fbpx
Wikipedia

Batalla de Huarina

La batalla de Huarina o de las Huarinas, enfrentó a las fuerzas rebeldes de Gonzalo Pizarro y las fuerzas realistas dirigidas por Diego Centeno, el 20 de octubre de 1547, en la llanura de Huarina, cerca al lago Titicaca, en el Alto Perú (actual Bolivia). Fue una de las batallas más sangrientas de las guerras civiles entre los conquistadores del Perú. Su resultado fue el triunfo de los rebeldes gracias a la arcabucería usada diestramente por el maestre de campo Francisco de Carvajal, pero no evitó que el bando gonzalista fuera definitivamente derrotado al año siguiente, en Jaquijahuana.

Batalla de Huarina
Guerra civil entre los conquistadores del Perú
Parte de Conquista del Perú

Grabado de las “Décadas” de Antonio de Herrera y Tordesillas.
Fecha 20 de octubre de 1547
Lugar Llanura de Huarina, cerca del Lago Titicaca, actual Bolivia
Resultado Victoria rebelde
Beligerantes
Realistas
(leales a la Corona española)
Gonzalistas
(rebeldes)
Comandantes
Diego Centeno
Diego López de Zúñiga †
Luis de Ribera †
Gonzalo Pizarro
Francisco de Carvajal
Fuerzas en combate
1.225 hombres
(200 arcabuceros)[1]
1000 hombres (aprox.)
(487 arcabuceros)[1]
Bajas
~450 muertos[2] ~100 muertos[2]

Antecedentes

En 1542, el emperador Carlos I firmó la real cédula que creaba el Virreinato del Perú. En virtud de tal creación fue nombrado primer virrey Blasco Núñez de Vela. Éste llegó al Perú con la disposición de hacer cumplir las recientemente promulgadas Leyes Nuevas, que suprimían las encomiendas hereditarias. Esto originó la rebelión de los encomenderos, enfrentándose al virrey. Para tal efecto, nombraron a Gonzalo Pizarro, a la sazón rico encomendero de Charcas (actual Sucre, en Bolivia), su caudillo y jefe del ejército.

En Lima, el virrey fue tomado preso y enviado de vuelta a España, nombrando los rebeldes a Gonzalo Pizarro como gobernador del Perú. Sin embargo, el virrey logró escapar en Túmbes, dirigiéndose desde ahí a Quito, donde formó un nuevo ejército y partió hacia el sur. En el camino se encontró con las fuerzas de Pizarro, enfrentándose ambos ejércitos en la batalla de Iñaquito el 18 de enero de 1546. El virrey fue capturado y ejecutado en el mismo campo de batalla.

 
El capitán Diego Centeno, que permaneció siempre leal a la Corona española.

Mientras tanto, en el sur del Perú, el capitán Diego Centeno permaneció leal a la corona española y se levantó en armas contra Gonzalo Pizarro en Charcas, siendo proclamado Capitán General y Justicia Mayor de la villa de La Plata. Centeno reunió una fuerza de ciento ochenta hombres y bajó hasta Arequipa, que tomó fácilmente, preparándose para reconquistar Cuzco, donde estaba acantonado el gonzalista Francisco del Toro. No logró tomar Cuzco y tuvo que huir perseguido por los trescientos soldados de su enemigo, volviendo al Alto Perú, donde abrió un frente de guerra. Gonzalo Pizarro comprendió el peligro que esto significaba y envió contra él a su fiel maese de campo Francisco de Carvajal. Este persiguió tenazmente a la escasa fuerza de Centeno, que trataba de evitar combates frontales. Acosado por su infatigable adversario, Centeno tuvo que dispersar sus fuerzas en Paria (cerca de Oruro) y tras un largo recorrido huyó a Arequipa (1546), por donde se escondió en una cueva durante un año y tres días exactos, en el cual vivió de la caridad de los indios.

