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Primera batalla de Acentejo

La primera batalla de Acentejo, conocida también como matanza, rota o desbarate de Acentejo,[1]​ fue un enfrentamiento bélico que se produjo en 1494 durante la conquista europea de la isla de TenerifeCanarias, España— entre los conquistadores castellanos y los aborígenes guanches.[2][3]

Primera batalla de Acentejo
Conquista de las islas Canarias

La batalla de Acentejo, óleo sobre lienzo de Gumersindo Robayna, Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.
Fecha Finales de mayo de 1494
Lugar La Matanza de Acentejo, Tenerife
Resultado Victoria guanche, la conquista se pospone
Beligerantes
Comandantes
Fuerzas en combate
≈ 1 200 peones
≈ 160 jinetes
≈ 1 100 guerreros
Bajas
≈ 1 000 muertos
Numerosos heridos
Sin datos

Esta batalla, que tuvo lugar en el barranco de Acentejo, constituyó un episodio crucial de la conquista de la isla, pues supuso la total derrota del ejército conquistador y la momentánea paralización de la misma.[4]​ Además, dio lugar al nombre del municipio homónimo en el norte de Tenerife.[5][6]

Antecedentes

Tras la conquista de la isla de La Palma en 1493, todas las islas del archipiélago canario quedaron bajo dominio de la Corona de Castilla a excepción de Tenerife, que seguía en posesión de los aborígenes guanches.

En diciembre de 1493 el capitán Alonso Fernández de Lugo, quien había dirigido la conquista de La Palma, lleva a cabo las capitulaciones con los Reyes Católicos para la conquista de Tenerife. Para financiar la expedición, Lugo vende varias propiedades familiares y se asocia con algunos comerciantes genoveses. El alistamiento de tropas se efectúa en Sevilla y Gran Canaria, desembarcando finalmente la armada conquistadora el día 1 de mayo de 1494 en la costa de Añazo, lugar donde se levanta la moderna ciudad de Santa Cruz de Tenerife.[7]

Tras fundar el real de Santa Cruz y organizar el campamento con la construcción de una torre, los conquistadores reciben la ayuda de los reyes guanches de los denominados «bandos de paces» —Abona, Adeje, Anaga y Güímar—, quienes habían concertado un acuerdo de paz con el gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera varios años antes.[8]

Lugo envía emisarios al reino de Taoro, el principal y más poderoso de la isla, reuniéndose ambos ejércitos en las proximidades de donde se halla la moderna ciudad de San Cristóbal de La Laguna. Según el religioso fray Alonso de Espinosa, el capitán conquistador ofreció a los guanches liderados por el rey o mencey Bencomo amistad a cambio de su sumisión a los reyes de Castilla y su conversión al cristianismo. Bencomo rehúsa, retirándose ambos contendientes a sus respectivos territorios para prepararse.[9]

Fuerzas en combate

El ejército conquistador

Los primeros historiadores, quienes escriben sus obras casi un siglo después de finalizada la conquista, dan cifras variadas sobre el número que componía el ejército conquistador. Así, tanto el dominico fray Alonso de Espinosa como el ingeniero Leonardo Torriani y Juan de Abreu Galindo indican que eran unos mil peones y cuarenta jinetes.[10][11][12]

 
Estatua de Tinguaro, caudillo de los guanches en la batalla de Acentejo, ubicada en La Matanza. Del escultor Miguel Ángel Padilla, 2007.

Sin embargo, el conquistador Juan Benítez, testigo en el juicio de residencia que se le practicó al Adelantado Alonso Fernández de Lugo en 1508, declara que el capitán trajo mil o mil doscientos peones y ciento cincuenta o ciento cincuenta y cinco caballeros.[13]

El historiador Antonio Rumeu de Armas, quien contrasta las crónicas insulares con documentos contemporáneos a los hechos, cree que el ejército castellano debió estar formado por unos ciento cincuenta jinetes y mil quinientos peones.[14]​ Por su parte, el profesor Juan Álvarez Delgado sostiene que debieron ser unos trescientos veinte en total entre caballeros e infantes.[15]

En cuanto a su composición, estaba formado por castellanos enrolados en las ciudades de la Baja Andalucía y por isleños de las islas ya conquistadas. Asimismo, una parte de las tropas estaba formada por un grupo de aborígenes gomeros y una compañía de sesenta canarios bajo el mando de don Fernando Guanarteme, antiguo rey de Gran Canaria. Además, a su llegada a la isla a Lugo se le suman guerreros guanches de los bandos de las paces.

