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Economía de la Antigua Roma

La República de Roma dominaba una vasta extensión de tierra con enormes recursos naturales y humanos. Como tal, la economía en la antigua Roma se mantuvo concentrada en la agricultura y el comercio. El comercio agrícola libre cambió el panorama italiano y, por el siglo I a.C., las enormes haciendas dedicadas al cultivo de la vid, de los cereales y de la oliva, propiedad de grandes terratenientes, habían estrangulado a los pequeños agricultores, que no pudieron igualar el precio del grano importado. La anexión de Egipto, Sicilia y Cartago (actual Túnez) proporcionó un suministro continuo de cereales. A su vez, el aceite de oliva y el vino fueron las principales exportaciones de Italia. Ya por entonces se practicaba la rotación de dos hojas, pero la productividad agrícola en general fue baja: alrededor de 1 tonelada por hectárea.

PIB hacia el 1 d. C. de diferentes regiones del imperio, se aprecia el peso de Italia y las regiones orientales del imperio. Fuente: University of Groningen[1]

Agricultura

La agricultura era una actividad que estaba muy bien considerada dentro de la sociedad romana, al contrario de lo que sucedía con la artesanía. Roma, en sus orígenes, había sido una comunidad de pastores y agricultores, por lo que la tradición hacía esta actividad es una profesión casi sagrada. Incluso los Patricios se dedicaban al cultivo de la tierra y a la cría del ganado: estos patricios eran propietarios de grandes haciendas cuyo mantenimiento y explotación recaía en la mano de obra esclava que vivía en estas fincas durante todo el año al cuidado de un capataz que, a su vez, era un esclavo de confianza del propietario. Estas enormes fincas producían todo tipo de alimentos. Si se daba el caso de que la explotación se encontraba cerca de alguna ciudad, los frutos de la cosecha se trasladaban diariamente a su mercado y se vendían, ya que solían ser productos que se estropeaban con el paso del tiempo, tales como frutas, hortalizas y verduras frescas, que eran muy apreciadas por los habitantes de las grandes ciudades.

 
Escena de recolección en la época romana

Por el contrario, si la explotación agrícola se encontraba muy alejada de las urbes, los productos frescos eran utilizados para el consumo inmediato de los propietarios (que solían vivir en las fincas alejadas, apartados del bullicio de las ciudades) y trabajadores libres y, en menor medida, esclavos de la explotación. Los productos que se vendían en la civitas (ciudad) eran los que no perecían con el paso del tiempo, tales como vino, uvas, aceite, aceitunas, trigo, cebada, avena etc., cultivos a los que se dedicaba la mayor cantidad de terreno para su producción.

Existían también campesinos libres que cultivaban su propia tierra con la ayuda de sus propias familias, o bien los que arrendaban parcelas a los Patricios (cuyas posesiones podían extenderse ininterrumpidamente durante kilómetros y kilómetros) a cambio de dinero o a cambio de pagos en especie, generalmente una fracción de la cosecha que el campesino producía.

La técnica que los romanos usaban al cultivar la tierra ha perdurado, en lo esencial, hasta nuestros días. En primer lugar, como en todos los países mediterráneos de la actualidad, se practicaba la rotación de dos hojas. Esta rotación consistía, y consiste, en cultivar y dejar en barbecho los campos alternativamente, para mantener la fertilidad del suelo y acumular humedad. Este tipo de rotación se adaptaba a los suelos arenosos y a los veranos largos y secos de la cuenca mediterránea, aunque no a los del Noroeste de Europa (como en la Galia Lugdunense), donde los suelos son más compactos y el arado romano, debido a su debilidad, no podía levantar la tierra. Por ello cultivaban las tierras arenosas calizas de las lomas, dotadas de su drenaje natural, y evitaban los suelos más compactos, pero más fértiles, de valles y mesetas.[2]

Lo que no ha perdurado hasta hoy es la técnica que los romanos usaban para arar los campos. Los arados romanos eran muy ligeros, como se acaba de indicar. Por lo tanto, al ser de madera, no dejaban los característicos surcos que podemos observar hoy en día en las tierras aradas. En su lugar, este arado lo único que conseguía era arañar la superficie de la tierra, por lo que el agricultor tenía que dibujar una cuadrícula por toda la parcela, para aprovecharla en toda su extensión.[3]

 
Azada romana de hierro, 2000 años de antigüedad. Puede ser vista en el Field Museum of Natural History (Chicago).

La época más activa en el campo era el otoño. Hacia principios de octubre se empezaba a sembrar el trigo y la cebada, terminando a mediados, o incluso a finales, de noviembre. Una vez finalizada la siembra, hacia mediados de diciembre, había que recoger las aceitunas, que posteriormente eran prensadas para obtener aceite, el cual se almacenaba en tinajas de barro precintadas con brea que eran destinadas a la venta o a su posterior consumo por parte de los residentes en la explotación. Además, el otoño era el momento de la matanza del ganado, con el adobe y el embutido de sus carnes (con las que se fabricaban exquisitos jamones, lomos adobados, chorizos y una especie de mortadela); del esquile de las ovejas y del arado de las tierras.

En el invierno, sin embargo, las actividades que se realizaban eran menos pesadas, aunque igualmente importantes. La mayoría de los trabajos invernales eran de índole doméstica, es decir, era la época de las reparaciones, de tejer cestos de mimbre, de fabricar queso, herramientas, tinajas y arados, de tejer la lana de las ovejas y curtir pieles etc.

El verano era igual de intenso que el otoño, ya que, a finales de primavera, comenzaba la temporada de recogida de las hortalizas, seguida de la siega de la cebada y del trigo hasta casi principios del otoño, ya en septiembre, que terminaba con la recogida de las uvas, la vendimia, y su posterior prensado para hacer vino.

Puede decirse que la vida del campesinado en tiempos de la Antigua Roma era muy dura; además, los campesinos solían vivir en condiciones muy humildes, rozando el umbral de la pobreza (y traspasándolo, generalmente), y de ninguna manera llegaban a percibir los mismos ingresos que un carpintero o que un alfarero, por ejemplo, que trabajara en la ciudad, ya que en ésta existía un grado de especialización que no se daba en el campo. Pero los campesinos también tenían sus jornadas de descanso. Cuatro veces al mes, cada siete días, los campesinos (libres, eso sí) detenían sus actividades y acudían a la ciudad a vender sus productos, a comprar simiente y utensilios variados e incluso a asistir al circo.

Además, hacia finales del invierno los campesinos realizaban una serie de fiestas, las Paganalia, mediante las cuales por mandato de los dioses entonces reposaba el arado, pues la religión establecía el descanso tanto para el criado y el buey como para el labrador y el dueño.[4]​ Habitualmente, estas fiestas se realizaban en enero, por lo que ni la cosecha ni las labores relativas al ganado sufrían alteración alguna.

Solemos pensar que en lo que respecta al campo los romanos no hicieron grandes avances tecnológicos. Aquí nos equivocamos, puesto que, además de generalizar el arrendamiento de las parcelas de tierra (a otros ciudadanos o al Estado) promovieron el uso de molinos de agua y, en menor medida, de viento para poder moler el grano; inventaron una mejorada prensa de aceite, novedosas técnicas de regadío y generalizaron el uso de abonos y otros fertilizantes naturales.

Trabajo en la ciudad

El trabajo que se realizaba en las ciudades era muy distinto que el realizado en el campo. Para los romanos, al contrario de lo que sucedía con la agricultura, el comercio y el trabajo manual no gozaban de gran consideración.[5]​ Era normal dejarlo en manos de clases sociales inferiores, de extranjeros e incluso de esclavos. Esto puede hacernos pensar que en las ciudades romanas había muy pocos artesanos y fabricantes de utensilios, pero, en realidad, no fue así. Incluso, paradójicamente, el Derecho romano permitía y promovía una considerable libertad de empresa y no penalizaba las operaciones comerciales.[3]​ Este Derecho cuidaba del cumplimiento estricto de los contratos, de hacer respetar el derecho de propiedad privada y de llegar a un acuerdo rápido en las disputas. hay que decir, en lo referente a los contratos, que su uso era tan común como hoy en día. Los contratos que se realizaban con el Estado, generalmente de arrendamiento de tierras para el pasto del ganado, podían tener fiadores (praevides). También existían las Tabulae (el contrato de esponsales). De los contratos se exigía su cumplimiento, que, de lo contrario, suponía el tener que pagar una indemnización por parte del infractor. También existían contratos para las ventas (emancipatio). Estos se realizaban con la entrega del bien y el pago correspondiente ante testigos, siendo entonces una venta perfecta. Si se incumplían los términos, el infractor debía indemnizar a la otra parte como si le hubiera robado el bien. Incluso también se hacían contratos para el préstamo de dinero. El prestamista entregaba la suma de dinero al prestatario ante testigos, y este último tenía la obligación (nexum) de devolver el capital más los intereses,[6]​ un 10 % anual, generalmente. Si el prestatario no pagaba, el prestamista, después del obligado proceso judicial, podía desposeerle de todas sus propiedades para recuperar lo prestado, convertirle en esclavo suyo e incluso matarlo, aunque en tiempos más tardíos de la historia de Roma esta práctica cayó en desuso.

