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Carta colectiva de los obispos españoles con motivo de la guerra en España

La Carta Colectiva del Episcopado español a los obispos del mundo entero fue un documento de los obispos españoles, cuyo objetivo era informar a los católicos de fuera de España de la postura que había tomado la Iglesia Católica en España en la Guerra Civil Española. Llevaba fecha de 1 de julio de 1937, cuando se cumplía casi un año del inicio de la guerra, pero no se divulgó hasta mediados de agosto «con la intención de obtener la firma de los pocos obispos recalcitrantes, y también para que los obispos de todo el mundo, a los que la carta se dirigía, la hubieran recibido cuando la prensa la diera a conocer al gran público».[1]​ Fue redactada por el cardenal primado de Toledo Isidro Gomá a instancias del "Generalísimo" Francisco Franco que le pidió al cardenal el 10 de mayo de 1937 que, dado que el episcopado español le apoyaba, publicara "un escrito que, dirigido al episcopado de todo el mundo, con ruego de que procure su reproducción en la prensa católica, pueda llegar a poner la verdad en su punto".[2]​ La "verdad" que pretendía el general Franco que se difundiera en este documento estaba destinada a contrarrestar la condena hecha por amplios sectores del catolicismo europeo y americano más avanzado de los asesinatos cometidos por los sublevados de diecisiete sacerdotes en el País Vasco y de miles de obreros y campesinos en toda la zona sublevada, además de su rechazo a considerar a la guerra civil española como una cruzada o guerra santa, una idea difundida por las autoridades y la propaganda franquistas y apoyada por la inmensa mayoría del episcopado español.[1]

El objetivo que perseguía Franco con la carta colectiva de ganarse a la opinión católica mundial en favor de la causa del bando sublevado lo logró plenamente porque prácticamente los obispos de todo el mundo adoptaron a partir de entonces el punto de vista sobre la Guerra Civil Española que manifestaba la carta colectiva, sobre todo por la descripción que se hacía en ella de la persecución religiosa que se había desencadenado en la zona republicana. Como escribió un colaborador de la Oficina Nacional de Propaganda franquista "la carta de los obispos españoles es más importante para Franco en el extranjero que la toma de Bilbao o Santander". Así pues "se produjo plenamente la manipulación propagandística que el cardenal Vidal y Barraquer había temido", y que le había llevado, entre otras razones, a no suscribir la carta colectiva.[3]

Historia

Nada más llegar a Roma a mediados de agosto de 1936 el marqués de Magaz, "encargado oficioso" ante el Vaticano de la Junta de Defensa Nacional, presionó a la Secretaría de Estado de la Santa Sede para que condenara a los católicos vascos que se mantenían leales a la República, un problema militar pero también propagandístico ya que "desautorizaba el esquema simplista [que difundían los sublevados] de una lucha entre católicos y bolcheviques, o entre Dios y el diablo".[4]​ Cuando el cardenal primado de Toledo Isidro Gomá y Tomás regresó de Roma, donde había sido recibido por el papa Pío XI el 12 de diciembre de 1936 quien le había nombrado "encargado oficioso provisional" ante la Junta Técnica del Estado nombrada por el "Generalísmo" Franco, supremo jefe político y militar de los sublevados desde el 1 de octubre, se entrevistó con Franco el 29 de diciembre de 1936, y éste volvió a insistir en que "una desautorización de la conducta de los vascos por parte de la autoridad eclesiástica podría ser decisiva para hacerles desistir en su lucha".[4]

Aunque el cardenal Gomá dudaba de la efectividad de dicha condena, recordando que la "Instrucción Pastoral" de los obispos de Pamplona y Vitoria de agosto de 1936 a los católicos vascos no había dado ningún resultado, escribió al Vaticano, y el secretario de Estado, el cardenal Pacelli, le respondió que el papa estaría dispuesto a dirigir una carta pontificia al clero vasco "si S.E. el General Franco se decidiera a hacer alguna concesión a las aspiraciones de los vascos". Como Franco no estaba dispuesto a cumplir esa condición, el Vaticano sugiere entonces al cardenal Gomá que, en lugar de una declaración papal directa, los obispos españoles redacten una "carta colectiva sobre la colaboración de los católicos [vascos] con los comunistas". Pero el 23 de febrero de 1937 el Cardenal Gomá, tras consultar a varios obispos, respondió: "No juzgo procedente la publicación de un escrito colectivo de este episcopado" (sobre los católicos vascos). Aunque añadió a continuación la "posible conveniencia de que por parte del Episcopado español se publique un documento colectivo acomodado a las circunstancias presentes". Pero esta carta colectiva dirigida a los católicos españoles nunca se redactó.[5]

El punto de partida de la carta colectiva dirigida a los obispos de todo el mundo se sitúa en la entrevista que mantuvo el 10 de mayo de 1937 el "Generalísimo" Franco con el cardenal Gomá en la que el "Caudillo" se quejó de la hostilidad de la prensa católica internacional hacia el "bando nacional" que atribuía, entre otras razones, a la "influencia del judaísmo y la masonería" y "al soborno de algunos directores o redactores de periódico que han recibido fuertes sumas para la odiosa campaña". Y a continuación le pidió, según cuenta el propio cardenal Gomá en una carta al cardenal Pacelli[6]

que, toda vez que el Episcopado español está en su totalidad y sin reservas al lado del general [Franco] y a favor del Movimiento, publique un escrito que, dirigido al episcopado de todo el mundo, con ruego de que procure su reproducción en la prensa católica, pueda llegar a poner la verdad en su punto, haciendo a un mismo tiempo obra patriótica y depuración histórica, que podría redundar en gran bien para la causa católica de todo el mundo

Tras consultar de nuevo a los obispos el 15 de mayo de 1937, el cardenal Gomá redactó la carta en las dos semanas siguientes y a principios de junio enviaba a cada obispo un ejemplar de la misma en galeradas (en el escrito de Gomá sólo hubo algunos retoques doctrinales por parte del obispo de Salamanca Enrique Pla y Deniel y otros estilísticos del obispo de Madrid-Alcalá Leopoldo Eijo Garay).[7]​ La inmensa mayoría de los obispos acogieron con entusiasmo la carta y la firmaron 43 y 5 vicarios capitulares. Pero hubo cinco prelados que no la firmaron: el obispo de Menorca Juan Torres y Ribas, el cardenal Pedro Segura, el obispo de Orihuela-Alicante Francisco Javier de Irastorza Loinaz, el obispo de Vitoria Mateo Múgica Urrestarazu y, el caso más significativo, el arzobispo de Tarragona cardenal Vidal y Barraquer. Y también hubo un sexto que "casi" no firmó, el obispo de Urgel y copríncipe de Andorra Justino Guitart y Vilardebó.[8]

En cuanto al Vaticano, cuando Gomá envió a Roma el borrador de la Carta no recibió ninguna respuesta y ni siquiera hizo acuse de recibo cuando Gomá envió al cardenal Pacelli el texto definitivo. Cuando la carta colectiva se hizo pública a mediados de agosto el Vaticano siguió guardando silencio. La respuesta oficial tardó nueve meses en producirse y la forma en que lo hizo enfureció a las autoridades del bando sublevado, porque en la carta que el cardenal Pacelli envió a Gomá en marzo de 1938 elogiaba el documento por condenar el mal, "de cualquier parte que venga'". Así cuando la carta se publicó como prólogo a un libro en el que se recopilaban las respuestas favorables de los obispos de todo el mundo, se suprimió la frase "... de cualquier parte que venga", lo que obligó al diario oficioso del Vaticano L'Osservatore Romano a publicarla completa.[9]​ El embajador de la "España nacional" ante el Vaticano, Yanguas Messía en lugar de presentar excusas por haber manipulado un documento de la Santa Sede, presentó una queja formal por la publicación del documento completo que incluía la frase "de cualquier parte que venga" lo que, según él, había causado un "penoso efecto" entre "la opinión católica nacional" porque equiparaba "en cierto modo" a los "nacionales" con los "rojos". Yanguas Mesía a continuación afirmaba:[10]