Hay que indicar que parte del ejército quedaría guareciendo el campamento del real de Santa Cruz.[16]

Armamento

Las armas utilizadas por los castellanos en esta batalla eran las típicas de finales del siglo xv. La infantería portaba picas, alabardas, espadas, dagas y cuchillos, siendo especialmente destacados en los combates contra los aborígenes los ballesteros. A pesar de lo comúnmente aceptado, no se utilizaron armas de fuego, idea introducida en la historiografía canaria por el poema épico de Antonio de Viana.[17]

Los guerreros guanches

No se puede precisar con exactitud el número de guerreros guanches que participaron en la batalla de Acentejo. Tanto fray Alonso de Espinosa como Torriani indican que el rey Bencomo «tenía seis mil hombres de pelea» en total,[18][11]​ cifra que sin embargo es la indicada por el cronista portugués Gomes Eanes de Zurara para el contingente guerrero de toda la isla a mediados del siglo xv.[19]​ Por otro lado, tanto Espinosa como Torriani indican que eran sólo trescientos los guerreros que Bencomo envió junto a su hermano, sin mencionar cuántos acudieron luego junto al propio rey de Taoro.[18][11]

Para Rumeu de Armas las fuerzas guanches debían de triplicar por lo menos a las castellanas,[20]​ mientras que Francisco León supone que las fuerzas guanches debían rondar los mil guerreros para ser capaces de sostener la lucha contra el ejército castellano durante la batalla.[21]

Basados en estudios demográficos modernos sobre la población guanche en el momento de la conquista, se puede conjeturar un contingente guerrero para el bando de Taoro de unos mil cien guerreros.[22][23][24][25]

También hay que tener en cuenta que se desconoce si las fuerzas de Bencomo estaban en este momento apoyadas por los restantes bandos de guerra, sobre todo los más próximos de Tacoronte y Tegueste, lo que aumentaría las cifras de guerreros guanches sustancialmente.[20]

Armamento

Los guanches utilizaban como armas lanzas y venablos de distintas maderas que eran aguzados y endurecidos al fuego. Asimismo portaban mazas o garrotes, y eran expertos en el lanzamiento de piedras.[26][27]​ Como defensa utilizaban sus propios vestidos o tamarco enrollados en el brazo, así como unos pequeños escudos de madera de drago.[26][28]

La batalla

Escenario

La batalla se desarrolló en el entorno del barranco de Acentejo, en el norte de la isla, sin que se haya podido averiguar el punto exacto. El fraile Espinosa dice simplemente que fue en «un lugar espeso de monte, cuesta arriba, embarazoso de piedras, matorrales y barrancos».[29]​ Torriani indica tan sólo que fue «cerca de Centejo, al pie de una montaña»,[30]​ mientras que Abréu Galindo refiere que fue «en un lugar estrecho y muy fragoso y áspero, y de mucho monte».[31]

Para el médico Juan Bethencourt Alfonso la batalla fue en el tramo del barranco situado entre la Carretera General del Norte y la calle de Acentejo en el entorno que por ello se llamó Toscas de los Muertos,[32]​ mientras que para Leandro Serra Fernández de Moratín el combate se dio en el barranco de Cabrera, moderno límite entre los municipios de La Matanza y El Sauzal.[33]​ El historiador Manuel de Ossuna y van den Heede, quien realizó una investigación de campo entre vecinos de La Matanza y La Victoria sobre el asunto, llega a la conclusión de que la batalla fue en la zona del barranco de Acentejo próxima al barrio de San Antonio, en la cota de los 500 msnm.[32]

Por su parte, Rumeu de Armas en su estudio sobre la conquista de Tenerife indica que debió darse sobre la cota de los 200 msnm en la zona de confluencia de los barrancos de Acentejo, Bobadilla y de Cha Marta.[34]

Francisco León, en su trabajo monográfico sobre la batalla, argumenta que la misma se dio no sólo en el barranco, en la zona de Bubaque, sino a lo largo de la subida entre este y las montañas de San Antonio, así como en el denominado llano de Acentejo hacia el oeste.[35]

Desarrollo

Organizado el campamento de Añazo, el capitán Lugo decide hacer una entrada hacia el reino de Taoro, considerando que vencido este se le rendiría el resto de la isla. El ejército castellano avanza desde La Laguna por el norte de la isla sin encontrar mucha resistencia, apoderándose de numerosas cabras y ovejas que iban encontrando por el camino. Llegados a la región de Acentejo, y no habiendo encontrado a los guanches, deciden volver sobre sus pasos.[36][37][38]

Mientras tanto, el rey Bencomo había enviado a su hermano Himenechia o Chimenchia —bautizado como Tinguaro por el poeta Antonio de Viana[39]​ con trescientos guerreros para que vigilaran y siguieran por el monte a los castellanos con el objeto de esperar la oportunidad de tenderles una emboscada, mientras él acudía con el resto de su gente.[36][40][41][30]

Finalmente, los guanches aprovechan el paso de los conquistadores por el barranco de Acentejo para atacar, presentando ese lugar una desventaja táctica a los jinetes castellanos. El ganado que llevaban como presa los conquistadores comienza a huir ante el silbo de los pastores guanches, lo que provoca que el cuerpo del batallón se deshaga, atacando los guanches con piedras, dardos y lanzas cortando en dos las filas castellanas.[29][42][41]

Más tarde se suman al combate el rey Bencomo con sus guerreros, logrando la victoria sobre los castellanos después de varias horas de encarnizado combate.[43][42][41]

El cronista Andrés Bernáldez, cura de los Palacios, describe los hechos de la siguiente manera:[44]

...les cometieron un dia despues de haber habido algunas divisiones entre los de la hueste: é yendo peleando en pos de los guanchez por una sierra, diéronse á flojera los christianos y á mal recaudo, y los guanchez volvieron sobre ellos á pedradas muy esforzadamente, y los christianos con su mal concierto volvieron huyendo malaventuradamente, que nunca el buen capitan Alonso de Lugo se lo pudo resirtir, y los guanchez tomaron tanto esfuerzo á pelear y seguir en pos de los que huian, que desbarataron toda la hueste y siguieron el alcance hasta la mar, y allí de ellos se metieron en los navíos, y de ellos se arrojaron á la mar, y de ellos se enrocaban en los peñascos, barrancos y veras donde bate el mar, y allí los mataban, y de ellos desque crecia la mar los ahogaba...

