Colegio Nacional de Monserrat
El Colegio Nacional de Monserrat es un colegio ubicado en la ciudad de Córdoba, Argentina. Como establecimiento educacional jesuítico cobró gran prestigio en el Virreinato del Río de la Plata, como así también en los territorios de los actuales Chile y Perú. Fue fundado por Ignacio Duarte y Quirós en 1687 y declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 2000. Depende de la Universidad Nacional de Córdoba.
Colegio Nacional de Monserrat | ||
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En virtud y letras | ||
Alias | Monse | |
Nombre original | Real Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat | |
Información | ||
Tipo | Colegio preuniversitario de nivel medio y nivel pregrado | |
Fundación | 1687 | |
Fundador (es) | Ignacio Duarte y Quirós | |
Coordenadas | 31°25′08″S 64°11′13″O / -31.418917, -64.186833 | |
Academia | ||
Mascota | Duende | |
Autoridades | ||
Director/a | Aldo Sergio Guerra | |
Vicedirector/a | Gabriela Amelia Helale | |
http://www.cnm.unc.edu.ar/ | ||
El edificio del núcleo original aún existente mantiene el estilo plateresco y es Patrimonio de la Humanidad acorde con la normativa de la UNESCO del año 2000 porque integra la Manzana Jesuítica de la argentina ciudad de Córdoba.
El colegio es el más antiguo del país con funcionamiento ininterrumpido desde su fundación, siempre vinculada a la UNC, que también resulta ser la Universidad más antigua de la Argentina. Además, es una de las instituciones más influyentes en la historia cultural de Córdoba. En él funcionó la primera imprenta instalada en el actual territorio argentino.[1]
Actualmente mixto, durante muchos años se consideró un colegio de varones. En 2007 cumplía bodas de oro la promoción 1957 con la presencia de una mujer egresada. Si bien nunca hubo una prohibición legal para el ingreso de mujeres, la condición de mixto fue resistida por gran parte de las autoridades. A fines de la década de los 90, luego de reclamos y cobertura mediática, comienza a normalizarse el ingreso de mujeres.[2]
Historia
El Real Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat fue fundado en la ciudad de Córdoba el 1º de agosto de 1687. Dotó la fundación el Presbítero doctor Ignacio Duarte y Quirós, sacerdote de origen cordobés, quien ofreció y donó todos sus bienes a ese efecto a los religiosos jesuitas (por un total de bienes tasados en $ 38.354, entre los que se encontraba la Estancia de Caroya). Estos religiosos obtuvieron del Rey de España Carlos II, la Cédula que autorizaba la fundación, cuyo cumplimiento fue encomendado al Gobernador de Córdoba, Capitán de Caballos Corazas Tomás Félix de Argandoña. La fundación fue aprobada definitivamente por el Rey Felipe V, en Cédula de 2 de diciembre de 1716, aunque el Colegio ya había comenzado a funcionar el 10 de abril de 1695, después de varios años de intentos y tratativas, ocupando la antigua casa de los Duarte. Ésta constaba de un patio y siete habitaciones, y fue agrandada a partir de nuevas donaciones, avanzando sobre la manzana encerrada por las actuales calles Obispo Trejo, Duarte Quirós, Caseros y Av. Vélez Sársfield.
Desde su origen y por casi dos siglos el Colegio fue, como su nombre lo indicaba, un "Convictorio", del latín, cum vivere, vivir en común, es decir, un internado donde vivían y estudiaban los colegiales que escuchaban las lecciones que se impartían en la Universidad.
La historia del Colegio puede dividirse en seis períodos: 1) Jesuita; 2) Franciscano; 3) Del Clero Secular; 4) Provincial; 5) Nacional; 6) Universitario.
Período jesuita
Durante el primer período (1687-1767), en que el colegio estuvo regido por los sacerdotes jesuitas, este instituto alcanzó gran prestigio. Al expulsarse a la Compañía de Jesús, la universidad y el colegio fueron entregados a los religiosos franciscanos.
