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Biblioteca popular

Biblioteca popular es un modelo educativo no institucional originado en la Europa de la segunda mitad del siglo xix a partir de modelos inspirados en la Ilustración. En España fueron creadas en 1869 con los libros existentes en el depósito del Consejo de Instrucción Pública.[1]​ Aunque su denominación con la definición de 'popular' solo se ha conservado en Asturias e Hispanoamérica, en el siglo XXI, algunos estudios las relacionan con instalaciones o servicios como las bibliotecas públicas (regionales, municipales, etc) y, en cierta medida, los ateneos populares. En Argentina, Uruguay, Chile, Colombia y otros países de habla hispana se designa así a un modelo de asociación civil autónoma, y son conocidas también como biblioteca vecinal o comunitaria.

Biblioteca Popular en el Parque del Buen Retiro, junto a la Puerta del Doce de Octubre. Restaurada en 1994 por la Feria del Libro de Madrid

Bibliotecas populares españolas

Las Bibliotecas populares españolas nacieron en 1869,[2][3][4][5]​ como recurso y espacio para la "difusión del saber entre la mayoría",[6]​ a partir de un proyecto concebido por Manuel Ruiz Zorrilla, ministro de Fomento durante el Sexenio Democrático, y desarrollado por José Echegaray.[7]​ Su alcance social progresó a lo largo de los primeros años del siglo XX y tuvieron su mejor periodo entre 1926-1936, desapareciendo tras la guerra civil española.

Historia

Las llamadas en su origen Bibliotecas Populares, han sido consideradas como un proyecto más del aperturismo ideológico de la Revolución de 1868,[6]​ como fruto de la incautación gubernamental de las bibliotecas, fondos documentales y archivos reunidos hasta ese momento –y acaparados de forma tradicional– por la Iglesia católica en España.[8][9][10]​ Este oportuno decreto de incautación detuvo el proceso de pillaje comercial que habían iniciado los libreros nacionales y extranjeros, y un número importante de piezas de valor fueron así a depositarse y conservarse en la Biblioteca Nacional de España y el Archivo Histórico Nacional.[6]

En el proyecto concreto de la creación de una red de bibliotecas populares, Ruiz Zorrilla y sus colaboradores utilizaron como fondos los libros del depósito del Consejo de Instrucción Pública, en un primer momento y que se ampliaron con las aportaciones o donaciones, bien privadas bien de corporaciones e instituciones que dieron así utilidad a su stock de ejemplares duplicados. Los analistas del fenómeno no ocultan anotar que los nuevos patriarca de la pedagogía en España estaban animados sin duda por el "estímulo político de la revolución liberal", buscando todo tipo de medios para aliviar la ignorancia popular.[7]​ Los materiales y objetivos siguieron estas premisas:

  1. Obras de referencia y materiales necesarios para la primera enseñanza.
  2. Libros amenos que hicieran atractivo el hábito de la lectura.
  3. Libros cuya narración histórica estimulare en sentimiento nacional.

Y los encargados de poner el proyecto en práctica serían las diputaciones y los ayuntamientos. En el caso concreto de la capital española, Madrid, se proyectaron al principio veinte bibliotecas populares, pero la buena acogida hizo que pronto aumentara el número.[7]​ Tras ese entusiasmo inicial, en el que muchos alcaldes solicitaron fondos y habilitaron locales, la idiosincrasia española reforzada por el cambio de alcaldes con motivo de los cambios políticos de signo conservador, hicieron que el proyecto fuese decayendo casi hasta el olvido. Con la llegada del siglo XX y la renovación del espíritu de popularización de la cultura en algunos ámbitos de la sociedad española, se retomaría el proyecto, reflexión reforzada por las críticas a la labor de Marcelino Menéndez Pelayo como director de la Biblioteca Nacional.[11]​ El impulsor de las bibliotecas populares fue en esta ocasión Rafael Altamira, reformador universitario, institucionista alumno de Giner y secretario del Museo Pedagógico Nacional, medidas que acabarían poniendo "la educación a disposición de los trabajadores". El proyecto de Altamira se materializó además en las bibliotecas circulantes, contando con colaboradores tan heterogéneos como el músico Espinós Moltó, Antonio Paz y Meliá o Melquíades Álvarez (diputado asturiano del Partido Reformista, uno de los grandes impulsores de los ateneos y las bibliotecas populares en Asturias, donde tuvieron singular protagonismo histórico-social).