Por su parte, el dominico fray Alonso de Espinosa refiere en su obra:[45]

Cuando los españoles se vieron en lugar tan peligroso, donde no eran señores de valerse de sus armas ni de mandar sus caballos, y que les tenían tomada la delantera y pasos, pues volver atrás no podían, por no entregarse a las fuerzas de su enemigo y metérsele en las manos, la vanguardia iba muy adelante, el cuerpo del batallón estaba deshecho y desbaratado, porque el ganado, por huir (habiendo oído los silbos) lo había roto, dióse prisa la retaguardia para juntarse y hacerse un cuerpo, que ya la vanguardia había hecho alto para esperar (...). Porque dando los guanches en los españoles en aquel trabajoso paso, como ellos venían cansados y no se podían juntar ni usar de sus armas y destreza, aunque hacían su deber, peleando varonilmente, como el lugar les era contrario, así lo fué la fortuna, que, llevándolos de vencida, fueron haciendo gran matanza en ellos...

Los castellanos supervivientes se baten en retirada. El propio Alonso de Lugo huye a caballo con una herida en la boca de una pedrada, salvándose gracias a que el soldado Pedro Benítez el Tuerto le da su propio caballo, así como a que el canario Pedro Mayor le cambió su capa azul por la roja del capitán, pues los guanches le seguían reconociéndolo como el comandante enemigo. Asimismo, Lugo recibió el auxilio de varios guanches del bando aliado de Güímar en su huida.[46][47]

La mayor parte de los conquistadores supervivientes huyó por los cerros hacia el real de Añazo, siendo tradición que el pueblo de La Esperanza tiene ese nombre debido a la esperanza de salvación de los castellanos al divisar desde esa zona montañosa el campamento en la costa. Otros supervivientes se refugiaron en los riscos costeros bajo el propio barranco de Acentejo, siendo posteriormente rescatados por los bajeles enviados por Lugo desde Añazo.[48]

Resultado

La consecuencia más inmediata de esta batalla fue la total derrota de los conquistadores, quienes sufrieron la mayor pérdida de vidas acontecida durante los casi cien años que había durado la conquista de Canarias. Asimismo, la derrota obligó a Alonso de Lugo a retirarse a Gran Canaria para preparar una nueva expedición que terminara definitivamente con la anexión de Tenerife a la Corona de Castilla.

Fuentes contemporáneas indican que sólo sobrevivieron sesenta jinetes y trescientos peones.[49]

Anécdotas de la batalla

La tradición histórica recogida por fray Alonso de Espinosa incluye varios sucesos acontecidos durante e inmediatamente después de la batalla, que Rumeu de Armas clasifica en tres grupos: unos de autenticidad comprobada, otros verosímiles y aquellos claramente legendarios o fantásticos.[50]

La blasfemia de un soldado

Previo a la batalla un soldado blasfemó diciendo: «voto a Dios que sin su ayuda pienso salir vencedor, porque para tan poca y tan ruin gente no hemos menester su ayuda», siendo considerado esto como causa de la derrota de los conquistadores. El soldado blasfemo, dice Espinosa, fue el primero en morir al iniciarse el combate.[51]

El temblor de Maninidra

Justo cuando van a ser atacados por los guanches, Alonso de Lugo se da cuenta de que el canario Pedro Maninidra, tenido por un valeroso caudillo, temblaba a su lado. Preguntado si temblaba de miedo, Maninidra le contesta que «no tiemblo de miedo, que nunca lo tuve; mas tiemblan las carnes pensando el estrecho en que el corazón las ha de meter hoy». No obstante, el propio Espinosa indica que ya en su época se dudaba si este dicho había sido en esta batalla o en alguna otra habida durante las entradas en Berbería.[29][52]

El «galano dicho» de Chimenchia

Cuando ya la batalla estaba decidida, Bencomo encontró a su hermano descansando sobre una piedra, entablándose la siguiente conversación entre ambos según Espinosa:[51]

—¿Qué haces ahí tan descuidado, andando tu gente a la melena con sus enemigos?

Respondió el hermano con mucho peso, y dijo:

—Yo he hecho mi oficio de capitán en vencer y dar orden para ello; hagan ahora los carniceros el suyo, prosiguiendo la victoria que les he dado.
Juan Benítez entre los muertos

Durante la batalla el conquistador Juan Benítez decidió hacerse el muerto para escapar de la matanza que realizaban los guanches. Benítez permaneció dos días haciéndose el muerto entre los muertos,[53]​ hasta que aprovechó que cerca pasaba un grupo de aborígenes escoltando por orden del rey Bencomo a unos treinta castellanos que se habían refugiado en una cueva camino del real de Santa Cruz. Benítez se une al grupo sin ser sentido de inmediato por los guanches, sin embargo, estos terminan por percatarse de que había uno más entre los prisioneros. No sabiendo qué hacer, los guanches envían noticia del asunto al mencey, que decide perdonar a Benítez y lo envía con el resto a su campamento.[46]