Nosotros no pretendemos que la zona roja sea el infierno y la nuestra el cielo, porque el cielo no está en la tierra. Más sí podemos afirmar que la zona roja es el infierno, con todos sus refinamientos satánicos, y la nuestra es la tierra, con sus virtudes y sus flaquezas, que nadie es perfecto en este mundo. Y una tierra, eso sí, donde se bendice a Dios y en su nombre se lucha y por Él se muere

Contenido

La extensión de la carta es de unas 45 páginas, con la siguiente estructura :

  • Razón de este documento.
  • Naturaleza de la carta.
  • Nuestra posición ante la guerra.
  • El quinquenio que precedió a la guerra.
  • El alzamiento militar y la revolución comunista.
  • Características de la revolución comunista.
  • El movimiento nacional: sus caracteres.
  • Se responde a unos reparos.
  • Conclusión.

La Carta, en contra de lo que se suele afirmar, no declara que la Guerra Civil sea un cruzada a pesar de que el propio Gomá, y otros obispos como Enrique Pla y Deniel lo habían declarado así en cartas pastorales y en discursos y sermones, aunque sí la proclama como un "plebiscito armado". En ella lo que más impacto produciría fue el relato de los asesinatos de sacerdotes y religiosos y la destrucción de iglesias y de conventos cometidos en la zona republicana.[11]"20.000 iglesias y capillas destruidas o totalmente saqueadas. Los sacerdotes asesinados, contando un promedio del 40 por 100 en las diócesis devastadas -en algunas llega al 80 por 100- sumarán, sólo el clero secular, unos 6.000.", se afirma en la Carta. En ella además los obispos niegan que la Iglesia hubiese instigado la guerra, que esta fuese una lucha social, que la causa del conflicto fuese que la Iglesia se hubiese aliado con los ricos, o que la Iglesia apoyase una dictadura.

Que la Iglesia, a pesar de su espíritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado en ella no podía ser indiferente en la lucha...
Hoy por hoy, no hay en España más esperanza para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan, que el triunfo del movimiento nacional. Tal vez hoy menos que en los comienzos de la guerra, porque el bando contrario, a pesar de todos los esfuerzos de sus hombres de gobierno, no ofrece garantías de estabilidad política y social...
Demos ahora un esbozo del carácter del movimiento llamado «nacional». Creemos justa esta denominación. Primero, por su espíritu; porque la nación española estaba disociada, en su inmensa mayoría, de una situación estatal que no supo encarnar sus profundas necesidades y aspiraciones; y el movimiento fue aceptado como una esperanza en toda la nación; en las regiones no liberadas sólo espera romper la coraza de las fuerzas comunistas que le oprimen...
La irrupción contra los templos fue súbita, casi simultánea en todas las regiones, y coincidió con la matanza de sacerdotes. Los templos ardieron porque eran casas de Dios, y los sacerdotes fueron sacrificados porque eran ministros de Dios...
Prueba elocuentísima de que de la destrucción de los templos y la matanza de los sacerdotes, en forma totalitaria fue cosa premeditada, es su número espantoso. Aunque son prematuras las cifras, contamos unas 20.000 iglesias y capillas destruidas o totalmente saqueadas. Los sacerdotes asesinados, contando un promedio del 40 por 100 en las diócesis devastadas en algunas llegan al 80 por 100 sumarán, sólo del clero secular, unos 6.000. Se les cazó con perros, se les persiguió a través de los montes; fueron buscados con afán en todo escondrijo. Se les mató sin perjuicio las más de las veces, sobre la marcha, sin más razón que su oficio social.
«Carta colectiva de los obispos españoles a los obispos de todo el mundo con motivo de la guerra en España», en la Enciclopedia Espasa-Calpe, suplemento 1936–1939, páginas 1553–1555.

Varios historiadores como Alfonso Álvarez Bolado[12]​ o Hilari Raguer[13]​ han señalado cuatro grandes "limitaciones" en la carta colectiva:

  • Que absolviera demasiado fácilmente a la Iglesia de haberse puesto de parte de los ricos olvidando a los pobres, ya que la Iglesia Católica en España siempre se alineó con las derechas que se oponían a las reformas que se pusieron en marcha durante el primer bienio de la Segunda República Española y durante el gobierno del Frente Popular. Así lo atestiguó el político católico y nacionalista catalán Francesc Cambó en plena guerra: "Si la mitad de los mártires hubieran sido apóstoles, la horrible catástrofe no se hubiera producido".
  • Que simplificara la cuestión de los católicos vascos que se mantuvieron fieles a la República, a los que la carta les reprochaba su "desobediencia", a pesar de que el Papa nunca los condenó. En este punto se seguía la línea iniciada en la "Instrucción Pastoral" redactada por el propio cardenal Gomá y hecha pública por los obispos de Vitoria y de Pamplona en agosto de 1936, en la que se condenaba a los católicos vascos del bando republicano.
  • Que tuviera una falta de sensibilidad para los valores democráticos, al identificar de modo simplista al bando republicano con el comunismo y al elogiar al "nuevo régimen" que estaba construyendo en la zona sublevada el "Generalísimo" Franco.
  • Que no mencionara prácticamente la represión en el bando sublevado y que cuando lo hacía adoptara una actitud benevolente muy diferente al juicio que le merecía la represión en la zona republicana. Esto constituye, según Hilari Raguer (monje e historiador independentista catalán[14]​), la más grave deficiencia del documento. En la carta se decía sobre este punto:[15]
Toda guerra tiene sus excesos; los habrá tenido, sin duda, el movimiento nacional; nadie se defiende con total serenidad de las locas arremetidas de un enemigo sin entrañas. Reprobando en nombre de la justicia y de la caridad cristiana todo exceso que se hubiese cometido, por error o por gente subalterna y que metódicamente ha abultado la información extranjera, decimos que el juicio que rectificamos no responde a la verdad, y afirmamos que va una distancia enorme, infranqueable, entre los principios de justicia de su administración y de la forma de aplicarla de una y otra parte

En conclusión, lo que hizo la Carta colectiva fue legitimar el alzamiento militar y condenar la República, utilizando para ello las ideas del pensamiento tradicional de la derecha católica.[15]

Los obispos que no firmaron

El obispo de Menorca Juan Torres y Ribas,[16]​ anciano de 92 años, medio ciego y enfermo, confinado en su diócesis y respetado por los republicanos, estaba incomunicado con el exterior. Murió el 20 de enero de 1939.

