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Gran Guerra Irmandiña

La Gran Guerra Irmandiña (en referencia a las milicias urbanas denominadas hermandades) fue una revuelta social que tuvo lugar en Galicia entre 1467 y 1469,[1]​ y fue posiblemente la mayor revuelta europea de todo el siglo XV.[2][3]​ Comenzó en primavera de 1467 en Galicia, en una situación de conflicto social (hambre, epidemias y abusos por parte de la nobleza gallega) y político (guerra civil en Castilla). La Santa Hermandad, surgida y justificada por tal situación, se tornó en una revuelta cómo reacción a un sentimiento acumulado de agravio por los males y daños que el pueblo recibía de los nobles de las fortalezas.

Gran Guerra Irmandiña
Parte de Guerra civil castellana

Castillo de la Rocha Forte, arrasado por los irmandiños en 1467.
Fecha 1467-1469
Lugar Reino de Galicia
Resultado Victoria castellana
Beligerantes
Comandantes

* Afonso de Lanzós
* Pedro Osorio
* Diego de Lemos
* Lopo Marino de Lobeira
Enrique IV
Pedro Madruga

Precedentes editar

La gran guerra irmandiña de 1467 estuvo precedida de múltiples revueltas en ciertas zonas y localidades. Según algunos historiadores, como el profesor Barros Guimeráns, la primera revuelta organizada cómo Hermandad en la Baja Edad Media gallega es la de 1418-1422 en Santiago de Compostela.

La Hermandad Fusquenlla tuvo lugar en 1431, con Roi Xordo al frente, en las tierras de los Andrade. Surgió más tarde, en 1451, la "primera hermandad" en las rías de Pontevedra y Arosa. Después surgieron las hermandades de La Coruña y Betanzos, seguidas de las de Santiago de Compostela, Muros y Noya de 1458.

Desencadenamientos editar

Situación de crisis social editar

Agresividad de los señores editar

 
Armadura y armas de los caballeros, generalmente ofrecidas por el señor en la Investidura.

La nobleza gallega vivía un siglo XV de conflictos y confrontación internas. A la intranquilidad generada por tal serie de conflictos se sumaban los efectos negativos de la epidemia de 1466, así como anteriormente la peste y las malas cosechas, que provocaron además una caída de rentas de la nobleza, lo que derivó en una actitud recaudadora agresiva para contrarrestar esta disminución.

Entre las víctimas de la nueva nobleza se encontraba también el clero. Incluso parte del patrimonio y señoríos de monasterios y catedrales estaban ocupados o encomendados en 1467. De hecho la Hermandad devolvió a la iglesia muchos de los bienes usurpados por la nobleza laica.

Los vasallos frente a las fortificaciones, refugios de malhechores editar

Existía, por tanto, un sentimiento acumulado de agravio, por los males y daños que las villas y la gente recibían de las fortalezas (percibidas cómo refugios de malhechores), tanto de señores y caballeros como de prelados, como indican las testigos del Pleito Tabera - Fonseca:

Danos robos e males. Robo de ombres, personas y en sus vienes, robandoles sus bois y bestias y que les forçaban sus mugeres e fijas e que muchos de los dichos danos se azían ansi de las gentes que en sus casas como en la de las fortalezas.

Por eso la hermandad se focalizó en la demolición de sus refugios, las fortalezas.

La estos determinantes componentes emotivos se sumaban las segundas intenciones de emancipación de la vasallaje y la liberación de pago de rentas del señor; terminar con el sistema de fortificaciones construidas entre los siglos X y XV.

Situación de crisis política editar

Otro agravante era la debilidad del Estado medieval que tenía lugar en toda Europa, lo que con frecuencia llevaba la que el rey se apoyara en las ciudades y villas para frenar la nobleza feudal. En la corona de Castilla era especialmente cierto por el enfrentamiento, en la década de los sesenta, del infante D. Alfonso con Enrique IV, con el correspondiente vacío de poder.

Posición de la nobleza gallega en el conflicto entre D. Enrique y D. Alfonso editar

 
Enrique IV de Castilla autorizó la Santa Hermandad.

La actitud de toda la nobleza gallega frente al conflicto entre Enrique IV de Castilla y Alfonso no está aún totalmente clarificada. Entre los fieles a Enrique IV se situaron Alvar Pérez Osorio (conde de Trastámara), y algunos de sus parientes próximos, como Lope Sánchez de Moscoso o Gómez Pérez de las Mariñas I. Morais Muñiz cree que entre los partidarios de Alfonso figuraban los condes de Ribadeo y de Santa Marta, lo de Benavente, que era su Canciller mayor,, Alvar Páez de Soutomaior el vizconde de Monterrei, Juan de Zúñiga y probablemente también Fernán Pérez de Andrade, El Joven, así como el arzobispo Alonso II de Fonseca e incluso el propio conde de Lemos, a pesar de que los datos son escasos y contradictorios.[4][5][6][7]

Posición del clero y tercero estamento en el conflicto entre Enrique y Alfonso editar

Al contrario que la nobleza gallega, el rey contó con el apoyo de la mayoría del clero gallego, incluido el episcopado, la excepción del arzobispo Fonseca. Enrique IV contó también con una amplia base popular, mayormente en villas y ciudades, sabedoras de que Enrique era el apoyo legal del movimiento Irmandiño.

Nacimiento de las "Hermandades" en otros territorios de la corona de Castilla editar

Esta aguda crisis social y política favoreció el desarrollo de las Hermandades. Así, ya entre 1456 y 1460 varias villas de Guipúzcoa utilizaron la hermandad contra la nobleza local, arrasando un gran número de sus casas fuertes "porque façian y consentían muchos robos y malificios en lana tierra y en los caminos y en todos los logares".[8]​ En 1464 una nueva Hermandad General castellana celebró su primera junta en Segovia. Esta hermandad permaneció inicialmente a raya de Enrique IV, que la utilizó contra los partidarios de su hermano Alfonso.[9]

Influencia de las "Hermandades" de otros territorios editar

El nacimiento de la "Hermandad General" de Castilla y León dio pie a la demanda de las ciudades leales a Enrique de extender las Hermandades al Reino de Galicia. Enrique IV permitió al final el surgimento de la "Santa Hermandad", seguramente con el propósito de debilitar la rebelión de la nobleza. Otro propósito de Enrique era, según Olivera Serrano, conseguir la contribución de Galicia a la Hacienda real, restituyendo además el derecho a voto en las Cortes de Galicia (derecho que habían perdido en las cortes de Madrid de 1419).[10]

Alonso de Palencia, cronista oficial del reino de Castilla, comenta en 1477 la formación y actividad de la hermandad gallega, presentándola como la máxima realización de la Hermandad General de Castilla y León, y muestra su entusiasmo por la eficacia de su trabajo justiciero y anti-señorial, tomando fortificaciones consideradas inexpugnables.[11]

El comienzo de la Hermandad editar

Precedentes editar

Ya entre 1454 y 1458 había existido otra hermandad en Galicia "quel te lo dice moy virtuoso rey don Enrrique mandó faser y se fiso por su mandato en lana çibdad de lana Cruña y villa de Betanços", a las que se unieron los ayuntamientos de Santiago, Noya y Muros,[12]​ así como importantes señores gallegos (Bernal Yáñez de Moscoso, Pedro Bermúdez de Montaos o Sueiro Gómez de Soutomaior).

El comienzo de la Hermandad fue anterior a la gran guerra de la primavera de 1467, como prueban documentos y referencias de comienzos de 1465. Así, en febrero de 1465 se registra que Pedro Álvarez Osorio, conde de Lemos, cedía a su hijo a fortificación de Monforte, por le ser contrarias las hermandades de Galicia y, segundo declara el conde, "poderia ser quisessem tomar suas tierras y não era justo que su filho, siendo sem culpa e inocente, las perdesse".[13]

Aprobación de la Hermandad editar

Aparentemente, algunas de las villas gallegas más significativas, como La Coruña, Ferrol, Santiago, Lugo, Pontevedra o Betanzos, enviaron a sus representante para sancionar el nacimiento de la institución en Galicia. Lope García de Salazar afirma que fue Afonso de Lanzós quien canalizó la demanda, obteniendo de Enrique IV los capítulos de la "Hermandad".