Volviendo al caso concreto de Madrid,[5]Amalio Gimeno, ministro de Instrucción Pública, creó en 1911 dos bibliotecas populares, aunque hubo que esperar a 1915 para que se abriesen nuevos centros de lectura (Chamberí, Hospicio, Latina); ejemplo que finalmente se seguiría extendiendo por los centros provinciales.[12]

En Uruguay

Bibliotecas populares en Montevideo

Las bibliotecas populares comparten muchas de las características de las Bibliotecas Públicas, insertándose ambas en la categoría de Bibliotecas para el Gran Público. El manifiesto de la UNESCO para bibliotecas públicas en su segunda versión revisada del año 94 remarca explica así sus objetivos:

  • crear y fortalecer los hábitos de lectura en los niños desde edad temprana;
  • apoyar tanto a la educación individual (auto enseñanza) como a la educación formal todos los niveles;
  • proveer oportunidades para el desarrollo creativo personal;
  • estimular la imaginación y creatividad de niños y jóvenes;
  • promover la vigilancia de la herencia cultural, apreciación de las artes, mejoras científicas e innovaciones;
  • proveer acceso a expresiones culturales de todas las artes;
  • alimentar el diálogo Intercultural y favorecer la diversidad cultural;
  • apoyar la tradición oral;
  • asegurar el acceso a los ciudadanos a toda clase de información de la comunidad;
  • facilitar el desarrollo de información y conocimiento de las habilidades "computacionales";
  • apoyar y participar en actividades literarias y programas para todas las edades, y si es necesario iniciar dichas actividades.

Las posibles diferencias entre las bibliotecas públicas y las populares podrían explicarse en tanto las primeras son creadas y sostenidas por los gobiernos, mientras que las populares suelen partir de instituciones de carácter privado, a pesar de poder recibir apoyo gubernamental. No todas las bibliotecas privadas se ajustan al contexto de populares, solo aquellas que, dentro de determinado ámbito comunitario, sean creadas y mantenidas por la propia comunidad. El ámbito comunitario en que se encuentra este tipo de "unidades de información" es muy amplio: clubes sociales, cooperativas de vivienda, comisiones vecinales, instituciones religiosas, etc. En Uruguay, la mayoría de las bibliotecas populares son atendidas por personas integrantes de la propia comunidad, realizando una tarea voluntaria. Generalmente su nacimiento obedece a la falta de servicios de bibliotecas públicas en la zona en cuestión.

Voluntariado

Una de las características principales de las bibliotecas populares, es la posibilidad del carácter voluntario del trabajo realizado por las personas a cargo. Es posible fijar tres características definitorias del concepto:

  1. la actividad no debe estar motivada por un beneficio financiero (a pesar de que haya una retribución económica permitida);
  2. debe partir de una decisión individual libre (en el sentido de que una persona no se vea forzada al trabajo);
  3. la actividad debe ser desarrollada en beneficio de alguien distinto al voluntario, aunque debe darse una reciprocidad de beneficios con el voluntario ya que de lo contrario estaríamos simplemente ante un acto caritativo.

En cuanto a los beneficios del trabajo voluntario, se destacan: la importante contribución económica a la sociedad (se estima que el trabajo voluntario corresponde entre el 8 y el 14% del PBI); permite la integración social de personas excluidas o marginadas; y puede llevar a la creación de puestos de trabajo.

Bibliotecas populares del Interior

Las bibliotecas públicas en Uruguay surgen a partir del movimiento cultural iniciado en 1868 desarrollado por la Sociedad de Amigos de la Educación Popular,[13]​ como complemento para la enseñanza oficial, cuando en el interior del país había un 80% de analfabetos. El inspirador del proyecto fue José Pedro Varela, para quien los instrumentos para cultivar al pueblo eran la escuela y la biblioteca.

Primera etapa de las bibliotecas populares

Ciclo vareliano La primera biblioteca popular americana fue fundada en 1873 por la Sociedad de Amigos de la Educación Popular, en Montevideo. En el interior del país, la primera de estas bibliotecas fue creada en Nueva Palmira, por una filial de esta sociedad, en aquel mismo año (en el siglo XXI la Biblioteca Popular “Jacinto Laguna”). El 18 de julio de 1874 se crearon las Bibliotecas Populares de Colonia y Paysandú; el 20 de septiembre la Biblioteca Popular de Rocha, y el 25 la Biblioteca popular de Carmelo. Les siguieron la fundación de las de Pando y San José; y luego las de San Carlos, Florida, Canelones, Mercedes y Maldonado. Todas las bibliotecas fueron formadas y se sostuvieron con el apoyo voluntario del pueblo, que contribuyó con libros o con dinero, y en otros casos las prohijó en sus clubes sociales. En pocos casos se contó con apoyo económico oficial. En 1873 se presentó un proyecto de ley para el fomento bibliotecario del interior. También fue presentado otro proyecto de en el que el Gobierno destinaría diez premios de 1200 dólares para las primeras localidades del interior que fundaran una biblioteca popular con un mínimo de 500 volúmenes. Dentro de las bibliotecas debía funcionar una escuela para 40 alumnos. Esta tentativa de obtener apoyo oficial no pudo materializarse.