 
El foro romano, centro de la actividad económica en la Antigua Roma

Como se acaba de mencionar, en las ciudades romanas existían numerosos talleres y “empresas”. Cada ciudadano, fuera libre o esclavo, desarrollaba una actividad, desde la manufactura y el comercio hasta las profesiones de maestro, banquero y arquitecto, aunque estas últimas no tenían la misma consideración que se las da hoy en día. Tejedores, alfareros, zapateros, herreros, tintoreros, vidrieros, orfebres y un largo etcétera ofrecían sus productos al público en el mismo lugar donde los fabricaban, atrayendo a los posibles compradores con toda suerte de artimañas y predicando a voces la excelencia de sus productos y lo irrisorio de sus precios. Toda calle romana era una ruidosa mezcla de gente, niños jugando, mendigos y comerciantes dando a conocer a voces sus productos, cada cual más alto para tapar a la competencia. Los más abundantes, y los que más vociferaban, eran los comerciantes de alimentos, y no existía lugar público donde no se les encontrara, al igual que a los traficantes de esclavos.

También las obras públicas movilizaban a infinidad de especialistas: albañiles, carpinteros, canteros, fontaneros, ingenieros, arquitectos etc. Por su parte, el Estado mantenía servicios públicos tan importantes como el abastecimiento de agua, los bomberos (la célebre militia vigilum, instaurada por el emperador Augusto en el año 22 a. C.) y las termas, los baños públicos donde la gente acudía regularmente a charlar y a divertirse, atendidas todas ellas por mano de obra esclava.

El comercio en Roma

El comercio romano fue el motor que condujo a la economía de finales de la República y principios del Imperio. Modas y tendencias de la historiografía y cultura popular han tendido a no ocuparse de la base económica del imperio en favor de la lengua franca que fue el latín y las hazañas de las legiones. Tanto la lengua como las legiones fueron apoyadas por el comercio, siendo al mismo tiempo parte de su espina dorsal. Los romanos eran hombres de negocios y la longevidad de su imperio se debió a su comercio.

Debido a que, ya en el último siglo de la República (y no digamos en la época imperial), la península italiana no podía mantener a una población tan numerosa solamente con los recursos locales, se importaban los productos necesarios para la manutención y el buen funcionamiento de la industria y la vida romana de las provincias donde se producían. Gracias a la denominada Pax Romana, el comercio se desarrolló en las condiciones más favorables.

 
Una de las mayores exportaciones de Italia en tiempos de la Antigua Roma fueron sus excelentes vinos.

Así, la piratería y el bandidaje, que habían supuesto serias amenazas para el comercio, habían sido eliminados casi por completo.[7]​ Pero la ya citada Pax romana no sólo hizo posible el auge del comercio hasta cotas nunca antes vistas, sino que provocó un espectacular crecimiento demográfico. Este crecimiento fue más acusado en el Mediterráneo occidental, ya que el oriente estaba muy poblado. Y, como todos los economistas saben, un aumento de la población suele producirse por un aumento en el nivel de vida de los ciudadanos. Según diversas estimaciones, la población del Imperio en tiempos de César oscilaba en torno a los 60 millones de personas. Parece probable que el número de habitantes del Imperio a la muerte de Marco Aurelio (180 d. C.), fuese, al menos, el doble que a la muerte de Julio César (44 a. C.).[3]​ Estas cifras atestiguan, por sí solas, el espectacular aumento demográfico que se produjo, ya que en unos 224 años, la población del Imperio se multiplicó por dos. Y es muy probable que estas personas que habitaban el Imperio estuvieran en una situación económica superior a la de millones de personas, tanto de ámbito agrícola como urbano, de Asia, África y Sur América de hoy en día.[3]

Generalmente, la vía de transporte más utilizada, a pesar de las famosas calzadas romanas, era el Mediterráneo, que se convirtió en la gran vía del tráfico comercial, con una prosperidad que nunca antes había alcanzado. Y, dicho sea de paso, rara vez volvería a brillar con tanta luminosidad. Como es fácil imaginar, el próspero comercio arrastraba consigo gentes, lenguas, costumbres, religiones y problemas de mil orígenes y naturalezas, convirtiendo a Roma en un foro internacional.

La moneda romana

El movimiento de mercancías por el Imperio romano era, además de muy antiguo, muy fluido. Como todos los economistas saben, para que el comercio sea fluido debe existir una “mercancía” cuyo valor unifique el de todos los demás productos. Es decir, debe haber algo que pueda ser utilizado como patrón para “medir” el valor de las cosas.

En sus orígenes, como en los de todas las civilizaciones, el comercio romano no precisaba de la utilización de la moneda, ya que se utilizaba comúnmente el trueque como medio para realizar las transacciones. Esto queda demostrado, incluso, en el Derecho romano más primitivo, el cual establece que las multas y sanciones se deben pagar con las cabezas de ganado correspondientes. Pero cuando Roma empezó a expandirse por Italia y a conquistar a otros pueblos, sobre todo a los helenos que estaban asentados en la Campaña, penetró en un sistema de estados constituidos a la manera griega. Así, Roma adoptó el sistema monetario de los helenos.[8]​ Como los romanos necesitaban importar metales para fabricar instrumentos para el cultivo o bien para fabricar armas, el cobre y el bronce constituyeron muy pronto otro artículo de cambio.[3]​ Así, las primeras monedas romanas, por lo menos de las que tenemos constancia, fueron de cobre, aunque su valor se medía con respecto al lingote de bronce (Aes) y tomaron el nombre de este metal. Por supuesto, nos estamos refiriendo al “as” romano.

Con sus monedas de cobre, el comercio romano muy pronto se extendió por todo el Lacio, por Etruria y llegó hasta el sur de Italia. Pero aquí a los romanos se les presentó un problema, ya que los griegos que estaban asentados en el sur de Italia utilizaban monedas de plata, así que tuvieron que realizar unos primitivos “tipos de cambio”.

Cuando, tras la guerra contra el rey Pirro del Epiro (280-275 a. C.), Roma conquistó el sur de Italia y, con él, todas sus ciudades griegas, entre ellas la actual Tarento, el Senado romano, hacia el 268 a. C., no toleró la diversidad de monedas nada más que para las fracciones en grandes cantidades. Así se adoptó un tipo de moneda común para toda Italia y se centró su acuñación en Roma.[8]​ El primer denario del que tenemos noticias fue encontrado en las cercanías de Capua y data del 268 a. C. Es posible que el Senado romano adoptara antes de esta fecha la moneda de plata, pero como nuestras conclusiones deben estar apoyadas en pruebas, sólo podemos decir que la moneda de plata empezó a usarse en Roma, al menos, a partir del ya referido 268 a. C. Todo lo demás, hasta el momento, son puras conjeturas.Esta nueva moneda fue acuñada en plata y tuvo por base el valor legal relativo de los dos metales, es decir el tipo de cambio existente entre el bronce y la plata. Esta base fue la pieza de diez ases, ya que diez ases equivalían a una moneda de plata de Tarento. Así, el nuevo “dinero” romano, o denarius, acuñado, como acabamos de decir, en plata, pesaba poco más que el dracma de Atenas. Su peso nominal era de 4,58 gramos, aunque en el año 217 a. C. se rebajó a 3,9 gramos. Si en la moneda aparecía el símbolo X o ж significaba que tenía un valor equivalente a diez ases, es decir, que pesaba exactamente el peso establecido por ley.

