La Moraña
La Moraña es una comarca natural de la provincia de Ávila, situada en su zona norte entre las provincias de Salamanca, Valladolid, Ávila y Segovia, en España. Camilo José Cela en su libro Judíos Moros y Cristianos,[1] narra un viaje que realiza por tierras de Segovia y Ávila, entre 1946 y 1952. Uno de las comarcas por los que pasa pasa es la Moraña:
La Moraña cría el cereal, tolera la vid y maldice el árbol
.
Lope de Vega la cantó en ripio ilustre:
Hoy segadores de España
vení a ver a la Moraña
trigo blanco y sin argaña,
que de verlo es bendición.
Ésta sí que es siega de vida
ésta sí que es siega de flor.
Historia
Después de la despoblación producida desde la invasión árabe, la vuelta a su repoblación viene de la mano de grupos mozárabes y muladíes que, desde la segunda mitad del siglo X y todo el siglo XI, van estableciéndose en esta comarca, parte de las extremaduras castellanas y zona de clara inestabilidad política, hasta la reconquista de Toledo en 1085. Estos pobladores, si bien mantienen en su mayoría la religión cristiana, presentan elementos aglutinantes por cuanto usan indistintamente la lengua latina-romance y la árabe; igualmente y en este sentido conservaron su cultura romano-visigótica, pero con importantes elementos árabes. Es a partir de la citada reconquista de Toledo en 1085 y la consolidación de las extremaduras castellanas, cuando a través de los consejos de villa y tierra se va repoblando la comarca con emigrantes de otras partes del norte de la península.
Origen etimológico
Respecto al nombre de la región está bastante extendida la creencia, que vendría de tierra de moros, La Morania, que evolucionó a Moraña. Esta no es la versión que se tiene en la zona sobre el origen de dicho término, sino que la creencia popular es que vendría de Maraña, maraña de pueblos, por la cantidad de pueblos que se agrupan en dichas tierras. No obstante, la proporción de moros en la zona debió de ser la misma que en el resto de las tierras de extremadura (extremos del Duero), no siendo por ello característico dicha población para designar el territorio.
En la zona de Ávila, tenemos una gran proporción de nombres que han conservado su origen prerromano. Es característico la abundancia del término Muñoz, que vendría de Munio (mendi en vasco), y que significa cerro. Por otra parte también encontramos el término Aran, valle en lenguas prerromanas, y presente también en el vasco, distribuido a lo largo de las dos vertientes del Sistema Central (Aranda, Jaranda, Jarandilla, Arandilla, Peñaranda, Aranjuez, etc.) En este caso, la palabra Moraña, podría fácilmente estar relacionada con ambos términos. De tal manera que evolucionaría a partir de Munio Arania - Munoaraña - Moaraña - Moraña. En este caso, la traducción podría ser algo parecido a "el valle de los cerros", debido a que la primitiva Muni Arania fueran terrenos más cercanos a Gredos y que se extendiese el nombre al resto de los llanos, o que las poblaciones originales se situaran en los pequeños cerritos que se encuentran a lo largo de la región.
Municipios
A la comarca de La Moraña pertenecen 67 municipios.
Medio
El clima es mediterráneo continentalizado (Csb en clasificación climática de Köppen) con inviernos fríos (mínimas de -15Cº) y veranos cortos y templados-cálidos (máximas 35Cº), las precipitaciones se establecen en el ámbito de entre 450 y 650 mm anuales, con precipitaciones más abundantes en otoño y primavera y un periodo seco que va entre 2 y 3 meses. Se pueden marcar tres territorios dentro de la comarca de La Moraña, en el norte la denominada Tierra de Arévalo. Entre el río Arevalillo y la provincia de Salamanca La Moraña Occidental y entre el río Arevalillo y la provincia de Segovia La Moraña Oriental, esta última atravesada por el río Adaja y Voltoya, con mayor superficie de bosque pinar y menor regadío, este último concentrado en mayor medida en las anteriores unidades geográficas.
Su altitud media sobre el nivel del mar es de unos 900 metros. Su pertenencia geográfica a la Meseta Norte se evidencia en su paisaje sedimentario, predominantemente llano. Sus tierras uniformes, salpicadas por algunos hitos y colinas así como algunos valles y lavajos, en las que tradicionalmente se alternaba el cultivo del cereal y de las legumbres con los rebaños de ovejas, son tan solo alteradas por la presencia del río Adaja y sus pequeños afluentes, que atraviesan esta comarca y proporcionan zonas boscosas y húmedas, que se suman al salpiqueo de bosquetes islas y pinares. La masa forestal más densa se encuentra en la margen izquierda del río Adaja entre Villanueva de Gómez y Arévalo con una longitud cercana a los 30 kilómetros.
