Das Lied von der Erde
Das Lied von der Erde (La Canción de la Tierra) es un ciclo de canciones en forma de sinfonía, un trabajo en gran escala para dos solistas vocales y orquesta escrito por el compositor austríaco Gustav Mahler.
La obra
Distribuida en seis movimientos separados, cada uno es una canción independiente, aunque también cumple la función de los distintos movimientos dentro de una estructura sinfónica. La obra se titula Eine Symphonie für eine Tenor- und eine Alt- (oder Bariton-) Stimme und Orchester (nach Hans Bethges "Die chinesische Flöte") ('Una sinfonía para voz tenor y alto (o un barítono) y orquesta (basado en 'La Flauta China' de Hans Bethge').
El uso por parte de Mahler de ciertos rasgos "chinos" (escala pentatónica, escala de tonos enteros, uso de determinados instrumentos) hace que este trabajo sea el primero de estas características en su obra, si bien algunos de estos elementos tienen su continuación en la Novena Sinfonía. Compuesta entre los años 1907-1909, siguió a la Octava Sinfonía o Sinfonía De los Mil pero no recibió número, supuestamente debido al temor supersticioso del compositor respecto a la «maldición de la novena sinfonía».
Su duración es de aproximadamente 65 minutos. Sus movimientos llevan las siguientes indicaciones de tempo del compositor:
- Allegro Pesante. Ganze Takte nicht Schnell. "Das Trinklied vom Jammer der Erde"
- Etwas Schleichend. Ermudet. "Der Einsame im Herbst"
- Behaglich heiter. "Von der Jugend"
- Comodo. Dolcissimo. "Von der Schönheit"
- Allegro. Keck, aber nicht zu Schnell. "Der Trunkene im Frühling"
- Schwer. "Der Abschied"
Instrumentación
Mahler administra los recursos de esta gran orquesta con moderación: solo en determinados pasajes de las canciones primera, cuarta y sexta toca la orquesta completa, y en muchos fragmentos las texturas son casi camerísticas, con muy pocos instrumentos tocando a la vez. En la partitura se requiere una contralto y un tenor solistas, pero Mahler incluye, como anotación que, "si es necesario", la parte de contralto puede ser asumida por un barítono. En los primeros años de la historia interpretativa de la pieza, esta opción casi no se tuvo en cuenta, pero desde los años 60, tras las grabaciones pioneras de Dietrich Fischer-Dieskau dirigidas por Leonard Bernstein y Paul Kletzki, ha sido cada vez más interpretada por barítonos.
Arnold Schoenberg comenzó a trabajar en un arreglo de la obra para conjunto de cámara, compuesto por un quinteto de cuerda y otro de viento, tres percusionists, piano, celesta y armonio. Schoenberg nunca terminó el trabajo, que sería completado en 1980 por el compositor Rainer Riehn.
Libreto
Cuatro de los poemas chinos usados por Mahler (Das Trinklied vom Jammer der Erde, Von der Jugend, Von der Schönheit y Der Trunkene im Frühling) son de Li Bai (Li Tai-Po), el famoso poeta errante de la Dinastía Tang. Der Einsame im Herbst es de Chang Tsi y Der Abschied combina poemas de Mong Kao-Yen y Wang Wei con varias líneas agregadas por el propio Mahler.
Traducción
Primer Movimiento: Das Trinklied vom Jammer der Erde
(La canción báquica de la miseria terrenal)
- El vino ya brilla en la dorada copa,
- ¡pero no bebáis todavía, antes os cantaré una canción!
- El canto de la aflicción os ha de sonar con risas en el alma.
- Cuando se acerca la pena, yacen desiertos los jardines del espíritu,
- se marchita y muere la alegría, el canto.
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
- ¡Señor de esta casa!
- ¡Tu bodega atesora la abundancia de vino dorado!
- ¡Aquí, declaro mío este laúd!
