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Aguadores de Madrid

Aguadores de Madrid fue un gremio que permaneció activo en la capital de España entre el siglo xv y comienzos del xx.[2]​ Regulados por el correspondiente concejo de la ciudad, su trabajo, además de la venta ambulante de agua fresca, consistía en transportarla en barriles o grandes cántaros hasta los aljibes, cisternas, tinajas o cántaras de las viviendas que no disponían de pozo o fuente particular.[3]​ Desaparecieron de modo definitivo a comienzos del siglo XX, con la instalación de la red de agua corriente que permitió la construcción e infraestructura posterior del Canal de Isabel II, iniciada en 1851.

Aguadores de barrica en una de las fuentes reservadas al gremio en la villa de Madrid hacia 1850.[1]
Reglamento Orgánico para la matrícula, servicio y tarifas de los aguadores de número de las fuentes públicas de Madrid, portada de 1874.

Historia

Madame d'Aulnoy en sus memorias viajeras por España,[4]​ hacia 1690-91, describe a los 'azacanes' como aguadores que "cargan un burro con varios cántaros grandes y los llevan por la villa. Van vestidos con una bayeta ordinaria con las piernas al aire y sandalias o alpargatas, simples suelas con cuerdas atadas."

De azacanes a aguadores

Parece evidente, dado el origen de Madrid como asentamiento militar musulmán,[5]​ que el precedente de los aguadores en la que luego sería capital de un imperio, hay que buscarlo en los azacanes moros o mozárabes que en Madrid, como en Toledo, Zaragoza, Granada o Sevilla prestaban su oficio de porteadores de agua sirviéndose para ello de una caballería o un carro de manos. Así quedan retratados en 1501, cuando el Concejo de la Villa advierte "que los aguadores no vayan corriendo con los asnos, porque acaece topar e derribar muchas personas e hazer muchos daños, so pena destar diez días en la cadena". Medida que ya da una idea de cómo actuaban unos y cómo respondían otros en el Madrid de los Reyes Católicos.[6][nota 1]​ Habría que esperar a 1847 para que el ayuntamiento madrileño estableciese los "caños de vecindad" (una arqueta de piedra en la pared con un grifo de bronce), para uso exclusivo de los vecinos y vetados a los aguadores.[7]

Tipología

La variada documentación distingue tres tipos de aguadores que podrían llamarse 'profesionales':

  • los "chirriones", que transportaban el agua en una o varias cubas, sobre carros tirados por mulas o asnos.
  • los tradicionales "cantareros de azacán", con uno o más burros sobre los que se cargaban de cuatro a seis cántaras de agua.
  • los que llevaban el cántaro al hombro y podían subir con él hasta los domicilios de vecinos, corralas, etc.

A estos habría que añadir los vendedores ambulantes, muchos de ellos chiquillos o mozas de cántaro, que iban por la ciudad voceando su mercancía, "¡agua fresca!", con una pequeña cesta y uno o más vasos o jarrillos.[nota 2]​ Estos últimos eran muy populares en las procesiones religiosas o actos públicos diversos. Más tarde se introdujo la costumbre de servir el agua acompañada de unas gotas de anís, limón, azucarillos, canela y otros sabores atractivos.

Siglo de Oro

Una visita a los clásicos del Siglo de Oro español arrojará curiosa y divertida información sobre los aguadores de Madrid. Aparecen en las novelas, dramas y comedias de Cervantes, Lope o Tirso y en los versos de Quevedo, por mencionar tan solo a los más conocidos vates y escritores, vecinos de la capital de España en algún trecho de sus vidas.

 
Milagro de la Virgen de Atocha en las obras de construcción de la Casa de la Villa (1676-1700). Detalle de aguadores, botijeros, mozas de cántaro y aguadoras en la antigua fuente de la plaza de la Villa.

Fue Felipe II, el rey burócrata por excelencia, quien estimuló y ordenó la regulación de los aguadores de Madrid con una medida de capacidad que limitaba los cántaros de transporte a tan solo cinco azumbres de volumen. Los alfareros de Alcorcón,[9]​ la localidad vecina a la capital con mayor tradición en la artesanía del barro, elaboraban dichos cántaros de cinco azumbres, grabándoles, por decreto real, un sello especial para evitar las posibles falsificaciones de recipientes.[10]​ Entre las regulaciones del gremio llegaron a incluir en las ordenanzas de la villa y el reglamento de los aguadores la obligación de acudir a los incendios —llegando incluso a confiscar sus cántaros en caso de emergencia.