La Sociedad de Amigos de la Educación Popular contó con pocos recursos en sus comienzos para poder asistir a las bibliotecas populares del interior. En 1874 se amplió el número de asociados, permitiendo contar con más fondos para dar apoyo a las bibliotecas populares. A fines de ese año se emitió una circular dirigida principalmente a las sociedades de educación, en la que se establecían estos objetivos:

  • Estimular a los ciudadanos a crear bibliotecas populares.
  • Apoyo material a esas instituciones.
  • Asesoramiento funcional.

La circular sé imprimió en forma de almanaque para el año 1875, y se distribuyó en el interior de la República. Los acontecimientos políticos retrasaron su puesta en marcha hasta 1876. En 1877 se promulga la ley de Educación Común, con la que se crean nuevas instituciones de la Reforma Escolar vareliana, las bibliotecas que habían sido creadas con mucho esfuerzo hasta ese momento, por primera vez recibían apoyo oficial, ya que la ley establecía que se brindarían recursos para las bibliotecas populares. Esto permitió mejorar las existentes y fundar nuevas. En 1882 algunas bibliotecas del interior contaban con 2500 volúmenes.

Segunda etapa de las Bibliotecas Populares en el Uruguay

Ciclo Ateneísta Este ciclo se extiende de 1882 hasta 1912. Dicha etapa es desarrollada por el Ateneo del Uruguay, en Montevideo. Rápidamente este grupo influirá en el resto del país. Este avance es consecuencia de la implementación de la Ley de Educación antes mencionada y potenciada por el deseo de ilustración que ella provocó. El ateneo se fundó en 1877, su nacimiento respondía al deseo de desarrollar actividades culturales, que llevaran a promover un movimiento de opinión nacional democrático. Desde este momento el Ateneo fue un centro activo de irradiación cultural, con certámenes literarios y ciclos de conferencias. Contaba con una gran biblioteca habilitada al público. En este período las bibliotecas populares se transformaron o fueron absorbidas por los nuevos organismos de extensión cultural, como los ateneos, centros culturales y sociedades literarias. Estos nuevos centros abarcaban actividades académicas, pasando por la de centro docente hasta servir de escenario a las representaciones teatrales. Sus bibliotecas fueron la única posibilidad para el esfuerzo autodidacta de mantener vivos ciertos conocimientos y adquirir otros. En este periodo nacieron los Ateneos de Paysandú y Salto; Centros Culturales como el Club Progreso de Mercedes, el “Porvenir” de Rocha, el “Fraternidad” de Minas, el “Unión” de Melo, etc., como nuevos centros de irradiación cultural. El club Progreso es el iniciador de esta nieva actividad cultural. Dentro de estas instituciones se comienza a plantear la necesidad de contar con centros de enseñanza secundaria en el Interior; estos centros iban absorbiendo muchas de las actividades que cumplían hasta ese momento esas instituciones, debilitándolas hasta llegar a su declinación.


Las bibliotecas de los primeros Centros Obreros del Interior. Lectura de los clásicos revolucionarios

Los centros obreros que a fines del siglo XIX y comienzos del XX se formaron contaron con una biblioteca pequeña. En estas sus afiliados leyeron y estimularon su saber. Los libros más leídos fueron los autores revolucionarios. Algunas de estas bibliotecas representaron una reacción frente a algunos centros culturales del periodo ateneísta, ya que estos centros se convirtieron en elitistas, alejándose del terreno popular. Estas bibliotecas fueron un esfuerzo de las clases trabajadoras por cultivar la lectura como medio de ilustración. La biblioteca popular ofrecía a la clase obrera el medio para formarse. De ellas saldrían los dirigentes obreros del interior, quienes además sostendrían los periódicos obreros.[cita requerida] En las bibliotecas populares libertarias predominaban los autores libertarios, lo que ha dejado un interesante archivo de publicaciones obreras y anarquistas.