Consta la presencia en las cortes de Salamanca, en mayo de 1465, del escribano Juan Blanco, procurador de Betanzos, que parece que obtuvo la demandada aprobación real.

Afonso Mosqueira, testigo del pleito Tabera - Fonseca, cuenta la presencia de Joan de Betresca, enviado del rey Enrique:

Vido que fizieran juntar la gente de la dicha çiudad de La Coruña y de los cotos della, que heran seisçientos ombres, e vido que entre cada çien ombres puso un alcalde de hermandad, que traía bara y tenía cargo de mandar e gobernar la gente y las cosas que tocaban a la dicha hermandad e a la gobernaçión de la dicha çiudad e tierra.[14]

Consolidación e implantación editar

A principios de 1467, la Hermandad estaba ya organizada e implantada en su papel de ordenamiento y justicia. Una testigo de la implantación e integración en la Hermandad de varios señalados nobles gallegos es la demanda que, en febrero de 1467, presenta Teresa de Zúñiga, condesa de Santa Marta, ante dos representantes de la Hermandad General, que se habían comprometido a proceder contra los querelados Sancho López de Ulloa, Pedro Pardo de Cela y Diego de Andrade "según el tenor y la forma de los diez capítulos, leyes y ordenanzas de la Santa Hermandad".[15]​ Además de eso, en la demanda también se indica que esta integración se había extendido no sólo a los nobles de sus fortificaciones, sino también a sus vasallos.

El compromiso con la Hermandad de cabidos y ciudades editar

A principios de 1467 los compromisos de cabidos y ciudades habían sido ya expresados públicamente. El 14 de marzo, por ejemplo, el cabido y el ayuntamiento de Tuy habían jurado los capítulos de la Santa Yrmandade, y una semana más tarde designaron al canónigo Gonzalo Vázquez para asistir en su nombre a la junta de la Hermandad que se iba a celebrar en Medina del Campo.

A su vez, el 16 de marzo se registró un acuerdo del cabido compostelano de contribuir con "quatro mill maravedies de pares de blancas para aa arca de la Yrmandade",[16]​ y el ayuntamiento de Orense, en abril, anticipó "viinte y çinco mill pares de blancas" para que la fortificación del Castelo Ramiro fuera entregada "aa Santa Yrmandade".

A esto se unieron otras reuniones o asambleas: en Santiago, después en Lugo, después en Melide, y más tarde en Betanzos. Los pormenores de la revuelta se ultimaron en dichas reuniones; en la última hay registro de la asistencia de los señores Fernán Pérez de Andrade, El Joven, Sancho Sánchez de Ulloa y Gómez Pérez de las Mariñas I[17]​ a los que se les solicitó la cesión de sus fortificaciones, "cada uno lanas suias, y qe lanas pedían para derribárselas porque dezían que de lanas te las dice fazían muchos males, porque robaban y tomaban a los hombres y los prendían". Esta exigencia representa la confirmación última de las intenciones ya presentes anteriormente, como indican las precauciones tomadas por el conde de Lemos que se mencionaron antes.

Evolución de la revuelta editar

Estallido de la revuelta editar

 
Torre de San Sadurniño, en Cambados, destruida entre 1466 y 1470 durante las revueltas irmandiñas.

En los principios de la primavera de 1467 llegó la revuelta general, cuando las Juntas de las Hermandades, organizadas en todas las comarcas gallegas, lanzaron la consigna contra las fortalezcas, símbolo del acoso señorial.[18]

Las columnas irmandiñas, que una testigo del pleito Tabera - Fonseca cifra en ochenta mil omes, comenzaron a recorrer las comarcas, y con la fuerza de su número y el auxilio de impuestos, bombardas y otras armas, acabaron rindiendo la gran mayoría de los castillos y fortificaciones gallegas.

La revuelta estaba encabezada por figuras relevantes, incluidos caballeros e hidalgos, mismo parte de la aristocracia urbana. Entre ellos destacaron desde el principio Afonso de Lanzós, que luchó en la zona de Betanzos y en el obispado de Mondoñedo, Pedro Osorio en el área de Compostela, y Diego de Lemos, en el sur de Lugo y en Orense, y Lopo Marino de Lobeira. Como fecha simbólica, el 25 de abril de 1467 fue arrasada la primera fortificación, el Castillo Ramiro, cerca de Orense. La sorpresa del ataque fue decisiva en el triunfo irmandiño, así como el total abandono de los vasallos a los señores y, por tanto la falta de apoyo de estos para defenderse, volviéndose vanas las tentativas de la nobleza por resistir. Así, Lope García de Betanzos declara "pues toda lana gente de él te lo dice reino andaba en favor de lana te la dice hermandad y hera contra ellos y ellos en el tenían favor ninguno, porque sus mismos basallos eran contra sus señores...".

 
Torreón de los Andrade. Afonso de Lanzós, en el comando de los Irmandiños, se apoderó del castillo y de la villa de Puentedeume, conservándose en su posesión durante algún tiempo.

La mayoría de los nobles intentó huir de Galicia: Sancho de Ulloa y Diego de Andrade partieron para Castilla (si bien fueron interceptados por los combatientes de la condesa de Ribadavia, quien los encarceló durante dos años). El arzobispo Fonseca, que se hallaba en su destierro de Redondela, huyó también, primero para Castilla, y más tarde para Portugal. Para Portugal huyeron también otros como Juan de Zúñiga, Pedro Álvarez de Soutomaior o Juan de Pimentel. Algunos intentaron resistir, como Álvar Páez de Soutomaior, que se hizo fuerte en Tuy hasta que, poco antes de su muerte repentina, rindió la ciudad a los cinco mil irmandiños que la asediaban, como el conde de Lemos, que había salido victorioso en el principio, mas tuvo finalmente que huir para su castillo de Ponferrada; allí se refugió también su yerno, Pardo de Cela.[19]​ Otros permanecieron escondidos por tierras gallegas, como Suero Gómez de Soutomaior, pariente de Álvar Páez.[20]​ Gómez Pérez de las Mariñas encontró refugio en el monasterio de Samos, donde también se resguardó Alonso Osorio, heredero de la casa de Lemos.[21]​ La fuga del conde de Lemos, la derrota del señor más poderoso de Galicia, simboliza la derrota de los señores "porque pues él conde de Lemos en el podiera defender lanas suias [las fortalezas] y se fuera para Castilla que menos lo podieran azer los otros".[22][23]

La importancia de la fuga de Lemos es recogida también por los cronistas: "En corto tiempo los gallegos en el sólo arrancaron de lanas selvas a los facinerosos y los arrastraron al patíbulo, sino que se apoderaron de fortalezas tenidas por inexpugnables, y al conde de Lemos, él más poderoso de los Grandes de lana provincia, obligáronlo a huir y lee persiguieron asta él exterminio".

Victoria y reconocimiento de la revuelta editar

 
Escena de batalla medieval.

La victoria irmandiña fue rápida y completa. Los autores más próximos a estos acontecimientos relatan la lista de castillos, fortificaciones, simples torres o casas fuertes que fueron total o parcialmente derribadas. Su número, segundo calcula Lojo Piñeiro, puede llegar a 169.[24]​ Se desconocen cuantas fortificaciones fueron entregadas pacíficamente a la Hermandad y cuantas debieron ser tomadas por la fuerza. En las declaraciones del pleito Tabera - Fonseca se indica que los irmandiños arrasaron mismo fortificaciones de caballeros participantes o simpatizantes de la Hermandad, y no solo fortificaciones de los señores, sino también casas-fuertes de fidalgos.

