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Al-Mutádid (califa)

Al-Mutádid (857-902) (árabe: المعتضد بالله, al-mu‘taḍid bi-llāh) fue el califa abasí de Bagdad desde 892 hasta su muerte.

Dinar de Al-Mutádid

Incluso antes de ser nombrado califa, desempeñó el poder supremo durante el reinado de su predecesor al-Mutámid. Bajo su eficaz administración, el Egipto tulúnida volvió al dominio califal. Combatió a los jariyíes en Mesopotamia.

Tras un próspero reinado de diez años, falleció y le sucedió su hijo al-Muktafi, habido de una esclava turca.

Juventud

 
Árbol genealógico de la dinastía abasí en el siglo IX

Al-Mutádid nació con el nombre de Áhmad, hijo de Talha, que a su vez era hijo del califa abasí al-Mutawákkil (847-861), y de una esclava griega llamada Dirar. Se desconoce la fecha exacta del nacimiento y se ignora si cuando alcanzó el trono tenía treinta y un o treinta y ocho años, por lo que debió de nacer en el 854 o en el 861.[1][2][3]​ Al-Mutawákkil fue asesinado en el 861 por su guardia turcos en colusión con su primogénito, al-Muntásir (861-862). Su muerte desató una etapa de inestabilidad, denominada «anarquía de Samarra» por la capital califal, que acabó en el 870 cuando el tío de Áhmad, al-Mu'tamid (870-892), llegó al trono. El poder en realidad, lo ostentaban los mandos de los soldados esclavos turcos (ghilman) y el padre de Áhmad, Talha, que, en calidad de principal jefe militar del califato, era el intermediario fundamental entre el gobierno califal y los turcos. Talha adoptó el título honorífico de al-Muwaffaq al estilo de los califas y en poco tiempo devino el señor efectivo del califato; su posición salió reforzada del fallido intento de huida a Egipto de al-Mutámid en 882, que determinó que el califa fuese sometido a partir de entonces a arresto domiciliario.[4][5]

La autoridad califal desapareció de las provincias durante la «anarquía de Samarra», y en la década de 870 el Gobierno central había perdido ya el control de casi todo el territorio salvo en la región de Irak. En el oeste, un soldado esclavo turco, Ahmad ibn Tulun, se había hecho con el poder en Egipto y trataba también de arrebatarle del Levante a al-Muwaffaq. En el Jorasán y en casi todo el este mahometano regían los safaríes, dinastía persa que había sustituido a los tahiríes, fieles a los abasíes. Diversos notables aborígenes se habían hecho asimismo con el poder en la península arábiga y en Tabaristán se había implantado la dinastía zaidí. En el mismo Irak, la rebelión de los zanj, esclavos africanos que trabajaban en las plantaciones del bajo Irak, llegó a amenazar Bagdad, y algo más al sur los cármatas empezaban a fortalecerse.[6][7][8]​ En consecuencia, la regencia de al-Muwaffaq fue una lucha continua para evitar la disgregación del califato en crisis.[9]​ No pudo arrebatar a Ibn Tulun Egipto y el Levante y hubo incluso de cederle territorio y reconocerlo como señor hereditario de las tierras que gobernaba,[10][11]​ pero sí logró conservar el núcleo del Estado tras desbaratar la expedición safarí que pretendía hacerse con Bagdad y sofocar el alzamiento zanj tras una dilatada campaña.[5][12]

Aspecto y carácter

Erguido y delgado, tenía un lunar blanco en la cabeza, que teñía de negro para causar mejor impresión. Tenía gesto altivo y era valiente: corría el rumor que había matado a un león armado únicamente con una daga. Heredó la energía paterna y se labró fama de decidido..[3]

Campañas contra los zanj y los tuluníes

 
Irak en los siglos IX y X

Al-Mutádid —al que por entonces se le conocía por su kunya de Abú'l-Abás— hizo sus primeras armas y estableció estrechos lazos con los militares, rasgo que luego caracterizaría su reinado, en las campañas contra los esclavos africanos. Al-Muwaffaq lo había educado marcialmente desde pequeño y el joven príncipe era un excelente jinete y un jefe militar solícito con sus tropas y con sus caballos.[1][13]

Los zanj se habían apoderado de la mayor parte del bajo Irak en la década de rebelión, que había comenzado en el 869; dominaban las ciudades de Basora y Wasit y parte del Juzistán.[5][14]​ La muerte del fundador de la dinastía safarí, Ya‘qub al-Safar, en el 879 le permitió al Gobierno abasí concentrar sus fuerzas contra los esclavos africanos;[5]​ el nombramiento de Abú'l-Abás como jefe de las operaciones contra estos en diciembre del 879 con diez mil soldados a sus órdenes supuso un punto de inflexión en la historia de la rebelión.[15]​ El aplastamiento de este fue largo y arduo: fueron necesarias incluso operaciones anfibias en las marismas de Mesopotamia, y Abú'l-Abás y sus ghilmān —el principal de los cuales fue su antiguo servidor Zirak al-Turki— tuvieron un papel crucial en la guerra. Pese al gran tamaño que alcanzó el ejército abasí por los refuerzos, voluntarios y enemigos que engrosaron sus filas, su núcleo lo formaban los escasos pero selectos ghilmān, que copaban los puestos de mando y llevaron el peso de los combates, a menudo acaudillados en persona por Abú'l-Abás.[16]​ Tras años de cerco cada vez más estrecho al enemigo, en agosto del 883 los abasíes tomaron por asalto su capital, al-Mujtara, y pusieron así fin a la larga rebelión.[17][18]​ El relato detallado de la contienda, escrito por un antiguo rebelde zanj, se conserva en la historia de al-Tabari, y en el destaca el papel heroico que desempeñaron tanto al-Muwaffaq como Abú'l-Abás en defensa del Estado musulmán, en cuya defensa sofocaron la sublevación; la victoria fue luego un importante instrumento propagandístico de legitimación de su usurpación del trono califal.[19]

El fallecimiento de Ibn Tulun en mayo del 884 hizo que dos generales, Ishaq ibn Kundaj e Ibn Abi'l-Saj, trataran de aprovechar la coyuntura para atacar a los tuluníes en el Levante; la campaña acabó en derrota, pese a las victorias iniciales. Abú'l-Abás fue enviado para tomar el mando de una nueva invasión en la primavera del 885. Venció rápidamente al enemigo y le obligó a evacuar Palestina, aunque se enemistó con Ibn Kundaj e Ibn Abi'l-Saj, que lo abandonaron llevándose a sus tropas. Se enfrentó al hijo y heredero de Ibn Tulun, Jumamarawaih ibn Ahmad ibn Tulun en la batalla de Tawahin del 6 de abril. La suerte sonrió primero al príncipe abasí, que hizo huir a su enemigo, pero la lid concluyó en derrota abasí; Abú'l-Abás escapó, pero no así gran parte de su ejército, que fue hecho prisionero por los tuluníes.[20][21]​ Esta victoria les permitió a la dinastía egipcia adueñarse de la Mesopotamia superior y de las marcas fronterizas (thughur) con el Imperio bizantino. Los dos bandos firmaron la paz en el 886: al-Muwaffaq hubo de reconocer a Ibn Ahmad ibn Tulun como gobernador hereditario de Egipto y el Levante durante treinta años a cambio de que este pagase un tributo anual a las arcas califales.[10][11]​ Abú'l-Abás pasó los dos años siguientes colaborando con su padre en el infructuoso intento de arrebatar Fars a los safaríes.[22]

Encarcelamiento y entronización

En esta época las relaciones entre Abú'l-Abás y su padre se agriaron, aunque se ignora por qué. Ya en el 884, los ghilmān de Abú'l-Abás se amotinaron en Bagdad contra el visir, Saíd ibn Majlad, posiblemente por no recibir sus soldadas.[1][23]​ Finalmente, en el 889, Abú'l-Abás fue detenido y encarcelado por orden paterna; las protestas de sus ghilmān no bastaron para devolverle la libertad. Parece que siguió aprisionado hasta mayo del 891, cuando al-Muwaffaq volvió a Bagdad tras pasar dos años en el Yibal.[1][23]

Al-Muwaffaq sufría de gota,[24]​ estaba moribundo y el visir Ismaíl ibn Bulbul y el jefe militar de la ciudad Bagdad, Abú'l-Saqr, convocaron a al-Mutámid y a sus hijos, entre ellos al heredero al-Mufawwad, a la ciudad, con la esperanza de aprovechar la situación en su favor. El intento de preterir a Abú'l-Abás fracaso debido a las simpatías con que contaba entre los soldados y el pueblo llano. Fue liberado para que pudiese acudir a lecho de muerte de su progenitor, y se hizo con el poder inmediatamente después del fallecimiento de este el 2 de junio. La turba bagdadí pilló las casas de sus adversarios e Ibn Bulbul fue destituido y encarcelado; falleció meses más tarde a causa del maltrato sufrido. El sino de los partidarios del exvisir atrapados por los secuaces de Abú'l-Abás fue similar al de este.[25][26]

Habiendo acaparado el poder,[25]​ Abú'l-Abás sucedió a su difunto padre en todos los cargos y adoptó el título de al-Mutádid bi-llah; quedó segundo en la línea de sucesión califal, tras al-Mufauad.[27][28]​ Tras apenas unos meses, el 30 de abril del 892, al-Mutádid eliminó a su primo de la línea sucesoria.[1][29]​ En consecuencia, cuando al-Mutámid falleció el 14 de octubre del 892,[30]​ al-Mutádid fue exaltado al trono califal.[1][31]

Reinado

 
Mapa de la disgregación del imperio abasí a comienzos del reinado de al-Mutadid: en oscuro, las regiones dominadas directamente por el Gobierno central del califato; en claro, las autónomas, que solo estaban sometidas nominalmente a la autoridad califal.