Surgen los primeros liceos en el Interior y empiezan a declinar las Bibliotecas Populares

En la etapa vareliana y ateneísta las bibliotecas populares actuaron como centros de extensión cultural, apoyando los esfuerzos autodidactas, principalmente en el periodo ateneísta. La enseñanza secundaria vino a superar la actividad llevada a cabo por las instituciones del periodo ateneísta. Estos nuevos centros llevaron adelante actividades docentes reglamentadas, con el objetivo de consolidar los niveles culturales que las precedentes instituciones habían intentado desarrollar. Los nuevos institutos de enseñanza relegaron los anteriores. Es por esto que las Bibliotecas del Interior debían adaptarse. Ahora se necesitaba un nuevo tipo de Biblioteca Pública superior, para estar a tono con las nuevas necesidades culturales. No se materializó este nuevo tipo de Biblioteca. Quedando estas instituciones bajo una gran crisis. En la mayoría de los casos las bibliotecas dependían de las Juntas Económico Administrativas y fueron transferidas a liceos, donde quedaron subordinadas. Esto sucedió en las ciudades de Colonia, Durazno, Maldonado, San José y Paysandú. En casi todos los casos las bibliotecas perdieron contacto con sus antiguos lectores. Se convirtieron en bibliotecas internas de las nuevas instituciones. Las bibliotecas no mejoraron su estado luego de ser transferidas. Los gobiernos comunales no renunciaron por esto a su propiedad. En la mayoría de los casos fueron inventariadas. No se definieron responsabilidades para su prosperidad, más allá de alguna resolución municipal, en las que se fijó alguna subvención anual. Por lo tanto los Gobiernos Municipales, en algún grado se sintieron en obligación de sostener las Bibliotecas. Las autoridades lacéales no sintieron ningún compromiso en mejorarlas. Los libros que ingresaban a los liceos se inventariaban como propiedad del liceo. A través de los años se formaron bibliotecas Lacéales, que redujeron a las anteriores a la condición de bibliotecas anexas, hoy envejecidas. No todas las bibliotecas, ateneos y centros literarios de aquella época han subsistido. En las localidades que, por no ser capitales de departamento, no se instalaron liceos, estas instituciones sobrevivieron y continuaron trabajando cada día más aisladas. Esto pudo ocurrir, porque en general la población vio a los liceos como un centro de cultura muy importante, dejando de lado el interés de mejorar las bibliotecas públicas. Esto provocó que los liceos se extendieran por el país. Los jóvenes dejaron de ver a las bibliotecas públicas como instituciones de formación cultural y las vieron como dependencias administrativas subordinadas a la actividad de la enseñanza.

Véase también

Referencias

  1. Fernández de los Ríos, Ángel (1876). Guía de Madrid. Madrid: edición facsímil de Ediciones La Librería (2002). pp. 440-441. ISBN 8495889315. 
  2. Viñao Frago , A. (1989). «A la cultura por la lectura. Las bibliotecas populares (1869-1885)». Clases Populares, Cultura, Educación. Siglos XIX y XX, Madrid, Casa de Velázquez-UNED (Madrid): 301-336. 
  3. Gifré, E. (1937). ¿Quines son les materias més llegides a les Biblioteques Populars de la Generalitat? (en catalán). Barcelona. 
  4. Mañá, T. (2001). «Les biblioteques populars a Catalunya a través dels seus anuaris (1922-1936)». Universitat de Barcelona (en catalán) (Barcelona). 
  5. Mato Díaz, Ángel (2010). . mecd.gob.es /CEE Participación Educativa (extraordinario). pp. 49-66. Archivado desde el original el 29 de marzo de 2017. Consultado el 25 de mayo de 2016. 
  6. Angulo y Álvarez, 2001, p. 112.
  7. Angulo y Álvarez, 2001, p. 113.
  8. (1975). «La política educativa de España entre 1850 y 1939». Ministerio de Educación / mecd.gob.es. Consultado el 25 de mayo de 2016. 
  9. Terrón Bañuelos, Aída (2006). . FIES. Universidad de Oviedo. Archivado desde el original el 24 de junio de 2016. Consultado el 25 de mayo de 2016. «Conferencia pronunciadas en el ciclo «Sociedad laica, escuela laica», organizado en Segovia en noviembre de 2006 por FIES y la Federación de Enseñanza de CC.OO. de Castilla y León.» 
  10. Ruiz Rodrigo , Cándido. «Iglesia y educación en la España decimonónica». En Universidad de Valencia, ed. Irene Palacio Lis. revistas.usal.es (Valencia): 287-298. ISSN 0212-0267. Consultado el 25 de mayo de 2016. 
  11. Angulo y Álvarez, 2001, p. 114.
  12. Angulo y Álvarez, 2001, p. 115.
  13. Szafran, Paulina (spring 2016). «Las bibliotecas populares en el escenario cultural de América Latina: las experiencias de Argentina y Uruguay». A Contracorriente: Revista de Historia Social y Literatura en América Latina 13 (3): 161-181. Consultado el 21 de mayo de 2020. 

