Río Tinto Minera
Río Tinto Minera (RTM) fue una empresa española del sector minero-industrial, cuya actividad estaba centrada en la cuenca minera de Riotinto-Nerva. Nacida en sus orígenes como una filial del grupo Explosivos Río Tinto (ERT), la empresa estuvo activa entre los años 1978 y 1995, atravesando diversas vicisitudes económicas. RTM terminaría cesando sus operaciones debido a su abultada deuda y la crisis que vivía la minería en esos años.
Río Tinto Minera | ||
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Acrónimo | RTM | |
Tipo | Sociedad anónima | |
Industria | Minería | |
Fundación | 1978 | |
Disolución | 1995 | |
Sede | Madrid | |
Historia
Creación y primeros tiempos
La empresa fue creada en junio de 1978[1] como sucesora de la Río Tinto Patiño, tras la salida años antes del grupo Patiño de su accionariado. En un principio la RTM estaba participada en un 75% por el grupo español Unión Explosivos Río Tinto (ERT) y en un 25% por la británica Rio Tinto-Zinc Corporation (RTZ), si bien esta última aumentaría su participación hasta el 49% durante el período 1979-1980.[1] Se da la circunstancia de que RTZ era la heredera de la histórica Rio Tinto Company Limited, empresa que había controlado el complejo de las minas de Riotinto entre 1873 y 1954. Con la creación de Río Tinto Minera el grupo ERT concentró de nuevo bajo una misma dirección todas las líneas de negocio de la cuenca minera (cobre, oro, plata y piritas).[1] Encontrándose una situación en que el negocio no daba los resultados apetecidos, la dirección de la empresa adoptó una estrategia de expansión que incluía nuevos planes de exploración para los siguientes años, una modernización del equipo utilizado y una ampliación de las labores de extración en los yacimientos.[1] También se procedió a una ampliación de las plantas que RTM poseía tanto en la cuenca de Riotinto como en el Polo Químico de Huelva.
Años de crisis
No obstante, la estrategia expansiva emprendida por Río Tinto Minera acabó resultando un fracaso. Durante la década de 1980 la situación económica de la RTM no fue buena debido a la crisis que vivía la minería en aquellos años, imperando frecuentes saldos negativos en las cuentas de la empresa. La deuda contraída con los bancos también creció exponencialmente, lo que comprometió las estrategias futuras de la filial minera del grupo ERT. Otra adversidad a la que tuvo que enfrentarse RTM fue la importante caída que atravesaba en esos años el precio del cobre en los mercados internacionales, por lo que la línea de negocio del cobre en Riotinto se convirtió en un auténtico «sumidero de dinero».[2] Como resultado, entre 1977 y 1986 las pérdidas acumuladas superaron los 12.000 millones de pesetas.[2] Desde el grupo ERT se adoptó una política de restricción de gastos que llevaría a la clausura del centenario ferrocarril de Riotinto (1984) y de la línea de producción de cobre (1987).[3]
En 1989 la RTM pasó a manos del holding Ercros, junto al resto de empresas del antiguo grupo ERT.[4] Esta situación no duraría mucho tiempo, pues Ercros en 1993 —poco después de haberse declarado en suspensión de pagos— vendería su participación en Río Tinto Minera a la estadounidense Freeport-McMoRan.[5] Para entonces ya había cesado la explotación de Corta Atalaya y solo se mantenía en activo el yacimiento de Cerro Colorado. Ante la situación de déficits constantes que vivía la empresa minera, la nueva propietaria llegó a trazar un plan de viabilidad para el negocio que presentó a los trabajadores. Las negociaciones entre ambas partes no fueron fructíferas, por lo que en 1995 Freerport vendió sus activos a los trabajadores de RTM —que se constituyeron en una sociedad anónima laboral—.[n. 1]
Iniciativas culturales
Por iniciativa de Río Tinto Minera en 1987 se creó la Fundación Río Tinto,[7] una institución privada sin ánimo de lucro que tenía entre sus objetivos la conservación y restauración del conjunto patrimonial existente en la zona. Para ello se preveía la creación de un Parque Minero con fines culturales, turísticos y recreativos. La RTM transfirió a la Fundación buena parte de sus activos patrimoniales heredados de los anteriores propietarios de las minas. Se inició entonces una labor que pocos años después acabaría llevando a la inauguración del Museo Minero de Riotinto (1992) o a la puesta en marcha del Ferrocarril Turístico Minero (1994).[8]
Véase también
Notas
- La empresa norteamericana vendió por 1 peseta cada una de las 670.000 acciones de Río Tinto Minera a los 520 trabajadores de RTM, que se hacían así con el control de todas las instalaciones. A cambio de esta venta Freerport se vio liberada de estos activos deficitarios y de tener que asumir responsabilidades medioambientales por las agresivas actividades mineras del pasado.[6]
Referencias
- ↑ Arenas Posadas, 2017, p. 125.
- ↑ Arenas Posadas, 2017, p. 128.
- Arenas Posadas, 2017, pp. 132-133.
- Arenas Posadas, 2017, p. 131.
- Arenas Posadas, 2017, p. 132.
- Arenas Posadas, 2017, p. 135.
- Delgado, Campos y Fiñana, 2007, p. 21.
- García, Delgado y Felicidades, 2013, pp. 137-138.
Bibliografía
- Arenas Posadas, Carlos (2017). «Riotinto, el declive de un mito minero (1954-2003)». Revista de Historia Industrial (Barcelona: Universidad de Barcelona) (69): 109-142. ISSN 1132-7200.
- Delgado, Aquilino; Campos, Ángel; Fiñana, Francisco (2007). «La recuperación del patrimonio ferroviario llevada a cabo por Fundación Río Tinto. Cuenca minera de Riotinto (Huelva)». De Re Metallica (8) (Madrid: Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero). pp. 19-28. ISSN 1888-8615.
- García, Francisco Javier; Delgado, Aquilino; Felicidades, Jesús (2013). «El turismo en la cuenca minera de Riotinto». Cuadernos de turismo (31) (Murcia: Universidad de Murcia). pp. 129-152. ISSN 1139-7861.