Los canarios refugiados en la costa

Entre los supervivientes se cuenta un grupo de canarios que se refugiaron en una baja o peñasco de la costa, hasta que fueron rescatados por los navíos enviados por Alonso de Lugo desde Añazo.[48]

En una relación anónima datada en los siglos xvii o xviii aparece recogida una historia que narra cómo este grupo de aborígenes de Gran Canaria, durante el pequeño trayecto a nado hasta la baja se vieron atacados por un tiburón, que mató a algunos de ellos. Tras dos días de espera en dicha roca su capitán, llamado Maninidra, decidió tirarse al mar con un cuchillo como arma con el fin de acabar con el tiburón y permitir el regreso a tierra de sus compañeros. Tras protegerse los brazos con una capa y unos pellejos enrollados se lanzó al mar y cuando el tiburón le atacó le hirió en el vientre varias veces hasta matarlo.[54]

Los guanches y la ballesta

Espinosa refiere cómo, mientras los guanches recogían los despojos de los muertos, uno de ellos tomó una ballesta cargada, y tanto la manosearon que se disparó, matando a uno. A partir de ese momento «en viendo alguna ballesta, rodeaban gran trecho por no pasar por donde estaba; tanto miedo le cobraron».[55]

Trascendencia histórica

 
Escudo heráldico municipal en el que se hace alusión a la batalla de Acentejo.

La batalla dejó su impronta en la toponimia de la isla, pues la zona donde se desarrolló y el pueblo fundado en ella pasaron a llamarse La Matanza. El propio ayuntamiento de la localidad incluyó en su escudo heráldico, aprobado en 1987, una simbología alusiva a la trascendental batalla. En el primer cuartel del escudo se representan dos bastones o banotes cruzados sobre una ballesta, lo que representa la victoria guanche sobre la castellana.[56][57]

Asimismo, en la entrada a La Matanza desde la autopista del Norte de Tenerife existe un mural alegórico ejecutado por mandato del ayuntamiento matancero y diseñado por el artista Rogelio Botanz, que se ha convertido en una seña de identidad tanto del municipio como del nacionalismo canario.[56][58]

El mural, pintado en 1990 y restaurado en 2015, representa en primer plano a un guanche haciendo sonar un bucio o caracola, situándose detrás un soldado castellano en actitud de derrota.[56][58]

Véase también

Referencias

  1. Serra Ràfols, 1978, p. 65.
  2. Rumeu de Armas, 1975, pp. 184-194.
  3. Álvarez Delgado, 1960, pp. 275-285.
  4. Rumeu de Armas, 1975, p. 199.
  5. Viera y Clavijo, 1950-1952, p. 182.
  6. Madoz, 1848, p. 297.
  7. Rumeu de Armas, 1975, pp. 127; 175-178.
  8. Rumeu de Armas, 1975, p. 182.
  9. Espinosa, 1952, pp. 95-96.
  10. Espinosa, 1952, p. 95.
  11. Torriani, 1959, p. 183.
  12. Abréu Galindo, 1848, p. 208.
  13. Rosa Olivera y Serra Ràfols, 1949, pp. 112-113.
  14. Rumeu de Armas, 1975, p. 179.
  15. Álvarez Delgado, 1960, pp. 263-265.
  16. Rumeu de Armas, 1975, p. 184.
  17. León Álvarez, 2008, pp. 109-117.
  18. Espinosa, 1952, p. 97.
  19. Quartapelle, 2015, p. 93.
  20. Rumeu de Armas, 1975, p. 185.
  21. León Álvarez, 2008, p. 127.
  22. Rodríguez Martín, 2000, p. 29.
  23. Mederos Martín, 2018, p. 19.
  24. Macías Hernández, 1992, p. 12.
  25. Martín Oval y Rodríguez Martín, 2009, pp. 109-124.
  26. Diego Cuscoy, 1961, pp. 506-507.
  27. Espinosa, 1952, p. 109.
  28. Espinosa, 1952, p. 43.
  29. Espinosa, 1952, p. 98.
  30. Torriani, 1959, p. 184.
  31. Abréu Galindo, 1848, p. 209.
  32. Bethencourt Alfonso, 1997.
  33. Serra Fernández de Moratín, Leandro (17 de octubre de 1899). «Desbarato de Acentejo». Diario de Tenerife. pp. 2-3. Consultado el 11 de agosto de 2019. 
  34. Rumeu de Armas, 1975, p. 187.
  35. León Álvarez, 2008, pp. 193-195; 207.
  36. Espinosa, 1952, pp. 97-98.
  37. Rumeu de Armas, 1975, pp. 185-186.
  38. Álvarez Delgado, 1960, pp. 277-278.
  39. Viana, 1968-1971, p. 132.
  40. Rumeu de Armas, 1975, p. 186.
  41. Álvarez Delgado, 1960, p. 278.
  42. Rumeu de Armas, 1975, pp. 186-188.
  43. Espinosa, 1952, p. 99.
  44. Bernáldez, 1870, pp. 86-87.
  45. Espinosa, 1952, pp. 98-99.
  46. Espinosa, 1952, pp. 101-102.
  47. Rumeu de Armas, 1975, p. 188.
  48. Espinosa, 1952, p. 102.
  49. Aznar Vallejo, 1981, p. 83.
  50. Rumeu de Armas, 1975, pp. 189-190.
  51. Espinosa, 1952, pp. 99-100.
  52. Cioranescu, 1962.
  53. Rumeu de Armas, 1975, p. 191.
  54. Mederos Martín y Escribano Cobo, 2005, p. 854.
  55. Espinosa, 1952, pp. 103-104.
  56. León Álvarez, 2008, p. 390.
  57. «ORDEN de 30 de noviembre de 1987, por la que se aprueba el escudo heráldico y bandera del municipio de La Matanza de Acentejo (Tenerife)». Boletín Oficial de Canarias. Consultado el 15 de agosto de 2019. 
  58. «El ayuntamiento de La Matanza de Acentejo restaura el mural de La Batalla de Acentejo». Canarias24horas.com (Canarias24horas). 19 de febrero de 2015. Consultado el 15 de agosto de 2019. 