El cardenal Pedro Segura y Sáenz, que estaba exiliado en Roma, a quien el cardenal Gomá "seguramente no le pidió la firma porque era arzobispo dimisionario de Toledo".[17]

El obispo de Orihuela-Alicante, el vasco Javier Irastorza Loinaz, exiliado en Gran Bretaña, que no quiso regresar a la zona sublevada a sabiendas de que eso podía considerarse como una desafección hacia la causa de los "nacionales" y simpatía hacia los "rojos". "Un sacerdote alicantino, buen conocedor del caso, aseguraba que no firmó por su fuerte nacionalismo vasco".[18]

El obispo de Vitoria Mateo Múgica Urrestarazu (que había sido expulsado de España por orden de la Junta de Defensa Nacional bajo la acusación de tolerar propaganda "separatista" en el seminario y de proteger a sacerdotes enemigos del alzamiento militar, pero en realidad por haber protestado por el asesinato de 14 sacerdotes vascos por los sublevados), le dijo al cardenal Gomá que no le parecía oportuno firmar estando obligado a permanecer fuera de su diócesis y que no quería firmar un documento de exaltación de los "nacionales". El obispo Múgica "no podía firmar un documento en el que, respondiendo a la acusación de que en la zona franquista también había una dura represión, se elogiaban los principios de justicia y el modo de aplicarla de los tribunales militares".[19]

El quinto prelado que no firmó la carta, y "que pagaría su negativa con la muerte en el exilio",[20]​ fue el cardenal arzobispo de Tarragona Francesc Vidal i Barraquer, quién había conseguido huir de España gracias a la intervención del presidente de la Generalidad de Cataluña Lluís Companys que lo salvó de ser asesinado por un comité anarquista y que no había querido regresar a la zona nacional. Según Hilari Raguer, este es sin duda el caso más significativo de los cinco porque se trataba tal vez de la figura más destacada de aquel momento de la Iglesia Católica en España. La negativa a firmar la carta se basó en dos argumentos: que era un documento "propio para propaganda... poco adecuado a la condición y carácter de quienes han de suscribirlo" y al que "se le dará una interpretación política por su contenido y por algunos datos o hechos en él consignados"; y en segundo lugar, porque su publicación podría empeorar la difícil situación que ya vivían los eclesiásticos que se hallaban en la zona republicana. También aducía el cardenal el origen del documento, complacer la petición del general Franco, pues juzgaba peligroso "aceptar sugerencias de personas extrañas a la jerarquía en asuntos de su incumbencia". Pero la razón fundamental de la negativa del cardenal Vidal y Barraquer fue que "creía que en aquella guerra fratricida la Iglesia no debía identificarse con ninguno de los dos bandos, sino más bien hacer obra de pacificación. Así lo exponía repetidamente en sus cartas al cardenal Pacelli, Secretario de Estado".[19]

El obispo que "casi" no firmó fue el de Urgel y como tal copríncipe de Andorra Justino Guitart y Vilardebó, que era íntimo amigo y principal consejero del cardenal Vidal y Barraquer, y que había escapado de la persecución religiosa de la zona republicana huyendo a Andorra y más tarde a Italia donde pasó los dos primeros años de la guerra, sin querer volver a la zona nacional porque no quería adherirse al bando sublevado. Cuando recibió la primera petición del cardenal Gomá para que subscribiera la carta colectiva Guitart le contestó que lo haría si también se adhería a la misma Vidal y Barraquer. En la segunda petición que le formuló el primado Gomá llegó incluso a amenazarle si no firmaba la carta, pero Guitart siguió negándose. Finalmente dio su consentimiento al parecer porque el cardenal Vidal y Barraquer así se lo pidió. "Éste [Vidal y Barraquer], decidido a hacer frente a las previsibles consecuencias de su negativa, pensaría que su gesto testimonial ya era suficiente, y que en cambio convenía que un hombre de su entera confianza, como era Guitart, estuviera entre los obispos de su provincia eclesiástica".[21]​ De hecho el obispo de Urgell no volvió a la zona nacional hasta el momento en que parecía inminente la llegada de los sublevados a Urgel, "para entrar en su diócesis con las primeras tropas y estar presente en los primeros y más delicados momentos de la ocupación y la represión. (...) Cuando finalmente toda la diócesis de Urgel cayó, el obispo Guitart se enfrentó valientemente a las autoridades militares defendiendo el uso pastoral de la lengua catalana y negándose a colaborar en la represión de los vencidos".[22]

También pagaron con el exilio eclesiásticos menores e intelectuales de fuste, como el canónigo y amigo del futuro cardenal Vicente Enrique y Tarancón José Manuel Gallegos Rocafull, que defendió activamente la inocencia de la República en la represión religiosa y había asistido a la terrible represión en Córdoba, que según algunos superó el doble de muertos de la más divulgada de Paracuellos. En 1937 publicó el folleto La carta colectiva de los obispos facciosos: Réplica y cuando pasa a París, continua su apoyo a la República, tanto en sus obras, como con su colaboración en la revista Esprit, órgano de la izquierda católica intelectual, en la que sostuvo su tesis contra el concepto de “Cruzada Nacional” aplicada por el episcopado español a la Guerra Civil. Entre sus amigos se encontraban Emmanuel Mounier, fundador de la antes dicha revista Esprit, o el filósofo Jacques Maritain, al que valora como pensador pero más como persona. El papa presionó para que se callara y fue suspendido a divinis por su obispo. Tuvo que exiliarse en México, donde dio clases en la UNAM. La iglesia mexicana consiguió levantarle esa suspensión.[23]

Repercusiones

La Carta colectiva indignó a la opinión pública de la zona republicana, lo que supuso que la política de restablecimiento de la libertad religiosa iniciada por el ministro de Justicia Manuel Irujo del gobierno de Juan Negrín encontrara a partir de entonces muchas dificultades. De hecho cuando cayó prisionero en la batalla de Teruel de enero de 1938 el obispo de Teruel Anselmo Polanco la principal acusación que se le hizo fue haber firmado la carta colectiva, que constituía una excitación a la rebelión. Así pues, se confirmaron los temores que había manifestado el cardenal Vidal y Barraquer de que la carta colectiva empeoraría la situación del clero que se hallaba en la zona republicana, que fue una de las razones principales que alegó para no firmarla.[24]

En cuanto al plano internacional, el impacto de la carta colectiva fue extraordinario porque prácticamente los obispos de todo el mundo adoptaron el punto de vista sobre la Guerra Civil Española que manifestaba la carta colectiva, sobre todo por la descripción que se hacía en ella de la persecución religiosa que se había desencadenado en la zona republicana. Hubo 580 mensajes episcopales, colectivos o individuales, de respuesta a la carta colectiva española. Así pues, "el efecto sobre la opinión católica mundial perseguido por Franco al pedir a Gomá el documento se había logrado plenamente. El director nacional de propaganda, Conde, decía a un religioso que trabajaba en los servicios franquistas: Diga usted al señor cardenal (Gomá) que se lo digo yo, práctico en estos menesteres: que más ha logrado él con la carta colectiva que los demás con todos nuestros afanes. La carta de los obispos españoles es más importante para Franco en el extranjero que la toma de Bilbao o Santander, escribía un año más tarde el P. Calasanz Bau, colaborador entusiasta de la Oficina Nacional de Propaganda, difusora del documento. Se produjo plenamente la manipulación propagandística que el cardenal Vidal y Barraquer había temido", y que le había llevado a no suscribir la carta colectiva.[3]

La Carta recibió la contestación oficial de aproximadamente novecientos obispos, que mostraban su apoyo y solidaridad. Son destacables las respuestas colectivas de los obispos de Italia, Austria, Suiza, Alemania, Bélgica, Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Rumanía, Albania, Grecia, Irlanda, Inglaterra, Portugal, Estados Unidos, México, Canadá, Armenia y África Central.[25]

