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Sorpresa de Lácar

La batalla de Lácar o sorpresa de Lácar fue una batalla que tuvo lugar durante la tercera guerra carlista. Teniendo los liberales tomado el pueblo de Lácar y otras localidades vecinas en el valle de Yerri (Navarra) la tarde del 3 de febrero de 1875 los carlistas asaltaron el pueblo por sorpresa, capitaneados por el propio pretendiente Don Carlos.

Sorpresa de Lácar
Parte de Tercera guerra carlista
Fecha 3 de febrero de 1875
Lugar Lácar, Navarra (España España)
Coordenadas 42°41′02″N 1°57′30″O / 42.68388889, -1.95833333
Resultado Victoria carlista
Beligerantes
Carlistas Liberales
Comandantes
Fuerzas en combate
17.000 12.000
Bajas
30 muertos
200 heridos
800-900 muertos
45 heridos y 300 prisioneros

Se generó un desastre total en el ejército liberal, en el que se contaron más de 1000 bajas. Alfonso XII, muy joven todavía, tuvo que abandonar rápidamente el lugar de la contienda, donde se hallaba en esas fechas, pues estuvo a punto de ser capturado por las tropas carlistas.

Lácar lleva celebrando desde hace unos años un encuentro cultural haciendo referencia a este y otros episodios ocurridos durante las Guerras Carlistas, en el siglo XIX; en concreto el 10 de junio se celebra en Lácar una representación teatralizada de la batalla de Lácar, ocurrida el 3 de febrero de 1875.

Desarrollo de la batalla

 
Panel de la Ruta del Carlismo en Lácar.

Don Carlos acudió personalmente para tomar el mando del ejército navarro, pasando revista el 29 de enero a todas las fortificaciones desde Obanos hasta Añorbe, tal como afirma el historiador liberal Antonio Pirala.[1]

Según el príncipe de Valori, el pretendiente fortificaba después de algún tiempo el Carrascal. Los soldados habían dejado sus fusiles. Abrían trincheras y elevaban parapetos. Las fortificaciones del Carrascal tenían por objeto bloquear Pamplona y obligar al enemigo a acudir en su ayuda. El cuartel general estaba en Puente la Reina, pero Don Carlos inspeccionaba continuamente las líneas. Iba escoltado por generales y por oficiales de su Estado Mayor y del Cuerpo de Ingenieros. Hacía tres años que sostenía la campaña, pero siempre discreto y modesto, no obraba sin previo consejo de los expertos capitanes de la guerra de los siete años. La operación parecía razonada en sí misma; pero hubieran sido precisas mayores fuerzas para cubrir una línea tan extensa. Así es que cuando dirigía una mirada sobre la línea fortificada, no se cansaba de repetir:

Dudo que el enemigo sea tan cándido que venga a atacarnos. Temo que envuelva nuestras posiciones.[2]

Y decía a sus generales experimentados:

Soy el Jefe supremo, pero como no tengo más que veintiséis años, cedo ante vuestras canas.[3]

La víspera de la batalla, envió a uno de sus ayudantes a la oficina telegráfica de Puente la Reina. Se trataba de ponerse en comunicación con el capitán general carlista de Vizcaya y de darle órdenes especiales. Poco antes de la llegada del oficial, habían sido rotos los hilos telegráficos. Don Carlos, acompañado de algunos voluntarios, creyó oportuno inspeccionar la línea telegráfica. Próximo ya a Cirauqui, se le dijo: «¡El enemigo está allá!» Tras subir a una altura, descubrió una fuerza enemiga, de cerca veinte mil hombres, que ocupaba Lorca, Lácar y las eminencias que dominan esas poblaciones. Don Carlos echó entonces mano de un lápiz y escribió al general Mendiri, que se hallaba en aquel momento en la extremidad opuesta de la línea.[3]

 

Según el príncipe de Valori, el pretendiente temía que el movimiento del enemigo fuera combinado, y eso es lo que sucedió: dos divisiones más de veinte mil hombres cada una, llegaban por lado opuesto. Los liberales no había sido tan cándidos, y Don Carlos lo comprendió. Cuando Mendiri recibió el aviso de su rey, supo del movimiento de los liberales, que envolvían las posiciones del Carrascal. Rápidamente mandó concentrar todas las fuerzas carlistas en Puente-la-Reina. Los carlistas se vieron entonces obligados a abandonar esa línea estratégica en la que fundaban todas sus esperanzas sin haber visto al enemigo.[4]

En la noche del 2 de febrero, Don Carlos conferenció largamente con Mendiri. La carretera real de Estella estaba ocupada —cosa que Don Carlos supo con posterioridad— por el mismo rey Alfonso XII y el general Fernando Primo de Rivera. Por el otro lado se hallaban Moriones y Despujols. La primera idea de los generales carlistas fue la de no exponer la artillería montada, que no podía prestar gran servicio en una región quebrada y llena de obstáculos. Se la despachó con la sola garantía de la marcha de sus mulas, pudiendo así salvarse. Luego todos los batallones pasaron el río. Don Carlos salió el último de Puente-la-Reina, y fue a descansar en Mañeru. Mendiri se trasladó a Cirauqui, siendo desplegadas las tropas en las cercanías, decidiendo Don Carlos que al día siguiente, al rayar el alba, comenzaría enérgicamente el ataque en toda la línea.[5]