Bibliografía

  • Angulo Egea, María (2001). Comunidad de Madrid, Consejería de Esucación, ed. Guía de las bibliotecas de Madrid. Joaquín Álvarez Barrientos (2001 edición). Madrid. pp. 112-115. ISBN 8445119710. 
  • Diccionario de Bibliotecología. Buonocuore, Domingo. Buenos Aires, Ediciones Marymar, 1976.
  • Perfil del intermediario de información en bibliotecas para el gran público: el caso de las bibliotecas populares en Montevideo. Paulina Szafran Maiche.
  • “La biblioteca popular pública y escolar” Ana Dobra de Lesta, 1988. Editorial de la Patagonia. Argentina.
  • Problemas bibliotecarios del Uruguay. I. A. Espinosa Borges. Editorial: Fuentes de Información Uruguaya. Montevideo- Uruguay 1968

Enlaces externos

  • Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (CONABIP)
  •   Datos: Q5728070

biblioteca, popular, modelo, educativo, institucional, originado, europa, segunda, mitad, siglo, partir, modelos, inspirados, ilustración, españa, fueron, creadas, 1869, libros, existentes, depósito, consejo, instrucción, pública, aunque, denominación, definic. Biblioteca popular es un modelo educativo no institucional originado en la Europa de la segunda mitad del siglo xix a partir de modelos inspirados en la Ilustracion En Espana fueron creadas en 1869 con los libros existentes en el deposito del Consejo de Instruccion Publica 1 Aunque su denominacion con la definicion de popular solo se ha conservado en Asturias e Hispanoamerica en el siglo XXI algunos estudios las relacionan con instalaciones o servicios como las bibliotecas publicas regionales municipales etc y en cierta medida los ateneos populares En Argentina Uruguay Chile Colombia y otros paises de habla hispana se designa asi a un modelo de asociacion civil autonoma y son conocidas tambien como biblioteca vecinal o comunitaria Biblioteca Popular en el Parque del Buen Retiro junto a la Puerta del Doce de Octubre Restaurada en 1994 por la Feria del Libro de Madrid Indice 1 Bibliotecas populares espanolas 1 1 Historia 2 En Uruguay 2 1 Bibliotecas populares en Montevideo 2 2 Voluntariado 2 3 Bibliotecas populares del Interior 2 3 1 Primera etapa de las bibliotecas populares 2 3 2 Segunda etapa de las Bibliotecas Populares en el Uruguay 2 4 Las bibliotecas de los primeros Centros Obreros del Interior Lectura de los clasicos revolucionarios 2 5 Surgen los primeros liceos en el Interior y empiezan a declinar las Bibliotecas Populares 3 Vease tambien 4 Referencias 5 Bibliografia 6 Enlaces externosBibliotecas populares espanolas EditarLas Bibliotecas populares espanolas nacieron en 1869 2 3 4 5 como recurso y espacio para la difusion del saber entre la mayoria 6 a partir de un proyecto concebido por Manuel Ruiz Zorrilla ministro de Fomento durante el Sexenio Democratico y desarrollado por Jose Echegaray 7 Su alcance social progreso a lo largo de los primeros anos del siglo XX y tuvieron su mejor periodo entre 1926 1936 desapareciendo tras la guerra civil espanola Historia Editar Las llamadas en su origen Bibliotecas Populares han sido consideradas como un proyecto mas del aperturismo ideologico de la Revolucion de 1868 6 como fruto de la incautacion gubernamental de las bibliotecas fondos documentales y archivos reunidos hasta ese momento y acaparados de forma tradicional por la Iglesia catolica en Espana 8 9 10 Este oportuno decreto de incautacion detuvo el proceso de pillaje comercial que habian iniciado los libreros nacionales y extranjeros y un numero importante de piezas de valor fueron asi a depositarse y conservarse en la Biblioteca Nacional de Espana y el Archivo Historico Nacional 6 En el proyecto concreto de la creacion de una red de bibliotecas populares Ruiz Zorrilla y sus colaboradores utilizaron como fondos los libros del deposito del Consejo de Instruccion Publica en un primer momento y que se ampliaron con las aportaciones o donaciones bien privadas bien de corporaciones e instituciones que dieron asi utilidad a su stock de ejemplares duplicados Los analistas del fenomeno no ocultan anotar que los nuevos patriarca de la pedagogia en Espana estaban animados sin duda por el estimulo politico de la revolucion liberal buscando todo tipo de medios para aliviar la ignorancia popular 7 Los materiales y objetivos siguieron estas premisas Obras de referencia y materiales necesarios para la primera ensenanza Libros amenos que hicieran atractivo el habito de la lectura Libros cuya narracion historica estimulare en sentimiento nacional Y los encargados de poner el proyecto en