No se debe pensar que, con la fabricación de la nueva moneda, los ases de cobre dejaron de existir. Los denarios se utilizaban sólo en las medianas y grandes transacciones, dejando el uso general del as de cobre para las pequeñas. Pero muy pronto resultó evidente que el as era demasiado pequeño para dichas transacciones (ya que, con la llegada del denario de plata, se transformó en poco más que calderilla, al ser una moneda fraccionaria), así que se acuñó otra moneda en plata. Esta moneda tenía menos cantidad de plata (pesaba menos) que el denario. Así, se fijó que la nueva moneda, a la que se llamó “sestercio”, equivaldría a ¼ de denario y a 2,5 ases. Es decir, el denario, la moneda principal, estaría dividida en cuatro sestercios y/o en diez ases.

Y, al igual que ocurrió con el sestercio, a la larga el estado romano se vio obligado a admitir la necesidad de otra moneda, ya en tiempos del emperador Nerón, que pudiera ser utilizada por el Estado en sus enormes transacciones, ya que el empleo de millones de denarios o sestercios era algo engorroso. Así se acuñó, de nuevo, otra moneda, esta vez en oro. La aparición de esta moneda de oro hizo necesaria la especificación de denarius argentus para el denario original de plata y denarius aureus para el de oro, ya que así se llamaba esta nueva moneda, que fue acuñada con un peso equivalente a 1/40 de la libra romana (8,18 gr), con la intención, además de la ya mencionada, de sustituir a las estateras de Filipo II de Macedonia (que circulaban con profusión en Roma) por una moneda que a la vez guardase una relación sencilla con las de plata. Un denario áureo equivalía a 25 denarios argénteos o a 100 sestercios de plata. Pero a partir del año 60 d. C., tanto la ley del metal como el peso fueron bajando gradualmente, hasta llegar, en los tiempos de Caracalla, a pesar 6,55 gr.

Así, tras el mandato de Nerón, existían cuatro tipos de monedas romanas principales que, como es de suponer, circulaban por todo el mediterráneo:

Impuestos en Roma

Aunque el estado romano, obviamente, no puede compararse, en cuanto a instituciones, gasto social y desarrollo, a los modernos países de hoy en día, estos últimos y el primero tenían algo en común: necesitan dinero para cubrir los gastos. Pero, a diferencia de lo que ocurre hoy en día, donde la mayoría de los gastos están destinados a lo que se denomina el “gasto social” (Sanidad, Educación, Subvenciones, Subsidios…), en Roma la mayor parte, por no decir la totalidad, de los gastos estatales estaban destinados a cubrir las necesidades militares. Si bien es cierto que el gobierno de Roma mantenía ciertos gastos que hoy podríamos considerar como sociales (distribución gratuita de grano, policía urbana, termas, juegos, abastecimiento de agua…) la mayor parte del dinero que poseía el fisco iba a parar a las legiones.

En Roma, aunque la escuela era una institución reconocida por el Estado, no era pública, por lo que el gobierno no se hacía cargo de su mantenimiento. Y en cuanto a la Sanidad, solamente podemos decir que no existía tal y como la conocemos hoy en día. Sí, es cierto que había médicos, pero, en el mejor de los casos, atendían a los enfermos en los propios hogares de estos y cobraban por los servicios prestados.

Fueran los gastos que fuesen, el gobierno romano debía hacerles frente y, por tanto, también tenía necesidad de percibir los ingresos correspondientes. Las arcas del Estado fueron continuos picos a la alza y a la baja, dependiendo de la buena o mala administración del Senado, en tiempos de la República, o del emperador, en tiempos del Imperio. En el caso de estos últimos, los emperadores, unos se caracterizaron por su buena gestión de las finanzas y por los superávit que acumularon (como Augusto o Trajano); otros, por lo austeros y “tacaños” que eran en el tema del gasto público (como Tiberio o Claudio); y los demás por derrochar los superávit que los “tacaños” y los “buenos administradores” consiguieron en la realización de costosos espectáculos públicos, grandes obras monumentales y/o para dar gusto a su opulencia, construyéndose suntuosos palacios con todo el lujo imaginable (como Calígula, Nerón, Domiciano, Cómodo, Caracalla…).

Raramente el gobierno cubría los gastos sólo con los impuestos que cobraba, así que, cuando había que realizar grandes desembolsos, Roma recurría a la guerra para sacar un sustancioso botín de los países conquistados, que se utilizaba para cubrir los gastos restantes. Aquí tenemos una de las posibles causas de la caída de Roma, ya que, cuando el Imperio pasó a estar a la defensiva, se le hizo casi imposible cubrir sus propios gastos, derivándose de ello una monumental crisis fiscal, monetaria, económica y, por consiguiente, política que sacudió los cimientos del estado romano, propiciando su desplome.

Uno de los primeros impuestos que se impusieron a los ciudadanos de Roma, y del que tenemos noticias, fue la Moenia, en tiempos de los reyes. Este impuesto consistía en prestaciones en las fincas reales, en edificios de la ciudad y en obras públicas.[9]

Otro de los más antiguos impuestos era el Sacramentum, el cual era pagado por la persona que perdía un juicio. Este impuesto consistía en que, a la vista de un juicio, las dos partes litigantes depositaban un fondo, que perdía aquella parte que perdía el litigio, el cual era adjudicado a los sacerdotes para que lo emplearan en los sacrificios públicos.[3]

Incluso desde los tiempos de los reyes, Roma era ya un conglomerado de gentes. También se gravó un impuesto para los residentes en Roma que no poseían la ciudadanía romana, los llamados aeraii, quienes pagaban una renta. Incluso el pastoreo del ganado en los dominios de tierra pública (Ager Publicus) estaba gravado mediante la Scriptura, la cual había que desembolsar. Y devengaba también el arriendo de tierras estatales (del Ager Publicus) mediante un impuesto llamado Vectigalia.

Pero, conforme fue pasando el tiempo y el estado romano fue haciéndose más y más grande, algunos de los impuestos fueron desapareciendo, como la Moenia. Incluso los ciudadanos romanos tuvieron el privilegio de estar exentos de los impuestos directos, ya que sólo contribuían con las rentas del Ager Publicus (Scriptura y Vectigalia) y con algunos otros como el Sacramentum; situación de privilegio que, tras la denominada Guerra Social o de los aliados (91 a. C.-89 d. C.), se extendió a toda Italia, ya que tras esta guerra todos los ciudadanos de Italia fueron reconocidos como ciudadanos romanos. Así, con el tiempo, la mayor parte de los impuestos la tuvieron que pagar los provincianos, que era en los que realmente se depositaban casi todas las contribuciones al fisco. En las provincias se establecieron dos clases de impuestos, un impuesto territorial (Tributum Soldi) y un impuesto por cabeza (Tributum Capitis).[10]

 
Era de las Provincias (territorios externos a Italia) de donde Roma sacaba la mayor parte de sus ingresos. En el mapa, Provincias del Imperio romano en el momento de su máxima extensión, hacia el 117 d. C.

El Tributum Soldi lo pagaban todos aquellos que eran propietarios de bienes raíces, todos los provincianos y todos los ciudadanos romanos que vivían fuera de Italia. Solamente estaban exentas de pagar este impuesto las ciudades que poseían el Ius Italicum, es decir, algunas ciudades provinciales a las que se le otorgaba, de manera extraordinaria, los mismos derechos de las ciudades de Italia. Por el contrario, el Tributum Capitis lo pagaban sólo los provincianos, ya que los ciudadanos romanos estaban exentos. Este impuesto se gravaba sobre el capital y los bienes inmuebles y debían tributarlo los hombres y las mujeres, exceptuando los niños menores de doce años y los ancianos. Además, para los provincianos se ampliaron los Vectigalia, que recogían, además del arriendo de tierras del Ager Publicus, algunos impuestos indirectos recaudados por compañías de publicani (publicanos), entre los que se encontraban los derechos de aduana (Portoria), el impuesto sobre manumisiones o liberación de esclavos (5 %), el impuesto sobre la venta de esclavos (4 %) y el impuesto sobre el transporte de grano.

