez Carlos de 1999 Un cuestionario sobre una conspiracion la crisis del Maestrazgo de Calatrava en 1311 1313 Aragon en la Edad Media Zaragoza Universidad de Zaragoza Departamento de Historia Medieval Ciencias y Tecnicas Historiograficas y Estudios Arabes e Islamicos 14 15 73 90 ISSN 0213 2486 Consultado el 9 de marzo de 2014 2000 ordenes militares y frontera en la Castilla del siglo XIV En la Espana medieval Madrid Universidad Complutense Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval 23 265 291 ISSN 0214 3038 Consultado el 10 de marzo de 2014 Ballesteros Beretta Antonio 1922 Historia de Espana y su influencia en la historia universal Volumen 3 2 ª edicion Barcelona Buenos Aires Salvat OCLC 11381853 Benavides Antonio 1860 Memorias de Don Fernando IV de Castilla Tomo I 1 ª edicion Madrid Imprenta de Don Jose Rodriguez OCLC 3852430 Cano Avila Pedro 1990 Alcala la Real en los autores musulmanes Coleccion Investigacion 1 ª edicion Jaen Diputacion Provincial de Jaen ISBN 8486843219 Catalan Diego 1977 Catedra Seminario Menendez Pidal ed Gran Cronica de Alfonso XI Tomo I 1 ª edicion Madrid Editorial Gredos ISBN 84 600 0796 0 Cerda y Rico Francisco 1787 Cronica de D Alfonso el Onceno de este nombre 2 ª edicion Madrid Imprenta de D Antonio de Sancha OCLC 3130234 Fernandez Conde Francisco Javier Bango Torviso Isidro Faci Lacasta Javier Gonzalvez Ramon Linage Conde Antonio Mansilla Reoyo Demetrio Oliver Antonio 1982 Historia de la Iglesia en Espana Tomo II 2 º 1 ª edicion Madrid Biblioteca de Autores Cristianos ISBN 978 84 220 1033 3 La referencia utiliza el parametro obsoleto coautores ayuda Fernandez Gallardo Luis 2010 Guerra santa y cruzada en el ciclo cronistico de Alfonso XI En la Espana medieval Madrid Universidad Complutense Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval 33 43 74 ISSN 0214 3038 Consultado el 17 de marzo de 2014 Ferrer i Mallol Maria Teresa 1998 Ramon de Cardona militar y diplomatico al servicio de cuatro reinos Serie II volumen 15 Revista da Faculdade de Letras Historia Oporto Universidade do Porto 2 1433 1452 ISSN 0871 164X Consultado el 9 de marzo de 2014 Garcia Fernandez Manuel 1985 La Hermandad General de Andalucia durante la minoria de Alfonso XI de Castilla 1312 1325 Historia instituciones documentos Sevilla Universidad de Sevilla Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Tecnicas Historiograficas 12 311 376 ISSN 0210 7716 Consultado el 20 de marzo de 2010 1988 Regesto documental andaluz de Alfonso XI 1312 1350 Historia instituciones documentos Sevilla Universidad de Sevilla Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Tecnicas Historiograficas 15 1 126 ISSN 0210 7716 Consultado el 15 de mayo de 2010 1991 Jaime II y la minoria de Alfonso XI sus relaciones con la sociedad politica castellana 1312 1325 Historia instituciones documentos Sevilla Universidad de Sevilla Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Tecnicas Historiograficas 18 143 182 ISSN 0210 7716 Consultado el 16 de octubre de 2011 1998a Tensiones nobiliarias y gobierno municipal en Cordoba durante la minoria de Alfonso XI 1312 1325 Historia instituciones documentos Sevilla Universidad de Sevilla Departamento de Historia Medieval y Ciencias y Tecnicas Historiograficas 25 235 248 ISSN 0210 7716 Consultado el 20 de marzo de 2010 1998b La infanta Dona Maria monja de Sijena y su politica castellana durante la minoria de