- Tocar el laúd y vaciar los vasos,
- he aquí las cosas que realmente hacen juego.
- ¡Una buena copa de vino en el momento justo
- vale más que todos los reinos de esta tierra!
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
- El firmamento es eternamente azul, y la tierra
- permanecerá inmutable largo tiempo, se llenará de flores en primavera.
- Pero tú, hombre, ¿cuánto tiempo vives tú?
- ¡Ni siquiera cien años se te permite divertirte
- con las frágiles futilidades de este mundo!
- ¡Mirad allá abajo! A la luz de la luna, sobre las tumbas
- se agacha una imagen salvaje y fantasmal...
- ¡Es un mono! ¡Escuchad cómo su lamento
- resuena por todas partes, en el suave perfume de la vida!
- ¡Tomad ahora el vino! ¡Ahora es la hora de disfrutarlo!
- ¡Vaciad vuestros dorados vasos hasta el final!
- Sombría es la vida, oscura es la muerte.
Segundo Movimiento: Der Einsame im Herbst
(El solitario en otoño)[1]
- Las nieblas otoñales ondean, azules, sobre el mar;
- toda la hierba se cubre de escarcha;
- se diría que un artista ha extendido polvo de jade
- sobre las delicadas flores.
- El dulce perfume de las flores se ha evaporado;
- un viento frío dobla los tallos.
- Pronto flotarán las mustias y doradas hojas
- de las flores de loto sobre el agua.
- Mi corazón está cansado. Mi pequeña linterna
- se apaga crepitando, y me hace pensar en el descanso.
- ¡Voy hacia ti, querido último lugar de reposo!
- ¡Sí, dame tranquilidad, necesito tanto alivio!
- Lloro muchísimo en mi solitud.
- El otoño perdura demasiado en mi corazón.
- Sol del amor, ¿ya no quieres brillar más
- para secar tiernamente mis amargas lágrimas?
Tercer Movimiento: Von der Jugend
(De la juventud)
- En el centro del estanque
- hay un pabellón hecho de porcelana
- verde y blanca.
- Como el lomo de un tigre
- se encorva el puente de jade
- hasta el pabellón.
- Dentro de la casita se sientan amigos,
- bellamente vestidos, beben, conversan;
- algunos apuntan versos.
- Sus mangas de seda resbalan
- hacia atrás, sus sombreros de seda
- caen alegremente hasta el cuello.
- Sobre la tranquila superficie
- del agua del estanque se muestra todo
- maravillosamente como una imagen de espejo.
- Todo se ve al revés
- en el pabellón de porcelana
- verde y blanca.
- El puente parece una media luna,
- con su arco invertido. Los amigos,
- bellamente vestidos, beben, conversan.
Cuarto Movimiento: Von der Schönheit
(De la belleza)
- Chicas jóvenes cogen flores,
- cogen flores de loto cerca de la orilla.
- Se sientan entre arbustos y hojas,
- acumulan flores en su regazo y se hacen
- burla entre ellas.
- El sol dorado se mueve en torno a las imágenes,
- las refleja sobre el agua resplandeciente.
- El sol refleja sus miembros esbeltos,
- sus dulces ojos.
- Y el céfiro levanta con caricias aduladoras la tela
- de sus mangas, se lleva la magia
- de sus agradables perfumes a través del aire.
- Oh, mira, ¿qué chicos son estos que se apresuran
- allá, en la orilla, con valerosos caballos?
- Brillan en la lejanía como los rayos del sol;
- ¡ya entre las ramas de los verdes álamos
- trota el joven gallardo!
- El caballo de uno de ellos relincha contento
- y duda y cae.
- Sobre las flores y la hierba vacilan las pezuñas,
- pisan precipitadamente como una tormenta las desmayadas flores.
- ¡Ay! ¡Cómo aletean en el éxtasis sus crines,
- y humea calurosamente el hocico!
- El sol dorado se mueve en torno a las imágenes,
- las refleja sobre el agua resplandeciente.
