María Bernaldo de Quirós
María de la Salud Bernaldo de Quirós y Bustillo (Madrid, 26 de marzo de 1898 – Madrid 26 de septiembre de 1983) fue la primera mujer en España en conseguir un título de piloto internacional de aeroplano. Aprobó el examen a principios de octubre de 1928 y recibió la licencia del Escuela Nacional Aeronáutica el 24 noviembre de 1928.[1][2] El primer piloto varón español, Benito Loygorri, había realizado su primer vuelo en España siete años antes.[3]
María de la Salud Bernaldo de Quirós y Bustillo | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | 26 de marzo de 1898 Madrid (España) | |
Fallecimiento | 26 de septiembre de 1983 (85 años) | |
Nacionalidad | Española | |
Información profesional | ||
Ocupación | Aviadora | |
Biografía
María de la Salud Bernaldo de Quirós y Bustillo nació en Madrid el 26 de marzo de 1898 y falleció el 26 de septiembre de 1983 en su piso de la calle Hermosilla en Madrid a los 85 años por causas naturales. Era la quinta hija de los aristócratas Rafael Bernaldo de Quirós y Mier y María de la Consolación Bustillo y Mendoza, IV Marquesa de los Altares, hija de la VI Condesa de Canilleros, ambas familias de ascendencia asturiana, de la localidad de Llanes y con mayor renombre de Ciudad Rodrigo, propietarios del Palacio de los Águila, también conocido como Casa del Príncipe Melito o del Marqués de los Altares.
Se casó dos veces, primero contrajo matrimonio con su primo Ramón Bernaldo de Quirós y Argüelles nacido el 5 de diciembre de 1889 en Llanes, III Marqués de Argüelles, hijo primogénito de Federico Bernaldo de Quirós y Mier, Caballero de la Orden Militar de Calatrava (1858-1929) y María Josefa de Argüelles y Díaz Pimienta (1869-1947) II Marquesa de Argüelles y Dama de la Reina Victoria Eugenia de Battenberg. Su gran belleza y simpatía sin duda enamoró a su primo. El enlace tuvo lugar el sábado 1 de septiembre de 1917 en la Capilla del palacio de Los Altares (Llanes), para aquel entonces su madre ya había fallecido, la ceremonia fue solmene, bendiciendo la unión el Nuncio de Su Santidad, ayudado del obispo de Oviedo. La novia, que era muy guapa, conocida familiarmente como “eca” de muñeca, vestía un traje blanco de “point d'Alençon” con manto de tisú de plata. Los contrayentes fueron apadrinados por la marquesa de Argüelles y el marqués viudo de los Altares, actuando como testigos, por parte del novio, el expresidente del consejo Don Antonio Maura y lo marqueses de Vista Alegre y Canillejas, y por la novia, los marqueses de Armendáriz y Altares y don Francisco Bernaldo de Quirós. Después del banquete los novios se dirigieron a Villahormes en automóvil, ya que era tradición familiar pasar la luna de miel en el palacio de La Espriella. Durante el resto de la velada, en el palacio de Los Altares hubo un gran baile. Días posteriores realizaron el viaje de luna de miel por las playas del norte de España. A su regreso a Madrid, se instalaron en un elegante piso en el Paseo de la Castellana. María de la Salud, poseía una gran tenacidad y perseverancia, además de una gran belleza, alta, delicada, femenina, presumida, coqueta, inteligente, distinguida, valiente, luchadora, enamorada del campo, los animales, perros, las joyas, la bisutería, la moda, los complementos, accesorios, vestir adelantada a su época, como se puede apreciar en todas sus fotos.
Fruto de este matrimonio nacerían dos hijos. Primero nació la niña en 1918 cuyo nombre era el mismo que su madre, María de la Salud. La niña lloraba y se quejaba continuamente, su madre pasaba las noches en vela sin dormir ni descansar tan solo un instante al cuidado de su hija. Sus padres y abuelos no escatimaron, tuvieron la suerte de poder hacerlo y acudieron a los mejores médicos. Debido quizás a la consanguinidad nació enferma y con alguna malformación. Falleció el 28 de febrero de 1919. Pero la desgracia le seguía persiguiendo, al poco tiempo su marido enfermó de gripe española, y nada pudo hacerse. Murió en Madrid el 3 de marzo de 1919, padre e hija fueron enterrados juntos en el panteón familiar de Villahormes. En marzo de 1920 naceria su hijo póstumo, llamado Ramón, quien fallecería en enero de 1922.
