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José Pérula

José Pérula y de la Parra (Sesma, c. 1830 - Mondariz-Balneario, 1881) fue un militar español carlista.

José Pérula
Información personal
Nacimiento 1830
Sesma (Navarra), España
Fallecimiento 1881
Mondariz-Balneario (Pontevedra), España
Nacionalidad Española
Información profesional
Ocupación Oficial militar
Lealtad Carlos VI
Isabel II
Carlos VII
Mandos General en Jefe del Ejército carlista del Norte (1875-1876)
Rango militar Mariscal de Campo
Conflictos Alzamiento carlista de 1855
Guerra de África
Tercera guerra carlista

Biografía Editar

Nació en Sesma (Navarra) alrededor del año 1830. Participó en el alzamiento carlista de 1855 y cayó en poder de los liberales, siendo a la sazón Capitán de la Caballería carlista de los Hierros levantados en Castilla, especialmente en la provincia de Burgos. Un Consejo de Guerra le condenó a servir durante ocho años en la isla de Cuba, en clase de soldado; pero en 1858 fue amnistiado y se fue a vivir en su tierra.[1]

Al ser declarada la guerra de África, marchó a ella como voluntario de Caballería, y en aquella campaña conquistó por su valor la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando. Después ejerció el cargo de notario en Corella. Cuando tuvo lugar la sublevación de la Marina en Cádiz fue con el Conde de Heredia-Spínola a San Sebastián y se ofreció a Isabel II para levantar hombres en armas y pelear en defensa de su trono mientras la reina permaneciese en España.[1]

Al ser destronada Isabel II en 1868, Pérula se presentó en París a Don Carlos de Borbón, trabajando desde entonces activa y entusiastamente en la conspiración que precedió a la última guerra carlista. Asistió a la histórica Junta de Vevey, y el 21 de abril de 1872 se lanzó a campaña con el empleo de Teniente Coronel de Caballería.[2]

De acuerdo con el Barón de Artagan, José Pérula se distinguió desde el primer momento como experto guerrillero e infatigable jinete, llegando a gozar, especialmente en Navarra de una enorme popularidad, tanto por su carácter franco, simpático y sin vacilaciones, como por su bravura nunca desmentida y el ardor bélico que sabía infundir en cuantos le rodeaban, siendo como el alma de la Caballería carlista. Se batió heroicamente en Oroquieta, en Puente-la-Reina y en Unzué, y no queriéndose adherir al Convenio de Amorevieta, emigró a Francia, viendo premiados sus servicios con el ascenso a Coronel.[3]

El 21 de diciembre de 1872, a las inmediatas órdenes del General Nicolás Ollo, volvió a entrar en España el Coronel Pérula, quien a los tres días y con sólo 50 voluntarios rindió ya la guarnición de Sesma (su pueblo natal) apoderándose en él de 40 carabinas y varios caballos. Entró después en Estella; asistió á las acciones de Salinas de Oro, de Munárriz, de Ulibarri, de Caparroso, de Villafranca y de Olcoz, sosteniéndose a pesar de verse acosado siempre por varias columnas enemigas, logrando aumentar en todas partes sus caballos y su armamento.[3]

A principios de febrero de 1873 realizó una atrevida y fructífera excursión, llegando por la llanada de Álava hasta Vizcaya. Se batió en Miravalles y Elejabeitia, y antes de finar aquel mes organizó el Regimiento de Caballería de Navarra (que fue el primero de dicha Arma que tuvo el Ejército carlista del Norte), viendo premiado tan relevante servicio con la Placa Roja de tercera clase de la Real Orden del Mérito Militar.[3]

Después de distinguirse en el combate de Monreal pasó el Coronel Pérula el Ebro y con sólo cuatro Compañías y un Escuadrón recorrió gran parte de las provincias de Logroño, de Burgos y de Álava,[3]​ a pesar de ocuparlas numerosas guarniciones, a muchas de las cuales logró desarmar, y regresó con rico botín a Navarra sin llegar a perder ni un solo hombre, a pesar de la activa persecución de que fue objeto por parte de los comandantes generales de toda aquella región. Volvió a batirse en la acción de Allo, en la conquista de Estella y en la batalla de Montejurra; protegió Estella durante las operaciones de la línea de Somorrostro y fue ascendido a Brigadier en junio de 1874.[4]

 
El general Pérula, comandante general de Navarra (centro), acompañado del brigadier Pérez de Guzmán (derecha) y el coronel Fernández de Prada (izquierda)