Período franciscano
En el período franciscano (1767-1807), el colegio fue trasladado de la casa de Duarte, que ocupó hasta entonces (hoy Colegio de Huérfanas), al edificio en el que actualmente funciona, traslado "que dio todo el ser al colegio", según la expresión de uno de sus rectores, y que se realizó el 9 de febrero de 1782.
Período del clero secular
El período del clero secular (1807-1820), comienza al darse cumplimiento a la Real Cédula del año 1800, por la que el Rey Carlos IV creaba la “Real Universidad de San Carlos y de Nuestra Señora de Monserrat” sobre la base de los antiguos institutos, disponiendo se entregaran a la regencia del Clero Secular de esta ciudad. En esta época se producen las importantes reformas a los planes de estudio propuestos por Deán Funes, entonces Rector de la Universidad y Colegio, por el Gobernador de Córdoba Don Manuel Antonio de Castro.
Período provincial
El período provincial se inicia a raíz de la caída de las autoridades del gobierno general de la Nación (1820-1854). En este lapso el Colegio pasó las épocas más difíciles de su historia debido a las guerras de la independencia, a las luchas civiles y a las dificultades económicas consiguientes; sin embargo, el Colegio subsistió merced a la virtud y desprendimiento de sus autoridades. Durante este tiempo se reformaron los planes de estudio a iniciativa del gobernador Bustos, reformas que realizó José Gregorio Baigorrí.
Período nacional
Al organizarse el gobierno federal, el colegio y la universidad fueron nacionalizados, iniciándose así el período nacional (1854-1907). En este tiempo el colegio fue transformado en un instituto de enseñanza secundaria, perdiendo el carácter de convictorio. Desde entonces es un "Colegio Nacional" con las características actuales, por lo que sus planes de estudio sufrieron las transformaciones correspondientes.
Período universitario
En 1907 el colegio fue anexado a la Universidad Nacional de Córdoba, iniciándose el período universitario, que es el actual. En esta época se introdujeron las reformas al plan, al que se le ha dado un sentido propio, integral y humanista. El viejo edificio del Colegio fue reformado, adecuándolo a las necesidades y a la jerarquía actual del Instituto.
En este período se ha festejado el 250 aniversario de la fundación y se ha cumplido un antiguo anhelo, levantar la estatua al Dr. Ignacio Duarte y Quirós, a quien el Colegio le debe no sólo su vida, sino mucho de su espíritu.
Por sus valores históricos y arquitectónicos, el edificio ha sido, también, declarado Monumento Histórico Nacional en 1938.
En 1998 este tradicional establecimiento, al que solamente concurrían estudiantes varones, fijó un régimen mixto, con lo cual se admitió el ingreso de mujeres.[2]
Actualmente, la oferta académica de este instituto incluye, además de la formación de alumnos de nivel medio, el dictado de tres carreras de nivel pregrado.
Himno del Colegio Nacional de Monserrat
Estudiantes, estudiantes
Frente a Duarte y Quirós,
El sagrado juramento
Pronunciemos con fervor:
(Por la Patria y en la Patria
Con el libro hacia el honor.
Luz del alma, a flor de labio,
La sonrisa juvenil;
Hondo ensueño en las pupilas,
En el alma fe viril.
Fe de amor y sacrificio,
Rumbo cierto y varonil,
Hacia el tiempo y las estrellas
Prorrumpiendo siempre así:
Por la Patria y en la Patria,
Con el libro hacia el honor).
Juventudes, camaradas
En la casa fraternal;
Cuando el tiempo nos separe,
Para nunca unirnos ya;
O si amargo desaliento
Perturbare nuestro afán,
Encendamos los recuerdos
Y volvamos a cantar:
Por la Patria y en la Patria,
Con la luz del Monserrat
Escudo del Colegio Nacional de Monserrat
La nobleza de la creación del Colegio Convictorio necesitaba objetivarse en un escudo, que nucleara tras él a aquellos que al pasar por sus claustros forman parte de esa gran familia identificada con sus insignias. El Escudo Monserratense marca, a través del tiempo, la alcurnia de su espíritu y como en la mejor tradición secular, es hereditario. Duarte y Quirós quiso darle esta identificación a los hijos de su gran familia y para que el mismo desafiara la batalla del tiempo, apeló en su composición a los símbolos espirituales, que por atemporales, no perderían nunca vigencia.