practica serian las diputaciones y los ayuntamientos En el caso concreto de la capital espanola Madrid se proyectaron al principio veinte bibliotecas populares pero la buena acogida hizo que pronto aumentara el numero 7 Tras ese entusiasmo inicial en el que muchos alcaldes solicitaron fondos y habilitaron locales la idiosincrasia espanola reforzada por el cambio de alcaldes con motivo de los cambios politicos de signo conservador hicieron que el proyecto fuese decayendo casi hasta el olvido Con la llegada del siglo XX y la renovacion del espiritu de popularizacion de la cultura en algunos ambitos de la sociedad espanola se retomaria el proyecto reflexion reforzada por las criticas a la labor de Marcelino Menendez Pelayo como director de la Biblioteca Nacional 11 El impulsor de las bibliotecas populares fue en esta ocasion Rafael Altamira reformador universitario institucionista alumno de Giner y secretario del Museo Pedagogico Nacional medidas que acabarian poniendo la educacion a disposicion de los trabajadores El proyecto de Altamira se materializo ademas en las bibliotecas circulantes contando con colaboradores tan heterogeneos como el musico Espinos Molto Antonio Paz y Melia o Melquiades Alvarez diputado asturiano del Partido Reformista uno de los grandes impulsores de los ateneos y las bibliotecas populares en Asturias donde tuvieron singular protagonismo historico social Volviendo al caso concreto de Madrid 5 Amalio Gimeno ministro de Instruccion Publica creo en 1911 dos bibliotecas populares aunque hubo que esperar a 1915 para que se abriesen nuevos centros de lectura Chamberi Hospicio Latina ejemplo que finalmente se seguiria extendiendo por los centros provinciales 12 En Uruguay EditarBibliotecas populares en Montevideo Editar Las bibliotecas populares comparten muchas de las caracteristicas de las Bibliotecas Publicas insertandose ambas en la categoria de Bibliotecas para el Gran Publico El manifiesto de la UNESCO para bibliotecas publicas en su segunda version revisada del ano 94 remarca explica asi sus objetivos crear y fortalecer los habitos de lectura en los ninos desde edad temprana apoyar tanto a la educacion individual auto ensenanza como a la educacion formal todos los niveles proveer oportunidades para el desarrollo creativo personal estimular la imaginacion y creatividad de ninos y jovenes promover la vigilancia de la herencia cultural apreciacion de las artes mejoras cientificas e innovaciones proveer acceso a expresiones culturales de todas las artes alimentar el dialogo Intercultural y favorecer la diversidad cultural apoyar la tradicion oral asegurar el acceso a los ciudadanos a toda clase de informacion de la comunidad facilitar el desarrollo de informacion y conocimiento de las habilidades computacionales apoyar y participar en actividades literarias y programas para todas las edades y si es necesario iniciar dichas actividades Las posibles diferencias entre las bibliotecas publicas y las populares podrian explicarse en tanto las primeras son creadas y sostenidas por los gobiernos mientras que las populares suelen partir de instituciones de caracter privado a pesar de poder recibir apoyo gubernamental No todas las bibliotecas privadas se ajustan al contexto de populares solo aquellas que dentro de determinado ambito comunitario sean creadas y mantenidas por la propia comunidad El ambito comunitario en que se encuentra este tipo de unidades de informacion es muy amplio clubes sociales cooperativas de vivienda comisiones vecinales instituciones religiosas etc En Uruguay la mayoria de las bibliotecas populares son atendidas por personas integrantes de la propia comunidad realizando una tarea voluntaria Generalmente su nacimiento obedece a la falta de servicios de bibliotecas publicas en la zona en cuestion Voluntariado Editar Una de las caracteristicas principales de las bibliotecas populares es la posibilidad del caracter voluntario del trabajo realizado por las personas a cargo Es posible fijar tres caracteristicas definitorias del concepto la actividad no debe estar motivada por un beneficio financiero a pesar de que haya una retribucion economica permitida debe partir de una decision individual libre en el sentido de que una persona no se vea forzada al trabajo la actividad debe ser desarrollada en beneficio de alguien distinto al voluntario aunque debe darse una reciprocidad de beneficios con el voluntario ya que de lo contrario estariamos simplemente ante un acto caritativo En cuanto a los beneficios del