Enterada la Corona española de estos graves sucesos, nombró a Pedro de la Gasca presidente de la Real Audiencia de Lima, con la misión de pacificar al Perú, dándole solo unas reales cédulas en blanco con la potestad de usarlas como bien lo tuviera. La Gasca llegó al Perú en 1547 y convocó bajo su mando a los leales a la Corona española, prometiendo una amnistía para aquellos que se hubiesen rebelado contra ella; al mismo tiempo anunció la suspensión de las Leyes Nuevas, por lo que muchos empezaron a abandonar la causa de Gonzalo Pizarro. Las fuerzas leales a la Corona empezaron pues, a reorganizarse bajo el mando de La Gasca. Un primer triunfo de la causa real fue la rendición de la flota gonzalista, que se hallaba al mando de Pedro Alonso de Hinojosa.

Centeno creyó entonces llegada la hora de reaparecer en escena. Abandonó su escondrijo y reunió en Arequipa una fuerza de 48 hombres, con los que marchó contra Cuzco, defendido por el capitán gonzalista Antonio Robles. Mediante un ataque temerario y sorpresivo capturó la antigua capital de los incas (10 de junio de 1547), y Robles fue capturado y degollado. Fue el mejor triunfo de Centeno y colocó a los rebeldes gonzalistas entre dos fuegos, lo que cambió el cariz de la guerra, pues empezaron a desertar muchos soldados de Gonzalo. Pronto logró reunir Centeno un ejército poderoso de unos 1000 soldados, con los que pasó al altiplano, a orillas del lago Titicaca.

Movimientos preliminares

 
El maese de campo Francisco de Carvajal, el infatigable adversario de Diego Centeno. Conocido como el “Demonio de los Andes”.

Gonzalo, al cundir las deserciones en su campo, decidió abandonar Lima y marchar al Sur, pero en el camino siguió perdiendo gente. En Arequipa se les reunió su maestre de campo Francisco de Carvajal y el capitán Juan de Acosta. Los desertores habían sido tantos que el ejército gonzalista no llegaba a los 500 hombres. Gonzalo pensó entonces trasladarse a Charcas, con intención de reorganizar su ejército, pero entonces supo que Centeno con casi mil hombres le cerraba el paso en el Desaguadero, preparándose entonces para combatirlo. Durante esta marcha padeció la hostilidad de las poblaciones nativas, entre los que se contaban espías que obedecían a Paullu Inca, aliado de Centeno.

A mediados de octubre, ambos ejércitos se divisaron. Pizarro, al parecer temiendo la superioridad numérica de su adversario, abrió negociaciones solicitando a Centeno dejarle libre el paso. En vez de consentir en ello, éste le pidió rendirse, prometiendo que intercedería ante La Gasca para que obtuviera el perdón real. No hubo acuerdo, y ambos caudillos dispusieron entonces sus tropas para la batalla.

En la noche del 19 de octubre de 1547, los rebeldes acordaron enviar a Juan de Acosta con 20 hombres al campamento de Centeno, para sorprender a este jefe en su tienda. Pero, no bien se acercaban a su objetivo, cuando unos negros dieron la voz de alarma, teniendo entonces que retirarse Acosta y los suyos, disparando sus arcabuces.

Los ejércitos

Los realistas

Los realistas o leales contaban con 1.225 hombres (460 jinetes, 540 piqueros, 200 arcabuceros y 25 ballesteros).

Su caudillo, Centeno, se hallaba enfermo de fiebres, por lo que se limitó a observar de lejos la batalla, cargado en litera por los indios. Como capitán general designó a Diego López de Zúñiga. Por maestre de campo alineó Luis de Ribera y por Sargento Mayor el tullido Cristóbal de Hervás, que asistió en una silla de manos cargada por dos negros. Un primer cuerpo de caballería lo capitaneaban Pedro de los Ríos, Diego Álvarez de Almendral y Antonio de Ulloa; el segundo, Alonso de Mendoza, Juan de Silveira y Jerónimo de Villegas. Finalmente, la infantería la dirigían Rodrigo de Pantoja, Juan de Vargas (hermano del Sebastián Garcilaso de la Vega), Francisco Negral y Francisco Retamoso.

