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Teresa Cristina de Borbón-Dos Sicilias

Teresa Cristina de Borbón-Dos Sicilias (Nápoles, 14 de marzo de 1822 - Oporto, 28 de diciembre de 1889), princesa del Reino de las Dos Sicilias que, a través de su matrimonio con el emperador Pedro II de Brasil, se convierte en emperatriz del Brasil. Hija de Francisco I de las Dos Sicilias y de su segunda esposa, María Isabel de Borbón, queda huérfana de padre en 1830. Aunque se la deja de lado por parte de su madre, es criada en un ambiente conservador y desarrolla un carácter tímido y apagado.

Teresa Cristina de Borbón-Dos Sicilias
Emperatriz de Brasil

Retrato por el francés François René Moreaux.
Reinado
30 de mayo de 1843 - 15 de noviembre de 1889
Predecesor Amelia de Beauharnais
Sucesor Gastón de Orleans (como Príncipe Consorte Titular)
Información personal
Nombre secular Teresa Cristina María José Gaspar Baltasar Melchora Genara Francisca de Padua Donata Bonosa Andrea de Avelino Rita Lutgarda Geltruda Venancia Tadea Espidione Rocca Matilde
Otros títulos Princesa de las Dos Sicilias
Nacimiento 14 de marzo de 1822
Palacio Real, Nápoles, Reino de las Dos Sicilias
Fallecimiento 28 de diciembre de 1889 (67 años)
Oporto, Reino de Portugal
Entierro Capilla Imperial de la Catedral de Petrópolis
Familia
Casa real Borbón-Dos Sicilias
Padre Francisco I de las Dos Sicilias
Madre María Isabel de Borbón
Cónyuge Pedro II de Brasil
Descendencia

Firma

Escudo de Teresa Cristina de Borbón-Dos Sicilias

Con un físico no tan agraciado, considera estar condenada al celibato hasta que, en 1844, se casa por poderes en Nápoles con el joven emperador Pedro II de Brasil. Sin embargo, el primer encuentro entre los dos en Río de Janeiro es un fracaso y el joven soberano latinoamericano se siente engañado al descubrir la poca belleza de su ya prometida esposa. Con el paso del tiempo, la generosidad de la emperatriz ayuda a crear una complicidad real con el emperador que une a la pareja y le da rápidamente cuatro hijos. A lo largo de su reinado, Pedro II tiene algunas relaciones extramaritales ante las cuales la emperatriz parece cerrar los ojos.

Discreta y piadosa, lleva una vida relativamente retirada, en la que la educación de sus hijos tiene un lugar preponderante. Menos culta que su esposo y que su rival, la condesa de Barral, la emperatriz se apasiona por el arte grecorromano y crea, desde su llegada a Brasil, una colección de antigüedades que en el 2014 se exponen en el Museo Nacional de Brasil. Se interesa además por el mosaico y decora con ellos los jardines del palacio de São Cristóvão.

En 1889, tras 45 años en Brasil, Teresa Cristina se tiene que enfrentar a la proclamación de la república en Brasil que derroca a su esposo y le obliga a exiliarse en el Reino de Portugal con su familia. Gravemente enferma desde hacía algunos años, la anciana soberana ve cómo su salud empeora rápidamente y muere de un paro cardiaco debido a problemas respiratorios un mes después de la abolición del imperio brasileño.

Habría que esperar hasta 1921, durante la preparación de las fiestas relacionadas con el centenario de la independencia de Brasil, para que sus restos mortales y los de su marido fueran repatriados a su país. Los cuerpos de la familia imperial reposan en la catedral de Petrópolis.

Familia

 
La familia del futuro Francisco I de las Dos Sicilias en 1820, pintado por Giuseppe Cammarano. De izquierda a derecha, pueden apreciarse a los futuros: reina María Isabel de Borbón, duquesa de Berry, gran duquesa María Antonieta de las Dos Sicilias, duquesa de Cádiz, reina María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, príncipe real de Nápoles (futuro Ferdando II), infanta María Amalia de Borbón-Dos Sicilias, rey Francisco I de Dos Sicilias, príncipe de Capua y conde de Siracusa.

La princesa Teresa Cristina era hija del rey Francisco I de las Dos Sicilias y de su segunda esposa, la infanta María Isabel de Borbón, hija a su vez del rey Carlos IV de España y de la princesa María Luisa de Parma. Por parte de padre, Teresa Cristina pertenecía a la rama napolitana de la casa de Borbón mientras que, por parte de madre, descendía de los Borbones españoles y los Borbones parmesanos.

Teresa Cristina era, además, la media hermana de la duquesa de Berry y la hermana del rey Fernando II de las Dos Sicilias, de la gran duquesa María Antonieta de las Dos Sicilias y de la reina regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias.

Se casó con el emperador Pedro II de Brasil, hijo del rey Pedro IV de Portugal y de la archiduquesa María Leopoldina de Austria, el 30 de mayo de 1843 en Nápoles, y posteriormente el día 4 de septiembre de 1843 en Río de Janeiro. La pareja se estableció en la capital brasileña, Río de Janeiro, y tuvieron cuatro hijos: Alfonso, Isabel, Leopoldina y Pedro.

Biografía

Una juventud solitaria

 
Vista de Nápoles, capital del reino de las Dos Sicilias, donde Teresa Cristina pasó los primeros años de vida. Cuadro de Sylvester Shchedrin (1819).

Nacida el 14 de marzo de 1822,[1]​ cuando el futuro Francisco I de las Dos Sicilias era aún duque de Calabria,[Nota 1]​ Teresa Cristina se quedó huérfana de padre con 8 años, en 1830. Su madre, que se casó con un joven oficial en 1839, era una persona distante y Teresa Cristina tuvo una infancia solitaria, en un ambiente que los historiadores como Pedro Calmon califican de supersticioso, intolerante y conservador.[2]​ Según otros autores, como Aniello Angelo Avella, habría que matizar este análisis, teniendo en cuenta la construcción de la leyenda negra que se produjo durante la unificación italiana.[3]​ Al contrario que su piadoso padre y que su impulsiva madre, Teresa Cristina tenía un carácter dulce y tímido.[4]​ Poco segura de sí misma, nunca se quejaba, sean cuales fueran las circunstancias en las que se encontrara.[5]

No era ni guapa ni de aspecto agradable, sino bajita y algo rellenita.[6][7][8][9][10]​ Tenía los ojos marrones[11]​ y el pelo castaño.[12]​ Aunque muchos la han descrito como coja, se trataría, según el historiador Pedro Calmon, de una manera extraña de caminar ya que tenía las piernas demasiado arqueadas, lo que le obligaba a apoyarse alternativamente en el pie izquierdo y en el derecho.[13]​ Tenía, por el contrario, una voz hermosa, practicaba canto con regularidad[14]​ y se interesaba por la ópera y la danza.[15]​ También sentía pasión por el arte grecorromano y, de hecho, fue a Brasil con diversas obras de arte provenientes de las ruinas de Pompeya y Herculano.[16]

Un matrimonio que empezó mal

Un matrimonio concertado

 
El falso retrato de Teresa Cristina que fue enviado a Pedro II para alentar el matrimonio imperial.

A principio de los años 1840, Vincenzo Ramírez, embajador de las Dos Sicilias en la corte austriaca, se reunió en Viena con el enviado brasileño encargado de encontrar en Europa una esposa para el joven Pedro II. Las casas reales consultadas se mostraron prudentes ya que temían, sin ninguna duda, que Pedro II iba a desarrollar la misma personalidad de su padre, el emperador Pedro I, conocido por su inconsistencia y sus numerosas relaciones extramaritales.[17][18]​ Por su parte, Ramírez no le dio ninguna importancia a la reputación del soberano y le propuso la mano de Teresa Cristina al emperador.[19][20][21]​ De hecho, los sentimientos poca importancia tenían en aquella época y el papel de las princesas se limitaba a dar a luz a herederos para su marido y su nación de acogida. No obstante, debido a que su familia era bastante vasta, por lo tanto no le podía asegurar más que una dote mediocre, y a que ya tenía más de 20 años (edad avanzada para casarse en la época), Teresa Cristina apenas tenía esperanzas en contraer matrimonio y la perspectiva de casarse con un emperador no podía ser desestimada tan rápido.[22][23]

Para convencer a Pedro II para que aceptara el matrimonio, el gobierno napolitano le envió al soberano un retrato de una joven chica guapa que supuestamente era Teresa Cristina.[19][24][25][26]​ Seducido por esta imagen, que le pareció que representaba a una «princesa de cuentos de hadas», el emperador aceptó la unión con entusiasmo. Sin embargo, según el historiador James McMurtry Longo, la persona que aparecía en el cuadro no era la princesa y, cuando Pedro II descubrió el engaño, era demasiado tarde para dar marcha atrás.[27]

Teresa Cristina y Pedro II tenían cierto grado de consanguinidad,[Nota 2]​ por lo que fue necesaria una dispensa papal del papa Gregorio XVI para llevar a buen término los acuerdos matrimoniales.[28]​ Cuando esta se obtuvo, se celebró una boda por poderes el 30 de mayo de 1843 en Nápoles. Durante la ceremonia, el conde de Siracusa fue el que representó al marido de su hermana pequeña.[29][30][31]

Un marido decepcionado por el físico de su esposa

 
Cuadro de Eduardo de Martino (1872) que representa la llegada a Brasil de Teresa Cristina a bordo de la fragata Constituição.

Una pequeña flota brasileña compuesta por la fragata Constituição y dos corbetas abandonaron el Reino de las Dos Sicilias el 3 de marzo de 1843 para escoltar a la nueva emperatriz.[32][33]​ La escuadra, acompañada por una división naval napolitana compuesta por un navío de línea y tres fragatas, llegó a Río de Janeiro el 3 de septiembre de 1843, tras seis meses de viaje.[19][34][35][36]

En cuanto Teresa Cristina llegó a Brasil, Pedro II se dirigió a su navío para conocerla. Ante este gesto impetuoso, la multitud carioca aclamó a su emperador y dispararon al aire de forma ensordecedora para saludarlo.[37]​ Grande, rubio con los ojos azules y descrito como un joven muy hermoso a pesar de su prognatismo, el emperador de 17 años sedujo inmediatamente a la princesa napolitana. Sin embargo, esto no fue recíproco y Pedro II se mostró abiertamente decepcionado por la apariencia física de su prometida.[6][7][8][9][38]​ A los ojos del soberano, Teresa Cristina era una «niña vieja» que aparentaba más de 22 años.[10]​ Solo veía sus defectos físicos y la diferencia entre el retrato que se le presentó y la realidad.[6]​ Pedro II no ocultó la repulsión que le causaba la princesa. Un testigo afirmó que estuvo tan chocado que tuvo que sentarse al verla; otro, que se dio media vuelta. El historiador Roderick J. Barman indica que, en su opinión, «pudieron suceder ambas cosas».[6]​ En todo caso, Pedro II abandonó el navío de la princesa rápidamente y esta se encerró en su camarote. Al haberse dado cuenta de la desilusión causada a su prometido, rompió a llorar lamentándose porque el emperador no la quería.[6][7][39]

Una esposa decidida

 
La pareja imperial en la época del matrimonio (1843). Esta litografía ofrece un retrato más realista de Teresa Cristina.