trabajo voluntario se destacan la importante contribucion economica a la sociedad se estima que el trabajo voluntario corresponde entre el 8 y el 14 del PBI permite la integracion social de personas excluidas o marginadas y puede llevar a la creacion de puestos de trabajo Bibliotecas populares del Interior Editar Las bibliotecas publicas en Uruguay surgen a partir del movimiento cultural iniciado en 1868 desarrollado por la Sociedad de Amigos de la Educacion Popular 13 como complemento para la ensenanza oficial cuando en el interior del pais habia un 80 de analfabetos El inspirador del proyecto fue Jose Pedro Varela para quien los instrumentos para cultivar al pueblo eran la escuela y la biblioteca Primera etapa de las bibliotecas populares Editar Ciclo vareliano La primera biblioteca popular americana fue fundada en 1873 por la Sociedad de Amigos de la Educacion Popular en Montevideo En el interior del pais la primera de estas bibliotecas fue creada en Nueva Palmira por una filial de esta sociedad en aquel mismo ano en el siglo XXI la Biblioteca Popular Jacinto Laguna El 18 de julio de 1874 se crearon las Bibliotecas Populares de Colonia y Paysandu el 20 de septiembre la Biblioteca Popular de Rocha y el 25 la Biblioteca popular de Carmelo Les siguieron la fundacion de las de Pando y San Jose y luego las de San Carlos Florida Canelones Mercedes y Maldonado Todas las bibliotecas fueron formadas y se sostuvieron con el apoyo voluntario del pueblo que contribuyo con libros o con dinero y en otros casos las prohijo en sus clubes sociales En pocos casos se conto con apoyo economico oficial En 1873 se presento un proyecto de ley para el fomento bibliotecario del interior Tambien fue presentado otro proyecto de en el que el Gobierno destinaria diez premios de 1200 dolares para las primeras localidades del interior que fundaran una biblioteca popular con un minimo de 500 volumenes Dentro de las bibliotecas debia funcionar una escuela para 40 alumnos Esta tentativa de obtener apoyo oficial no pudo materializarse La Sociedad de Amigos de la Educacion Popular conto con pocos recursos en sus comienzos para poder asistir a las bibliotecas populares del interior En 1874 se amplio el numero de asociados permitiendo contar con mas fondos para dar apoyo a las bibliotecas populares A fines de ese ano se emitio una circular dirigida principalmente a las sociedades de educacion en la que se establecian estos objetivos Estimular a los ciudadanos a crear bibliotecas populares Apoyo material a esas instituciones Asesoramiento funcional La circular se imprimio en forma de almanaque para el ano 1875 y se distribuyo en el interior de la Republica Los acontecimientos politicos retrasaron su puesta en marcha hasta 1876 En 1877 se promulga la ley de Educacion Comun con la que se crean nuevas instituciones de la Reforma Escolar vareliana las bibliotecas que habian sido creadas con mucho esfuerzo hasta ese momento por primera vez recibian apoyo oficial ya que la ley establecia que se brindarian recursos para las bibliotecas populares Esto permitio mejorar las existentes y fundar nuevas En 1882 algunas bibliotecas del interior contaban con 2500 volumenes Segunda etapa de las Bibliotecas Populares en el Uruguay Editar Ciclo Ateneista Este ciclo se extiende de 1882 hasta 1912 Dicha etapa es desarrollada por el Ateneo del Uruguay en Montevideo Rapidamente este grupo influira en el resto del pais Este avance es consecuencia de la implementacion de la Ley de Educacion antes mencionada y potenciada por el deseo de ilustracion que ella provoco El ateneo se fundo en 1877 su nacimiento respondia al deseo de desarrollar actividades culturales que llevaran a promover un movimiento de opinion nacional democratico Desde este momento el Ateneo fue un centro activo de irradiacion cultural con certamenes literarios y ciclos de conferencias Contaba con una gran biblioteca habilitada al publico En este periodo las bibliotecas populares se transformaron o fueron absorbidas por los nuevos organismos de extension cultural como los ateneos centros culturales y sociedades literarias Estos nuevos centros abarcaban actividades academicas pasando por la de centro docente hasta servir de escenario a las representaciones teatrales Sus bibliotecas fueron la unica posibilidad para el esfuerzo autodidacta de mantener vivos ciertos conocimientos y adquirir otros En este periodo nacieron los Ateneos de Paysandu y Salto Centros Culturales como el Club Progreso de Mercedes el Porvenir de Rocha el