En el centro fueron ubicados los piqueros, flanqueados por dos mangas de arcabuceros y a su vez protegidos por los dos escuadrones de caballería. En cuanto a las fuerzas auxiliares indias, parece que no fueron autorizados de entrar en combate, desperdiciándose así un valioso apoyo.

Los rebeldes

Las fuerzas de Gonzalo Pizarro no llegaban a 1000 hombres, de los cuales casi la mitad eran arcabuceros, organizados y dirigidos por el maestre de campo Francisco de Carvajal. Este cuerpo estaba bien entrenado; cada arcabucero llevaba consigo dos o tres arcabuces cargados a fin de servirse de ellos de manera consecutiva para no perder tiempo en la carga; esta arma sería el que decidiría la victoria de los rebeldes. Comandaban a estos arcabuceros los capitanes Juan de la Torre Villegas, Francisco de Espinoza, Diego Guillén y Juan Vélez de Guevara.

La caballería, formada por escasos 85 jinetes, ocupó la derecha de su formación, en retaguardia; la mandaban el mismo Pizarro, Juan de Acosta y el oidor Diego Vásquez de Cepeda.

Las demás tropas, los piqueros, fueron colocados a la izquierda, a órdenes de Hernando de Bachicao.

Separados por apenas seiscientos pasos, ambos ejércitos se aprestaban a combatir en la llanura de Guarina, el 20 de octubre de 1547.

La batalla

 
Grabado que representa a Diego Centeno enfermo y en litera, asistiendo a la Batalla de Huarina.

Carbajal tomó la iniciativa, ordenando a Acosta que se adelantara con treinta arcabuceros para provocar al enemigo; contra ellos salió Negral, también con un pelotón de arcabuceros. Los rebeldes dispararon sobre los todavía distantes realistas y la provocación surtió efecto, pues la infantería de Centeno avanzó, llevando los piqueros las picas caladas. Teniendo ya cerca a sus adversarios, Carbajal ordenó una segunda rociada de arcabucería, lo que puso fuera de combate a cien realistas, que cayeron muertos o heridos. Como los arcabuceros de Carvajal contaban con armas de repuesto, casi de inmediato hicieron otra descarga, la que fue más desastrosa para sus enemigos, pues segó las filas de piqueros. La infantería realista empezó entonces a dispersarse tras sufrir más de doscientas bajas.

La caballería rebelde, en cambio, no tuvo igual éxito. Uno de los escuadrones de caballería realista, mandado por Villegas y Mendoza, acometió al escuadrón de Gonzalo y lo arrolló de tal manera, que quedaron sobre sus monturas apenas doce rebeldes. Cepeda recibió un sablazo en la cara y el mismo Gonzalo perdió su caballo, quedando convencido de su derrota. Los realistas empezaron a vocear su triunfo, pero aún no terminaba la batalla.

El otro escuadrón de jinetes realistas, comandado por Ulloa y Ríos, cargó sobre la izquierda de Carvajal, compuesta de arcabuceros y piqueros entremezclados, quienes resistieron a pie firme el ímpetu enemigo. Batiéndose con denuedo, estos piqueros lograron contener la embestida realista, mientras que los arcabuceros molestaban con su fuego a los jinetes realistas. Estos, viendo que era imposible romper las líneas rebeldes, la rodearon en desorden hasta llegar a su retaguardia, donde se reunieron con el otro escuadrón de caballería realista, el mismo que acababa de derrotar a la caballería rebelde. Reunidos ambos cuerpos, intentaron una nueva carga contra la infantería de Carvajal, pero éste hizo dar media vuelta a sus hombres, en una hábil maniobra, de modo que su retaguardia se convirtió rápidamente en frente, oponiéndose a la carga enemiga la fila de piqueros, mientras que los arcabuceros hacían fuego sobre los jinetes realistas, que acabaron por huir a la desbandada. Aflojada así la principal fuerza de los realistas, los rebeldes dominaron la situación y obtuvieron el triunfo.

 
Grabado que representa a un arcabucero del siglo XVI. El cuerpo de arcabuceros del ejército gonzalista tuvo un papel decisivo en el resultado de la batalla de Huarina.