El 3 de febrero, el cañón del Monte Esquinza hizo algún disparo contra los carlistas. Hacía buen tiempo y Don Carlos vestía el uniforme de Coronel de Guardias. Escoltado por este escuadrón, salió de Mañeru. Según Valori, al salir de la población, se le acercó una mujer, y tomando las riendas de su caballo, en ademán de impedirle el paso, exclamó: «¡Mueran nuestros hijos y nuestros hermanos; pero no expongáis Vos vuestra vida!».[6]

Sobre el camino de Mañeru y de Cirauqui, se dispararon algunos obuses sobre el Estado Mayor carlista, sin obtener resultado alguno. Don Carlos no oía el fuego de fusilería que había ya comenzado. Se dirigió a toda prisa hacia el punto donde estaban Mendiri y las fuerzas escalonadas cerca de Cirauqui. Cerca de las nueve de la mañana Mendiri se dirigió al encuentro del pretendiente con su Estado Mayor. Don Carlos preguntó cómo no había comenzado aún el ataque, a lo que el general contestó que era imposible, conduciéndole a una pequeña altura. Allá le explicó las posiciones enemigas, indicándole que hubiera sido temeridad atacar; pero opinando lo contrario Don Carlos, creyó que era más oportuno no demorar la acción. Después de un maduro examen, se convino en consultar a un consejo de guerra compuesto de generales. Tan pronto los batallones vieron a su caudillo, todas las músicas entonaron la Marcha Real, rayando en frenesí el entusiasmo de los soldados, que gritaban «¡Viva nuestro Rey! ¡Viva nuestro General!». Según el príncipe de Valori, la presencia de Don Carlos les inspiraba confianza.[7]

Se oyeron algunas voces de «¡mueran los traidores!» que no se supo de dónde salían. Los soldados ansiaban pelear a costa de cualquier sacrificio. Don Carlos dijo a Mendiri:

Mira estos soldados, con tales hombres podemos llegar hasta el fin del mundo. Deploro el tiempo que hemos perdido esperando la reunión del Consejo. Temo más una retirada sin lucha que una derrota combatiendo. Importa mucho que los soldados sepan que entre nosotros no hay traidores; que hemos hecho lo que hemos podido frente el número que nos ha abrumado.[8]
 
Fotografía de Don Carlos durante la guerra rodeado de voluntarios.

El consejo de guerra se reunió junto a un foso de la carretera real. Mendiri dio cuenta de la situación y la discutió. La mayoría de los jefes participaba del entusiasmo de los soldados y de su deseo de pelear. Ante lo dicho por Mendiri, se vieron obligados a opinar como él, en pro de la retirada. Cuando le tocó hablar al Jefe supremo, dijo que agradecía mucho sus consejos, que, militarmente hablando tenían razón, pero que se veía obligado a obrar contra toda consideración ordinaria. Según Valori, Don Carlos dijo entonces:

Atacaremos, debiendo ser Lácar nuestro objetivo. Emprenderemos el ataque a las cuatro y media, al objeto que tengáis el tiempo suficiente de regresar a vuestros puestos y de reuniros a vuestras tropas. Esta hora es propicia, porque el enemigo no sospechará verse molestado a una hora tan avanzada, y, como tenemos pocas municiones, no podríamos sostener el fuego más allá de dos horas. La bayoneta suplirá esta falta. A esa hora nada tenemos que temer de Moriones y de Despujols, que no se atreverán a socorrer a Primo de Rivera.

Señores, como Rey y como general, cargo sobre mí la responsabilidad de esta jornada , exigiendo de vosotros tan sólo la responsabilidad en la ejecución de las órdenes que os transmita.[9]

El anciano general Elío, que estaba al lado de Don Carlos, hizo una sonrisa de asentimiento.[10]

A las cuatro y media en punto, los pequeños cañones Vitwort dieron la señal, haciendo una sola descarga. Entonces los batallones carlistas cayeron como una avalancha sobre la población atrincherada. Diez minutos después cesó el fuego: carlistas y alfonsinos habían llegado a las manos. Se atacó a la bayoneta. El conde de Bardi y el marqués de Valde-Espina, que no tenían mando, fueron los primeros que entraron en Lácar. Bardi se cubrió de gloria; Don Carlos le dio la cruz de San Fernando, y el Conde de Chambord, separándose por una vez de la costumbre que se había impuesto, decoraría al joven príncipe con la cruz de San Luis. El conde de Bardi, que era hermano de la esposa de Don Carlos, salvó la vida a gran número de prisioneros, gritando: «¡En nombre de la Reina, respetadles sus vidas!».[11]

 
Desastre de Lácar: «Mi general, es inútil todo» (Segunda parte de la Guerra Civil. Anales desde 1843 hasta el fallecimiento de don Alfonso XII).

