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Concilio de Orange (529)

El concilio de Orange de 529 o segundo concilio de Orange, fue un concilio regional celebrado el 3 de julio de 529 en Orange, (Francia), al que asistieron catorce obispos, presididos por el arzobispo de Arlés, Cesáreo de Arlés.

Hubo otro concilio anterior, también celebrado en Orange, denominado I Concilio de Orange, de 441.

Este segundo concilio, que tuvo lugar con la ocasión de la consagración de una iglesia construida por el gobernador de la Galia Narbonensis, condenó tanto el pelagianismo y al semipelagianismo y ciertas desviaciones en la formulación teológica de la predestinación, afirmando la posición tradicional de los que, como Juan Casiano, Vicente de Lérins y Fausto de Riez, daban un papel más importante al libre albedrío, siguiendo la enseñanza de los Padres del Desierto y de Juan Crisóstomo.

El concilio recibió la bendición papal.

El Concilio

Existía una gran controversia entre el papel de la gracia divina y el libre albedrío, que comenzó a principios del siglo V, por las enseñanzas del monje bretón Pelagio.[1]Juan Casiano y Vicente de Lérins condenaban la postura de Pelagio, pero no habían admitido la predestinación tal como lo expresaba Augustín de Hipona. Reconocían un papel más importante al libre albedrío de lo que apuntaba Agustín. (Hace falta la fuente)

El concilio adoptó una serie de cánones y una definición de fe, que salvaguardaban la gratuidad de la gracia y también la importancia de los esfuerzos del hombre: Nada de bien puede el hombre sin Dios. Mucho de bien hace Dios en el hombre, que el hombre no hace; ningún bien hace el hombre, sino el que Dios quiere.

