Crisis convulsivas tónico-clónicas
Las crisis convulsivas tónico-clónicas (antes denominadas grand mal) son un tipo de crisis generalizadas que afectan todo el cerebro. Las crisis convulsivas tónico-clónicas son el tipo de convulsión más frecuentemente asociadas a epilepsia y con las convulsiones en general, aunque existe la concepción errada de que son el único tipo.
Crisis convulsivas tónico-clónicas | ||
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EEG que muestra descargas generalizadas de espiga y onda en 3Hz | ||
Especialidad | neurología | |
Aviso médico | ||
Las crisis convulsivas tónico-clónicas son inducidas de forma deliberada en la terapia electroconvulsiva.
Fisiopatología
La gran mayoría de las crisis generalizadas son idiopáticas.[1] Sin embargo, algunas crisis generalizadas tienen su inicio como crisis más pequeñas, como las crisis parciales simples o las crisis parciales complejas que posteriormente se extienden a ambos hemisferios cerebrales, en un fenómeno llamado generalización secundaria.[2] Algunos factores etiológicos son: desbalances químicos, de neurotransmisores, y un umbral convulsivo determinado genéticamente. El umbral convulsivo puede ser alterado por fatiga, desnutrición, deprivación de sueño o descanso, hipertensión arterial, estrés, diabetes, la presencia de luces estroboscópicas, movimientos rápidos, desbalances de la glucemia, ansiedad y uso de antihistamínicos, entre otros[3]
La epilepsia sintomática, suele documentarse con RNM, o algún otro tipo de neuroimagen diagnóstica, en la que suele existir un cierto grado de daño neuronal difuso.[4] Estas lesiones (tejido cicatrizado) causadas por la pérdida de neuronas pueden producir la sincronización episódica de despolarización de grupos de neuronas, iniciando una crisis convulsiva.
Fases
Las crisis convulsivas se dividen en dos fases, la fase tónica y la fase clónica, de donde se deriva su nombre, aunque las crisis convulsivas tónico-clónicas son frecuentemente precedidas por un aura.
- Aura
- El aura ocurre porque las crisis convulsivas tónico-clónicas generalmente se inician en una región aislada del cerebro, conocida como el foco convulsivo, y gradualmente se extienden a todo el cerebro, produciendo la pérdida de la consciencia y alcanzando las fases tónica y clónica de la convulsión. El aura de una crisis convulsiva es una crisis parcial simple que aún no se ha desarrollado a una generalización secundaria, y sus síntomas pueden incluir:[5]
- Sensaciones súbitas e inexplicables de miedo, ira, tristeza o felicidad
- Náuseas
- Sensación de movimiento o caída
- Experiencia de sensaciones o sentimientos inusuales
- Alteración de los sentidos del oído, olfato, gusto, visión o tacto (alucinaciones sensoriales)
- Sensación de que el ambiente no es real (desrealización) o de desprendimiento del ambiente (despersonalización)
- Sensación de distorsión espacial (objetos cercanos se perciben como lejanos, micropsia o macropsia)
- Déjà vu (falsa sensación de familiaridad) o jamais vu (falsa sensación de infamiliaridad)
- Dificultad o inhabilidad para el lenguaje hablado
- En algunas ocasiones la persona puede perder el estado de conciencia mientras continúa teniendo actividades motoras automáticas, haciendo movimientos extraños o repetitivos (como halar su ropa o chasquear los labios) hacia el final del aura, indicando que la crisis ha evolucionado de una crisis parcial simple a una crisis parcial compleja, pero que aún no ha alcanzado la generalización secundaria suficiente para iniciar una crisis convulsiva tónico-clónica.
- Un aura puede durar desde unos pocos minutos hasta varias horas, aunque algunos pacientes epilépticos nunca las experiencian.
- Fase tónica
- En la fase tónica la persona rápidamente pierde la consciencia al tiempo que los músculos esqueléticos se contraen súbitamente, causando movimientos bruscos de las extremidades, los cuales pueden hacer que la persona caiga. La fase tónica generalmente es la más corta de la convulsión, con una duración de algunos segundos. La persona puede hacer vocalizaciones cortas como un gemido fuerte o un grito por la expulsión forzada del aire de los pulmones.
- Fase clónica
- Los músculos de la persona empiezan a contraerse y relajarse rápidamente, causando la convulsión. Estas pueden variar desde pequeñas contracciones articulares, hasta violentas sacudidas o vibraciones de las extremidades. La persona puede enrollarse en posición fetal para luego extenderse mientras la convulsión se generaliza. Los ojos generalmente se mueven hacia arriba o se cierran y la lengua frecuentemente sufre laceraciones o abrasiones por la contracción sostenida de la mandíbula. Los labios y las extremidades pueden tornarse azulados (cianosis) y en algunos casos puede haber incontinencia urinaria.
- El estado postictal o Parálisis de Todd ocurre invariablemente por fatiga física y neurológica después de una crisis convulsiva tónico-clónica. Generalmente hay confusión y amnesia del episodio después de recuperada la consciencia, que gradualmente desaparecen al mismo tiempo que la persona se da cuenta de que tuvo una crisis.
Véase también
Referencias
- David Y Ko (5 de abril de 2007). «Tonic–Clonic Seizures». eMedicine. Consultado el 19 de marzo de 2008.
- . Epilepsy Action. British Epilepsy Association. 19 de febrero de 2008. Archivado desde el original el 6 de marzo de 2008. Consultado el 19 de marzo de 2008.
- «Seizure Mechanisms and Threshold». Epilepsy Foundation. Consultado el 19 de marzo de 2008.
- Ruben Kuzniecky, M.D. (16 de abril de 2004). . epilepsy.com. Epilepsy Therapy Project. Archivado desde el original el 12 de octubre de 2007. Consultado el 19 de marzo de 2008.
- http://www.epilepsy.com/101/ep101_symptom
Enlaces externos
- Primeros auxilios para convulsiones
- Crisis convulsivas tónico-clónicas en Open Directory Project.
- Esta obra contiene una traducción derivada de «Tonic–clonic seizure» de Wikipedia en inglés, publicada por sus editores bajo la Licencia de documentación libre de GNU y la Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 3.0 Unported.