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Ubi arcano Dei consilio

Ubi arcano Dei consilio (en español, Por el inescrutable designio divino) es la primera encíclica que Pío XI escribió tras su elección el 6 de febrero de 1922. En ella expone la grandeza y la gravedad del momento histórico, y presenta lo que sería el lema de su pontificado, la paz de Cristo en el reino de Cristo.

Ubi arcano Dei consilio
Encíclica del papa Pío XI
23 de diciembre de 1922, año I de su Pontificado

Pax Christi in regno Christi
Español Por el inescrutable designio divino
Publicado Acta Apostolicae Sedis, vol. 14, pp. 673-700 (en latín) y vol. 15, pp. 1-26 (en italiano)
Destinatario A Patriarcas, Arzobispos, Obispos y a los demás Ordinarios locales
Argumento Manifiesta los deseos de su pontificado, la paz de Cristo en el reino de Cristo
Ubicación Original en latín
Sitio web Versión no oficial en español
Cronología
Documentos pontificios
Constitución apostólicaMotu proprioEncíclicaExhortación apostólicaCarta apostólicaBreve apostólicoBula

Inicio del pontificado editar

Tras la muerte de Benedicto XV, el 22 de enero de 1922, el Cónclave convocado para elegir a su sucesor dio comienzo el 2 de febrero y en su quinto día, el 6 de febrero, eligió papa al cardenal Achile Ratti, un hombre de estudio, de una gran cultura, con doctorados en Derecho Canónico y Teología y licenciatura en Filosofía; con experiencia en los asuntos de la curia romana, y en la diplomacia de la Santa Sede, pero su experiencia pastoral y cardenalicia se limitaba a unos pocos meses: había sino nombrado arzobispo de Milán, el año anterior.

Su pontificado comenzaba cuando empezaba a ponerse de manifiesto la quiebra del tratado de Versalles (firmado el 28.06.1918), pues las condiciones económicas que se exigían a Alemania no podían ser satisfechas por este país; y la Sociedad de Naciones -a pesar de su éxito al evitar algunas conflictos internacionales- encontraba dificultades para salvaguardar la paz objetivo principal para la que había sido creada.

Contenido de la encíclica editar

La encíclica se desarrolla a lo largo de párrafos que no aparecen numerados en el original,[1]​ sin que formalmente se marque una estructura clara, sin embargo, en su discurso pueden distinguirse cuatro partes: I) una introducción en la que Pío XI comenta brevemente las cuestiones que ha debido atender desde su elección, II) una exposición de los males con los que se enfrenta la sociedad en esos momentos y la causa de esos males, III) Los remedios que propone. y IV) Programa de su pontificado.

I. Introducción editar

Ubi arcano Dei consilio ac nutu Nos, qui nullis sane meritis commendaremur, ad hanc et veritatis cathedram et caritatis evecti sumus, habuimus in animo, venerabiles fratres, vos unaque Nostros dilectos filios, quotquot sunt vestris proxime demandati curis, quamprimum per amantissimas litteras universos alloqui.
Desde el momento en que por inescrutable designio de Dios Nos vimos exaltados, sin mérito alguno, a esta Cátedra de verdad y caridad, fue Nuestro ánimo, Venerables Hermanos, dirigiros cuanto antes y con el mayor afecto Nuestra palabra, y con vosotros a todos Nuestros amados hijos confiados directamente a vuestros cuidados.
Ubi arcano Dei consilio, §1

Sin embargo, explica el papa, hasta ahora -al llegar la celebración del Nacimiento de Nuestro Señor- no le ha sido posible pues, además de corresponder a las innumerables cartas de los católicos que recibió, tuvo que proseguir con importantes cuestiones que estaban ya incoadas: la situación de los cristianos y las Iglesias de Tierra Santa, defender la causa de la caridad junto con la justicia en las conferencias de las naciones vencedoras en la Gran Guerra, procurar el socorro de la inmensas muchedumbres consumidas por el hambre, implorando además esos socorros en todo el munndo.