Cánones del Concilio

  • [I. Sobre el pecado original.] Can. l. Si alguno dice que por el pecado de prevaricación de Adán no “fue mudado” todo el hombre, es decir, según el cuerpo y el alma en peor, sino que cree que quedando ilesa la libertad del alma, sólo el cuerpo está sujeto a la corrupción, engañado por el error de Pelagio, se opone a la Escritura, que dice: El alma que pecare, esa morirá [Ez. 18, 20], y: ¿No sabéis que si os entregáis a uno por esclavos para obedecerle, esclavos sois de aquel a quien os sujetáis? [Rom. 6, 16] . Y: Por quien uno es vencido, para esclavo suyo es destinado [2 Petr. 2, 19].
  • Can. 2. Si alguno afirma que a Adán solo dañó su prevaricación, pero no también a su descendencia, o que sólo pasó a todo el género humano por un solo hombre la muerte que ciertamente es pena del pecado, pero no también el pecado, que es la muerte del alma, atribuirá a Dios injusticia, contradiciendo al Apóstol que dice: Por un solo hombre, el pecado entró en el mundo y por el pecado la muerte, y así a todos los hombres pasó la muerte por cuanto todos habían pecado [Rom. 5, 12] 3.
  • [II. Sobre la gracia.] Can. 3. Si alguno dice que la gracia de Dios puede conferirse por invocación humana, y no que la misma gracia hace que sea invocado por nosotros, contradice al profeta Isaías o al Apóstol, que dice lo mismo: He sido encontrado por los que no me buscaban; manifiestamente aparecí a quienes por mí no preguntaban [Rom. 10, 20; cf. Is. 65, l].
  • Can. 4. Si alguno porfía que Dios espera nuestra voluntad para limpiarnos del pecado, y no confiesa que aun el querer ser limpios se hace en nosotros por infusión y operación sobre nosotros del Espíritu Santo, resiste al mismo Espíritu Santo que por Salomón dice: Es preparada la voluntad por el Señor [Prov. 8, 35: LXX], y al Apóstol que saludablemente predica: Dios es el que obra en nosotros el querer y el acabar, según su beneplácito [Phil. 2, 13].
  • Can. 5. Si alguno dice que está naturalmente en nosotros lo mismo el aumento que el inicio de la fe y hasta el afecto de credulidad por el que creemos en Aquel que justifica al impío y que llegamos a la regeneración del sagrado bautismo, no por don de la gracia —es decir, por inspiración del Espíritu Santo, que corrige nuestra voluntad de la infidelidad a la fe, de la impiedad a la piedad—, se muestra enemigo de los dogmas apostólicos, como quiera que el bienaventurado Pablo dice: Confiamos que quien empezó en vosotros la obra buena, la acabará hasta el día de Cristo Jesús [Phil. 1, 6]; y aquello: A vosotros se os ha concedido por Cristo, no sólo que creáis en Él, sino también que por Él padezcáis [Phil. 1, 29]; y: De gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, puesto que es don de Dios [Eph. 2, 8]. Porque quienes dicen que la fe, por la que creemos en Dios es natural, definen en cierto modo que son fieles todos aquellos que son ajenos a la Iglesia de Dios.
  • Can 6. Si alguno dice que se nos confiere divinamente misericordia cuando sin la gracia de Dios creemos, queremos, deseamos, nos esforzamos, trabajamos, oramos, vigilamos, estudiamos, pedimos, buscamos, llamamos, y no confiesa que por la infusión e inspiración del Espíritu Santo se da en nosotros que creamos y queramos o que podamos hacer, como se debe, todas estas cosas; y condiciona la ayuda de la gracia a la humildad y obediencia humanas y no consiente en que es don de la gracia misma que seamos obedientes y humildes, resiste al Apóstol que dice: ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? [1 Cor. 4, 7]; y: Por la gracia de Dios soy lo que soy [1 Cor. 15, 10].
  • Can. 7. Si alguno afirma que por la fuerza de la naturaleza se puede pensar, como conviene, o elegir algún bien que toca a la salud de la vida eterna, o consentir a la saludable es decir, evangélica predicación, sin la iluminación o inspiración del Espíritu Santo, que da a todos suavidad en el consentir y creer a la verdad, es engañado de espíritu herético, por no entender la voz de Dios que dice en el Evangelio: Sin mí nada podéis hacer [Ioh. 15, 5]; y aquello del Apóstol: No que seamos capaces de pensar nada por nosotros como de nosotros, sino que nuestra suficiencia viene de Dios [2 Cor. 3, 5] 3.
  • Can. 8. Si alguno porfía que pueden venir a la gracia del bautismo unos por misericordia, otros en cambio por el libre albedrío que consta estar viciado en todos los que han nacido de la prevaricación del primer hombre, se muestra ajeno a la recta fe. Porque ese no afirma que el libre albedrío de todos quedó debilitado por el pecado del primer hombre o, ciertamente, piensa que quedó herido de modo que algunos, no obstante, pueden sin la revelación de Dios conquistar por sí mismos el misterio de la eterna salvación. Cuán contrario sea ello, el Señor mismo lo prueba, al atestiguar que no algunos, sino ninguno puede venir a Él, Sino aquel a quien el Padre atrajere [Ioh. 6, 44]; así como al bienaventurado Pedro le dice: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Joná, porque ni la carne ni la sangre te lo ha revelado, sino mi Padre que está en los cielos [Mt. 16, 17]; y el Apóstol: Nadie puede decir Señor a Jesús, sino en el Espíritu Santo [1 Cor. 12, 3] 4.
  • Can. 9. “Sobre la ayuda de Dios. Don divino es el que pensemos rectamente y que contengamos nuestros pies de la falsedad y la injusticia; porque cuantas veces bien obramos, Dios, para que obremos, obra en nosotros y con nosotros”.