La gran importancia de estas muestras de reconocimiento del Episcopado mundial no fue ignorada por obispos como el catalán Pla y Deniel, de la diócesis de Salamanca, que en su Carta pastoral El triunfo de la Ciudad de Dios y la Resurrección de España resaltaba el hecho de que las respuestas de países democráticos como Estados Unidos, Francia o Bélgica, daban legitimidad a la actuación del Episcopado español durante la guerra civil por no haberse extralimitado en su misión, ni “dejado arrastrar por partidismos”.[26]​ Pla y Deniel, defendiendo la legitimidad y veracidad de la Carta, afirmó lo siguiente:

Los obispos españoles no se han entregado a un partidismo político; pero ante la ruina inminente de la religión y de la patria han creído que dentro de su ministerio entraba también el de ser defensores civitatis, no empuñando armas, pero sí esclareciendo las conciencias sobre los deberes de momentos trágicos y trascendentales, sin olvidar su carácter pastoral, como lo reconoció Su Santidad Pío XI, en la carta que por su orden dirigió en 5 de marzo de 1938 al Cardenal Primado de España su Cardenal Secretario de Estado y futuro Sucesor en la Cátedra de Pedro, al llegar a conocimiento de la Santa Sede que en breve se editaría una publicación que contendría los Mensajes enviados por los Obispos de las Naciones en contestación a la Carta Colectiva del Episcopado Español: "La gran resonancia y la favorable y amplísima acogida de tan importante documento eran ya bien conocidas del Augusto Pontífice, el cual con paternal satisfacción había echado de ver los nobles sentimientos en que está inspirado, así como el alto sentido de justicia de esos Excmos. Obispos al condenar absolutamente todo lo que tenga razón de mal, y particularmente las palabras de generoso perdón que tiene el mismo Episcopado, tan duramente probado en sus miembros, en sus sacerdotes y en sus iglesias, para cuantos al perseguir sañudamente a la Iglesia, tantos daños han causado a la Religión en la noble España»

Los Obispos españoles han declarado solemnemente en su Carta Colectiva que ellos no provocaron el Alzamiento ni conspiraron para el mismo, pero hubiese sido monstruosa su neutralidad entre el comunismo ateo devastador y sacricida y los que exponían cuanto tenían, bienes, libertad y su misma vida por defender la religión, la patria y la civilización. No debían acaudillar ejércitos ni lo han hecho, pero dentro de su ministerio pastoral debían ser, en circunstancias decisivas para la Iglesia y la patria, defensores civitatis.

En la zona roja han sabido ser mártires los Obispos y morir bendiciendo y perdonando. Y el Obispo de Teruel que de la zona nacional pasó prisionero a la zona roja en la efímera posesión de esta ciudad por el ejército rojo, fué invitado a retractar su firma puesta a la Carta Colectiva de los Obispos; y con noble entereza contestó que muy conscientemente la había firmado y por ser verdad cuanto en ella se decía, comprobado por él personalmente en su propia diócesis. La Providencia divina permitió la prisión y al fin la muerte del Obispo de Teruel, que no quiso comprar la libertad con una retractación que habría sido una traición a su conciencia, para que brillase ante el mundo, contra las afirmaciones mezquinas y calumniosas de unos pocos, que los Obispos españoles habíamos suscrito libremente la Carta Colectiva, no como acto de servilismo, sino sabiendo lo que ella podía acarrearnos en momentos en que la guerra no estaba todavía decidida; pero entendiendo que eran no los intereses de un partido o de una facción los que defendíamos sino los sagrados intereses de la Religión y de la Patria y aun los intereses de la civilización cristiana amenazada en todo el mundo. La Carta Colectiva de los Obispos españoles debía tener su mártir que atestiguase la libertad y los fines apostólicos propios de su sagrado ministerio de todos los que la suscribieron.[27]

Referencias

  1. Raguer, Hilari (2001). p. 151.  Falta el |título= (ayuda)
  2. Raguer, Hilari (2001). pp. 151-152.  Falta el |título= (ayuda)
  3. Raguer, Hilari (2001). p. 172.  Falta el |título= (ayuda)
  4. Raguer, Hilari (2001). p. 152.  Falta el |título= (ayuda)
  5. Raguer, Hilari (2001). pp. 152-155.  Falta el |título= (ayuda)
  6. Raguer, Hilari (2001). p. 155.  Falta el |título= (ayuda)
  7. Raguer, Hilari (2001). pp. 151; 155-156.  Falta el |título= (ayuda)
  8. Raguer, Hilari (2001). pp. 156-159.  Falta el |título= (ayuda)
  9. Raguer, Hilari (2001). pp. 172-173.  Falta el |título= (ayuda)
  10. Raguer, Hilari (2001). pp. 173-174.  Falta el |título= (ayuda)
  11. Raguer, Hilari (2001). p. 161.  Falta el |título= (ayuda)
  12. Álvarez Bolado, Alfonso (1995). pp. 163-165.  Falta el |título= (ayuda)
  13. Raguer, Hilari (2001). pp. 162-164.  Falta el |título= (ayuda)
  14. OK diario (24 de septiembre de 2018). «Un monje separatista de Montserrat [Hilari Raguer] anima a tener un “ejército completo” para hacer la ‘república’». Consultado el 25 de abril de 2019. 
  15. Raguer, Hilari (2001). p. 164.  Falta el |título= (ayuda)
  16. Raguer, Hilari (2001). pp. 156-157.  Falta el |título= (ayuda)
  17. Raguer, Hilari (2001). p. 157.  Falta el |título= (ayuda)
  18. Raguer, Hilari (2001). pp. 157-158.  Falta el |título= (ayuda)
  19. Raguer, Hilari (2001). p. 158.  Falta el |título= (ayuda)
  20. Raguer, Hilari (2001). p. 158. «Cuando en enero de 1939 el embajador de Franco ante la Santa Sede le comunicó al cardenal de Tarragona que no le permitiría el regreso a su sede, la principal acusación fue no haber firmado la carta colectiva».  Falta el |título= (ayuda)
  21. Raguer, Hilari (2001). pp. 159-160.  Falta el |título= (ayuda)
  22. Raguer, Hilari (2001). p. 161.  Falta el |título= (ayuda)
  23. Véase el artículo "José Manuel Gallegos Rocafull" en Cordobapedia https://cordobapedia.wikanda.es/wiki/Jos%C3%A9_Manuel_Gallegos_Rocafull
  24. Raguer, Hilari (2001). p. 171.  Falta el |título= (ayuda)
  25. Pueden consultarse algunos fragmentos de estas contestaciones en BAYLE, C., “El mundo católico y la carta colectiva del episcopado español”, Razón y Fe 114 (1938), 245-261. También se encuentran reproducidas cartas de adhesión de prelados extranjeros en los siguientes Boletines diocesanos: Boletín Oficial del Obispado de Avila 2 (22 de febrero de 1938) 63- 68 y 5 (25 de mayo de 1938) 213-224; Boletín Oficial del Obispado de Pamplona 1861 (1 de noviembre de 1937) 410-412 y 1863 (1 de diciembre de 1937) 445-448.
  26. Boletín Oficial del Obispado de Salamanca 8 (28 de mayo de 1939), 189-190. Puede consultarse la Carta pastoral íntegramente aquí: https://summa.upsa.es/viewer.vm?id=9981&view=main&lang=es&search=Pla+y+Deniel%2C+que+en+su+Carta+pastoral+El+triunfo+de+la+Ciudad+de+Dios+y+la+Resurrecci%C3%B3n+de+Espa%C3%B1a
  27. Boletín Oficial del Obispado de Salamanca 8 (28 de mayo de 1939), 191-192. Puede consultarse aquí: https://summa.upsa.es/viewer.vm?id=9981&view=main&lang=es&search=Pla+y+Deniel%2C+que+en+su+Carta+pastoral+El+triunfo+de+la+Ciudad+de+Dios+y+la+Resurrecci%C3%B3n+de+Espa%C3%B1a

Bibliografía

  • Álvarez Bolado, Alfonso (1995). Para ganar la guerra, para ganar la paz. Iglesia y Guerra Civil: 1936-1939. Madrid: Universidad Pontificia de Comillas. 
  • Raguer, Hilari (2001). La pólvora y el incienso. La Iglesia y la Guerra Civil española (1936-1939). Barcelona: Península. ISBN 9788483078488. 