Alfonso XI 1312 1325 Anuario de estudios medievales Madrid Editores Consejo Superior de Investigaciones Cientificas CSIC Institucion Mila y Fontanals Departamento de Estudios Medievales 28 157 174 ISSN 0066 5061 Gomez Moreno Manuel 1946 Instituto Diego Velazquez Consejo Superior de Investigaciones Cientificas ed El Panteon de las Huelgas Reales de Burgos Madrid OCLC 641865520 Gonzalez Minguez Cesar 1992 Aproximacion al estudio del Movimiento Hernandino en Castilla y Leon Conclusion Medievalismo Boletin de la Sociedad Espanola de Estudios Medievales Madrid Sociedad Espanola de Estudios Medievales 2 29 60 ISSN 1131 8155 Consultado el 4 de septiembre de 2013 Ladero Quesada Miguel Angel 1993 Miguel Angel Ladero Quesada ed La incorporacion de Granada a la Corona de Castilla Actas del symposium conmemorativo del Quinto Centenario Granada 2 al 5 de diciembre de 1991 1 ª edicion Granada Diputacion Provincial de Granada ISBN 8478070559 2000 Portugueses en la frontera de Granada En la Espana medieval Madrid Universidad Complutense Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval 23 67 100 ISSN 0214 3038 Consultado el 10 de marzo de 2014 Lomax Derek William 1982 El Cronicon Cordubense de Fernando de Salmeron En la Espana medieval Ejemplar en memoria del profesor D Salvador de Moxo Madrid Universidad Complutense Servicio de Publicaciones y Departamento de Historia Medieval 2 595 642 ISSN 0214 3038 Consultado el 18 de abril de 2014 Manzano Rodriguez Miguel Angel 1993 A proposito de la influencia de las cronicas arabes magrebies en la historiografia sobre Alfonso XI Studia historica Historia medieval Salamanca Ediciones Universidad de Salamanca y Departamento de Historia Medieval Moderna y Contemporanea 11 141 156 ISSN 0213 2060 Consultado el 17 de marzo de 2014 Mariana Juan de 1855 Imprenta y libreria de Gaspar y Roig editores ed Historia General de Espana Volumen 1 Reedicion edicion Madrid OCLC 8097245 Marin Manuela Zanon Jesus 1992 Manuela Marin y Jesus Zanon ed Estudios onomastico biograficos de Al Andalus Familias andalusies Volumen V 1 ª edicion Madrid Consejo Superior de Investigaciones Cientificas e Instituto de cooperacion con el Mundo Arabe ISBN 8400072650 La referencia utiliza el parametro obsoleto coautores ayuda Martinez Ortega Ricardo 2003 Epigrafia medieval tres inscripciones de San Andres de Arroyo y el rey Alfonso Onceno 1312 1350 Revista de filologia de la Universidad de La Laguna La Laguna Universidad de La Laguna Servicio de Publicaciones 21 219 238 ISSN 0212 4130 Archivado desde el original el 8 de marzo de 2014 Consultado el 5 de marzo de 2014 Mata Carriazo y Arroquia Juan de 2002 Catalogacion Universidad de Sevilla Secretariado de Publicaciones ed En la frontera de Granada Estudio preliminar de Manuel Gonzalez Jimenez Monachil Editorial Universidad de Granada Campus Universitario de Cartuja ISBN 84 338 2842 8 Nieto Cumplido Manuel 1991 Historia de la Iglesia en Cordoba Reconquista y Restauracion 1146 1326 Tomo II 1 ª edicion Cordoba Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Cordoba ISBN 8479590092 O Callaghan Joseph F 2011 The Gibraltar Crusade Castile and the Battle for the Strait The Middle Ages Series and UPCC book collections on Project MUSE 1 ª edicion Philadelphia University of Pennsylvania Press ISBN 0812204638 Pascual Sarria Francisco Luis 2003 Las obligaciones militares reguladas en los ordenamientos de