Junto a esas tareas, otros acontecimientos llenaron al papa de gozo, pues tanto el XVI Congreso Eucarístico Internacional como el III Centenario de Propaganda Fide, le dio la oportunidad de hablar con cada uno de los cardenales y con muchos obispos, pudiendo mantener audiencias con grandes muchedumbres de fieles. También en este tiempo, la imagen de Nuestra Señora de Loreto ha sido repuesta en su santuario, una vez restaurados los destrozos causados por el incendio; el recorrido de la imagen, consagrada por el papa en el Vaticano, hasta su santuario le ha permitido comprobar la religiosidad de todos los pueblos por los que ha pasado.

II. Los males presentes y su causa editar

El fin de la Gran Guerra no ha supuesto la llegada de la paz, en Oriente se levantan peligros de nuevas guerras, y allí mismo todo está lleno de horrores, miserias, hambre y saqueos. Las viejas rivalidades no se han apagado, y se muestran en la economía, en la prensa, y aún en las artes y las letras. Se acepta en la práctica la lucha de clases, a la que se añaden las luchas de partido que en vez de buscar el bien público, se encaminan al logro del propio provecho. Esos males han penetrado en las mismas raíces de la sociedad, es decir hasta en las familias.

«Cuya degradación, iniciada hace ya tiempo, ha sido como muy favorecida por el terrible azote de la guerra, merced al alejamiento del techo doméstico de los padres y de los hijos, y merced a la licencia de las costumbres, en muchos modos aumentada. Así se ve muchas veces olvidado el honor en que debe tenerse la autoridad paterna; desatendidos los vínculos de la sangre: los amos y criados se miran como adversarios; se viola con demasiada frecuencia la misma fe conyugal, y son conculcados los deberes que el matrimonio impone ante Dios y ante la sociedad.»
Ubi arcano Dei consilio, p.13

Esa falta de paz repercute en los individuos que se llenan de inquietud de animo, y esto les hace exigentes y díscolos; se desprecia la obediencia y el trabajo; y simultáneamente aumenta el número de los que se ven reducidos a la misería, engrosando el número de los perturbadores del orden. Los deberes cristitanos se olvidan, se mantienen sin abrir y destinarse al culto iglesias que durante la guerra se destinaron a usos profanos, se mantienen cerrados seminarios y abandonadas algunas tierras de misión. No obstante en esta situación, señala el papa:

«Es cierto que estos daños los vemos compensados también en alguna parte con excelentes frutos, porque apareció entonces más en el corazón del Clero el amor a la patria y la conciencia de todos sus deberes, de modo que muchas almas, a las puertas mismas de la muerte, admirando en el trato cotidiano los hermosos ejemplos de magnanimidad y de trabajo del Clero, se llegaron de nuevo al sacerdocio y a la Iglesia. Pero en esto hemos de admirar la bondad de Dios, que aun del mal sabe sacar bien.»
Ubi arcano Dei consilio, §#

Expone a continuación la causa de esos males: "¿De dónde nacen las guerras y contiendas entre nosotros?, ¿No es verdad que de vuestras pasiones?[2]. Esa pérdida de la paz es efecto de la triple concupiscencia[3]

«Porque la concupiscencia de la carne, o sea el deseo de placeres, es la peste más funesta que se puede pensar para perturbar las familias y la misma sociedad: de la concupiscencia de los ojos, o sea de la codicia de poseer, nacen las despiadadas luchas de las clases sociales, atento cada cual en demasía a sus propios intereses; y la soberbia de vida es decir, el ansia de mandar a los demás, ha llevado a los partidos políticos a contiendas tan encarnizadas, que no se detienen ni ante la rebelión, ni ante el crimen de lesa majestad, ni ante el parricidio mismo de la patria.»
Ubi arcano Dei consilio, §§§22

Hay un consciente olvido de Dios, arrojándolo de las leyes y del gobierno, queriendo hacer derivar la autoridad no de Dios, sino de los hombres, lo que ha dado lugar a la pérdida de los mismos fundamentos de la autoridad. Se ha querido prescindir de Él y de Jesucristo en la educación de la juventud, y no solo se ha excluido la religión de la escuelas, sino que en ella se ha combatido la religión. Pero esta ausencia ha impedido la educación de la conciencia de los jóvenes, de modo que difícilmente se ve el modo de que se puedan formar para la familia y para la sociedad hombres aptos y útiles para la común prosperidad.