Así, en su campo se destaca en el palo un gran ciprés que naciendo desde la punta donde se arraigan sus raíces, se abre en la faja con esplendor de ramas que representan todas las generaciones de monserratenses unidas en perfecta comunión. Arriba ya en jefe la estrella, la Stella Matutina, que representa la Virgen en su carácter de Madre Universal, Madre de todos los humanos, protegiendo su vida. Dos llaves que se cruzan en esta parte superior separando la Estrella y el Ciprés nos recuerdan las dos llaves que deberían abrir el entendimiento: aquella que facilitaría el encuentro con “las letras” que era en ese entonces la sabiduría humana, el bagaje de conocimientos y experiencias de los negocios terrenos y aquella otra que permitiera entrar en el mundo trascendente de “la virtud” que es la ruta de las verdades eternas, el encuentro con Dios, camino que lleva a la meta de la Gloria. Porque ‘En Virtud y en Letras” deberían formarse los nuevos caballeros, que armados con ellas llevarían el nombre de la Universidad ante el corazón de las gentes. (ut… portet nomen meum in coram gentibus”). Cuatro flores de lis en la franja y cuatro rosas en la punta, a diestra y siniestra anuncian al viandante que aquí, bajo estos muros y hacia los cuatro rumbos, la pureza del lirio y el encendido rojo de la caridad, serán los atributos irrenunciables de aquellos que al pasar por sus claustros velaron armas para salir caballeros en la vida, donde la luz que emana del Montserrat será foco siempre encendido por la gracia de la Estrella. Un ramillete de lambrequines distribuidos en forma simétrica le hacen marco al escudo, rodeado de piezas honorables con las 8 cruces que también en simetría anuncian el equilibrio que la razón exige a los estudiosos.
Y porque el Escudo es identidad, él debe estar presente en los grandes acontecimientos y en el hecho cotidiano, en los fastos del Colegio y en las acciones grandes y pequeñas de la vida, porque no es sólo defensa y protección sino definición del Alma Mater que fue moldeando el espíritu monserratense, resumen entonces de un ideal irrenunciable.
Alumnos destacados
Muchos de sus estudiantes fueron influyentes en la historia argentina. Los acontecimientos de la Revolución de Mayo de 1810 en adelante, que marcaron buena parte del destino de la República Argentina, fueron protagonizados por alumnos egresados del Monserrat: los doctores Juan José Castelli, Juan José Paso, Deán Gregorio Funes, Pedro Ignacio de Castro Barros, José Ignacio Gorriti y Eduardo Pérez Bulnes, entre otros. También por sus aulas pasaron algunos de los principales impulsores de la Reforma Universitaria de 1918, que luego se extendería al resto de Latinoamérica y el mundo: Deodoro Roca y Arturo Orgaz, como así también varios presidentes de la Nación: Santiago Derqui, Nicolás Avellaneda, José Figueroa Alcorta.
Algunos estudiantes destacados fueron
- Tomás Martínez
- Nicolás Avellaneda
- Juan José Castelli
- Juan José Paso
- Pedro Ignacio Castro Barros
- Rafael Núñez
- Ramón J. Cárcano
- Deodoro Roca
- Leopoldo Lugones
- Juan Felipe Ibarra
- Santiago Derqui
- José Figueroa Alcorta
- Mariano Fragueiro
- Deán Gregorio Funes
- Arturo Orgaz
- Eduardo Pérez Bulnes
- Dalmacio Vélez Sársfield
- Leonardo Paz
- José Antonio Balseiro
- Juan Baltasar Maciel
Referencias
- , sitio oficial de la Municipalidad de Córdoba.
- ↑ «Será mixto el Colegio Montserrat, de Córdoba». La Nación. 7 de mayo de 1997.
Enlaces externos
- Página oficial del Colegio Nacional de Monserrat