Como en el caso de su padre, el poder de al-Mutadid se debía a sus estrechas relaciones con los militares. Obtuvo el trono mediante la usurpación, pues carecía de derecho a él, pero contaba, sin embargo, con el respaldo de sus ghilmān, que allanaron su entronización y se aseguraron de eliminar al tiempo a sus rivales en las filas del ejército.[32]​ Debido a ello, concentró su actividad en asuntos marciales y a menudo dirigía en persona el ejército durante las campañas. Esto le granjeó fama de califa guerrero y campeón de la fe islámica (gazi); el papel de califa campeón de la fe, que había creado Harún al-Rashid y perfeccionado al-Mutasim, alcanzó la perfección en la persona de al-Mutadid, incansable batallador.[31][33]

El nuevo califa se dedicó desde el principio de su reinado a acabar con la fragmentación del Estado abasí,[1]​ mediante una mezcla de diplomacia y uso de la fuerza. Militar activo y entusiasta, al-Muatadid era también un hábil diplomático, siempre dispuesto a pactar con aquellos enemigos demasiado poderosos para ser vencidos por las armas.[33]

Relaciones con los tuluníes

Esta actitud conciliadora fue desde el principio evidente en las relaciones del califa con sus poderosos vasallos tuluníes. En efecto, reconoció la autonomía del emir Ibn Ahmad ibn Tulun en Egipto y el Levante en la primavera del 893 a cambio de recibir de él un tributo anual de trescientos mil dinares, un pago de otros doscientos mil por los atrasos y dos provincias de la Mesopotamia superior (Diyar Rabi'a y Diyar Mudar.[34]​ Para sellar el pacto Ibn Ahmad ibn Tulun le ofreció a su hija Qatr al-Nada («Gota de Rocío»), que había de desposar a uno de los hijos del califa, pero este decidió finalmente desposarla él mismo. La princesa tuluní trajo una dote de un millón de dinares, y un regalo de bodas que se considera el más suntuoso del Medievo árabe, según Thierry Bianquis.[20][35]​ El lujoso y extravagante séquito que la acompañó a Bagdad evidenció la pobreza de la corte califal. Según una historia de la época, el eunuco principal del califa solo pudo encontrar cinco candelabros de oro y plata para decorar el palacio, mientras que la princesa trajo consigo ciento cincuenta criados, cada uno de los cuales portaba uno consigo; esto hizo que el califa ordenase que todos se escondiesen, para no mostrar la pobreza de la corte ante la comitiva tuluní.[20]

Qatr al-Nada falleció al poco de celebrarse el desposorio y el asesinato de Ibn Ahmad ibn Tulun en el 896 dejó el emirato tuluní en manos de los hijos de este, menores de edad. Al-Mutadid se apresuró a aprovechar la situación y en el 897 se apoderó de los emiratos fronterizos con los bizantinos (Thughur); retomó el mando de las expediciones anuales contra estos y la defensa de la frontera, que habían escapado largo tiempo al control abasí. Para obtener el reconocimiento del califa, el nuevo señor tuluní, Harín ibn Jumarawaih (896-904) hubo de cederle a este toda Siria al norte de Homs y aumentar el tributo anual egipcio a cuatrocientos mil dinares.[36][33]​ En los años que siguieron, la inestabilidad creciente en los territorios tuluníes y el crecimiento de las incursiones cármatas impelieron a muchos antiguos partidarios de los tuluníes a pasarse a las filas califales, cuyo poder resurgía.[36]

La Mesopotamia superior, Transcaucasia, y el frente bizantino

 
Mapa de la Mesopotamia superior o Yazira y sus provincias medievales, además de las fronteras modernas.

El califa hubo de enfrentarse a distintos adversarios en la Mesopotamia Superior (o Yazira): además de los jariyíes, que llevaban unos treinta años en rebelión, había otros notables de la zona, entre los que destacaban el señor shaibaní de Amida, Ahmad ibn Isa al-Shaybani y el jefe taglibí Hamdán ibn Hamdun. El califa arrebató Mosul al shaibaní en el 893, aprovechando que los jariyíes estaban por entonces enfrascados en luchas intestinas. Dos años más tarde, hizo lo propio con los castillos de Ibn Hamdun, a quien además apresó. Por su parte, el cabecilla jariyí Harún ibn Abdallah fue vencido y capturado por el hijo de Ibn Hamdun, Huseín en el 896; fue despachado a Bagdad, donde lo crucificaron. Esta hazaña marcó el comienzo de la ilustre carrera de Ibn Hamdan en los ejércitos califales y del ascenso paulatino del poder de la familia en la Mesopotamia superior.[1][37][2]​ Ahmad al-Shaybani conservó Amida hasta su fallecimiento en el 898; le sucedió su hijo Muhammad. Al año siguiente, al-Mutadid volvió a la Mesopotamia superior, le arrebató la ciudad y sometió nuevamente toda la provincia al Gobierno central; su administración la confió a su primogénito y heredero, Alí al-Muktafi.[1][38]

No pudo, por el contrario, recobrar Transcaucasia: Armenia y Azerbaiyán quedaron en manos de dinastías aborígenes prácticamente independientes del califa.[38]​ Ibn Abú'l-Saj, gobernador califal de Azerbaiyán, se proclamó independiente en torno al 898, aunque al poco volvió a reconocer la autoridad teórica del califa, impelido por sus luchas con los príncipes cristianos armenios. Cuando falleció en el 901, le sucedió su hijo Devdad, suceso que supuso la consolidación de la dinastía autónoma sayí en la región.[39]​ En el 900, se había sospechado incluso que el padre planeaba adueñarse de la provincia de Diyar Mudar con la colaboración de los notables de Tarso, a los que el califa hizo prender, además de incendiar la flota de la ciudad.[2][40]​ Esta decisión perjudicó a los abasíes en su dilatada contienda con Bizancio, ya que en la últimas décadas antes de su destrucción la escuadra y los habitantes de Tarso habían desempeñado un papel destacado en las incursiones en las provincias fronterizas bizantinas.[41]​ Aunque la flota levantina del renegado Damián de Tarso saqueó el puerto de Demetríade hacia el 900 y las flotas árabes siguieron causando estragos en el mar Egeo durante las dos décadas siguientes, en tierra los bizantinos eran cada vez más fuertes merced a la llegada a sus territorios de refugiados armenios, como Melias. Los bizantinos obtuvieron varias victorias y comenzaron a apoderarse de las regiones fronterizas que se disputaban con los abasíes, en las que fundaron nuevas provincias.[42]

Oriente y los safaríes

En el oriente, el califa hubo de reconocer la autoridad de los safaríes, con los que pactó, quizá con la esperanza de hacer de ellos unos socios como lo habían sido en las décadas anteriores los tahiríes. Al safarí Amr ibn al-Laíz le reconoció la posesión del Jorasán, la Persia oriental y Fars, mientras que se reservó para sí la Persia occidental (Yibal, Rayy e Ispahán.[1][36]​ Esto le permitió concentrarse en recuperar las tierras de los dulafíes, otra dinastía de la región que era cuasi independiente y que dominaba las comarcas de Ispahán y Nehavend. El califa de apresuró a nombrar a su hijo al-Muktafi gobernador de Rayy, Qazvin, Qom y Hamadán en cuanto falleció Ahmad ibn Abd al-Aziz ibn Abi Dulaf en el 893. De esta manera, el poder dulafí quedó reducido a su núcleo, en torno a Karaj e Ispahán, que perdieron luego, en el 896. El control abasí de esta zona, no obstante, siguió siendo frágil, en especial en los territorios próximos al emirato zaidí de Tabaristán; en el 897 el califa cedió Rayy a los safaríes.[36][43]