Todos estos impuestos indirectos eran recogidos por las ciudades, quienes lo enviaban a Roma. Todas las ciudades debían enviar a Roma el dinero recogido de los impuestos (Stipendium). Pero éstas también cobraban cierta cantidad para el mantenimiento de sus vías y de sus edificios públicos, aunque ésta cantidad “municipal” era cobrada aparte de los “impuestos estatales”. También existían algunas tarifas en los puentes, en los pasos de montaña, y para la navegación fluvial que eran recogidos por publicanos y que engrosaban las arcas de las ciudades. Incluso se dispuso una tasa que gravaba el consumo de agua pública (la que traían los acueductos), que había que abonar cada vez que se sacaba agua de una fuente pública.

Si toda esta salva de impuestos nos parecen demasiados, no debemos pasar por alto los impuestos extraordinarios que, generalmente, se realizaban en forma de requisas y eran cobrados por la administración militar. Los ciudadanos de las provincias estaban obligados a aportar, entre otras cosas, una habitación temporal para los soldados (hasta que se construía el campamento estable); todo tipo de herramientas; leña, trigo y, en algunas ocasiones, los barcos de las poblaciones marítimas o de los puertos fluviales; los adinerados tampoco se libraban de las cargas, debiendo aportar esclavos, telas, cueros, plata y otros objetos de valor.

Si todo esto no nos basta, durante la República la conducta de los gobernadores de las provincias no fue del todo “correcta”. Más bien, no fue correcta ni de los gobernadores ni de los Publicani que recogían los impuestos.

La República siempre recurrió al sector privado para que aportara la necesaria experiencia recaudatoria.[11]​ Este “sector privado” recogía los impuestos directos e indirectos y se bastaba por sí solo para provocar la desesperación de los pobres provincianos. El sistema de recaudación consistía en que se subastaban públicamente los contratos de recaudación de impuestos, y aquellos que ganaban avanzaban al Estado el total del impuesto que debían recaudar.[3]​ Con el tiempo, los multimillonarios vieron el negocio y se asociaron en empresas que incluso emitían acciones, celebraban juntas generales y elegían directores que lideraban el consejo de administración.[3]​ Obviamente, toda empresa tiene el derecho de sacar beneficio a raíz de sus actividades. Pero es que los Publicani no tenían ningún pudor a la hora de recuperar su inversión. No sólo recaudaban la multimillonaria cantidad que habían avanzado al estado, sino que también tenían como objetivo el forzar a los provincianos a pagar un extra por el privilegio de ser desplumados.[3]​ Los Publicani no conocían límites. Ni los conocían ni se los auto imponían. Se puede pensar que los gobernadores estaban obligados a mantener la justicia y la paz entre sus súbditos. Al menos eso decían los máximos ideales republicanos. Pero lo cierto es que los sobornos que se ofrecían a estos gobernadores eran tan enormes que incluso los principios más severos acostumbraban a disolverse y convertirse en polvo.[3]

Naturalmente, aunque los provincianos siguieron estando bajo una tremenda presión fiscal, toda esta corrupción aminoró en gran parte con el establecimiento del régimen Imperial. Durante la República, los gobernadores de las provincias eran los mismos senadores, los Patres que dirigían el Estado, que no tenían que rendir cuentas a nadie sobre su gestión, a menos que alguien les denunciara públicamente y el caso entrara a formar parte de los tribunales. Pero, normalmente, los senadores eran las personas más influyentes, ricas y poderosas de Roma, así que, bien ayudados por sus innumerables clientes, bien utilizando su enorme fortuna, en la mayoría de las ocasiones conseguían corromper a los tribunales y salir así airosos del problema. Y, como esto ocurría casi continuamente, quien se atrevía a denunciar públicamente las irregularidades cometidas por un gobernador cavaba, literalmente, su propia tumba. Pero con la llegada del Imperio los gobernadores —que, por otra parte, ya no eran senadores, sino influyentes personajes de otro grupo social, los caballeros (Equites, que eran los acomodados pero sin rango senatorial)— sí que tenían que rendir cuentas de su gestión ante un superior, el Emperador, que no consentía la más mínima discordia civil en sus provincias. Y el abuso en el cobro de impuestos podía ser un motivo muy propicio para causar una sedición entre los súbditos de Roma, así que los gobernadores provinciales prefirieron salvar antes sus cuellos que enriquecerse más aún. Aunque la corrupción continuó existiendo aún bajo la férrea tutela de los Césares, la misma descendió de tal modo que al pueblo no le importó el recorte de libertades que sufrieron tras la “abolición” del gobierno republicano, ya que todos los ciudadanos del Imperio

recelaban del gobierno del Senado […] a causa de la avaricia de los magistrados, resultándoles ineficaz el auxilio de las leyes, que eran distorsionadas por la fuerza, el soborno y, a fin de cuentas, por el dinero.
Cornelio Tácito, Anales, I,2.

Capitación

La capitación era un impuesto romano que englobaba varios tipos de tasas y variaba de una región a otra. Era de tipo personal e individual en las ciudades. En el ámbito rural era una base tributaria que servía para efectuar el cálculo del impuesto territorial.[12]

Las reformas fiscales emprendidas por Julio César y concluidas por César Augusto, establecieron como base tributaria del estado romano una contribución personal —el tributum capitis— y un tributo sobre los bienes raíces —el tributum soli—. Tras las crisis del siglo III, y como continuación de las reformas emprendidas durante los Severos, con los impuestos annonarios, Diocleciano estableció la capitación tal como más frecuentemente es conocida. Se mantenía, de alguna manera, el antiguo tributum capitis, pero llamado capitatio plebeia —en la Galia—, o capitatio humana —en Tracia—. A su vez, se establecían varias capitaciones rurales, basadas en la estimación de la productividad virtual agrícola, y a veces ganadera.

La iugatio-capitatio era la base tributaria establecida a partir de la cantidad de unidades de tierra —iugadas— aptas para ser cultivadas y aprovechadas por un trabajador agrario apto —caput—. La cantidad de iugadas por caput podía oscilar entre las 5 (1,35 Ha) en caso de buena viña, a las 90 (25 Ha) en caso de suelos de cereal pobres; o 225 olivos en llano, o 450 olivos en montaña. La capacidad de producción —a efectos tributarios— de una mujer generalmente era la mitad de un hombre. El rendimiento obtenido era puramente teórico y virtual, pero constituía la base para exigir la cuota tributaria.

Se tienen noticias de la existencia de una capitatio animalium, que gravaba la explotación ganadera.

La capitación era pagadera en especies, generalmente se recaudaba de manera trienal, y podía liquidarse en tres pagos. Era un impuesto sujeto a frecuentes desgravaciones, así como a exenciones para el personal militar. La capitación urbana egipcia (según mención de abundantes papiros de Oxirrinco) fue, al parecer, de 400 dracmas anuales por persona.

Fue desapareciendo de las ciudades, y hacia finales del siglo VI prácticamente solo la pagaban los campesinos libres, en su forma de impuesto territorial. La tendencia fue sustituir este impuesto, en su forma individual, por una vinculación vitalicia del colono a la tierra (inicio de los siervos).

Véase también

Referencias

  1. «Statistics on World Population, GDP and Per Capita GDP, 1–2006 AD». University of Groningen. Consultado el 19 de octubre de 2015. 
  2. Rondo Cameron, Historia Económica Mundial, cap. III, 3ª ed.
  3. Ídem.
  4. Theodor Mommsen, Historia de Roma, Libro I, cap. XIII.
  5. Rondo Cameron, Historia económica mundial (3ª Edición), Cáp. II.
  6. Mommsen, Theodor. Historia de Roma, Libro I, cap. XI.
  7. Rondo Cameron, Historia Económica Mundial (3ª ed.), cap. II.
  8. Theodor Mommsen, Historia de Roma, Libro II, cap. VIII.
  9. Theodor Mommsen, Historia de Roma, Libro I, Cáp. XI.
  10. Flavio Josefo, Guerras de los Judíos, II, 8,1.
  11. Tom Holland, Rubicón: Auge y caída de la República romana, Cáp. II.
  12. Depeyrot, Georges. Crisis e Inflación entre la Antigüedad y la Edad Media, p. 25. — Crítica, Barcelona, 1996. ISBN 84-7423-671-1.