Bibliografía utilizada

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  •   Datos: Q5452496

primera, batalla, acentejo, primera, batalla, acentejo, conocida, también, como, matanza, rota, desbarate, acentejo, enfrentamiento, bélico, produjo, 1494, durante, conquista, europea, isla, tenerife, canarias, españa, entre, conquistadores, castellanos, aborí. La primera batalla de Acentejo conocida tambien como matanza rota o desbarate de Acentejo 1 fue un enfrentamiento belico que se produjo en 1494 durante la conquista europea de la isla de Tenerife Canarias Espana entre los conquistadores castellanos y los aborigenes guanches 2 3 Primera batalla de AcentejoConquista de las islas CanariasLa batalla de Acentejo oleo sobre lienzo de Gumersindo Robayna Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife FechaFinales de mayo de 1494LugarLa Matanza de Acentejo TenerifeResultadoVictoria guanche la conquista se posponeBeligerantesCorona de Castilla GuanchesComandantesAlonso Fernandez de Lugo BencomoChimenchiaFuerzas en combate 1 200 peones 160 jinetes 1 100 guerrerosBajas 1 000 muertosNumerosos heridos Sin datos editar datos en Wikidata Esta batalla que tuvo lugar en el barranco de Acentejo constituyo un episodio crucial de la conquista de la isla pues supuso la total derrota del ejercito conquistador y la momentanea paralizacion de la misma 4 Ademas dio lugar al nombre del municipio homonimo en el norte de Tenerife 5 6 Indice 1 Antecedentes 2 Fuerzas en combate 2 1 El ejercito conquistador 2 2 Los guerreros guanches 3 La batalla 3 1 Escenario 3 2 Desarrollo 3 3 Resultado 4 Anecdotas de la batalla 5 Trascendencia historica 6 Vease tambien 7 Referencias 8 Bibliografia utilizadaAntecedentes EditarTras la conquista de la isla de La Palma en 1493 todas las islas del archipielago canario quedaron bajo dominio de la Corona de Castilla a excepcion de Tenerife que seguia en posesion de los aborigenes guanches En diciembre de 1493 el capitan Alonso Fernandez de Lugo quien habia dirigido la conquista de La Palma lleva a cabo las capitulaciones con los Reyes Catolicos para la conquista de Tenerife Para financiar la expedicion Lugo vende varias propiedades familiares y se asocia con algunos comerciantes genoveses El alistamiento de tropas se efectua en Sevilla y Gran Canaria desembarcando finalmente la armada conquistadora el dia 1 de mayo de 1494 en la costa de Anazo lugar donde se levanta la moderna ciudad de Santa Cruz de Tenerife 7 Tras fundar el real de Santa Cruz y organizar el campamento con la construccion de una torre los conquistadores reciben la ayuda de los reyes guanches de los denominados bandos de paces Abona Adeje Anaga y Guimar quienes habian concertado un acuerdo de paz con el gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera varios anos antes 8 Lugo envia emisarios al reino de Taoro el principal y mas poderoso de la isla reuniendose ambos ejercitos en las proximidades de donde se halla la moderna ciudad de San Cristobal de La Laguna Segun el religioso fray Alonso de Espinosa el capitan conquistador ofrecio a los guanches liderados por el rey o mencey Bencomo amistad a cambio de su sumision a los reyes de Castilla y su conversion al cristianismo Bencomo rehusa retirandose ambos contendientes a sus respectivos territorios para prepararse 9 Fuerzas en combate EditarEl ejercito conquistador Editar Los primeros historiadores quienes escriben sus obras casi un siglo despues de finalizada la conquista dan cifras variadas sobre el numero que componia el ejercito conquistador Asi tanto el dominico fray Alonso de Espinosa como el ingeniero Leonardo Torriani y Juan de Abreu Galindo indican que eran unos mil peones y cuarenta jinetes 10 11 12 Estatua de Tinguaro caudillo de los guanches en la batalla de Acentejo ubicada en La Matanza Del escultor Miguel Angel Padilla 2007 Sin embargo el conquistador Juan Benitez testigo en el juicio de residencia que se le practico al Adelantado Alonso Fernandez de Lugo en 1508 declara que el capitan trajo mil o mil doscientos peones y ciento cincuenta o ciento cincuenta y cinco caballeros 13 El historiador Antonio Rumeu de Armas quien contrasta las cronicas insulares con documentos contemporaneos a los hechos cree que el ejercito castellano debio estar formado por unos ciento cincuenta jinetes y mil quinientos peones 14 Por su parte el profesor Juan Alvarez Delgado sostiene que debieron ser unos trescientos veinte en total entre caballeros e infantes 15 En cuanto a su composicion estaba formado por castellanos enrolados en las ciudades de la Baja Andalucia y por islenos de las islas ya conquistadas Asimismo una parte de las tropas estaba formada por un grupo de aborigenes gomeros y una compania de sesenta canarios bajo el mando de don Fernando Guanarteme antiguo rey de Gran Canaria Ademas a su llegada a la isla a Lugo se