La misma tarde de su primer encuentro con su soberano, Teresa Cristina se dio cuenta de que Pedro II basó sus expectativas en un retrato que no era demasiado fiel. Abatida, escondió su angustia a su marido y a sus nuevos sirvientes. Estaba decidida a hacerlo lo mejor posible para mejorar la situación y le escribió a su familia: «Sé que mi apariencia es diferente a la que había sido anunciada. Haré todo lo posible para vivir de tal manera que nadie se lleve a engaño por mi carácter. Mi ambición será parecerme a María Leopoldina de Austria, la madre de mi marido, y ser brasileña de corazón en todo lo que haga».[40]

Finalmente, aunque tuvo lugar un matrimonio por poderes en Nápoles, se organizó una importante ceremonia nupcial el 4 de septiembre en la catedral de Río de Janeiro, para unir públicamente al emperador y a la emperatriz.[41][42][43][44]​ Teresa Cristina no tardó en ganarse a sus sirvientes que apreciaban su disposición y su seriedad. Algunos días después de llegar al país, recibió la expresión de afecto y la alegría de todos, excepto de su nuevo marido.[45]

El objetivo del matrimonio entre Teresa Cristina y Pedro II era dar un heredero al imperio y, por tanto, los brasileños esperaban con ansiedad el anuncio de un embarazo. Sin embargo, los meses pasaban y la emperatriz tardaba en quedarse embarazada por lo que la población empezó a especular sobre las razones que impedían a la pareja tener un hijo. Rápidamente, algunos empezaron a sospechar que el soberano sufría impotencia.[12]​ Sin embargo, la realidad era bastante diferente: el emperador sentía una aversión hacia Teresa Cristina y no tenía ningún deseo en consumar su matrimonio. Ante el rechazo de su esposo en acostarse con ella, la emperatriz acabó por pedirle un permiso para volver a Italia. Afectado por el dolor que sentía su mujer, Pedro II consintió finalmente en tener relaciones sexuales con ella. A pesar de todo, su actitud no cambió y siguió tratando a Teresa Cristina fríamente.[46]

Una emperatriz apagada

El alejamiento del conde de Aquila

 
El príncipe Luis de las Dos Sicilias, conde de Aquila.

Teresa Cristina no era el único miembro de la familia real de las Dos Sicilias que atravesó el Atlántico para ir a Brasil en 1843: uno de sus hermanos, el conde de Aquila también hizo un viaje a Río de Janeiro para conocer a la hermana de Pedro II, la princesa imperial Januaria. En la época ella era la heredera presunta del soberano y tenía prohibido abandonar el país. Deseoso por asegurar la sucesión imperial, el gobierno brasileño ansiaba encontrarle un esposo a la princesa y la llegada del conde de Aquila fue vista con buenos ojos. Además, los dos jóvenes se enamoraron rápidamente y el conde de Aquila volvió deprisa a Nápoles para pedirle a su hermano, el rey Fernando II de las Dos Sicilias, la autorización para casarse con Januaria e instalarse en Brasil.[47]

El conde de Aquila llegó a Río definitivamente el 8 de abril de 1844 y los dos jóvenes se casaron poco después de su llegada. La relación entre Pedro II y su cuñado se degradó rápidamente y dejaron de dirigirse la palabra desde mediados de julio. La personalidad extrovertida del conde de Aquila chocaba mucho con el carácter reservado del emperador, al que le incomodaba la inclinación de su cuñado por los placeres frívolos.[48][49]​ Por otra parte, Januaria no escondía el amor que sentía por su marido y el contraste entre las relaciones entre las dos parejas irritaba sobremanera al soberano, cuya inmadurez e inseguridad quedaron al descubierto. El hecho de que tanto Januaria como Teresa Cristina se entendieran tan bien con el príncipe de las Dos Sicilias hizo aún mayor el aislamiento del emperador.[50]

Al mismo tiempo, algunos napolitanos que acompañaron a Teresa Cristina y a su hermano a Brasil buscaban hacerse un hueco en el país. El confesor del conde de Aquila buscó caldear las ambiciones del príncipe animándole a formar su propia facción entre los cortesanos brasileños.[50]​ Paulo Barbosa da Silva, el oficial responsable del palacio imperial, se empezó a inquietar: él y Aureliano de Sousa e Oliveira Coutinho, vizconde de Sepetiba, formaron a la llegada de Pedro II la «facción cortesana», compuesta por servidores de alto rango y políticos importantes.[51]​ Este grupo ejerció una gran influencia en el soberano y no quería compartir su poder con los recién llegados.[50]

La «facción cortesana» decidió explotar los desacuerdos familiares insinuando que el conde de Aquila y sus partidarios confabulaban para hacerse con el trono. Sin confiar en él, el joven emperador se dejó persuadir fácilmente y su cuñado acabó siendo excluido de la corte. Por su parte, el conde de Aquila se quejó abiertamente de la falta de consideración del soberano y criticó con desdén la sociedad y la vida en Brasil. En diversas ocasiones, el príncipe napolitano pidió a Pedro II el permiso para volver a Europa con su esposa. Al principio reticente, el emperador acabó por aceptarlo tras haber discutido con su cuñado en público. El conde y la condesa abandonaron Río de Janeiro el 23 de octubre de 1844.[52]​ Para Teresa Cristina, que no hacía más que intentar reconciliar a los dos hombres, la salida de su hermano fue un golpe muy duro, ya que ella se encontraba sola en Brasil con su esposo.[53]

Una madre marcada por la pérdida de dos de sus hijos

 
La emperatriz Teresa Cristina y sus hijos mayores: Isabel, Leopoldina y Alfonso. Obra de Ferdinand Krumholtz (1850).

Aunque la relación de la pareja imperial era tensa en un primer momento, Teresa Cristina se esforzó, durante su matrimonio, en ser una buena esposa. Su aplicación en sus deberes oficiales y el nacimiento de algunos hijos hicieron que el carácter de Pedro II se endulzara. Tras algún tiempo, los dos esposos descubrieron intereses comunes y el amor que sentían por sus hijos creó una especie de felicidad familiar.[54]​ De hecho, tras el nacimiento de su primer hijo, Alfonso, en febrero de 1845, la emperatriz dio a luz a tres hijos más: Isabel en julio de 1846; Leopoldina en julio de 1847 y Pedro en julio de 1848.[55]

Sin embargo, el 11 de junio de 1847, la pareja imperial vivió el dolor por la pérdida del mayor de sus hijos. Mientras jugaba en la biblioteca del palacio de São Cristóvão,[56]​ empezó a sufrir convulsiones y murió poco después, dejando a sus padres con un gran dolor. Para Teresa Cristina, el choque fue tan grande que se temía por su salud, pues estaba embarazada de la princesa Leopoldina, que nacería sin complicaciones un mes más tarde.[57]​ La familia sufrió otra tragedia cuando el segundo varón de la familia, el príncipe Pedro, murió el 9 de enero de 1850. Tras esta nueva desaparición, los soberanos no tenían más que dos hijas herederas y, aunque Brasil no tenía ley sálica, el problema sucesorio era fuente de preocupaciones para la pareja imperial, que estaba convencida de que solo un hombre podía dirigir el país. Consciente de su deber de dar a luz a un nuevo heredero, Teresa Cristina no se negó a quedarse nuevamente embarazada.[55]​ Sin embargo, no nació ningún niño más en la familia imperial y, ello influyó en la atracción que Pedro II sintió hacia otras mujeres más guapas, más inteligentes y más cultas que su esposa.[58]

Una mujer a la sombra de su marido

 
El emperador Pedro II de Brasil en 1850. Obra de Ferdinand Krumholtz.

Entre 1844, fecha de la salida del conde y de la condesa de Aquila de Brasil, y 1848, año en el que nació el último hijo de la pareja imperial, el comportamiento de Pedro II evolucionó considerablemente. Más maduro y más seguro de sí mismo, ya no creía en los rumores de complot, había aprendido, además, a discernir cuando lo intentaban manipular y rechazó la influencia de la camarilla. De hecho, conforme se iba haciendo adulto, sus debilidades disminuyeron mientras que se afirmó su fuerza de carácter. Cuando ejerció el poder por sí mismo, su trabajo se volvió más eficaz y su imagen pública mejoró.[59]​ Esta evolución no desagradó a Teresa Cristina. Primero porque con el tiempo, las tensiones entre su esposo y su hermano disminuyeron[60]​ y segundo porque la emperatriz odiaba la «facción cortesana» y se alegró cuando su marido la alejó del gobierno y de palacio.[61][62]

Por su parte, la emperatriz aceptó fácilmente su papel, cada vez más circunscrito al que su esposo la relegaba. Sin interés en la política, se pasaba el tiempo escribiendo, leyendo, haciendo trabajos de costura, rezando y ayudando en obras de caridad.[63][64]​ De hecho, el único ámbito en el que Teresa Cristina parecía ejercer una cierta influencia era en el de la inmigración. Deseosa de hacer progresar la educación y la sanidad en su país de adopción, la emperatriz animó a Pedro II a favorecer la inmigración de numerosos intelectuales y trabajadores italianos, tanto en la capital brasileña como en el interior del país.[65]

A pesar de su limitada educación, a Teresa Cristina le apasionaban las artes, la música y la arqueología. Desde que llegó a Brasil, empezó una colección de obras grecorromanas y recibió centenares de antigüedades que su hermano, el rey Fernando, le enviaba a cambio de objetos de arte indígena, destinados al museo Borbónico de Nápoles.[66][67]​ Organizó además, dirigida por ella misma, excavaciones en los dominios que había heredado en Veyes, un yacimiento etrusco situado a una quincena de kilómetros al norte de Roma.[68]​ En su tiempo libre, se dedicó, sobre todo, al arte del mosaico. Decoró con este arte fuentes, bancos y muros del jardín de las princesas del palacio de São Cristóvão así como con conchas y porcelanas, adelantándose 50 años a las obras de Gaudí y Jujol.[69]

En Brasil, Teresa Cristina tenía pocas amigas, a excepción de sus damas de compañía y, en particular, de la baronesa y después vizcondesa Josefina da Fonseca Costa. Apreciada por el personal de palacio, mostraba ser buena jueza del carácter de los visitantes y los cortesanos. Sin pretensiones y con un carácter generoso, era una madre y, posteriormente abuela, afectuosa. Modesta en los actos y en sus vestidos, nunca llevó joyas, salvo en las ceremonias oficiales. Muy reservada, daba a aquellos que tenía cerca la sensación de estar siempre algo triste.[63]

Rivalidad con la condesa de Barral

 
La condesa de Barral, rival de la emperatriz.

