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La Orden de Toledo

La Orden de Toledo fue una asociación vanguardista de escritores y artistas jóvenes estudiando en Madrid que viajaban a menudo Toledo. Los miembros se sumergían en la mística de las calles laberínticas y la historia mosaica de la ciudad. La orden se fundó por Luis Buñuel en el centenario restaurante Venta de Aires en 1923 y aceptaba miembros hasta 1936. Salvador Dalí, Federico García Lorca y Rafael Alberti fueron algunos de los miembros más luminarios en el mundo artístico español e internacional. El día 23 de febrero de 2019, recogiendo la tradición de la orden original, los becarios de la ilustre Residencia de Estudiantes refundan la Nueva Orden de Toledo. En esta ocasión, la asociación cuenta entre sus filas con jóvenes escritores, artistas y científicos.

Orígenes

De acuerdo con sus memorias, la primera visita de Buñuel a Toledo fue en 1921. Él estaba enamorado de inmediato con el “ambiente indefinible” de la ciudad.[1]​ Volvía frecuentemente a la ciudad con sus amigos de la Residencia de Estudiantes de la Calle Pinar en Madrid durante los fines de semana. En 1923, después de beber demasiado en las tabernas de Toledo, se inspiró a formalizar las visitas espontáneas en el típico restaurante de Toledo Venta de Aires, que les sirvió como refugio:

 
La Catedral de Toledo

"Me paseo por el claustro gótico de la catedral, completamente borracho, cuando, de pronto, oigo cantar miles de pájaros y algo me dice que debo entrar inmediatamente en los Carmelitas, no para hacerme fraile, sino para robar la caja del convento. Me voy al convento, el portero me abre la puerta y viene un fraile. Le hablo de mi sumito y ferviente deseo de hacerme carmelita. Él, que sin duda ha notado el olor a vino, me acompaña a la puerta. Al día siguiente tomé la decisión de fundar la <<Orden de Toledo.>>"[1]

El propósito de la Orden era vagar por las calles en la búsqueda de aventuras individuales. Los miembros anticipados fueron iniciados cuando las campanas de la Catedral tañeron a la una de la mañana. En sus memorias, Rafael Alberti cuenta su iniciación. Fue traído a la Plaza de Santo Domingo. Los otros miembros aparecían, uno por uno, cubiertos en sábanas blancas, “fantasmas de otro tiempo, en la callada irrealidad de la penumbra toledana."[2]​ Después, fue abandonado hasta la madrugada, vagando solo por las calles durante las horas en que la ciudad “parece estrecharse, complicarse aún más en su fantasmagórico y mudo laberinto.”[2]

 
El monasterio de Santo Domingo el Real

Este tema del paseo solo, como si fuera atrapado entre conciencia e inconsciencia, era importantísimo en los orígenes de la Orden. Los miembros se inspiraban en el sitio de Toledo, buscando todo lo intrigante, lo confundido, lo fascinado.

Lista completa de los miembros

Condestable: Luis Buñuel[3]

Secretario: Pepín Bello[3]

Caballeros fundadores: Pedro Garfias, Augusto Centeno, José Uzelay, Rafael Sánchez Ventura, Federico García Lorca, Francisco (Paco) García Lorca, Ernestina González.[3]

Caballeros: Hernando y Lulu Viñes, Rafael Alberti, José Barradas, Gustavo Durán, Eduardo Ugarte, Jeanne Buñuel, Monique Lacombe, Margarita Manso, María Luisa González, Ricardo Urgoiti, Antonio G. Solalinde, Salvador Dalí, José M. Hinojosa, María Teresa León, René Crével, Pierre Unik.[3]

Escuderos: Georges Sadoul, Roger Désormieres, Colette Steinlen, Elie Lotar, Aliette Legendre, Madeleine Chantal, Delia del Carril, Helene Tasnon, Carmina Castillo Manso, Nuñez, Mondolot, Norah Sadoul, Pilar Bayona, Manolo A. Ortiz, Ana María Custodio.[3]

Jefe de invitado de escuderos: José Moreno Villa.[3]

Invitados de escudero: Luis Lacasa, Rubio Sacristán, Julio Bayona, Carlos Castillo G. Negrete.[3]

Invitado de invitado de escudero: Juan Vicens, Marcelino Pascua.[3]

Reglas

Aunque el nombre de la orden sugiera un propósito político, religioso, o militar, la Orden en realidad fue una oportunidad para que los jóvenes pudieran explorar sin limitación. No obstante, en su propia moda bohemia, la Orden se operaba bajo algunas reglas estrictas, nombradas en los papeles de Buñuel:[1]