Mandando los Batallones 3.°, 4.° y 6.° de Navarra se distinguió nuevamente en la batalla de Abárzuza el Brigadier Pérula, quien después de asistir a la acción de Oteiza, realizó con los Batallones 1.º, 2.º y 7.º de Navarra y dos Escuadrones una célebre expedición a Calahorra, en la que hizo cerca de cien prisioneros y se apoderó de más de 300 fusiles, atravesado al efecto por en medio de dos Cuerpos de Ejército republicanos con inconcebible actividad y bravura, palabras textuales de la Narración militar de la guerra carlista, escrita por el ilustre Cuerpo de Estado Mayor del Ejército.[4]

Figuró después en las operaciones de la línea del Carrascal; ganó la Gran Cruz Roja de la Real Orden del Mérito Militar en la victoria de Biurrun en la que conquistaron la Corbata de la Real y Militar Orden de San Fernando los Batallones 2.º y 3.º de Navarra y 2.° de Castilla y un Escuadrón de Navarra al mando de Juan de Ortigosa, cuyos Cuerpos fueron los que dirigió el Brigadier Pérula en aquella jornada gloriosa para las armas carlistas.[4]

La acción de Monte San Juan aumentó el prestigio del Brigadier Pérula, quien después se distinguió también como defensor del General Cevallos, probando de una manera evidente su inculpabilidad en el mal resultado de las operaciones sobre Irún, logrando el sobreseimiento de la causa que con motivo de ellas se le formó, así como la rehabilitación oficial de aquel General carlista ante la opinión pública.[4]

En la batalla de Lácar, victoria memorable para los carlistas, Pérula ganó la faja de mariscal de Campo. Más tarde, ejerció el alto cargo de comandante general carlista de Navarra, disfrutó luego de licencia por enfermo, y a principios de julio de 1875 fue nombrado general en jefe del Ejército carlista del Norte,[5]​ en sustitución de Torcuato Mendiry.

Al día siguiente de hacerse cargo de este nuevo mando se libró la batalla de Zumelzu (o de Treviño) tan desgraciada para el Carlismo; en ella acreditó una vez más su nunca desmentida bravura el General Pérula, quien ganó después la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando en los combates de Lumbier, venciendo en ellos, con solo cuatro Batallones, dos Baterías y dos Escuadrones a dieciséis batallones y dos regimientos de Caballería alfonsinos, con numerosa artillería. Pero habiendo sido vencido al mes siguiente por el General en jefe liberal Genaro de Quesada en la línea de Miravalles-Oricáin, presentó la dimisión del Generalato en jefe a Don Carlos, quien se la aceptó, confiriéndole al propio tiempo la Comandancia General de Navarra.[5]

El 30 de enero de 1876 rechazó el General Pérula a los liberales en Santa Bárbara de Mañeru, y después de operar por Navarra durante el siguiente mes de febrero, emigró a Francia el mismo día que Don Carlos.[5]

Pérula fue blanco de acerbas censuras por parte de muchos carlistas con motivo de las últimas operaciones de la guerra, llegando algunos a tacharle de traidor. Sobre este delicado asunto, el General de Artillería Antonio de Brea en su Campaña del Norte de 1873 á 1876 (obra entusiasta y calurosamente aprobada por Don Carlos con fecha de 24 de febrero de 1898, desde Venecia) dice, entre otras cosas, lo siguiente:[5]

El que más aparece como blanco de las sospe­chas de traición es el General Pérula; sin embargo, en ninguna parte hemos encontrado pruebas irre­cusables de tan grave delito, ni de palabra han llegado hasta nosotros más que suposiciones ó aseveraciones, más ó menos respetables; pero que por, sí solas y sin demostración clara de las mismas, no las conceptuamos suficiente elemento para legar á la historias el nombre de D. José Pérula con el dictado de traidor, baldón mayor que ningún otro entre todos los que pueden afrentar la memo­ria de quien ha tenido ó tiene el honor de ceñir espada.