Esposa devota, Teresa Cristina apoyó a su marido de manera incondicional. Gracias a su comportamiento, logró hacer nacer en el emperador sentimientos de afecto y de respeto. A pesar de todo, la relación de la pareja nunca alcanzó el grado de amor romántico. Si el emperador trataba a su esposa con dignidad y no ponía en peligro su posición, la emperatriz debía guardar silencio sobre las relaciones extramatrimoniales, reales o imaginadas, de su marido.[70]​ Teresa Cristina no era una «mujer dócil»: su correspondencia, como la de su familia con ella, muestran, por el contrario, que podía llegar a ser colérica y dominante en la esfera privada.[3]

A pesar de sus esfuerzos, Teresa Cristina lo pasaba mal mirando para otro lado sobre las infidelidades de su marido, sobre todo, tras el nombramiento, por parte de este de la condesa de Barral como aya de las princesas Isabel y Leopoldina el 9 de noviembre de 1856.[71]​ Nacida en Brasil, pero esposa de un aristócrata francés,[72]​ la condesa poseía todas aquellas cualidades que el monarca admiraba en las mujeres: encantadora, viva, elegante, sofisticada, cultivada y segura de sí misma. A su lado, la emperatriz, que había recibido una educación mucho menos cuidada, no era gran cosa y el emperador cayó rendido a los pies de la condesa.[73]

Aunque probablemente platónica,[74]​ la relación entre el emperador y el aya colocaba a Teresa Cristina en una posición molesta. Un día, tuvo que responder a su hija Leopoldina por qué su padre pasaba horas acariciando los pies de la condesa en el patio.[75]​ Sin embargo, el aya no solo era apreciada por el soberano, sino que también tenía una relación muy cercana con la princesa Isabel.[73][Nota 3]​ A pesar de todos los esfuerzos para ocultar lo que estaba pasando ante sus ojos, la emperatriz no logró, según el historiador Tobías Monteiro, disfrazar el odio que sentía hacia su rival.[74]

Cuando las hijas se hicieron mayores, Teresa Cristina consiguió librarse de la presencia de la condesa de Barral. Al no tener ningún motivo para quedarse en la corte, la joven abandonó Brasil en marzo de 1865 y volvió a Francia con su marido.[76]​ Su relación con el emperador continuó de manera puramente epistolar pero, aun así, seguía despertando los celos de la emperatriz, que siempre estuvo enamorada de su esposo a pesar de su relativa indiferencia.[77]

Últimos años como emperatriz

La muerte de la princesa Leopoldina

 
La familia imperial brasileña c. 1863. De izquierda a derecha: la princesa Leopoldina, el emperador Pedro II, la emperatrz Teresa Cristina y la princesa imperial Isabel.

Cuando sus hijas crecieron, Pedro II decidió casarlas para asegurar la sucesión imperial. Tras consultar a su cuñado y a su hermana, el príncipe y la princesa de Joinville, y tras haber oído el rechazo de varios candidatos, el soberano eligió finalmente como yernos a dos nietos de del rey Luis Felipe I de Francia: los príncipes Gastón de Orleans, conde de Eu y Luis Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha.[78]​ Los dos primos fueron a Río de Janeiro donde se casaron, respectivamente, con las princesas Isabel y Leopoldina a finales de 1864.[79][80]​ Poco tiempo después, estas abandonaron el palacio imperial para formar su propio hogar y Leopoldina y su esposo fueron pronto a vivir una parte del año a Europa.[81]

Tras haber dado a luz a cuatro hijos entre 1866 y 1870, la princesa Leopoldina murió de fiebre tifoidea en Ebenthal el 7 de febrero de 1871, dejando hundidos al emperador y a la emperatriz.[82]​·[83]​ Algunos meses después, los soberanos hicieron un viaje por Europa para visitar la tumba de su hija en Coburgo y arreglar la cuestión de los hijos primogénitos de esta. Viudo, el príncipe Augusto deseaba establecer su residencia en Europa. Sin embargo, la princesa Isabel aún no tenía hijos[Nota 4]​ y los hijos de Augusto y Leopoldina eran los herederos presuntos de la corona brasileña. Tras un acuerdo con los Sajonia-Coburgo, la pareja imperial se llevó a los dos hijos mayores (Pedro y Augusto) a Río de Janeiro en 1872 para darles una educación brasileña.[84][85]

Viajes agotadores

La pareja imperial realizó viajes por América del Norte, Europa y Oriente Medio en 1876 y entre 1887 y 1888.[86]​ Esto no le gustaba a Teresa Cristina, que prefería su día a día brasileño, centrado en su familia, la religión y las obras benéficas.[5]​ Además, la visita a su tierra natal en 1872 solo sirvió para reavivar recuerdos dolorosos: en 1861, la dinastía de los Borbones-Sicilias había sido destronada por la Expedición de los Mil de Giuseppe Garibaldi y su antiguo reino no era más que una provincia de la Italia unificada. Desde entonces, todos aquellos que había conocido y querido en Nápoles en su juventud se habían ido, lo que creó en ella un gran vacío.[87]

Poco consciente de esto, el emperador organizó, en la primavera de 1888, un nuevo viaje a Italia durante el cual la emperatriz se codearía con el rey Víctor Manuel II de Italia, responsable de la caída de su propia familia.[88]​ Sin embargo, este no fue el momento más agotador de este segundo viaje al país de su infancia. De hecho, durante su paso por Milán, el emperador estuvo a punto de morir y su esposa se pasó dos semanas vigilándole hasta que no se curó totalmente.[89][90][91]

Del golpe de Estado republicano a la muerte en el exilio

El golpe de Estado republicano de 1889

La tranquila rutina doméstica de la emperatriz se rompió brutalmente el 15 de noviembre de 1889. Ese día, un golpe de Estado republicano organizado por una facción del ejército depuso a Pedro II y le obligó a exiliarse en Europa con su familia.[92]​ Desde el inicio de la década de 1880, Brasil conoció un gran crecimiento económico[93]​ y su imagen en el extranjero no hizo más que mejorar.[94]​ Sin embargo, al mismo tiempo, la monarquía brasileña no dejó de debilitarse y el emperador fue el principal culpable ya que no tuvo un heredero varón y él mismo no creía que el régimen imperial pudiera sobrevivir.[95]​ Por ello, dejó que su autoridad se fuera diluyendo mientras que el descontento de los plataneros, afectados por la abolición de la esclavitud en 1888, se fue intensificando[96]​ y el movimiento republicano se fue haciendo más fuerte en el ejército.[97]

La caída de la monarquía brasileña tuvo grandes repercusiones en la moral de Teresa Cristina. Según el historiador Roderick J. Barman, «los acontecimientos del 15 de noviembre de 1889 la destruyeron emocional y físicamente». De hecho, la emperatriz «quería a Brasil y a sus habitantes. Lo que más quería era acabar sus días en Brasil».[Nota 5]​ Con 66 años y enferma de disnea y artritis, tuvo que enfrentarse a la idea de acompañar a su esposo en los desplazamientos continuos a través de Europa y pasar sus últimos años en incómodos lugares extranjeros.[98]

Exilio y muerte

 
La considerada última foto de la familia imperial de Brasil. Aparecen, de izquierda a derecha, la emperatriz Teresa Cristina, el príncipe Antonio, la princesa imperial Isabel, el emperador Pedro II, el príncipe Pedro, el príncipe de Gran Pará, el conde de Eu y el príncipe Luis. Foto de Otto Hees (1888).

Tras haber estado enferma durante toda la travesía del Atlántico[Nota 6]​ Teresa Cristina llegó a Lisboa con toda su familia el 7 de diciembre de 1889.[99]​ Sin embargo, su desembarco en Portugal coincidió con las ceremonias de coronación del rey Carlos I de Portugal y el gobierno no tardó en hacerle saber que un soberano caído en desgracia no era deseado en la capital en ese momento. Humillados por la recepción,[100]​ el emperador y la emperatriz se instalaron en Oporto mientras que sus hijos y sus nietos se fueron para España.[101]

El 24 de diciembre, la pareja imperial recibió una terrible noticia. Aunque esperaban poder entrar un día en el país, Pedro II y Teresa Cristina fueron informados de su exilio definitivo. Para la soberana, esto fue un duro golpe que le quitó todo deseo de sobrevivir. Algunos días más tarde, tuvo un nuevo ataque de asma nocturno pero, como no tenía fiebre, el emperador salió a dar un paseo por la ciudad. A pesar de la insistencia de la soberana, ningún cura fue llamado a su lado y ella murió lejos de su familia, de un paro cardiaco a las 2:00.[102]​ Antes de morir, Teresa Cristina le dijo a Maria Isabel de Andrade Pinto, baronesa de Japurá: «No muero por mi enfermedad, muero por la pena y la desgracia».[103]​ Algunos minutos después, dijo sus últimas palabras: «Echo de menos a mi hija y a mis nietos. No puedo abrazarles por última vez. Brasil, tierra magnífica... nunca podré volver...».[104]

Los días siguientes, una multitud llenó las calles de Oporto para asistir al funeral de la exemperatriz.[105]​ Por petición de Pedro II, los restos mortales de Teresa Cristina fueron llevados cerca de Lisboa, a la iglesia de San Vicente de Fora donde se encuentra el Panteón de los Braganza.[106]

Entierro

 
Efigies de Teresa Cristina y de Pedro II en la catedral de Petrópolis.