le suman guerreros guanches de los bandos de las paces Hay que indicar que parte del ejercito quedaria guareciendo el campamento del real de Santa Cruz 16 ArmamentoLas armas utilizadas por los castellanos en esta batalla eran las tipicas de finales del siglo xv La infanteria portaba picas alabardas espadas dagas y cuchillos siendo especialmente destacados en los combates contra los aborigenes los ballesteros A pesar de lo comunmente aceptado no se utilizaron armas de fuego idea introducida en la historiografia canaria por el poema epico de Antonio de Viana 17 Los guerreros guanches Editar No se puede precisar con exactitud el numero de guerreros guanches que participaron en la batalla de Acentejo Tanto fray Alonso de Espinosa como Torriani indican que el rey Bencomo tenia seis mil hombres de pelea en total 18 11 cifra que sin embargo es la indicada por el cronista portugues Gomes Eanes de Zurara para el contingente guerrero de toda la isla a mediados del siglo xv 19 Por otro lado tanto Espinosa como Torriani indican que eran solo trescientos los guerreros que Bencomo envio junto a su hermano sin mencionar cuantos acudieron luego junto al propio rey de Taoro 18 11 Para Rumeu de Armas las fuerzas guanches debian de triplicar por lo menos a las castellanas 20 mientras que Francisco Leon supone que las fuerzas guanches debian rondar los mil guerreros para ser capaces de sostener la lucha contra el ejercito castellano durante la batalla 21 Basados en estudios demograficos modernos sobre la poblacion guanche en el momento de la conquista se puede conjeturar un contingente guerrero para el bando de Taoro de unos mil cien guerreros 22 23 24 25 Tambien hay que tener en cuenta que se desconoce si las fuerzas de Bencomo estaban en este momento apoyadas por los restantes bandos de guerra sobre todo los mas proximos de Tacoronte y Tegueste lo que aumentaria las cifras de guerreros guanches sustancialmente 20 ArmamentoLos guanches utilizaban como armas lanzas y venablos de distintas maderas que eran aguzados y endurecidos al fuego Asimismo portaban mazas o garrotes y eran expertos en el lanzamiento de piedras 26 27 Como defensa utilizaban sus propios vestidos o tamarco enrollados en el brazo asi como unos pequenos escudos de madera de drago 26 28 La batalla EditarEscenario Editar La batalla se desarrollo en el entorno del barranco de Acentejo en el norte de la isla sin que se haya podido averiguar el punto exacto El fraile Espinosa dice simplemente que fue en un lugar espeso de monte cuesta arriba embarazoso de piedras matorrales y barrancos 29 Torriani indica tan solo que fue cerca de Centejo al pie de una montana 30 mientras que Abreu Galindo refiere que fue en un lugar estrecho y muy fragoso y aspero y de mucho monte 31 Para el medico Juan Bethencourt Alfonso la batalla fue en el tramo del barranco situado entre la Carretera General del Norte y la calle de Acentejo en el entorno que por ello se llamo Toscas de los Muertos 32 mientras que para Leandro Serra Fernandez de Moratin el combate se dio en el barranco de Cabrera moderno limite entre los municipios de La Matanza y El Sauzal 33 El historiador Manuel de Ossuna y van den Heede quien realizo una investigacion de campo entre vecinos de La Matanza y La Victoria sobre el asunto llega a la conclusion de que la batalla fue en la zona del barranco de Acentejo proxima al barrio de San Antonio en la cota de los 500 msnm 32 Por su parte Rumeu de Armas en su estudio sobre la conquista de Tenerife indica que debio darse sobre la cota de los 200 msnm en la zona de confluencia de los barrancos de Acentejo Bobadilla y de Cha Marta 34 Francisco Leon en su trabajo monografico sobre la batalla argumenta que la misma se dio no solo en el barranco en la zona de Bubaque sino a lo largo de la subida entre este y las montanas de San Antonio asi como en el denominado llano de Acentejo hacia el oeste 35 Desarrollo Editar Organizado el campamento de Anazo el capitan Lugo decide hacer una entrada hacia el reino de Taoro considerando que vencido este se le rendiria el resto de la isla El ejercito castellano avanza desde La Laguna por el norte de la isla sin encontrar mucha resistencia apoderandose de numerosas cabras y ovejas que iban encontrando por el camino Llegados a la region de Acentejo y no habiendo encontrado a los guanches deciden volver sobre sus pasos 36 37 38 Mientras tanto el rey Bencomo habia enviado a su hermano Himenechia o Chimenchia bautizado como Tinguaro por el poeta Antonio de Viana 39 con trescientos guerreros para que vigilaran y siguieran por el monte a los castellanos con el objeto de esperar la oportunidad de tenderles una emboscada mientras el acudia con el resto de su gente 36 40 41 30 Finalmente los guanches aprovechan el paso de los conquistadores por el barranco de Acentejo para atacar presentando ese lugar una