El ejemplo más palmario de la colaboración entre abasíes y safaríes fue la campaña conjunta contra el general rebelde Rafi ibn Harzama, quien desde Rayy amenazaba los intereses de las dos dinastías en la zona. Al-Mutadid despachó a Ahmad ibn Abd al-Aziz a arrebatar la ciudad al rebelde, que huyó y se coligó con los zaidíes de Tabaristán para tratar de conquistar el Jorasán a los safaríes. Sin embargo, Ibn al-Laíz atizó la hostilidad de la población hacia los alíes para debilitarlo; finalmente sin apoyó zaidí, Ibn Harzama fue vncido y muerto en Corasmia en el 896. Ibn al-Laíz alcanzó entonces el apogeo de su poder; envió la cabeza del rebelde a Bagdad y en el 897 el califa le cedió Rayy.[44]​ La colaboración entre dinastías acabó cuando al-Mutadid nombró al safarí gobernador de la Transoxiana en el 898, que dominaban los adversarios de este, los samaníes. Al-Mutamid animó a Ibn al-Laíz a atacarlos, pero este resultó vencido con contundencia y hecho cautivo en el 900. El emira samaní, Ismaíl ibn Ahmad, lo envió aherrojado a Bagdad, donde fue ajusticiado en el 902, habiendo ya fallecido al-Mutadid. Este cedió los títulos y territorios del safarí al emir samaní. El califa también pretendió recuperar Fars y Kermán, pero los restos de los ejércitos safaríes, que mandaba el nieto del vencido Ibn al-Laíz Tahir, se lo impidieron durante varios años. Los abasíes consiguieron recobrar la codiciada Fars en el 910.[1][45][46]

Auge del sectarismo y fragmentación periférica

Una serie de movimientos basados en la doctrina chiita aparecieron a lo largo del siglo IX que sustituyeron al jariyismo como principal adversario de los gobierno musulmanes. Triunfaron primero en la periferia del califato abasí: los zaidíes se hicieron con Tabaristán y luego, en el 897, con Yemen. Durante el reinado de al-Mutadid, surgió otra amenaza más cercana al núcleo del Estado: los cármatas.[47]​ Estos eran una secta ismailí radical que se había fundado en Kufa en torno al 874, escasos al principio en el bajo Irak (Sauad), pero cada vez más numerosos y peligrosos a partir del 897.Se apoderaron de la región de Baréin en el 899, acaudillados por Abú Saíd al-Yanabi y al año siguiente batieron al ejército califal de al-Abás ibn Amr al-Ganaui.[48][49]​ Tras la muerte de al-Mutadid fueron el enemigo más peligroso de los abasíes desde los tiempos de la rebelión zanj.[1]​ Por la misma época, un misionero ismailí de Kufan, Abú Abdalá al-Shií, entró en contacto con bereberes kutama durante una peregrinación a La Meca. Estos aceptaron pronto sus enseñanzas y en el 902, al-Shií pudo atacar el emirato aglabí de Ifriqiya —vasallo abasí— con su ayuda. Lo conquistó por completo en el 909, allanando la fundación del califato fatimí.[50]

Política interior

Fiscal policies

 
Mapa con el resultado de las campañas de consolidación del califa, hacia el 900: en oscuro, las zonas sometidas directamente al califa; en claro, las autónomas, que solo reconocían la autoridad teórica del soberano.

El Ejército surgido de las reformas de al-Mutasim era más reducido que el del pasado, pero más profesional. Fue un instrumento eficaz del soberano, pero también una amenaza para la dinastía: reclutado entre los turcos y otros pueblos de la periferia estatal e incluso en el extranjero, no se integró en la sociedad del núcleo califal, lo que les hacía totalmente dependientes del Estado. No solo los ingresos de los soldados, sino su propia vida dependía de este. Esta situación hacía que la falta de pago de las soldadas desencadenase levantamientos militares y crisis políticas, como ya había sucedido durante la llamada «anarquía de Samarra».[51]​ En consecuencia, la principal tarea del Estado fue asegurar el pago puntual de las tropas, que acaparaba en torno al 80 % del presupuesto estatal.[nota 1]

Sin embargo, las fuentes de ingresos habían menguado considerablemente ya que muchas de las provincias se habían independizado en la práctica del Gobierno central.[53]​ Este dependía cada vez más de los ingresos obtenidos en Saua y otras zonas del bajo Irak, cuya producción agrícola se reducía velozmente como consecuencia de los estragos de las guerras civiles y la desidia en el mantenimiento de los sistemas de regadío. Si en tiempos de Harún al-Rashid (786-809) Sauad había contribuido a la hacienda califal con ciento dos millones y medio de dirham, más del doble que lo que aportaba Egipto y el triple que el Levante, a principios del siglo X pagaba menos de un tercio de esa cantidad.[54][55]​ La situación empeoró todavía más debido a que en las demás provincias, en manos de gobernadores semiautónomos, notables y miembros de la dinastía pudieron establecer latifundios aprovechando para ello la cesión de la recaudación de impuestos a cambio de una contribución fija (un sistema denominado muqāṭa) que, para mayor inri, a menudo ni siquiera pagaban al fisco.[54][56]​ Para optimizar la tributación de los territorios aún bajo control directo del Gobierno central, los abasíes aumentaron el funcionariado, dividieron las provincias en unidades tributarias menores y acrecentaron el número de departamentos con tareas fiscales (divanes) para supervisar mejor tanto la recaudación como la actividad de los funcionarios.[57]

El califa llegaba incluso a auditar personalmente la recaudación, lo que le granjeó fama de ahorrativo, incluso de avaricioso; se decía de él que revisaba cuentas que incluso un plebeyo no se dignaría repasar.[3][58]​ Se multiplicaron las multas y las confiscaciones; los ingresos correspondientes, los aportados por las tierras de realengo y parte de la tributación de las provincias iban a parar al patrimonio del monarca (bait al-māl al-jāṣṣa). Este cobró gran importancia administrativa y a menudo contó con más fondos que la Hacienda estatal (bait al-māl al-ʿāmma).[59][60]​ Al concluir el reinado, el tesoro califal, antes vacío, contaba con diez millones de dinares.[3]​ Por otra parte, el califa cambió el principio del año fiscal del Año Nuevo persa (que se celebra en marzo) al 11 de junio en el 895, con el objetivo de facilitar el pago a los labradores, puesto que este cambio permitía que los impuestos sobre la tierra se pagasen tras la cosecha, y no antes de la recolección, como había sucedido hasta entonces; esta fecha recibió el nombre de Nayrūz al-Mutaḍid o Año Nuevo de al-Mutadid.[33][61]

Pujanza del funcionariado

Las medidas de al-Mutadid reforzaron la posición del funcionariado civil, que alcanzó el apogeo de su influencia, en particular el visir, al que incluso el ejército hubo de respetar, por ser el portavoz del soberano.[12]​ Los principales puestos del funcionariado califal no cambiaron de manos con su advenimiento. Ubaidalá ibn Suleimán ibn Wahb fue el visir desde el comienzo del reinado hasta su muerte en el 901 y luego desempeñó el cargo su hijo al-Qasim ibn Ubaidalá, que ya lo había ocupado interinamente cuando su padre no se encontraba en la capital. El liberto Abú'l-Naim Badr al-Mutadidi, veterano que había servido a al-Muwaffaq y cuya hija se había casado con el hijo del califa, siguió a la cabeza del ejército. Los departamentos fiscales, en particular el de Sauad, los presidieron primero los hermanos Ahmad ibn al-Furat y Alí ibn al-Furat y, a partir del 899, Muhammad ibn Dawud y su sobrino Alí ibn Isa al-Yarra.[62][63][64]​ La jefatura administrativa trabajaba eficaz y armoniosamente, tanto que el historiador del siglo XI Hilal al-Sabi afirmaba que las generaciones posteriores recordaban el buen equipo que habían formado el califa, el visir, el jefe del Ejército y el jefe de los ministerios: al-Mutadid, Ubaidalá, Badr y Ahmad ibn al-Furat.[65]

Sin embargo, en los últimos años del reinado aumentaron las fracciones en el funcionariado civil, el ejército y la ciudad en general.[63]​ La intensa rivalidad entre las dinastías administrativas de los Banu'l-Furat y los Banu'l-Yarrah, que contaban con amplias redes clientelares, surgió por entonces. La fuerza del califa y el visir mitigaron temporalmente este antagonismo, que dominó, sin embargo, la historia del gobierno abasí durante las décadas siguientes; los dos grupos se alternaron al frente de la Administración y multaron y torturaron a sus adversarios cuando obtenían el poder, medida ya tradicional que se denominaba muṣādara.[12][66][67]​ Por añadidura, al-Qasim ibn Ubaidalá tenía un carácter diferente al de su padre y poco después de obtener el cargo de visir empezó a conspirar para asesinar al califa, conjura en la que intentó que participase al-Mutadidi. Este se negó a ello, indignado, pero el fallecimiento repentino del califa salvo al visir de ser descubierto y ajusticiado por sus maquinaciones. Ibn Ubaidalá trató luego de dominar a al-Muktafi, se apresuró a deshacerse de al-Mutadidi, que fue ejecutado y se enfrascó en nuevas maniobras contra los Banu'l-Furat.[68]

