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Teatro de la Cruz

El teatro de la Cruz fue un antiguo corral de comedias de Madrid, uno de los más populares de la ciudad junto con el de la Pacheca y el nuevo corral del Príncipe.[1]​ Fue escenario para autores como Lope de Vega, Luis Vélez de Guevara, Juan Ruiz de Alarcón, Tirso de Molina y Calderón de la Barca. A partir de la segunda mitad del siglo xviii el viejo corral quedó reformado como moderno 'coliseo' a la italiana,[2]​ estrenando en él sus piezas más populares dramaturgos como Leandro Fernández Moratín y José Zorrilla. Su tradición castiza hizo que durante un periodo se le conociese como el "teatro de los chisperos",[3]​ aunque su nombre oficial fue, según menciona Pedro Felipe Monlau en su guía de 1850, y aunque durante poco tiempo, el de Teatro del Drama,[4]​ pues desapareció en 1859.

Situación aproximada del antiguo corral de comedias de la Cruz, en la esquina de esta calle con la Plazuela del Ángel, en el plano de Pedro Texeira, hacia 1656.

En 1898 el fondo documental del teatro, los archivos de teatro y música, ingresaron en la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid, donde se pueden consultar, tanto de forma presencial como virtual.[5]​ Su larga tradición teatral se conmemora en una placa municipal sobre la fachada del edificio del número 35 de la calle de la Cruz.

Placa del Ayuntamiento de Madrid en recuerdo del Corral de comedias de La Cruz, colocada en la calle de la Cruz cerca de su confluencia con la plazuela del Ángel.

Historia

En 1579, las cofradías de la Pasión y de la Soledad compraron un corral grande, situado en la calle de la Cruz, junto a la plazuela del Ángel. El que llegaría a ser Teatro de la Cruz, fue inaugurado el 16 de septiembre de 1584, casi al mismo tiempo que el nuevo corral del Príncipe.[6]​ En él se dieron cita nobles y reyes con sus admiradas pupilas,[7]​ y pusieron en escena sus piezas más populares e inmortales los dramaturgos del Siglo de Oro español, entre los más conocidos cabe citar a Pedro Calderón de la Barca, Antonio Hurtado de Mendoza, Agustín Moreto, Juan Pérez de Montalbán, Francisco de Quevedo, Francisco de Rojas Zorrilla, Juan Ruiz de Alarcón, Tirso de Molina, Lope de Vega y Luis Vélez de Guevara.[8]

Entre 1666 y 1687 sufre una serie de intervenciones por el arquitecto Bartolomé Hurtado García. En el siglo xviii su mal estado de conservación obligó al ayuntamiento a reformarlo, transformándolo en un teatro moderno con capacidad para 1500 espectadores. Estas obras fueron encomendadas al arquitecto Pedro de Ribera, y estaban concluidas para la Pascua de Resurrección de 1737, cuando se representó la comedia El hijo del sol, Faetonte.[9]​ Durante el siglo xix la arquitectura de Ribera cayó en desgracia y el Teatro de la Cruz, por Real Orden de 1849, fue declarado “oprobio del arte” y ordenada su demolición; medida que tardaría en aplicarse, lo que permitió que abriese sus puertas en el año 1850, como Teatro del Drama.[4]​ De nuevo clausurado entre 1852 y 1857, fue derruido en 1859.[10]

Siglo XIX

 
Estampa del Teatro de la Cruz, representando una escena del drama El peluquero del emperador. Publicada en la La Ilustración, el 10 de diciembre de 1853.

En el teatro de la Cruz se estrenaron obras de Leandro Fernández de Moratín como El barón (1803), La mojigata (1804) o la más conocida El sí de las niñas (1806). Entre 1840 y 1845 se hizo cargo del teatro el empresario Juan Lombía, quien contrató en exclusiva a José Zorrilla, que en esos cinco años estrenó allí veintidós dramas, entre ellos la segunda parte de El zapatero y el rey, El puñal del godo y el famoso Tenorio (1844).[11]

En su último periodo pisaron sus tablas grandes actores goyescos como Rita Luna, Juan Carretero, Carlos Latorre, Manuela Carmona y Agustina Torres.[12]

