Sistema de asistencia a la conducción
La instalación de cámaras inteligentes y sensores podría convertirse algún día en un elemento de seguridad de obligatoriedad en todos los vehículos, de manera similar a la imposición del cinturón de seguridad, el airbag, el casco en las motocicletas, y otros elementos de seguridad. Para llegar a un funcionamiento óptimo, para poder aplicarlo a los vehículos, se tienen que realizar previamente muchas pruebas y valoraciones, y aplicarlas a un entorno real.
Las primeras pruebas (2019)
En otoño del 2019, Barcelona fue el lugar elegido en el estado español para probar el sistema más avanzado, hasta entonces, a nivel mundial. A través de un proyecto en el que participaron la Dirección general de tráfico (DGT), el Ayuntamiento de Barcelona y la empresa Mobileye. Aproximadamente 300 vehículos de reparto y 85 autobuses incorporaron unas cámaras conectadas a unos instrumentos de reconocimiento visual y procesamiento de datos que permitían avanzarse y predecir una posible colisión a tiempo real. El sistema inteligente detectaba que podía haber una situación de peligro, con un peatón o una motocicleta por ejemplo, el piloto rojo instalado al tablero del vehículo se encendía y sonaba un sonido muy estridente y escandaloso para alertar al conductor.
Según datos del consistorio barcelonés, durante los primeros 11 meses del 2019 hubo 21 víctimas mortales en accidentes de tráfico en Barcelona. Solo una iba dentro de un coche, 13 eran motoristas, seis peatones y un ciclista.
Los primeros resultados
Según los primeros datos del proyecto llamado Autonomus Ready Spain, durante los dos primeras meses que funcionó la tecnología de prueba, las alertas de potenciales colisiones de vehículos contra peatones o ciclistas, fueron de 668. Algunas de ellas podrían haber acabado en accidente. El sistema no solo alertaba por prevención de situaciones de peligro, además, realizaba un mapeo todo aquello que veía, e hizo un geoposicionamiento de manera anónima de 37.000 ciclistas y 240.000 peatones. Estos datos permitieron al Servicio de Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, obtener una gran cantidad de información que, bajo un tratamiento adecuado, ayudaron a determinar puntos negros en la ciudad y a tomar medidas para mejorar la seguridad vial a las intersecciones consideradas más peligrosas.
Prospectivas de futuro
El objetivo del proyecto es poder ampliar a 700 los vehículos con el sistema de asistencia a la conducción instalado en 2020 y llegar a los 5.000 en 2022. Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), se comprometió que todos los autobuses que se empezaran a añadir a la flota a partir del último trimestre del 2019, fueran con el nuevo equipamiento tecnológico, que advierte los conductores cuando detectan algún usuario vulnerable en los ángulos muertos de estos vehículos de servicio público.
La normativa europea quiere hacer obligatorios los sistemas de seguridad de este tipo de transporte público rodado a partir del 2022.[1][2]
Referencias
- Consell de la UE, ed. (29 març del 2019). «La UE endurece los requisitos para la seguridad de los automóviles» (en castellà). Consultado el 5 de desembre 2019.
- Guerrero, David (3 de desembre del 2019). «Barcelona prova un sistema antiatropellaments». La Vanguardia: 4.