  • Can. 10. Sobre la ayuda de Dios. La ayuda de Dios ha de ser implorada siempre aun por los renacidos y sanados, para que puedan llegar a buen fin o perseverar en la buena obra.
  • Can. 11. “Sobre la obligación de los votos. Nadie haría rectamente ningún voto al Señor, si no hubiera recibido del mismo lo que ha ofrecido en voto”, según se lee: Y lo que de tu mano hemos recibido, eso te damos [1 Par. 29, 14].
  • Can. 12. “Cuáles nos ama Dios. Tales nos ama Dios cuales hemos de ser por don suyo, no cuales somos por merecimiento nuestro”.
  • Can. 13. De la reparación del libre albedrío. El albedrío de la voluntad, debilitado en el primer hombre, no puede repararse sino por la gracia del bautismo; lo perdido no puede ser devuelto, sino por el que pudo darlo. De ahí que la verdad misma diga: Si el Hijo os liberare, entonces seréis verdaderamente libres [Ioh. 8, 36] .
  • Can. 14. “Ningún miserable se ve libre de miseria alguna, sino el que es prevenido de la misericordia de Dios” como dice el salmista: Prontamente se nos anticipe, Señor, tu misericordia [Ps. 78, 8]; y aquello: Dios mío, su misericordia me prevendrá [Ps. 58, 11].
  • Can. 15. “Adán se mudó de aquello que Dios le formó, pero se mudó en peor por su iniquidad; el fiel se muda de lo que obró la iniquidad, pero se muda en mejor por la gracia de Dios. Aquel cambio, pues, fue del prevaricador primero; éste, según el salmista, es cambio de la diestra del Excelso [Ps. 76, 11].
  • Can. 16. “Nadie se gloríe de lo que parece tener, como si no lo hubiera recibido, o piense que lo recibió porque la letra por fuera apareció para ser leída o sonó para ser oída. Porque, como dice el Apóstol: Si por medio de la ley es la justicia, luego de balde murió Cristo [Gal. 2, 21]; subiendo a lo alto, cautivó la cautividad, dio dones a los hombres [Eph. 4, 8; cf. Ps. 67, 19]. De ahí tiene, todo el que tiene; y quienquiera niega tener de ahí, o es que verdaderamente no tiene, o lo que tiene, se le quita [Mt. 25, 29].
  • Can. 17. “Sobre la fortaleza cristiana. La fortaleza de los gentiles la hace la mundana codicia; mas la fortaleza de los cristianos viene de la caridad de Dios que se ha derramado en nuestros corazones, no por el albedrío de la voluntad, que es nuestro, sino por el Espíritu Santo que nos ha sido dado [Rom. 5, 5]”.
  • Can. 18. “Que por ningún merecimiento se previene a la gracia. Se debe recompensa a las buenas obras, si se hacen; pero la gracia, que no se debe, precede para que se hagan”.
  • Can. 19. “Que nadie se salva, sino por la misericordia de Dios. La naturaleza humana, aun cuando hubiera permanecido en aquella integridad en que fue creada, en modo alguno se hubiera ella conservado a sí misma, si su Creador no la ayudara; de ahí que, si sin la gracia de Dios, no hubiera podido guardar la salud que recibió, ¿cómo podrá, sin la gracia de Dios, reparar la que perdió?
  • Can. 20. “Que el hombre no puede nada bueno sin Dios. Muchos bienes hace Dios en el hombre, que no hace el hombre; ningún bien, empero, hace el hombre que no otorgue Dios que lo haga el hombre”.
  • Can. 21. “De la naturaleza y de la gracia. A la manera como a quienes queriendo justificarse en la ley, cayeron también de la gracia, con toda verdad les dice el Apóstol: Si la justicia viene de la ley, luego en vano ha muerto Cristo [Gal. 2, 21]; así a aquellos que piensan que es naturaleza la gracia que recomienda y percibe la fe de Cristo, con toda verdad se les dice: Si por medio de la naturaleza es la justicia, luego en vano ha muerto Cristo. Porque ya estaba aquí la ley y no justificaba; ya estaba aquí también la naturaleza, y tampoco justificaba. Por tanto, Cristo no ha muerto en vano, sino para que la ley fuera cumplida por Aquel que dijo: No he venido a destruir la ley, sino a darle cumplimiento [Mt. 5, 17]; y la naturaleza, perdida por Adán, fuera reparada por Aquel que dijo haber venido a buscar y salvar lo que se había perdido” [Lc. 19, 10] .
  • Can. 22. “De lo que es propio de los hombres. Nadie tiene de suyo, sino mentira y pecado. Y si alguno tiene alguna verdad y justicia, viene de aquella fuente de que debemos estar sedientos en este desierto, a fin de que, rociados, como si dijéramos, por algunas gotas de ella, no desfallezcamos en el camino”.
  • Can. 23. “De la voluntad de Dios y del hombre. Los hombres hacen su voluntad y no la de Dios, cuando hacen lo que a Dios desagrada; mas cuando hacen lo que quieren para servir a la divina voluntad, aun cuando voluntariamente hagan lo que hacen; la voluntad, sin embargo, es de Aquel por quien se prepara y se manda lo que quieren”.
  • Can. 24. “De los sarmientos de la vid. De tal modo están los sarmientos en la vid que a la vid nada le dan, sino que de ella reciben de qué vivir; porque de tal modo está la vid en los sarmientos que les suministra el alimento vital, pero no lo toma de ellos. Y, por esto, tanto el tener en si a Cristo permanente como el permanecer en Cristo, son cosas que aprovechan ambas a los discípulos, no a Cristo. Porque cortado el sarmiento, puede brotar otro de la raíz viva; mas el que ha sido cortado, no puede vivir sin la raíz [cf. Ioh. 15, 5 ss]”.
  • Can 25. “Del amor con que amamos a Dios. Amar a Dios es en absoluto un don de Dios. Él mismo, que, sin ser amado, ama, nos otorgó que le amásemos. Desagradándole fuimos amados, para que se diera en nosotros con que le agradáramos. En efecto, el Espíritu del Padre y del Hijo, a quien con el Padre y el Hijo amamos, derrama en nuestros corazones la caridad” [Rom. 5, 5].