Transición Ilustrada

El crecimiento de la ciudad a lo largo del siglo XVII y el progresivo envenenamiento de sus capas freáticas por filtraciones de pozos negros y alcantarillas hizo necesario el planteamiento de modernas medidas de saneamiento. Pero el celo de los Ilustrados y sus diversos proyectos tardarían más de un siglo en hacerse realidad.

La Casa Real dispuso ya de antiguo de un viaje de agua propio, el llamado "de Palacio" o "de Amaniel",[11]​ pero no contento con ello, el primer monarca de la dinastía borbónica compró en exclusiva las aguas de la Fuente del Berro. La castiza reina Isabel II de España, sin embargo, tenía por costumbre en sus habituales paseos por la Castellana, detenerse a beber un jarrito de agua en la antigua Fuente de la Cibeles, cuyas aguas procedían del homónimo "viaje de la fuente Castellana".[12]

En cuanto a los aguadores, se legalizaron y se asignó un número proporcional al servicio de cada fuente pública.[13]

Siglo XIX

 
«Madrid en verano. Una fuente de vecindad en los barrios bajos» (Blanco y Negro, 1894)

En el siglo xix el Ayuntamiento de Madrid diseñó un uniforme para los aguadores, compuesto por una chaqueta oscura de paño con solapas y bordadas allí en seda y estambre las armas del Ayuntamiento y, en rojo, el número de la licencia, y doble fila de botonadura dorada; se complementaba con un chaleco rojo y un pantalón pardo sujeto con una faja también roja, como los botines (con botones negros y palaos de piel de becerro blanca). Era obligatoria la gorra, de fieltro y con visera, en la que iba prendida la chapa de metal identificadora donde figuraba la fuente asignada. En verano, el uniforme era más sencillo y ligero, reducido a una blusa de percal de color azul y cuello vuelto de cinta encarnada con el escudo y número de licencia.[13]

De las vivencias, peripecias y organización del gremio de aguadores de Madrid en la primera mitad del siglo, deja el ilustre cronista Ramón Mesonero Romanos varias noticias y comentarios en el conjunto de su obra histórica y de costumbres. Así por ejemplo, en su Manual de Madrid, publicado en 1833, sitúa a los aguadores en el mismo oficio que los mozos de cordel o "mozos de compra", por lo general "robustos mozos asturianos y gallegos" que cuando no han de estar acarreando el agua a los vecinos contratados, se "hallan en las esquinas de las calles, y aunque toscos sobremanera, sirven para conducir los efectos y hacer toda especie de mandados, lo cual ejecutan con bastante exactitud y notable probidad, pagándoles de 2 a 4 reales por cada mandado".[14]

 
Aguadores en la fuente de la diosa Cibeles, en el Paseo del Prado de Madrid (grabado del siglo XIX).

Aún mediado el siglo, el cronista Pedro Felipe Monlau describe así el servicio de aguas en la ciudad:

"El agua es generalmente llevada de las fuentes a las casas en cubas de madera o de metal que llenan y trasportan los aguadores, oficio propio de los gallegos y asturianos, a quienes se suele remunerar a razón de unos 10 reales mensuales por una cuba diaria. Cuéntanse en el día 920 aguadores distribuidos entre las 36 fuentes de intramuros. El alcalde corregidor fija todos los años el número de aguadores, oyendo al arquitecto fontanero, y teniendo presente el caudal de agua de cada fuente. El mismo alcalde nombra, a propuesta de los aguadores, dos capataces o cabezaleros para cada fuente con el encargo de prevenir o denunciar todas las faltas que cometan dichos individuos, incurriendo de lo contrario en responsabilidad. Los aguadores reciben del alcalde la oportuna licencia para ejercer su oficio, y llevan una medalla o chapa de latón, con el número, nombre del individuo, el de la fuente a que pertenece y la numeración de la licencia. Por derechos de ésta <licencia> paga cada aguador 20 reales, y otros 20 anuales por su renovación. Las plazas de aguador se traspasan; y según el número de parroquianos que cuenta el que traspasa, saca 1000, 1500 y hasta 2000 reales".[15]
Pedro Felipe Monlau Madrid en la mano (1850)

Otro de los cometidos del aguador era su buen entendimiento y seguimiento de las diferencias de caudal, calidad, frescura y sabor de las aguas procedentes de los distintos viajes de agua de la ciudad, llegando a cobrarse a precios distintos según su procedencia. [nota 3]​ Las aguas de los viajes madrileños, famosas y ponderadas como "excelente agua dulce, delgada y finísima" desde el siglo XVII,[nota 4]​ eran, al parecer ricas en sulfatos, sales de cal, magnesia y sosa, según el estudio que de los materiales del subsuelo hizo Philip Hauser en 1902).[nota 5]

Ocaso y memoria

 
La aguadora, pintada por Francisco de Goya hacia 1810. Museo de Bellas Artes de Budapest.