Destaca la aparente resolución irmandiña de no se vengarse con los señores derrotados y forajidos, algunos de ellos escondidos en monasterios y casas de antiguos vasallos.

 
Proyectiles de catapulta en el castillo de la Roca Fuerte.

La respuesta de Enrique IV fue de claro apoyo, emitiendo una carta el 6 de julio diera año, donde da por buenos los arrasamentos hechos:

Así en el derribar de las dichas fortalesas que derribastes, como en el proçeder que proçedistes contra los malfechores, que aprovase e confirmase e oviese por bien fecho todo lo que fesistes en esta parte, segúnd e por la forma e manera que en ello proçedistéis, e yo tóvelo por bien e quiero e mando e me plase de aprovar e apruevo por la presente el derribamiento de aquellas fortalesas que vosotros derribastéis, de las quales se fasían robos e muertes e fuerças e otros males e daños, e eran receptadoras de los malfechores e defensores dellos e de los omes criminosos, e así mismo qualesquier otras cosas que por vía de justiçia avedes fecho e proçedido, e lo loo e apruevo e he por bien fecho.[25]

Enrique IV pedía en ese incluso documento, a los alcaides de las fortificaciones gallegas que estaban sitiadas, debido a los males que desde ellas hacían, que "las den y entreguen la los alcaldes y diputados de lana Santa Hermandad de él te lo dice regno".

ES importante mencionar que, algunos meses antes de este reconocimiento y referéndum dado a las Hermandades, Enrique IV había tenido que requerir la reconducción de algunas actuaciones de las Hermandades contrarias a los intereses de la corona. Así, el 25 de abril pidió la devolución a Teresa de Zúñiga, condesa de Santa Marta, a su hijo, el conde Bernaldino Sarmiento y la Juan de Zúñiga, vizconde de Monterrey, de "qualesquier tierras y vasallos y fortalesas que lees tengades tomadas...". Del mismo modo, el 19 de junio exigió que devolvieran la villa y castillo de Monterrey a Pedro de Estúñiga, que primeramente le había sido arrebatada por su hermano Juan de Estúñiga, y a este más tarde por la Hermandad. Por eso ordenó a la Hermandad

tornar e restituir, apoderándole en la posesión della, como a señor de la dicha villa, segúnd que antes que fuese desposeído la tenía, en lo qual me faréis agradable plaser e serviçio, por quanto el dicho Pedro de Estúñiga es mi servidor e ha de guardar las cosas complideras a mi serviçio e a la conservaçión e guarda y acreçentamiento de esa Santa Hermandad.

Estructuración y armamento editar

 
Espadas del período final de la Edad Media.

Los irmandiños habían formado ejércitos en las comarcas, que se juntaban para acometer grandes asedios o batallas, implicando o pretendiendo implicar en alguna ocasión al conjunto de Galicia. Existen pruebas de que la movilización fue bastante general en las ciudades y en el campo (se perdieron cogidas), por lo menos entre las personas comunes.

Es errónea la imagen de los irmandiños enfrentándose con aparatos agrícolas: contaban con experiencia militar previa en los ejércitos feudales, y tenían armas en sus moradas. La infantería y la escasa caballería de las milicias usarían las mismas armas que los ejércitos señoriales. Por otro lado, las villas contaban con armeros que las fabricaban.

Evolución durante el triunfo de la revuelta editar

El interclasismo del seno de la Hermandad (nobleza alta y baja, clero, burgueses y campesinos) no permitió posiblemente mantener su unidad después del triunfo. En 1469 las diferencias entre los miembros de las diferentes juntas, entre algunas de ellas y entre los diversos grupos sociales integrados en ellas, se tradujeron en claras confrontaciones. En todo caso, el desenlace final de la revuelta irmandiña fue debido principalmente a circunstancias externas a Galicia. Básicamente influyeron dos hechos que tuvieron lugar en la segunda mitad de 1468: el fallecimiento del infante Alfonso, y la reconciliación de Enrique IV con la nobleza opositora mediante el pacto de los toros de Guisando, por el que Enrique reconocía como heredera del trono a su hermana Isabel de Castilla.

El contraataque de los señores editar

 
Los soldados de Pedro Álvarez usaban arcabuces en la Segunda Guerra irmandiña. Lo de la imagen es de 1425
 
Alfonso V de Portugal, quien ayudó a Pedro Madruga.

Esta situación provocó que los señores gallegos prepararan su retorno, reorganizándose y procurando apoyos. Así, según Vasco de Aponte, en primavera de 1469 Pedro Álvarez de Soutomaior se reunió en Monção con el arzobispo Fonseca y con Juan Pimentel, acordando reunir sus tropas en las cercanías de Santiago de Compostela.

El acuerdo se llevó a cabo y, después de llegar estos bajo las órdenes de Soutomaior, que había entrado por Portugal al frente de 100 lanzas y unos 2000 peones (en su camino, junto al castro de la Framela, tuvo que hacer frente a cuatro o cinco mil villanos y, después de vencerlos, sorteó la ciudad de Pontevedra, donde se encontraban los irmandiños al mando de Lope Pérez Marino, hijo de Paio Marino de Lobera).[26]

El ejército de Fonseca, Pimentel y Soutomaior, con un total de trescientas lanzas, entre castellanos, portugueses y gallegos, venció en la batalla de Balmalige (lugar aún indeterminado que aparece en la documentación del Pleito Tabera - Fonseca) posiblemente en el entorno del monte Almáciga a diez mil irmandiños comandos por Pedro Osorio. Esta victoria resultó al cabo decisiva, pues dos meses más tarde, en julio de 1469, la ciudad de Santiago se vio obligada a abrir las puertas al arzobispo "y después se conçertara con lana te la dice ciudad y lees juró sus costumbres y prebillegios de se los guardar y se lee había entregado lana te la dice ciudad".

Se unieron a este ejército las tropas de Fernán Pérez de Andrade, Sancho Sánchez de Ulloa, Lope Pérez de Moscoso y Gómez Pérez de las Mariñas. Entonces, desde Santiago de Compostela, se encaminaron hacia los dominios de Andrade. En el castro Gundián, se encontraron con un ejército irmandiño mandado por Afonso de Lanzós, que esperaba los refuerzos de Diego de Lemos. Mas la batalla comenzó sin llegar los refuerzos, y Alonso, luego de un breve parlamento con Pedro Álvarez de Soutomaior, optó por la retirada. La llegada posterior de los refuerzos, al mando de Diego de Lemos ya no tuvo consecuencias. Luego de esta nueva derrota, los señores liquidaron la resistencia irmandiña en aquella zona, aunque Pontedeume no fue entregada al de Andrade, sino al arzobispo, por decisión de Afonso de Lanzós, mortal enemigo del primero.[27]

El conde de Lemos regresaba también a Galicia por El Bierzo, resistiendo a los irmandiños, capitaneados por el fidalgo berciense Álvaro Sánchez (al que después mandó matar con una saeta) y a las gentes de Álvaro Pérez Osorio, conde de Trastámara y ahora marqués de Astorga, que había apoyado la sublevación.[28]​ Con el conde de Lemos parece que retornaron también Pedro Pardo de Cela, con Pedro Miranda, Pedro Bolaño y otros como Alonso López de Lemos, padre de Diego de Lemos. Los primeros, al parecer, atacaron los núcleos irmandiños de Lugo y su comarca; el último, por su parte, lo hizo contra los que ocupaban las tierras de Lemos, a los que parece que venció en la parroquia de Vilamelle, junto a Ferreira de Pantón, apoderándose de la villa de Monforte.[29]

Sin embargo, los éxitos en campo abierto de la caballería feudal no existieron en el caso de las ciudades amuralladas, lo que obligó a los señores más importantes a pactar, ayudados después por algunos irmandiños, sin solución de continuidad, a combatir a los nuevos enemigos compartidos. Primero pactó el arzobispo Fonseca con Santiago de Compostela, Pontevedra y demás villas de la Terra de Santiago, y después el conde de Lemos con Orense y Allariz (contra el conde de Benavente).