Lo que al principio parecía un triunfo realista, se tornó, pues en una victoria total para los rebeldes, merced sobre todo a los diestros arcabuceros de Carbajal. Centeno, que desde lejos observó el desastre, cambió su litera por un caballo y se dio a la fuga. Los rebeldes gonzalistas, cuya caballería había sido desbaratada, no pudieron perseguir a los vencidos; de lo contrario la matanza habría sido mayor. En total murieron unos 450 hombres, de las cuales 350 fueron bajas realistas. Entre las víctimas del bando realista figuraban el maese de campo Luis de Ribera y los capitanes Retamoso, Diego López de Zúñiga, Negral y Pantoja; y del bando rebelde, el capitán Pedro Fuentes, un hermano de Cepeda y el ayuda de cámara de Gonzalo. Bachicao, el jefe de los piqueros que durante la batalla se pasó al bando realista, volvió al de los rebeldes al variar el curso de la acción.

Una versión dice que Carvajal recorrió el campo de batalla acompañado de negros que portaban porras y machetes, con los que ultimaron a los heridos realistas. También se dice que Gonzalo Pizarro, todavía no repuesto de la impresión de ver cómo una inminente derrota se tornaba en un triunfo espléndido, no cesaba de exclamar recorriendo el campo: “¡Jesús, qué victoria!, ¡Jesús, qué victoria!”.[3]

Después del triunfo, los rebeldes saquearon el campamento realista, hasta que muy entrada la noche; se apoderaron de oro, plata y ganado, entre otras riquezas, a tal punto que muchos se tornaron ricos con tal saco.

Consecuencias

La victoria de Huarina cambió por algún tiempo el estado de las cosas; el bando realista experimentó un golpe terrible, al paso que se robustecía el de Pizarro. Muchos consideraron a Gonzalo como invencible en el campo de batalla, tanto más cuanto que tenía a su lado a Carvajal, considerado el primer hombre de guerra del Perú. Momentáneamente las filas del gobernador aumentaron con la misma rapidez con que algunos días antes habían disminuido. Pero esto no arredró a Pedro de la Gasca, quien enterado en Jauja del desastre de Huarina, prosiguió su avance hacia el sur, rumbo al Cuzco. Su ejército ya ascendía a 700 arcabuceros, 500 piqueros y 400 jinetes, superando así al de las fuerzas rebeldes. El encuentro entre ambos se dio en la pampa de Anta, cerca de la ciudad imperial, donde se libró la llamada batalla de Jaquijahuana, que más que batalla fue un desbande de las tropas gonzalistas que se pasaron al campo realista, el 9 de abril de 1548. Gonzalo fue tomado preso, al igual que su maestre de campo Carbajal, siendo decapitados ambos al amanecer siguiente, en el mismo campo de batalla. Así finalizó la llamada Gran Rebelión de los Encomenderos.

Referencias

  1. Del Busto, p. 39.
  2. Vargas Ugarte, p. 252.
  3. Prescott, p. 151.

Bibliografía

  • Del Busto Duthurburu, José Antonio: La pacificación del Perú. Empresa Editora El Comercio S.A., Lima, 2011. ISBN 978-612-306-032-9
  • Inca Garcilaso de la Vega: Historia general del Perú. Tomo I. Editorial Universo S.A. Lima, 1972. Versión electrónica: Inca Garcilaso - Historia General del Perú, Libro V, caps. XVI al XXII, pp. 461-481.
  • Prescott, Guillermo: Historia de la conquista del Perú. Tomo III. Editorial Universo S.A. Lima, 1972.
  • Vargas Ugarte, Rubén: Historia General del Perú. Tomo I. El Descubrimiento y la Conquista (1524-1550). Editor: Carlos Milla Batres. Lima, Perú, 1981. ISBN 84-499-4813-4
  • Vega, Juan José: Historia general del ejército peruano. Tomo III. El ejército durante la dominación española del Perú. Lima, Comisión Permanente de la Historia del Ejército del Perú, 1981.