Al principio del combate, Don Carlos se hallaba en una altura. Apercibió en el camino de Esquinza un grupo de jinetes que se alejaban a toda prisa. Era Alfonso XII, que podría haber llegado a caer prisionero si hubieran pasado algunos minutos más. Según Valori, la madre de Alfonso, Isabel II, que se hallaba exiliada en Francia, se oponía a los liberales y tenía simpatías carlistas, llegando a decir al respecto: «¡Hubiera preferido ver a Alfonso prisionero de Carlos, que cautivo de la Revolución!».[12]

Durante la batalla, llegó un oficial, anunciando que Moriones ejecutaba un movimiento envolvente. Don Carlos le detuvo, para no infundir el desaliento; por otro lado no creía en él, y tenía razón. Tras una lucha calificada como heroica por el príncipe de Valori, los liberales huían a la desbandada.[13]

Después de la batalla, los generales insistieron en que Don Carlos ostentara en su pecho la Gran Cruz de San Fernando. Y el pretendiente la llevó todo el resto de la campaña.[13]

Parte detallado de la batalla por Torcuato Mendiry

Los carlistas aprovecharon esta victoria para encubrir los resultados que para ellos surgirían en las últimas operaciones de la guerra. El parte detallado de la acción de Lácar, publicado por El Cuartel Real, decía así:[14]

Ejército Real del Norte.—Estado Mayor General

Excmo. Sr.:

Después de las gloriosas batallas de Biurrún y Berasoain, ocurridas en los días 21 y 23 de Septiembre último, fué de absoluta necesidad el establecimiento de una línea atrincherada que, partiendo de la villa de Puente la Reina, terminara en el Carrascal, ya para estrechar en cuanto fuera posible el bloqueo de la plaza de Pamplona, ya también para librar á este hermoso y heroico país de la rapacidad y devastación del ejército contrario. Bien sabía que con su instalación no evitaría el socorro de Pamplona; pero tenía la seguridad de que para conseguirlo necesitaría el enemigo reunir un ejército considerable, y mientras tanto podría tener en jaque á los dos cuerpos de ejército de Moriones y Pieltain, compuestos de veinticinco batallones cada uno, que operaban en este antiguo Reino. Así ha sucedido: el ejército, antes republicano furibundo, ayer de la dictadura de un gobierno despótico y hoy de don Alfonso, ha reunido próximamente 60.000 hombres, de los cuales treinta batallones, al mando de Moriones, rebasaron la línea por Cáseda y San Martín, treinta kilómetros más á la izquierda de su prolongación, sin que me fuese posible oponerle una seria resistencia.

Mi primer pensamiento fué abandonar la línea atrincherada y caer sobre esta columna; pero las malas condiciones en que tenía que dar la batalla, y la consideración de que dejaba casi abandonada y á gran distancia esta ciudad de Estella, en cuya conservación está interesado el honor de nuestras armas, me hizo desistir de esta idea. El enemigo penetró en Pamplona en la tarde del día 2, situándose Moriones, con la mayoría de sus tropas, en la posición estratégica de Tiebas.

Este caso, que empeoraba mi situación, pero que no la hacía desesperada, lo tenía previsto, y me obligó á operar un cambio de frente oblicuo, apoyado en la posición del pueblo de Añorbe, y de establecer una segunda línea en la sierra del Perdón, distante dos leguas de la primera, quedando las fuerzas enemigas en esta forma: el cuerpo de Moriones, donde dejó hecha mención; otro cuerpo, fuerte de 20.000 hombres, en Tafalla, con una brigada en la posición del Pueyo, y el tercero en Artajona, de quince batallones, formando los tres cuerpos un triángulo equilátero; pero el cuerpo situado en Tafalla vino á acampar, en la tarde del día 1.º, una legua al sur de Artajona, cuyo movimiento no me llamó la atención, suponiendo lo hacía con el objeto de apoyar el de dicha villa, pues que habiéndose adelantado á efectuar un reconocimiento sobre Añorbe, fué tan rudamente atacado por el Brigadier Pérula, que le obligó á retroceder al punto de partida en completo desorden y con pérdidas de alguna consideración.

Pero no era aquella la causa, pues por un movimiento rápido, ejecutado durante la noche, vino á situarse en los pueblos de Oteiza, Lorca y Lácar. Desde este momento la situación del ejército Real en Puente la Reina y valle de Ilzarbe se hizo insostenible, y determiné levantar la línea, enviando al comandante general de Navarra con diez batallones á ocupar las posiciones de Estella, para poner á cubierto esta plaza, y yo, con el resto del ejército, marché á situarme en Cirauqui y Mañeru. Nos hallábamos en esta situación en la mañana de ayer, cuando S. M. el Rey nuestro Señor (Q. D. G.) llegó al primero de dichos pueblos y me ordenó que diese un rudo ataque al pueblo de Lácar, ocupado por el regimiento de Asturias, fuerte de 1 .600 hombres, y el de Valencia, con igual fuerza.

