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Ad catholici sacerdotii

Ad catholici sacerdotii, en español "Al [grado] del sacerdocio católico", es la 25ª encíclica de Pío XI, datada el 20 de diciembre del 1935, en el 56º aniversario de su ordenación sacerdotal. En ella trata del sacerdocio católico, dando indicaciones y orientaciones sobre la formación de los sacerdotes

Ad catholici sacerdotii
Encíclica del papa Pío XI
20 de diciembre de 1935, año XIV de su Pontificado

Instaurare omnia in Christo
Español Al [grado] del sacerdocio católico
Publicado Acta Apostolicae Sedis, vol. XXVIII (1936), pp. 5-53
Destinatario A los Patriarcas, Arzobispos, Obispos y otros Ordinarios locales, en paz y comunión con la Sede Apostólica
Argumento Sobre el sacerdocio católico
Ubicación Original en latín
Sitio web versión oficial en español
Cronología
Documentos pontificios
Constitución apostólicaMotu proprioEncíclicaExhortación apostólicaCarta apostólicaBreve apostólicoBula

Estructura de la encíclica

El papa distribuye la encíclica en cuatro apartados, precedidos de una introducción. En la versión original en el Acta Apostolica Sedis, cada uno de los apartados quedan precedidos del ordinal romano. En la versión publicada en la página web del Vaticano se han añadido unas palabras que adelantan su contenido, y que también se utilizan en este artículo.

La división en apartados, no frecuente en las encíclicas de Pío XI, pone de manifiesto el interés del pontífice por exponer con claridad y amplitud el tema del sacerdocio y la extensión de su escrito, que en el Acta Apostolica Sedis ocupa 49 páginas.

Contenido de la encíclica

Comienza el papa la encíclica expresando su atención a los sacerdotes

Ad catholici sacerdoti fastigium vixdum Nos arcano Providentis Dei consilio evecti, actuosam voluntatem Nostram ad eos convertere numquam destitimus, qui, in multis quos habemus in Christo filiis, sacerdotali dignitate aucti, id muneris susceperunt, ut «sal terrae et lux mundi»[1]​ evaderent.
Desde que, por ocultos designios de la divina Providencia, nos vimos elevados a este supremo grado del sacerdocio católico, nunca hemos dejado de dirigir nuestros más solícitos y afectuosos cuidados, entre los innumerables hijos que nos ha dado Dios, a aquellos que, engrandecidos con la dignidad sacerdotal, tienen la misión de ser la «sal de la tierra y la luz del mundo».[1]
Inicio de la encíclica

y enseguida indica cómo prestar esa atención y cuidado a aquellos jóvenes que se preparan para su ordenación sacerdotal, recordando las orientaciones que había dado para la formación de los seminaristas en la carta apostólica Officorum omnium, del 1 de agosto de 1022, dirigida al prefecto de la Sagrada Congregación de Seminarios y Universidades.

I. El sacerdocio católico y sus poderes

Pasa enseguida a tratar sobre el fundamento del sacerdocio y su ministerio al servicio de la Iglesia. El sacerdote es en verdad un ser humano pero elevado por Dios entre los hombres para servirles. El objeto de su oficio no son las cosas humanas y perecederas, sino las divinas y eternas. Para ello es constituido con un poder especial que queda de manifiesto en la celebración del sacrificio eucarístico.