Véase también

  •   Datos: Q590658

batalla, huarina, batalla, huarina, huarinas, enfrentó, fuerzas, rebeldes, gonzalo, pizarro, fuerzas, realistas, dirigidas, diego, centeno, octubre, 1547, llanura, huarina, cerca, lago, titicaca, alto, perú, actual, bolivia, batallas, más, sangrientas, guerras. La batalla de Huarina o de las Huarinas enfrento a las fuerzas rebeldes de Gonzalo Pizarro y las fuerzas realistas dirigidas por Diego Centeno el 20 de octubre de 1547 en la llanura de Huarina cerca al lago Titicaca en el Alto Peru actual Bolivia Fue una de las batallas mas sangrientas de las guerras civiles entre los conquistadores del Peru Su resultado fue el triunfo de los rebeldes gracias a la arcabuceria usada diestramente por el maestre de campo Francisco de Carvajal pero no evito que el bando gonzalista fuera definitivamente derrotado al ano siguiente en Jaquijahuana Batalla de HuarinaGuerra civil entre los conquistadores del PeruParte de Conquista del PeruGrabado de las Decadas de Antonio de Herrera y Tordesillas Fecha20 de octubre de 1547LugarLlanura de Huarina cerca del Lago Titicaca actual BoliviaResultadoVictoria rebeldeBeligerantesRealistas leales a la Corona espanola Gonzalistas rebeldes ComandantesDiego CentenoDiego Lopez de Zuniga Luis de Ribera Gonzalo PizarroFrancisco de CarvajalFuerzas en combate1 225 hombres 200 arcabuceros 1 1000 hombres aprox 487 arcabuceros 1 Bajas 450 muertos 2 100 muertos 2 editar datos en Wikidata Indice 1 Antecedentes 2 Movimientos preliminares 3 Los ejercitos 3 1 Los realistas 3 2 Los rebeldes 4 La batalla 5 Consecuencias 6 Referencias 7 Bibliografia 8 Vease tambienAntecedentes EditarEn 1542 el emperador Carlos I firmo la real cedula que creaba el Virreinato del Peru En virtud de tal creacion fue nombrado primer virrey Blasco Nunez de Vela Este llego al Peru con la disposicion de hacer cumplir las recientemente promulgadas Leyes Nuevas que suprimian las encomiendas hereditarias Esto origino la rebelion de los encomenderos enfrentandose al virrey Para tal efecto nombraron a Gonzalo Pizarro a la sazon rico encomendero de Charcas actual Sucre en Bolivia su caudillo y jefe del ejercito En Lima el virrey fue tomado preso y enviado de vuelta a Espana nombrando los rebeldes a Gonzalo Pizarro como gobernador del Peru Sin embargo el virrey logro escapar en Tumbes dirigiendose desde ahi a Quito donde formo un nuevo ejercito y partio hacia el sur En el camino se encontro con las fuerzas de Pizarro enfrentandose ambos ejercitos en la batalla de Inaquito el 18 de enero de 1546 El virrey fue capturado y ejecutado en el mismo campo de batalla El capitan Diego Centeno que permanecio siempre leal a la Corona espanola Mientras tanto en el sur del Peru el capitan Diego Centeno permanecio leal a la corona espanola y se levanto en armas contra Gonzalo Pizarro en Charcas siendo proclamado Capitan General y Justicia Mayor de la villa de La Plata Centeno reunio una fuerza de ciento ochenta hombres y bajo hasta Arequipa que tomo facilmente preparandose para reconquistar Cuzco donde estaba acantonado el gonzalista Francisco del Toro No logro tomar Cuzco y tuvo que huir perseguido por los trescientos soldados de su enemigo volviendo al Alto Peru donde abrio un frente de guerra Gonzalo Pizarro comprendio el peligro que esto significaba y envio contra el a su fiel maese de campo Francisco de Carvajal Este persiguio tenazmente a la escasa fuerza de Centeno que trataba de evitar combates frontales Acosado por su infatigable adversario Centeno tuvo que dispersar sus fuerzas en Paria cerca de Oruro y tras un largo recorrido huyo a Arequipa 1546 por donde se escondio en una cueva durante un ano y tres dias exactos en el cual vivio de la caridad de los indios Enterada la Corona espanola de estos graves sucesos