El ocaso y posterior desaparición de los aguadores de Madrid lo trajo el progreso y la abundancia materializados por el Canal de Isabel II, una magna obra que, iniciada por Real Decreto de 18 de junio, en 1851, e inaugurada el 24 de junio de 1858, no funcionó con garantías hasta aproximadamente 1911.[16]

No parece haber quedado directo homenaje a la tarea de los aguadores de Madrid, ni en fuentes ni monumentos públicos. Sí tuvieron referencia en la Planimetría General de la Villa con una calle de Aguadores, que antes se llamó de la Cueva y luego, en 1894, se rebautizó por tercera vez con el nombre de calle del Marqués de Leganés, por hallarse cerca el Palacio de Altamira.[17][18]​ También podría considerarse homenaje el título y trama de la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente, como una última referencia al gremio.

Quizá fue Goya el más acertado testigo de la memoria de los esforzados hombres y mujeres que mataron la sed en los tórridos veranos madrileños. Así parece contarlo en su Aguadora, una pequeña y lozana muchacha que, con un truco óptico propio del genio del pintor de Fuendetodos, mira al espectador desde su altura ficticia, mientras pasea la cántara encajada en la cadera y lleva en la otra mano un cestillo con copas o vasos para beber. En cualquier caso, el supuesto homenaje de Goya a una anónima madrileña de comienzos del siglo XIX (hacia 1810), no se encuentra en Madrid sino en el Szépmuvészeti Múzeum de Budapest, donde entró dentro de la colección Esterházy, en 1871.[19]

Tipos literarios

Hay que mencionar al aguador Pedro Collado entre el elenco de personajes más o menos ficticios que el oficio y gremio de aguadores dio a la Historia de la Literatura Española. A éste lo describió Galdós en la primera serie de los Episodios Nacionales, cuando en La Corte de Carlos IV queda dibujado con estas bien ordenadas frases:

"...la mayor parte habían sido deslumbrados por la perruna y grotesca elocuencia de Pedro Collado, el aguador de la fuente del Berro, ya empleado en la servidumbre de Fernando. Este hombre, que con las gracias de su burdo y ramplón ingenio se había conquistado preferente lugar en el corazón del heredero, desempeñaba al principio las funciones de espía en todas las regiones bajas de palacio; vigilaba la servidumbre, la cual a poco empezó por temerle y concluyó por someterse dócilmente a sus mandatos. De este modo llegó a ser Pedro Collado, respecto a los cocineros, pinches y lacayos un verdadero cacique, al modo de los que hoy son alma y azote de las pequeñas localidades en nuestra Península."[20]

Véase también

Notas

  1. Todavía dos siglos después, el abastecimiento de agua favorecía a las clases privilegiadas; en 1727, de los cuatro viajes principales de Madrid el 55% iba a parar a 471 caños particulares, mientras que el resto se dedicaba a las 43 fuentes públicas. Según los estudios de Aznar de Polanco y Teodoro de Ardemáns —citados por especialistas como Montero Vallejo y Landa Goñi— los aristócratas, como el duque de Alba, y las órdenes religiosas se beneficiaban de caños privados que acaparaban el grueso de las aguas madrileñas. Las clases pudientes pero sin privilegios ancestrales o divinos, a su vez entraron en litigio con el pueblo llano para el uso de los caños públicos. A comienzos del siglo XVIII, los madrileños tenían que acudir con barriles y tinajas a las fuentes públicas entrando en conflicto con los aguadores, siendo ello causa de frecuentes peleas y demás problemas. Las autoridades, convinieron regular también el acceso a los caños, reservando casi la mitad de ellos para uso exclusivo de los aguadores, garantizando así el abastecimiento a palacios, conventos y vecinos que pudieran pagar el servicio. (Ver en bibliografía: El agua, mitos y realidades y Arbitrismo, Población e Higiene en el abastecimiento hídrico de Madrid en el siglo XVIII.
  2. Paloma Fernández en su estudio sobre las Mujeres de Madrid, recoge la fama de algunas aguadoras del los "aguaduchos del Prado", como la Patro o la Lucía,"la reina morena" de la Fuente de Apolo.
  3. La diferencia de sabores por ejemplo queda descrita en 1902 por Galdós en uno de sus Episodios Nacionales, el dedicado a Narváez, donde "se entabla una interesante porfía sobre la calidad de los cuatro viajes que surten esta capital, y se marcan bandos ó partidos, pues si el uno defiende el sabor del Bajo Abroñigal ó la Castellana". (Episodios nacionales: Narváez, Madrid, pag. 233)
  4. El médico manchego Alfonso Limón Montero comenta en 1697: "Es la coronada Villa de Madrid, assi como en otras muchas cosas excelente, dotada, y enriquecida con muy excelentes aguas, de las quales muchas nacen dentro de la misma población, y otras fuera en su distrito de donde se conducen a sus Plazas, Calles, Conventos, Casas, y jardines, siendo tanta la abundancia de fuentes en que se reparten, que no es posible señalar numero cierto, (...) Nosotros haremos mención solo de algunas las quales aunque no se muestran con mucha diaphanidad, y pureza por representarse de color de suero de leche destilado, cuyo color comunmente se llama zarco, con todo esso lo les obsta para que no sean muy suaves, y delicadas, y blandas al gusto..."
  5. En 1883 el doctor Hauser y su familia se establecieron en Madrid por motivos de estudio de uno de los hijos del matrimonio, residiendo en la capital española hasta su muerte en 1925. Alternaría en dicho periodo último de su vida el ejercicio de la medicina con la investigación, publicando Estudios epidemiológicos relativos a la etiología y profilaxis del cólera (1887), Madrid desde el punto de vista médico-social (1902) y La Geografía Médica de la Península Ibérica (1913).