  • Cada uno debía aportar diez pesetas a la caja común, es decir, pagarme diez pesetas por alojamiento y comida.
  • Había que ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y ponerse en disposición de vivir las más inolvidables experiencias.
  • La fonda en la que nos hospedábamos, lejos de los hoteles convencionales, era casi siempre la «Posada de la Sangre», donde Cervantes situó La ilustre fregona. La posada apenas había cambiado desde aquellos tiempos: burros en el corral, carreteros, sabanas sucias y estudiantes. Por supuesto, nada de agua corriente.
  • Los miembros de la «Orden» tenían prohibido lavarse durante su permanencia en la ciudad santa.
  • Comíamos casi siempre en tascas, como la «Venta de Aires», en las afueras, donde siempre pedíamos tortilla a caballo (con carnes de cerdo) y una perdiz y vino blanco de Yepes.
  • Al regreso, a pie, hacíamos un alto obligado en la tumba del cardenal Tavera, esculpida por Berruguete. Unos minutos de recogimiento delante de la estatua yacente del cardenal, muerto de alabastro, de mejillas pálidas y hundidas, captado por el escultor una o dos horas antes de que empezara la putrefacción.
  • Después, subíamos a la ciudad para perdemos en el laberinto de sus calles, acechando la aventura
  • Para acceder al rango de caballero había que:
    • Amar a Toledo sin reserva
    • Emborracharse por lo menos durante toda una noche
    • Vagar por las calles
  • Los que preferían acostarse temprano no podían optar más que al título de escudero.

La relación de la Orden con la ciudad

La mística de Toledo inspiró la creación de la Orden y el retorno de los miembros, no solo durante los años en que existían la Orden, pero también durante el resto de sus vidas. Toledo es una ciudad con una historia muy larga y sinuosa, desde la Antigüedad hasta ahora. Ha sido la sede de los concilios del Sacro Imperio Romano Germánico y también la capital de España. Por siglos en Toledo había convivencia entre los cristianos, los moros y los judíos—una diversidad que subraya la gran fecundidad cultural de la ciudad. En el siglo XVI, cuando el capital se trasladó desde Toledo a Madrid, Toledo perdió su renombre anterior. Durante la época romántica, Toledo fue redescubierto y se hacía un destino turístico muy popular.

 
Vista de Toledo por El Greco (1599). El Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.

Representaciones románticas—las visuales de El Greco y las literarias de Bécquer--fueron fundamentales para la perspectiva de la Orden. Alberti menciona en un cuento de su iniciación cómo las iglesias de la Plaza de Santo Domingo el Real ”en la noche son como descendidas de algún anubarrado y misterioso firmamento del Greco.”[2]​ Este momento indica un toque surrealista de la Orden—despertando y soñando adentro y afuera de la conciencia individual. A Bécquer le fascinaba Toledo en el siglo XIX, volviendo habitualmente para escribir e idear. Amaba “su singularidad urbana, compendio y síntesis espacial de múltiples culturas, el misterio que impregnaba sus calles antiguas y laberínticas, al margen del progreso.”[4]​ La ciudad era una especie de ruinas vivas—un sitio a la vez antiguo y olvidado, pero indudablemente fresco.

La Orden, aunque absorbiera la esencia de la fascinación romántica con Toledo, también la trascendió. Lo que distinguió la Orden de los románticos fue la voluntad de sumergirse, no solo observar. Dentro de la Orden fue “la invitación a la pérdida (dejarse llevar) como una forma de continuo descubrimiento de esta ciudad y de poder vivir experiencias personales en ella, más allá de los habituales recorridos de los viajes y paseos propios de tradición anterior.”[3]

Las visitas de Toledo fueron marcados por los rituales de tiempo y espacio. Como explicaba Pepín Bello en una entrevista,[3]​ los sábados por la tarde los miembros salían por tren desde Madrid hacia la estación de Toledo, de ahí caminaban hacia la Plaza de Zocodover y sorbían el vino tinto. Conversaban y cenaban, alimentándose para los vagos nocturnales. Podía que vistieran a la Plaza de Santo Domingo el Antiguo o la bibliotequita de Bécquer, callejeando hasta la madrugada. Entonces, regresaban a la Posada de la Sangre, siempre sucia, pero, en su antigüedad e inalterabilidad, tan inimitable. Por la mañana, después de pocas horas de dormir, se reunían en Zocodover, esta vez para el café. Seguían la visita—a la catedral, al Alcázar, al sepulcro del Cardenal Tavera—o sea, a todos los puntos altos, medios y bajos de la ciudad. El homenaje siempre se concluyó con cena en la Venta de Aires.