- Y la más bella de las jovencitas le dirige
- largas miradas de anhelo ardiente.
- Su actitud orgullosa es solo disimulo:
- en lo achispado de sus grandes ojos,
- en la oscuridad de su mirada
- se remueve todavía la excitación compadeciente de su corazón.
Quinto Movimiento: Der Trunkene im Frühling
(El borracho en primavera)
- Si la vida es solo un sueño,
- ¿para qué, entonces, el esfuerzo y la pena?
- Yo bebo hasta que ya no puedo más,
- ¡todo el querido día!
- Y cuando ya no puedo beber más
- porque el gaznate y el alma están llenos,
- entonces camino vacilante hasta mi puerta
- y duermo maravillosamente.
- ¿Qué oigo al despertarme? ¡Escucha!
- Un pájaro canta en el árbol.
- Le pregunto si ya es primavera...
- Para mí, es como un sueño.
- El pájaro responde, parloteando: ¡Sí! ¡La primavera
- ya ha llegado, ha venido por la noche!
- Con el asombro más profundo, escuché atentamente,
- ¡el pájaro canta y ríe!
- ¡Me lleno nuevamente la copa
- y la vacío hasta el final,
- y canto, hasta que la luna brilla
- en el oscuro firmamento!
- Y cuando ya no puedo cantar más,
- me duermo otra vez.
- ¡Qué me importa la primavera!
- ¡Dejadme estar borracho!
Sexto Movimiento: Der Abschied
- El sol se despide detrás de las montañas.
- En todos los valles baja el atardecer
- con sus sombras, llenas de frío.
- ¡Oh, mira! Como una barca argéntea,
- cuelga la luna alta en el mar del cielo.
- ¡Noto cómo sopla un frágil viento
- tras los oscuros abetos!
- El riachuelo canta lleno de armonía a través de la oscuridad.
- Las flores palidecen a la luz del crepúsculo.
- La tierra respira llena de tranquilidad y de reposo.
- ¡Todo anhelo quiere ahora soñar,
- los hombres cansados vuelven al hogar
- para aprender nuevamente, en el descanso,
- la felicidad y la juventud olvidadas!
- Los pájaros se encogen tranquilos en sus ramas.
- El mundo descansa...
- El viento sopla frío por las sombras de mis abetos.
- Yo estoy aquí, y espero a mi amigo,
- espero su último adiós.
- Oh, amigo, deseo fervientemente gozar
- contigo de la belleza de este atardecer.
- ¿Dónde estás? ¡Me dejas demasiado tiempo solo!
- Camino de un lado para otro con mi laúd
- por campos cubiertos de hierba tierna.
- ¡Oh, belleza! ¡Oh, mundo ebrio de amor y de vida eternos!
- Bajó del caballo, y le ofreció el brebaje
- de la despedida. Le preguntó hacia dónde
- se dirigía, y también por qué tenía que ser así.
- Habló, y su voz estaba anegada en lágrimas:
- ¡Oh, amigo mío,
- la fortuna no fue benevolente conmigo en este mundo!
- ¿A dónde voy? Voy a errar por las montañas.
- Busco la tranquilidad para mi corazón solitario.
- Hago camino hacia la patria, hacia mi hogar.
- Ya nunca más vagaré en la lejanía.
- Mi corazón está tranquilo y espera su hora.
- ¡La querida tierra florece por todas partes en primavera y se llena de verdor
- nuevamente! ¡Por todas partes y eternamente resplandece de azul la lejanía!
- Eternamente... eternamente...
- «YouTube - Mahler Das Lied von der Erde Part II». Consultado el 2009.
- «YouTube - Mahler Das Lied von der Erde Part VI 1/4». Consultado el 2009.
- «YouTube - Mahler Das Lied von der Erde Part VI 2/4». Consultado el 2009.