Bibliografía

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  • Cameron, R. (2003). Historia económica mundial. Madrid: Alianza Universidad.
  • Cruz Díaz-Ariño Gil (1999). La economía agraria de la Hispania Romana: colonización y territorio, Studia historica. Historia antigua, ISSN 0213-2052, N.º 17, 1999 (Ejemplar dedicado a: Estudios de Economía Antigua en la península ibérica. Nuevas aportaciones), págs. 153-192
  • De Martino, F. (1985). Historia económica de la Roma Antigua. Madrid.
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  • Molina Vidal, J.
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  •   Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Monedas de la Antigua Roma.
  •   Datos: Q15265460
  •   Multimedia: Economy of ancient Rome

economía, antigua, roma, república, roma, dominaba, vasta, extensión, tierra, enormes, recursos, naturales, humanos, como, economía, antigua, roma, mantuvo, concentrada, agricultura, comercio, comercio, agrícola, libre, cambió, panorama, italiano, siglo, enorm. La Republica de Roma dominaba una vasta extension de tierra con enormes recursos naturales y humanos Como tal la economia en la antigua Roma se mantuvo concentrada en la agricultura y el comercio El comercio agricola libre cambio el panorama italiano y por el siglo I a C las enormes haciendas dedicadas al cultivo de la vid de los cereales y de la oliva propiedad de grandes terratenientes habian estrangulado a los pequenos agricultores que no pudieron igualar el precio del grano importado La anexion de Egipto Sicilia y Cartago actual Tunez proporciono un suministro continuo de cereales A su vez el aceite de oliva y el vino fueron las principales exportaciones de Italia Ya por entonces se practicaba la rotacion de dos hojas pero la productividad agricola en general fue baja alrededor de 1 tonelada por hectarea PIB hacia el 1 d C de diferentes regiones del imperio se aprecia el peso de Italia y las regiones orientales del imperio Fuente University of Groningen 1 Indice 1 Agricultura 2 Trabajo en la ciudad 3 El comercio en Roma 4 La moneda romana 5 Impuestos en Roma 5 1 Capitacion 6 Vease tambien 7 Referencias 8 Bibliografia 9 Enlaces externosAgricultura EditarLa agricultura era una actividad que estaba muy bien considerada dentro de la sociedad romana al contrario de lo que sucedia con la artesania Roma en sus origenes habia sido una comunidad de pastores y agricultores por lo que la tradicion hacia esta actividad es una profesion casi sagrada Incluso los Patricios se dedicaban al cultivo de la tierra y a la cria del ganado estos patricios eran propietarios de grandes haciendas cuyo mantenimiento y explotacion recaia en la mano de obra esclava que vivia en estas fincas durante todo el ano al cuidado de un capataz que a su vez era un esclavo de confianza del propietario Estas enormes fincas producian todo tipo de alimentos Si se daba el caso de que la explotacion se encontraba cerca de alguna ciudad los frutos de la cosecha se trasladaban diariamente a su mercado y se vendian ya que solian ser productos que se estropeaban con el paso del tiempo tales como frutas hortalizas y verduras frescas que eran muy apreciadas por los habitantes de las grandes ciudades Escena de recoleccion en la epoca romana Por el contrario si la explotacion agricola se encontraba muy alejada de las urbes los productos frescos eran utilizados para el consumo inmediato de los propietarios que solian vivir en las fincas alejadas apartados del bullicio de las ciudades y trabajadores libres y en menor medida esclavos de la explotacion Los productos que se vendian en la civitas ciudad eran los que no perecian con el paso del tiempo tales como vino uvas aceite aceitunas trigo cebada avena etc cultivos a los que se dedicaba la mayor cantidad de terreno para su produccion Existian tambien campesinos libres que cultivaban su propia tierra con la ayuda de sus propias familias o bien los que arrendaban parcelas a los Patricios cuyas posesiones podian extenderse ininterrumpidamente durante kilometros y kilometros a cambio de dinero o a cambio de pagos en especie generalmente una fraccion de la cosecha que el campesino producia La tecnica que los romanos usaban al cultivar la tierra ha perdurado en lo esencial hasta nuestros dias En primer lugar como en todos los paises mediterraneos de la actualidad se practicaba la rotacion de dos hojas Esta rotacion consistia y consiste en cultivar y dejar en barbecho los campos alternativamente para mantener la fertilidad del suelo y acumular humedad Este tipo de rotacion se adaptaba a los suelos arenosos y a los veranos largos y secos de la cuenca mediterranea aunque no a los del Noroeste de Europa como en la Galia Lugdunense donde los suelos son mas compactos y el arado romano debido a su debilidad no podia levantar la tierra Por ello cultivaban las tierras arenosas calizas de las lomas dotadas de su drenaje natural y evitaban los suelos mas compactos pero mas fertiles de valles y mesetas 2 Lo que no ha perdurado hasta hoy es la tecnica que los romanos usaban para arar los campos Los arados romanos eran muy ligeros como se acaba de indicar Por lo tanto al ser de madera no dejaban los caracteristicos surcos que podemos observar hoy en dia en las tierras aradas En su lugar este arado lo unico que conseguia era aranar la superficie de la tierra por lo que el agricultor tenia que dibujar una cuadricula por toda la parcela para aprovecharla en toda su extension 3 Azada romana de hierro 2000 anos de antiguedad Puede ser vista en el Field Museum of Natural History Chicago La epoca mas activa en el campo era el otono Hacia principios de octubre se empezaba a sembrar el trigo y la cebada terminando a mediados o incluso a finales de noviembre Una vez finalizada la siembra hacia mediados de diciembre habia que recoger las aceitunas que posteriormente eran prensadas para obtener aceite el cual se almacenaba en tinajas de barro precintadas con brea que eran destinadas a la venta o a su posterior consumo por parte de los residentes en la explotacion Ademas el otono era el momento de la matanza del ganado con el adobe y el embutido de sus carnes con las que se fabricaban exquisitos jamones lomos adobados chorizos y una especie de mortadela del esquile de las ovejas y del arado de las tierras En el invierno sin embargo las actividades que se realizaban eran menos pesadas aunque igualmente importantes La mayoria de los trabajos invernales eran de indole domestica es decir era la epoca de las reparaciones de tejer cestos de mimbre de fabricar queso herramientas tinajas y arados de tejer la lana de las ovejas y curtir pieles etc El verano era igual de intenso que el otono ya que a finales de primavera comenzaba la temporada de recogida de las hortalizas seguida de la siega de la cebada y del trigo hasta casi principios del otono ya en septiembre que terminaba con la recogida de las uvas la vendimia y su posterior prensado para hacer vino Puede decirse que la vida del campesinado en tiempos de la Antigua Roma era muy dura ademas los campesinos solian vivir en condiciones muy humildes rozando el umbral de la pobreza y traspasandolo generalmente y de ninguna manera llegaban a percibir los mismos ingresos que un carpintero o que un alfarero por ejemplo que trabajara en la ciudad ya que en esta existia un grado de especializacion que no se daba en el campo Pero los campesinos tambien tenian sus jornadas de descanso Cuatro veces al mes cada siete dias los campesinos libres eso si detenian sus actividades y acudian a la ciudad a vender sus productos a comprar simiente y utensilios variados e incluso a asistir al circo Ademas hacia finales del invierno los campesinos realizaban una serie de fiestas las Paganalia mediante las cuales por mandato de los dioses entonces reposaba el arado pues la religion establecia el descanso tanto para el criado y el buey como para el labrador y el dueno 4 Habitualmente estas fiestas se realizaban en enero por lo que ni la cosecha ni las labores relativas al ganado sufrian alteracion alguna Solemos pensar que en lo que respecta al campo los romanos no hicieron grandes avances tecnologicos Aqui nos equivocamos puesto que ademas de generalizar el arrendamiento de las parcelas de tierra a otros ciudadanos o al Estado promovieron el uso de molinos de agua y en menor medida de viento para poder moler el grano inventaron una mejorada prensa de aceite novedosas tecnicas de regadio y generalizaron el uso de abonos y otros fertilizantes naturales Trabajo en la ciudad EditarEl trabajo que se realizaba en las ciudades era muy distinto que el realizado en el campo Para los romanos al contrario de lo que sucedia con la agricultura el comercio y el trabajo manual no gozaban de