La Orden entró en un panteón literario e histórico de pensamientos itinerantes en la ciudad. No obstante, exploraba más allá de estos predecesores y sus recorridos turísticos:

"Los caballeros de la Orden de Toledo no iban a la ciudad matriz en busca de los detalles que emboban a los turistas, sino de experiencias personales. En vez de alojarse en los hoteles señalados por las Guías, se acomodaban en las Posadas de la Santa Hermandad o de La Sangre, entre arrieros, burros y telarañas que seguían siendo los mismos que en tiempos de los Reyes Católicos o de Cervantes. Cenaban y bebían sin continencia y se lanzaban luego al laberinto de las callejuelas que, desde luego, estaban menos alumbradas que ellos. Hacían mofa de los monumentos consagrados, pero besaban las piedras por las que habían pisado generaciones y razas y mucha gente como ellos, los Grecos, Lope de Vegas, Cervantes, Herreras, Quevedos, Calderones. Alucinados e inquietos, buscaban sitios de miedo; caminaban esperando sorpresas."[5]

Actividades

El lugar siempre era el mismo, pero las aventuras eran diferentes. Buñuel cuenta una noche tarde y nevada cuando él y Ugarte oyeron niños recitando las tablas de multiplicar, luego se reían antes de que el maestro les reprendiera. Buñuel, sentado en los hombros de Ugarte para ver lo que pasaba adentro del edificio, vio nada excepto oscuridad y oyó nada excepto silencio.[1]​ Otras veces, animados por el alcohol, los miembros besaban el suelo, trepaban la torre de la campana de la Catedral, escuchaban los cantos de los monjes o leían en voz alta poesías, disfrutando de cómo “resonaban en las paredes de la antigua capital de España, ciudad ibérica, romana, visigótica, judía y cristiana.”[1]

María Teresa León, mujer de Rafael Alberti y miembro de la Orden, describe las actividades de la Orden como aún más traviesos:

"Los Hermanos de la Orden de Toledo hablaban alto, opinaban, escandalizaban. Hasta cantaban mirando a las chicas o inventaban palabras para lanzarlas como dardos contra los muros y hasta frases que eran alabanza y requiebro. Desbordábamos una alegría que no iba demasiado bien con aquella ciudad amurallada, siempre a la defensiva. Debieron creernos invasores. Invasores que caminaban sobre el pecho de la Historia de España igual que las chinches de la Posada de la Sangre sobre el pecho de Rafael."[3]

Las actividades de la Orden de repente terminaron en el julio de 1936 cuando Francisco Franco tomó Toledo en el Asedio del Alcázar en el primer año de la Guerra Civil Española. Los miembros se dispersaron durante la guerra, la Segunda Guerra Mundial y el periodo siguiente—algunos huyeron; algunos lucharon; algunos fueron exiliados; otros fueron fusilados. Buñuel escribe en sus memorias que, al principio de la Guerra Civil Española, una brigada anarquista en Madrid descubrió una caja etiquetada “Orden de Toledo” durante un registro. El hombre que guardaba la caja trató de explicar que el nombre no significó un título noble. Sin embargo, al fin, le costó la vida.[1]

La memoria de la Orden

La aventura fue esporádica, y aunque no sirvió para revitalizar la adormecida cultura toledana sí caló en sus protagonistas, como una fogonada más en aquella formación rebelde y vanguardista que desembocó en las principales creaciones de avanzada de la cinematografía, literatura y arte españoles.[6]

Durante la Guerra Civil Española, Buñuel fue exiliado de España. No se permitió volver hasta los años 60—y entonces solo por un tiempo--para rodar sus películas. La primera película que hizo después de exilio fue Viridiana, filmada en Toledo. En los años siguientes, Buñuel ponía Toledo en sus filmes no solo como telón de fondo, pero también como una presencia persistente, un personaje en su propio derecho.

Tristana (1970) es un caso interesante en la memoria simultánea hecha por Buñuel de la ciudad de Toledo y la Orden de Toledo. La trama sigue la progresión de Tristana desde huérfana joven abusada sexualmente por su tutor, Don Lope, hasta una mujer amargada capaz de crueldad emocional inmensa. La ambientación toledana es central al desarrollo de Tristana. En una elipsis que comienza y termina con un paseo por la ciudad (en sí misma evocadora del retorno propio de Buñuel), Tristana aguanta giros y vueltas psicológicas parecidas a la constricción palpable de las calles estrechas y serpenteantes. En la tumba del Cardenal Tavera, Tristana se cierne—como si fuera lista para besar los labios de mármol—en el momento final de su inocencia.