Referencias

  1. Grabado conservado en la Wellcome Library de Londres. Ver enlace en la ficha del visor de la imagen.
    • El Diccionario de la Real Academia Española tiene una definición para aguador.
  2. González Alcantud, 1995, pp. 129 - 133.
  3. Memoires de la cour d'Espagne, Relation du voyage d'Espagne
  4. Castellanos, 2005, pp. 16-17.
  5. Castellanos, 2005, p. 117.
  6. González Alcantud, 1995, pp. 129 - 131.
  7. Margarita Ucelay Da Cal, Estudio de un género costumbrista. México, 1951.
  8. Alejandro Peris Barrio, (2002) ,Los antiguos alfareros de Alcorcón (Madrid). Revista de folklore, ISSN 0211-1810, Nº 261, págs. 99-103
  9. Fernández Montes, Matilde, (1997), Aportación al estudio de la alfarería femenina en la Península Ibérica: La cerámica histórica de Alcorcón (Madrid), Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, LII, 2
  10. Guerra, 2011, p. 165.
  11. Pinto Crespo, Virgilio; Gili Ruiz, Rafael; Velasco Medina, Fernando (2010). Fundación Canal, ed. . ISBN 978-84-932119-6-7. Archivado desde el original el 24 de septiembre de 2015. Consultado el 26 de enero de 2015. 
  12. Martínez Carbajo, 2011, p. 263.
  13. Mesonero, 1833, pp. 70 - 71.
  14. Monlau, 1985, pp. 50 - 51.
  15. González Reglero, Juan José; Espinosa Romero, Jesús, 1851. La creación del Canal de Isabel II, Revista de Obras Públicas, 2001, 148, (3414): 59-62
  16. Gea, 2002, p. 448.
  17. Répide, 2011, p. 395.
  18. García Melero, José Enrique (1998). Arte español de la Ilustración y del siglo XIX: En torno a la imagen del pasado. Encuentro. p. 150. ISBN 9788474904789. 
  19. Pérez Galdós, Benito. Episodio Nacional nº2 serie 1. La Corte de Carlos IV. Cap.XVI, pag. 78