III. Remedios a estos males editar

«Y ante todo es necesario que la paz reine en los corazones. Porque de poco valdría una exterior apariencia de paz, que hace que los hombres se traten mutuamente con urbanidad y cortesía, sino que es necesaria una paz que llegue al espíritu, los tranquilice e incline y disponga a los hombres a una mutua benevolencia fraternal. Y no hay semejante paz si no es la de Cristo; y "la paz de Cristo triunfe en nuestros corazones";[4]​ ni puede ser otra "la paz suya, la que Él da a los suyos",[5]​ ya que siendo Dios, "ve los corazones",[6]​ y en los corazones tiene su reino.»
Ubi arcano Dei consilio, §#

La paz de Cristo no puede apartarse de la justicia, pero suavizada por la caridad permite reconciliar a los hombres entre sí. De este modo la paz de Cristo fortalece el orden social, y es garantía de derecho y tiene como fruto la caridad, que fortalece el orden social y fortaleciendo la dignidad del hombre le hace apreciar el valor de la autoridad. Solo cuando las sociedades y los estados decidan atenerse en sus relaciones interiores y exteriores a estas enseñanzas, podrán gozar de la paz, y resolver pacíficamente sus diferencias. Por lo demás, Cristo entregó estas enseñanzas a la Iglesia, instituida como su único intérprete, por esto las enseñanzas de la Iglesia aseguran la paz,

«Síguese, pues, que la paz digna de tal nombre, es a saber, la tan deseada paz de Cristo, no puede existir si no se observan fielmente por todos en la vida pública y en la privada las enseñanzas, los preceptos y los ejemplos de Cristo: y una vez así constituida ordenadamente la sociedad, pueda por fin la Iglesia, desempeñando su divino encargo, hacer valer los derechos todos de Dios, los mismo sobre los individuos que sobre las sociedades. »En esto consiste lo que con dos palabras llamamos Reino de Cristo. Ya que reina Jesucristo en la mente de los individuos, por sus doctrinas, reina en los corazones por la caridad, reina en toda la vida humana por la observancia de sus leyes y por la imitación de sus ejemplos.»
Ubi arcano Dei consilio, §#

IV. Programa de su pontificado editar

Presentado así el lema de su pontificado -la paz de Cristo en el reino de Cristo- el papa pasa a exponer las líneas de su pontificado, con las que continua el propósito de Pío X, "restaurar todas las cosas en Cristo[7]​ ", tal como fue seguido por Benedicto XV. Desea para ello contar con la cooperación de los obispos, «puestos por el Espíritu Santo para regir la Iglesia de Dios», a los que transmite su deseo de convocarles en Roma para hallar reparo a la situación que atraviesa la humanidad, esto supondría dar continuidad al Concilio Vaticano I, que no llegó a completarse, pero considera que no ha llegado aún el momento de hacerlo. Enumera a continuación las obras de celo y las asociaciones de clérigos y laicos que han ido apareciendo en los últimos años, alentando a los obispos a proseguir en esa línea, alentando las obras de apostolado y les pide que transmitan a sus sacerdotes

«Que Nos, testigo y compañero en otro tiempo y partícipe de los trabajos denodadamente tomados en pro de la grey de Cristo, siempre tuvimos y tenemos en grande estima su magnanimidad en soportar los trabajos, y su industria en hallar siempre nuevos medios de subvenir a las nuevas necesidades que consigo trae el cambio de los tiempos, y que ellos estarán unidos a Nos con vínculo más estrecho de unidad y Nos a ellos con el de la paternal benevolencia, cuanto con adhesión más pronta y apretada, mediante una vida santa y una obediencia perfecta, se unan como al mismo Cristo a sus pastores, que son sus guías y maestros.»
Ubi arcano Dei consilio, §56