Por donde se ve clarísimamente la inefable grandeza del sacerdote católico que tiene potestad sobre el cuerpo mismo de Jesucristo, poniéndolo presente en nuestros altares y ofreciéndolo por manos del mismo Jesucristo como víctima infinitamente agradable a la divina Majestad. Admirables cosas son éstas —exclama con razón San Juan Crisóstomo—, admirables y que nos llenan de estupor.[2]
Encíclica Ad catholici sacerdotii: AAS vol. XXVIII (1936) p. 12

Pero el poder del sacerdote no solo lo ejerce sobre el cuerpo de Cristo, sino también sobre el Cuerpo místico, convertido en dispensador de los misterios de Cristo en favor de los hombres, entre los que destaca el poder de perdonar los pecados. Poderes que recibe a través del sacramento del orden que le sella con un carácter indeleble a través del que se convierte en sacerdote para la eternidad. Concluye este apartado mostrando la necesidad que tiene el sacerdote de santidad y ciencia, de llevar una vida

II. Santidad y virtudes sacerdotales

La alta dignidad del sacerdote le exige una santidad proporcionada, deben pues aspirar a la perfección pues, como dice Santo Tomás, «Los mediadores entre Dios y el pueblo —dice Santo Tomás— deben tener limpia conciencia ante Dios y limpia fama ante los hombres». Tras hacer ver que el sacerdocio católico exige una santidad mayor que la que se pedía en el Antiguo Testamento, el papa destaca la santidad que exige la celebración de la eucaristía, la administración de los sacramentos y la predicación de la Palabra de Dios. La encíclica repasa las consecuencias que para los sacerdotes tiene su vocación a la santidad: la importancia de la oración, el celibato sacerdotal, la pobreza y el celo apostólico.

Concluye ese apartado de la encíclica destacando cómo

Esta necesidad de la virtud y del saber, y esta obligación, además, de llevar una vida ejemplar y edificante, y de ser aquel buen olor de Cristo[3]​ que el sacerdote debe en todas partes difundir en torno suyo entre cuantos se llegan a él, se hace sentir hoy con tanta mayor fuerza y viene a ser tanto más cierta y apremiante cuanto que la Acción Católica, este movimiento tan consolador que tiene la virtud de impulsar las almas hacia los más altos Ideales de perfección, pone a los seglares en contacto más frecuente y en colaboración más íntima con el sacerdote
Encíclica Ad catholici sacerdotii: AAS vol. XXVIII (1936) p. 36

III. Formación de los candidatos al sacerdocio

Los seminarios

El Papa establece los criterios y formas de la formación sacerdotal y da instrucciones muy claras a los obispos y profesores en los seminarios. **enseñanza según Sto Tomas**Para él, el apoyo personal y los consejos de los seminaristas están en primer plano. Estipula que, si es posible, se debe abrir un seminario en cada diócesis. Por lo demás, en aquellas diócesis en las que no sea posible cumplir los requisitos que se establecen, deberá preverse un seminario supra-diocesano (regional, central o nacional). Dependiendo de las condiciones locales, la cooperación del clero diocesano y religioso es necesaria para que estos centros adecuados para los estudios de la iglesia se puedan crear más fácilmente con fuerzas y recursos combinados mientras se preservan sus propios derechos y obligaciones.

Los superiores del seminario, a menos que los estatutos del seminario indiquen otro modo, serán nombrados por el obispo después de una cuidadosa deliberación. Todos los superiores deben preocuparse por el progreso del seminario, y deben tener conversaciones frecuentes con el obispo y los seminaristas para saber qué es mejor para el bien del conjunto y mejorar cada vez más la labor educativa. La selección de superiores y profesores también debe hacerse con especial cuidado y, al mismo tiempo, si no cumplen con los requisitos, sus permisos de docencia deben ser retirados.

El papa recuerda la necesidad de rezar y trabajar por las vocaciones sacerdotales, con las palabras del Señor

«La mies es mucha, mas los obreros pocos: rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies».[4]​ ¿Qué oración puede ser más agradable al Corazón Santísimo del Redentor? ¿Cuál otra puede tener esperanza de ser oída más pronto y obtener más fruto que esta, tan conforme a los ardientes deseos de aquel divino Corazón? Pedid, pues, y se os dará[5]​.
Encíclica Ad catholici sacerdotii: AAS vol. XXVIII (1936) p. 45

y manifiesta su alegría al ver las vocaciones al sacerdocio que proceden de la Acción Católica, pero señala que el primer ámbito en el que florecen las vocaciones es las familias cristianas.