Bibliografía

  • Arroyo Illera, Fernando (2004). «Arbitrismo, Población e Higiene en el abastecimiento hídrico de Madrid en el siglo XVIII». Boletín de la A.G.E. (Madrid: Universidad Autónoma de Madrid) (N.º 37): 257-278. Consultado el 6 de enero de 2017. 
  • Castellanos, José Manuel (2005). El Madrid de los Reyes Católicos. Madrid: La Librería. ISBN 8496470105. 
  • Díaz y Díaz, María del Sol (1982). «Los aguadores de Madrid». Anales del Instituto de Estudios Madrileños (19): 475-483. ISSN 0584-6374. Consultado el 26 de septiembre de 2016. 
  • Fernández de los Ríos, Ángel (1876). Guía de Madrid. Madrid: edición facsímil de Ediciones La Librería (2002). ISBN 8495889315. 
  • Fernández Quintanilla, Paloma (1984). Mujeres de Madrid. Madrid: El Avapiés. p. 55. ISBN 8486280060. 
  • Gea, María Isabel (2002). Diccionario Enciclopédico de Madrid. Madrid: La Librería. ISBN 8495889099. 
  • González Alcantud, José Antonio (1995). El agua: mitos, ritos y realidades: coloquio internacional. Granada: Antonio Malpica Cuello. ISBN 9788476584675. Consultado el enero de 2015. 
  • Guerra Chavarino, Emilio (2011). Los viajes de agua y las fuentes de Madrid. La Librería. ISBN 9788498731194. 
  • Martínez Carbajo, Agustín Francisco (1996). Fuentes de Madrid. Pedro Fco. García Gutiérrez (2009 edición). Madrid: La Librería. ISBN 9788498730302. 
  • Mesonero Romanos, Ramón de (1833). Manual de Madrid (edición de 1833. Universidad de Oxford. 
  • Monlau, Pedro Felipe (1985 (facsímil de 1850)). Madrid en la mano ó El amigo del forastero. Madrid: Guillermo Blázquez. ISBN 84-85944-44-5. 
  • Répide, Pedro (2011). María Isabel Gea, ed. Las calles de Madrid. Madrid: Ediciones La Librería. ISBN 9788487290909. 

Bibliografía citada

  • Libros de Acuerdos del concejo madrileño, 1464-1600, tomo IV (1498-1501). Transcripción de Carmen Rubio Pardos, Rosario Sánchez González y Carmen Cayetano Martín. Raycar, S.A. Impresores, Madrid 1982.
  • El Fuero de Madrid. Traducción de Agustín Gómez Iglesias. Madrid, 1963.
  • Contribuciones documentales a la historia de Madrid. Agustín Millares Carlo. Biblioteca de Estudios Madrileños.