Dos años después de la muerte de Teresa Cristina, falleció Pedro II y fue enterrado en la iglesia de San Vicente de Fora el 12 de diciembre de 1891.[107][108]​ Treinta años más tarde, en 1921, los restos de la pareja imperial fueron trasladados a Brasil donde recibieron funerales oficiales en la catedral de Río de Janeiro.[109]​ El día fue declarado festivo[110]​ y se organizaron misas en memoria de los soberanos a través de todo el país.[111]​ Millares de personas asistieron a los funerales. El historiador Pedro Calmon escribió: «Las personas mayores lloraban; muchas se arrodillaban; todo el mundo aplaudía. No había distinción entre republicanos y monárquicos. Todos eran brasileños».[112]

Finalmente, el 5 de diciembre de 1939 se celebró una nueva ceremonia en presencia del dictador brasileño Getúlio Vargas y los cuerpos de Teresa Cristina y Pedro II fueron llevados a una capilla anexa a la catedral de Petrópolis, donde descansan a día de hoy.[113]

Legado

Pedro II y la memoria de su esposa

A pesar de que pudiera parecer sorprendente, el emperador fue la persona que más sufrió con la desaparición de Teresa Cristina. Según el historiador José Murilo de Carbalho, a pesar de la «decepción inicial que le causó su prometida, la falta de atracción hacia ella [y] las relaciones que tuvo [con otras mujeres], el hecho de haber vivido 46 años juntos acabó desarrollando un fuerte sentimiento de amistad y de respeto hacia ella, [sentimiento] que su muerte no hizo más que sacar a la superficie».[114]​ Roderick J. Barman hizo un análisis similar. Según este último, solo después de la muerte de su esposa, el emperador «empezó a apreciar su atención, su amabilidad, su abnegación y su generosidad». A menudo la llamaba «mi santa» y estimaba que era más virtuosa que él y la imaginaba en el paraíso donde recibiría el reconocimiento y las recompensas que no le supo dar en vida. De hecho, según el historiador, el carácter de santidad que el emperador confería a su esposa le aseguraba su perdón por no haberla tratado bien en vida y le garantizaba una protección en la eternidad ya que ella debería interceder en su favor.[115]

Brasil frente a la desaparición de la emperatriz

 
La emperatriz Teresa Cristina hacia 1887.

La noticia de la desaparición de Teresa Cristina provocó una ola de tristeza en Brasil. Su sencillez, su amabilidad y sobre todo su alejamiento de cualquier controversia política la protegieron de cualquier crítica, incluido en el ámbito republicano. El poeta y periodista Artur Azevedo escribió, a propósito del sentimiento general provocado por la muerte de la emperatriz:

Nunca he hablado con ella, pero siempre que he pasado por su lado me he quitado el sombrero y me he inclinado, no ante la emperatriz, sino ante la dulce y honrada figura de una pobre y casi humilde burguesa. He visto a muchos republicanos exaltados haciendo esto mismo. (...) A ella la llamaban madre de los brasileños, y nosotros le profesábamos una especie de veneración filial, sin ningún tipo de irreverencia, y ¿quién sabe? Sus virtudes podrían haber sido un mayor apoyo para ese trono, que un día desapareció. (...) La soberana tuvo el buen olfato de no meterse nunca en política, ni en los asuntos de Estado (...) Su muerte será llorada durante muchos días: Teresa Cristina era uno de esos seres cuya memoria tenía derecho a las lágrimas.[116]

Los periódicos brasileños comentaron también la desaparición de la soberana. El periódico republicano Gazeta de Notícias escribió así en su esquela: «Quien era esta santa mujer, no es necesario repetirlo. Todo Brasil lo sabe, con ese choque que alcanza de forma tan profunda al anciano emperador, se acuerda uno de que ella fue justa y universalmente proclamada madre de los brasileños».[117]​ El Jornal do Commercio escribió: «durante 46 años Teresa Cristina ha vivido en la madre patria brasileña que ella ha amado sinceramente y, durante todo este tiempo, por todo este vasto país, su nombre solo ha sido pronunciado en loas o en palabras de reconocimiento».[118]

Teresa Cristina vista por los historiadores

Aunque estuvo a la sombra de Pedro II, Teresa Cristina tiene su lugar particular en la historia de Brasil. Según el historiador Eli Behar, ella era conocida «por su discreción, que la protegió de ser asociada a un movimiento político y por su ternura y caridad, que le ganó el apodo de "madre de los brasileños"».[119]​ El historiador Benedito Antunes hace un análisis similar y escribió que ella «era querida por los brasileños, que la llamaban, por su discreción, la "emperatriz silenciosa", y la consideraban la "madre de los brasileños"». Este autor alaba, además, la acción de la emperatriz en favor de las artes y el desarrollo científico. Escribió asimismo que «promovió la cultura, haciendo venir de Italia a artistas, intelectuales, científicos, botánicos, músicos, etc., de esta manera contribuyó al progreso y al enriquecimiento de la vida cultural brasileña».[120]​ La escritora Eugenia Zerbini comparte la misma opinión al recordar que, gracias a Teresa Cristina, Brasil posee hoy en día la mayor colección de antigüedades clásicas de toda América Latina.[121]

El historiador Aniello Angelo Avella va aún más lejos. Según él, la imagen de una Teresa Cristina silenciosa y apagada corresponde más a un estereotipo que a una realidad. Nunca se ha realizado ningún estudio global de los papeles de la emperatriz y este considera que ella ha tenido un papel mayor que el que se le ha dado generalmente. Para apoyar esta tesis, el historiador insiste en la importancia de la herencia artística de la soberana y en su papel en la inmigración italiana. Además, habla de la leyenda negra de las que han sido víctimas los Borbón-Sicilias en Italia con la condescendencia y el desprecio que aún enturbian la imagen de la emperatriz en la historiografía brasileña.[122]

La emperatriz en la cultura popular

Toponimia

Diversas ciudades brasileñas han sido bautizadas con referencia a la soberana. Entre ellas, se encuentra Teresópolis (Estado de Río de Janeiro), Teresina (capital de Piauí), Cristina (en Minas Gerais) y Imperatriz (en Maranhão).[123]​ Es también el caso de Cristinápolis (en Sergipe) y de Santo Amaro da Imperatriz (en Santa Catarina).

Ferrocarriles

La línea Tereza Cristina es una línea ferroviaria brasileña situada en el estado de Santa Catarina.[124]

Cine y televisión
  • En el cine, el papel de la emperatriz ha sido interpretado por Martha Overbeck en la película brasileña O Xangô de Baker Street (2001).[125]
  • En televisión, ha sido interpretado por Regina Macedo en las miniseries brasileñas Abolição y República (1989)[126]​ y por Filomena Luiza en la telenovela Sangue do meu sangue (1995).[127]
Colecciones imperiales

Justo antes de su muerte, el emperador Pedro II donó la mayoría de sus colecciones al gobierno brasileño. Estos los han dividido entre el Archivo Nacional del Brasil, el Museo Imperial, la Biblioteca Nacional y el Instituto Histórico y Geográfico. El número exacto de objetos legados por el soberano aún es incierto: el palacio de São Cristóvão contenía 48 000 volúmenes, además de una importante colección de fotografías, cartas, manuscritos raros, monedas, medallas y otros objetos. Se estima además que más de 100 000 objetos del legado imperial han sido divididos entre la Biblioteca Nacional y el Instituto Histórico y Geográfico. Sin embargo, la única condición impuesta por el soberano para transmitir sus colecciones al gobierno republicano fue que recibieran el nombre de su mujer. Por eso, hoy en día se conoce como «Colección Teresa Cristina María».[128][129]​ Desde 2009, esta colección está clasificado por la UNESCO en el Programa Memoria del Mundo.[130]

Exposiciones
  • En 1996, la arqueóloga Maria Beltrão organizó en el Museo Nacional de Brasil una exposición titulada «Jardín de las Princesas y la arqueología histórica» dedicado a los mosaicos de la emperatriz.[131]
  • En 1997, una exposición itinerante llamada «Teresa Cristina María: la emperatriz silenciosa» fue organizada por el Museo imperial brasileño.[132]​ También se llevó al Museo Paulista y acabó con la publicación de un libro[133]​ y la filmación de un documental.[134]

Ancestros

Sucesión


Predecesor:
Princesa Amelia de Leuchtenberg
 
Emperatriz de Brasil

18431889
Sucesor:
Monarquía abolida

Descendencia

Nombre Foto Fecha de nacimiento Fecha de defunción Notas
Alfonso   23 de febrero de 1845 11 de junio de 1847 Príncipe imperial desde su nacimiento hasta su muerte. Murió de epilepsia.
Isabel   26 de julio de 1846 14 de noviembre de 1921 Se casó con Gastón de Orleans. Tuvo descendencia
Leopoldina   13 de julio de 1847 7 de febrero de 1871 Se casó con Luis Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha. Tuvo descendencia
Pedro   18 de julio de 1848 9 de enero de 1850 Príncipe imperial desde su nacimiento hasta su muerte.

Notas

  1. Llegaría al trono en 1825.
  2. Hermana de la reina Carlota Joaquina de Borbón, la madre de Teresa Cristina era la tía abuela del emperador Pedro II de Brasil.Calmon, 1975, p. 210
  3. No como la princesa Leopoldina, que odiaba a la condesa.Barman, 2005, p. 66
  4. En 1875 nacería el príncipe Pedro de Alcántara de Orleans-Braganza, el mayor de los hijos supervivientes de la princesa imperial.Longo, 2008, p. 168
  5. al oficial que le ordenó abandonar Brasil le respondió: «¿Cómo no voy a llorar con la idea de tener que abandonar este país para siempre?»Lyra, 1977, p. 114
  6. André Rebouças, un famoso abolicionista brasileño decidió acompañar a los soberanos al exilio. Escribió que una noche tuvo que levantarse a las 3:30 para socorrer a la emperatriz, que lloraba por culpa de un violento ataque de asma.Barman, 1999, p. 370

Referencias

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Bibliografía

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  •   Datos: Q209353
  •   Multimedia: Teresa Cristina of the Two Sicilies