Viuda y sin descendencia, María se casó en segundas nupcias con José Manuel Sánchez-Arjona y de Velasco, procedente de una acaudalada familia sevillana, fijando su residencia en la Casa de los Vázquez. Fue edificada a comienzos del s. XVI por Francisco Vázquez, llamado el Indiano. La portada, abierta en ángulo, es gótica con decoración vegetal y enmarcada por alfiz. Sobre ella el escudo inclinado de los Vázquez. Sucedieron en este mayorazgo los Águila y en el s. XIX recayó por herencia en los Bernaldo de Quirós, siendo María de la Salud la que redecoró su interior en 1923 con artesonados, azulejos y vidrieras. Ofreció hospedaje al rey don Alfonso XIII en 1928 cuando visitó Ciudad Rodrigo. Actualmente es oficina de Correos desde 1944, año en el que María de la Salud la vendió. Ella nunca estuvo enamorada de él a diferencia de su primer matrimonio. Ambos compartían mismas experiencias y dolor, pensando que sobre eso se podría construir un matrimonio. Él era un hombre serio, cumplidor, juicioso, monárquico, conservador y católico a ultranza, soso, enemigo de las fiestas, demasiado tradicional, viajaba y trabajaba muchas horas, no prestaba atención a las inquietudes de su mujer, en definitiva: eran polos opuestos. Esa vida en Ciudad Rodrigo no casaba con el carácter independiente de María de la Salud. Se divorció de su marido en 1933, -al parecer desde 1930 ya se había producido el distanciamiento con su segundo marido- convirtiéndose en una de las primeras mujeres que aprovechó la Ley del Divorcio de 1932 de la Segunda República.[4]
El día 27 de junio de 1928, María Bernaldo de Quirós recibió de manos de la reina doña Victoria el brazal y el título de dama-enfermera de la Cruz Roja, maniobra que tal vez la aviadora pudo utilizar de algún modo para pretender su empleabilidad en el ejército, o su seria consideración y valía en el mismo, tras la negativa del Real Aeroclub de admitir a las mujeres como verdaderas aviadoras de oficio.
María de la Salud expresó en un artículo su deseo de que el gobierno promocionara la aviación privada en España y siempre hizo gala de las aptitudes que poseían las mujeres para la aviación. Por ello, aprovechó la oferta de la empresa inglesa de aviones De Havilland Aircraft Company, la cual le ofreció un contrato de promoción: María de la Salud compró una avioneta biplaza Havilland DH60G Gipsy Moth que ella misma bautizaría como “mosquito” a mitad de precio, con la condición de realizar una turné por España promocionando el aparato. Así fue como encontró la manera de volar y acumular horas de vuelo. Si se estropeaba, no podía usar ningún aparato del Real Aero Club: como mujer, no le estaba permitido.
María de la Salud Bernaldo de Quirós tras su divorcio empieza sus clases de vuelo con el entonces comandante José Rodríguez Díaz de Lecea en un de Havilland DH.60 Polilla. Recibió el 28 de noviembre de 1928 su licencia del Real Aeroclub de España en Getafe el aeródromo al sur de Madrid. Rodríguez y Díaz de Lecea consideró a María de la Salud como una alumna excepcional, y le permitió hacer su “vuelo de suelta” el día 7 de octubre de 1928 con una avioneta De Havilland D.H 60 “Moth” (c/n 491), matrícula civil M-CCAA, provista de un motor Cirrus II de 85 cv, perteneciente al Real Aero Club de España. Para celebrar el título fue invitada a una fiesta organizada por la revista Motoavión en Getafe y realizó un vuelo sin instrumentos desde ese aeródromo hasta la localidad de Chinchón, invitada por el torero Marcial Lalanda para presenciar una corrida benéfica.
La prensa del momento reconoció su labor en la aviación y participó en varias exhibiciones en el norte de España, tuvo ocasión de acudir a un concurso de aviación que se celebró en San Sebastián, siendo la primera persona que aterrizó en el aeródromo de Lasarte, cuando ningún hombre lo había hecho antes aún. Después aterrizó en Vitoria el 29 de julio de 1929, a continuación tres días de exhibición en Oviedo, el 23 de agosto de 1929 aterrizó en el playa de San Lorenzo en Gijón y de ahí partió a la Coruña el 5 de septiembre de 1929 donde participó en el acto de bienvenida al Infante Don Jaime de Borbón y Battemberg, Duque de Segovia, sobrevolando su coche y lanzando flores a su paso. Después a voló a Vigo a mediados de septiembre donde protagonizó el saque de honor en un partido de fútbol. En Tineo en 1929, con motivo de las fiestas de San Roque, se decidió incluir en el programa de festejos la exhibición aérea de María.