Composición
El año 1907 fue trágico en la vida de Gustav Mahler. Murió su hija mayor, perdió su posición como director de la Ópera de Viena y se le diagnosticó una afección cardíaca que lo llevaría pocos años después a la tumba.
Mahler esboza “La Canción de la Tierra” durante una estancia en el Tirol, poco después de la muerte de su hija Maria y compone la mayor parte de la obra al año siguiente cuando se encuentra de vacaciones de verano de las dolomitas.[1]
Mahler atisbó su final apurando la copa de la vida en una obra en la que la canción se hace sinfonía y la sinfonía deviene en canción.[2] La obra se presenta como un recorrido por diferentes facetas de la existencia hasta rozar el umbral de lo desconocido. En la primera parte se alternan exaltación y contemplación, primavera y otoño, euforia y contención, la embriaguez del ahora y la sombra del después, la naturaleza presentada como un dechado de esplendor y la vida como un mero estadio pasajero, efímero. Concluida la dicotomía, arranca la larguísima despedida, un adiós con ecos wagnerianos de transfiguración que parece dilatarse eternamente, con ese “ewig” repetido sin cesar en los últimos compases.
“Aunque, si el hombre sufre en silencio, un Dios me ha dado el don de expresar mi dolor”, dijo Bruno Walter en su estudio sobre Mahler, aplicando los versos de Tasso al espíritu del compositor.[3] Hacia el final del primer movimiento de La canción de la tierra, hay un vertiginoso descenso en el que se pasa de un “cielo […] eternamente azul” a una visión de la naturaleza humana que se adentra donde reina la irracionalidad y lo instintivo. La caída resulta brutal y no deja de remitir a la salida del Paraíso, el descenso desde el origen divino del ser humano hasta la condición real. Una vez consciente de su humana condición, la naturaleza, se impone como elemento compositivo. Este devenir humano se retrata por medio de sosegadas estampas de la vida cotidiana. Se aprecia en los momentos en que se recrean instantes luminosos a modo de grabados chinos mediante un cromatismo carente de sombras y tonos menores que dotan a la música de un carácter impresionista.
En el primer movimiento de La canción de la tierra, “La canción de las penas de la tierra” el mensaje consiste en un canto pletórico de fervor vital unido en todo momento al dolor ocasionado por lo fugaz de nuestra vida humana. Así, frente al “¡Una copa llena de vino en el momento adecuado / vale más que todos los reinos de la tierra!”, nos encontramos que en el siguiente poema, “El solitario en otoño”, todo queda evaporado. Lo efímero se impone y la imposibilidad de alcanzar algo permanente irrumpe. “Cansado está mi corazón. Mi pequeña lámpara / se ha extinguido; el sueño me incita / ¡Voy hacia ti, mi adorado lugar de reposo! / Sí, dame paz: Necesito solaz”. En estos pasajes, musicalmente nos encontramos con una melodía pesarosa que recorre los compases de manera lenta y serena como guiada por el destino mismo. Mahler señaló que uno propiamente no compone, sino que la composición, la música, irrumpe en el creador sin que este pueda hacer nada por evitarlo. La melodía, de este modo, reside en las profundidades del músico y este solo ha de prestar atención a su interior para sacar a la luz cuanto en él habita.
El siguiente poema “Sobre la juventud”, recoge melodías registradas mediante la escala de tonos enteros china. La impresión es la de estar asistiendo a una alegre escena sin evitar lo pasajero del momento. Todo es frágil, todo se tambalea.
“Sobre la belleza”, poema original, al igual que el anterior, de Li Bai (701-762), constituye quizás el pasaje de mayor fuerza del conjunto de la obra. El comienzo se construye a base de cromatismos de tinte oriental que pronto, al pasar de un carácter contemplativo y sosegado a otro que describe repentinamente la efervescencia vital de los personajes, deja paso libre a un despliegue de energía que va a dar lugar a un nuevo periodo de calma una vez que se retorna al estado contemplativo adoptado por las doncellas que aparecen en la escena.