gran consideracion 5 Era normal dejarlo en manos de clases sociales inferiores de extranjeros e incluso de esclavos Esto puede hacernos pensar que en las ciudades romanas habia muy pocos artesanos y fabricantes de utensilios pero en realidad no fue asi Incluso paradojicamente el Derecho romano permitia y promovia una considerable libertad de empresa y no penalizaba las operaciones comerciales 3 Este Derecho cuidaba del cumplimiento estricto de los contratos de hacer respetar el derecho de propiedad privada y de llegar a un acuerdo rapido en las disputas hay que decir en lo referente a los contratos que su uso era tan comun como hoy en dia Los contratos que se realizaban con el Estado generalmente de arrendamiento de tierras para el pasto del ganado podian tener fiadores praevides Tambien existian las Tabulae el contrato de esponsales De los contratos se exigia su cumplimiento que de lo contrario suponia el tener que pagar una indemnizacion por parte del infractor Tambien existian contratos para las ventas emancipatio Estos se realizaban con la entrega del bien y el pago correspondiente ante testigos siendo entonces una venta perfecta Si se incumplian los terminos el infractor debia indemnizar a la otra parte como si le hubiera robado el bien Incluso tambien se hacian contratos para el prestamo de dinero El prestamista entregaba la suma de dinero al prestatario ante testigos y este ultimo tenia la obligacion nexum de devolver el capital mas los intereses 6 un 10 anual generalmente Si el prestatario no pagaba el prestamista despues del obligado proceso judicial podia desposeerle de todas sus propiedades para recuperar lo prestado convertirle en esclavo suyo e incluso matarlo aunque en tiempos mas tardios de la historia de Roma esta practica cayo en desuso El foro romano centro de la actividad economica en la Antigua Roma Como se acaba de mencionar en las ciudades romanas existian numerosos talleres y empresas Cada ciudadano fuera libre o esclavo desarrollaba una actividad desde la manufactura y el comercio hasta las profesiones de maestro banquero y arquitecto aunque estas ultimas no tenian la misma consideracion que se las da hoy en dia Tejedores alfareros zapateros herreros tintoreros vidrieros orfebres y un largo etcetera ofrecian sus productos al publico en el mismo lugar donde los fabricaban atrayendo a los posibles compradores con toda suerte de artimanas y predicando a voces la excelencia de sus productos y lo irrisorio de sus precios Toda calle romana era una ruidosa mezcla de gente ninos jugando mendigos y comerciantes dando a conocer a voces sus productos cada cual mas alto para tapar a la competencia Los mas abundantes y los que mas vociferaban eran los comerciantes de alimentos y no existia lugar publico donde no se les encontrara al igual que a los traficantes de esclavos Tambien las obras publicas movilizaban a infinidad de especialistas albaniles carpinteros canteros fontaneros ingenieros arquitectos etc Por su parte el Estado mantenia servicios publicos tan importantes como el abastecimiento de agua los bomberos la celebre militia vigilum instaurada por el emperador Augusto en el ano 22 a C y las termas los banos publicos donde la gente acudia regularmente a charlar y a divertirse atendidas todas ellas por mano de obra esclava El comercio en Roma EditarArticulo principal Comercio en la antigua Roma Veanse tambien Ruta de la seday Relaciones entre el Imperio romano y China El comercio romano fue el motor que condujo a la economia de finales de la Republica y principios del Imperio Modas y tendencias de la historiografia y cultura popular han tendido a no ocuparse de la base economica del imperio en favor de la lengua franca que fue el latin y las hazanas de las legiones Tanto la lengua como las legiones fueron apoyadas por el comercio siendo al mismo tiempo parte de su espina dorsal Los romanos eran hombres de negocios y la longevidad de su imperio se debio a su comercio Debido a que ya en el ultimo siglo de la Republica y no digamos en la epoca imperial la peninsula italiana no podia mantener a una poblacion tan numerosa solamente con los recursos locales se importaban los productos necesarios para la manutencion y el buen funcionamiento de la industria y la vida romana de las provincias donde se producian Gracias a la denominada Pax Romana el comercio se desarrollo en las condiciones mas favorables Una de las mayores exportaciones de Italia en tiempos de la Antigua Roma fueron sus excelentes vinos Asi la pirateria y el bandidaje que habian supuesto serias amenazas para el comercio habian sido eliminados casi por completo 7 Pero la ya citada Pax romana no solo hizo posible el auge del comercio hasta cotas nunca antes vistas sino que provoco un espectacular crecimiento demografico Este crecimiento fue mas acusado en el Mediterraneo occidental ya que el oriente estaba muy poblado Y como todos los economistas saben un aumento de la poblacion suele producirse por un aumento en el nivel de vida de los ciudadanos Segun diversas estimaciones la poblacion del Imperio en tiempos de Cesar oscilaba en torno a los 60 millones de personas Parece probable que el numero de habitantes del Imperio a la muerte de Marco Aurelio 180 d C fuese al menos el doble que a la muerte de Julio Cesar 44 a C 3 Estas cifras atestiguan por si solas el espectacular aumento demografico que se produjo ya que en unos 224 anos la poblacion del Imperio se multiplico por dos Y es muy probable que estas personas que habitaban el Imperio estuvieran en una situacion economica superior a la de millones de personas tanto de ambito agricola como urbano de Asia Africa y Sur America de hoy en dia 3 Generalmente la via de transporte mas utilizada a pesar de las famosas calzadas romanas era el Mediterraneo que se convirtio en la gran via del trafico comercial con una prosperidad que nunca antes habia alcanzado Y dicho sea de paso rara vez volveria a brillar con tanta luminosidad Como es facil imaginar el prospero comercio arrastraba consigo gentes lenguas costumbres religiones y problemas de mil origenes y naturalezas convirtiendo a Roma en un foro internacional La moneda romana EditarArticulo principal Moneda en la antigua Roma El movimiento de mercancias por el Imperio romano era ademas de muy antiguo muy fluido Como todos los economistas saben para que el comercio sea fluido debe existir una mercancia cuyo valor unifique el de todos los demas productos Es decir debe haber algo que pueda ser utilizado como patron para medir el valor de las cosas En sus origenes como en los de todas las civilizaciones el comercio romano no precisaba de la utilizacion de la moneda ya que se utilizaba comunmente el trueque como medio para realizar las transacciones Esto queda demostrado incluso en el Derecho romano mas primitivo el cual establece que las multas y sanciones se deben pagar con las cabezas de ganado correspondientes Pero cuando Roma empezo a expandirse por Italia y a conquistar a otros pueblos sobre todo a los helenos que estaban asentados en la Campana penetro en un sistema de estados constituidos a la manera griega Asi Roma adopto el sistema monetario de los helenos 8 Como los romanos necesitaban importar metales para fabricar instrumentos para el cultivo o bien para fabricar armas el cobre y el bronce constituyeron muy pronto otro articulo de cambio 3 Asi las primeras monedas romanas por lo menos de las que tenemos constancia fueron de cobre aunque su valor se media con respecto al lingote de bronce Aes y tomaron el nombre de este metal Por supuesto nos estamos refiriendo al as romano Con sus monedas de cobre el comercio romano muy pronto se extendio por todo el Lacio por Etruria y llego hasta el sur de Italia Pero aqui a los romanos se les presento un problema ya que los griegos que estaban asentados en el sur de Italia utilizaban monedas de plata asi que tuvieron que realizar unos primitivos tipos de cambio Cuando tras la guerra contra el rey Pirro del Epiro 280 275 a C Roma conquisto el sur de Italia y con el todas sus ciudades griegas entre ellas la actual Tarento el Senado romano hacia el 268 a C no tolero la diversidad de monedas nada mas que para las fracciones en grandes cantidades Asi se adopto un tipo de moneda comun para toda Italia y se centro su acunacion en Roma 8 El primer denario del que tenemos noticias fue encontrado en las cercanias de Capua y data del 268 a C Es posible que el Senado romano adoptara antes de esta fecha la moneda de plata pero como nuestras conclusiones deben estar apoyadas en pruebas solo podemos decir que la moneda de plata empezo a usarse en Roma al menos a partir del ya referido 268 a C Todo lo demas hasta el momento son puras conjeturas Esta nueva moneda fue acunada en plata y tuvo