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La pradera de San Isidro

La pradera de San Isidro (1788) es un boceto de Francisco de Goya, pintado para una serie de cartones para tapices destinados a la decoración del dormitorio de las infantas del Palacio de El Pardo. Con la muerte de Carlos III el conjunto del proyecto quedó inacabado, y el cuadro, previsto para medir siete metros y medio de longitud, quedó en un minucioso apunte. El boceto pasó a propiedad de los duques de Osuna hasta 1896, año en que fue adquirido por el Museo del Prado.[1]​ A pesar de su pequeño tamaño, ha llegado a convertirse en el modelo iconográfico del Madrid goyesco.[2]

La pradera de San Isidro
Año 1788
Autor Francisco de Goya
Técnica Óleo sobre lienzo
Estilo Rococó
Tamaño 42 cm × 94 cm
Localización Museo del Prado, Madrid, España España
País de origen España

En él se muestra una vista de Madrid desde la ermita de San Isidro, patrón de la ciudad, el día de la romería. El asunto de la obra, en palabras del propio autor a su amigo de la infancia Martín Zapater, es

la Pradera de San Isidro, en el mismo día del Santo con todo el bullicio que en esta Corte acostumbra haver. [sic]

Como es tradicional, tras la misa la multitud se emplaza en las suaves laderas para gozar de un tiempo de esparcimiento. Goya aprovecha para mostrar una vista de Madrid al otro lado del Manzanares, en uno de los pocos motivos de paisaje salidos de la mano del artista. En él se aprecian en la lejanía la gran cúpula de la San Francisco el Grande y la mole del entonces nuevo Palacio Real. En primer término un grupo muy dinámico de figuras de conversan animadamente y tras ellos, y a la orilla, en el plano intermedio, se ve la algarabía de la muchedumbre más y más diminuta perdiéndose a la izquierda en la orilla del río.

Análisis

Este boceto para un cartón pertenece a una serie para la decoración del Palacio de El Pardo, cuyos temas iban a ser los ambientes campestres y las diversiones al aire libre. En dicho conjunto se incluyen La ermita de San Isidro, La merienda y La gallina ciega, que es el único del que se completó el óleo sobre lienzo definitivo.

El cuadro presenta en muy pequeñas dimensiones una gran sensación de espacio, pues en él aparece una gran masa de gente, que corresponde a la algarabía del día festivo. Este carácter se ve acentuado por la gama de tonos blancos, rosados, verdes y azules, salpicado aquí y allá por alguna pincelada roja para dar variedad, en los vestidos de algunas de las pequeñas figuras. En este cuadro utiliza Goya una imprimación de gama fría, innovando con respecto a su primera época de aprendizaje en el taller de José Luzán —y que mantendría por mucho tiempo— en que la preparación era siempre a base de tierras rojas, la llamada «tierra de Sevilla» que, con el efecto de veladura, daba lugar a transparencias tostadas debido al exceso de óleo. Todo ello hacía que la obra de su primera época adoptara tonos muy calientes, tostados. Aquí el resultado es que predominan los oros venecianos, perlas, grises y rosados. Sin embargo la zona intermedia está resuelta en tonos oscuros, lo que centra la mirada en profundidad, dejando a los personajes del primer plano como un marco.

Es la profundidad de esta vista lo más notable, y para ello tenemos la perspectiva —posiblemente la del emplazamiento que Goya usó captando la imagen del natural— desde los suaves oteros de los alrededores de la ermita del santo patrón. Desde allí vislumbramos el río, a cuya orilla vienen y van los romeros, presumiblemente a través del puente de barcas del centro de la imagen, el que daba el paso directamente hacia la zona de la ermita. Al margen derecho se aprecia la bajada de la calle de Toledo que da paso al sólido puente homónimo, y a la izquierda, el de Segovia. Toda la topografía es realista, como nunca lo fue en la pintura de Goya, que dejaba indefinidos los paisajes de fondo, imprecisos o abocetados, y que cumplían la función de no distraer y resaltar el asunto central. Es este un caso único, porque los recursos van dirigidos a profundizar en el paisaje. Así, un poco a la derecha del centro y a la orilla del río se destacan dos majos y dos majas bailando, que se recortan en negro contrastando con la corriente clara del río. Son de un tamaño mayor que algunos de los personajes situados en su mismo plano, con lo que Goya transgrede el realismo naturalista para aplicar los efectos necesarios para que el arte embellezca la naturaleza, como dictaban las poéticas del Neoclasicismo. Asimismo, organiza a su gusto la iluminación, dejando estas cuatro figuras en sombra, para que el contraste de tonos sea mayor.

En cuanto a la composición, el cuadro carece de una clara unidad. Parece optar por la dispersión de los puntos de atención, y en esto Goya sí que está obviando las normas preceptivas de las unidades neoaristotélicas. Solo se acota la posible huida de la atención a los márgenes del cuadro mediante la posición de las figuras del primer plano (figuras estas de elevada posición social y con gestos y relaciones muy dinámicas), puesto que las figuras de los extremos encierran formando a modo de paréntesis a las más centrales. De ese modo, el coche más destacado de la izquierda se dirige a la derecha y lo mismo ocurre con otros del lado derecho, su dirección establece una línea de dirección que conforman fuerzas centrípetas.