nombro a Pedro de la Gasca presidente de la Real Audiencia de Lima con la mision de pacificar al Peru dandole solo unas reales cedulas en blanco con la potestad de usarlas como bien lo tuviera La Gasca llego al Peru en 1547 y convoco bajo su mando a los leales a la Corona espanola prometiendo una amnistia para aquellos que se hubiesen rebelado contra ella al mismo tiempo anuncio la suspension de las Leyes Nuevas por lo que muchos empezaron a abandonar la causa de Gonzalo Pizarro Las fuerzas leales a la Corona empezaron pues a reorganizarse bajo el mando de La Gasca Un primer triunfo de la causa real fue la rendicion de la flota gonzalista que se hallaba al mando de Pedro Alonso de Hinojosa Centeno creyo entonces llegada la hora de reaparecer en escena Abandono su escondrijo y reunio en Arequipa una fuerza de 48 hombres con los que marcho contra Cuzco defendido por el capitan gonzalista Antonio Robles Mediante un ataque temerario y sorpresivo capturo la antigua capital de los incas 10 de junio de 1547 y Robles fue capturado y degollado Fue el mejor triunfo de Centeno y coloco a los rebeldes gonzalistas entre dos fuegos lo que cambio el cariz de la guerra pues empezaron a desertar muchos soldados de Gonzalo Pronto logro reunir Centeno un ejercito poderoso de unos 1000 soldados con los que paso al altiplano a orillas del lago Titicaca Movimientos preliminares Editar El maese de campo Francisco de Carvajal el infatigable adversario de Diego Centeno Conocido como el Demonio de los Andes Gonzalo al cundir las deserciones en su campo decidio abandonar Lima y marchar al Sur pero en el camino siguio perdiendo gente En Arequipa se les reunio su maestre de campo Francisco de Carvajal y el capitan Juan de Acosta Los desertores habian sido tantos que el ejercito gonzalista no llegaba a los 500 hombres Gonzalo penso entonces trasladarse a Charcas con intencion de reorganizar su ejercito pero entonces supo que Centeno con casi mil hombres le cerraba el paso en el Desaguadero preparandose entonces para combatirlo Durante esta marcha padecio la hostilidad de las poblaciones nativas entre los que se contaban espias que obedecian a Paullu Inca aliado de Centeno A mediados de octubre ambos ejercitos se divisaron Pizarro al parecer temiendo la superioridad numerica de su adversario abrio negociaciones solicitando a Centeno dejarle libre el paso En vez de consentir en ello este le pidio rendirse prometiendo que intercederia ante La Gasca para que obtuviera el perdon real No hubo acuerdo y ambos caudillos dispusieron entonces sus tropas para la batalla En la noche del 19 de octubre de 1547 los rebeldes acordaron enviar a Juan de Acosta con 20 hombres al campamento de Centeno para sorprender a este jefe en su tienda Pero no bien se acercaban a su objetivo cuando unos negros dieron la voz de alarma teniendo entonces que retirarse Acosta y los suyos disparando sus arcabuces Los ejercitos EditarLos realistas Editar Los realistas o leales contaban con 1 225 hombres 460 jinetes 540 piqueros 200 arcabuceros y 25 ballesteros Su caudillo Centeno se hallaba enfermo de fiebres por lo que se limito a observar de lejos la batalla cargado en litera por los indios Como capitan general designo a Diego Lopez de Zuniga Por maestre de campo alineo Luis de Ribera y por Sargento Mayor el tullido Cristobal de Hervas que asistio en una silla de manos cargada por dos negros Un primer cuerpo de caballeria lo capitaneaban Pedro de los Rios Diego Alvarez de Almendral y Antonio de Ulloa el segundo Alonso de Mendoza Juan de Silveira y Jeronimo de Villegas Finalmente la infanteria la dirigian Rodrigo de Pantoja Juan de Vargas hermano del Sebastian Garcilaso de la Vega Francisco Negral y Francisco Retamoso En el centro fueron ubicados los piqueros flanqueados por dos