por base el valor legal relativo de los dos metales es decir el tipo de cambio existente entre el bronce y la plata Esta base fue la pieza de diez ases ya que diez ases equivalian a una moneda de plata de Tarento Asi el nuevo dinero romano o denarius acunado como acabamos de decir en plata pesaba poco mas que el dracma de Atenas Su peso nominal era de 4 58 gramos aunque en el ano 217 a C se rebajo a 3 9 gramos Si en la moneda aparecia el simbolo X o zh significaba que tenia un valor equivalente a diez ases es decir que pesaba exactamente el peso establecido por ley No se debe pensar que con la fabricacion de la nueva moneda los ases de cobre dejaron de existir Los denarios se utilizaban solo en las medianas y grandes transacciones dejando el uso general del as de cobre para las pequenas Pero muy pronto resulto evidente que el as era demasiado pequeno para dichas transacciones ya que con la llegada del denario de plata se transformo en poco mas que calderilla al ser una moneda fraccionaria asi que se acuno otra moneda en plata Esta moneda tenia menos cantidad de plata pesaba menos que el denario Asi se fijo que la nueva moneda a la que se llamo sestercio equivaldria a de denario y a 2 5 ases Es decir el denario la moneda principal estaria dividida en cuatro sestercios y o en diez ases Y al igual que ocurrio con el sestercio a la larga el estado romano se vio obligado a admitir la necesidad de otra moneda ya en tiempos del emperador Neron que pudiera ser utilizada por el Estado en sus enormes transacciones ya que el empleo de millones de denarios o sestercios era algo engorroso Asi se acuno de nuevo otra moneda esta vez en oro La aparicion de esta moneda de oro hizo necesaria la especificacion de denarius argentus para el denario original de plata y denarius aureus para el de oro ya que asi se llamaba esta nueva moneda que fue acunada con un peso equivalente a 1 40 de la libra romana 8 18 gr con la intencion ademas de la ya mencionada de sustituir a las estateras de Filipo II de Macedonia que circulaban con profusion en Roma por una moneda que a la vez guardase una relacion sencilla con las de plata Un denario aureo equivalia a 25 denarios argenteos o a 100 sestercios de plata Pero a partir del ano 60 d C tanto la ley del metal como el peso fueron bajando gradualmente hasta llegar en los tiempos de Caracalla a pesar 6 55 gr Asi tras el mandato de Neron existian cuatro tipos de monedas romanas principales que como es de suponer circulaban por todo el mediterraneo Acunado en cobre el As Acunados en plata estaban el Sestercio 2 5 ases y el Denarius argentus 4 sestercios y o 10 ases Y acunado en oro estaba el denarius aureus 25 denarius argentus 100 sestercios y o 250 ases Arriba c 157 a C Republica Romana c AD 73 Tito Flavio Vespasiano c 161 Marco Aurelio c 194 Septimio Severo Abajo c 199 Caracalla c 200 Julia Domna c 219 Heliogabalo c 236 Maximino el Tracio Impuestos en Roma EditarAunque el estado romano obviamente no puede compararse en cuanto a instituciones gasto social y desarrollo a los modernos paises de hoy en dia estos ultimos y el primero tenian algo en comun necesitan dinero para cubrir los gastos Pero a diferencia de lo que ocurre hoy en dia donde la mayoria de los gastos estan destinados a lo que se denomina el gasto social Sanidad Educacion Subvenciones Subsidios en Roma la mayor parte por no decir la totalidad de los gastos estatales estaban destinados a cubrir las necesidades militares Si bien es cierto que el gobierno de Roma mantenia ciertos gastos que hoy podriamos considerar como sociales distribucion gratuita de grano policia urbana termas juegos abastecimiento de agua la mayor parte del dinero que poseia el fisco iba a parar a las legiones En Roma aunque la escuela era una institucion reconocida por el Estado no era publica por lo que el gobierno no se hacia cargo de su mantenimiento Y en cuanto a la Sanidad solamente podemos decir que no existia tal y como la conocemos hoy en dia Si es cierto que habia medicos pero en el mejor de los casos atendian a los enfermos en los propios hogares de estos y cobraban por los servicios prestados Fueran los gastos que fuesen el gobierno romano debia hacerles frente y por tanto tambien tenia necesidad de percibir los ingresos correspondientes Las arcas del Estado fueron continuos picos a la alza y a la baja dependiendo de la buena o mala administracion del Senado en tiempos de la Republica o del emperador en tiempos del Imperio En el caso de estos ultimos los emperadores unos se caracterizaron por su buena gestion de las finanzas y por los superavit que acumularon como Augusto o Trajano otros por lo austeros y tacanos que eran en el tema del gasto publico como Tiberio o Claudio y los demas por derrochar los superavit que los tacanos y los buenos administradores consiguieron en la realizacion de costosos espectaculos publicos grandes obras monumentales y o para dar gusto a su opulencia construyendose suntuosos palacios con todo el lujo imaginable como Caligula Neron Domiciano Comodo Caracalla Raramente el gobierno cubria los gastos solo con los impuestos que cobraba asi que cuando habia que realizar grandes desembolsos Roma recurria a la guerra para sacar un sustancioso botin de los paises conquistados que se utilizaba para cubrir los gastos restantes Aqui tenemos una de las posibles causas de la caida de Roma ya que cuando el Imperio paso a estar a la defensiva se le hizo casi imposible cubrir sus propios gastos derivandose de ello una monumental crisis fiscal monetaria economica y por consiguiente politica que sacudio los cimientos del estado romano propiciando su desplome Uno de los primeros impuestos que se impusieron a los ciudadanos de Roma y del que tenemos noticias fue la Moenia en tiempos de los reyes Este impuesto consistia en prestaciones en las fincas reales en edificios de la ciudad y en obras publicas 9 Otro de los mas antiguos impuestos era el Sacramentum el cual era pagado por la persona que perdia un juicio Este impuesto consistia en que a la vista de un juicio las dos partes litigantes depositaban un fondo que perdia aquella parte que perdia el litigio el cual era adjudicado a los sacerdotes para que lo emplearan en los sacrificios publicos 3 Incluso desde los tiempos de los reyes Roma era ya un conglomerado de gentes Tambien se gravo un impuesto para los residentes en Roma que no poseian la ciudadania romana los llamados aeraii quienes pagaban una renta Incluso el pastoreo del ganado en los dominios de tierra publica Ager Publicus estaba gravado mediante la Scriptura la cual habia que desembolsar Y devengaba tambien el arriendo de tierras estatales del Ager Publicus mediante un impuesto llamado Vectigalia Pero conforme fue pasando el tiempo y el estado romano fue haciendose mas y mas grande algunos de los impuestos fueron desapareciendo como la Moenia Incluso los ciudadanos romanos tuvieron el privilegio de estar exentos de los impuestos directos ya que solo contribuian con las rentas del Ager Publicus Scriptura y Vectigalia y con algunos otros como el Sacramentum situacion de privilegio que tras la denominada Guerra Social o de los aliados 91 a C 89 d C se extendio a toda Italia ya que tras esta guerra todos los ciudadanos de Italia fueron reconocidos como ciudadanos romanos Asi con el tiempo la mayor parte de los impuestos la tuvieron que pagar los provincianos que era en los que realmente se depositaban casi todas las contribuciones al fisco En las provincias se establecieron dos clases de impuestos un impuesto territorial Tributum Soldi y un impuesto por cabeza Tributum Capitis 10 Era de las Provincias territorios externos a Italia de donde Roma sacaba la mayor parte de sus ingresos En el mapa Provincias del Imperio romano en el momento de su maxima extension hacia el 117 d C El Tributum Soldi lo pagaban todos aquellos que eran propietarios de bienes raices todos los provincianos y todos los ciudadanos romanos que vivian fuera de Italia Solamente estaban exentas de pagar este impuesto las ciudades que poseian el Ius Italicum es decir algunas ciudades provinciales a las que se le otorgaba de manera extraordinaria los mismos derechos de las ciudades de Italia Por el contrario el Tributum Capitis lo pagaban solo los provincianos ya que los ciudadanos romanos estaban exentos Este impuesto se gravaba sobre el capital y los bienes inmuebles y debian tributarlo los hombres y las mujeres exceptuando los ninos menores de doce anos y los ancianos Ademas para los provincianos se ampliaron los Vectigalia que recogian ademas del arriendo de tierras del Ager Publicus algunos impuestos indirectos recaudados por companias de publicani publicanos entre los que se encontraban los derechos de aduana Portoria el impuesto sobre manumisiones