La economía de la comarca es, principalmente, agrícola.
Durante el siglo XX, el tradicional paisaje cerealista se fue transformando en una alternancia de cultivos de secano y regadío, gracias a las perforaciones que permitieron la extracción del agua de los acuíferos subterráneos. La aparición de cultivos de regadío ajenos a la región, fundamentalmente remolacha azucarera, transformó la economía de la comarca, y su proliferación agravó el problema de la pertinaz sequía, que se ve bien reflejada en el escaso o inexistente caudal de sus ríos.
La comarca está plagada de pequeños municipios compactos, separados habitualmente una media de 5 km. Dichos municipios poseen excelentes piezas de arquitectura románico-mudéjar. Cómo representantes de este estilo morañego son los templos de San Nicolás de Bari en Madrigal de las Altas Torres, la ermita de La Lugareja en Arévalo, y las iglesias parroquiales de Donvidas, Narros del Castillo, Fontiveros, Horcajo de las Torres y Palacios Rubios. [2] Pero junto a los edificios eclesiásticos, se encuentran las construcciones civiles del mudéjar en la comarca, desaparecidas en su inmensa mayoría por el escaso valor de sus materiales de construcción; de ahí el derribo del palacio Real de Arévalo Casas Reales de Arévaloen la década de 1980. Este arte, representativo de la Corte noble de Castilla y León durante el Siglo XV, tiene por aquel entonces una de las sedes de su corte itinerante en el norte de la provincia abulense, donde se hallan varios edificios muy próximos en la misma ciudad, probablemente como consecuencia de la diversificación de funciones de los conjuntos palatinos islámicos. Esto explicaría la proximidad entre los palacios de Madrigal de las Altas Torres y Arévalo, ambos habitados simultáneamente por Juan II de Castilla y sus esposas, sobre todo por Isabel de Portugal. En el primero de ellos nació la reina Isabel I de Castilla y conserva la sala en la que se reunieron las Cortes de Castilla, uno de los más bellos ejemplos del mudéjar. Actualmente es el Monasterio de Nuestra Señora de Gracia, cedido a las Agustinas por Carlos I de España, monarca que transformó también en convento el palacio arevalense tras su donación a las monjas cistercienses de la Ermita de La Lugareja (1424). Aún perviven algunos castillos señoriales en la comarca de esta etapa mudéjar. Es el caso de la fortaleza de Arévalo, donde Pedro I de Castilla recluirá a su esposa Blanca I de Navarra. Fue propiedad de Isabel I de Castilla, quien se lo confiscó al Duque de Arévalo tras apoyar a su rival en la Guerra de Sucesión, Juana la Beltraneja. Y, por último, entre las fortificaciones mudéjares caben destacar las murallas de Madrigal de las Altas Torres, declaradas monumento nacional en 1931, y cuya denominación proviene de las 80 torres iniciales que coronaban sus casi 2.300 metros de longitud; y la puerta de Alcocer de la muralla arevalense, restaurada en exceso y cuyo torreón ha tenido múltiples funciones desde Alcázar de la ciudad hasta cárcel. [3]
Por su importancia ornitológica está en pleno corazón de la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de "Tierra de Campiñas", una de las más grandes de Europa, por su riqueza en aves esteparias como la avutarda.