Como cuadro costumbrista, tantas figuras reunidas muestran la idea querida por la realeza ilustrada —destinataria, al fin, del cuadro— de mezcla armoniosa de las diferentes clases y estamentos sociales. Allí aparecen majos, ferientes, vendedores y todo tipo de paseantes y vehículos: desde cabriolés y calesas hasta berlinas, carrozas y tartanas, para el desplazamiento de las gentes más humildes. Las indumentarias van desde las casacas a la moda francesa de los personajes del primer plano hasta las lanas y telas más burdas de las clases bajas.

El resultado de plantear la zona intermedia como una franja de tono oscuro provocaría muchos problemas para la realización del tapiz, aumentados por la cantidad de figuras humanas. De hecho, en una carta Goya le comenta a su amigo Martín Zapater que su trabajo en este cuadro lo realiza «con mucho empeño y desazón». Estos cuadros, resueltos por Goya con una técnica pictórica impresionista, eran de difícil reproducción en la Real Fábrica de Tapices y ocasionaría al pintor no pocos problemas con su trabajo. De hecho, es uno de los primeros cuadros de Goya en utilizar las grandes masas pintadas de modo muy libre, favorecido por las características y rápida ejecución del abocetado previo a la realización de los cartones.

Referencias

  1. Goya, Francisco. «La pradera de San Isidro (ficha)». museodelprado.es. Consultado el 27 de junio de 2015. 
  2. Calvo Serraller, Francisco (1997). Homenaje a Francisco de Goya y Ramón Gómez de la Serna. Círculo de Lectores. p. 38. 

Bibliografía

  • D'ORS FÜHRER, Carlos, y MORALES MARÍN, José Luis, Los genios de la pintura: Francisco de Goya, Madrid, Sarpe, 1990, pág. 93. Sección «Estudio de la obra seleccionada», por Carlos D'Orf Führer, pág. 86. ISBN 84-7700-100-2
  • GLENDINNING, Nigel, Francisco de Goya, Madrid, Cuadernos de Historia 16 (col. «El arte y sus creadores», nº 30), 1993, págs. 131-132.
  • LUNA, Juan J., «La pradera de San Isidro» [en línea], en Catálogo de la exposición celebrada en el Museo de Zaragoza del 3 de octubre al 1 de diciembre de 1996, nº 19: La pradera de San Isidro. Citado por la página web Realidad e imagen: Goya 1746 - 1828.

Enlaces externos

  •   Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre La pradera de San Isidro.
  •   Datos: Q3788057
  •   Multimedia: Pradera de San Isidro / Q3788057