Quizás la presencia toledana más significante en el filme sea la Catedral—o, mejor dicho, la campana de la Catedral, destacada reiteradamente en las vistas y sonidos de la película. La campana es más prominente como una pesadilla (y luego una fantasía), mientras Tristana sueña que el badajo ha metamorfoseado en la cabeza cortada de su tutor. La primera vez que tiene Tristana esta visión señala la consumación inminente de la relación sexual entre Tristana y Don Lope y la última la muerte inminente de él. La campana, entonces, es un presagio, pero también un recuerdo:

 
La torre de campanas de la catedral de Toledo

El itinerario de Tristana es el de su propia vida que, en un rapidísimo final de la película, pasa ante nosotros como un sueño onírico hecho pesadilla en la identidad de la cabeza-campana de un D. Lope significando el tañido inmodificable de una sociedad estancada… Sin embargo, subyaciendo a ese mundo estático, momificado y sin salida, Buñuel expone el movimiento tormentoso del subconsciente. Lo real está detenido, pero lo imaginario bulle en deseos y venganzas.[4]

En sus propias exploraciones toledanas, Buñuel volvía frecuentemente a la torre de la campana, considerándola como una parada obligatoria en las actividades nocturnales de la Orden. En el filme, esta reverencia se revela claramente en el tañido de la campana, consciente e inconsciente, evocando la memoria de la Orden en sus vagos surrealistas. Tristana está basado en una novela del mismo título publicado por Benito Pérez Galdós en 1892. El escenario de la novela es Madrid en los finales del siglo XIX. Buñuel trasladó la historia al Toledo a los principios del siglo XX, y de esa manera, Buñuel hace no solo un retorno espacial a la ciudad sagrada, pero también un retorno espiritual y temporal—o sea, está volviendo al Toledo conocido por la Orden. Este retorno, no obstante, no es tan explícito, tampoco es completo. El Toledo de la Orden había cambiado irrevocablemente durante la sucesión de las guerras, Franco y la modernidad. Buñuel también había cambiado, y, de hecho, en el resto de su vida, nunca regresaba completamente; su tiempo en España duró solo mientras rodaba sus filmes.

En 2001, Carlos Saura, que conoció a y trabajó con Buñuel, reanudó la elipsis de Buñuel en Toledo con su película Buñuel y la mesa del rey Salomón. La trama sigue el viejo Buñuel regresando a España después de su exilio para trabajar en una película sobre la leyenda de la Mesa, un espejo imbuido con el poder de conocimiento absoluto del pasado, presente y futuro y supuestamente escondido en algún lugar de Toledo. En los flashbacks, Buñuel se reúne con Salvador Dalí y Federico García Lorca, caballeros compañeros de la Orden, para buscar la Mesa en los años 20 en Toledo. Por fin, en una fusión cinemática de memoria y fantasía, Buñuel hace un retorno completo a su ciudad querida para “enfrentarse a sus propios fantasmas, entretejidos de un modo inseparable con los de la historia y el país al que esa ciudad ha venido sirviendo como capital espiritual.”[3]

En hacer la película que Buñuel nunca hacía y devolverlo al Toledo que había perdido para siempre, La mesa del rey Salomón asegura que la orden sobreviva no solo como un recuerdo de la ciudad sino como un recuerdo en sí mismo—un lugar trascendente y multigeneracional de inspiración e imaginación artística y espiritual. "Aquellos maravillosos años circulan aún por nuestras venas, fecundándonos, cegándonos con deslumbrador recuerdo."[2]

Referencias

  1. Luis Buñuel, Mi último suspiro (Esplegues de Llobregat (Barcelona): Plaza & Janes, 1982).
  2. Rafael Alberti, La arboleda perdida (Barcelona: Seix Barral, 1975).
  3. La Orden de Toledo: Un recorrido vanguardista 1923-1936 (Toledo: Laboratorio de Creaciones Intermedia, 2005), PDF.
  4. María Soledad Fernández Utrera, Buñuel en Toledo: Arte público, acción cultural y vanguardia (Woodbridge, Suffolk, U.K.: Boydell and Brewer, 2016).
  5. José Moreno Villa: La Orden de Toledo, Boletín de la Fundación Federico García Lorca, no 16, December 1994, 92-93. Tomado por: R. Sánchez-Mateos Paniagua: “La Orden de Toledo” (2016).
  6. Angelina Serrano de la Cruz Peinado, "La <<orden de Toledo>>: Una aventura en el Toledo de los años 20," Añil: Cuadernos de Castilla - La Mancha 16 (Winter 1998): 56.
  •   Datos: Q3355530