Enlaces externos

  •   Datos: Q20012942
  •   Multimedia: Water carriers in Madrid

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Aguadores de Madrid fue un gremio que permanecio activo en la capital de Espana entre el siglo xv y comienzos del xx 2 Regulados por el correspondiente concejo de la ciudad su trabajo ademas de la venta ambulante de agua fresca consistia en transportarla en barriles o grandes cantaros hasta los aljibes cisternas tinajas o cantaras de las viviendas que no disponian de pozo o fuente particular 3 Desaparecieron de modo definitivo a comienzos del siglo XX con la instalacion de la red de agua corriente que permitio la construccion e infraestructura posterior del Canal de Isabel II iniciada en 1851 Aguadores de barrica en una de las fuentes reservadas al gremio en la villa de Madrid hacia 1850 1 Reglamento Organico para la matricula servicio y tarifas de los aguadores de numero de las fuentes publicas de Madrid portada de 1874 Indice 1 Historia 1 1 De azacanes a aguadores 1 2 Tipologia 1 3 Siglo de Oro 1 4 Transicion Ilustrada 1 5 Siglo XIX 2 Ocaso y memoria 2 1 Tipos literarios 3 Vease tambien 4 Notas 5 Referencias 6 Bibliografia 6 1 Bibliografia citada 7 Enlaces externosHistoria EditarMadame d Aulnoy en sus memorias viajeras por Espana 4 hacia 1690 91 describe a los azacanes como aguadores que cargan un burro con varios cantaros grandes y los llevan por la villa Van vestidos con una bayeta ordinaria con las piernas al aire y sandalias o alpargatas simples suelas con cuerdas atadas De azacanes a aguadores Editar Parece evidente dado el origen de Madrid como asentamiento militar musulman 5 que el precedente de los aguadores en la que luego seria capital de un imperio hay que buscarlo en los azacanes moros o mozarabes que en Madrid como en Toledo Zaragoza Granada o Sevilla prestaban su oficio de porteadores de agua sirviendose para ello de una caballeria o un carro de manos Asi quedan retratados en 1501 cuando el Concejo de la Villa advierte que los aguadores no vayan corriendo con los asnos porque acaece topar e derribar muchas personas e hazer muchos danos so pena destar diez dias en la cadena Medida que ya da una idea de como actuaban unos y como respondian otros en el Madrid de los Reyes Catolicos 6 nota 1 Habria que esperar a 1847 para que el ayuntamiento madrileno estableciese los canos de vecindad una arqueta de piedra en la pared con un grifo de bronce para uso exclusivo de los vecinos y vetados a los aguadores 7 Tipologia Editar La variada documentacion distingue tres tipos de aguadores que podrian llamarse profesionales los chirriones que transportaban el agua en una o varias cubas sobre carros tirados por mulas o asnos los tradicionales cantareros de azacan con uno o mas burros sobre los que se cargaban de cuatro a seis cantaras de agua los que llevaban el cantaro al hombro y podian subir con el hasta los domicilios de vecinos corralas etc A estos habria que anadir los vendedores ambulantes muchos de ellos chiquillos o mozas de cantaro que iban por la ciudad voceando su mercancia agua fresca con una pequena cesta y uno o mas vasos o jarrillos nota 2 Estos ultimos eran muy populares en las procesiones religiosas o actos publicos diversos Mas tarde se introdujo la costumbre de servir el agua acompanada de unas gotas de anis limon azucarillos canela y otros sabores atractivos Aguadores de Madrid Aguador de cantaro lamina n 87 publicada en la Revista Nouvelle Castille Firmada por White grabado hacia 1800 Aguador de Madrid en el catalogo de Trajes de Espana dibujado por Rodriguez grabado hacia 1802 Aguador de barril Anonimo grabado hacia 1840 Aguador de barril Dibujo atribuido a Leonardo Alenza en Los Espanoles pintados por si mismos 1843 4 8 Costumbres de Madrid Una fuente de vecindad en La Ilustracion Espanola y Americana 1870 Siglo de Oro Editar Una visita a los clasicos del Siglo de Oro espanol arrojara curiosa y divertida informacion sobre los aguadores de Madrid Aparecen en las novelas dramas y comedias de Cervantes Lope o Tirso y en los versos de Quevedo por mencionar tan solo a los mas conocidos vates y escritores vecinos de la capital de Espana en algun trecho de sus vidas Milagro de la Virgen de Atocha en las obras de construccion de la Casa de la Villa 1676 1700 Detalle de aguadores botijeros mozas de cantaro y aguadoras en la antigua fuente de la plaza de la Villa Fue Felipe II el rey burocrata por excelencia quien estimulo y ordeno la regulacion de los aguadores de Madrid con una medida de capacidad que limitaba los cantaros de transporte a tan solo cinco azumbres de volumen Los alfareros de Alcorcon 9 la localidad vecina a la capital con mayor tradicion en la artesania del barro elaboraban dichos cantaros de cinco azumbres grabandoles por decreto real un sello especial para evitar las posibles falsificaciones de recipientes 10 Entre las regulaciones del gremio llegaron a incluir en las ordenanzas de la villa y el reglamento de los aguadores la obligacion de acudir a los incendios llegando incluso a confiscar sus cantaros en caso de emergencia Transicion Ilustrada Editar El crecimiento de la ciudad a lo largo del siglo XVII y el progresivo envenenamiento de sus capas freaticas por filtraciones de pozos negros y alcantarillas hizo necesario el planteamiento de modernas medidas de saneamiento Pero el celo de los Ilustrados y sus