El pacto de Fonseca con las ciudades irmandiñas de la Terra de Santiago es hecho sobre la base de que Fonseca respetara los usos y costumbres urbanas y el acuerdo de no reedificar las fortificaciones que le habían sido derribadas, lo que se reflejó más de medio siglo después en el pleito Tabera - Fonseca.

Aún durante los años 1470 y 1471 resistían las ciudades de La Coruña, Puentedeume, Vivero, Ribadavia, Lugo y Mondoñedo. En cualquier caso, en poco tiempo la mayor parte de la Hermandad fue derrotada, recuperando los grandes señores gallegos el control de sus antiguos dominios.

Consecuencias editar

No se registraron "castigos ejemplares" de los vencedores sobre los vasallos que se rebelaron. Tal vez no fue "posible" por el carácter masivo del movimiento contra las fortificaciones y anti-señorial. Los portavoces posteriores de los vencedores, como Vasco de Atribúyete y Felipe de lana Gándara, tampoco dan fe de represalias.[30]​ Tal vez contribuyó para la falta de represión el hecho de que previamente los irmandiños tampoco se habían vengado de los caballeros derrotados al lograr la victoria en 1467.

Tal vez fue el sentido práctico, que transluce en la célebre respuesta del conde de Lemos a Pardo de Cela. Cuando el mariscal lo instaba a "llenar los robles de vasallos [ahorcados]", el conde le respondió que "no se iba a mantener de robles".

 
Fin de la Revuelta campesina de 1381 en Inglaterra. En el caso inglés, el final fue más grave para los campesinos: la mayoría de los líderes fueron capturados y ejecutados. Las concesiones iniciales fueron revocadas y el impuesto origen de la revuelta fue nuevamente introducido.

Couselo Bouzas indica que la mayor parte de las testigos al respeto del pleito Tabera - Fonseca se concentran en el ansia reconstrutora del conde de Lemos, que obligaba la serventías de dos o tres días por semana, para lo cual debían llevar carro y bueyes y satisfacer dos reales para pagar a los encargados de la dirección de las obras.

El coste principal fue en serventías, prestaciones personales que la mayoría de los señores impusieron a los vasallos para la reconstrucción de sus fortificaciones. Setenta y tres fortificaciones, menos de la mitad de las que fueron arrasadas, fueron reconstruidas.

Influencias posteriores editar

Sin duda influyó en la decisión de los Reyes Católicos de pacificar el Reino de Galicia (decretando la Doma y castración del Reino de Galicia), forzando el arrasamento de las fortificaciones de los nobles rebeldes. La acción de los Reyes Católicos en Galicia fue (obviando por un momento a problemática cultural causada por ciertas acciones) en palabras de Fernando Lojo, "vista en la mentalidad colectiva como una auténtica liberación y el inicio de la pacificación del reino, objetivo que había buscado también, con menos resultado, la hermandad de 1467".

Hasta cierto punto la revolución Irmandiña tuvo influencia incluso en la creación en Castilla de un Estado Moderno por parte de los Reyes Católicos. En efecto, como indica Carlos Barros, un Estado Moderno, sujeto la una monarquía absolutista, sólo se puede imponer una vez que los grupos populares derribaron, irreversiblemente, las fortalezas, no sólo las físicas (fortificaciones), sino también éticas (consentimiento) del poder señorial.[31]

Referencias editar

  1. PALLARÉS MÉNDEZ, M. C.; PORTELA SILVA, E. De Xelmírez aos Irmandiños. A Galicia feudal (séculos XII-XV). A gran historia de Galicia, Tomo V, Volume 2. Arrecife Edicións Galegas (2007). ISBN 978-84-96931-10-7.
  2. BLICKLE, P. (1997). «Resistance, Representation, and Community: Representation and Community». European ScienceFoundation. ISBN 0-19-820548-1. 
  3. Lss primeras revueltas medievales ya tuvieron lugar en Europa durante la segunda mitad del siglo XIV, después de la peste negra de 1348: la Jacquerie en Francia en 1358 o la revuelta campesina de 1381 en Inglaterra
  4. PALENCIA, A. de (1904). Crónica de Enrique IV. 
  5. MORALES MUÑIZ, D.C. (1988). El príncipe don Alfonso de Ávila, rey de Castilla. 
  6. PORTELA PAZOS, S.. Galicia en tiempo de los Fonseca. 
  7. Su lealtad a la causa de D. Alfonso se sostiene en LÓPEZ FERREIRO, A. (1896). Galicia en el último tercio del siglo XV.  mientras que su lealtad a D. Enrique es defendida en FRANCO SILVA, A. (1982). «El señorío de Villafranca del Bierzo». Boletín de la Real Academia de la Historia. 
  8. GARCÍA DE SALAZAR, L. (1971). «Bienandanzas e fortunas». A. Rodríguez Herrero, Bilbao. 
  9. GUTIÉRREZ NIETO, J.A. (1975). «Puntos de aproximación en torno al movimiento hirmandino (relaciones entre la Santa Hermandad y la Santa Irmandade)», Actas de las I Jornadas de metodología aplicada de Ciencias Históricas. 
  10. OLIVERA SERRANO, C. (1990). La ausencia de Galicia en las cortes del siglo XV", Galicia en la Edad Media. , p. 320-321.
  11. «Crónica de Enrique IV». BAE núm. 257. 1973. p. 191-192.
  12. TBD (1901). Galicia Histórica. , vol. I, p. 19-27.
  13. PARDO DE GUEVARA, E. (2000). «Los Señores de Galicia. Tenentes y condes de Lemos en la Edad Media». colección "Galicia Histórica". 
  14. RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Á.. Las fortalezas de la mitra compostelana y los irmandiños. 84-85728-39-X. 
  15. Pedro Maldonado, vecino de Zamora e diputado de la Santa Hermandad della, y Alfonso Fernández da Madalena, vecino también de Zamora e "cuadrillero de la dicha Santa Hermandad de la dicha çibdad".
  16. LÓPEZ CARREIRA, A.. Os irmandiños. Textos, documentos e bibliografía. 
  17. COUSELO BOUZAS, J.. La guerra hermandina. 
  18. BECEIRO PITA, I.. La rebelión irmandiña. Colección Arealonga. 
  19. VÁZQUEZ, R. (1467/1468). Crónica de Santa María de Iria. 
  20. SALVADO MARTÍNEZ, V. (1943). «El mariscal don Suero Gómez de Sotomayor». Museo de Pontevedra, 2. 
  21. VAAMONDE LORES, C.. Gómez Pérez das Mariñas y sus descendientes. , p. 18-21.
  22. BARROS, C. Os irmandiños da Terra de Lemos el 8 de junio de 2008 en Wayback Machine.
  23. Afonso do Campo, escudeiro lugués participante na grande revolta.
  24. LOJO PIÑEIRO, F. (1991). «A violencia na Galicia do século XV». Universidad de Santiago de Compostela. 
  25. PARDO DE GUEVARA, E.. "Notas para una relectura del fenómeno hermandino", doc. IV. 
  26. APONTE, V. de. Relación de algunas casas y linajes del reino de Galicia. 
  27. Malia todo, Lanzós foi perseguido e apresado por Fernán Pérez Parragués, que o entregou a Fernán Pérez de Andrade.
  28. Arma que remata en punta nun extremo e que se tira cun arco, Digalego.com (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
  29. GÁNDARA, F. de la. Armas y Triunfos. Hechos heróicos de los hijos de Galicia. 
  30. Nombrado cronista oficial de Galicia por la Xunta de Galicia en 1654.
  31. Barros Guimeráns, Carlos. ¡Viva El-Rei! Ensaios Medievais. ISBN 84-7507-961-X. , capítulo "Os señores que foron".