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La Orden de Toledo fue una asociacion vanguardista de escritores y artistas jovenes estudiando en Madrid que viajaban a menudo Toledo Los miembros se sumergian en la mistica de las calles laberinticas y la historia mosaica de la ciudad La orden se fundo por Luis Bunuel en el centenario restaurante Venta de Aires en 1923 y aceptaba miembros hasta 1936 Salvador Dali Federico Garcia Lorca y Rafael Alberti fueron algunos de los miembros mas luminarios en el mundo artistico espanol e internacional El dia 23 de febrero de 2019 recogiendo la tradicion de la orden original los becarios de la ilustre Residencia de Estudiantes refundan la Nueva Orden de Toledo En esta ocasion la asociacion cuenta entre sus filas con jovenes escritores artistas y cientificos Indice 1 Origenes 2 Lista completa de los miembros 3 Reglas 4 La relacion de la Orden con la ciudad 5 Actividades 6 La memoria de la Orden 7 ReferenciasOrigenes EditarDe acuerdo con sus memorias la primera visita de Bunuel a Toledo fue en 1921 El estaba enamorado de inmediato con el ambiente indefinible de la ciudad 1 Volvia frecuentemente a la ciudad con sus amigos de la Residencia de Estudiantes de la Calle Pinar en Madrid durante los fines de semana En 1923 despues de beber demasiado en las tabernas de Toledo se inspiro a formalizar las visitas espontaneas en el tipico restaurante de Toledo Venta de Aires que les sirvio como refugio La Catedral de Toledo Me paseo por el claustro gotico de la catedral completamente borracho cuando de pronto oigo cantar miles de pajaros y algo me dice que debo entrar inmediatamente en los Carmelitas no para hacerme fraile sino para robar la caja del convento Me voy al convento el portero me abre la puerta y viene un fraile Le hablo de mi sumito y ferviente deseo de hacerme carmelita El que sin duda ha notado el olor a vino me acompana a la puerta Al dia siguiente tome la decision de fundar la lt lt Orden de Toledo gt gt 1 El proposito de la Orden era vagar por las calles en la busqueda de aventuras individuales Los miembros anticipados fueron iniciados cuando las campanas de la Catedral taneron a la una de la manana En sus memorias Rafael Alberti cuenta su iniciacion Fue traido a la Plaza de Santo Domingo Los otros miembros aparecian uno por uno cubiertos en sabanas blancas fantasmas de otro tiempo en la callada irrealidad de la penumbra toledana 2 Despues fue abandonado hasta la madrugada vagando solo por las calles durante las horas en que la ciudad parece estrecharse complicarse aun mas en su fantasmagorico y mudo laberinto 2 El monasterio de Santo Domingo el Real Este tema del paseo solo como si fuera atrapado entre conciencia e inconsciencia era importantisimo en los origenes de la Orden Los miembros se inspiraban en el sitio de Toledo buscando todo lo intrigante lo confundido lo fascinado Lista completa de los miembros EditarCondestable Luis Bunuel 3 Secretario Pepin Bello 3 Caballeros fundadores Pedro Garfias Augusto Centeno Jose Uzelay Rafael Sanchez Ventura Federico Garcia Lorca Francisco Paco Garcia Lorca Ernestina Gonzalez 3 Caballeros Hernando y Lulu Vines Rafael Alberti Jose Barradas Gustavo Duran Eduardo Ugarte Jeanne Bunuel Monique Lacombe Margarita Manso Maria Luisa Gonzalez Ricardo Urgoiti Antonio G Solalinde Salvador Dali Jose M Hinojosa Maria Teresa Leon Rene Crevel Pierre Unik 3 Escuderos Georges Sadoul Roger Desormieres Colette Steinlen Elie Lotar Aliette Legendre Madeleine Chantal Delia del Carril Helene Tasnon Carmina Castillo Manso Nunez Mondolot Norah Sadoul Pilar Bayona Manolo A Ortiz Ana Maria Custodio 3 Jefe de invitado de escuderos Jose Moreno Villa 3 Invitados de escudero Luis Lacasa Rubio Sacristan Julio Bayona Carlos Castillo G Negrete 3 Invitado de invitado de escudero Juan Vicens Marcelino Pascua 3 Reglas EditarAunque el nombre de la orden sugiera un proposito politico religioso o militar la Orden en realidad fue una oportunidad para que los jovenes pudieran explorar sin limitacion No obstante en su propia moda bohemia la Orden se operaba bajo algunas reglas estrictas nombradas en los papeles de Bunuel 1 Cada uno debia aportar diez pesetas a la caja comun es decir pagarme diez pesetas por alojamiento y comida Habia que ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y ponerse en disposicion