Bagdad vuelve a ser la capital

Al-Mutadid completó el traslado de la capital de Samarra a Bagdad, ciudad que ya había sido la base de operaciones en tiempos de su padre. El centro de actividad urbana pasó a estar, sin embargo, en la orilla oriental del Tigris, aguas abajo de la ciudad redonda que había fundado al-Mansur (754-775) un siglo antes, donde continúa desde entonces.[69]​ Según el historiador al-Masudi del siglo X, las dos pasiones primordiales del califa fueron las mujeres y la construcción;[3]​ en efecto, fomentó las obras en la capital: ordenó restaurar y ampliar la gran mezquita del al-Mansur, por entonces medio abandonada,[70]​ engrandeció el palacio hasaní, construyó los nuevos palacios de Zuraya («de las Pléyades») y Firdus («del Paraíso») y empezó las obras del de Taj («de la Corona»), que se completaron ya en tiempos de al-Muktafi.[71][72]​ También hizo recuperar el sistema de regadío en torno a la ciudad y dragar el canal Duyaíl, cegado, obras que sufragó con las contribuciones de los terratenientes que se iban a beneficiar de ellas.[69]

Doctrinas religiosas y fomento de la ciencia

En cuanto a la doctrina religiosa, al-Mutadid tomó partido claramente por teología tradicionalista suní desde el principio del reinado, prohibió la redacción de obras teológicas y abolió el departamento que se encargaba de las herencias intestadas, cuya apropiación por el Estado el hanbalismo consideraba ilegal.[73]​ Trató, sin embargo, de mantener buenas relaciones con lo alíes y llegó a sopesar la posibilidad de maldecir oficialmente a Muawiya, fundador del Califato omeya y principal enemigo de Alí; sus consejeros le disuadieron a duras penas de ello, temiendo las posibles consecuencias. Al-Mutadid también mantuvo buenas relaciones con los imanes zaidíes de Tabaristán, lo que no impidió, como tampoco lo hicieron sus simpatías por los alíes, la fundación de segundo Estado zaidí en Yemen en el 901.[73]

Al-Mutadid también fomentó decididamente el conocimiento y la ciencia, como había sucedido durante los reinados anteriores de al-Mamún (813-832), al-Mutasim y al-Wathiq (842-847). El mecenazgo científico de la corte había menguado en tiempos de al-Mutawakil, cuyo reinado marcó la vuelta a la ortodoxia suní y se caracterizó por la aversión a la investigación científica; sus sucesores habían carecido de los fondos para sufragar las actividades intelectuales. Al-Mutadid, por el contrario, era un hombre muy interesado en las ciencias naturales y hablaba griego; favoreció la carrera de uno de los grandes traductores de obras griegas e insigne matemático de la época, Thábit ibn Qurra, y la de los filólogos Ibn Duraid y al-Zayach, este último tutor de los hijos del califa.[74]​ Uno de los principales intelectuales de la época fue el tutor del propio al-Mutadid, Ahmad ibn al-Tayib al-Sarajsi, discípulo del gran filósofo al-Kindi. Al-Sarajsi fue un estrecho colaborador del soberano, que lo nombró supervisor del mercado de la capital, puesto lucrativo; fue, sin embargo, ajusticiado en el 896, por disgustar a Al-Mutadid. Según una versión de la historia, fue al-Qasim ibn Ubaidalá —el malvado en muchas de las anécdotas de la corte de al-Mutadid— quien incluyó el nombre de al-Sarajsi en la lista de rebeldes que debían perder la vida; el califa la aprobó sin percatarse del nombre y no se enteró de la muerte de su antiguo maestro hasta que este ya había sido ejecutado.[75]

Justicia

La justicia en tiempos de este califa se caracterizó por su severidad, que casi alcanzó el sadismo. Aunque el soberano toleraba los errores y tenía arranques de sentimentalismo y ternura, cuando se encolerizaba empleaba ingeniosas torturas y tenía salas dedicadas a ello que había hecho construir en los sótanos de palacio. Los cronistas como al-Masudi y el mameluco al-Safadi describen en detalle los tormentos que el califa infligía a sus prisioneros y su costumbre de pasearlos por Bagdad como escarmiento ejemplarizante. Las crónicas afirman que el monarca empleaba fuelles para hinchar a sus víctimas y los enterraba boca abajo en fosas; los cronistas justifican estas prácticas argumentando que se cometían por interés del Estado. Cuando Al-Safadi comparó a al-Mutadid con el fundador de la dinastía, al-Saffah, cuyo nombre significa «el Sangriento», no solo era por haber revivido el califato, sino también por crueldad.[3][76]

Muerte y legado

Al-Mutadid falleció en el palacio hasaní[77]​ el 5 de abril del 902, con cuarenta o cuarenta y siete años.[2]​ Corrieron rumores de que había sido envenenado, pero es más probable que los rigores de las campañas militares, sumados a su vida disoluta, le minaran la salud. Se negó a seguir el consejo de los médicos en la enfermedad que resultó fatal y a uno llegó a matarlo a patadas.[2][77]​ Dejó cuatro hijos varones y varias hijas.[77]​ Tres de los varones —al-Muktafi, al-Muqtadir y al-Qahir— se sucedieron en el trono; el cuarto, Harún, no llegó a califa.[78]​ Al-Mutadid fue el primer soberano abasí que fue enterrado dentro de la ciudad de Bagdad. Como luego sus hijos, fue inhumado en el antiguo palacio de los tahiríes, en la zona oeste de la ciudad, que por entonces los califas empleaban como segunda residencia.[79]

Cuando Mutadid alcanzó el califato, las desavenencias cesaron, las provincias volvieron a la obediencia, la guerra acabó, los precios menguaron y la conmoción se calmó. Los rebeldes se sometieron al nuevo califa, la victoria coronó su poder, el este y el oeste reconocieron su autoridad, ante la que se inclinaron la mayoría de sus adversarios y los que le habían disputado el poder.
Las praderas áureas[80]

Al-Mutadid había heredado las habilidades para gobernar de su padre y se distinguió tanto por su capacidad militar como por su frugalidad; fue, pese a su severidad y crueldad, uno de los grandes califas abasíes.[2]​ Se le atribuye el haber detenido temporalmente el declive del califato, aunque su sistema de gobierno dependía en alto grado de la fuerza del monarca que estuviese al frente del Estado; en último término, el reinado fue demasiado corto para eliminar la tendencia decadente del califato y afianzar de manera duradera el poder abasí.[1]

Al-Mutadid se aseguró de que su hijo y heredero, al-Muktafi, estuviese preparado para asumir el cargo califal y para ello lo había nombrado gobernador de Rayy y de la Mesopotamia superior.[1][81]​ al-Muktafi trató de proseguir la política paterna, pero carecía de suficiente energía. El sistema gubernamental implantado por al-Muwaffaq y al-Mutadid exigía que del califa que participase en las campañas militares, dando ejemplo y forjando vínculos de lealtad, robustecidos por el mecenazgo, entre el monarca y los militares. El temperamento sedentario de al-Muktafi, empero, era inadecuado para este papel de caudillo militar, por lo que el nuevo califa inspiró escasa lealtad en el ejército.[82]​ Pese a ello, el califato todavía tuvo algunos años victoriosos: recuperó los territorios dominados hasta entonces por los tuluníes en el 90 y venció repetidamente a los cármatas, pero el fallecimiento de al-Muktafi en el 908 marcó el final de la etapa denominada la «restauración abasí» y el comienzo de una nueva crisis.[83][84][85]

Los principales funcionarios se hicieron con el poder y entregaron el trono al dócil y débil al-Muqtadir. Los gastos militares y cortesanos aumentaron durante las década siguientes, al igual que la mala administración y la rivalidad entre las fracciones civiles y militares de la Administración. Cuando al-Muqtadir fue asesinado en el 932, el califato se hallaba en bancarrota y el poder pasó a manos de una serie de caciques militares que se disputaron el control del califa y el título de amir al-umara (jefe del Ejército). El proceso de descaecimiento concluyó con la toma de Bagdad por los buyíes en el 946, que eliminaron con toda sombra de poder califal. A partir de entonces los califas fueron meros figurones, personajes simbólicos carentes de poder político, militar o financiero.[86][87][88]

Nota

  1. Un documento de la tesorería califal de tiempos del advenimiento de al-Mutadid indica que de los 7915 dinares que gastaba diariamente el tesoro, 5121 se destinaban directamente a gastos militares, otros 1943 a partidas como monturas y establos, que tenían un uso a la vez militar y civil y tan solo 851 a otras como el funcionariado civil y el harén, teóricamente civiles (si bien la principal labor de los funcionarios parece haber sido precisamente asegurar el pago de las soldadas)..[52]