teresa, cristina, borbón, sicilias, nápoles, marzo, 1822, oporto, diciembre, 1889, princesa, reino, sicilias, través, matrimonio, emperador, pedro, brasil, convierte, emperatriz, brasil, hija, francisco, sicilias, segunda, esposa, maría, isabel, borbón, queda,. Teresa Cristina de Borbon Dos Sicilias Napoles 14 de marzo de 1822 Oporto 28 de diciembre de 1889 princesa del Reino de las Dos Sicilias que a traves de su matrimonio con el emperador Pedro II de Brasil se convierte en emperatriz del Brasil Hija de Francisco I de las Dos Sicilias y de su segunda esposa Maria Isabel de Borbon queda huerfana de padre en 1830 Aunque se la deja de lado por parte de su madre es criada en un ambiente conservador y desarrolla un caracter timido y apagado Teresa Cristina de Borbon Dos SiciliasEmperatriz de BrasilRetrato por el frances Francois Rene Moreaux Reinado30 de mayo de 1843 15 de noviembre de 1889PredecesorAmelia de BeauharnaisSucesorGaston de Orleans como Principe Consorte Titular Informacion personalNombre secularTeresa Cristina Maria Jose Gaspar Baltasar Melchora Genara Francisca de Padua Donata Bonosa Andrea de Avelino Rita Lutgarda Geltruda Venancia Tadea Espidione Rocca MatildeOtros titulosPrincesa de las Dos SiciliasNacimiento14 de marzo de 1822Palacio Real Napoles Reino de las Dos SiciliasFallecimiento28 de diciembre de 1889 67 anos Oporto Reino de PortugalEntierroCapilla Imperial de la Catedral de PetropolisFamiliaCasa realBorbon Dos SiciliasPadreFrancisco I de las Dos SiciliasMadreMaria Isabel de BorbonConyugePedro II de BrasilDescendenciaAlfonso Principe Imperial Isabel Princesa Imperial y Emperatriz de jure de Brasil Leopoldina princesa de Sajonia Coburgo Gotha Pedro Principe ImperialFirmaEscudo de Teresa Cristina de Borbon Dos Sicilias editar datos en Wikidata Con un fisico no tan agraciado considera estar condenada al celibato hasta que en 1844 se casa por poderes en Napoles con el joven emperador Pedro II de Brasil Sin embargo el primer encuentro entre los dos en Rio de Janeiro es un fracaso y el joven soberano latinoamericano se siente enganado al descubrir la poca belleza de su ya prometida esposa Con el paso del tiempo la generosidad de la emperatriz ayuda a crear una complicidad real con el emperador que une a la pareja y le da rapidamente cuatro hijos A lo largo de su reinado Pedro II tiene algunas relaciones extramaritales ante las cuales la emperatriz parece cerrar los ojos Discreta y piadosa lleva una vida relativamente retirada en la que la educacion de sus hijos tiene un lugar preponderante Menos culta que su esposo y que su rival la condesa de Barral la emperatriz se apasiona por el arte grecorromano y crea desde su llegada a Brasil una coleccion de antiguedades que en el 2014 se exponen en el Museo Nacional de Brasil Se interesa ademas por el mosaico y decora con ellos los jardines del palacio de Sao Cristovao En 1889 tras 45 anos en Brasil Teresa Cristina se tiene que enfrentar a la proclamacion de la republica en Brasil que derroca a su esposo y le obliga a exiliarse en el Reino de Portugal con su familia Gravemente enferma desde hacia algunos anos la anciana soberana ve como su salud empeora rapidamente y muere de un paro cardiaco debido a problemas respiratorios un mes despues de la abolicion del imperio brasileno Habria que esperar hasta 1921 durante la preparacion de las fiestas relacionadas con el centenario de la independencia de Brasil para que sus restos mortales y los de su marido fueran repatriados a su pais Los cuerpos de la familia imperial reposan en la catedral de Petropolis Indice 1 Familia 2 Biografia 2 1 Una juventud solitaria 2 2 Un matrimonio que empezo mal 2 2 1 Un matrimonio concertado 2 2 2 Un marido decepcionado por el fisico de su esposa 2 2 3 Una esposa decidida 2 3 Una emperatriz apagada 2 3 1 El alejamiento del conde de Aquila 2 3 2 Una madre marcada por la perdida de dos de sus hijos 2 3 3 Una mujer a la sombra de su marido 2 3 4 Rivalidad con la condesa de Barral 2 4 Ultimos anos como emperatriz 2 4 1 La muerte de la princesa Leopoldina 2 4 2 Viajes agotadores 2 5 Del golpe de Estado republicano a la muerte en el exilio 2 5 1 El golpe de Estado republicano de 1889 2 5 2 Exilio y muerte 2 5 3 Entierro 3 Legado 3 1 Pedro II y la memoria de su esposa 3 2 Brasil frente a la desaparicion de la emperatriz 3 3 Teresa Cristina vista por los historiadores 4 La emperatriz en la cultura popular 5 Ancestros 6 Sucesion 7 Descendencia 8 Notas 9 Referencias 10 Bibliografia 10 1 Sobre la emperatriz 10 2 Sobre la familia de la emperatriz 10 3 Sobre la historia de Brasil 10 4 Sobre las colecciones imperialesFamilia Editar La familia del futuro Francisco I de las Dos Sicilias en 1820 pintado por Giuseppe Cammarano De izquierda a derecha pueden apreciarse a los futuros reina Maria Isabel de Borbon duquesa de Berry gran duquesa Maria Antonieta de las Dos Sicilias duquesa de Cadiz reina Maria Cristina de Borbon Dos Sicilias principe real de Napoles futuro Ferdando II infanta Maria Amalia de Borbon Dos Sicilias rey Francisco I de Dos Sicilias principe de Capua y conde de Siracusa La princesa Teresa Cristina era hija del rey Francisco I de las Dos Sicilias y de su segunda esposa la infanta Maria Isabel de Borbon hija a su vez del rey Carlos IV de Espana y de la princesa Maria Luisa de Parma Por parte de padre Teresa Cristina pertenecia a la rama napolitana de la casa de Borbon mientras que por parte de madre descendia de los Borbones espanoles y los Borbones parmesanos Teresa Cristina era ademas la media hermana de la duquesa de Berry y la hermana del rey Fernando II de las Dos Sicilias de la gran duquesa Maria Antonieta de las Dos Sicilias y de la reina regente Maria Cristina de Borbon Dos Sicilias Se caso con el emperador Pedro II de Brasil hijo del rey Pedro IV de Portugal y de la archiduquesa Maria Leopoldina de Austria el 30 de mayo de 1843 en Napoles y posteriormente el dia 4 de septiembre de 1843 en Rio de Janeiro La pareja se establecio en la capital brasilena Rio de Janeiro y tuvieron cuatro hijos Alfonso Isabel Leopoldina y Pedro Biografia EditarUna juventud solitaria Editar Vista de Napoles capital del reino de las Dos Sicilias donde Teresa Cristina paso los primeros anos de vida Cuadro de Sylvester Shchedrin 1819 Vease tambien Reino de las Dos Sicilias Nacida el 14 de marzo de 1822 1 cuando el futuro Francisco I de las Dos Sicilias era aun duque de Calabria Nota 1 Teresa Cristina se quedo huerfana de padre con 8 anos en 1830 Su madre que se caso con un joven oficial en 1839 era una persona distante y Teresa Cristina tuvo una infancia solitaria en un ambiente que los historiadores como Pedro Calmon califican de supersticioso intolerante y conservador 2 Segun otros autores como Aniello Angelo Avella habria que matizar este analisis teniendo en cuenta la construccion de la leyenda negra que se produjo durante la unificacion italiana 3 Al contrario que su piadoso padre y que su impulsiva madre Teresa Cristina tenia un caracter dulce y timido 4 Poco segura de si misma nunca se quejaba sean cuales fueran las circunstancias en las que se encontrara 5 No era ni guapa ni de aspecto agradable sino bajita y algo rellenita 6 7 8 9 10 Tenia los ojos marrones 11 y el pelo castano 12 Aunque muchos la han descrito como coja se trataria segun el historiador Pedro Calmon de una manera extrana de caminar ya que tenia las piernas demasiado arqueadas lo que le obligaba a apoyarse alternativamente en el pie izquierdo y en el derecho 13 Tenia por el contrario una voz hermosa practicaba canto con regularidad 14 y se interesaba por la opera y la danza 15 Tambien sentia pasion por el arte grecorromano y de hecho fue a Brasil con diversas obras de arte provenientes de las ruinas de Pompeya y Herculano 16 Un matrimonio que empezo mal Editar Un matrimonio concertado Editar El falso retrato de Teresa Cristina que fue enviado a Pedro II para alentar el matrimonio imperial A principio de los anos 1840 Vincenzo Ramirez embajador de las Dos Sicilias en la corte austriaca se reunio en Viena con el enviado brasileno encargado de encontrar en Europa una esposa para el joven Pedro II Las casas reales consultadas se mostraron prudentes ya que temian sin ninguna duda que Pedro II iba a desarrollar la misma personalidad de su padre el emperador Pedro I conocido por su inconsistencia y sus numerosas relaciones extramaritales 17 18 Por su parte Ramirez no le dio ninguna importancia a la reputacion del soberano y le propuso la mano de Teresa Cristina al emperador 19 20 21 De hecho los sentimientos poca importancia tenian en aquella epoca y el papel de las princesas se limitaba a dar a luz a herederos para su marido y su nacion de acogida No obstante debido a que su familia era bastante vasta por lo tanto no le podia asegurar mas que una dote mediocre y a que ya tenia mas de 20 anos edad avanzada para casarse en la epoca Teresa Cristina apenas tenia esperanzas en contraer matrimonio y la perspectiva de casarse con un emperador no podia ser desestimada tan rapido 22 23 Para convencer a Pedro II para que aceptara el matrimonio el gobierno napolitano le envio al soberano un retrato de una joven chica guapa que supuestamente era Teresa Cristina 19 24 25 26 Seducido por esta imagen que le parecio que representaba a una princesa de cuentos de hadas el emperador acepto la union con entusiasmo Sin embargo segun el historiador James McMurtry Longo la persona que aparecia en el cuadro no era la princesa y cuando Pedro II descubrio el engano era demasiado tarde para dar marcha atras 27 Teresa Cristina y Pedro II tenian cierto grado de consanguinidad Nota 2 por lo que fue necesaria una dispensa papal del papa Gregorio XVI para llevar a buen termino los acuerdos matrimoniales 28 Cuando esta se obtuvo se celebro una boda por poderes el 30 de mayo de 1843 en Napoles Durante la ceremonia el conde de Siracusa fue el que represento al marido de su hermana pequena 29 30 31 Un marido decepcionado por el fisico de su esposa Editar Vease tambien Pedro II de Brasil Cuadro de Eduardo de Martino 1872 que representa la llegada a Brasil de Teresa Cristina a bordo de la fragata Constituicao Una pequena flota brasilena compuesta por la fragata Constituicao y dos corbetas abandonaron el Reino de las Dos Sicilias el 3 de marzo de 1843 para escoltar a la nueva emperatriz 32 33 La escuadra acompanada por una division naval napolitana compuesta por un navio de linea y tres fragatas llego a Rio de Janeiro el 3 de septiembre de 1843 tras seis meses de viaje 19 34 35 36 En cuanto Teresa Cristina llego