de vivir las mas inolvidables experiencias La fonda en la que nos hospedabamos lejos de los hoteles convencionales era casi siempre la Posada de la Sangre donde Cervantes situo La ilustre fregona La posada apenas habia cambiado desde aquellos tiempos burros en el corral carreteros sabanas sucias y estudiantes Por supuesto nada de agua corriente Los miembros de la Orden tenian prohibido lavarse durante su permanencia en la ciudad santa Comiamos casi siempre en tascas como la Venta de Aires en las afueras donde siempre pediamos tortilla a caballo con carnes de cerdo y una perdiz y vino blanco de Yepes Al regreso a pie haciamos un alto obligado en la tumba del cardenal Tavera esculpida por Berruguete Unos minutos de recogimiento delante de la estatua yacente del cardenal muerto de alabastro de mejillas palidas y hundidas captado por el escultor una o dos horas antes de que empezara la putrefaccion Despues subiamos a la ciudad para perdemos en el laberinto de sus calles acechando la aventura Para acceder al rango de caballero habia que Amar a Toledo sin reserva Emborracharse por lo menos durante toda una noche Vagar por las calles Los que preferian acostarse temprano no podian optar mas que al titulo de escudero La relacion de la Orden con la ciudad EditarLa mistica de Toledo inspiro la creacion de la Orden y el retorno de los miembros no solo durante los anos en que existian la Orden pero tambien durante el resto de sus vidas Toledo es una ciudad con una historia muy larga y sinuosa desde la Antiguedad hasta ahora Ha sido la sede de los concilios del Sacro Imperio Romano Germanico y tambien la capital de Espana Por siglos en Toledo habia convivencia entre los cristianos los moros y los judios una diversidad que subraya la gran fecundidad cultural de la ciudad En el siglo XVI cuando el capital se traslado desde Toledo a Madrid Toledo perdio su renombre anterior Durante la epoca romantica Toledo fue redescubierto y se hacia un destino turistico muy popular Vista de Toledo por El Greco 1599 El Museo Metropolitano de Arte Nueva York Representaciones romanticas las visuales de El Greco y las literarias de Becquer fueron fundamentales para la perspectiva de la Orden Alberti menciona en un cuento de su iniciacion como las iglesias de la Plaza de Santo Domingo el Real en la noche son como descendidas de algun anubarrado y misterioso firmamento del Greco 2 Este momento indica un toque surrealista de la Orden despertando y sonando adentro y afuera de la conciencia individual A Becquer le fascinaba Toledo en el siglo XIX volviendo habitualmente para escribir e idear Amaba su singularidad urbana compendio y sintesis espacial de multiples culturas el misterio que impregnaba sus calles antiguas y laberinticas al margen del progreso 4 La ciudad era una especie de ruinas vivas un sitio a la vez antiguo y olvidado pero indudablemente fresco La Orden aunque absorbiera la esencia de la fascinacion romantica con Toledo tambien la trascendio Lo que distinguio la Orden de los romanticos fue la voluntad de sumergirse no solo observar Dentro de la Orden fue la invitacion a la perdida dejarse llevar como una forma de continuo descubrimiento de esta ciudad y de poder vivir experiencias personales en ella mas alla de los habituales recorridos de los viajes y paseos propios de tradicion anterior 3 Las visitas de Toledo fueron marcados por los rituales de tiempo y espacio Como explicaba Pepin Bello en una entrevista 3 los sabados por la tarde los miembros salian por tren desde Madrid hacia la estacion de Toledo de ahi caminaban hacia la Plaza de Zocodover y sorbian el vino tinto Conversaban y cenaban alimentandose para los vagos nocturnales Podia que vistieran a la Plaza de Santo Domingo el Antiguo o la bibliotequita de Becquer callejeando hasta la madrugada Entonces regresaban a la Posada de la Sangre siempre sucia pero en su antiguedad e inalterabilidad tan inimitable Por la manana despues de pocas horas de dormir se reunian en Zocodover esta vez para el cafe Seguian la visita a la catedral al Alcazar al sepulcro del Cardenal Tavera o sea a todos los puntos altos medios y bajos de la ciudad El homenaje siempre se concluyo con cena en la Venta de Aires La Orden entro en un panteon literario e historico de pensamientos itinerantes en la ciudad No obstante exploraba mas alla de estos predecesores