Enlaces externos

  •   Wikisource contiene la Carta colectiva de los obispos españoles a los obispos de todo el mundo con motivo de la guerra en España.
  • Documento original
  • IGLESIA - SUBLEVACIÓN MILITAR (1936 - 1939)


  •   Datos: Q8341406

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La Carta Colectiva del Episcopado espanol a los obispos del mundo entero fue un documento de los obispos espanoles cuyo objetivo era informar a los catolicos de fuera de Espana de la postura que habia tomado la Iglesia Catolica en Espana en la Guerra Civil Espanola Llevaba fecha de 1 de julio de 1937 cuando se cumplia casi un ano del inicio de la guerra pero no se divulgo hasta mediados de agosto con la intencion de obtener la firma de los pocos obispos recalcitrantes y tambien para que los obispos de todo el mundo a los que la carta se dirigia la hubieran recibido cuando la prensa la diera a conocer al gran publico 1 Fue redactada por el cardenal primado de Toledo Isidro Goma a instancias del Generalisimo Francisco Franco que le pidio al cardenal el 10 de mayo de 1937 que dado que el episcopado espanol le apoyaba publicara un escrito que dirigido al episcopado de todo el mundo con ruego de que procure su reproduccion en la prensa catolica pueda llegar a poner la verdad en su punto 2 La verdad que pretendia el general Franco que se difundiera en este documento estaba destinada a contrarrestar la condena hecha por amplios sectores del catolicismo europeo y americano mas avanzado de los asesinatos cometidos por los sublevados de diecisiete sacerdotes en el Pais Vasco y de miles de obreros y campesinos en toda la zona sublevada ademas de su rechazo a considerar a la guerra civil espanola como una cruzada o guerra santa una idea difundida por las autoridades y la propaganda franquistas y apoyada por la inmensa mayoria del episcopado espanol 1 El objetivo que perseguia Franco con la carta colectiva de ganarse a la opinion catolica mundial en favor de la causa del bando sublevado lo logro plenamente porque practicamente los obispos de todo el mundo adoptaron a partir de entonces el punto de vista sobre la Guerra Civil Espanola que manifestaba la carta colectiva sobre todo por la descripcion que se hacia en ella de la persecucion religiosa que se habia desencadenado en la zona republicana Como escribio un colaborador de la Oficina Nacional de Propaganda franquista la carta de los obispos espanoles es mas importante para Franco en el extranjero que la toma de Bilbao o Santander Asi pues se produjo plenamente la manipulacion propagandistica que el cardenal Vidal y Barraquer habia temido y que le habia llevado entre otras razones a no suscribir la carta colectiva 3 Indice 1 Historia 2 Contenido 3 Los obispos que no firmaron 4 Repercusiones 5 Referencias 6 Bibliografia 7 Enlaces externosHistoria EditarNada mas llegar a Roma a mediados de agosto de 1936 el marques de Magaz encargado oficioso ante el Vaticano de la Junta de Defensa Nacional presiono a la Secretaria de Estado de la Santa Sede para que condenara a los catolicos vascos que se mantenian leales a la Republica un problema militar pero tambien propagandistico ya que desautorizaba el esquema simplista que difundian los sublevados de una lucha entre catolicos y bolcheviques o entre Dios y el diablo 4 Cuando el cardenal primado de Toledo Isidro Goma y Tomas regreso de Roma donde habia sido recibido por el papa Pio XI el 12 de diciembre de 1936 quien le habia nombrado encargado oficioso provisional ante la Junta Tecnica del Estado nombrada por el Generalismo Franco supremo jefe politico y militar de los sublevados desde el 1 de octubre se entrevisto con Franco el 29 de diciembre de 1936 y este volvio a insistir en que una desautorizacion de la conducta de los vascos por parte de la autoridad eclesiastica podria ser decisiva para hacerles desistir en su lucha 4 Aunque el cardenal Goma dudaba de la efectividad de dicha condena recordando que la Instruccion Pastoral de los obispos de Pamplona y Vitoria de agosto de 1936 a los catolicos vascos no habia dado ningun resultado escribio al Vaticano y el secretario de Estado el cardenal Pacelli le respondio que el papa estaria dispuesto a dirigir una carta pontificia al clero vasco si S E el General Franco se decidiera a hacer alguna concesion a las aspiraciones de los vascos Como Franco no estaba dispuesto a cumplir esa condicion el Vaticano sugiere entonces al cardenal Goma que en lugar de una declaracion papal directa los obispos espanoles redacten una carta colectiva sobre la colaboracion de los catolicos vascos con los comunistas Pero el 23 de febrero de 1937 el Cardenal Goma tras consultar a varios obispos respondio No juzgo procedente la publicacion de un escrito colectivo de este episcopado sobre los catolicos vascos Aunque anadio a continuacion la posible conveniencia de que por parte del Episcopado espanol se publique un documento colectivo acomodado a las circunstancias presentes Pero esta carta colectiva dirigida a los catolicos espanoles nunca se redacto 5 El punto de partida de la carta colectiva dirigida a los obispos de todo el mundo se situa en la entrevista que mantuvo el 10 de mayo de 1937 el Generalisimo Franco con el cardenal Goma en la que el Caudillo se quejo de la hostilidad de la prensa catolica internacional hacia el bando nacional que atribuia entre otras razones a la influencia del judaismo y la masoneria y al soborno de algunos directores o redactores de periodico que han recibido fuertes sumas para la odiosa campana Y a continuacion le pidio segun cuenta el propio cardenal Goma en una carta al cardenal Pacelli 6 que toda vez que el Episcopado espanol esta en su totalidad y sin reservas al lado del general Franco y a favor del Movimiento publique un escrito que dirigido al episcopado de todo el mundo con ruego de que procure su reproduccion en la prensa catolica pueda llegar a poner la verdad en su punto haciendo a un mismo tiempo obra patriotica y depuracion historica que podria redundar en gran bien para la causa catolica de todo el mundo Tras consultar de nuevo a los obispos el 15 de mayo de 1937 el cardenal Goma redacto la carta en las dos semanas siguientes y a principios de junio enviaba a cada obispo un ejemplar de la misma en galeradas en el escrito de Goma solo hubo algunos retoques doctrinales por parte del obispo de Salamanca Enrique Pla y Deniel y otros estilisticos del obispo de Madrid Alcala Leopoldo Eijo Garay 7 La inmensa mayoria de los obispos acogieron con entusiasmo la carta y la firmaron 43 y 5 vicarios capitulares Pero hubo cinco prelados que no la firmaron el obispo de Menorca Juan Torres y Ribas el cardenal Pedro Segura el obispo de Orihuela Alicante Francisco Javier de Irastorza Loinaz el obispo de Vitoria Mateo Mugica Urrestarazu y el caso mas significativo el arzobispo de Tarragona cardenal Vidal y Barraquer Y tambien hubo un sexto que casi no firmo el obispo de Urgel y coprincipe de Andorra Justino Guitart y Vilardebo 8 En cuanto al Vaticano cuando Goma envio a Roma el borrador de la Carta no recibio ninguna respuesta y ni siquiera hizo acuse de recibo cuando Goma envio al cardenal Pacelli el texto definitivo Cuando la carta colectiva se hizo publica a mediados de agosto el Vaticano siguio guardando silencio La respuesta oficial tardo nueve meses en producirse y la forma en que lo hizo enfurecio a las autoridades del bando sublevado porque en la carta que el cardenal Pacelli envio a Goma en marzo de 1938 elogiaba el documento por condenar el mal de cualquier