A las once de la mañana emprendí la marcha con doce batallones, por un camino poco menos que intransitable, dejando en Cirauqui, al frente del enemigo, situado en el monte de San Cristóbal, al Brigadier Zalduendo, con tres batallones, y al Coronel Echevarría, con el de su mando, en el fuerte de Santa Lucía, á fin de observar y hacer frente á la columna de Moriones.

A las tres y media de la tarde me hallaba oculto, á unos 1.600 metros de Lácar, en donde, conforme iban llegando los batallones, organicé las cuatro columnas, de á tres cada una, mandadas por los Brigadieres Pérula, Valluerca, Cavero y Coronel D. Celedonio Iturralde, que debían verificar el ataque. Con la necesaria anticipación había dado orden al General Argonz para que reconcentrara los diez batallones puestos á sus órdenes en el pueblo de Murillo, á fin de secundar el ataque por la parte sur de la población, y á los Regimientos de Caballería del Rey, Cruzados de Castilla y Escuadrón de Guardias de S. M. que se situaran en la carretera de Alloz, también ocultos y lo más próximos al pueblo que se iba á atacar, cuya operación debía tener lugar á las cuatro de la tarde, señalando al Comandante de la primera batería de montaña el punto para el emplazamiento de las ocho piezas de que se compone. Como las operaciones del general Argonz fueron independientes, él dará cuenta de ellas.

A la hora señalada salieron las cuatro columnas paralelamente, y en marcha de hileras de á cuatro, por no permitir la salida de la garganta que ocupábamos otra formación, y conforme iban llegando y entrando en terreno más abierto, fueron organizándose en columna por compañías.

Apercibido el enemigo, se aprestó inmediatamente al combate, instalándose en las casas y en algunas obras de defensa que había construido en la entrada del pueblo; mas todo fué en vano, porque los batallones que formaban la cabeza de las columnas se precipitaron á la carrera sobre el pueblo, apoyados por los que ocupaban el segundo lugar en la marcha, y quedando los terceros de reserva, según lo había prevenido.

Una media hora duró el combate, quedando completamente arrollado el enemigo, que al apoyo de las fuerzas que salieron del pueblo de Lorca debió en parte su salvación; habiendo caído en nuestro poder tres piezas de artillería, sistema Plasencia, de á ocho centímetros, con el material completo perteneciente á cuatro; más de 2.000 fusiles, las cajas de los regimientos, municiones, bagajes y víveres, y sobre 300 prisioneros, entre ellos 45 heridos, quedando en el campo de 800 á 900 cadáveres, y llevándose el enemigo un número considerable de heridos; consistiendo nuestras pérdidas en 30 muertos y 200 heridos.

Como el pueblo de Lorca dista de Lácar 1.800 metros, y en él habla situados cuatro batallones enemigos, y en las alturas inmediatas, derivaciones del monte de San Cristóbal, hubiese también otra brigada, se generalizó la acción, á que concurrió también el resto del ejército que se encontraba en Oteiza, consiguiendo quitarles cuantas posiciones habían ocupado hasta muy entrada la noche, en que mandé retirar las tropas.

He concurrido á más de ciento veinte hechos de armas en mi larga carrera, y nunca he visto tanta heroicidad como en la batalla de ayer. Es imposible describir los hechos de bravura que tuvieron lugar; porque los Regimientos de Asturias y Valencia, que ocupaban el pueblo, eran de los distinguidos del ejército contrario, lleno de valor y abnegación.

¡Loor á los bravos que de uno y otro campo han sucumbido!

No es posible que los héroes de la antigüedad pudieran elevar á tan alto grado el mérito de sus acciones guerreras que nos dejaron consignadas en la Historia.

Imposible me serla citar á los que más se distinguieron, pues todos se excedieron en el cumplimiento de su deber, como de cércalo vió S. M.; solamente me permitiré indicar á S. A. R. el señor Conde de Bardi, que, á caballo, fué uno de los primeros que entraron en el pueblo de Lácar.

Nuestras pérdidas, ya fijadas anteriormente, son bien cortas, al pensar en el vivo ataque de nuestros adversarios y horroroso fuego de los enemigos.

Al dar cuenta á S. M. de tan glorioso hecho de armas, invito á V. E. incline su Real ánimo á recompensar, con su ordinaria generosidad, el comportamiento de este ejército.

Dios guarde á V. E. muchos años. Estella 4 de Febrero de 1875.—Excmo. Sr.—Torcuato Mendiry.—Excmo. Sr. Capitán general, Ministro de la Guerra.[15][14]

Referencias

Bibliografía

  • Botella Carbonell, Juan (1876). La guerra civil en España de 1872 á 1876. Barcelona: Librería de D. Juan Oliveres, editor, impresor de S. M. 
  • Príncipe de Valori (1889). Dos reyes. Barcelona: Imprenta de Bertrán y Altés, calle de Pelayo, 6 bis. pp. 225-233. 
  • Marqués de Tamarit (abril de 1890). «Sobre la batalla de Lácar». El Estandarte Real (13): 205-207. 