o liberacion de esclavos 5 el impuesto sobre la venta de esclavos 4 y el impuesto sobre el transporte de grano Todos estos impuestos indirectos eran recogidos por las ciudades quienes lo enviaban a Roma Todas las ciudades debian enviar a Roma el dinero recogido de los impuestos Stipendium Pero estas tambien cobraban cierta cantidad para el mantenimiento de sus vias y de sus edificios publicos aunque esta cantidad municipal era cobrada aparte de los impuestos estatales Tambien existian algunas tarifas en los puentes en los pasos de montana y para la navegacion fluvial que eran recogidos por publicanos y que engrosaban las arcas de las ciudades Incluso se dispuso una tasa que gravaba el consumo de agua publica la que traian los acueductos que habia que abonar cada vez que se sacaba agua de una fuente publica Si toda esta salva de impuestos nos parecen demasiados no debemos pasar por alto los impuestos extraordinarios que generalmente se realizaban en forma de requisas y eran cobrados por la administracion militar Los ciudadanos de las provincias estaban obligados a aportar entre otras cosas una habitacion temporal para los soldados hasta que se construia el campamento estable todo tipo de herramientas lena trigo y en algunas ocasiones los barcos de las poblaciones maritimas o de los puertos fluviales los adinerados tampoco se libraban de las cargas debiendo aportar esclavos telas cueros plata y otros objetos de valor Si todo esto no nos basta durante la Republica la conducta de los gobernadores de las provincias no fue del todo correcta Mas bien no fue correcta ni de los gobernadores ni de los Publicani que recogian los impuestos La Republica siempre recurrio al sector privado para que aportara la necesaria experiencia recaudatoria 11 Este sector privado recogia los impuestos directos e indirectos y se bastaba por si solo para provocar la desesperacion de los pobres provincianos El sistema de recaudacion consistia en que se subastaban publicamente los contratos de recaudacion de impuestos y aquellos que ganaban avanzaban al Estado el total del impuesto que debian recaudar 3 Con el tiempo los multimillonarios vieron el negocio y se asociaron en empresas que incluso emitian acciones celebraban juntas generales y elegian directores que lideraban el consejo de administracion 3 Obviamente toda empresa tiene el derecho de sacar beneficio a raiz de sus actividades Pero es que los Publicani no tenian ningun pudor a la hora de recuperar su inversion No solo recaudaban la multimillonaria cantidad que habian avanzado al estado sino que tambien tenian como objetivo el forzar a los provincianos a pagar un extra por el privilegio de ser desplumados 3 Los Publicani no conocian limites Ni los conocian ni se los auto imponian Se puede pensar que los gobernadores estaban obligados a mantener la justicia y la paz entre sus subditos Al menos eso decian los maximos ideales republicanos Pero lo cierto es que los sobornos que se ofrecian a estos gobernadores eran tan enormes que incluso los principios mas severos acostumbraban a disolverse y convertirse en polvo 3 Naturalmente aunque los provincianos siguieron estando bajo una tremenda presion fiscal toda esta corrupcion aminoro en gran parte con el establecimiento del regimen Imperial Durante la Republica los gobernadores de las provincias eran los mismos senadores los Patres que dirigian el Estado que no tenian que rendir cuentas a nadie sobre su gestion a menos que alguien les denunciara publicamente y el caso entrara a formar parte de los tribunales Pero normalmente los senadores eran las personas mas influyentes ricas y poderosas de Roma asi que bien ayudados por sus innumerables clientes bien utilizando su enorme fortuna en la mayoria de las ocasiones conseguian corromper a los tribunales y salir asi airosos del problema Y como esto ocurria casi continuamente quien se atrevia a denunciar publicamente las irregularidades cometidas por un gobernador cavaba literalmente su propia tumba Pero con la llegada del Imperio los gobernadores que por otra parte ya no eran senadores sino influyentes personajes de otro grupo social los caballeros Equites que eran los acomodados pero sin rango senatorial si que tenian que rendir cuentas de su gestion ante un superior el Emperador que no consentia la mas minima discordia civil en sus provincias Y el abuso en el cobro de impuestos podia ser un motivo muy propicio para causar una sedicion entre los subditos de Roma asi que los gobernadores provinciales prefirieron salvar antes sus cuellos que enriquecerse mas aun Aunque la corrupcion continuo existiendo aun bajo la ferrea tutela de los Cesares la misma descendio de tal modo que al pueblo no le importo el recorte de libertades que sufrieron tras la abolicion del gobierno republicano ya que todos los ciudadanos del Imperio recelaban del gobierno del Senado a causa de la avaricia de los magistrados resultandoles ineficaz el auxilio de las leyes que eran distorsionadas por la fuerza el soborno y a fin de cuentas por el dinero Cornelio Tacito Anales I 2 Capitacion Editar La capitacion era un impuesto romano que englobaba varios tipos de tasas y variaba de una region a otra Era de tipo personal e individual en las ciudades En el ambito rural era una base tributaria que servia para efectuar el calculo del impuesto territorial 12 Las reformas fiscales emprendidas por Julio Cesar y concluidas por Cesar Augusto establecieron como base tributaria del estado romano una contribucion personal el tributum capitis y un tributo sobre los bienes raices el tributum soli Tras las crisis del siglo III y como continuacion de las reformas emprendidas durante los Severos con los impuestos annonarios Diocleciano establecio la capitacion tal como mas frecuentemente es conocida Se mantenia de alguna manera el antiguo tributum capitis pero llamado capitatio plebeia en la Galia o capitatio humana en Tracia A su vez se establecian varias capitaciones rurales basadas en la estimacion de la productividad virtual agricola y a veces ganadera La iugatio capitatio era la base tributaria establecida a partir de la cantidad de unidades de tierra iugadas aptas para ser cultivadas y aprovechadas por un trabajador agrario apto caput La cantidad de iugadas por caput podia oscilar entre las 5 1 35 Ha en caso de buena vina a las 90 25 Ha en caso de suelos de cereal pobres o 225 olivos en llano o 450 olivos en montana La capacidad de produccion a efectos tributarios de una mujer generalmente era la mitad de un hombre El rendimiento obtenido era puramente teorico y virtual pero constituia la base para exigir la cuota tributaria Se tienen noticias de la existencia de una capitatio animalium que gravaba la explotacion ganadera La capitacion era pagadera en especies generalmente se recaudaba de manera trienal y podia liquidarse en tres pagos Era un impuesto sujeto a frecuentes desgravaciones asi como a exenciones para el personal militar La capitacion urbana egipcia segun mencion de abundantes papiros de Oxirrinco fue al parecer de 400 dracmas anuales por persona Fue desapareciendo de las ciudades y hacia finales del siglo VI practicamente solo la pagaban los campesinos libres en su forma de impuesto territorial La tendencia fue sustituir este impuesto en su forma individual por una vinculacion vitalicia del colono a la tierra inicio de los siervos Vease tambien EditarEconomia en la Hispania romana Economia de la Galia romana Economia de RomaReferencias Editar Statistics on World Population GDP and Per Capita GDP 1 2006 AD University of Groningen Consultado el 19 de octubre de 2015 Rondo Cameron Historia Economica Mundial cap III 3ª ed a b c d e f g h i j Idem Theodor Mommsen Historia de Roma Libro I cap XIII Rondo Cameron Historia economica mundial 3ª Edicion Cap II Mommsen Theodor Historia de Roma Libro I cap XI Rondo Cameron Historia Economica Mundial 3ª ed cap II a b Theodor Mommsen Historia de Roma Libro II cap VIII Theodor Mommsen Historia de Roma Libro I Cap XI Flavio Josefo Guerras de los Judios II 8 1 Tom Holland Rubicon Auge y caida de la Republica romana Cap II Depeyrot Georges Crisis e Inflacion entre la Antiguedad y la Edad Media p 25 Critica Barcelona 1996 ISBN 84 7423 671 1 Bibliografia EditarAnnequn J M Clavel Leveque F Favory 1979 Formas de explotacion del trabajo y relaciones sociales en la antiguedad clasica Madrid Akal Cameron R 2003 Historia economica mundial Madrid Alianza Universidad Cruz Diaz Arino Gil 1999 La economia agraria de la Hispania Romana colonizacion y territorio Studia historica Historia antigua ISSN 0213 2052 N º 17 1999 Ejemplar dedicado a Estudios de Economia Antigua en la peninsula iberica Nuevas aportaciones pags 153 192 De 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