a Brasil Pedro II se dirigio a su navio para conocerla Ante este gesto impetuoso la multitud carioca aclamo a su emperador y dispararon al aire de forma ensordecedora para saludarlo 37 Grande rubio con los ojos azules y descrito como un joven muy hermoso a pesar de su prognatismo el emperador de 17 anos sedujo inmediatamente a la princesa napolitana Sin embargo esto no fue reciproco y Pedro II se mostro abiertamente decepcionado por la apariencia fisica de su prometida 6 7 8 9 38 A los ojos del soberano Teresa Cristina era una nina vieja que aparentaba mas de 22 anos 10 Solo veia sus defectos fisicos y la diferencia entre el retrato que se le presento y la realidad 6 Pedro II no oculto la repulsion que le causaba la princesa Un testigo afirmo que estuvo tan chocado que tuvo que sentarse al verla otro que se dio media vuelta El historiador Roderick J Barman indica que en su opinion pudieron suceder ambas cosas 6 En todo caso Pedro II abandono el navio de la princesa rapidamente y esta se encerro en su camarote Al haberse dado cuenta de la desilusion causada a su prometido rompio a llorar lamentandose porque el emperador no la queria 6 7 39 Una esposa decidida Editar La pareja imperial en la epoca del matrimonio 1843 Esta litografia ofrece un retrato mas realista de Teresa Cristina La misma tarde de su primer encuentro con su soberano Teresa Cristina se dio cuenta de que Pedro II baso sus expectativas en un retrato que no era demasiado fiel Abatida escondio su angustia a su marido y a sus nuevos sirvientes Estaba decidida a hacerlo lo mejor posible para mejorar la situacion y le escribio a su familia Se que mi apariencia es diferente a la que habia sido anunciada Hare todo lo posible para vivir de tal manera que nadie se lleve a engano por mi caracter Mi ambicion sera parecerme a Maria Leopoldina de Austria la madre de mi marido y ser brasilena de corazon en todo lo que haga 40 Finalmente aunque tuvo lugar un matrimonio por poderes en Napoles se organizo una importante ceremonia nupcial el 4 de septiembre en la catedral de Rio de Janeiro para unir publicamente al emperador y a la emperatriz 41 42 43 44 Teresa Cristina no tardo en ganarse a sus sirvientes que apreciaban su disposicion y su seriedad Algunos dias despues de llegar al pais recibio la expresion de afecto y la alegria de todos excepto de su nuevo marido 45 El objetivo del matrimonio entre Teresa Cristina y Pedro II era dar un heredero al imperio y por tanto los brasilenos esperaban con ansiedad el anuncio de un embarazo Sin embargo los meses pasaban y la emperatriz tardaba en quedarse embarazada por lo que la poblacion empezo a especular sobre las razones que impedian a la pareja tener un hijo Rapidamente algunos empezaron a sospechar que el soberano sufria impotencia 12 Sin embargo la realidad era bastante diferente el emperador sentia una aversion hacia Teresa Cristina y no tenia ningun deseo en consumar su matrimonio Ante el rechazo de su esposo en acostarse con ella la emperatriz acabo por pedirle un permiso para volver a Italia Afectado por el dolor que sentia su mujer Pedro II consintio finalmente en tener relaciones sexuales con ella A pesar de todo su actitud no cambio y siguio tratando a Teresa Cristina friamente 46 Una emperatriz apagada Editar El alejamiento del conde de Aquila Editar Vease tambien Luis de las Dos Sicilias 1824 1897 El principe Luis de las Dos Sicilias conde de Aquila Teresa Cristina no era el unico miembro de la familia real de las Dos Sicilias que atraveso el Atlantico para ir a Brasil en 1843 uno de sus hermanos el conde de Aquila tambien hizo un viaje a Rio de Janeiro para conocer a la hermana de Pedro II la princesa imperial Januaria En la epoca ella era la heredera presunta del soberano y tenia prohibido abandonar el pais Deseoso por asegurar la sucesion imperial el gobierno brasileno ansiaba encontrarle un esposo a la princesa y la llegada del conde de Aquila fue vista con buenos ojos Ademas los dos jovenes se enamoraron rapidamente y el conde de Aquila volvio deprisa a Napoles para pedirle a su hermano el rey Fernando II de las Dos Sicilias la autorizacion para casarse con Januaria e instalarse en Brasil 47 El conde de Aquila llego a Rio definitivamente el 8 de abril de 1844 y los dos jovenes se casaron poco despues de su llegada La relacion entre Pedro II y su cunado se degrado rapidamente y dejaron de dirigirse la palabra desde mediados de julio La personalidad extrovertida del conde de Aquila chocaba mucho con el caracter reservado del emperador al que le incomodaba la inclinacion de su cunado por los placeres frivolos 48 49 Por otra parte Januaria no escondia el amor que sentia por su marido y el contraste entre las relaciones entre las dos parejas irritaba sobremanera al soberano cuya inmadurez e inseguridad quedaron al descubierto El hecho de que tanto Januaria como Teresa Cristina se entendieran tan bien con el principe de las Dos Sicilias hizo aun mayor el aislamiento del emperador 50 Al mismo tiempo algunos napolitanos que acompanaron a Teresa Cristina y a su hermano a Brasil buscaban hacerse un hueco en el pais El confesor del conde de Aquila busco caldear las ambiciones del principe animandole a formar su propia faccion entre los cortesanos brasilenos 50 Paulo Barbosa da Silva el oficial responsable del palacio imperial se empezo a inquietar el y Aureliano de Sousa e Oliveira Coutinho vizconde de Sepetiba formaron a la llegada de Pedro II la faccion cortesana compuesta por servidores de alto rango y politicos importantes 51 Este grupo ejercio una gran influencia en el soberano y no queria compartir su poder con los recien llegados 50 La faccion cortesana decidio explotar los desacuerdos familiares insinuando que el conde de Aquila y sus partidarios confabulaban para hacerse con el trono Sin confiar en el el joven emperador se dejo persuadir facilmente y su cunado acabo siendo excluido de la corte Por su parte el conde de Aquila se quejo abiertamente de la falta de consideracion del soberano y critico con desden la sociedad y la vida en Brasil En diversas ocasiones el principe napolitano pidio a Pedro II el permiso para volver a Europa con su esposa Al principio reticente el emperador acabo por aceptarlo tras haber discutido con su cunado en publico El conde y la condesa abandonaron Rio de Janeiro el 23 de octubre de 1844 52 Para Teresa Cristina que no hacia mas que intentar reconciliar a los dos hombres la salida de su hermano fue un golpe muy duro ya que ella se encontraba sola en Brasil con su esposo 53 Una madre marcada por la perdida de dos de sus hijos Editar La emperatriz Teresa Cristina y sus hijos mayores Isabel Leopoldina y Alfonso Obra de Ferdinand Krumholtz 1850 Aunque la relacion de la pareja imperial era tensa en un primer momento Teresa Cristina se esforzo durante su matrimonio en ser una buena esposa Su aplicacion en sus deberes oficiales y el nacimiento de algunos hijos hicieron que el caracter de Pedro II se endulzara Tras algun tiempo los dos esposos descubrieron intereses comunes y el amor que sentian por sus hijos creo una especie de felicidad familiar 54 De hecho tras el nacimiento de su primer hijo Alfonso en febrero de 1845 la emperatriz dio a luz a tres hijos mas Isabel en julio de 1846 Leopoldina en julio de 1847 y Pedro en julio de 1848 55 Sin embargo el 11 de junio de 1847 la pareja imperial vivio el dolor por la perdida del mayor de sus hijos Mientras jugaba en la biblioteca del palacio de Sao Cristovao 56 empezo a sufrir convulsiones y murio poco despues dejando a sus padres con un gran dolor Para Teresa Cristina el choque fue tan grande que se temia por su salud pues estaba embarazada de la princesa Leopoldina que naceria sin complicaciones un mes mas tarde 57 La familia sufrio otra tragedia cuando el segundo varon de la familia el principe Pedro murio el 9 de enero de 1850 Tras esta nueva desaparicion los soberanos no tenian mas que dos hijas herederas y aunque Brasil no tenia ley salica el problema sucesorio era fuente de preocupaciones para la pareja imperial que estaba convencida de que solo un hombre podia dirigir el pais Consciente de su deber de dar a luz a un nuevo heredero Teresa Cristina no se nego a quedarse nuevamente embarazada 55 Sin embargo no nacio ningun nino mas en la familia imperial y ello influyo en la atraccion que Pedro II sintio hacia otras mujeres mas guapas mas inteligentes y mas cultas que su esposa 58 Una mujer a la sombra de su marido Editar El emperador Pedro II de Brasil en 1850 Obra de Ferdinand Krumholtz Entre 1844 fecha de la salida del conde y de la condesa de Aquila de Brasil y 1848 ano en el que nacio el ultimo hijo de la pareja imperial el comportamiento de Pedro II evoluciono considerablemente Mas maduro y mas seguro de si mismo ya no creia en los rumores de complot habia aprendido ademas a discernir cuando lo intentaban manipular y rechazo la influencia de la camarilla De hecho conforme se iba haciendo adulto sus debilidades disminuyeron mientras que se afirmo su fuerza de caracter Cuando ejercio el poder por si mismo su trabajo se volvio mas eficaz y su imagen publica mejoro 59 Esta evolucion no desagrado a Teresa Cristina Primero porque con el tiempo las tensiones entre su esposo y su hermano disminuyeron 60 y segundo porque la emperatriz odiaba la faccion cortesana y se alegro cuando su marido la alejo del gobierno y de palacio 61 62 Por su parte la emperatriz acepto facilmente su papel cada vez mas circunscrito al que su esposo la relegaba Sin interes en la politica se pasaba el tiempo escribiendo leyendo haciendo trabajos de costura rezando y ayudando en obras de caridad 63 64 De hecho el unico ambito en el que Teresa Cristina parecia ejercer una cierta influencia era en el de la inmigracion Deseosa de hacer progresar la educacion y la sanidad en su pais de adopcion la emperatriz animo a Pedro II a favorecer la inmigracion de numerosos intelectuales y trabajadores italianos tanto en la capital brasilena como en el interior del pais 65 A pesar de su limitada educacion a Teresa Cristina le apasionaban las artes la musica y la arqueologia Desde que llego a Brasil empezo una coleccion de obras grecorromanas y recibio centenares de antiguedades que su hermano el rey Fernando le enviaba a cambio de objetos de arte indigena destinados al museo Borbonico de Napoles 66 67 Organizo ademas dirigida por ella misma excavaciones en los dominios que habia heredado en Veyes un yacimiento etrusco situado a una quincena de kilometros al norte de Roma 68 En su tiempo libre se dedico sobre todo al