Enlaces externos

  • «LÁCAR, batalla de». Gran Enciclopedia de Navarra. 
  •   Datos: Q9079065
  •   Multimedia: Battle of Lácar / Q9079065

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La batalla de Lacar o sorpresa de Lacar fue una batalla que tuvo lugar durante la tercera guerra carlista Teniendo los liberales tomado el pueblo de Lacar y otras localidades vecinas en el valle de Yerri Navarra la tarde del 3 de febrero de 1875 los carlistas asaltaron el pueblo por sorpresa capitaneados por el propio pretendiente Don Carlos Sorpresa de LacarParte de Tercera guerra carlistaFecha3 de febrero de 1875LugarLacar Navarra Espana Espana Coordenadas42 41 02 N 1 57 30 O 42 68388889 1 95833333ResultadoVictoria carlistaBeligerantesCarlistas LiberalesComandantesCarlos de BorbonTorcuato MendiryJose PerulaCecilio ValluercaFrancisco CaveroCeledonio IturraldeRamon Argonz Alfonso XIIDomingo MorionesEuogio DespujolsFuerzas en combate17 000 12 000Bajas30 muertos200 heridos 800 900 muertos45 heridos y 300 prisioneros editar datos en Wikidata Se genero un desastre total en el ejercito liberal en el que se contaron mas de 1000 bajas Alfonso XII muy joven todavia tuvo que abandonar rapidamente el lugar de la contienda donde se hallaba en esas fechas pues estuvo a punto de ser capturado por las tropas carlistas Lacar lleva celebrando desde hace unos anos un encuentro cultural haciendo referencia a este y otros episodios ocurridos durante las Guerras Carlistas en el siglo XIX en concreto el 10 de junio se celebra en Lacar una representacion teatralizada de la batalla de Lacar ocurrida el 3 de febrero de 1875 Indice 1 Desarrollo de la batalla 2 Parte detallado de la batalla por Torcuato Mendiry 3 Referencias 4 Bibliografia 5 Enlaces externosDesarrollo de la batalla Editar Panel de la Ruta del Carlismo en Lacar Don Carlos acudio personalmente para tomar el mando del ejercito navarro pasando revista el 29 de enero a todas las fortificaciones desde Obanos hasta Anorbe tal como afirma el historiador liberal Antonio Pirala 1 Segun el principe de Valori el pretendiente fortificaba despues de algun tiempo el Carrascal Los soldados habian dejado sus fusiles Abrian trincheras y elevaban parapetos Las fortificaciones del Carrascal tenian por objeto bloquear Pamplona y obligar al enemigo a acudir en su ayuda El cuartel general estaba en Puente la Reina pero Don Carlos inspeccionaba continuamente las lineas Iba escoltado por generales y por oficiales de su Estado Mayor y del Cuerpo de Ingenieros Hacia tres anos que sostenia la campana pero siempre discreto y modesto no obraba sin previo consejo de los expertos capitanes de la guerra de los siete anos La operacion parecia razonada en si misma pero hubieran sido precisas mayores fuerzas para cubrir una linea tan extensa Asi es que cuando dirigia una mirada sobre la linea fortificada no se cansaba de repetir Dudo que el enemigo sea tan candido que venga a atacarnos Temo que envuelva nuestras posiciones 2 Y decia a sus generales experimentados Soy el Jefe supremo pero como no tengo mas que veintiseis anos cedo ante vuestras canas 3 La vispera de la batalla envio a uno de sus ayudantes a la oficina telegrafica de Puente la Reina Se trataba de ponerse en comunicacion con el capitan general carlista de Vizcaya y de darle ordenes especiales Poco antes de la llegada del oficial habian sido rotos los hilos telegraficos Don Carlos acompanado de algunos voluntarios creyo oportuno inspeccionar la linea telegrafica Proximo ya a Cirauqui se le dijo El enemigo esta alla Tras subir a una altura descubrio una fuerza enemiga de cerca veinte mil hombres que ocupaba Lorca Lacar y las eminencias que dominan esas poblaciones Don Carlos echo entonces mano de un lapiz y escribio al general Mendiri que se hallaba en aquel momento en la extremidad opuesta de la linea 3 Torcuato Mendiry 1813 Segun el principe de Valori el pretendiente temia que el movimiento del enemigo fuera combinado y eso es lo que sucedio dos divisiones mas de veinte mil hombres cada una llegaban por lado opuesto Los liberales no habia sido tan candidos y Don Carlos lo comprendio Cuando Mendiri recibio el aviso de su rey supo del movimiento de los liberales que envolvian las posiciones del Carrascal Rapidamente mando concentrar todas las fuerzas carlistas en Puente la Reina Los carlistas se vieron entonces obligados a abandonar esa linea estrategica en la que fundaban todas sus esperanzas sin haber visto al enemigo 4 En la noche del 2 de febrero Don Carlos conferencio largamente con Mendiri La carretera real de Estella estaba ocupada cosa que Don Carlos supo con posterioridad por el mismo rey Alfonso XII y el general Fernando Primo de Rivera Por el otro lado se hallaban Moriones y Despujols La primera idea de los generales carlistas fue la de no exponer la artilleria montada que no podia prestar gran servicio en una region quebrada y llena de obstaculos Se la despacho con la sola garantia