Los candidatos al sacerdocio

La adecuada formación de los candidatos al sacerdocio requiere una selección cuidadosa y, sobre todo, ayudar a los seminaristas a considerar seria y sinceramente ante Dios si tienen derecho a creer que están llamados al sacerdocio y las motivaciones por las que están llamados a esforzarse para poder hacerlo. juez. Se debe poner especial énfasis en los exámenes que se prescriben antes de recibir las sagradas órdenes. Por eso la lluvia debe observar y juzgar a los candidatos, este conocimiento debe provenir de su propia observación y de personas que conocen bien a los candidatos, especialmente sus párrocos, y de otros sacerdotes y laicos seleccionados

IV. Conclusión

En la conclusión el papa exhorta a los sacerdotes a responder a la llamada a la santidad tal como ha expuesto en la encíclica, la práctica de los ejercicios espirituales y los retiros mensuales siguiendo la recomendación de Pío X en su Exhortación al clero católico,[6]​ y lo que el mismo Pío XI había aconsejado en su encíclica Mens nostra. De modo análogo exhorta a los seminaristas. Finalmente comunica que ha preparado una Misa votiva de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote, que se podrá celebrar los jueves, y que publica junto con la encíclica.

Véase también

Referencias

  1. Mt 5, 13-14
  2. San Juan Crisostomo, De sacerdotio 3,4 PG 48,642,
  3. 2 Cor 2,15.
  4. Mt 9, 37-38.
  5. Mt 7,7.
  6. Se trata sin duda de la exhortación apostólica de Pìo X Haerent animo, del 4 de agosto de 1908; aunque Pío XI no se refiere a ella por este nombre, sino por su contenido.