Referencias

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Enlaces externos


Predecesor:
al-Mu'támid
Califa abasí
892-902
Sucesor:
al-Muktafi
  •   Datos: Q284567

mutádid, califa, mutádid, árabe, المعتضد, بالله, taḍid, llāh, califa, abasí, bagdad, desde, hasta, muerte, dinar, mutádid, incluso, antes, nombrado, califa, desempeñó, poder, supremo, durante, reinado, predecesor, mutámid, bajo, eficaz, administración, egipto,. Al Mutadid 857 902 arabe المعتضد بالله al mu taḍid bi llah fue el califa abasi de Bagdad desde 892 hasta su muerte Dinar de Al Mutadid Incluso antes de ser nombrado califa desempeno el poder supremo durante el reinado de su predecesor al Mutamid Bajo su eficaz administracion el Egipto tulunida volvio al dominio califal Combatio a los jariyies en Mesopotamia Tras un prospero reinado de diez anos fallecio y le sucedio su hijo al Muktafi habido de una esclava turca Indice 1 Juventud 1 1 Aspecto y caracter 1 2 Campanas contra los zanj y los tulunies 1 3 Encarcelamiento y entronizacion 2 Reinado 2 1 Relaciones con los tulunies 2 2 La Mesopotamia superior Transcaucasia y el frente bizantino 2 2 1 Oriente y los safaries 2 3 Auge del sectarismo y fragmentacion periferica 2 4 Politica interior 2 4 1 Fiscal policies 2 4 2 Pujanza del funcionariado 2 4 3 Bagdad vuelve a ser la capital 2 4 4 Doctrinas religiosas y fomento de la ciencia 2 4 5 Justicia 3 Muerte y legado 4 Nota 5 Referencias 6 Bibliografia 7 Enlaces externosJuventud Editar Arbol genealogico de la dinastia abasi en el siglo IX Al Mutadid nacio con el nombre de Ahmad hijo de Talha que a su vez era hijo del califa abasi al Mutawakkil 847 861 y de una esclava griega llamada Dirar Se desconoce la fecha exacta del nacimiento y se ignora si cuando alcanzo el trono tenia treinta y un o treinta y ocho anos por lo que debio de nacer en el 854 o en el 861 1 2 3 Al Mutawakkil fue asesinado en el 861 por su guardia turcos en colusion con su primogenito al Muntasir 861 862 Su muerte desato una etapa de inestabilidad denominada anarquia de Samarra por la capital califal que acabo en el 870 cuando el tio de Ahmad al Mu tamid 870 892 llego al trono El poder en realidad lo ostentaban los mandos de los soldados esclavos turcos ghilman y el padre de Ahmad Talha que en calidad de principal jefe militar del califato era el intermediario fundamental entre el gobierno califal y los turcos Talha adopto el titulo honorifico de al Muwaffaq al estilo de los califas y en poco tiempo devino el senor efectivo del califato su posicion salio reforzada del fallido intento de huida a Egipto de al Mutamid en 882 que determino que el califa fuese sometido a partir de entonces a arresto domiciliario 4 5 La autoridad califal desaparecio de las provincias durante la anarquia de Samarra y en la decada de 870 el Gobierno central habia perdido ya el control de casi todo el territorio salvo en la region de Irak En el oeste un soldado esclavo turco Ahmad ibn Tulun se habia hecho con el poder en Egipto y trataba tambien de arrebatarle del Levante a al Muwaffaq En el Jorasan y en casi todo el este mahometano regian los safaries dinastia persa que habia sustituido a los tahiries fieles a los abasies Diversos notables aborigenes se habian hecho asimismo con el poder en la peninsula arabiga y en Tabaristan se habia implantado la dinastia zaidi En el mismo Irak la rebelion de los zanj esclavos africanos que trabajaban en las plantaciones del bajo Irak llego a amenazar Bagdad y algo mas al sur los carmatas empezaban a fortalecerse 6 7 8 En consecuencia la regencia de al Muwaffaq fue una lucha continua para evitar la disgregacion del califato en crisis 9 No pudo arrebatar a Ibn Tulun Egipto y el Levante y hubo incluso de cederle territorio y reconocerlo como senor hereditario de las tierras que gobernaba 10 11 pero si logro conservar el nucleo del Estado tras desbaratar la expedicion safari que pretendia hacerse con Bagdad y sofocar el alzamiento zanj tras una dilatada campana 5 12 Aspecto y caracter Editar Erguido y delgado tenia un lunar blanco en la cabeza que tenia de negro para causar mejor impresion Tenia gesto altivo y era valiente corria el rumor que habia matado a un leon armado unicamente con una daga Heredo la energia paterna y se labro fama de decidido 3 Campanas contra los zanj y los tulunies Editar Irak en los siglos IX y X Al Mutadid al que por entonces se le conocia por su kunya de Abu l Abas hizo sus primeras armas y establecio estrechos lazos con los militares rasgo que luego caracterizaria su reinado en las campanas contra los esclavos africanos Al Muwaffaq lo habia educado marcialmente desde pequeno y el joven principe era un excelente jinete y un jefe militar solicito con sus tropas y con sus caballos 1 13 Los zanj se habian apoderado de la mayor parte del bajo Irak en la decada de rebelion que habia comenzado en el 869 dominaban las ciudades de Basora y Wasit y parte del Juzistan 5 14 La muerte del fundador de la dinastia safari Ya qub al Safar en el 879 le permitio al Gobierno abasi concentrar sus fuerzas contra los esclavos africanos 5 el nombramiento de Abu l Abas como jefe de las operaciones contra estos en diciembre del 879 con diez mil soldados a sus ordenes supuso un punto de inflexion en la historia de la rebelion 15 El aplastamiento de este fue largo y arduo fueron necesarias incluso operaciones anfibias en las marismas de Mesopotamia y Abu l Abas y sus ghilman el principal de los cuales fue su antiguo servidor Zirak al Turki tuvieron un papel crucial en la guerra Pese al gran tamano que alcanzo el ejercito abasi por los refuerzos voluntarios y enemigos que engrosaron sus filas su nucleo lo formaban los escasos pero selectos ghilman que copaban los puestos de mando y llevaron el peso de los combates a menudo acaudillados en persona por Abu l Abas 16 Tras anos de cerco cada vez mas estrecho al enemigo en agosto del 883 los abasies tomaron por asalto su capital al Mujtara y pusieron asi fin a la larga rebelion 17 18 El relato detallado de la contienda escrito por un antiguo rebelde zanj se conserva en la historia de al Tabari y en el destaca el papel heroico que desempenaron tanto al Muwaffaq como Abu l Abas en defensa del Estado musulman en cuya defensa sofocaron la sublevacion la victoria fue luego un importante instrumento propagandistico de legitimacion de su usurpacion del trono califal 19 El fallecimiento de Ibn Tulun en mayo del 884 hizo que dos generales Ishaq ibn Kundaj e Ibn Abi l Saj trataran de aprovechar la coyuntura para atacar a los tulunies en el Levante la campana acabo en derrota pese a las victorias iniciales Abu l Abas fue enviado para tomar el mando de una nueva invasion en la primavera del 885 Vencio rapidamente al enemigo y le obligo a evacuar Palestina aunque se enemisto con Ibn Kundaj e Ibn Abi l Saj que lo abandonaron llevandose a sus tropas Se enfrento al hijo y heredero de Ibn Tulun Jumamarawaih ibn Ahmad ibn Tulun en la batalla de Tawahin del 6 de abril La suerte sonrio primero al principe abasi que hizo huir a su enemigo pero la lid concluyo en derrota abasi Abu l Abas escapo pero no asi gran parte de su ejercito que fue hecho prisionero por los tulunies 20 21 Esta victoria les permitio a la dinastia egipcia aduenarse de la Mesopotamia superior y de las marcas fronterizas thughur con el Imperio bizantino Los dos bandos firmaron la paz en el 886 al Muwaffaq hubo de reconocer a Ibn Ahmad ibn Tulun como gobernador hereditario de Egipto y el Levante durante treinta anos a cambio de que este pagase un tributo anual a las arcas califales 10 11 Abu l Abas paso los dos anos siguientes colaborando con su padre en el infructuoso intento de arrebatar Fars a los safaries 22 Encarcelamiento y entronizacion Editar En esta epoca las relaciones entre Abu l Abas y su padre se agriaron aunque se ignora por que Ya en el 884 los ghilman de Abu l Abas se amotinaron en Bagdad contra el visir Said ibn Majlad posiblemente por no recibir sus soldadas 1 23 Finalmente en el 889 Abu l Abas fue detenido y encarcelado por orden paterna las protestas de sus ghilman no bastaron para devolverle la libertad Parece que siguio aprisionado hasta mayo del 891 cuando al Muwaffaq volvio a Bagdad tras pasar dos anos en el Yibal 1 23 Al Muwaffaq sufria de gota 24 estaba moribundo y el visir Ismail ibn Bulbul y el jefe militar de la ciudad Bagdad Abu l Saqr convocaron a al Mutamid y a sus hijos entre ellos al heredero al Mufawwad a la ciudad con la esperanza de aprovechar la situacion en su favor El intento de preterir a Abu l Abas fracaso debido a las simpatias con que contaba entre los soldados