Véase también editar

  •   Datos: Q20088734

gran, guerra, irmandiña, referencia, milicias, urbanas, denominadas, hermandades, revuelta, social, tuvo, lugar, galicia, entre, 1467, 1469, posiblemente, mayor, revuelta, europea, todo, siglo, comenzó, primavera, 1467, galicia, situación, conflicto, social, h. La Gran Guerra Irmandina en referencia a las milicias urbanas denominadas hermandades fue una revuelta social que tuvo lugar en Galicia entre 1467 y 1469 1 y fue posiblemente la mayor revuelta europea de todo el siglo XV 2 3 Comenzo en primavera de 1467 en Galicia en una situacion de conflicto social hambre epidemias y abusos por parte de la nobleza gallega y politico guerra civil en Castilla La Santa Hermandad surgida y justificada por tal situacion se torno en una revuelta como reaccion a un sentimiento acumulado de agravio por los males y danos que el pueblo recibia de los nobles de las fortalezas Gran Guerra IrmandinaParte de Guerra civil castellanaCastillo de la Rocha Forte arrasado por los irmandinos en 1467 Fecha1467 1469LugarReino de GaliciaResultadoVictoria castellanaBeligerantesIrmandinos Corona de Castilla Familias Andrade Lemos y Moscoso Reino de PortugalComandantes Afonso de Lanzos Pedro Osorio Diego de Lemos Lopo Marino de Lobeira Enrique IVPedro Madruga editar datos en Wikidata Indice 1 Precedentes 2 Desencadenamientos 2 1 Situacion de crisis social 2 1 1 Agresividad de los senores 2 1 2 Los vasallos frente a las fortificaciones refugios de malhechores 2 2 Situacion de crisis politica 2 2 1 Posicion de la nobleza gallega en el conflicto entre D Enrique y D Alfonso 2 2 2 Posicion del clero y tercero estamento en el conflicto entre Enrique y Alfonso 2 3 Nacimiento de las Hermandades en otros territorios de la corona de Castilla 2 4 Influencia de las Hermandades de otros territorios 3 El comienzo de la Hermandad 3 1 Precedentes 3 2 Aprobacion de la Hermandad 3 3 Consolidacion e implantacion 3 4 El compromiso con la Hermandad de cabidos y ciudades 4 Evolucion de la revuelta 4 1 Estallido de la revuelta 4 2 Victoria y reconocimiento de la revuelta 4 3 Estructuracion y armamento 4 4 Evolucion durante el triunfo de la revuelta 4 5 El contraataque de los senores 5 Consecuencias 6 Influencias posteriores 7 Referencias 8 Vease tambienPrecedentes editarLa gran guerra irmandina de 1467 estuvo precedida de multiples revueltas en ciertas zonas y localidades Segun algunos historiadores como el profesor Barros Guimerans la primera revuelta organizada como Hermandad en la Baja Edad Media gallega es la de 1418 1422 en Santiago de Compostela La Hermandad Fusquenlla tuvo lugar en 1431 con Roi Xordo al frente en las tierras de los Andrade Surgio mas tarde en 1451 la primera hermandad en las rias de Pontevedra y Arosa Despues surgieron las hermandades de La Coruna y Betanzos seguidas de las de Santiago de Compostela Muros y Noya de 1458 Desencadenamientos editarSituacion de crisis social editar Agresividad de los senores editar nbsp Armadura y armas de los caballeros generalmente ofrecidas por el senor en la Investidura La nobleza gallega vivia un siglo XV de conflictos y confrontacion internas A la intranquilidad generada por tal serie de conflictos se sumaban los efectos negativos de la epidemia de 1466 asi como anteriormente la peste y las malas cosechas que provocaron ademas una caida de rentas de la nobleza lo que derivo en una actitud recaudadora agresiva para contrarrestar esta disminucion Entre las victimas de la nueva nobleza se encontraba tambien el clero Incluso parte del patrimonio y senorios de monasterios y catedrales estaban ocupados o encomendados en 1467 De hecho la Hermandad devolvio a la iglesia muchos de los bienes usurpados por la nobleza laica Los vasallos frente a las fortificaciones refugios de malhechores editar Existia por tanto un sentimiento acumulado de agravio por los males y danos que las villas y la gente recibian de las fortalezas percibidas como refugios de malhechores tanto de senores y caballeros como de prelados como indican las testigos del Pleito Tabera Fonseca Danos robos e males Robo de ombres personas y en sus vienes robandoles sus bois y bestias y que les forcaban sus mugeres e fijas e que muchos de los dichos danos se azian ansi de las gentes que en sus casas como en la de las fortalezas Por eso la hermandad se focalizo en la demolicion de sus refugios las fortalezas La estos determinantes componentes emotivos se sumaban las segundas intenciones de emancipacion de la vasallaje y la liberacion de pago de rentas del senor terminar con el sistema de fortificaciones construidas entre los siglos X y XV Situacion de crisis politica editar Otro agravante era la debilidad del Estado medieval que tenia lugar en toda Europa lo que con frecuencia llevaba la que el rey se apoyara en las ciudades y villas para frenar la nobleza feudal En la corona de Castilla era especialmente cierto por el enfrentamiento en la decada de los sesenta del infante D Alfonso con Enrique IV con el correspondiente vacio de poder Posicion de la nobleza gallega en el conflicto entre D Enrique y D Alfonso editar nbsp Enrique IV de Castilla autorizo la Santa Hermandad La actitud de toda la nobleza gallega frente al conflicto entre Enrique IV de Castilla y Alfonso no esta aun totalmente clarificada Entre los fieles a Enrique IV se situaron Alvar Perez Osorio conde de Trastamara y algunos de sus parientes proximos como Lope Sanchez de Moscoso o Gomez Perez de las Marinas I Morais Muniz cree que entre los partidarios de Alfonso figuraban los condes de Ribadeo y de Santa Marta lo de Benavente que era su Canciller mayor Alvar Paez de Soutomaior el vizconde de Monterrei Juan de Zuniga y probablemente tambien Fernan Perez de Andrade El Joven asi como el arzobispo Alonso II de Fonseca e incluso el propio conde de Lemos a pesar de que los datos son escasos y contradictorios 4 5 6 7 Posicion del clero y tercero estamento en el conflicto entre Enrique y Alfonso editar Al contrario que la nobleza gallega el rey conto con el apoyo de la mayoria del clero gallego incluido el episcopado la excepcion del arzobispo Fonseca Enrique IV conto tambien con una amplia base popular mayormente en villas y ciudades sabedoras de que Enrique era el apoyo legal del movimiento Irmandino Nacimiento de las Hermandades en otros territorios de la corona de Castilla editar Esta aguda crisis social y politica favorecio el desarrollo de las Hermandades Asi ya entre 1456 y 1460 varias villas de Guipuzcoa utilizaron la hermandad contra la nobleza local arrasando un gran numero de sus casas fuertes porque facian y consentian muchos robos y malificios en lana tierra y en los caminos y en todos los logares 8 En 1464 una nueva Hermandad General castellana celebro su primera junta en Segovia Esta hermandad permanecio inicialmente a raya de Enrique IV que la utilizo contra los partidarios de su hermano Alfonso 9 Influencia de las Hermandades de otros territorios editar El nacimiento de la Hermandad General de Castilla y Leon dio pie a la demanda de las ciudades leales a Enrique de extender las Hermandades al Reino de Galicia Enrique IV permitio al final el surgimento de la Santa Hermandad seguramente con el proposito de debilitar la rebelion de la nobleza Otro proposito de Enrique era segun Olivera Serrano conseguir la contribucion de Galicia a la Hacienda real restituyendo ademas el derecho a voto en las Cortes de Galicia derecho que habian perdido en las cortes de Madrid de 1419 10 Alonso de Palencia cronista oficial del reino de Castilla comenta en 1477 la formacion y actividad de la hermandad gallega