A nuestro juicio, la conducta de Pérula en el Baztán pudo suministrar, acaso, algún indi­cio, pues sus idas y venidas no tienen fácil expli­cación; nosotros, sin embargo, preferimos atribuir su actitud de aquellos días á una especie de atolondramiento hijo de la misma fogosidad de su carác­ter y de lo crítico y doloroso de las circunstancias del momento, pues si es que llegó á obrar con deli­ber ado propósito de traicionar la Causa bajo cuyas banderas militaba, nos parece incomprensible en su peculiar rudeza toda la exquisita diplomacia y perfecto disimulo que debió emplear para que no pudieran conocer sus planes ni aun sus más allega­dos; porque hay que tener en cuenta que el Gene­ral navarro tenía á su lado como Jefe de Estado Mayor á un cristiano caballero, el Brigadier de Artillería D. José Pérez de Guzmán, á quien hemos tratado con fraternal amistad desde la infancia, de cuya conducta militar podemos responder como de nosotros mismos, de quien podemos asegurar que siempre le conocimos como vivo recuerdo de aque­llas órdenes religiosas y guerreras á la par que tan­ta gloria dieron á la Patria en la Edad Media (una de cuyas insignias, la de Santiago, cruza su pecho desde tiempo inmemorial) y de quien abrigamos la convicción profunda de que no habría tolerado en su inmediato jefe una traición. Aún aportaremos otros datos relativos á la discutida personalidad de Pérula: le vimos en la emigración y después de su regreso á España. En Burdeos hacía una vida bien modesta, por cierto, y en Madrid la hacía más modesta aún, habitando en una casa de huéspedes de las que pudieran calificarse de más que humildes, en un cuarto por demás chico é insalubre. ¡Así vi­vía un hombre que, al fin y al cabo, había llegado á mandar en Jefe un Ejército tan respetable como el de los carlistas del Norte! ¡Si es que realmente fué traidor, bien poco debió valerle esto, toda vez que su situación económica era tan precaria; y en cuanto á honores, sólo tenía los de Caballero de San Fernando, cuya Cruz había ganado bravamen­te peleando por el honor de España en la gloriosa guerra de Africa! Algunas veces asistía Pérula á la mesa y á la tertulia de su paisano y excelente amigo el Conde de Heredia Spínola; y, por último, para poder vivir tuvo que aceptar un destino civil que le proporcionaron en la Habana, y que no era, ni mucho menos, de los que por sus emolumentos pudieran haber llamado la atención; no probándo­le bien el clima de Cuba hubo de regresar en breve á la Península y falleció pobre en la Coruña. ¿Fué, pues, Pérula un traidor? Sólo Dios lo sabe; nosotros no lo creemos.[6]

Referencias Editar

  1. B. de Artagan, 1910, p. 175.
  2. B. de Artagan, 1910, pp. 175-177.
  3. B. de Artagan, 1910, p. 177.
  4. B. de Artagan, 1910, p. 178.
  5. B. de Artagan, 1910, p. 179.
  6. B. de Artagan, 1910, pp. 179-181.

Bibliografía Editar

  • B. de Artagan (1910). . Barcelona: Biblioteca de La Bandera Regional. Archivado desde el original el 15 de noviembre de 2019. Consultado el 2 de diciembre de 2019. 
  •   Datos: Q11929187
  •   Multimedia: José Pérula / Q11929187