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Ad catholici sacerdotii en espanol Al grado del sacerdocio catolico es la 25ª enciclica de Pio XI datada el 20 de diciembre del 1935 en el 56º aniversario de su ordenacion sacerdotal En ella trata del sacerdocio catolico dando indicaciones y orientaciones sobre la formacion de los sacerdotesAd catholici sacerdotiiEnciclica del papa Pio XI 20 de diciembre de 1935 ano XIV de su PontificadoInstaurare omnia in ChristoEspanolAl grado del sacerdocio catolicoPublicadoActa Apostolicae Sedis vol XXVIII 1936 pp 5 53DestinatarioA los Patriarcas Arzobispos Obispos y otros Ordinarios locales en paz y comunion con la Sede ApostolicaArgumentoSobre el sacerdocio catolicoUbicacionOriginal en latinSitio webversion oficial en espanolCronologiaDilectissima Nobis Vigilanti curaDocumentos pontificiosConstitucion apostolica Motu proprio Enciclica Exhortacion apostolica Carta apostolica Breve apostolico Bula editar datos en Wikidata Indice 1 Estructura de la enciclica 2 Contenido de la enciclica 2 1 I El sacerdocio catolico y sus poderes 2 2 II Santidad y virtudes sacerdotales 2 3 III Formacion de los candidatos al sacerdocio 2 3 1 Los seminarios 2 3 2 Los candidatos al sacerdocio 2 4 IV Conclusion 3 Vease tambien 4 ReferenciasEstructura de la enciclica EditarEl papa distribuye la enciclica en cuatro apartados precedidos de una introduccion En la version original en el Acta Apostolica Sedis cada uno de los apartados quedan precedidos del ordinal romano En la version publicada en la pagina web del Vaticano se han anadido unas palabras que adelantan su contenido y que tambien se utilizan en este articulo La division en apartados no frecuente en las enciclicas de Pio XI pone de manifiesto el interes del pontifice por exponer con claridad y amplitud el tema del sacerdocio y la extension de su escrito que en el Acta Apostolica Sedis ocupa 49 paginas Contenido de la enciclica EditarComienza el papa la enciclica expresando su atencion a los sacerdotes Ad catholici sacerdoti fastigium vixdum Nos arcano Providentis Dei consilio evecti actuosam voluntatem Nostram ad eos convertere numquam destitimus qui in multis quos habemus in Christo filiis sacerdotali dignitate aucti id muneris susceperunt ut sal terrae et lux mundi 1 evaderent Desde que por ocultos designios de la divina Providencia nos vimos elevados a este supremo grado del sacerdocio catolico nunca hemos dejado de dirigir nuestros mas solicitos y afectuosos cuidados entre los innumerables hijos que nos ha dado Dios a aquellos que engrandecidos con la dignidad sacerdotal tienen la mision de ser la sal de la tierra y la luz del mundo 1 Inicio de la enciclicay enseguida indica como prestar esa atencion y cuidado a aquellos jovenes que se preparan para su ordenacion sacerdotal recordando las orientaciones que habia dado para la formacion de los seminaristas en la carta apostolica Officorum omnium del 1 de agosto de 1022 dirigida al prefecto de la Sagrada Congregacion de Seminarios y Universidades I El sacerdocio catolico y sus poderes Editar Pasa enseguida a tratar sobre el fundamento del sacerdocio y su ministerio al servicio de la Iglesia El sacerdote es en verdad un ser humano pero elevado por Dios entre los hombres para servirles El objeto de su oficio no son las cosas humanas y perecederas sino las divinas y eternas Para ello es constituido con un poder especial que queda de manifiesto en la celebracion del sacrificio eucaristico Por donde se ve clarisimamente la inefable grandeza del sacerdote catolico que tiene potestad sobre el cuerpo mismo de Jesucristo poniendolo presente en nuestros altares y ofreciendolo por manos del mismo Jesucristo como victima infinitamente agradable a la divina Majestad Admirables cosas son estas exclama con razon San Juan Crisostomo admirables y que nos llenan de estupor 2 Enciclica Ad catholici sacerdotii AAS vol XXVIII 1936 p 12 Pero el poder del sacerdote no solo lo ejerce sobre el cuerpo de Cristo sino tambien sobre el Cuerpo mistico convertido en dispensador de los misterios de Cristo en favor de los hombres entre los que destaca el poder de perdonar los pecados Poderes que recibe a traves del sacramento del orden que le sella con un caracter indeleble a traves del que se convierte en sacerdote para la eternidad Concluye este apartado mostrando la necesidad que tiene el sacerdote de santidad y ciencia de llevar una vida II Santidad y virtudes sacerdotales Editar La alta dignidad del sacerdote le exige una santidad proporcionada deben pues aspirar a la perfeccion pues como dice Santo Tomas Los mediadores entre Dios y el pueblo dice Santo Tomas deben tener limpia conciencia ante Dios y limpia fama ante los hombres Tras hacer ver que el sacerdocio catolico exige una santidad mayor que la que se pedia en el Antiguo Testamento el papa destaca la santidad que exige la celebracion de la eucaristia la administracion