Y así, conforme a las sentencias de las Santas Escrituras arriba escritas o las definiciones de los antiguos Padres, debemos por bondad de Dios predicar y creer que por el pecado del primer hombre, de tal manera quedó inclinado y debilitado el libre albedrío que, en adelante, nadie puede amar a Dios, como se debe, o creer en Dios u obrar por Dios lo que es bueno, sino aquel a quien previniere la gracia de la divina misericordia. De ahí que aun aquella preclara fe que el Apóstol Pablo [Hebr. 11] proclama en alabanza del justo Abel, de Noé, Abraham, Isaac y Jacob, y de toda la muchedumbre de los antiguos santos, creemos que les fue conferida no por el bien de la naturaleza que primero fue dado en Adán sino por la gracia de Dios. Esta misma gracia, aun después del advenimiento del Señor, a todos los que desean bautizarse sabemos y creemos juntamente que no se les confiere por su libre albedrío, sino por la largueza de Cristo, conforme a lo que muchas veces hemos dicho ya y lo predica el Apóstol Pablo: A vosotros se os ha dado, por Cristo, no sólo que creáis en Él, sino también que padezcáis por Él [Phil. 1, 29]; y aquello: Dios que empezó en vosotros la obra buena, la acabará hasta el día de nuestro Señor [Phil. 1, 6]; y lo otro: De gracia habéis sido salvados por la fe, y esto no de vosotros: porque don es de Dios [Eph. 2, 8]; y lo que de sí mismo dice el Apóstol: He alcanzado misericordia para ser fiel [1 Cor. 7, 25; 1 Tim. 1, 13]; no dijo: “porque era”, sino “para ser”. Y aquello: ¿Qué tienes que no lo hayas recibido? [1 Cor. 4, 7]. Y aquello: Toda dádiva buena y todo don perfecto, de arriba es, y baja del Padre de las luces [Iac. 1, 17]. Y aquello: Nadie tiene nada, si no le fuere dado de arriba [Ioh. 3, 27]. Innumerables son los testimonios que podrían alegarse de las Sagradas Escrituras para probar la gracia; pero se han omitido por amor a la brevedad, porque realmente a quien los pocos no bastan, no aprovecharán los muchos.