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Jose Perula y de la Parra Sesma c 1830 Mondariz Balneario 1881 fue un militar espanol carlista Jose PerulaInformacion personalNacimiento1830 Sesma Navarra EspanaFallecimiento1881 Mondariz Balneario Pontevedra EspanaNacionalidadEspanolaInformacion profesionalOcupacionOficial militarLealtadCarlos VIIsabel IICarlos VIIMandosGeneral en Jefe del Ejercito carlista del Norte 1875 1876 Rango militarMariscal de CampoConflictosAlzamiento carlista de 1855Guerra de AfricaTercera guerra carlista editar datos en Wikidata Biografia EditarNacio en Sesma Navarra alrededor del ano 1830 Participo en el alzamiento carlista de 1855 y cayo en poder de los liberales siendo a la sazon Capitan de la Caballeria carlista de los Hierros levantados en Castilla especialmente en la provincia de Burgos Un Consejo de Guerra le condeno a servir durante ocho anos en la isla de Cuba en clase de soldado pero en 1858 fue amnistiado y se fue a vivir en su tierra 1 Al ser declarada la guerra de Africa marcho a ella como voluntario de Caballeria y en aquella campana conquisto por su valor la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando Despues ejercio el cargo de notario en Corella Cuando tuvo lugar la sublevacion de la Marina en Cadiz fue con el Conde de Heredia Spinola a San Sebastian y se ofrecio a Isabel II para levantar hombres en armas y pelear en defensa de su trono mientras la reina permaneciese en Espana 1 Al ser destronada Isabel II en 1868 Perula se presento en Paris a Don Carlos de Borbon trabajando desde entonces activa y entusiastamente en la conspiracion que precedio a la ultima guerra carlista Asistio a la historica Junta de Vevey y el 21 de abril de 1872 se lanzo a campana con el empleo de Teniente Coronel de Caballeria 2 De acuerdo con el Baron de Artagan Jose Perula se distinguio desde el primer momento como experto guerrillero e infatigable jinete llegando a gozar especialmente en Navarra de una enorme popularidad tanto por su caracter franco simpatico y sin vacilaciones como por su bravura nunca desmentida y el ardor belico que sabia infundir en cuantos le rodeaban siendo como el alma de la Caballeria carlista Se batio heroicamente en Oroquieta en Puente la Reina y en Unzue y no queriendose adherir al Convenio de Amorevieta emigro a Francia viendo premiados sus servicios con el ascenso a Coronel 3 El 21 de diciembre de 1872 a las inmediatas ordenes del General Nicolas Ollo volvio a entrar en Espana el Coronel Perula quien a los tres dias y con solo 50 voluntarios rindio ya la guarnicion de Sesma su pueblo natal apoderandose en el de 40 carabinas y varios caballos Entro despues en Estella asistio a las acciones de Salinas de Oro de Munarriz de Ulibarri de Caparroso de Villafranca y de Olcoz sosteniendose a pesar de verse acosado siempre por varias columnas enemigas logrando aumentar en todas partes sus caballos y su armamento 3 A principios de febrero de 1873 realizo una atrevida y fructifera excursion llegando por la llanada de Alava hasta Vizcaya Se batio en Miravalles y Elejabeitia y antes de finar aquel mes organizo el Regimiento de Caballeria de Navarra que fue el primero de dicha Arma que tuvo el Ejercito carlista del Norte viendo premiado tan relevante servicio con la Placa Roja de tercera clase de la Real Orden del Merito Militar 3 Despues de distinguirse en el combate de Monreal paso el Coronel Perula el Ebro y con solo cuatro Companias y un Escuadron recorrio gran parte de las provincias de Logrono de Burgos y de Alava 3 a pesar de ocuparlas numerosas guarniciones a muchas de las cuales logro desarmar y regreso con rico botin a Navarra sin llegar a perder ni un solo hombre a pesar de la activa persecucion de que fue objeto por parte de los comandantes generales de toda aquella region Volvio a batirse en la accion de Allo en la conquista de Estella y en la batalla de Montejurra protegio Estella durante las operaciones de la linea de Somorrostro y fue ascendido a Brigadier en junio de 1874 4 nbsp El general Perula comandante general de Navarra centro acompanado del brigadier Perez de Guzman derecha y el coronel Fernandez de Prada izquierda Mandando los Batallones 3 4 y 6 de Navarra se distinguio nuevamente en la batalla de Abarzuza el Brigadier Perula quien despues de asistir a la accion de Oteiza realizo con los Batallones 1 º 2 º y 7 º de Navarra y dos Escuadrones una celebre expedicion a Calahorra en la que hizo cerca de cien prisioneros y se apodero de mas de 300 fusiles atravesado al efecto por en medio de dos Cuerpos de Ejercito republicanos con inconcebible actividad y bravura palabras textuales de la Narracion militar de la guerra carlista escrita por el ilustre Cuerpo de Estado Mayor del Ejercito 4 Figuro despues en las operaciones de la linea del Carrascal gano la Gran Cruz Roja de la Real Orden del Merito Militar en la victoria de Biurrun en la que conquistaron la Corbata de la Real y Militar Orden de San Fernando los Batallones 2 º y 3 º de Navarra y 2 de Castilla y un Escuadron de Navarra al mando de Juan de Ortigosa cuyos Cuerpos fueron los que dirigio el Brigadier Perula en aquella jornada gloriosa para las armas carlistas 4 La accion de Monte San Juan aumento el prestigio del Brigadier Perula quien despues se distinguio tambien como defensor del General Cevallos probando de una manera evidente su inculpabilidad en el mal resultado de las operaciones sobre Irun logrando el sobreseimiento de la causa que con motivo de ellas se le formo asi como la rehabilitacion