La herida de la esfinge
La herida de la esfinge (Capriccio romántico) es una novela del escritor catalán Terenci Moix. Publicada por primera vez por entregas en el periódico barcelonés La Vanguardia, para el que se escribió por encargo, La herida de la Esfinge fue publicada después, en 1991, en su forma íntegra y definitiva por la Editorial Planeta.
Junto con Terenci del Nilo (1983), No digas que fue un sueño (1986), El sueño de Alejandría (1988), El amargo don de la belleza (1995) y El arpista ciego (2002), La herida de la esfinge pertenece al ciclo de novelas sobre Egipto del autor.
Aunque su trama la convierta también en una novela de misterio, La herida de la esfinge se desarrolla esencialmente en clave cómica, cayendo a menudo incluso en lo grotesco. No obstante, la obra se puede considerar al tiempo un alarde de erudición por parte de su autor, que logra abordar en ella argumentos trascendentales, en su día pilares esenciales para la cultura del Egipto antiguo y otros que siguen turbando al lector actual, tales como la muerte, la vida en el más allá, el eterno retorno, la transmigración de las almas, el complejo de Edipo, el desengaño amoroso…
Trama de La herida de la esfinge
Resuelto a enfrentarse al marido de su amante española, doña Liberata de Montesillón, un joven aristócrata inglés bastante hastiado de la vida, Geoffrey Mortimer, parte, en la primavera de 1881, hacia el lejano y misterioso Egipto. Allí es recibido por el copto Petros, ayudante de Gaston Maspero, prestigioso egiptólogo y jefe del Servicio de Antigüedades, para quien trabaja el esposo de Liberata, el especialista en estudios arqueobotánicos Maxine de Mogador. Quien, lejos de luchar por el amor de la dama, le expresa su intención de cederle enteramente a su esposa, sobrina a su vez y antigua amante de una mezzosoprano valenciana extremadamente ordinaria, Visanteta Chufa, llegada por las fechas a Egipto con la intención de convencer a Maspero de que escriba para ella una ópera a la altura de Verdi y su Aída. Mogador, en realidad, mantiene una satisfactoria relación incestuosa con su madre, que es también la de Petros, pues ambos son hermanastros.
El protagonista, que a pesar de haber sido seducido por la madre de Petros, hacia quien el inglés nutre una atracción cada vez mayor, no logra consumar esa relación fugaz, descubre que el copto es al tiempo hermanastro suyo, como también es su medio hermano el primo de doña Liberata, Segundo de Montesillón, a quien amó antes que a la española y presuntamente huido con un marinero, pero en realidad miembro de una congregación monástica donde espera expiar sus culpas pasando el resto de sus días como un ermitaño en la Tebaida, donde revela al desgraciado inglés que doña Liberata también es hermanastra suya.
Paralelamente a tales enredos amorosos, la trama se desarrolla en un segundo plano que se relaciona con el tráfico de antigüedades. Nada más llegar a Egipto, el protagonista recibe de manos del pequeño Mikene, quien se diría un simple ladronzuelo, una cruz de la vida que Petros sospecha fruto de vulgar saqueo. El muchacho parecerá perseguir con pertinaz determinación al inglés, al que, no se sabe bien si en sueños o de veras, disparará tras salir de lo alto de la cabeza de la Gran Esfinge de Guiza, vestido de faraoncito, y al que acabará sirviendo como criado. Por otro lado, el protagonista acompañará a Petros en su viaje a Gurna, ciudad de saqueadores, donde su misión consistirá en supervisar el traslado de las momias reales de Deir el-Bahari. Allí, el atribulado inglés descubrirá el significado de las herméticas advertencias de su misterioso y altivo criado —perecido en las aguas del Nilo como el divino Antinoo—, en realidad su hermano y compañero de juegos tres mil años atrás, aunque el protagonista haya sido incapaz de recordar aquella lejana vida hasta no tener delante su propia momia.
Significado del título La herida de la esfinge
El título de la obra alude al episodio en el cual, durante un paseo nocturno por el desierto, el protagonista recibe el disparo del pequeño Mikene, surgido de lo alto de la cabeza de la esfinge con las ropas de un antiguo soberano.
No obstante, muy probablemente el título también evoca la fascinación ejercida por Egipto sobre los viajeros del siglo XIX que llegaron a pisarlo —enamorados ya para siempre del lugar como si Cupido les hubiese lanzados sus flechas—, a quienes la novela rinde obvio homenaje.
Personajes principales
- Geoffrey Mortimer. Es el viajero inglés protagonista.
- Mikene. Siervo egipcio del protagonista.
- Doña Liberata de Montesillón. Amante del protagonista y esposa de Maxine de Mogador.
- Gaston Maspero. Prestigioso egiptólogo, jefe del Servicio de Antigüedades en Egipto.
- Maxine de Mogador. Egiptólogo francés, esposo de doña Liberata y hermanastro de Petros.
- Segundo de Montesillón. Antiguo amante del protagonista y primo de doña Liberata. Hermano Getsemaní es su nombre como monje.
- Visanteta Chufa. Mezzosoprano valenciana, antigua amante de doña Liberata, de la que al tiempo es tía. Su nombre artístico es Ifigenia La Chufe
- Petros. Ayudante copto de Gaston Maspero, hermanastro del protagonista, de Maxine de Mogador, de Segundo de Montesillón y de doña Liberata.
- Dama Constantina. Madre de Petros y Maxine de Mogador, quien es también su amante.
Personalidades del mundo de la cultura y el arte mencionados
Mustafa Agha Ayad, vicecónsul de Inglaterra, Bélgica y Rusia en Egipto.
Enlaces externos
Reseña de Joaquín Marco sobre La herida de la esfinge publicada en ABC literario 24/01/1992, p. 10