  • [III. De la predestinación.] También creemos según la fe católica que, después de recibida por el bautismo la gracia, todos los bautizados pueden y deben, con el auxilio y cooperación de Cristo con tal que quieran fielmente trabajar, cumplir lo que pertenece a la salud del alma. Que algunos, empero, hayan sido predestinados por el poder divino para el mal, no sólo no lo creemos, sino que si hubiere quienes tamaño mal se atrevan a creer, con toda detestación pronunciamos anatema contra ellos. También profesamos y creemos saludablemente que en toda obra buena, no empezamos nosotros y luego somos ayudados por la misericordia de Dios, sino que Él nos inspira primero —sin que preceda merecimiento bueno alguno de nuestra parte— la fe y el amor a Él, para que busquemos fielmente el sacramento del bautismo, y para que después del bautismo, con ayuda suya, podamos cumplir lo que a Él agrada. De ahí que ha de creerse de toda evidencia que aquella tan maravillosa fe del ladrón a quien el Señor llamó a la patria del paraíso [Lc. 23, 43], y la del centurión Cornelio, a quien fue enviado un ángel [Act. 10, 3] y la de Zaqueo, que mereció hospedar al Señor mismo [Lc. 19, 6], no les vino de la naturaleza, sino que fue don de la liberalidad divina.