Cuenta también para esta tarea con el clero regular, así como con los seglares que con todo mérito se les debe llamar «linaje escogido, una clase de sacerdotes reyes, gente santa, pueblo de conquista»,[8]​ pues en todos los fieles -sacerdotes y laicos- florece una cierta igualdad de derechos, pues todos están condecorados con la sangre de Cristo. Ante la necesidad de llevar adelante esta tarea eclesial, es preciso precaverse de una especial de modernismo moral, jurídico y social, que hace que aquellos que afirman profesar la doctrinas católicas,

«en sus conversaciones, en sus escritos y en toda su manera de proceder no se portan de otro modo que si las enseñanzas y preceptos promulgados tantas veces por los Sumos Pontífices, especialmente por León XIII, Pío X y Benedicto XV, hubieran perdido su fuerza primitiva o hubieran caído en desuso [...]. Hay, pues, que traer a la memoria las doctrinas y preceptos que hemos dicho; hay que avivar en todos el mismo ardor de la fe y de la caridad divina, que es el único que puede abrir la inteligencia de aquellas y urgir la observancia de éstos. . Lo cual queremos que se lleve a cabo sobre todo en la educación de la juventud cristiana, y todavía más en especial en aquella que se está formando para el sacerdocio.»
Ubi arcano Dei consilio §60-62

El papa señala la labor que debe realizarse para atraer a los que están fuera de la Iglesia, tanto a los que desconocen totalmente a Cristo, como a los que conservan integra la doctrina o la unidad. Este objetivo le hace contemplar con gozo y como un augurio de una futura unidad, el aprecio universal hacia la Santa Sede manifestado en que muchas naciones a resstablecido las antiguas relaciones con la Sede Apostólica. Recuerda el papa la relación que debe existir entre el poder eclesiástico y el civil, por esto aunque

«la Iglesia mira como cosa vedada el inmiscuirse sin razón en el arreglo de estos negocios terrenos y meramente políticos, sin embargo, con todo derecho se esfuerza para que el poder civil no tome de ahí pretexto; o para oponerse de cualquier manera a aquellos bienes más elevados de que depende la salvación eterna de los hombres, o para intentar su daño y perdición con leyes y decretos inicuos, o para poner en peligro la constitución divina de la Iglesia, o finalmente, para conculcar los sagrados derechos del mismo Dios en la sociedad civil.»
Ubi arcano Dei consilio, §66

Tomando ocasión de esas palabras el papa se extiende manifestado su dolor por la falta de esa misma relación con Italia a causa de la situación a la que ha quedado sometida la sede apostólica, que por su origen y naturaleza divina no puede parecer hallarse sujeta a ningún poder ni ley humana, no bastando que este poder prometa proteger la libertad del romano pontífice. Como heredero de los pensamientos y deberes de sus Antecesores, renueva la protesta que estos hicieron en defensa de la dignidad de la sede apostólica. Muestra el papa su deseo de llegar a un arreglo pacífico de la cuestión romana,[9]​ añadiendo que

«A Dios, omnipotente y misericordioso, toca el hacer que llegue por fin a alborear día tan alegre, que será muy fecundo en toda clase de bienes, ya para la restauración del reino de Cristo, ya para el arreglo de los asuntos de Italia y del mundo entero; y para que no quede frustrado, trabajen diligentemente todos los hombres de recto sentir.»
Ubi arcano Dei consilio §70

Pío XI concluye esta su primera encíclica, con una oración por la paz en la Navidad, ya próxima, y con su bendición apostólica dirigida a los obispos, al clero y a todo el pueblo.

Notas y referencias editar

  1. En las citas de la encíclica que se incluyen se indica un número que correspondería al ordinal del párrafo en que se encuentra ese texto.
  2. St 4,1
  3. San Juan expone en su primera epístola esa triple concupiscencia: “Todo lo que hay en el mundo, concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y orgullo de la vida" (1 Jn 2, 16)
  4. Col 3, 15.
  5. Jn 14, 17.
  6. 1 Reg 16, 7
  7. Ephes 1,10.
  8. I Pt 2, 9
  9. El papa no utiliza en la encíclica la expresión cuestión romana, pero expone de modo rotundo, el problema que supone para el Romano Pontífice la usurpación violenta de los Estados Pontificios