La descripción de Galdós

En el segundo libro de los Episodios Nacionales, La Corte de Carlos IV, Benito Pérez Galdós, novelista y dramaturgo, describió así el Teatro de la Cruz:

"Este hijo de Apolo nos condujo en imponente procesión a la cazuela de la Cruz, donde debíamos manifestar con estudiadas señales de desagrado los errores de la escuela clásica. Mucho trabajo nos costó entrar en el coliseo, pues aquella tarde la concurrencia era extraordinaria; pero al fin, gracias a que habíamos acudido temprano, ocupamos los mejores asientos de la región paradisíaca, donde se concertaban todos los discordes ruidos de la pasión literaria, y todos los malos olores de un público que no brillaba por su cultura.

Ustedes creerán que el aspecto interior de los teatros de aquel tiempo se parece algo al de nuestros modernos coliseos. ¡Qué error tan grande! En el elevado recinto donde el poeta había fijado los reales de su tumultuoso batallón, existía un compartimiento que separaba los dos sexos, y de seguro el sabio legislador que tal cosa ordenó en los pasados siglos se frotaría con satisfacción las manos y daríase un golpe en la augusta frente, creyendo adelantar gran paso en la senda de la armonía entre hombres y mujeres. Por el contrario, la separación avivaba en hembras y varones el natural anhelo de entablar conversación, y lo que la proximidad hubiera permitido en voz baja, la pérfida distancia lo autorizaba en destempladas voces. Así es que entre uno y otro hemisferio se cruzaban palabras cariñosas, o burlonas o soeces, observaciones que hacían desternillar de risa a todo el ilustre concurso, preguntas que se contestaban con juramentos, y agudezas cuya malicia consistía en ser dichas a gritos. Frecuentemente de las palabras se pasaba a las obras, y algunas andanadas de castañas, avellanas, o cáscaras de naranjas, cruzaban de polo a polo, arrojadas por diestra mano, ejercicio que si interrumpía la función, en cambio regocijaba mucho a entrambas partes.
(...)
Mirando el teatro desde arriba parecía el más triste recinto que puede suponerse. Las macilentas luces de aceite que encendía un mozo saltando de banco en banco apenas le iluminaban a medias, y tan débilmente, que ni con anteojos se descubrían bien las descoloridas figuras del ahumado techo, donde hacía cabriolas un señor Apolo con lira y borceguíes encarnados. Era de ver la operación de encender la lámpara central, que, una vez consumada tan delicada maniobra, subía lentamente por máquina, entre las exclamaciones de la gente de arriba, que no dejaba pasar tan buena ocasión de manifestarse de un modo ruidoso.
Abajo también había compartimiento, y consistía en una fuerte viga, llamada degolladero, que separaba las lunetas, del patio propiamente dicho. Los palcos o aposentos eran unos cuchitriles estrechos y oscuros donde se acomodaban como podían las personas de pro; y como era costumbre que las damas colgasen en los antepechos sus chales y abrigos, el conjunto de las galerías tenía un aspecto tal, que parecía decoración hecha ex profeso para representar las calles de Postas o de Mesón de Paños.

El reglamento de teatros, publicado en 1803, tendía a corregir muchos de estos abusos; pero como nadie se cuidaba de hacerlo cumplir, sólo la costumbre y el progreso de la cultura reformó hábitos tan feos. Recuerdo que hasta mucho después de la época a que me refiero, las gentes conservaban el sombrero puesto, aunque el reglamento decía terminantemente en uno de sus artículos: En los aposentos de todos los pisos, y sin excepción de alguno, no se permitirá sombrero puesto, gorro, ni red al pelo; pero sí capa o capote para su comodidad."
La Corte de Carlos IV, Benito Pérez Galdós[13]