y sus recorridos turisticos Los caballeros de la Orden de Toledo no iban a la ciudad matriz en busca de los detalles que emboban a los turistas sino de experiencias personales En vez de alojarse en los hoteles senalados por las Guias se acomodaban en las Posadas de la Santa Hermandad o de La Sangre entre arrieros burros y telaranas que seguian siendo los mismos que en tiempos de los Reyes Catolicos o de Cervantes Cenaban y bebian sin continencia y se lanzaban luego al laberinto de las callejuelas que desde luego estaban menos alumbradas que ellos Hacian mofa de los monumentos consagrados pero besaban las piedras por las que habian pisado generaciones y razas y mucha gente como ellos los Grecos Lope de Vegas Cervantes Herreras Quevedos Calderones Alucinados e inquietos buscaban sitios de miedo caminaban esperando sorpresas 5 Actividades EditarEl lugar siempre era el mismo pero las aventuras eran diferentes Bunuel cuenta una noche tarde y nevada cuando el y Ugarte oyeron ninos recitando las tablas de multiplicar luego se reian antes de que el maestro les reprendiera Bunuel sentado en los hombros de Ugarte para ver lo que pasaba adentro del edificio vio nada excepto oscuridad y oyo nada excepto silencio 1 Otras veces animados por el alcohol los miembros besaban el suelo trepaban la torre de la campana de la Catedral escuchaban los cantos de los monjes o leian en voz alta poesias disfrutando de como resonaban en las paredes de la antigua capital de Espana ciudad iberica romana visigotica judia y cristiana 1 Maria Teresa Leon mujer de Rafael Alberti y miembro de la Orden describe las actividades de la Orden como aun mas traviesos Los Hermanos de la Orden de Toledo hablaban alto opinaban escandalizaban Hasta cantaban mirando a las chicas o inventaban palabras para lanzarlas como dardos contra los muros y hasta frases que eran alabanza y requiebro Desbordabamos una alegria que no iba demasiado bien con aquella ciudad amurallada siempre a la defensiva Debieron creernos invasores Invasores que caminaban sobre el pecho de la Historia de Espana igual que las chinches de la Posada de la Sangre sobre el pecho de Rafael 3 Las actividades de la Orden de repente terminaron en el julio de 1936 cuando Francisco Franco tomo Toledo en el Asedio del Alcazar en el primer ano de la Guerra Civil Espanola Los miembros se dispersaron durante la guerra la Segunda Guerra Mundial y el periodo siguiente algunos huyeron algunos lucharon algunos fueron exiliados otros fueron fusilados Bunuel escribe en sus memorias que al principio de la Guerra Civil Espanola una brigada anarquista en Madrid descubrio una caja etiquetada Orden de Toledo durante un registro El hombre que guardaba la caja trato de explicar que el nombre no significo un titulo noble Sin embargo al fin le costo la vida 1 La memoria de la Orden EditarLa aventura fue esporadica y aunque no sirvio para revitalizar la adormecida cultura toledana si calo en sus protagonistas como una fogonada mas en aquella formacion rebelde y vanguardista que desemboco en las principales creaciones de avanzada de la cinematografia literatura y arte espanoles 6 Durante la Guerra Civil Espanola Bunuel fue exiliado de Espana No se permitio volver hasta los anos 60 y entonces solo por un tiempo para rodar sus peliculas La primera pelicula que hizo despues de exilio fue Viridiana filmada en Toledo En los anos siguientes Bunuel ponia Toledo en sus filmes no solo como telon de fondo pero tambien como una presencia persistente un personaje en su propio derecho Tristana 1970 es un caso interesante en la memoria simultanea hecha por Bunuel de la ciudad de Toledo y la Orden de Toledo La trama sigue la progresion de Tristana desde huerfana joven abusada sexualmente por su tutor Don Lope hasta una mujer amargada capaz de crueldad emocional inmensa La ambientacion toledana es central al desarrollo de Tristana En una elipsis que comienza y termina con un paseo por la ciudad en si misma evocadora del retorno propio de Bunuel Tristana aguanta giros y vueltas psicologicas parecidas a la constriccion palpable de las calles estrechas y serpenteantes En la tumba del Cardenal Tavera Tristana se cierne como si fuera lista para besar los labios de marmol en el momento final de su inocencia Quizas la presencia toledana mas significante en el filme sea la Catedral o