Pro Archia Poeta
La obra de Cicerón Pro Archia Poeta ('En defensa del poeta Arquías') es un discurso en defensa del poeta A. Licinio Arquías, acusado de no ser ciudadano romano. Se cree que esta acusación fue un movimiento político para atacar indirectamente a Lucio Licinio Lúculo a través de su amigo Arquías. El poeta era originario de Grecia, pero llevaba mucho tiempo viviendo en Roma. Una carta de Cicerón a Tito Pomponio Atico al año siguiente del juicio hace mención a Arquías, pero no existen evidencias de cual fue el resultado del juicio. El discurso fue redescubierto en Lieja por Petrarca en 1333.[1]
Pro Archia Poeta | ||
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de Marco Tulio Cicerón | ||
Edición original en latín | ||
Título original | Pro Archia Poeta | |
Fecha de publicación | 62 a. C. | |
Edición traducida al español | ||
Título | En defensa del poeta Arquías | |
Contexto histórico
Licinio Arquías nació en Antioquía alrededor del año 120 a. C. y llegó a Roma en el 102. Allí empezó a ganarse la vida como poeta y se ganó el mecenazgo del general romano y político Lucio Licinio Lúculo. Arquías escribió poemas de las hazañas militares del general y en el año 93 a. C., Lúculo le ayudó a conseguir la ciudadanía del municipio de Heraclea. A partir de entonces, Arquías se quedó residiendo permanentemente en Roma para prepararse para conseguir la ciudadanía romana. Fue en Roma cuando Arquías se convirtió en el mentor y profesor de Cicerón en sus primeros años de educación en retórica.
Arquías sería elegible para la ciudadanía romana bajo al Lex Iulia de Civitate Latinis Danda, en el 90 a. C. y la Lex Plautia Papiria de Civitate Sociis Danda, en el 89 a. C. La Lex Iulia daba la ciudadanía romana a todos los ciudadanos de municipios de la península Itálica, si se podía probar que no habían luchado contra Roma en la Guerra Social.
Bases del enjuiciamiento y la defensa
En el año 65 a. C., el senado romano aprobó la Lex Papia de Peregrinis, que perseguía falsos testimonios de la ciudadanía y expulsaban a los extranjeros de Roma. Probablemente Arquías fue perseguido por esta ley. Cicerón defendió a su antiguo profesor en juicio en el año 62 a. C., solo meses después de pronunciar sus famosas Catilinarias.
La acusación mantuvo cuatro acusaciones en su caso contra Arquías:
- No había un registro oficial de Arquías como ciudadano de Heraclea.
- Arquías no mantenía una residencia permanente en Roma.
- Los archivos de los pretores del año 89 a. C., en el que figuraba el nombre de Arquías, no eran fidedignos.
- Arquías no aparecía en el censo romano durante el periodo de tiempo en el que él afirmaba que había estado viviendo allí.
Cicerón defendió que:
- No había un registro oficial de Arquías como ciudadano de Heraclea porque la oficina donde se guardaban los archivos había sido destruida notoriamente durante la Guerra Social, y los representantes de Heraclea habían testificado que Arquías era ciudadano.
- Sí tenía una residencia en Roma.
- También aparecía en los archivos del pretor Metelo, que eran de confianza.
- Arquías no aparecía en los registros del censo romano porque estaba con Lúculo en campaña mientras estos se hicieron.
Debido a su intima relación con Lúculo, el caso fue probablemente un ataque político dirigido al político por uno de sus muchos enemigos. El principal de sus enemigos y el que ganaría mucho con la deshonra de Lúculo era Cneo Pompeyo Magno, conocido como Pompeyo el Grande.
Trascendencia cultural
Cicerón se esfuerza en el exordio en excusarse por la rareza del tipo de discurso que va a hacer (pues resulta más epidíctico o de género demostrativo que judicial) y, más que defender al poeta Arquias defiende la dignidad de la humanitas o cultura literaria, concebida no como mera erudición, sino como un saber en cosas humanas que ennoblece al hombre por el elevado ideal moral que con el estudio de estas se puede alcanzar. Aspirar a ser un hombre de letras supone, pues, aspirar a la plenitud de los ideales que constituyen a un ser humano, y, por tanto, a un ciudadano.[2] Las humanidades son lo más natural para un ser humano, nos integran mejor que las demás actividades. De ahí la trascendencia que este discurso descubierto por Petrarca tuvo para el desarrollo del Humanismo y el cultivo de las Humanidades en el antropocentrismo del Renacimiento.
Extracto
Extracto del cap. VII: “Si ex his studiis delectatio sola peteretur, tamen (ut opinor) hanc animi aduersionem humanissimam ac liberalissimam iudicaretis. Nam ceterae neque temporum sunt neque aetatum omnium neque locorum: haec studia adulescentiam alunt, senectutem oblectant, secundas res ornant, aduersis perfugium ac solacium praebent, delectant domi, non impediunt foris, pernoctant nobiscum, peregrinantur, rusticantur.»
Traducción: «Si solo se buscara placer en estas aficiones, juzgarías al menos (como creo) que esta actividad es la más propia para el hombre y la más digna de las personas libres. Pues las demás no son adecuadas para todos los tiempos, ni para todas las edades, ni para todos los lugares: estas aficiones nutren la juventud y encantan la vejez, embellecen los momentos felices y ofrecen refugio y consuelo en los momentos difíciles, deleitan en casa y no interfieren afuera: acompañan nuestras noches, nuestros viajes y nuestras estancias en el campo.»
Interpretación
Según Antonio Arbea, un hombre nuevo como Cicerón, que no era de Roma, sino de Arpino, un homo novus (esto es, uno sin ningún antepasado (qui nullos habet maiores) famoso por sus hazañas y cargos públicos (rebus gestis et honoribus, sino que por sí mismo comienza a ser famoso (sed ipse per se clarus esse incipit) era lo más semejante a Archia, sin alcurnia y a quien muchos romanos de la nobleza consideraban todavía un advenedizo, por lo que los habrían visto excluidos de la política romana. Así, pues, el venido de Arpino, al hacer la defensa de un griego que por sus méritos intelectuales ha conquistado el derecho a la ciudadanía, hace también, vicariamente, su propia defensa Pro Cicerone.[3]
Referencias
- «Italy and the Classical Tradition: Language, Thought and Poetry 1300-1600». Consultado el 25 de noviembre de 2017.
- Arbea, Antonio (2002). «El concepto de Humanitas en el Pro Archia de Cicerón». Onomazein 7.
- Cf. Antonio Arbea, op. cit., p. 5 y ss.
Bibliografía
- Gotoff, H C: Cicero's Elegant Style: an Analysis of the Pro Archia, (Urbana, 1979)
- Bellemore, Jane: "The Date of Cicero's Pro Archia", Antichthon 36 (2002[2003]), 41–53
Enlaces externos
- The Latin Library: Texto en latín
- Perseus Digital Library: Texto en latín
- Perseus Digital Library: Traducción inglesa