Siguió la moda imperante entre el personal del Real Aero Club de realizar bautismos aéreos a entusiastas de la aviación. En un primer momento se contrarió al comprobar que no había ningún aspirante masculino que quisiera volar con ella, pero quedó gratificada por las numerosas peticiones que recibió del público femenino que se incrementaron con motivo de una fiesta de la Aviación. Ello le permitió volar con relativa asiduidad, aunque mucha menos de la que le hubiera gustado. La aviación era un espectáculo público y volar un símbolo de libertad. Desde su infancia anhelaba “volar con sus propias alas y no con alas ajenas”, como habían hecho ya otras aviadoras famosas, por lo que se propuso lograrlo por encima de todo. Fue a partir de ese momento, cuando se multiplicaron los bautismos de aire por toda la geografía española, en los que María se convirtió en la mayor atracción para las mujeres: hasta 200 mujeres participaron en ellos entre los años 1928 y 1930. María de la Salud acaparaba todas las portadas de los periódicos de la época. Desde finales de 1928, distintas asociaciones, revistas o empresas, comenzaron a promover los vuelos gratuitos como forma de publicarse. El éxito de los bautizos de aire, por la publicidad que tuvieron y el boca - boca de la gente, incrementaron considerablemente las demandas de vuelo, las solicitudes se amontonaban, por lo que para las siguientes convocatorias de Motoavión hubo que realizar sorteos de las plazas disponibles entre los solicitantes.
Todos estos vuelos debieron de compensarle los sinsabores producidos por la mentalidad machista de la época, reflejada en la negativa del Real Aero Club para admitirla como socio. Además, el 17 de enero de 1929, Alfredo Kindelán Duany, jefe superior de la Aeronáutica, rechazó una petición firmada por más de medio de centenar de miembros del Real Aero Club en la que se solicitaba para María de la Salud la concesión del título y emblema de aviadora honoraria. Kindelán argumentaba que, según la ley vigente en aquella época, esa distinción sólo se le concedía al personal militar de países extranjeros. Jamás fue reconocida en vida, no se le otorgó ningún premio o insignia.
Pese a todo, María de la Salud gozó de mucha popularidad entre los pilotos de Getafe y las aviadoras extranjeras, quienes cariñosamente le apodaron como “Miss Golondrina” por su gran dominio en las acrobacias. También era conocida como la Dama del Aire. En Asturias además llegó a dar clases de vuelo a algunos aspirantes a piloto. En la cúspide de su fama, en 1929 fue entrevistada en Unión Radio (Entrevistas deportivas por Carlos Fuertes) durante el descanso de la transmisión del concierto de la Banda Sinfónica Municipal de Madrid, dirigida por el maestro José Martín Domingo, el verdadero prime time de la época.
Se posicionó como una "mujer moderna" en varias entrevistas publicadas en la prensa. En una ocasión, comentó: "A medida que la opinión pública evoluciona, la gente se dará cuenta de que las mujeres pueden hacer algo más que simplemente bordar. Pese a su corta carrera aeronáutica, sirvió de ejemplo a muchas otras jóvenes españolas que se iniciaron en el vuelo sin motor y quisieron obtener su título de piloto. A mediados de los años 30, mientras la aviación mundial contaba con notables aviadoras que realizaban proezas en vuelo, en España se perdía el rastro de sus pioneras. Como tantas otras mujeres de su generación que habían sido un ejemplo de superación femenina, su historia se difumina, sus méritos se silencian y de la admiración pública que no familiar pasó al olvido.
Durante la Guerra Civil española, lo único que se le puede atribuir es muy al comienzo algunos servicios “de enlace y reconocimiento” con avionetas. Lo cierto es que a medida que avanzaba el conflicto cesó por completo su actividad aeronáutica. No era su intención participar en la guerra ni mucho menos matar a nadie. María nunca más volvió a volar de forma pública. A causa de la Guerra Civil española se ha sabido poco más de su vida posterior. Continuó su relación de amistad con Díaz de Lecea quien contraeria matrimonio con una pariente suya y con los años fue una figura activa del franquismo y Ministro del Aire de 1957 a 1962[4] hasta la muerte del militar y político en 1967.
Legado
Después de la Guerra Civil española en la cual nunca participó, regresó a Madrid. Su carrera como aviadora terminó y decidió dedicarse en exclusiva a su familia, cosa que siguió haciendo hasta la fecha de su fallecimiento. Además, como mujer luchadora que fue consiguió resurgir las fiestas de La Virgen de la Salud en 1973 en Pancar (Llanes).
Una calle en Ciudad Rodrigo lleva su nombre. En 2020, la aerolínea Iberia bautizó a uno de sus nuevos A320-Neo con su nombre.
Véase también
Referencias
- «María Bernaldo de Quirós, pionera en volar y en divorciarse». El Español. 15 de octubre de 2016. Consultado el 28 de diciembre de 2016.
- «María Bernaldo de Quirós: Primera aviadora española]author=Orellana Palomares, Almudena». Asparkia, No. 27. 2015. Consultado el 28 de diciembre de 2016.
- «Benito Loygorri, el primer piloto de avión español». Alpoma. 3 de junio de 2016. Consultado el 28 de diciembre de 2016.
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Enlaces externos
- GUITER, G. (5 de julio de 2021). ««Miss golondrina», la aviadora asturiana que cayó en el olvido». La Voz de Asturias. «Iberia rinde homenaje con el nombre de un avión a la primera piloto civil de España, la aristócrata María Bernaldo de Quirós».
https://www.elespanol.com/cultura/historia/20161014/162984109_0.html