presentandola como la maxima realizacion de la Hermandad General de Castilla y Leon y muestra su entusiasmo por la eficacia de su trabajo justiciero y anti senorial tomando fortificaciones consideradas inexpugnables 11 El comienzo de la Hermandad editarPrecedentes editar Ya entre 1454 y 1458 habia existido otra hermandad en Galicia quel te lo dice moy virtuoso rey don Enrrique mando faser y se fiso por su mandato en lana cibdad de lana Cruna y villa de Betancos a las que se unieron los ayuntamientos de Santiago Noya y Muros 12 asi como importantes senores gallegos Bernal Yanez de Moscoso Pedro Bermudez de Montaos o Sueiro Gomez de Soutomaior El comienzo de la Hermandad fue anterior a la gran guerra de la primavera de 1467 como prueban documentos y referencias de comienzos de 1465 Asi en febrero de 1465 se registra que Pedro Alvarez Osorio conde de Lemos cedia a su hijo a fortificacion de Monforte por le ser contrarias las hermandades de Galicia y segundo declara el conde poderia ser quisessem tomar suas tierras y nao era justo que su filho siendo sem culpa e inocente las perdesse 13 Aprobacion de la Hermandad editar Aparentemente algunas de las villas gallegas mas significativas como La Coruna Ferrol Santiago Lugo Pontevedra o Betanzos enviaron a sus representante para sancionar el nacimiento de la institucion en Galicia Lope Garcia de Salazar afirma que fue Afonso de Lanzos quien canalizo la demanda obteniendo de Enrique IV los capitulos de la Hermandad Consta la presencia en las cortes de Salamanca en mayo de 1465 del escribano Juan Blanco procurador de Betanzos que parece que obtuvo la demandada aprobacion real Afonso Mosqueira testigo del pleito Tabera Fonseca cuenta la presencia de Joan de Betresca enviado del rey Enrique Vido que fizieran juntar la gente de la dicha ciudad de La Coruna y de los cotos della que heran seiscientos ombres e vido que entre cada cien ombres puso un alcalde de hermandad que traia bara y tenia cargo de mandar e gobernar la gente y las cosas que tocaban a la dicha hermandad e a la gobernacion de la dicha ciudad e tierra 14 Consolidacion e implantacion editar A principios de 1467 la Hermandad estaba ya organizada e implantada en su papel de ordenamiento y justicia Una testigo de la implantacion e integracion en la Hermandad de varios senalados nobles gallegos es la demanda que en febrero de 1467 presenta Teresa de Zuniga condesa de Santa Marta ante dos representantes de la Hermandad General que se habian comprometido a proceder contra los querelados Sancho Lopez de Ulloa Pedro Pardo de Cela y Diego de Andrade segun el tenor y la forma de los diez capitulos leyes y ordenanzas de la Santa Hermandad 15 Ademas de eso en la demanda tambien se indica que esta integracion se habia extendido no solo a los nobles de sus fortificaciones sino tambien a sus vasallos El compromiso con la Hermandad de cabidos y ciudades editar A principios de 1467 los compromisos de cabidos y ciudades habian sido ya expresados publicamente El 14 de marzo por ejemplo el cabido y el ayuntamiento de Tuy habian jurado los capitulos de la Santa Yrmandade y una semana mas tarde designaron al canonigo Gonzalo Vazquez para asistir en su nombre a la junta de la Hermandad que se iba a celebrar en Medina del Campo A su vez el 16 de marzo se registro un acuerdo del cabido compostelano de contribuir con quatro mill maravedies de pares de blancas para aa arca de la Yrmandade 16 y el ayuntamiento de Orense en abril anticipo viinte y cinco mill pares de blancas para que la fortificacion del Castelo Ramiro fuera entregada aa Santa Yrmandade A esto se unieron otras reuniones o asambleas en Santiago despues en Lugo despues en Melide y mas tarde en Betanzos Los pormenores de la revuelta se ultimaron en dichas reuniones en la ultima hay registro de la asistencia de los senores Fernan Perez de Andrade El Joven Sancho Sanchez de Ulloa y Gomez Perez de las Marinas I 17 a los que se les solicito la cesion de sus fortificaciones cada uno lanas suias y qe lanas pedian para derribarselas porque dezian que de lanas te las dice fazian muchos males porque robaban y tomaban a los hombres y los prendian Esta exigencia representa la confirmacion ultima de las intenciones ya presentes anteriormente como indican las precauciones tomadas por el conde de Lemos que se mencionaron antes Evolucion de la revuelta editarEstallido de la revuelta editar nbsp Torre de San Sadurnino en Cambados destruida entre 1466 y 1470 durante las revueltas irmandinas En los principios de la primavera de 1467 llego la revuelta general cuando las Juntas de las Hermandades organizadas en todas las comarcas gallegas lanzaron la consigna contra las fortalezcas simbolo del acoso senorial 18 Las columnas irmandinas que una testigo del pleito Tabera Fonseca cifra en ochenta mil omes comenzaron a recorrer las comarcas y con la fuerza de su numero y el auxilio de impuestos bombardas y otras armas acabaron rindiendo la gran mayoria de los castillos y fortificaciones gallegas La revuelta estaba encabezada por figuras relevantes incluidos caballeros e hidalgos mismo parte de la aristocracia urbana Entre ellos destacaron desde el principio Afonso de Lanzos que lucho en la zona de Betanzos y en el obispado de Mondonedo Pedro Osorio en el area de Compostela y Diego de Lemos en el sur de Lugo y en Orense y Lopo Marino de Lobeira Como fecha simbolica el 25 de abril de 1467 fue arrasada la primera fortificacion el Castillo Ramiro cerca de Orense La sorpresa del ataque fue decisiva en el triunfo irmandino asi como el total abandono de los vasallos a los senores y por tanto la falta de apoyo de estos para defenderse volviendose vanas las tentativas de la nobleza por resistir Asi Lope Garcia de Betanzos declara pues toda lana gente de el te lo dice reino andaba en favor de lana te la dice hermandad y hera contra ellos y ellos en el tenian favor ninguno porque sus mismos basallos eran contra sus senores nbsp Torreon de los Andrade Afonso de Lanzos en el comando de los Irmandinos se apodero del castillo y de la villa de Puentedeume conservandose en su posesion durante algun tiempo La mayoria de los nobles intento huir de Galicia Sancho de Ulloa y Diego de Andrade partieron para Castilla si bien fueron interceptados por los combatientes de la condesa de Ribadavia quien los encarcelo durante dos anos El arzobispo Fonseca que se hallaba en su destierro de Redondela huyo tambien primero para Castilla y mas tarde para Portugal Para Portugal huyeron tambien otros como Juan de Zuniga Pedro Alvarez de Soutomaior o Juan de Pimentel Algunos intentaron resistir como Alvar Paez de Soutomaior que se hizo fuerte en Tuy hasta que poco antes de su muerte repentina rindio la ciudad a los cinco mil irmandinos que la asediaban como el conde de Lemos que habia salido victorioso en el principio mas tuvo finalmente que huir para su castillo de Ponferrada alli se refugio tambien su yerno Pardo de Cela 19 Otros permanecieron escondidos por tierras gallegas como Suero Gomez de Soutomaior pariente de Alvar Paez 20 Gomez Perez de las Marinas encontro refugio en el monasterio de Samos donde tambien se resguardo Alonso Osorio heredero de la casa de Lemos 21 La fuga del conde de Lemos la derrota del senor mas poderoso de Galicia simboliza la derrota de los senores porque pues el conde de Lemos en el podiera defender lanas suias las fortalezas y se fuera para Castilla que menos lo podieran azer los otros 22 23 La importancia de la fuga de Lemos es recogida tambien por los cronistas En corto tiempo los gallegos en el solo arrancaron de lanas selvas a los facinerosos