Véase también editar

Enlaces externos editar

  • Ubi arcano Dei consilio:
    • original en latín
    • versión no oficial en español
  •   Datos: Q1225135

arcano, consilio, español, inescrutable, designio, divino, primera, encíclica, pío, escribió, tras, elección, febrero, 1922, ella, expone, grandeza, gravedad, momento, histórico, presenta, sería, lema, pontificado, cristo, reino, cristo, encíclica, papa, pío, . Ubi arcano Dei consilio en espanol Por el inescrutable designio divino es la primera enciclica que Pio XI escribio tras su eleccion el 6 de febrero de 1922 En ella expone la grandeza y la gravedad del momento historico y presenta lo que seria el lema de su pontificado la paz de Cristo en el reino de Cristo Ubi arcano Dei consilioEnciclica del papa Pio XI 23 de diciembre de 1922 ano I de su PontificadoPax Christi in regno ChristiEspanolPor el inescrutable designio divinoPublicadoActa Apostolicae Sedis vol 14 pp 673 700 en latin y vol 15 pp 1 26 en italiano DestinatarioA Patriarcas Arzobispos Obispos y a los demas Ordinarios localesArgumentoManifiesta los deseos de su pontificado la paz de Cristo en el reino de CristoUbicacionOriginal en latinSitio webVersion no oficial en espanolCronologiaFausto appetente die Rerum omnium perturbationemDocumentos pontificiosConstitucion apostolica Motu proprio Enciclica Exhortacion apostolica Carta apostolica Breve apostolico Bula editar datos en Wikidata Indice 1 Inicio del pontificado 2 Contenido de la enciclica 2 1 I Introduccion 2 2 II Los males presentes y su causa 2 3 III Remedios a estos males 2 4 IV Programa de su pontificado 3 Notas y referencias 4 Vease tambien 5 Enlaces externosInicio del pontificado editarArticulos principales Pio XIy Conclave de 1922 Tras la muerte de Benedicto XV el 22 de enero de 1922 el Conclave convocado para elegir a su sucesor dio comienzo el 2 de febrero y en su quinto dia el 6 de febrero eligio papa al cardenal Achile Ratti un hombre de estudio de una gran cultura con doctorados en Derecho Canonico y Teologia y licenciatura en Filosofia con experiencia en los asuntos de la curia romana y en la diplomacia de la Santa Sede pero su experiencia pastoral y cardenalicia se limitaba a unos pocos meses habia sino nombrado arzobispo de Milan el ano anterior Su pontificado comenzaba cuando empezaba a ponerse de manifiesto la quiebra del tratado de Versalles firmado el 28 06 1918 pues las condiciones economicas que se exigian a Alemania no podian ser satisfechas por este pais y la Sociedad de Naciones a pesar de su exito al evitar algunas conflictos internacionales encontraba dificultades para salvaguardar la paz objetivo principal para la que habia sido creada Contenido de la enciclica editarLa enciclica se desarrolla a lo largo de parrafos que no aparecen numerados en el original 1 sin que formalmente se marque una estructura clara sin embargo en su discurso pueden distinguirse cuatro partes I una introduccion en la que Pio XI comenta brevemente las cuestiones que ha debido atender desde su eleccion II una exposicion de los males con los que se enfrenta la sociedad en esos momentos y la causa de esos males III Los remedios que propone y IV Programa de su pontificado I Introduccion editar Ubi arcano Dei consilio ac nutu Nos qui nullis sane meritis commendaremur ad hanc et veritatis cathedram et caritatis evecti sumus habuimus in animo venerabiles fratres vos unaque Nostros dilectos filios quotquot sunt vestris proxime demandati curis quamprimum per amantissimas litteras universos alloqui Desde el momento en que por inescrutable designio de Dios Nos vimos exaltados sin merito alguno a esta Catedra de verdad y caridad fue Nuestro animo Venerables Hermanos dirigiros cuanto antes y con el mayor afecto Nuestra palabra y con vosotros a todos Nuestros amados hijos confiados directamente a vuestros cuidados Ubi arcano Dei consilio 1 Sin embargo explica el papa hasta ahora al llegar la celebracion del Nacimiento de Nuestro Senor no le ha sido posible pues ademas de corresponder a las innumerables cartas de los catolicos que recibio tuvo que proseguir con importantes