parte que venga Asi cuando la carta se publico como prologo a un libro en el que se recopilaban las respuestas favorables de los obispos de todo el mundo se suprimio la frase de cualquier parte que venga lo que obligo al diario oficioso del Vaticano L Osservatore Romano a publicarla completa 9 El embajador de la Espana nacional ante el Vaticano Yanguas Messia en lugar de presentar excusas por haber manipulado un documento de la Santa Sede presento una queja formal por la publicacion del documento completo que incluia la frase de cualquier parte que venga lo que segun el habia causado un penoso efecto entre la opinion catolica nacional porque equiparaba en cierto modo a los nacionales con los rojos Yanguas Mesia a continuacion afirmaba 10 Nosotros no pretendemos que la zona roja sea el infierno y la nuestra el cielo porque el cielo no esta en la tierra Mas si podemos afirmar que la zona roja es el infierno con todos sus refinamientos satanicos y la nuestra es la tierra con sus virtudes y sus flaquezas que nadie es perfecto en este mundo Y una tierra eso si donde se bendice a Dios y en su nombre se lucha y por El se muereContenido EditarLa extension de la carta es de unas 45 paginas con la siguiente estructura Razon de este documento Naturaleza de la carta Nuestra posicion ante la guerra El quinquenio que precedio a la guerra El alzamiento militar y la revolucion comunista Caracteristicas de la revolucion comunista El movimiento nacional sus caracteres Se responde a unos reparos Conclusion La Carta en contra de lo que se suele afirmar no declara que la Guerra Civil sea un cruzada a pesar de que el propio Goma y otros obispos como Enrique Pla y Deniel lo habian declarado asi en cartas pastorales y en discursos y sermones aunque si la proclama como un plebiscito armado En ella lo que mas impacto produciria fue el relato de los asesinatos de sacerdotes y religiosos y la destruccion de iglesias y de conventos cometidos en la zona republicana 11 20 000 iglesias y capillas destruidas o totalmente saqueadas Los sacerdotes asesinados contando un promedio del 40 por 100 en las diocesis devastadas en algunas llega al 80 por 100 sumaran solo el clero secular unos 6 000 se afirma en la Carta En ella ademas los obispos niegan que la Iglesia hubiese instigado la guerra que esta fuese una lucha social que la causa del conflicto fuese que la Iglesia se hubiese aliado con los ricos o que la Iglesia apoyase una dictadura Que la Iglesia a pesar de su espiritu de paz y de no haber querido la guerra ni haber colaborado en ella no podia ser indiferente en la lucha Hoy por hoy no hay en Espana mas esperanza para reconquistar la justicia y la paz y los bienes que de ellas derivan que el triunfo del movimiento nacional Tal vez hoy menos que en los comienzos de la guerra porque el bando contrario a pesar de todos los esfuerzos de sus hombres de gobierno no ofrece garantias de estabilidad politica y social Demos ahora un esbozo del caracter del movimiento llamado nacional Creemos justa esta denominacion Primero por su espiritu porque la nacion espanola estaba disociada en su inmensa mayoria de una situacion estatal que no supo encarnar sus profundas necesidades y aspiraciones y el movimiento fue aceptado como una esperanza en toda la nacion en las regiones no liberadas solo espera romper la coraza de las fuerzas comunistas que le oprimen La irrupcion contra los templos fue subita casi simultanea en todas las regiones y coincidio con la matanza de sacerdotes Los templos ardieron porque eran casas de Dios y los sacerdotes fueron sacrificados porque eran ministros de Dios Prueba elocuentisima de que de la destruccion de los templos y la matanza de los sacerdotes en forma totalitaria fue cosa premeditada es su numero espantoso Aunque son prematuras las cifras contamos unas 20 000 iglesias y capillas destruidas o totalmente saqueadas Los sacerdotes asesinados contando un promedio del 40 por 100 en las diocesis devastadas en algunas llegan al 80 por 100 sumaran solo del clero secular unos 6 000 Se les cazo con perros se les persiguio a traves de los montes fueron buscados con afan en todo escondrijo Se les mato sin perjuicio las mas de las veces sobre la marcha sin mas razon que su oficio social Carta colectiva de los obispos espanoles a los obispos de todo el mundo con motivo de la guerra en Espana en la Enciclopedia Espasa Calpe suplemento 1936 1939 paginas 1553 1555 Varios historiadores como Alfonso Alvarez Bolado 12 o Hilari Raguer 13 han senalado cuatro grandes limitaciones en la carta colectiva Que absolviera demasiado facilmente a la Iglesia de haberse puesto de parte de los ricos olvidando a los pobres ya que la Iglesia Catolica en Espana siempre se alineo con las derechas que se oponian a las reformas que se pusieron en marcha durante el primer bienio de la Segunda Republica Espanola y durante el gobierno del Frente Popular Asi lo atestiguo el politico catolico y nacionalista catalan Francesc Cambo en plena guerra Si la mitad de los martires hubieran sido apostoles la horrible catastrofe no se hubiera producido Que simplificara la cuestion de los catolicos vascos que se mantuvieron fieles a la Republica a los que la carta les reprochaba su desobediencia a pesar de que el Papa nunca los condeno En este punto se seguia la linea iniciada en la Instruccion Pastoral redactada por el propio cardenal Goma y hecha publica por los obispos de Vitoria y de Pamplona en agosto de 1936 en la que se condenaba a los catolicos vascos del bando republicano Que tuviera una falta de sensibilidad para los valores democraticos al identificar de modo simplista al bando republicano con el comunismo y al elogiar al nuevo regimen que estaba construyendo en la zona sublevada el Generalisimo Franco Que no mencionara practicamente la represion en el bando sublevado y que cuando lo hacia adoptara una actitud benevolente muy diferente al juicio que le merecia la represion en la zona republicana Esto constituye segun Hilari Raguer monje e historiador independentista catalan 14 la mas grave deficiencia del documento En la carta se decia sobre este punto 15 Toda guerra tiene sus excesos los habra tenido sin duda el movimiento nacional nadie se defiende con total serenidad de las locas arremetidas de un enemigo sin entranas Reprobando en nombre de la justicia y de la caridad cristiana todo exceso que se hubiese cometido por error o por gente subalterna y que metodicamente ha abultado la informacion extranjera decimos que el juicio que rectificamos no responde a la verdad y afirmamos que va una distancia enorme infranqueable entre los principios de justicia de su administracion y de la forma de aplicarla de una y otra parte En conclusion lo que hizo la Carta colectiva fue legitimar el alzamiento militar y condenar la Republica utilizando para ello las ideas del pensamiento tradicional de la derecha catolica 15 Los obispos que no firmaron EditarEl obispo de Menorca Juan Torres y Ribas 16 anciano de 92 anos medio ciego y enfermo confinado en su diocesis y respetado por los republicanos estaba incomunicado con el exterior Murio el 20 de enero de 1939 El cardenal Pedro Segura y Saenz que estaba exiliado en Roma a quien el cardenal Goma seguramente no le pidio la firma porque era arzobispo dimisionario de Toledo 17 El obispo de Orihuela Alicante el vasco Javier Irastorza Loinaz exiliado en Gran Bretana que no quiso regresar a la zona sublevada a sabiendas de que eso podia considerarse como una desafeccion hacia la causa de los nacionales y simpatia hacia