oficial de aquel General carlista ante la opinion publica 4 En la batalla de Lacar victoria memorable para los carlistas Perula gano la faja de mariscal de Campo Mas tarde ejercio el alto cargo de comandante general carlista de Navarra disfruto luego de licencia por enfermo y a principios de julio de 1875 fue nombrado general en jefe del Ejercito carlista del Norte 5 en sustitucion de Torcuato Mendiry Al dia siguiente de hacerse cargo de este nuevo mando se libro la batalla de Zumelzu o de Trevino tan desgraciada para el Carlismo en ella acredito una vez mas su nunca desmentida bravura el General Perula quien gano despues la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando en los combates de Lumbier venciendo en ellos con solo cuatro Batallones dos Baterias y dos Escuadrones a dieciseis batallones y dos regimientos de Caballeria alfonsinos con numerosa artilleria Pero habiendo sido vencido al mes siguiente por el General en jefe liberal Genaro de Quesada en la linea de Miravalles Oricain presento la dimision del Generalato en jefe a Don Carlos quien se la acepto confiriendole al propio tiempo la Comandancia General de Navarra 5 El 30 de enero de 1876 rechazo el General Perula a los liberales en Santa Barbara de Maneru y despues de operar por Navarra durante el siguiente mes de febrero emigro a Francia el mismo dia que Don Carlos 5 Perula fue blanco de acerbas censuras por parte de muchos carlistas con motivo de las ultimas operaciones de la guerra llegando algunos a tacharle de traidor Sobre este delicado asunto el General de Artilleria Antonio de Brea en su Campana del Norte de 1873 a 1876 obra entusiasta y calurosamente aprobada por Don Carlos con fecha de 24 de febrero de 1898 desde Venecia dice entre otras cosas lo siguiente 5 El que mas aparece como blanco de las sospe chas de traicion es el General Perula sin embargo en ninguna parte hemos encontrado pruebas irre cusables de tan grave delito ni de palabra han llegado hasta nosotros mas que suposiciones o aseveraciones mas o menos respetables pero que por si solas y sin demostracion clara de las mismas no las conceptuamos suficiente elemento para legar a la historias el nombre de D Jose Perula con el dictado de traidor baldon mayor que ningun otro entre todos los que pueden afrentar la memo ria de quien ha tenido o tiene el honor de cenir espada A nuestro juicio la conducta de Perula en el Baztan pudo suministrar acaso algun indi cio pues sus idas y venidas no tienen facil expli cacion nosotros sin embargo preferimos atribuir su actitud de aquellos dias a una especie de atolondramiento hijo de la misma fogosidad de su carac ter y de lo critico y doloroso de las circunstancias del momento pues si es que llego a obrar con deli ber ado proposito de traicionar la Causa bajo cuyas banderas militaba nos parece incomprensible en su peculiar rudeza toda la exquisita diplomacia y perfecto disimulo que debio emplear para que no pudieran conocer sus planes ni aun sus mas allega dos porque hay que tener en cuenta que el Gene ral navarro tenia a su lado como Jefe de Estado Mayor a un cristiano caballero el Brigadier de Artilleria D Jose Perez de Guzman a quien hemos tratado con fraternal amistad desde la infancia de cuya conducta militar podemos responder como de nosotros mismos de quien podemos asegurar que siempre le conocimos como vivo recuerdo de aque llas ordenes religiosas y guerreras a la par que tan ta gloria dieron a la Patria en la Edad Media una de cuyas insignias la de Santiago cruza su pecho desde tiempo inmemorial y de quien abrigamos la conviccion profunda de que no habria tolerado en su inmediato jefe una traicion Aun aportaremos otros datos relativos a la discutida personalidad de Perula le vimos en la emigracion y despues de su regreso a Espana En Burdeos hacia una vida bien modesta por cierto y en Madrid la hacia mas modesta aun habitando en una casa de huespedes de las que pudieran calificarse de mas que humildes en un cuarto por demas chico e insalubre Asi vi via un hombre que al fin y al cabo habia llegado a mandar en Jefe un Ejercito tan respetable como el de los carlistas del Norte Si es que realmente fue traidor bien poco debio valerle esto toda vez que su situacion economica era tan precaria y en cuanto a honores solo tenia los de Caballero de San Fernando cuya Cruz habia ganado bravamen te peleando por el honor de Espana en la gloriosa guerra de Africa Algunas veces asistia Perula a la mesa y a la tertulia de su paisano y excelente amigo el Conde de Heredia Spinola y por ultimo para poder vivir tuvo que aceptar un destino civil que le proporcionaron en la Habana y que no era ni mucho menos de los que por sus emolumentos pudieran haber llamado la atencion no probando le bien el clima de Cuba hubo de regresar en breve a la Peninsula y fallecio pobre en la Coruna Fue pues Perula un traidor Solo Dios lo sabe nosotros no lo creemos 6 Referencias Editar a b B de Artagan 1910 p 175 B de Artagan 1910 pp 175 177 a b c d B de Artagan 1910 p 177 a b c d B de Artagan 1910 p 178 a b c d B de Artagan 1910 p 179 B de Artagan 1910 pp 179 181 Bibliografia EditarB de Artagan 1910 Cruzados modernos Barcelona Biblioteca de La Bandera Regional Archivado desde el original el 15 de noviembre de 2019 Consultado el 2 de diciembre de 2019 nbsp Datos Q11929187 nbsp Multimedia Jose Perula Q11929187 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Jose Perula amp oldid 149492017, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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