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La pradera de San Isidro 1788 es un boceto de Francisco de Goya pintado para una serie de cartones para tapices destinados a la decoracion del dormitorio de las infantas del Palacio de El Pardo Con la muerte de Carlos III el conjunto del proyecto quedo inacabado y el cuadro previsto para medir siete metros y medio de longitud quedo en un minucioso apunte El boceto paso a propiedad de los duques de Osuna hasta 1896 ano en que fue adquirido por el Museo del Prado 1 A pesar de su pequeno tamano ha llegado a convertirse en el modelo iconografico del Madrid goyesco 2 La pradera de San IsidroAno1788AutorFrancisco de GoyaTecnicaoleo sobre lienzoEstiloRococoTamano42 cm 94 cmLocalizacionMuseo del Prado Madrid Espana EspanaPais de origenEspana editar datos en Wikidata En el se muestra una vista de Madrid desde la ermita de San Isidro patron de la ciudad el dia de la romeria El asunto de la obra en palabras del propio autor a su amigo de la infancia Martin Zapater es la Pradera de San Isidro en el mismo dia del Santo con todo el bullicio que en esta Corte acostumbra haver sic Como es tradicional tras la misa la multitud se emplaza en las suaves laderas para gozar de un tiempo de esparcimiento Goya aprovecha para mostrar una vista de Madrid al otro lado del Manzanares en uno de los pocos motivos de paisaje salidos de la mano del artista En el se aprecian en la lejania la gran cupula de la San Francisco el Grande y la mole del entonces nuevo Palacio Real En primer termino un grupo muy dinamico de figuras de conversan animadamente y tras ellos y a la orilla en el plano intermedio se ve la algarabia de la muchedumbre mas y mas diminuta perdiendose a la izquierda en la orilla del rio Indice 1 Analisis 2 Referencias 3 Bibliografia 4 Enlaces externosAnalisis EditarEste boceto para un carton pertenece a una serie para la decoracion del Palacio de El Pardo cuyos temas iban a ser los ambientes campestres y las diversiones al aire libre En dicho conjunto se incluyen La ermita de San Isidro La merienda y La gallina ciega que es el unico del que se completo el oleo sobre lienzo definitivo El cuadro presenta en muy pequenas dimensiones una gran sensacion de espacio pues en el aparece una gran masa de gente que corresponde a la algarabia del dia festivo Este caracter se ve acentuado por la gama de tonos blancos rosados verdes y azules salpicado aqui y alla por alguna pincelada roja para dar variedad en los vestidos de algunas de las pequenas figuras En este cuadro utiliza Goya una imprimacion de gama fria innovando con respecto a su primera epoca de aprendizaje en el taller de Jose Luzan y que mantendria por mucho tiempo en que la preparacion era siempre a base de tierras rojas la llamada tierra de Sevilla que con el efecto de veladura daba lugar a transparencias tostadas debido al exceso de oleo Todo ello hacia que la obra de su primera epoca adoptara tonos muy calientes tostados Aqui el resultado es que predominan los oros venecianos perlas grises y rosados Sin embargo la zona intermedia esta resuelta en tonos oscuros lo que centra la mirada en profundidad dejando a los personajes del primer plano como un marco Es la profundidad de esta vista lo mas notable y para ello tenemos la perspectiva posiblemente la del emplazamiento que Goya uso captando la imagen del natural desde los suaves oteros de los alrededores de la ermita del santo patron Desde alli vislumbramos el rio a cuya orilla vienen y van los romeros presumiblemente a traves del puente de barcas del centro de la imagen el que daba el paso directamente hacia la zona de la ermita Al margen derecho se aprecia la bajada de la calle de Toledo que da paso al solido puente homonimo y a la izquierda el de Segovia Toda la topografia es realista como nunca lo fue en la pintura de Goya que dejaba indefinidos los paisajes de fondo imprecisos o abocetados y que cumplian la funcion de no distraer y resaltar el asunto central Es este un caso unico porque los recursos van dirigidos a profundizar en el paisaje Asi un poco a la derecha del centro y a la orilla del rio se destacan dos majos y dos majas bailando que se recortan en negro contrastando con la corriente clara del rio Son de un tamano mayor que algunos de los personajes situados en su mismo plano con lo que Goya transgrede el realismo naturalista para aplicar los efectos necesarios para que el arte embellezca la naturaleza como dictaban las poeticas del Neoclasicismo Asimismo organiza a su gusto la iluminacion dejando estas cuatro figuras en sombra para que el contraste de tonos sea mayor En cuanto a la composicion el cuadro carece de una clara unidad Parece optar por la dispersion de los puntos de atencion y en esto Goya si que esta obviando las normas preceptivas de las unidades neoaristotelicas Solo se acota la posible huida de la atencion a los margenes del cuadro mediante la posicion de las figuras del primer plano figuras estas de elevada posicion social y con gestos y relaciones muy dinamicas puesto que las figuras de los extremos encierran formando a modo de parentesis a las mas centrales De ese modo el coche mas destacado de la izquierda se dirige a la derecha y lo mismo ocurre con otros del lado derecho su direccion establece una linea de direccion que conforman fuerzas centripetas Como cuadro costumbrista tantas figuras reunidas muestran la idea querida por la realeza ilustrada destinataria al fin del cuadro de mezcla armoniosa de las diferentes clases y estamentos sociales Alli aparecen majos ferientes vendedores y todo tipo de paseantes y vehiculos desde cabrioles y calesas hasta berlinas carrozas y tartanas para el desplazamiento de las gentes mas humildes Las indumentarias van desde las casacas a la moda francesa de los personajes del primer plano hasta las lanas y telas mas burdas de las clases bajas El resultado de plantear la zona intermedia como una franja de tono oscuro provocaria muchos problemas para la realizacion del tapiz aumentados por la cantidad de figuras humanas De hecho en una carta Goya le comenta a su amigo Martin Zapater que su trabajo en este cuadro lo realiza con mucho empeno y desazon Estos cuadros resueltos por Goya con una tecnica pictorica impresionista eran de dificil reproduccion en la Real Fabrica de Tapices y ocasionaria al pintor no pocos problemas con su trabajo De hecho es uno de los primeros cuadros de Goya en utilizar las grandes masas pintadas de modo muy libre favorecido por las caracteristicas y rapida ejecucion del abocetado previo a la realizacion de los cartones Referencias Editar Goya Francisco La pradera de San Isidro ficha museodelprado es Consultado el 27 de junio de 2015 Calvo Serraller Francisco 1997 Homenaje a Francisco de Goya y Ramon Gomez de la Serna Circulo de Lectores p 38 Bibliografia EditarD ORS FUHRER Carlos y MORALES MARIN Jose Luis Los genios de la pintura Francisco de Goya Madrid Sarpe 1990 pag 93 Seccion Estudio de la obra seleccionada por Carlos D Orf Fuhrer pag 86 ISBN 84 7700 100 2 GLENDINNING Nigel Francisco 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