y los arrastraron al patibulo sino que se apoderaron de fortalezas tenidas por inexpugnables y al conde de Lemos el mas poderoso de los Grandes de lana provincia obligaronlo a huir y lee persiguieron asta el exterminio Victoria y reconocimiento de la revuelta editar nbsp Escena de batalla medieval La victoria irmandina fue rapida y completa Los autores mas proximos a estos acontecimientos relatan la lista de castillos fortificaciones simples torres o casas fuertes que fueron total o parcialmente derribadas Su numero segundo calcula Lojo Pineiro puede llegar a 169 24 Se desconocen cuantas fortificaciones fueron entregadas pacificamente a la Hermandad y cuantas debieron ser tomadas por la fuerza En las declaraciones del pleito Tabera Fonseca se indica que los irmandinos arrasaron mismo fortificaciones de caballeros participantes o simpatizantes de la Hermandad y no solo fortificaciones de los senores sino tambien casas fuertes de fidalgos Destaca la aparente resolucion irmandina de no se vengarse con los senores derrotados y forajidos algunos de ellos escondidos en monasterios y casas de antiguos vasallos nbsp Proyectiles de catapulta en el castillo de la Roca Fuerte La respuesta de Enrique IV fue de claro apoyo emitiendo una carta el 6 de julio diera ano donde da por buenos los arrasamentos hechos Asi en el derribar de las dichas fortalesas que derribastes como en el proceder que procedistes contra los malfechores que aprovase e confirmase e oviese por bien fecho todo lo que fesistes en esta parte segund e por la forma e manera que en ello procedisteis e yo tovelo por bien e quiero e mando e me plase de aprovar e apruevo por la presente el derribamiento de aquellas fortalesas que vosotros derribasteis de las quales se fasian robos e muertes e fuercas e otros males e danos e eran receptadoras de los malfechores e defensores dellos e de los omes criminosos e asi mismo qualesquier otras cosas que por via de justicia avedes fecho e procedido e lo loo e apruevo e he por bien fecho 25 Enrique IV pedia en ese incluso documento a los alcaides de las fortificaciones gallegas que estaban sitiadas debido a los males que desde ellas hacian que las den y entreguen la los alcaldes y diputados de lana Santa Hermandad de el te lo dice regno ES importante mencionar que algunos meses antes de este reconocimiento y referendum dado a las Hermandades Enrique IV habia tenido que requerir la reconduccion de algunas actuaciones de las Hermandades contrarias a los intereses de la corona Asi el 25 de abril pidio la devolucion a Teresa de Zuniga condesa de Santa Marta a su hijo el conde Bernaldino Sarmiento y la Juan de Zuniga vizconde de Monterrey de qualesquier tierras y vasallos y fortalesas que lees tengades tomadas Del mismo modo el 19 de junio exigio que devolvieran la villa y castillo de Monterrey a Pedro de Estuniga que primeramente le habia sido arrebatada por su hermano Juan de Estuniga y a este mas tarde por la Hermandad Por eso ordeno a la Hermandad tornar e restituir apoderandole en la posesion della como a senor de la dicha villa segund que antes que fuese desposeido la tenia en lo qual me fareis agradable plaser e servicio por quanto el dicho Pedro de Estuniga es mi servidor e ha de guardar las cosas complideras a mi servicio e a la conservacion e guarda y acrecentamiento de esa Santa Hermandad Estructuracion y armamento editar nbsp Espadas del periodo final de la Edad Media Los irmandinos habian formado ejercitos en las comarcas que se juntaban para acometer grandes asedios o batallas implicando o pretendiendo implicar en alguna ocasion al conjunto de Galicia Existen pruebas de que la movilizacion fue bastante general en las ciudades y en el campo se perdieron cogidas por lo menos entre las personas comunes Es erronea la imagen de los irmandinos enfrentandose con aparatos agricolas contaban con experiencia militar previa en los ejercitos feudales y tenian armas en sus moradas La infanteria y la escasa caballeria de las milicias usarian las mismas armas que los ejercitos senoriales Por otro lado las villas contaban con armeros que las fabricaban Evolucion durante el triunfo de la revuelta editar El interclasismo del seno de la Hermandad nobleza alta y baja clero burgueses y campesinos no permitio posiblemente mantener su unidad despues del triunfo En 1469 las diferencias entre los miembros de las diferentes juntas entre algunas de ellas y entre los diversos grupos sociales integrados en ellas se tradujeron en claras confrontaciones En todo caso el desenlace final de la revuelta irmandina fue debido principalmente a circunstancias externas a Galicia Basicamente influyeron dos hechos que tuvieron lugar en la segunda mitad de 1468 el fallecimiento del infante Alfonso y la reconciliacion de Enrique IV con la nobleza opositora mediante el pacto de los toros de Guisando por el que Enrique reconocia como heredera del trono a su hermana Isabel de Castilla El contraataque de los senores editar nbsp Los soldados de Pedro Alvarez usaban arcabuces en la Segunda Guerra irmandina Lo de la imagen es de 1425 nbsp Alfonso V de Portugal quien ayudo a Pedro Madruga Esta situacion provoco que los senores gallegos prepararan su retorno reorganizandose y procurando apoyos Asi segun Vasco de Aponte en primavera de 1469 Pedro Alvarez de Soutomaior se reunio en Moncao con el arzobispo Fonseca y con Juan Pimentel acordando reunir sus tropas en las cercanias de Santiago de Compostela El acuerdo se llevo a cabo y despues de llegar estos bajo las ordenes de Soutomaior que habia entrado por Portugal al frente de 100 lanzas y unos 2000 peones en su camino junto al castro de la Framela tuvo que hacer frente a cuatro o cinco mil villanos y despues de vencerlos sorteo la ciudad de Pontevedra donde se encontraban los irmandinos al mando de Lope Perez Marino hijo de Paio Marino de Lobera 26 El ejercito de Fonseca Pimentel y Soutomaior con un total de trescientas lanzas entre castellanos portugueses y gallegos vencio en la batalla de Balmalige lugar aun indeterminado que aparece en la documentacion del Pleito Tabera Fonseca posiblemente en el entorno del monte Almaciga a diez mil irmandinos comandos por Pedro Osorio Esta victoria resulto al cabo decisiva pues dos meses mas tarde en julio de 1469 la ciudad de Santiago se vio obligada a abrir las puertas al arzobispo y despues se concertara con lana te la dice ciudad y lees juro sus costumbres y prebillegios de se los guardar y se lee habia entregado lana te la dice ciudad Se unieron a este ejercito las tropas de Fernan Perez de Andrade Sancho Sanchez de Ulloa Lope Perez de Moscoso y Gomez Perez de las Marinas Entonces desde Santiago de Compostela se encaminaron hacia los dominios de Andrade En el castro Gundian se encontraron con un ejercito irmandino mandado por Afonso de Lanzos que esperaba los refuerzos de Diego de Lemos Mas la batalla comenzo sin llegar los refuerzos y Alonso luego de un breve parlamento con Pedro Alvarez de Soutomaior opto por la retirada La llegada posterior de los refuerzos al mando de Diego de Lemos ya no tuvo consecuencias Luego de esta nueva derrota los senores liquidaron la resistencia irmandina en aquella zona aunque Pontedeume no fue entregada al de Andrade sino al arzobispo por decision de Afonso de Lanzos mortal enemigo del primero 27 El conde de Lemos regresaba tambien a Galicia por El Bierzo resistiendo a los irmandinos capitaneados por el fidalgo berciense Alvaro Sanchez al que despues mando matar con una saeta y a las gentes de Alvaro Perez Osorio conde de Trastamara y ahora marques de Astorga que habia apoyado la sublevacion 