Diferencias entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa

La Iglesia ortodoxa tomó posición por la doctrina sostenida por Juan Casiano y Vicente de Lérins tal como había sido expresada por este concilio, pero no siguió las resoluciones de la Iglesia católica en el punto referente a la doctrina agustiniana.

Véase también

Referencias

  1. Histoire de la France religieuse, des origines au XIVe siècle, páginas 126-130 (en francés).

Enlaces externos

  • Canons of the Second Council of Orange (En inglés)
  •   Datos: Q1268643

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El concilio de Orange de 529 o segundo concilio de Orange fue un concilio regional celebrado el 3 de julio de 529 en Orange Francia al que asistieron catorce obispos presididos por el arzobispo de Arles Cesareo de Arles Hubo otro concilio anterior tambien celebrado en Orange denominado I Concilio de Orange de 441 Este segundo concilio que tuvo lugar con la ocasion de la consagracion de una iglesia construida por el gobernador de la Galia Narbonensis condeno tanto el pelagianismo y al semipelagianismo y ciertas desviaciones en la formulacion teologica de la predestinacion afirmando la posicion tradicional de los que como Juan Casiano Vicente de Lerins y Fausto de Riez daban un papel mas importante al libre albedrio siguiendo la ensenanza de los Padres del Desierto y de Juan Crisostomo El concilio recibio la bendicion papal Indice 1 El Concilio 2 Canones del Concilio 3 Diferencias entre la Iglesia catolica y la Iglesia ortodoxa 4 Vease tambien 5 Referencias 6 Enlaces externosEl Concilio EditarExistia una gran controversia entre el papel de la gracia divina y el libre albedrio que comenzo a principios del siglo V por las ensenanzas del monje breton Pelagio 1 Juan Casiano y Vicente de Lerins condenaban la postura de Pelagio pero no habian admitido la predestinacion tal como lo expresaba Augustin de Hipona Reconocian un papel mas importante al libre albedrio de lo que apuntaba Agustin Hace falta la fuente El concilio adopto una serie de canones y una definicion de fe que salvaguardaban la gratuidad de la gracia y tambien la importancia de los esfuerzos del hombre Nada de bien puede el hombre sin Dios Mucho de bien hace Dios en el hombre que el hombre no hace ningun bien hace el hombre sino el que Dios quiere Canones del Concilio Editar I Sobre el pecado original Can l Si alguno dice que por el pecado de prevaricacion de Adan no fue mudado todo el hombre es decir segun el cuerpo y el alma en peor sino que cree que quedando ilesa la libertad del alma solo el cuerpo esta sujeto a la corrupcion enganado por el error de Pelagio se opone a la Escritura que dice El alma que pecare esa morira Ez 18 20 y No sabeis que si os entregais a uno por esclavos para obedecerle esclavos sois de aquel a quien os sujetais Rom 6 16 Y Por quien uno es vencido para esclavo suyo es destinado 2 Petr 2 19 Can 2 Si alguno afirma que a Adan solo dano su prevaricacion pero no tambien a su descendencia o que solo paso a todo el genero humano por un solo hombre la muerte que ciertamente es pena del pecado pero no tambien el pecado que es la muerte del alma atribuira a Dios injusticia contradiciendo al Apostol que dice Por un solo hombre el pecado entro en el mundo y por el pecado la muerte y asi a todos los hombres paso la muerte por cuanto todos habian pecado Rom 5 12 3 II Sobre la gracia Can 3 Si alguno dice que la gracia de Dios puede conferirse por invocacion humana y no que la misma gracia hace que sea invocado por nosotros contradice al profeta Isaias o al Apostol que dice lo mismo He sido encontrado por los que no me buscaban manifiestamente apareci a quienes por mi no preguntaban Rom 10 20 cf Is 65 l Can 4 Si alguno porfia que Dios espera nuestra voluntad para limpiarnos del pecado y no confiesa que aun el querer ser limpios se hace en nosotros por infusion y operacion sobre nosotros del Espiritu Santo resiste al mismo Espiritu Santo que por Salomon dice Es preparada la voluntad por el Senor Prov 8 35 LXX y al Apostol que saludablemente predica Dios es el que obra en nosotros el querer y el acabar segun su beneplacito Phil 2 13 Can 5 Si alguno dice que esta naturalmente en nosotros lo mismo el aumento que el inicio de la fe y hasta el afecto de credulidad por el que creemos en Aquel que justifica al impio y que llegamos a la regeneracion del sagrado bautismo no por don de la gracia es decir por inspiracion del Espiritu Santo que corrige nuestra voluntad de la infidelidad a la fe de la impiedad a la piedad se muestra enemigo de los dogmas apostolicos como quiera que el bienaventurado Pablo dice Confiamos que quien empezo en vosotros la obra buena la acabara hasta el dia de Cristo Jesus Phil 1 6 y aquello A vosotros se os ha concedido por Cristo no solo que creais en El sino tambien que por El padezcais Phil 1 29 y De gracia habeis sido salvados por medio de la fe y esto no de vosotros puesto que es don de Dios Eph 2 8 Porque quienes dicen que la fe por la que creemos en Dios es natural definen en cierto modo que son fieles todos aquellos que son ajenos a la Iglesia de Dios Can 6 Si alguno dice que se nos confiere divinamente misericordia cuando sin la gracia de Dios creemos queremos deseamos nos esforzamos trabajamos oramos vigilamos estudiamos pedimos buscamos llamamos y no confiesa que por la infusion e inspiracion del Espiritu Santo se da en nosotros que creamos y queramos o que podamos hacer como se debe todas estas cosas y condiciona la ayuda de la gracia