desventaja tactica a los jinetes castellanos El ganado que llevaban como presa los conquistadores comienza a huir ante el silbo de los pastores guanches lo que provoca que el cuerpo del batallon se deshaga atacando los guanches con piedras dardos y lanzas cortando en dos las filas castellanas 29 42 41 Mas tarde se suman al combate el rey Bencomo con sus guerreros logrando la victoria sobre los castellanos despues de varias horas de encarnizado combate 43 42 41 El cronista Andres Bernaldez cura de los Palacios describe los hechos de la siguiente manera 44 les cometieron un dia despues de haber habido algunas divisiones entre los de la hueste e yendo peleando en pos de los guanchez por una sierra dieronse a flojera los christianos y a mal recaudo y los guanchez volvieron sobre ellos a pedradas muy esforzadamente y los christianos con su mal concierto volvieron huyendo malaventuradamente que nunca el buen capitan Alonso de Lugo se lo pudo resirtir y los guanchez tomaron tanto esfuerzo a pelear y seguir en pos de los que huian que desbarataron toda la hueste y siguieron el alcance hasta la mar y alli de ellos se metieron en los navios y de ellos se arrojaron a la mar y de ellos se enrocaban en los penascos barrancos y veras donde bate el mar y alli los mataban y de ellos desque crecia la mar los ahogaba Por su parte el dominico fray Alonso de Espinosa refiere en su obra 45 Cuando los espanoles se vieron en lugar tan peligroso donde no eran senores de valerse de sus armas ni de mandar sus caballos y que les tenian tomada la delantera y pasos pues volver atras no podian por no entregarse a las fuerzas de su enemigo y metersele en las manos la vanguardia iba muy adelante el cuerpo del batallon estaba deshecho y desbaratado porque el ganado por huir habiendo oido los silbos lo habia roto diose prisa la retaguardia para juntarse y hacerse un cuerpo que ya la vanguardia habia hecho alto para esperar Porque dando los guanches en los espanoles en aquel trabajoso paso como ellos venian cansados y no se podian juntar ni usar de sus armas y destreza aunque hacian su deber peleando varonilmente como el lugar les era contrario asi lo fue la fortuna que llevandolos de vencida fueron haciendo gran matanza en ellos Los castellanos supervivientes se baten en retirada El propio Alonso de Lugo huye a caballo con una herida en la boca de una pedrada salvandose gracias a que el soldado Pedro Benitez el Tuerto le da su propio caballo asi como a que el canario Pedro Mayor le cambio su capa azul por la roja del capitan pues los guanches le seguian reconociendolo como el comandante enemigo Asimismo Lugo recibio el auxilio de varios guanches del bando aliado de Guimar en su huida 46 47 La mayor parte de los conquistadores supervivientes huyo por los cerros hacia el real de Anazo siendo tradicion que el pueblo de La Esperanza tiene ese nombre debido a la esperanza de salvacion de los castellanos al divisar desde esa zona montanosa el campamento en la costa Otros supervivientes se refugiaron en los riscos costeros bajo el propio barranco de Acentejo siendo posteriormente rescatados por los bajeles enviados por Lugo desde Anazo 48 Resultado Editar La consecuencia mas inmediata de esta batalla fue la total derrota de los conquistadores quienes sufrieron la mayor perdida de vidas acontecida durante los casi cien anos que habia durado la conquista de Canarias Asimismo la derrota obligo a Alonso de Lugo a retirarse a Gran Canaria para preparar una nueva expedicion que terminara definitivamente con la anexion de Tenerife a la Corona de Castilla Fuentes contemporaneas indican que solo sobrevivieron sesenta jinetes y trescientos peones 49 Anecdotas de la batalla EditarLa tradicion historica recogida por fray Alonso de Espinosa incluye varios sucesos acontecidos durante e inmediatamente despues de la batalla que Rumeu de Armas clasifica en tres grupos unos de autenticidad comprobada otros verosimiles y aquellos claramente legendarios o fantasticos 50 La blasfemia de un soldadoPrevio a la batalla un soldado blasfemo diciendo voto a Dios que sin su ayuda pienso salir vencedor porque para tan poca y tan ruin gente no hemos menester su ayuda siendo considerado esto como causa de la derrota de los conquistadores El soldado blasfemo dice Espinosa fue el primero en morir al iniciarse el combate 51 El temblor de ManinidraJusto cuando van a ser atacados por los guanches Alonso de Lugo se da cuenta de que el canario Pedro Maninidra tenido por un valeroso caudillo temblaba a su lado Preguntado si temblaba de miedo Maninidra le contesta que no tiemblo de miedo que nunca lo tuve mas tiemblan las carnes pensando el estrecho en que el corazon las ha de meter hoy No obstante el propio Espinosa indica que ya en su epoca se dudaba si este dicho habia sido en esta batalla o en alguna otra habida durante las entradas