los rojos Un sacerdote alicantino buen conocedor del caso aseguraba que no firmo por su fuerte nacionalismo vasco 18 El obispo de Vitoria Mateo Mugica Urrestarazu que habia sido expulsado de Espana por orden de la Junta de Defensa Nacional bajo la acusacion de tolerar propaganda separatista en el seminario y de proteger a sacerdotes enemigos del alzamiento militar pero en realidad por haber protestado por el asesinato de 14 sacerdotes vascos por los sublevados le dijo al cardenal Goma que no le parecia oportuno firmar estando obligado a permanecer fuera de su diocesis y que no queria firmar un documento de exaltacion de los nacionales El obispo Mugica no podia firmar un documento en el que respondiendo a la acusacion de que en la zona franquista tambien habia una dura represion se elogiaban los principios de justicia y el modo de aplicarla de los tribunales militares 19 El quinto prelado que no firmo la carta y que pagaria su negativa con la muerte en el exilio 20 fue el cardenal arzobispo de Tarragona Francesc Vidal i Barraquer quien habia conseguido huir de Espana gracias a la intervencion del presidente de la Generalidad de Cataluna Lluis Companys que lo salvo de ser asesinado por un comite anarquista y que no habia querido regresar a la zona nacional Segun Hilari Raguer este es sin duda el caso mas significativo de los cinco porque se trataba tal vez de la figura mas destacada de aquel momento de la Iglesia Catolica en Espana La negativa a firmar la carta se baso en dos argumentos que era un documento propio para propaganda poco adecuado a la condicion y caracter de quienes han de suscribirlo y al que se le dara una interpretacion politica por su contenido y por algunos datos o hechos en el consignados y en segundo lugar porque su publicacion podria empeorar la dificil situacion que ya vivian los eclesiasticos que se hallaban en la zona republicana Tambien aducia el cardenal el origen del documento complacer la peticion del general Franco pues juzgaba peligroso aceptar sugerencias de personas extranas a la jerarquia en asuntos de su incumbencia Pero la razon fundamental de la negativa del cardenal Vidal y Barraquer fue que creia que en aquella guerra fratricida la Iglesia no debia identificarse con ninguno de los dos bandos sino mas bien hacer obra de pacificacion Asi lo exponia repetidamente en sus cartas al cardenal Pacelli Secretario de Estado 19 El obispo que casi no firmo fue el de Urgel y como tal coprincipe de Andorra Justino Guitart y Vilardebo que era intimo amigo y principal consejero del cardenal Vidal y Barraquer y que habia escapado de la persecucion religiosa de la zona republicana huyendo a Andorra y mas tarde a Italia donde paso los dos primeros anos de la guerra sin querer volver a la zona nacional porque no queria adherirse al bando sublevado Cuando recibio la primera peticion del cardenal Goma para que subscribiera la carta colectiva Guitart le contesto que lo haria si tambien se adheria a la misma Vidal y Barraquer En la segunda peticion que le formulo el primado Goma llego incluso a amenazarle si no firmaba la carta pero Guitart siguio negandose Finalmente dio su consentimiento al parecer porque el cardenal Vidal y Barraquer asi se lo pidio Este Vidal y Barraquer decidido a hacer frente a las previsibles consecuencias de su negativa pensaria que su gesto testimonial ya era suficiente y que en cambio convenia que un hombre de su entera confianza como era Guitart estuviera entre los obispos de su provincia eclesiastica 21 De hecho el obispo de Urgell no volvio a la zona nacional hasta el momento en que parecia inminente la llegada de los sublevados a Urgel para entrar en su diocesis con las primeras tropas y estar presente en los primeros y mas delicados momentos de la ocupacion y la represion Cuando finalmente toda la diocesis de Urgel cayo el obispo Guitart se enfrento valientemente a las autoridades militares defendiendo el uso pastoral de la lengua catalana y negandose a colaborar en la represion de los vencidos 22 Tambien pagaron con el exilio eclesiasticos menores e intelectuales de fuste como el canonigo y amigo del futuro cardenal Vicente Enrique y Tarancon Jose Manuel Gallegos Rocafull que defendio activamente la inocencia de la Republica en la represion religiosa y habia asistido a la terrible represion en Cordoba que segun algunos supero el doble de muertos de la mas divulgada de Paracuellos En 1937 publico el folleto La carta colectiva de los obispos facciosos Replica y cuando pasa a Paris continua su apoyo a la Republica tanto en sus obras como con su colaboracion en la revista Esprit organo de la izquierda catolica intelectual en la que sostuvo su tesis contra el concepto de Cruzada Nacional aplicada por el episcopado espanol a la Guerra Civil Entre sus amigos se encontraban Emmanuel Mounier fundador de la antes dicha revista Esprit o el filosofo Jacques Maritain al que valora como pensador pero mas como persona El papa presiono para que se callara y fue suspendido a divinis por su obispo Tuvo que exiliarse en Mexico donde dio clases en la UNAM La iglesia mexicana consiguio levantarle esa suspension 23 Repercusiones EditarLa Carta colectiva indigno a la opinion publica de la zona republicana lo que supuso que la politica de restablecimiento de la libertad religiosa iniciada por el ministro de Justicia Manuel Irujo del gobierno de Juan Negrin encontrara a partir de entonces muchas dificultades De hecho cuando cayo prisionero en la batalla de Teruel de enero de 1938 el obispo de Teruel Anselmo Polanco la principal acusacion que se le hizo fue haber firmado la carta colectiva que constituia una excitacion a la rebelion Asi pues se confirmaron los temores que habia manifestado el cardenal Vidal y Barraquer de que la carta colectiva empeoraria la situacion del clero que se hallaba en la zona republicana que fue una de las razones principales que alego para no firmarla 24 En cuanto al plano internacional el impacto de la carta colectiva fue extraordinario porque practicamente los obispos de todo el mundo adoptaron el punto de vista sobre la Guerra Civil Espanola que manifestaba la carta colectiva sobre todo por la descripcion que se hacia en ella de la persecucion religiosa que se habia desencadenado en la zona republicana Hubo 580 mensajes episcopales colectivos o individuales de respuesta a la carta colectiva espanola Asi pues el efecto sobre la opinion catolica mundial perseguido por Franco al pedir a Goma el documento se habia logrado plenamente El director nacional de propaganda Conde decia a un religioso que trabajaba en los servicios franquistas Diga usted al senor cardenal Goma que se lo digo yo practico en estos menesteres que mas ha logrado el con la carta colectiva que los demas con todos nuestros afanes La carta de los obispos espanoles es mas importante para Franco en el extranjero que la toma de Bilbao o Santander escribia un ano mas tarde el P Calasanz Bau colaborador entusiasta de la Oficina Nacional de Propaganda difusora del documento Se produjo plenamente la manipulacion propagandistica que el cardenal Vidal y Barraquer habia temido y que le habia llevado a no suscribir la carta colectiva 3 La Carta recibio la contestacion oficial de aproximadamente novecientos obispos que mostraban su apoyo y solidaridad Son destacables las respuestas colectivas de los obispos de Italia Austria Suiza Alemania Belgica Polonia Hungria Checoslovaquia Rumania Albania Grecia Irlanda Inglaterra Portugal Estados Unidos Mexico Canada Armenia y Africa Central 25 La gran