“El borracho en primavera”, siguiente pasaje de la obra, ofrece una visión hedonista de la existencia entremezclada con un poso de amargura que impide, aun en la embriaguez del protagonista, que este disfrute de su estado puramente sensitivo. La primavera no deja de resultar un sueño. Todo, salvo la muerte, parece ser pasajero. El disfrute de la vida, la existencia puramente sensual, se muestra como la única posibilidad de vivir con plenitud, vivir sin la muerte, sin el tiempo.
Se llega así al dramático último movimiento. En él, la visión del compositor se vuelca totalmente sobre el pasado con añoranza, la vida se muestra como un tierno recuerdo, en tanto con serena resignación se contempla la naturaleza como el más preciado don que posee el ser humano, tratando de situar, no sin dolor, lo individual allá donde le corresponde en estos momentos finales de la composición, en el seno de la naturaleza. “La tierra respira hondo en su descanso y sueño. / Todos los deseos se tornan ahora sueños: / los cansados mortales caminan lenta y pesadamente de vuelta a casa / para encontrarse de nuevo en sus sueño / con olvidados juegos y juventud”. Del mismo modo, como si de un sueño se tratase, parecerá mostrarse la luna poco antes, cuando leemos en los versos de Mong-Kao-Jen, “¡Mira! La luna está flotando boca arriba, / como un barco de plata, en el lago azul del cielo”.
Discografía de referencia
Referencias
- «Index of /Articulos». www.valenciad.com. Consultado el 27 de septiembre de 2016.
- País, Ediciones El (10 de octubre de 2016). «Crítica | Renovarse y vivir». EL PAÍS. Consultado el 10 de octubre de 2016.
- «La canción de la tierra: síntesis creativa de la obra de Mahler - El genio maligno». 1 de marzo de 2012. Consultado el 27 de septiembre de 2016.
Bibliografía
- Oxford Concise Dictionary of Music, ed. de 1996, la entrada sobre Gustav Mahler lista las obras del compositor, colocando a Das Lied von der Erde en la categoría "canción-sinfonía".
- Tracking the Literary Metamorphosis of Das Lied von der Erdeby Teng-Leong Chew - The Chicago Mahlerites
- The Sources of the Texts in Mahler’s Lied von der Erde - Fusako Hamao 19th-Century Music 19(1): 83-94, summer 1995
- The Composer as Poet in Das Lied von der Erde. de Arthur B. Wenk 19th-Century Music 1(1): 33 - 47, 1977.
- Gustav Mahler: Songs and Symphonies of Life and Death de Donald Mitchell - University of California Press, Berkeley, 1985
- Das Lied von der Erde (The Song of the Earth).de Stephen E. Hefling - Cambridge Music Handbooks. - Cambridge University Press, 2000
- The Identity of the Original Poem Mahler adapted for Von der Jugendby Teng-Leong Chew Naturlaut 3(2): 5-7, 2004 - The Chicago Mahlerites
- Die chinesische Flöte: Nachdichtungen chinesischer Lyrik de Hans Bethge - Leipzig, Inselverlag, 1907
- Gustav Mahler III: Le Génie Foudroyé (1907-1911) de Henry-Louis de La Grange - Paris, 1984
- Gustav Mahler III - Vienna: Triumph and Disillusion (1904-1907) de Henry-Louis de La Grange - Oxford University Press, 1999
- Das Lied von der Erde de Stephen Hefling The Mahler Companion - Oxford University Press, 1999
Enlaces externos
- Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Das Lied von der Erde.
- Das Lied von der Erde en el Proyecto Biblioteca Internacional de Partituras Musicales (en inglés).
- Notas y discografía completa y actualizada
- Sinopsis de los poemas chinos originales, las traducciones de Bethge y los cambios de Mahler (en inglés)
- Textos de las canciones (Alemán - Español)
- Henry Louis de La Grange (en inglés)