Referencias

  1. Gómez García, Manuel (1997). Diccionario del teatro. Madrid, Ediciones Akal. p. 216. ISBN 8446008270. 
  2. Documentación visual
  3. Andioc, René (1987). Teatro y Sociedad en el Madrid del siglo XVIII. Castalia. p. 10. ISBN 8470395068. 
  4. Monlau, 1850, p. 317.
  5. Davis, Charles (2004). Los aposentos del Corral de la Cruz, 1581-1823: estudio y documentos. Tamesis Books. p. 8. Consultado el 11 de julio de 2015. 
  6. Montoliu Camps, Pedro, "Enciclopedia de Madrid", p. 150-153
  7. Deleito y 1988, pp. 167-168.
  8. Deleito, 1988, p. 161.
  9. Thomason, 2005, pp. 69 y 81.
  10. Thomason, 2005, p. 311.
  11. José Zorrilla, Recuerdos del tiempo viejo, Círculo de Lectores, Barcelona, 1996, p. 105.
  12. Thomason, 2005.
  13. Pérez Galdós, Benito. Episodio Nacional n.º 2 serie 1. La Corte de Carlos IV. Cap.II, pag. 6 y 7.

Bibliografía

  • Deleito y Piñuela, José (1988). También se divierte el pueblo. Alianza Editorial. pp. 161 a 215. ISBN 8420603511. 
  • Fernández Muñoz, Ángel Luis (1989). Arquitectura teatral en Madrid. Ayuntamiento de Madrid, El Avapiés. pp. 63-67. ISBN 8486280362. 
  • Martínez Olmedilla, Augusto (1947). Los Teatros de Madrid. Anecdotario de la farándula madrileña. Madrid: Imprenta José Ruiz Alonso. OCLC 568723216. 
  • Pellicer, Casiano (1804). José María Díez Borque, ed. Tratado histórico sobre el origen y progreso de la comedia y del histrionismo en España con las censuras teológicas, reales resoluciones y providencias del Consejo supremo sobre comedias. Barcelona: Labor, 1975. ISBN 84-335-9816-3. 
  • Thomason, Phillip Brian (2005). El Coliseo de la Cruz, 1736-1860: estudio y documentos. Tamesis B. ISBN 9781855661141. 
  • Varios autores (1992). Consorcio Madrid Capital Europea de la Cultura 1992, ed. Cuatro Siglos de Teatro en Madrid. Exposición Museo Municipal, Teatro Albéniz, Teatro Español y Teatro María Guerrero, coord. por Fernanda Andura Varela. Madrid: Apsel. ISBN 8460427978. 
  • Teatros y comedias en Madrid, 1666-1687: estudio y documentos, Volumen 3, por J.E. Varey, N.D. Shergold