importancia de estas muestras de reconocimiento del Episcopado mundial no fue ignorada por obispos como el catalan Pla y Deniel de la diocesis de Salamanca que en su Carta pastoral El triunfo de la Ciudad de Dios y la Resurreccion de Espana resaltaba el hecho de que las respuestas de paises democraticos como Estados Unidos Francia o Belgica daban legitimidad a la actuacion del Episcopado espanol durante la guerra civil por no haberse extralimitado en su mision ni dejado arrastrar por partidismos 26 Pla y Deniel defendiendo la legitimidad y veracidad de la Carta afirmo lo siguiente Los obispos espanoles no se han entregado a un partidismo politico pero ante la ruina inminente de la religion y de la patria han creido que dentro de su ministerio entraba tambien el de ser defensores civitatis no empunando armas pero si esclareciendo las conciencias sobre los deberes de momentos tragicos y trascendentales sin olvidar su caracter pastoral como lo reconocio Su Santidad Pio XI en la carta que por su orden dirigio en 5 de marzo de 1938 al Cardenal Primado de Espana su Cardenal Secretario de Estado y futuro Sucesor en la Catedra de Pedro al llegar a conocimiento de la Santa Sede que en breve se editaria una publicacion que contendria los Mensajes enviados por los Obispos de las Naciones en contestacion a la Carta Colectiva del Episcopado Espanol La gran resonancia y la favorable y amplisima acogida de tan importante documento eran ya bien conocidas del Augusto Pontifice el cual con paternal satisfaccion habia echado de ver los nobles sentimientos en que esta inspirado asi como el alto sentido de justicia de esos Excmos Obispos al condenar absolutamente todo lo que tenga razon de mal y particularmente las palabras de generoso perdon que tiene el mismo Episcopado tan duramente probado en sus miembros en sus sacerdotes y en sus iglesias para cuantos al perseguir sanudamente a la Iglesia tantos danos han causado a la Religion en la noble Espana Los Obispos espanoles han declarado solemnemente en su Carta Colectiva que ellos no provocaron el Alzamiento ni conspiraron para el mismo pero hubiese sido monstruosa su neutralidad entre el comunismo ateo devastador y sacricida y los que exponian cuanto tenian bienes libertad y su misma vida por defender la religion la patria y la civilizacion No debian acaudillar ejercitos ni lo han hecho pero dentro de su ministerio pastoral debian ser en circunstancias decisivas para la Iglesia y la patria defensores civitatis En la zona roja han sabido ser martires los Obispos y morir bendiciendo y perdonando Y el Obispo de Teruel que de la zona nacional paso prisionero a la zona roja en la efimera posesion de esta ciudad por el ejercito rojo fue invitado a retractar su firma puesta a la Carta Colectiva de los Obispos y con noble entereza contesto que muy conscientemente la habia firmado y por ser verdad cuanto en ella se decia comprobado por el personalmente en su propia diocesis La Providencia divina permitio la prision y al fin la muerte del Obispo de Teruel que no quiso comprar la libertad con una retractacion que habria sido una traicion a su conciencia para que brillase ante el mundo contra las afirmaciones mezquinas y calumniosas de unos pocos que los Obispos espanoles habiamos suscrito libremente la Carta Colectiva no como acto de servilismo sino sabiendo lo que ella podia acarrearnos en momentos en que la guerra no estaba todavia decidida pero entendiendo que eran no los intereses de un partido o de una faccion los que defendiamos sino los sagrados intereses de la Religion y de la Patria y aun los intereses de la civilizacion cristiana amenazada en todo el mundo La Carta Colectiva de los Obispos espanoles debia tener su martir que atestiguase la libertad y los fines apostolicos propios de su sagrado ministerio de todos los que la suscribieron 27 Referencias Editar a b Raguer Hilari 2001 p 151 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 151 152 Falta el titulo ayuda a b Raguer Hilari 2001 p 172 Falta el titulo ayuda a b Raguer Hilari 2001 p 152 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 152 155 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 p 155 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 151 155 156 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 156 159 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 172 173 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 173 174 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 p 161 Falta el titulo ayuda Alvarez Bolado Alfonso 1995 pp 163 165 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 162 164 Falta el titulo ayuda OK diario 24 de septiembre de 2018 Un monje separatista de Montserrat Hilari Raguer anima a tener un ejercito completo para hacer la republica Consultado el 25 de abril de 2019 a b Raguer Hilari 2001 p 164 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 156 157 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 p 157 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 157 158 Falta el titulo ayuda a b Raguer Hilari 2001 p 158 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 p 158 Cuando en enero de 1939 el embajador de Franco ante la Santa Sede le comunico al cardenal de Tarragona que no le permitiria el regreso a su sede la principal acusacion fue no haber firmado la carta colectiva Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 pp 159 160 Falta el titulo ayuda Raguer Hilari 2001 p 161 Falta el titulo ayuda Vease el articulo Jose Manuel Gallegos Rocafull en Cordobapedia https cordobapedia wikanda es wiki Jos C3 A9 Manuel Gallegos Rocafull Raguer Hilari 2001 p 171 Falta el titulo ayuda Pueden consultarse algunos fragmentos de estas contestaciones en BAYLE C El mundo catolico y la carta colectiva del episcopado espanol Razon y Fe 114 1938 245 261 Tambien se encuentran reproducidas cartas de adhesion de prelados extranjeros en los siguientes Boletines diocesanos Boletin Oficial del Obispado de Avila 2 22 de febrero de 1938 63 68 y 5 25 de mayo de 1938 213 224 Boletin Oficial del Obispado de Pamplona 1861 1 de noviembre de 1937 410 412 y 1863 1 de diciembre de 1937 445 448 Boletin Oficial del Obispado de Salamanca 8 28 de mayo de 1939 189 190 Puede consultarse la Carta pastoral integramente aqui https summa upsa es viewer vm id 9981 amp view main amp lang es amp search Pla y Deniel 2C que en su Carta pastoral El triunfo de la Ciudad de Dios y la Resurrecci C3 B3n de Espa C3 B1a Boletin Oficial del Obispado de Salamanca 8 28 de mayo de 1939 191 192 Puede consultarse aqui https summa upsa es viewer vm id 9981 amp view main amp lang es amp search Pla y Deniel 2C que en su Carta pastoral El triunfo de la Ciudad de Dios y la Resurrecci C3 B3n de Espa C3 B1aBibliografia EditarAlvarez Bolado Alfonso 1995 Para ganar la guerra para ganar la paz Iglesia y Guerra Civil 1936 1939 Madrid Universidad Pontificia de Comillas Raguer Hilari 2001 La polvora y el incienso La Iglesia y la Guerra Civil espanola 1936 1939 Barcelona Peninsula ISBN 9788483078488 Enlaces externos Editar Wikisource contiene la Carta colectiva de los obispos espanoles a los obispos de todo el mundo con motivo de la guerra en Espana Documento original Articulo sobre la carta IGLESIA SUBLEVACIoN MILITAR 1936 1939 Datos Q8341406 Obtenido de https es wikipedia org w index php title Carta colectiva de los obispos espanoles con motivo de la guerra en Espana amp oldid 125483360, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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