28 Con el conde de Lemos parece que retornaron tambien Pedro Pardo de Cela con Pedro Miranda Pedro Bolano y otros como Alonso Lopez de Lemos padre de Diego de Lemos Los primeros al parecer atacaron los nucleos irmandinos de Lugo y su comarca el ultimo por su parte lo hizo contra los que ocupaban las tierras de Lemos a los que parece que vencio en la parroquia de Vilamelle junto a Ferreira de Panton apoderandose de la villa de Monforte 29 Sin embargo los exitos en campo abierto de la caballeria feudal no existieron en el caso de las ciudades amuralladas lo que obligo a los senores mas importantes a pactar ayudados despues por algunos irmandinos sin solucion de continuidad a combatir a los nuevos enemigos compartidos Primero pacto el arzobispo Fonseca con Santiago de Compostela Pontevedra y demas villas de la Terra de Santiago y despues el conde de Lemos con Orense y Allariz contra el conde de Benavente El pacto de Fonseca con las ciudades irmandinas de la Terra de Santiago es hecho sobre la base de que Fonseca respetara los usos y costumbres urbanas y el acuerdo de no reedificar las fortificaciones que le habian sido derribadas lo que se reflejo mas de medio siglo despues en el pleito Tabera Fonseca Aun durante los anos 1470 y 1471 resistian las ciudades de La Coruna Puentedeume Vivero Ribadavia Lugo y Mondonedo En cualquier caso en poco tiempo la mayor parte de la Hermandad fue derrotada recuperando los grandes senores gallegos el control de sus antiguos dominios Consecuencias editarNo se registraron castigos ejemplares de los vencedores sobre los vasallos que se rebelaron Tal vez no fue posible por el caracter masivo del movimiento contra las fortificaciones y anti senorial Los portavoces posteriores de los vencedores como Vasco de Atribuyete y Felipe de lana Gandara tampoco dan fe de represalias 30 Tal vez contribuyo para la falta de represion el hecho de que previamente los irmandinos tampoco se habian vengado de los caballeros derrotados al lograr la victoria en 1467 Tal vez fue el sentido practico que transluce en la celebre respuesta del conde de Lemos a Pardo de Cela Cuando el mariscal lo instaba a llenar los robles de vasallos ahorcados el conde le respondio que no se iba a mantener de robles nbsp Fin de la Revuelta campesina de 1381 en Inglaterra En el caso ingles el final fue mas grave para los campesinos la mayoria de los lideres fueron capturados y ejecutados Las concesiones iniciales fueron revocadas y el impuesto origen de la revuelta fue nuevamente introducido Couselo Bouzas indica que la mayor parte de las testigos al respeto del pleito Tabera Fonseca se concentran en el ansia reconstrutora del conde de Lemos que obligaba la serventias de dos o tres dias por semana para lo cual debian llevar carro y bueyes y satisfacer dos reales para pagar a los encargados de la direccion de las obras El coste principal fue en serventias prestaciones personales que la mayoria de los senores impusieron a los vasallos para la reconstruccion de sus fortificaciones Setenta y tres fortificaciones menos de la mitad de las que fueron arrasadas fueron reconstruidas Influencias posteriores editarSin duda influyo en la decision de los Reyes Catolicos de pacificar el Reino de Galicia decretando la Doma y castracion del Reino de Galicia forzando el arrasamento de las fortificaciones de los nobles rebeldes La accion de los Reyes Catolicos en Galicia fue obviando por un momento a problematica cultural causada por ciertas acciones en palabras de Fernando Lojo vista en la mentalidad colectiva como una autentica liberacion y el inicio de la pacificacion del reino objetivo que habia buscado tambien con menos resultado la hermandad de 1467 Hasta cierto punto la revolucion Irmandina tuvo influencia incluso en la creacion en Castilla de un Estado Moderno por parte de los Reyes Catolicos En efecto como indica Carlos Barros un Estado Moderno sujeto la una monarquia absolutista solo se puede imponer una vez que los grupos populares derribaron irreversiblemente las fortalezas no solo las fisicas fortificaciones sino tambien eticas consentimiento del poder senorial 31 Referencias editar PALLARES MENDEZ M C PORTELA SILVA E De Xelmirez aos Irmandinos A Galicia feudal seculos XII XV A gran historia de Galicia Tomo V Volume 2 Arrecife Edicions Galegas 2007 ISBN 978 84 96931 10 7 BLICKLE P 1997 Resistance Representation and Community Representation and Community European ScienceFoundation ISBN 0 19 820548 1 Lss primeras revueltas medievales ya tuvieron lugar en Europa durante la segunda mitad del siglo XIV despues de la peste negra de 1348 la Jacquerie en Francia en 1358 o la revuelta campesina de 1381 en Inglaterra PALENCIA A de 1904 Cronica de Enrique IV MORALES MUNIZ D C 1988 El principe don Alfonso de Avila rey de Castilla PORTELA PAZOS S Galicia en tiempo de los Fonseca Su lealtad a la causa de D Alfonso se sostiene en LoPEZ FERREIRO A 1896 Galicia en el ultimo tercio del siglo XV mientras que su lealtad a D Enrique es defendida en FRANCO SILVA A 1982 El senorio de Villafranca del Bierzo Boletin de la Real Academia de la Historia GARCIA DE SALAZAR L 1971 Bienandanzas e fortunas A Rodriguez Herrero Bilbao GUTIERREZ NIETO J A 1975 Puntos de aproximacion en torno al movimiento hirmandino relaciones entre la Santa Hermandad y la Santa Irmandade Actas de las I Jornadas de metodologia aplicada de Ciencias Historicas OLIVERA SERRANO C 1990 La ausencia de Galicia en las cortes del siglo XV Galicia en la Edad Media p 320 321 Cronica de Enrique IV BAE num 257 1973 p 191 192 TBD 1901 Galicia Historica vol I p 19 27 PARDO DE GUEVARA E 2000 Los Senores de Galicia Tenentes y condes de Lemos en la Edad Media coleccion Galicia Historica RODRIGUEZ GONZALEZ A Las fortalezas de la mitra compostelana y los irmandinos 84 85728 39 X Pedro Maldonado vecino de Zamora e diputado de la Santa Hermandad della y Alfonso Fernandez da Madalena vecino tambien de Zamora e cuadrillero de la dicha Santa Hermandad de la dicha cibdad LoPEZ CARREIRA A Os irmandinos Textos documentos e bibliografia COUSELO BOUZAS J La guerra hermandina BECEIRO PITA I La rebelion irmandina Coleccion Arealonga VAZQUEZ R 1467 1468 Cronica de Santa Maria de Iria SALVADO MARTINEZ V 1943 El mariscal don Suero Gomez de Sotomayor Museo de Pontevedra 2 VAAMONDE LORES C Gomez Perez das Marinas y sus descendientes p 18 21 BARROS C Os irmandinos da Terra de Lemos Archivado el 8 de junio de 2008 en Wayback Machine Afonso do Campo escudeiro lugues participante na grande revolta LOJO PINEIRO F 1991 A violencia na Galicia do seculo XV Universidad de Santiago de Compostela PARDO DE GUEVARA E Notas para una relectura del fenomeno hermandino doc IV APONTE V de Relacion de algunas casas y linajes del reino de Galicia Malia todo Lanzos foi perseguido e apresado por Fernan Perez Parragues que o entregou a Fernan Perez de Andrade Arma que remata en punta nun extremo e que se tira cun arco Digalego com enlace roto disponible en Internet Archive vease el historial la primera version y la ultima GANDARA F de la Armas y Triunfos Hechos heroicos de los hijos de Galicia Nombrado cronista oficial de Galicia por la Xunta de Galicia en 1654 Barros Guimerans Carlos Viva El Rei Ensaios Medievais ISBN 84 7507 961 X capitulo Os senores que foron Vease tambien editar nbsp Wikimedia Commons alberga una categoria multimedia sobre Gran Guerra Irmandina nbsp Datos Q20088734 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Gran Guerra Irmandina amp oldid 156104807, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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