en Berberia 29 52 El galano dicho de ChimenchiaCuando ya la batalla estaba decidida Bencomo encontro a su hermano descansando sobre una piedra entablandose la siguiente conversacion entre ambos segun Espinosa 51 Que haces ahi tan descuidado andando tu gente a la melena con sus enemigos Respondio el hermano con mucho peso y dijo Yo he hecho mi oficio de capitan en vencer y dar orden para ello hagan ahora los carniceros el suyo prosiguiendo la victoria que les he dado Juan Benitez entre los muertosDurante la batalla el conquistador Juan Benitez decidio hacerse el muerto para escapar de la matanza que realizaban los guanches Benitez permanecio dos dias haciendose el muerto entre los muertos 53 hasta que aprovecho que cerca pasaba un grupo de aborigenes escoltando por orden del rey Bencomo a unos treinta castellanos que se habian refugiado en una cueva camino del real de Santa Cruz Benitez se une al grupo sin ser sentido de inmediato por los guanches sin embargo estos terminan por percatarse de que habia uno mas entre los prisioneros No sabiendo que hacer los guanches envian noticia del asunto al mencey que decide perdonar a Benitez y lo envia con el resto a su campamento 46 Los canarios refugiados en la costaEntre los supervivientes se cuenta un grupo de canarios que se refugiaron en una baja o penasco de la costa hasta que fueron rescatados por los navios enviados por Alonso de Lugo desde Anazo 48 En una relacion anonima datada en los siglos xvii o xviii aparece recogida una historia que narra como este grupo de aborigenes de Gran Canaria durante el pequeno trayecto a nado hasta la baja se vieron atacados por un tiburon que mato a algunos de ellos Tras dos dias de espera en dicha roca su capitan llamado Maninidra decidio tirarse al mar con un cuchillo como arma con el fin de acabar con el tiburon y permitir el regreso a tierra de sus companeros Tras protegerse los brazos con una capa y unos pellejos enrollados se lanzo al mar y cuando el tiburon le ataco le hirio en el vientre varias veces hasta matarlo 54 Los guanches y la ballestaEspinosa refiere como mientras los guanches recogian los despojos de los muertos uno de ellos tomo una ballesta cargada y tanto la manosearon que se disparo matando a uno A partir de ese momento en viendo alguna ballesta rodeaban gran trecho por no pasar por donde estaba tanto miedo le cobraron 55 Trascendencia historica Editar Escudo heraldico municipal en el que se hace alusion a la batalla de Acentejo La batalla dejo su impronta en la toponimia de la isla pues la zona donde se desarrollo y el pueblo fundado en ella pasaron a llamarse La Matanza El propio ayuntamiento de la localidad incluyo en su escudo heraldico aprobado en 1987 una simbologia alusiva a la trascendental batalla En el primer cuartel del escudo se representan dos bastones o banotes cruzados sobre una ballesta lo que representa la victoria guanche sobre la castellana 56 57 Asimismo en la entrada a La Matanza desde la autopista del Norte de Tenerife existe un mural alegorico ejecutado por mandato del ayuntamiento matancero y disenado por el artista Rogelio Botanz que se ha convertido en una sena de identidad tanto del municipio como del nacionalismo canario 56 58 El mural pintado en 1990 y restaurado en 2015 representa en primer plano a un guanche haciendo sonar un bucio o caracola situandose detras un soldado castellano en actitud de derrota 56 58 Vease tambien EditarLa Matanza de Acentejo La Victoria de Acentejo Conquista de las islas Canarias Batalla de La Laguna Segunda batalla de AcentejoReferencias Editar Serra Rafols 1978 p 65 Rumeu de Armas 1975 pp 184 194 Alvarez Delgado 1960 pp 275 285 Rumeu de Armas 1975 p 199 Viera y Clavijo 1950 1952 p 182 Madoz 1848 p 297 Rumeu de Armas 1975 pp 127 175 178 Rumeu de Armas 1975 p 182 Espinosa 1952 pp 95 96 Espinosa 1952 p 95 a b c Torriani 1959 p 183 Abreu Galindo 1848 p 208 Rosa Olivera y Serra Rafols 1949 pp 112 113 Rumeu de Armas 1975 p 179 Alvarez Delgado 1960 pp 263 265 Rumeu de Armas 1975 p 184 Leon Alvarez 2008 pp 109 117 a b Espinosa 1952 p 97 Quartapelle 2015 p 93 a b Rumeu de Armas 1975 p 185 Leon Alvarez 2008 p 127 Rodriguez Martin 2000 p 29 Mederos Martin 2018 p 19 Macias Hernandez 1992 p 12 Martin Oval y Rodriguez Martin 2009 pp 109 124 a b Diego Cuscoy 1961 pp 506 507 Espinosa 1952 p 109 Espinosa 1952 p 43 a b c Espinosa 1952 p 98 a b Torriani 1959 p 184 Abreu Galindo 1848 p 209 a b Bethencourt Alfonso 1997 Serra Fernandez de Moratin Leandro 17 de octubre de 1899 Desbarato de Acentejo Diario de Tenerife pp 2 3 Consultado el 11 de agosto de 2019 Rumeu de Armas 1975 p 187 Leon Alvarez 2008 pp 193 195 207 a b Espinosa 1952 pp 97 98 Rumeu de Armas 1975 pp 185 186 Alvarez Delgado 1960 pp 277 278 Viana 1968 1971 p 132 Rumeu de Armas 1975 p 186 a b c Alvarez 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