cuestiones que estaban ya incoadas la situacion de los cristianos y las Iglesias de Tierra Santa defender la causa de la caridad junto con la justicia en las conferencias de las naciones vencedoras en la Gran Guerra procurar el socorro de la inmensas muchedumbres consumidas por el hambre implorando ademas esos socorros en todo el munndo Junto a esas tareas otros acontecimientos llenaron al papa de gozo pues tanto el XVI Congreso Eucaristico Internacional como el III Centenario de Propaganda Fide le dio la oportunidad de hablar con cada uno de los cardenales y con muchos obispos pudiendo mantener audiencias con grandes muchedumbres de fieles Tambien en este tiempo la imagen de Nuestra Senora de Loreto ha sido repuesta en su santuario una vez restaurados los destrozos causados por el incendio el recorrido de la imagen consagrada por el papa en el Vaticano hasta su santuario le ha permitido comprobar la religiosidad de todos los pueblos por los que ha pasado II Los males presentes y su causa editar El fin de la Gran Guerra no ha supuesto la llegada de la paz en Oriente se levantan peligros de nuevas guerras y alli mismo todo esta lleno de horrores miserias hambre y saqueos Las viejas rivalidades no se han apagado y se muestran en la economia en la prensa y aun en las artes y las letras Se acepta en la practica la lucha de clases a la que se anaden las luchas de partido que en vez de buscar el bien publico se encaminan al logro del propio provecho Esos males han penetrado en las mismas raices de la sociedad es decir hasta en las familias Cuya degradacion iniciada hace ya tiempo ha sido como muy favorecida por el terrible azote de la guerra merced al alejamiento del techo domestico de los padres y de los hijos y merced a la licencia de las costumbres en muchos modos aumentada Asi se ve muchas veces olvidado el honor en que debe tenerse la autoridad paterna desatendidos los vinculos de la sangre los amos y criados se miran como adversarios se viola con demasiada frecuencia la misma fe conyugal y son conculcados los deberes que el matrimonio impone ante Dios y ante la sociedad Ubi arcano Dei consilio p 13 Esa falta de paz repercute en los individuos que se llenan de inquietud de animo y esto les hace exigentes y discolos se desprecia la obediencia y el trabajo y simultaneamente aumenta el numero de los que se ven reducidos a la miseria engrosando el numero de los perturbadores del orden Los deberes cristitanos se olvidan se mantienen sin abrir y destinarse al culto iglesias que durante la guerra se destinaron a usos profanos se mantienen cerrados seminarios y abandonadas algunas tierras de mision No obstante en esta situacion senala el papa Es cierto que estos danos los vemos compensados tambien en alguna parte con excelentes frutos porque aparecio entonces mas en el corazon del Clero el amor a la patria y la conciencia de todos sus deberes de modo que muchas almas a las puertas mismas de la muerte admirando en el trato cotidiano los hermosos ejemplos de magnanimidad y de trabajo del Clero se llegaron de nuevo al sacerdocio y a la Iglesia Pero en esto hemos de admirar la bondad de Dios que aun del mal sabe sacar bien Ubi arcano Dei consilio Expone a continuacion la causa de esos males De donde nacen las guerras y contiendas entre nosotros No es verdad que de vuestras pasiones 2 Esa perdida de la paz es efecto de la triple concupiscencia 3 Porque la concupiscencia de la carne o sea el deseo de placeres es la peste mas funesta que se puede pensar para perturbar las familias y la misma sociedad de la concupiscencia de los ojos o sea de la codicia de poseer nacen las despiadadas luchas de las clases sociales atento cada cual en demasia a sus propios intereses y la soberbia de vida es decir el ansia de mandar a los demas ha llevado a los partidos politicos a contiendas tan encarnizadas que no se detienen ni ante la rebelion ni ante el crimen de lesa majestad ni ante el parricidio mismo de la patria Ubi arcano Dei consilio 22 Hay un consciente olvido de Dios arrojandolo de las leyes y del gobierno queriendo hacer derivar la autoridad no de Dios