Véase también

Enlaces externos

  •   Datos: Q7691978

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El teatro de la Cruz fue un antiguo corral de comedias de Madrid uno de los mas populares de la ciudad junto con el de la Pacheca y el nuevo corral del Principe 1 Fue escenario para autores como Lope de Vega Luis Velez de Guevara Juan Ruiz de Alarcon Tirso de Molina y Calderon de la Barca A partir de la segunda mitad del siglo xviii el viejo corral quedo reformado como moderno coliseo a la italiana 2 estrenando en el sus piezas mas populares dramaturgos como Leandro Fernandez Moratin y Jose Zorrilla Su tradicion castiza hizo que durante un periodo se le conociese como el teatro de los chisperos 3 aunque su nombre oficial fue segun menciona Pedro Felipe Monlau en su guia de 1850 y aunque durante poco tiempo el de Teatro del Drama 4 pues desaparecio en 1859 Situacion aproximada del antiguo corral de comedias de la Cruz en la esquina de esta calle con la Plazuela del Angel en el plano de Pedro Texeira hacia 1656 En 1898 el fondo documental del teatro los archivos de teatro y musica ingresaron en la Biblioteca Historica Municipal de Madrid donde se pueden consultar tanto de forma presencial como virtual 5 Su larga tradicion teatral se conmemora en una placa municipal sobre la fachada del edificio del numero 35 de la calle de la Cruz Placa del Ayuntamiento de Madrid en recuerdo del Corral de comedias de La Cruz colocada en la calle de la Cruz cerca de su confluencia con la plazuela del Angel Indice 1 Historia 2 Siglo XIX 2 1 La descripcion de Galdos 3 Referencias 4 Bibliografia 5 Vease tambien 6 Enlaces externosHistoria EditarEn 1579 las cofradias de la Pasion y de la Soledad compraron un corral grande situado en la calle de la Cruz junto a la plazuela del Angel El que llegaria a ser Teatro de la Cruz fue inaugurado el 16 de septiembre de 1584 casi al mismo tiempo que el nuevo corral del Principe 6 En el se dieron cita nobles y reyes con sus admiradas pupilas 7 y pusieron en escena sus piezas mas populares e inmortales los dramaturgos del Siglo de Oro espanol entre los mas conocidos cabe citar a Pedro Calderon de la Barca Antonio Hurtado de Mendoza Agustin Moreto Juan Perez de Montalban Francisco de Quevedo Francisco de Rojas Zorrilla Juan Ruiz de Alarcon Tirso de Molina Lope de Vega y Luis Velez de Guevara 8 Entre 1666 y 1687 sufre una serie de intervenciones por el arquitecto Bartolome Hurtado Garcia En el siglo xviii su mal estado de conservacion obligo al ayuntamiento a reformarlo transformandolo en un teatro moderno con capacidad para 1500 espectadores Estas obras fueron encomendadas al arquitecto Pedro de Ribera y estaban concluidas para la Pascua de Resurreccion de 1737 cuando se represento la comedia El hijo del sol Faetonte 9 Durante el siglo xix la arquitectura de Ribera cayo en desgracia y el Teatro de la Cruz por Real Orden de 1849 fue declarado oprobio del arte y ordenada su demolicion medida que tardaria en aplicarse lo que permitio que abriese sus puertas en el ano 1850 como Teatro del Drama 4 De nuevo clausurado entre 1852 y 1857 fue derruido en 1859 10 Siglo XIX Editar Estampa del Teatro de la Cruz representando una escena del drama El peluquero del emperador Publicada en la La Ilustracion el 10 de diciembre de 1853 En el teatro de la Cruz se estrenaron obras de Leandro Fernandez de Moratin como El baron 1803 La mojigata 1804 o la mas conocida El si de las ninas 1806 Entre 1840 y 1845 se hizo cargo del teatro el empresario Juan Lombia quien contrato en exclusiva a Jose Zorrilla que en esos cinco anos estreno alli veintidos dramas entre ellos la segunda parte de El zapatero y el rey El punal del godo y el famoso Tenorio 1844 11 En su ultimo periodo pisaron sus tablas grandes actores goyescos como Rita Luna Juan Carretero Carlos Latorre Manuela Carmona y Agustina Torres 12 La descripcion de Galdos Editar En el segundo libro de los Episodios Nacionales La Corte de Carlos IV Benito Perez Galdos novelista y dramaturgo describio asi el Teatro de la Cruz Este hijo de Apolo nos condujo en imponente procesion a la cazuela de la Cruz donde debiamos manifestar con estudiadas senales de desagrado los errores de la escuela clasica Mucho trabajo nos costo entrar en el coliseo pues aquella tarde la concurrencia era extraordinaria pero al fin gracias a que habiamos acudido temprano ocupamos los mejores asientos de la region paradisiaca donde se concertaban todos los discordes ruidos de la pasion literaria y todos los malos olores de un publico que no brillaba por su cultura Ustedes creeran que el aspecto interior de los teatros de aquel tiempo se parece algo al de nuestros modernos coliseos Que error tan grande En el elevado recinto donde el poeta habia fijado los reales de su tumultuoso batallon existia un compartimiento que separaba los