de la marcha de sus mulas pudiendo asi salvarse Luego todos los batallones pasaron el rio Don Carlos salio el ultimo de Puente la Reina y fue a descansar en Maneru Mendiri se traslado a Cirauqui siendo desplegadas las tropas en las cercanias decidiendo Don Carlos que al dia siguiente al rayar el alba comenzaria energicamente el ataque en toda la linea 5 El 3 de febrero el canon del Monte Esquinza hizo algun disparo contra los carlistas Hacia buen tiempo y Don Carlos vestia el uniforme de Coronel de Guardias Escoltado por este escuadron salio de Maneru Segun Valori al salir de la poblacion se le acerco una mujer y tomando las riendas de su caballo en ademan de impedirle el paso exclamo Mueran nuestros hijos y nuestros hermanos pero no expongais Vos vuestra vida 6 Domingo Moriones y Murillo 1823 1881 Sobre el camino de Maneru y de Cirauqui se dispararon algunos obuses sobre el Estado Mayor carlista sin obtener resultado alguno Don Carlos no oia el fuego de fusileria que habia ya comenzado Se dirigio a toda prisa hacia el punto donde estaban Mendiri y las fuerzas escalonadas cerca de Cirauqui Cerca de las nueve de la manana Mendiri se dirigio al encuentro del pretendiente con su Estado Mayor Don Carlos pregunto como no habia comenzado aun el ataque a lo que el general contesto que era imposible conduciendole a una pequena altura Alla le explico las posiciones enemigas indicandole que hubiera sido temeridad atacar pero opinando lo contrario Don Carlos creyo que era mas oportuno no demorar la accion Despues de un maduro examen se convino en consultar a un consejo de guerra compuesto de generales Tan pronto los batallones vieron a su caudillo todas las musicas entonaron la Marcha Real rayando en frenesi el entusiasmo de los soldados que gritaban Viva nuestro Rey Viva nuestro General Segun el principe de Valori la presencia de Don Carlos les inspiraba confianza 7 Se oyeron algunas voces de mueran los traidores que no se supo de donde salian Los soldados ansiaban pelear a costa de cualquier sacrificio Don Carlos dijo a Mendiri Mira estos soldados con tales hombres podemos llegar hasta el fin del mundo Deploro el tiempo que hemos perdido esperando la reunion del Consejo Temo mas una retirada sin lucha que una derrota combatiendo Importa mucho que los soldados sepan que entre nosotros no hay traidores que hemos hecho lo que hemos podido frente el numero que nos ha abrumado 8 Fotografia de Don Carlos durante la guerra rodeado de voluntarios El consejo de guerra se reunio junto a un foso de la carretera real Mendiri dio cuenta de la situacion y la discutio La mayoria de los jefes participaba del entusiasmo de los soldados y de su deseo de pelear Ante lo dicho por Mendiri se vieron obligados a opinar como el en pro de la retirada Cuando le toco hablar al Jefe supremo dijo que agradecia mucho sus consejos que militarmente hablando tenian razon pero que se veia obligado a obrar contra toda consideracion ordinaria Segun Valori Don Carlos dijo entonces Atacaremos debiendo ser Lacar nuestro objetivo Emprenderemos el ataque a las cuatro y media al objeto que tengais el tiempo suficiente de regresar a vuestros puestos y de reuniros a vuestras tropas Esta hora es propicia porque el enemigo no sospechara verse molestado a una hora tan avanzada y como tenemos pocas municiones no podriamos sostener el fuego mas alla de dos horas La bayoneta suplira esta falta A esa hora nada tenemos que temer de Moriones y de Despujols que no se atreveran a socorrer a Primo de Rivera Senores como Rey y como general cargo sobre mi la responsabilidad de esta jornada exigiendo de vosotros tan solo la responsabilidad en la ejecucion de las ordenes que os transmita 9 El anciano general Elio que estaba al lado de Don Carlos hizo una sonrisa de asentimiento 10 A las cuatro y media en punto los pequenos canones Vitwort dieron la senal haciendo una sola descarga Entonces los batallones carlistas cayeron como una avalancha sobre la poblacion atrincherada Diez minutos despues ceso el fuego carlistas y alfonsinos habian llegado a las manos Se ataco a la bayoneta El conde de Bardi y el marques de Valde Espina que no tenian mando fueron los primeros que entraron en Lacar Bardi se cubrio de gloria Don Carlos le dio la cruz de San Fernando y el Conde de Chambord separandose por una vez de la costumbre que se habia impuesto decoraria al joven principe con la cruz de San Luis El conde de Bardi que era hermano de la esposa de Don Carlos salvo la vida a gran numero de prisioneros gritando En nombre de la Reina respetadles sus vidas 11 Desastre de Lacar Mi general es inutil todo Segunda parte de la Guerra Civil Anales desde 1843 hasta el fallecimiento de don Alfonso XII Al principio del combate Don Carlos se hallaba en una altura Apercibio en el camino de Esquinza un grupo de jinetes que se alejaban a toda prisa Era Alfonso XII que podria haber llegado a caer prisionero si hubieran pasado algunos minutos