mangas de arcabuceros y a su vez protegidos por los dos escuadrones de caballeria En cuanto a las fuerzas auxiliares indias parece que no fueron autorizados de entrar en combate desperdiciandose asi un valioso apoyo Los rebeldes Editar Las fuerzas de Gonzalo Pizarro no llegaban a 1000 hombres de los cuales casi la mitad eran arcabuceros organizados y dirigidos por el maestre de campo Francisco de Carvajal Este cuerpo estaba bien entrenado cada arcabucero llevaba consigo dos o tres arcabuces cargados a fin de servirse de ellos de manera consecutiva para no perder tiempo en la carga esta arma seria el que decidiria la victoria de los rebeldes Comandaban a estos arcabuceros los capitanes Juan de la Torre Villegas Francisco de Espinoza Diego Guillen y Juan Velez de Guevara La caballeria formada por escasos 85 jinetes ocupo la derecha de su formacion en retaguardia la mandaban el mismo Pizarro Juan de Acosta y el oidor Diego Vasquez de Cepeda Las demas tropas los piqueros fueron colocados a la izquierda a ordenes de Hernando de Bachicao Separados por apenas seiscientos pasos ambos ejercitos se aprestaban a combatir en la llanura de Guarina el 20 de octubre de 1547 La batalla Editar Grabado que representa a Diego Centeno enfermo y en litera asistiendo a la Batalla de Huarina Carbajal tomo la iniciativa ordenando a Acosta que se adelantara con treinta arcabuceros para provocar al enemigo contra ellos salio Negral tambien con un peloton de arcabuceros Los rebeldes dispararon sobre los todavia distantes realistas y la provocacion surtio efecto pues la infanteria de Centeno avanzo llevando los piqueros las picas caladas Teniendo ya cerca a sus adversarios Carbajal ordeno una segunda rociada de arcabuceria lo que puso fuera de combate a cien realistas que cayeron muertos o heridos Como los arcabuceros de Carvajal contaban con armas de repuesto casi de inmediato hicieron otra descarga la que fue mas desastrosa para sus enemigos pues sego las filas de piqueros La infanteria realista empezo entonces a dispersarse tras sufrir mas de doscientas bajas La caballeria rebelde en cambio no tuvo igual exito Uno de los escuadrones de caballeria realista mandado por Villegas y Mendoza acometio al escuadron de Gonzalo y lo arrollo de tal manera que quedaron sobre sus monturas apenas doce rebeldes Cepeda recibio un sablazo en la cara y el mismo Gonzalo perdio su caballo quedando convencido de su derrota Los realistas empezaron a vocear su triunfo pero aun no terminaba la batalla El otro escuadron de jinetes realistas comandado por Ulloa y Rios cargo sobre la izquierda de Carvajal compuesta de arcabuceros y piqueros entremezclados quienes resistieron a pie firme el impetu enemigo Batiendose con denuedo estos piqueros lograron contener la embestida realista mientras que los arcabuceros molestaban con su fuego a los jinetes realistas Estos viendo que era imposible romper las lineas rebeldes la rodearon en desorden hasta llegar a su retaguardia donde se reunieron con el otro escuadron de caballeria realista el mismo que acababa de derrotar a la caballeria rebelde Reunidos ambos cuerpos intentaron una nueva carga contra la infanteria de Carvajal pero este hizo dar media vuelta a sus hombres en una habil maniobra de modo que su retaguardia se convirtio rapidamente en frente oponiendose a la carga enemiga la fila de piqueros mientras que los arcabuceros hacian fuego sobre los jinetes realistas que acabaron por huir a la desbandada Aflojada asi la principal fuerza de los realistas los rebeldes dominaron la situacion y obtuvieron el triunfo Grabado que representa a un arcabucero del siglo XVI El cuerpo de arcabuceros del ejercito gonzalista tuvo un papel decisivo en el resultado de la batalla de Huarina Lo que al principio parecia un triunfo realista