arte del mosaico Decoro con este arte fuentes bancos y muros del jardin de las princesas del palacio de Sao Cristovao asi como con conchas y porcelanas adelantandose 50 anos a las obras de Gaudi y Jujol 69 En Brasil Teresa Cristina tenia pocas amigas a excepcion de sus damas de compania y en particular de la baronesa y despues vizcondesa Josefina da Fonseca Costa Apreciada por el personal de palacio mostraba ser buena jueza del caracter de los visitantes y los cortesanos Sin pretensiones y con un caracter generoso era una madre y posteriormente abuela afectuosa Modesta en los actos y en sus vestidos nunca llevo joyas salvo en las ceremonias oficiales Muy reservada daba a aquellos que tenia cerca la sensacion de estar siempre algo triste 63 Rivalidad con la condesa de Barral Editar La condesa de Barral rival de la emperatriz Esposa devota Teresa Cristina apoyo a su marido de manera incondicional Gracias a su comportamiento logro hacer nacer en el emperador sentimientos de afecto y de respeto A pesar de todo la relacion de la pareja nunca alcanzo el grado de amor romantico Si el emperador trataba a su esposa con dignidad y no ponia en peligro su posicion la emperatriz debia guardar silencio sobre las relaciones extramatrimoniales reales o imaginadas de su marido 70 Teresa Cristina no era una mujer docil su correspondencia como la de su familia con ella muestran por el contrario que podia llegar a ser colerica y dominante en la esfera privada 3 A pesar de sus esfuerzos Teresa Cristina lo pasaba mal mirando para otro lado sobre las infidelidades de su marido sobre todo tras el nombramiento por parte de este de la condesa de Barral como aya de las princesas Isabel y Leopoldina el 9 de noviembre de 1856 71 Nacida en Brasil pero esposa de un aristocrata frances 72 la condesa poseia todas aquellas cualidades que el monarca admiraba en las mujeres encantadora viva elegante sofisticada cultivada y segura de si misma A su lado la emperatriz que habia recibido una educacion mucho menos cuidada no era gran cosa y el emperador cayo rendido a los pies de la condesa 73 Aunque probablemente platonica 74 la relacion entre el emperador y el aya colocaba a Teresa Cristina en una posicion molesta Un dia tuvo que responder a su hija Leopoldina por que su padre pasaba horas acariciando los pies de la condesa en el patio 75 Sin embargo el aya no solo era apreciada por el soberano sino que tambien tenia una relacion muy cercana con la princesa Isabel 73 Nota 3 A pesar de todos los esfuerzos para ocultar lo que estaba pasando ante sus ojos la emperatriz no logro segun el historiador Tobias Monteiro disfrazar el odio que sentia hacia su rival 74 Cuando las hijas se hicieron mayores Teresa Cristina consiguio librarse de la presencia de la condesa de Barral Al no tener ningun motivo para quedarse en la corte la joven abandono Brasil en marzo de 1865 y volvio a Francia con su marido 76 Su relacion con el emperador continuo de manera puramente epistolar pero aun asi seguia despertando los celos de la emperatriz que siempre estuvo enamorada de su esposo a pesar de su relativa indiferencia 77 Ultimos anos como emperatriz Editar La muerte de la princesa Leopoldina Editar Vease tambien Leopoldina de Braganza La familia imperial brasilena c 1863 De izquierda a derecha la princesa Leopoldina el emperador Pedro II la emperatrz Teresa Cristina y la princesa imperial Isabel Cuando sus hijas crecieron Pedro II decidio casarlas para asegurar la sucesion imperial Tras consultar a su cunado y a su hermana el principe y la princesa de Joinville y tras haber oido el rechazo de varios candidatos el soberano eligio finalmente como yernos a dos nietos de del rey Luis Felipe I de Francia los principes Gaston de Orleans conde de Eu y Luis Augusto de Sajonia Coburgo Gotha 78 Los dos primos fueron a Rio de Janeiro donde se casaron respectivamente con las princesas Isabel y Leopoldina a finales de 1864 79 80 Poco tiempo despues estas abandonaron el palacio imperial para formar su propio hogar y Leopoldina y su esposo fueron pronto a vivir una parte del ano a Europa 81 Tras haber dado a luz a cuatro hijos entre 1866 y 1870 la princesa Leopoldina murio de fiebre tifoidea en Ebenthal el 7 de febrero de 1871 dejando hundidos al emperador y a la emperatriz 82 83 Algunos meses despues los soberanos hicieron un viaje por Europa para visitar la tumba de su hija en Coburgo y arreglar la cuestion de los hijos primogenitos de esta Viudo el principe Augusto deseaba establecer su residencia en Europa Sin embargo la princesa Isabel aun no tenia hijos Nota 4 y los hijos de Augusto y Leopoldina eran los herederos presuntos de la corona brasilena Tras un acuerdo con los Sajonia Coburgo la pareja imperial se llevo a los dos hijos mayores Pedro y Augusto a Rio de Janeiro en 1872 para darles una educacion brasilena 84 85 Viajes agotadores Editar La pareja imperial realizo viajes por America del Norte Europa y Oriente Medio en 1876 y entre 1887 y 1888 86 Esto no le gustaba a Teresa Cristina que preferia su dia a dia brasileno centrado en su familia la religion y las obras beneficas 5 Ademas la visita a su tierra natal en 1872 solo sirvio para reavivar recuerdos dolorosos en 1861 la dinastia de los Borbones Sicilias habia sido destronada por la Expedicion de los Mil de Giuseppe Garibaldi y su antiguo reino no era mas que una provincia de la Italia unificada Desde entonces todos aquellos que habia conocido y querido en Napoles en su juventud se habian ido lo que creo en ella un gran vacio 87 Poco consciente de esto el emperador organizo en la primavera de 1888 un nuevo viaje a Italia durante el cual la emperatriz se codearia con el rey Victor Manuel II de Italia responsable de la caida de su propia familia 88 Sin embargo este no fue el momento mas agotador de este segundo viaje al pais de su infancia De hecho durante su paso por Milan el emperador estuvo a punto de morir y su esposa se paso dos semanas vigilandole hasta que no se curo totalmente 89 90 91 Del golpe de Estado republicano a la muerte en el exilio Editar El golpe de Estado republicano de 1889 Editar La tranquila rutina domestica de la emperatriz se rompio brutalmente el 15 de noviembre de 1889 Ese dia un golpe de Estado republicano organizado por una faccion del ejercito depuso a Pedro II y le obligo a exiliarse en Europa con su familia 92 Desde el inicio de la decada de 1880 Brasil conocio un gran crecimiento economico 93 y su imagen en el extranjero no hizo mas que mejorar 94 Sin embargo al mismo tiempo la monarquia brasilena no dejo de debilitarse y el emperador fue el principal culpable ya que no tuvo un heredero varon y el mismo no creia que el regimen imperial pudiera sobrevivir 95 Por ello dejo que su autoridad se fuera diluyendo mientras que el descontento de los plataneros afectados por la abolicion de la esclavitud en 1888 se fue intensificando 96 y el movimiento republicano se fue haciendo mas fuerte en el ejercito 97 La caida de la monarquia brasilena tuvo grandes repercusiones en la moral de Teresa Cristina Segun el historiador Roderick J Barman los acontecimientos del 15 de noviembre de 1889 la destruyeron emocional y fisicamente De hecho la emperatriz queria a Brasil y a sus habitantes Lo que mas queria era acabar sus dias en Brasil Nota 5 Con 66 anos y enferma de disnea y artritis tuvo que enfrentarse a la idea de acompanar a su esposo en los desplazamientos continuos a traves de Europa y pasar sus ultimos anos en incomodos lugares extranjeros 98 Exilio y muerte Editar La considerada ultima foto de la familia imperial de Brasil Aparecen de izquierda a derecha la emperatriz Teresa Cristina el principe Antonio la princesa imperial Isabel el emperador Pedro II el principe Pedro el principe de Gran Para el conde de Eu y el principe Luis Foto de Otto Hees 1888 Tras haber estado enferma durante toda la travesia del Atlantico Nota 6 Teresa Cristina llego a Lisboa con toda su familia el 7 de diciembre de 1889 99 Sin embargo su desembarco en Portugal coincidio con las ceremonias de coronacion del rey Carlos I de Portugal y el gobierno no tardo en hacerle saber que un soberano caido en desgracia no era deseado en la capital en ese momento Humillados por la recepcion 100 el emperador y la emperatriz se instalaron en Oporto mientras que sus hijos y sus nietos se fueron para Espana 101 El 24 de diciembre la pareja imperial recibio una terrible noticia Aunque esperaban poder entrar un dia en el pais Pedro II y Teresa Cristina fueron informados de su exilio definitivo Para la soberana esto fue un duro golpe que le quito todo deseo de sobrevivir Algunos dias mas tarde tuvo un nuevo ataque de asma nocturno pero como no tenia fiebre el emperador salio a dar un paseo por la ciudad A pesar de la insistencia de la soberana ningun cura fue llamado a su lado y ella murio lejos de su familia de un paro cardiaco a las 2 00 102 Antes de morir Teresa Cristina le dijo a Maria Isabel de Andrade Pinto baronesa de Japura No muero por mi enfermedad muero por la pena y la desgracia 103 Algunos minutos despues dijo sus ultimas palabras Echo de menos a mi hija y a mis nietos No puedo abrazarles por ultima vez Brasil tierra magnifica nunca podre volver 104 Los dias siguientes una multitud lleno las calles de Oporto para asistir al funeral de la exemperatriz 105 Por peticion de Pedro II los restos mortales de Teresa Cristina fueron llevados cerca de Lisboa a la iglesia de San Vicente de Fora donde se encuentra el Panteon de los Braganza 106 Entierro Editar Efigies de Teresa Cristina y de Pedro II en la catedral de Petropolis Dos anos despues de la muerte de Teresa Cristina fallecio Pedro II y fue enterrado en la iglesia de San Vicente de Fora el 12 de diciembre de 1891 107 108 Treinta anos mas tarde en 1921 los restos de la pareja imperial fueron trasladados a Brasil donde recibieron funerales oficiales en la catedral de Rio de Janeiro 109 El dia fue declarado festivo 110 y se organizaron misas en memoria de los soberanos a traves de todo el pais 111 Millares de personas asistieron a los funerales El historiador Pedro Calmon escribio Las personas mayores lloraban muchas se arrodillaban todo el mundo aplaudia No habia distincion entre republicanos y monarquicos Todos eran brasilenos 112 Finalmente el 5 de diciembre de 1939 se celebro una nueva ceremonia en presencia del dictador brasileno Getulio Vargas y los cuerpos de Teresa Cristina y Pedro II fueron llevados a una capilla anexa a la catedral de Petropolis donde descansan a dia de hoy 113 Legado EditarPedro II y la memoria de su esposa