mas Segun Valori la madre de Alfonso Isabel II que se hallaba exiliada en Francia se oponia a los liberales y tenia simpatias carlistas llegando a decir al respecto Hubiera preferido ver a Alfonso prisionero de Carlos que cautivo de la Revolucion 12 Durante la batalla llego un oficial anunciando que Moriones ejecutaba un movimiento envolvente Don Carlos le detuvo para no infundir el desaliento por otro lado no creia en el y tenia razon Tras una lucha calificada como heroica por el principe de Valori los liberales huian a la desbandada 13 Despues de la batalla los generales insistieron en que Don Carlos ostentara en su pecho la Gran Cruz de San Fernando Y el pretendiente la llevo todo el resto de la campana 13 Parte detallado de la batalla por Torcuato Mendiry EditarLos carlistas aprovecharon esta victoria para encubrir los resultados que para ellos surgirian en las ultimas operaciones de la guerra El parte detallado de la accion de Lacar publicado por El Cuartel Real decia asi 14 Ejercito Real del Norte Estado Mayor General Excmo Sr Despues de las gloriosas batallas de Biurrun y Berasoain ocurridas en los dias 21 y 23 de Septiembre ultimo fue de absoluta necesidad el establecimiento de una linea atrincherada que partiendo de la villa de Puente la Reina terminara en el Carrascal ya para estrechar en cuanto fuera posible el bloqueo de la plaza de Pamplona ya tambien para librar a este hermoso y heroico pais de la rapacidad y devastacion del ejercito contrario Bien sabia que con su instalacion no evitaria el socorro de Pamplona pero tenia la seguridad de que para conseguirlo necesitaria el enemigo reunir un ejercito considerable y mientras tanto podria tener en jaque a los dos cuerpos de ejercito de Moriones y Pieltain compuestos de veinticinco batallones cada uno que operaban en este antiguo Reino Asi ha sucedido el ejercito antes republicano furibundo ayer de la dictadura de un gobierno despotico y hoy de don Alfonso ha reunido proximamente 60 000 hombres de los cuales treinta batallones al mando de Moriones rebasaron la linea por Caseda y San Martin treinta kilometros mas a la izquierda de su prolongacion sin que me fuese posible oponerle una seria resistencia Mi primer pensamiento fue abandonar la linea atrincherada y caer sobre esta columna pero las malas condiciones en que tenia que dar la batalla y la consideracion de que dejaba casi abandonada y a gran distancia esta ciudad de Estella en cuya conservacion esta interesado el honor de nuestras armas me hizo desistir de esta idea El enemigo penetro en Pamplona en la tarde del dia 2 situandose Moriones con la mayoria de sus tropas en la posicion estrategica de Tiebas Este caso que empeoraba mi situacion pero que no la hacia desesperada lo tenia previsto y me obligo a operar un cambio de frente oblicuo apoyado en la posicion del pueblo de Anorbe y de establecer una segunda linea en la sierra del Perdon distante dos leguas de la primera quedando las fuerzas enemigas en esta forma el cuerpo de Moriones donde dejo hecha mencion otro cuerpo fuerte de 20 000 hombres en Tafalla con una brigada en la posicion del Pueyo y el tercero en Artajona de quince batallones formando los tres cuerpos un triangulo equilatero pero el cuerpo situado en Tafalla vino a acampar en la tarde del dia 1 º una legua al sur de Artajona cuyo movimiento no me llamo la atencion suponiendo lo hacia con el objeto de apoyar el de dicha villa pues que habiendose adelantado a efectuar un reconocimiento sobre Anorbe fue tan rudamente atacado por el Brigadier Perula que le obligo a retroceder al punto de partida en completo desorden y con perdidas de alguna consideracion Pero no era aquella la causa pues por un movimiento rapido ejecutado durante la noche vino a situarse en los pueblos de Oteiza Lorca y Lacar Desde este momento la situacion del ejercito Real en Puente la Reina y valle de Ilzarbe se hizo insostenible y determine levantar la linea enviando al comandante general de Navarra con diez batallones a ocupar las posiciones de Estella para poner a cubierto esta plaza y yo con el resto del ejercito marche a situarme en Cirauqui y Maneru Nos hallabamos en esta situacion en la manana de ayer cuando S M el Rey nuestro Senor Q D G llego al primero de dichos pueblos y me ordeno que diese un rudo ataque al pueblo de Lacar ocupado por el regimiento de Asturias fuerte de 1 600 hombres y el de Valencia con igual fuerza A las once de la manana emprendi la marcha con doce batallones por un camino poco menos que intransitable dejando en Cirauqui al frente del enemigo situado en el monte de San Cristobal al Brigadier Zalduendo con tres batallones y al Coronel Echevarria con el de su mando en el fuerte de Santa Lucia a fin de observar y hacer frente a la columna de Moriones A las tres y media de la tarde me hallaba oculto a unos 1 600 metros de Lacar en donde conforme iban llegando los batallones organice las cuatro columnas de a tres cada una mandadas