sino de los hombres lo que ha dado lugar a la perdida de los mismos fundamentos de la autoridad Se ha querido prescindir de El y de Jesucristo en la educacion de la juventud y no solo se ha excluido la religion de la escuelas sino que en ella se ha combatido la religion Pero esta ausencia ha impedido la educacion de la conciencia de los jovenes de modo que dificilmente se ve el modo de que se puedan formar para la familia y para la sociedad hombres aptos y utiles para la comun prosperidad III Remedios a estos males editar Y ante todo es necesario que la paz reine en los corazones Porque de poco valdria una exterior apariencia de paz que hace que los hombres se traten mutuamente con urbanidad y cortesia sino que es necesaria una paz que llegue al espiritu los tranquilice e incline y disponga a los hombres a una mutua benevolencia fraternal Y no hay semejante paz si no es la de Cristo y la paz de Cristo triunfe en nuestros corazones 4 ni puede ser otra la paz suya la que El da a los suyos 5 ya que siendo Dios ve los corazones 6 y en los corazones tiene su reino Ubi arcano Dei consilio La paz de Cristo no puede apartarse de la justicia pero suavizada por la caridad permite reconciliar a los hombres entre si De este modo la paz de Cristo fortalece el orden social y es garantia de derecho y tiene como fruto la caridad que fortalece el orden social y fortaleciendo la dignidad del hombre le hace apreciar el valor de la autoridad Solo cuando las sociedades y los estados decidan atenerse en sus relaciones interiores y exteriores a estas ensenanzas podran gozar de la paz y resolver pacificamente sus diferencias Por lo demas Cristo entrego estas ensenanzas a la Iglesia instituida como su unico interprete por esto las ensenanzas de la Iglesia aseguran la paz Siguese pues que la paz digna de tal nombre es a saber la tan deseada paz de Cristo no puede existir si no se observan fielmente por todos en la vida publica y en la privada las ensenanzas los preceptos y los ejemplos de Cristo y una vez asi constituida ordenadamente la sociedad pueda por fin la Iglesia desempenando su divino encargo hacer valer los derechos todos de Dios los mismo sobre los individuos que sobre las sociedades En esto consiste lo que con dos palabras llamamos Reino de Cristo Ya que reina Jesucristo en la mente de los individuos por sus doctrinas reina en los corazones por la caridad reina en toda la vida humana por la observancia de sus leyes y por la imitacion de sus ejemplos Ubi arcano Dei consilio IV Programa de su pontificado editar Presentado asi el lema de su pontificado la paz de Cristo en el reino de Cristo el papa pasa a exponer las lineas de su pontificado con las que continua el proposito de Pio X restaurar todas las cosas en Cristo 7 tal como fue seguido por Benedicto XV Desea para ello contar con la cooperacion de los obispos puestos por el Espiritu Santo para regir la Iglesia de Dios a los que transmite su deseo de convocarles en Roma para hallar reparo a la situacion que atraviesa la humanidad esto supondria dar continuidad al Concilio Vaticano I que no llego a completarse pero considera que no ha llegado aun el momento de hacerlo Enumera a continuacion las obras de celo y las asociaciones de clerigos y laicos que han ido apareciendo en los ultimos anos alentando a los obispos a proseguir en esa linea alentando las obras de apostolado y les pide que transmitan a sus sacerdotes Que Nos testigo y companero en otro tiempo y participe de los trabajos denodadamente tomados en pro de la grey de Cristo siempre tuvimos y tenemos en grande estima su magnanimidad en soportar los trabajos y su industria en hallar siempre nuevos medios de subvenir a las nuevas necesidades que consigo trae el cambio de los tiempos y que ellos estaran unidos a Nos con vinculo mas estrecho de unidad y Nos a ellos con el de la paternal benevolencia cuanto con adhesion mas pronta y apretada mediante una vida santa y una obediencia perfecta se unan como al mismo Cristo a sus pastores que son sus guias y maestros Ubi arcano Dei consilio 56 Cuenta tambien para esta tarea con el clero regular asi