Editar A pesar de que pudiera parecer sorprendente el emperador fue la persona que mas sufrio con la desaparicion de Teresa Cristina Segun el historiador Jose Murilo de Carbalho a pesar de la decepcion inicial que le causo su prometida la falta de atraccion hacia ella y las relaciones que tuvo con otras mujeres el hecho de haber vivido 46 anos juntos acabo desarrollando un fuerte sentimiento de amistad y de respeto hacia ella sentimiento que su muerte no hizo mas que sacar a la superficie 114 Roderick J Barman hizo un analisis similar Segun este ultimo solo despues de la muerte de su esposa el emperador empezo a apreciar su atencion su amabilidad su abnegacion y su generosidad A menudo la llamaba mi santa y estimaba que era mas virtuosa que el y la imaginaba en el paraiso donde recibiria el reconocimiento y las recompensas que no le supo dar en vida De hecho segun el historiador el caracter de santidad que el emperador conferia a su esposa le aseguraba su perdon por no haberla tratado bien en vida y le garantizaba una proteccion en la eternidad ya que ella deberia interceder en su favor 115 Brasil frente a la desaparicion de la emperatriz Editar La emperatriz Teresa Cristina hacia 1887 La noticia de la desaparicion de Teresa Cristina provoco una ola de tristeza en Brasil Su sencillez su amabilidad y sobre todo su alejamiento de cualquier controversia politica la protegieron de cualquier critica incluido en el ambito republicano El poeta y periodista Artur Azevedo escribio a proposito del sentimiento general provocado por la muerte de la emperatriz Nunca he hablado con ella pero siempre que he pasado por su lado me he quitado el sombrero y me he inclinado no ante la emperatriz sino ante la dulce y honrada figura de una pobre y casi humilde burguesa He visto a muchos republicanos exaltados haciendo esto mismo A ella la llamaban madre de los brasilenos y nosotros le profesabamos una especie de veneracion filial sin ningun tipo de irreverencia y quien sabe Sus virtudes podrian haber sido un mayor apoyo para ese trono que un dia desaparecio La soberana tuvo el buen olfato de no meterse nunca en politica ni en los asuntos de Estado Su muerte sera llorada durante muchos dias Teresa Cristina era uno de esos seres cuya memoria tenia derecho a las lagrimas 116 Los periodicos brasilenos comentaron tambien la desaparicion de la soberana El periodico republicano Gazeta de Noticias escribio asi en su esquela Quien era esta santa mujer no es necesario repetirlo Todo Brasil lo sabe con ese choque que alcanza de forma tan profunda al anciano emperador se acuerda uno de que ella fue justa y universalmente proclamada madre de los brasilenos 117 El Jornal do Commercio escribio durante 46 anos Teresa Cristina ha vivido en la madre patria brasilena que ella ha amado sinceramente y durante todo este tiempo por todo este vasto pais su nombre solo ha sido pronunciado en loas o en palabras de reconocimiento 118 Teresa Cristina vista por los historiadores Editar Aunque estuvo a la sombra de Pedro II Teresa Cristina tiene su lugar particular en la historia de Brasil Segun el historiador Eli Behar ella era conocida por su discrecion que la protegio de ser asociada a un movimiento politico y por su ternura y caridad que le gano el apodo de madre de los brasilenos 119 El historiador Benedito Antunes hace un analisis similar y escribio que ella era querida por los brasilenos que la llamaban por su discrecion la emperatriz silenciosa y la consideraban la madre de los brasilenos Este autor alaba ademas la accion de la emperatriz en favor de las artes y el desarrollo cientifico Escribio asimismo que promovio la cultura haciendo venir de Italia a artistas intelectuales cientificos botanicos musicos etc de esta manera contribuyo al progreso y al enriquecimiento de la vida cultural brasilena 120 La escritora Eugenia Zerbini comparte la misma opinion al recordar que gracias a Teresa Cristina Brasil posee hoy en dia la mayor coleccion de antiguedades clasicas de toda America Latina 121 El historiador Aniello Angelo Avella va aun mas lejos Segun el la imagen de una Teresa Cristina silenciosa y apagada corresponde mas a un estereotipo que a una realidad Nunca se ha realizado ningun estudio global de los papeles de la emperatriz y este considera que ella ha tenido un papel mayor que el que se le ha dado generalmente Para apoyar esta tesis el historiador insiste en la importancia de la herencia artistica de la soberana y en su papel en la inmigracion italiana Ademas habla de la leyenda negra de las que han sido victimas los Borbon Sicilias en Italia con la condescendencia y el desprecio que aun enturbian la imagen de la emperatriz en la historiografia brasilena 122 La emperatriz en la cultura popular EditarToponimiaDiversas ciudades brasilenas han sido bautizadas con referencia a la soberana Entre ellas se encuentra Teresopolis Estado de Rio de Janeiro Teresina capital de Piaui Cristina en Minas Gerais y Imperatriz en Maranhao 123 Es tambien el caso de Cristinapolis en Sergipe y de Santo Amaro da Imperatriz en Santa Catarina FerrocarrilesLa linea Tereza Cristina es una linea ferroviaria brasilena situada en el estado de Santa Catarina 124 Cine y televisionEn el cine el papel de la emperatriz ha sido interpretado por Martha Overbeck en la pelicula brasilena O Xango de Baker Street 2001 125 En television ha sido interpretado por Regina Macedo en las miniseries brasilenas Abolicao y Republica 1989 126 y por Filomena Luiza en la telenovela Sangue do meu sangue 1995 127 Colecciones imperialesJusto antes de su muerte el emperador Pedro II dono la mayoria de sus colecciones al gobierno brasileno Estos los han dividido entre el Archivo Nacional del Brasil el Museo Imperial la Biblioteca Nacional y el Instituto Historico y Geografico El numero exacto de objetos legados por el soberano aun es incierto el palacio de Sao Cristovao contenia 48 000 volumenes ademas de una importante coleccion de fotografias cartas manuscritos raros monedas medallas y otros objetos Se estima ademas que mas de 100 000 objetos del legado imperial han sido divididos entre la Biblioteca Nacional y el Instituto Historico y Geografico Sin embargo la unica condicion impuesta por el soberano para transmitir sus colecciones al gobierno republicano fue que recibieran el nombre de su mujer Por eso hoy en dia se conoce como Coleccion Teresa Cristina Maria 128 129 Desde 2009 esta coleccion esta clasificado por la UNESCO en el Programa Memoria del Mundo 130 ExposicionesEn 1996 la arqueologa Maria Beltrao organizo en el Museo Nacional de Brasil una exposicion titulada Jardin de las Princesas y la arqueologia historica dedicado a los mosaicos de la emperatriz 131 En 1997 una exposicion itinerante llamada Teresa Cristina Maria la emperatriz silenciosa fue organizada por el Museo imperial brasileno 132 Tambien se llevo al Museo Paulista y acabo con la publicacion de un libro 133 y la filmacion de un documental 134 Ancestros EditarAntepasados de Teresa Cristina de Borbon Dos Sicilias 16 Felipe V rey de Espana 24 y 28 8 Carlos III rey de Espana 12 17 Princesa Isabel de Parma 25 y 29 4 Fernando I rey de las Dos Sicilias 18 Augusto III rey de Polonia 26 9 Princesa Maria Amalia de Sajonia 13 19 Archiduquesa Maria Josefa de Austria 27 2 Francisco I rey de las Dos Sicilias 20 Leopoldo I duque de Lorena y Bar 10 Francisco I emperador del Sacro Imperio Romano Germanico 21 Princesa Isabel Carlota de Orleans 5 Archiduquesa Maria Carolina de Austria 22 Carlos VI emperador del Sacro Imperio Romano Germanico 11 Maria Teresa I archiduquesa de Austria y reina de Hungria y Bohemia 23 Duquesa Isabel Cristina de Brunswick Wolfenbuttel 1 Princesa Teresa Cristina de las Dos Sicilias 24 Felipe V rey de Espana 16 y 28 12 Carlos III rey de Espana 8 25 Princesa Isabel de Parma 17 y 29 6 Carlos IV rey de Espana 26 Augusto III rey de Polonia 18 13 Princesa Maria Amalia de Sajonia 9 27 Archiduquesa Maria Josefa de Austria 19 3 Infanta Maria Isabel de Espana 28 Felipe V rey de Espana 16 y 24 14 Felipe I duque de Parma 29 Princesa Isabel de Parma 17 y 25 7 Princesa Maria Luisa de Parma 30 Luis XV rey de Francia 15 Princesa Luisa Isabel de Francia 31 Condesa Maria Leszczynska Sucesion EditarPredecesor Princesa Amelia de Leuchtenberg Emperatriz de Brasil1843 1889 Sucesor Monarquia abolidaDescendencia EditarNombre Foto Fecha de nacimiento Fecha de defuncion NotasAlfonso 23 de febrero de 1845 11 de junio de 1847Principe imperial desde su nacimiento hasta su muerte Murio de epilepsia Isabel 26 de julio de 1846 14 de noviembre de 1921 Se caso con Gaston de Orleans Tuvo descendenciaLeopoldina 13 de julio de 1847 7 de febrero de 1871 Se caso con Luis Augusto de Sajonia Coburgo Gotha Tuvo descendenciaPedro 18 de julio de 1848 9 de enero de 1850 Principe imperial desde su nacimiento hasta su muerte Notas Editar Llegaria al trono en 1825 Hermana de la reina Carlota Joaquina de Borbon la madre de Teresa Cristina era la tia abuela del emperador Pedro II de Brasil Calmon 1975 p 210 No como la princesa Leopoldina que odiaba a la condesa Barman 2005 p 66 En 1875 naceria el principe Pedro de Alcantara de Orleans Braganza el mayor de los hijos supervivientes de la princesa imperial Longo 2008 p 168 al oficial que le ordeno abandonar Brasil le respondio Como no voy a llorar con la idea de tener que abandonar este pais para siempre Lyra 1977 p 114 Andre Reboucas un famoso abolicionista brasileno decidio acompanar a los soberanos al exilio Escribio que una noche tuvo que levantarse a las 3 30 para socorrer a la emperatriz que lloraba por culpa de un violento ataque de asma Barman 1999 p 370Referencias Editar Zerbini 2007 p 62 Calmon 1975 p 211 a b Avella 2010 p 7 Calmon 1975 p 210 a b Barman 1999 p 365 a b c d e Barman 1999 p 97 a b c Lyra 1977 p 124 a b Schwarcz 1998 p 95 a b Carvalho 2007 p 52 a b Longo 2008 p 81 Calmon 1975 p 212 a b Barman 1999 p 99 Calmon 1975 p 213 Zerbini 2007 p 64 Calmon 1975 p 211 212 en portugues Exposicoes Arqueologia Archivado el 2 de mayo de 2012 en Wayback Machine en el sitio web del Museo Nacional de Brasil Longo 2008 p 79 Fargette 2005 p 116 117 a b c Carvalho 2007 p 51 Lyra 1977 p 116 Calmon 1975 p 203 Barman 1999 p 97 Fargette 2005 p 117 Schwarcz 1998 p 92 Lyra 1977 p 119 Calmon 1975 p 205 Longo 2008 p 79 Longo 2008 p 80 Carvalho 2007 p 51 Lyra 1977 p 122 Mosse 2001 p 41 Calmon 1975 p 213 214 Lyra 1977 p 120 121 Lyra 1977 p 123 Calmon 1975 p 238 Schwarcz 1998 p 94 Longo 2008 p 81 Calmon 1975 p 239 Carvalho 2007 p 51 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