por los Brigadieres Perula Valluerca Cavero y Coronel D Celedonio Iturralde que debian verificar el ataque Con la necesaria anticipacion habia dado orden al General Argonz para que reconcentrara los diez batallones puestos a sus ordenes en el pueblo de Murillo a fin de secundar el ataque por la parte sur de la poblacion y a los Regimientos de Caballeria del Rey Cruzados de Castilla y Escuadron de Guardias de S M que se situaran en la carretera de Alloz tambien ocultos y lo mas proximos al pueblo que se iba a atacar cuya operacion debia tener lugar a las cuatro de la tarde senalando al Comandante de la primera bateria de montana el punto para el emplazamiento de las ocho piezas de que se compone Como las operaciones del general Argonz fueron independientes el dara cuenta de ellas A la hora senalada salieron las cuatro columnas paralelamente y en marcha de hileras de a cuatro por no permitir la salida de la garganta que ocupabamos otra formacion y conforme iban llegando y entrando en terreno mas abierto fueron organizandose en columna por companias Apercibido el enemigo se apresto inmediatamente al combate instalandose en las casas y en algunas obras de defensa que habia construido en la entrada del pueblo mas todo fue en vano porque los batallones que formaban la cabeza de las columnas se precipitaron a la carrera sobre el pueblo apoyados por los que ocupaban el segundo lugar en la marcha y quedando los terceros de reserva segun lo habia prevenido Una media hora duro el combate quedando completamente arrollado el enemigo que al apoyo de las fuerzas que salieron del pueblo de Lorca debio en parte su salvacion habiendo caido en nuestro poder tres piezas de artilleria sistema Plasencia de a ocho centimetros con el material completo perteneciente a cuatro mas de 2 000 fusiles las cajas de los regimientos municiones bagajes y viveres y sobre 300 prisioneros entre ellos 45 heridos quedando en el campo de 800 a 900 cadaveres y llevandose el enemigo un numero considerable de heridos consistiendo nuestras perdidas en 30 muertos y 200 heridos Como el pueblo de Lorca dista de Lacar 1 800 metros y en el habla situados cuatro batallones enemigos y en las alturas inmediatas derivaciones del monte de San Cristobal hubiese tambien otra brigada se generalizo la accion a que concurrio tambien el resto del ejercito que se encontraba en Oteiza consiguiendo quitarles cuantas posiciones habian ocupado hasta muy entrada la noche en que mande retirar las tropas He concurrido a mas de ciento veinte hechos de armas en mi larga carrera y nunca he visto tanta heroicidad como en la batalla de ayer Es imposible describir los hechos de bravura que tuvieron lugar porque los Regimientos de Asturias y Valencia que ocupaban el pueblo eran de los distinguidos del ejercito contrario lleno de valor y abnegacion Loor a los bravos que de uno y otro campo han sucumbido No es posible que los heroes de la antiguedad pudieran elevar a tan alto grado el merito de sus acciones guerreras que nos dejaron consignadas en la Historia Imposible me serla citar a los que mas se distinguieron pues todos se excedieron en el cumplimiento de su deber como de cercalo vio S M solamente me permitire indicar a S A R el senor Conde de Bardi que a caballo fue uno de los primeros que entraron en el pueblo de Lacar Nuestras perdidas ya fijadas anteriormente son bien cortas al pensar en el vivo ataque de nuestros adversarios y horroroso fuego de los enemigos Al dar cuenta a S M de tan glorioso hecho de armas invito a V E incline su Real animo a recompensar con su ordinaria generosidad el comportamiento de este ejercito Dios guarde a V E muchos anos Estella 4 de Febrero de 1875 Excmo Sr Torcuato Mendiry Excmo Sr Capitan general Ministro de la Guerra 15 14 Referencias Editar Principe de Valori 1889 p 225 Principe de Valori 1889 pp 225 226 a b Principe de Valori 1889 p 226 Principe de Valori 1889 pp 226 227 Principe de Valori 1889 pp 227 228 Principe de Valori 1889 p 228 Principe de Valori 1889 pp 228 229 Principe de Valori 1889 pp 229 230 Principe de Valori 1889 pp 230 231 Principe de Valori 1889 p 231 Principe de Valori 1889 pp 231 232 Principe de Valori 1889 p 232 a b Principe de Valori 1889 p 233 a b Botella Carbonell 1876 p 506 Marques de Tamarit 1890 pp 205 207 Bibliografia EditarBotella Carbonell Juan 1876 La guerra civil en Espana de 1872 a 1876 Barcelona Libreria de D Juan Oliveres editor impresor de S M Principe de Valori 1889 Dos reyes Barcelona Imprenta de Bertran y Altes calle de Pelayo 6 bis pp 225 233 Marques de Tamarit abril de 1890 Sobre la batalla de Lacar El Estandarte Real 13 205 207 Enlaces externos Editar LACAR batalla de Gran Enciclopedia de Navarra Datos Q9079065 Multimedia Battle of Lacar Q9079065 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Sorpresa de Lacar amp oldid 145882181, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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