dos sexos y de seguro el sabio legislador que tal cosa ordeno en los pasados siglos se frotaria con satisfaccion las manos y dariase un golpe en la augusta frente creyendo adelantar gran paso en la senda de la armonia entre hombres y mujeres Por el contrario la separacion avivaba en hembras y varones el natural anhelo de entablar conversacion y lo que la proximidad hubiera permitido en voz baja la perfida distancia lo autorizaba en destempladas voces Asi es que entre uno y otro hemisferio se cruzaban palabras carinosas o burlonas o soeces observaciones que hacian desternillar de risa a todo el ilustre concurso preguntas que se contestaban con juramentos y agudezas cuya malicia consistia en ser dichas a gritos Frecuentemente de las palabras se pasaba a las obras y algunas andanadas de castanas avellanas o cascaras de naranjas cruzaban de polo a polo arrojadas por diestra mano ejercicio que si interrumpia la funcion en cambio regocijaba mucho a entrambas partes Mirando el teatro desde arriba parecia el mas triste recinto que puede suponerse Las macilentas luces de aceite que encendia un mozo saltando de banco en banco apenas le iluminaban a medias y tan debilmente que ni con anteojos se descubrian bien las descoloridas figuras del ahumado techo donde hacia cabriolas un senor Apolo con lira y borceguies encarnados Era de ver la operacion de encender la lampara central que una vez consumada tan delicada maniobra subia lentamente por maquina entre las exclamaciones de la gente de arriba que no dejaba pasar tan buena ocasion de manifestarse de un modo ruidoso Abajo tambien habia compartimiento y consistia en una fuerte viga llamada degolladero que separaba las lunetas del patio propiamente dicho Los palcos o aposentos eran unos cuchitriles estrechos y oscuros donde se acomodaban como podian las personas de pro y como era costumbre que las damas colgasen en los antepechos sus chales y abrigos el conjunto de las galerias tenia un aspecto tal que parecia decoracion hecha ex profeso para representar las calles de Postas o de Meson de Panos El reglamento de teatros publicado en 1803 tendia a corregir muchos de estos abusos pero como nadie se cuidaba de hacerlo cumplir solo la costumbre y el progreso de la cultura reformo habitos tan feos Recuerdo que hasta mucho despues de la epoca a que me refiero las gentes conservaban el sombrero puesto aunque el reglamento decia terminantemente en uno de sus articulos En los aposentos de todos los pisos y sin excepcion de alguno no se permitira sombrero puesto gorro ni red al pelo pero si capa o capote para su comodidad La Corte de Carlos IV Benito Perez Galdos 13 Referencias Editar Gomez Garcia Manuel 1997 Diccionario del teatro Madrid Ediciones Akal p 216 ISBN 8446008270 Documentacion visual Andioc Rene 1987 Teatro y Sociedad en el Madrid del siglo XVIII Castalia p 10 ISBN 8470395068 a b Monlau 1850 p 317 Davis Charles 2004 Los aposentos del Corral de la Cruz 1581 1823 estudio y documentos Tamesis Books p 8 Consultado el 11 de julio de 2015 Montoliu Camps Pedro Enciclopedia de Madrid p 150 153 Deleito y 1988 pp 167 168 Deleito 1988 p 161 Thomason 2005 pp 69 y 81 Thomason 2005 p 311 Jose Zorrilla Recuerdos del tiempo viejo Circulo de Lectores Barcelona 1996 p 105 Thomason 2005 Perez Galdos Benito Episodio Nacional n º 2 serie 1 La Corte de Carlos IV Cap II pag 6 y 7 Bibliografia EditarDeleito y Pinuela Jose 1988 Tambien se divierte el pueblo Alianza Editorial pp 161 a 215 ISBN 8420603511 Fernandez Munoz Angel Luis 1989 Arquitectura teatral en Madrid Ayuntamiento de Madrid El Avapies pp 63 67 ISBN 8486280362 Martinez Olmedilla Augusto 1947 Los Teatros de Madrid Anecdotario de la farandula madrilena Madrid Imprenta Jose Ruiz Alonso OCLC 568723216 Pellicer Casiano 1804 Jose Maria Diez Borque ed Tratado historico sobre el origen y progreso de la comedia y del histrionismo en Espana con las censuras teologicas reales resoluciones y providencias del Consejo supremo sobre comedias Barcelona Labor 1975 ISBN 84 335 9816 3 Thomason Phillip Brian 2005 El Coliseo de la Cruz 1736 1860 estudio y documentos Tamesis B ISBN 9781855661141 Varios autores 1992 Consorcio Madrid Capital Europea de la Cultura 1992 ed Cuatro Siglos de Teatro en Madrid Exposicion Museo Municipal Teatro Albeniz Teatro Espanol y Teatro Maria Guerrero coord por Fernanda Andura Varela Madrid Apsel ISBN 8460427978 Teatros y comedias en Madrid 1666 1687 estudio y documentos Volumen 3 por J E Varey N D ShergoldVease tambien EditarCorrales de comedias de MadridEnlaces externos Editar Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre Corrales de comedias Datos Q7691978Obtenido de https es wikipedia org w index php title Teatro de la Cruz amp oldid 135369000, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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