diversos proyectos tardarian mas de un siglo en hacerse realidad La Casa Real dispuso ya de antiguo de un viaje de agua propio el llamado de Palacio o de Amaniel 11 pero no contento con ello el primer monarca de la dinastia borbonica compro en exclusiva las aguas de la Fuente del Berro La castiza reina Isabel II de Espana sin embargo tenia por costumbre en sus habituales paseos por la Castellana detenerse a beber un jarrito de agua en la antigua Fuente de la Cibeles cuyas aguas procedian del homonimo viaje de la fuente Castellana 12 En cuanto a los aguadores se legalizaron y se asigno un numero proporcional al servicio de cada fuente publica 13 Siglo XIX Editar Madrid en verano Una fuente de vecindad en los barrios bajos Blanco y Negro 1894 En el siglo xix el Ayuntamiento de Madrid diseno un uniforme para los aguadores compuesto por una chaqueta oscura de pano con solapas y bordadas alli en seda y estambre las armas del Ayuntamiento y en rojo el numero de la licencia y doble fila de botonadura dorada se complementaba con un chaleco rojo y un pantalon pardo sujeto con una faja tambien roja como los botines con botones negros y palaos de piel de becerro blanca Era obligatoria la gorra de fieltro y con visera en la que iba prendida la chapa de metal identificadora donde figuraba la fuente asignada En verano el uniforme era mas sencillo y ligero reducido a una blusa de percal de color azul y cuello vuelto de cinta encarnada con el escudo y numero de licencia 13 De las vivencias peripecias y organizacion del gremio de aguadores de Madrid en la primera mitad del siglo deja el ilustre cronista Ramon Mesonero Romanos varias noticias y comentarios en el conjunto de su obra historica y de costumbres Asi por ejemplo en su Manual de Madrid publicado en 1833 situa a los aguadores en el mismo oficio que los mozos de cordel o mozos de compra por lo general robustos mozos asturianos y gallegos que cuando no han de estar acarreando el agua a los vecinos contratados se hallan en las esquinas de las calles y aunque toscos sobremanera sirven para conducir los efectos y hacer toda especie de mandados lo cual ejecutan con bastante exactitud y notable probidad pagandoles de 2 a 4 reales por cada mandado 14 Aguadores en la fuente de la diosa Cibeles en el Paseo del Prado de Madrid grabado del siglo XIX Aun mediado el siglo el cronista Pedro Felipe Monlau describe asi el servicio de aguas en la ciudad El agua es generalmente llevada de las fuentes a las casas en cubas de madera o de metal que llenan y trasportan los aguadores oficio propio de los gallegos y asturianos a quienes se suele remunerar a razon de unos 10 reales mensuales por una cuba diaria Cuentanse en el dia 920 aguadores distribuidos entre las 36 fuentes de intramuros El alcalde corregidor fija todos los anos el numero de aguadores oyendo al arquitecto fontanero y teniendo presente el caudal de agua de cada fuente El mismo alcalde nombra a propuesta de los aguadores dos capataces o cabezaleros para cada fuente con el encargo de prevenir o denunciar todas las faltas que cometan dichos individuos incurriendo de lo contrario en responsabilidad Los aguadores reciben del alcalde la oportuna licencia para ejercer su oficio y llevan una medalla o chapa de laton con el numero nombre del individuo el de la fuente a que pertenece y la numeracion de la licencia Por derechos de esta lt licencia gt paga cada aguador 20 reales y otros 20 anuales por su renovacion Las plazas de aguador se traspasan y segun el numero de parroquianos que cuenta el que traspasa saca 1000 1500 y hasta 2000 reales 15 Pedro Felipe Monlau Madrid en la mano 1850 Otro de los cometidos del aguador era su buen entendimiento y seguimiento de las diferencias de caudal calidad frescura y sabor de las aguas procedentes de los distintos viajes de agua de la ciudad llegando a cobrarse a precios distintos segun su procedencia nota 3 Las aguas de los viajes madrilenos famosas y ponderadas como excelente agua dulce delgada y finisima desde el siglo XVII nota 4 eran al parecer ricas en sulfatos sales de cal magnesia y sosa segun el estudio que de los materiales del subsuelo hizo Philip Hauser en 1902 nota 5 Ocaso y memoria Editar La aguadora pintada por Francisco de Goya hacia 1810 Museo de Bellas Artes de Budapest El ocaso y posterior desaparicion de los aguadores de Madrid lo trajo el progreso y la abundancia materializados por el Canal de Isabel II una magna obra que iniciada por Real Decreto de 18 de junio en 1851 e inaugurada el 24 de junio de 1858 no funciono con garantias hasta aproximadamente 1911 16 No parece haber quedado directo homenaje a la tarea de los aguadores de Madrid ni en fuentes ni monumentos publicos Si tuvieron referencia en la Planimetria General de la Villa con una calle de Aguadores que antes se llamo de la Cueva y luego en 1894 se rebautizo por tercera vez con el nombre de calle del Marques de Leganes por hallarse cerca el Palacio de Altamira 17 18 Tambien podria considerarse homenaje el titulo y trama de la zarzuela Agua azucarillos y aguardiente como una ultima referencia al gremio Quiza fue Goya el mas acertado testigo de la memoria de los esforzados hombres y mujeres que mataron la sed en los torridos veranos madrilenos Asi parece contarlo en su Aguadora una pequena y lozana muchacha que con un truco optico propio del genio del pintor de Fuendetodos mira al espectador