mejor dicho la campana de la Catedral destacada reiteradamente en las vistas y sonidos de la pelicula La campana es mas prominente como una pesadilla y luego una fantasia mientras Tristana suena que el badajo ha metamorfoseado en la cabeza cortada de su tutor La primera vez que tiene Tristana esta vision senala la consumacion inminente de la relacion sexual entre Tristana y Don Lope y la ultima la muerte inminente de el La campana entonces es un presagio pero tambien un recuerdo La torre de campanas de la catedral de Toledo El itinerario de Tristana es el de su propia vida que en un rapidisimo final de la pelicula pasa ante nosotros como un sueno onirico hecho pesadilla en la identidad de la cabeza campana de un D Lope significando el tanido inmodificable de una sociedad estancada Sin embargo subyaciendo a ese mundo estatico momificado y sin salida Bunuel expone el movimiento tormentoso del subconsciente Lo real esta detenido pero lo imaginario bulle en deseos y venganzas 4 En sus propias exploraciones toledanas Bunuel volvia frecuentemente a la torre de la campana considerandola como una parada obligatoria en las actividades nocturnales de la Orden En el filme esta reverencia se revela claramente en el tanido de la campana consciente e inconsciente evocando la memoria de la Orden en sus vagos surrealistas Tristana esta basado en una novela del mismo titulo publicado por Benito Perez Galdos en 1892 El escenario de la novela es Madrid en los finales del siglo XIX Bunuel traslado la historia al Toledo a los principios del siglo XX y de esa manera Bunuel hace no solo un retorno espacial a la ciudad sagrada pero tambien un retorno espiritual y temporal o sea esta volviendo al Toledo conocido por la Orden Este retorno no obstante no es tan explicito tampoco es completo El Toledo de la Orden habia cambiado irrevocablemente durante la sucesion de las guerras Franco y la modernidad Bunuel tambien habia cambiado y de hecho en el resto de su vida nunca regresaba completamente su tiempo en Espana duro solo mientras rodaba sus filmes En 2001 Carlos Saura que conocio a y trabajo con Bunuel reanudo la elipsis de Bunuel en Toledo con su pelicula Bunuel y la mesa del rey Salomon La trama sigue el viejo Bunuel regresando a Espana despues de su exilio para trabajar en una pelicula sobre la leyenda de la Mesa un espejo imbuido con el poder de conocimiento absoluto del pasado presente y futuro y supuestamente escondido en algun lugar de Toledo En los flashbacks Bunuel se reune con Salvador Dali y Federico Garcia Lorca caballeros companeros de la Orden para buscar la Mesa en los anos 20 en Toledo Por fin en una fusion cinematica de memoria y fantasia Bunuel hace un retorno completo a su ciudad querida para enfrentarse a sus propios fantasmas entretejidos de un modo inseparable con los de la historia y el pais al que esa ciudad ha venido sirviendo como capital espiritual 3 En hacer la pelicula que Bunuel nunca hacia y devolverlo al Toledo que habia perdido para siempre La mesa del rey Salomon asegura que la orden sobreviva no solo como un recuerdo de la ciudad sino como un recuerdo en si mismo un lugar trascendente y multigeneracional de inspiracion e imaginacion artistica y espiritual Aquellos maravillosos anos circulan aun por nuestras venas fecundandonos cegandonos con deslumbrador recuerdo 2 Referencias Editar a b c d e f Luis Bunuel Mi ultimo suspiro Esplegues de Llobregat Barcelona Plaza amp Janes 1982 a b c d Rafael Alberti La arboleda perdida Barcelona Seix Barral 1975 a b c d e f g h i j k l La Orden de Toledo Un recorrido vanguardista 1923 1936 Toledo Laboratorio de Creaciones Intermedia 2005 PDF a b Maria Soledad Fernandez Utrera Bunuel en Toledo Arte publico accion cultural y vanguardia Woodbridge Suffolk U K Boydell and Brewer 2016 Jose Moreno Villa La Orden de Toledo Boletin de la Fundacion Federico Garcia Lorca no 16 December 1994 92 93 Tomado por R Sanchez Mateos Paniagua La Orden de Toledo 2016 Angelina Serrano de la Cruz Peinado La lt lt orden de Toledo gt gt Una aventura en el Toledo de los anos 20 Anil Cuadernos de Castilla La Mancha 16 Winter 1998 56 Datos Q3355530 Obtenido de https es wikipedia org w index php title La Orden de Toledo amp oldid 137832911, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

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