las cortes castellano leonesas durante los siglos XIII y XIV Revista de historia militar Madrid Instituto de Historia y Cultura Militar 94 205 250 ISSN 0482 5748 Archivado desde el original el 30 de junio de 2010 Consultado el 21 de septiembre de 2013 Patxot y Ferrer Fernando 1858 Anales de Espana desde sus origenes hasta el tiempo presente por Ortiz de la Vega Tomo VII Madrid Librerias de Don Jose Cuesta OCLC 645092879 Rivero Isabel 1982 Compendio de historia medieval espanola Volumen 14 de Coleccion colegio universitario 1 ª edicion Madrid Ediciones Istmo ISBN 84 7090 125 7 Salazar y Acha Jaime de 2000 Centro de Estudios Politicos y Constitucionales ed La casa del Rey de Castilla y Leon en la Edad Media Coleccion Historia de la Sociedad Politica dirigida por Bartolome Clavero Salvador 1 ª edicion Madrid Rumagraf S A ISBN 978 84 259 1128 6 Sanchez Arcilla Bernal Jose 2008 Alfonso XI 1312 1350 1 ª edicion Gijon Ediciones Trea ISBN 978 84 9704 330 4 Suarez Fernandez Luis 1976 Historia de Espana Antigua y Media Tomo II 2 ª edicion Madrid Ediciones Rialp ISBN 84 321 1884 2 Archivado desde el original el 23 de marzo de 2014 Consultado el 22 de marzo de 2014 Urrea Fernandez Jesus 1998 La Catedral de Burgos 2 ª edicion Leon Editorial Everest ISBN 84 241 3777 9 Valle Curieses Rafael del 2000 Maria de Molina el soberano ejercicio de la concordia 1260 1321 Madrid Alderaban ISBN 84 95414 03 1 Valverde y Perales Francisco 2007 Historia de la Villa de Baena Valladolid Editorial Maxtor ISBN 84 9761 365 1 Vaquero Mercedes 1988 El Reinado de Alfonso XI en el Libro de las bienandanzas e fortunas de Lope Garcia de Salazar Cuadernos de Seccion Hizkuntza eta Literatura Guipuzcoa Eusko Ikaskuntza Soc de Estudios Vascos 7 119 131 ISSN 0212 3223 Consultado el 17 de marzo de 2014 Vazquez Campos Braulio 2006 Los adelantados mayores de la frontera o Andalucia Siglos XIII XIV 1 ª edicion Camas Diputacion de Sevilla ISBN 84 7798 230 9 VV AA Gimenez Soler Andres 1904 La expedicion a Granada de los Infantes D Juan y D Pedro en 1319 1 ª parte Revista de Archivos Bibliotecas y Museos Tomo XI Julio a diciembre de 1904 1 ª edicion Madrid Tip de la Revista de Archivos Bibliotecas y Museos pp 353 360 OCLC 767815839 La referencia utiliza el parametro obsoleto coautores ayuda VV AA Gimenez Soler Andres 1905 La expedicion a Granada de los Infantes D Juan y D Pedro en 1319 2 ª parte Revista de Archivos Bibliotecas y Museos Tomo XII Enero a junio de 1905 1 ª edicion Madrid Tip de la Revista de Archivos Bibliotecas y Museos pp 24 36 OCLC 767815839 La referencia utiliza el parametro obsoleto coautores ayuda VV AA 1950 La comision del homenaje ed Homenaje a don Luis de Hoyos Sainz Volumen II 1 ª edicion Madrid Graficas Varela OCLC 630156919 Yanez Rodrigo 1863 Poema de Alfonso Onceno Con noticias y observaciones de Florencio Janer Madrid Manuel Rivadeneyra OCLC 3268697 Enlaces externos editarEl enterramiento del infante don Juan el de Tarifa Aljaranda revista de estudios tarifenos Historia del municipio de Pinos Puente en la pagina web de su Ayuntamiento nbsp Datos Q5803812 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Desastre de la Vega de Granada amp oldid 153993324, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

español

, española, descargar, gratis, descargar gratis, mp3, video, mp4, 3gp, jpg, jpeg, gif, png, imagen, música, canción, película, libro, juego, juegos