Hay quien distingue varias Morañas: norteña, oriental y occidental, las dos últimas separadas por el curso del río Arevalillo.[4]
Personajes históricos
En la comarca de La Moraña nacieron los dos grandes místicos españoles, fundadores de la reforma carmelita descalza: Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Este nació Fontiveros, y en el pueblo de Gotarrendura se encuentra la casa solariega y el palomar de la familia de La Santa de de Ávila, lugares donde pasó su infancia y de simbología importante en su obra (con la denominación de “palomar” solía mencionar Teresa de Jesús a sus Fundaciones conventuales). En este pueblo se encuentra además el Museo Etnográfico Eugenio López, un reconocido pintor abulense, que ha recreado en una casa de labranza un espacio volcado en las costumbres y tradiciones morañegas. Pero esta comarca, además, forma parte de la “Ruta de las Reinas”. En localidades como Madrigal de las Altas Torres y Arévalo dejaron su huella la reina Isabel de Portugal y su hija, Isabel I de Castilla. En Madrigal de las Altas Torres se casaron Juan II de Castilla y su primera esposa, quien falleció en Arévalo, ciudad en la que vivió más de treinta años y que aparece como posesión de la reina viuda en su testamento. La hija de ambos, Isabel I de Castilla, vivió toda su juventud en las Casas Reales y en el tristemente desaparecido palacio de la Plaza Real que su padre tenía en Arévalo. Esta villa, fiel partidaria de la causa de la Casa de Trastámara, llegó a ser Corte y centro de importantes intrigas políticas orientadas a conseguir la corona de Castilla. Y fue el glorioso pasado de esas dos villas de realengo, el que hizo que en Arévalo residieran otros personajes históricos como Germana de Foix, segunda esposa de Fernando II de Aragón, y San Ignacio de Loyola, conocido en la corte castellana como Iñigo López de Loyola. Por su parte, la cercana Madrigal de las Altas Torres fue cuna de Alonso Fernández de Madrigal, El Tostado, obispo abulense de prolífica obra eclesiástica, y de Vasco de Quiroga, obispo evangelizador de América; y en esta villa pasó los últimos días de su vida fray Luis de León, en el desaparecido convento de Agustinos. [5]
Véase también
Referencias
- José Cela, Camilo (1989). Judíos, moros y cristianos. Barcelona:Destino Libro. ISBN 84-233-1009-4.
- Maria Luz González Canales (2005), "El arte mudéjar en tierras de Ávila: La Moraña (III), Revista La cuna de Teresa. Asociación Cultural Santa Teresa de Gotarrendura (Ávila)' ', año IV, n.º 42, Mayo de 2005. D.L.: AV.185-05. Aunque no se ha conservado completa ninguna de las “iglesias mudéjares” morañegas, ya que la mayoría de los edificios fueron transformados en el s. XVI o en el s. XVIII, de su fábrica original-en su mayor parte datadas en el s. XIII-se conservan sus cabeceras, bien por motivos litúrgicos o en un estado ruinoso. Casi todas ellas responden a la misma tipología del modelo románico u ojival de transición, que en algún edificio de la comarca llega al nivel de los grandes templos, como es el caso decorativo de la cúpula de la Ermita de La Lugareja en [Arévalo]], con clara influencia de la girola catedralicia abulense. Es, sin duda, este templo el mejor ejemplo de Arte mudéjar de la comarca y posiblemente de todo el mudéjar castellano. Pero en esta misma ciudad contamos con otros ejemplos destacados del mudéjar: la Iglesia de San Martín (Arévalo), con su “torre de los Ajedreces” de influencia segoviana, la Iglesia de Santo Domingo de Silos (Arévalo), San Juan y la Iglesia de Santa María la Mayor (Arévalo), con una torre muy similar al modelo turolense. Otro dos referentes importantes de esta tipología arquitectónica son las Iglesias de San Nicolás de Bari (con cabecera triabsadial) y la Iglesia de Santa María del Castillo en (Madrigal de las Altas Torres)]].Pero también merecen mención relevante otros templos más pequeños de la comarca: Es el caso del coro de Cantiveros y el sotocoro de Narros del Castillo, que se encuentran entre los mejores ejemplos de la carpintería de lo blanco, sin olvidar la original tribuna de la iglesia de Flores de Ávila, los singulares ábsides lisos de Barromán y Vega de Santa María, este último con un caso único de original decoración con ladrillos a sardinel, ábsides-torres como el de Barromán o la originalísima torre mudéjar de Rasueros que en nada debe envidiar a la situada junto a la cabecera del templo de la Iglesia de El Salvador (Arévalo) o a la bella torre incorporada a la muralla de la Iglesia de San Juan Bautista en Arévalo.
- Origen del párrafo: Maria Luz González Canales (2005), "El arte mudéjar en tierras de Ávila: La Moraña (II)”, Revista La cuna de Teresa. Asociación Cultural Santa Teresa de Gotarrendura (Ávila) , año V, n.º 40, marzo de 2006, D.L. AV-18505
- Sanchidrián, Jesús Mª (1 de septiembre de 2014). «Moraña». avilared.com.
- Todo el párrafo está extractado de la siguiente obra: Maria Luz González Canales (2006), "La Moraña, entre campos, cereales y misticismo”, Revista La cuna de Teresa. Asociación Cultural Santa Teresa de Gotarrendura (Ávila) , año V, n.º 51, Febrero de 2006, D.L. AV-18505
Enlaces externos
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