a la humildad y obediencia humanas y no consiente en que es don de la gracia misma que seamos obedientes y humildes resiste al Apostol que dice Que tienes que no lo hayas recibido 1 Cor 4 7 y Por la gracia de Dios soy lo que soy 1 Cor 15 10 Can 7 Si alguno afirma que por la fuerza de la naturaleza se puede pensar como conviene o elegir algun bien que toca a la salud de la vida eterna o consentir a la saludable es decir evangelica predicacion sin la iluminacion o inspiracion del Espiritu Santo que da a todos suavidad en el consentir y creer a la verdad es enganado de espiritu heretico por no entender la voz de Dios que dice en el Evangelio Sin mi nada podeis hacer Ioh 15 5 y aquello del Apostol No que seamos capaces de pensar nada por nosotros como de nosotros sino que nuestra suficiencia viene de Dios 2 Cor 3 5 3 Can 8 Si alguno porfia que pueden venir a la gracia del bautismo unos por misericordia otros en cambio por el libre albedrio que consta estar viciado en todos los que han nacido de la prevaricacion del primer hombre se muestra ajeno a la recta fe Porque ese no afirma que el libre albedrio de todos quedo debilitado por el pecado del primer hombre o ciertamente piensa que quedo herido de modo que algunos no obstante pueden sin la revelacion de Dios conquistar por si mismos el misterio de la eterna salvacion Cuan contrario sea ello el Senor mismo lo prueba al atestiguar que no algunos sino ninguno puede venir a El Sino aquel a quien el Padre atrajere Ioh 6 44 asi como al bienaventurado Pedro le dice Bienaventurado eres Simon hijo de Jona porque ni la carne ni la sangre te lo ha revelado sino mi Padre que esta en los cielos Mt 16 17 y el Apostol Nadie puede decir Senor a Jesus sino en el Espiritu Santo 1 Cor 12 3 4 Can 9 Sobre la ayuda de Dios Don divino es el que pensemos rectamente y que contengamos nuestros pies de la falsedad y la injusticia porque cuantas veces bien obramos Dios para que obremos obra en nosotros y con nosotros Can 10 Sobre la ayuda de Dios La ayuda de Dios ha de ser implorada siempre aun por los renacidos y sanados para que puedan llegar a buen fin o perseverar en la buena obra Can 11 Sobre la obligacion de los votos Nadie haria rectamente ningun voto al Senor si no hubiera recibido del mismo lo que ha ofrecido en voto segun se lee Y lo que de tu mano hemos recibido eso te damos 1 Par 29 14 Can 12 Cuales nos ama Dios Tales nos ama Dios cuales hemos de ser por don suyo no cuales somos por merecimiento nuestro Can 13 De la reparacion del libre albedrio El albedrio de la voluntad debilitado en el primer hombre no puede repararse sino por la gracia del bautismo lo perdido no puede ser devuelto sino por el que pudo darlo De ahi que la verdad misma diga Si el Hijo os liberare entonces sereis verdaderamente libres Ioh 8 36 Can 14 Ningun miserable se ve libre de miseria alguna sino el que es prevenido de la misericordia de Dios como dice el salmista Prontamente se nos anticipe Senor tu misericordia Ps 78 8 y aquello Dios mio su misericordia me prevendra Ps 58 11 Can 15 Adan se mudo de aquello que Dios le formo pero se mudo en peor por su iniquidad el fiel se muda de lo que obro la iniquidad pero se muda en mejor por la gracia de Dios Aquel cambio pues fue del prevaricador primero este segun el salmista es cambio de la diestra del Excelso Ps 76 11 Can 16 Nadie se glorie de lo que parece tener como si no lo hubiera recibido o piense que lo recibio porque la letra por fuera aparecio para ser leida o sono para ser oida Porque como dice el Apostol Si por medio de la ley es la justicia luego de balde murio Cristo Gal 2 21 subiendo a lo alto cautivo la cautividad dio dones a los hombres Eph 4 8 cf Ps 67 19 De ahi tiene todo el que tiene y quienquiera niega tener de ahi o es que verdaderamente no tiene o lo que tiene se le quita Mt 25 29 Can 17 Sobre la fortaleza cristiana La fortaleza de los gentiles la hace la mundana codicia mas la fortaleza de los cristianos viene de la caridad de Dios que se ha derramado en nuestros corazones no por el albedrio de la voluntad que es nuestro sino por el Espiritu Santo que nos ha sido dado Rom 5 5 Can 18 Que por ningun merecimiento se previene a la gracia Se debe recompensa a las buenas obras si se hacen pero la gracia que no se debe precede para que se hagan Can 19 Que nadie se salva sino por la misericordia de Dios La naturaleza humana aun cuando hubiera permanecido en aquella integridad en que fue creada en modo alguno se hubiera ella conservado a si misma si su Creador no la ayudara de ahi que si sin la gracia de Dios no hubiera podido guardar la salud que recibio como podra sin la gracia de Dios reparar la que perdio Can 20 Que el hombre no puede nada bueno sin Dios Muchos bienes hace Dios en el hombre que no hace el hombre ningun bien empero hace el hombre que no otorgue Dios que lo haga el hombre Can 21 De la naturaleza y de la gracia A la manera como a quienes queriendo justificarse en la ley cayeron tambien de la gracia con toda verdad les dice el Apostol Si la justicia viene de la ley luego en vano ha muerto Cristo Gal 2 21 asi a aquellos que piensan que es naturaleza la gracia que recomienda y percibe la fe de Cristo con toda verdad se les dice Si por medio de la naturaleza es la justicia luego en vano ha muerto Cristo Porque ya estaba aqui la ley y no justificaba ya estaba aqui tambien la naturaleza y tampoco justificaba Por tanto Cristo no ha muerto en vano sino para que la ley fuera cumplida por Aquel que dijo No he venido a destruir la ley sino a darle