desde su altura ficticia mientras pasea la cantara encajada en la cadera y lleva en la otra mano un cestillo con copas o vasos para beber En cualquier caso el supuesto homenaje de Goya a una anonima madrilena de comienzos del siglo XIX hacia 1810 no se encuentra en Madrid sino en el Szepmuveszeti Muzeum de Budapest donde entro dentro de la coleccion Esterhazy en 1871 19 Tipos literarios Editar Hay que mencionar al aguador Pedro Collado entre el elenco de personajes mas o menos ficticios que el oficio y gremio de aguadores dio a la Historia de la Literatura Espanola A este lo describio Galdos en la primera serie de los Episodios Nacionales cuando en La Corte de Carlos IV queda dibujado con estas bien ordenadas frases la mayor parte habian sido deslumbrados por la perruna y grotesca elocuencia de Pedro Collado el aguador de la fuente del Berro ya empleado en la servidumbre de Fernando Este hombre que con las gracias de su burdo y ramplon ingenio se habia conquistado preferente lugar en el corazon del heredero desempenaba al principio las funciones de espia en todas las regiones bajas de palacio vigilaba la servidumbre la cual a poco empezo por temerle y concluyo por someterse docilmente a sus mandatos De este modo llego a ser Pedro Collado respecto a los cocineros pinches y lacayos un verdadero cacique al modo de los que hoy son alma y azote de las pequenas localidades en nuestra Peninsula 20 Benito Perez Galdos La Corte de Carlos IVVease tambien EditarAguador Alfareria de agua Azacan Historia del Canal de Isabel II Viajes de aguaNotas Editar Todavia dos siglos despues el abastecimiento de agua favorecia a las clases privilegiadas en 1727 de los cuatro viajes principales de Madrid el 55 iba a parar a 471 canos particulares mientras que el resto se dedicaba a las 43 fuentes publicas Segun los estudios de Aznar de Polanco y Teodoro de Ardemans citados por especialistas como Montero Vallejo y Landa Goni los aristocratas como el duque de Alba y las ordenes religiosas se beneficiaban de canos privados que acaparaban el grueso de las aguas madrilenas Las clases pudientes pero sin privilegios ancestrales o divinos a su vez entraron en litigio con el pueblo llano para el uso de los canos publicos A comienzos del siglo XVIII los madrilenos tenian que acudir con barriles y tinajas a las fuentes publicas entrando en conflicto con los aguadores siendo ello causa de frecuentes peleas y demas problemas Las autoridades convinieron regular tambien el acceso a los canos reservando casi la mitad de ellos para uso exclusivo de los aguadores garantizando asi el abastecimiento a palacios conventos y vecinos que pudieran pagar el servicio Ver en bibliografia El agua mitos y realidades y Arbitrismo Poblacion e Higiene en el abastecimiento hidrico de Madrid en el siglo XVIII Paloma Fernandez en su estudio sobre las Mujeres de Madrid recoge la fama de algunas aguadoras del los aguaduchos del Prado como la Patro o la Lucia la reina morena de la Fuente de Apolo La diferencia de sabores por ejemplo queda descrita en 1902 por Galdos en uno de sus Episodios Nacionales el dedicado a Narvaez donde se entabla una interesante porfia sobre la calidad de los cuatro viajes que surten esta capital y se marcan bandos o partidos pues si el uno defiende el sabor del Bajo Abronigal o la Castellana Episodios nacionales Narvaez Madrid pag 233 El medico manchego Alfonso Limon Montero comenta en 1697 Es la coronada Villa de Madrid assi como en otras muchas cosas excelente dotada y enriquecida con muy excelentes aguas de las quales muchas nacen dentro de la misma poblacion y otras fuera en su distrito de donde se conducen a sus Plazas Calles Conventos Casas y jardines siendo tanta la abundancia de fuentes en que se reparten que no es posible senalar numero cierto Nosotros haremos mencion solo de algunas las quales aunque no se muestran con mucha diaphanidad y pureza por representarse de color de suero de leche destilado cuyo color comunmente se llama zarco con todo esso lo les obsta para que no sean muy suaves y delicadas y blandas al gusto En 1883 el doctor Hauser y su familia se establecieron en Madrid por motivos de estudio de uno de los hijos del matrimonio residiendo en la capital espanola hasta su muerte en 1925 Alternaria en dicho periodo ultimo de su vida el ejercicio de la medicina con la investigacion publicando Estudios epidemiologicos relativos a la etiologia y profilaxis del colera 1887 Madrid desde el punto de vista medico social 1902 y La Geografia Medica de la Peninsula Iberica 1913 Referencias Editar Grabado conservado en la Wellcome Library de Londres Ver enlace en la ficha del visor de la imagen El Diccionario de la Real Academia Espanola tiene una definicion para aguador Gonzalez Alcantud 1995 pp 129 133 Memoires de la cour d Espagne Relation du voyage d Espagne Castellanos 2005 pp 16 17 Castellanos 2005 p 117 Gonzalez Alcantud 1995 pp 129 131 Margarita Ucelay Da Cal Estudio de un genero costumbrista Mexico 1951 Alejandro Peris Barrio 2002 Los antiguos alfareros de Alcorcon Madrid Revista de folklore ISSN 0211 1810 Nº 261 pags 99 103 Fernandez Montes Matilde 1997 Aportacion al estudio de la alfareria femenina en la Peninsula Iberica La ceramica historica de Alcorcon Madrid Revista de Dialectologia y Tradiciones Populares LII 2 Guerra 2011 p 165 Pinto 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