y el pueblo llano Fue liberado para que pudiese acudir a lecho de muerte de su progenitor y se hizo con el poder inmediatamente despues del fallecimiento de este el 2 de junio La turba bagdadi pillo las casas de sus adversarios e Ibn Bulbul fue destituido y encarcelado fallecio meses mas tarde a causa del maltrato sufrido El sino de los partidarios del exvisir atrapados por los secuaces de Abu l Abas fue similar al de este 25 26 Habiendo acaparado el poder 25 Abu l Abas sucedio a su difunto padre en todos los cargos y adopto el titulo de al Mutadid bi llah quedo segundo en la linea de sucesion califal tras al Mufauad 27 28 Tras apenas unos meses el 30 de abril del 892 al Mutadid elimino a su primo de la linea sucesoria 1 29 En consecuencia cuando al Mutamid fallecio el 14 de octubre del 892 30 al Mutadid fue exaltado al trono califal 1 31 Reinado Editar Mapa de la disgregacion del imperio abasi a comienzos del reinado de al Mutadid en oscuro las regiones dominadas directamente por el Gobierno central del califato en claro las autonomas que solo estaban sometidas nominalmente a la autoridad califal Como en el caso de su padre el poder de al Mutadid se debia a sus estrechas relaciones con los militares Obtuvo el trono mediante la usurpacion pues carecia de derecho a el pero contaba sin embargo con el respaldo de sus ghilman que allanaron su entronizacion y se aseguraron de eliminar al tiempo a sus rivales en las filas del ejercito 32 Debido a ello concentro su actividad en asuntos marciales y a menudo dirigia en persona el ejercito durante las campanas Esto le granjeo fama de califa guerrero y campeon de la fe islamica gazi el papel de califa campeon de la fe que habia creado Harun al Rashid y perfeccionado al Mutasim alcanzo la perfeccion en la persona de al Mutadid incansable batallador 31 33 El nuevo califa se dedico desde el principio de su reinado a acabar con la fragmentacion del Estado abasi 1 mediante una mezcla de diplomacia y uso de la fuerza Militar activo y entusiasta al Muatadid era tambien un habil diplomatico siempre dispuesto a pactar con aquellos enemigos demasiado poderosos para ser vencidos por las armas 33 Relaciones con los tulunies Editar Esta actitud conciliadora fue desde el principio evidente en las relaciones del califa con sus poderosos vasallos tulunies En efecto reconocio la autonomia del emir Ibn Ahmad ibn Tulun en Egipto y el Levante en la primavera del 893 a cambio de recibir de el un tributo anual de trescientos mil dinares un pago de otros doscientos mil por los atrasos y dos provincias de la Mesopotamia superior Diyar Rabi a y Diyar Mudar 34 Para sellar el pacto Ibn Ahmad ibn Tulun le ofrecio a su hija Qatr al Nada Gota de Rocio que habia de desposar a uno de los hijos del califa pero este decidio finalmente desposarla el mismo La princesa tuluni trajo una dote de un millon de dinares y un regalo de bodas que se considera el mas suntuoso del Medievo arabe segun Thierry Bianquis 20 35 El lujoso y extravagante sequito que la acompano a Bagdad evidencio la pobreza de la corte califal Segun una historia de la epoca el eunuco principal del califa solo pudo encontrar cinco candelabros de oro y plata para decorar el palacio mientras que la princesa trajo consigo ciento cincuenta criados cada uno de los cuales portaba uno consigo esto hizo que el califa ordenase que todos se escondiesen para no mostrar la pobreza de la corte ante la comitiva tuluni 20 Qatr al Nada fallecio al poco de celebrarse el desposorio y el asesinato de Ibn Ahmad ibn Tulun en el 896 dejo el emirato tuluni en manos de los hijos de este menores de edad Al Mutadid se apresuro a aprovechar la situacion y en el 897 se apodero de los emiratos fronterizos con los bizantinos Thughur retomo el mando de las expediciones anuales contra estos y la defensa de la frontera que habian escapado largo tiempo al control abasi Para obtener el reconocimiento del califa el nuevo senor tuluni Harin ibn Jumarawaih 896 904 hubo de cederle a este toda Siria al norte de Homs y aumentar el tributo anual egipcio a cuatrocientos mil dinares 36 33 En los anos que siguieron la inestabilidad creciente en los territorios tulunies y el crecimiento de las incursiones carmatas impelieron a muchos antiguos partidarios de los tulunies a pasarse a las filas califales cuyo poder resurgia 36 La Mesopotamia superior Transcaucasia y el frente bizantino Editar Mapa de la Mesopotamia superior o Yazira y sus provincias medievales ademas de las fronteras modernas El califa hubo de enfrentarse a distintos adversarios en la Mesopotamia Superior o Yazira ademas de los jariyies que llevaban unos treinta anos en rebelion habia otros notables de la zona entre los que destacaban el senor shaibani de Amida Ahmad ibn Isa al Shaybani y el jefe taglibi Hamdan ibn Hamdun El califa arrebato Mosul al shaibani en el 893 aprovechando que los jariyies estaban por entonces enfrascados en luchas intestinas Dos anos mas tarde hizo lo propio con los castillos de Ibn Hamdun a quien ademas apreso Por su parte el cabecilla jariyi Harun ibn Abdallah fue vencido y capturado por el hijo de Ibn Hamdun Husein en el 896 fue despachado a Bagdad donde lo crucificaron Esta hazana marco el comienzo de la ilustre carrera de Ibn Hamdan en los ejercitos califales y del ascenso paulatino del poder de la familia en la Mesopotamia superior 1 37 2 Ahmad al Shaybani conservo Amida hasta su fallecimiento en el 898 le sucedio su hijo Muhammad Al ano siguiente al Mutadid volvio a la Mesopotamia superior le arrebato la ciudad y sometio nuevamente toda la provincia al Gobierno central su administracion la confio a su primogenito y heredero Ali al Muktafi 1 38 No pudo por el contrario recobrar Transcaucasia Armenia y Azerbaiyan quedaron en manos de dinastias aborigenes practicamente independientes del califa 38 Ibn Abu l Saj gobernador califal de Azerbaiyan se proclamo independiente en torno al 898 aunque al poco volvio a reconocer la autoridad teorica del califa impelido por sus luchas con los principes cristianos armenios Cuando fallecio en el 901 le sucedio su hijo Devdad suceso que supuso la consolidacion de la dinastia autonoma sayi en la region 39 En el 900 se habia sospechado incluso que el padre planeaba aduenarse de la provincia de Diyar Mudar con la colaboracion de los notables de Tarso a los que el califa hizo prender ademas de incendiar la flota de la ciudad 2 40 Esta decision perjudico a los abasies en su dilatada contienda con Bizancio ya que en la ultimas decadas antes de su destruccion la escuadra y los habitantes de Tarso habian desempenado un papel destacado en las incursiones en las provincias fronterizas bizantinas 41 Aunque la flota levantina del renegado Damian de Tarso saqueo el puerto de Demetriade hacia el 900 y las flotas arabes siguieron causando estragos en el mar Egeo durante las dos decadas siguientes en tierra los bizantinos eran cada vez mas fuertes merced a la llegada a sus territorios de refugiados armenios como Melias Los bizantinos obtuvieron varias victorias y comenzaron a apoderarse de las regiones fronterizas que se disputaban con los abasies en las que fundaron nuevas provincias 42 Oriente y los safaries Editar En el oriente el califa hubo de reconocer la autoridad de los safaries con los que pacto quiza con la esperanza de hacer de ellos unos socios como lo habian sido en las decadas anteriores los tahiries Al safari Amr ibn al Laiz le reconocio la posesion del Jorasan la Persia oriental y Fars mientras que se reservo para si la Persia occidental Yibal Rayy e Ispahan 1 36 Esto le permitio concentrarse en recuperar las tierras de los dulafies otra dinastia de la region que era cuasi independiente y que dominaba las comarcas de Ispahan y Nehavend El califa de apresuro a nombrar a su hijo al Muktafi gobernador de Rayy Qazvin Qom y Hamadan en cuanto fallecio Ahmad ibn Abd al Aziz ibn Abi Dulaf en el 893 De esta manera el poder dulafi quedo reducido a su nucleo en torno a Karaj e Ispahan que perdieron luego en el 896 El control abasi de esta zona no obstante siguio siendo fragil en especial en los territorios proximos al emirato zaidi de Tabaristan en el 897 el califa cedio Rayy a los safaries 36 43 El ejemplo mas palmario de la colaboracion entre abasies y safaries fue la campana conjunta contra el general rebelde Rafi ibn Harzama quien desde Rayy amenazaba los intereses de las dos dinastias en la zona Al Mutadid despacho a Ahmad ibn Abd al Aziz a arrebatar la ciudad al rebelde que huyo y se coligo con los zaidies de Tabaristan para tratar de conquistar el Jorasan a los safaries Sin embargo Ibn al