de los sacramentos y la predicacion de la Palabra de Dios La enciclica repasa las consecuencias que para los sacerdotes tiene su vocacion a la santidad la importancia de la oracion el celibato sacerdotal la pobreza y el celo apostolico Concluye ese apartado de la enciclica destacando como Esta necesidad de la virtud y del saber y esta obligacion ademas de llevar una vida ejemplar y edificante y de ser aquel buen olor de Cristo 3 que el sacerdote debe en todas partes difundir en torno suyo entre cuantos se llegan a el se hace sentir hoy con tanta mayor fuerza y viene a ser tanto mas cierta y apremiante cuanto que la Accion Catolica este movimiento tan consolador que tiene la virtud de impulsar las almas hacia los mas altos Ideales de perfeccion pone a los seglares en contacto mas frecuente y en colaboracion mas intima con el sacerdoteEnciclica Ad catholici sacerdotii AAS vol XXVIII 1936 p 36 III Formacion de los candidatos al sacerdocio Editar Los seminarios Editar El Papa establece los criterios y formas de la formacion sacerdotal y da instrucciones muy claras a los obispos y profesores en los seminarios ensenanza segun Sto Tomas Para el el apoyo personal y los consejos de los seminaristas estan en primer plano Estipula que si es posible se debe abrir un seminario en cada diocesis Por lo demas en aquellas diocesis en las que no sea posible cumplir los requisitos que se establecen debera preverse un seminario supra diocesano regional central o nacional Dependiendo de las condiciones locales la cooperacion del clero diocesano y religioso es necesaria para que estos centros adecuados para los estudios de la iglesia se puedan crear mas facilmente con fuerzas y recursos combinados mientras se preservan sus propios derechos y obligaciones Los superiores del seminario a menos que los estatutos del seminario indiquen otro modo seran nombrados por el obispo despues de una cuidadosa deliberacion Todos los superiores deben preocuparse por el progreso del seminario y deben tener conversaciones frecuentes con el obispo y los seminaristas para saber que es mejor para el bien del conjunto y mejorar cada vez mas la labor educativa La seleccion de superiores y profesores tambien debe hacerse con especial cuidado y al mismo tiempo si no cumplen con los requisitos sus permisos de docencia deben ser retirados El papa recuerda la necesidad de rezar y trabajar por las vocaciones sacerdotales con las palabras del Senor La mies es mucha mas los obreros pocos rogad pues al dueno de la mies que mande obreros a su mies 4 Que oracion puede ser mas agradable al Corazon Santisimo del Redentor Cual otra puede tener esperanza de ser oida mas pronto y obtener mas fruto que esta tan conforme a los ardientes deseos de aquel divino Corazon Pedid pues y se os dara 5 Enciclica Ad catholici sacerdotii AAS vol XXVIII 1936 p 45 y manifiesta su alegria al ver las vocaciones al sacerdocio que proceden de la Accion Catolica pero senala que el primer ambito en el que florecen las vocaciones es las familias cristianas Los candidatos al sacerdocio Editar La adecuada formacion de los candidatos al sacerdocio requiere una seleccion cuidadosa y sobre todo ayudar a los seminaristas a considerar seria y sinceramente ante Dios si tienen derecho a creer que estan llamados al sacerdocio y las motivaciones por las que estan llamados a esforzarse para poder hacerlo juez Se debe poner especial enfasis en los examenes que se prescriben antes de recibir las sagradas ordenes Por eso la lluvia debe observar y juzgar a los candidatos este conocimiento debe provenir de su propia observacion y de personas que conocen bien a los candidatos especialmente sus parrocos y de otros sacerdotes y laicos seleccionados IV Conclusion Editar En la conclusion el papa exhorta a los sacerdotes a responder a la llamada a la santidad tal como ha expuesto en la enciclica la practica de los ejercicios espirituales y los retiros mensuales siguiendo la recomendacion de Pio X en su Exhortacion al clero catolico 6 y lo que el mismo Pio XI habia aconsejado en su enciclica Mens nostra De modo analogo exhorta a los seminaristas Finalmente comunica que ha preparado una Misa votiva de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote que se podra celebrar los jueves y que publica junto con la enciclica Vease tambien EditarPio XI Enciclicas de Pio XI Sacerdocio Portal Iglesia catolica Contenido relacionado con Iglesia catolica Referencias Editar a b Mt 5 13 14 San Juan Crisostomo De sacerdotio 3 4 PG 48 642 2 Cor 2 15 Mt 9 37 38 Mt 7 7 Se trata sin duda de la exhortacion apostolica de Pio X Haerent animo del 4 de agosto de 1908 aunque Pio XI no se refiere a ella por este nombre sino por su contenido Obtenido de https es wikipedia org w index php title Ad catholici sacerdotii amp oldid 138617719, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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