cumplimiento Mt 5 17 y la naturaleza perdida por Adan fuera reparada por Aquel que dijo haber venido a buscar y salvar lo que se habia perdido Lc 19 10 Can 22 De lo que es propio de los hombres Nadie tiene de suyo sino mentira y pecado Y si alguno tiene alguna verdad y justicia viene de aquella fuente de que debemos estar sedientos en este desierto a fin de que rociados como si dijeramos por algunas gotas de ella no desfallezcamos en el camino Can 23 De la voluntad de Dios y del hombre Los hombres hacen su voluntad y no la de Dios cuando hacen lo que a Dios desagrada mas cuando hacen lo que quieren para servir a la divina voluntad aun cuando voluntariamente hagan lo que hacen la voluntad sin embargo es de Aquel por quien se prepara y se manda lo que quieren Can 24 De los sarmientos de la vid De tal modo estan los sarmientos en la vid que a la vid nada le dan sino que de ella reciben de que vivir porque de tal modo esta la vid en los sarmientos que les suministra el alimento vital pero no lo toma de ellos Y por esto tanto el tener en si a Cristo permanente como el permanecer en Cristo son cosas que aprovechan ambas a los discipulos no a Cristo Porque cortado el sarmiento puede brotar otro de la raiz viva mas el que ha sido cortado no puede vivir sin la raiz cf Ioh 15 5 ss Can 25 Del amor con que amamos a Dios Amar a Dios es en absoluto un don de Dios El mismo que sin ser amado ama nos otorgo que le amasemos Desagradandole fuimos amados para que se diera en nosotros con que le agradaramos En efecto el Espiritu del Padre y del Hijo a quien con el Padre y el Hijo amamos derrama en nuestros corazones la caridad Rom 5 5 Y asi conforme a las sentencias de las Santas Escrituras arriba escritas o las definiciones de los antiguos Padres debemos por bondad de Dios predicar y creer que por el pecado del primer hombre de tal manera quedo inclinado y debilitado el libre albedrio que en adelante nadie puede amar a Dios como se debe o creer en Dios u obrar por Dios lo que es bueno sino aquel a quien previniere la gracia de la divina misericordia De ahi que aun aquella preclara fe que el Apostol Pablo Hebr 11 proclama en alabanza del justo Abel de Noe Abraham Isaac y Jacob y de toda la muchedumbre de los antiguos santos creemos que les fue conferida no por el bien de la naturaleza que primero fue dado en Adan sino por la gracia de Dios Esta misma gracia aun despues del advenimiento del Senor a todos los que desean bautizarse sabemos y creemos juntamente que no se les confiere por su libre albedrio sino por la largueza de Cristo conforme a lo que muchas veces hemos dicho ya y lo predica el Apostol Pablo A vosotros se os ha dado por Cristo no solo que creais en El sino tambien que padezcais por El Phil 1 29 y aquello Dios que empezo en vosotros la obra buena la acabara hasta el dia de nuestro Senor Phil 1 6 y lo otro De gracia habeis sido salvados por la fe y esto no de vosotros porque don es de Dios Eph 2 8 y lo que de si mismo dice el Apostol He alcanzado misericordia para ser fiel 1 Cor 7 25 1 Tim 1 13 no dijo porque era sino para ser Y aquello Que tienes que no lo hayas recibido 1 Cor 4 7 Y aquello Toda dadiva buena y todo don perfecto de arriba es y baja del Padre de las luces Iac 1 17 Y aquello Nadie tiene nada si no le fuere dado de arriba Ioh 3 27 Innumerables son los testimonios que podrian alegarse de las Sagradas Escrituras para probar la gracia pero se han omitido por amor a la brevedad porque realmente a quien los pocos no bastan no aprovecharan los muchos III De la predestinacion Tambien creemos segun la fe catolica que despues de recibida por el bautismo la gracia todos los bautizados pueden y deben con el auxilio y cooperacion de Cristo con tal que quieran fielmente trabajar cumplir lo que pertenece a la salud del alma Que algunos empero hayan sido predestinados por el poder divino para el mal no solo no lo creemos sino que si hubiere quienes tamano mal se atrevan a creer con toda detestacion pronunciamos anatema contra ellos Tambien profesamos y creemos saludablemente que en toda obra buena no empezamos nosotros y luego somos ayudados por la misericordia de Dios sino que El nos inspira primero sin que preceda merecimiento bueno alguno de nuestra parte la fe y el amor a El para que busquemos fielmente el sacramento del bautismo y para que despues del bautismo con ayuda suya podamos cumplir lo que a El agrada De ahi que ha de creerse de toda evidencia que aquella tan maravillosa fe del ladron a quien el Senor llamo a la patria del paraiso Lc 23 43 y la del centurion Cornelio a quien fue enviado un angel Act 10 3 y la de Zaqueo que merecio hospedar al Senor mismo Lc 19 6 no les vino de la naturaleza sino que fue don de la liberalidad divina Diferencias entre la Iglesia catolica y la Iglesia ortodoxa EditarLa Iglesia ortodoxa tomo posicion por la doctrina sostenida por Juan Casiano y Vicente de Lerins tal como habia sido expresada por este concilio pero no siguio las resoluciones de la Iglesia catolica en el punto referente a la doctrina agustiniana Vease tambien EditarSemipelagianismo Gracia divina Libre albedrio Anexo Concilios nacionalesReferencias Editar Histoire de la France religieuse des origines au XIVe siecle paginas 126 130 en frances Enlaces externos EditarCanons of the Second Council of Orange En ingles Datos Q1268643Obtenido de https es wikipedia org w index php title Concilio de Orange 529 amp oldid 123681695, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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