Laiz atizo la hostilidad de la poblacion hacia los alies para debilitarlo finalmente sin apoyo zaidi Ibn Harzama fue vncido y muerto en Corasmia en el 896 Ibn al Laiz alcanzo entonces el apogeo de su poder envio la cabeza del rebelde a Bagdad y en el 897 el califa le cedio Rayy 44 La colaboracion entre dinastias acabo cuando al Mutadid nombro al safari gobernador de la Transoxiana en el 898 que dominaban los adversarios de este los samanies Al Mutamid animo a Ibn al Laiz a atacarlos pero este resulto vencido con contundencia y hecho cautivo en el 900 El emira samani Ismail ibn Ahmad lo envio aherrojado a Bagdad donde fue ajusticiado en el 902 habiendo ya fallecido al Mutadid Este cedio los titulos y territorios del safari al emir samani El califa tambien pretendio recuperar Fars y Kerman pero los restos de los ejercitos safaries que mandaba el nieto del vencido Ibn al Laiz Tahir se lo impidieron durante varios anos Los abasies consiguieron recobrar la codiciada Fars en el 910 1 45 46 Auge del sectarismo y fragmentacion periferica Editar Una serie de movimientos basados en la doctrina chiita aparecieron a lo largo del siglo IX que sustituyeron al jariyismo como principal adversario de los gobierno musulmanes Triunfaron primero en la periferia del califato abasi los zaidies se hicieron con Tabaristan y luego en el 897 con Yemen Durante el reinado de al Mutadid surgio otra amenaza mas cercana al nucleo del Estado los carmatas 47 Estos eran una secta ismaili radical que se habia fundado en Kufa en torno al 874 escasos al principio en el bajo Irak Sauad pero cada vez mas numerosos y peligrosos a partir del 897 Se apoderaron de la region de Barein en el 899 acaudillados por Abu Said al Yanabi y al ano siguiente batieron al ejercito califal de al Abas ibn Amr al Ganaui 48 49 Tras la muerte de al Mutadid fueron el enemigo mas peligroso de los abasies desde los tiempos de la rebelion zanj 1 Por la misma epoca un misionero ismaili de Kufan Abu Abdala al Shii entro en contacto con bereberes kutama durante una peregrinacion a La Meca Estos aceptaron pronto sus ensenanzas y en el 902 al Shii pudo atacar el emirato aglabi de Ifriqiya vasallo abasi con su ayuda Lo conquisto por completo en el 909 allanando la fundacion del califato fatimi 50 Politica interior Editar Fiscal policies Editar Mapa con el resultado de las campanas de consolidacion del califa hacia el 900 en oscuro las zonas sometidas directamente al califa en claro las autonomas que solo reconocian la autoridad teorica del soberano El Ejercito surgido de las reformas de al Mutasim era mas reducido que el del pasado pero mas profesional Fue un instrumento eficaz del soberano pero tambien una amenaza para la dinastia reclutado entre los turcos y otros pueblos de la periferia estatal e incluso en el extranjero no se integro en la sociedad del nucleo califal lo que les hacia totalmente dependientes del Estado No solo los ingresos de los soldados sino su propia vida dependia de este Esta situacion hacia que la falta de pago de las soldadas desencadenase levantamientos militares y crisis politicas como ya habia sucedido durante la llamada anarquia de Samarra 51 En consecuencia la principal tarea del Estado fue asegurar el pago puntual de las tropas que acaparaba en torno al 80 del presupuesto estatal nota 1 Sin embargo las fuentes de ingresos habian menguado considerablemente ya que muchas de las provincias se habian independizado en la practica del Gobierno central 53 Este dependia cada vez mas de los ingresos obtenidos en Saua y otras zonas del bajo Irak cuya produccion agricola se reducia velozmente como consecuencia de los estragos de las guerras civiles y la desidia en el mantenimiento de los sistemas de regadio Si en tiempos de Harun al Rashid 786 809 Sauad habia contribuido a la hacienda califal con ciento dos millones y medio de dirham mas del doble que lo que aportaba Egipto y el triple que el Levante a principios del siglo X pagaba menos de un tercio de esa cantidad 54 55 La situacion empeoro todavia mas debido a que en las demas provincias en manos de gobernadores semiautonomos notables y miembros de la dinastia pudieron establecer latifundios aprovechando para ello la cesion de la recaudacion de impuestos a cambio de una contribucion fija un sistema denominado muqaṭa que para mayor inri a menudo ni siquiera pagaban al fisco 54 56 Para optimizar la tributacion de los territorios aun bajo control directo del Gobierno central los abasies aumentaron el funcionariado dividieron las provincias en unidades tributarias menores y acrecentaron el numero de departamentos con tareas fiscales divanes para supervisar mejor tanto la recaudacion como la actividad de los funcionarios 57 El califa llegaba incluso a auditar personalmente la recaudacion lo que le granjeo fama de ahorrativo incluso de avaricioso se decia de el que revisaba cuentas que incluso un plebeyo no se dignaria repasar 3 58 Se multiplicaron las multas y las confiscaciones los ingresos correspondientes los aportados por las tierras de realengo y parte de la tributacion de las provincias iban a parar al patrimonio del monarca bait al mal al jaṣṣa Este cobro gran importancia administrativa y a menudo conto con mas fondos que la Hacienda estatal bait al mal al ʿamma 59 60 Al concluir el reinado el tesoro califal antes vacio contaba con diez millones de dinares 3 Por otra parte el califa cambio el principio del ano fiscal del Ano Nuevo persa que se celebra en marzo al 11 de junio en el 895 con el objetivo de facilitar el pago a los labradores puesto que este cambio permitia que los impuestos sobre la tierra se pagasen tras la cosecha y no antes de la recoleccion como habia sucedido hasta entonces esta fecha recibio el nombre de Nayruz al Mutaḍid o Ano Nuevo de al Mutadid 33 61 Pujanza del funcionariado Editar Las medidas de al Mutadid reforzaron la posicion del funcionariado civil que alcanzo el apogeo de su influencia en particular el visir al que incluso el ejercito hubo de respetar por ser el portavoz del soberano 12 Los principales puestos del funcionariado califal no cambiaron de manos con su advenimiento Ubaidala ibn Suleiman ibn Wahb fue el visir desde el comienzo del reinado hasta su muerte en el 901 y luego desempeno el cargo su hijo al Qasim ibn Ubaidala que ya lo habia ocupado interinamente cuando su padre no se encontraba en la capital El liberto Abu l Naim Badr al Mutadidi veterano que habia servido a al Muwaffaq y cuya hija se habia casado con el hijo del califa siguio a la cabeza del ejercito Los departamentos fiscales en particular el de Sauad los presidieron primero los hermanos Ahmad ibn al Furat y Ali ibn al Furat y a partir del 899 Muhammad ibn Dawud y su sobrino Ali ibn Isa al Yarra 62 63 64 La jefatura administrativa trabajaba eficaz y armoniosamente tanto que el historiador del siglo XI Hilal al Sabi afirmaba que las generaciones posteriores recordaban el buen equipo que habian formado el califa el visir el jefe del Ejercito y el jefe de los ministerios al Mutadid Ubaidala Badr y Ahmad ibn al Furat 65 Sin embargo en los ultimos anos del reinado aumentaron las fracciones en el funcionariado civil el ejercito y la ciudad en general 63 La intensa rivalidad entre las dinastias administrativas de los Banu l Furat y los Banu l Yarrah que contaban con amplias redes clientelares surgio por entonces La fuerza del califa y el visir mitigaron temporalmente este antagonismo que domino sin embargo la historia del gobierno abasi durante las decadas siguientes los dos grupos se alternaron al frente de la Administracion y multaron y torturaron a sus adversarios cuando obtenian el poder medida ya tradicional que se denominaba muṣadara 12 66 67 Por anadidura al Qasim ibn Ubaidala tenia un caracter diferente al de su padre y poco despues de obtener el cargo de visir empezo a conspirar para asesinar al califa conjura en la que intento que participase al Mutadidi Este se nego a ello indignado pero el fallecimiento repentino del califa salvo al visir de ser descubierto y ajusticiado por sus maquinaciones Ibn Ubaidala trato luego de dominar a al Muktafi se apresuro a deshacerse de al Mutadidi que fue ejecutado y se enfrasco en nuevas maniobras contra los Banu l Furat 68 Bagdad vuelve a ser la capital Editar Al Mutadid completo el traslado de la capital de Samarra a Bagdad ciudad que ya habia sido la base de operaciones en tiempos de su padre El centro de actividad urbana paso a estar sin embargo en la orilla oriental del Tigris aguas abajo de la ciudad redonda que habia fundado al Mansur 754 775 un siglo antes donde continua desde