como con los seglares que con todo merito se les debe llamar linaje escogido una clase de sacerdotes reyes gente santa pueblo de conquista 8 pues en todos los fieles sacerdotes y laicos florece una cierta igualdad de derechos pues todos estan condecorados con la sangre de Cristo Ante la necesidad de llevar adelante esta tarea eclesial es preciso precaverse de una especial de modernismo moral juridico y social que hace que aquellos que afirman profesar la doctrinas catolicas en sus conversaciones en sus escritos y en toda su manera de proceder no se portan de otro modo que si las ensenanzas y preceptos promulgados tantas veces por los Sumos Pontifices especialmente por Leon XIII Pio X y Benedicto XV hubieran perdido su fuerza primitiva o hubieran caido en desuso Hay pues que traer a la memoria las doctrinas y preceptos que hemos dicho hay que avivar en todos el mismo ardor de la fe y de la caridad divina que es el unico que puede abrir la inteligencia de aquellas y urgir la observancia de estos Lo cual queremos que se lleve a cabo sobre todo en la educacion de la juventud cristiana y todavia mas en especial en aquella que se esta formando para el sacerdocio Ubi arcano Dei consilio 60 62 El papa senala la labor que debe realizarse para atraer a los que estan fuera de la Iglesia tanto a los que desconocen totalmente a Cristo como a los que conservan integra la doctrina o la unidad Este objetivo le hace contemplar con gozo y como un augurio de una futura unidad el aprecio universal hacia la Santa Sede manifestado en que muchas naciones a resstablecido las antiguas relaciones con la Sede Apostolica Recuerda el papa la relacion que debe existir entre el poder eclesiastico y el civil por esto aunque la Iglesia mira como cosa vedada el inmiscuirse sin razon en el arreglo de estos negocios terrenos y meramente politicos sin embargo con todo derecho se esfuerza para que el poder civil no tome de ahi pretexto o para oponerse de cualquier manera a aquellos bienes mas elevados de que depende la salvacion eterna de los hombres o para intentar su dano y perdicion con leyes y decretos inicuos o para poner en peligro la constitucion divina de la Iglesia o finalmente para conculcar los sagrados derechos del mismo Dios en la sociedad civil Ubi arcano Dei consilio 66 Tomando ocasion de esas palabras el papa se extiende manifestado su dolor por la falta de esa misma relacion con Italia a causa de la situacion a la que ha quedado sometida la sede apostolica que por su origen y naturaleza divina no puede parecer hallarse sujeta a ningun poder ni ley humana no bastando que este poder prometa proteger la libertad del romano pontifice Como heredero de los pensamientos y deberes de sus Antecesores renueva la protesta que estos hicieron en defensa de la dignidad de la sede apostolica Muestra el papa su deseo de llegar a un arreglo pacifico de la cuestion romana 9 anadiendo que A Dios omnipotente y misericordioso toca el hacer que llegue por fin a alborear dia tan alegre que sera muy fecundo en toda clase de bienes ya para la restauracion del reino de Cristo ya para el arreglo de los asuntos de Italia y del mundo entero y para que no quede frustrado trabajen diligentemente todos los hombres de recto sentir Ubi arcano Dei consilio 70 Pio XI concluye esta su primera enciclica con una oracion por la paz en la Navidad ya proxima y con su bendicion apostolica dirigida a los obispos al clero y a todo el pueblo Notas y referencias editar En las citas de la enciclica que se incluyen se indica un numero que corresponderia al ordinal del parrafo en que se encuentra ese texto St 4 1 San Juan expone en su primera epistola esa triple concupiscencia Todo lo que hay en el mundo concupiscencia de la carne concupiscencia de los ojos y orgullo de la vida 1 Jn 2 16 Col 3 15 Jn 14 17 1 Reg 16 7 Ephes 1 10 I Pt 2 9 El papa no utiliza en la enciclica la expresion cuestion romana pero expone de modo rotundo el problema que supone para el Romano Pontifice la usurpacion violenta de los Estados PontificiosVease tambien editarPio XI 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