se torno pues en una victoria total para los rebeldes merced sobre todo a los diestros arcabuceros de Carbajal Centeno que desde lejos observo el desastre cambio su litera por un caballo y se dio a la fuga Los rebeldes gonzalistas cuya caballeria habia sido desbaratada no pudieron perseguir a los vencidos de lo contrario la matanza habria sido mayor En total murieron unos 450 hombres de las cuales 350 fueron bajas realistas Entre las victimas del bando realista figuraban el maese de campo Luis de Ribera y los capitanes Retamoso Diego Lopez de Zuniga Negral y Pantoja y del bando rebelde el capitan Pedro Fuentes un hermano de Cepeda y el ayuda de camara de Gonzalo Bachicao el jefe de los piqueros que durante la batalla se paso al bando realista volvio al de los rebeldes al variar el curso de la accion Una version dice que Carvajal recorrio el campo de batalla acompanado de negros que portaban porras y machetes con los que ultimaron a los heridos realistas Tambien se dice que Gonzalo Pizarro todavia no repuesto de la impresion de ver como una inminente derrota se tornaba en un triunfo esplendido no cesaba de exclamar recorriendo el campo Jesus que victoria Jesus que victoria 3 Despues del triunfo los rebeldes saquearon el campamento realista hasta que muy entrada la noche se apoderaron de oro plata y ganado entre otras riquezas a tal punto que muchos se tornaron ricos con tal saco Consecuencias EditarLa victoria de Huarina cambio por algun tiempo el estado de las cosas el bando realista experimento un golpe terrible al paso que se robustecia el de Pizarro Muchos consideraron a Gonzalo como invencible en el campo de batalla tanto mas cuanto que tenia a su lado a Carvajal considerado el primer hombre de guerra del Peru Momentaneamente las filas del gobernador aumentaron con la misma rapidez con que algunos dias antes habian disminuido Pero esto no arredro a Pedro de la Gasca quien enterado en Jauja del desastre de Huarina prosiguio su avance hacia el sur rumbo al Cuzco Su ejercito ya ascendia a 700 arcabuceros 500 piqueros y 400 jinetes superando asi al de las fuerzas rebeldes El encuentro entre ambos se dio en la pampa de Anta cerca de la ciudad imperial donde se libro la llamada batalla de Jaquijahuana que mas que batalla fue un desbande de las tropas gonzalistas que se pasaron al campo realista el 9 de abril de 1548 Gonzalo fue tomado preso al igual que su maestre de campo Carbajal siendo decapitados ambos al amanecer siguiente en el mismo campo de batalla Asi finalizo la llamada Gran Rebelion de los Encomenderos Referencias Editar a b Del Busto p 39 a b Vargas Ugarte p 252 Prescott p 151 Bibliografia EditarDel Busto Duthurburu Jose Antonio La pacificacion del Peru Empresa Editora El Comercio S A Lima 2011 ISBN 978 612 306 032 9 Inca Garcilaso de la Vega Historia general del Peru Tomo I Editorial Universo S A Lima 1972 Version electronica Inca Garcilaso Historia General del Peru Libro V caps XVI al XXII pp 461 481 Prescott Guillermo Historia de la conquista del Peru Tomo III Editorial Universo S A Lima 1972 Vargas Ugarte Ruben Historia General del Peru Tomo I El Descubrimiento y la Conquista 1524 1550 Editor Carlos Milla Batres Lima Peru 1981 ISBN 84 499 4813 4 Vega Juan Jose Historia general del ejercito peruano Tomo III El ejercito durante la dominacion espanola del Peru Lima Comision Permanente de la Historia del Ejercito del Peru 1981 Vease tambien EditarGuerra civil entre los conquistadores del Peru Datos Q590658Obtenido de https es wikipedia org w index php title Batalla de Huarina amp oldid 136327220, wikipedia, wiki, leyendo, leer, libro, biblioteca,

español

, española, descargar, gratis, descargar gratis, mp3, video, mp4, 3gp, jpg, jpeg, gif, png, imagen, música, canción, película, libro, juego, juegos