entonces 69 Segun el historiador al Masudi del siglo X las dos pasiones primordiales del califa fueron las mujeres y la construccion 3 en efecto fomento las obras en la capital ordeno restaurar y ampliar la gran mezquita del al Mansur por entonces medio abandonada 70 engrandecio el palacio hasani construyo los nuevos palacios de Zuraya de las Pleyades y Firdus del Paraiso y empezo las obras del de Taj de la Corona que se completaron ya en tiempos de al Muktafi 71 72 Tambien hizo recuperar el sistema de regadio en torno a la ciudad y dragar el canal Duyail cegado obras que sufrago con las contribuciones de los terratenientes que se iban a beneficiar de ellas 69 Doctrinas religiosas y fomento de la ciencia Editar En cuanto a la doctrina religiosa al Mutadid tomo partido claramente por teologia tradicionalista suni desde el principio del reinado prohibio la redaccion de obras teologicas y abolio el departamento que se encargaba de las herencias intestadas cuya apropiacion por el Estado el hanbalismo consideraba ilegal 73 Trato sin embargo de mantener buenas relaciones con lo alies y llego a sopesar la posibilidad de maldecir oficialmente a Muawiya fundador del Califato omeya y principal enemigo de Ali sus consejeros le disuadieron a duras penas de ello temiendo las posibles consecuencias Al Mutadid tambien mantuvo buenas relaciones con los imanes zaidies de Tabaristan lo que no impidio como tampoco lo hicieron sus simpatias por los alies la fundacion de segundo Estado zaidi en Yemen en el 901 73 Al Mutadid tambien fomento decididamente el conocimiento y la ciencia como habia sucedido durante los reinados anteriores de al Mamun 813 832 al Mutasim y al Wathiq 842 847 El mecenazgo cientifico de la corte habia menguado en tiempos de al Mutawakil cuyo reinado marco la vuelta a la ortodoxia suni y se caracterizo por la aversion a la investigacion cientifica sus sucesores habian carecido de los fondos para sufragar las actividades intelectuales Al Mutadid por el contrario era un hombre muy interesado en las ciencias naturales y hablaba griego favorecio la carrera de uno de los grandes traductores de obras griegas e insigne matematico de la epoca Thabit ibn Qurra y la de los filologos Ibn Duraid y al Zayach este ultimo tutor de los hijos del califa 74 Uno de los principales intelectuales de la epoca fue el tutor del propio al Mutadid Ahmad ibn al Tayib al Sarajsi discipulo del gran filosofo al Kindi Al Sarajsi fue un estrecho colaborador del soberano que lo nombro supervisor del mercado de la capital puesto lucrativo fue sin embargo ajusticiado en el 896 por disgustar a Al Mutadid Segun una version de la historia fue al Qasim ibn Ubaidala el malvado en muchas de las anecdotas de la corte de al Mutadid quien incluyo el nombre de al Sarajsi en la lista de rebeldes que debian perder la vida el califa la aprobo sin percatarse del nombre y no se entero de la muerte de su antiguo maestro hasta que este ya habia sido ejecutado 75 Justicia Editar La justicia en tiempos de este califa se caracterizo por su severidad que casi alcanzo el sadismo Aunque el soberano toleraba los errores y tenia arranques de sentimentalismo y ternura cuando se encolerizaba empleaba ingeniosas torturas y tenia salas dedicadas a ello que habia hecho construir en los sotanos de palacio Los cronistas como al Masudi y el mameluco al Safadi describen en detalle los tormentos que el califa infligia a sus prisioneros y su costumbre de pasearlos por Bagdad como escarmiento ejemplarizante Las cronicas afirman que el monarca empleaba fuelles para hinchar a sus victimas y los enterraba boca abajo en fosas los cronistas justifican estas practicas argumentando que se cometian por interes del Estado Cuando Al Safadi comparo a al Mutadid con el fundador de la dinastia al Saffah cuyo nombre significa el Sangriento no solo era por haber revivido el califato sino tambien por crueldad 3 76 Muerte y legado EditarAl Mutadid fallecio en el palacio hasani 77 el 5 de abril del 902 con cuarenta o cuarenta y siete anos 2 Corrieron rumores de que habia sido envenenado pero es mas probable que los rigores de las campanas militares sumados a su vida disoluta le minaran la salud Se nego a seguir el consejo de los medicos en la enfermedad que resulto fatal y a uno llego a matarlo a patadas 2 77 Dejo cuatro hijos varones y varias hijas 77 Tres de los varones al Muktafi al Muqtadir y al Qahir se sucedieron en el trono el cuarto Harun no llego a califa 78 Al Mutadid fue el primer soberano abasi que fue enterrado dentro de la ciudad de Bagdad Como luego sus hijos fue inhumado en el antiguo palacio de los tahiries en la zona oeste de la ciudad que por entonces los califas empleaban como segunda residencia 79 Cuando Mutadid alcanzo el califato las desavenencias cesaron las provincias volvieron a la obediencia la guerra acabo los precios menguaron y la conmocion se calmo Los rebeldes se sometieron al nuevo califa la victoria corono su poder el este y el oeste reconocieron su autoridad ante la que se inclinaron la mayoria de sus adversarios y los que le habian disputado el poder Las praderas aureas 80 Al Mutadid habia heredado las habilidades para gobernar de su padre y se distinguio tanto por su capacidad militar como por su frugalidad fue pese a su severidad y crueldad uno de los grandes califas abasies 2 Se le atribuye el haber detenido temporalmente el declive del califato aunque su sistema de gobierno dependia en alto grado de la fuerza del monarca que estuviese al frente del Estado en ultimo termino el reinado fue demasiado corto para eliminar la tendencia decadente del califato y afianzar de manera duradera el poder abasi 1 Al Mutadid se aseguro de que su hijo y heredero al Muktafi estuviese preparado para asumir el cargo califal y para ello lo habia nombrado gobernador de Rayy y de la Mesopotamia superior 1 81 al Muktafi trato de proseguir la politica paterna pero carecia de suficiente energia El sistema gubernamental implantado por al Muwaffaq y al Mutadid exigia que del califa que participase en las campanas militares dando ejemplo y forjando vinculos de lealtad robustecidos por el mecenazgo entre el monarca y los militares El temperamento sedentario de al Muktafi empero era inadecuado para este papel de caudillo militar por lo que el nuevo califa inspiro escasa lealtad en el ejercito 82 Pese a ello el califato todavia tuvo algunos anos victoriosos recupero los territorios dominados hasta entonces por los tulunies en el 90 y vencio repetidamente a los carmatas pero el fallecimiento de al Muktafi en el 908 marco el final de la etapa denominada la restauracion abasi y el comienzo de una nueva crisis 83 84 85 Los principales funcionarios se hicieron con el poder y entregaron el trono al docil y debil al Muqtadir Los gastos militares y cortesanos aumentaron durante las decada siguientes al igual que la mala administracion y la rivalidad entre las fracciones civiles y militares de la Administracion Cuando al Muqtadir fue asesinado en el 932 el califato se hallaba en bancarrota y el poder paso a manos de una serie de caciques militares que se disputaron el control del califa y el titulo de amir al umara jefe del Ejercito El proceso de descaecimiento concluyo con la toma de Bagdad por los buyies en el 946 que eliminaron con toda sombra de poder califal A partir de entonces los califas fueron meros figurones personajes simbolicos carentes de poder politico militar o financiero 86 87 88 Nota Editar Un documento de la tesoreria califal de tiempos del advenimiento de al Mutadid indica que de los 7915 dinares que gastaba diariamente el tesoro 5121 se destinaban directamente a gastos militares otros 1943 a partidas como monturas y establos que tenian un uso a la vez militar y civil y tan solo 851 a otras como el funcionariado civil y el haren teoricamente civiles si bien la principal labor de los funcionarios parece haber sido precisamente asegurar el pago de las soldadas 52 Referencias Editar a b c d e f g h i j k l m n Kennedy 1993 pp 759 760 a b c d e f Zettersteen 1987 p 777 a b c d e f Bowen 1928 p 26 Kennedy 2001 pp 148 150 a b c d Bonner 2010 pp 323 324 Mottahedeh 1975 pp 77 78 Bonner 2010 pp 313 327 Kennedy 2001 p 148 Bonner 2010 p 314 a b Kennedy 2004a p 177 a b Bonner 2010 p 335 a b c Mottahedeh 1975 p 79 Kennedy 2001 pp 151 156 Kennedy 2004a pp 177 179 Kennedy 2001 pp 153 154 Kennedy 2001 pp 151 153 156 Bonner 2010 p 324 Kennedy 2004a p 179 Kennedy 2003 pp 26 35 a b c Sobernheim 1987 p 973 Bianquis 1998 pp 104 105 Bosworth 1975 pp 119 120 a b Kennedy 2001 p 152 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