Fraternidad de Minas el Union de Melo etc como nuevos centros de irradiacion cultural El club Progreso es el iniciador de esta nieva actividad cultural Dentro de estas instituciones se comienza a plantear la necesidad de contar con centros de ensenanza secundaria en el Interior estos centros iban absorbiendo muchas de las actividades que cumplian hasta ese momento esas instituciones debilitandolas hasta llegar a su declinacion Las bibliotecas de los primeros Centros Obreros del Interior Lectura de los clasicos revolucionarios Editar Los centros obreros que a fines del siglo XIX y comienzos del XX se formaron contaron con una biblioteca pequena En estas sus afiliados leyeron y estimularon su saber Los libros mas leidos fueron los autores revolucionarios Algunas de estas bibliotecas representaron una reaccion frente a algunos centros culturales del periodo ateneista ya que estos centros se convirtieron en elitistas alejandose del terreno popular Estas bibliotecas fueron un esfuerzo de las clases trabajadoras por cultivar la lectura como medio de ilustracion La biblioteca popular ofrecia a la clase obrera el medio para formarse De ellas saldrian los dirigentes obreros del interior quienes ademas sostendrian los periodicos obreros cita requerida En las bibliotecas populares libertarias predominaban los autores libertarios lo que ha dejado un interesante archivo de publicaciones obreras y anarquistas Surgen los primeros liceos en el Interior y empiezan a declinar las Bibliotecas Populares Editar En la etapa vareliana y ateneista las bibliotecas populares actuaron como centros de extension cultural apoyando los esfuerzos autodidactas principalmente en el periodo ateneista La ensenanza secundaria vino a superar la actividad llevada a cabo por las instituciones del periodo ateneista Estos nuevos centros llevaron adelante actividades docentes reglamentadas con el objetivo de consolidar los niveles culturales que las precedentes instituciones habian intentado desarrollar Los nuevos institutos de ensenanza relegaron los anteriores Es por esto que las Bibliotecas del Interior debian adaptarse Ahora se necesitaba un nuevo tipo de Biblioteca Publica superior para estar a tono con las nuevas necesidades culturales No se materializo este nuevo tipo de Biblioteca Quedando estas instituciones bajo una gran crisis En la mayoria de los casos las bibliotecas dependian de las Juntas Economico Administrativas y fueron transferidas a liceos donde quedaron subordinadas Esto sucedio en las ciudades de Colonia Durazno Maldonado San Jose y Paysandu En casi todos los casos las bibliotecas perdieron contacto con sus antiguos lectores Se convirtieron en bibliotecas internas de las nuevas instituciones Las bibliotecas no mejoraron su estado luego de ser transferidas Los gobiernos comunales no renunciaron por esto a su propiedad En la mayoria de los casos fueron inventariadas No se definieron responsabilidades para su prosperidad mas alla de alguna resolucion municipal en las que se fijo alguna subvencion anual Por lo tanto los Gobiernos Municipales en algun grado se sintieron en obligacion de sostener las Bibliotecas Las autoridades laceales no sintieron ningun compromiso en mejorarlas Los libros que ingresaban a los liceos se inventariaban como propiedad del liceo A traves de los anos se formaron bibliotecas Laceales que redujeron a las anteriores a la condicion de bibliotecas anexas hoy envejecidas No todas las bibliotecas ateneos y centros literarios de aquella epoca han subsistido En las localidades que por no ser capitales de departamento no se instalaron liceos estas instituciones sobrevivieron y continuaron trabajando cada dia mas aisladas Esto pudo ocurrir porque en general la poblacion vio a los liceos como un centro de cultura muy importante dejando de lado el interes de mejorar las bibliotecas publicas Esto provoco que los liceos se extendieran por el pais Los jovenes dejaron de ver a las bibliotecas publicas como instituciones de formacion cultural y las vieron como dependencias administrativas subordinadas a la actividad de la ensenanza Vease tambien EditarAteneo popular Universidad popular Biblioteca publica Misiones pedagogicasReferencias Editar Fernandez de los Rios Angel 1876 Guia de Madrid Madrid edicion facsimil de Ediciones La Libreria 2002 pp 440 441 ISBN 8495889315 Vinao Frago A 1989 A la cultura por la lectura Las bibliotecas populares 1869 1885 Clases Populares Cultura Educacion Siglos XIX y XX 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